Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Cassirer y El Arte Como Forma Simbolica
Cassirer y El Arte Como Forma Simbolica
En lo que sigue me propongo exponer la tesis de Ernst Cassirer en el sentido de que el arte
es - junto a mito, lenguaje, ciencia, religión, etc. - una forma simbólica. Con esto queda
dicho: no analizaremos la reflexión de Cassirer sobre el arte en general ni expondremos
propiamente su “estética”1, sino que nos limitaremos a una tesis concreta, la cual, claro
está, dista de ser secundaria o inesencial.
II
Para exponer la misma, tenemos que comenzar por una pregunta: ¿qué es una forma
simbólica? Existen varios modos de entender lo que sea una forma simbólica (todos, de
alguna forma, fundamentables en el propio texto de Cassirer) y, por tal razón, también
varias formas heterogéneas de desenvolver la tesis del arte como forma simbólica. Dos
modos son originarios o básicos y, aún cuando no son contradictorios sino que, incluso,
pueden complementarse entre sí, son, no obstante, independientes, dando lugar a
desenvolvimientos que colocan acentos diferenciados. Podemos entender por "forma
simbólica"
1. o bien un sistema de signos,
2. o bien un modo particular de comprensión del mundo.
Los dos conceptos de forma simbólica referidos responden a dos tesis que, en principio, son
lógicamente independientes.
1
A no ser em uma breve referencia al final del texto.
2
1. Es una importante doctrina cassireriana que toda relación del hombre con el mundo es
mediada por un sistema de signos. Esta doctrina puede ser mal interpretada en su
originalidad si simplemente identificamos “sistema de signos” y “lenguaje”. Si tal
fuese el caso, la tesis cassireriana rezaría: toda relación con el mundo es mediada por
el lenguaje. De hecho, existe una fuerte línea interpretativa que ha querido establecer
el lenguaje como condición de posibilidad de todas las formas simbólicas. Pero, para
Cassirer, el lenguaje no representa de modo alguno un sistema de signos privilegiado
sino, únicamente, uno entre otros. Cuáles son estos otros y en qué medida constituyen
propiamente un sistema, no es, sin embargo, una cuestión fácil de responder. De
todos modos, si identificamos forma simbólica y sistema de signos, una consecuencia
(que parece ser más de lo que toda la flexibilidad sistemática de Cassirer puede
soportar) es inevitable: allí donde no hay un sistema de signos, tampoco puede haber
una forma simbólica. En suma, pues, toda relación con el mundo es mediada por
sistemas de signos, mas no necesariamente por el lenguaje.
desenvolvimiento (y, por sobre todo, en algunos de sus resultados) ella llega a conclusiones
que obligan a dar al idealismo un sentido que no es sin más conciliable con el clásico y que,
sobre todo, problematiza intensamente las relaciones entre las ideas de subjetividad y
espontaneidad (por ej. en la tesis de la pregnancia simbólica o en el concepto de
"Urphänomen"). Cassirer habla aún el lenguaje de la subjetividad cuando, muy
posiblemente, haya dado pasos decisivos para disolver el sujeto y, junto con él, los modos
clásicos de ”idealismo”.
III
Dados los dos conceptos de "forma simbólica" referidos, se puede colocar la cuestión del
arte como forma simbólica en dos perspectivas diversas. Voy a privilegiar el segundo
concepto, comenzando por el mismo. Sobre el final de mi exposición, habré de integrar el
primero.
Me limito ahora a aceptar tesis y argumento cassireriano para, sobre la base de las mismas,
colocar la siguiente cuestión: si el arte es una "forma simbólica", ¿en qué consiste su modo
propio y peculiar de objetivar los fenómenos? Dado que toda nuestra relación con el mundo
está mediada por formas simbólicas, no podemos “salir” de ellas para compararlas
directamente con el mundo (asumiendo así un punto de vista externo con respecto a las
mismas). Lo único que podemos hacer es fijar su especificidad o autonomía (y, con ello, su
propio derecho a existencia como modo de objetivación irreducible) a través de su
comparación con las restantes. En tal perspectiva, el concepto clave para responder a la
4
pregunta colocada es el de "forma". El arte es una "forma simbólica" porque objetiva los
fenómenos de un modo particular, momento esencial del cual es la "forma sensible". El arte
es una objetivación por medio de formas sensibles cuyo objetivo es darnos una intuición de
las "puras formas". Ahora bien, qué significa "forma sensible" (y/o “pura forma”) en éste
contexto?
que Cassirer por un lado presupone, mas que, por otro, corrige. Lo que Cassirer está
diciendo al afirmar que el arte constituye un modo de objetivación particular y, más aún,
que ése modo de objetivación se efectúa a través de “formas” (sensibles), es que es falsa la
tesis kantiana que toda síntesis sea obra del entendimiento y que la sensibilidad sólo sea
capaz de proporcionar una pura multiplicidad inconexa y caótica. Existe un orden de lo
sensible en cuanto tal: la sensibilidad, abandonada a sí misma, no produce el mero caos,
sino que es capaz de portar una estructura. Más aún - y justamente porque Cassirer no
quiere dejar de ser "idealista"-: el orden de lo sensible no está dado simplemente el nivel de
la pura “impresión” (Eindruck), sino que revela la existencia de una "espontaneidad" "en"
lo sensible. Las formas no son simples copias de un dado puro resultante de la mera
impresión, sino de una acción creadora que sólo revela en la medida en que actúa. Con
respecto a las formas también vale lo que Kant afirmaba con respecto a los fenómenos de la
física: sólo podemos conocer de ellos lo que hemos puesto en los mismos. Es a partir de la
determinación de la forma como modo de orden puramente sensible que debemos entender
sus otras propiedades definitorias. El mundo de las formas es un mundo no de "objetos",
sino de puras apariencias y perspectivas, en suma, un mundo en donde la presencia del
orden no excluye una infinita plasticidad, un carácter fugitivo e inestable.
Quizás un ejemplo, sea aquí capaz de sustituir mil precisiones. Estoy sentado escribiendo
en mi escritorio. Sobre la mesa se encuentran papeles y lápices e, incluso, algunos libros,
todos ellos, objetos que me son familiares y que reconozco como pertenecientes a ciertas
clases y con respecto a los cuales me comporto de modos diversos. De repente, percibo que,
al mismo tiempo que escribo en este entorno bien conocido, la brisa mueve la cortina de la
ventana y esta comienza a jugar sombras caprichosas sobre mi mesa. En realidad, esto ya
estaba aconteciendo en tanto escribía. Las sombras dinámicas, los reflejos e intensidades,
los claros y oscuros, los brillos y opacidades, comienzan entonces a manifestarse para, de
repente, hacer desaparecer aquel mundo bien conocido de mi escritura y su entorno físico,
un mundo de objetos con limites y fronteras nítidamente establecidos. La simple hoja de
papel, que era una hoja y que era blanca “sin más”, vira ahora el palco de un juego de
brillos; propiamente, se pierde en él y termina disolviéndose en su individualidad para pasar
a ser sólo momento de un todo, de una cierta ondulación de luz que se prolonga sin
6
Volvamos a nuestro ejemplo. Qué es lo que acontece cuando ese mundo de objetos-
utensilios se disuelve? Ciertamente, se pierde un cierto tipo de orden pero, no obstante, no
volvemos al puro caos. Desaparecen los objetos, o sea, los polos pragmáticos de
orientación y, junto con ellos, la estructura objeto – propiedad. El mundo deja de dividirse
en esas instancias constantes e independientes que tienen ciertos atributos y que son
reconocidas por ellas; el deja de ordenarse por conceptos. La pura riqueza del dado sensible
se libera y aparece ahora como entregada a su propia dinámica.
En lugar del lenguaje podemos tomar como término de comparación cualquier otra forma
simbólica como, por ejemplo, la ciencia, y mostrar, también en la contraposición, lo
específico del modo de construcción simbólica artística. Diríamos entonces que la ciencia,
en vez de reducir lo real a la estructura objeto-propiedad, como el lenguaje, crea un sistema
de leyes, o sea, disuelve los “dados” en última instancia en puras estructuras de relaciones
concibiendo al objeto como la intersección de estos sistemas. La "función" de la ciencia
8
La fijación de lo específico del arte como forma simbólica mediante una comparación
ampliada, no sólo con el lenguaje, sino también con la ciencia, evita algunas
unilateralidades groseras; no obstante, el proceder comparativo en cuanto tal (por otra parte,
insistimos, inevitable) puede dar lugar a mal entendidos. El arte es de hecho capaz de
operar una verdadera “desconstrucción” del mundo cotidiano y/o científico. Esto no quiere
decir, sin embargo, que se deba colocar al arte en dependencia de ellos, pues él, tanto
cuanto el lenguaje o la ciencia, es una forma simbólica y, por consiguiente, igualmente
originaria. El arte no es simplemente un reactivo que trabaja de acuerdo a otros modos de
determinación. El puede interpretar el mundo en la clave de la forma de modo directo:
como forma simbólica él es autónomo en su determinación del fenómeno.
el arte es un modo de mediación, sólo que un modo de mediación en el cual la presencia del
elemento sensible es esencialmente diferente a las otras formas simbólicas.
Hasta ahora nos hemos ocupado propiamente de la visión del mundo del punto de vista de
la "forma" y, si quisiéramos, nada nos impide llamar a la misma visión "artística" de lo real.
Pero, esta visión no es aún el arte: falta propiamente la obra y, con ella, también el artista.
Arte propiamente dicho consiste en plasmar la forma en la obra y así, no simplemente en
"ver" sino asimismo en "mostrar", en enseñar a otros a ver. La función del artista no es
meramente "ver" la forma, sino, por decirlo así, capturarla en una obra la cual la hace
disponible (visible) a todos.
Si la forma de la cual se ocupa el arte es puramente sensible, esto no quiere decir que baste
con abrir los ojos y verla. La idea de que hay una determinación puramente sensible,
no implica reducir la sensibilidad a puras impresiones. Si la forma es propiamente
sensible, ella no está presente en la mera impresión, ella no es simplemente y sin más
"perceptible". Ella puede ocultarse y, de hecho se oculta en nuestro tránsito cotidiano
con utensilios.
IV
Ahora, podemos - claro está, siempre y cuando para ello partamos del concepto de forma
simbólica en el primer sentido - establecer una mediación e integrar las tesis del arte como
forma simbólica en tanto interpretación del mundo y en tanto sistema de signos. Para eso, la
noción de forma tiene que seguir ocupando el lugar central. El punto básico es entonces el
siguiente: la obra de arte en cuanto "signo" guarda una relación sui generis con su
"significado", pues la forma no es re-presentada por la obra sino que está realmente
presente en ella (tanto cuanto lo está en la propia "realidad"). Esta identidad es una
identidad de lo mismo, diversa de la del mito, por ejemplo, que es identidad de lo
diferente. El artista revela la forma en la obra de arte en la medida en que consigue la
fijación de la una en la otra. Los juegos de sombras, las perspectivas, los claros y obscuros
sólo están "re-presentados" porque, justamente en cuanto puras apariencias, ellos están
realmente presentes.
Para finalizar, gustaría de insistir en algo ya indicado en las primeras líneas, a saber, que la
perspectiva adoptada (o sea, la de considerar la tesis cassireriana específica del arte como
forma simbólica) no es la única posible. También podemos considerar la reflexión
cassireriana como teoría estética, vinculándola a lo que son los problemas "tradicionales"
de esta disciplina y evidenciando, según el caso, como se posiciona Cassirer con respecto a
los mismos. Para ello, claro está, no podemos abandonar sin más el concepto de forma. Es
con base en el mismo, que Cassirer sitúa su teoría en el marco de la estética clásica fijando
para ello la oposición de expresión y representación como contexto. El arte no es ni pura
expresión, ni pura representación. La pura expresión del sentimiento, el mero
sentimentalismo, jamás fundó arte alguno. Arte comienza allí en donde el sentimiento no
meramente se vivencia ciegamente o se expresa instintivamente, sino que se reformula a
11
través de la forma, y con ella se sublima y se esclarece, apareciendo así como propiamente
"inteligible". El sublinamiento de la importancia decisiva para la noción de forma no
implica el formalismo. La forma es siempre, al mismo tiempo, instrumento de expresión del
contenido.
Bibliografía:
Bolognini, Bruno: Il problema estético nella prospettiva die Ernst Cassirer. Il Pensiero,
XVII, nº 23, 1973, pp. 268-298
Capeillères, Fabien: “Présentation” y “Postface”. En: Capeillères, Fabien (ed.): Ernst
Cassirer: Écrits sur l’art. Paris, 1995
Cassirer, Ernst: An Essay on man. An introduction to a philosophy of human culture. New
Haven, Yale University Press, 1944 (trad. portuguesa: Antropologia filosófica, um ensaio
sobre o homem. São Paulo, Ed. Mestre Jou, 1972)
- Language and Art I. En: Verene, Donald Philip (ed.): Symbol, Myth and Culture. Essays
and Lectures of Ernst Cassirer. New Haven, Yale University Press, 1979 (trad. francesa en:
Capeillères, Fabien (ed.): Ernst Cassirer: Écrits sur l’art. Paris, 1995)
- Language and Art II. En: Verene, Donald Philip (ed.): Symbol, Myth and Culture. Essays
and Lectures of Ernst Cassirer. New Haven, Yale University Press, 1979 (trad. francesa en:
Capeillères, Fabien (ed.): Ernst Cassirer: Écrits sur l’art. Paris, 1995
- The educational value of art. En: Verene, Donald Philip (ed.): Symbol, Myth and Culture.
Essays and Lectures of Ernst Cassirer. New Haven, Yale University Press, 1979 (trad.
francesa en: Capeillères, Fabien (ed.): Ernst Cassirer: Écrits sur l’art. Paris, 1995)
- Mythischer, ästhetischer und theoretischer Raum. En: Orth, Ernst Wolfgang y Krois, John
Michael: Symbol, Technik, Sprache. Aufsätze aus den Jahren 1927-1932. Hamburg,
Meiner, 1985
Gilbert, Katharine: Cassirer’s placement of art. En: Schilpp, Paul Arthur (ed.) The
philosophy of Ernst Cassirer. The Library of Living Philosophers, Illinois, 1949
Kearney, Francis William: On Cassirer’s conception of Art and History. Laval Théologique
et Philosophique, I, 1945
12
González Porta, Mario Ariel: O problema da “Filosofia das formas simbólicas”. En: A
filosofia a partir de seus problemas. Sao Paulo, Loyola, 2002. pp. 129-155.
- Von Newton bis Maxwell. Objektivität in der Kantischen und Neukantischen
Wissenschaftstheorie mit besonderer Berücksichtigung von Cassirers Project einer
Philosophie der symbolischen Formen. En: Perspektiven und Probleme systematischer
Philosophie. Bern, Peter Lang, 1996, pp. 77-94
Krois, John Michael: L’Art, une forme symbolique. En: Capeillères, Fabien (ed.): Ernst
Cassirer: Écrits sur l’art. Paris, 1995
Langer, Susan: Feeling and form. A theory of art. New York, 1953 (trad. portuguesa:
Sentimento e Forma. São Paulo, Editora Perspectiva, s/f)
Slochower, Harry: Ernst Cassirers functional approach to art and literature. En: Schilpp,
Paul Arthur (ed.): The philosophy of Ernst Cassirer. The Library of Living Philosophers,
Illinois, 1949