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¿CUÁL ES EL VALOR DE LAS SITUACIONES DE CONTEXTO EN LA

INVESTIGACIÓN PSICOLÓGICA?

Cuando se va a llevar a cabo una investigación científica, el investigador ha de


tener en cuenta que por el carácter mismo de sus estudios, debe de cumplir
con ciertas exigencias necesarias para que su investigación pueda catalogarse
como un aporte al conocimiento científico. Dichas exigencias tienen que ver
con la utilización de un método eficaz y práctico que ha de servirle para que su
investigación se desarrolle de manera armónica. Esas exigencias de las que
hablamos no hay que asumirlas como imposiciones arbitrarias si no como las
partes elementales de cualquier investigación que se identifique como
científica. De no ser así sería muy difícil construir conocimiento verdadero,
pues entre otras cosas esas exigencias permiten que todas y cada una de las
creencias que consideramos conocimiento puedan ser examinadas para
comprobar si efectivamente representan conocimiento en el sentido que
normalmente se le da a esta palabra. Una de las exigencias o condiciones
necesarias para desarrollar cualquier investigación científica –sea de las
ciencias naturales o sociales- es tratar de recolectar la mayor cantidad de datos
que mediante la observación podamos obtener del fenómeno o situación
específica que deseamos conocer. Para la investigación psicológica esto no
hay que olvidarlo. Por tanto, en las líneas siguientes se tratará de mostrar que
la gran mayoría de los fenómenos propios del estudio y la investigación de la
psicología requieren de una base real de datos que servirán como punto de
partida de la investigación y como sustrato o evidencia que a su vez permitirán
confrontar las hipótesis a que de lugar la misma. Por eso se ha definido lo que
se llamará “situaciones de contexto” como todo aquel cúmulo de condiciones –
sean económicas, políticas, sociales o culturales- que influyen, determinan,
modifican, y transforman el comportamiento de los individuos. De ahí, la gran
importancia que pueden tener en una investigación de tipo psicológico
brindando una especie de “evidencia empírica” sobre, y a partir de la cual, se
ha de desarrollar la investigación. Ahora bien, desde esta perspectiva de la
investigación psicológica se está tratando de afirmar que dicha investigación
requiere de un tipo de evidencia empírica que está representada en lo que se
ha denominado ”situaciones de contexto” y que se pueden evidenciar en lo
que los investigadores sociales llaman “estructura social”, es decir, “…las
relaciones entre los miembros de un grupo que se encuentran comprendidas
en sus costumbres, instituciones y funciones.”1 Este tipo de evidencia no
siempre es susceptible de cuantificarse de manera rigurosa para así poder
formular las posibles leyes que rigen el comportamiento de los hombres, como
normalmente se puede hacer con la evidencia con la que cuentan los
investigadores de las ciencias naturales. Pero esta dificultad no puede mal
interpretarse. El hecho de que en una investigación social la evidencia empírica
no pueda ser cuantificada de forma exacta, no quiere decir que dispongamos
de un tipo de evidencia alternativa que nos permitiría aprehender los
fenómenos psicológicos o sociales de una forma especial a la cual los
científicos de las disciplinas naturales no tienen acceso. Nada impide que el
investigador social pueda desarrollar análisis exhaustivos partiendo de la
evidencia con la que cuenta. O como lo dice el mismo Gibson: “Bástenos con
decir aquí que la postura del investigador social es en este aspecto la misma
que la de otros investigadores. Nosotros no podemos, por ejemplo, observar
ningún acontecimiento pasado de cualquier descripción, pero podemos
elaborar postulados a cerca de los mismos, fundamentándolos mediante una
referencia a lo que observamos. Tampoco podemos observar las ondas
luminosas, los electrones, la gestación, etc., pero ello no impide que los físicos
y los biólogos formulen y establezcan la evidencia necesaria para sus teorías a
cerca de dichas materias. En todos estos casos lo indirecto de la evidencia
puede considerarse como un defecto.”2 Se trata pues de concebir las
“situaciones de contexto” como un tipo de evidencia que exige de los
investigadores la capacidad para desentrañar su significado. Pero esta postura
no implica que poseamos un tipo de evidencia diferente o especial que nos
permita acceder a una forma de conocimiento igualmente especial que está

1
GIBSON, Quentin, La lógica de la investigación social, Madrid, Edit. Tecnos, 1961. pag, 136.
Trad. Jaime Melgar Botassis.
2
GIBSON. Op. Cit. pag, 75-76.
vedado a los demás hombres. Es decir, sería equivocado por ejemplo pensar
que por el hecho de que yo pueda inferir de las acciones que observo en los
demás y de la identificación de mis propias acciones con las que observo, que
los demás perciben exactamente lo que yo percibo. Necesariamente mis
afirmaciones respecto de algún fenómeno social o individual deben ser
corroboradas y confirmadas por las observaciones y por los testimonios que los
individuos implicados en la investigación me hayan manifestado. En este
sentido lo que se ha denominado “situaciones de contexto” representan para la
investigación psicológica el sustrato o evidencia esencial que se puede obtener
en la mayoría de los casos mediante la observación del medio ambiente social,
pues constituye como se ha hecho notar la base real sobre la cual han de
elaborarse las investigaciones. A su vez son el constructo indispensable que
nos proporciona el método adecuado para tratar de dar cuenta de la manera
más objetiva posible de todos aquellos fenómenos del comportamiento de los
individuos que están influenciados de alguna forma por el medio ambiente
social y que hacen parte del estudio propio de la Psicología.

Por otra parte en la segunda sección del texto “La lógica de la investigación
social” el señor Gibson le dedica un capítulo entero a tratar de demostrar la
interdependencia existente entre las investigaciones psicológicas y sociales,
argumentando que cada una de dichas investigaciones guarda una estrecha
relación, pues sus objetos de estudios de una u otra manera se refieren y están
relacionados con los seres humanos. Lo que se acaba de decir está
estrechamente relacionado con el papel que cumplen las “situaciones de
contexto” en las investigaciones psicológicas. Es necesario, por tanto, resaltar
con la ayuda de Gibson, que esa interdependencia es más que necesaria y
muy provechosa para el desarrollo de las investigaciones psicológicas y
sociales, pues permiten que los diferentes fenómenos implicados en los
estudios de dichas investigaciones se puedan explicar o desde la psicología o
desde las diferentes ciencias sociales. Esto no quiere decir que los fenómenos
sociales puedan reducirse a explicaciones de tipo psicológico o que el
comportamiento de los hombres pueda explicarse sólo partiendo de
explicaciones formuladas por la sociología, la antropología, la economía, u
otras disciplinas de la ciencia social. Con lo anterior sólo se ha afirmado que
entre la investigación psicológica y la investigación social debe existir un
diálogo constante que permita el intercambio de información relevante con la
intención de que las explicaciones formuladas por una y otra sean cada vez
más completas. Pues, “Es preciso aceptar un hecho empírico general relativo
a los seres humanos, de acuerdo con el cual las experiencias, disposiciones y
comportamiento de cualquier individuo están muy influidas por la presencia y el
comportamiento de otros individuos. …Con otras palabras, es imposible
explicar la acción de un ser humano sin hacer referencia a su ambiente social.” 3
Ahora bien, ¿cómo es que las “situaciones de contexto son importantes para la
investigación psicológica desde la perspectiva que se acaba de mencionar?
La psicología a grandes rasgos tiene como prioridad el estudio del
comportamiento de los seres humanos individuales. Pero el comportamiento
que a menudo exhiben los individuos está fuertemente influenciado por el
medio ambiente social al cual pertenecen y en el cual se desarrollan dichos
individuos. Esto nos sugiere que muchas de las investigaciones de tipo
psicológico requieren necesariamente de la observación detallada de las
condiciones económicas, políticas, sociales y culturales –“situaciones de
contexto“- que inciden en el comportamiento de los individuos para de esta
manera desarrollar los estudios que se refieren a estos a partir de la verdadera
condición o situación que el individuo presenta en el momento mismo de llevar
a cabo el estudio. Con lo anterior se ve con claridad que el comportamiento que
se observa en los seres humanos no sólo tiene causas de tipo genético o
biológico, sino que también debe explicarse partiendo del estudio del medio
ambiente social en el cual se desenvuelven. Ahora bien, es pertinente, por
tanto, mostrar con claridad cómo o de qué manera es que se da esa relación
recíproca que hemos señalado entre el medio ambiente social (situaciones de
contexto) y los individuos que interactúan en el mismo. Ilustrémonos con un
sencillo ejemplo. Supongamos que un psicólogo está interesado en averiguar
por las causas psicológicas que hace que determinados individuos presenten

3
GIBSON. Op. Cit. pag, 131.
signos de dependencia frente a una medicina que aparentemente elimina el
dolor de cabeza pero que causa a su vez adicción. Parece a simple vista
plausible elaborar la investigación de este fenómeno a partir de la identificación
de los rasgos instintivos o innatos que hace que los hombres manifiesten
dependencia frente a algún medicamento. Pero igualmente podría objetársele
al investigador que su estudio es insuficiente para explicar la verdadera
naturaleza de dicho fenómeno observado en los hombres y que es necesario
realizar la investigación teniendo en cuenta el medio ambiente social en el cual
dichos hombres exhiben ese comportamiento, es decir, que podría ser
igualmente plausible que dicho comportamiento exhibido por los hombres no
necesariamente fuera causado por una tendencia instintiva o innata de los
mismos, sino que su comportamiento hubiese sido causado por las condiciones
económicas, políticas, sociales y culturales predominantes en el medio
ambiente social al cual pertenecen aquellos individuos. Así pues, el
investigador tendría necesariamente que elaborar sus estudios a partir de las
condiciones económicas, políticas, sociales y culturales que inciden en las
vidas de los individuos y que a su vez producen determinados
comportamientos que no es posible explicar apelando únicamente a las
tendencias de orden natural que provocan igualmente ciertos modos de
comportamiento en los hombres. No se quiere decir con esto que esas
tendencias instintivas que operan en los hombres y producen ciertos
comportamientos no sean importantes a la hora de dar cuenta de esos mismos
comportamientos. Lo que se quiere decir es que cuando se va a llevar a cabo
alguna investigación de tipo psicológico es necesario tener en cuenta que se va
a estudiar seres humanos socialmente relacionados y que este solo hecho
implica tener en cuenta las diferentes situaciones y condiciones que afectan,
modifican y determinan el comportamiento de los mismos. El señor Quentin
Gibson lo confirma diciendo que: “Aceptamos instituciones en calidad de
rasgos dispositivos del medio ambiente social de una persona que rara vez
están ausentes de cualquier explicación acerca de cualquier aspecto de su
comportamiento. …De ahí que nos sea lícito decir sin temor a equivocarnos
que todas las explicaciones de las acciones de los individuos implican siempre
tanto factores sociales como psicológicos.”4
Así pues, se ha visto que es inevitable para cualquier investigación psicológica
sustraerse de la necesidad de tener en cuenta las “situaciones de contexto”
pues estas resultan ser indispensables para cualquier explicación que se quiera
elaborar con respecto del comportamiento de individuos socialmente
relacionados.

4
GIBSON. Op. Cit. pag, 146.

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