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1.1.2.

La evolución de la teoría del bien jurídico y la desaparición de los


intereses de la víctima.
La evolución de la teoría del bien jurídico significó la desaparición de los intereses de
la víctima del concepto del delito. El delito no es más afectación de los derechos de la
víctima, sino que transforma en lesión de bienes jurídicos.
Esa tendencia a alejar la noción del bien jurídico de los intereses de la víctima se hace
más notoria en propuestas teóricas, como la del funcionalismo sistemático que tratan
de llenar de contenido al concepto al bien jurídico a partir de la norma como modelo
de orientación de los contactos sociales.
1.1.3. La repercusión de la víctima en los discursos sobre el fin de la pena.
Se recordará las teorías retributivas de la pena en su vertiente kantiana que se ilustran
a través del ejemplo de la isla cuyos habitantes habían propuesto disolver la sociedad
por ellos conformada. La posible disolución social sólo podría ser realizada si
previamente se había castigado al último asesino.
La pena retributiva reconoce la necesidad de superar a través de la sanción penal ese
estado de dominación que sufre la víctima. Pues bien las teorías retributivas de la
pena han sido abandonadas por la disciplina a favor de las teorías de prevención
general como las de prevención especial buscan la prevención del delito a través de
la influencia intimidatoria, resocializadora de la pena, dependiendo del matiz que se
asuma, que se tenga sobre el autor del hecho.
El único aspecto en el cual se atempera tal abandono de la víctima se produce a nivel
de las consecuencias jurídicas, ámbito en donde un importante sector de la doctrina
viene reconociendo la posibilidad de incorporar la reparación como una tercera vía de
la reacción punitiva. En efecto, un sector de la doctrina, en la que destacan Claus
Roxin, sostiene que la reparación resulta un medio idóneo para cumplir los fines de la
prevención general y especial positiva.
2. Victimología
La victimología ha tenido contribuciones teóricas y prácticas desde las posiciones de la
ciencia y el humanismo. Este campo es reciente dentro del campo de la Criminología
pudiéramos enmarcarla a mediados de la década de los cuarenta.
Los antecedentes más remotos de la victimología latinoamericana, tiene sin lugar a
dudas sus predecesores en los juristas cubanos: DIEGO VICENTE TEJEDA,
FRANCISCO FERNÁNDEZ PLA Y JOSÉ RAMÓN FIGUEROA quienes en el año 1929
presentaron en el Colegio de Abogados de La Habana su disertación titulada la
protección a la víctima del delito, posteriormente una década después BENJAMÍN
MENDELSHON realiza estudios e investigaciones definiendo la victimología como la
ciencia encargada del estudio de la víctima.
La victimología se refiere al estudio de las víctimas del delito, y dentro de ella, cabe
diferenciar lo que los autores denominan “microvictimología” y “macrovictimología”. El
primer término comprende estrictu sensu el citado estudio de las víctimas de las
infracciones criminales, mientras que el segundo comprende la victimación por abuso
del poder político, económico y religioso, es decir, por acciones que causen daños
físicos, psicológicos o económicos comparables a los producidos por el delito; dentro de
la macrovictimología.
Al estudiarse este término, se han manejado dos posiciones una, encabezada por
BENJAMÍN MENDELSOHN, “que estudia a todo tipo de víctima, desde la afectada por
una catástrofe natural hasta la vulnerada en sus derechos fundamentales por parte del
Estado; por otro lado el estudio de FREDERICK WERTHAM enfatiza a la víctima
únicamente en la ocurrencia de un delito que es lo que se denomina Victimología penal.
Como se ha podido constatar, se ha pasado de entender a “la víctima como un sujeto
sobre quien recae de forma pasiva la acción del delito; a considerar su posible
participación en el hecho; a plantear que existe una relación compleja entre victimario y
víctima”, que, en ocasiones, ésta colabora en su propia victimización; a recalcar que la
identificación de los factores de riesgo que predisponen a un individuo a convertirse en
torturado de un delito constituye una de las prioridades de la Victimología.
3. Evolución del concepto de víctima
Situamos su origen en los decenios de la postguerra, es decir entre 1945 y 1973. En
setiembre de este último año, se celebró en Jerusalén, el Primer Simposium
Internacional sobre Victimología, que marca el momento cero en la historia de la actual
Victimología y su correspondiente Sociedad Mundial.1
Según la definición planteada por la ONU deja dos ideas que nos interesa resaltar para
una mejor y más amplia comprensión del concepto de las víctimas del delito. La primera,
según la cual la consideración de “víctima” a una persona podrá realizarse con
independencia, por una parte, de que se identifique, aprehenda, enjuicie o condene a
los victimarios, y por la otra, de la relación familiar entre el perpetrador y la víctima. La
segunda que en el concepto se incluye a los familiares o dependientes inmediatos de la
víctima y a las personas que hayan sufrido daños al intervenir para asistir a la víctima
en peligro o para prevenir la victimización, dejando en claro que, además de los
perjudicados directos en la comisión del hecho criminal, existen otros, indirectos.
Debemos entender por víctima al sujeto pasivo del daño general, es decir al titular del
bien o interés jurídico afectado por la conducta delictiva.
Víctima puede ser el afectado directo o el que sufre alguna consecuencia secundaria
del delito, puede ser el agraviado en el proceso penal o el actor civil, asimismo también
puede ser el querellante particular, inclusive puede ser cualquiera de éstos aun cuando
no hubiesen comparecido en el proceso o cuando ni siquiera existe proceso. Es decir,
es el termino general que engloba a todos los demás.2
El derecho positivo recoge una caracterización de la víctima que trasciende una
descripción antológica al ser humano, puesto que “víctima”, puede serlo tanto la persona
psicosomática considerada, la persona jurídica como una unidad de atribuciones y
derechos y una pluralidad de personas.3
4. Tipos de víctimas
Según MENDELSOHN, existen cinco tipos principales de víctimas: 1) La víctima
totalmente inocente; 2) La víctima de culpabilidad menor o ignorante; 3) La víctima

1
BERISTAIN, Antonio. “Transformación del Derecho Penal y la Criminología hacia la victimología”.
2008. ARA Editores. 1ª ed. Lima-Perú. Pág. 33
2
GALVEZ VILLEGAS, Tomas; RABANL PALACIOS, William. “El Código Procesal Penal: Comentarios
descriptivos, explicativos y críticos”. (2008) Lima – Perú. Pág. 267.
3 PEÑA CABRERA, Raúl. “Exegesis del Nuevo Código Procesal Penal”. 2008. Jurista Editores. Perú.

Pág. 384.
voluntaria; 4) La víctima más culpable que el infractor; 5) La víctima únicamente
culpable.
Otro sistema clasificatorio4 reconoce la existencia de:
1) Víctimas Participantes.
a) Víctimas por imprudencia.
b) Víctimas provocadoras.
c) Víctimas voluntarias.
2) Falsas víctimas
a) Víctima simuladora.
b) Víctima imaginaria.
3) Víctimas ocultas

CAPÍTULO II

LA VÍCTIMA EN EL NUEVO CÓDIGO PROCESAL PENAL

En el título IV del Código Procesal Penal Peruano se habla del sujeto procesal víctima.
En este título se trata del sujeto pasivo del delito, es decir de la persona natural o jurídica
titular del bien jurídico afectado por la acción delictiva. En general nos parece correcto
que se hable de víctima del delito, pues este término comprende al agraviado en
general, es decir al agraviado propiamente dicho (Capítulo I) en los delitos cuyo ejercicio
de la acción penal es público y por tanto la ejercita el fiscal; al agraviado en los delitos
cuyo ejercicio de la acción penal es agraviado (querellante en particular) en los que el
agraviado ejercita la acción penal y la acción civil y al actor civil, que puede o no ser el
agraviado directo.
Resulta necesario realizar una precisión respecto a los términos utilizados por el Código
en este título, pues aun cuando en general víctima, ofendido, agraviado, perjudicado,
actor civil y querellante se refieren al sujeto pasivo del delito, cada uno adquiere una
connotación distinta en el proceso penal.
Si la víctima es el directamente agraviado, enseña la Profesora Rosa Mavila León, tiene
derecho a: a) Ser informado de los resultados de las diligencias en que haya intervenido,
así como del resultado del procedimiento, aunque no haya intervenido en él, siempre
que lo solicite; b) ser escuchado antes de cada decisión que impide la extinción o
suspensión de la acción penal, siempre que lo solicite; c) recibir un trato digno y
respetuoso por parte de policías, fiscales, jueces y de todo funcionario que intervenga
en la investigación del delito; d) la protección de su integridad, incluyendo la de su
familia. En los procesos por delitos contra la libertad sexual se preservará su identidad,
bajo responsabilidad de quien conduzca la investigación en el proceso; e) apelar el
archivamiento y la sentencia absolutoria; f) ser informado de sus derechos cuando
interponga la denuncia, cuando declare preventivamente o en su primera intervención
en la causa; g) ser acompañado por persona de confianza si fuera menor o incapaz
durante las actuaciones en la que intervenga”. Si la víctima es el actor civil puede a)
deducir la nulidad de los actuados; b) ofrecer medios de investigación; c) participar de

4
PERIS. JM. “Aproximación a la victimología” (1988). Editoriales de Derecho reunidas. Madrid. Págs.
105-108
los actos de investigación y de prueba; d) intervenir en el juicio oral; e) interponer los
recursos impugnatorios que la ley prevee; f) intervenir en el procedimiento para la
imposición de medidas limitativas de derechos; g) formular solicitudes en salvaguarda
de su derecho y h) colaborar en la investigación del hecho delictivo. Si la víctima es
querellante particular podrá: a) participar en todas las diligencias del proceso; b) ofrecer
prueba de cargo sobre la culpabilidad y la reparación civil; c) interponer recursos
impugnatorios referidos al objeto penal y civil del proceso; d) presentar cualquier medio
de defensa y requerimiento en salvaguarda de su derecho y e) intervenir en el
procedimiento a través de un apoderado lo cual no lo exime de declarar en el proceso.5
1. La Víctima en la legislación extranjera

1.1. La Víctima en el proceso penal argentino.


En el sistema procesal desde antaño se ha instalado una idea central: en los delitos
graves la persecución penal es pública.
Desde esta premisa se monta otra aclaratoria: la persecución le corresponde al
Ministerio Público. Así las cosas, el Ministerio Público tiene el “Monopolio
Acusatorio”, es decir que ostenta una fuerza exclusiva y excluyente a los efectos de
acusar.
En el caso de Argentina este principio rector surge al amparo de la propia
Constitución Nacional que ha establecido esta idea en forma expresa6 organizando
el Ministerio Público como órgano “extra poder”, lo que quiere decir: independiente
respecto del carácter público o privado de quien la formula, razón por la cual nada
obste a que el querellante formule acusación.
Por otra parte, el propio Código Penal de la República Argentina en sus Art. 71 y 72,
con más la normativa procesal indica esta facultad exclusiva de ejercer la acción al
Ministerio Público.
Sin embargo, los nuevos Códigos Procesales dan cuenta que el particular
damnificado por el delito se encuentra autorizado a presentarse como querellante
en el procedimiento y ejercer determinadas facultadas de intervención y control que
la ley procesal le asigna. Se dice en este sentido que, al igual que el, así llamado,
querellante adhesivo, el afectado no se encuentra autorizado a acusar
autónomamente al imputado y, por lo tanto, resulta imposible, que su actividad
pueda, por sí sola, conducir el caso a juicio, supuesto que requiere inevitablemente
una acusación fiscal.
La tesis que el querellante pueda apelar implica para muchos una verdadera
excepción a esta “persecución pública excluyente”, en tanto otros sostienen que
necesariamente va a necesitar del impulso fiscal o promoción fiscal.
La cuestión, como bien afirma Cevasco, es sencilla: “El Código Procesal Penal de
la Nación Argentina restringió al querellante a una actividad adhesiva a la del fiscal,
limitando la autonomía de la querella al impulso del Ministerio Público”.7

5
Mavila León, Rosa; “El nuevo sistema procesal penal” (2005), Jurista Editores, Lima, ps. 62/64.
6
A partir de la reforma de la Constitución Nacional de Argentina del año 1994 en su artículo 120.
7
Cevasco, Luis; “Principios de Derecho Procesal Penal Argentino” (1999). Editorial Oxford. Buenos
Aires ps. 204
1.2. La Víctima en el Código Procesal Ecuatoriano
El nuevo Código Procesal Penal Ecuatoriano no hace referencia a la figura de la
víctima, sin embargo, la cuestión puede inferirse a través del “ofendido”. Esta calidad
la tendrá: a) quien se encuentre directamente afectado por el delito y a falta de éste
los parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad o segundo por afinidad y el
cónyuge; b) los socios en lo referente a los delitos que afecten una sociedad; c) las
personas jurídicas (en aquellos delitos que las afecten); d) cualquier persona que
tenga interés directo en torno a delitos que afecten intereses colectivos o difusos y
e) los pueblos y las comunidades indígenas en los delitos que afecten
colectivamente a los miembros del grupo.
Indudablemente la redacción de la norma no es feliz. Se presentarán dudas de
interpretación y aplicación que girarán en torno a la posibilidad de “quien ejerce la
acción” en caso de “falta” del ofendido directo. Ese término “falta” no debemos
pensar que sólo se refiere a la muerte del mismo, puede estar éste “desaparecido”
y ser status jurídico suficiente para que el numeral primero de la norma ceda su paso
a quienes tengan legítimo derecho. Ahora bien, éste legítimo derecho debe
extenderse al conviviente, pues no es posible que en lugares donde el concubinato
tiene magna vigencia y aceptación social, no lo tenga para el derecho. Claro está
que deberá girar alrededor de una situación de hecho estable.
El art. 69 del Código Procesal Penal nos dice: Derechos del ofendido: 1. Intervenir
en el proceso penal como acusador particular: podrá querellar, accionar contra
aquellos que le han lesionado un bien jurídico. 2. A ser informado por el Ministerio
Público: Yavar formula la reserva que debe tenerse en torno al “secreto de sumario”,
es decir que la víctima no se transforme en un obstáculo para la investigación8. 3. A
ser informado del resultado final: se trata de una disposición que ha sido aceptada
por la misma Corte Interamericana de DD.HH. en distintos fallos. 4. Presentar ante
el fiscal superior quejas respecto de funcionamiento del agente del Ministerio
Público. 5. A instar ante el Juez de Instrucción el movimiento de la causa por parte
del Ministerio Público. 6. A que se proteja su persona y su intimidad. 7. Reclamar
indemnización civil una vez ejecutoriada la sentencia.
El Fiscal como titular del órgano investigador de la conducta penable tiene la
titularidad del ejercicio de la acción penal pública9, sin embargo, esta acción pública
puede “convertirse” en privada a pedido del ofendido y con la anuencia del Fiscal
(Art. 37 del C.P.P.), constituyéndose esto es una novedad en la materia y dando de
esta manera un mayor marco de potestad a la víctima en el proceso penal.

2. La Víctima del delito en instrumentos internacionales


El interés por la víctima ha ocupado la atención de organismos internacionales y
generar importantes documentos en los que se han consagrado definiciones amplias y
se han fijado líneas directrices para mejorar su situación y atender sus intereses.
Veamos algunos:

8
Yávar Núñez y Yávar Umpiérrez, “Breves comentarios al nuevo procedimiento penal” (2005)
Volumen I. Págs. 216/217.
9
Almeida Villacís, John; “Reflexiones sobre el papel del Ministerio Público en el Proceso Penal
Acusatorio” (2005), Revista jurídica Nº 17, Facultad de Jurisprudencia, Universidad Católica de
Santiago de Guayaquil, ps. 304.
 La Declaración sobre Justicia y Asistencia para las víctimas de la
Sociedad Internacional de Victimología: cuyo propósito es proclamar los
derechos de las víctimas y establecer formas y medios para asegurar su
protección, tratamiento humano y compensarles por los daños sufridos; plantea
una definición amplia de “víctima”, al afirmar que es la persona que ha sufrido
una lesión o daño físico o mental, una pérdida o daño material, o cualquier otro
perjuicio social.

 La Corte Interamericana de DD.HH.

La Corte Interamericana tiene dicho en su opinión consultiva Nº 2 del año 1982


que: “… debe enfatizar, sin embargo, que los tratados modernos sobre derechos
humanos, en general y, en particular, la Convención Americana, no son tratados
multilaterales del tipo tradicional, concluidos en función de un intercambio
recíproco de derechos, para el beneficio mutuo de los Estados contratantes. Su
objeto y fin son la protección de los derechos fundamentales de los seres
humanos, independientemente de su nacionalidad, tanto frente a su propio
Estado como frente a los otros Estados Contratantes”.

Sobre la base de lo anteriormente expuesto no podemos dejar de observar la


importancia que reviste la actuación actual de los tribunales internacionales en
materia de derechos Humanos. Solo si nos circunscribimos al ámbito de la Corte
Interamericana podemos observar que la misma a través de su jurisprudencia
reciente e incipiente ha logrado: La anulación de procesos: Tal como aconteció
en el caso Castillo Petruzzi contra Perú por la detención de ciudadanos chilenos
presuntamente vinculados con actos de terrorismo, los que fueron juzgados por
un tribunal de jueces sin rostro en violación de la garantías del debido proceso;
ordenes de liberación: Como el caso Loayza Tamayo contra Perú en donde la
Corte ordenó la liberación de la víctima sobre la base de que no era válido el
proceso llevada contra la misma; Nulidad de leyes por incompatibilidad con la
Convención Americana: tal como aconteció en el caso Barrios Altos contra Perú
respecto a las leyes de amnistía que eliminaba la posibilidad de investigación y
sanción respecto de funcionarios policiales que habían asesinado a un grupo
de personas; reformas Legislativas: tal como aconteció en el caso La última
tentación de Cristo contra Chile eliminando la censura previa para la emisión de
películas o el caso Garrido y Baigorrea modificando el código procesal penal;
Demarcación de territorios: tal como aconteció en el caso Yakie axa contra
Paraguay logrando la delimitación de tierras ancestrales de comunidades
indígenas; tipificación de delitos: Tal como aconteció en el caso Trujillo Oroza
contra Bolivia por la desaparición forzada de la víctima logrando la inclusión del
correspondiente delito en el ordenamiento jurídico Boliviano.

 La Corte Penal Internacional.

Las reglas de Procedimiento y prueba para la Corte Penal Internacional brindan


medidas orientadas a la protección y atención de las víctimas. En ellas se define
la víctima, como:
“(a) Personas naturales que hayan sufrido un daño como consecuencia de la
comisión de la Corte”; y
“(b) organizaciones o instituciones que hayan sufrido daños directos en algunos
bienes que este dedicado al culto religioso, la instrucción, las artes, las ciencias
o la beneficencia o a sus monumentos, hospitales u otros lugares que tengan
fines humanitarios”.
Teniendo en cuenta que la Corte estará vinculada a las Naciones Unidas y su
funcionamiento debe estar acorde con sus propósitos y principios.

 En el Estatuto de Roma.

El estatuto de Roma se abstiene en fijar un concepto de víctimas del delito; sin


embargo, en el “Proyecto de texto definitivo de las Reglas de Procedimiento y
prueba”
“Para los fines del Estatuto y de las reglas de procedimiento y pruebas:
a) Por víctimas se extenderá las personas naturales que hayan sufrido un daño
como consecuencia de la comisión de algún crimen de la competencia de la
Corte;
b) Por víctimas se podrá entender también las organizaciones o instituciones
que hayan sufrido daños directos a alguno de sus bienes que este dedicado
al culto religioso, la instrucción, las artes, la ciencia o la beneficencia o a sus
monumentos, hospitales u otros lugares u objetos que tengan fines
humanitarios”.

CAPÍTULO III

LA VICTIMIZACION DE LA VICTIMA EN EL PROCESO PENAL PERUANO

1. Victimización

1.1. Concepto
El estudio de las víctimas es un campo nuevo. Por ende, la victimización está
referida a los efectos psicosociales inducidos sobre la víctima y su entorno social
por los eventos interpersonales y sociales tipificados penalmente como delitos.10
La victimización, por su parte, constituye una estrategia que apunta a señalar un
determinado status de sufrimiento, persecución o ensañamiento con el fin de
obtener un tratamiento que mejore tal calidad. La victimización constituye en cierto
sentido una actitud cuya finalidad es la de revertir una determinada situación de
menoscabo.11
La víctima padece el sufrimiento social, el sufrimiento físico, emocional,
económico, familiar, por ello la conmoción que desencadena el delito, llegan a
tener consecuencias de tal gravedad que modifican y transforman la vida de la
víctima.
Victimidad. – Es la totalidad de las características socio-bio-psicológicas, comunes
a todas las víctimas en general, que la sociedad desea prevenir y combatir. Es el
conjunto de factores que predisponen a una persona o grupo a ser víctimas.

10
Soria Verde, Miguel Angel, “El agresor y la víctima: Una aproximación desde la psicología jurídica
y forense”. (1994). Marcombo. España.
11
Francisco José Pestanha en www. pensamientonacional.com.ar/victimización.htm
1.2. Consecuencias del delito

a) Consecuencias inmediatas-traumáticas delictivas: Comprenden stress,


conmoción y desorganización de la personalidad de la víctima. Incredulidad,
paralización temporal y negación de lo sucedido, terror, aturdimiento,
desorientación, sentimientos de soledad, depresión, vulnerabilidad, angustia,
depresión12.
b) Consecuencias emocionales-sociales: Son las secuelas que siguen al stress y
conmoción por el delito sufrido, es decir los nuevos síntomas que presenta la
víctima, que pueden aparecer semanas o meses después de sucedido el
delito.
El temor a la delincuencia que sienten las víctimas afecta todos los aspectos
de su vida impidiéndoles realizar sus actividades, reunirse con sus amistades,
lo que acentúa su aislamiento. El miedo a ser atacado nuevamente constituye
un elemento fundamental que angustia de tal manera que refuerza el
autoconfinamiento de la víctima y su familia.
c) Consecuencias familiares sociales: El daño y las secuelas están relacionados
a la gravedad del delito, pero también y fundamentalmente al rol y función de
la víctima en el grupo familiar.

2. Tipos

2.1. Victimización Primaria


Consiste en el efecto de sufrir, directa o indirectamente, un daño con ocasión de
hechos delictivos, conductas desviadas, accidentes fortuitos, acontecimientos
violentos o catástrofes naturales.
2.2. Victimización Secundaria
Que quiere decir el daño adicional que causa la propia mecánica de la justicia
penal formal en su funcionamiento.13
La victimización secundaria se deriva de las relaciones de la víctima con el sistema
jurídico-penal, con el aparato regulador de conductas, el Estado. Segunda
experiencia víctimal que con cierta frecuencia resulta incluso más negativa que la
primaria, antes aludida, al incrementar el daño causado por el delito con otros de
dimensión psicológica o patrimonial.
Por otro lado, este tipo de victimización se puede prevenir con un trato adecuado
y el asesoramiento correspondiente de las instancias que van a tener contacto con
la víctima.
2.3. Victimización Terciaria
Hace referencia no a la inadecuada intervención, sino a una no asistencia por
parte de dichos organismos, quedando la víctima en situación de desprotección.
Aquella que se deriva del estigma social de ser víctima de un delito donde la
persona es señalada.

12
Ver Manuel López Rey y otro. “Las dimensiones de la criminalidad” (1987). Ed. Lerner.
13
Cervini, Raúl. “Os Processos de Descriminalizacao” (1995) traducido por Eliana Grania et allis. 2ª
ed.
3. Criterios de victimización
Al analizar las condiciones que se requieren para ser victimizada deben acometerse
acciones, atribuciones o sistemas sociales. Estas pueden ser:

 Precipitación: la víctima puede actuar de tal forma que fomente o precipite la


conducta del delincuente.
 Facilitación: aunque la víctima no intervenga activamente, puede facilitar su
acción de modo deliberado o por el contrario de modo no consciente, en una
situación de riesgo.
 Vulnerabilidad: se refiere a la debilidad de los sujetos ante los actos de
violencia. A los grupos de personas que presentan una indefensión o menos
capacidad de repeler o evitar el acto. Como es el caso de personas ancianas,
niños, mujeres y retrasados mentales.
 Oportunidad: se trata de una condición necesaria para que pueda ocurrir el
acto y se refiere a la pertinencia, tanto de medios como de lugares en los que
se encuentra la víctima potencial.
 Atractivo: desde el punto de vista del actor unos objetivos pueden ser más
atractivos que otros, derivando por tanto un mayor riesgo de victimización en
función de la posesión o no de estos.
 Impunidad: existen ciertos criterios que aluden que el autor de estos actos
tiene menor probabilidad de ser atendidos por las instituciones legales.
 Actividad rutinaria: según esta teoría, la victimización está asociada con el
estilo de vida, la rutina diaria o comportamiento y con variables demográficas.
La actividad rutinaria influye en el grado de exposición a tal actividad del
atacante potencial. (MUSTAINEY TEWKSBURY)

4. Avances legislativos en el Perú respecto a la victimización.

4.1. Modificaciones introducidas por la Ley Nº 27055 (Ley que modifica


diversos artículos del Código de los Niños y Adolescentes y del Código
de Procedimientos Penales, referidos a los derechos de las víctimas de
violencia sexual):

 La declaración preventiva es facultativa, salvo cuando exista mandato del


juez.
 En caso de violencia sexual de niños y adolescentes la declaración que
rinda será ante el Fiscal de Familia, salvo mandato contrario del Juez.
 La confrontación entre el presunto autor del delito y la víctima, si es mayor
de catorce años de edad. Menor de catorce años a solicitud de la víctima.
 En ningún caso se ordenará la concurrencia del niño(a) y adolescente para
la reconstrucción de los hechos.

4.2. Modificaciones introducidas por la Ley Nº 27115 (Ley que establece la


acción penal pública en los delitos contra la libertad sexual):

 El examen médico legista será practicado previo consentimiento de la


víctima, así también quedará a su voluntad la presencia de otras personas.
 Una mayor protección frente a la exposición pública, se busca resguardar
su derecho al secreto a la identidad de la víctima, tanto en la investigación
preliminar, acusación fiscal y proceso judicial.
 La reserva de la identidad de la víctima (inciso 1) del artículo 3.1 de la Ley
Nº 27115.
 Se trata de una medida tendiente no solo a evitar la victimización
secundaria, sino también a proteger a las víctimas de estos delitos. Esto
impone no solo la obligación de no revelar sus nombres, sino los demás
datos que hagan posible determinar su identidad personal (dirección,
nombres de los padres, etc.)

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