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La triste historia de los “castrati”.

Hacia finales del siglo XVI, el mundo musical de la Europa renacentista


incorporaría un nuevo tipo de voces, los castrati. Jóvenes castrados antes
de la pubertad y muy importantes para la música eclesiástica por cantar
con registros vocales de mujer. Presentaban una voz con una potencia
propia de un hombre, pero que a la vez tenía una gran ligereza y
capacidad para hacer agudos asombrosos, como una mujer. Esta voz
híbrida era designada como celestial o angelical por el público de la
época. El cirujano cortaba los cordones testiculares y tras ello los iba
traccionando para su remoción con la finalidad de que estos órganos no
produjeran la hormona sexual masculina testosterona responsable, entre
otras cosas, de las modificaciones vocales que se experimentan en la
adolescencia. Por ser castrados antes de la pubertad, sus cuerpos no
experimentaban los cambios debidos a la testosterona. Mantenían
características infantiles, con ausencia de bello facial, ni demasiada masa muscular y tampoco lograban
una erección completa. Era típica la macroquelia, los brazos largos, bien altos y una tendencia a la
obesidad. Uno de los castrati más famoso fue Farinelli, fue uno de los cantantes más celebre del siglo
XVIII, por cantarle al Rey Felipe V de España.

La triste historia de los “castrati”.

Hacia finales del siglo XVI, el mundo musical de la Europa renacentista


incorporaría un nuevo tipo de voces, los castrati. Jóvenes castrados
antes de la pubertad y muy importantes para la música eclesiástica por
cantar con registros vocales de mujer. Presentaban una voz con una
potencia propia de un hombre, pero que a la vez tenía una gran ligereza
y capacidad para hacer agudos asombrosos, como una mujer. Esta voz
híbrida era designada como celestial o angelical por el público de la
época. El cirujano cortaba los cordones testiculares y tras ello los iba
traccionando para su remoción con la finalidad de que estos órganos no
produjeran la hormona sexual masculina testosterona responsable, entre
otras cosas, de las modificaciones vocales que se experimentan en la
adolescencia. Por ser castrados antes de la pubertad, sus cuerpos no
experimentaban los cambios debidos a la testosterona. Mantenían
características infantiles, con ausencia de bello facial, ni demasiada masa muscular y tampoco lograban
una erección completa. Era típica la macroquelia, los brazos largos, bien altos y una tendencia a la
obesidad. Uno de los castrati más famoso fue Farinelli, fue uno de los cantantes más celebre del siglo
XVIII, por cantarle al Rey Felipe V de España.

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