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INTRODUCCIÓN

Me ha tocado ser testigo de cómo hermanos sinceros han realizado la práctica del ungimiento
con aceite siendo aplicada en cosas y en personas. He visto, por ejemplo, como una hermana
ungía sobre la frente de otro con aceite con el fin de consagrarlo al SEÑOR para el servicio,
para después, dar rienda suelta a una “oración en lenguas desconocidas”. En otra ocasión,
también hermanos sinceros, cómo rociaban aceite con un atomizador en sus manos para orar
por cada petición de los creyentes en una iglesia, no siendo limitada al caso de enfermedades,
sino también hasta peticiones de trabajo. Aun peor, el ungimiento con aceite, como si se
tratase de un amuleto protector a prueba de todo colocado en automóviles, siendo aplicado
en pinturas, en puertas, en patios y en ventanas; contra espíritus inmundos y sobre
endemoniados, o como cerco de protección en una iglesia o casa. En situaciones más
extremas se utilizan helicópteros y avionetas para rociar aceite sobre la ciudad, el estado o el
país, esto con el propósito de declararlo como “Conquistado para Jesucristo”.

Pero ¿Es necesaria la unción con aceite sobre los hermanos creyentes para consagrar o para
sanar enfermos? ¿O aún como medio de protección o dedicación para el SEÑOR? ¿O que el
uso del aceite tuviera poderes milagrosos? ¿O aumentará un nivel más de santidad al
creyente? En esta ocasión, sólo quiero extenderme en realizar tres comentarios bíblicos sobre
doctrinas relacionadas con el ungimiento con aceite.

1. EL USO BÍBLICO DEL ACEITE

Según el DICCIONARIO BÍBLICO CARIBE, pág. 970; el uso del aceite tenía los siguientes
propósitos, según la costumbre judía:
 Heb. «suk», «ungir el cuerpo después del aseo», similar al gr. «aleiphõ» en el NT, se usa
comúnmente de la práctica entre los orientales de ungir el cuerpo, o sus partes, para comodidad,
presencia, amistad, medicación u honras funerarias.
o Para el aseo ordinario, cfr. Rt. 3:3; 2 S. 12:20; 2 Cr. 28:15; Mt. 6:17.
o Su descuido era señal de duelo (2 S. 14:2; Dn. 10:3).
o Como acto de cortesía (cfr. Lc. 7:46; Jn. 12:3).
o También se ungía a los enfermos (Mr. 6:13; Stg. 5:14) y a los cadáveres (Mr. 14:8; 16:1).
o Uno de los castigos de Israel iba a ser que los olivos no darían aceite para la unción (Dt. 28:40;
Mi. 6:15).
 Heb. «mashach», gr. «chrinõ», «extender, ungir» para un cargo.
o Se ungían los reyes: Saúl, David, Salomón, Joás, Jehú y Hazael son ejemplos de ello.
o También eran ungidos los profetas (cfr. Sal. 105:15; 1 R. 19:16).
o Para la unción de los sacerdotes se empleaba un aceite especial preparado según las
instrucciones divinas (Éx. 30:30; 40:13).
o Con este mismo aceite fueron ungidos el tabernáculo y sus utensilios (Éx. 40:9, 10).
o La ofrenda de flor de harina era amasada con aceite (Lv. 2:1, 4), tipo de la humanidad pura del
Señor Jesús y de su sellamiento por el Espíritu Santo. El leproso sanado era ungido con aceite
(Lv. 14:17, 18).

2. EL USO BÍBLICO DEL ACEITE RESPECTO A LA CONSAGRACIÓN DE


PERSONAS

2.1 El uso del aceite para ungir a personas en el Antiguo Testamento


Éxo 30:22-31 “Habló más Jehová a Moisés, diciendo: Tomarás especias finas: de mirra
excelente quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, de
cálamo aromático doscientos cincuenta, de casia quinientos, según el siclo del santuario, y
de aceite de olivas un hin. Y harás de ello el aceite de la santa unción; superior ungüento,
según el arte del perfumador, será el aceite de la unción santa. Con él ungirás el tabernáculo
de reunión, el arca del testimonio, la mesa con todos sus utensilios, el candelero con todos
sus utensilios, el altar del incienso, el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la fuente
y su base. Así los consagrarás, y serán cosas santísimas; todo lo que tocare en ellos, será
santificado. Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis
sacerdotes. Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Este será mi aceite de la santa unción
por vuestras generaciones”.

Este es un pasaje, de varios, que muchos maestros, sobretodo de los del movimiento
apostólico, profético y de guerra espiritual, hacen uso para dar validez al ungimiento sobre
personas. Según Joaquín Rojas, de la Iglesia de Dios, en su artículo “¿ES CORRECTO
UNGIR CON ACEITE EN NUESTROS DÍAS?”, pág. 4; muchos aducen no sólo la
legitimidad del uso del aceite para ungir, sino también la calidad misma de aquel aceite. Este
autor presenta sólo dos errores al considerar el uso de este pasaje como evidencia válida para
la práctica de la unción con aceite:

Primer error: Cito: “Bien si usted leyó la cita bíblica y por eso cree que sí está de acuerdo
en que efectivamente eso hace de este acto que sea un acto legítimo, y además aprobado por
Dios, déjeme decirle que está en un grave error pues la advertencia de Dios sobre quienes
intentaran reproducir aquel aceite fue: “ni haréis otro semejante, conforme a su
composición; santo es, y por santo lo tendréis vosotros” (32b)”.

El pasaje bíblico al que alude el autor dice:

Éxo 30:32 “Sobre carne de hombre no será derramado, ni haréis otro semejante, conforme
a su composición; santo es, y por santo lo tendréis vosotros”.

Segundo error: Cito: “En segundo lugar es un grave error porque al no vivir nosotros
bajo el Antiguo Pacto en nuestros días, sino bajo el Pacto del Nuevo Testamento, es claro
que cuando dice: “y por santo lo tendréis vosotros,(refiriéndose a Éxodo 30.32)” se está
haciendo clara referencia única y exclusivamente al pueblo de Israel, a los judíos que
vivieron bajo el Antiguo Testamento”; paréntesis añadido.

Joaquín Rojas concluye: “De manera que al intentar en nuestros días usar un aceite cuya
composición revelada por Dios fue exclusiva para Su pueblo, queda claro que cualquiera
que intente hacer lo mismo, no siendo parte de aquellos destinatarios legítimos de aquella
ordenanza, caerían entonces en la categoría de “extraños,” cuya sentencia divina dice que
serían cortados de entre su pueblo (v.33)”.

El pasaje es el siguiente:

Éxo 30:33 “Cualquiera que compusiere ungüento semejante, y que pusiere de él sobre
extraño, será cortado de entre su pueblo”.
Continúo con la citación: “Y otra razón sobre la gravedad de la cual estamos hablando es
porque si el aceite cuya composición revelada por Dios mismo a Moisés, no se debería
derramar sobre carne de hombre, al pretender ungir a las otras personas con el mismo
aceite y que no fuera para consagrarlos como sacerdotes suyos del Antiguo Pacto, estarían
en desobediencia a lo establecido por Dios “sobre carne de hombre no será derramado”
(32a)””.

2.2 El uso del aceite para ungir a personas en el Nuevo Testamento

En el NT la unción del aceite se usaba con fines medicinales de forma natural (Marcos 6.13;
Santiago 5.14). No se usaba para consagrar u ordenar a ministros; en ese caso, la práctica
válida para la consagración del ministerio en el periodo neotestamentario era la imposición
de manos:

Hch 6:3-6 “Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio,
llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. Y nosotros
persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. Agradó la propuesta a toda la
multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro,
a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; a los cuales presentaron
ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos”.

1Ti 4:14 “No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la
imposición de las manos del presbiterio”.

Pero no hay mención alguna de ungir para la ordenación de servidores de la Iglesia de Cristo.
Esta práctica no era vigente ni era su uso regular entre los apóstoles.

Éste mismo caso se estudia para los profetas y reyes. La unción ritual sólo era administrada
para ellos conforme a sus funciones en el tiempo del AT. Actualmente los considerados
superungidos y falsos profetas (tenemos a Ana Méndez como ejemplo) protestan que la
práctica del ungimiento con aceite también se aplica a cristianos; según supuestas
revelaciones extras que el SEÑOR les ha mostrado. Como lo explica el DICCIONARIO
BÍBLICO CARIBE; pág. 971:

“Tanto si esta última unción se refiere a personas o a cosas, y tanto si el aceite es el


especialmente preparado como si es común, lo que tipifica es invariablemente la
santificación y el poder del Espíritu Santo. No se ordena la unción con aceite para la
consagración a ningún cargo a los creyentes en la dispensación cristiana, porque han sido
ya ungidos con el Espíritu Santo y ya son sacerdotes para Dios. Juan recuerda incluso a los
«hijitos» o bebés en Cristo que tienen una unción del Santo, y que la unción (el mismo
término, «chrisma») permanece en ellos (1 Jn. 2:20, 27). Así, de la misma manera en que en
el AT los reyes, profetas y sacerdotes eran ungidos como consagrados para Dios, así el
Cristiano es santificado para Dios por el Espíritu Santo, tanto en cuanto a su posición como
con respecto a su servicio”.

Cabe notar que estas dos primeras revisiones sobre los pasajes que aparentemente
fundamentan el ungimiento con aceite en cristianos, tiene una sutil influencia del
Reemplacismo o Teología del reemplazo (Teología del rechazo: Es la que enseña que todas
las profecías, promesas, bendiciones y beneficios de Dios concernientes a Israel pasaron a
la Iglesia cuando Israel rechazó al Mesías (Mt. 23: 37-39), y que por tanto, Israel como tal,
es cosa del pasado y es actualmente como cualquier otra nación secular sobre la tierra, en
adición, arrastrando y sufriendo todas las maldiciones que se encuentran en la Biblia;
definición dada por el Ps. Miguel Rosell Carrillo, de Iglesia del Rey Jesucristo, Madrid;
España).

3. EL USO BÍBLICO DEL ACEITE RESPECTO A LOS OBJETOS

Uno de los pasajes básicos usados para avalar la unción con aceite sobre objetos es el
siguiente:

Éxo 40:9-10 “Y tomarás el aceite de la unción y ungirás el tabernáculo, y todo lo que está
en él; y lo santificarás con todos sus utensilios, y será santo. Ungirás también el altar del
holocausto y todos sus utensilios; y santificarás el altar, y será un altar santísimo”.

El aceite de la unción para el tabernáculo es el mismo con el que se utilizó para ungir a Aarón
y a sus hijos:

Éxo 30:26-30 “Con él ungirás el tabernáculo de reunión, el arca del testimonio, la mesa con
todos sus utensilios, el candelero con todos sus utensilios, el altar del incienso, el altar del
holocausto con todos sus utensilios, y la fuente y su base. Así los consagrarás, y serán cosas
santísimas; todo lo que tocare en ellos, será santificado. Ungirás también a Aarón y a sus
hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes”.

3.1 El propósito de la santificación para el tabernáculo y los utensilios

Tomando en cuenta la revisión del contexto del pasaje de Éxodo 30.22-31, este mandamiento
de ungir con aceite a los objetos era sólo para el pueblo de Israel, no para los gentiles y dentro
de los términos y ordenanzas del Antiguo Pacto. Además, el tabernáculo era un lugar santo
en el que reposaría la presencia de Dios en medio de Su pueblo.

Éxo 40:34 “Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó
el tabernáculo”.

John MacArthur, en su Biblia de Estudio, comenta sobre este versículo (pág. 143):

“Esta fue la definitiva confirmación para Moisés y el pueblo de que toda la tarea para la
erección de a la habitación de Dios se había hecho de forma apropiada y que todas las
prolijas instrucciones se habían seguido de forma obediente”.

Por medio de los preparativos para la construcción del tabernáculo y sus accesorios, esto
contribuyó en la mente de los israelitas que este no sería un lugar cualquiera, sino que en él
habitaría la Gloria de Dios que refleja el carácter de Su santidad. Por lo cual ninguna cosa
inmunda entraría en él, a no ser por los medios de la purificación y oblaciones; tanto a los
sacerdotes mismos como a los utensilios. Recordemos lo dicho por el profeta Isaías:
Isa 6:1-3 “En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y
sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía
seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno
al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está
llena de su gloria”; subrayado añadido.

Como hemos visto, el aceite de la unción manejado por los sacerdotes era exclusivo para
santificar el tabernáculo; hoy en día su uso no es vigente para esos propósitos. El persistir en
la enseñanza que para todo hay que ungir sólo provoca en la mente de los creyentes la idea
de ver el aceite como un amuleto, un objeto idolátrico indispensable, un medio milagroso o
una reliquia. Estos versículos, Éxodo 40.9-10, en realidad, recuerda al hombre su condición
pecaminosa y su separación de un Dios triplemente santo.

3.2 Otros supuestos usos para objetos ungidos

Este pasaje bíblico, Éxodo 40.9-10, como otros, tampoco habla de ungir objetos como un
medio de protección contra peligros naturales (como accidentes) y sobrenaturales (como
ataques demoniacos) como algunos maestros afirman. Tampoco habla de dedicar objetos,
casas y ciudades para santificar o para agilizar la conversión de los incrédulos.

El uso de objetos ungidos no es referido en ninguna parte en el Nuevo Testamento. Si se


quiere convertir a incrédulos, crea lo que dice la Palabra:

Mar 16:15 “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.

Efe 6:18-19 “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en
ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi
boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio”.

Cabe notar que la Armadura de Dios descrita en Efesios 6.10-20 no hace ninguna mención
de la unción con aceite como arma contra la lucha con Satanás y sus huestes. La importancia,
más bien, radica en el sometimiento al SEÑOR:

Efe 6:10-11 “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su


fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las
asechanzas del diablo”.

En cuanto a la liberación a poseídos, sólo existe una instrucción de parte del SEÑOR
Jesucristo al respecto y que, por supuesto, no incluye el uso del aceite:

Mat 10:7 “Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado”.

Mat 10:8 “Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de
gracia recibisteis, dad de gracia”.

Mar 16:17 “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios;
hablarán nuevas lenguas”.
Luc 9:1 “Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los
demonios, y para sanar enfermedades”.

Luc 10:17 “Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan
en tu nombre”.

4. EL USO BÍBLICO DEL ACEITE RESPECTO A LA SANIDAD

Stg 5:14 “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren
por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor”.

Hay quienes atribuyen la unción con aceite con atributos curativos del tipo milagroso (mucha
semejanza con las doctrinas de PARE DE SUFRIR y sus ventas de objetos pseudo-
milagrosos). Sin embargo, la Escritura no enseña que el aceite tuviese tales propiedades para
provocar sanidades instantáneas.

Desde la antigüedad es común en la cultura judía que la unción con aceite fue una de sus
costumbres. Era muy apreciado por ellos (Léase Proverbios 27.9 y Amós 6.6). Dentro del
marco bíblico, y del contexto cultural judío (y para fines de recordatorio y revisión de este
pasaje); el aceite era usado como:

 Refrescante para el cuerpo (2 Crónicas 28.15).


 Ungüento medicinal (Marcos 6.13; Santiago 5.14)
 Para sanar heridas (Isaías 1.6; Lucas 10.34).

Procedemos a la revisión del contexto.

4.1 La sanidad por fe basada en la autoridad del SEÑOR

Santiago hace un énfasis en la fe para sanar a los creyentes, no en el objeto en sí. En caso
contrario, Santiago hubiese escrito algún procedimiento en la elaboración, el tipo de aceite,
y modo de aplicación. En cuanto a su propiedad simbólica, debido a las cualidades sanadoras
del aceite, nosotros podemos verlo como un símbolo de lo que Dios puede hacer por nuestro
cuerpo y alma.

Cito el comentario de Mike Rodríguez, de su artículo “UNGIR CON ACEITE AL


ENFERMO”:

“Sin embargo, todo esto tenía que ver con un pueblo terrenal que se movía en medio de las
sombras (símbolos) de las cosas celestiales. Ahora que tenemos la plena realidad de esas
cosas, no tenemos razón de regresar a lo que eran las sombras, las figuras (Hebreos 8:5), y
aún más, en lo que concierne a la Iglesia, no vemos ninguna ordenanza de esta índole.
Entonces, si la unción de aceite era algo que se efectuaba en ordenanzas religiosas (Antiguo
Testamento), ¿Qué motivo podrá tener Santiago, después del cumplimiento de las sombras,
presentar de nuevo la unción con aceite? Y pregunto en forma enfática, en el caso de lo
Santiago presenta, ‘¿acaso la oración exclusiva del justo no es suficiente para que el poder
de Dios se manifieste, sin importar la circunstancia?’ Santiago mismo lo declara: “La
oración eficaz del justo puede mucho” (5:16). Entonces, ¿para qué el aceite?”.
Además, de ser cierto que el aceite posee propiedades milagrosas, fuera de sus funciones
naturales, el SEÑOR Jesucristo hubiera indicado instrucciones al respecto. Pero La Biblia
refiere otras enseñanzas:

Luc 9:1-2 “Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos
los demonios, y para sanar enfermedades. Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar
a los enfermos”.

Estos versículos especifican que son la autoridad y el poder de Dios concedidos por Jesús a
sus discípulos los que sanaban a los enfermos; no el aceite.

Además, Pedro, Pablo y los demás apóstoles también creían por fe en el nombre y en la
autoridad concedida por el SEÑOR para sanar enfermos:

Hch 3:6-8 “Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre
de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y
al momento se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró
con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios”.

Hch 5:14-16 “Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres
como de mujeres; tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y
lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. Y aun
de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de
espíritus inmundos; y todos eran sanados”.

Hch 8:5-7 “Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo.
Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las
señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando
grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados”.

Hch 9:33-34 “Y halló allí a uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en
cama, pues era paralítico. Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y haz tu
cama. Y en seguida se levantó”.

Hch 14:8-10 “Y cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo de
nacimiento, que jamás había andado. Este oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos,
y viendo que tenía fe para ser sanado, dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y
él saltó, y anduvo”.

Es evidente que el aceite en sí no contiene poderes sobrenaturales para sanar. Santiago


instruye linealmente conforme a las ordenanzas del SEÑOR Jesucristo en base en Su nombre,
Su autoridad y Su poder para la sanidad por medio de la fe.

4.2 El propósito específico del aceite en Santiago 5.14

Entonces ¿Cuál es el propósito específico del aceite mencionado en Santiago 5.14? Mike
Rodríguez explica la exegesis sobre este versículo:
“¿Está alguno enfermo entre vosotros?”.- La palabra griega para enfermo en el vs. 14 es
“asteneo”. Y su significado es “débil, deficiente en fuerza, delicado, sin energía”; lo cual nos
hace concluir que Santiago estaba hablando acerca del que está enfermo en el sentido “físico”.
En el vs. 15 la palabra griega para enfermo es “kamno” palabra que lleva la connotación de
“cansado, débil, agotado”. Lógicamente el resultado de estar físicamente enfermo.

Santiago, en su única enseñanza acerca de los ancianos (pastores) de la Iglesia, exhorta a los
enfermos, quienes están en necesidad de sanidad física, de llamar a los ancianos.

“y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor”.- Santiago pide que los
ancianos hagan dos cosas y es claro en cuanto al orden en que se deben realizar. La palabra
“ungiéndole”, de acuerdo a la gramática griega, es un participio aoristo que le precede al
verbo principal, en este caso, “oren”, verbo que se encuentra en el imperativo aoristo. El
aoristo es indicación de una simple acción (una vez), contrario a un participio presente
(acción continua). El imperativo aoristo, al igual que el participio, es una orden de una acción
futura que se debe realizar una sola vez, contrario a una acción continua.

Por lo tanto, la orden de Santiago, es que, primeramente haya unción, luego oración en el
nombre del Señor. De manera que el texto debe leer, “ungiéndole con aceite, oren por él, en
el nombre del Señor”.

“ungiéndole con aceite”.- En el idioma griego existen dos verbos que se traducen ‘unción’.
Lamentablemente, como en muchos casos, las traducciones no siempre hacen justicia a las
palabras originales, como lo es en este caso. Está el verbo “aleifo” el cual es la base de
“aleifantes”, verbo usado por Santiago en el vs.14 y el otro verbo es crio o “ekrio”. “Crio”
es el verbo que envuelve todo acto ritual de consagración, de índole religioso. Es el verbo de
donde se deriva Cristo—“El Ungido”. Algunos textos donde se hace uso de este verbo son,
Lucas 4:8; Hechos 4:27; 10:38; Hebreos 1:9. En cambio “aleifo” es un verbo con significado
secular.
 “La diferencia es material, y se pierde cuando ambos verbos son traducidos como “unción”;
sólo el segundo verbo (“crio”) debe ser traducido de esta manera, pues se usa con referencia
al acto sagrado mientras que el primero (“aleifo”) se refiere al uso común del aceite. ¡La
diferencia en el Griego no se puede ignorar! “Ungir” en nuestra versión Inglés (y Español)
deja una mala impresión” R.C.H. Lenski, The Interpretation of the Epistle of James, págs
660-661.
 ““Aleifo” es un término general usado para el ungimiento cualquiera, “Crio” está más
limitado en su uso y está confinado a ungimientos sagrados y simbólicos” W.E. Vine’s
Expository Dictionary of NT Words.
“Aleifos” usualmente, se usa cuando se frota o aplica aceite/ungüento sobre el cuerpo. Era
muy común en los tiempos bíblicos el frotar sobre el cuerpo aceite o bálsamo (especies
mezclada con aceite) como una forma de fragancia después de un baño (Rut 3:3; 2 Crónicas
28:15; Daniel 10:3; Lucas 7:38), y como medicina. (Isaías 1:6; Ezequiel 16:9; Jeremías 8:22;
46:11; Marcos 6:13; Lucas 10:34).
 “Es un hecho muy bien documentado que el aceite era una de las medicinas más comunes
en tiempos bíblicos. Es evidente que Santiago está prescribiendo ambas, oración y medicina”
Expositor’s Bible Commentary, vol. 12, p. 204.
 “Lo que aquí se recomienda, debía de hacerse como un medio natural para restaurar la
salud, algo que, mientras hacían oración y súplicas a Dios, no debían de descuidar” Adam
Clarke’s Commentary, vol. 6, p. 827.
 “Significa que el cuerpo enfermo de una persona debe ser frotado con aceite tal y como una
enfermera hoy frota el cuerpo de su paciente con alcohol. Cuando Santiago ordena a los
ancianos a hacerlo, en su visita a un paciente, significa que la iglesia, por quien actúan los
ancianos, se interesa tanto en el cuerpo, así como en el alma”. R.C.H. Lenski, The
Interpretation of the Epistle of James, p. 661-662.

Y por si esto no fuera suficiente, la epístola de Santiago se dirige a creyentes judíos que
padecían persecución probablemente bajo Herodes Agripa I (Hechos 7.31-34; ca. 44 d.C.),
lo que alude a que posiblemente que hayan padecido heridas por causa del evangelio. La
prueba interna está en el primer capítulo de esta epístola. Además en ese tiempo era común
las amenazas de muerte, los asaltos, los ataques de fieras salvajes, los apedreamientos, azotes,
prisiones, etcétera (Léase Lucas 10.30; Hechos 7.58-60, 12.1-5, 14.19; 2 Corintios 11.22-33;
Filipenses 2.25-27).

Lo que, en conclusión, el aceite en este citado texto bíblico (como en Marcos 6.13) es solo
un remedio con fines medicinales para el cuerpo sin carácter ritual o sobrenatural.

CONCLUSIÓN

El ungimiento con aceite no es un requisito imperativo:


 Para la ordenación del ministerio.
 Como medio de protección contra peligros naturales (accidentes) o sobrenaturales (ataques
satánicos, opresiones).
 Para expulsar demonios en poseídos.
 Para santificar objetos, casa, ciudades.
 Para agilizar la evangelización.
 Como remedio milagroso y/o amuleto.

El ungimiento con aceite no debe ser una imposición como doctrina de parte de maestros,
falsos o sinceros; pues dentro de la dispensación de la Gracia, el creyente ya está ungido por
el Espíritu Santo y la fe en el SEÑOR hace posible la sanidad física si está dentro de los
términos de Su soberanía y Su voluntad. Ha quedado claro que el uso del aceite se limitaba
dentro de las utilidades del marco cultural judío. Hermanos(as), no olvidemos estas
exhortaciones de la Palabra de Dios con respecto a doctrinas que no son del todo claras:

Hch 17:10-11 “Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta
Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. Y éstos eran más
nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud,
escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así”.

2Ti 2:15 “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de
qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”.

¡Dios los bendiga!


Hno. Juan Alberto Rodríguez

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