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TEMA Martes 13 de Marzo
TEMA Martes 13 de Marzo
Por lo que partiremos de lo que expresa muy claramente el Concilio sobre el hombre
y su constitución misma:
una síntesis del universo material, de tal modo que los elementos encuentran en el su
plenitud y pueden alabar libremente a su Creador1; de ahí que no esté permitido al hombre
despreciar su propia vida corporal, sino que está obligado a considerar su cuerpo como
bueno y digno de honor, ya que ha sido creado por Dios y ha de resucitar el ultimo día. Sin
embargo, por la herida producida por el pecado, tiene que someterse a las rebeliones del
propio cuerpo. Reclama, por consiguiente, la dignidad del hombre que de gloria a Dios aun
en su propio cuerpo2 y que no le consienta vivir esclavo de las depravadas inclinaciones del
corazón3.
Respondiendo la primera pregunta que nos hemos realizado, ¿Es para nosotros el
arrepentimiento? A la luz del concilio podemos decir que en nuestra composición dual es
de cuerpo y alma por las cuales estamos en contacto con las referencias del mundo físico,
por medio de nuestro propio cuerpo que se pone en contacto con lo material, es decir, con
las cosos que podemos tocar, por lo que se convierte en nosotros motivo de acceso al
1
Dan. 3,57 - 90
2
1 Cor. 6, 13 - 20
3
C. V II. Constitución Dogmática Gaudium et spes 14.
pecado de lo que cada uno se tiene que arrepentir, pero nos podemos preguntar sobre esto:
¿Qué es para nosotros el pecado? Por lo que hay que hacer esta definición de pecado.
Dios, que consiste en decir, hacer, pensar o desear algo contra los mandamientos de la Ley
particulares, estos se dividen en pecado venial los cuales podemos mencionar; perder el
tiempo, ser desordenado con tus cosa, perder la paciencia, mentir en cosas sin importancia
para quedar bien, usar un lenguaje grosero, hacer correr un chisme, y los capitales son la
clasificación que hace el cristianismo sobre los vicios en que pueden caer las personas
entre ellos están la avaricia, la soberbia, envidia, ira, lujuria, gula y la pereza; de los cuales
corporales y cuando se considera algo más, que una parte particular de la naturaleza o un
universalidad del cosmos y es capaz de tocar esas profundidades cuando mira a su corazón,
donde le espera Dios, que escruta los corazones4, y donde solo él puede decidir su propio
destino ante los ojos de Dios. Reconoce en sí mismo la presencia de un alma espiritual e
Pero hoy en día el ser humano está acostumbrado a disculparse por ofensas que dice
que no los hará otra vez, pero las vuelve a hacer, vez tras vez. Puesto que el llamado al
4
1 Re. 16, 7; Jer. 17, 10
5
Ibiden
arrepentimiento es una necesidad absoluta en la proclamación del evangelio, tenemos que
arrepentimiento bíblico:
El cambio de la mente
Volverse a Dios
Obediencia práctica
conversión requiere que una persona deba alcanzar una profundidad de arrepentimiento y
fe, que rara vez se ve en la vida del cristiano más maduro. Jesús mismo dijo que incluso la
una persona puede ser pobre, pero será real. La profundidad de quebrantamiento de un
nuevo convertido puede ser leve en comparación con la del creyente maduro, pero con toda
son la salvación será que tantas estas gracias seguirán creciendo y profundizándose en su
se le hace saber que toda su vida se ha regido por sus propias ilusiones y que ha estado
equivocado en todo. Por primera vez en su vida, él ve y reconoce lo que es verdad. Sus
pensamientos erróneos e incluso blasfemos sobre Dios son reemplazados por una
comprensión exacta aunque escasa del único Dios verdadero. Sus opiniones vanas de su
transformada. Él se ha arrepentido.
Pero ahora me regocijo, no de que son entristecidos, sino de que fuiste entristecido
para arrepentimiento; porque fuiste entristecido conforme a la voluntad de Dios, para que
no sufras pérdida alguna de parte nuestra. Porque la tristeza que es conforme a la voluntad
de Dios produce un arrepentimiento que conduce a la salvación, sin dejar pesar; pero la
como en el caso de Judas Iscariote, nunca debemos mirar negativamente a la tristeza según
testimonio de la Escritura que Dios estima altamente tal dolor. Él no lo despreciará a “un
corazón quebrantado y contrito” (Sal 51:17.), Sino más bien Él mira a la persona que es
“pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra” (Isaías 66:2). Aunque Él habita
en un lugar alto y santo, Él también está con los humildes y contritos de espíritu para
revivirlos. Por lo que Jesús nos enseña en las bienaventuranzas: “Bienaventurados los que