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D.

SINTESIS

I. REDUCCION SIMBOLICA (Ver dibujo)

II. INTERPRETACION

a)

En primera instancia aparecen los tres hermanos cerditos. Todos amaban la música y cada uno
tocaba un instrumento diferente, el más pequeño tocaba la flauta, el mediano el violín y el mayor
tocaba el piano (aquí podemos evidenciar desde el inicio del cuento, que cada uno tocaba un
instrumento acorde a sus capacidades y aptitudes, es decir, a medida que el cerdito era mayor, el
instrumento era más difícil y complejo de tocar, ya que no requiere el mismo esfuerzo tocar una
canción en una flauta a tocar una canción en un piano). Los tres cerditos vivían en lo profundo del
bosque. Siempre habían vivido felices y sin preocupaciones en aquel lugar, pero ahora se
encontraban temerosos de un lobo que merodeaba la zona. El hermano mayor propuso construir
una casa para protegerse todos del lobo (el hermano mayor tomando la iniciativa y planteando
buenas ideas frente a los problemas que se presenten, en este caso el lobo). A sus dos hermanos
menores les pareció muy buena idea, pero cuando empezaron a hablar sobre que material
construir la casa todos estaban en desacuerdo y cada uno quería un material diferente (cada uno
quería un material que iba acorde con los conocimientos individuales), y finalmente, para dejar de
discutir, tomaron la decisión de que cada uno haría su propia casa del material que cada uno
quisiera (aquí se empieza a ver la problemática ya que el grupo se separó y cada uno decidió
tomar un camino aparte , lo cual no es bueno, si permaneciesen juntos sería mucho mejor y serian
todos juntos una fuerza mayor para enfrentar al lobo)

El más pequeño, optó por utilizar paja, para no tardar mucho y poder irse a jugar después. Este era
el cerdito más holgazán y perezoso, decidió hacer una sencilla casita de paja, la terminó
rápidamente y luego se relajó, toco su flauta y como si no faltara, empezó a molestar a sus
hermanos que aún seguían construyendo sus casas. Este cerdito decidió hacer un trabajo
mediocre incluso a sabiendas de que su vida peligraba y dependía de ello, pero no le importo,
prefirió la recocha y diversión sin ponerse a pensar realmente que un lobo estaba al asecho, este
cerdito era muy inconsciente y carecía de madurez.

El mediano prefirió construirla de madera, que era más resistente que la paja, y a pesar de que se
demoró más tiempo que el primer cerdito, este también tenía muy en cuenta el tiempo de
relajación. Así que cuando termino su casa empezó a tocar su violín, y junto a su hermano menor
fueron hasta la casa del tercer y más viejo cerdito, el cual aún no había terminado de edificar, por
lo cual los dos hermanos menores empezaron a molestar molestarlo y a burlarse de él mientras
gastaba todo su tiempo en construir su casa y no dejaba nada de tiempo para la relajación.

El tercer cerdito, el mayor de los hermanos, pensó que aunque tardara más que sus hermanos, lo
mejor era hacer una casa resistente y fuerte con ladrillos, que requiere una gran cantidad de
tiempo y esfuerzo. Además pensó que si la construía de ladrillos, podría también construir en el
techo una chimenea con la cual calentarse cuando el invierno llegara, y en la que podría incluso
cocinar su comida favorita (fue recursivo y precavido, planeo todo con anterioridad, realmente
pensó cuidadosamente que material usar, valoro tomarse el tiempo para construir una vivienda
adecuada por sobre la relajación y la recreación)

Cuando los tres acabaron sus casas, el lobo apareció, aterrorizados cada uno fue a refugiarse a la
casa que cada uno había construido. El lobo se dirigió a la casa del primer cerdito, la casa de paja,
y pidió al cerdito dejarlo entrar, ante lo cual el pequeño se negó y esto hizo enfurecer al lobo,
quien empezó a gritar ¡soplaré y soplaré y así tu casa derribaré!, y efectivamente, el lobo con sus
grandes pulmones empezó a soplar, y la débil casa acabó viniéndose abajo. Sorprendido y sin
pensarlo dos veces y con mucha rapidez el cerdito echó a correr y se refugió en la casa de su
hermano mediano, la casa de madera. Nuevamente el lobo feroz pidió a los dos cerditos que por
favor lo dejaran entrar e intento engañarlos, pero los dos cerditos se negaron y el lobo volvió a
repetir ¡soplaré y soplaré y así tu casa derribaré!, fue así como inflo enormemente su pecho y
empezó a soplar con fuerza, aunque esta vez tuvo que hacer más esfuerzos para derribar la casa,
al final la madera acabó cediendo y los cerditos salieron corriendo en dirección hacia la casa de su
hermano mayor, la casa de ladrillo.

Ahora el lobo feroz estaba más hambriento y enojado que nunca y sin preguntarlo dijo ¡soplaré y
soplaré y así tu casa derribaré! Así que sopló y sopló con todas sus fuerzas, pero esta vez la casa
permaneció completamente intacta, sin ni siquiera moverse un poco. Dentro los cerditos
celebraban la resistencia de la casa de su hermano y cantaban alegres por haberse librado del lobo
“¿Quién teme al lobo feroz? ¡No, no, no!”. Fuera el lobo continuaba soplando en vano, cada vez
más enfadado. Hasta que decidió parar para descansar y entonces reparó en que la casa tenía una
chimenea. Para darle su merecido llenaron la chimenea de leña y pusieron al fuego un gran
caldero con agua, el lobo comilón descendió por el interior de la chimenea, pero cayó sobre el
agua hirviendo y se escaldo (aquí podemos observar la ignorancia que se puede poseer. Ya que en
el afán que se vive diariamente no medimos las consecuencias que nuestras acciones pueden
llegar a tener), el animal se pegó tal quemazo que salió gritando de la casa y no volvió.

b) El cuento de los tres cerditos y el lobo feroz es un cuento popular que no tiene una versión
original clara y definida. Algunos de los cuentos de Perrault y los hermanos Grimm son similares,
aunque ninguna es una versión oficial de este cuento que ayudó a popularizar Disney en los años
30. Es uno de los cuentos tradicionales que mejor ha resistido el paso del tiempo. Hoy día sigue
siendo un cuento original y creativo, con una moraleja perfectamente válida y actual. Fomenta en
un mismo cuento valores como el trabajo planificado y bien hecho, el ingenio para resolver los
nuevos problemas según surgen y la ayuda a quienes están en problemas. Un clásico con el que
todos aprendimos que antes de la diversión es la obligación.

Originalmente fue un cuento escrito en Inglaterra que llegó a ser extremadamente popular en los
Estados Unidos con la adaptación de Walt Disney de la historia. La moraleja de esta historia ha
inspirado a generaciones para trabajar duro para alcanzar el éxito, con la esperanza de que el
trabajo duro finalmente conducirá a resultados favorables.

Si hubieran permanecido juntos desde el principio y hubieran escuchado a su hermano mayor,


hubieran construido la casa de ladrillo mucho más rápido y más eficientemente. Así mismo el
cuento nos hace ver que unidos eran fuertes: a pesar de que los tres hermanos eran cerdos (que
comúnmente tienen las características de ser nada amenazantes, indefensos y pequeños)
comparados con el lobo feroz (un animal carnívoro, que da miedo, salvaje, voraz, grande y su
cuerpo está diseñado para atacar y comer a sus presas) los cerditos tenían una inteligencia e
ingenio que el lobo no poseía, es decir que la inteligencia puede más que la fuerza

La solidaridad es fundamental en esta historia así como el valor e importancia de la familia ya que
los cerditos se acogen cuando cada uno pierde su casa, y a pesar de que entre ellos se burlaban de
su arduo trabajo.

El mayor de ellos seguramente regañó a los otros dos por haber sido tan perezosos y poner en
peligro sus propias vidas. Uno no debe relajarse y celebrar antes de haber estado seguros que su
casa era segura, más bien, después de haber comprobado que el lobo por más que soplara no
podía entrar, era ahí cuando ellos estaban seguros y podían jugar y celebrar. Es por ello que
también vemos como la edad y experiencia que poseen los mayores son algo de respeto y siempre
se les debe escuchar y seguir su ejemplo.

Los hermanos pequeños se revelaron y querían hacer las cosas a su manera, pero solo se puede
ser autónomo y vivir solo, en el momento que se está en una edad adecuada, que se tiene la
suficiente sabiduría y madurez

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