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Cuentos A Ninon-Zola Emile PDF
Cuentos A Ninon-Zola Emile PDF
Λ
NINON
OBRAS D I EMILIO gOLÂ
Germinal.—Versión castellana de Angel deLuque, segunda
edición: dos tomes en 8.* mayor, de más de 1.000 páginas entre
los dos tomos, 6 pesetas en rústica.
S u e x c e l e n c i a E u g e n i o R o u g o n . —Versión castellana
de Juan de la Cerda; dos tomos en 8.° mayor, de cerca de "700
páginas entre los dos tomos, 5 pesetas en rústica.
El V i e n t r e d e París.—Versión castellana de Knrique Me.
ric; dos tomos en 8.° mayor, de más de 600 páginas entre los dos
tomo-, 5 pesetas en rústica.
La c o n f e s i ó n d o Claadio.—Versión castellana de Angel
de Luqae: un tomo en 8.° mayor, de 380 páginas, 3 pesetas en
rústica y 3.50 en te'a.
La f o r t u n a d e l o s Rougon.—Versión castellana de Juan
de la Cerda: dos tomos en 8.° mayor, de cerca de 700 páginas
entre los dos tomo»·, 5 pesetas en rústica y 6 en tela.
La c o n q u i s t a d e Plassans.—Versión castellana de Juan
de la Cerda; dos tomos en 8.° mayor, de 700 páginas entre los
dos tomos, 5 pesetas en rústica y 6 en tela.
A n e t a Micoulm.— Versión castellana de Félix del Valle; un
tomo en 8." mayor, de 356 páginas, 3 pesetHS en rústica.
La c a í d a d e l P a d r e M o u r e t . —Versión castellana de J.
Tadince; dos tomos en 8." mayor, de 700 páginas entre los dos
tomos, 5 pesetas e.i rústica y 6 en tela.
M a g d a l e n a Ferat.—versión castellana de Enrique Martí-
mez: un tomo en 8.° mavor, de 444 páginas, 3 pesetas en rústica
y 3,50 en tela.
C u e n t o s á Ninon.—(A Niaon. —Simplicio. — El tarjetero
de baile.—El ideal da amor.—El hada amorosa.—¡Sangre!—Los
ladrones y el asno.—Hermana de los pobres.—Aventuras de Si·
donio el grande y del pequeño Mederico.)—Versión castellana
de A. Mira: un tomo en 8." mayor, de 350 páginas, 3 pesetas en
rústica y 3,50 en tela.
N u e v o s c u e n t o s á Ninon.—(Un baño.—Las fresas.—El
gran Michú,—El Ayuno.—Los hombros de la Marquesa.—Mi
vecino Santiago.—El paraíso de los gatos.—Lilia.—La leyenda
del Capita azul del amo;-.—El herrero.—La crisis.—La aldeilla.
—Recuerdos.—Las cuatro jornadas de Juan Gourdon).—Versión
castellana de Siró García del Mazo, un tomo en 8.° mayor, de
370 páginas. 3 pesetas en rústica y 3,50 en tela.
L o s m i s t e r i o s d e Marsella.—Versión castellana de F. de
Madrazo y Alvarez Veriña: dos tomos en 8." mayor, de más de
730 páginas entre ios dos to ¡nos, 5 pesetas en rústica y 6 en tela.
La tierra.—Versión castellana, 3. a edición en un volumino-
sísimo tomo: 4 pesetas ea rústica y 4,50 en tela.
isrirsToisr POR
EMILIO ZOLA
VERTIDOS AL CASTELLANO
por
MADRID
E L COSMOS EDITORIAL
Arco de Santa María, núm. 4, bajo.
1891
Se prohibe su reproduc-
ción ó traducción.
Queda hecho el depósito
que marca I a ley.
Á NINON
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xjpi¿r BATATO
I.
II.
III.
IV
V.
VI.
VII.
LAS FRESAS
II
III.
IV.
V.
EL GRAN MIGHÜ
I.
II.
III.
IV.
V.
VI.
Ε Ι . · -Arsrxj-J^o
L
II.
III.
IV.
V.
VI.
I.
II.
III.
IV.
MI VECINO SANTIAGO
I.
II.
III.
IV.
V.
VI.
II.
III.
IV.
V.
VI.
X-.XI-1IA.
I.
II.
III
LA LEYENDA
DEL «CAPITA AZUL» DEL AMOR.
I.
II
Por aquél entonces asoló la comarca una epidemia
espantosa. Todos los jóvenes, fueron atacados, y mu-
chos de ellos murieron.
NUEVOS CUENTOS Á NINON. 81
Ill
IV
El joven se la devolvió.
Aquella misma tarde envió á sus pobres una carta
de despedida, manifestándoles que se veía obligada
á suspender sus limosnas. Le quedaba á la querida
niña precisamente lo necesario para vivir en hon-
rada medianía con el último hambriento á quien ha
bía socorrido.
La leyenda del CAPITA AZUL DEL AMOR, carece de
moral.
EL HERRERO
LA CRISIS
II
III
IV.
I.
II.
III.
IV.
RECUERDOS
i.
II.
m.
Cuando paso por los puentes, en las tardes caluro-
sas del verano, el Sena me llama con grandes voces
de amistad. Corre ancho, fresco, con amorosa lenti-
tud, ofreciéndose, retardándose en los muelles. El
agua tiene los reflejos de las faldas de moaré. Es una
querida dócil, y se experimentan deseos irresistibles
de darse un chapuzón.
Los propietarios de baños flotantes, consternados
ante las lluvias continuas de Mayo, sudan como unos
bienaventurados bajo los rayos abrasadores del sol
de Junio. En fin, que el agua está buena. Desde las
1!β Ε. ZOLA.
IV.
VI.
VII.
VIII.
IX.
X.
XI.
XII.
Preguntaba á Chauvin:
—¿Y los soldados, iban alegremente al fuegoí
—¡Los soldados! Se les obligaba á ir. Me acuerdo
de unos reclutas que no habían visto nunca el fue-
go, y que se encabritaban como caballos asustadi
zos. Tenían miedo; por dos veces emprendieron la
fuga; pero se les hizo avanzar, y una batería mató
la mitad. Era preciso verlos entonces, ciegos, cubier-
tos de sangre, arrojándose como lobos sobre los aus-
tríacos. Estaban desconocidos; lloraban de rabia:
querían morir.
—Es un aprendizaje necesario, — decía yo para
alentarle.
—Ύ duro, á fe mía (continuaba). Créalo V.; los más
valientes sienten sudores fríos. Es necesario estar
chispo para batirse. Entonces, ya no se ve nada;
se adelanta uno, descargando golpes como un loco.
Y abandonándose á sus recuerdos.
—Cierto día (agregaba), se nos había colocado á
cien metros de una aldea ocupada por los austríacos,
con orden de no movernos ni disparar. Pero he
aquí que el enemigo nos acribilla con una granizada
de balas. No había medio de escapar á ellas. A. cada
descarga bajábamos la cabeza. Yi á algunos que se
tiraban al suelo. Aquello era vergonzoso. Así estu-
vimos durante un cuarto de hora. A dos de mis
camaradas se les puso blanco el cabello.
Luego seguía:
168 Β. ZOLA.
XIII.
XIV.
12
178 Ε . ZOLA.
3-xj-jh.isr ca-OTjnEtxDoisr
—¡a—·
i.
PRIMAVERA..
II.
ESTÍO.
III.
OTOÑO.
IV.
INVIERNO.
FIN.
5S£M^