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Los policultivos no son una nueva forma de tecnología agrícola. Ha sido practicada
en muchas partes del mundo como un medio para maximizar la productividad de
la tierra en un área específica. Está practica es comúnmente más usada en
regiones tropicales, donde la alta precipitación, temperaturas altas y periodos de
cultivo más largos son favorables para una producción continua.
En total, en el lapso de los cuatro años, en cada una de las parcelas se cultivarán
7 especies vegetales de interés agrícola y de valor comercial, y una especie de
trébol para agregarla al suelo como abono verde. Es el mismo plan de cultivo para
las cuatro parcelas, solamente se juega con la sucesión de las especies para evitar
que se empalmen.
En el primer ciclo se empieza aplicando un abono verde, en este caso se usa trébol
blanco (Trifolium repens) debido a que es un conocido fijador de nitrógeno y
mejorador del suelo, la ventaja de dicho cultivo es que se puede producir durante
casi todo el año, en las estaciones de otoño, invierno y primavera; se puede cultivar
en verano, sin embargo, el rendimiento no será el óptimo. Este cultivo lo
sembraremos en enero, incluso desde antes para esperar alrededor de cuatro
meses para después poder integrarlo como abono verde. Esto con el fin de tener
un suelo fértil y rico en nutrientes para nuestro próximo cultivo de alta demanda, el
tomate.
El tomate es una hortaliza con un ciclo de cultivo bastante complejo, y con unos
requerimientos vitales y nutricionales muy completos. Necesita riegos abundantes y
sol directo, es por eso que es perfecto sembrarlo al inicio de la primavera, pues el
cultivo dura alrededor de 6 meses para obtener los frutos y aprovechará las altas
temperaturas del verano para su desarrollo. Las podas se llevarán a cabo entre
mayo y julio, y la recogida se puede realizar desde julio hasta agosto, dependiendo
del grado de madurez según su color y consistencia.
El siguiente cultivo es el apio, que puede ser cultivado en otoño, por eso se
sembrará alrededor de septiembre u octubre. Es compatible con el rábano y
lechuga, que se estarán cultivando alrededor del mismo tiempo en el mismo
terreno. Este cultivo estará listo para la cosecha en cuatro meses, alrededor de
enero o febrero. Alrededor de la época de cosecha se puede esperar un mes antes
de plantar el siguiente cultivo, esto para asegurarnos de haber cosechado toda la
producción y preparar el suelo para el siguiente cultivo, la cebolla.
La cebolla se siembra en febrero, al aire libre pues requiere de pleno sol, es por eso
que se aprovechan todos los meses de primavera. Este cultivo requiere de 3 a 4
meses para la cosecha, por lo que se planea estar recogiendo los bulbos para el
mes de junio/ Julio. Después del cultivo de la cebolla se volverá a sembrar trébol
blanco para incorporarlo como abono verde en un lapso de cuatro meses.
Después del rábano se cultivará trébol de nuevo para recuperar algo de nos
nutrientes del suelo, para posteriormente cultivar ajo. El ajo se planea sembrar en
enero, y cosecharlo alrededor de 7 meses después, en julio. No es una planta muy
exigente en clima, aunque adquiere un sabor más picante en climas fríos, es por
eso que se aprovecharán los primeros meses del año por sus climas fríos. También
se aprovechará para alejar algunas de las plagas por efecto de alelopatía.