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3.2.

5 Uso correcto de citas y referencias


Como expusimos en el apartado anterior, no sólo cuando leemos sino también cuando
escribimos es frecuente apelar a distintos autores. Ya sea que escribamos una monografía,
un informe o una tesis, usamos los conocimientos y las ideas preexistentes, producidos por
otras personas, integrándolos en el texto. La inclusión de autores puede obedecer a varios
motivos: para reafirmar, ejemplificar, validar o argumentar lo que queremos decir o
expresar a través del texto.

Nuestros escritos se revisten de mayor legitimidad cuando avanzamos hacia un nuevo


conocimiento a través de las bases establecidas por otros autores, más si son reconocidos
por su trayectoria en el ámbito de procedencia. Por lo tanto, no es lo mismo citar ideas o
desarrollos teóricos de prestigiosos autores o publicaciones especializadas que citar, por
dar sólo un ejemplo, una página anónima de Internet.

Por lo tanto, uno de los factores que hace imperiosa la necesidad de incorporar citas en
géneros discursivos académicos es el de dotar de legitimidad lo que decimos. El otro factor,
que será abordado en el próximo apartado, es la necesidad de admitir el origen de nuestras
afirmaciones, pues no podemos hacer pasar como propios ideas o conceptos que pensaron
otros antes. Se trata, como veremos, de una razón ética, pero también puede contemplar
una responsabilidad civil y penal.

En relación a la forma de expresar las ideas provenientes de otros autores, la APA (American
Psychological Association) establece una serie de estándares para la redacción que se
conocen genéricamente con el nombre de “normas APA”, las cuales suelen actualizarse
periódicamente. Se trata de un conjunto de convenciones creadas con el objetivo de
unificar la forma de presentación de textos escritos (tesis de licenciatura, tesinas, artículos
científicos, tesis de maestría, informes), facilitando así la comunicación (APA, 2010).

Estas convenciones, con el tiempo, han sido adoptadas no sólo por psicólogos, sino también
por académicos, profesionales e investigadores de otras áreas de conocimiento. La difusión
del estilo APA ha sido tal que, en la actualidad, los procesadores de texto (p. ej., Word)
incluyen este formato dentro de sus funcionalidades.

Las normas APA no sólo garantizan la unificación de criterios y estilos de redacción, sino
también el respeto por la propiedad intelectual y los derechos de autor.

De acuerdo con la sexta edición (APA, 2010), existen dos formas de citar a los autores y las
fuentes que utilizamos en un trabajo escrito: las citas en el texto y las referencias.
Brevemente, las citas en el texto se refieren a la mención de la fuente, al explicitar la idea
en el cuerpo del texto mediante los datos del/los autor/es y el año de publicación. En
cambio, las referencias contienen los datos completos y detallados de las fuentes, con lo
que el escritor permite al lector remitir a los documentos originales. Éstas suelen ir ubicadas
al final del texto en una sección específica, y listadas por orden alfabético.

Ejemplo de cita en el texto:


Ciertas emociones positivas desactivadoras, como el alivio o la
relajación, pueden disminuir la motivación y el compromiso de los
estudiantes sobre las tareas inmediatas, afectando negativamente el
rendimiento; no obstante, fortalecen la motivación para la próxima
etapa de aprendizaje (Pekrun, Goetz, Titz y Perry, 2002).

Ejemplo de referencia:

Pekrun, R., Goetz, T., Titz, W., & Perry, R. (2002). Academic emotions in
students’ self-regulated learning and achievement: A program of
qualitative and quantitative research. Educational Psychologist, 37, 91-
105.

1) Citas
Según el modo de expresar el contenido que queremos citar en nuestro trabajo,
podemos distinguir entre citas textuales y las paráfrasis.

a) Citas textuales. Se transcribe literalmente, palabra por palabra, la idea expresada


por otro/s autor/es. A continuación se presentan los casos más comunes de citas
textuales:

 Las citas que tienen 40 palabras o más se transcriben en párrafo separado, con una
letra de tamaño menor a la del texto y sangría a ambos márgenes; todo ello sirve
para indicar que se trata de una cita textual. Al final de la cita, se coloca entre
paréntesis el/los autor/es, el año de publicación y la/s página/s de la/s que se extrajo
la información. En el caso de que la fuente (autor/es y año de publicación) haya sido
introducida en la línea previa al bloque conformado por la cita textual, solamente se
agrega el/los número/s de página/s al finalizar la cita, entre paréntesis. En ambos
casos, el texto citado no lleva comillas.
Ejemplo:

El liderazgo es un tópico que ha recibido considerable atención en


los últimos años, particularmente en el ámbito organizacional y
empresarial, en virtud de los desafíos que impone el mercado
global. Tal como señala Ahumada (2004):

El contexto en el que se insertan las organizaciones durante las


últimas décadas, se ha caracterizado por cambios discontinuos e
impredecibles y la consiguiente incertidumbre organizacional. Por lo
tanto, aquellas deberían amoldarse a los nuevos y acelerados
cambios si quieren sobrevivir en la economía global . Esta evidente e
incesante adaptación de las empresas a su ambiente y el innegable
hecho que acusa que deban competir con otras es un aspecto que
hace que el tema del liderazgo preocupe cada vez más a la teoría y
práctica organizacional (p.2)

Se debe transcribir fielmente el texto original, respetando los signos de puntuación, las
palabras y el orden. En caso de omitir alguna frase o palabra de las citas, ello se indica con
una elipse (...).

Ejemplo:

Existen autoras que se refieren a la vida de las mujeres en este


período de la historia; tal es el caso de Montecino (2002) quien
indica:

La familia era patriarcal, los hijos no pertenecían a la madre, menos a


la familia que había abandonado al casarse, sino al padre. (…) si una
mujer rechazaba la vida conyugal debía optar por la vida religiosa. Así,
la mayoría de las mujeres solas estaban consagradas a las divinidades.
A esas mujeres se les llamaba naditu que significaba dejadas sin
cultivo; los reyes daban gran importancia a sus hijas y les reservaban
puestos políticos y religiosos de relevancia (p.30)
 Las citas que poseen hasta 40 palabras se escriben en el mismo párrafo y se indican
entre comillas dobles para distinguirlas del resto del texto. Al cierre de la cita, se
consignan, al igual que en el caso anterior, el/los autores, el año de publicación y
el/los número/s de página/s.

Ejemplo:

Tal como lo definió Bandura (1997), las creencias de autoeficacia son


“las creencias en las propias capacidades para organizar y ejecutar los
cursos de acción requeridos que producirán determinados logros o
resultados” (p. 3).

b) Por otro lado, la paráfrasis (o cita parafraseada) consiste en tomar la idea de un


texto, o sintetizarla, pero sin utilizar las palabras textuales del/los autor/es, sino
más bien utilizando expresiones propias. En este caso, sólo se coloca el año de
publicación entre paréntesis.

Ejemplo:

Según Bandura (1997), las creencias de autoeficacia reflejan las


creencias que tienen las personas sobre sus propias capacidades para
organizar y llevar a cabo con éxito determinadas acciones.

 Cuando la obra citada (ya sea textualmente o mediante paráfrasis) contiene entre
tres y cinco autores, la primera vez que se menciona en el texto, se detalla el apellido
de todos los autores, respetando el orden en que aparecen y el año de publicación.
En cambio, si la obra es mencionada nuevamente en el texto, toda vez que se lo haga
se incluirá únicamente el apellido del primer autor seguido de la expresión et al. y el
año de publicación.

Ejemplos:
De acuerdo con Trógolo, Pereyra y Spontón (2012), un factor clave en
la competitividad y los resultados organizacionales es el liderazgo.

Desde esta perspectiva, una estrategia eficaz para incrementar el


bienestar psicológico en el trabajo viene dada por la optimización del
potencial para dirigir personas (Trógolo et al., 2012)

 Si la obra citada (textualmente o mediante paráfrasis) contiene 6 o más autores,


todas las veces que se la mencione en el texto, se colocará solamente el apellido del
primer autor seguido de la expresión et al. y el año de publicación.

Ejemplo:

En Argentina, el tránsito representa un grave problema de salud


pública, donde las tasas de mortalidad resultan equiparables a las de
los países de altos ingresos que registran los índices de mortalidad más
elevados, aunque estos países tienen un parque automotor
considerablemente más grande y menos añoso (Úbeda et al., 2008).

 Si la obra citada contiene uno o dos autores, todas las veces que se haga referencia
a ella en el texto deberá especificarse el apellido del/los autor/es y el año de
publicación.

Ejemplo:

Sin embargo, en el contexto de competitividad creciente, diversos


autores han enfatizado que para que las organizaciones prosperen es
necesario intervenir no sólo sobre “lo que no funciona bien” sino
también identificar y promover las características positivas de los
trabajadores y las organizaciones (Salanova y Schaufeli, 2009).

En este sentido, el paradigma tradicional de la Psicología del Trabajo


y de las Organizaciones ya no es suficiente y necesita ser
complementado con una visión en la que sean tenidas en cuenta y
estimuladas las características positivas de los trabajadores (Salanova
y Schaufeli, 2009).
 Cuando se citan entre paréntesis dos o más trabajos, se ordenan alfabéticamente
tomando como referencia la letra inicial del apellido del primer autor de cada trabajo.

Ejemplo:

Aunque ninguna persona está exenta del riesgo de participar en un


choque, este problema ha sido vinculado con frecuencia a los jóvenes.
En efecto, son los jóvenes y en especial los varones quienes conforman
el grupo más propenso a implicarse en un accidente tanto fatal como
no fatal (Laapotti, Keskinen, Hatakka y Katila, 2001; Ledesma, Poó, y
Peltzer, 2007; López-Araujo y Osca Segovia, 2007).

 Citas secundarias. Se denominan así aquellos casos en que presentamos, ya sea de


manera textual o parafraseada, la idea de un autor, que aparece en una obra distinta
de la original.

Ejemplo:

De acuerdo con House (citado en Trógolo, Pereyra y Spontón, 2012) el


liderazgo constituye el proceso por el cual una persona influye sobre sus
seguidores de modo que contribuyan al logro de los objetivos
establecidos y al éxito organizacional.

La APA (2010) sugiere moderación a la hora de emplear citas secundarias, reservando su


utilización a aquellas situaciones en que las fuentes originales no se encuentran disponibles
o resultan inaccesibles.

2) Referencias

Como ya se adelantó, las referencias contienen la información completa de todas las


fuentes que se mencionaron en el texto. Éstas se ordenan alfabéticamente y se detallan en
un apartado distinto, al final del texto. Es importante verificar que todos los trabajos
mencionados en el texto aparezcan adecuadamente referenciados en el este apartado y
viceversa.
Existen diferentes formas de redactar las referencias, que varían según el documento de
que se trate. A continuación se presentan los más comunes:

Artículo de revista científica


 Autor, A. A., & Autor, B. B. (Año). Título del artículo. Nombre de la Revista, N° de
Volumen, páginas.

Ejemplo:

Trógolo, M. A., Pereyra, A. P., & Spontón, C. (2012). Impacto de


diferentes estilos de liderazgo sobre el engagement y burnout:
Evidencia en una muestra de trabajadores argentinos. Ciencia &
Trabajo, 48, 152-157.

Libro
 Autor, A. A., & Autor, B. B. (Año). Título del libro. Lugar: Editorial

Ejemplo:

Rinaudo, M. C. (2010). Para aprender en la universidad. Córdoba:


Encuentro Grupo Editor.

Capítulo de libro
 Autor, A. A., & Autor, B. B. (Año). Título del capítulo. En A. Editor, B. Editor, & C. Editor
(Eds.), Título del Libro (pp. XX-XX). Lugar: Editorial

Ejemplo:

Chernobilsky, L. B. (2006). El uso de computadora como auxiliar en el


análisis de datos cualitativos. En I. Vasilachis de Gialdino (Ed.),
Estrategias de Investigación Cualitativa (pp. 239-273). Argentina:
Gedisa Editorial.

Artículo extraído de la web


 Autor, A. A., & Autor, B. B. (Año). Título del Artículo. Recuperado de http://xxxxxx.xxx

Ejemplo:
Fleitas, D. (2010). Accidentes de tránsito en Argentina. Segundo informe
/ 1997‐ 2008. Recuperado de
http://www.portalseguridad.org/attachments/Accidentes_de_Transit
o_en_Argentina_2010_final.pdf

Asimismo, existen otros documentos que se utilizan con menor frecuencia, pero que
igualmente deben citarse si se utilizan, tales como trabajos presentados en congresos,
informes o libros electrónicos. Para ellos, te sugerimos que consultes la sexta edición del
manual de la APA (2010).

Antes de finalizar con este apartado, a modo de ejercicio práctico te proponemos que
busques en los diferentes módulos ejemplos de diferentes citas textuales y paráfrasis.
¡Adelante!

3.2.6 Honestidad intelectual


La necesidad de citar correctamente las fuentes de donde provienen las ideas que hemos
utilizado en un escrito se funda en una cuestión muy importante: reconocer la autoría o la
propiedad intelectual. La omisión de esto constituye un acto moralmente reprochable y
pasible, en algunos países, de sanción civil y penal.

Nos referimos en este caso al plagio. De acuerdo con Soto Rodríguez (2012), el plagio es un
acto que puede ejercerse de manera accidental, al olvidar hacer referencia a la fuente de
donde se obtuvo la información, por desconocimiento, o cuando existe confusión de la
fuente original de información, o bien de manera deliberada, lo que implica conciencia de
llevar a cabo un acto que atenta contra los derechos de autor y el bien público.

Aunque existen diferentes tipos de plagio, Girón (citado en Soto Rodríguez, 2012) señala
algunas de las situaciones comunes en las cuales se incurre en este delito:

 Al utilizar ideas o palabras escritas por otros sin citar el/los autor/es.

 Al presentar como propio un trabajo en forma parcial o total sin ser el autor/a de
dicho trabajo.

 Al copiar de manera deliberada la propiedad intelectual de otros para producir un


daño a los autores originales.
 Al emplear ideas dichas por otras personas en un discurso sin hacer referencia a la
persona que lo dijo.

 Al imitar un modelo y reproducirlo de forma idéntica.

Como lo hemos señalado, el motivo para citar correctamente reside en la dimensión ética
de reconocer la propiedad intelectual de otro. Los derechos de propiedad intelectual se
asemejan a cualquier otro derecho de propiedad, permitiéndole al creador de una obra
beneficiarse de ella. Estos derechos se encuentran contemplados en el inciso 2 del artículo
27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, donde se establece que toda
persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales resultantes de
la autoría de toda producción científica, literaria o artística (UNESCO, 2008).

En Argentina, la ley 11.723, conocida como “Ley de Propiedad Intelectual”, establece en su


artículo 9 que:
Nadie tiene derecho a publicar, sin permiso de los autores o de sus derechohabientes, una
producción científica, literaria, artística o musical que se haya anotado o copiado durante
su lectura, ejecución o exposición públicas o privadas (Parada y Errecaborde, 2015, p. 471).

De este modo, es esencial el permiso del autor, aunque para el caso de los textos
académicos existe una excepción parcial a este principio general, al tratarse de obras con
fines didácticos o científicos. En tal sentido, el artículo 10 de la mencionada ley expresa que:
Cualquiera puede publicar con fines didácticos o científicos, comentarios, críticas o notas
referentes a las obras intelectuales, incluyendo hasta mil palabras de obras literarias o
científicas u ocho compases en las musicales y en todos los casos sólo las partes del texto
indispensables a ese efecto. Quedan comprendidas en esta disposición las obras docentes,
de enseñanza, colecciones, antologías y otras semejantes (Parada y Errecaborde, p. 471).

Es importante conocer este aspecto legal, pues es muy común que los estudiantes tengan
que recurrir, a la hora de realizar trabajos de producción académica, a ideas y
conceptualizaciones acuñadas por otros, con los que darán apoyatura a sus datos o a sus
posturas. Ello es una práctica más que permitida, siempre y cuando se mencione la fuente
de la que se ha extraído, lo que constituye un acto de honestidad intelectual. Aquí juega un
rol fundamental la forma en que se redacte: más allá del tipo de escrito que sea, diferenciar
las voces para que pueda comprender el lector qué dice el autor y qué toma prestado de
otros autores es la mejor estrategia para aportar comprensión y sentido a quienes son
destinatarios del mensaje objeto de transmisión.

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