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El acto de escribir se torna una tiranía de los sexos. Existen experiencias asociadas a
históricamente como género literario: es el canon. Lo escrito por las mujeres es lo que se
estudia aparte, como se intenta en este comentario, que acoto no busca clasificar, sino
marginalización social. El conflicto de dicho término radica pues, en saber qué se entiende
por femenino. Es por eso que me propongo construir este breve comentario, apegándome a
diversas ideas expuestas en diferentes textos escritos por Virginia Woolf y Elisa Lerner con
lugares de enunciación distintos, los discursos de ambas tienen – entre muchas – una
libros escritos por mujeres.” ("La literatura: ¿tiene sexo" 459) – se busca indagar tanto en lo
que escriben las mujeres como en lo que se escribe de ellas. Es por eso que más que una
Pero ¿Por qué se relaciona la literatura escrita por mujeres al hogar, la belleza, la
femenina ha sido influenciada por circunstancias que no guardan ninguna relación con el
arte (Woolf, 51). “La íntima efusión” y no el heroico argumento retratado en sus obras,
como dice Lerner, está motivado por modos de vida a las que fueron sometidas
experiencias” (Woolf, 54). Las mujeres escribían sobre lo que se les permitía o a
escondidas osaban vivir: “Y, como sea que la mujer vivía en la sala de uso común, rodeada
comercio estaban vetadas para ellas o sino reguladas por las leyes y las costumbres de las
distintas épocas. Por eso Lerner señala: “Y si se han escrito esos femeninos libros es porque
la mujer confinada por años (¿por siglos?) a su dormitorio conyugal, a los comedores de
familia más que observar al mundo, lo ha espiado.” (“La literatura: ¿tiene sexo?”, 459).
Las autoras se tenían que nutrir de una limitada gama de vivencias para, si entraba en su
argumento era instrumental masculino. El discurso del poder no se adaptaba - ¿aún es así? -
a la personalidad femenina, “la frase está hecha para el hombre” (Woolf, 57). La épica
“memoriosa” no era pertinente de la mujer y fue por eso que se afianzó su dominio literario
mirada curiosa, que se debe ocultar, ocuparse de otras cosas. Porque hay que tomar en
cuenta que así hubiera avances en referencia a los derechos de la mujer, no era hasta que
que definía su posición, que la mujer se podía permitir hablar y acceder a ciertos
privilegios. Aun así ¿son estos modos de discurso y temáticas inherentes a las mujeres o
pueden ser compartidas por hombres? “no creo que ¿una llamada literatura femenina? sea
una virtud, un don, una propiedad exclusiva de las escritoras.” (Lerner, “La literatura:
¿tiene sexo?”, 460) ¿Se valoriza lo escrito por una mujer de la misma manera que un
hombre? “En muchas mujeres hay miedo a escribir porque, aún, hay miedo a vivir.”
(Lerner, “La literatura: ¿tiene sexo?”, 460) En el año 1929 para Woolf se estaba “acercando
al tiempo, si es que no hemos llegado ya, en que pocas o ningunas serán las influencias
extrañas que perturben la literatura femenina.” (56). Según Woolf, tiempo libre, dinero y
un cuarto para ellas es lo que la mujer debería tener a fin de que pueda asumir la profesión
de escritor. A lo que Lerner responde años después: “Pero nada dice [Woolf] acerca de
cómo un íntimo machismo, en susceptibles campos del amor y del sexo —Virginia fija la
escritural y testimonial de Lerner ¿Sigue existiendo una fuerte lucha de oposición contra las
¿Cómo es el presente para una mujer que decide triunfar en el mundo artístico? ¿Una isla
en la que solo nos tomamos en cuenta si todas somos mujeres o si tenemos aduladores
apropiarse de la historia para cuestionarla, construir una metáfora sobre la realidad social
¿está prohibido, no nos incumbe, solo lo hacen las privilegiadas, las osadas o está
espectáculos o el de la literatura. Pero ese rotundo éxito no deja de ser un castigo, una
Referencias
Lerner, E. (2016). “Domesticidades peligrosas”. Así que pasen cien años. Caracas: Editorial
Lerner, E. (2016). “La literatura: ¿tiene sexo?”. Así que pasen cien años. Caracas: Editorial