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CONTENIDO

OBJETIVOS

INTRODUCCIÓN

EL SÁBADO DE LA OBJETIVIDAD
Objetivos de esta lección.

a) Al finalizar este estudio, el discípulo será capaz de comprender cuál es el


origen del sábado.

b) Identificará la etiología del sábado.

c) Comprenderá la importancia de este mandamiento en el proceso


regenerativo.

d) Tendrá una comprensión más clara, objetivamente hablando, a cerca del


cuarto mandamiento y así podrá hacer uso de su libre elección en cuanto al
cumplimiento o incumplimiento del mismo.

Nota: las imágenes son ilustrativas.


Introducción

El estudio sobre el cuarto mandamiento, es de vital importancia, si se tiene presente


que tanto en lo celestial como en lo terrenal tiene una injerencia significativa e
inalienable al decreto salvífico de Dios para con sus escogidos.

El cuarto mandamiento, más que enfocar la mente del feligrés en el séptimo día de
la semana para su correspondiente observancia, tiene como objetivo primordial,
generar una plena convicción en el pueblo de Dios a cerca de la absoluta redención
que es en Cristo Jesús, ya que, paradójicamente hablando nuestro reposo pleno,
solamente lo podremos disfrutar en la esclavitud a Cristo, muriendo a nosotros
mismos, para que Cristo viva en nosotros, esta es la etapa cumbre del reposo del
hombre “Cristo en nosotros” esperanza gloriosa.

Dado que la observancia del séptimo día de cada semana, en lo que respecta a la
objetividad, es un ejercicio ilustrativo del irrefutable encuentro de la iglesia con su
redentor, corresponde como misión cumplir con el requerimiento de la ley de Dios.

Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu
obra; más el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna,
tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que
está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el
mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto,
Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. (Éxo.20:8-11).

Pero por supuesto, sin olvidarnos de la visión de este mandamiento, que está
expresa con bastante claridad en la sagrada escritura.

Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice
Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por
Dios, y ellos me serán por pueblo. (Jer 31:33).

Etiología del Sábado.

Las Sagradas Escrituras nos dan tres razones principales para la creación del
"Shabbat" (sábado), un término usado desde tiempos ancestrales.

La primera razón es cosmológico-religiosa; el sábado es el único día santo y bendito


de la semana, éste es el día que Jehová diferenció del resto de la semana, con el fin
de ayudarnos a comprender y hacer diferencia entre lo santo y lo profano. Se espera
que descansemos como Dios lo hizo. De esta forma nos identificamos con sus
acciones, como está escrito:
Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus
generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de
Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día
cesó y reposó. (Éxo 31:16-17. RV1960).

La segunda razón es socio-universal: el sábado es el día en que todas las personas


son iguales gracias a una única cosa: el descanso. En los diez mandamientos
expresos en el libro de Deuteronomio, podemos ver que todos deberíamos ser como
uno solo. Permitamos que la Biblia comparta esta idea con nosotros:

Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado.


Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; más el séptimo día es reposo a Jehová tu
Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu
buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus
puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú. (Deut 5:12-14. RV1960).

La tercera razón es histórica, un recordatorio del exilio de Egipto. Allí, el pueblo de


Israel no conocía el sabor de la libertad. Por lo tanto, es necesario recordar cómo se
sintieron con el fin de evitar que otros se sientan también como esclavos. Para
comprender la singularidad del sábado, tenemos que recordar una cosa más
importante. Este día no es para trabajar, es para el reposo del cuerpo, el ejercicio
religioso de este mandamiento, semana tras semana, mes tras mes y año tras año,
será el ayo a nuestro espíritu, nos preparará para nuestro encuentro con nuestro
redentor en la redención de nuestra voluntad.

EL SÁBADO DE LA OBJETIVIDAD

“Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza;


que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer
todo mal” (Isaías. 56:2).

Cuán importante es para el pueblo de Dios comprender la importancia del cuarto


mandamiento, como se puede ver en el versículo de introducción (Isaías.56:2), la
observancia de este mandamiento es descrita como una bienaventuranza, por tal
razón, consideramos que la Iglesia de Jesucristo está llamada hacer un análisis en
cuanto a lo que conoce a cerca de este tema y preocuparse por obtener el pleno
conocimiento y comprensión del mismo, para poder darle el cumplimiento debido.
Con base al nombre de esta lección (El Sábado de la Objetividad) se hará un
desarrollo enfocado al área objetiva.

El sábado del siclo semanal


asociado a la (objetividad).

Cuando hablamos de la
observancia del cuarto
mandamiento en el contexto de
objetividad, se deben entender
dos cosas en particular:

a) ¿Qué es objetividad en el
contexto teológico?

b) ¿Cuál es el impacto objetivo


del cuarto mandamiento en
quienes lo practican?

Al hacer uso del término objetividad en el decreto salvífico de Dios, se debe entender
que se hace referencia a las áreas externas de la persona, es decir, el estado de la
persona ante Jehová y las leyes que rigen su gobierno. Es de resaltar, que en ningún
momento se debe pensar que en esta etapa del proceso se modifiquen los
comportamientos y actitudes propios de este periodo. En la fase inicial del proceso
salvífico, solamente se absuelve a la persona de todos sus pecados por la bendita
conmutación que hizo nuestro salvador Jesucristo a través de su glorioso sacrificio
expiatorio en la cruz. Jesucristo es el único con los méritos suficientes y perfectos,
ÉL es quien tiene la potestad de atribuirle al sentenciado toda su justicia y tomar
para sí mismo toda la culpa del condenado (Isaías.53:10-11). Estos benditos méritos
recibidos en el intercambio tienen como objetivo cubrir todos los pecados ¡NO
ERRADICARLOS! y de esta manera somos vistos objetivamente como personas sin
ninguna culpa de pecado. Dejando en claro que ¡NO ES QUE NO TENGAMOS
PECADOS! Lo que sucede es que no se ven, porque la justicia de nuestro salvador
Jesucristo los cubre por completo.

En cuanto a la trascendencia
espiritual del cuarto mandamiento
en favor del hombre, objetivamente
hablando, se debe entender que hace
alusión a como él es visto ante Dios y
las benditas leyes que rigen su
gobierno.

Como se dijo previamente, al


cumplir celosamente el cuarto
mandamiento, la persona deja de ser
vista como infractora directa de este
mandamiento y de igual manera
tampoco será considerada como una
persona extranjera dentro del pueblo
de Dios, por cuanto la señal de Dios
está puesta en él (Éxodo. 31:13).

Bondades objetivas del séptimo día.

1. Es una señal entre Dios y su pueblo (Éxodo.31:13).

En cuanto a la palabra señal, el DRAE la define de la siguiente manera:

Rasgo o nota que se pone o hay en las cosas para darlas a conocer y
distinguirlas de otras.

Al cumplir rigurosamente el cuarto mandamiento, se está declarando públicamente


que Jehová es el único Dios verdadero, que fue Jehová quien creo los cielos y la tierra
y todo lo que en ellos hay (Salmos.146:6); pero, en lo concerniente a la señal, cabe
destacar que más allá de pensar en una marca visible o física, se relaciona muy
estrecha e indivisiblemente al decreto de salvación, más concretamente en atención
de las áreas objetivas y subjetivas de cada persona.

En cuanto a la señal a través de la observancia del cuarto mandamiento en el área


objetiva, como se dijo previamente, al observar este mandamiento en obediencia a
la ley declaramos públicamente que Jehová es el creador de todas las cosas que
existen en el universo; nosotros mismos somos hechura de sus santísimas manos y
ÉL es nuestro hacedor (Salmos.95:6). Esta señal se asocia inherentemente al acto
redentor consumado en el nacimiento de agua, es decir al bautismo.

Siendo el sábado un rasgo


distintivo del pueblo de Dios, o la
señal con la que Jehová identifica a
su iglesia, apreciado hermano ¿cree
usted que este sea un tema
relevante de la doctrina de
Jesucristo? Adelantándonos a la
respuesta adecuada es decir (SÍ), el
llamado urgente a todos los
discípulos de Jesucristo sería a la
reflexión y análisis de este tema.

Además del significado etimológico que da el DRAE, se puede entender que reposar
es dar por terminado algún trabajo. Por lo anterior, se concluye lo siguiente:

a) Entramos en reposo al ser perdonados por la bendita sangre de nuestro señor


Jesucristo en la cruz, prefigurado en la institución pascual, es decir, al aceptar
la condonación de todos nuestros pecados a través del sacrificio expiatorio de
Jesús el Cristo (Eefesios.1:7).

b) En cuanto a lo físico, igualmente, reposamos al ser justificados gracias al


perdón en la sangre de Jesucristo en el acto bautismal, prefigurado en el cruce
del mar rojo, por cuanto el cuerpo es arrebatado de la potestad del maligno
(1Corintios.10:1,2).

c) Nuevamente se entra en reposo cuando llegamos al lugar de instrucción


doctrinal, prefigurado en el monte Sinaí, que fue el lugar donde no solamente
se entregó el decálogo, sino también toda la reglamentación escrita en el libro
de la ley (Levíticos.26:46). Todo este conjunto de normativas de Dios para su
pueblo, tenían para ellos y tienen para nosotros un propósito en particular,
atender subjetivamente todas las necesidades de la nación de Israel y hacer
de cada uno de ellos personas enteramente libres (Juan.8:32). Ya los Israelitas
habían obtenido su libertad física al cruzar por el mar rojo, pero esta no es la
plenitud de la libertad en Cristo y es precisamente en este punto del camino
donde se les concede a los hombres el conocimiento doctrinal que
progresivamente a de llevarlos al reposo absoluto en Cristo.

d) Siguiendo la ruta del


reposo progresivo que
tiene como meta
llevarnos al reposo
absoluto que es en
Jesucristo, se llega al
lugar prefigurado con el
nombre de Cades-
Barnea, este es el lugar
donde solamente
pueden entrar los que
son redimidos en
cuanto a la voluntad se
refiere y esta redención
tiene como base del
éxito la bendita gracia
de nuestro creador y la
dependencia absoluta
de Dios por parte del
contendiente (Galatas.2:20). Solamente así será posible llegar a este lugar, no lo
intenten por otros medios, porque inminentemente serán abrazados por la
derrota.

Uno de los aspectos más relevantes de todo lo que provee Dios en favor del hombre
para atender toda la parte objetiva de éste en cuanto a que sea visto como justo, es
que depende en su totalidad de los perfectos y santísimos méritos de nuestro
salvador Jesucristo, el único justo y perfecto . Al ser cubiertos con el manto de gracia
de Jehová, entendemos que somos vistos por las potencias celestiales como justos,
santos y redimidos ¡no que lo seamos! Sino que parecemos . Entonces, en relación a
la observancia del séptimo día, no solamente los hombres sino también los
moradores celestes están viendo a personas con la imagen de Cristo. Hay que tener
presente que la sagrada escritura declara que Jehová nuestro Dios es un Dios de
vivos, no de muertos, los muertos tienen todos sus sentidos igualmente inertes, no
oyen, no ven, no entienden etc. (Eclesiastes.9:5,6). Y siendo esto así, se puede
comprender lo inmenso del misterio de la piedad, sin que exista mérito alguno,
solamente por la gracia de Dios, se le atribuyen a una persona los méritos perfectos
del hijo de Dios, el Dios hecho carne, Jesucristo (Juan.1:14).

Teniendo en cuenta que la sagrada escritura sostiene que la señal es entre Dios y
nosotros, no de nosotros para con Jehová, entonces lo primero que resalta es que el
observar el cuarto mandamiento no depende de la elección del hombre, sino de la
gracia de Dios que nos concede la facultad de aceptar y llevar a la práctica cada uno
de sus mandamientos. Pero, como Jehová nuestro Dios no obliga jamás a nadie a la
práctica del bien y mucho menos del mal, entonces debe quedar en claro que el que
se nos conceda llevar a la práctica cada uno de los mandamientos de Dios está
asociado a que el hombre en reconocimiento de su incapacidad de poder cumplir
por sí mismo todos los requerimientos de nuestro Creador, anhele de todo corazón
poder cumplirla y clame a Dios en su oración como lo hizo el salmista:

Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.


(Salmos.119:29).

Estas sabias y santas palabras del salmista “Y en tu misericordia concédeme tu ley”


manifiestan la incapacidad de este hombre por cumplir la ley de Dios por sus
propios medios. Una cosa es ser conocedores en la teoría de cada uno de los
requerimientos de Jehová y otra muy diferente es el llevar a la práctica todo lo que
demanda nuestro Creador. Siendo que la naturaleza del hombre en condición de
pecado tiene siempre la tendencia a la práctica del mal, es apenas lógico que éste sea
incapaz de cumplir los mandamientos de Dios por sus propios medios.

2. Para recordarnos que es Jehová quien nos santifica (Ezequiel.20:12).

El término santificación es descrito por el (DBA) de la siguiente manera:


Santificación, del griego, (Haguiasmós), que proviene del verbo haguiázo,
"consagrar", "santificar", "separar"; Equivalente al verbo heb. qâdash, ("apartar del
uso común"), "santidad", "consagración”, “santificación").

En lo que respecta a hacer memoria de que es Jehová quien nos santifica, se asocia
al hecho de haber recibido la señal de Dios, es decir, a la comprensión de que por la
bendita gracia de Jehová se ha llegado a entender que en seis días hizo Jehová los
cielos y la tierra y que en el séptimo Día reposó de todas sus obras (Génesis.2:1-3). Por
lo cual, somos apartados de entre todos los pueblos para venir a ser parte de un
pueblo escogido por Dios, es Jehová quien nos santifica o aparta para su honra,
gloria y alabanza.

Es importante tener presente que el acto de santificar igualmente se aplica tanto a lo


objetivo, como a lo subjetivo . En lo que respecta a lo objetivo, somos santificados al
ser beneficiados con la gracia indiscriminada de Dios, por cuanto hemos sido
escogidos y apartados de entre una multitud de personas para ser partícipes de los
propósitos divinos. En lo concerniente a la santificación subjetiva, se asocia a la
transformación de cada uno de los sentidos de las personas escogidas hasta obtener
la semejanza de Dios, puntualizamos en el hecho de que la materialización de lo
anteriormente descrito, se logra cuando la persona ha comprendido, aceptado y
puesto en práctica todas las leyes que rigen el gobierno de Jehová, en conformidad
a lo que declara la sagrada escritura, y conoceréis la verdad, y la verdad os hará
libres Juan.8:32

Teniendo claro que el decálogo está compuesto por dos secciones de cuatro y seis
mandamientos respectivamente y que cada una de estas unidades está escrita en una
tabla de piedra diferente, se debe entender que cualquier análisis en torno al
decálogo, debe llevarse a cabo teniendo siempre presente el contenido de las dos
tablas de piedra en que fueron escritos los diez mandamientos y a que se enfoca cada
una de estas secciones.
Analizando brevemente la primera
sección del decálogo, se concluye que en
esta primera tabla de piedra se
encuentran los cuatro mandamientos que
expresan los requerimientos de nuestro
creador (Jehová) para con el género
humano, es decir, lo que los hombres
como hechura de Dios deben cumplir
para con su artífice (Éxodo.20:3-11).

Cada uno de los primeros cuatro


mandamientos, tiene una exigencia
explícita o implícita contra el politeísmo,

la demanda de los primeros cuatro mandamientos es ¡NO! Al politeísmo y ¡SÍ! Al


monoteísmo.

Se tomará como modelo bíblico una de las experiencias vividas por nuestro Salvador
Jesucristo para demarcar la diferencia en cuanto a los requerimientos escritos en las
tablas de la ley; en cierta ocasión, un fariseo legalista le formuló la siguiente
pregunta:

Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál
es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo
tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande
mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. (Mat.22:35-40).
Contrariamente a lo que muchos sostienen, dando a entender erróneamente que
nuestro redentor Jesucristo redujo el decálogo a dos mandamientos solamente, que
por cierto son especulaciones que lógicamente provienen de malas interpretaciones
de versículos como los anteriormente citados; la enseñanza implícita aquí, es
precisamente de lo que venimos hablando: “El contenido de las dos tablas de
piedra”, tesis que es ratificada con la sabia respuesta de nuestro señor Jesucristo . Al
sostener que amamos a Dios, con un amor genuino, se deduce que se están
cumpliendo los primeros cuatro mandamientos (Deuteronomio.5:7-14) o el contenido de
la primera tabla de piedra y en el amor al prójimo, hablamos del amor que es fruto
del Espíritu Santo, se están cumpliendo los seis mandamientos restantes (Éxodo.20:12-
17), o sea el contenido de la segunda tabla de piedra.

Ahora volvamos la atención a los protagonistas de la historia bíblica, veamos como


la nación de Israel tomó este mandamiento, cuáles fueron los resultados de quienes
lo comprendieron y de quienes fueron indiferentes al mismo. Es importante el
análisis de la historia factual de esta nación, ya que esto nos arroja la luz suficiente
para poder comprender el origen de las victorias por parte de algunos y las derrotas
por parte de la gran mayoría. Al hacer esto, se obtiene un lucro significativo con los
siguientes beneficios, entre otros:
a) Identificar el camino que condujo a la gran mayoría a En-Mispat, es decir, al
juicio condenatorio.

b) Tener el conocimiento y la comprensión de la ruta que lleva a Cades Barnea,


o sea, a la redención que da origen al reposo en Cristo.

El vínculo directo e indirecto de la observancia del cuarto mandamiento en cuanto


a la influencia determinante en el destino final del peregrinaje, tanto de la nación de
Israel de la historia bíblica como la del pueblo de Dios del presente, radica en la
plena comprensión de la trascendencia de este mandamiento.

Para empezar, haremos un breve análisis de la nación de Israel viviendo su


respectivo proceso de regeneración. En cuanto a estadísticas se refiere, se puede ver
con toda claridad que el total de personas que vieron materializada la
bienaventuranza cumpliendo este mandamiento a través del proceso del éxodo,
disminuyó en comparación a la cifra referenciada en la siguiente cita:

“Partieron los hijos de Israel de Ramesés a Sucot, como seiscientos mil hombres
de a pie, sin contar los niños. También subió con ellos grande multitud de toda
clase de gentes, y ovejas, y muchísimo ganado” (Éxodo.12:37,38)

Es muy importante tener presente que el número de personas censadas en el anterior


versículo (600.000) no incluye a los niños, ni a las mujeres, ni a los extranjeros, ni a
los mayores de cincuenta años, ¡fue una cantidad considerable! y al ser puesta en
comparación con todos los que fueron sentenciados a morir en el desierto, puede
desconcertar en gran manera a quien desconoce los pormenores de las
circunstancias.

“En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron
contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado
contra mí. Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano
y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué
hijo de Nun” (Números. 14:29,30).

Ante una sentencia de muerte masiva como la anteriormente descrita, urge por parte
de cada uno de los miembros de la iglesia de Cristo, hacer un minucioso análisis de
las circunstancias que llevaron a la nación de Israel a gustar de esta pena capital, la
muerte. Ya que al igual que ellos, también nosotros como pueblo de Dios
contemporáneo nos encontramos en el peregrinaje del éxodo regenerativo que ha de
llevarnos de la vieja naturaleza que es según la carne a una nueva naturaleza, es
decir, al hombre hecho a imagen y semejanza de Dios (Génesis.1:26). Por lo cual, nos
será de gran ayuda conocer con lujo de detalles todos los pormenores de las
victorias, así como los de las derrotas.

La declaración de la cita bíblica anteriormente relacionada (Números.14:29,30) deja claras


evidencias de que la gran mayoría de las personas que fueron censadas se rehusaron
a ser guiadas, pastoreadas o dirigidas por el Espíritu Santo, en otras palabras, se
negaron a ir en pos de las alas del Espíritu de Dios.

Es escalofriante encontrar tal similitud entre la nación de la que habla la historia


bíblica y la nación del presente, a la cual de igual manera Jehová le bendice con sus
sabios y santísimos consejos (2Crónicas.20:20), pero por desgracia, para los incrédulos
estas benditas palabras no hacen la más mínima mella en ellos. (Proverbios.1:24,25).

BONDADES DE DIOS EN FAVOR DE SU PUEBLO

“Los saqué de la tierra de Egipto, y los traje al desierto, y les di mis estatutos, y les
hice conocer mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpliere vivirá. Y les
di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para
que supiesen que yo soy Jehová que los santifico. (Ezequiel.20:10-12).
a) Jehová redimió a su pueblo de la esclavitud egipcia.

Al haber sido redimida la nación de Israel de la esclavitud egipcia, debe entenderse


que ya no estaban obligados a cumplir las leyes que regían el gobierno de faraón.

b) Los llevó al desierto.

Habiendo sido llevados al desierto por la bendita voluntad de Jehová, se esperaba


que pudiesen comprender que el propósito era generar en ellos una dependencia
absoluta de Dios.
c) Les dio estatutos.

Al haber sido bendecidos con el conocimiento estatutario que rige el gobierno de


Jehová, igualmente lo que se esperaba era que aceptasen el glorioso gobierno
teocrático.

d) Les dio a conocer sus decretos.

Habiendo sido conocedores de los decretos de Dios, por supuesto que debieron
haber sosegado su espíritu al saber que todo lo que sucediera durante el viaje no
iban a ser accidentes en los cuales Jehová tuviera que improvisar con soluciones,
frente a las diversas circunstancias que se presentaran durante la marcha, por cuanto
todo lo que Jehová nuestro Dios decreta que suceda, tiene que suceder, no hay nada
ni nadie que lo pueda detener o cambiar. Así como también debe quedar bien claro
que todos los decretos de Jehová siempre tienen propósitos benéficos para con sus
escogidos.

e) Les dio el día de reposo.

Y les dio el día de reposo como señal entre Dios y ellos, pero también se añade que
el día de reposo tiene el propósito de recordarnos que es Jehová quien nos santifica.

Como se puede observar, Jehová equipó a la nación de Israel con todo lo necesario
para una inminente victoria, tanto en el proceso de regeneración, como en la
adquisición de la tierra prometida.

Existe un día en particular en el cual Jehová convoca a cada uno de sus redimidos
para que le den reconocimiento, honra, gloria y alabanzas, esto se convierte en un
reglamento institucional, que será practicado secuencialmente semana tras semana,
mes tras mes y año tras año por algún tiempo, esto con el fin de que en el ejercicio
del cumplimiento por estar en armonía con los requerimientos de ley, llegue a ser
interiorizado de tal manera que su práctica sea netamente fruto de una verdadera
conversión. Debe entenderse que cuando toda nuestra humanidad sea regenerada,
la ley debe dejar de existir, por cuanto el obedecer todos los mandamientos de Dios
será parte de nuestra naturaleza, ya no serán necesarias las leyes escritas en piedras,
pieles, papiros, papeles o libros, porque ya todo estará escrito en nuestras mentes y
corazones.
Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré
mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré (Heb.10:16).

Figuradamente hablando, Jesucristo compra con el precio de su gloriosa sangre a


una persona en estado de pecado (1Pedro.1:18,19), es decir, le concede el
arrepentimiento, lo perdona y justifica, lo conduce hacia el lugar donde suceden los
cambios extremos (el desierto), lo instruye en el conocimiento de las leyes que rigen
su gobierno y en todo lo que tiene que ver con el reino de los cielos. Esto con el
propósito de rehabilitar cada uno de sus sentidos, para que ya no vuelva a pensar
como un esclavo, a sentir como un esclavo, a hablar como un esclavo, a mirar y oír
como tal. Cuando todo esto termina, ya no quedan vestigios de quien fuera un
desdichado esclavo, por cuanto a través de esta gloriosa ruta y por supuesto entre
las poderosas manos del Espíritu Santo, sucede la más perfecta obra de
transformación, desaparecen para siempre los harapos malolientes que cubrían la
humanidad de aquella desgraciada criatura y emerge victorioso de entre esas
benditas manos de nuestro creador, un príncipe, cuyo propósito ahora en uso de su
nueva identidad, es llevar a cabo todo lo que su creador haya determinado para que
él viva (Galatas.4:7).
De igual manera al observar el orden en
que están expresados los diez
mandamientos se percibe una
información muy importante en cuanto
al tema del cuarto mandamiento. Al ver
la ubicación de éste dentro del mismo
decálogo, y cerrando la primera sección
de la Ley de Dios en cuanto a los diez
mandamientos se refiere, se puede
observar la inmensa profundidad
tipológica que está implícita en el
mismo.

El proceso de regeneración inicia con el


restablecimiento de la relación del
hombre para con su creador y no de los
hombres para con sus semejantes, en
este orden de ideas, se termina por
comprender que lo más importante

en este proceso y a su vez de lo que depende la salvación, es de la reconciliación del


hombre con su creador.

El primer mandamiento nos pide amar a Dios por sobre todas las cosas, pero para
llegar a amar a Jehová con un amor preeminente, ineludiblemente se necesita la
erradicación del politeísmo, si esto no sucede sería imposible cumplir este
mandamiento. Cobra importancia el tener presente que nosotros mismos no
podemos despojarnos del politeísmo, o todo lo que se asemeje a esta infracción.
¡Necesitamos la ayuda de Dios!

El segundo mandamiento hace dos demandas: No hacerse imagen de lo que está


arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni de las aguas debajo de la tierra. La otra
demanda es, no inclinarse ante ellas ni honrarlas, pero para llegar a esto,
indefectiblemente el politeísmo debe ser erradicado por completo, de lo contrario
sería imposible cumplir este mandato y recuerden que ¡solos no podemos!

El tercer mandamiento nos prohíbe hacer uso del santísimo nombre de Jehová en
vano; pero para que esto sea consumado, igualmente se requiere haber sido
purgados del politeísmo, solamente así se podrá comprender quién es Jehová y qué
es ÉL para nosotros. El mal hábito de estar comprometiendo la palabra Dios, o aún
peor estar jurando en el nombre de Jehová, en situaciones irrelevantes o carentes de
compromiso por el debido cumplimiento, se debe acabar y una vez más, ¡Sin Cristo
nada podemos hacer! (Juan.15:5).

Llegando ya al cuarto mandamiento y siendo este el tema en cuestión, no es correcto


obviar el orden canónico en que Jehová le entregó este mandamiento a la nación de
Israel. La sagrada escritura sostiene que el cuarto mandamiento le fue enseñado a la
nación aún antes de que ellos llegaran al monte Sinaí, que fue donde se les entregó
la ley escrita. La respuesta al ¿Por qué? se hace obvia al comprender la explicación
de los tres mandamientos anteriores a este, es porque todos enfatizan en la abolición
de la práctica del politeísmo y este cuarto mandamiento no es la excepción. Una vez
la nación de Israel había cruzado por el mar rojo, pudieron ver con sus propios ojos
el exuberante despliegue de poder por parte de Jehová nuestro Dios, azotando con
el derramamiento de las diez plagas a cada una de las deidades paganas y todo lo
que era objeto de culto en este imperio, (Éxodo.9:14), demostrando contundentemente
que Jehová es el único Dios verdadero y que fuera de ÉL no hay dios (Deuteronomio.
4:35,39).

Objetivamente hablando, se suponía que este flagelo contra todos los dioses egipcios
por parte de Jehová, había purgado a la nación de Israel de la práctica del politeísmo,
pero al recordar que todos ellos pidieron que se les hiciera una figura para adorarla,
cuando Moisés subió al monte santo para recibir la ley escrita, nos damos cuenta que
no fue así (Éxodo. 32:7,8).

El porqué del cuarto mandamiento, descrito en éxodo 20:11 , enfatiza que Jehová es
el creador de todo lo que existe, los cielos, la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay.
Podemos denotar que el cuarto mandamiento está ligado indivisiblemente a la
erradicación del politeísmo, ya que uno solo es el Dios verdadero (Jehová) y uno
solo es el creador de todo cuanto existe en el universo (Jehová), los demás dioses son
hechura de manos de hombres, imágenes inertes, no oyen, no ven, no entienden, etc.
(Salmos.115:4-8).

La observancia del cuarto mandamiento es un llamado a regresar a los pies de


nuestro creador, un llamado a exterminar el politeísmo con la práctica del
monoteísmo.

En lo tocante al proceso de regeneración de los escogidos por Dios, se debe entender


que el tiempo decretado por Jehová para dicho propósito es de una semana
profética, es decir siete milenios, que abarcan toda la historia de la humanidad, hasta
que nuestro salvador Jesucristo venga por su iglesia.

Este es el eterno propósito de


Dios para con su iglesia y el
tiempo decretado para la
regeneración de sus
escogidos.

Esta semana compuesta por


seis séptimos días, prefigura
un solo día, es decir,
regenerativamente
hablando, viene a ser el día
de preparación, todo el
tiempo que determine
Jehová para llevar a cabo el
proceso completo con cada
persona, tanto en el área objetiva, como en la subjetiva. El cumplimiento secuencial
del séptimo día semanal, mensual o anual, siempre debe terminar en el reposo de la
lucha de cada persona por condenar al pecado en la carne, o sea, en la redención de
la voluntad que es hecha por Jehová en cada una de las personas que son halladas en
una continua batalla por negarse a sí mismos y anhelan de todo corazón ser
redimidos de la esclavitud del pecado. De esta manera, estas almas son constituidas
por Jehová en personas hechas a imagen y semejanza de Dios y son las únicas con
características idóneas para entrar en el reposo del Señor (Mateo.11:28), que no es lo
mismo que reposar en el séptimo día constituido por una tarde y una mañana.
Reposar en el séptimo día es objetividad; y entrar en el reposo del Señor, es decir, el
reposo que no está constituido de una tarde y una mañana por cuanto es sin principio
ni fin, es subjetividad.

Si todos los escogidos por Jehová desde el principio del proceso se esfuerzan por
comprender la magnitud del impacto regenerador de este tema, podrán gustar con
sus oídos y comprender con sus mentes estas benditas palabras.

Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. Por
tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. (Heb.4:8,9).
Obsérvese bien cómo la palabra reposo es asociada a la luz del día ¡no a la noche!
Nuestro redentor Jesucristo en ejercicio de su vida ministerial aquí en la tierra
manifestó lo siguiente:

… Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá
la luz de la vida. (Juan 8:12). Y continúa diciendo, Entre tanto que estoy en el mundo,
luz soy del mundo. (Juan 9:5).

Este fue el reposo que por desgracia para aquel pueblo del pasado no pudieron
disfrutar, como está escrito: Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En
descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.
Y no quisisteis, (Isaías 30:15). Por tanto, juré en mi furor Que no entrarían en mi
reposo. (Salmos. 95:11). ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a
aquellos que desobedecieron? (Heb.3:18).

OBSERVANDO, REFLEXIONANDO Y DETERMINANDO

Cumplimos el cuarto mandamiento según el requerimiento de la ley, por cuanto es


nuestro ayo, que ha de llevarnos a nuestro reposo absoluto que es en Jesús el Cristo.
PARA TENER EN CUENTA

Dado el arduo esfuerzo por parte de muchos críticos y opositores del verdadero día
de reposo, es decir, el séptimo día, divinamente establecido por Jehová nuestro Dios
para toda la humanidad ¡no solo para los judíos, como sostienen algunos
inescrupulosos y mal llamados maestros! Anexamos a este tema un corto aporte
sobre una de las muchas estrategias utilizadas para confundir a las personas con
respecto a cuál es el verdadero día de reposo teocráticamente establecido para la
humanidad.

La estrategia de confundir al oyente es la más utilizada, veamos:

Al hacer mal uso de las palabras (Día de reposo), (Día del Señor) y (día de Jehová)
dando a entender que tienen el mismo significado, genera en el individuo una
confusión, con lo cual los lobos disfrazados de ovejas pueden estar arrebatando un
alma de la verdadera iglesia de Jesucristo y llevándosela a las mazmorras del diablo,
que son las iglesias hijas de la gran ramera.

PRESTE ATENCIÓN

Cuando las sagradas escrituras nos hablan del día de reposo, se denota que es una
frase que aparece aproximadamente 98 veces en la biblia RVR 1602 , (en esta versión,
aún se mantenía la palabra original sábado en vez de día de reposo, como sucede en
las otras versiones protestantes),107 veces en la biblia RVR 1960 , (en esta versión, se
habla de (reposo *) y en las referencias a pie de página se encuentra el equivalente
al asterisco que acompaña la palabra reposo, * = sábado). Y Con respecto a las
versiones católicas, referenciamos la más relevante como es la versión Biblia de
Jerusalén Revisión de 1976, donde se mantiene la traducción de la palabra original
(sábado) la cual aparece aproximadamente 116 veces. En ninguna de las fuentes de
referencia mencionadas, ni en ninguna otra versión de la biblia, aparece esta palabra
(hebreo -Shabbâth. Griego – Sábbaton. Inglés - Saturday o en español sábado)
asociada a lo que significa (el día del Señor) por lo cual ¡no se deben confundir!

El día de reposo o sábado, aparece en las sagradas escrituras en contextos que nos
recuerdan que Jehová es el creador de todo cuanto existe, lo visible e invisible, como
por ejemplo en (Éxo. 20:11), así como también encontramos la misma palabra reposo,
asociada al hecho de recordar que Jehová nos ha hecho libres de la esclavitud (Deut
5:15), el día de reposo ratifica la libertad de la iglesia de Jesucristo y se hace el llamado
a no ser injustos con aquellos a quienes Jehová aún no les revela su santo sábado;
¡bienaventurado! Llama Jehová a quien guarda el día de reposo y se deleita en el
(Isaías 56:2).
Por otro lado, no existe ni un solo versículo en las sagradas escrituras que sostenga
que el día de reposo haya sido hecho para los judíos, esto por todos aquellos que
erróneamente sostienen esta hipótesis; más lo que sí es ratificado en repetidas
ocasiones es que el día de reposo fue hecho para toda la humanidad (Marcos.2:27), es
un mandamiento universal y eterno.

En lo que respecta a la palabra día del Señor que aparece solamente 8 veces y todas
ellas en el segundo testamento en los versículos que referenciamos a continuación:
(Hch 2:20 – 1Co 5:5 – 2Co 1:14 – 1Ts 5:2 – 2Ts 2:2 – 2Pe 3:10 – Apo 1:10). Al realizarles su
respectivo análisis encontramos que no tienen absolutamente nada que ver con lo
que es el santo y bendito día de reposo (sábado).

Con relación a la palabra día de Jehová, esta se encuentra 17 veces en el primer


testamento y las referencias son las siguientes: (Isa 2:12 – Isa 13:6 – Isa 13:9 – Eze 13:5 – Eze
30:3 – Joe 1:15 – Joe 2:1 – Joe 2:11 – Joe 3:14 – Amó 5:18 – Amó 5:20 – Abd 1:15 – Sof 1:7 – Sof 1:14 –
Zac 14:1 – Mal 4:1 – Mal 4:5).
De igual manera que en el caso anterior con la palabra (día
del Señor) cada uno de estos versículos en los que se encuentra la palabra (día de
Jehová) se asocian más a aspectos escatológicos, a los juicios de Dios y no al día de
reposo santo y bendito, el séptimo de la semana.

EL SÁBADO FUE INSTITUIDO DESDE EL PRINCIPIO PARA TODA LA


HUMANIDAD Y ES DE OBLIGACIÓN PERPETUA.

Esto se puede inferir por la naturaleza y designio de la institución del día de reposo.
Es un principio generalmente reconocido que aquellos mandamientos dirigidos a
los judíos literalmente hablando, y basados en sus peculiares circunstancias y
relaciones, se desvanecieron cuando nuestro señor Jesucristo vino en carne y sangre
a esta tierra; pero los basados en la inmutable naturaleza de Dios, o en las relaciones
permanentes de los hombres, son de obligación permanente.

Hay muchos mandamientos que obligan a los hombres como hombres; a los padres
como padres; a los hijos como hijos; y a los vecinos como vecinos. Es perfectamente
evidente que el cuarto mandamiento pertenece a esta última clase, es decir, a los
mandamientos basados en la inmutable naturaleza de Dios. Es
importante que todos los hombres sepan que Dios creó el mundo, y por ello que Él
es un ser infinito en todas sus perfecciones.

Es de incalculable importancia que los hombres tengan tiempo y oportunidad para


la instrucción doctrinal y el culto religioso. Se debe tener presente que a causa de la
maldición primigenia (Gén.3:19) es necesario que todos los hombres y animales
serviles tengan tiempo para reposar y recobrar sus agotadas fuerzas que no son
renovables con el solo descanso vespertino, estos espacios de descanso para el
hombre son insuficientes por cuanto reposa el cuerpo ¿pero el espíritu? El espíritu,
necesita indubitablemente de la santísima presencia de Dios para reposar en ÉL. El
reposo nocturno diario no es suficiente para ello, como nos aseguran los fisiólogos,
evidentemente el parecer de Dios es que todos los hombres reposen en el único día
que tiene las características especiales (santo y bendito) para proveer al hombre su
total reposo, que es en Jesucristo.

GLOSARIO

1. Alienable: Es un adjetivo se refiere a lo que se puede enajenar,


trasladar, traspasar y ceder a alguien el dominio de algo o referir los
derechos sobre él.

2. Ayo: Sustantivo masculino y femenino. Este vocablo se refiere a una


persona que tiene su función de custodiar, cuidar, vigilar y de velar a
los niños, así de su crianza y de educación que se aplica en las casas
principales.
3. Bienaventuranza: su significado está relacionado a “bienestar”

4. Conmutación: conmutarse en intercambiar de una cosa a otra o de


sustituir la infracción o falta que se impone por una grave o de
reemplazar trabajos que se compensa de manera leve. (en retórica)
figura que consiste en la alteración o de cambios en las palabras.

5. Convicción: Seguridad que tiene una persona de la verdad o certeza


de lo que piensa o siente.

6. Decreto: Este vocablo se refiere a una determinación de una autoridad,


tribunal, gobernante o de un juez sobre un negocio o materia que
puede tener competencia.

7. Estatutos: son normas jurídicas que imponen reglas de conducta


(estatuyen, ordenan, establecen) en determinados ámbitos territoriales
o en relación a actividades específicas.

8. Escatología: (de escato-, último + -logía)


f. teol. Parte de la teología que estudia las últimas cosas, es decir, el
destino final del hombre y del universo.

9. Etiología: Deriva del griego “aitiologia” que quiere decir “dar


una razón para”; se conoce como Etiología a la ciencia encargada del
estudio y análisis de las causas o procedencias de las cosas.

10. Fase: Estado, diferenciado de otro, por el que pasa una cosa o una
persona que cambia o se desarrolla.

11. Flagelo: Calamidad, adversidad, catástrofe, desdicha o estrago y


desgracia.
12. Furor: Este término se define a una furia, cólera, enojo, ira o rabia de
manera exaltada o radical.

13. Injerencia: La definición de esta palabra es la acción y la consecuencia


de injerirse. Definiendo a injerir como introducir una cosa
14. Ilustrativo: Esta palabra se refiere lo que ilustra, aclara, manifiesta o
expone algo para un difícil entendimiento con ejemplos, que enseña,
instruye, forma o educa a una persona y que estampa o graba algún
libro o texto.

15. Irrefutable: Que no se puede rebatir (rechazar la validez) mediante


argumentos y razones

16. Leyes: (heb. tôrâh, "dirección", "instrucción" [ley]"; dâth, "ley",


"reglamento"; gr. nómos, "regla", "principio", "ley": entole,
"mandamiento", "orden"). En la Biblia, un conjunto de principios o
normas de conducta.

17. Mandamientos: Precepto u orden de un superior a un inferior.

18. Monoteísmo: El monoteísmo es la creencia de que existe un solo dios.

19. Paradójica: que contiene o encierra una paradoja (del latín paradoxus
(que, a su vez, tiene su origen en la lengua griega), es una figura
retórica que consiste en la utilización de expresiones que en vuelven
una contradicción).

20. Peregrinación: El término peregrino se refiere en su significado más


clásico al viajero por devoción o por voto.

21. Regeneración: gr. palinguenesía, "renacimiento", "regeneracióni").


Expresión usada: Para el nuevo nacimiento que acompaña a la
conversión.

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