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EL TEOREMA DE BELL,
LA NO-LOCALIDAD Y
LAS VARIABLES OCULTAS
EN LA MECANICA CUANTICA
H. Arce
RESUMEN
ABSTRACT
1. INTROruCCION
1. 11 An.teoeden.tu genvuú'.u
Dentro del aprendizaje de algunas ramas de la física, el de la
mecánica cuántica (m.c.) es en la mayoría de los casos un proceso dogma-
tizante Y. a menudo, generador de frustraciones para el alumno.
A un nivel intermedio* la experiencia puede parecer mágica, de-
pendiendo de la habilidad del profesor en la introducción de conceptos
como "dualidad onda-partícula", "colapso de la función de arda", etc.
Al llegar a los cursos avanzados --en los cuales se supone que los nuevos
conceptos quedarán claros-- el estudiante encuentra ante sus preguntas
que debe aprender toda una serie de principios que no admiten explicación.
Para ponerlo en las palabras de F. Dyson(l) citadas por A. Landé(2):
"El estudiante empieza por aprender las triquiñuelas del ofi-
cio ... Luego comienza a preocuparse pues no comprende lo que
hace. De repente se dice a sí mismo 'comprendo la mecánica
cuántica'. o más bien. 'comprendo que no hay nada que compren-
der'" .
Parte de la responsabilidad de esta situación la tienen los
profesores de las materias en cuestión. Sin embargo. ellos no hacen más
que reflejar la posición que al respecto de la m.c. existe en el medio:
es una teoría completa, a la cual la concepción ortodoxa da una interpre-
tación adecuada.
Pero, ¿~lede darse por terminado el debate sobre la interpreta-
ción de la m.c. iniciado por I~isenberg y Schrodinger en 1926?(3). Y en
caso de ser así, ¿es el saldo favorable a la interpretación ortodoxa?
Me parece que es difícil dar una resp.lesta categórica a estas cuestiones,
sobre todo a la luz del teorema de Einstein, Podolsky y Rosen (E_P_R)(4)
sobre la incompletcl de la m.c.
Es claro que la vigencia de dos interpretaciones para la m.c.
plantea a la enseñanza de esta clisciplina problemas complicados; sin em-
~~rgo. el que se tome una u otra interpretación ilnplica muy diferentes
que esté inconforrnc con estas ideas, es libre de suponer que existen pa-
rámetros adicionales que todavía no son introducidos a la teoría, y que
determinan los resultados individuales,,(12).
No obstante, las teorías de v.o. para la m.c. no se desarrolla-
ron durante un lapso relativamente largo, debido principalmente a un tra-
bajo de John von Ncumann que demostraba su imposibilidad. von Xcumann
obtuvo esta denostración como un corolario, en el que se establece que
no pueden existir para la m.c. estados de dispersión cero, que correspon-
derían a ensambles en los cuales los valores de las v.o. estarían fijos.
El punto fue rediscutido por diferentes autores, entre los cua-
les J.S. Be!! (13) mostró --en base a un modelo de v.o. creado por él--
que el trabajo de van Neumann, aunque matemáticamente correcto, tiene cn-
tre sus postulados uno que no hay por qué exigir a los estados de disper-
sión cero: que el valor esperado de la suma de dos (o más) operadores
sea igual a la suma de los valores esperados de cada uno.
Existe además otra manera de evadir la demostración de van
Neumann que tiene la ventaja de tomarla en positivo(15). Consiste en no-
tar que en el corolario que discutimos las v.o. utilizadas son determinis-
tas, es decir, aquellas en que la situación física hace fijos los valores
de las v.o. Desde esta perspectiva lo que el trabajo de von Neumann es-
taría indicando es que las v.o. en la.m.c. tienen naturaleza dispcrsiva,
lo cual por otra parte es enteramente plausible.
Podría esperarse que una vez eliminada la dificultad que repre-
senta el corolario de van ~cumann, la posibilidad de las v.o. en la m.c.
estaría abierta. 1...1. realidad no es así. debido al teorema de Bell (16),
las v.o. tendrían características no-locales, lo cual las pondría en con-
tradicción con uno de los postulados básicos de la relatividad.
2. TEORE.~\DE BELL
tuación podemos medir la proyección de los srines de c~da una de las par-
tículas (con la ayuda de un aparato Stern-Gerlach o algún otro dispositi-
vo) en direcciones arbitrarias a y b. Bautizamos a los resultados como
A y B, que convenimos valgan ::t1,dependiendo de si las proyecciones son
paralelas o antipara1elas a las direcciones correspondientes (Fig. 1).
Part.ícula de
I 1 SPIn cero
--
t medidor 1
-'(1)"--- T
medidor 2-
tomadas a las partículas 2'5. Este coeficiente para una serie de N expe-
rimentos tcnlría la siguiente fonna:
ft J=l
I A(a,A)B(b,A)
e ~ y • ( A(a,A)B(b,A)o(A)dA • (2.1.1)
ab ah J.
r
Yab - Yac; ir
A(a,A)B(b,A)O(A)dA - 1
r
A(a,A)B(c,A)O(A)dA (2.1.2)
i
r
A(a,A)B(c,A)O(A)dA f A(a,A)B(b,A)B(b,A)B(c,A1o(A)dA
r
Iy ah - Y
ac
I <; 1 + Y
be
(2.1.8)
ncs. yal cual representamos por el ket l~}. Como queremos averiguar
una propiedad estadística de todo el ensamble, buscamos el valor espera~
do del operador correspondiente a esa propiedad. En este caso el opera.
dor es el producto de las variables de proyección de spin. para la partí-
cula 1 en la dirección a y de la proyección del spin de 2 en la direc-
ción h:
t
¡¡
,1/
y -.---- -<D- /1'
y
x
Fig. 2 Ubicación del sistema de referencia en que se realiza el cálculo
de '(abo
que se viola para 8E(rr,2rr), con lo que hemos llegado a una contradicción.
Be!1 concluye de esta contradicción que no se puede completar
la m.C. con variables ocultas locales. Así, en caso de existir las va-
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riables ocultas, deben tener una naturaleza tal que los resultados de un
medidor dependan instantáneamente de la posici6n del otro. Esto obliga-
ría a la teoria que las describiese a no ser invariante bajo transforma-
ciones de LaTen!z. Se ha generado alguna discusi6n en torno a este pun-
to (17) ,pero como veremos en I a sIguiente
" " seCCl"6 TI,esta
- "
no es necesaria
con respecto a las V.O., porque estas variables no son el motivo de la
contradicción encontrada por Bell.
(3.1.1)
(3.1.2)
2 (3.1.3)
629
(3.1.4)
1 N
IÑ ¿,(AaBb.
]"" ] J
(3.1.5)
1 N 1 N 1 N 1 N
IN L - L - L - - L (3.1.6)
j=l N jo' N jo' N j=l
(3.1.7)
N N 1 N 1 N
11. 1 A B
a, b.
+ 1 1 + - 1 -- 1
N j=1 J J Ñ j=1 N j=1 N j=1
5. CONCWSIONES y PERSPECTIVAS
FUENTE
-o-D--o--Q~(;)~D--o-Q-o-
~ LENTE POLARIZADOR
FOTO MULTIPLICADOR
MEDIDOR DE COINCIDENCIAS
Y PROCESAMIENTO DE DATOS
Fig. 4 Esquema experimental para fotones. La fuente generalmente es de
merCurio.
634
5.21 Conc.l.u.6.ionu
A pesar de su diversidad, todas las experiencias que se han
realizado para comprobar el teorema de Be11 tienen una característica en
común: les resulta Urrposible tomar en cuenta la hipótesis de medibilidad
conjunta, pues al medir la polarización o la proyección del spin en una
dirección, el estado del sistenk~ resulta modificado; en particular, para
el experimento propuesto por Bell al pasar la partícula por el campo del
aparato medidor (un Stern-Gcrlach), se orienta con éste, perdiendo senti-
do el realizar otra medida en la misma partícula. De 10 anterior con-
cluimos que los experimentos hasta hoy realizados son irrelevantes con
respecto a las v.o. y la no-localidad en la m.c.
Podría argumentar se que el problema es de equipo, y que mien-
tras no se cuente con un aparato capaz de hacer las medidas conjuntas
que se requieren, el tcorema de Bel1 es un impedimento teórico para la
localidad en la m.c. Pero para argumentar consistentemente en esta di-
rección, habría que demostrar a partir de la propia m.C. que el sistema
físico que se propone cumple con la condici6n de medibilidad conjunta.
Esto no se ~l realizado hasta la fecha.
En re~en, después de estudiar con un poco de atención el teo-
rema de Bell, se nota que a pesar de ser matemáticamente correcto, las
conclusiones que de él se obtienen son falsas, debido al poco cuidado
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5.3) PeMpec.UVM
(5.3.1)
I~) = .L . C lJ
.. I~.)I¡;'>
1 )
(5.3.2)
1, J
(5.3.3)
(5.3.4)
R(e) • -1 • [y'(e) J e
AGRADECI~lIENfOS
APENlJICE
1.- .1 +1 +1 +1
2. - +, +1 +1 -1
3. - +, +1 -1 +1
4. - +1 +1 -1 -1
5. - +1 -1 +1 +1
+1 +1
6. -
7. -
8. -
+1
+,
-,-1
-1
-1
-1
-1
+1
-1
9. - -1 +, +, +1
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, 2. -
-1
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-1
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14. -
15. -
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-,-,
-1
-1
-1
-1
+1
-,-1 -,
+1
+1
16. - -1 -1
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REFERF.NCIAS