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Balance de Transformacion
Balance de Transformacion
INTRODUCCION.
El segundo párrafo del artículo 348º de la ley anterior establecía que una vez
acordada la transformación debía formularse un balance cerrado al día anterior del
acuerdo, luego el articulo 352º obligaba a que se redacte un segundo balance esta
vez cerrado al día anterior al del otorgamiento de la escritura púbica de
transformación. Ambas disposiciones resultaron no tener ninguna utilidad y fueron de
origen de múltiples problemas innecesarios.
Ante todo, ¿Qué valor tenían los dos balances?, evidentemente solo el mérito de una
simple información no oficial, desde que ninguno había sido aprobado por la junta o
asamblea de los socios, el primero, porque solo se redactaba de acuerdo al mandato
de la ley, después de adoptarse el acuerdo de transformación, conforme al
inequívoco texto del artículo 348º, siendo en consecuencia, un balance que se
formaba, retroactivamente al día anterior al de un acuerdo de transformación ya
tomado. La propia ley no exigía su aprobación por los socios, con respecto al
segundo, la situación no era diferente debía cerrarse al día anterior del otorgamiento
de la escritura de transformación. O sea que, terminado el trámite de la escritura y
para poderla firmar, era necesario, formular un balance al día anterior al del
otorgamiento de la escritura con el objeto de lograr insertarlo en una escritura que
debía tener necesariamente la fecha del día siguiente al del balance. La ley tampoco
establecía que el segundo balance debía ser aprobado por la junta o asamblea de
socios, lo cual habría sido en muchos casos imposible, desde que no podía
convocarse a una asamblea antes de una fecha de escritura que no era posible
conocer de antemano (y para lo cual habría que esperar el segundo balance), en
otros términos, no pudo crearse un sistema que fuese más complicado y farragoso
que el descrito. Aun peor era el hecho de que se trataba de un mecanismo
totalmente innecesario.
En efecto, ¿Cuál era la utilidad legal o práctica de esos dos balances o de alguno de
ellos?, en realidad, ninguna. En primer lugar, no servían como base para la
determinación del reembolso a los socios que se separaban de la sociedad, porque
no eran el último balance aprobado, conforme lo exigía el artículo 210º, que aludía,
en forma evidente, al último balance anual de la sociedad, ni tampoco servían para
ese efecto porque no era un balance aprobado. En segundo lugar, ninguno de los
dos eran redactados en la fecha de entrada en vigencia de la transformación debido
a que, de acuerdo a la Ley anterior, esa fecha, al no estar expresamente prevista en
dicha ley, no podría ser de otra que la de la inscripción de la transformación en el
Registro; luego los dos balances aludidos no coincidían en forma alguna con la fecha
de entrada en vigencia de la transformación, con lo cual tampoco eran de utilidad
para determinar cuáles eran los activos y pasivos de la sociedad “anteriores a la
transformación”. En tercer lugar porque al ser dos los balances y no haber norma
alguna que los distinguiera ni estableciera su razón de ser, siempre podría dudarse
cual de las dos tenia o no efectos legales y en el caso de una dudosa respuesta
afirmativa, cuáles eran esos efectos.
Lo anteriormente expuesto no tiene por objeto realizar una crítica, hoy en día inútil, ni
destacar errores de la ley anterior, sino mencionar las razones por las cuales el
artículo 339º bajo comentario, toma un camino radicalmente diferente, con el objeto
de solucionar los problemas detectados con respecto a las reglas anteriores y
convertir el balance de transformación en un instrumento útil para el mecanismo de
las transformaciones societarias.
Exceptuando las dos situaciones anteriormente indicadas, es evidente que las demás
causales de disolución y liquidación de las sociedades, establecidas en los artículos
407, 408 y 410, de la ley, son perfectamente subsanables, si se dan las condiciones
requeridas en cada caso, para los efectos de la posterior reorganización de la
persona jurídica, aun cuando se encuentre iniciado el proceso de disolución y
liquidación.
TRANSFORMACION DE SOCIEDADES IRREGULARES.
Por otra parte un análisis del artículo 423 que establece las causales de irregularidad
de las sociedades, nos conduce a la misma conclusión. Dichas causales son seis, las
cuatro primeras son supuesto según los cuales la sociedad es irregular porque no
llegó nunca a contemplar el otorgamiento de la escritura pública de constitución o
porque no prosperó su inscripción en el registro; en otros términos es una sociedad
que no llegó siquiera a adquirir existencia legal. Ahora bien en estos cuatro casos
mal podemos imaginar un proceso de transformación de una persona jurídica que
nunca alcanzó a serlo. La quinta causal es, precisamente, tiene la condición de
irregular por haberse transformado en forma contraria a la ley, lo que elimina en
nuestra opinión cualquier posibilidad de transformación. Finalmente la sexta causal
consiste en que la sociedad irregular continua en actividad a pesar de haber incurrido
en alguna causal de irregularidad prevista en la ley, el pacto social o el estatuto
frente a esta `posibilidad solo cabe, en nuestro concepto, lo previsto en el articulo
426 o sea que la sociedad se regularice o se disuelva.
CONCLUSIONES