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Durante estas clases fuimos formándonos una idea de las principales técnicas y
metodologías utilizadas para una enseñanza actualizada de la materia de historia,
debido a que las corrientes historiográficas van cambiando constantemente, sus
resultados e interpretaciones lo hacen igual; esto genera que los contenidos dentro
de las clases de historia también deban de cambiar.
La historia que se debe enseñar dentro de las aulas del nivel básico debe de
adecuarse a las nuevas generaciones que la cursan, como a los nuevos métodos
historiográficos que van surgiendo.
El ver la historia como algo que forma parte importante de la formación de alumnos
que no solamente aprueben materias, sino que en un futuro se vuelvan ciudadanos
críticos y activos dentro de la vida política y social no solamente dentro de nuestro
país, sino en el mundo.
Llevarlos desde las raíces que dieron y dan cultura, tradición y herencia; pasando
por los conceptos que los llevaran a generar empatía con los que no comparten sus
valores o cultura, para que al final entiendan que ellos forman parte de un todo, que
cualquier decisión que tomen o que no tomen, no solo los afectara a ellos, sino a
sus contemporáneos y a las generaciones que los sucederán.
La utilización de fuentes históricas en la enseñanza de la Historia
En este sentido, resulta perentorio que los futuros docentes también conozcan
algunos aspectos básicos de la metodología de la Historia, como la clasificación y
crítica de las fuentes, para rellenar el vacío de la formación disciplinar que sí poseen
los historiadores. Donde el trabajo con fuentes históricas se presenta como un
ejercicio enriquecedor en la formación de los futuros maestros para acercarlos a los
rudimentos del trabajo del historiador, imprescindible para desplegar en las aulas la
metodología de la Historia. La clasificación de fuentes históricas constituye un
ejercicio fundamental para iniciar a los futuros docentes de Educación Infantil y
Primaria en el trabajo del historiador. Las visitas guiadas a los archivos y las
actividades planteadas por los gabinetes didácticos en torno a la conservación,
tipología y clasificación de fuentes entrañan un potencial difícil de superar. Se
pretende fomentar el trabajo autónomo, la reflexión y el espíritu crítico en los
alumnos a través del planteamiento de problemas de investigación relacionados con
las fuentes que no sean excesivamente simples pero que tampoco entrañen una
gran complejidad. Profesor dentro de estas estrategias está vinculado a orientar a
los alumnos sobre las bases documentales donde pueden acceder a las fuentes,
enseñar las herramientas necesarias para poder sistematizar la información recibida
y estimular el interés investigador de los alumnos para que sean capaces de lanzar
hipótesis e intentar contrastarlas.
Para que la causalidad sea bien comprendida los alumnos deben de contar con
instrumentos que les ayuden a organizar estos conocimientos, para que los pueda
aplicar sistemáticamente mediante el uso de rutinas y destrezas de pensamiento en
otros contextos y situaciones. Las actividades donde se tiene a la causalidad como
eje vertebrador sirven para potenciar el pensamiento histórico, el aprendizaje crítico
del pasado y la metacognición. Así como la potencialización de aprendizajes
basados en la observación, el análisis, la experimentación y la deducción. Estos
elementos implican la aplicación organizada y sistemática, del método
hipoteticodeductivo que usa el historiador para analizar el pasado: planteamiento de
una pregunta inicial, formulación de hipótesis, verificación con el uso de fuentes
históricas y la extracción de conclusiones.
Un proyecto en Inglaterra llevado a cabo por Ashby y Lee en 1987 evidenció cinco
niveles de progreso de aprendizaje mediante ejercicios escritos de empatía
histórica. Un primer nivel sería el de aquellos estudiantes que no asumen empatía
alguna al reconocer el pasado como algo ininteligible. Un segundo nivel estaría en
el alumnado que únicamente recurre a estereotipos generalizados de todo tipo en
sus escritos. El tercer nivel sería el de una empatía cotidiana (everyday empathy),
quienes relatan y comprenden el pasado únicamente desde referencias de su
presente. Por último, llegaríamos a los dos niveles más complejos. Un cuarto nivel,
una empatía histórica limitada o restringida (restricted historical empathy) el de
aquellos estudiantes que relatan y comprenden el pasado, en especial la situación
en la que se encontraban las personas señalando las diferencias con situaciones
similares del presente. Y finalmente el nivel superior, una empatía histórica
contextualizada (contextual historical empathy) para los alumnos que relatan y
comprenden el pasado indicando referencias del contexto histórico apropiadas y
evidenciando la diferencia entre presente y pasado.
El imaginario social tiene que ver con las “visiones del mundo”, con los metarrelatos,
con las mitologías y las cosmologías, pero no se configura como arquetipo fundante
sino como forma transitoria de expresión, como mecanismo indirecto de
reproducción social, como sustancia cultural histórica. Tiene que ver también con
los “estereotipos” (en cuanto que generan efectos de identificación colectiva), pero
va más allá de las simples tipologías descriptivas de roles porque precisamente
rompe la linealidad articulando un sentido.
Siempre ha existido una disputa entre patriotas y cosmopolitas, muy a menudo los
partidarios del nacionalismo político y educativo hacen una concesión al
cosmopolitismo, por ejemplo, que aun cuando las naciones debieran, en general,
basar la educación y el debate político en valores nacionales compartidos, el
compromiso con los derechos humanos básicos debería ser parte de todo sistema
educativo nacional, y que, en cierto sentido, este compromiso propiciaría la unidad
de muchas naciones. Ésta parece ser una apreciación equitativa acerca de la
realidad práctica; y el énfasis en los derechos humanos es ciertamente necesario
en un mundo en el que las naciones interactúan constantemente (o, al menos, eso
es lo que sería de desear) en términos de justicia y respeto mutuo.
Cuando Diógenes el cínico respondió «soy ciudadano del mundo» quiso decir,
aparentemente, que se negaba a ser definido por sus orígenes locales y su
pertenencia grupal, unos elementos que resultaban centrales para la imagen que
de sí mismo tenía el hombre griego tradicional. En vez de ello, Diógenes se definió
a partir de unas aspiraciones y preocupaciones de carácter más universal. Los
estoicos, seguidores de Diógenes, desarrollaron su imagen del kosmou polités
(ciudadano del mundo), aduciendo que cada uno de nosotros habita en dos
comunidades: la comunidad local en la que nacemos, y la comunidad de
deliberación y aspiraciones humanas que “es verdaderamente grande y
verdaderamente común, en la que no miramos esta esquina ni aquella, sino que
medimos las fronteras de nuestra nación por el sol”. Ésta es la comunidad de la que,
básicamente, emanan nuestras obligaciones morales. Por lo que se refiere a los
valores morales más básicos, como la justicia, “Debemos considerar a todos los
seres humanos como nuestros conciudadanos y convecinos.”
Diógenes sabía que la invitación a pensar como ciudadano del mundo era, en cierto
sentido, una invitación a exiliarse de la comodidad del patriotismo y de su
sentimentalismo fácil; a considerar nuestros propios estilos de vida desde el punto
de vista de la justicia y el bien. El accidente de dónde se ha nacido no es más que
esto, un accidente; todo ser humano ha nacido en alguna nación. Una vez admitido
esto, sostenían sus sucesores estoicos, no debemos permitir que diferencias de
nacionalidad, de clase, de pertenencia étnica o incluso de género erijan fronteras
entre nosotros y ante nuestros semejantes. Debemos reconocer la humanidad allá
donde se encuentre, y conceder a sus ingredientes fundamentales, la razón y la
capacidad moral, nuestra mayor lealtad y respeto. Evidentemente, ello no significa
que los estoicos propusieran la abolición de las formas de organización política
locales y nacionales y la creación de un Estado mundial. Su premisa era aún más
radical: nuestra máxima lealtad no debe ser otorgada a ninguna mera forma de
gobierno, ni a ningún poder temporal, sino a la comunidad moral constituida por la
comunidad de todos los seres humanos. En este sentido, la idea del ciudadano del
mundo es la precursora y la fuente de la que emana la idea kantiana del «reino de
los fines», y ejerce una función similar a la hora de inspirar y regular la conducta
moral y política. Debemos comportarnos siempre de manera tal que nuestro respeto
abarque por igual la dignidad de la razón y la elección moral de todo ser humano.
Existen varios tipos de nacionalismos pero los más influyentes en la historia han
sido. El nacionalismo étnico o cultural, el nacionalismo religioso y el nacionalismo
imperialista.
Edward Lorenz fue un meteorólogo del MIT, que trató de explicar por qué es tan
difícil obtener las previsiones meteorológicas, dando lugar a una revolución
científica llamada teoría del caos, fue el primero en reconocer lo que se denomina
comportamiento caótico en el modelado matemático de los sistemas
meteorológicos. A principios de la década de 1960, Lorenz se dio cuenta de que las
pequeñas diferencias en un sistema dinámico, como la atmósfera podrían
desencadenar enormes y, a menudo, insospechados resultados.
La Teoría del Caos motiva una ciencia postmoderna que es impredecible, por lo
tanto incognoscible para el grado de precisión requerido por la ciencia moderna. De
hecho, la esencia y la presencia de un factor en un grado dado no puede utilizarse
para predecir, linealmente, el comportamiento de un sistema tales como aves,
átomos, moléculas, fotones, personas, especies, o sociedades. Ya no podemos
usar la teoría axiomática formal en conjunción con la lógica binaria para modelar la
realidad, predecir, y, por lo tanto, controlar la dinámica del sistema. De hecho el
control en sí mismo se convierte en una víctima de la ciencia postmoderna. En un
ensayo sobre la inutilidad de la institución cada vez mayor de controles en una
sociedad se muestra como esta se bifurca en ricos y pobres, en los que tienen y los
que no tienen. Si algo nos ha enseñado nuestro sistema penitenciario es que el uso
de la policía y un aumento del sistema de justicia penal no ayuda con el problema
del orden.
Aún menos seremos capaces de usar gran teoría axiomática como un fundamento
sobre el cual producir una política social. Ya no podemos suponer que si algo existe
entonces se puede medir con precisión y predecir completamente. Ahora debemos
aceptar que, en economía, política, cognición humana, delincuencia, enfermedades,
y otros fenómenos naturales, la causalidad abre y cierra, viene y va, se desvanece
y reaparece como la sonrisa del gato de Cheshire, en una cuenca de un fractal de
eventos. Hay un ensayo sobre Teoría de paradigma junto con fundamentos de
ciencia postmoderna los cuales se enfocan mucho más sobre los peculiares saltos,
giros, vueltas, y el deambular que toman los hilos de causalidad en la ciencia
postmoderna.
Conclusiones
A nosotros nos corresponde llevar a el aula todas estas nuevas teorías, que a
nosotros como historiadores y a los alumnos, nos permiten aproximarnos a la
historia de un modo diferente, en el que lo principal es dejar a un lado las grandes
figuras y observar mas detenidamente las sombras que existen siempre detrás de
estas.
Bibliografía
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