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BALANCE DE TRANSFORMACION

Artículo 339º Balance de transformación.

“La sociedad está obligada a formular un balance de transformación al día anterior a


la fecha de la escritura pública correspondiente. No se requiere insertar el balance de
transformación en la escritura pública, pero la sociedad debe ponerlo a disposición
de los socios y de los terceros interesados en el domicilio social, en un plazo no
mayor de treinta días contados a partir de la fecha de la referida escritura pública”

INTRODUCCION.

El artículo 339º se refiere al balance de transformación y establece disposiciones


francamente novedosos y prácticos, no solamente en cuanto a su formulación sino
también con respecto a su forma de publicidad frente a los socios y los terceros
interesados; la simplicidad y rapidez de aplicación de las normas sobre estos temas
difieren de forma notoria de la Ley anterior.

La doctrina coincide en que una operación de transformación de una persona


jurídica, es eminentemente de carácter formal. De allí la importancia del
cumplimiento de los requisitos legales que tiende a rodear el acuerdo de
transformación con todas las garantías necesarias para preservar los derechos de
los socios, acreedores y terceros. Sin embargo, en el derecho comparado y en
nuestra ley anterior establecieron un conjunto de requisitos que no tenía utilidad
práctica alguna, fuera de complicar interesadamente el proceso. Esas situaciones
son las que remedian, correctamente en nuestro concepto.

ANALISIS DEL BALANCE DE TRANSFORMACION.

El segundo párrafo del artículo 348º de la ley anterior establecía que una vez
acordada la transformación debía formularse un balance cerrado al día anterior del
acuerdo, luego el articulo 352º obligaba a que se redacte un segundo balance esta
vez cerrado al día anterior al del otorgamiento de la escritura púbica de
transformación. Ambas disposiciones resultaron no tener ninguna utilidad y fueron de
origen de múltiples problemas innecesarios.
Ante todo, ¿Qué valor tenían los dos balances?, evidentemente solo el mérito de una
simple información no oficial, desde que ninguno había sido aprobado por la junta o
asamblea de los socios, el primero, porque solo se redactaba de acuerdo al mandato
de la ley, después de adoptarse el acuerdo de transformación, conforme al
inequívoco texto del artículo 348º, siendo en consecuencia, un balance que se
formaba, retroactivamente al día anterior al de un acuerdo de transformación ya
tomado. La propia ley no exigía su aprobación por los socios, con respecto al
segundo, la situación no era diferente debía cerrarse al día anterior del otorgamiento
de la escritura de transformación. O sea que, terminado el trámite de la escritura y
para poderla firmar, era necesario, formular un balance al día anterior al del
otorgamiento de la escritura con el objeto de lograr insertarlo en una escritura que
debía tener necesariamente la fecha del día siguiente al del balance. La ley tampoco
establecía que el segundo balance debía ser aprobado por la junta o asamblea de
socios, lo cual habría sido en muchos casos imposible, desde que no podía
convocarse a una asamblea antes de una fecha de escritura que no era posible
conocer de antemano (y para lo cual habría que esperar el segundo balance), en
otros términos, no pudo crearse un sistema que fuese más complicado y farragoso
que el descrito. Aun peor era el hecho de que se trataba de un mecanismo
totalmente innecesario.

En efecto, ¿Cuál era la utilidad legal o práctica de esos dos balances o de alguno de
ellos?, en realidad, ninguna. En primer lugar, no servían como base para la
determinación del reembolso a los socios que se separaban de la sociedad, porque
no eran el último balance aprobado, conforme lo exigía el artículo 210º, que aludía,
en forma evidente, al último balance anual de la sociedad, ni tampoco servían para
ese efecto porque no era un balance aprobado. En segundo lugar, ninguno de los
dos eran redactados en la fecha de entrada en vigencia de la transformación debido
a que, de acuerdo a la Ley anterior, esa fecha, al no estar expresamente prevista en
dicha ley, no podría ser de otra que la de la inscripción de la transformación en el
Registro; luego los dos balances aludidos no coincidían en forma alguna con la fecha
de entrada en vigencia de la transformación, con lo cual tampoco eran de utilidad
para determinar cuáles eran los activos y pasivos de la sociedad “anteriores a la
transformación”. En tercer lugar porque al ser dos los balances y no haber norma
alguna que los distinguiera ni estableciera su razón de ser, siempre podría dudarse
cual de las dos tenia o no efectos legales y en el caso de una dudosa respuesta
afirmativa, cuáles eran esos efectos.
Lo anteriormente expuesto no tiene por objeto realizar una crítica, hoy en día inútil, ni
destacar errores de la ley anterior, sino mencionar las razones por las cuales el
artículo 339º bajo comentario, toma un camino radicalmente diferente, con el objeto
de solucionar los problemas detectados con respecto a las reglas anteriores y
convertir el balance de transformación en un instrumento útil para el mecanismo de
las transformaciones societarias.

En esa tónica, el artículo 339º regula el balance de transformación como sigue:

a) El único balance que se formula con motivo de la transformación debe ser al


día anterior a la fecha de la escritura pública por lo cual ella se formaliza.
Nótese que de acuerdo al artículo 341º, la transformación de la persona
jurídica adquiere plena vigencia a partir del dia siguiente de la citada
escritura. De esta manera el balance demuestra la situación integral de los
activos y pasivos. Precisamente veinticuatro horas antes de la fecha de
entrada en vigencia de la operación. Lo cual tiene fundamental importancia,
por ejemplo, para el caso del artículo 334º y también para cualquier otro en
que sea necesario conocer la situación patrimonial de la persona jurídica a la
fecha de la transformación.
b) No se requiere insertar el balance en la escritura pública de transformación
requisito que en realidad nunca fue útil. Se evitan así los problemas y
tardanzas que la inserción de balances originaba con respecto a la escritura
pública.
c) La sociedad tiene un plazo de treinta días para redactar el balance de
transformación, contados a partir de la fecha de la escritura. Es un plazo
razonable, que permite el estricto cumplimiento de la norma legal.
d) La persona jurídica debe poner el balance de transformación a disposición de
los socios de los terceros interesados. En el domicilio social.
e) Adviértase que el sistema del artículo 200º de la ley, por el cual se regula la
separación de aquellos socios que opten por ella debido a la transformación,
no se remite en nada al balance de transformación, sino al valor en libros al
último día del mes anterior al de la fecha del ejercicio del derecho de
separación. En consecuencia, el sistema del balance que establece el artículo
339º, cumple con todas las funciones para las cuales es requerido, sin
necesidad de otras regulaciones para su formulación.
TRANSFORMACION DE LAS SOCIEDADES
EN LIQUIDACION

Artículo 342º Transformación de sociedades en liquidación.

“Si la liquidación no es consecuencia de la declaración de nulidad del pacto social o


del estatuto, o del vencimiento de su plazo de duración, la sociedad en liquidación
puede transformarse revocando previamente el acuerdo de disolución y siempre que
no se haya iniciado el reparto del haber social entres sus socios”.

CASOS EN QUE PROCEDE LA TRANSFORMACION DE SOCIEDADES EN


LIQUIDACION.

El artículo 342º, de la ley zanja la discusión doctrinaria sobre si es posible o no que,


en pleno proceso de disolución y liquidación una persona jurídica pueda
transformarse lo que lleva consigo, evidentemente la suspensión del proceso de
liquidación, la adopción de una nueva fórmula de personas jurídicas y la reactivación
de las actividades de la misma. Es ocioso destacar los argumentos a favor y en
contra que los autores esgrimen ante esta posibilidad, desde que la nueva ley ha
adoptado, en forma indubitable, la opción legislativa de permitir la reorganización de
las personas jurídicas en liquidación.

El artículo bajo comentario establece que la sociedad en liquidación (o de la persona


jurídica de la cual se trate), puede adoptar el acuerdo de transformarse, sin embargo,
ello queda sujeto a las condiciones siguientes:

a) Debe revocarse el acuerdo de disolución y liquidación de las personas


jurídicas.
b) El proceso de liquidación debe encontrarse en una etapa en la que aun no se
haya iniciado el reparto del haber social entre los socios.
c) Que la liquidación de la sociedad no haya sido consecuencia de alguna de las
dos siguientes causales:

- La declaración de nulidad del pacto social o del estatuto.- Esta


primera condición es de toda lógica desde que sería un contrasentido que
una persona jurídica simultáneamente se encuentre ejecutando un
acuerdo de disolución y liquidación y otros de transformación. Lo primero
lleva a la extinción de la persona mediante la adopción de una nueva
forma operativa.

- El vencimiento del plazo de duración de la persona jurídica, esta


condición responde a la misma naturaleza misma del proceso de
disolución y liquidación establecida por la propia ley. Nótese que el
artículo 420º, señala que la distribución del haber social se realiza una vez
que se encuentra totalmente concluido el proceso de liquidación y
aprobado el balance final de liquidación. Solo queda distribuir el haber
social entre los socios, si lo hubiere, y declarar la extinción de la
personalidad jurídica. Hasta allí podría ser posible un acuerdo de
reorganización y reactivación, de la persona jurídica, pero no una vez que
se ha iniciado el reparto del haber social. En esas circunstancias la ley
considera que ha vencido toda posibilidad de reactivar las operaciones de
la persona jurídica mediante un proceso de reorganización.

- En la tercera condición, ella contempla dos supuestos, el primero admite


discusión desde que no podría reorganizarse una sociedad cuyo pacto
social o estatuto hubiesen sido declarados nulos (habría primero que
subsanar la nulidad y regularizar la situación legal de la sociedad, de
conformidad con el artículo 34º de la ley. El segundo responde también a
las disposiciones de la propia ley, desde el artículo 19º sanciona el plazo
de duración y este no se hubiese prorrogado con anterioridad al
vencimiento. Aquí, la disolución se ha convertido en un derecho para los
socios disidentes de la persona jurídica que se encuentra en esa
situación.

Exceptuando las dos situaciones anteriormente indicadas, es evidente que las demás
causales de disolución y liquidación de las sociedades, establecidas en los artículos
407, 408 y 410, de la ley, son perfectamente subsanables, si se dan las condiciones
requeridas en cada caso, para los efectos de la posterior reorganización de la
persona jurídica, aun cuando se encuentre iniciado el proceso de disolución y
liquidación.
TRANSFORMACION DE SOCIEDADES IRREGULARES.

El artículo 342º, no contempla el caso de la transformación de sociedades


irregulares, por lo que consideramos necesario analizar su procedencia o
improcedencia. Al respecto debemos remitirnos al artículo 426 de la ley, que se
refiere a la regulación de la sociedad irregular. Allí se norman únicamente dos
supuestos: el de regularización o el de disolución y liquidación de la sociedad
irregular, reglamentándose este ultimo de acuerdo al mismo artículo 426 y al 431, en
otras palabras la ley no contempla otra alternativa con respecto a la sociedad
irregular que la de su disolución o la de su regulación, lo que en principio excluye la
posibilidad de que sea acordada su transformación.

Por otra parte un análisis del artículo 423 que establece las causales de irregularidad
de las sociedades, nos conduce a la misma conclusión. Dichas causales son seis, las
cuatro primeras son supuesto según los cuales la sociedad es irregular porque no
llegó nunca a contemplar el otorgamiento de la escritura pública de constitución o
porque no prosperó su inscripción en el registro; en otros términos es una sociedad
que no llegó siquiera a adquirir existencia legal. Ahora bien en estos cuatro casos
mal podemos imaginar un proceso de transformación de una persona jurídica que
nunca alcanzó a serlo. La quinta causal es, precisamente, tiene la condición de
irregular por haberse transformado en forma contraria a la ley, lo que elimina en
nuestra opinión cualquier posibilidad de transformación. Finalmente la sexta causal
consiste en que la sociedad irregular continua en actividad a pesar de haber incurrido
en alguna causal de irregularidad prevista en la ley, el pacto social o el estatuto
frente a esta `posibilidad solo cabe, en nuestro concepto, lo previsto en el articulo
426 o sea que la sociedad se regularice o se disuelva.

CONCLUSIONES

- La sociedad está obligada a formular un balance de transformación al día


anterior a la fecha de la escritura pública correspondiente.

- El balance de transformación, tiene lugar cuando una sociedad adopta un


nuevo tipo societario, el cual debe ser aprobado por todos los socios o
bien por la mayoría exigida en el estatuto y puesto a disposición de
los acreedores sociales y de todas las personas que tengan
un interés directo en la Sociedad.

La tasación de los valores que requiere la confección de este


género de balance, debe realizarse en función del aprovechamiento que
se realice de los rubros en la nueva entidad social.
- El proceso de liquidación debe encontrarse en una etapa en la que aun no
se haya iniciado el reparto del haber social entre los socios.

- Nuestra ley no contiene ninguna disposición que permita la transformación


de una sociedad irregular.

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