La Base de La Salud Financiera

LA BASE DE LA SALUD FINANCIERA
Bienestar Financiero – Parte 1

Rick Warren – Iglesia de Saddleback
2 de octubre de 2011
SIETE PRINCIPIOS: MATEO 25:14-30
“El reino de los cielos será también como un hombre que, al emprender un viaje,
llamó a sus siervos y les encargó sus bienes.” Mateo 25:14 (NVI)
1. POSSESSON:
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“A uno le dio cinco mil monedas de oro,[a] a otro dos mil y a otro sólo mil, a cada
uno según su capacidad. Luego se fue de viaje.” Mateo 25:15 (NVI)
2. ASIGNACIÓN:
______________________________________________________________
“El que había recibido las cinco mil fue en seguida y negoció con ellas y ganó
otras cinco mil. Así mismo, el que recibió dos mil ganó otras dos mil. Pero el que
había recibido mil fue, cavó un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su
señor.” Mateo 25:16-18 (NVI)
“Después de mucho tiempo volvió el señor de aquellos siervos y arregló cuentas

con ellos.” Mateo 25:19 (NVI)
3. RENDICIÓN DE CUENTAS:
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“El que había recibido las cinco mil monedas llegó con las otras cinco mil. ‘Señor
—dijo—, usted me encargó cinco mil monedas. Mire, he ganado otras cinco mil.’
Su señor le respondió: ‘¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel!’” Mateo 25:20-21(NVI)
“Llegó también el que recibió dos mil monedas. ‘Señor —informó—, usted me
encargó dos mil monedas. Mire, he ganado otras dos mil.’ Su señor le respondió:
‘¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel!’” Mateo 25:22-23 (NVI)
“Después llegó el que había recibido sólo mil monedas. “Señor —explicó—, yo
sabía que usted es un hombre duro, que cosecha donde no ha sembrado y
recoge donde no ha esparcido. Así que tuve miedo, y fui y escondí su dinero en
la tierra. Mire, aquí tiene lo que es suyo.” Pero su señor le contestó: “¡Siervo
malo y perezoso!’” Mateo 25:24-26 (NVI)
“Pues debías haber depositado mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo

hubiera recibido con intereses.” Mateo 25:27(NVI)
4. UTILIZACIÓN:
______________________________________________________________
5. MOTIVACIÓN:
______________________________________________________________
“Así que tuve miedo, y fui y escondí su dinero en la tierra.” Mateo 25:25 (NVI)
“Quítenle el dinero a este siervo y dénselo al que tiene las diez bolsas de plata. A
los que usan bien lo que se les da, se les dará aún más y tendrán en abundancia;
pero a los que no hacen nada se les quitará aun lo poco que tienen.”
Mateo 25:28-29 (NTV)
6. APPLICACIÓN:
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7. COMPENSACIÓN:
______________________________________________________________
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“Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido
fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!”
Mateo 25:21 (NVI)
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Rick Warren – Iglesia de Saddleback
2 de octubre de 2011
¡Hola Saddleback! Es bueno verlos a todos este fin de semana. Este es el primer fin de
semana oficial de otoño y estamos listos para comenzar una nueva serie que he estado
esperando todo el año para hacerla realidad. Estoy muy entusiasmado con esta serie.
La Década del destino es un énfasis de tres años de la familia de nuestra iglesia.

Durante la Década del Destino tenemos cerca de una docena de iniciativas importantes
que estamos haciendo juntos como una familia. Una de esas iniciativas importantes,
entre estas doce en la Década del Destino, es lo que llamamos la Iniciativa de Vida
Saludable. Es una iniciativa en la vida equilibrada. Durante la Iniciativa de Vida
Saludable, en los próximos tres años, vamos a ver las siete áreas claves de tu vida que
necesitas para recuperar la salud, ponerte en forma, ser más fuerte, para que tu vida
esté equilibrada, sea más tranquila y menos estresante.
Las siete áreas claves que vamos a ver: salud física; estamos viendo la salud espiritual;
vamos a hacer un módulo sobre salud emocional; vamos a hacer uno sobre la salud
familiar y relacional; vamos a hacer uno sobre la salud mental; vamos a hacer una serie
sobre salud vocacional (la carrera); uno sobre la salud financiera. Vamos a hacer siete
áreas claves de la vida en los próximos tres años.
Decidimos comenzar con lo físico porque si pierdes energía, no tienes fuerzas para
hacer todos los cambios en tu vida. Así que recuerda que al principio de este año,
empezamos con una serie sobre la salud física y pusimos en marcha lo que era el Plan
Daniel. Más de 12 mil de ustedes han firmado eso y se ven mejor y mejor cada
semana. No quiero decir que nuestra iglesia se está encogiendo, pero es, porque
hemos perdido una cuarta parte de un millón de libras. De hecho, si estás haciendo el
Plan Daniel, en algún momento durante la parte aburrida de este sermón, saca una
tarjeta y escribe un informe de tu progreso. Queremos sumar todos los kilos perdidos.
Si has sido parte de esto y has perdido kilos, háznoslo saber. Vamos a hacer un video
y vamos a hacer algunas fotos de antes y después. Como los de Jenny Craig – antes y
después. (Antes, yo era un trozo de amor ardiente – ¡ahora soy un pedazo más
pequeño de amor ardiente!)
Hemos hecho lo físico. Ahora este otoño vamos a entrar en el segundo módulo,
empezando este fin de semana con una serie importante sobre la salud financiera.
Estoy muy entusiasmado con esto por un par de razones. En primer lugar, vamos a
estudiar dos de mis libros preferidos de la Biblia – el libro de Proverbios y el libro de
Eclesiastés. Están en el Antiguo Testamento y fueron escritos por Salomón, el hombre
más sabio que jamás haya vivido. Me encantan estos libros. Están llenos literalmente,
de consejos sobre cómo salir de las deudas, cómo mantenerse fuera de las deudas,
cómo prosperar, cómo tener estabilidad financiera, cómo ahorrar, gastar, invertir, no
malgastar tu dinero, aprovechar al máximo, hacer que tu dinero trabaje para ti y que tú
no trabajes para el dinero. Muchos principios. Vamos a ver sobre las leyes, las leyes
financieras que se encuentran en la Biblia, en la Palabra de Dios. Y hay veinte, treinta
de estas que vamos a ver durante esta serie.
La otra razón por la que estoy emocionado es porque sé que necesitamos esto en este
momento. Ya tenemos tres años en recisión. Hay mucha más gente sin trabajo ahora,
que nunca antes en nuestra vida. Hay más personas con un nivel bajo de pobreza en
Estados Unidos, que nunca antes en nuestra vida. Más gente está clasificada como
legítimamente pobre, ahora más que antes. Hay más gente con su casa volteada de
cabeza. En otras palabras, ellos deben más de lo que debían antes. Tenemos el once
por ciento de nuestra familia de la iglesia sin trabajo.
Me preocupo por ti y estoy orando acerca de esto todo el tiempo. Sin embargo,
votamos hace un año como iglesia, para no participar en la recesión. Dijimos que no
vamos a ser parte de eso. Vamos a hacer nuestro propio programa de recuperación
personal. No vamos a esperar al gobierno. Existen principios en la Palabra de Dios en
los que Él dice, Si haces estas cosas te bendeciré. Estoy muy emocionado por eso.
Antes de que veamos Proverbios y Eclesiastés, vamos a comenzar a ver estas leyes
de libertad financiera, leyes de aptitud financiera, leyes de bendiciones financieras para
nuestras vidas. Jesús habló más acerca del dinero que del cielo o el infierno. ¿Sabías
eso? Habló más del dinero que del cielo y el infierno. ¿Por qué? Porque pasamos más
tiempo pensando en el dinero que en el cielo o el infierno. Pasamos mucho de nuestro
tiempo pensando en cómo conseguirlo, cómo hacerlo, cómo ahorrarlo, como gastarlo,
como invertirlo, como protegerlo, como asegurarlo y todas esas cosas. Domina mucho
de nuestras vidas.
Jesús habló mucho sobre la administración del dinero. Él también nos dijo que la
administración del dinero es una disciplina espiritual. Dios está observando como
manejo mi prosperidad para ver qué es lo que me puede confiar en las riquezas
espirituales del cielo.
Jesús, cuando mencionó las parábolas, las famosas historias de Jesús, más de la
mitad de las parábolas que Jesús dijo, tenían que ver con posesiones materiales. Así
que hay mucho material en la Biblia sobre cómo salir de deudas, como mantenerse
alejado de las deudas, como controlar el dinero en lugar de que éste te controle a ti.
Este fin de semana antes de comenzar Proverbios y Eclesiastés, quiero que veamos
Mateo 25. Vamos a ver aquí la historia que Jesús contó. Esta es llamada, la Parábola
de los Talentos.
Muchas personas han malinterpretado esta parábola porque menciona la palabra

“talentos.” Cuando escuchamos la palabra “talentos” pensamos en dones, habilidades,
tu forma, tu personalidad, tus dones espirituales, tu corazón, las cosas que te encantan
hacer, en lo que eres naturalmente bueno. La palabra “talento” en Ingles viene de este
capítulo en la Biblia. Antes de que Jesús mencionara esta historia, la palabra “talento”
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no existía. Pero un talento es una medida de dinero. Mientras esta se aplica a tus
talentos, tus dones, tus habilidades, esta es una parábola, una historia acerca de la
administración del dinero. Un talento era un peso específico de oro. Había un talento
Babilónico, un talento griego, y un talento Romano, el cual era una cantidad específica
de dinero. Así que vamos a ver sobre ello.
En este capítulo, comenzando en el versículo 14, tenemos la historia de un acaudalado

hombre de negocios. Jesús cuenta la historia de un hombre muy, muy rico. Ustedes ya
saben lo que les da a cuidar a sus siervos. Él les dice, me voy de viaje. Voy a estar
fuera por mucho tiempo, así que los voy a poner a cargo de mi propiedad. Y divide su
riqueza entre sus tres siervos. En esos tiempos no había bancos, así que no guardabas
tu dinero en los bancos. Él tenía todas sus riquezas en su casa y la divide entre sus
tres siervos y les dice, espero que hagan lo máximo de esto y cuando yo regrese, ya
veremos lo que sucede. Así que él se va por un largo tiempo y después el hombre de
negocios regresa a casa y les dice, Está bien, ríndanme cuentas. ¿Qué hicieron con mi
dinero?
Ellos cuentan la historia. Dos de los hombres tienen un buen reporte. Uno de ellos tiene
un mal reporte. Entonces Jesús saca algunas verdades espirituales de esto.
De esta historia aprendemos siete bases para una salud financiera. Si nunca has
necesitado tomar notas, necesitas tomar nota este fin de semana. Estas son bases
para fundamentar la estabilidad de tu vida para que llegues a ser lo que Dios quiere
que seas.
En Mateo 25:14, al comienzo de la historia, dice esto, “El reino de los cielos (Jesús lo
dijo) será también como un hombre que, al emprender un viaje, (este hombre de
negocios) llamó a sus siervos y les encargó sus bienes.”
Circula la palabra “sus” en ese versículo. Él dice, llamó a sus tres siervos y les encargó
sus bienes. Así que, cuando estamos hablando de dinero aquí, ¿de quién es el dinero
del que estamos hablando? ¿El dinero propiedad del amo o el dinero propiedad de los
siervos? Del amo. No es de los siervos. Es el dinero del amo y se los está dando para
que lo cuiden.
Esto a propósito, se le llama mayordomía. Ya han escuchado esta palabra antes –

mayordomo o mayordomía. Esa es la palabra inglesa antigua “administrador.”
Cualquiera de ustedes que son gerentes o están involucrados en la administración en
un negocio, son mayordomos. Un mayordomo es un gerente y mayordomía
simplemente significa administración. Nosotros somos llamados para ser mayordomos
de nuestro tiempo – el manejo de nuestro tiempo. Somos llamados para ser
mayordomos de nuestra influencia. Somos llamados a ser mayordomos de nuestra
salud, de nuestras mentes, de nuestras relaciones, de nuestras oportunidades. Tienes
que ser un mayordomo o gerente de todo lo que tienes.

Él dice aquí, “llamó a sus siervos y les encargó sus bienes.” Esta es la primera ley de
la libertad financiera. Es esta.
1. La ley de Posesión es ésta: TODO LO QUE TENGO LE PERTENECE A DIOS
Necesito establecer esa ahora mismo. No es mi dinero. Todo le pertenece a Dios. Tú

dices, “¡Espera un minuto! ¡Yo he trabajado por esto!” ¿De dónde piensas que
obtuviste tu cuerpo para trabajar por ello? ¿De dónde piensas que obtuviste tu mente
para trabajar por ello? ¿De dónde piensas que obtuviste tu energía para trabajar por
ello? ¿De dónde piensas que obtuviste tu inteligencia para trabajar por ello? Todo lo
que tienes es un regalo de Dios. Así es que realmente no tienes nada. Todo es un
préstamo.
Algún día voy a escribir un libro y la primera frase del libro será, "Lo que crees que
posees, es solo un préstamo". Yo no poseía nada antes de nacer. No traje nada al
mundo. He estado allí en el nacimiento de todos mis hijos y nietos. Ninguno de ellos
llegó trayendo un maletín lleno de dinero. Tú no trajiste nada al mundo y yo también he
estado allí en el otro extremo, en los funerales, nadie se lleva nada con ellos. Nunca
ves una carroza conduciendo un U-Haul.
Así que sólo lo vas a usar mientras estás aquí. Es el dinero de Dios. Dios se lo prestó a
alguien antes que a ti. Te lo prestó a ti por ochenta años. Y se lo va a prestar a alguien
más después de que te mueras. No te pertenece. Todo está bajo administración. El
amo posee todo. Dios es el dueño.
Esto es muy importante porque tendemos a olvidarlo. Lo olvidamos y cuando lo

olvidamos, ¿sabes cuál es la señal de que has olvidado que todo es de Dios y que
nada es tuyo? Cuando piensas que es tuyo, te preocupas. La preocupación es una
señal de pensar que todo es tuyo.
Digamos que tienes una casa de playa y dices, "Rick, voy a ir a España por un año.
Vamos a permitir que Kay y tú utilicen nuestra casa de playa durante un año." Así que
usamos su casa de playa durante un año. Tú llamas un año más tarde y dices,
"pensamos que nos vamos a quedar. Estamos pasando buenos momentos y nos
vamos a quedar otro año en España. Utiliza nuestra casa de playa por otro año". Al
tercer año vuelves a llamar y dices, adelante, úsala durante el tercer año. En este
momento, yo ya estoy empezando a pensar, "Esto es mío". Vienes a casa al cuarto año
y dices, "Estamos listo para regresarnos a vivir aquí". Yo digo, "¿Qué quieres decir? No
van a vivir aquí. Esta es mi casa. La posesión es nueve décimos de la ley. Ahora es
mía."
Tendemos a pensar que porque Dios nos lo ha prestado por un período prolongado de
tiempo, que ya es nuestro. No lo es. Si te recordaras esta verdad a ti mismo todos los
días, te preocuparías mucho menos.

El siguiente versículo, el versículo 15 dice de este amo que presta su dinero, “A uno
le dio cinco mil monedas de oro, a otro dos mil y a otro mil, a cada uno según su
capacidad. Luego se fue de viaje.”
¿De qué está hablando aquí? Un talento, un talento romano, son setenta y un kilos de
oro. Hoy y ayer, el oro ha estado a mil seiscientos dólares la onza. Eso significa que si
tienes un talento de oro, tienes un millón de dólares. Esta no es una inversión pequeña.
Si tienes dos talentos, los que le dio a un hombre, Jesús le dio tres millones de dólares
para que los cuidara mientras estaba ausente. Si te ha dado cinco talentos, te ha dado
nueve millones de dólares para cuidar. Esto no es una pequeña cantidad.
Verdaderamente está confiando.
Dios ha hecho una enorme inversión en ti. De eso vamos a hablar más tarde. Pero, la
primera ley, es la ley de que Dios posee todo; todo le pertenece a Él.
Después la segunda ley dice, Él le da cinco talentos a uno, dos talentos a otro y un
talento de oro a otro... “…A cada uno según su capacidad.” Y después se fue de viaje.
2. Esta es la ley de Asignación: DIOS ME HA PRESTADO DINERO
Ya hablamos de eso. No te pertenece. Él te lo está prestando por treinta, cuarenta,

cincuenta, sesenta, setenta, ochenta, noventa, a lo máximo, por cien años.
Te das cuenta en esta historia que Jesús menciona que cada uno recibe una cantidad
diferente. Es obvio. No todos somos igualmente acaudalados. No todos somos del
mismo nivel económico. Él dice, a un hombre le dio un talento, a algunos les da dos
talentos. A algunos les da cinco talentos. El punto es éste, Todos reciben algo.
No hay gente sin talento en el mundo. Si estás respirando, es una bendición. Si estás
vivo, es una bendición. Todos recibimos algo. Nota los versículos 16 al 18, “El que
había recibido las cinco mil fue enseguida y negoció con ellas (circula la frase
“negoció) con ellas y ganó otras cinco mil. Asimismo, el que recibió dos mil ganó
otras dos mil. Pero el que había recibido mil, fue, cavó un hoyo en la tierra y
escondió el dinero de su señor.”
Hay un par de cosas que quiero señalar aquí. La primera es esta: El dinero es una
herramienta para ser utilizado. Lo pones a trabajar. Tú usas el dinero y amas a la
gente. Si es al revés, vas a tener problemas. Porque si empiezas a amar el dinero, vas
a utilizar a la gente. La gente es para ser amada; el dinero es para ser usado. Nunca
ames el dinero; úsalo. Es una herramienta para ser usada.
Tú dices, “¿Pero no es el dinero la raíz de toda maldad? ¿No es eso lo que la Biblia
dice?
Eso no es lo que la Biblia dice. La Biblia no dice que el dinero es la raíz de toda
maldad. Dice, dice, “Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males.” El

dinero es neutral completamente. Puede ser usado para bien o para mal. Pudo ser
usado por Hitler para bombardear Europa o pudo ser usado por las iglesias para
esparcir las buenas nuevas y alimentar a los hambrientos. Lo puedes usar para
propósitos egoístas. O lo puedes usar para propósitos no egoístas. Lo puedes usar
para crear negocios y productos que bendigan al mundo entero. El dinero es neutral.
No es ni bueno ni malo. Depende de lo que tú hagas con él.
Pero él dice, pon tu dinero a trabajar. Una de las cosas que vamos a aprender en las
próximas semanas, es cómo poner nuestro dinero a trabajar. La razón por la que
mucha gente tiene deudas y porque nunca puede salir de ellas, es porque siempre
están trabajando para su dinero en lugar de que su dinero trabaje para ellos. Tienes
que revertir eso. Es una manera completamente diferente de pensar acerca del dinero.
Tienen que aprender a cómo poner tu dinero a trabajar en lugar de que tú trabajes para
el dinero. Si trabajas para el dinero, siempre estarás necesitando más. Siempre estarás
en deuda. Pero si aprendes a hacer que el dinero trabaje para ti, entonces el dinero se
convierte en tu siervo. El dinero es un siervo maravilloso; es un amo terrible. Tú sabes
que es el amo cuándo te causa estrés en tu vida. Se está adueñando de ti, te está
controlando.
Dice que les da el dinero a sus tres siervos. Uno va y lo invierte, lo pone a trabajar. Otro
va y lo pone a trabajar y el tercero va y lo esconde bajo el suelo.
Este es el punto: Tú escoges lo que vas a hacer con lo que Dios te da. Tú no escoges
lo que se te da. A algunas personas se les da un talento, a algunas personas se les da
cinco talentos, a otras se les da diez talentos, a algunas personas se les da dos
talentos. Solo son cantidades diferentes. Pero tú puedes escoger que hacer con ellos.
Y Dios está observando lo que tú haces con ellos.
Cuando vayas al cielo un día, Dios no te va a decir: “¿Por qué no fuiste más como tu
hermano? ¿Por qué no fuiste más como tu papá? ¿Por qué no fuiste más como tu
mamá?” No. Tú eres el único responsable de los talentos que te fueron otorgados. Y no
estoy hablando solamente acerca del dinero, sino también de tu tiempo, tus habilidades
y todas esas cosas diferentes. Cuando llegues al cielo, Dios no te va a comparar con
nadie. No le puedes decir, “Solamente me diste un talento. A esa persona le diste cinco
talentos.” Dios no te va a decir “¿De quién estás hablando?” Dios quiere saber, “¿Qué
hiciste con lo que te fue dado? No lo que le di a alguien más, sino lo que te di a ti.” Dios
dice, tú escoges lo que vas a hacer con el dinero que te di.
¿Qué puedes hacer con ese dinero? Lo puedes malgastar. Y hay muchísimas formas
de malgastarlo. Lo puedes gastar. Lo puedes usar. Lo puedes invertir. Lo puedes
acumular. Hay muchas maneras y Dios permite que tú escojas la manera en que lo
quieres hacer. Pero un día vas a tener que dar cuenta de las razones por las que
escogiste hacer lo que hiciste con el dinero que Él te prestó mientras vivías.

Esta es una prueba. Un día vas a tener que dar explicaciones sobre esto. Es por eso
que en el Versículo 19 dice, “Después de mucho tiempo volvió el señor de
aquellos siervos y arregló cuentas con ellos.” Circula “cuentas.” Dice que regresó a
arreglar sus cuentas.
Esta es la siguiente ley, la tercera ley. La tercera ley es la Ley de Rendición de

Cuentas.
3. La ley de Rendición de Cuentas es esta: UN DÍA DIOS ME VA A PEDIR

CUENTAS.
Un día Dios me va a pedir cuentas. Él va a venir a ajustar cuentas. Va a haber un

examen final de lo que Dios te dio en vida. Será una auditoría de tu vida. No de
Hacienda, sino de Dios. La diferencia entre Hacienda y Dios es que Dios tiene todos
tus registros. No necesitas llevar nada a esa auditoría. Él tiene todo. Él ha visto todo lo
que has hecho con tu tiempo, con tus palabras, con tu dinero, con tu vida. Las veces
que lo usaste para bien y las veces que lo usaste para mal. Pero un día rendirás
cuentas. Y es una tontería ir por la vida pensando, no voy a tener una auditoría al final
de la vida. ¿Crees que Dios te puso en este planeta, y luego al final te dirá, "¿Qué
hiciste con tu vida? Yo te creé; Yo te hice por una razón." Así que ahí va a haber esta
auditoría.
Dios ha invertido en ti. Él te ha dado ciertos dones, ciertas habilidades, ciertas

oportunidades. Te ha dado ciertos recursos. Él te ha dado una cierta herencia. Te ha
dado ciertas libertades. Te ha dado cierta cantidad de intelecto, inteligencia y energía.
Él te va a preguntar, “¿Qué hiciste con todo eso?” Hice mucho dinero, me retiré y
morí.” ¡Respuesta equivocada! ¿Crees que yo te puse en la tierra para vivir para ti?
¿Crees que yo te puse en la tierra solo para que vivas para ti? ¿Y qué acumules
muchas cosas que no te vas a llevar cuando mueras? La vida no es la adquisición de
cosas. Ya has visto esa calcomanía, “El que muere con la mayoría de los juguetes,
gana.” No, la calcomanía debería decir, “El que muere con la mayoría de los juguetes,
aun así se muere.” Y desperdició su vida. La vida no es acerca de la adquisición de
cosas porque no te vas a llevar nada contigo. Todo le pertenece a Dios. Y Dios me lo
ha prestado. Él está viendo lo que hago con ello y un día voy a tener que rendirle
cuentas de lo bien que utilicé el dinero, los recursos, el tiempo, la energía – todas las
cosas que Dios me dio
La Biblia dice esto en Romanos 14:12, “Así que cada uno de nosotros tendrá que
dar cuentas de sí a Dios.” Es divertido ser irresponsable. Pero no puedes ser
irresponsable toda tu vida. Mi suposición es que cuando saliste de secundaria, a) o
saliste y trataste de conseguir un trabajo o b) fuiste a la Universidad. De cualquier
manera, si fuiste a la Universidad o a un trabajo, probablemente un par de años solo
estuviste flojeando. Pensando, "Estoy fuera de la casa; Voy a tener algo de diversión".
Y así eras de irresponsable. Duermes, realmente no tratas de conseguir un trabajo, ves
caricaturas y comes cereales de cacao y juegas videojuegos y cosas así.

Pero en algún momento tienes que despertar y decir, "¡Disculpe! ¡Tengo que tener una
vida! No puedo ser irresponsable toda mi vida." Puede que funcione por un año o dos,
pero el amo va a regresar y tengo que rendirle cuentas. La irresponsabilidad nunca
dura. Siempre te atrapa al final.
Y eso es lo que sucede cuando la gente se endeuda. Somos irresponsables

financieramente y eventualmente nos atrapa. Y los pollos vienen a casa a pagar las
consecuencias.
Ahora América se tambalea por el resultado de décadas de gastos excesivos. Y es

sorprendente como la nación más rica, más bendecida y más próspera en el mundo,
está al borde de la quiebra. Pero puede suceder. Todo lo que debes hacer es gastar
billones y billones y billones de dólares y seguir gastando. No se puede ser
irresponsable para siempre. En algún momento tienes que madurar.
La ley de Rendición de Cuentas dice esto: un día Dios va a decir, ¿qué hiciste con lo
que te di? Observa que estos tres hombres tuvieron tres diferentes respuestas
El primero entregó un buen reporte. Entregó un buen DSSI – Devolución sobre su

Inversión. Versículos 20-21 dicen, “El que había recibido las cinco mil monedas de
oro llegó (recuerda que eran aproximadamente nueve millones de dólares) con
las otras cinco mil. “Señor, dijo, usted me encargó cinco mil monedas. Mire, he
ganado otras cinco mil. Su Señor le respondió, ¡Hiciste bien, siervo bueno y
fiel!”
¡Supongo que sí! Recibió el cien por ciento más. Yo hubiera estado feliz con una
décima parte de eso hoy en día, ¿tú no? Te devuelven el cien por ciento más. Duplicó
su inversión. Este hombre compró Google. Entró en la parte delantera de Amazonas o
algo así y realmente ha disparado sus acciones. Duplicó su inversión. Devolvió un cien
por ciento más.
Lo mismo para el segundo hombre. El segundo hombre también entrega un buen

reporte y hace una buena devolución. Versículo 22: “Llegó también el que recibió
dos mil monedas. Señor, informó. Usted me encargó dos mil monedas. Mire, he
ganado otras dos mil. (El duplicó esto) Su Señor le respondió, ¡Hiciste bien, siervo
bueno y fiel!” Un cien por ciento sobre su inversión.
El tercer hombre no tiene una buena historia que contar porque no usó sabiamente lo
que Dios le dio. Él no tiene un buen reporte. Versículo 24, “Después llegó el que
había recibido solo mil monedas. Señor, explicó, yo sabía que usted es un
hombre duro, (Nota que él está volteando las cosas. Él está tratando de culpar a su
amo. Amo, yo sabía que tú eres un hombre duro) que cosecha donde no ha
sembrado y recoge donde no ha esparcido. Así que tuve miedo, (miedo de perder
tu dinero) y fui y escondí su dinero en la tierra. (Lo enterré). Mire, aquí tiene lo que
es suyo.” (No arriesgó nada. No ganó nada. ¿Cuál es la respuesta de su amo?)
“¡Siervo malo y perezoso...!”

Dejemos esto aparte por un minuto. Esta historia está en la Biblia por una razón. El
hombre entierra lo que Dios le ha dado. No hace nada con él. No usa su talento.
Después culpa a su amo por su propia y mala administración, por su fracaso. Él dice,
“¡Soy una víctima!”
Actualmente tenemos gente que hace eso; echan a perder sus vidas y después no
saben qué hacer. Así que culpan al gobierno, o culpan al jefe, o culpan a sus padres.
Culpan a todo el mundo. Dios no hizo que gastaras esas cantidades con tus tarjetas de
crédito. Dios no te dijo que compraras un auto nuevo que no puedes pagar. La Biblia
dice esto en Proverbios 19:3, “La necedad del hombre le hace perder el rumbo y
para colmo se irrita contra el Señor.”
Observa la respuesta del maestro a este hombre que se quejaba. Él dice en el

versículo 27 “Pues debías haber depositado mi dinero en el banco, para que a mi
regreso lo hubiera recibido con intereses.” Basta con colocarlo en una cuenta
corriente. No está haciendo mucho, pero eso es mejor que cavar un hoyo en la tierra y
simplemente enterrarlo. Se podría haber hecho por lo menos un poco de dinero en el.
Esto nos lleva a la cuarta ley de libertad financiera. Y es la Ley de Utilización.
4. La ley de Utilización es esta: DEBO USAR SABIAMENTE EL DINERO DE DIOS
Dios espera que use lo que tengo. No que lo acumule, ni que me siente sobre él, ni que
lo esconda ni lo queme, ni que lo niegue. El dinero es una herramienta y debe ser
utilizado. No es para ser acumulado.
El dinero es como el abono. Si lo esparces, ayuda a las cosas a crecer – como

fertilizante. Pero si lo apilas, comienza a apestar. El dinero es como el fertilizante. No lo
apiles. Dios dice que el dinero es para ser usado.
Dios espera que invierta lo que me presta. El tercer hombre, ¿cuál es su problema? Es
cauteloso, es conservador. No es aventurado. Solamente se sienta sobre él. El cuida lo
que su amo le ha dado y no hace nada con él.
¿Molesta esto a su amo? ¿Estás bromeando? El amo le dice, “siervo malo y perezoso.”
¿No te parece eso muy fuerte? Él tuvo miedo de perderlo todo y no hizo nada con ello,
pero el amo le dice, eres malvado.
Esa no es una palabra que usamos para el mal manejo del dinero. Pero lo que está
diciendo aquí es que es un pecado serio. Cuando pensamos en esta palabra, malvado,
pensamos en violación. Pensamos en asesinato. Cuando pienso en la palabra
malvado, pienso en abuso infantil. Pienso en tráfico de sexo. Pienso en esclavitud. Yo
pienso en esas cosas como malvadas.

Pero, ¿sabes que es lo que Dios dice? Él está diciendo, “Rick, es malvado cuando
abusas o haces mal uso de los recursos que te di. Si no los usas de manera sabia, es
malo. Esta es una prueba. Te puse en la tierra para ver si podía confiar en ti. Si no
puedo confiar en ti en el cielo con mayores responsabilidades, si no puedo confiar en ti
aquí en la tierra con algunas cosas del manejo del dinero.” Él dijo, “el no hacer nada, no
tiene excusas.”
“¿Qué hiciste con él?” Él dice, “Lo enterré.” ¿Qué hacemos cuando enterramos algo?
Enterramos cosas para olvidarlas. No quiero pensar más en eso. No quiero enfrentarlo.
No quiero cargar con la responsabilidad. El dinero es una responsabilidad bastante
grande, así que no quiero pensar en él. Así es como la gente se endeuda. Cada vez
más. No quieren pensar en ello. “Sé que no lo estoy haciendo. Sé que voy a ir en
deudas más profundas cada mes. Así que no quiero pensar en ello. Solo pretenderé
que no existen. Las voy a enterrar. Voy a enterrar mis problemas financieros e ignorar
el hecho de que mi tarjeta de crédito sigue en aumento cada mes.
Amigos, el crédito fácil más la ignorancia y estar en la oscuridad en tus finanzas, les
garantiza un desastre. Uno de los puntos que vamos a ver, una de las leyes, es saber
de dónde viene el dinero, saber hacia dónde se va, saber dónde lo tienes y saber lo
que estás haciendo con él.
¿Qué es lo que está diciendo aquí en esta historia? ¿Qué nos dice en esta historia?
Que no podemos agradar a Dios no haciendo nada. Tú dices, Rick, ¿me estás diciendo
que si no hago nada eso es malvado? Sí.
Porque Dios no te puso en esta tierra para que no hagas nada. Él te puso en la tierra
para que utilices tu tiempo, tu dinero, tu energía, tu inteligencia, tu personalidad y todas
esas cosas para bien y para Dios. Para conocer a Dios, para conocer a otros, para
amar a otros, para amar a Dios. No hacer nada con lo que Dios me ha dado, no tiene
excusas. De hecho, Dios preferiría que trataras e invirtieras tu vida en algo aunque
fracasaras completamente, a que no hagas nada y tengas éxito. Porque Dios quiere
que aprendamos a vivir por fe.
Antes de que nos movamos de este punto, déjame hacerte esta pregunta: ¿Cuál de las
tres personas – la persona de los cinco talentos, la persona de los dos talentos o la
persona de un talento era más probable que enterrara su talento? El de un talento.
¿Por qué? Porque cuando sólo tengo un talento, veo a las personas de cinco talentos y
digo, bueno, ellos no me necesitan. Me quedaré aquí sentado en el banco y voy a
observar. Porque yo no soy una superestrella, no haré nada.
El que no puedas ser una superestrella no quiere decir que no hagas nada con tu vida.
No tengo el cerebro que ella tiene. No me veo como ella se ve… No tengo los
antecedentes que él tiene... No me convertí en cristiano hasta ya tardé en mi vida…Hay
miles de excusas.

No, no es eso. Dios no te va a juzgar ni a evaluar ni a auditarte de acuerdo con alguien

más. Cuando finalmente te das cuenta, ¿qué comenzaste a hacer con ello? Cuando
finalmente la luz se encendió y te alumbró, que estás aquí no para ti mismo, ¿hiciste
algo al respecto? Si no desarrollaste ese talento, Él dice que no es bueno. La persona
de un talento que dice, Yo no soy una superestrella; Sólo me sentaré aquí. Sólo porque
no puedes ser el mejor, no significa que no puedes hacer nada.
La razón por las que estoy machacando este punto es porque algunos de ustedes han
perdido el gozo. Y es como que van por la vida, yendo a través de los movimientos.
Mismo lugar, misma cosa. ta-dum, ta-dum. No hay alegría en tu vida. No hay ninguna
energía en tu vida. No hay ningún entusiasmo en tu vida. Solo estás viendo pasar las
horas y golpeando el reloj, esperando el fin de semana.
Te estás perdiendo el propósito de Dios para tu vida. Dios quiere que hagas mucho
más que solo golpear el reloj e ir por la vida poco a poco. No hay chispa. No hay
entusiasmo.
¿Cuál es la razón por la que no hay chispa ni entusiasmo? Estás jugando a lo seguro.
Estás enterrando tus talentos en el suelo.
Yo no sé cuáles son. Tal vez tú no sabes cuáles son. Es por eso que tenemos una
clase llamada Clase 301 para ayudarte a descubrir todos los diferentes talentos en tu
vida – tu forma, tus habilidades, para lo que Dios te hizo. Pero si estás viviendo por ti
mismo y no usas tus talentos para el propósito de Dios, no vas a ser feliz. No vas a ser
feliz.
¿Por qué hacemos esto? No es como si un talento no fuera nada. Era un millón de
dólares. ¿Y lo enterraste? ¿Lo enterraste? ¡Tienes que estar bromeando! ¿Qué
significa eso? ¿Por qué lo hacemos? ¿Por qué escondemos los talentos? No
queremos que los demás sepan acerca de ellos. ¿Por qué no salimos en una
extremidad con Dios y confiamos en Él en fe?
Una razón: Miedo. Es miedo. Eso nos trae a la siguiente ley. La quinta ley de libertad
financiera y salud financiera es la Ley de Motivación. Es esta:
5. Motivación: Si voy a tener éxito en la vida, DEBO ACTUAR EN CONTRA DE MIS

MIEDOS.
Tengo que moverme en contra de mis miedos. Tengo que hacer lo que más temo.
Porque con cada talento hay un temor que te aleja de usar ese talento. Si tienes el
talento de cantar, tendrás temor de no agradarles a los demás. Si tienes talento para
los negocios, tendrás el temor de ¿y si fracaso? Si tienes un talento en cualquier otra
área, siempre tendrás miedo de dar un paso y eso te impide sacarlo y hacer para lo
que Dios te creó, para invertir en tu vida.

¿Qué nos aleja de invertir en nuestras vidas? ¿Qué nos aleja de movernos hacia una
libertad financiera? Te diré lo que es: Es el miedo.
En este libro hay principios que Dios garantiza. No yo. Dios garantiza que si cumples
con estos principios financieros, serás bendecido. El problema es que algunos de ellos
son contra la cultura. Es exactamente lo contrario de lo que quieres hacer. Así que Dios
dice, “Vamos a hacer una prueba. ¿Confías en mí o en ti mismo? La razón por la cual
la gente nunca sale de deudas es porque no confían en Dios. Tienen miedo de hacer lo
que la Biblia dice que hagan. Y porque tienen ese miedo, continúan con deudas a
través de los años, constantemente en deudas, viviendo de la mano a la boca, teniendo
poco, gastando de más y estando muy estresados.
Dios promete que si yo sigo sus órdenes, y vamos a ver estas en el libro de Proverbios
y Eclesiastés iniciando la próxima semana, las leyes de estabilidad financiera. Dios dice
que si yo cumplo estás, encontraré bendición y beneficio en mi vida. Pero estas
requieren fe. Eso significa que los miedos yendo y viniendo porque tengo miedo de
hacer lo que Dios me dice que haga.
Esto sucede en muchas otras áreas. Las personas tienen miedo de hacerlo a la
manera de Dios. Me temo que si no me acuesto por ahí, nunca me voy a casar. Me
temo que nunca saldré de deudas si hago los principios ocho, diez y veinte que Dios
me dice que haga. Y Dios dice que esos temores te frenarán. Él dice, "Yo tenía miedo.
Tenía miedo y escondí tu dinero en el suelo."
Ahora vamos a la verdadera cuestión. Hay varios tipos de miedos que pueden frenarte.
Está la duda en uno mismo - yo nunca podría hacer eso. Siempre has tenido el sueño
de comenzar un negocio – No podría hacer eso. No estoy calificado. Es el miedo de
fracasar. ¿Cuántos de ustedes, cuando estaban en la escuela, tenían el temor que
causaba que vacilaran en levantar la mano? ¡Todavía lo tienen! Existe el temor de la
duda de uno mismo. Existe el temor de la propia conciencia – ¿Qué pensarán los
demás? La Biblia dice, “Temer a los hombres resulta una trampa.” Si te preocupas el
resto de tu vida por lo que otras personas piensan, nunca tendrás éxito. No tienes que
preocuparte por lo que piensan los demás.
Hay un temor de autocompasión. “He fracasado en el pasado; nunca más lo voy a

intentar.” Eso es tonto. El que fracases no es para que te des por vencido. Todos
fracasamos. Es la única manera de aprender qué es lo que funciona. No lo llames
fracaso: llámalo experimento. Llámalo educación. Si el fracaso es una educación,
muchos de nosotros estamos muy bien educados. Sabemos lo que no funciona. Dios
usa gente ordinaria para salir adelante.
Una de mis historias favoritas es la manera en que dos de los discípulos manejaron el
fracaso. Había dos hombres que siguieron a Jesús entre los doce que negaron a Jesús
en la cruz. Había dos de ellos. Judas negó a Jesús y Pedro también lo negó. Ambos
cometieron el mismo pecado. Ninguno era peor que el otro. Ambos negaron a su
Salvador, Jesucristo. Lo que hizo la diferencia fue la manera en que reaccionaron a su

error, Judas se auto compadeció, y deprimido se quitó la vida. Se colgó. Cometió

suicidio.
Pedro se dio cuenta que había hecho mal. Se acercó a Dios, oró, le pidió perdón, se
arrepintió. Y Pedro, el hombre con el error más grande de entre los doce, fue quien
Dios escogió para que cuarenta días después de la resurrección, Él dijera, ese es el
hombre que yo quiero que predique en Pentecostés y comience la iglesia y tres mil
personas fueron salvos ese primer día. Jesús ve a Pedro y le dice, Sobre esta roca, en
tu fe, construiré la iglesia. Él escogió la falla más grande entre todas, para construir la
iglesia.
¡Me gusta eso! El no escogió a una superestrella. El escogió al hombre que más había
fallado.
Así que si empiezas a decir, “voy a hacer esta fiesta de autocompasión. Realmente he
fracasado financieramente en el pasado.” Está bien. No importa dónde has estado. Lo
que importa es la dirección que vas a tomar a partir de hoy.
No vas a salir de deudas de la noche a la mañana. No te endeudaste de la noche a la

mañana. Uno de los principios que vamos a ver durante las próximas semanas se
llama el Principio de Poco a Poco. Es algo así sobre como bajar de peso. Me paré en
enero y dije: "Necesito perder mucho peso". He perdido unas cuarenta y cinco libras.
Me ha llevado de ocho a nueve meses. No he terminado. Voy a seguir, pero es poco a
poco. ¿Por qué? Yo no gané el peso en una sola noche. No vas a perder 80 libras en
una semana. No se logra de esa forma. Y no te endeudaste durante la noche. No vas a
salir de la deuda de la noche a la mañana.
Te lo aseguro, si te quedas conmigo las próximas cinco semanas, te diré cómo salir de
deudas. Voy a compartir mi testimonio financiero. Porque lo que voy a compartir
contigo no es sólo lo que está en la Palabra de Dios, sino cómo comencé a practicarla
a los diecisiete años. Es por ello que durante los últimos nueve años no he recibido un
salario de la Iglesia Saddleback. No lo necesitaba. ¿Por qué?
Cuando tenía diecisiete comencé practicando el principio 10-10-80. Cuando tenía

diecisiete empecé poner cincuenta centavos a la semana hacia mi jubilación – a los
diecisiete años. Eso se llama el poder del interés compuesto. Es la influencia más
poderosa en el mundo. El poder del interés compuesto. Einstein dijo: Es el factor más
poderoso en el mundo. Es geométrico y exponencial. Si empiezas poco a poco, se
expande y se expande. Pero tienes que hacerlo a la manera de Dios. ¿Qué significa
eso? Significa que estás pensando más a largo plazo que a corto plazo. Significa que
estás pensando en el futuro, no en el aquí y en el ahora. Vamos a hablar sobre dejar un
legado a los hijos y dejar un legado a los nietos y cómo lo puedes hacer. Pero tienes
que hacerlo a la manera de Dios.
El miedo siempre está ligado a este deseo de hacerlo a la manera de Dios. Satanás va
a tratar de conseguir que no lo hagas.

Este hombre no se movió en contra de su miedo. Así llegamos al siguiente principio. En

el Versículo 28 el amo dice esto; “Quítenle el dinero a este siervo y dénselo al que
tiene las diez bolsas de plata. A los que usan bien lo que se les da, se les dará
aún más y tendrán en abundancia; pero a los que no hacen nada se les quitará
aun lo poco que tienen.” Este tipo no utilizó lo que le di, lo poco que le di. “Quítenle
las mil monedas (al que se le había dado un talento) y dénselas al que tiene las diez
mil. (¡Tienes que estar bromeando! Le estás dando al que más tiene. ¡Sí!). Porque a
todo el que tiene se le dará más y tendrá en abundancia. Al que no tiene se le quitará
hasta lo que tiene.”
6. Esta es la ley de Aplicación: SI NO LO USO, LO PIERDO
Este es un principio universal que no puedes negar. Si no lo usas, lo perderás. Si no

estás usando lo que tienes, no obtienes lo que tenías. Dios tiene el derecho de quitarte
algo que no usas para invertirlo para El. Porque todo es suyo en primer lugar.
Hay una ley universal – si no lo uso, lo pierdo. Si rehúso a hacer ejercicio, pierdo
músculos. Si rehúso a pensar, mi mente se deteriora. Si rehúso a practicar, pierdo la
habilidad en deportes, música o en cualquier otra área. Pierdo ese talento. Si no lo
usas, lo pierdes.
Por otro lado, el otro lado es el lado bueno. Es esto. Si yo lo uso sabiamente, Dios me
da más. Yo soy la prueba A de este principio de que si usas sabiamente, Dios te da
más.
La gente dice, "Rick, escribiste el libro más vendido en la historia estadounidense. Te

ha traído millones y millones de dólares. Yo daría millones de dólares si tuviera
millones." ¡No, no! Yo tenía una trayectoria de treinta y cinco años antes de eso.
¿Sabes por qué Dios me permitió escribir Una Vida con Propósito? Porque me podía
confiar Su dinero. No es porque yo sea el mejor autor, porque no lo soy. Pero tenía un
historial de treinta y cinco años de serle fiel a Dios cuando estaba ganando doscientos
dólares a la semana y cien dólares a la semana y trescientos dólares a la semana. Yo
fui fiel en los 10-10-80. Yo fui fiel a los principios de Proverbios y fui fiel en ahorrar y
gastar y dar e invertir y todas esas cosas. Dios dice, Yo puedo confiar en ese hombre.
¿Puede Dios confiar en ti? ¿Puede Dios confiar así en ti? ¿Puede Dios derramarte
treinta, cuarenta millones de dólares, sabiendo que no los vas a enterrar y que los vas
a usar de la manera que Él quiere que los uses y no de la manera en que tú querrías
usarlos?
De lo que más necesitas, dáselo a Dios. Si necesitas más tiempo, dale a Dios tu
tiempo. Si necesitas más energía, dale a Dios tu energía. Si necesitas más cerebro,
dale a Dios tu cerebro. Si necesitas más dinero, dale a Dios tu dinero. Eso es lo que El
bendice. Lo que siembres, cosecharás. Ya veremos eso, una de las leyes es la ley de
la cosecha.

Cuando siembras una semilla, no cosechas una semilla. Siempre recibes

exponencialmente, geométricamente más. Si siembras un grano de maíz, y la planto en
el patio de mi casa, no cosecho un grano de maíz. Obtengo un tallo de maíz con
cientos de núcleos en él. Siempre que siembro, recibo más. Esa es la ley de siembra y
cosecha.
Hay una ley más – la Ley de Compensación.
7. La ley de Compensación es esta: DIOS ME RECOMPENSARÁ POR LA BUENA

ADMINISTRACIÓN DEL DINERO.
Dios me recompensará por la buena administración del dinero. El dinero es la prueba

de fuego de tu fe. Dios lo usa más que cualquier otra cosa en tu vida para probar tu fe.
¿Por qué? Porque es con lo que tenemos mayores problemas.
Veamos las recompensas que Dios da por administrar sabiamente el dinero
Versículo 21, dice esto, “Su señor le respondió, (a los hombres que utilizaron bien su
dinero) ¡hiciste bien siervo bueno y fiel! (esa es la primera recompensa) En lo poco
has sido fiel, te pondré a cargo de mucho más (esa es la segunda recompensa) Ven
a compartir la felicidad de tu señor.” Esa es la tercera recompensa. Afirmación,
promoción, celebración.
Primero dice que la primera recompensa es Afirmación. Dios te dice, “Bien hecho
siervo bueno y fiel.” ¡Buen trabajo! ¡Ese es mi muchacho! ¡Esa es mi muchacha!
Pasaste la prueba. Te estaba probando a ver qué hacías. Fuiste confiable con lo que te
di y pasaste la prueba. ¡Bien hecho siervo bueno y fiel!
“En lo poco has sido fiel, te pondré a cargo de mucho más.” Esa es la segunda
recompensa – Promoción. Primero, Afirmación – buen trabajo; promoción – mayor
responsabilidad.
¿Sabías que lo que hagas en el cielo, tu trabajo, tus responsabilidades, tus

recompensas, van a ser determinadas de acuerdo a como utilizaste lo que te fue dado
aquí? Esta es una prueba.
Después, Celebración – “ven a compartir la felicidad de tu señor.” Ven. Es día de fiesta.

Vamos a tener una fiesta.
El dinero es la prueba de fuego para saber cuánto confías en Dios. Es por eso que
vamos a pasar algunas semanas en esto. Quiero que no solamente salgas de deudas,
sino que aprendas a confiar más en Dios.
Jesús dijo, “Por eso, si ustedes no han sido honrados en el uso de las riquezas
mundanas (Si no administran su dinero aquí en la tierra, siempre estarán endeudados.

Nunca tendrán nada que dar ni compartir con nadie porque sus necesidades nunca
serán satisfechas.) ¿Quién les confiará las verdaderas? (Si no puedo confiar en
ustedes con dinero real aquí en la tierra, ¿cómo puedo confiar en ustedes con dinero
celestial, las verdaderas riquezas, en el cielo?) Y si con lo ajeno no han sido honrados,
¿quién les dará a ustedes lo que les pertenece? (Aquí está hablando Jesús) Ningún
sirviente puede servir a dos patrones. Menospreciará a uno y amará al otro o querrá
mucho a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a la vez, a Dios y a las
riquezas.”
Nota que no dice que no debes servir a Dios y al dinero. Él dice que no puedes. Es
imposible. Nadie puede servir a dos amos. Así que tienes que decidir quién va a ser el
número uno en tu vida – Dios o el dinero. Solamente puedes tener un número uno en tu
vida. Lo que tengas como número uno en tu vida, es tu dios. Lo que tengas como
número uno en tu vida es lo que tú amas. La Biblia dice que no puedes servir a Dios y
al dinero. Cuando el dinero se adueña de ti, siempre estás bajo estrés. Siempre te está
controlando. Siempre estás preocupado. Siempre estás atado a él. Cuando eres el amo
de tu dinero, cuando este es tu siervo, te sirve a ti. Cuando el dinero trabaja para ti en
lugar de que tú trabajes para él, entonces tienes paz.
Permíteme cerrar, haciéndote una pregunta: ¿Si Dios te hiciera una auditoría de tu vida
el día de hoy sobre tus finanzas, qué calificación sacarías? ¿A, B, C, D? Cualquiera
que sea, mi meta es moverte en la escala en las próximas dos semanas. Porque este
asunto es un asunto eterno. Si no eres fiel en riquezas injustas (Administración de
dinero) ¿cómo confiar en ti con las verdaderas riquezas del cielo? Quiero que tengas
los buenos papeles, las buenas responsabilidades, las buenas recompensas en el
cielo. Como tu pastor estoy orando para que puedas aprender estos principios y los
apliques no sólo para salir de deudas. Quiero que te alejes de las deudas. Pero quiero
que tengas éxito. Quiero que prosperes. Pero más que eso, quiero que seas lo que
Dios quiere que seas.
Oremos:
¿Podrías orar esto con tu corazón? Dios, me doy cuenta que todo lo que tengo te
pertenece. Nada es mío realmente; Tú me lo prestaste. Me doy cuenta que todo lo que
tengo es un regalo de parte tuya, que llega un día, pero que te lo tendremos que
regresar. Me doy cuenta Señor, que un día me vas a hacer una auditoría de mi vida y
me vas a pedir cuentas de lo que he hecho con lo que me has dado. Quiero practicar
estos principios. Quiero usar tu dinero sabiamente. Quiero aprender los principios de la
salud financiera. Después, quiero actuar en contra de mis temores y hacer lo correcto,
ya sea que lo sienta o no.
Señor, sé que no me metí en este lío de la noche a la mañana. Pero quiero aprender el
Principio de Poco a Poco. Cuando hablemos de estas áreas de libertad en la Década
del Destino, quiero ser no sólo libre espiritualmente y emocionalmente libre y
relacionalmente libre, sino que también quiero ser financieramente libre. Me doy cuenta

de que si no lo uso, lo voy a perder. Pero también sé que si lo uso sabiamente, me has
prometido recompensarme por la buena administración.
Con la cabeza inclinada todavía... Las finanzas no administradas son simplemente un

síntoma de una vida no administrada y lo que necesitas es un gerente de vida. Su
nombre es Jesucristo. Eso es lo que significa hacer a Jesucristo el Señor de tu vida.
Significa poner tu vida bajo una nueva administración. Jesucristo, convertido en el

administrador de mi vida. Di esto. Dios mío, quiero que seas el gerente de mi vida
desde este día en adelante. Quiero seguir Tu voluntad y Tu camino. Sé que si hago
todo correctamente, Tú has prometido recompensarme. En el nombre de Jesús, AMEN.

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Bienestar Financiero – Parte 1

SIETE PRINCIPIOS: MATEO 25:14-30

“Después de mucho tiempo volvió el señor de aquellos siervos y arregló cuentas

“Pues debías haber depositado mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo

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La Década del destino es un énfasis de tres años de la familia de nuestra iglesia.

Muchas personas han malinterpretado esta parábola porque menciona la palabra

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En este capítulo, comenzando en el versículo 14, tenemos la historia de un acaudalado

Esto a propósito, se le llama mayordomía. Ya han escuchado esta palabra antes –

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1. La ley de Posesión es ésta: TODO LO QUE TENGO LE PERTENECE A DIOS

Necesito establecer esa ahora mismo. No es mi dinero. Todo le pertenece a Dios. Tú

Esto es muy importante porque tendemos a olvidarlo. Lo olvidamos y cuando lo

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2. Esta es la ley de Asignación: DIOS ME HA PRESTADO DINERO

Ya hablamos de eso. No te pertenece. Él te lo está prestando por treinta, cuarenta,

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Esta es la siguiente ley, la tercera ley. La tercera ley es la Ley de Rendición de

3. La ley de Rendición de Cuentas es esta: UN DÍA DIOS ME VA A PEDIR

Un día Dios me va a pedir cuentas. Él va a venir a ajustar cuentas. Va a haber un

Dios ha invertido en ti. Él te ha dado ciertos dones, ciertas habilidades, ciertas

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Y eso es lo que sucede cuando la gente se endeuda. Somos irresponsables

Ahora América se tambalea por el resultado de décadas de gastos excesivos. Y es

El primero entregó un buen reporte. Entregó un buen DSSI – Devolución sobre su

Lo mismo para el segundo hombre. El segundo hombre también entrega un buen

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Observa la respuesta del maestro a este hombre que se quejaba. Él dice en el

Esto nos lleva a la cuarta ley de libertad financiera. Y es la Ley de Utilización.

4. La ley de Utilización es esta: DEBO USAR SABIAMENTE EL DINERO DE DIOS

El dinero es como el abono. Si lo esparces, ayuda a las cosas a crecer – como

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No, no es eso. Dios no te va a juzgar ni a evaluar ni a auditarte de acuerdo con alguien

5. Motivación: Si voy a tener éxito en la vida, DEBO ACTUAR EN CONTRA DE MIS

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Hay un temor de autocompasión. “He fracasado en el pasado; nunca más lo voy a

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error, Judas se auto compadeció, y deprimido se quitó la vida. Se colgó. Cometió

No vas a salir de deudas de la noche a la mañana. No te endeudaste de la noche a la

Cuando tenía diecisiete comencé practicando el principio 10-10-80. Cuando tenía

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Este hombre no se movió en contra de su miedo. Así llegamos al siguiente principio. En

6. Esta es la ley de Aplicación: SI NO LO USO, LO PIERDO

Este es un principio universal que no puedes negar. Si no lo usas, lo perderás. Si no

La gente dice, "Rick, escribiste el libro más vendido en la historia estadounidense. Te

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Cuando siembras una semilla, no cosechas una semilla. Siempre recibes

Hay una ley más – la Ley de Compensación.

7. La ley de Compensación es esta: DIOS ME RECOMPENSARÁ POR LA BUENA

Dios me recompensará por la buena administración del dinero. El dinero es la prueba

Veamos las recompensas que Dios da por administrar sabiamente el dinero

¿Sabías que lo que hagas en el cielo, tu trabajo, tus responsabilidades, tus

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Significa poner tu vida bajo una nueva administración. Jesucristo, convertido en el

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