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Desarrollan arroz transgénico

biofortificado en hierro y zinc


para combatir la desnutrición
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El arroz es el alimento básico de miles de millones de personas en los países en
desarrollo. Pero más allá de paliar el hambre y la disponibilidad de carbohidratos
como fuente de energía, tiene poco valor nutritivo.
Esto significa que muchas personas que dependen del arroz como alimento
básico de su dieta, tienen deficiencias graves de micronutrientes esenciales
como el hierro, el zinc y el betacaroteno (precursor de la vitamina A). Los
nutricionistas le llaman el “hambre oculto”.
La Organización Mundial de la Salud estima que unos 2 mil millones de
personas, o el 30% de la población mundial, son anémicos, en muchos casos
debido a la deficiencia de hierro. Esta condición hace que la gente sea débil y
letárgica, y presenta un riesgo significativo e incluso fatal para las mujeres
embarazadas y la salud de sus hijos. Un número igual están en riesgo por
deficiencia de zinc con consecuencias graves para la salud, incluyendo retraso
en el crecimiento y deterioro de la función inmune.
Pero un equipo de investigadores está a punto de hacer una diferencia real. El
genetista de plantas de la Universidad de Melbourne, Dr. Alex Johnson, junto a
sus colegas de Filipinas, Colombia, Japón, Estados Unidos y Australia han
desarrollado un arroz genéticamente modificado (GM) que produce en el grano
un nivel significativamente mayor de hierro y de zinc a través de un proceso
llamado biofortificación.
Resultados
Los granos de arroz por lo general contienen sólo 2-5 partes por millón (ppm) de
hierro. Los investigadores estaban apuntando a aumentar a por lo menos 13 ppm
para hacer frente a las deficiencias de hierro en las dietas a base de arroz. Sin
embargo, lograron llegar a 15 ppm. Del mismo modo, se habían planteado a
aumentar la cantidad de zinc de 16 ppm a 28 ppm, pero lograron llegar a 45 ppm.
Por otro lado, las pruebas de campo han demostraron que el arroz fortificado
tiene un rendimiento tan alto como el de los arroces convencionales, y pruebas de
laboratorio con células de intestino humano demostraron que los nutrientes del
arroz son digeridos sin problemas. Estos resultados fueron publicados
recientemente en la revista Scientific Reports.
Modificación
En la Universidad de Melbourne, el Dr. Johnson ha estado trabajando en
estrategias genéticas para aumentar el contenido de hierro en arroz desde 2009.
En 2011, su equipo identificó un gen específico que cuando es “encendido”, el
arroz aumenta la cantidad de hierro absorbido del suelo y transportado al grano.
Por lo general, este gen sólo se activa cuando la propia planta de arroz esta
deficiente de hierro, pero modificando lo que impulsa a este gen permitió al
equipo mantener el gen activado todo el tiempo. “Básicamente hemos engañado
a la planta para que piense de forma continua que esta deficiente de hierro.”
Soluciones reales a problemas reales
El Dr. Johnson y sus colegas ahora tienen el objetivo de introducir el arroz
biofortificado en hierro y zinc en Bangladesh, donde casi el 80% de la tierra
cultivada se dedica al cultivo de arroz, pero donde más de la mitad de todos los
niños y el 70% de las mujeres son deficientes en hierro. Se dice que este arroz
enriquecido podría tener un impacto enorme en este país.
Otra razón por la que el equipo quiere llevar el cultivo a Bangladesh es que este
país ya ha liberado comercialmente otros cultivos transgénicos, tal como una
variedad de berenjena Bt que ha permitido a los agricultores reducir
drásticamente el uso de insecticidas.
“El arroz es el alimento básico de miles de millones de personas hoy en día y
eso no va a cambiar en el corto plazo, por lo que la biofortificación del arroz es
una herramienta que podemos utilizar para combatir el hambre oculto en un gran
número de personas” afirmó el Dr Johnson. “Con el tiempo que debe conducir a
poblaciones más saludables y más productivas en el mundo en desarrollo,
impulsando la economía local y, finalmente, el apoyo a las dietas más diversas
y equilibradas”.
“Podemos y hacemos uso de suplementos de vitaminas y minerales y
procesamiento de alimentos para ayudar a las personas que sufren de
deficiencias de micronutrientes, pero esas intervenciones son los generalmente
costosas y la necesidad de procesamiento industrial puede no estar fácilmente
disponible en los países en desarrollo. La biofortificación es una solución
sostenible porque una vez que se encuentra en las semillas, ha aumentado la
calidad nutricional de la propia cosecha. El agricultor sólo tiene que plantar
semillas biofortificadas” agregó el Dr. Johnson.
La investigación del Dr. Johnson ha sido financiada con el apoyo de varios
socios, entre ellos el Consejo Australiano de Investigación y la iniciativa sin fines
de lucro HarvestPlus. HarvestPlus está respaldada por la Fundación Bill y
Melinda Gates y está abordando el “hambre oculto” en los países en vías de
desarrollo con cultivos biofortificados.

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