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asintomática en el embarazo
Smaill F, Vazquez JC
Esta revisión debería citarse como: Smaill F, Vazquez JC. Antibióticos para la bacteriuria
asintomática en el embarazo (Revisión Cochrane traducida). En: La Biblioteca Cochrane Plus,
2008 Número 4. Oxford: Update Software Ltd. Disponible en: http://www.update-software.com.
(Traducida de The Cochrane Library, 2008 Issue 3. Chichester, UK: John Wiley & Sons, Ltd.).
RESUMEN
Antecedentes
Objetivos
Evaluar el efecto del tratamiento con antibióticos para la bacteriuria asintomática sobre la
bacteriuria persistente durante el embarazo, el desarrollo de pielonefritis y el riesgo de bajo
peso al nacer y el parto prematuro.
Estrategia de búsqueda
Criterios de selección
Ensayos aleatorios que comparen el tratamiento con antibióticos con placebo o ningún
tratamiento en mujeres embarazadas con bacteriuria asintomática en el cribado prenatal.
Resultados principales
Los antibióticos pueden reducir el riesgo de infecciones renales en las embarazadas con una
infección urinaria pero sin síntomas de infección
En el 2% al 10% de los embarazos, ocurre una infección urinaria sin los síntomas
característicos que se asocian con una infección urinaria aguda (bacteriuria asintomática). Lo
anterior puede provocar una infección renal (pielonefritis) en la madre y es posible que
contribuya a que nazcan recién nacidos con bajo peso al nacer y al parto prematuro (antes de
las 38 semanas). La revisión de los ensayos sobre el tratamiento con antibióticos para las
mujeres sin síntomas pero con recuentos bacterianos altos en su orina, encontró 14 estudios
que incluyeron 2302 mujeres. La calidad de la mayoría de los ensayos fue deficiente. Los
antibióticos fueron efectivos para eliminar la bacteriuria asintomática y reducir la incidencia de
infección renal sintomática en la madre. Al parecer, también se redujo la incidencia del bajo
peso al nacer. Ninguno de los estudios evaluó adecuadamente los efectos adversos del
tratamiento. Se necesitan más estudios.
ANTECEDENTES
El criterio original para el diagnóstico de la bacteriuria asintomática fue más de 100 000
bacterias/ml en dos muestras limpias consecutivas obtenidas (Kass 1960a). La detección de
más de 100 000 bacterias/ml en una única evacuación del chorro medio de orina se acepta
como una opción adecuada y más práctica, aunque sólo hay una probabilidad del 80% de que
la mujer presente una bacteriuria real, la cual aumenta al 95% si dos o más cultivos
consecutivos son positivos al mismo microorganismo (Kass 1960a). Como el rendimiento de las
pruebas de detección de orina rápidas en el embarazo es deficiente, el cultivo cuantitativo se
mantiene como el valor de referencia (gold standard) para el diagnóstico (Bachman 1993;
Tincello 1998; McNair 2000; Garingalo-Molina)).
E. coli es el agente patógeno que se asocia con más frecuencia con la bacteriuria asintomática
y representa al menos el 80% de los aislamientos. Otros microorganismos incluyen otras
bacterias gramnegativas y estreptococos del grupo B. Estas bacterias colonizan el introito
vaginal y el área periuretral. Las bacterias gramnegativas uropatógenas poseen factores de
virulencia específicos que aumentan la colonización y la invasión urinaria; por ejemplo, las
fimbrias P de ciertas cepas de E. coli (Stenqvist 1987; Eisenstein 1988)). La infección urinaria
materna por estreptococos del grupo B se asocia con colonización vaginal por este
microorganismo.
Tipos de estudios
Se incluyeron todos los ensayos donde la intención fue asignar al azar a las participantes a
tratamiento o a ningún tratamiento, sin sesgo. Se incluyeron los ensayos donde se utilizó un
método cuasialeatorio de asignación al azar (p.ej., alternación).
Tipos de participantes
Mujeres embarazadas en las que durante el cribado prenatal se encontró que presentaban
bacteriuria asintomática, como la definieron los autores del estudio, en cualquier estadio del
embarazo.
Tipos de intervención
Se incluyeron los estudios donde se comparó algún régimen antibiótico con ningún tratamiento
para la bacteriuria asintomática.
Los detalles sobre las estrategias de búsqueda en CENTRAL y MEDLINE, la lista de revistas
consultadas manualmente y los resúmenes de los congresos, así como la lista de revistas
revisadas por medio del servicio de información actualizada, se pueden encontrar en la sección
"Estrategias de búsqueda para la identificación de estudios", dentro de la información editorial
sobre el Grupo Cochrane de Embarazo y Parto.
MÉTODOS DE LA REVISIÓN
Selección de estudios
Se evaluaron todos los estudios con posibilidad de ser incluidos identificados mediante la
estrategia de búsqueda.
Evaluación de la heterogeneidad
Se aplicaron pruebas de heterogeneidad entre los ensayos mediante la estadística de I 2.
Cuando se identificó heterogeneidad significativa entre los ensayos, se utilizó un metanálisis de
efectos aleatorios y la fuente de la heterogeneidad se exploró mediante un análisis de
sensibilidad cuando fue apropiado.
Análisis de subgrupos
Se realizó un análisis de subgrupos basado en la duración de los ciclos de antibióticos
administrados (dosis única, tratamiento de corta duración, duración intermedia o antibióticos
continuos hasta el alta).
Para detalles ver "Características de los estudios incluidos". Catorce estudios cumplieron los
criterios de inclusión y fueron incluidos. Un estudio reclutó solamente mujeres con
estreptococos del grupo B en la orina (Thomsen 1987)). Donde hubo más de una referencia
publicada que en opinión del autor de la revisión se refería al mismo estudio, se extrajo la
información de cualquier referencia, siempre que proporcionara los detalles necesarios del
estudio.
La mayoría de los estudios (n = 11) incluyeron el resultado pielonefritis. El resultado bajo peso
al nacer se informó en siete estudios. En muchos de los estudios, la prematuridad se definió
como el peso al nacer inferior a 2500 g, en lugar de una edad gestacional menor de 38
semanas. Cuando los autores no proporcionaron una definición de prematuridad, se supuso
que los resultados se referían a un peso al nacer inferior a 2500 g basados en el período en el
cual se realizaron estos estudios (década del sesenta), donde la definición estándar de
prematuridad era el bajo peso al nacer. En tres estudios, se informó el resultado parto
prematuro, aunque en cada estudio se utilizó una edad gestacional algo diferente para definir el
parto prematuro (ver tabla "Características de los estudios incluidos" para los detalles).
Tres estudios midieron las tasas de bacteriuria a largo plazo: uno entre tres y nueve meses
posparto, uno a los seis meses y uno a los diez a 14 años.
Cuatro estudios fueron excluidos (para los detalles ver "Características de los estudios
excluidos").
CALIDAD METODOLÓGICA
Para la mayoría de los estudios, sólo hubo una descripción breve e incompleta de los métodos
de investigación, lo que hizo difícil la evaluación de la calidad metodológica de los estudios. Sin
embargo, en general los estudios no fueron metodológicamente sólidos y en ninguno hubo una
ocultación adecuada de la asignación. En ningún estudio se señaló que la asignación se
controló de forma central y en el único estudio que se refirió al uso de sobres cerrados (Little
1966), el sobre se extrajo de un grupo de sobres cerrados en lugar de una pila numerada de
forma consecutiva. Para los estudios restantes no hubo una descripción del método de
asignación al azar o el método fue claramente inadecuado: en cuatro estudios, las mujeres se
asignaron al tratamiento mediante alternación y en un estudio, se utilizó el lanzamiento de una
moneda. En nueve de los 14 estudios, el grupo control recibió un placebo; en los otros, no se
administró tratamiento al grupo control. En los estudios sin placebo, no se mencionó que el
observador estaba cegado a la asignación a los tratamientos, por lo que es más probable que
también estuvieran presentes los sesgos de realización y detección.
No se aplicaron de forma consistente las definiciones estándar para los resultados medidos.
Habitualmente, no hubo descripciones adicionales de la bacteriuria persistente durante el
seguimiento. La pielonefritis se refirió habitualmente a síntomas de dolor lumbar, fiebre, disuria
o polaquiuria, con o sin un urocultivo significativo. Aunque en general se informaron las tasas
de bajo peso al nacer, la mayoría de los estudios las describieron como "prematuridad". Para
los estudios que informaron las tasas de partos prematuros, la definición de parto prematuro
fue inconsistente y no se presentaron datos suficientes en los estudios para comparar la edad
gestacional entre los grupos tratamiento y control.
RESULTADOS
El tratamiento con antibióticos es efectivo para eliminar la bacteriuria asintomática (cociente de
riesgos [CR] 0,25; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,14 a 0,48), aunque esta estimación del
efecto del tratamiento se debe interpretar con precaución. Cinco de los 14 estudios informaron
este resultado. La bacteriuria asintomática persistió en el 66% de las mujeres cuando no se
administró tratamiento. Aunque hubo heterogeneidad estadística significativa entre los ensayos,
probablemente explicada por las diferencias en el diseño del estudio y la definición de
bacteriuria persistente, la dirección del efecto fue consistente.
El tratamiento con antibióticos fue efectivo para reducir la incidencia de pielonefritis en las
mujeres con bacteriuria asintomática (CR 0,23; IC del 95%: 0,13 a 0,41). De nuevo, había
heterogeneidad significativa entre los estudios. También se observó una reducción de la
incidencia del bajo peso al nacer con el tratamiento (CR 0,66; IC del 95%: 0,49 a 0,89). No
hubo pruebas de una reducción del parto prematuro (CR 0,37; IC del 95%: 0,10 a 1,36) cuando
el mismo se definió como una edad gestacional inferior a 38 semanas. Sólo tres estudios,
incluido uno que sólo reclutó mujeres con bacteriuria por estreptococo del grupo B, informaron
este resultado. El tratamiento con antibióticos no tuvo efecto sobre la incidencia de bacteriuria a
largo plazo (resultados informados en un estudio a los tres a nueve meses posparto, en otro
estudio a los seis meses y en un tercer estudio a los diez a 14 años).
La duración del tratamiento con antibióticos no se asoció con las medidas de resultado. Como
hubo heterogeneidad significativa dentro de ciertos subgrupos, no se realizó una
metarregresión formal para probar una asociación entre la duración del tratamiento y el efecto
del tratamiento. Se realizó un análisis de sensibilidad que sólo incluyó los estudios que
utilizaron placebo. Cuando se utilizó un modelo de efectos aleatorios, permaneció un beneficio
estadísticamente significativo del tratamiento con antibióticos sobre el desarrollo de pielonefritis
(CR 0,17; IC del 95%: 0,09 a 0,31), pero no sobre el bajo peso al nacer (CR 0,64; IC del 95%:
0,35 a 1,16). Cuando sólo se incluyeron los estudios controlados con placebo, se dejó de
observar heterogeneidad estadísticamente significativa entre los ensayos.
Para el resultado pielonefritis, hubo una asociación entre el año de estudio y el efecto del
tratamiento, donde los estudios más recientes se asociaron con un efecto menor del
tratamiento. Lo anterior se puede explicar en gran parte por la disminución en la prevalencia de
la pielonefritis con el transcurso del tiempo, aunque puede haber otras diferencias en el
tratamiento obstétrico que pudieran explicar esta observación.
DISCUSIÓN
Aunque los resultados de estos estudios son consistentes y dieron lugar a reducciones en la
incidencia de la pielonefritis y el bajo peso al nacer con el tratamiento de la bacteriuria
asintomática, consideraciones metodológicas importantes limitan la fuerza de las conclusiones.
Cuando se incluyeron todos los estudios se observó heterogeneidad significativa entre los
estudios, que se puede explicar en parte por la calidad de los mismos. Cuando sólo se
analizaron los estudios que utilizaron placebo, la heterogeneidad dejó de ser estadísticamente
significativa. La duración del tratamiento con antibióticos no pareció explicar la heterogeneidad.
La incidencia general de pielonefritis en el grupo sin tratar fue del 21%, pero varió del 2,5% al
36%. Aunque las diferentes definiciones de pielonefritis podrían explicar en parte esta variación,
puede haber otros factores como el tipo de microorganismo, el nivel socioeconómico u otra
atención proporcionada en el embarazo, que, si se definen, podrían identificar los grupos de
mujeres con bacteriuria asintomática con diferentes riesgos de desarrollar pielonefritis. Sin
embargo, a falta de este tipo de información, la presencia de bacteriuria asintomática por sí
misma define a una población con riesgo de presentar pielonefritis. En general, el número de
mujeres necesarias a tratar para evitar un episodio de pielonefritis es siete (IC del 95%: 6 a 8) y
el tratamiento de la bacteriuria asintomática dará lugar a una reducción aproximada del 75% en
la incidencia de pielonefritis.
Los estudios informados aquí (con sólo tres excepciones) datan de las décadas del sesenta y
setenta; la metodología microbiológica para el diagnóstico de la bacteriuria no ha cambiado
significativamente en este intervalo. Aunque no todos los antibióticos utilizados en estos
estudios siguen disponibles actualmente y el uso de la tetraciclina está ahora contraindicado en
el embarazo, es válido suponer que los resultados son aplicables a otros antibióticos activos
contra los agentes patógenos urinarios que son seguros en el embarazo. Una revisión
Cochrane de los tratamientos para las infecciones urinarias sintomáticas durante el embarazo
concluyó que, aunque el tratamiento con antibióticos es efectivo para la curación de las
infecciones urinarias, no hay datos suficientes para recomendar algún régimen específico
(Vazquez 2003). La elección de una sulfonamida o una combinación que contenga
sulfonamida, una penicilina, una cefalosporina o la nitrofurantoína, según los resultados de las
pruebas de sensibilidad, son regímenes apropiados para el tratamiento de la bacteriuria
asintomática. Sin embargo, una mayor resistencia a los antibióticos complica la elección de los
regímenes empíricos y es probable que se convierta en un problema mayor. Han habido pocas
encuestas recientes sobre la resistencia a los antibióticos de los aislamientos urinarios de
mujeres con bacteriuria asintomática, pero los resultados de las encuestas de sensibilidad a los
antibióticos de los agentes patógenos que provocan infecciones urinarias no complicadas y
adquiridas en la comunidad indican una considerable variación regional. En una encuesta en
los países europeos y Canadá, la resistencia promedio de la E. coli a la ampicilina fue del
29,8%, pero en España fue tan alta como del 53,9% (Kahlmeter 2003)).
Aunque el análisis mostró una reducción estadísticamente significativa de la incidencia del bajo
peso al nacer, la calidad metodológica deficiente de los estudios provoca que las conclusiones
para este resultado se deban aceptar con precaución. No hubo asociación entre el tratamiento
y el parto prematuro, pero sólo tres estudios informaron este resultado. Aunque los partos
prematuros se asocian con el bajo peso al nacer, algunos neonatos con bajo peso al nacer son
pequeños para la edad gestacional como consecuencia del retraso del crecimiento intrauterino,
para lo cual hay muchas etiologías posibles. La reducción en la incidencia del bajo peso al
nacer con el tratamiento con antibióticos es consistente con las teorías actuales acerca de la
función de la infección como causa de resultados adversos del embarazo, pero se requiere una
mayor comprensión de los mecanismos básicos por los cuales el tratamiento de la bacteriuria
podría dar lugar a una reducción del bajo peso al nacer. La prevención de la pielonefritis, que
en los primeros estudios antes de la disponibilidad del tratamiento antimicrobiano efectivo se
asociaba con el parto prematuro, puede ser un factor, pero el tratamiento de la bacteriuria con
antibióticos también puede erradicar los microorganismos que colonizan el cuello uterino y la
vagina y que se asocian con resultados adversos del embarazo. La relación entre las
infecciones genitales como la vaginosis bacteriana y el trabajo de parto prematuro no estaba
reconocida cuando se diseñaron originalmente estos estudios sobre el tratamiento de la
bacteriuria asintomática.
Siete de los estudios continuaron los antibióticos hasta el término; un estudio adicional trató a
las mujeres durante seis semanas, mientras que la mayoría de los estudios restantes
administraron el tratamiento durante tres a siete días. El tratamiento continuo y las estrategias
de tratamiento de corta duración muestran un beneficio estadísticamente significativo en la
reducción de la pielonefritis. Un estudio aleatorio pequeño que comparó el tratamiento
intermitente con el tratamiento continuo confirmó que ambas estrategias fueron igualmente
efectivas (Whalley 1977). Aunque el tratamiento de corta duración de la bacteriuria asintomática
se ha convertido en la práctica aceptada, la duración óptima del tratamiento no se conoce y
actualmente se recomiendan los regímenes de tratamiento estándar (Villar 2000)). La elección
del antibiótico se debe guiar por las pruebas de sensibilidad a los antimicrobianos, pero esta
decisión se hace más difícil debido al aumento en las tasas de resistencia microbiana a los
antibióticos frecuentemente prescritos.
En los estudios incluidos en esta revisión, no se presentaron datos suficientes para determinar
que la efectividad del tratamiento previene la bacteriuria recurrente durante el embarazo.
Aunque se recomienda que se realice un urocultivo después del tratamiento, con un nuevo
tratamiento de ser necesario, los estudios no evaluaron específicamente la efectividad de esta
estrategia.
Se requiere una mejor comprensión de los mecanismos básicos por los cuales el tratamiento
de la bacteriuria asintomática podría prevenir el bajo peso al nacer. Cualquier estudio de la
relación entre otras infecciones y los resultados adversos del embarazo debe controlar la
bacteriuria asintomática y su tratamiento, pero es improbable que la contribución particular de
la bacteriuria asintomática al parto prematuro y al bajo peso al nacer se determine alguna vez
de forma concluyente.
En general, los estudios incluidos en esta revisión utilizaron un recuento de colonias en orina
de más de 100 000 bacterias/ml para identificar a las pacientes. Aunque los recuentos de
colonias inferiores han mostrado estar asociados con infección activa en otras poblaciones
(Stamm 1982), no se ha establecido su importancia en el embarazo. Actualmente, no se
recomienda el tratamiento de las embarazadas asintomáticas con recuentos de colonias
inferiores, pero se justifica un estudio adicional de estrategias apropiadas para tratar a estas
mujeres.
El urocultivo cuantitativo del chorro medio o la orina limpia adquirida es el valor de referencia
(gold standard) para detectar la bacteriuria asintomática en el embarazo, pero esta prueba es
costosa y podría no estar siempre disponible en todos los contextos clínicos. Aunque las
pruebas de detección de orina rápidas, por ejemplo, la microscopía de orina y la tira reactiva de
orina, no han mostrado que funcionen satisfactoriamente en esta población, su uso puede ser
costo beneficioso (Rouse 1995)). Es necesario que cualquier nueva prueba de cribado de orina
que se desarrolle se evalúe en el contexto del cribado para la bacteriuria asintomática del
embarazo.
Ninguno de estos estudios abordó adecuadamente cuál es el momento más apropiado para
realizar el cultivo de cribado inicial, con qué frecuencia repetir un cultivo negativo y cuál es el
mejor método para monitorizar a las mujeres inicialmente tratadas por bacteriuria asintomática.
Es necesario definir la frecuencia apropiada de los cultivos de seguimiento y estrategias de los
nuevos tratamientos.
A pesar de las guías nacionales casi uniformes, hay pruebas pequeñas del cumplimiento de las
recomendaciones del cribado. Es necesario evaluar el método de cribado para la bacteriuria
asintomática como una medida de la calidad de atención.
Aunque no hay datos nuevos que indiquen que las mujeres no se deben someter a cribado
para la bacteriuria asintomática, es difícil calcular con exactitud la relación entre costo y
efectividad del cribado para bacteriuria asintomática sin una información actualizada sobre la
prevalencia de la bacteriuria asintomática. Es necesaria una evaluación prospectiva del costo
efectividad de los algoritmos de diagnóstico, incluidos los factores de riesgo, en estas
poblaciones diferentes. Debido a la asociación entre el tratamiento con antibióticos y la
prevención de la pielonefritis y el bajo peso al nacer, no es posible recomendar la realización de
ensayos aleatorios a gran escala de bacteriuria asintomática que incluyan un brazo "ningún
tratamiento" y donde las participantes sean similares a las incluidas en estos estudios
originales, a pesar de las deficiencias metodológicas de los estudios aquí incluidos. Sin
embargo, la prevención del uso inapropiado de los antibióticos se ha convertido en un aspecto
importante de los programas para reducir el desarrollo de resistencia a los antimicrobianos.
Esta nueva inquietud les da un impulso a los investigadores para identificar una población de
mujeres con bacteriuria asintomática en las cuales es posible que no sea necesario el
tratamiento con antibióticos. Si fuera posible definir una población donde el riesgo de desarrollo
de pielonefritis sea bajo, sería legítimo realizar un ensayo aleatorio controlado con placebo
diseñado cuidadosamente, con monitorización estrecha de los resultados incluidos los efectos
adversos del tratamiento antimicrobiano, que podría proporcionar información útil sobre las
estrategias alternativas de tratamiento.
AGRADECIMIENTOS
Ninguno.
Ninguno conocido.
TABLAS
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GRÁFICOS
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01 Tratamiento con antibióticos versus ningún tratamiento para la bacteriuria
asintomática
CARÁTULA
Cambios más recientes enero 2007Se han realizado muchas reescrituras de esta
revisión. En los resultados, se han separado el bajo peso al
nacer y el parto prematuro; se describen los análisis de
subgrupos y de sensibilidad y se analiza la heterogeneidad de
los estudios. Se actualizó la búsqueda y se encontraron dos
nuevos estudios. Un estudio adicional (Elder 1966) ha sido
incluido y otro excluido (Mohammad 2002). El estudio LeBlanc
1964 se ha cambiado hacia los estudios excluidos porque este
estudio no cumplió con los criterios de inclusión. Las
conclusiones no se modificaron.
Recursos externos
No se suministraron las fuentes de financiación
Recursos internos
No se suministraron las fuentes de financiación
Palabras clave