cara de la
Reconocer la
deshidratación
Objetivo general. Proporcionar al
profesional de enfermería una visión global
de la deshidratación en los ancianos.
Objetivos de aprendizaje. Tras la lectura
de este artículo, usted será capaz de:
1. Describir los requerimientos líquidos en
los ancianos.
2. Identificar los factores de riesgo de la
deshidratación en ancianos.
3. Analizar el cuidado de los ancianos con
deshidratación.
8 Nursing. 2011, Volumen 29, Número 10
Magdalena Collins, BSN, RN, y Edith Claros, PhD, MSN, RN
EL AGUA ES UNO de los nutrientes
más importantes para el mantenimiento
de la vida y para un envejecimiento
sano. Los líquidos corporales desplazan
los nutrientes, los gases y los residuos
a través de todo el organismo; son
esenciales para el metabolismo de los
alimentos y su conversión en energía, y
participan de manera genérica en todas
las funciones corporales1.
Controlar el estado de hidratación
de nuestros pacientes puede prevenir
la deshidratación, un proceso
patológico potencialmente mortal, y sus
complicaciones2. La deshidratación se
define como un cuadro de pérdida rápida
de más del 3% del peso corporal asociada
a alteraciones en el equilibrio del agua y
los electrólitos, a consecuencia de la falta
de agua o de sodio3.
En este artículo se contemplan los
métodos de valoración y tratamiento de
la deshidratación en los ancianos.
La edad aumenta el riesgo
Los ancianos, que son personas con
una probabilidad mayor de sufrir
enfermedades graves y crónicas en
comparación con las personas jóvenes,
muestran un aumento en el riesgo de
deshidratación, que representa una
de las causas más frecuentes de la
hospitalización de los adultos de 65 a
75 años de edad4. Las modificaciones
corporales introducidas por la
edad constituyen otra causa de este
desequilibrio prevenible del agua5.
Según la Agency for Healthcare Research
and Quality (AHRQ), las tasas de
hospitalización como consecuencia de
la deshidratación aumentan de forma
sustancial con la edad6.
Por otra parte, posiblemente este
problema tenga una incidencia cada vez
mayor. Se espera que para el año 2030
el número de estadounidenses de 65 o
más años de edad pase de los 39 millones
de personas que había en 2008 a los 72
millones7.
Según la Guía de indicadores de
calidad de la prevención (Guide to
Prevention Quality Indicators) de
la AHRQ, la hospitalización como
consecuencia de la deshidratación es un
indicador de calidad de la prevención
(ICP). Esta Guía es una herramienta para
la detección de los posibles problemas
de calidad asistencial en los contextos
extrahospitalarios2.
Para comprender de manera plena las
implicaciones de la deshidratación en
los ancianos vamos a revisar nuestros
conocimientos acerca de la fisiopatología
de este problema.
Un balance delicado
El agua corporal total (ACT), que
representa aproximadamente el 60% del
peso corporal de un adulto joven y sano,
se localiza en los compartimentos del
líquido intracelular (LIC) y del líquido
extracelular (LEC)8. El líquido existente
en el LIC constituye alrededor del 40%
del peso corporal del adulto, mientras
que el existente en el LEC representa
aproximadamente el 20%. Sin embargo, la
cantidad de agua existente en una persona
concreta depende de la cantidad de tejido
adiposo (o grasa), que generalmente tiene
tan sólo alrededor de un 10% de agua.
Por otra parte, el músculo esquelético
está constituido por aproximadamente un
75% de agua. Los adultos obesos pueden
presentar un ACT de tan sólo el 30-40%