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faldas del monte Carmelo. Incluso a la débil luz del amanecer, resulta
evidente que el pueblo está sumido en la pobreza. Los tres años y medio
de sequía han dejado su huella.
2Entre la gente se abren paso con orgullo los 450 sacerdotes de Baal. Salta
a la vista que odian a muerte al fiel profeta. Aunque la reina Jezabel ya ha
ejecutado a muchos siervos de Dios, Elías aún se opone con firmeza al
culto a Baal. Pero ¿cuánto más resistirá? Esos profetas falsos quizá
piensen que un solo hombre jamás podrá con todos ellos (1 Rey.
18:4, 19, 20). También llega en su carruaje el rey Acab, quien tampoco le
tiene ninguna simpatía a Elías.
3, 4. a) ¿Por qué es probable que Elías sienta algo de miedo? b) ¿Qué preguntas
responderemos?
7. a) ¿Por qué era tan horrible el culto a Baal? b) ¿Por qué podemos estar seguros de que la
Biblia no se contradice con respecto a la duración de la sequía? (Vea el recuadro.)
7¿Por qué era tan horrible el culto a Baal? En primer lugar, porque había
desviado a la nación de servir al Dios verdadero. Y además, se trataba de
una religión depravada y cruel, en la que hombres y mujeres se dedicaban
a la prostitución ritual, se practicaban orgías sexuales, y hasta se
sacrificaban niños. Por eso, Jehová había enviado a Elías ante Acab para
anunciarle una sequía que duraría hasta que el profeta mismo decretara su
fin (1 Rey. 17:1). Pasaron algunos años antes de que Elías volviera a
presentarse ante el rey, y cuando lo hizo, fue para decirle que reuniera al
pueblo y a los sacerdotes de Baal en el monte Carmelo.*
En cierto sentido, las principales prácticas del culto a Baal
siguen estando muy extendidas
8. ¿Qué relevancia puede tener para nosotros hoy día un relato sobre el culto a Baal?
8Pero ¿qué tiene que ver esta disputa con nosotros? ¿Qué relevancia
puede tener hoy un relato sobre el culto a Baal? Al fin y al cabo, ya
no existen ni templos ni altares a este dios. Sin embargo, no se trata de
una simple historia del pasado (Rom. 15:4). La palabra baal significa
“dueño” o “amo”, y Jehová pedía a su pueblo que lo escogiera a él como
su “baal”, como su “dueño marital” (Is. 54:5). ¿No le parece que la gente
todavía sirve a una gran variedad de “amos” en lugar de al Dios
todopoderoso? Las personas escogen y adoran a un amo distinto de
Jehová cuando hacen que su vida gire en torno al dinero, la profesión, las
diversiones, los placeres sexuales o cualquier otro de los innumerables
“dioses” que hoy existen (Mat. 6:24; lea Romanos 6:16). En cierto sentido,
las principales prácticas del culto a Baal siguen estando muy extendidas.
Como podemos ver, examinar el enfrentamiento que surgió entre Jehová
y Baal en el pasado puede ayudarnos a analizar a quién servimos nosotros
hoy día.
10. ¿En qué sentido estaban los israelitas “cojeando sobre dos opiniones”, y qué verdad
fundamental habían olvidado?
10¿Qué quiso decir Elías con la expresión “cojeando sobre dos opiniones”?
Aquellas personas no se daban cuenta de que tenían que elegir entre
adorar a Baal y adorar a Jehová. Pensaban que podían hacer las dos cosas
al mismo tiempo: por un lado, apaciguar a Baal con sus repugnantes ritos,
y, por otro, pedirle a Jehová que los cuidara. Quizás razonaban que Baal
bendeciría sus cosechas y su ganado, mientras que “Jehová de los
ejércitos” los protegería en el campo de batalla (1 Sam. 17:45). Pero
habían olvidado una verdad fundamental, una verdad que muchos olvidan
hoy también: Jehová no comparte su adoración con nadie. El Creador
exige y merece que se le dé devoción a él exclusivamente. Por eso, toda
adoración que se le rinda pero que esté mezclada con cualquier forma de
idolatría es para él inaceptable y hasta ofensiva (lea Éxodo 20:5).
11. ¿Qué nos motiva a hacer la advertencia que dio Elías en el monte Carmelo?
15. ¿Cómo demuestra el caso de los sacerdotes de Baal lo absurdo que es rechazar a
Jehová como amo?
15Al oír esto, los sacerdotes de Baal se ponen aún más histéricos y
empiezan a “clamar a voz en cuello y a cortarse según su costumbre con
dagas y con lancetas, hasta que hicieron chorrear la sangre sobre sí”. ¡Y
todo para nada! “No hubo voz, y no hubo quien respondiera, y no se
prestó ninguna atención.” (1 Rey. 18:28, 29.) Así es, Baal no existía; no era
más que una invención de Satanás para apartar a la gente de Jehová.
La lección es clara como el agua: no hay mejor amo que Jehová y todo el
que siga a otro dios sufrirá decepción y vergüenza (lea Salmo 25:3
y 115:4-8).
La respuesta
16. a) ¿Qué es posible que recordaran los israelitas al ver el altar de Jehová que Elías
estaba reparando? b) ¿Cómo demostró Elías que confiaba plenamente en Jehová?
18, 19. a) ¿Cómo contestó Jehová la oración de Elías? b) ¿Qué le ordenó Elías al pueblo, y
por qué no merecían los sacerdotes de Baal ninguna compasión?
20. ¿Por qué no son válidas las críticas que algunos han hecho sobre la ejecución de los
profetas de Baal?
En la actualidad, algunos críticos condenan el desenlace de esta prueba
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