Está en la página 1de 1

El despertar de Rosa

Rosa supo que ocurriría algo extraordinario cuando al despertar miró a Ramón y no lo
reconoció. Había vivido con ese hombre 36 años, viéndole casi cada día, pero hoy su
rostro, sus facciones, resultaban para ella completamente diferentes, desconocidas.
No era que por primera vez veía o dejaba de ver alguna cicatriz, alguna marca que le
deformara el rostro o lo hiciera irreconocible. No había nada nuevo en él y sin
embargo para Rosa ese rostro pertenecía a otra persona, un yo ajeno al de Ramón, el
hombre al que se unió enamorada un lejano día de lluvia.

También podría gustarte