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BREVE HISTORIA DE LA CIENCIA

Por diversas razones la historia de la ciencia es un área central para las humanidades
contemporáneas. Por un lado es un eje central de los estudios de la ciencia y la tecnología, ya
que aporta, junto con la sociología de la ciencia, la mayor parte de los estudios empíricos sobre
los que es posible basar la reflexión y el análisis adecuado de las ciencias y la tecnología.

La relación de la historia de la ciencia y la filosofía de la ciencia ha sido tradicionalmente una


de competencia y fecundación mutua (se hablado de “matrimonio forzado”, pero también de
“amor loco”), y el panorama hoy en día se ha ampliado para incluir a muchos otros estudios
sobre la ciencia y la tecnología.

Por otro lado la historia de la ciencia aporta uno de los vínculos más fructíferos entre los
ámbitos de la ciencias y las humanidades, al estar firmemente anclada en ambos. En sus
tradiciones metodológicas y escriturales la historia incorpora el núcleo del pensamiento
humanista occidental, mas cuando debe investigar el fenómeno científico en todas sus
dimensiones se ve obligada a hacer espacio para los modos de entender y proceder de las
ciencias y la tecnología. Eso hace de la práctica de la historia de la ciencia una actividad
intelectual intensa, diversa y sumamente satisfactoria; además de útil.

Los años recientes atestiguaron un desarrollo dramático de los estudios en esta área, y
nuestras imágenes de las ciencias y la tecnología se han visto enriquecidas y robustecidas con
ello. Ya no es posible entender el fenómeno tecnocientífico sin ubicarlo en sus dimensiones
históricas y geográficas. La historia de la ciencia ya no es sólo la historia de los grandes
hombres y las grandes teorías; hoy se ha vuelto ineludible entender la historia de las ciencias y
la tecnología en las diversidad de situaciones y contextos que de hecho se han dado y dan. La
historia de la ciencia en México y en la región Iberoamericana ha crecido por tanto en
importancia y en urgencia.

El análisis histórico de la ciencia y la tecnología recurre a los contenidos y a la metodología de


las distintas subdivisiones de la historia, tanto temáticas (historia de las ideas, historia cultural,
historia social, historia económica) como temporales y espaciales.

Prehistoria y Edad Antigua

Lo que sigue proviene del artículo Historia de la ciencia y la técnica en la Prehistoria y la Edad
Antigua

Medición de la Tierra por Eratóstenes (240 a. C.) Los científicos alejandrinos cartografiaron los
cielos y la Tierra con esferas celestes y terrestres. Se dice que el primer globo terráqueo fue
construido por Crates de Malos. En cuanto al primer mapa (quizá el de Anaximandro de Mileto,
ca. 550 a. C.), es fama que durante la revuelta de Jonia (499 a. C.), Hecateo de Mileto mostró
uno para demostrar la inmensidad de Persia en relación con las ciudades griegas. También se
dice que cuando los jonios pidieron ayuda a las ciudades de Grecia continental les mostraron
su situación en relación con cada una de las partes en conflicto en un mapa. Hiparco de Nicea,
en sus Explicaciones de los fenómenos de Arato y Eudoxo (129 a. C.) incluyó un catálogo de
más de mil estrellas y otros datos astronómicos. No se ha conservado, pero se especula que
se utilizó para la confección del Atlas Farnese.
La historia de la ciencia y la técnica en la Prehistoria y la Edad Antigua es una subdivisión
temporal de la historia de la ciencia y de la técnica que se centra en la Prehistoria y la Edad
Antigua. Comienza desde el surgimiento de comunidades nómadas de Homo sapiens sapiens
en diversos sectores geográficos y concluye con la Caída del Imperio romano de Occidente.

Que la ciencia esté sujeta a evolución o sea susceptible de progreso es una idea ajena a las
épocas históricas anteriores a la Edad Moderna (polémica de los antiguos y los modernos,
1688-1704) y nuestra percepción del «atraso» científico relativo a una época, un lugar o una
rama del saber con respecto a otra proviene específicamente del positivismo de Auguste
Comte, para quien hay «tres estadios teoréticos diferentes: el teológico o estadio ficticio; el
metafísico o estadio abstracto; y por último, el científico o positivo» (Curso de filosofía positiva,
1830-1842). No habría ciencia, desde esa definición, antes de la revolución científica del siglo
XVII. No hay términos universalmente aceptados para calificar a la forma de conocimiento del
hombre prehistórico (que representaba artísticamente su visión del mundo —arte paleolítico—
e incluso ha dejado algunas muestras de cómputos numéricos, como el hueso de Ishango); las
producciones intelectuales, muy sofisticadas, de las primeras civilizaciones (para las que se
han propuesto las expresiones «pensamiento pre-filosófico» o «mitopoeico»);27 la ciencia
griega (cultura griega), que fue esencialmente un ejercicio teórico que no se sometía al método
experimental, y que no se implicaba en la esfera de la producción (el modo de producción
esclavista no demandaba innovaciones tecnológicas); o la ciencia romana (cultura romana),
continuadora intelectual de la helenística (cultura helenística) en una civilización de inclinación
marcadamente pragmática, donde sobresalió una notable ingeniería.

Edad Media

Lo que sigue proviene del artículo Ciencia medieval

Dios creando el universo a través de principios geométricos. Frontispicio de la Bible Moralisée,


1215.

La expresión conocida ciencia medieval se refiere a los descubrimientos en el campo de la


filosofía natural que ocurrieron en el periodo de la Edad Media —el periodo intermedio, en una
división esquemática de la Historia de Europa.

Europa Occidental entró en la Edad Media con grandes dificultades que minaron la producción
intelectual del continente tras la caída del Imperio Romano. Los tiempos eran confusos y se
había perdido el acceso a los tratados científicos de la antigüedad clásica (en griego),
manteniéndose sólo las compilaciones resumidas y hasta desvirtuadas, por las sucesivas
traducciones que los romanos habían hecho al latín. Sin embargo, con el inicio de la llamada
Revolución del siglo XII, se reavivó el interés por la investigación de la naturaleza. La ciencia
que se desarrolló en ese periodo dorado de la filosofía escolástica daba énfasis a la lógica y
abogaba por el empirismo, entendiendo la naturaleza como un sistema coherente de leyes que
podrían ser explicadas por la razón.

Fue con esa visión con la que sabios medievales se lanzaron en busca de explicaciones para
los fenómenos del universo y consiguieron importantes avances en áreas como la metodología
científica y la física. Esos avances fueron repentinamente interrumpidos por la Peste negra y
son virtualmente desconocidos por el público contemporáneo, en parte porque la mayoría de
las teorías avanzadas del periodo medieval están hoy obsoletas, y en parte por el estereotipo
de que la Edad Media fue una supuesta "Edad de las Tinieblas".

Mientras que en el Extremo Oriente se siguió desarrollando la civilización china con su propio
ritmo cíclico, en Occidente la civilización clásica greco-romana fue sustituida por la cultura
cristiana (latina y bizantina) y la civilización islámica, ambas fuertemente teocéntricas. Los cinco
siglos de la denominada "época oscura" de la Alta Edad Media significaron un atraso cultural en
la cristiandad latina, tanto en relación con la Antigüedad clásica como en relación con la
simultánea Edad de Oro del islam, que no actuó únicamente como un contacto de innovaciones
orientales (chinas, hindúes y persas, como el papel, el molino de viento o la numeración hindú-
arábiga) hacia Occidente, sino añadiendo aportes propios y originales. No obstante, el
desarrollo productivo del modo de producción feudal demostró ser más dinámico que el
esclavista en cuanto a permitir desarrollos tecnológicos modestos, pero de notables
repercusiones (la collera, el estribo, la vertedera). Aparentemente, el mundo intelectual,
enclaustrado en los scriptoria de los monasterios y dedicado a la conservación y glosa de los
textos sagrados, la patrística y la parte del saber antiguo que pudiera conciliarse con el
cristianismo (Boecio, Casiodoro, Isidoro, Beda, Beato, Alcuino), estaba completamente
desconectado de ese proceso, pero en su torno se fue gestando alguna variación en la
concepción ideológica del trabajo que, con contradicciones y altibajos, inspiró la justificación de
los intereses de la naciente burguesía y el desarrollo del capitalismo comercial a partir de la
Baja Edad Media. Mientras tanto, las instituciones educativas se fueron sofisticando
progresivamente (escuelas palatinas, escuelas monásticas, escuelas episcopales, studia
generalia, universidades medievales) y en ellas, a pesar del efecto anquilosador que se supone
al método escolástico, surgieron notables individualidades (Gilberto de Aurillac, Pedro
Abelardo, Graciano, Raimundo de Peñafort, Tomás de Aquino, Roberto Grosseteste, Roger
Bacon -Doctor Mirabilis-, Duns Scoto -Doctor Subtilis-, Raimundo Lulio, Marsilio de Padua,
Guillermo de Ockham, Bártolo de Sassoferrato, Jean Buridan, Nicolás de Oresme) y algunos
conceptos innovadores en terrenos como el de la química, en forma de alquimia (destilación del
alcohol), el de la lógica (Petrus Hispanus), el de las matemáticas (calculatores de Merton
College) o el de la física (teoría del impetus).28

Ya al final de la Edad Media, fue decisiva la adopción de innovaciones de origen oriental


(brújula, pólvora, imprenta) que, si en la "sinocéntrica" civilización china no pudieron tener un
papel transformador, sí lo tuvieron en la expansiva civilización europea.29

Renacimiento

Lo que sigue proviene del artículo Historia de la ciencia en el Renacimiento

Hombre vitruviano, de Leonardo da Vinci, un ejemplo de la mixtura entre arte y ciencia en el


Renacimiento.
El redescubrimiento de textos científicos antiguos durante el Renacimiento se aceleró después
de la caída de Constantinopla, en 1453 y la invención de la imprenta democratizaría al
aprendizaje y permitiría una propagación más rápida de nuevas ideas.

En este período inicial, el Renacimiento es visto a menudo como un retroceso científico.


Historiadores como George Sarton (1884-1956) y Lynn Thorndike (1882-1965) han criticado
cómo el Renacimiento afectó a la ciencia, argumentando que el progreso fue demorado. Los
humanistas favorecieron los temas centrados en el hombre, como política e historia, sobre el
estudio de la filosofía natural o la matemática aplicada. Otros se han localizado en la influencia
positiva del Renacimiento puntualizando factores como el descubrimiento de muchísimos
textos ocultos o perdidos, y el nuevo énfasis en el estudio de la lengua y la correcta lectura de
textos. Marie Boas Hall acudió el término «Renacimiento científico» para designar la primera
fase de la Revolución científica. Recientemente, Peter Dear argumentó a favor de un modelo
de dos fases para explicar la génesis de la ciencia moderna: un «Renacimiento científico» en
los siglos XV y XVI, centrado en la restauración del conocimiento natural de los antiguos, y una
«Revolución científica» en el siglo XVII, cuando los científicos pasaron de la recuperación a la
invención.

Edad Moderna

Lo que sigue proviene del artículo Revolución científica

Philosophiæ naturalis principia mathematica de Newton (1687).

La revolución científica es un concepto usado para explicar el surgimiento de la ciencia durante


la Edad moderna temprana, asociada principalmente con los siglos XVI y XVII, en que nuevas
ideas y conocimientos en física, astronomía, biología (incluyendo anatomía humana) y química
transformaron las visiones antiguas y medievales sobre la naturaleza y sentaron las bases de
la ciencia clásica.30313233343536 De acuerdo a la mayoría de versiones, la revolución
científica se inició en Europa hacia el final de la época del Renacimiento y continuó a través del
siglo XVIII, influyendo en el movimiento social intelectual conocido como la Ilustración. Si bien
sus fechas son discutidas, por lo general se cita a la publicación en 1543 de De revolutionibus
orbium coelestium (Sobre los giros de los orbes celestes) de Nicolás Copérnico como el
comienzo de la revolución científica.

Una primera fase de la revolución científica, enfocada a la recuperación del conocimiento de


los antiguos, puede describirse como el Renacimiento Científico y se considera que culminó en
1632 con la publicación del ensayo de Galileo; Diálogos sobre los dos máximos sistemas del
mundo. La finalización de la revolución científica se atribuye a la "gran síntesis" de 1687 de
Principia de Isaac Newton, que formuló las leyes de movimiento y de la gravitación universal y
completó la síntesis de una nueva cosmología.37 A finales del siglo XVIII, la revolución
científica había dado paso a la "Era de la Reflexión".[cita requerida]

El concepto de revolución científica que tuvo lugar durante un período prolongado surgió en el
siglo XVIII con la obra de Jean Sylvain Bailly, que vio un proceso en dos etapas de quitar lo
viejo y establecer lo nuevo.38
El filósofo e historiador Alexandre Koyré acuñó el término revolución científica en 1939 para
describir esta época.39

Edad Contemporánea

Lo que sigue proviene del artículo Historia de la ciencia en la Edad Contemporánea

Cuaderno de notas "sobre la transmutación de las especies" de Charles Darwin (1837) que
contiene el primer diagrama de un árbol evolutivo y unos apuntes en los que reflexiona sobre la
necesidad teórica de la existencia pasada de múltiples formas de vida extintas en la actualidad
para explicar la existencia de las actuales formas de vida.

En el siglo XIX las matemáticas se refinaron con Cauchy, Galois, Gauss o Riemann. La
geometría se revolucionó con la aparición de la geometría proyectiva y las geometrías no
euclidianas.

La óptica sufrió una revisión radical con Thomas Young y Augustin Fresnel, que pasaron de
una concepción corpuscular de la luz (newtoniano) a una concepción ondulatoria (prefigurada
por Huygens). La electricidad y el magnetismo se unificaron (electromagnetismo) gracias a
James Clerk Maxwell, André-Marie Ampère, Michael Faraday y Carl Friedrich Gauss. La
relación entre el maquinismo de la primera Revolución industrial (la máquina de vapor) y la
ciencia de la termodinámica (Sadi Carnot, Clausius, Nernst y Boltzmann) no fue de ningún
modo la de un principio científico que se aplicara a la técnica, sino más bien al contrario; pero a
partir de la Segunda Revolución Industrial, los retornos tecnológicos se producirán fluidamente
("era de los inventos", 1870-1910).40 A finales del siglo XIX se descubrieron nuevos
fenómenos físicos: las ondas de radio, los rayos X, la radiactividad (Heinrich Rudolf Hertz,
Wilhelm Röntgen, Pierre y Marie Curie).

Se descubren en el siglo XIX la casi totalidad de los elementos químicos, permitiendo a


Mendeleiev el diseño de la tabla periódica que predice incluso los no descubiertos. Se crea la
química orgánica (Wöhler, Kekulé).

La fisiología abandonó la teoría de la generación espontánea y desarrolló las vacunas (Edward


Jenner y Louis Pasteur). La biología se constituyó como ciencia gracias en gran parte a Jean-
Baptiste Lamarck, que acuñó el término en 1802, proponiendo un nuevo paradigma: el
evolucionista, si bien con bases diferentes a las que terminarán desarrollándose con Darwin (El
origen de las especies, 1859). Se abandonó el vitalismo a partir de la síntesis de la urea, que
demostró que los compuestos orgánicos podían obtenerse por puras leyes físico-químicas,
como los compuestos inorgánicos. La genética nació a partir de la obra de Gregor Mendel
(1866), pero presentada de una forma inaplicable, que hubo de esperar al siglo XX para que,
tras reelaborarse (leyes de Mendel, Hugo de Vries, Carl Correns y Erich von Tschermak), fuera
recibida por la comunidad científica y desarrollara su potencialidad.

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