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Planeación de un Policultivo

Los policultivos no son una nueva forma de tecnología agrícola. Ha sido practicada
en muchas partes del mundo como un medio para maximizar la productividad de
la tierra en un área específica. Está practica es comúnmente más usada en
regiones tropicales, donde la alta precipitación, temperaturas altas y periodos de
cultivo más largos son favorables para una producción continua.

Conforme la población ha incrementado, la necesidad de producir alimentos para


satisfacer las necesidades se ha visto afectada, de misma manera ha
incrementado la necesidad de aumentar la producción agrícola, es aquí donde
este tipo de cultivos se vuelven más viables.

Los policultivos han demostrado mejoras en los sistemas productivos en varios


aspectos.

1. Se ha observado mayor producción en áreas en donde los policultivos son


aspectos comunes del agroecosistemas, la productividad es más estable y
constante a largo termino. Esto se debe a que cada especie utilizada tiene
diferencias en los requerimientos nutricionales, sus necesidades son
complementarias y se hace mejor uso de los recursos disponibles.
2. Con el empleo de los policultivos habrá un mejor uso y aprovechamiento de
la luz, al haber más especies, se aumentará la cobertura vegetal disponible
para la captación de luz, lo que se beneficiará directamente a la
producción de carbohidratos para el desarrollo de la planta. Dicha
cobertura también creará un microclima en el cultivo, que protegerá al
suelo de la perdida de agua por evaporación, erosión por el viento, entre
otros factores.
3. Las relaciones entre suelo y planta se ven mejoradas, si se hace una correcta
planeación del policultivo, tendremos especies vegetales que tengan
diferentes longitudes de raíz, lo que le permitirán ocupar diferentes horizontes
del suelo, reduciendo la competición entre especies y aumentando la
eficiencia en la absorción de nutrientes.
4. Los policultivos nos permiten desarrollar un control biológico debido a que
en estos se previene la dispersión de plagas y enfermedades separando a
las plantas susceptibles, una especie a veces sirve como cultivo trampa,
protegiendo a las otras. También plantas asociadas a veces sirven como
repelente para plagas de otros cultivos, y por ultimo hay una mayor
abundancia de predadores naturales y parasitoides debido a una mayor
diversidad de micrositios y presa alterna.
5. Hay más posibilidad de que existan relaciones mutualistas, en las que varias
especies se beneficien entre ellas, evitando la competitividad y ayudando
a aumentar su producción entre ellas.
El policultivo presentado fue diseñado para usar en un terreno que está dividido en
cuatro parcelas en un lapso de cuatro años. La intención es que en cada terreno
anualmente se tenga por lo menos de uno a dos cultivos, se planeó tomando en
cuenta factores como la compatibilidad de cultivos tanto en espacio (entre las
cuatro parcelas) y tiempo (en el transcurso de los cuatro años). También se intentó
integrar especies de diferentes familias en el ámbito espacial, pues de esta forma
se elimina el riesgo de plagas afines, a pesar de que algunos de las especies
cultivadas son de familias iguales, se planeó la siembra en diferentes meses o
épocas de cultivo, haciendo uso de la preferencia de las plagas por ciertas etapas
fenológicas de las plantas; se intentó crear una diferencia de tiempo para que
dichos cultivos no se solaparan.

En total, en el lapso de los cuatro años, en cada una de las parcelas se cultivarán
7 especies vegetales de interés agrícola y de valor comercial, y una especie de
trébol para agregarla al suelo como abono verde. Es el mismo plan de cultivo para
las cuatro parcelas, solamente se juega con la sucesión de las especies para evitar
que se empalmen.

En el primer ciclo se empieza aplicando un abono verde, en este caso se usa trébol
blanco (Trifolium repens) debido a que es un conocido fijador de nitrógeno y
mejorador del suelo, la ventaja de dicho cultivo es que se puede producir durante
casi todo el año, en las estaciones de otoño, invierno y primavera; se puede cultivar
en verano, sin embargo, el rendimiento no será el óptimo. Este cultivo lo
sembraremos en enero, incluso desde antes para esperar alrededor de cuatro
meses para después poder integrarlo como abono verde. Esto con el fin de tener
un suelo fértil y rico en nutrientes para nuestro próximo cultivo de alta demanda, el
tomate.

El tomate es una hortaliza con un ciclo de cultivo bastante complejo, y con unos
requerimientos vitales y nutricionales muy completos. Necesita riegos abundantes y
sol directo, es por eso que es perfecto sembrarlo al inicio de la primavera, pues el
cultivo dura alrededor de 6 meses para obtener los frutos y aprovechará las altas
temperaturas del verano para su desarrollo. Las podas se llevarán a cabo entre
mayo y julio, y la recogida se puede realizar desde julio hasta agosto, dependiendo
del grado de madurez según su color y consistencia.

El siguiente cultivo es el apio, que puede ser cultivado en otoño, por eso se
sembrará alrededor de septiembre u octubre. Es compatible con el rábano y
lechuga, que se estarán cultivando alrededor del mismo tiempo en el mismo
terreno. Este cultivo estará listo para la cosecha en cuatro meses, alrededor de
enero o febrero. Alrededor de la época de cosecha se puede esperar un mes antes
de plantar el siguiente cultivo, esto para asegurarnos de haber cosechado toda la
producción y preparar el suelo para el siguiente cultivo, la cebolla.
La cebolla se siembra en febrero, al aire libre pues requiere de pleno sol, es por eso
que se aprovechan todos los meses de primavera. Este cultivo requiere de 3 a 4
meses para la cosecha, por lo que se planea estar recogiendo los bulbos para el
mes de junio/ Julio. Después del cultivo de la cebolla se volverá a sembrar trébol
blanco para incorporarlo como abono verde en un lapso de cuatro meses.

Al término del periodo del trébol se sembrarán rábanos, Su cultivo es sencillo, no


requiere muchas labores y además no sufre graves problemas de plagas porque
no da tiempo a que se desarrollen. Es de ciclo corto y al ser de ciclo secundario se
puede sembrar con las hortalizas como el tomate y pimiento que estaremos
sembrando en el mismo terreno. Se sembrará en noviembre y cosecharemos en
marzo-abril.

Después del rábano, se cultivará pimiento, de la familia de la solanáceas, son


plantas que requieren gran cantidad de calor para su desarrollo, para eso se
sembrará en el periodo de verano, para aprovechar la radiación solar. La
temperatura óptima de crecimiento está establecida entre los 15 ºC y 32 ºC, en
cuanto a humedad, le favorecen humedades situadas entre 50 y 75%. Es de alto
requerimiento nutricional y necesita materia orgánica, es por eso que se abonó la
tierra con trébol blanco a principios de año. Se sembrará en abril y se cosechará
para septiembre u octubre.

Después del rábano se cultivará trébol de nuevo para recuperar algo de nos
nutrientes del suelo, para posteriormente cultivar ajo. El ajo se planea sembrar en
enero, y cosecharlo alrededor de 7 meses después, en julio. No es una planta muy
exigente en clima, aunque adquiere un sabor más picante en climas fríos, es por
eso que se aprovecharán los primeros meses del año por sus climas fríos. También
se aprovechará para alejar algunas de las plagas por efecto de alelopatía.

Posteriormente se cultivará lechuga, este vegetal crece casi en cualquier clima y


aguanta desde los -6°C a los 30°C, es por eso que lo programamos para el periodo
de verano-otoño aproximadamente, comenzaremos en junio para aprovechar las
altas temperaturas y se cosechará en octubre o noviembre, para evitar las heladas.

Este será el último cultivo de valor agronómico y económico que se cultivará en


nuestro periodo de 4 años, pues después de la cosecha de la lechuga se sembrará
trébol para preparar el suelo para el cultivo de tomate, que se tendría programado
para los años posteriores.

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