Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Troll!
Hace tiempo, había unos hermanos que se llamaban Sam y Marissa que vivieron en un pueblito afuera de un bosque profundo. Los
hermanos eran alborotadores y no escuchaban mucho. Sus padres estaban muy cansados de ellos, y querían desesperadamente una
solución a su problema. Un día, los padres conocieron a un anciano cojo que les acercó rápidamente.
—¡Ay! ¿Quién eres tú?— el padre dijo cuando el anciano estuvo cerca.
—Yo puedo mejorar sus niños. Los he visto y sus maneras traviesas, y tengo una plan para enseñarles respecto.
adentro del bosque. Mientras los padres estaban en su camino a la casa, los hermanos ya estaban muy adentro entre los árboles
gruesos. Los hermanos encontraron un puente que cruzó a un lugar que nunca antes habían visto. Ellos miraron el uno al otro con
Los hermanos corrieron al árbol más cercano y se acobardaron con miedo. Ellos buscaron a su alrededor para una persona, pero
cuando no pudieron ver a nadie, ellos se desvanecieron por el puente. Tan pronto como estuvieron en el puente, colapsó debajo de
Pero nadie vino. Ellos gritaron por todos los días y la noche hasta que casi perdieron sus voces. Ellos estuvieron atrapados allí por toda
la noche y no tuvieron nadie pero el uno al otro. Cuando la mañana vino, los hermanos se despertaron con la misma voz áspera
riéndose de ellos.
—¡Hehehe!—la voz resonó,—¡Tontos niños! Están siempre causando las molestias y trayendo deshonor y pena a sus padres.
—¡Lo sentimos!— ellos lloraron,—¡No nos comas, por favor! ¡Prometimos compornos bien!
—Ustedes mas te vale que te portas bien, o el próximo vece no podrán salir tan fácilmente.
Los niños se liberaron de su alcance y ellos se juntaron, rogando ser liberados y prometiendo que serían buenos. La voz solo se rió y
Los padres bajaron una soga, y los niños la treparon muy rápidamente. Ellos saltaron a las manos de su padres.
—Lo sentimos. ¡Aprendimos nuestra lección, y nunca estaremos malos otra vez!— los hermanos lloraron.
Los padres solo miraron el uno al otro, y fueron muy agradecidos que su niños habían vuelto.
Después de ese día, los niños nunca se portaron mal otra vez. Los padres estaban espantados primero, pero se sintieron aliviados
cuando ellos supieron que nada muy malo les había sucedido a su niños. La familia y el pueblo vivieron muy contentos cada día
después. El fin.