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Los principales objetivos de enseñanza de la Historia son los siguientes: Objetivo primero:

Comprender los hechos ocurridos en el pasado y saber situarlos en su contexto. Objetivo


segundo: Comprender que en el análisis del pasado hay muchos puntos de vista diferentes.
Objetivo tercero: Comprender que hay formas muy diversas de adquirir, obtener y evaluar
informaciones sobre el pasado Objetivo cuarto: Ser capaces de transmitir de forma organizada
lo que sobre el pasado se ha estudiado o se ha obtenido.

En su teoría del aprendizaje Paul Ausubel destaca la importancia de los organizadores previos como
esquema receptor para los nuevos conocimientos o saberes, de los cuales existen cuatro tipos:

• Saber qué: se refiere a hechos. Los expertos de cualquier disciplina requieren de una gran
cantidad de este tipo de información.
• Saber por qué: se refiere al conocimiento científico de las leyes y principios de la naturaleza.
• Saber cómo: se refiere a las habilidades y a la capacidad para realizar algo.
• Saber quién: se refiere a la información sobre quién sabe qué y quién sabe cómo hacerlo.

El diagnóstico de los estilos de aprendizaje puede servir como base para orientar principalmente el
saber cómo. El conocimiento de estas habilidades nos otorga herramientas para personalizar el
aprendizaje, enseñar a aprender a aprender, estos es: posibilitar el conocimiento y destreza
necesarios para aprender con efectividad en cualquier situación en que uno se encuentre; esto
incluye a las nuevas tecnologías aplicadas en el proceso de enseñanza aprendizaje, puesto que
este tipo de herramientas pueden incrementar notablemente la participación y la interacción de los
alumnos al involucrarlos en situaciones de aprendizaje.

¿Y qué es un estilo de aprendizaje? Una de las definiciones más aceptadas es la de Keefe (1988) y
que también asumen C. Alonso y y D.J. Gallego (1994):"los Estilos de Aprendizaje son los rasgos
cognitivos afectivos y fisiológicos, que sirven como indicadores relativamente estables, de cómo los
discentes perciben, interaccionan y responden a sus ambientes de aprendizaje".
P. Honey y A. Mumford (1986) consideran el aprendizaje como un proceso circular de cuatro
etapas que corresponden a su vez con los cuatro Estilos de Aprendizaje:

Estilo Activo. Son personas abiertas, entusiastas, sin prejuicios ante las nuevas experiencias,
incluso aumenta su motivación ante los retos.
Estilo Reflexivo. Son individuos que observan y analizan detenidamente. Consideran todas las
opciones antes de tomar una decisión. Les gusta observar y escuchar, se muestran cautos,
discretos e incluso a veces quizá distantes.
Estilo Teórico. Presentan un pensamiento lógico e integran sus observaciones dentro de teorías
lógicas y complejas. Buscan la racionalidad, la objetividad, la precisión y la exactitud.
Estilo Pragmático. Son personas que intentan poner en práctica las ideas. Buscan la rapidez y
eficacia en sus acciones y decisiones. Se muestran seguros cuando se enfrentan a los proyectos
que les ilusionan.

Los individuos no tienen un estilo fijo, tiene un perfil con ciertas predominancias, y éstas se
acentuarán de acuerdo con las situaciones del entorno, como lo menciona Matthews (1995) estos
estilos se pueden modificar de acuerdo con el nivel de estudios.

El diagnóstico de los estilos de aprendizaje de los alumnos permitirá identificar cuales son las
adecuaciones que deberán realizarse entre el medio tecnológico utilizado y las diferentes
formas de aprendizaje.
los estilos de aprendizaje más desarrollados en la generación 2005-2007 del Cecyt RFM, a su
ingreso, fueron en primer lugar el reflexivo con una preferencia moderada, de acuerdo a la
tabla de Honey-Alonso; en segundo término el pragmático, igualmente con preferencia
moderada; el teórico y activo en tercero y cuarto lugar respectivamente y ub

Las experiencias que tengamos, concretas o abstractas, se transforman en conocimiento


cuando las realizamos de alguna de estas dos formas:
• Reflexionar y pensar sobre ellas.
• Experimentar de forma activa con la información recibida.
De acuerdo al modelo de Kolb un aprendizaje óptimo es el resultado de trabajar la
información en cuatro fases.
Cuatro tipos de alumnos, en dependencia de la fase que les interese:
• Divergentes: se basan en experiencias concretas y observación reflexiva.
• Convergentes: utilizan la conceptualización abstracta y la experimentación activa.
• Asimiladores: emplean la conceptualización abstracta y la observación reflexiva.
• Acomodadores: se basan en la experiencia concreta y la experimentación activa.

Las personas aprenden en función de VER, OIR, HACER, HABLAR, PENSAR, CREAR E
INTUIR.
El proceso se constituye por cuatro fases:
ESTRATEGIAS DE ENSEÑANZA
ESTARTEGIAS DE APRENDIZAJE
PRODUCTOS DEL APRENDIZAJE
EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE.
Cuatro estilos de alumnos

• Alumno activo: activo, acciones cortas, con resultados inmediatos, trabaja en grupo,
entusiasta. Responde al ¿cómo?
• Alumno reflexivo: reflexivo, observador, recopila y analiza, precavido. Responde a ¿para
qué?
• Alumno teórico: teórico, secuencial, integrador, analítico, sintético, lógico, racional.
Responde a ¿qué?
• Alumno pragmático: práctico; prueba y comprueba ideas, teorías y técnicas; realista;
decidor; solucionador; busca mejoras. Responde a ¿qué pasaría si…?

Estilos de aprendizaje Cuando hablamos de los tipos o estilos de aprendizaje nos estamos
refiriendo a aquellos rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos de los alumnos, que nos sirven
como indicadores y que se manifiestan relativamente estables, independientemente de cómo
se perciben las interacciones y de cómo responden a sus respectivos ambientes de aprendizaje.
Al referirnos a los rasgos cognitivos aludimos a la forma en que los alumnos estructuran los
contenidos, integran y usan conceptos, interpretan la información recibida, buscan solución a
los problemas, seleccionan medios de representación o expresión –visual, auditivo,
kinestésico–, etc. En cambio, los rasgos afectivos se relacionan directamente con las
motivaciones y expectativas que influyen en el aprendizaje; mientras que nos referimos a los
rasgos fisiológicos cuando estos están íntimamente relacionados con el biotipo y el biorritmo
del estudiante. Se comprende por tanto que el término “estilo de aprendizaje” se refiere a la
situación de que cada individuo utiliza su particular método o estrategia en el momento de
aprender.
Todos desarrollamos una preferencia por uno de estos cuatro estilos. La observación de la
conducta de los alumnos en clase es clave para identificar su estilo de aprendizaje. Para
ello es necesario conocer los rasgos generales que caracterizan a cada uno.

1. Alumnos activos

Son de mente abierta, nada escépticos y acometen con entusiasmo nuevas tareas.
Aprenden mejor con los desafíos y se aburren con los proyectos a largo plazo. El
aprendizaje les resulta más difícil cuando tienen que adoptar un papel pasivo, cuando
tienen que asimilar, analizar e interpretar datos y cuando tienen que trabajar solos. La
pregunta que quieren responder con el aprendizaje es ¿cómo? (SEP, 2004: 23).

2. Alumnos reflexivos
Los alumnos reflexivos tienden a adoptar la postura de un observador que analiza sus
experiencias desde muchas perspectivas distintas. Recogen datos y los analizan
detalladamente antes de llegar a una conclusión. Son precavidos y analizan todas las
implicaciones de cualquier acción antes de ponerse en movimiento. En las reuniones
observan y escuchan antes de hablar procurando pasar desapercibidos. La pregunta
que quieren responder con el aprendizaje es ¿por qué? (SEP, 2004: 23).

3. Alumnos teóricos

Los alumnos teóricos adaptan e integran las observaciones que realizan en teorías
complejas y bien fundamentadas lógicamente. Piensan de forma secuencial y paso a
paso, integrando hechos dispares en teorías coherentes. Les gusta analizar y sintetizar
la información y su sistema de valores premia la lógica y la racionalidad. Se sienten
incómodos con los juicios subjetivos, las técnicas de pensamiento lateral y las
actividades faltas de lógica clara. La pregunta que quieren responder con el aprendizaje
es ¿qué? (SEP, 2004: 24).

4. Alumnos pragmáticos

A los alumnos pragmáticos les gusta probar ideas, teorías y técnicas nuevas, y
comprobar si funcionan en la práctica. Les gusta buscar ideas y ponerlas en práctica
inmediatamente, les aburren e impacientan las largas discusiones discutiendo la misma
idea de forma interminable. Son básicamente gente práctica, apegada a la realidad, a la
que le gusta tomar decisiones y resolver problemas. Los problemas son un desafío y
siempre están buscando una manera mejor de hacer las cosas. La pregunta que quieren
responder con el aprendizaje es ¿qué pasaría si…? (SEP, 2004: 24).

La pregunta ahora es ¿cómo integrar estos estilos de aprendizaje


en estrategias de enseñanza efectivas?
Todos desarrollamos una preferencia por uno de estos estilos de aprendizaje. Para el
docente puede resultar complicado implementar en clase tantos tipos de enseñanza
como estilos de aprendizaje tengan sus alumnos. Pero sí puede intentar elaborar un
modelo de docencia en el aula que englobe habilidades y competencias características de
los estilos de aprendizaje básicos. De este modo, el alumno se podrá sentir motivado
cuando trabaje en el área en la que tiene mayores fortalezas y, a la vez, podrá
experimentar con otras formas de asimilar los conocimientos (VÁZQUEZ-REINA, 2010). Un
aprendizaje óptimo requiere de las cuatro fases, por lo que será conveniente presentar
nuestra materia de tal forma que garanticemos actividades que cobran todas las fases
del modelo de Kolb.

Kolb dice que, por un lado, podemos partir:

 de una experiencia directa y concreta: alumno activo.

 o bien de una experiencia abstracta, que es la que tenemos cuando leemos acerca de
algo o cuando alguien nos lo cuenta: alumno teórico.

Las experiencias que tengamos, concretas o abstractas, se transforman en conocimiento


cuando las elaboramos de alguna de estas dos formas:

 reflexionando y pensando sobre ellas: alumno reflexivo.

 experimentando de forma activa con la información recibida: alumno pragmático (SEP,


2004: 22).
A manera de conclusión, es importante conocer el estilo de aprendizaje de los
estudiantes, pues ello proporciona al profesor una herramienta útil para “personalizar el
aprendizaje, enseñar a aprender a aprender; es decir, posibilitar el conocimiento y
destreza necesarios para aprender con efectividad en cualquier situación en que uno se
encuentre” (RAMÍREZ, OSORIO, 2008:3).

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