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COLECCióN POSICióN Saúl Karsz - Jean Pouillon - Alain Badiou
Dirigida por SAÚL KA.Rsz Emilio de Ipola .,.... J acques Ranciere

SERIE LECTURA

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LECTURA DE .ALTHUSSER
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SUMARIO

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Saúl Karsz
Lectura de Althusser

§ O. ¿Por qué Althusser? 13


1
f, § l. Conceptos previos ...................... . 29
1.1. Práctica social y práctica te6rica ( 35). 1.2. Le-
::.j tra y Discurso (47). 1.3. Problemática y Problema
;::.¡ (58). 1.4. Ruptura epistemológica ( 71). Esquema
.::1 i1
1 1 (80).
¡
·1
J § 2. Prácticas diferenciadas .......... ·....... . 83
2.1. Práctica ideológica ( 93). 2.2. Práctica científica
>:::-:1 ( 104). 2.3. Práctica filosófica (120). Esquema 11 (133).
1 § 3. Textos de Marx y Discurso marxista ..... . 135
1
3.1. La relación MarxfHegel- HegelfMarx (143). 3.2.
<i El humanismo marxista ( 172). 3.3. La fundación cien-
:; 1· tífica: el materialismo histórico ( MH) ( 188). 3.4. La
1
revolución teórica: el materialismo dialéctico ( MD)

'l
Volumen a cargo de SAÚL KARSZ (206).

Edición al cuidado de CARLOS LAFUENTE
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:-1 § 4. Sobre Teoría y Práctica 221
·.: Diseño Tapa: Centro
j Primera ,edición: 1970
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IMPRESO EN LA .ARGENTINA.
© 1970. EDITORIAL GALERNA Sociedad de Responsabi-
lidad Limitada. Tucumán 1427, Buenos Aires. Derechos
reservados para tt>dos los países. Prohibida la reproduc-
j Jean Pouillon
ción parcial o total sin la autorización de la Editorial. Del lado de Marx 231
1

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Alain Badiou eonvenciones bibliográficas :-:-
1•

El (re )comienzo del materialismo dialéctico 247 j t>


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1•
1·.

1 A fin de facilitar la lectura y uniformár las referenci: ! ~:


bibliográficas, se ha adoptado un conjunto de abrevi ,:·:...
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turas. ¡:.
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·¡ ::-·
Emilio de 1pola a) Textos de Louis Althusser y, de su equipo.
1
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Lectura y Política (a propósito de Althusse1·) .... 289 -Los trabajos ,de L. Althusser están representad, ~ :-:
La intervención llamada Lectura ( 291). La herméu- por una o dos letras y el número de página corre
tica en acción: "lecturas" de Althusser ( 297). Lectura pondiente. Ej.: «Louis Althusser, Pour Marx, pá~
¡:.
:·.
de . la política ( 305). na 25" aparece como: (PM,25). O sea que se sobr l:

entiende el autor, Althusser. ~:.

- Los trabajos del equipo que colaboró en Lire


Capiira1l se indican anteponiendo el n;ombre del aut1 rt
~- :-'

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a la citación bibliográfica. Ej.: ( Ranciere,LI,99).
Jacques Rancii~re
,...
1•
1'
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1•

Sobre la teoría de la ideología (La política de b) Textos sobre Louis Alithusser y! o su equipo. !'-

-Se indica el nombre del autor del artículo y el n ¡~


AlJthusser) ................................. . 319 ¡~
mero de página. Ej.: (Lefebvre,43).
- Si ese nombre está precedido o seguido por
signo §, significa que el artfculo figura en el pr
sente volumen. K
1 ' •

Apéndice . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 359
..

La lista completa de abreviaturas, textos y autores cit


dos figura en el Apéndice, al final del presente volume
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a Tomás Abraham y RaphaiH Pividal §O. ¿Por qué Althusser?


~

Este trabajo intenta ser una introducción a· los artícu-


los que componen el presen:e volumen. No es precisa-
mente una "exposición" de las tesis de Louis Althusser:
por razones de principio, un pensamiento no puede ser
expuesto por otro. Para conocer Althussér, hay que leer-
lo. Ni hay otro camino, ni nuestro trabajo puede obviarlo.
Pero puede guiar y en cierto modo facilitar el camino.
Este es nuestro objetivo. Presentamos entonces, en cua-
tro capítulos, algunas de sus tesis: tomando como .punto
de partida los textos publicados por Althusser, desarro-
llamos sus implicaciones, mostramos qué incluye tal o
cual noción, qué piensa mediante uno u otro concepto.
Esperamos no darles más coherencia de la que tienen,
pero tampoco proyectarles nuestras propias oscuridades
e incoherencias. Sobre todo, esperamos no minimizar
J sus contribuciones positivas. En una palabra, nuestra
lectura se instala en los textos de Althusser para des-
arrollar y ampliar su discurso: quisiéramos señalar hasta
dónde se puede llegar con ellos, cuál es su apertura
máxima.
Una tentativa de esta naturaleza no está exenta de
tensiones internas, y tal vez de c:ontradicciones. Los dos
J primeros capítulos, en efecto, tratan los conceptos de
práctica social, prác!.ica ideológica, científica y filosó-
fica. Más allá de ciertas explicitaciones que creemos
útiles y valederas, no hay distancia apreciable respecto
de Althusser: en el conjunto de nuestro trabajo, éstos
son los capítulos menos "creadores" o innovadores·. En.
el tercer capítulo se advierte una de las tensiones inter-
nas de la lectura: estudiamos la relación Hegel/Marx
Y el humanismo socialista a partir de ciertos elementos
recogidos en Althusser, pero nuestros análisis no repro-
14 SAOL KARSZ LECTURA DE¡ ALTHUSSER 15

ducen los suyos. En el caso del humanismo socialista, y política (o al menos ideológica) inédita. Que el espa-
sobre todo, pasamos por Althusser para dotarnos de algu-
nos conceptos y nociones, pero de ninguna manera nues-
tro texto puede considerarse como exposición o aún
' cio althusseriano implicaría incluso una denegación de
la actual ·coyuntura. Buscar esas coordenadas en el
pasado significa remitirse a las discusiones sobre lo "real",
aclaración/ explicitación de las tesis de Althusser sobre lo "concreto" y la "praxis", sobre si la filosofía es ideo- 1-;.
el mismo tema 1 • ·
logía o si no lo es, sobre si el materialismo histórico es
un historicismo absoluto, si se confunde con el materia-
lismo dialéctico, etc. Discusiones. plagadas de truísmos [· ~ '.
¿Por qué Althusser entonces? ¿Qué sentido tiene con- y recurrencias en las que por largos años pareció con- !:.
('

tribuir a que se conozcan e investiguen tesis que sabe- densarse y agotarse el esfuerzo teórico del marxismo: ¡:;

mos deben revisarse y re-examinarse, no sólo en sus con- discusiones que permitieron mantenerse al margen de (::
ten~dos específicos, sino también en sus fundamentos las luchas ideológieas nadonales y de la investigación f.:
,.,e•:· .
teóricos y en sus pretensiones políticas? científica consecuente. ··:
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"[ ... J La empresa cuestionadora de Althusser -escTi- Las intervenciones de Althusser pueden pensarse como (:
:"'
~· ' :
be § Badiou- está en situación de ruptura. En no pocos tomas de posición respecto de Sartre y de Lévi-Strauss,
aspectos, la gobierna aún un resentimiento teórico que ~ ;:
por un lado, y de los italianos Gramsci, della Volpe, Co- :·;.
por momentos oculta su dependencia respecto· a la tra- letti, por el otro ( Poulantzas, 1960ss.) Althusser in- ~- :::
~·<·:
dición filosófica, por no decir ideológica." La impar- tenta aportar una demarcación clara y neta en el ámbito ::·'·
tanda de Althusser . reside en la dimensión crítica de esas discusiones.
¡- •.

:- ~ ·,
operada por sus intervenciones y en el modo como éstas Luego, sus interlocutores inmediatos y directos, ex-plí- .,-;
se arUculan ~on una coyuntura teórica y política precisa. citos, son el historicismo, el humanismo, las diferentes
Resentimiento teórico, función política que no corres- formas de idealismo y espiritualismo, la filosofía de la ',·

ponde a la que Althusser parece suponer. Conviene que praxis, el vínculo Marx/Hegel como inversión, la lla-
í .::
estas ideas sean aclaradas, por lo menos en parte. mada teoría materialista del •conocimiento, etc. 1 :.·

El resentimiento teórico indica que la problemática Si hay resentimiento teórico, que no sólo incide en la 1.:·.:
en la que Althusser se mueve no es extranjera a ciertos obra de Alrhusser sino que sobre todo la define estruc-
supuestos fundamentales de la filosofía, sobre todo en turalmente, esta negatividad tiene una importancia deci- . ·:
·:;
su. relación con las ciencias y la política. Indica que esos siva. Los efectos de las posturas arriba mencionadas
textos constituyen un magnífico esfuerzo por plantear y ( historicismo, etc.) no se agotan en Sartre o en Lefebvre,
resolver problemas ajenos a dicha problemática, por si- ni se reducen a la sola coyuntura francesa: son localiza-
tuarse. ·en otro escenru.io: allí donde las preguntas y res- bies en otros autores y en otras coyunturas, donde fun-
puestas· filosóficas ya no tengan razón de existir. cionan de un modo relativamente semejante. Las inter-
¡~
· Pero también .indica que las coordenadas efectivas del venciones de Althusser son para nosotros valiosas: nos
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espacio · altlmsseriano se encuentran en el pasado más arman para enfrentarr las diversas versiones de aquellas
r·.
bien que en el pTesente; más aún, que la impmtancia posturas, nos permiten una primera toma de conciencía '•
1. '
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de Althusser reside en lo que permite criticar, antes que de sus supuestos y callejones sin salida. 1.·:·
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en la, instauración unívoca de una problemática teórica Este punto acarrea dos consecuencias. La primera:
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16 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 17

las críticas que se pueden dirigir a Althusser, a nivel diría Louis Althusser, este tipo de crítica instaura una
... teórico e ideológico-teórico, serían de dos tipos, que cla- ruptura epistemológica que es también una ruptura po-
sificamos en "pre" y "post-althusserianas". El primer lítica. ·
tipo corresponde a alguna variante de historicismo, hu- Podemos deducir entonces la: segunda consecuencia
1
manismo, etc.: piensan desde y en una problemática 1 de la toma de conciencia. Justamente: toma de concien~
que Althusser intenta dejar atrás y de la que. en todo cía, instrumento para_- modificar nuestra acción frente a
IIJ
caso nos señala la debilidad e inconsistencia. En prin- las variantes humanistas, historicistas, etc., representa-
cipio, toda reivindicación de lo "concreto" y lo "real", ción de su universo de discurso y de sus efectos políticos,
de la "praxis" y la "acción purificadora", del "Proleta- instrumento para recusar las pretension.es Científicas de
riado Agente de la Historia", opuestos a las tesis de Al- buena parte de las llamadas ciencias sociales. Toma de
thusser, nos hacen retroceder más acá de la subversión conciencia, pero no conocimiento de las mismas. De
que ellas persiguen. Por el contrario, llamaríamos "post- donde podemos nombrar ·el interlocutor implícito de
althusserianas" a las que toman en cuenta: el esfuerzo de Althusser; o, mejor dicho; el contexto implícito de sus
Althusser por dejar atrás esas problemáticas, crític::ts trabajos: la crisis del movimien~o obreTo internacional,
que de alguna manera se encuentran ya en otra proble- el revisionismo auto-titulado socialista, la revolución cul-
mática. Íl tural china y, sobre todo, el hecho de que las actuales

'~
~ frnmas revolucionarias de la lucha de clases ya no se
En otros términos, Althusser puede ser analizado y '~
!
criticado: sea desde ese campo difícilmente acotable que identifican con los partidos comunistas• pro-soviéticos.
se denomina "ciencias humanas" (R. Aron), cuyas debi- \1 La toma de conciencia para. la que los trabajos de
lidades teóricas sólo se comprenden por sus sólidos inte- 1
; Althusser pueden ser empleados no alcanza . para cues-
•,.,
:;.1 reses ideológicos; sea desde alguna variante -francesa .
1
tionar de raíz ni much¡o menos para plantear otra estra-
':·;
o no- del marxismo vulgar (como escribe Badiou para in- tegia teórica y política·. No alcanzan para pensar las
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cluir por ej. a Sartre, Goldmann o Lefebvre); sea, en diversas fOirmas revestidas por el revisionismo ni, poi
::-·i
:¡ fin, desde una posición como la de Ranciere o Badiou 2 • tanto, para comprender e intervenir eficazmente en otras
::¡ Esta última posibilidad es un ejemplo de lo que clasifi- formas socialistas de la lucha de clases. El citado artícu-
.. ¡
::::, lo de J. Ranciere esclarece este proble:rll.a-.
: ..¡
camos como "crítica post-althusseriana", la única que
en nuestra opinión sea: eficaz y pertinente. De ahí la importancia de Althusser; de ahí, además,
··¡ Sin duda, esto no significa que se h·ate de continuar ~g
su limitación fundamental. Rechazarlo en bloque sin
.:¡ 1~ conocer~'O, nos; condena a dar vueltas en 1redondo, a re-
:;j la línea althusseriana, ·corrigiendo ciertos detalles suple-
mentarios: el artícu~o de J. Ranciere incluido en este
·'•'\ inventar la pólvora ge lo ..concreto" y de lo ""real", de
·\¡'·,, las palabras que ofician de conceptos y de los conceptos
:;:1 volumen es tanto una crítica global a Althusser cuanto \\,
·'
., que ofician de militancia. Publicando esta lectura de
una auto-crítica del autor ( cf. por ej. su nota 3). Una ~

~ Althusser no invitamos a un hipotético "althusserianis-


crítica "post-althusseriana" no implica conservar la "or- )J mo", sino a un esfuerzo ·de reflexión y de aomprensión
todoxia", sino recomponer el edificio entero. Pero im- ; -~
con vistas a otra manera de considerar e incidilf en nues-
plica, también, que n.o se toma partido entre las proble- tra propia coyuntura política, ideloógica y teórica.
máticas dtadas y la problemática althusseriana.: se con-
sidera que no son éstos los términos de la opción. Como o. ""'

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18 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 19
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U nas pocas palabras sobi:e nuestra lectura. Como espacio marxista, la posición precisa donde esos discur- '.
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'
dijimos al comienzo, no es tanto una exposición de Al- sos se enuncian y constitu~en.
thusser cuanto más bien un intent]o por acla!Tar algunas
tesis y enunciados, dentro de los límites fijados püir sus
1
1
Se llamará materialismo . histórico ( MH) y . materia-
¡;.
;:·
1
lismo dialéctico ( MD), respectivamente, a sus aspectos
textos. Prácticamente no se encontrarán críticas a Al- científico y filosófico. Dicha lectura indicará, sobre
thusser, sino delimitaciones críticas inspiradas en Althus- todo, algunas canicterísticas del espacio en cuestión,
ser y referidas a los análisis que llamamos ccpre-althus- acentuando su novedad radical. La hipótesis . central es ~ .-::
serianos". Aprovechando las facilidades de una intro- que hay una revolución teórica en Marx y a partir da
ducción, preferimos acentua;r el contenido propiamente Marx, una mutación no sólo en el modo de tratar los
dicho de las teorías de Althusser, sus diferencias respec- problemas (científicos, ideológicos, filosóficos, políticos)
to de ciertas problemáticas ante.r_!ores, la especificidad sino también en la posibilidad misma de que ésos sea~ .
que esas teorías entienden apodar. Los artículos que los problemas a discutir. Cambian la manera de consi-
completan este volumen suministrarán al lector alguno.i derar los problemas y los problemas a considerar: muta-
i
1
elementos críticos, pre o post-althusserianos. El sentido ción del espacio teórico en su conjunto. r
de un volumen colectivo consiste justamente en que cada r La empresa althusseriana se afirmw como investiga-
trabajo incluido se especialice en tal o cual aspecto y ción epistemológica cuyo objeto de estudio es la revo-
que el conjunto ofrezca líneas de investigación a conti- lución teórica de Marx: su diferencia específica y f'xclu-
:tmar o imágenes globales a retener. Otro volumen de siva. Su proyecto es mostrar en qué consiste esa revo-
esta colección podría consagrarse a una revisión crítica lución.
y analítica de conjunto.
Este primer punto es fundamental. En gran parte, la
trad¡.ción marxista se ha limitado a repetir más o menos
<(!- <(!- eficazmente los postulados mayores asentados por sus
fundadores. Pocas obras han aportado nuevos conoci-
mientos. Sus investigaciones -en his!tmia, psicología,
;:·
etc.- suelen estar atravesadas por una doble exigencia
A continuación, intentaremos fijar las grandes líneas i_;'
contradictoria: por un lado, proclamación de fidelidad !::'
que definen la empresa de Althusser, de modo que el '·
programática a los principios reputados marxistas; por :-::
lector pueda orientarse en los análisis contenidos en los
cuatro capítulos siguientes. Tomaremos en cuenta, casi el otro, investigación empírica y empkista·, más o me- '-:;

exclusivamente, lo que denominamos «interlocutor ex- nos teñida de mecapicismo, en la que dichos principios
plícito, de Althusser y críticas "pre-althusserianas". no son piezas imprescindibles. El marxismo aparece
como un manifiesto de intenciones, pero para llevarlo ! .':
! :

Althusser ]ee Marx en filósofo, planteándole pregun- a la práctica en tal o cual dominio se acude a los lugares i
tas y problemas filosóficos ( LII,l2). Su empresa se pre- ,, comunes de la tradición no-marxista (empirismo, mate- 1·
senta, en primer téJ:mino, oomo epistemológica: la lec- rialismo vulgar, humanismo, historicismo, economicismo).
tura de la Introducción a la Crítica de ldJ E1conomía Po- O bien, en el caso de la filosofía: teoría especulativa
lítioa y El Capital intenta señalar las coordenadas de] del reflejo, moralismo, dogmatismo de parroquia, saber 1:::·
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20 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 21

absoluto, humanismo mechad,o de invocaciones a lo "con- Los trabajos de Althusser quisieran abrir el camino
creto" y al "ProletariadO-agente-de-la-Historia·". - para un encuentro decisiv~: el de las ciencias sociales
El marcado carácter escolar de los textos marxistas desarrolladas fuera del m~xismo y la reflexión cienti-
contrasta fuertemente con las inauditas posibilidades teó- 1 1 fica del marxismo. La eventualidad de dicho encuentro
ricas que evocan. Ante ese espectáculo, se puede dudar 1
constituiría uno de sus aportes fundamentales. Así, su
que una doctrina reducida a unos pocos enunciados i tentativa por delimitar y ampliar el campo del MH, por
1
genéricos sirva para concebir la más grande de las trans- 1 indicar las características del MD, por definir una epis-
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formaciones sociales. A menos que se halle un común i temología que no sea duplicado textual de las ciencias,
denominador y una estrecha complicidad entre esa teo- son otros tantos efectos, en el 1'Yilbrxísmo, de ese encuentro.
1
ría, la 'VOcación stalinista de los partidos comunistas y
las diversas formas de revis~onismo político e- ideoló-
1 Se podría pensar que con Althusser se ha desencade-
gico ... nado uJ.j-iriecanismo que ya no se detendrá: 'la teoría
J marxista sometida al rigor de la prueba, de la definición,
Althusser se plantea como objetivo el desarrollo de la ! de la demostración y de la coherencia; la teoría marxista
teoría marxista. No se pretende una c•.interpretación" de
convertida en repertorio científico indispensable en el
Marx, en el sentido de que no quiere descubrir qué quiso ':)
1
domin~o de las llamadas ciencias sociales.
decir "en el fondo". Se afirma como Ja, lectura de un 1

fundador. Fundador: aquel que plantó los jalones y De ahí la insistencia de Althusser en diferenciar "dis-
definió magistralmente las líneas a seguir. Pero aquel curso científico" y "disourso ideológico" en el campo de
que debe ser continuado, completado, corregido. esas ciencias. Es la diferencia entre lo que podemos lla-
mar «efecto-de-conocimiento" y ccefecto-de-tautología''
Es una lectura que no intenta delimitar las coordena-
(conocimiento/ representación). Este segundo efecto pa-
das marxistas más que para sugerir su continuación,
reciera habitual en las ciencias sociales. Sea como cien-
hoy-aquí-ahora. Ni s.iquiera es un ccbuen comentario":
:::·· cias sociales "vo.lgares" (encuestas de mercado, po¡r ej.)
::··¡ es un (,re) comienzo, como escribe Badiou ( § ) . Se re.
: o ciencias ·sociales "dentíf"ícas" (sociología, por ej.), no
fiere menos a Karl Marx cuanto a la teoría marxista ( §
nos dan el conocimiento de su :objeto sino que enuncian,
Pouillon), como la física remite a una ciencia y no a
en una terminología más o menos abstracta y tecnificada,
uno o varios científicos (Galileo, Newton, Einstein).
i sea las vivencias y representaciones con las que los suje-
No es el hijo pródigo que retorna al padre Marx; es un 1
r tos estudiados se explican la situación, ·sea la articulación
esfuerzo por pensar qué discurso teórico se definió en
de esas vivencias en el sistema de la ideología dominante.
:~· { Marx y en qué campos y con qué instrumentos se puede
hoy trabajar en él.
r No hay conocimiento -de mecanismos, puesta al descu-
.<·l 1 bierto de estructuras, construcción del sistema de sus· re-
En fin, se presenta como la posibilidad de pasar del laciones, sino repetición de lo percibido y lo sentido.
estadio declarativo al estadio de la realización efectiva,
j
Como 53i enunciaran ccen verso" lo que está dicho "en
de la ciencia que se enuncia a la; ciencia que se hace, j prosa". Y de esa manera l1acen pasar por conocimientO
de una filosofía reivindicada como nueva a la novedad l
de una situación lo que en verdad constituye la represen-
actuante de esa filosofía. 'f tación ideológica de la misma. En este ·sentido, buena
parte de las ciencias sociales funciona como el "labora-
1
torio de abstracción'' de la ideología dorninante,
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22 SAOL KARSZ LECTURA DE¡ ALTHUSSER 23


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Las causas de ese funcionamiento son múltiples; no Cabe resumir las relaciones entre las ciencias sociales
es éste el luga'f para examinarlas. Señalemos, no obstan- y el MH, tal corno aparecen en Althusser, en un cuadro
te, una de ellas: las cienciaS! sociales no comienzan poi mínimo, forzosamente dogmático y sin duda incompleto: f:
construir y definir su objeto-de-conocimiento, sino que a) que el espacio teÓII:icq fundado por Marx emiba
constantemente se remiten al objeto reputado real, que sus títulos científicos y filo~óficos, su capacidad cogni- r-
estaría ahí, a la visfa, transparente. Una especie de "ho- tiva, su fuerza racional; i
rror a la metafísica" -legítimo, si se piensa ·en los engen- .,. __
1
b) que si ese espacio es definido por lo menos en· sus
grandes líneas, serán posibles investigaciones empíricas, '
dros producidos por la "filosofía de la física", "del dere- i:
cho", "de la realidad", etc.- las hace refugiarse en un "objetivas", que no sepa'fen los "principios" y su «reali-
empirismo maníaco: recogen su objeto de la experiencia zación científica"; '
y se remiten a la experit?p.-cia, para verificar su discurso. e) que el florecimiento ·de tantas disciplinas ~p. ,,~!
Desde luego, b experiencii:c· siempre o casi siempre lo campo genéri·camente llamado "ciencias sociales" podrá-
confirma, puesto que el objeto o situación reputados reales ser criticado analíticamente, a partir de ese espacio teó,
1 rico que nos permite conocer sus mecanismos y efectos
están incrustados en sistemas ideológicos, teñidos de evi- ¡
dencias, de "verdades naturales". Se podría afirmar que pertinentes;
:r d) que de ,ese espacio y de esta crítica se podría razo-
':
L_·:
entre las ideologías teóricas (o pseudo-ciencias) y la 1
ideología practicada por la clase dominante no suele nablemente esperar que el MH se constituya en la for·
·haber o:ra distancia que la de las palabras difíciles. 1
ma de la cientificidad adecuada al dominio de las "cien-
cias sociales''. El MH será entonces un ccnuevo conti-
Althusser plantea que el conocimiento está dotado de 1
¡·
nente del saber" (corno otrora la Matemática y la Físi-
un efecto subversivo respecto del discurso ideológico.
ca), y no una simple combinación de doctrinas ya exis-
¿Qué subvierte?: ante todo, las evidencias ideológicas, tentes.
los temas presentados por una ideología como problemas 1 o 'O
a discutir o dificultades a analizar, los objetos sobre los :
que ella enuncia que se debe ¡reflexionar, las certidum- 1 i
bres que propone justificar. Para que comience a habeJ La delimitación de la problemática marxista en lo que
ciencia, tiene que darse una erosión, un rechazo, una ésta tiene de inédita, permite a Althusser inteo.-venir, por
liquidación del discurso y de la problemática ideológi- un lado, en la discusión filosófica 3 • Como ejemplos:
cas: tiene que cons~ituirse un objeto-de-conocimiento -,x · análisis crítico del historicisrno, elaboración del vínculo
que, sometido a transformaciones teórico-conceptuales, nos Marx/ Hegel 4 , intento de construcción de una ceteoría de
dé el conocimiento de su objeto. Sólo habría ciencia la filosofía" y sugerencia de cuál puede ser una nneva
cuando el objeto, la situa·ción o las condiciones reputadas práctica filosófica. Por otro lado, le permite intervenir
reales han sido de alguna manea:a subvertidos, cuando en el debate científico; sobre todo, en el campo de la
"lo concreto" deja de ser una evidencia para convertirse conceptualización histórica, crítica de ciertas nociones
en una palabra o un llamado de atención, un índice a (sincronía, diacronía, tiempo empírico y tiempo histó-
descifrar. rico, etc. ) , •construcción de categorías para un análisis
científico en historia, etc. Y, en fin, le permite interven-
ciones en la lucha ideológica y política. Oomo ejempJ.os:

. 1:
~; ~ ;:·;:~ ~\ .
24 SAúL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 25

análisis crítico del humanismo socialista o marxista, aná-:- El detalle de este argumento se leerá en el artículo de
lisis de los acontecimientos franceses de mayo 1968 ( cf. Ranciere. Señalemos que para Althusser, se trata de la
Apéndice bibliográfico). <~importación de la ciencia ·en la ideología espontánea
Todas es:as intervenciones entienden poner en funcio- de rebelión contra las condiCiones de existencia"· ( cf. PT,
namiento ese espacio abierto por Marx: Althusser aplica 44). Esto es, Althusser considera que la formación teó-
en su ejercicio las· categorías, nociones y conceptos pro- rica es un elemento imprescindible para consolidar la
ducidos en su lectura. Por lo mismo, sus trabajos no j ideología revolucionaria y para dotarla del conocimiento
'" ·l--·
pueden reducirse a una epistemología, inspirada en más de aquello mismo que pretende transformar. Esto no
o en menos en Bachelard, aun cuando intente apropiarse significa que ninguna acción sea posible p que la ideo-
de ciertos resultados de la epistemología anglosajona. 1 logía revolucionaria sólo pueda constituirse una vez com-
Althusser interviene en una coyuntura teórica y· políti-ca pleta y completada la formación teóri·ca. Puesto que esa
precisa, que data esas intervenciones de-uri modo defi- 1 ideología, como toda otra, se constituye a partir de las
nido y a la que éstas aportan tma doctrina clara (lo que relaciones de producción existentes, la "importación" del
antes llamamos contexto implícito). ! conocimiento científico sería necesa1·ia para su fortale~
Tal es su segunda contribución: intervenciones que ~~ cimiento doctrinal y para la elaboración de una estrategia
ponen en relación la problemática teórica y la coyuntura ' y una táctica justas. Esto no quita que el status' acordado
.política e ideológica 5 • Este tipo de intervenciones no a lo teórico y las !J."elaciones entre lo ideológico y lo cien-
es casual, sino absolutamente necesario: sus trabajos filo- tífico planteen más de un problema ambiguo 7 •
sóficos y epistemológicos deben ·comprenderse a partir "Esta nueva práctica de la filosofía puede transformar
de dicha coyuntura. El análisis del humanismo socialista, la filosofía. Y, por añadidma, ayudar -en su medida-
por ej., es una intervención en el combate teórico e ideo- t
(
l
a la transformación del mundo. Ayudar solamente, ya
lógico-político. Su estudio de Ia relación Marx/Hegei i que no son los teóricos, científicos o filósofos, ni tampo-
no sólo distingue dos problemáticas (teóricas) sino que co son los 'hombres' quienes hacen la historia, sino las·
además muestra que lo político es la instancia decisiva 'masas', es decir las clases aliadas en una misma luoha
. '
:. ·~ presente en toda teoría y respecto de la ·cual toda teoría de clases." ( L,57). En la lectura de El Capital, cela difi-
·-;.:] tiene lugar. La delimitación general del MH 6 señalaría, cultad n9 1, absoluta y masivamente detmminante, es una
:. ~
entre otras cosas, que la lucha de clases1 es el concepto dificultad ideológica, luego, en última instancia, política".
·,.¡ de mayor inteligibilidad en el estudio científico tanto l (A,9).

·'•.'1 como en el análisis y actuación políticos. Este concepto
·::!
••'1
·1
1
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serviría pru-a comprender lo que Althusser denomina
"denegación filosófica", cara-cterística común a las diver-
r ~ ~

sas doctrinas filosóficas y de la que el MD estaría ex-


il cluido.
·Pero este mismo concepto de lucha de clases permite
incluso COn8iderar y recusa;r la empresa a\lthusseriana, en
Esta sucinta presentación general tal vez guíe y encua- .
dre los cuatro capítulos que se van a leer, y funcione
como marco de los artículos siguientes.
función del status acordado a las ideologías y a la rela- Nuestro texto se ordena en cuatro capítulos. En cierto
ción ciencia/ filosofía/ ideología ( cf. § RancU~re). modo, en los cuatro hay un tema único en distintas· m o-

¡
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26 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 27
¡:

dulaciones: la autonomía relativa de lo filosófico, lo marcar cuál es la especificidad irreductible del espacio marxista y
en qué dirección se lo puede hoy continuar.
ideológico y lo científico, por un lado (cap. 2), el esta- 4 El análisis de la relación Marx/Hegel constituye uno de los ¡_.-
dio actual del MH y del MD tal como ll"esulta de los aportes más ricos de Althusser, .un filón de primera importancia
t.".

:::
trabajos de Altihusser, por el otro (cap. 3). En es,te para futuras investigaciones sobre uno y otro aut'Or. ·
últimq se discuten, además, la relación Marx/ Hegel y el 5 Para examinar este tipo de intervenciones se deben diferen-
ciar: a) la articulación existente -según Althusser- entre dicha ,,'
humanismo soCialista. El conjunto se inicia con una lista coyuntura y su lectura de Marx: el modo como Althusser se re-
de conceptos previos (cap. 1) y se cierra con un resu- presenta esa inserción y la función que supone estar cumpliendo;
men general alrededor de un esquema que permitiría b) In articulación y la función objetivas entre ambos; que n•o ne-
plantear, a partir de Althusser, el problema de la relación cesariamente corresponde al punto a). En nuestro ti"abajo nos
entre "teoría" y "práctica'' (cap. 4). limitamos casi exclusivamente al punto a); en él suyo ( § ), Ran-
ciere trata el punto b), desde el cual el primero debiera revisarse.
Conocer Althusser nos1 parece, hoy día, imprescindible.''" 6 Demarcación general del MH, porque éste no existe como
La presentación que se acaba de leer intenta justificar teoría, ni ha desarrollado su aparato conceptual y analítico pre-
dicha necesidad. Pero leerlo no basta sise dejan de leer ciso. El esfuerzo de Althusser, Balibar, etc., en LI y LII, tiende
1 ¡.:-
a demarcar el espacio en el que dicho aparato podría construir-
'~
los originales que él mismo lee y si nosotros, en nuestra
se y los modelos conceptuales a tener en cuenta.
particular coyuntura, no nos atrevemos a producir ori- 7 Lo que aquí denominamos como "ambigüedad" en Althus-
ginales. ser, para Ranciere funciona <.'Omo epistemológicamente contradic- ¡:_
¡·
torio y políticamente unívoco ( Althusser se inscribiría como la ¡·-:-

1
articulación de un discurso metafísico y de una política revisio- :
aista}. !.>
::·:·

1
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1

1 Si fuera una exposición o aclaración/explicitación de las 1

tesis de Althusser respecto del humanismo socialista, las críticas !


desarrolladas por J. Rancü~re en su artículo contenido en el pre-

l
sente volumen serían injustificadas o incomprensibles; no es ése el
caso. ,,...
2 J.
Ranciere es uno de los colabomdores de LI (ver Apéndice ¡:···
bibliográfico). Su artículo en el presente volumen, sin embargo,
sostiene una posición totalmente distinta de la que aparece en LI.
El artículo de A. Badiou corresponde a un episodio anterior y,
también en su caso, a una aceptación de las tesis althusserianas
que no es en absoluto su posición actual.
3 El concepto de ..causalidad estructural" es ejemplo de esto
que decimos. Según Althusser, dicho concepto estaría presente
en los textos de Marx posteriores a 1845 y sobre todo en Crítica
.de la Economía Política y El Capital. Presente en sus efectos
-como instrumento de trabajo, como elemento met'odológico iné-
dito para pensar un objeto-de-conocimiento hasta entonces inexis-
tente-, pero no como concepto reflexionado. Actúa, pero no es
explicitado como tal. Althusser. se propone dicha reflexiÓP, para
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§ l. Conceptos previos
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1
Como toda empresa teórica, los; trabaJos de Louis Al-
.-t.. thusser implican un cierto orden de investigación que
no coincide con el orden de su exposición: Los temas
que se propone como problemas, los conceptos emplea-
1 dos pa~ra resolverlos, las articulaciones entre problemas
y su coordinación en doctrinas, etc., :se desanollan según
una sucesión específica·. _Esta sucesioií está enmarcada
por las urgencias de una coyuntura, pru- los recursos dis-
l ponibles, por los intereses personales'.
Una lectura de Althusser no puede transcribir ese
orden. Debe recomponer o int-entar Tecomponer el edi--
J1 ficio entero de acuerdo a sus propios fines: presentarlo
1
de ·tal modo que no sólo sea posible conocerlo y anali-
zarlo, sino también cl"iticall'lo y continua·rlo.
( Para ello, en este primer capítulo debeTemos delimitar
:::.-1 ¡ las grandes zonas de nuestra lectura. Será tarea de los
capítulos siguientes desarrollar algunos aspectos, esclare-
-¡ cer esquemas, señala~r callejones sin salida y, sobre todo,
facilitar e incitar a su crítica y continuación.

Comenzaremos entonces por un ,conjunto de conceptos


e indicaciones generales. No se trata de supuestos de los
.'•·.'
que partiría la investigación ulterior, axiomas o sobre-
entendidos. Altimsser los va produciendo en el curso
de su investigación, pero son los jalones~ fundamentales
de su exposición. Constituyen el esquema mínimo a tener
en cuenta durante nuestra lectura; por así decir, el arma-
zón fundamental de sus trabajos.
El concepto de práctica social es la pieza maestra de
ese armazón. Explícito en PM, es el horizonte siempre
presente al que finalmente remiten sus análisis, así como

:-<:
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30 SAOL KARSZ
1 LECTURA DE¡ ALTHUSSER 31
r:··.

sus silencios y sus dificultades. Diremos que en una for- será analizada y rechazada: no hay problema· de la «pra- >:
mación social («sociedad") ·se puede distinguir un con- xis" porque ésta no indica una dificultad s-ino que re-
junto finito de ptrácticas: la práctica social funciona: como suelve, a su manera ( mmal e ideológica), el problema ¡,'
su unidad. de la relación teoría/ práctica. A lo largo de nuestra lec-
El concepto de práctica que aquí se emplea es muy tura y sobre todo en el último capítulo, tendremos oca-
peculiar. No se trata de la práctica opuesta o unida a sión de tratar este tema.
la teoría, ·como se suele decir que lo concreto se opone Entre las prácticas difelfenciables en una formación
o se une a lo abstracto, o la actividad a la contemplación. social, se destaca una instancia peculiar: la: práctica teó-
No hay práctica en general, sino prácticas determinadas rica, un modo determinado de la producción social. El :,··..
y singulares: la práctica económica, la práctica política, § 1.1. estudia la práctica social y la práctica teórica en
la práctica ideológica, la práctica teórica: (científica y general. ··,-e - '··
filosófica). Cada práctica es un sistema relativamente El seg.ind~ parágrafo ( § 1.2.) elabora la diferencia
autónomo. En el caso de la práctica teórica, producir entre letra y discurrso. Esta distinción es convenitmte para
conceptos ("pensar") y/ o realizar experimentos ("verifi- hacer frente a la «ilusión de las obras completas" ( Karsz, i
car'') son, ambos, elementos internos a la misma. 234ss.), soporte de las diversas formas de dogmatismo 1

i··
teórico e ideológico. En efecto, la sucesión de episodios t:
Este planteo nos permitirá mostrar que ciertas críticas ::;-:
en la biografía de un autor ni equivale a los períodos
que se hacen a Althusser provienen de un desconoci-
teóricos de .su pensamiento, ni puede explicarlos. La vida
miento específico de su problemática. Así, se le suele
y sobre todo la muerte de un aut01r convierten sus textos
reprochar que privilegie LA teoría y LA filosofía hasta en una automática «obra completa": la posteridad ~dis­
aislarlas en una suerte de torre de m·arfil, desinteresán-
cípulos y enemigos- puede cómodamente leer (es' decir,
dose de la "acción" y de la: «praxis" a consecuencia de
"proyectar'') una serie de respuestas y pregunta-s a casi
su posición cccientificista" 1; a menos que, clasificado en
todas las cuestiones imaginables. Se mezclan los temas
el ccestructm·alismo", se le a·cuse de colaborar en la edi-
que el autor dominaba, los temas en los que hizo genial
ficación "de una nueva ideología, la última barrera que obra de innovador, sus recaídas en ámbitos ideológicos
la burguesía tooavía puede levantar contra Marx" 2 ; con- anteriores y contlfa los cuales aquella innovación se reali-
tinuador, en fin, de la «tradición positivista del pensa- !~
zara, sus anhelos adolescentes, sus intuiciones de juven-
miento francés" ( Giannotti,67). ,·

tud, sus opiniones familiares y los poemas que gustaba


El punto crucial de este tipo de críticas se sitúa en el recitar de sobremesa 3 • Naturalismo, materialismo, cien-
concepto de práctica. · Por eso nos ha parecido necesario tificismo, -dialéctica, economía política, humanismo, onto-
insistir en su justa caractea.iza:ción. El primer parágra:fo logía, antropología trascendental 4 : al ligar todo esto por
de este capítulo ( § 1.1.) investiga el concepto de práctica el hecho de que el autor así lo escribió, se termina expli-
social e indica sus principales articulaciones. Concepto cando un fragmento poli." los otros. Gracias al efecto fan-
fundamental, porque entre otros torna accesible un plan- tasmagórico de la yuxtaposición de todo con todo, se
teo no-ideológico de problemas de gran importancia, en cree disponer de paradigmas racionales y objetivos 5 • Por-
especial el de la relación teoría/ práctica. La noción de que todo vale ya que el autor lo difo, se implanta una '·.
«lucha libre" en la que las mañas más retorcidas ( o más :::
"praxis", entendida como la solución de este problema, ¡,.;

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SAOL KARSZ
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LECTURA DE ALTHUSSER 33
32
~· ...
divertidas) permiten por fin llegar al resultado previsto El conjunto de estos conceptos constituye el encuadre
de antemano: mostrar que la letra de los textos dice lo general de los trabajos de Althusser. Nuestra propia lec-
mismo que el discurso de los textos y que su rigor no debe tura hará lo posible por tenerlos constantemente en cuen-
ser producido a través de un trabajo de transformación ta. Y es a partir de los rriismos que comenzará a esbo-
:;·
epistemológica, sino que todo está ahí, transparente, en )f
zarse el cuadro inédito abierto por esos trabajos: el cua-
el papel impreso. Como ·si el rigor dejara de ser episte- dro de sus adquisiciones definitivas, de sus certidumbres,
mológico y crítico para ser empírico y editorial 6 • de sus hipótesis, pero también de sus elipsis y oscurida-
::·
Por el contrario, se trata de diferenciar letra (de Freud,
de Marx) y discwrso (freudiano, marxista ) . El problema
{ des; el cuadro, sobre todo .y ante todo, de lo mucho que
queda por hacer, que nos queda por hac;er.
ya no es la falsa disyuntiva: «veamos qué dijo Marx o ~
¡,
i
discutamos qué quiso decir", «o Ma¡:x_ o. una interpreta- .1
ción". El problema es otro, es un pr.oblerria de base: ¿qué 1
leer y cómo leer? ¿Cómo localizar lo que se trata de
,·,, leer? ¿Dónde está, cómo está ese objeto propio a la
reflexión marxista o freudiana?, ¿dónde y cómo sus difi-
1 V éanse los art. de Lefebvre y de Paris y las discusiones
cultades, triunfos y fracasos teóricos? contenidas en Dialectique ...
E1 problema es entonces definir qué es la lectura, a 2 ccJean-Paul Sartre répond" (entrevista publicada en L'Arc,
fin de entablar ya sea una :relación de conocimiento con 1966, n 9 30, pp. 88 y 94). Este comentario de Sartre es ilustrativo de
el texto leído (relación de tipo científico) o bien una una critica comúnmente hecha a Althusser, y que proponemos
clasificar entre las "pre-althusserianas". Parece ignorar o no to-
relación de representación (de tipo ideológico). Distin- mar en cuenta: primero, que el "estructuralismo" es una ideología
guiremos una lectura sintomal o científica, par un lado, producida por una cierta interpretación del método estructural
y una lectum literal o ideológica, por el otro. Tal es el aplicado en determinad'Os sectores de la lingüística y la etnología.
problema: ¿cómo hacer para que la lectura sea conoci- Método e ideología que manipula y generaliza ese método, no son
miento y no representación de lo leído? 7 • necesariamente sinónimos. Segundo, que el uso, en Althusser, de
conceptos como "estructura", "estructuración", "combinación"
Luego, aquella disyuntiva puede recuperarse así: ¿una ''articulación", así como el rechaz'O de la ideología humanista y
edición «completa y anotada" equivale a una «teoría rigu- de su "praxis", no son criterios suficientes para afirmar que su
rosa y sistemática"? método sea estructural o que según Althusser, Marx habría im.
Es aquí necesario plantear y desan-ollar otro conjunto plantado -avant la lettre- el método y/o la ideología estructura.
lista en economía política. Tercero, que los trabatos publicados
de conceptos: los de problema y problemátioOJ ( § 1.3.), de Althusser ofrecen elementos para establecer su diferencia res-
que nos permitirán diferenciar dos ejercicios excluyenteS pecto de la ideología estructuralista (diferencia de problemática)
de la lectura, la sintomal y la literal. Veremos entonces y del método estructural (diferencia crítica). Cf. por ej. LI, 86ss.;
que la lectura sintomal es la producción de ese discurso LI1,4lss., 54ss.; F y L.
En el otr'O extremo del mismo razonamient'O, Fran{;ois Whal, en
a partir de los silencios explícitos del texto. Y, para ter- sus dos trabajos incluidos en el volumen colectivo Qu'est-ce que
minar, el concepto de ruptura epistemológica ( § 1.4. ), le structuralisme? ( Paris, Seuil, 1968), analiza y en<.:omia los apor-
sanción de la: distancia entre dos problemáticas y auto- tes de Althusser a las "ciencias estructuralistas o ciencias del sig-
·:
·,¡ rización de una lectura sintomal. no", ciencias de las que sin duda habría que demostrar la exis-
tencia ...
# #
Raymond Aron, en fin, discute en D'une Sainte F amille a 1:autre

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34 SAOL KARSZ
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la lectura "pseud'O-estructUI'alista de Marx" hecha -según afir- !<


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ma- por Althusser. A cambio de esa lectura, aclimatación al gusto § l.L Práctica social y práctica teórica
parisino en voga, Marx habría sido santificado y convertido en
tema de tesis de doctorado para la nueva generación de profeso-
res de filosofía, como sucedió hace 20 años con la lectura (e{ pseu-
do?) existencialista de Sartre. También aquí, el "estructuralis- -::·
mo" es usado con tanta generosidad cuanto escaso rigor: se con- "Entenderer'nos por práctica en · general todo
funden l'Os oscuros engendros que mezclan Lacan-Marx-Freud- proceso de transformación de una materia prima '.

Marcuse-Foucault-Althusser-Chomsky-etc., con otros trabajos ana- dada determinada, transformación efectuada por
líticos y precis'Os, que intentan pensar en el rigor del concepto y un trabajo humano determinado que utiliza me- :::
en la lucidez política que le es inseparable. dios (de 'pr'Oducción') detetminados." ( PM ,166).
3 Respectivamente, M. Rubel, Biografía intelectual de K. Marx; ¡
E. Fromm, Marx y su concepto del hombre; E. Marx-Aveling, "K. f
Marx (not.a.t~~spersas)'~, en Fromm, op. cit. !,.
4 Por ~F,: ,G;,. Luckacz, Histoire et conscience de classe; _T.-P.
Todo sistema unívoco de transforrná(fiopes específicas i
Sartre, Critique de la Raison Dialectique; K. Axelos, Marx, penseur operadas sobre una materia prima, cuyo producto es típi- i.
de la technique; los análisis sociológicos de G'Oldmann; etc. Desde co del sistema, constituye una práctica.
luego, esta lista es sólo indicativa: no todos los autores están Existen tantas pa.-ácticas cuantos sistemas diferenciales ·.
en la misma línea, pero todos son ejemplo de lo que en § 1.2. lla- de b:ansformación. Ahora bien, esos sistemas no son per-
maremos "lectura literal".
5 Este efecto fantasmagóriC'O o espejismo es el modo especí- cibidos como tales en la realidad histórico-social empí-
fico de las definiciones y pseudo-definiciones de las ideol'OgÍas teó- rica; son establecidos a partir del proceso de transfor- ~; <
ricas, sobre todo filosóficas. Cf. § 2.1. y § Badiou. mación propio a una de las prácticas diferenciadas: la
6 La reciente edición francesa de los escritos económicos de
práctica teórico-científica del materialismo histórico ( J,II,
Marx por M. Ru bel ( Paris, Gallimard, La Pléiade), en la que
e] editor ordena los textos según criterios muy discutidos, prueba 156). Un comportamiento empírico implica: un conjunto
que ninguna lectura es inocente: aun un "simple" ordenamiento de intervenciones articuladas en varias prácticas: la prác-
de textos (primacía de unos sobre otros, importancia relativa de tica económica, por ej., efectuada según sus caracterís-
cada cual, cortes, rectificaciones, etc.) pone en juego una manera ticas singulares, se alfticula con la práctica ideológica que :-·,.'•.•·
de lee!' y produce un efecto político precis•o. (Ver: G. Badia, "K.
Marx, présenté par M. Rubel" en La Pensée, nQ 113; J.-F. Lyo- la explica, justifica y en cierto modo oondiciona, con la
tard, "Un Marx non marxiste" en Le Monde, .'30-31 mars 1969). práctica política que la integm en su movimiento, etc. ',·,

Sobre lectura y política: § Ipola, § Ranciere.


1 Permítase esta extrapolación relativa: Jcómo hacer para qu0
Se es:bozan así los dos temas o, mejor diaho, los dos
el texto del paciente sea conocido sin plegarse a él, identificarse aspectos de un mismo tema: po;r un lado, las caracte-·
con él, y por tanto desc'Onocerlo? ·J'-
rísticas del concepto de práctica y la especificidad irre-
ductible de cada práctica singular, por otro lado las arti-
.
:;_
.
culaciones de las diferentes prácticas y su unificación
·¡

tLI en lo que llamaremos práctica social. Ambos aspectos


<:.
' nos permitirán conocer el mecanismo por el que un com-
portamiento empírico de~erminado interviene en varias
,.:··.·
.::_,
prácticas según una jerarquía precisa. Y, en general, nos
permitirá comprender que la explicación de todo com-
¡1 portamiento implica recurrir a un conjunto articulado de · t:r
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prácticas diferenciadas.
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36 SAOL KARSZ LECTURA DEl ALTHUSSER 37

Decimos entonces que cada práctica se diferencia de tantes. Se llamará práctica social al sistema articu1ado
las restantes por su tipo de materia prima, transforma- y jerárquico de las prácticas diferenciadas.
ciones y producto. Así, hay una práctica económica, tma La práctica social es la unidad compleja de las prác-
práctica política, una práctica teórica ( fundamentalmen- ticas diferenciadas. «Unidad compleja" es su efecto per-
te científica), una práctica ideológica. La materia prima tinente. Lo contrario de una unidad compleja es una
de la práctica económica no es la misma que la de la prác- unidad simple: la unidad hegeliana, por ej., que bajo
tica científica: la transformación de la madera en mesa otros nombres ha dominado y domina la mayor parte de
por medio de la fuerza de trabajo y el desarrollo técnico los discursos ma;rxistas. La unidad, en Hegel, es una
alcanzado en una formación social no son equivalentes matriz simple y auto-generada, existe en ,sí y por sí, y
a la transformación en conocimiento (científico) de un su efecto propio consiste en ~bolir las diferentes prácticas
conjunto de nociones, categorías, informaciones y con- mediante su disolución o· reabsorción. Es el Aufhebu-ng
ceptos, por medio de la fuerza de trabajo y el arsenal o· superación dialéctica -de _toda diferencia. Pensar la
metodológico disponible. práctica social según este modelo es concebirla como el
Cada práctica se realiza a partir de una materia prima seno originario al que las prácticas 1restantes terminan
ya trabajada; ha sufrido un conjunto de transformaciones por volver. La práctica social es la "verdad" de las otras
;
.. ~- ,·
prácticas: sumerjamos lo teórico, lo político, lo ideológico,
que la han convertido en ruta materia prima, y es suscep-
!
tible de recibir otiras tantas 1. Por lo mismo, ni el pro- lo económico en la práctica social y todo será claro para
,. '
ceso de b·abajo ni el producto final son idénticos. En siempre.
este primer sentido, cada práctica diferenciada es una ins- O bien se puede pensar que la prráctica social es algo
tancia rigurosamente delimitada. Deberemos tenerlo en así como el Sujeto-Protagonista de las otras, el demiurgo
cuenta no sólo para conocerlas en sí mismas sino también de sus acciones, el «ser" del que aquellas serían el "hacer".
·.-·, para conocer sus articulaciones ~recíprocas. Cada una es En una palabra, en Althusser la p!"áctica social no
·::
. .' un (sub) sistema específico de producción cuyo mecanis- cumple ningún papel de fundamento, no es la substancia
' .i común y secreta de sus fenómenos 2 • Es, por el contrario,
mo autónomo remata en un "efecto pertinente" ( Balibar)
que le es exclusivo. la "inter-relación" presen:e y necesaria de las prácticas:
Toda práctica es social porque pone en ejercicio un unidad coyuntural que nunca deja de serlo. La autono-
modo obligado de la cooperación de la fuerza de trabajo mía de las prácticas, en efecto, no es pensable sino en y
en condiciones y posibilidades materiales dadas, es decir: por sus diferencias: la especificidad de cada upa implica
;:.¡ en el seno de una formación social y en una coyuntura las restantes especificidades. Sólo hay prácticas en fun-
precisas. Porque se articula, según regularidades a inves- ción de sus diferencias. La práctica "S.Ocial es la ins'Mncia
tigar,. con las restantes prácticas. de la articulación entre las prácticas diferenciadas, el do-
·, i
La· práctica social es la «unidad compleja de las prác- minio o espacio en el que toda práctica actúa de alguna
ticas existentes en una sociedad determinada" ( PM ,167), manem sobre toda otra.
,,·>
o sea Ja articulación de sus prácticas. Es un sistema de Que esta unidad sea compleja significa que cada una
sistemas. La autonomía de cada práctica es relativa a de las prácticas ocupa en ella una posición determinada y
su posición respecto de las restantes y de sus respectivas necesaria: cada una contribuye, a su manera, a -la cons-
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autonomías. Luego, cada práctica se articula con las res- 1 titución de la unidad que las reúne. Y esa unidad no
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'38 SAOL K.ARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 39 1

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existe en sí y por sí, sino como la organización en la que debe tenerla siempre en cuenta (no se conoce una for- ¡_.::
l':::
·están dispuestas e inter-actúan las prácticas diferenciadas. mación social si no se conoce su sistema económico, como j·:.
::.'
El concepto· de "causalidad estructurar o ccsobredete.rmi- tampoco se conoce una teoría filosófica si se desconoce
nación" permite pensar el mecanismo de la práctica social la coyuntura económica en l:;t que se construyó). Pero
éomo unidad de las prácticas diferenciadas ( cf. § 3.1.). .,
debe tenerla en cuenta en última instancia, corno estruc-
tura cuyos efectos se localizan precisamente en lo deter-
minado y según la especificidad de lo determinado por
1:. 1:. ella (no se conoce una formación social si sólo se conoce
su sistema económico, el esclavismo griego no explica
la filosofía platónica). '
En la unidad compleja que es la práctica social c--.1be En toda ·coyuntura, la posición dominante conesponde
·distinguir tres articulaciones fundamentaie·s, · que fijan la a la práctica que ocupa el primer plano: funciona como
posición ocupada por sendas prácticas. Son: la posición estructura xeguladora en la articulación presente. Prác:.
determinante en última ins:ancia, la posición dominante tica dominante es entonces la que detenta ese rol, resul-
y la posición decisiva. tado del desplazamiento y condensación de la posición
La primera posición carresponde a aquella práctica ' ·] determinante en última instancia. Esta última (práctica
. que, en la unidad compleja, es el límite de la autonomía económica) puede estar desplazada y ejerce!l" sus efectos
de 1as restantes1 y de sus posiciones. La posición "deter- determinantes a través de otra práctica. En el feuda-
.. minan te en última instancia" corresponde a aquella prác- lismo, lo económico es determinante en última instancia,
tica cuya eficacia específica debe tenea.·se en cuenta al pero a diferencia del capitalismo lo ideológico ejerce el
analizar la efica.cia de las otras prácticas. Esta posición rol dominante y hegemónico: la ideoJogía religiosa es la
es propia de la práctica económica. El proceso de pro- estructura de primer plano en el feudalismo.
ducción y reproducción de las condiciones materiales de La distinción entre determinante y dominante sirve
exis~encia constituye la práctica determinante en última para comprender la organización propia de las formacio-
instancia; el sistema de producción, distribución y con- ''
nes sociales en las que lo económico no aparece en pri-
. sumó de bienes y servicios 3 es el límite de la autonomía mer plano (feudalismo, sociedad "primitiva"). Sirve, o
de los otros sistemas (ideológico, político, teóri·co). Po1· debiera servir, para comprende!l" la especificidad de toda
ej., la eficacia propia de la práctica ideológica, su auto- formación social.
nomía relativa, su modo de intervención en una coyun- La posición decisiva, en fin, corresponde a la practica
tura, lo que esconde-justifica-permite soporta!l", etc., sori política. Esta tiene por objeto el "momento actuar' que
funciones de su posición respecto de lo económico. permH·e descifrar y actuar sobre la singularidad histórica
Determinante en última instancia, porque la práctica presente ( PM ,178ss. ) . Su objeto es la coyuntura, punto
1
económica no es el cecentro" o unidad simple a cuyo ahe- ¡ nodal de la práctica social. La articulación de las prác-
.J
dedor girarían lo ideológico, lo político, etc., sino porque ticas diferenciadas se dibuja según las exigencias y jerar~ i

es la práctica cuya eficacia, meca·nisrnos y desplazamien- j quías derivadas de la situación actual, o sea de lo polí-
tos pennite comprender la eficacia, mecanismos y des- ¡ tico: según el estadio de las relaciones sociales, el sistema 1.:-;

plazamientos de las ll·estantes ( LII,45-46). Todo análisis ¡ de poder existente, las clases que lo ejercen, etc. La posi-
¡·':0.

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40 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 41

ción ocupada por cada práctica, así como sus respectivas voluntaris!a 6 y mística de la práctica política. El teori-
autonomías, son función de los límites y posibilidades del cismo, en fin, concibe la P':"áctica teórica como el frente
..momento ac:uar de una formación social 4 • fundamental de combate, ~apaz de resolver l<?s proble-
mas económicos y sociales por su solo conocimiento. Los
"jóvenes hegelianos" son mi ejemplo paradigmático, pero,
~ ~
por supuesto, no el único. :
Estos diversos teísmos disuelven el problema de las
prácticas y de sus articulaciones en el delirio de una
Sin duda, esta presentación es harto esquemática. Las omnipresencia encegueced011:a: en vez de distintos pro-
secciones ulteriores desarrollan algunos aspectos, y tal
blemas analíticos, una única solución sintética. ·
vez logren corregir las oscuridades producidas por ese Se trata, por el contrario, de construir el concepto de
~squematismo. De todos modos, quizá sea suficiente para
autonomía diferencial de las prácticas, sus modos de
e' indicar que la autonomía efectiva de cada práctica dife-
articulación precisa en la unidad compleja, así como
renciada sólo es pensable a partir de esta triple constancia
la teoría de la sobredeterminación de cada práctica por
de la unidad compleja n práctica social, a parti!f de estas efecto de las !f'estantes. Las prácticas no son diferentes
·, tres articulaciones típicas. a manera de entidades, sino en tanto sistemas regulados
Las desviaciones llamadas economismo, politicismo,
de efectos. Luego, se trata de mostrar cómo (según qué
teoricismo, derivan -epistemológicamente hablando- del
mecanismos) cada práctica es autónoma en el seno de
desconocimiento de esta triple articulación fundamental.
esa unidad triplemente sobredeterminada, y cómo (se-
Como señala Badjou ( § ) , lo importante no s'On las ins-
gún qué mecanismos) cada una produce y comporta
tancias como tales sino el tipo de coyuntura en el que efectos políticos precisos, efectos económicos predsos,
funcionan, y en la que detentan uno u otro ml ( deter-
efectos ideológicos (morales, religiosos, institucionales)
minante, dominante, decisivo). Por ello se debe insistir
precisos.
en que se trata de tres posicrones Q·elativas las unas a las
otras, y no de tres esencias: tres sistemas de efectos per-
tinentes cuya tipicidad en las formaciones sociales permi- ~ ·~
te postularlas como constancias significativas, y no tres
substancias imperecederas, instaladas desde siempre y
para siempre. Lo económico es determinante en última En el seno de la práctica social cabe distinguir, entre
instancia, pero en cada caso según la unidad que integra otras, una práctica teórica. Llamaa-emos así l!l proceso de
y en la que detenta dicho rol. transformación de una materia prima específica -repre-
Una concepción ecorromicista, por ej., entiende que lo sentaciones, nociones, informacioneS!, categorías, concep-
económico es el Sujeto y el Objeto de todo nivel: del tos- en producto también específico, el conocimiento. El
económico propiamente dicho, pero también del político, proceso de transformación consiste en el método (de una
del .ideológico, del teórico. Reconoce lo Económico por ciencia) y en el arsenal de instrumentos aptos para efectuar
doquier, y por eso ni puede definir el Jugar riguroso y esa transformación (crítica de las doctrinas ideológicas
recortado que es el suyo, ni producir el concepto de su vigentes en ese dominio, empleo regulado del análisis y
eficacia específica. El politicismo es una concepción la abstracción; recuperación del cuerpo teórico ya exis-
•:"•
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42 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER -43 t:·..


~ '

tente, producción de nuevos conceptos, etc.). Son las obedecen a un mecanismo dado, y al que llamaremos
"generalidades 1, 11 y nr (cf. § 2.2.); ~¿~
práctica teórica 8 • No hay distancia entre la práctica
..... de .una teoría y la teoría de su práctica .
Referirse a práctica teá:rica y no a teoría o ciencia en '
: -~
general, significa que no hay una "pum" teoría y, enfrente, La práctica teórica es ~ntonces aquella práctica dife-
su verificación exterior y empírica. Toda "verificación"
~ ~
. renciada cuyo producto exclusivo es el conocimiento, for- '.
,,,
,._,
es, desde el corriienzo, interior a la teoría, a su vez inma- mulación conceptual de las caracterís:ticas de su objeto
nente a aquélla. Los tubos de ensayo, en un laborato- . pertinente. El "obje:o-de-oonocimiento" es la materia
;::.:
rio, son elementos de la práctica teórica de la química prima de la práctica te61ica. No es el objeto real-empírico ¡;
a mismo título (teórico) que las doctrinas de esa ciencia. en general, sino precisamente aquel q\1e es pasible de
El sociólogo jamás "desciende" a la calle para verificar <.
· tr';ansfmmaciones teóricas. La primara tarea de una
· su te01ría: todo experimento y verificación están siempre cie:r;¡,cia es la ·constitución de su objeto-de-conoeimiento,
ordenados y enmarcados por la teoría a la que sirven y . o- sea la transformación de todo otro :objeto (político,
que fija las condiciones de su prueba y de su invalidación como _las relaciones sociaJes; ideológico, como las evi-
eventual. dencias; filosófico, como el ser o el yo) en materia prima
teórica.
La práctica teórica consta, si se quiere ( equívocamen- Objeto real-empírico y objeto-de--conocimiento deben
te) decirlo así, de "teoría" y "práctica", pero no hay la
diferenciarse terminantemente. Las transf01rmaciones teó-
una sin la otra. No porque toda teoría (liada "abstrac- ricas de la prác:ica teórica sólo tienen lugar sobre
dón'') tenga su verificación o su verdad en 1a práctica
en general o aun en su práctica, sino porque esa teoría
l • el segundo, éste es el único que en sentido lato puede
,.

producir conocimiento ( cf. § 2. l.).


es el sistema de operaciones mentales y experimentales
efectuadas sobre una materia prima dada y determinada
J
·1 · La práctica teórica, en fin, es irreductible a la prác- '.

tica ideológica. El conocimiento (científico) de una si- ;_ ...


con vistas a obtener un cierto producto, el conocimiento. tuación no tiene nada en común con la !representación
"Como en toda ciencia constituida, auténtica, la prác- (ideológica) de esa situación: cada una de estas prác- ~ ·~:
,,:-
tica [psicoanalítica] no es el absoluto de la ciencia sino ticas pone en funcionamiento mecanismos y rigores dife-
un momento subordinado: el momento en el que la teo- :rentes. ·La práctica teórica de una ciencia, o la fi1osofía
ría hecha método (técnica) entra en contacto teórico como práctica teórica, no puede ejercerse ni pensarse si-
(conocimiento) o práctico (cura) con su objeto propio no contra y en -el exterior del discurso ideológico y de
( el inconsciente)." ( F ,93). En este sistema, no es per- sus evidencias. El discurso teórico es lo otro absoluto
tinente sepamr un momento ..teórico" y un momento
"práctico". No hay la ciencia, la. filosofía, la teoría, sino
:¡.! del discurso ideológico ( § Badiou), _y recíprocamente.

las ciencias concretas y en acto que se hacen y rehacen.


,o ,o
Y no es pertinente separarlas porque "deban unirse", por- 1
que la teoría sin su práctica sea mera abstracción, sino J
porque, desde el comienzo, toda teoría lo es de una prác-
1 Sin emba!l·go, «práctica teórica" es todavía una deno-

1
tica y toda práctica lo es de una teoría. En este sentido,
no hay nada que unir, porque nada está sepaJI"ado 7 • Hay, ! ·~
minación indicativa, un término descriptivo. De hecho, ~:
en una palabra, un sistema regulado ~e efec!<?.S q11:e ·r remite a dos prácticas singulares: la práctica científica
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44 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 45

)j y la práctica filosófica. Si aceptamos provisoriamente ticas diferenciadas, dotadas de una especificidad singular,
.; ·~ que el conocimiento es el efecto pertinente y exclusivo unificadas de hecho y de derecho en la unidad compleja
::;·:¡ de la práctica teórica, diremos que la práctica teórica de la práctica social. Sus respectivas especificidades son
•••• 1
·•·.1
1,'!

','1 produce conocimientos cuando aparece como práctica rígurosas (cada una se caracteriza por un circuito de
·¡ científica. Como filosofía, es una l]:eflexión crítica y epis- materia prima-transformación-producto) y al mismo tiem-
temológica que implanta líneas de demarcación y enun- po :son relativas a la posición ocupada en la mencionada
cia tesis- ( cf. § 2.3.). unidad ccmpleja. La práctica teórica -práctica cientí-
P.or lo mismo, se deberá afirmar que la práctica teórica fica, ante todo, y práctica filosófica, además- compone
es doblemente específica, respecto de las ideologías y una instancia delimitada e irreductible: Su posición en
respecto de lo real (LII,28). Específica, y no autónoma. la unidad compleja es función de una triple articulación
··; .· Este último término puede· prestarse a confusiones y, típica: la posición determinante, la posición domii!~.nt-E),
pese a las salvedades de Althusser, conducir a una va- y la posición decisiva. Se puede agregar que la práctica'
riante de desviación teoricista. Reivindicar una especi- teórica jamás ocupa ninguna de estas posiciones.
ficid.ad de la práctica teórica significa que su proceso de
transformación, su materia prima y su producto no con-
sisten en una abstracción operada sobre lo real (del cual
se separaría lo sensible de lo inteligible, la esencia del
fenómeno), sino en un trabajo que, de un exb.remo al
otro, tiene lugar en la abstracción ( LII,52). La abstrac-
1 En el caso de 1? práctica económica: la madera proviene de
ción es el nivel diferenciada de la práctica teórica, el ca-
un árbol instalado en una explotación forestal, mantenida como
rácter común de sus elementos. La prác~ica teórica es tal a esos efectos, sometida a ciertas transformaciones y cuidados,
un (sub) ·sistema de producción. propiedad de ciertos grupos socialmente situados, etc. En el caso
La expresión «autonomía relativa" se resuelve en .esta de una ciencia: las doctrinas ya existentes en ese dominio, los
otra: especificidad diferencí'ada de la práctica científica y métodos, los caminos de investigación sin salida o insuficiente-
mente explotados, el análisis, la crítica del objeto-de-conocimien-
la práctica filosófica respecto de toda otra práctica y to, etc. ( LII,52).
respecto de lo .real. 2 Sobre Hegel, cf. § 3.1. La intervención recíproca, incesante

·•
U na aclaración semejante se deberá hacer en el uso pero regulada de una práctica sobre otras n'O puede pensarse bajo
·.·.¡1 el modelo "pars totalis" o "totalidad expresiva": no hay relación
·:! del término "práctica". Algunas veces, en Althusser pare-
de las partes al tod•o tal que cada parte sólo se explicar1a por su
ce designar los diversos tipos de comportamiento; otras, inserción en ese todo auto-subsistente. Tampoco se trata de que
se lo equipara a «instancia", y funciona como estructura cada una constituya un momento o reflejo particular de esa tota-
de la práctica respectiva. Esta sinonimia no aparece en lidad universal que en ella se manifestaría ( LII,39-43). Así, si
N. Poulantzas, op. cit., por ej., ni tampoco en A. Badiou. esa totalidad se denomina "Historia" o "lo Social" o "el PI'Oleta-
riado" (Sartre, Marx joven, Luckacz), los más menudos aconte-
cimientos aparecen como ejemplificaciones materializadas, singu-
lares y alienadas de dicha Totalidad: todo se explica reinstalando
# #
·:!:J
las partes en esa Entidad omnipresente y omnipotente. (En su
... !
art., § Pouillon indica que para Sartre la totalidad sólo puede exis-
;·! til' en la imaginación; pero al reemplazarla por la "totalización",
Resumamos. Se ha discriminado un conjunto de prác- pone en obra la misma problemática: ese m'<>vimiento que en-
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1·:
46 SAúL KARSZ f.,

laza desde ·el menor acto individual hasta la Historia misma en


una idéntica complicidad "dialéctica", repite el esquema de una l § 1.2. Letra y Discurso
fuente original -el ser social- al que remite especulativamente ! ::·;
un Discurso también original -la Razón Dialéctica, opuesta a la ¡
razón analítica-, reflejo esencial de ese ser).
3 Caracterización genérica de la instancia económica que se
encuentra por ej. en M. Godelier, Rationalité et irrationallté en "He aquí, en efecto, el punto al que se debe
économie ( Paris, Maspero, 1966, p. 239). [Hay trad. esp.] . llegar a fin de descubrir, desde él, la razón de
. 4 [ ••• ] "la coyuntura teórica define, en su relación con lá
esa ceguera [bévue] referida a una mirada [vue]:
coyuntura no teórica y ante todo con la coyuntura política, el hay que modificar de un modo radical nuestra i ::
idea del conocimient'O, abandonar el mito espe- ¡:·
· víncul'O que permite pensar, en la necesidad de su 'juego', la ¡·.·,

naturaleza de la práctica teórica;" ( D ,20). Idem, prólogo de Al- cular de la visión y de la lectura inmediatas, con- .,r·:-:..
thusset a la segunda ed. de La Rev. teórica de Marx [PM], p. IX cebir el conocimiento como producción." ( LI,25). :-::
ss.). Idem,~PT, 22-23. · · -lo ' -:, - · ~-. ···-.,.

¡:.:
5 Respectb de la práctica política, véase Nicos Poulantzas,
Pouvoir politique et classes sociales dans l'Etat capitaliste (Paris, f.,·:
Si la de Althusser fuera una "interpretación" de Marx ¡·:.
Maspero, 1968). [Hay tr•ad. esp.]
ü Althusser, "Comment lire Le Capital?" ( L'Humanité, 21 (o si la de Lacan, según Althusser, lo fuera de Freud),
mars 1969). Idem, A. ; incluso aquélla a la que adherimos, siempre sería téc-
7 Se dirá que tal discurso habla de la cura, de la ciencia o nicamente posible enfrentarle otra interpretación más o
de la revolución, sin realizarlas en la práctica. Per'O habrá que menos valedera. Cada interpretación establecería una
·estudiar más de cerca si ese hablar es efectivamente un conocer
pa~ticular relación con el "original", substancia subya-
y un saber ... '.•
8 Althusser rechaza la pretensión de status científico por parte cente, :imperecedera, umbral de referencia absoluto y <-

de la psicol'Ogía, la sociología y sus combinaciones (por ej. LI,l4, auto-esclarecido a pall"tir del cual decidir cuál es la :~.::
~- ..
79, etc.). Esto se explicada por la imposibilidad de establecet mejor interpretación, es decir, cuál es la menm distancia i-·
cuál es el sistema específico ele objetos-transformaciones-producto
propio de aquéllas. En todo caso, por la extrema dificultad de
al original-substancia. ' ..
distinguir lo que tienen de técnicas de contr'ol social coronadas por El supuesto es que hay tal original y que se lo puede .-•,'

una ideología empirista-tecnocrática ( PM,172n.9; PT,33), por un leer con sólo abrir el libro. El supuesto es que la lectura
lado, y lo que tuvieran de específicamente científico, por el otro. es o puede ser un vínculo neutro que asiste al despliegue
La psicología se resolvería en el psicoanálisis (ver F) y la s'ocio- ·- :·
logía se dis'Olvería como ciencia para constituir el aspecto sincró. del original y que éste se trasluce en esa lectura. Al
nico de la ciencia de las formaciones sociales o MH. "( ... ) s; carác:e.r hermenéutico de la lectura correspondería la
toda ciencia es ciencia de una ideología, la 'ciencia de las ideolo- · presencia inmediata del original. Esta manera de con- >_">'
gías' n•o puede escapar a esta ley. Luego, ella no tiene como objeto cebir y :realizar la lectura remite a una problemática
primero una realidad que sería la icle•ología en sus diver•sas formas
'naturáles', sino una teoría ideológica de la ideología. .En su es- ideológica-religiosa: es :la lectura líte.ral. Problemática
tado actual, las 'ciencias sociales' producen masivamente dicha. religiosa, porque se trata de una transparencia epifánica
teoría: tal es su mayor 'utilidad' teórica." Thomas Herbert, "'Re- en la que el Original (el Ser, la Realidad, Dios) diría con
marques ...", p. 76.
su propia Voz qué es y quién es: la Lectura es una
visión que transcribe la Palabra Primera (el Logos, el :
. ~
Verbo, el Pensar), ya inscriptos en el Original. Leer
es recoger las Tablas de la Ley ya redactadas y auto-
esclarecidas. La lectura se pretende testigo y reflejo,

,._, .v,1···
48 SAOL KARSZ LECTURA DE1 ALTHUSSER 49

::;;
criatura fiel; de ningún modo descifradora y productiva de interpretación develadora. La lectura literal sólo
(LJ,l6-17). Así, habría un "sentido'' escondido y en- concibe la producción si ésta constituye una operación
terrado en el texto, cuyo descubrimiento permitiría ver moral, "constructiva", "creadora" y "edificante" (véase
cuál es· la verdad del texto. Restituido en su pureza Marcuse). Sólo se concibe: como productora si producir
primigenia, sería el Tribunal para juzgar Ja.s, buenas significa algo más y diferente que la transformación re-
o las malas: inte1pretaciones 1• Se lee literalmente, línea gulada de una materia prima en un producto.
a línea, le:1ra a letra. Como premio a tanta devoción "La ideología hegeliana tiene como correlato (¿para-
repetitiva, se espera recibir, redactado y traslúcido, el l· doja1?) una lectura realista de los textos científicos; a
Original de los Originales. h·avés de los textos se transparenta e~ contenido. Se
Lectura literal es la de Marx joven leyendo a Jos eco- lee como si las palahras fueran agujeros en la página,
nomistas clásicos. Enumera sus errores, olvidos y silen- por los que aflora la realldad; o bien como lucarnas a
cios, medidos según un Texto primero -el sistema ca- través de las cuales, en una especie de curioseo [ voyeu-
pitalista- que esos textos (A. Smith, D. Rica1rdo) in- ti.sme] especulativo pudiera estudiarse ·el proceso real.
terpretan mal o tergiversan. Lectura literal es la de las Por lo demás, esto corresponde a la actitud científica
diversa.9 (auto-designadas) ortodoxias, que leen Marx o espontánea ~, para la que el concepto sólo interesa como
'.-J Freud a la pesca de su sentido oculto. Naturalmente, f¡ substi:uto de la cosa misma." ( Macherey, LI,221).
¡1
• _¡
'
éste coincide letra por letra con la lectura en cuestión. 11
Pero una lectura jamás es inocente ( LI, 12). Así, la
Sólo se trata de leer bien, aplicadamente ... li lectura literal identifica los textos de Karl Marx ( o de
Pero esa lectura ignora el sistema de transformaciones ¡¡ S. Freud o de Lenin 2 ) con el discurso teórico o ideoló-
que introduce en el supuesto original. N o porque lo gico marxista o psicoanalítico. Cede así a la ilusión de que
deforme o lo presente según su propia perspectiva, sino t el autor no está a distancia de su obra, y que aun sus
1
porque desconoce que no hay tal o1·igínal excepto en la explicaciones personales son otras tantas piezas ( cientí-
1
relación implantada por la lectura. Ese miginal no está ficas o ideológicas) sobre la especificidad de su obra 3 •
i ni debajo ni antes de la lectura: no existe fuera del Como en toda ilusión, produce exclusiones y selecciones;
vínculo, no hay original sino justamente en la lectura éstas garantizan que los segmentos presentes son los úni-
que, en el ejercicio de sí misma, permite la aparición cos a tener en cuenta: toda "obra completa" es una ilusión
del original. Es la lectura como mediación, como una Tetrospectiva producida por una lectura literal a fin de
práctica productiva. reeonocerse en esa obra 4 •
.·.··. «Producir" no es sinónimo de "inventar" o "comentar" . Así, si es obligado que la lectura síntomal de Marx
~' .
La lectura ño puede producir cualquier versión tomando por Althusser o de Freud por Lacan exhiban sus títulos
•,
como excusa ta·l o cual fragmento de los escritos en de rigor epistemológico y teórico (criterios, necesidad,
cuestión. Si la lectura literal niega su propio carácter supues:os, mecanismos), esta exígencía también vale
·:: productivo es porque confunde la producción de un para una lectura literal. Pero justamente porque ésta es
::¡¡.. discurso con el descubrimiento de sus supuestos signi-
ficados ocultos. Su intención no ·es "ver qué quiso decir
... el autor" sin:o "qué dijo", y esto oree reconocerlo, en
* [Es decir, la manera según la cual los científicos y los no-
científicos se representan la práctica científica: es la ideol'Ogía o
transparencia, con el texto en mano. Por eso se preten- filosofía espontánea de los científicos. ( S.K.)]

: !.
LECTf.!RA DE ALTHUSSER 51
50 SAOL KARSZ ~ ·.::
~ >'
;
en la importancia relativa de sus segmentos en el seno '::
subsidiaria de una problemática ideológica, no puede · de la forma dominante que lo gobierna. Es el mecanismo
ofrecer esos títulos ni esos criterios. Porque es ideoló-
gica, se refugia en la «realidad" de los textos, en la exis-
tencia empírica de los Manuscritos . .. y El Capital como
libros escritos y firmados por Karl Marx, sin ruptura en-
1 por el que cada letra, cada· vocablo, cada doctiina y el
edificio entero tienen tal o :cual significación unívoca: y
aun los términos equívocos; multisignificativos, son uní-
1 vocos respecto de y en esa forma. La letra es letra res-
tre ellos ya que ·se trata de una misma firma y de un i pecto de esa forma y en esa forma. La letra es una dife-
mismo autor. J rencia significante en un texto. ·~ :;'

Hay lectura literal cada vez que los textos escritos Pero el texto mismo está recorrido y sostenido por una ..
por un autor, editados por él o por sus allegados, son problemá~ica en cuyo espacio se insta'la ü'; esa problemá-
identificados con el discurso que aquéllos fundan o de- tica es el sistema de sus referentes objetivos,~"~l. código
san·ollan 5 • Esta lectu;ra ·se apoya en la visión, esto es que lo informa de un extremo al otro. La lectiü~!l de la
·en la teoría psicologista según la cual la atención y la letra es siempre mediata: viene siempre a partir del có-
sagacidad del lector le harían acceder a un texto en sí digo descifrado; siempre, o sea que también la lecturD
mismo claro. Relación especulativa, la visión implica literal opera a partir de una forma dominante en el texto. '.·•

dos figuras cómplices: el Sujeto-Lec~or y el Objeto-Leí- Pero justamente porque es una lectura ideológica y a-crí-
do. El primero lee lo mejor que puede al segundo, a tica no puede explicitar la problemática en cuestión, no
. fin de apropiarse no sólo del pensamiento que otro puede --ni de hecho ni derecho- producir su teoría: por r
1
r1
Sujeto (el Autor) depositó en el papel, sino de lo más eso repite incansablemente que hay que ver, leer lo es- í:'
profundo de ese pensamiento: su intención y su men- crito porque allí está "todo" (todo lo que ella puso).
saje. Es una relación personal de Sujeto-Lector a Su- También la lectura literal, la «interpretación", "herme- f
jeto-Autor por «mediación'' del Objeto-Letra: se trata néutica" o "comentario" de textos producen un discurso 1

de "hacer vivir" la letra, tornar evidentes en el primer a partir de una cierta problemática o lógica unificadora;
Sujeto la intencionalidad y el mensaje del segundo, iden- pero, para ellas, esa problemática coincide con el orden
tificarse con él, hablar como él, ser su Representante. empírico del texto, con el lugar y la posición que el autor,
Hay por lo menos dos datos básicos que esa lectura los editores o archivistas o~orgaron a cada parte y a cada
ignora. Primero, que todo texto está siempre en clave; concepto. Sin -embargo, de hecho produce ese discurso
segundo, que ella mi:sma es un sistema determinado de y no otro. ¡•,

producción y desciframiento. Trabajemos estos dos d2.- .¡ En una palabra, la lectura literal es una lectura dog-
tos. Por un lado, que el texto esté siempre en clave mática; dispone de un único mecanismo de verificación
supone que dice lo que dice y no otra cosa, pero que
sus enunciados no son inmediatamente visibles. Ha}
l y prueba: la -evidencia, la visión concedida a ciertos ele-
gidos y negada a otros 7 .

¡
1
una lógica unificadora interna al texto (una problemáti~
ca), que confiere a cada término una posición preci:s;a y >!)< >!)<
definida (concepto, noción, categoría). Hay una forma·
dominante por cuyo rigor los términos se ordenan según '·

la posición ocupada en su sistemática, forma de su lega- ..


;
Opuesta a la lectura literal o ideológica, tenemos la ¡:~
lidad y necesidad; la objetividad de un discurso consiste;

<
52 SAOL KARSZ LECTURA DEJ.. ALTHUSSER 53

leotura sintomal .o científica. Lire le Capital es producir que se puede y se debe reacomodar la letra, mod~ficar
el sistema de conceptos capaces de dar cuenta de los su organización aparente, construir su orden sistemáti-
silencios y 1os blancos, de las ausencias y las presencias. co: denunciar las palabJ"as .que ofician de conceptos y
Los olvidos y errores que se denuncian ya no obedecen a los conceptos existentes esfumados por las paláhras que
una visión descuidada o a una falta de inteligencia ( ? ) , los nombran. Que se puede y se debe auscultar los blan-
sino a una razón fundamental, es decir teórica: esas ce- cos y los silencios, tomándolos como indicación de un
gueras que Marx joven advierte en el texto de A. Smith y discurso latente, desplazamiento de un concepto origi-
que éste no toma en cuenta, que éste no ve aunque están nal. Significa, sobre todo, que se puede y se debe pro-
a la vista, son los síntomas coherentes de una problemá- ducir conceptos nuevos, inexistentes como conceptos en
tica en ouyo interior Smith puede ver lo que ve y no la letra pero cuya presencia efectiva permitirá su lectura
otra cosa. El psicoanalista conoce en la letra del sueño (así, el concepto de «causalidad estructural", presente
los síntomas de una formación del inconsciente: el pa- en sus efectos pero aus'ente como pieza teórica explícita
.. !
ciente no los ve porque ignora dicho código, sólo puede en Marx; cf. § 3.1.).
hablar esa lengua en sus síntomas. El desciframiento de Leer es poner en escena la cadena de significantes: e]
la letra visible por su puesta en relación sintomatológica texto sigue siendo el mismo, empíricamente, antes y
con su código invisible permite leer lo que en rigor está después de la lec:ura. Pero el rigoc cronológico da lugar
escrito 8 • El texto visible es un conjunto de síntomas de al rigor teórico: ]a sucesión en peo:íodos vitales ( juven-
una problemática invisible: leer es produci!r el vínculo tud, maduración, madurez) es reemplazada y recubierta
':::
entre uno y otro. Leer es un modo de producción social- por los períodos teóricns (problemática, ideológica, pro-
. ·! mente determinado. blemática científica) y sus articulaciones y episodios.
Toda lectura aparece entonces como un proceso de La lectura literal lee la vida del autor y la "vida del
desciframien~o, un sistema de transformación de su ma- mtmdo" al leetr los textos. La lectura sintomal lee un
teria prima -la leh·a del texto-, mediante la aplicación discurso que sabe estar produciendo según mecanismos
de inst,rumentos adecuados -análisis, Cii:Ítica, abstrac- que controla y que, además, pueden situar la lectura
ción- con vistas a producir un objeto preciso. Diremos literal y su discurso como otros tantos momentos depen-
que la letra es el conjunto de signos registrados por un dientes de una problemática determinada.
autor, organizados como doctrinas y teorías según un He aquí la opción: conocer o no conocer que toda
orden dado: condición de posibilidad de las "obras com- lectura pone en relación un texto con su problemática;
pletas". El discurso es lo dibujado en y por la letm: lo saber o no saber que toda lectura es producción de un
'. que la letra dice, nombra, calla, sugiere, sobrentiende, discurso.
oculta, expone, defiende, ataca 9 •
La letra es en el texto: para la lectura literal, porque ,!) ,!)

no hay diferencia entre letra y discurso, porque toda


letra es la presencia inmediata de la cadena significante;
para la lectura sintomal, porque la letra sólo es legible Jamás se lee lo que está escrito, porque lo escrito sólo
a partitr de la transformación regulada del texto en dis- es legible a partir de la lectura, es decir de la transfor-
curso, de la materia prima en producto. Esto significa 1
1
mación de la letra del texto en discurso de un texto. Por-
1

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1
j
.·• ,. ,1:,' ¡;:

e
54 '.·.
~.·

SAOL KARSZ ; ::
i·:·
LECTURA DE), ALTHUSSER 55
que el "original" es el producto de esta lectura: el pro- ¡(
1 Cf. Jean-Pierre Osier, "Ludwig Feuerbach", cap. 1, en: L.
ducto de las transformaciones conocidas (lectura sinto- ::: .
Feuerbach, J. - P. Osier, S. Karsz, Lectura de Feuerbach (Bs. As.,
inal) o desconocidas (lectura literal) introducidas en el \
Galerna-Posición). ·
texto empíricamente existente. Por eso no es cuestión de 2 Respectivamente, F y L. . ::.:
! ••

ver; una teoría de la visión no sostiene una lectura obje!i- '·


3 Así, porque Marx dice en El Capital que no ha hecho sino
10 invertir la dialéctica hegeliana :extirpando su núcleo mcional de ¡·.;
va : la vi·sión es siempre interiüll' a un campo de po- ~: .
la envoltura mística, y porque Hegel dice (Lec. sobre Historia de
sibilidades y a sus combinaciones precisas ( problemá- la Filosofía) que "la tarea actual es reconciliar el concepto y la
tica). La lectura literal no está separada de la lectura realidad,, se puede muy bien deducir, tomando esas declaraciones
sintomal a la manera del error y la verdad, ·sino como al pie de la letra, que el Espiritu se hace Economía y la Econo- :-·
~. '

una ideología está separada de una ciencia: por una núa (casi) se une con el Espíritu. Naturalmente, a estas citas st~ '·'·

pueden oponer mil otras (véase Dialectique marxiste ... ) . Pero


ruptura epistemológica ( cf. § 1,4J. ., La primera es un el problema no se juega en abS'Oluto al nivel de las citas más o
caso de interpretación y develaini~mto de un supuesto menos célebres ("balizas", las llama Althusser) sino en y por• la - .
·sentido o:riginario pre-existente; la ·segunda, un caso de teoría, en y por la sistemática· conceptual de la que toda cita es ' · · ' · · -
producción de conocimiento del texto por la investiga- un caso práctico y analógico. Ninguna cita significa nada en &Í
y por sí. Usarlas como auto-esclarecedoras implica reforzar el dog- r.:;·
ción crítico-científica de la letra, sus efectos pertinentes. matismo con ayuda del mito religioso-especulativo de la Palabra:
Si toda lectura produce un discurso, sólo una lectura i ''Él Habló y Dijo ...".
sintomal es objeUva: sólo ésta permite . conocerlo en 1 4 Veamos rápidamente un ejemplo, entre muchos posibles. En ¡
¡:
· tanto controla y puede corregll- los mecanismos de su i Crit. de la R. Dialectique (p. 99 y ss.), Sartre intenta fundar el
lectura. Una lectura literal produce una determinada
1
"marxismo real" mediante una lectura humanista-antropológica df'
l la obra completa de Marx. Para lo cual: o emplea l'Os textos lla.
1
objetividad: la que resulta de la amalgama de los texto'S
identificados con su discurso, de modo que la problemá- ( ruados de juventud como fundamento "natural" de ese mar•xismo
real, o bien cita El Capital. Si hace esto último, todas sus citas
tica a la que obedece la lectura se repite especulativa- o reenvían a la misma problemática que la de los textos de ju-
mente en lo que lee. De ahí que toda lectura !itera} ventud, o son leídas p'Or Sartre desde esa problemática: el pro-
1
phntee a los textos aquellas pregun'as de las que ella ¡ ducto es el mismo. ¿Sus citas son "falsas"? No, puesto que están
en Marx (LII,76). Lo que pasa es que una lectura literal lee
misma es 1a respuesta. Es teleológica: lee para recono- para reconocerse en lo leído: Sartre lee Marx para encontrar en
cerse. Si, por ·su parte, una lectura sintomal permite él una problemática humanista y una crítica "des-alienante'• de
conocer el texto como discurso es justamente porque su las "relaciones humanas y de la praxis", es decir, precisamente
para reconocer la crítica y la problemática existencialista. Y en.
lectura es crítica: somete el texto a la prueba de su efi- -,, :ttmces debe proceder a una serie de exclusiones; exclusiones visi-
cacia propia porgue no investiga lo que el texto dioe bles (ataque contra la noción "inhumana" de mercado como con-
haber hecho (ver no' a 4) sino lo que el texto hace y cepto; ata9ue contra una afirmación de Marx según la cual Ia
deshace; investiga qué construye y cómo construye 11 • máquina e produce la sociedad" siendo que "son las relaciones
humanas quienes crean la máquina para objetivar en ella su po-
La lectura sintomal es, por decirlo así, una lectura litP.- tencia'·); exclusiones implícitas, sobre todo, y en primer lugar ex-
ral sin la ilusión de la inmaculada concepción. clusión del discurso científico, a-ideológico, fundado por Marx
en el mismo nivel y rigor con que Galileo funda la ciencia física.

Reivindica el Saber marxista: ¿difiere éste del Saber Absoluto he-
geliano?
5 Se pueden distinguir al menos dos tip•os de lectura literal, .
según el criterio de "anticipación" o· de "futuro anterior". En el
primer caso, se leen las obras llamadas de juventud como el
¡(<
57

·~
LECTURA DlQ ALTHUSSER
56 SAúL KARSZ
.
del saber, cuyo saber de un objeto y cuyo objeto son interiores a
;~ germen grávido de un futuro 'que luego se desarrolla y expli- esa conciencia, "lo único que nos queda también aquí es limi-
:;j
...¡
cita: aquéiias son el anuncio de éste, ambos instalados en la mis- tarnos a ver". [Zusehen] (tmd ..Roces, p. 58).
1
ma C'Ontinuidad teleológica. En el segundo caso, se hace el camino 11 L'Os trabajos de Althusser, Ranciere, Macherey, Balibar y
i .~ inverso: se leen las obras de juventud desde las obras de madu- Establet ( LI ,LII) constituyen sendos ejercicios de lectura sinto-
•.-1
rez reinstalando cada una de aquéllas como capítulos de éstas. mal. Si se ha logrado identificar los conceptos mayores del dis-
En ambos casos, la biografía del autor sostiene el vasto fresco del curso marxista o freudiano, si. se ha puesto al descubierto la
que nada se quiere ~xpulsar (excepto, sin duda, el discurso rigu- especificidad irreductible de su objeto y por tanto de su prác-
roso de sus textos) ( PM,45-83). tica sobre ese objeto, ya no tiene sentido discutir si Marx fue o
6 La lingüística y sobre todo el psicoanálisis lacaniano funcio- no humanista, hegeliano, feuerbachiano, etc.; si hay o no biolo-
nan en Althusser como referencias terminológicas (desplazamiento, gisma, natur•alismo, psicologism'o, en Freud. No es un problema
sublimación, condensación, sobredeterminación, síntoma) y sobre de existencia -el humanismo existe en Marx, .'aun en sus textos
todo com'o una manera de contribuir al ( re) comienzo del MD de madurez; siempre habrá una cita de Freud para ubicarlo co-
( § Badiou). No obstante, podemos pensar que esas referencias mo psiC'ologista o como lo que se quierae;.:;; :es. un problema
tienen una función eminentemente indicativa e it:~cluso, a veces, epistemológico. O sea: ~.cuál es la posición·· rigurosa del huma-
analógica: 80n términ'os provisorios que sirven para cubrir ciertas nismo marxista en El Capital y en los Manuscritos: concepto
carencias y blancos, tanto teóricos como políticos. teórico fundamental, resto ideológico, término descentrado res-
7 Como señala Althusser, el d•ogmatismo es una forma profa- pecto de una práctica científica inédita que no ha logrado pro-
na de la religión. ducir el concepto de su novedad roadical, imagen, categoría bá-
8 La teoría del develamiento puede considerarse (en buena sica?, ¿qué ciencia funda Marx a partir del humanismo? Lo
parte al menos) como un caso de lectura literal. Por ej., M. cual no quita interés a una investigación de la evolución del
Heidegger, ¿Qué es eso de filosofía? El "develamiento" (de la pensamiento marxista o freudiano, sus ideas vinculadas con tal
·verdad, del ser) remite a una teoría de la visión trascendental: o cual coyuntura, etc. Per'o si esa investigación no quiere ser
asistencia a un despliegue. Y es aquí, quizá, donde cabe un un ejercicio de psicologismo retrospectivo o prospectivo (ver
.;
"diálogo fecundo" con el marxismo, el cual. marxismo, "al experi- nota 5), debe estar gobernada por el único problema pertinente:
mentar la alienación", reconoce "la esencialidad de la historia 1 el problema epistemológico. ·
en el ser" (M. Heidegger, Cmta sobre el humanismo). Así comv
la "comunicación" parece exclusiva de la práctica científica ( L, 7),
el "diálogo" pareciera necesario entre ideologías dependientes de 1

l
la misma pr'Oblemática (v. L/,61). Es probable que una teoría
(analítica y sistemática) de la lectura sintomal pueda esclarecerse
cuando dispongamos de una teoría científica de la relación entre 1
el psicoanalista y el paciente; teoría científica que nos permita
conocer el mecanismo de la relación y sus sobredeterminaciones
ideológicas y políticas.
9 Sin duda, hay dos rigores: el de una ideología,. sus reglas
específicas de combinación, sus evidencias y sus huecos, y el
rigor de una ciencia, sus conceptos y sus correcciones. Cada
tipo de rigor es pertinente a sus efectos cuanto a su materia
pnma. Pero el primero (ideológico) sólo puede actuar sobre el
segundo (científico) dis'Olviéndolo en su interior: reinscribiendo
el discurso científico en el cuerpo del discurso ideológico. El
enfermo siempre explica su enfermedad, pero la explicación
· integra el sistema de su dolencia.
lO Incluso el término ve-r, visión, etc., aparece en algunas
lecturas literales .. En la Fenomenología del Espíritu: una vez que
la teoría hegeliana ha producido una C'Onciencia cuya medida
...
':

LECTURA DE¡ ALTHÜSSER 59

§ 1.3. Problemática y problema blemática, a fin. de descartar toda concepción subjetivi'i: 'r--
ta o empirista. En efecto, una concepción subjetivista. y
en general psicologista entiénde que los problemas plan•
teados a una teoría resultari del interés, de la preocupa-
La práctica científica "sól'O puede plantear pro- ción o del genio de su auto¡¡:: los avatares de su biogra-
blemas sobre el terreno y en el horizonte de una fía lo dotarían, consciente y sobre todo ccinconsclente-
estructura teórica definida -su problemática-, que !··
mente", de una habilidad o sensibilidad particulares. ¡::
constituye la condición de posibilidad absoluta y
por tanto la determinación absoluta de las for-
La problemática es entonces un factum en sí mismo
incomprensible, la coagulación objetivaqa de una .· sub- ....
mas de posición de todo problema en un momento \'-:
determinado de la ciencia". ( LI,27). jetividad. en acción. En el o~ro extremo del mismo f.

f;:·:
razonamiento, una concepción empirista entiende q:u~ :;•·
;--:·
entidades más o menos misteriosas y en todo caso orrini· :~::
Las difer~ntes prácticas · científicas, tanto como las
,.F
presentes -"Espíritu de la Época", "Intereses Superiores
r.
diversas . prácticas ideológicas, se enfrentan con proble- de la HistoTia", etc.-< hacen que ciertos problemas apa· ...
mas que son otras tantas combinaciones interiores a un 1·ezcan y o:ros no, provoca ciertas preguntas e impide
campo en el que se despliegan: sus respectivos discur-
sos tiene lugar más ·acá de ese horizonte, de ese umbral ¡: otras. Ambas posicioneS' son subsidiarias del esquema·
ideológico del progreso y sus variaciones ( voluntarismo- t:
'.
absoluto que no suelen transgredir. Y cuando en efecto espontaneísmo, por ej.), es decir de una línea tensa ,..
lo b'ansgreden, hay una revolución (teórica). 1 y única a cuyo_ desarrollo cada teoría aporta su grano de ~: :: .
1 ;·_·.·
m·ena. Para una y otra, la problemática es inexplicable
Primera aproximación: la problemática es el sistema ¡·:
...·-
de conceptos y sus combinaciones que rinde cuenta de
1
1 como tal, justamente porque en lugar de problemátic~ ;..

los problemas específicos de una temía científica, de de un pensamiento sólo advierten la pura contingencia
11 de su aparición y la 'sucesión cronológica de su desa-
una filosofía y en general de una ideología. Esos pro- l
blemas son piezas determinadas a las que se aplica el rrollo.
trabajo de transformación de la respectiva práctica: el 1 Si la problemática es objetiva, constituye un espacio
problema del conocimiento, el problema de la concien- específico e irreductible al espacio particular de cada
cia, el problema del inconsciente, el problema de la
praxis. Pero éstos no pueden ni siquiera plantearse o
j discurso. Específico, porque ese sistema de refm·encias
que unifica los temas de una doctrina no nos dispensa
concebi!rse como problemas si no es en el interior de una de investigar la doctrina, dilucidar ·sus problemas pro-
matriz teórica precisa: la posibilidad de una lectura pios, sus soluciones exclusivas, conocer su modo parti.
sintomal depende de la localización de su problemática. cular de lleva.T a cabo ciertas combinaciones de .la ;__ ·:;
Para que la plusvalía sea un problema (científico) sns· problemática que la domina. O sea que tampoco aquí
ceptible de una elaboración particular, este objeto vi~ vale el modelo de la "pars totalis" o "totalidad expresiva'' 1,_·;
sible debe recortarse en el campo invisible de un código, ;.:-
( PM ,63); ni las doctrinas ni sus problemas son "mo- '
sistema de referencias objetivas de los temas tratados o
tratables. mentos" de la problemática-totalidad-totalización. Se
trata de no confundir la investigación de la problemá- '
Importa destacar aquí el carácter objetivo de la pro- ,~ ..·.
'¡<·,·._
...'-·
1 •.
t •:.~

f:
.'
;

!
LECTURA DE\ ALTHUSSER 61
60 SAOL KARSZ

mayores, obedeciendo a ciertas urgencias registradas en


tica con el supuesto develamiento de un fundamento
esencial de los textos 1 . aquélla.
En segundo lugar, la identificación de la problemá-
La problemática es irreductible, además, porque cons-
tica permite definir cuál es la novedad aportada .por una
ta de una serie definida y sistemáticamente relacionada
doctrina, las modificaciones qle detalle o de conjunto que
de términos y de combinaciones entre estos términos,
introduce, el nuevo espacio que abre o el espacio ya exis-
algunas de las cuales son efectivamente cumplidas -:rea. tente que reproduce. Permite decidir en qué coordena-
lizadas, actualizadas- por la doctrina del caso. Es el
das precisas se •sitúa una doc:rina, cuál es su posición
sistema de problemas y combinaciones susceptibles de relativa respecto de los otros discursos (discurso de una
plantearse a un pensamiento en una coyuntura. Es e] ciencia y de otra ciencia, de una ciencia 'y de una ideo-
horizonte objetivo de un pensamiento, el universo teó-
rico ya constituido al que nace y en el que se hace logía, de una id<:!ología y uúa- ciencia).
' ' ( PM ,83). Por retomar una fórmula de J. Lacan cara El concepto de problemática de un discurso es el con-
cepto de la dirección deterrminante y dominante de ese
'
•',1

a Althusser, se puede sostener que la problemática como


tal está estructurada como un lenguaje: sólo algunos seg- discurso, pese a y por la presencia de elementus que no
mentos de su cadena de significaciones es actualizado en funcionan en la economía aparente del conjunto, las
y por una doctrina. Este punto exige dos aclaraciones. explicaciones del autor o aun 1a presencia de elementos
··.·
sintomáticos de otra problemática. "Una vez llevada a
En primer lugar, si no se debe entender el concepto de
su término, esta operación de efectualizacíón máxima es
problemática al estilo del arquetipo platónico, jungiano
]a determinación absoluta de su campo." 2 Permite esta-
o sus variantes, es porque aquélla no preexiste, ni sobre-
blecer, en suma, el sistema de parentescos y diferencia.;
vive ni es el seno original al que remite toda doctrina.
La problemática es el sistema de inteligibilidad, racional, est'l:ucturales que separa epistemológicamente un perío-
do teórico de otro, la distancia objetiva entre dos dis-
finito y unívoco, que permite conocer cuáles' son los lí-
cursos, aunque los mismos términos aparezcan en uno y
mites de una doctrina y el universo de su discurso·. Sis-
otro -como "dialéctica" en Hegel y en Marx-, aunque
tema de inteligibilidad, o sea, producido a partir del
los términos sean "positivo, en uno y "negativo" en otro
conocimiento de un conjunto de doctrinas particulares.
-"Dios" en Hegel y en Feuerbach-, aunque, en fin, un
Sometidas a un trabajo a:eflexivo de análisis, crítica, lec-
discurso se implante precisamente contra otro del que
tura sintomal, esas doctrinas permiten construir ciertas
pareciera separarse para siempre -discurso religioso/ dis-
estructuras -modelos conceptuales- de las que se deter-
minan las combinaciones finitas enire elementos. De curso humanista.
hecho, una problemática es posible gracias a una lectura Así pues, las diversas doctrinas ya no señalan, por su
; ~ sintomal, que a su vez es lectura de un texto puesto en sola presencia empírica o su sucesión cronológica, una
relación con su problemática ( LI,31). diferencia o un parentesco. Un discurso puede ser dis-
tinto de los otros sin por esto diferir en cuanto al espacio
Se dirá de una doctrina que obedece a cierta proble-
( supuestus y problemas) en el que esa diferencia se con-
mática en la medida en que sus problemas, su modo de
suma. Por ej., la localización de la problemática meta-
tratarlos y el producto obtenido constituyen una combi-
física nos haría conocer la filosofía hegeliana en su con-
nación pos-ible e interior a dicha problemática; en tanto
junto no como una revolución ( fil?sófica) sino como un
opera a partir de supuestos, por o contra ciertas líneas

j
62 SAOL KARSZ LECTURA DEJ ALTHUSSER 63
'
'
''golpe de estado" 3 : como la reiteración de la misma consiste en la apertura de facto de un nuevo continente
problemática pero en una articulación distinta de sus teórico regido por su legalidad específica y p1·oduciendo
_ problemas 4 • sus efectos pertinentes~ La ."'revolución teórica". de esa
fundación es la elaboración .filosófica de ese continente
(cf. § 2.3.). , ¡:
o o ~- :
Por lo mismo, la eficacia de una problemática depende .':::
de lo-s discursos que permite comprender. No hay una ;.-·
¡·._::
Problemática de las problemáticas. El "fundamento" de ¡.:-
-La problemática como tal, sólo excepcionalmente apa- una problemática es teórico-científico y no metafísico:
1..·
l
rece de modo explícito en un discurso ( PM,24ss.). Es '
~' .
no se apoya en un primer motor (móvil o inmóvil) sino
"inconsciente": un pensamiento no se aprehende atacan- __ en su capacidad de conocimiento y en su posibilidad de
do UU ~repertorio finito y riguroso de articulaciones CQJ;l~ --:',>: . _ponernos en condiciones de producir discursos depen-
ceptuales, sino bajo forma de temas particularmente '(_ dientes de otras problemáticas, dotados de otros efectos
urgentes en un campo ideológico (PM,67-71), legados políticos, interviniendo de otra manera en la unidad com-
por la tradición teÓTica de la ciencia que se practica, etc. pleja de la práctica social. Su mecanismo de control con-
Una de las tareas de la epistemología, tal como Althusser siste entonces en las condiciones ya aludidas: en la capa-
la concibe, estriba en producir el concepto de la cone- i·:
cidad epistemológica del concepto producido y en su 1:
xión necesaria y jerá'l"quica entre los temas de un discurso fuerza operativa. Una problemática -se produce como se
.!:;-;_

(re) constituyendo así la red en cuya trama se tejen las· !::


destruye: por el empleo regulado de instrumentos de ;

doctrinas.
De hecho, la problemática como tal, no aparece jamás
en su concep~o propio y desarrollado en el discurso; sobre
producción, por su puesta a prueba en cada caso y por
su capacidad de poner cada caso a prueba. h
i':
• ..
todo, cuando se trata de una nueva problemática, aper-
tura de un nuevo continente del saber ( L,24) irreductible '# '#

a los ya existentes. En este caso, se presenta parcial y


lateralmente: en síntomas, en alusiones, en textos difí-
ciles de leer sin sucumbir a una lectura literal 5 • Se mues- Podemos enunciar ahora tres figuras típicas que con-
tra, ante todo y sobre todo, en "estadó p~ráctico": en sus ciernen a la relación ent'l"e las problemáticas y los dis-
cursos. Estos pueden elaborarse según posibilidades inte- : ·.
efectos, en lo que hace y construye, en una nueva ciencia
funcionando y produciendo conceptos que no_ deben nada rio:res a una problemática, realizando esas posibilidades
a la.s anteriores problemáticas. Aparece como un nueve o precisamente las contralias. O bien pueden no reali-
objeto-de-conocimiento y como la producción de conoci- zar ninguna, situarse fuera e independientemente de la
mientos en lugar de representaciones ideológicas. Es aquí problemática de la que partieron y de todas sus combi-
donde la lectura -sintomal es imprescindible: el conoci- naciones. Esta mutación del modo de produc-ción teó:-ica,
miento de la nueva problemática parmite leer el discurso este cambio de terreno (ver nota 5) indica una revol"Q-
que la realiza en estado práctico, tanto como esta lectura ción teórica.
permite construir aquella problemática. Luego, una "fun- Disponemos así de las tres figuras mínimas: reproduc-
dación científica" ( 1~ matemátic~ en Grec!a, por ej.) ción-repetición, reproducción-inversión, transfonnación de :.

;¡:
..
1:-:
...

::·
{::
·:. ¡
-;~

1 64 SAOL KARSZ
~
. ·~
LECTURA DE ALTHUSSER 65
l ~;1
problemática o revolución teórica. El primer término
:.~ trina, y su oposición consiste en dar vuelta la problemá-
.· ' ~reproducción, transformación- indica la dirección do- tica que la rige, otorgando a otros elementos las mismas
~~ minante de la 'I"elación entre un discurso y la problemá- funciones y atribuciones. Aquella problemática no es ni
,~ tica que lo rige. El segundo ténnino -repetición, inver· criticada ni abandonada en sus presupuestos fundamen-
,; i sión- indica la diferencia interior a esa dirección domi-
.' tales, sino en ciertos efectos (los del discurso opuesto) .
nante: el modo preciso de la reproducción. O bien, en
la tercem figura, indica la presencia de una nueva pro- "En efecto, Feuerbach no rompe con la religión en
blemática. geneTal, sino COn la forma C'fistiana de la religión, contra
la cual propone una religión del hombre cuyo .concepto
Hay reproducción-repetición cuando una doctrina recu- encuentra, naturalmente, en aquello que fuera negado
pera problemas (relativamente) semejantes a los de otra e invertido por el cristianismo: en el pag'anismo." 6 Se
doctrina y les -da ,una solución (relativamente) semejante. dice "bien" lo que la doctrina opuesta dice__«mar. Por
EJ discurso ·reproduce, dentro del mismo horizonte de eso el nuevo discurso se presenta como la "'verdad" del
presupuestos y articulaciones, los pmblemas planteados anterior, la restitución de la problemática original tergi-
o planteables. La diferencia continúa rigurosamente la versada: el humanismo marxista sería el humanismo ver-
misma problemática, mediante su adaptación a condicio- dadero o real, porque los o~ros serían los humanismos
nes teóricas e ideológicas nuevas. Está en obra la misma
falsos o abstractos; el psicoanálisis sería la psicología
·•estructura sistemática típica que unifica todos los ele-
verdadera, porque la psicología clásica seTÍa falsa. La
mentos" ( PM,63). Síntoma de conflicto típico en estos
diferencia entre los discursos consiste en una distinta
casos: las disensiones, distintas perspectivas o enfoques. articulación de la misma problemática: ·se la reproduce
Suele ser la situación de los discípulos respecto de la mediante su reparación. Síntoma de esta figura: la crí-
doctrina en la que se fOimaron; es, por ej., la relación tica, es decir la recuperación de una variante de la mis-
'·'., enf.lre los Manifiestos Filosóficos de Feuerbach ( MF,lss.) ma problemática a través de una lectura hermenéutica
y los Manwscritors Económico-Filosóficos de Marx (PM, del discurso opuesto. Se critica para restituir la proble-
26ss.). Por supuesto, ambos textos no son idénticos; pero
mática, se cTitica el discurso opuesto pero no su problemá-
sus diferencias son por entero interiores a una problemá-
tica, que por tanto se repite por inversión ( cf. Rancii~re,
tica (humanista-antropológica) y al modo de resolver los
LII,95-122). Ejemplo por excelencia: la relación tradi-
problemas; porque obedecen a las mismas condiciones
cional entre Marx y Hegel 7 , osegún la cual el primero
estructurales, se les plantean problemas semejantes. En
·pensana en su ceverd a dero 1ugar» - 1a econom1a como
1 1

otros términos: tienen los problemas que tienen porque


campo de exposición objetiva de las posibilidades sub-
.,.,¡ repiten una problemática en cuyo interior se diferencian
jetivas de la humanidad- lo que el segundo :gensara
~-.-: pero cuyo movimiento y combinaciones comparten escru-
pulosamente. en un "falso lugar'' -la sociedad civil como campo alie-
-~ ; nante del Espíritu Universal-. Pero hay en ambos un
Hay reproducción-inversión cuando una doct>rina se objeto estructuralmente idéntico -el Homhre Total/ el
establece en una oposición polar respecto de otra. La Saber Absoluto-, un método -la dialéctica- y un obje-
.1
·1 nueva doctrina actualiza nuevos problemas a los que tivo -la Teconciliación universal.
1
·.1 corresponden soluciones inéditas, pero sigue pensando
Esta figura debe ser cuidadosamente aislada de la ter-
dentro de la misma problemática. Se opone a otra doc-
cera (transformación de problemática), sin lo cual se

i
:- .. :

·:·
. . . .
6-7
LECTURA DE ALTHUSSER ::.
66 SAOL KARSZ

dones. de producción de los problemas, una modificación ,.


· cor.re peligro de confundir la crítica -aun despiadada y en el modo de plantearlos y de resolverlos: un cambio
''
genial, dotada de algunas intuiciones que Temiten a otra
cosa que a su original: a otm problemática- con la im- -· de terreno. Síntoma de esta tercera figura: la presencia
de un discúrso tal que su lectura exija· la puesta al des-
'l
plantación efectiva de una problemática inédita. Se corre cubierto de la problemática que suscFa. La producción
peligro de confundir la declaración de fundación con la ,,. del concepto de esa problemática es aquí ~bsolutamente '
fundación en acto. necesaria; de lo contrario, la novedad radical implantada
Si las tres figuras son las diferencias y parentescos es- en estado práctico por ese discurso sería disuelta en e] t
~ :.

tructurales entre di·scursos, esta segunda figura consti- ámbito de la anterior problemática. En una palabra, hay
tuye un caso privilegiado. Su aplicación rigurosa debiera . transformación de problemática cuando un discurso o
descubriTnos que buena parte de las llamadas «posiciones un .conjunto de. discursos se establecen fuera de las pro-
críticas" en el campo de las ideologías teé:::icas (la filo- b'lemátic'as ya gij~tén'es: cuando hay ruptura entre éstas
sofía, en especial) son subsidiarias de este modelo 8 • Su y la que esos discursos ponen en funcionamiento. Sin
realidad es la inversión del discurso opuesto y la ~restitu­ duda, el ejemplo por antonomasia es la ruptura entre una
ción reparadora de !a misma problemática. A esa reali- prcblemática ideológica y una problemática científica;
dad se agrega el fantasma de una supuesta nueva proble- es el caso de los fundadores de un nuevo continente del
10
mática: en el interior de la misma, un discurso se limita saber: Galileo, Newton, Freud, Marx •
a no hacerse pasible de las críticas que opusiera a su El concepto de problemática se aplica, por un lado, a
contra!rio 9 • la diferencia radical entre una ciencia y una ideología
Hay transformación de p-roblemática -modificación teórica 11 de la que y contra la que se construyó una
radical del modo y condiciones de producción teórica- ciencia: enfu:e el MH y la economía política clásica. Tam-
cuando el sistema completo de problemas susceptibles de bién se aplica, por otro lado, a la relación enh·e dos filo-
plantearse, sus combinaciones y soluciones han sido cam- . sofías: el MD y el hegelianismo. Luego, la inversión
biadas de raíz. N o sólo se ha alterado la posición de los marxista de Hegel no es la 1·elación efectiva entre ambos.
problemas en el interior de una problemática dada, sino Según cieTtas alusiones de Althusser, en fin, S'pinoza !.
que se ha modificado la posibilidad misma de que ésos habría sido el único antecedente de Marx ( LI,l6; pre-
seqn los problemas. Se han constituido nuevos objetos sentación a la ed. franc. del libro cit. de Osier; etc.).
de reflexión, a los que se aplican nuevos métodos tenc- En el caso de las ideologías teóricas, la problemática
dientes a soluciones inéditas. El conjunto es litemlmente transformada aparece en estado práctico, esto es en sus ¡-,.,•.

inconcebible e incomprensible en la anterior problemática, - efectos (nuevos problemas, nuevo obje!o de reflexión,
,·,-:

cualquiera fuera el di·scurso que, subsidiario de aquélla, nuevas soluciones). El análisis, conocimiento y elabora-
intentara ese esfuerzo: una doctrina que abre o se ins- . ción. de las condiciones epistemológicas de liquidació~
. tala en una nueva problemática sólo puede ser objeto de de una ideología implican que el campo ·ideológico. y su
reinscripción (cf. § 2.1.) pero no de conocimiento por respec~iva problemática han sido localizados ( PM ,61-73).
parte de las precedentes~ Puede aparecer como una Esto per_mite: a) mostra:r en qué campo ideológico nace
variación dé lo ya existente, pero no como lo otro abso- un- pensamiento, es decir a qué urgencias y prioridades
. luto. s~ enfrenta, qué problemas se le presentan, de qué mé-
E~ta Tevolución teórica es una mutación de las condi-
--~---

-~

. :~'

·. "f:
LECTURA DB ALTHUSSER 69
68 SAúL KARSZ

<i todos dispone para resolverlos; b) investigar la presencia al error, de la luz a las tinieblas: son dos modos cualita-
de una formación ideológica, en la distancia que va des- tivamente diferentes de apropiación y transformación de
de los problemas ,reales de una coyuntura a la elaboración lo real-empírico. La·s t•res figuras que ihemos enunciado
ideológica de los mismos, o sea entre los problemas que componen instancias rigurosamente ·separadas; 1~ impor-
una ciencia permite conocer y el modo como una ideolo- tante es no hacer pasar unas por otras: lo importante es
gía teóri?a lo~ ha resuelto. que sea posible una modificación de la ideología política
revolucionaria (cambio en la representación que los hom-
bres se hacen de su situación) por la incorporación del
~ ~ conocimiento científico. Lá crítica ideológica suministra
una de las materias primas para la ciencia, la crítica
epistemológica suministra a la ideología revolucionaria
En el dominio de hs ideologías no-teóric~s, "hay mu- uno de los soportes para su diferenciación radical ...
chas '!rupturas', pero no son epistemológiCas sino políticas
(efectos de la práctica política, de los grandes hechos
revolucionarios)', 12 • Cabe enunciar aquí el concep~o de
"crítica ideológica", o sea el análisis, oposición y rechazo
de una ideología por otra (diferente de la "crítica epis-
temológica", relación entre una ciencia y una ideología;
cf. § 2.2.). Una ideología lucha contra otra, y su crítica 1 El "texto, en efecto, en tanto único resultado (inclusive pro-
puede poner al descubierto los contenidos y aun los me- visorio) de una producción, única traza de una escritura, consti-
tuye la exclusiva realidad a partir' de la cual emprender el trabajo
-::1 canismos de la otra; auñ una inversión de problemática reflexivo que apunta justamente al concepto de su producción.
;
puede significar un desar,rollo y una modificación del Todo debe ser leído en los text•os, aun el funcionamiento de la
0:;¡ !1 campo ideológico existente. Pero, según Althusser, apa- práctica que los· produce". (J.-L. Houdebine, "Premiere approche
' ,1
:'i i rentemente la única posibilidad de dejar atrás una pro- de la notion de texte", en: Tel Que], Théorie d:ensemble, Paris,
' il blemática ideológica radica en la ruptura y constitución Seuil, 1968, p. 270).
2 J.-A. Miller y J. Cl. Milner, Cahiers pour l' Analyse (1968,
....1 de un nuevo espacio: en la importación de una ciencia
al seno de una fo!fmación ideológica. U na ideología radi-
n 8, p. 3).
9
3 La expresión "golpe de estado teórico" se encuentra en P.
calmente distinta de las existentes sólo es posible por Bourdieu, J.-Cl. Chamboredon y J.-Cl. Passeron, E~ oficio de so-
dicha importación. La distancia entre una ideología libe- ciólogo (Buenos Aires, Galer'na-Posición, en preparación).

~ ral y una ideología revolucionaria no es epistemológica


sino política, pero, al mismo tiempo, esa distancia se sos-
4 "Habrá que estudiar con todo cuidado esta problemática común
[al 'historicismo' hegeliano y al 'eternitarismo' de la economía
clásica] para saber si Hegel fue realmente el teórico revolucionari0
tiene en una a:uptura epistemológica (la ideología revo- que se cree, o si más bien no se ha limitado a pensar -c'omo esen-
lucionaria remitiría a la "ciencia de las formaciones socia- cia del desarrollo histórico- una lógica de la contradicción que es
:. 1 les" o MH). la lógica clásica simplemente 'invertida', es decir, conservada en
su contenido pero invertida en su orden, a fin de absorber la con-
:
.~
Volveremos más adelante a este punto. En todo caso, cepción genética y teleológica C'On la que el siglo XVIII se represen-
-~ valga .Ja aclaración para no registmr la empresa althus- taba la historia." ( LII,64).
seriana en un proyecto cientificista. Entre una ciencia 5 Althusser cita y emplea tres textos ejemplares por la presen-

y una ideología no hay diferencia que vaya de la verdad cia de síntomas y desarrollos de una nueva problemática. Son:
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70 ·-SAúL KARSZ :..

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c.
Marx, Intr. a la Crít.. de la E Política, "texto de metodología de'
,pi'inier orden, lamentablemente inacabado"; algunos pasajes de. Le.. § 1.4. Ruptura epistemológica
nin, Cuadernos ..., "esboz'O de una 'Dialéctica [mateiiahsta]"; y
un texto de Mao Tse-tung, 4. propos de lp_ contradíction, "contra
las desviacio!Jes dogmáticas del partido chino en 1937" ( PM,l87). ·
Además: PM,24; LI,31n.9; 33,n~l0.
v J.-P. Osier, op. cit., cap. 5. "No cualr¡ui!er fundación científíqa· provoca
7 Es decir, la relación Marx/Hegel según la entiende una cierta ipso facto una revolución en lo Teórico sino (se
problemática tradicional -historicista/humanista- a partir de una . puede al menos presumir) aquélla que, para pen-
lectura literal de ambos aut'Ores. - . . . sar su objeto, está obligada a modificar práctica"
s Constituyen, por tanto, posturas "reformistas" en el interior mente la· p1'0blemática teórica existente." ( LII,
de una problemática no cuestionada en sus supuestos fundamenta- 166).
les. Sus consecuencias políticas han dado lugar a las_ diferentes .
corrientes revisiq:qi§.t.as; a título de tesis, podemos sostener que esas
a
corrientes remitE!ft' doctrinas instaladas en la misma problemática
De las tres figmas descriptas en el parágráfd anterior,
que las doctrinas a las que se oponen. El revisionismo político se
vincula entonces con una inversión de la problemática teórica, y no la ruptura epistemológica s6lo se aplica a la tercera: ella
c'On una ruptura.
marca el hiatus riguroso que separa, según los términos
· o Es la discusión entre los diferentes humanismos, quienes se de una distancia irreductible, una ( s) problemática ( s) de
acusan recíprocamente de traicionar al Hombre, su objeto compar-
tido. Es el caso, además, de la disyuntiva fideísmo/ateísmo: si Ja. otra( s). Permite decidi!f si hay o no una nueva proble"
primera posición se define por la existencia de Dios, la segunda lo mática, es decir si hay o no un nuevo objeto de investi"
hace por su inexistencia. Dios es en ambas posici'Ones el término gación al que corresponden una reflexión, pmblemas y·
de referencia y hor•izonte absoluto: su afirmación es el fideísmo, su soluciones inéditos. La localización de la ruptura es el
negación el ateísmo, inversión del primero y reproducción de la
problemática religiosa ( cf. la misma idea. en Osier, op. cit.). (A tal punto nodal que corta una sucesión cronológica eri dos
punto que, en un "coloquio por el diálogo entre cirstianos y partes: 'el "antes" y el "'después" de la ruptura aislan dos
marxistas", R. Garaudy enunció: "Nuestro ateísmo es el opuesto
exacto de vuestra fe.") problemáticas estructuralmente distintas, constituye -el ín~
10 Respecto de Freud, véase "Note liminaire" en F. (En §3.1.
dice de sendas historias diferenciales y permite no con- !:.: .
estudiamos la relación Marx/Hegel. ) . fundir la sucesión cronológica y la periodización teórica .. ';
11 Ideología teórica: ciencia de la que se ha mostrado el carácter E] "antes" señala una ideología teórica; -el "después", h
'
'
ideológico y pm' tanto no científico (economía política clásica, psi- una ciencia.
éología prefreudiana). ·.
De hecho, la fundación de una nueva ciencia implica
XI. 12 L. Althusser, La rev. teórica de Marx [PM], segunda. ed., p.
' una revolución teórica y, a la inversa, una revolución
teórica prueba que la ciencia en cuestión es efectivamen"
¡ te nueva. Pero esa revolución es ante todo práctica: una

_ ciencia de ese calibre instaura una problemática .inédita
como condición sine qua 1Wn pa'I'a su propia constitución.'· ·
·
Y .la ciencia misma, con sus dispositivos, métodos, pro~
blemas, etc., es el efecto visible de aquella problemática.
Son la física y la historia ( L,24), como otrora lo fuera
la matemática. La problemática teórica es modificada .¡;:.

de hecho, prácticamente, por esas fundaciones científicas·..'

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LECTURA DE. ALTHUSSER 73
72 SAúL KARSZ

de conocimiento, teórico y reflexivo. Encargadas, enton-


Al mismo tiempo, aquéllas son posibles porque efectúan
esa modificación y en tanto ·la efectúan. El objeto cien- ces, de permitir la re-estructuración deliberada del espa-
tífico (la "abstracción razonada", como bien la denomina cio del saber 3. ·

Marx) llamado "inconsciente" es producible en tanto el Una de sus condiciones necesarias es la de poder dar
psicoanálisis se instala en otra región que la región psico- cuenta (_es·.o es, producir la! teoría de sus elementos y
lógica existente, inaugurando una forma de cientificidad combinaciones) del mecanismo y de la dirección domi-
inédita: !fe-define de hecho el dominio de los objetos nante en la anterior configuración, así como de su dife-
susceptibles de conocimiento y se inaugura como ciencia rencia estructural respecto de la nueva. Dicha teoría es,
inaugurando el nuevo espacio teórico. No nos dice nada en sentido lato, una producción: no un poner de mani-
sobre «el alma" o "el espíritu", por ej., temas de una fiesto lo ya contenido en la ruptura, sino la constitución
psicología tradicional, sencillamente porque ésos no son explí~ita de su espacio. No es un mero ·reflejo "raciona-
objetos-de-conocimiento 1 . Otro tanto ocurre con las otras lizador" de una ruptura, sino una teoría inédita que faci-
disciplinas científica·s; el MH no nos dice nada sobre e] lita y consolida (o no) esa ruptma ( cf. § 2.3. ) .
. ··r Hombre y, no obstante, se ocupa de la historia y de los Hasta tanto esa nueva filosofía no se produzca, las
'
hombres en la historia ( cf. § 3.3.). problemáticas que la nueva fundación científica ha deja-
A ese estado práctico de la ruptura sucede ~según do atrás siguen ofreciendo tm conjunto relativamente cohe-
un retraso cronológico y epistemológico necesario- un rente de evidencias y representaciones. Oon su ayuda,
estadio teórico propiamente dioho: la producción de una se podría concebir esa ciencia y su nueva problemática
-: ;!
filosofía que, para reflexionar la novedad de la nueva sin aparente necesidad de situarse fuera de la ideología.
1

i ciencia, elabora una forma de racionalidad inédita, dife- Eso sucede, por ej., cuando el psicoanálisis aparece como
1

rente de las existentes. un discurso interior al campo de la psicología, suponién-


E·se retraso es necesario: ese tipo de fundación cien- dose entonces que ésta es la ciencia-madre o problemá-
tífica se halla adelantada <respecto de las categorías filo- tica científica y ése, una variación no-estructural de su
sóficas de su coyuntura; la nueva filosofía nace de su campo. O bien cuando se lee El Capital como la ilustra-
provocación ( L), una vez que sus efectos se hallan sufi- ción económica de los Manuscritos, versión materialista
cientemente desarrollados: una vez que esa ciencia se del universal hegeliano ( Giannotti). O cuando se piensa
ha vuelto ilegible para la filosofía dominante. que el MD es una nueva doctrina filosófica -filosofía de
la praxis-, y no una nueva práctica de la filosofía defi-
Así p~es, esa filosofía señala, "con su existencia mis-
nid-a por temas inéditos ( L,57). Este tipo de lectura pone
·. ma, un· hiatus decisivo, una revolución en la historia de
en funCionamiento una cierta concepción (literal) de su
lo Teórico''. ( Lll,l66). Su propia producción como tal
relación con lo leído (teoría de la visión), así como un
filosofía nueva es al mismo tiempo la lectura sintomal
efecto filosófico (la filosofía como develamiento de esen-
adecuada a la problemática cuanto la condición necesa-
cias) y ciertas posturas políticas (humanismo, etc.) Estos
ria para resguardar el espacio teórico abierto contra las
ejemplos tienen en común la ausencia sintomática del
evidencias ideológicas 2 • Althusser cita varios ejemplos
concepto de ruptura: no pueden diferenciar, por razo-
para mostrar que, con motivo de fundaciones científicas
nes de principio, el :rigor propio de la práctica teórica y
determinadas, se produjeron nuevas formas filosóficas e] rigor propio de las restantes prácticas, sobre todo de
encatrgadas de hacer pasar la ruptura práctica al estado
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r··_. 75
( LECTURA D~ ALTHUSSER 1·',
1:..
' .
74 SAOL KARSZ

.problemas, soluciones), cada una es la ·exclusión de la


la ideológica. Que, en Althusser, el problema esté lejos opuesta y· una intervención sobre aquélla. Están sep·a~ ·
radas por una dis:ancia epistemológicam~nte irreduCtible,
de su solución definitiva, no autoriza a confundir la una
en la otra, ni a explicar la una en nombre de la otra.
No obstante, esa confusión nos sirve para aclarar un
aspecto. La ruptura epistemológica marca un hiatus es-
·-·...
'11.
a recuperar una y otra vez: '1os términos que designan
lo_ científico y lo ideológico deben repensmrse en cada
;,
ocasión" ( L,51). La posibilidad de que una ciencia · siga_
trictamente epistemológico; terrminante y decisiva, indica -~r' practicándose depende de una re-efectuación ( implídta,
la regresión imposible de una ciencia a una ideología, la al menos) de la ruptura epistemológica; todo el trabajo
necesaria no-comprensión de una ciencia por una ideolo'" científico consiste, por uno de sus lados, en el ejercicio
.i':~ ;

reiterado de la ruptura epist~mológica.


1
gía. No hay puente entre ambas 4 • Pero esta rigidez
estructural de la diferencia no corresponde a ningún tipo
de operación ''real". En primer lugar, porque :a diferen- . · Luego, la ruptura es menos un punto preciso y singu~ '! ••

cia de la «ilusión de las obras completas", la ruptura no larizado cuanto un sistema de puntos o. una franja entre
dos problemáticas; precisamente: una línea de demarca- t
descuartiza un autor en compartimientos estancos (París):
no es una noción psico-genética que explicaría el orden e
ción. abe pensarla entonces como la diferencia estruc-
de la biografía por el orden de la teoría o viceversa. Plfe- tural dominante típica enf1·e una problemát~ca ideológica
guntas del estilo: "¿cuál es el verdade:~;o mensaje de Marx, y una problemática científica. Se sitúa menos a la altura
o de Freud?" están falseadas desde su base. La supuesta de tal o cual elemento cuanto, más bien, al nivel de la
«verdad" de un autor es un tema dramático y psicológico; significación dominante que unifica un conjunto de ele-
la ruptura no apunta al autor sino al espacio teórico mentos.
La ruptura propuesta por Althusser en los discursos
abierto o ce,rrado por su discurso. Sin duda, ese discurso
de Karl Marx 6 no implanta una división fundada en la
fue pensado por ese autor y no por otro, pero esta obvie-
dad no es todavía un concepto 5 • La ruptura sanciona los cronología empírica sino en la. cronología teóúca: son
hiatus de un discurso; no apunta al autor. momentos de un pensamiento-pensado y no etapas de un
pensador-autor. Si en los Manuscritos aparecen términos
En segundo lugar, porque no hay LA ciencia ni LA como "trabajo" y "t!fabajo alienado" que también están
ideología sino prácticas diferenciadas y definidas como en El Capital, no por eso se trata de una misma función:
sistemas de efectos pertinentes, su diferencia no juega no invalidan la rup~ura entre uno y otro texto. Pieza
como la distinción entre "el bien" y ccel mal", lo "verda- necesaria en el pl"imero, en el segundo constituyen restns
dero" y lo «falso". No se trata de reemplazar los fantas- supernumerarios de una problemática anterior, con la
mas ideológicos por la claridad científica: una eventual -que este texto IJ'ompió: en un caso, son nociones funda-
formación social totalmente carente de prácticas ideoló~ mentales, en el otro son palabras ( D,l8).
·<·:
gicas (de nociones morales, de literatura, de arte, etc.) A la inversa, que los textos llamados de juventud con~
es una nueva versión del Paraíso Perdido, una combina~
ciban la posibilidad de dejar atrás la pareja cómplice 1.·:
ción de positivismo y problemática religiosa ( PM,25lss.).
fideísmo/ateísmo, no implica que efectivamente hayan
Una problemática científica y una problemática ideoló-
realizado esa operación. Es por esto que la ruptura per-
gica no se distinguen por sendos carteles cuyas virtudes mite localizar la distancia entre sistemas de pensamiento
mágicas ahuyentarían la indiscreta visita del enemigo.
-entre problemáticas- y no entre elementos. Una vez
Definidas por sus efectos pertinentes (objeto. reflexión, ..
LJ
[.
'
1¡:
;:·
77
LECTURA DEl. ALTHUSSER
76 SAOL KARSZ
Pero hay otro aspecto en los efectos mediatos de h
localizada la truptura a la altura de la pTOblemática domi~ ruptura: la sobrede·enninación política (estudiamos el
nante, se puede y se debe localizarla en los textos: en concepto de "sobredeterminación" en el capítulo 3). La
éstos, lo que importa es, justamente, la dirección que los fundación del psicoanálisis rompe con la psicología clá~
gobierna y que da a cada elemento una posición y una sica, ideología teórica como la economía política pre-
significación unívocas. marxista. Pero esa ruptura también toca otros dominios
Punto nodal, ·pero no punto a secas. Espesm de con~ ideológicos, y en especial el de una ideología no-teórica:
centración y condensación de una configuración global, la moral "victoriana", el sistema de represiones sexuales
desde la cual y sólo desde la cual es posible situar la orientadas por una fase determinada del desarrollo eco-
ruptura en tal o cual texto del autor ( L,25). nómico y político del capitalismo. Una fundación cien-
..... tífica es un acontecimien~o teórico que interviene en el
campo ideológico de su coyuntU.ra. Interviene teórica·
~ ~
mente, sin duda, mediante el conochniento; pero éste
se halla políticamente sobredeterminado en tanto contri··
La ruptura entre dos problemáticas provoca efectos huye a la modificación parcial de las representaciones en
que podemos denominar inmediatos y mediatos. Los curso. Contrariamente a la tesis· idealista, no se trata de
efectos inmediatos consisten en la fundación científica del que el psicoanálisis (y más aún el marxismo) sean recha-
caso, estado práctico de la ruptura. Los efectos mediatos zados pm una especie de <<angustia ante el saber": son
son dos: por un lado, la reorganización del espacio del rechazados habida cuenta de la función polítíoa; cumplida
saber provocada por la constitución de una nueva pro- por el conocimiento, habida cuenta de su intervención en
blemática, que no sólo instaura un tratamiento científico la unidad compleja· de la práctica social.
en lugar de un tratamiento ideológico, sino que modifica Y a la inversa: la articulación de la práctica científica
de alguna manera, a corto o largo alcance, el conjunto en el seno de esta unidad le suministra materia prima.
'
de las problemáticas científicas de una coyuntura. Estos La fundación científica sólo tiene lugar en lo teórico, su
efectos se harían 'Sentir, en el empleo hecho por una materia prima es teórica (conocimientos, ideas, datos,
ciencia, de conceptos elaborados por otra. El "principio nociones, categorías), pero su a•rticulación con las res-
de indeterminación", en física, por ej., ha dado lugar a tantes prácticas le suministra elementos necesarios para
una reinscripción ideológica ya clásica: el observador su. elaboración. Los trabajos de Althusser no ofrecen
sería condición necesaria para la observación del fenó- demasiada inf01mación respecto de estos problemas; la
meno; luego, la subjetividad es fundamental. La cons- constitución del MH podrá acá ayudarnos a plantear y
titución del MH permitiría saber cuál es el status cientí- resolver analíticamente el difícil problema de la a-rticu-
fico de la "subjetividad": ¿enunciado científico o sobre~ lación compleja entre la prác:ica teórica y las prácticas
impresión ideológica? No se trata de reivindicar una restantes. De todos modos, estas consideraciones gene-
«ínter" o <'multidisciplinariedad", sino de pensar en esta rales quizá alcancen para señalar que la ruptura episte-
posibilidad de modificación del espacio entero del cono- mológica demarca una problemática científica y una pro-
·,
cimiento por obra de un nuevo continente abierto. Ejem- blemática ideológica, y que esta demarcación teórica se
plos más claros que el citado debieran ayudarnos a cap- halla a su vez políticamente sob~edeterminada ...
tar mejor la dificultad.

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LECTURA DE ALTHUSSER 79
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78 SAOL KARSZ

1
11
~
1 Importancia ·trucial de la epistemología ( P,51). La reflexión
epistemológica es la única que puede darnos la teoría de la cien-
,t~·~
sophie pour scientifíques, se han publicado los fascículos III y IV:
Alain Badiou, Le concept de modele ( Paris, M aspero, 1969).
4 Pero aún este "pasaje" no e~ una vía real: exige una tran!;-
i'
].::
i .:

,¡ tificidad en· obra, mediante la localización precisa -en el discurso formación radical de los objetos, reflexiones y problemas ante-
~
l. científico constituido- de la ruptura corr'espondiente y de sus arti- riores, una mutación de las coi:ldiciones de producción teórica.
' culaciones sistemáticas. Así, que el psicoanálisis haya inaugurado, Si como señala Althusser toda ciencia es ciencia de una ideología,
en efecto, un nuevo continente del saber, no significa en abs'Oluto no hay adaptación o aclimatación de una ideología en· el interior
que todo ejercicio del psicoanálisis sea una práctica científica. de una ciencia: ésta implica, desde su punto de partida, el des-
No significa, sohre todo, que la doctrina haya alcanzado, en Mi montaje y descomposición de la ideología. Cf. Lll, cap. III y IV; .;.·

conjunto, status científico. Que la práct-ica del psicoanálisis (la el artícul•o F. y también J. Lacan, "La ~cience et la vérité"
cura) sea todavía c'Onsiderada y realizada como un "arte" (y no ( Ecrits, París, Senil, 1966, pp. 855-877).
como un momento interiOl' y rigurosamente controlado de la ú Se explicaría así, parcialmente, que la práctica política no
teoría científica, con lo que esto implica de definiciones unívo- constituya tema de una teoría explícita en Althusser: su examen
cas, combinaciones limitadas, con'Ocimientos sistemáticos), indica de está' :instancia adopta casi siempre una forma perifrástica, de
. su déficit científico y su alta impregnación ideológica. La pro- ·.''
;,·
exégesis· O comentarios ( PM,177-185); indica algunos segmentos con
ducción de una teoría epistemológica del psicoanálisis (semejante los cuales construir esa teoría. Pero de hecho la misma no figura
formalmente a la empresa althusseriana sobre el marxismo) es en sus trabajos.
hoy día de una extrema urgencia teórica, pero también ideoló- 6 Véase el dispositivo de esas articulaciones en el esquema que
<:
gica y política. EI1a será la única instancia objetiva que permitirá figura al final de este parágrafo.
C'Onocer su cuerpo teórico y cuya función crítica permitirá de-
nunciar de qué modo concreto y preciso una buena parte de la
práctica psicoanalíticP. actual resulta de una minscrípción psico-
lógica del psicoanálii!is. Permitirá mostrar dónde y cómo, em-
pleando qué mecanismos y para servir a qué causas los discursos
ideológicos han recuperado el discurso científico psicoanalítico,
convirtiéndolo así en una técnica de control social. Quizá por
este lado resida el "secreto" del buen éxito "mundano" (clases me- f
dias) del psicoanálisis. Pero, de esta manera, el desafío revolu- :.
1

cionario (y no sólo "espiritual") contenido en ]a obl'a freudiana


es escamoteado. El problema es arduo y difícil, por supuest'O;
e] hondo aprecio ele Althusser por Jos trabajos de J. Lacan se
instala, según pensamos, en esta línea ...
'
2 Condición necesaria que permite seguir reconociendo la es-
pecificidad irreductible del nuevo objeto, de la reflexión y de lo:;
problemas científicos: que permite la (re) instalación en aa,ud
nivel en el que los conceptos tienen su I'eferencial científico a-ideo-
lógico. Condición de reserva y resguardo, además, al que una
ciencia puede recurrir a fin de hacer frente a los asaltos de las
·problemáticas ideológicas ( LII,33,nota).
3 Althusser cita: Platón/matemática griega; Descartes/Gali-
leo; Leibniz/cálcul'O infinitesimal; Marx ( MD )/Mar'X ( MH)
( LJI,166). Y en Curso todavía inédito: Kant/f.Hca newtoniana;
Husserl/lógica matemática. De hecho, sólo trabaja la relación
entre el MH y el MD. (El curso citado fue una serie de clases
dadas por Althusser, . Balibar, Badiou, etc., en l'Ecole Normale
Supérieure de París en 1967-1968; bajo el título Coufs de philo-
. ·.r'

~~~
-~~
80 SAOL KARSZ LECTURA DE, ALTHUSSER 81
..
.-.:.'
·

:~
. ,,·¡ ESQUEMA 1 Observaciones (cf. PM,23-30; A,7,21-24) .
1
~ Dispositivo de las problemáticas en los textos de K. Marx . ~~·
:l l. La primera columna -problemática- indica la dirección dominante
.1
Problemática A1ticulación
específica Textos Fecha Período o unificación unívoca de los ·textos mencionad'Os en la tercera co-
lumna: es el discurso objetivo de esos textos. Identificamos dos
problemáticas (ideológica/científica) separadas por' un corte (rup-
racionalista-libe· ~ Ar'tÍculos en Ca- h. tura epistemológica).
ral {Kant-Fichte)J ceta Renana 1842 2. La segunda columna -articulación específica- indica el modo
preciso de la problemática. En PM,27 -28, Althusser indica Jos
racionalista-co- Crít. Derecho, 1843 Manuscritos como el único texto hegeliano de Marx; en A,21-24,
IDEOLÓGICA C.rít.. Estado de ~~ admite que en 1858 (o sea después de la ruptura) Marx reitera
munitaria juventud 1

( Feuerbach) } Hegel, Sagrada circunstancialmente ciertos temas y termirrología hegelianas.


Familia 3. La tercera .columna -textos- indica los escritos de Marx repre-

hegeliana } Manuscritos . .. 1844


*f
~~
sentativos de la articulación específica. Las fleclías indican''' J;.:.í'E:
única circulación posible entre niveles: no entre problemáticas
sino entre textos. .Éstos pueden presentar elementos pertenecien-
--------------------¡
anuncio de nueva} Tesis s/Feuer- 1845
tes a problemáticas diferentes, pero siempre acreditan una pro-
blemática dominante o mayor que justifica su inclusión en tal o
cual casilla. ·
problemática teó- bach, Ideología 4. Las fechas y períodos no corresponden a las prtoblemáticas domi-
rica Alemana nantes en los textos respectivos. No hay paralelismo ni coincidencia
entre aquéllos y éstas. En las tres primeras columnas se indican los
RUPTURA
EPISTEMO-
Grundisse 1857
("Fund." Crít. E. /59
Política) crisis
,, elementos para un conocimiento de la problemática teórica; en
las dos últimas, Jos elementos para un conocimiento de los pe-
LÓGICA
}"[influenda
Iana
] hege- ~p.1Cf aczo.
Política.
.. C1t·'t• E C. 1859 1 ríodos vitales y cronológicos.

Libro 1~ secc. 1 1867


Capital

Manifie-"o del
PC.
Miseria Filosofía
t
1845 }
/46
ciónr
madura-

/'·

Salario, precio . . . 1855


CmNTÍFICA Crítica Programa
de Gotha 1875
Notas s/Vvagner
.: --~
1855 1~2}
:;:~
:, ~
lntr. Crít.
t ext o f un d amen-} El . lE. Pol. h. madurez
:·J tal del MH y MD Cap¡ta 1883
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1· § 2. Prácticas diferenciadas '

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1 '·
l
0
Cada práctica cuya autonomía relativa puede ·estable- ''
cerse, no compone un orden o nivel ontológico sino un t:
1,:
~-
topos epistemológico, diferenciable por sus efectos per:- ....

jt.
,,·; tinentes y sus articulaciones precisas con las restantes
prácticas. No constituye una instancia empírica "pura"
~-~·
en el seno de una formación social, de modo que hubiera
¡\ un sujeto y un objeto económicos, filos'óficos, políticos,
· etc. Si no hay práctica teórica "pura", tampoco hay prác-
tica política "pura", ni práctica económica "pura". Emm-
ciar que la práctica teórica no se realiza en la abstrac-
ción incontaminada ·sino que obedece -como se decía
hace algunos años- a "valores" e "intereses" ideológicos
y políticos, que de alguna manera deciden su elabora-
;:
ción, no es todavía suministrar la teoría o al menos la
indicación de su mecanismo detallado. Su ,reconocimien-
to crítico no es el conocimiento teó1:ico de su especifici- .
dad. La famosa "ínter-penetración" global y recíproca
de todas las práctica-s exige ser pensada, convertida en
tema de investigaciones monográficas y de una teoría de· ¡·::
conjunto. Sin duda, estamos muy lejos de esa teoría .. 1~
·'¡
Pero ya sabemos que decir que todo tiene que ver con 1
!'',
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1· todo y suponer que este enunciado explica el problema,
J. no es sino posterga.rlo. Peor aún, es oscurecerlo de entra-
¡.;f
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1 da, con las consiguientes confusiones teóricas y políticas.
!-'~
Las "mediaciones" anuncian una relación que de hecho
no pueden acometer 1 •
Distinguiremos, con Althusser, entre "articulación'• e
"intervención". La primera corresponde a la posición
,.)
.r ocupada por cada práctica respecto de las; otras en el
f seno de la unidad compleja. Esta unidad está definida
·~r
por ues figuras típicas ( cf. § 1.1.: posición determinante,
ji t·
dominante y decisiva). Cada práctica se halla articulada !
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1
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1

LECTURA DE ALTHUSSER 85
8-! SAOL KARSZ

caz para incidir sobre la unidad compleja. Toda inter-


con todas las restantes según un doble criterio: su posi-
vención es un modo de transformación o de conservación
ción en el seno de la unidad compleja y la especificidad
de la práctica social de la coyuntura. Volveremos a este
de su mecanismo, instrumentos de producción y producto.
O sea que el modo como cada una se articula depende punto en el último capítulo. :
al mismo tiempo de su autonomía relativa y de la posi-
ción en la que esa autonomía se ejerce. El problema o o
que se plantea aquí es el de una teoría analítica de las
diversas articulaciones.
1

La «intervención" es el ejercicio de un efecto determi- Althusser enuncia varias prácticas diferenciadas: ideo-
nado, sobre una práctica dada, a partir de la articulación lógica, científica, filosófica, económica, políti:9a.. Sus tra-
que esta práctfeá. 'mantiene con las restantes. El texto bajos, ·sin embargo, sólo desarrollan alguriós~áspectos de
sobre «Lenin y la filosofía" es una intervención realizada las tres primeras. La práctica política, en .especial, no
en la práctica filosófica y sobre la práctica filosófica. aparece como teoría, sino como efectos (a destacar en
Pero el conocimiento de la articulación de esta práctica nuestros análisis) que sobredeterminan la práctica ideo-
con lo ideológico, lo político y lo científico, permite que lógica, científica y filosófica. La ausencia de dicha teo-
esa intervención sea de cierto tipo y que produzca efec- ría política se hace sentir en su examen de la práctica
tos sobre las prác:icas con las que la filosófica se articula ideológica y, de manera general, sobre cada uno de sus
(véase L,58). análisis particulares. Así, la práctica ideológica sólo es es-
.1 La combinación del concepto de articulación y de in- tudiada en tanto produce discursos teóricos: la economía
tervención indica, en líneas generales: a) que toda inter- política clásica, la filosofía hegeliana, el humanismo, el
;i vención es siempre singular, se realiza ·sobre una práctica historicismo. Su estudio apunta casi exclusivamente a sus
:¡ determinada y está enmarcada en una coyuntura dada; aspectos epistemológicos. Estos aspectos ·son, desde luego,
>l b) que toda intervención tiene un objeto y un objetivo, importantes, pero el análisis de la articulación entre la
'.
el objeto es el contenido particular de su intervención ideología y la práctica económica y política queda por
l1
1
sobre una práctica determinada, el :objetivo es la prác-
tica social o unidad compleja en cuyo seno aquella inter-
hacer. El conocimiento así producido no sólo comple-
taría las descripciones epistemológicas de las ideologías
... .
vención produce efectos ("sohredeterminación", cf. § 3.1.) . teóricas, sino que incluso podría rectificarlas. Por ej.,
:: O sea que la intervención en y sobre una práctica, actúa ¿hasta qué punto las ideologías teóricas no son formas
j también sobre la posición que aquélla ocupa en la uni- teóricas de las ideologías «prácticas'', institucionales, etc.?
dad compleja. Si la intervención opera sobre la práctica ( Cf. § Ranciere) .
:j determinan! e en última instancia (económica), sobrede-
.;.¡
.. termina a las restantes prácticas de una manera estructu-
.. i
..¡ ral. Y, en fin, indica que toda intervención singular inci- _¡ o (lo
. •!
de en la práctica social; esto permite comprender que,
en tal o cual coyuntura, haya "frentes de lucha" priorita-
rios (frente económico, frente político, frente ideológico) : En § 2.1. estudiamos la práctica ideológica en tanto sis-
frentes en los que una intervención es· más o menos efi-
86 SAOL KARSZ
LECTURA DEl ALTHUSSER 87

tema de discursos. Caracterizada porr un mecanismo pecu-


más eficaz para dibujarr una estrategia adecuada, cuanto
liar -reconocimiento/ desconocimiento-, mediante sus más prescinde de esa ilusión ideológica, es decir, cuanto
transformaciones sobre una materia prima dada -nocio- mayor recurso haga al conocimiento científico de lo real. 1_
nes, ideas, etc.- produce representaciones, su efecto per:.
tin:ente. Enh-a aquí en juego el llamado «problema de lo En § 2.2. estudiamos la práctica científica. La cons-
real": la práctica ideológica apunta a los objetos deno- trucción de su concepto 2 es pamlela y opuesta, en Althus- li:·

,.
minados «reales", mientras que la práctica científica opera ser, a la consb:ucción del concepto de práctica:ideológica,
sobre "objetos-de-conocimiento". Las ideologías remiten de sus especificidades diferenciales y de sus intervencio-
a lo "real" en el mismo movimiento por el que las cien~ :•: nes recíprocas. Se trata menos de una teoría ·general ·de
cias prescinden de él: no la manzana cayendo sobre ·la la ciencia -proyecto filosófico-ideológiqo por antono-
cabeza de New:on, sino la masa, la aceleraéión y sus masia- cuanto, en rigor, de un análisis de su estruc-
leyes. tura y mecanismos a-ideológicos. Antes que una diluci-
dación analítica del mecanismo particular de tal o cual
Lo "mar' es el ob¡ertJo-referencial por excelencia de una ciencia, se trata de marcar cuáles son las características
ideologf.!l.. En ella, aparece como el conjunto de deter- que la hacen irreductible a las ideologías. Es una in-
minaciones cuya única objetividad es reflejar y c-::'iificar f<
vestigación sobre el más acá de la ruptura epistemológica, \.
1\:

las afirmaciones o negaciones de la ideología del caso.


!~
así como el parágrafo anterior ( § 2.1.) investiga el más
Lo "real" es entonces la duplicación de la ideología que allá de la ruptura. 1
se reconoce en él y que lo desconoce fuera de ese reco- ..'-
:.~
Los trabajos de epistemología anglo-sajona han estu- ¡:·:
nocimiento. Por "real" debe entenderse, aquí, no sólo diado el mecanismo de las ciencias desde diversas pers-
las "apariencias" de las cosas (en el sentido en que Marx pectivas. Por ej., el corte entre "ciencia'' y "sentido
habla del "movimiento aparente de la sociedad capitalis- ..
común" es hoy día un lugar común escolar. Sin emb~rgo,
. ta"), sino las cosas mismas susceptibles de aparecer; e1 cuando Althusser analiza e insiste en la diferencia entre
modo como la ideología constituye sus objetos. A tltuio 1:~: la problemática científica y la problemática ideológica,
de tesis, cabe sostener que toda invocación a lo «real" r•. :
no está repitiendo ese lugar común. Lo elabora desde
es un síntoma de problemática ideológica ( cf. PM,25lss.), otro punto de vista: el sentido común, la percepción, la
sistema tautológico que opera sobre un objeto o situa- conciencia, las apariencias, etc., son todavía nociones in-
ción "reales" que lo repiten espccuiarmente. En el capí- dicativas que pueden incluirse como sub-especies de
tulo siguiente. intentaremos elaborar de una manera posi~
··.
'·•
ideología. Si la ruptura pasa entre la conciencia y la :-;
tiva el llamado problema de lo real, que en este capítulo ~e
ciencia, por ej., es porque el primer término es un caso t;:
sólo es tratado en tanto objeto-referrencial de las ideolo- .~<·

de ideología. Lo que importa es justamente concebir la


gías. Una teor!a (científica) de la práctica ideológica distancia entre dos problemáticas, y no entre sus con-
no debe sucumbir a la más arraigada de las ·ilusiones .~··

secuencias más o menos heterogéneas. Por lo demás, si


ideológicas: suponer que lo "real" del que habla y al
la ruptura pasa por la conciencia, el sentido común, la
que se refiere es tal y como ella lo habla y lo refiere. ·r percepción, etc., se está dejando de lado las condiciones
Para que dicha teoría pueda ·ser posible, lo «real" debe materiales e históricas a las que corresponden. Ese hi-
considerarse com.o síntoma e índice, no como evidencia potético sentido común no es ·el mismo ni funciona del ~:'
auto-demostrada. Un análisis político, por ej., es tanto mismo modo en toda formación social ni en toda clase
¡:
L.

¡;.
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f;
89
LECTURA DE ALTHUSSER
88 SAOL KARSZ
En § 2.3. indicamos las líneas generales de la práctica
social. Se está ocultando' así el status político de toda filosófica. Dejamos para un parágrafo ulterior el caso
ruptura; no es casual que el efecto político de las co- particular del MD ( cf. § 3.4.), restringiéndonos aquí al
rrientes emparentadas al neo-positivismo consista en no mecanismo de esta práctica; cualquiera fuere su tenden-
poder conceptualizar la sobredeterminación política de cia o escuela (idealista, materialista, racionalista). En
la práctica científica. PM hay un intento por reemplazat· "filosofiá' por "Teo-
Por el contrario, si la ruptura se plantea entre lo ideo- ría" ( PM ,33), pero en los textos ulteriores ( LI, LII y
lógico y lo científico, se podría pensar de qué manera sobre todo L) se resuelve en una diferencia entre "for-
ella es manifiestam?nte epistemológica y latentemente po- mas ideológicas" y "formas no ideológicas" de filosofía.
lítica. Romper con una problemática ideológica es fun- Esta formulación permite pensar la significación precisa
dar un nuevo espacio del saber, implantar una distancia d~ la filosofía como ideología, desarrollada por Marx en
rigurosa respecto de la ideología teóricá con la que se La 1deología Alemana. La tradición marxista ha desarro-
rompe. Pero también implica una cierta intervención llado de una manera dogmática y escola,r ese análisis,
en las ideologías políticas y morales con las que aquelJa sin advertir que el análisis mismo era subsidiario, en bue~
ideología determinada se relaciona. Esta intervención na parte al menos, de una filosofía (el MD). La dife-
puede ser pensada a partir de una ruptura ejemplar:· h renciación entre ambas formas de filosofía puede aclarar
·.. ·
del MH y las ideología~ teóricas de la historia ( histori-
.-.·: cismo, filosofías de la historia, etc.). De hecho, los aná- este aspecto.
La práctica filosófica se define como una intervención
lisis de Althusser giran alrededor de esta ruptura ejem- operada sobre la articulación "ciencia/ideología". Prac-
plar, aunque los resultados de esos análisis sean también tica:~.· filosofía es elaborar la teoría de las relaciones actua-
válidos para otros dominios. les entre la problemática científica y la problemática ideo-
Toda ciencia es ciencia de una ideología ( LI,57). El lógica, tomando partido por uno u otxo contendiente.
conocimiento es el efecto pertinente y exclusivo de las No hay filosofía fuera de ese combate. La intervención
ciencias. Una ideología sólo es "falsa" respecto de una llamada filosofía se consuma como una "línea de demar-
ciencia que nos da el conocimiento del anterior objeto cación": como teoría de la ruptura en obra entre una y
'i ideológico y de la problemática- o al menos del discurso otra problemática, en una coyuntura precisa, en un mo-
en cuyo interior aparecía como tal objeto. En este sen- mento determinado de las relaciones sociales.
tido, una ideología constituye la pre-historia de una El desarrollo de estas tesis corresponde a una teoría
ciencia; éste es el aspecto preferido de los análisis de (científica) de la filos'Ofía, es decir a una investigación de
Althusser. De ahí su énfasis en el conocimiento, su lo que la filosofía ~, tanto como al análisis de los meca-
intento por definir las características del "efecto-cono- nismos mediante los cuales ciertas filosofías se repren-
cimiento'' y del "objeto-de-conocimiento", ambos exclu- tan ese ser. Se llega así a una caracterización de la filo-
sivos de la práctica científica. A diferencia de una sofía que deja afuera buena parte de lo que suele pasar
gnoseología, el conocimiento es aquí estudiado en por filosófico (los "fines. últimos", la "totalidad", el "ser-
,, tanto producto de un cierto mecanismo: no se pregunta en-el-mundo"). Pero el problema no consiste en sumi-
ni por sus condiciones de posibilidad, ni por su esencia,
nistrar una definición tan amplia como para que quepan
.:.j
sino por el modo efectivo de su desempeño y por el todas las filosofías existentes, sino tan operativa como
"'el
::¡ carácter específico que implica. --
. '
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j
LECTURA DE\ ALTHUSSER 91
90 SAOL KARSZ
científico. Si cada práctica se articula con todas ·las
para justificar científicam~nte las que se incluyen y las restantes, la posibilidad misma de pensar esas articula~ ¡,:

que se excluyen. Entre estas últimas, cabe contar un ciones exige el conocimiento de sus efectos pertinentes ..
amplio conjunto de subproductos morales, religiosos y Habría aquí dos planteas . a evitar: la reivindicación
antropológicos, reflexiones sobre la virtud y la personali- de una ciencia "pura", aislaqa e indiferente a las n:ilacio"' \·;:
!.•

dad, los valores éticos y la educación, etc. En una pala- nes sociales y políticas existentes, y la reivindicación ¡~::
bra, a d~ferencia · de una filosofía de la filosofía (que se ::.
•.
de una ciencia éomo "reflejo" inmediato de ·esas relacio-
representa las filosofías exi·stentes y procura abrazarlas nes 3 • Lo "'ll'eal" no es ·sinónimo de "relaciones sociales y
en su conjunto), una teoría de la filosofía intenta cono- políticas"; lo ideológico, lo filosófico, lo científico se ;·:
cer su mecanismo y su modo de articulación con las otras deben incluir, también ellos, en lo "reaf': dichas rela-.
prácticas; fundamentalmente, con dos: la práctica cien- ciones son económicas y políticas, conformadas por ideo-
tífica, en su diferencia· respecto de la ideológica, y la logías, emplea;g4p:;~onocimientos científicos y categorías
_:.; práctica política. De esta investigación resultará que si filosóficas, etc. Una vez más, el problema de las "media-
la filosofía se define como un modo de intervención dones" o. el problema general de las "relaciones" entre
(línea de demarcación), esa operación tiene lugar en las diversas prácticas diferenciadas, debe descomponerse
el seno mismo de la práctica social: no hay para la filo- en dos problemas distintos: articulación enh"e las prácti-
sofía un lugar panorámico desde el cual pudiera obser- cas en el seno de la unidad compleja, por un lado, ínter..: ,.
vm:, neutral, un combate del que no participa. La "filo- venciones posibilitadas por esa articulación y la autono- ¡,:
4
sofía/reina de las ciencias", la "philosophia perennis", mía relativa de cada una, por otro lado •
etc., son o~ras tantas representaciones filosóficas de la
práctica filosófica: casos de ideología filosófica.

4 .¡:¡, ,,.··
~.; .

Cabe discutir si el funcionamiento efectivo de cada 1 La función de cierto tipo de enunciados globales, omnicom-

una de la·s prácticas estudiadas en este capítulo corres- prensivos y totalizadores es nombrar todo al mismo tiempo: la ·.
yuxtaposición masiva de los términos juega el papel de análisis,
ponde a las descripciones de Althusser. De todos modos, reemplazándolo y tornándolo imposible. Es lo que sucede con .
no se debe desconocer su esfuerzo por distinguirlas en los discur~ros filosóficos que, usurpando la tarea exclusiva de la<:
su especificidad y por unificarlas en la práctica social. ci(mcias, pretenden suministrar el conocimiento de sus objetos;
"Práctica- científica", "práctica ideológica", "práctica fHo- o bien el de aquellas filosofías que se erigen en ~'reinas de las
ciencias", auto-encargadas de expli<;ar el "suelo fundamental y
sófica", son concep: os teórico-abstractos que permiten ante-predicativo" que las ciencias tratarían en sus detalles. En el
conocer el mecanismo de esos sistemas determinados que otro extremo, cierto tipo de enunciados analíticos y detallados se
· son las ciencias, las ideologías teóricas, las filosofías. El rehusan a toda "generalización" por temor a la "metafísica":. des.
científico es individuo de una sociedad y de una clase; menuzan los problemas en tantos fragmentos aislados y supuesta-.
mente elementales que el estudio de sus articulaciones consiste
no se reivindica su privilegio personal sino la autonomía en la duplicación teórica de la percepción ordinaria, inmediata, de
relativa de su producción objetiva. Lo que importa es los problemas.
captar y dominar la dimensión pmpia del conocimiento f: ..:-
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92 SAOL KARSZ
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2 Ciertas expresiones elípticas de .A,lthusser pueden implicar
; 1 una tendencia conceptualista, una cierta confusión entre "concep- § 2.1. Práctica ideológica
: ·1
.''
:::J
to" y "teoría". Sin embargo, cabe afirmar que el concepto de U11
::,¡ objeto es la localización de su diferencia teórica específica; teoría,
,,_,_,_._1
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es el conocimiento analítico de esa diferencia.
:'
·.··: 3 En su estudio sobre Althusser, Frangois Whal sugiere que la
ideológica es una falsa práctica ( op. cit., p. 379). Fórmula equí- "La ideología; como sistema de représentación
voca, porque se podría suponer que las ideologías no introducen de masa, es indispensable a toda sociedad para
ninguna transformación en sus objetos. Fórmula correcta, si se formar a los hombres, transformarlos y ponerlos en
quiere indicar que una ideología teórica no transforma cognitiva- estado de responder a las exigencias de sus con-
mente su objeto, sino que lo reproduce en su desconocimiento; o diciones de existencia." ( PM ,242).
que ese tipo de ideología es, como teoría, un sistema tautológico
y cerrado ( LII,l05).
4 La noción de "mediación" implica la complicidad originaria
.·'1
de los té1minos actual y provisoriamente separado"s:· la mediación
Elemento orgánico de toda formación social, la prác-
. ' restituye esa complicidad primera. En ese sentido, la dialéctica tica ideológica es el "cemento" (ídem) indispensable a
:.: hegeliana es una teoría de las mediaci't>nes ( cf. § 3.1.), subya- su cohesión. No hay formación social sin un sistema
cente en mayor o menor medida a toda postulación en térmill'os diferencial de ideas, nociones, moral, arte, instituciones,
do "praxis", "alienación" u "objetivación". En el otro extremo, etc., en el cual y por el cual los individuos, los g'fupos y
se habla de "relaciones" entre ciencia y realidad, ideología y
realidad, etc.: entre dos sustancias separadas para no unir o al las clases se representan esa formación social y su situa-
menos para que su unión sea improbable ( cf. p'Or ej. R. Aron, ción en ella. Sistema que les permite explicarse una si-
op. cit., p. 247).
tuación, soportarla, conservarla o modificarla. Como toda
práctica, se caracteriza por su particular conjunto de
,, Í'ransformaciones, a partir de una materia prima, y por
: su producto específico. Althusser llama .reprresentación
'
al efecto pertinente de la práctica ideológica.
··. Representación, y no conocimiento. Es la manera como
se vive una situación (PM,240), y no su conocimiento
(exClusividad de la práctica científica respectiva). N o
obstante, si bien la vivencia puede indicar el mecanismo
general de las ideologías, ese término exige ser aclarado.
La vivencia no es todavía un concepto. En primer lugar,
porque describe el vínculo entre ciertos portadores de
ideologías ~individuos, grupos, clases·) y la ideología en
-,
'o cuestión: una ideología es vivida, "percibida-aceptada-
j sufrida" (PM,240); es combatida con sus propios ele·
::~1 mentos y en el campo ideológico existente.
;:;
En segundo lugar, la noción de vivencia puede ocultar
que el mecanismo de la ideología no es -en Althusser-
subjetivo, ni tampoco «humano" ·en general. No es psi-
cológico, porque su base no se encuentra en los indi.vi-
,.,
:·.. ;
;;.·

i:''
95
94 SAOL KARSZ ••• LECTURA DEJ ALTHUSSER i<:

d~os,. en los grupos o.· aun en las clases concebidas como mar la representación de esa articulación y de esa for- '
mación por parte de los individuos, grupos y clases inte- t.·
personas colectivas 1 • · Son . éstos quienes participan ep _ :<:
una ideología; no hay un instante previo, anterior a 1as grantes de dicha formación. O para decirlo de otro modo:
jdeológías, en el que se eligiría una u otra o ninguna una ideología es un sistema; de nociones, ideas, princi- •.
pios morales, leyes, arte, te9rías, etc., presentes de una t:..
en absoluto: desde siempxe, se vive y se respira en y ¡.;
t;<
por el campo ideológico existente ( idem). Es profun- . manera práctica (desde el· "sentido común" hasta ]as
damente "inconsciente", añade Alflhusser. Pero a con~ instituciones jurídicas, políticas y educativas) y de ·una
dición de no oponer "inconsciente" a "conciencia", término manera teórica (discursos morales, teológicos, filosófi-
ambiguo por excelencia ( PM ,239). Que sea inconsciente cos). Ese sistema se articula en la práctica social según
significa que su "motor" está fuera de ella: en la coyun- una fOTma definida: los portadores de ideología -indi-
tura económica y política que deforma según el meca- viduos, grupos, clases- conocen y se explican la forma-
ción social en su conjunto, su propia situa-ci<f>n y sus i:
L'',
nismo del reconocimiento/ desconocimiento (ver más ade-
lante). InconsCiente ·es, para los portadores de ideología, intervenciones en ella, a partir de la ·representación de
su situación particular. Así, en una ·sociedad clasista, la
(:'¡·:
la estructura social compleja en la que ocupan lugares ,.
determinados y que su propia ideología refleja y al mis- ideología de la clase dominante es el conjunto de expli-
mo. tiempo enmascara. Este campo ideológico es entonces caciones, valores, normas e instituciones, con los que esa :::
lo ·que demarca, en cada coyuntura, el horizonte prima- clase se 1·epresenta su posición en ·el sistema de clases. t .• ·

- río de toda actividad, el universo de toda representación 2 •


Aunque hemos señalado las dos modalidades posibles !T. ·.
de las ideologías (práctica y teórica), a continuación nos
Por lo mismo, no podría po-stulaTse una realidad de referiremos casi exclusivamente a la segunda. . ..
grado cero, substancial y auto-esclarecida, respecto de la ;.-;
cual las ideologías introducirían sus particulares trans- :
formaciones. No hay desfasaje entre lo ideológico y lo ~ ·~
"concreto". Afirmarlo, supone .disponer de un discurso
a-ideológico de una vez para siempre, discurso funda- ~ ...
¿Cuál es el mecanismo que hace de la economía clá- :-:.
mental y fundamentante capaz de descartar las ope:ra-
ciones ideológicas y restituir la pureza de la substancia .
;~ ·. sica o de la psicología pre-freudiana sendos casos de
original. No es éste el rol adjudicado por Althusser a ideología? ¿Por qué los Manuscritas de 1844 son una crí-
la práctica científica. Aunque volveremos luego a este tica ideológica de un discurso ideológico?
tema, podemos retener, respecto de la práctica ideológica, Un discurso se define como ideológico respecto de
lo que Althusser indica para las ciencias: que no hay una- ciencia que produce ·su conocimiento y el conoci-
frontera entre lo ideológico y lo <'real", <<porque no hay miento de su objeto. Si toda ciencia lo es de una ideo~
un espacio homogéneo común" que autorice el concepto logía ( LI,57), no hay discurso ideológico sino para las
; :.
de frontera (LII,l73) 3 • · . · ciencias. · La representación es el efecto pertinente del \ '.
1,;
El carácter <<inconsciente" de la ideología significa: Ja primero y el efec~o imposible de las segundas·. De hecho
articulación, en una unidad compleja, de las prácticas._ · y de derecho, ambos comparten una relación necesaria,
diferencia bies en una formación social obedece a un· incesante y disirriétrica: lo que estudiamos como mptura
mecanismo tal que uno de sus efectos consiste ei:t defor- epistemológica.
.
La economía política clásica, que . no .
96 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHtJSSER 97

concibe la plusvalía como un concepto fundamental en discurso, y no produce su discurso sino como confirma-
el estudio de la sociedad capitalista, no está "inventando" ción de ese objeto.
esa ausencia, cerrando los ojos ante una "realidad" evi- Descooocimiento es el segundo tipo de transformación
dente para Mau, por ej. Por el contrario, reconoce su introducido por un discursp ideológico en su. materia
:i ausencia en la realidad visible del capitalismo, en su prima. O sea que el objeto ideológico no sólo reproduce
movimiento aparente: en la conciencia de patronos y las evidencias del discurso, sino que es ignorado en sus
obreros, en las instituciones. No reconoce esa ausencia características objetiva·s: en su autonomía y existencia
como algo que le faltara o que ella negara a sabiendas fuera del discurso 5 •
( PM,24lss.): la plusvalía no es pasible de 1·econocimiento Segunda aproximación. La práctica ideplógica es el sis-
sino de conocimiento, es decir, debe -ser producida como tema de transformaciones c9nsistentes en el proceso de re-
concepto. · cdrio.cimiento de su discurso a través del desconocimiento
> .i Primera aproximación. La materia prima de un dis- de su objeto, con vistas a producir una representación del
curso ideológico son ideas, nociones, conceptos, catego- objeto en la repetición especular del discurso. El obieto
rías. Puede producir conceptos que luego se demuestran ideológico es el discurso objetivado, el discurso deposita-
ideológicos (ideología teórica), o bien retomar conceptos do y concentrado ·en el cuerpo de ese objeto. Al mismo
existentes en una ciencia y reinscribirlos en un discurso tiempo, ese discurso es el objeto subjetivado: el objeto
ideológico. En uno u otro caso, el mecanismo ideológico como intuición, mito, palabra, teoría. El discurso se du-
·. es fundamentalmente el mismo; lo llamaremo-s reconod- plica en el objeto y el objeto se duplica en el discurso;
miento/ desconocimiento. llamaremos mecanismo ideológico a este reenvío recípro-
R'econocimientlo es el p1·imer tipo de transformación co, vínculo especular dual ·6 • La materia prima es trans-
-".'·
introducido por un disourso ideológico en su materia pri- formada, pero esta transformación produce una reP'resen-
',·
> 1 ma. El producto de dicha h·ansformación es un objeto tación de aquélla: no su conocimiento, sino su reproduc-
::'.] tal que el discurso que lo ha producido verifica en él
::.¡
.., ción. En otros términos, el discurso ideológico repite la
·• J
;., ~
cada una de sus afirmaciones. Ese objeto no tiene otras materia prima de la que parte en el producto en el que
·:·] ca:racterísticas ni recibe otras transformaciones que pre- remata: transforma su materia prima en evidencia.
''
·:.·.: cisamente aquellas que lo convierten en prueba de las
;.·)
.,.,' evidencias ideológicas. Un discurso ideológicoes la trans- Así, en la polémica sobre el humanismo 7 :. quienes
:j formación de una materia prima en justificación o invaH- sostienen esa doctrina entienden que rechazarla es ata-
; ·~
'1 dación de los intereses que ese discurso ataca o defiende. car al hombre de carne y hueso que es cada uno de no-
''
:.• Es por eso que la economía clásica sólo conoce la socie- sotros, haciéndose cómplice de la miseria, la explotación
,; dad capitalista en la rigurosa medida en que reconoce y la alienación. Porque no conocen su propia problemá-
:l en ella el carácter "normal" del beneficio y su condición tica (PM,66), no pueden conocer que su objeto -el hom-
''
·:.·:¡ bre- no coincide con los hombres de carne y hueso que
.. ~
·,,
también "normal": el sala:riado. Por doquier, sólo advier-
·.;1 te aquellas características que convierten la apariencia somos cada uno de nosotros, que "miseria" y «alienación"
de su funcionamiento en el funcionamiento de sus apa- no son sinónimos. No pueden separar la .relación real de
.:¡ riencias. En resumen: el discurso ideológico conoce su los hombres entre sí y con sus condiciones de existencia
objeto en tanto lo reconoce como confirmación de su y la relación imaginaria con la que aquélla es recubierta
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LECTURA DE ALTHUSSER
98 SAOL KARSZ
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epistemológioa será el vínculo de la ciencia con su ideo-
(PM,240). No conoce a los hombres, no nos conoce: nos logía ( cf. § 2.2.). Reinscripción: recuperación de cono-
representa en el interior de su discmso; los hombres sólo cimientos científicos ya existentes en una ciencia cons-
son inteligibles para un humanismo como participantes tituida, o producción de elementos cognitivos en
/ . el in-
de esa esencia que es el objeto exclusivo de aquel discur- terior de un discurso ideológico. Teilhard de Chardin
so y que éste identifica con los !hombres reales 8 • yuxtapone, en los mismos textos, conocimientos paleon-
La identificación entre relación real y relación imagi- tológicos y nociones humanistas; la economía clásica
narkn no es un «defecto" de las ideologías, sino su condi- produce elementos cognitivos inéditos en el interior de
ción de posibilidad. La relación real es aquella de la que una problemática que no ha criticado los s~puestos fun-
una ciencia puede darnos el conocimiento; en una ideo- damentales con los que opera. La evolución de las es-
logía hay o puede haber elementos cognitivos, pero pecies, en Chardin, cumple la misma.-·· función que la
unificados por· el mecanismo del reconocimient~~-/ des- producción "involuntaria" del concepto de plusvalía en
conocimiento: funcionan como confirmación· de'' este la economía clásica ( U,22-:-25) : segmentos conceptuales
mecanismo. "En la ideología, la relación real está ine- producidos por reinscripción, en el primero, segmentos
vitablemente investida en la relación imaginaria: antes conceptuales con los que no puede operar, en el segundo.
que descripción de una realidad, es una relación que La evolución de las especies muestra, en Chardin, la
exprresa una voluntad (conservadora, conformista, refor- ~enta ascensión a la N oosfera y la constitución de lo
mista o revolucionaria), una esperanza o una nostalgia." divino por intermedio de las especies biológicas: N oosfera
(PM,240). Lo que prima es entonces el modo como una y divinidad son los término que se reconocen en las
clase o un grupo se representa la situación que quiere especies al mismo tiempo que desconocen en éstas su
modificar o conservar, la manera como expresa su reco- significado estrictamente material.
nocimiento de la situación en el desconocimiento de sus Cuando los Manuscritos de 1844 critican la "inhumani-
características. En este sentido se puede afirmar gue el dad" de la economía clásica, reconocen en su discurso
objeto ideológico tiene el status del fantasma ( §Badiou, una esencia humana oculta (y no un déficit de cienti-
nota 16), recubrimiento de un objeto mediante todas ficidad) : desconocen sus silencios teóricos y sus debi-
aquellas características que lo convierten en evidencia lidades epistemológicas. Será necesaria otra problemática
del discurso. -a-ideológica- para descubrir, «más acá de la ideología
que había deformado, la .redlidad de la que aquélla ha-
~ ~
blaba" y, «más allá de la ideología contemporánea qtte
la ignomba, una realidad nueva." ( PM ,78). Será nece-
sario desmontar al mismo tiempo la ideología y el objeto
Se dijo antes que el mecanismo del reconocimiento f al que ésta se refería: habrá que conquistarlo como obje-
desconocimiento produce un efecto único: la deforma- to pasible de conocimiento.
ción ideológica ( PM,64n.30;77n.45). Esa deformación es El efecto llamado deformación parece implicar dos re-
en primer término la reinse:ripción de los conocimientos ferentes complementarios. Por un lado, es reinscripci.ón
científicos en un discurso gobernado por dicho mecanis- propiamente dicha, modificación de elementos cogni-
mo. Llamaremos reinscripción al único vínculo posible 1 tivos por su emplazamiento en un discurso regido por
entre una ideología y una ciencia, así como la crítica J_·.

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;J 100 SAOL KARSZ
LECTURA DEJ, ALTHUSSER 101

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e] reconocimiento 1 desconocimiento. La deformación
consiste acá en que esos conocimien~os son instalados en conocimiento del campo ideológico existente (es decir,
un discurso que modifica estructuralmente su significado, del conjunto de urgencias y personajes en los que esa
ideología se enuncia) , y su puesta en relación con el cono·
::1 en un discurso en el que aparecen como datos probato-
cimiento científico de los problemas que dicho campo
·.,1
rios de aquella significación que se quiere demostrar.
Así, cuando la -filosofía se pretende "reina de las cien- intenta elaborar. Principio histórico: los cambios, modi-
cias" y toma los conocimientos científicos como investi- ficaciones y Teourrencias de una ideología no residen
gaciones parciales de una totalidad que le estaría reser- en ella misma sino en esa historia efectiva que la ideo-
vada, está procediendo a una reinscripción deformadora logía recubre con lo imaginario ( PM ,59). Lo ideológico
de esos conocimientos. no consiste en las respuestas a ciertos problemas, sino
Por otro lado, deformación es conformación inédita, en que ésos sean los problemas; lo ideológico no sólo es
:fd"fuit:i ideológica propiamente dicha. Se trata, aquí, de el producto sino, ·desde el comienzo, el·tipo de transfor-
.. ¡

:1 la estructura del fantasma. La deformación es la relación mación operado sobre la maféda ·prima con la que tra~
:.:, baja. El discurso ideológico no es .·una simple copia
de sí a sí mantenida por el discurso, la repetición inde-
>; finida de un contenido idéntico mediante su desplaza- transcriptiva, un reflejo instrumental: no dice lo que ve,
.... ¡
miento inmóvil ( LII,l06). "En esta sobredeterminación porque no hay nada por ver, ·sino lo que la ideología
.i;:l de lo real por lo imaginario y de lo imaginario por Jo ve. Y lo que ve es el producto de una duplicación que
real, la ideología es por principio activa, y refuerza o no conoce como tal duplicación. Por eso el objeto ideo-
modifica las relaciones de los hombres con sus· condicio- lógico es siempre, a corto o largo alcance, una eviden-
nes de existencia, en esa misma relación imaginaria." cia: una "realidad" que la reproduce palabra a palabra.
( PM,241). La ideología humanista no sólo reinscribe Podemos entonces comprender en qué consisten esa re-
y deforma conocimientos científicos, sino que el produc- petición y esa reproducción: las ideologías llaman objeto
to de esa deformación (u objeto ideológico-fantasmal) real al fantasma que ellas mismas han producido pero
se articula como tal en la unidad compleja de la práctica del cual no pueden explicar el funcionamiento. Por eso
.i social: promueve una determinada actitud política, un están obligadas a recogerlo de la realidad, como si ellas
l
cierto tipo de lectura de los textos científicos y filosó- mismas no hubieran comenzado por instalarlo allí. Por
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ficos, etc. eso, en fin, la lectura literal es ideológica: porque nos
.: :~ urge a ver sin pasar por una crítica de su lectura y de
sus condiciones de funcionamiento; porque nos urge a
J
repetir su repetición.
1 "" """
' Este punto es crucial pam una eventual teoría de las
1
ideologías. Estas componen un verdadero "círculo vicio-
Althusser expone tres principios generales pal"a el exa- so" que se verifica en la realidad porque sólo remite a
men científico de las ideologías, principios que perte-
la realidad :reproducida como fantasma. La posibilidad
necen al MH (PM,60). Principio epistemológico: todo
discurso ideológico es un sistema de elementos unifica-
dos por una problemática unívoca. Principio epistemo-
lógico-histórico: el análisis de una ideología exige el
! de conocer esa realidad pasa necesariamente 2or la
crítica de los fantasmas ideológicos: los blancos, ~os si-
lencios, incluso las contradicciones formales del texto
ideológico constituyen signos desplazados de un objeto
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102 SAOL KARSZ LECTURA DEJ. ALTHUSSER 103 F


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investida en una relación imaginaria ( t'Odos los hombres son li-
a conquistar, de un problema a suscitar. Esto es lo que bres, incluso los trabajadores [llamados] libres)" ( PM,241).
examinaremos en el próximo parágrafo. 6 "Lejos, pues, de que el 'pens~miento' sea una esencia opuesta
al mundo material, facultad de un sujeto trascendental 'puro' o de ¡·
una 'conciencia absoluta' -es decir; ese mito que el idealismo pro-
duce como mito a fin de reconocerse y fundamentarse en él-, el
'pensamiento' es un sistema real propio ( ... )" ( LI,51). (El sub- r.

f~:
rayado es mío. SK). (Agreguemos, al pasar, que la inversión de
ese mito nos da el materialismo especulativo, suelo nutricio de ,.(;.,·.
buena parte de la tradición marxista).
7 Serie de artículos publicados en la revista La Nouvelle Cri-
1 El concepto de clase social como persona colectiva, dotada tique ( nQ 165 y sig.), con participación de L. Althusser, M. Si-
de una "subjetividad de clase", de una "objetividad de clase" y mon, P. Macherey,. J. Sempmn, F. Cohen, M. Verret. La inter-
de un conjunto de "mediaciones" entre una y otra (en una palabra, vención de. Althusser está publicada y ampliada en PM, cap. VII.
1
'
la Clase como sujeto trascendental) es analizada en el libro cit. (La polémica sé publicó en español baj'o el título Polémica sobre
de N. Poulantzas. Un uso f•ormalmente semejante suele hacer cier- marxismo y humanismo, por L. Althusser, J. Semprun, M. Simon ;-:
ta psicolo_gía del concepto de "inconsciente": sea que lo conciba y M. Verret (México Siglo XXI, 1968).
como una persona agazapada detrás de la Conciencia, su Objeto- 8 En P.M,236n.7 se encontrará otro ejemplo, en la teoría ideo-
Robot; sea que lo ide_ntifique con "no-conciente" e "ignorado" ... lógica de la "reificación" o "cosificación".
2 (PM,69ss.). El campo ideológico alemán de los años 1840
1
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plantea un conjunto de disyuntivas, combinaciones, urgencias y
silencios. Marx joven, entre otros, lucha contra una de sus con-
figuraciones en plaza: la ideología hegeliana, tal como ésta apa-
rece en ese campo. Luego, como señala Althusser, sería erróneo 1
'
pretender conocer Hegel leyendo las críticas de Marx joven, que
sólo conoce de Hegel lo que éste tiene de fígura en dicho campo. 1:
Serán necesarios varios afios (varios textos y una nueva proble- r...·:
mática) para que Marx pueda efectivamente libermse del campo ~,- :·'
:·:-:
ideológico y de la ideología hegeliana. Por eso los Manuscritos
de 1844 constituyen una crítica hegeliana ele Hegel; su conoci-
miento, por el contrario, sólo es posible a partir y desde la mp-
tura epistemológica.
3 No confundir este empleo de "frontera" con el que aparece
en PM,~56ss., donde es sinónimo de ruptura epistemológica.
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4 En La Rev. teórica de Marx (PM), Althusser aclara: a) la f·:.
oposición ciencia/ideología concierne a la relación de ruptura 1 ¡·.-.·
entre la ciencia y la ideología teórica en la -cual em "pensado", 1 ; :~- ;
antes de la fundación de esa ciencia, el objet'O del que ella da el
conocimiento. Dicha ruptura deja intacto el dominio objetivo,
social, ocupado por las ideologías; b) en el dominio "de las ideo-
logías n'O-teóricas, hay muchas 'rupturas', pero son políticas ( efec-
tos de la práctica política, de los grandes hechos revolucionarios)
l
¡
y no epistemológicas" (p. X-XI).
5 "En la ideología de la ·libe1tad, la burguesía vive precisa-
mente su relación con sus condiciones de existencia, es decir, su
1
relación real (el derecho de la economía capitalista liberal) pero rr
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<r~ § 2.2. Práctica científica Porque El Capital produce el conocimiento del sistema
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capitalista, el episodio inglés puede ser comprendido e
·.·'·i incluido en el ·sistema.
El objeto científico es conqúistado contra las evidencias
"Toda disciplina científica se establece. en un ideológicas y contra el acecho ideológico. El concepto de
cierto nivel, precisamente en aquel nivel en el que inconsciente es construido a partir de las evidencias, com-
sus conceptos pueden recibir un contenido (sin lo portamientos y representaciones pero es elaborado contra
cual no son conceptos de nada, es decir, no son esos datos, tomando esos datos como ejemplos y síntomas
conceptos)." (PM,l27).
del concepto. En una palabra, el objeto cjentífico no es
abstraído ni extraído de los comportamientos o fenómenos
Junto con la práctica filosófica, la práctica ej~ntífica empíricos. Su relación con ·Jo ":real" no desarrolla una
.;.,: constituye la instancia teórica en la unidad compleja de línea única sino un corte radical ( 1·uptura epistemológi-
la práctica social. En el seno de dicha instancia, las ca). La "realidad" no lleva el conocimiento en sí misma,
ciencias detentan un rol determinante, debido a su efecto como la famosa ganga a la no menos famosa pepita racio-
pertinente: el efecto-de-conocimiento. En tanto práctica nal (LI,42-49; LII,29), como un secreto que bastaría_
científica, la instancia teórica es el p1·oceso de produc- extraer y poner de manifiesto, como una significación ya
ción de conocimientos. incluida en el fenómeno o en la conciencia y que alcan-
Estudiaremos en primer lugar el mecanismo de su auto- zaría con explicitar: por un lado lo ''esenciar y por otro
nomía relativa respecto de toda otra práctica, especifici- lo "inesencial" del fenómeno.
:; 1
: .• 1 dad no siempre admitida en la tradición marxista y que Practicar una ciencia es, ante todo, conquistar y cons-
1
···1
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sigue nutriendo una abundante literatura ideológica. truir el objeto de esa ciencia. Es producir un objeto
Existe un cierto nivel en el que los conceptos, porque irreductible ( F,96). Irreductible, ¿a qué?: ¿a lo cereal", a
pueden recibir un determinado contenido, ·son efectiva- la "realidad"? Althusser a veces lo afirma, pero estos
mente unidades del discurso científico. El examen de enunciados son ambiguos. El objeto científico es el con-
ese contenido implica un examen paralelo de su objeto y cepto que una ciencia ha construido. No es el objeto real,
·.. no es ese comportamiento, aquella fábrica. Afirmar que
de su relación con el objeto. Diremos entonces que el
discurso científico se define por un objeto específico el objeto científico es irreductible a lo ccrear, que no re-
(objeto-de-conocimiento), por una relación específica con sulta de la abstracción-extracción de una esencia racional
ese objeto (operaciones teórico-conceptuales) y :gor up. ya contenida en el interior secreto de lo "rear·, signi-
producto (efecto-de-conocimiento) ( LI,l3). fica esto: a) que lo que pasa por "real" es el objeto
El objeto de una ciencia determinada no es el fenóme- 1 por excelencia de las ideologías; b) que la práctica cien-
no llamado "real" -no es tal manzana cayendo sobre la
cabeza de Newton-~ sino un objeto pasible de transfor- l tífica se caracteriza por la producción de un objeto-de-
conocimiento que no es el objeto-de-representación o
ideológico. Irreductible a lo cereal" quiere decir: irre-
maciones cognitivas. Así, El Capital no .investiga ciertas
formas del capitalismo inglés del siglo XIX, sino que dichas
formas son otros tantos ejemplos privilegiados de una
t ductible o, más claro, .específico respecto de lo ideológico.
Se trata de evitar un equívoco y de soslayar ciertos
empYesa teórica referida al sistema capitalista como tal. problemas derivados de ese equívoco. El objeto científico
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106 SAOL KARSZ LECTURA DE! ALTHUSSER 107

es independiente de lo "real" en el solo sentido de que esto se agrega, en el ca-so de una ciencia ya constituida,
goza de una autonomía relativa respecto de lo ideológico. el recurso preciso y precioso al cuerpo teórico existen-
No se lo extrae de los hechos observables ni resulta de la te. Einstein retoma la física newtoniana, pero ésta exige
purificación de las apariencias existentes, porq·u..e la prác~ nueva ir..~ormación, nue~as hipótesis, nuevos métodos,
tica científica produce una forma de tratamiento de su etc. Una ciencia es el sistema completo de este proceso,
objeto que prescinde del tff·atamiento ideológico. El ~qní­ y no uno cualquiera de sus momentos aislados. La pro-
voco consistiría en tomar lo "real" al pie de la letra, y ducción de su objeto es un momento decisivo: no es el
pensar que el objeto científico es una ccpura abstracción punto cero de una ciencia, su propedéutica, sino la cien-
incontaminada": puerta de escape para un planteo equi- cia misma en acción, aplicada a constituir .·ese objeto en
vocado del problema de la relación "teoría"-"práctica" un doble movimiento, necesariamente' crítico y püsitivo
.-:1rr. (cf. § 4) . (conquista y construcción).
El problema es de otra naturaleza. Una teOTÍa del me- Es por esto que nO~hay comienzo puntual de una cien-
canismo científico debe explicarnos de qué manera la cia. Ese comienzo es una figura retrospectiva sanciona-
especificidad diferenciada de la práctica científica resulta da como tal por la :ruptura epistemológica: situación
de su particular articulación en la unidad compleja, ar- crucial de no-retorno a las anteriores problemáticas
ticulación que es diferente de la articulación ideología 1 ideológicas 2 •
práctica social. En otras palabras, el objeto científico no Podemos esquematizar el proceso de constitución del
es el objeto "real" porque el objeto científico no es el objeto científico acudiendo a la siguiente secuencia: la
objeto ideológico traducido en científico: una ciencia no generalidad I (materia prima del conocimiento: nocio-
es la verdad de una ideología -insiste Althusser-, sino nes, conceptos, etc.), por medio de la fuerza de trabajo
otro tipo de transformaciones introducido en otro tipo IÍ
científica y los medios de producción disponibles (ge..
de materia prima pam mmatar en otro tipo de producto. nemlidad Il: abst:racción, método, técnicas, etc.), es
La práctica teórico-científica prescinde de lo "real" 1 transformada en generalidad III (conocimiento) ( LI, .'·

porque prescinde del objeto ideológico. Y porque pres- 50). Generalidad I: materia prima científica; generali· '-:.;
cinde, puede producir el conocimiento de lo real-empírico 1 dad li: proceso de transformación conceptual de la ma-
¡
y de la problemática ideológica respectiva 1 • j teria prima; generalidad III: producto de esa transfor-
Un discurso científico es "abstracto" si "realidad" e ¡ mación.
«ideología" son sinónimos, si no es posible desmontar Ja O lo gue es igual: se trata del pasaje de lo abstracto- ¡:

más profunda de las certidumbres ideológicas: aquella pensado a lo concreto-pensado (PM,l88). Llamare-
según la cual, lo que ella produce como evidencia es mos efecto-de-conocimiento al producto específico de
lo evidente en sí y pOT sí. · dicha secuencia. La generalidad 1, abstracto-pensado o
abstracto-de-pensamiento, es una abstracción razonada:
o. '# el conjunto de determinaciones sometidas a crítica, ius-
¡:, tificadas en ·su necesidad, definidas en su uso, a partir
í do las cuales trabaja una ciencia. Como explica Marx
El objeto científico es producido en el pasaje de las t¡. en la Crítica de la Ec. Política (lnt1·od., A-3), un aná-
informaciones, nociones, datos, etc., a conocimiento. A i lisis científico no puede partir de la noción de "pobla-
~
·. H LECTURA DE1 ALTHUSSER 109
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:. ~ 108 SAOL KARSZ
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••• 1 curso. La "formas de orden" o sistematicidad definen el
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ción", por ej., porque ésta presupone las clases sociales ,.;; aparato científico en cuanto tal. Dicha sistematiddad es
de la que está compuesta, clases que a su vez presupo- la trama que sostiene la construcción del objeto cientifico
nen el capital, -el trabajo salariado, la división del tra- y la producción del conocimiento respectivo. Un discurso
bajo, los precios, etc. «Población" no es una abstración científico es la producción de la sistematicidad adecuada
razonada, sino una abstracción empírica: es una abstrac-
ción ideológica, ya que su empleo implica una cierta a sus objetos específicos.
"Una ciencia no está constituida por la simple forma
organizac_ión interna y un orden~miento -ª~--- _s~---~ºI.:rlP.O:~ ···aela.siS"teri:iaticidad, sino por la forma de la sistematici-
nentes que se dan por conocidos, que no se definen ni
dad de las solas 'esencias' (de los conceptos teóricos), y
se someten a crítica. Es una noción que da por supuesta
no de la sistematicidad de los fenómenos brutos (los ele-
la uniáad armoniosa de .sus elementos e impide conocer
mentos de lo real) interrelacionados, o bien de la siste-
sus contradicciones internas 3 •
maticidad mixta de las 'esencias' y de los fenómenos
Una abstracción razonada, por el contrario, es un brutos" ( LII,24-25).
concepto científicamente simple, aquel del que se puede
A despecho de una terminología equívoca ("esencias",
partir en la medida en que ha sido sometido a crítica,
con o sin comillas, siguen siendo entidades metafísicas),
definición y modo de empleo. El abstracto-pensado se
1 esta reflexión ~omentario de una observación de Marx
hace concreto-pensado (generalidad III) en el curso de
sobre la economía clásica- indica que el trabajo cientí-
las transformaciones operadas por una práctica cien-
tífica: mediante el empleo del análisis, la abstracción, la 1 fico sólo es posible después de producida la ruptura epis-
verificación, el establecimiento de normatividades, leyes,
excepciones, -etc.
Sin embargo, tampoco esta generalidad III eoincide
con lo percibido ni con lo «real". Lo concreto-pensa-
l temológica que permite prescindir de las evidencias ideo-
lógicas y autoriza la constitución de un discurso autóno- ·
mo a su respecto. Esa sistematicidad es el conjunto de
reglas que permiten combinar los conceptos, ordenarlos
jerárquicamente, justificar inducciones y deducciones, es-
do no es lo concreto-ideológico. «Población'~ es y si- tablecimiento de hipótesis, composición de teorías. Es
gue -siendo una abstracción empírica. Al término del el mecanismo de sucesión de los conceptos: el orden de
análisis científico, eS' posible conocer qué indica y qué aparición, antelación y posterioridad, la precedenCia y
no indica dicho término, a qué apunta y qué oculta. Pe- jerarquía de unos sobre otros, la inclusión de unos en
ro el conocimiento de la población implica el desmontaje otros. Son «formas de orden" del discurso en tanto sen
de las evidencias arrastradas por esa noción. Si la gene- exclusivas del discurso. N o reproducen el orden. "real",
ralidad 111 nos informa sobre esa noción, es al pre<i'io esto es: la sucesión ideológica e empírica, el privilegio de
de dejarla de lado en tanto evidencia y de tomarla como unos sobre otros según un discurso ideológico. "Pobla--
síntoma 4 • Lo concreto-pensado no retoma a lo "real", ción" es un concepto fundamental para una ideología; a
sino que nos permite conocerlo. partir de allí, construye su discurso. Y, en efecto, la po-
Si retomamos la cita que encabeza este parágrafo, dire- blación aparece como un dato primero ante la percepción,
mos: una disciplina científica -se establece en aquel nivel como una unificación natural e inmediata de las dispari-
en el que los elementos constitutivos de su discurso -los dades de edad, sexo, condición social, tipo de ooupación,
conceptos- pueden recibir, en tanto contenido exclusivo,
aquel que les adjudican las formas de orden de ese dis- ingresos, etc.
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- LECTURA DEi ALTHUSSER lll
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ta sistematicidad científica, por el contrario, corres- · como lo hay (concreto, o efecto-de-conocimiento propiac.
ponde a las formas de sucesión de las abstracciones razo- mente dicho, LI,78ss.) al final del proceso.
nadas. El orden y jerarquía de los conceptos no es el El efecto-de-conocimiento puede entonces caracterizar:-
mismo que el orden y jerarquía que funcionan para un se como el "concepto de los límites- de variación" de su :

discurso ideológico. Cuando Freud insiste en que el objeto específico ( LII,21). A partir de una sistematici-
"tiempo" de lo inconsciente no es el "tiempo" de lo cons- dad determinada (histórica, química, psicoanalítica, ma-
ciente, que la sucesión en el segundo no equivale a la temática), es aquella figura que nos informa sobre el sis- :_::
. sucesión en el primero, está justamente señalando que · tema de determinaciones··de· su objeto: las moda-lidades y· t ·:-
! '
las formas de orden del discurso psicoanalítico no son las mecanismos de su movimiento, los caracteres: que permi-
mismas que las formas de :orden de la representación-de ten identificarlo en su diferencia respecto de los restantes, [¡
-sí:· el conocimiento de estas formas pasa por la cons- su irieductibilidad a los objetos ideológicos, la necesidad !,
(.. •

trucción de aquellas otras. de su combinación articulada con otros objetos, la legali- ¡.:
r-··
~<·
Luego, el contenido de los conceptos científicos de- dad específica· de sus desplazamientos, modificaciones y
pende de la posición ocupada por esos conceptos en ]a excepciones. r>
,-·.·:.·
.\ El efecto-de-conocimiento es, pues, la distancia contro-
sistematicidad científica. Gracias a ésta, no sólo tienen 1.:·:
un contenido sino que además él es unívoco, tanto ter- lada., enunciada bajo forma de discurso conceptual, entre
1 la generalidad 1 y el momento actual de U1lia ciencia.
minológica cuanto conceptualmente (LII,114).
Merced al circuito de la sistematicidad, el objeto-de- En otros términos, un discurso produce un efecto-de-
conocimiento es transformado en conocimiento-del-obje- conocimiento cuando, a partir de un sistema de abstrac-
to. · En el caso de una ciencia ya constituida, ese circuito ciones razonadas, puede explicar el mecanismo y conte-
4
es el arsenal que hace de la ruptura epistemológica una nido de las evidencias: ideológica-s reinantes en su campo.
operación implícita, un corte relativamente definitivo El Capital produce el conocimiento de la instancia eco~
(ej.: la física). En el caso de una ciencia en vías de nómica del modo de producCión capitalista. O sea: a) ·.
constitución, ese circuito es una de sus tareas primeras convierte las evidencias de las ideologías teóricas (econo- :.·
(ej.: el MH) 5 • . - mía política vulgar y clásica) y las representaciones de
Por ello, en fin, la exp1·esión "objeto-de-conocimiento" patronos y obreros, en materia prima a elaborar; b) pro-
indica menos un objeto en el ·sentido fuerte del término duce las abstracciones razonadas que permiten ·su análi-
¡
(objeto como esta mesa, esa lámpara, aquellos techos), ·¡ sis (valor de uso y valor de cambio; modo de producción,
. 1
cuanto, en rigor, la señal del nivel diferencial específico

relaciones de producción, fuerza de trabajo; ley de acu-
de la práctica científica 6 • mulación capitalista, plusvalíª; etc.); e) esas abstraccio-
nes han sido suficientemente ( operativamente) trabaja-
·. El efecto-de~conocimiento es el producto imposible de 1
t
¡ das, justificadas, ordenadas, etc., como para explicar el
una ideología y el efecto diferencial de un discurso o de !
mecanismo de las anteriores ideologías y su inserción
una problemática científica. Pero sabemos que ese efec- . ~
precisa en el modo de producción capitalista.
L
to pertinente no podría aislarse del proceso de sistemati-
cidad que lo produce y ·sostiene. Hay conocimiento ( abs- Inferimos de esto que el efecto-de-conocimiento es, antes
tracto) en la construcción del objeto de una ciencia, así que un acto puntual, atómico, una secuencia. Es el reco~ 1 . . .· :

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LECTURA DE¡ ALTHUSSER 113
112 SAúL KARSZ
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rrido trazado por las transformaciones sobre una materia dente 1 esenci.:t, manifiesto 1 profundo, podemos leer acá
prima que :remata en un producto. una descripción del trabajo científico.
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! Se debe insistir en que ese efecto es inseparable de la La práctica científica es, por un lado, producción de
.1
1
sistematicidad que lo produce. Como todo efecto, sólo fun- "efectos-de-conocimiento"; pór otro, es crítica epistemo-
J
ciona en y por esa sistematicidad. Es por esto que la sim- lógica de las evidencias empíricas o ideológicas. Uno y
1 ple importación automática de un concepto que funciona otro movimiento son de hecho inseparables, cada uno es
.:
en una ciencia existente no garantiza que la ciencia impor- . la condición del otro.
O:"':'
tadora pueda hacer un uso científico de ese concepto. (El Difer~~-~¡·~~~~- ~~iú~a a secas~ critica· ideol6gká, ·y, en-
uso de modelos matemáticos o lingüísticos en ciencias so- . frente, crítica epis~emológica. La primera se ejemplifi-
ciales suele adoptar esta forma de reinscripción ideológica). ca en la mayor parte de las llamadas "críticas bibliográ-
Althusser distingue dos sub-especies de conocimiento: ficas'', musicales, artísticas, etc. Crítica ideológica es la
ideológico y científico ( LI,85). Sin embargo, el cono- de Marx joven respecto de Feuerbach y sobre todo· de
cimiento ideológico no puede sino significar: sea la reins- Hegel ( cf. los análisis de Ranciere, LI ,97-122) : es la
oripción de conocimientos científicos en el interior de un oposición de una "realidad" a otra ":realidad", obedien-
discurso ideológico (es lo que el humanismo teórico tes ambas al mecanismo del ·reconocimiento 1 descono-
hace con el MH), sea las pretensiones científicas de una cimiento.
ideología anterior. Así, la principal crítica epistemoló- La crítica epistemológica, por el contrario, es la rela-
gica de Marx a la economía política clásica es que ésta ción cognitiva entre una ciencia y una pretensión de
no produce la sístematicidad diferencial de los objetos ciencia. Esta puede ser un discürso que pasa por cien-
de la ciencia económica. O sea que esa disciplina no ~1 tífico (economía clásica) o un discurso que reinscribe
construye el modo de sucesión, jerarquía y ordenamien- conocimientos científicos (humanismo). Podríamos en·-
to adecuado a sus objetos, sino que transpone la suce- tonces pensar que la crítica es negativa -respecto de ]a
sión empírica, el modo de aparición del capital, el be- ideología cuyas evidencias se analizan y cuyo mecanismo
neficio, el ·trabajo salariado, etc., según aparecen en la se desmonta- tanto como positiva -para la ciencia del
·sucesión empírica. Por eso no conoce el carácter histó- caso. La crítica epistemológica es tanto la disolución
·:::J rico de las formas económicas: porque no ha construido de una ideología teórica cuanto la posibilidad de cons-
::-~1 el modo de sucesión conceptual sino que ha reflejado
•. :J
·::': t-rucción del objeto-de-conocimiento.
el carácter "eterno" con el que aparecen ante sus usu-
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fructuarios o víctimas. (LII,cap.III-IV). La crítica epistemológica es el ejercicio de facto de
la ruptura entre una problemática científica y una pro-
: ~i
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blemática ideoLógica. Es a partir de esa ruptura que
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# ·# una ciencia puede poner en cuestión el mecanismo de
j una ideología, o bien puede criticar las pretensiones
científicas de una disciplina. Como tal, esa función pue-
Si el "movimiento aparente" y el "movimiento real" de no ser explícita, o serlo a medias, en el texto. En ese
fueran idénticos -dice Marx-, la ciencia sería superflua. caso, una lec:ura filosófica ( LI,parág.2) contribuirá a
A condición de no entender aparente 1 real como acci- la rectificación crítica a propia da ( D ,17).
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. I14 SAOL KARSZ (

LECTURA DE. ALTHUSSER 115 '[:::·


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La crítica epistemológica es la relación típica entre nos. En primer término, puede ser un discurso ideoló-
dos problemáticas, una científica y la otra ideológica. gico del que una ciencia ya ha comenzado a producir el
conocimiento. Pero, en segundo término, puede tratarse
~ ·~ de un discurso, de una conducta, de una posición, situa-
dos más allá -adelantados- respecto del conocimiento
disponible. Un discurso ideológico puede incluso indi-
«En relación con la ideología de la que sale, toda car, en estado práctico, toda una zona de problemas. a
ciencia no puede ser pensada sino como ·ciencia de la elaborar científicamente.· Es el caso de cierta práctic::t
ideología' [respectiva].'' ( U,56). Ciencia significa aquí ;./
política marxista ( Lenin, Mao), materia prima funda-
fonna sistemática del conocimiento de una ideología, mental para el MH ( D,l8ss.). Es el caso; también,
"el advenimiento de una ciencia no como su fin [Aufhe~ de las invenciones «artesanales" del Renacimiento, mate..,.·
ben] sino como su sorpresa". ( LI ,56). ría prima preciosa para la ciencia física, etc.
Sabemos que la crítica epistemológica es inseparable En todos los casos, será tarea de una práctica cientí-
del proceso de producción de conocimientos. Esa críti- fica el plantear los problemas y construir los objetos cog-
ca no es un acontecimiento singular, no se limita al na- J nitivos. Pero, de todos modos, quizá estas observaciones
cirnien~o de una ciencia para desaparecer después. La
1
1 alcancen para indicar hasta qué punto la diferencia «cien-
·ausencia de crítica es: síntoma de que un discurso cien- cia 1 ideología" no remite a la pareja metafísica «verdad
tífico particular se ha convertido en ideología teórica. 1 error". O lo que es igual, hasta qué punto hay en esa
Sin embargo, la existencia de esa crítica no se reduce diferencia una relación constante, y hasta qué punto es-
al mero resguardo defensivo, por parte de una ciencia, tamos lejos de haber agotado todas sus implicaciones ... rl·
frente a la ideología respectiva. Las evidencias ideoló- ,;
¡.·:_
gicas "designan un conjuilto de realidades existentes, 1 1·
~ 1~
pero, a diferencia de un concepto científico, no nos per-
miten conocerlas". ( PM,229). Luego, son o pueden ser
índices desplazados de problemas efectivos, señales que Para que una dificultad dé lugar a. un problema, debe
apuntan a dificultades e incógnitas para las que no hay satisfacer tres condiciones mínimas: definición del cam-
aún una teoría válida en la ciencia del caso.· po de conocimientos en el que se plantea una incógnita,
La ideología de una ciencia no es sólo su pre-historia, ·l
definición del lugar preciso de ese planteamiento, defini-
su pasado dejado atrás de una vez para siempre. Es
también su historia paralela: lo que la acecha y lo que al
1 ción de los conceptos requeridos para ello ( PM ,165).
1 Estas tres condiciones sólo pueden ser satisfechas por
mismo tiempo le ofrece una de sus materias primas', Jo un discurso científico. Una ideología teórica, por el
que «alegoriza" una realidad y «representa" un proble-
contrario, no tiene problema·s, estrictamente hablando,
ma, que no es tal y como esa ideología lo plantea, pero 1
sino soluciones que recorren, de atrás hacia adelante, el
que está de algún modo designado, de través, equívoca
o falsamente, según una deformación más o menos pro- i despliegue de un planteamiento cuya principal función
funda. · es confirmar la solución que lo genera. Un discurso cien-
Ese índice desplazado puede ser de dos tipos, al me-
tífico se plantea problemas, y sólo él lo puede hacer, en ·'<
tanto se trata de dificultades determinadas: incógnitas [:
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LECTURA DE1 ALTHUSSER 117
116 -sAOL KARSZ

o excepciones :respecto de un cuerpo establecido, en un existentes en toda coyuntura? El problema apenas está
espacio del que se conocen las coordenadas y las com- planteado en Marx. Althusser no lo toca.
binaciones entre elementos. Las llamadas "aplicaciones técnicas" de una ciencia son
Por lo mismo, el discurso científico es siempre abierto. un ejemplo de su intervención en la unidad compleja:
O sea que todo dato puede ingresar a él a título de ín- planificación económica, creación de ciudades, fabrica-
dice, signo o señal. En esta posibilidad de que una evi- ción de máquinas, e'.c. Esas aplicaciones no son prolon-
dencia, infmmación, categoría o concepto puede cons- gamientos neutros de una ciencia, sino que -se hallan po-
tituir el índice crítico de un eventual problema, se loca- líticamente sobredeterrninadas: se efectúan ·en un estadio..
liza justamente un síntoma de problemática científica. dado de las relaciones sociales y sus efectos contribuyen
a conservar o modificar esas relaciones, la posición de
las diferentes: clases, etc.
!Ir< !Ir<
Si ]as aplicaciones técnicas o industriales de una cien-
cia comportan efectos políticos específicos, esto puede
aclararnos la •sobredeterminación política de la práctica
Las ciencias desarrolladas "suministran por sí mismas científica en cuanto tal. O sea que esa sobredetermina-
el criterio de validez de ·sus conocimientos; criterio que \ ción se halla presente en las ciencias en tanto práctica
se identifica absolutamente con las formas rigurosas de teórica, y en consecuencia en sus aplicaciones técnicas.
', í ejercicio de la práctica científica considerada". ( LI,75).
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La crítica epistemológica de una ideología teórica implica
! La validez del conocimiento científico se verifica, en efectos políticos: enunciamos en §1.4. que la ruptura con
"' efecto, en la práctica. Pero ésta no es la práctica en ge- la psicología clásica, en Freud, incide de alguna manera
neral, sino la práctica de esa ciencia. Como sabemos, la en la "moral victoriana", un episodio de la "moral bur-
verificación científica es uri problema científico; como tal, guesa". La constitución del psicoanálisis como ciencia
tiene luga-r en el interior de una práctica científica deter- es una empresa teórica que, al intervenir en el campo
minada, y no fuera de ésta. . ideológico existente, contribuye a fo:rmar o dislocar cos-
El problema de la validez del conocimiento debe dis- tumbres, relaciones, prejuicios. Interviene en las relacio-
tinguirse del problema de la articulación de la práctica nes sociales existentes.
'
cien' ífica y las restantes prácticas. La práctica científica Y esas relaciones intervienen a su vez sobre la práctica
es una de las instancias que componen la unidad comple-
j científica. No sólo suministran materia prima a elaborar,
ja; interviene sobre las otras prácticas y es a su vez _inter- sino que "condicionan" la aparición de una ciencia. Por
venida por éstas. Esto caracteriza un segundo problema, 1 ej., ¿cuál es el mecanismo de la articulación entre la fun-
a distinguir del anterior (el de la va'lidez del conocimiento). 1
dación de la física galileana y el proceso de constitución
Plantear este segundo problema es preguntarse por el del modo de producción capitalista?, ¿qué articulaciones
modo de articulación entre las prácticas diferenciadas y complejas existen entre este modo de producción y la fun-
:: ~j relativamente autónomas. dación del MH?
·.:1
:¡ En otros términos, ¿qué tipo de articulación existe en- Sin duda, se puede hablar acá de las "necesidades de
tre la práctica teórica y las restantes prácticas, habida la época" que, como demiurgos hegelianos, "hacen nacer
cuenta de la posición determinante, dominante y decisiva tal o cual ciencia". Este tipo de respuesta clausura el pro-

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LECTURA DE, ALTHUSSER 119 ,.


118 SAOL KARSZ
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de libros se pretendan tan "poéticas" o "novelescás" como sus


blema antes de tomarlo en consideración. Idem, si se originales; no nos dan conocimiento; sino representaciones. ·
habla de "reflejo'' entre teoría y práctica social, o de 6 Cf. nota l. "Objet'O-de-conocimiento", "objeto teórico", "ob-

"intereses" que guiarían con mano firme todo el desarro- jeto científico" son expresiones polémicas, defensivas. Que el
conocimiento tiene un 'Objeto indica que actúa sobre ese objeto, lo
llo histórico. El problema consiste, ante todo, en saber trabaja y transforma: el conocimiento es un m'Odo de producción ·.':
si el problema existe efectivamente en los términos en que socialmente determinado.
ha sido planteado más arriba. Y, luego, en acumular su-
ficiente material empírico como para esbozar una teoría
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1 Como indica Ch. Glucksmann (ver Apéndice), se debe tener 1:


en cuenta la coyuntura teórica y política en la que Althusser es- i
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cribió y escribe, así como -agreguemos- el modo com'o se repre- !.'-·
senta su inserción en esa coyuntura. Así, el énfasis en la distin-
ción entre objeto-real y objeto-de-conocimiento responde al domi-
nio ejercido pm• las c'orrientes empiristas y neo-positivistas. Los \·:
textos de PM, LI y LII se nos aclaran si los pensamos como anti~
empiristas, anti-sociologistas, anti-stalinianos ( cf. PM,ll-21). r:

2 El intento de Althusser -quien en esto sigue la línea bache-
lardiana'- es pensar el problema de las ciencias como un problema 1 •• -~:
de mecanism'O de funcionamiento, y no como una pregunta por el
ser de la ciencia. Se interroga por las ciencias en fanto sistema \.·>·
de. efectos pertinentes, y no hace una investigación ontológica so-
bre las ciencias. No hace filosofía de la ciencia, ni pr'egunta por
sus condiciones de posibilidad, sino por el mecanismo efectivo.
{ Ejempl•o de interrogación ontológica por la ciencia se encuentra
en W. Szilasi, ¿Qué es la ciencia?, México, FCE, 1953). Cf.
§ Ranciere; nota 9.
3 La economía clásica estudia lo que denomina "trabajador
libre" (Marx, op. cit.). Pero no define en qué consiste esa liber-
tad, de qué és Ji~re y de qué no es libt•e ese trabajador, y por
tanto identifica esa libertad con la libertad burguesa.
4 El objeto científico llamado inconsciente constituye un ex-
celente ejemplo de esta operación.
5 Caso límite de las llamadas ciencias sociales, la "crítica lite-
raria" está en la etapa de construcción de esa sistematicidad. De
allí que la mayor parte de esos ejercicios críticos repiten lo ana-
lizado~ duplican el original: de ahí que las críticas de poemas o
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;J LECTURA DE, ALTHUSSER 121


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§ 2.3. Práctica filosófica
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tea y plantea ciertos temas a partir de dicha representa-
ción. Podemos considerar ahora su análisis detallado.

"Desde que existe filosofía, desde el Teorein de Ese análisis, sin embargo, debe intentar distanciarse
Platón hasta el filósofo 'funcionario de la huma- !
·¡!,,
de la problemática filosófica que enunciamos. O sea
nidad' de Husserl, y aun en Heidegger en ciertos L que no será una "filosofía de la filosofía" o una "meta-
textos, la historia de la filosofía está dominada por ,,~~... - ..... f~losofía", sino una a.-eflexión para la cual la práctica fi-
esta repetición, que es la repet1d6il de' 'Uii.a. coii~
tr•adición: la degeneración teórica de su propia los6fícá· se' ha transformado en objeto-de-conocimiento.
práctica y los gigantescos esfuerzos teóricos por La teoría de la filosofía es o quiere ser d conocimien-
I'egistrar esta denegación en discursos coherentes."
(L,53).
to de la práctica filosófica (no ya su representación)
y el conocimiento de las representaciones producidas
por ciertas filosofías a propósito de dicha práctica ( cono-
cimiento de la denegación filosófica). Es, en fin, la que
Cabe distinguir, por un lado, formas ideológicas de debiera permitir el ejercicio de una forma no-ideológica
filosofía; por el otro, formas no-ideológicas. Las prime~ de filosofía: el MD ( cf. §3.4.). La teoría de la filosofía
ras se caracterizan _por nna contradicción entre una cierta se pretende entonces disciplina cientifica, en· vías de
repi"esentación de la práctica filosófica y los discursos en constitución. ·
los que inscriben-justifican esa denegación. La represen~
tación filosófica es la explicación suministrada por una fi~
losofía a propósito de su práctica, es la imagen de sí que ~ ·~
.• .i ella ofrece .
·:1

Primera aproximación. Llamaremos filosofía ideológi-


ca a aquella que se plantea un conjunto específico de te- Practicar filosofía es tomar parte y partido en un
nociones y combinaciones nocionales interiores a la filo- combate que opone dos contendientes: lo científico y lo
sofía. Esta interioridad debe pensarse en el sentido del ideológico. E·s demarcar y sepaTar, establecer una líne9
reconocimiento 1 desconocimiento. La denegación con- de demarcación entre el proceso de producción de co-
siste en el modo como una filosofía se I"epresenta su po- nocimientos y el proceso del reconocimiento 1 descono-
sición respecto de las ciencias, por un lado, y respecto cimiento.
de las relaciones sociales, por el otro. Dos contendientes, pero ningún árbitro neutral. Es un
combate siempre comenzado y siempre inédito del que la
Segunda aproximación. Llamaremos filosofía ideológi- filosofía no participa a título contemplativo, sino en una
ca a aquella que se plantea un conjunto específico de te- intervención comprometida. N o es, pues, un DiscuTsO
mas o cuestiones a partir de su representación-denegación Primero del que las ciencias serían Discursos segundos,
de la práctica filosófica 1•
ni es la Ciencia Original, Logos o Saber Absoluto, ( L,
Disponemos así de una caracterización esquemática de 53): la práctica filosófica es cierto modo combativo de
filosofía ideológica: la que se representa su práctica se- intervenir en la lucha entre lo científico y lo ideológico 2 •
gún criterios exclusivamente filosóficos, la que se plan- Efecto filosófico es el producto de ese modo de inter-
vención, que traza una doble línea. La primera separa

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SAúL KARSZ -. :. X LECTURA DE ALTHUSSER 12~ ~:.:
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.·....· .. .••·•···· ~ .:
justamente el movimiento de reinscripción filosófico-ideo~
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una problemática científica de una problemática ideoló-
gica. La segunda línea separa, en el interior de una prác~ ....
lógica de esa práctica 4 •
.. Una ciencia -sobre todo, aquella que abre un nuevo
tica científica, los elementos estrictamente científicos y ~.

¡:
los·· elementos ideológicos presentes en ella. El efecto fi- continente del saber, como la matemática, la física, la ('

losófico por excelencia es aquella intervención que pro~ ·¡!.:-·¡ ciencia de las formaciones sociales-, pone en funciona- í·:·
:1
· duce la ~oría de la ruptura y contribuye .a mantenerla o ·. ~ ..
miento un nuevo método, problemas inéditos y objetos de
esfumarla. ! : · ''M . conocimiento peculiares, y produce un efecto cognitivo
· Lo científico, lo ideológico. No: las ciencias, las ideo- específico. De hecho,. se. ha ..instalado en.lJ.:r:t::t..J:l:l1~Yª- .E!.C?~ ...
logías. La práctica filosófica no interviene en las ciencias ~{ blemática, ha implantado una :ruptura epistemológica
mismas, en su ejercicio, métodos y efectos pertinentes (el respecto de las ideologías teóricas y ha modificado el ¡...
conocimiento). Tampoco interviene en la práctica ideo- campo teórico existente. La filosofía existe aquí en la i
lógica, en el reconocimiento 1 desconocimiento de sus ob- práctica de esa ciencia y de esa ruptura, en el nuevo
jetos (la representación). Ninguna filosofía puede solu- estado "fáctico" establecido enh"e lo ideológico y lo cien~
1"·'
cionar problemas científicos, ni reemplazar una cienda tífico. Su intervención filosófica propiamente dicha, ex-
en tanto proceso de producción de conocimientos ( L,36). plícita, consiste en producir la teoría de las relaciones
Sin duda, de hecho puede hacerlo: es el caso del humanis- actuales entre ambas problemáticas, así como de los ele~ '· ·.
mentos que diferencian una y otra. '.
::.:
mo, de lo que se llamó psicología racional, de la filosofía
de la Teligión; ninguna de estas doctrinas, sin embargo, Ese pasaje -del "estado práctico" de la ruptura a su
nos da el conocimiento de su objeto, sino su repetición "estado teórico"~ no es una simple extracción de una
especular. "verdad" ya contenida. Es "un trabajo -de elaboración,
de transformación y de producción que exige grandes
Lo científico y lo ideológico significan las problemáti-
esfuerzos". ( D,l5). ·"Por ejemplo, ¿no es justamente en
cas científica e ideológica, sistemas teóricos unívocos que el cartesianismo donde se elaboró la nueva categoría
cada discurso pone en obra y a cuyas combinaciones res~ de causalidad necesaria a la física galileana, que cho,..
ponde. La práctica filosófica interviene como constnlC- caba con la causalidad aristotélica como sobre un 'obs~
ción de la teoría de la problemática vigente en cada co- táculo epistemológico'?" ( L,28) 5 •
yuntura, elabora el concepto de cada una de ellas y de La intervención filosófica se caracterizaría entonces
.sus relaciones recíprocas 3 • por una labor epistemológica en el sentido en gue se
La filosofía "existe en la práctica de las ciencias antes la suele desarrollar en los países anglo-sajones. Inves~
·de existir por sí misma" ( D,l5). Aquella existencia no tiga los conceptos puestos en obra por una ciencia de~.
corresponde a un cierto "trasfondo" con el que la filosofía terminada, los mecanismos de explicación, la construc~
suele representarse su presencia: no se trata de que el ción de hipótesis y el diseño de prueblas, etc. Por otro
trabajo científico investigue el cómo de los objetos y la lado, sería una epistemología en el sentido de los tra-
filosofía se reserve el para qué, o bien de gue las ciencias bajos de G. Bache1ard. En esta acepción, se la puede
produzcan conocimientos gue la filosofía integraría en identificar con "lectura síntoma!", lectura crítica y rec-
una "visión del mundo" y de los "fines últimos". Este tipo tificativa de un discurso científico, a fin de localizar la -::
de presencia no es interior a la práctica científica, sino
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novedad radical que aporta. Tal es la lectura de Marx
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LECTURA DE ALTHUSSER 125


124 SAOL KARSZ

hecha por Althusser y el equipo que colaboró en LI y La práctica filosófica se define entonces como un
LII: la categoría de "causalidad estructural" pretende modo de intervención en una coyuntura teórica e ideoló-
desempeñar un papel semejante al de la "causalidad gica dada. Su vínculo con las ciencias, con el proceso
cartesiana" respecto de Ga'lileo. Según Althusser, es una de producción de conocimientos, constituye una de sus
categoría presente .en El Capital en "estado práctico": el dos determinaciones específicas ( L,4lss.), éste es el
análisis de la instancia económica del modo de producción primer punto nodal de una teoría de la filosofía.
capitalista indica no sólo un nuevo tratamiento de esa ins-· La denegación filosófica consiste en el ocultamiento
tancia;· sino que además- señala·Ia articulación entre lo eco· ' ' de esa especificidad, o sea en la representación de la
nómico y las restantes instancias sociales (política, ideoló- filosofía como entidad cerrada sobre sí misma, indife-
gica). Sin embargo, cuando Marx reflexiona sobre la rente a su relación con las ciencias '6 • Por el contrario,
cienc:ia que ha puesto en marcha, sobre el método em- ella es una intervención, un tipo de operación realizado
pleado y el conocimiento producido, acude a la filosofía en una coyuntura precisa sobre dos contendientes pre-
existente en su coyuntura: el hegelianismo. Piensa la cisos: lo científico y lo ideológico. No hay un lugar
nueva problemática teórica mediante una filosofía qn~ "panorámico" desde el que pudiera observar, neutra, un
esa problemática dejó atrás, de hecho ( LI,34; LII,75). combate que no le incumbe.
Dejó atrás de hecho, pero no de derecho: en la práctica Los "términos que designan lo científico y lo ideoló-
de su teoría pero no en la teoría de su práctica.* Es aquí gico deben repensarse cada vez." ( L,51). Si una filosofía
donde la filosofía interviene, para elaborar esa teoría, se define por su modo peculiar de intervenir en el com-
resguardar su novedad_ ante los asaltos ideológicos y bate entre lo ideológico y lo científico, su práctica con-
contribuir a su desarrollo. siste en enunciar, desarrollar y justificar la línea de
Sin duda, no es la filosofía en general, sino justamente demarcación trazada: mostrar cómo y por qué pasa por
la filosofía contenida en estado práctico en esa nueva tal ciencia y no por otra 7 • Por qué y cómo esa línea coloca
·. .. ,
'1 ciencia: no una filosofía anterior (hegeliana, humanista, a 1os dos contendientes en una determinada relación,
··.:j
.. filosofía de la praxis) ·sino una nueoa1 filosofía corr?s- de qué lado se sitúa un discurso dado. Las cues-
'
pondiente a esa nueva problemática. Es el MD, nueva tiones. o temas filosóficos consisten entonces en esos epi-
práctica de la filosofía provocada por la constitución de sodios de la línea de demarcación que tienen por tarea
·'
una problemática inédita abierta por el MH, problemá- la de xeflexionar las relaciones actuales entre ambas pro-
·-.:: tica que a su vez refuerza. blemáticas .
. Así, son necesarios "enormes esfuerzos críticos y teó- Los temas de una filosofía reflexionan, en el interior de
'.i-<1 iicos" pam salvar "el inmenso espacio de prejuicios ideo- esa filosofía, la línea trazada fuera de ella -entre lo
',
lógicos que nos separa de Freud" ( F,88), para com- ideológico y lo científico. Sus problemas filosóficos de-
.·,
prender por qué "entre Lenin y la filosofía establecida baten esa línea y en esa línea.
[ideológica] hay una relación propiamente intolerable" A la pregunta: "¿de qué habla una filosofía?", se pue-
(L,l9). de responder, a grosso modo: habla, en el rigor propio
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de sus categorías filosóficas, de lo que está pasando fuera
"' Según Althusser, Marx no alcanza a reflexionar dicha novedad de ella. Explica qué pasa y por dónde pasa lo científico
radical mediante nuevas categorías filosóficas: no hace la teoría
(filosófica) de su práctica. y lo ideológico.
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126 SAOL .KARSZ LECTURA DE. ALTHUSSER 127. ¡-:


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Por ello toda "gran" filosofía (todo acontecimiento ideológicas y conceptos científicos. Sus instrumentos de
filosófico) aparece a consecuencia de una provocación producción residen en los métodos disponibles ( intui'-
científica, por el descubrimiento de un nuevo continente ción, deducción, enumeración, razonamiento discursivo,
:r: ''
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teórico realizado en estado práctico por una ciencia. Es .fJ·· análisis, etc.). La aplicación de estos instrumentos a r-;_
~--
el caso de Platón, por ej., que reflexiona el reordenamien- aquella materia prima produce categorías, que se orde- ri:
to provocado por la constitución de la matemática. Es- -r~: nan bajo forma de tesis 8 •
quemáticamente: el platonismo reconoce el status espe- '•.
Sin embargo, esta relación entre filosofía y. ciencia no
.. :·.~~--.
cífico de dicha ciencia, le otorga un lugar paradigmático ;-:_ hnplica la aparición inmediata de una filosofía en ocasión
en la problemática teórica de su coyuntura ( pOT encima de una ciencia. Y esto, por dos razones. La primera:
de las d'oxas y por debajo de la dialéctica), reahaza con este tipo de filosofía -como la platónica respecto de la
su apoyo las pretensiones científicas de los sofistas y las matemática, la cartesiana respecto de Galileo, la kan-
sabidurías orientales. Pero también utiliza el modelo ma- tiana. respecto de N ewton, el MD respecto del MH-
temático para reacomodar mitos religiosos (lo Uno y lo supone una ciencia tal que ésta modifique la problemá- );.
Múltiple), doctrinas políticas (división necesaria e ine- tica teórica existente. No se trata de que a toda ciencia
xorable de la sociedad en tres clases rígidas), convierte le corresponda una filosofía, sino que toda modificación ''
'
la posesión de la Ciencia en concepción del mundo y estructural del campo teórico provoca una filosofía ori- ,.'
criterio moral (salvación de las almas). Y, en fin, se ginal que elabora dicha modificación ( LII,l66). De he- '
presenta a sí mismo como la Ciencia por antonomasia: cho, esa ciencia y esta filosofía constituyen síntomas de
la Filosofía es el Discurso Original ( Teorein) capaz de la nueva problemática, causa (la ciencia) y efecto (la
contemplar -por encima y/o por debajo de todo conflic- . filosofía) de la mjsma.
to, teórico, ideológico o histórico- la Verdad misma en Pero la segunda razón es más importante. Se trata del
su prístina Presencia. En una palabra, el platonismo ha- retardo ( L) entre la formulación filosófica de la nueva
ce la teoría de la remdenación del campo del saber (re- problemática abierta y la apertura efectiva de esa pro-
distribución de problemáticas) y toma partido en la blemática, por obra de una ciencia. Esta fundación cien-
reacomodación de la problemática ideológica en juego. tífica es anterior a la reflexión filosófica. Pero al mismo
Es por esto que la escuela platónica es un centro de tiempo ese discurso filosófico -sostiene Althusser- es
formación teórica y también una unidad de producción
ideológica y política ... Podemos sostener que esta últi-
ma característica -formación teórica, lucha ideológica-
está presente en toda filosofía.
l necesario para construir la teoría del método, de~ objeto
y del tipo de conocimiento de esa ciencia, así como para
contribuir a resguardarla ante las ideologías teóricas.
~ ~

Dijimos que su relación con las ciencias constituye para


El esquema formal del sistema de transformaciones la práctica filosófica una de sus dos determinaciones
de la práctica teórica sería el siguiente. Su materia pri- esenciales. Habría además esta segunda determinación:
ma está constituida por las categorías filosóficas ante- política. Toda filosofía es una toma de partido, sostiene
riores, o sea por los productos de otras líneas de demar- Althusser siguiendo a Lenin.
cación ya trazadas. Constituida,. además, por nociones ·"Toma de partido'' no significa partidismo o proseli-
,
~i
128

1
SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 129
:~
·~
tismo. Una filosofía no se declara partidaria de tal o una denegación, ésta es doble. Es denegación del vínculo
{t cual programa. Ni se determina políticamente porque específico que la filosofía mantiene con las ciencias. Es
.. ,
.'
.. ' la política sea uno de los posibles temas filosóficos, o denegación, además, de su vínculo con lo político.
:::: porque se ocupe de la política en tanto tema.
·:-1
:--: Podemos comprender así por qué es decisiva la línea de
'! "La filosofía representaría la política en el dominio demarcación trazada por la práctica filosófica y por qué
de la teoría, para ser más preciso: ante las. ciencias. Y ésta representaría la cientificidad en el seno de la lucha
viceversa, la filosofía representaría la cientificidad en la de clases. Que las ciencias conozcan, que el efecto-de-
política, ante las clases comprometidas en la lucha de . ····ct:frit?Ciiniento sea elefec:o·a:::ideológico por excelencia, sig-
clases." ( L,54.) · nifica que ellas nos informan precisamente sobre el meca-
¿Cómo entender esta segunda determinación de la nismo de las relaciones sociales. En el caso del MH, es
filosofía? 9 • el conocimiento de la lucha de clases como definición
La línea de demarcación se halla en constante des- estructural de la historia. En el caso de las ciencias físi-
plazamiento. Lo científico, en una coyuntura dada, pue- co-naturales, es el conocimiento del universo material y
de no serlo en otra, convirtiéndose en todo o en: parte físico en el que las relaciones sociales se establecen y de-
en ideología científica (economía clásicajMH; psicología sarrollan. En cualquier caso, la línea de demarcación es
"Qre-freudiana/ psicoanálisis). En cada ocasión, al produ- decisiva porque las ciencias no nos dan una representa-
cir la teoría de esas relaciones, la práctica filosófica mues- ción más o menos falseada de su objeto, sino su conoci-
tra de qué modo ciertos elementos pasan de una proble- miento. De este modo, ofrecen uno de los elementos ne-
mática a otra. Toma partido por la cientificidad actual cesarios a su tr~n_sformación, o, al menos, su utilización
de las ciencias, por o contra lo ideológico actual de las por parte de una ideología revolucionaria o reaccionaria 11 •
<·. ideologías ( L,52ss.). Pero no puede no tomar partido.
Si la filosofía platónica denuncia e impide la reins- # '#
cripción sofística de la ciencia matemática, por otro lado
permite y contribuye a la reinscripción aristocrática. Si
la filosofía fundada por Marx -el MD- denuncia e impi- La doble denegación produce un efecto único: las di-
.,
de la reinscripción burguesa del MH, por otro lado fa- versas filosofías tienden a representar su práctica como
···: cilita su inscripción en la ideología revolucionaria 10 • El situada por encima de las ciencias y por encima de las
~
i discurso cartesiano sitúa lo científico del lado de Galileo relaciones sociales existentes. De allí las tesis del "desin-
1
y no ya del lado de Aristóteles, ni de Ptolomeo; esto sig- terés filosófico", de la philosophia perennis, de la filosofía-
~ nifica que no sólo produce ciertas categorías necesarias a reina de las ciencias. De allí disciplinas como la filosofía
la nueva física sino que también contribuye a liquidar la de la historia, de la educación, de la religión, de la moral:
hipótesis de la Tierra-centro del universo-decisión tomada se proponen reemplazar las ciencias en tanto proceso de
por Dios desde toda eternidad. Recuérdense~ por ej., las producción de conocimientos, pero en rigor duplican su
"dificultades" de Descartes con los profesores y teólogos objeto, repiten las jerarquías y mandamientos morales en
de la Universidad de París, o las de Giordano Bruno, o forma abstracta y universal. Ejemplo paradigmático: la
las de Spinoza. filosofía de la religión, que produce delirios racionaliza-
Luego, si la sucesión de filosofías es la reiteración de dores del delirio vivido en la ideología religiosa, repite

:.·.:
1
~
131 !··:
LECTURA DE: ALTHUSSER
130 SAOL KARSZ

ción precisa en un sistema de parentescos y diferencias


especularmente sus evidencias, girando alrededor de un estructurales, muy distinto, sin duda, del indicado por
- "misterio" que no somete a crítica epistemológica. las "filosofías de la filosofía,.
La producción de una teoría de la fi~osofía es una de las U na historia de la filosofía científicamente entendida es
tareas teóricas y políticas urgentes. Primero, porque se entonces una de las piezas maestras para construir la teo-
dispondrá del concepto de lo que la práctica filosófica es, ría de la filosofía. Pero tanto una como otra dependen
a fin de denunciar lo que se representa ser ( L,54). Se- del desarrollo de la ciencia de las formaciones sociales.
j,
d
•·.
gundo, porque es la posibilidad de un ejercicio no-ideoló- Tal es la perspectiva de Althusser.
gico.. de--Ia ...filosofía, un---reeomienzo- -de -su -práctica._ Se
podría entonces decidir, por ej., si buena parte de lo que
pasa por filosofía no es más bien una mezcla filosófico-
moral, o filosófico-religioso. Se podrá, en fin, establecer
una distancia asaz difícil de id en' ificar, entre el discurso
filosófico y el discurso ideológico ...
Estamos muy lejos de esa teoría. Leyendo a Althusser, 1 Desde luego, no se puede decidir a priori o a-históricamente

en este parágrafo hemos expuesto algunos datos iniciales cuáles son esas f•ormas ideológicas de filosofía. A título de sínto-
ma eventual, podemos pensar que la expresión filosofía de (la
para su construcción. Hace falta, para ello,_ una teoría religión, la educación, la historia, del derecho, del conocimiento,
del acontecimriento filosófico, es decir una definición de etcétera) indica una de dichas formas.
la realidad filosófica, del quehacer filosófico. No de lo que 2 Decimos: "no es Discurso Original ni Saber Absohüo". Pero,
¡¡ .. la filosofía debe ser o hac~r, sino de lo que hace y nie- como estudiarem'OS en seguida, la mayor parte de la filosofía (si
gá estar haciendo. Hace falta, además, construir el con- no toda; L,53) se representa a sí misma como Discurso Original
¡;:· a consecuencia de la denegación de esta intervención.
i;
cepto de historia de la filosofía. Construirlo, porque no 3 Los trabajos de G. Canguilhem y de M. Foucault son ejem-
es evidente que la sola sucesión de una escuela tras otra, plos de esto. Los trabajos de Canguilhem no son investigaciones
en el espacio y en el tiempo, determine de por sí una his- bi'Ológicas propiamente dichas, como los de Foucault sobr•e la
·i! toria: que después de Sócrates haya Platón y después locura y el nacimiento de la clínica no son psiquiátricas ni médicas
en general. Pero constituyen intervenciones filosóficas preci>as
Aristóteles, que ciertos temas pasen de uno a otro, que que muestran las continuidades y rupturas, la elaboración de con-
se_ puedan reconocer sus "influencias", etc., no alcanza ceptos, la sobrevivencia de tal o cual elemento ideológico, etcétera.
,, para construir esa historia. Esta es la técnica de los ma- 4 En el Cours ... inédito, Althusser analizó un cas'O de "filo-
il·
;\ nuales tradicionales de "historia de la filosofía" -incluso sofía espontánea": el biólog•o J. Monod entiende que el trabajo
il científico sirve para realizar valores morales superiores y que de
i:. del hegeliano-, que registran la sucesión empírica, vital, alguna manera la ciencia ofrece un modelo posible para la paz '"<;
i'.
ll de los filósofos como si fuera la sucesión teórica de las y el bienestar universal. Aquí, la intervención filosófico-crítica
'!! - doctrinas. c:>onsiste en separar lo ideológico (moral científica) de lo estric-
.,·.
tamente científico (biología): traza una línea de demarcación
\i
·!:,, Como escribe Balibar ( LII,248), se trata de concebir la
historia de la filosofía, no como una sucesión de sistemas, entre uno y otro.
5 "Obstáculo epistemológico" es un concepto de G. Bachelard.
sino de "conceptos organizados en problemáticas, cuya "Línea de demarcación", de Lenin y Mao. Acerca de Descartes/
Galileo, cf. A. Koyré, Études galiléens (París, Hermann, 1966). '.
combinación sincrónica es posible reconstituir". Cada :1:
G El pasaje de una fil'osofía a otra se explicaría, ante todo,
doctrina no inauguraría, por su sola presencia, una nueva por el e~tadio presente del desarrollo científico y de las rela- 1'·.:
t·,:;
época filosófica. Cada doctTina será definida por su posi- F
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1.
132 SAOL KARSZ
··;

ciones políticas (lucha de clase), y no por una diferencia exclu-


siva o fundamentalmente interna a la filosofía. ESQUEMA Il
1 Por ej., que la cientificidad en histor•ia pasa por el MH -y
Dispositivo de tres intervenciones articuladas
no por .las formas empiristas, historicistas, humanistas, "historia
de las ideas", etcétera.
S En . el Cours . .. , Althusser enunció que "todas las proposi-
...---- ruptura epistemológica _ _ _.........,
ciones filosóficas s'On tesis", objeto de justificación y desarrollo,
pero no de demostración en el sentido en que las ciencias de-
muestran.
Nociones son las unidades del discurso ideológico; conceptos,
+1 •
PRÁCTICA CIENTÍFICA
las del discurso científico; categorías, las del discurso filosóficn PRÁCTICA IDEOLÓGICA
(A. Badiou, op. cit., p. 13). Las nociones se integran en con- forma de la cien~
reconoeimiento/
juntos de evidencias y representaciones; los conceptos, en teo- tificidad
rías; las categorías, en tesis ordenadas en cuestiones y reunidas desconocimiento
en d•octrinas.
9 Sobre este punto, § Ranciere.
IO Lucha de clases, ¿es un concepto científico -válido para
reinscripción
:=J L.
crítica · ·conoci~
represen~
todo sujeto en toda circum:tancia- o es una nodón ideológica o epistem. miento
aun par•tidista -válida para sus solos adherentes? Si es lo primero, tación (lectura li~
la ideología que se aptoya en este concepto dispone de un recurso teral) e
-e
"é)
(científico) que su opuesta no tiene. La línea demarcatoria que o;:
sitúa la "lucha de cla!:es" más acá o más allá de la problemática ...
c.>
0:
científica constituye un efecto filosófico dotado de un insepara~ - repetición S - revolución
Cl)
ble sobre-efecto político. teórica
11 Esta hipótesis, formulada para intentar esclarecer la tesis
-inversión
"''~
de Althusser, exige p'Or supuesto afinamiento y desarr'Ollo. La re-
gistramos a título indicativo.
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...... "teoríd de
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filosófica" la filosofía"

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§ 3. Textos de Marx y Discurso marxista

_ _ Los cuatro parágrafos de este captulo desarrollan al-


gunos puntos enunciados en los capítulos anteriores. Es-
tán construidos según los "conceptos previos" ( § l. ) y las
"prac!ica-s--·diferenciadas'' ( § 2.). Luego, será necesario
que la lectura de este tercer capítulo los tenga en cuenta.
Son dos pares de parágrafos. Por un lado, estudiamos
sendos episodios del discurso marxista: el humanismo
socialista ( § 3.2) y la relación Marx/ Hegel ( § 3.1). Por
otro lado, elaboramos su contrapartida: el materialismo
1 histórico ( § 3.3.) y el materialismo dialéctico ( § 3.4.).
1
1 . El segundo parág1afo -humanismo socialista- replantea
1 el problema de la periodización de los textos de Karl
i
r Marx. Las expresiones "joven Marx" y "Marx adulto'' ihan
¡¡· consagrado una tradición: según algunos, porque así se
'!_.·1' indica que no hay cortes; según otros, porque los hay.

1 .
.! En ambos casos, el criterio empleado es cronológico y
empírico: como todo hombre, Marx tuvo una juventud,
una maduración y una madurez. Pero sabemos que la
'[, sucesión cronológica no puede justificar la sucesión teó-·
t rica: el orden de la biografía no equivale al orden de lo
1
1. producido en su transcurso. Hay una manera de plantear
1- el problema del humanismo socialista o marxista que pre-
r juzga su solución: "al fin de ~uentas, ¿Marx es o no es
humanista?". La pregunta contiene su respuesta; mejor
r- dicho, enuncia su respuesta como pregunta retrospectiva. ,,
;~. ':::

,l, El individuo llamado Karl Marx tal vez fue o no huma-


nista, tal vez sus convicciones personales fueron de ·esa
1¡· ·., naturaleza, o bien todo lo contrario. No se trata de saber
si, personalmente, Marx participó o no del humanismo,
!i como si esas convicciones pudieran garantizar el "men-
t
1.
saje profundo y oculto" de su obra. El problema es deci- '

1. dir cuál es el lugar preciso y neto del !humanismo en e] ''


¡ discurso marxista. Ese lugar puede ser una presencia -tal tF
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136 SAOL KARSZ


LECTURA DE, ALTHUSSER 137 ¡ !j
e_1tre China y URSS, las luchas revolucionarias anti-impe-
o cual idea en tal o cual texto- o puede ser el síntoma de ialistas, las crisis de las "ciencias sociales" 1 . No por ca-
una problemática: aún en El Capital hay elementos y ex- sualidad, cada vez que un autor que se dice marxista no
presiones humanistas, pero se trata de saber si ocupan la puede trabajar científican;wnte en el MH, recurre a ese
misma posición fundamental y dominante que, por ej., en conjunto de exaltaciones morales constitutivo del huma-
los Manuscritos de 1844. nismo. Las invocaciones al Hombre Total pretenden des-
··;:. En este parágrafo se desarrolla, pues, un episodio del empeñar un rol imposible: el rol de conceptos claros y
.·. discurso .. .mar:xista .... E.se episodio se localiza en determina- distintos.
dos textos ( Matnuscrítos); en ellos ocupa una posición Otro tanto sucede en la práctica política: la consigna
.. determinante: es su problemática. Es alli donde cabe humanista sólo puede indicar las nuevas tareas exigidas
leer, en su cuerpo propio, el humanismo marxista. por un movimiento revolucionario, pero impide por com-
Al término de esa lectura, sabremos que el humanismo pleto captar y desarrollar. su especificidad propia, lo que
marxista es la condición de imposibilidad para el desarro- tiene de profundamente inédito, el ejercicio de imagina-
llo del MH y la constitución del MD. Allí donde bey ción que lo define ideológicamente. Podemos entonces
humanismo, no hay lugar para una ciencia de las forma- sostener que, políticamente, este humanismo es una ver-
ciones sociales ni para una nueva práctica de la filosofía. sión socialista del humanismo liberal: la "buena" realiza-
Esta operación aparece en ciertas explicaciones de Marx ción de lo que el liberalismo hizo "maf', la recuperación
acerca de su obra, pero sobre todo en la mayor parte de de ese mismo personaje -el Hombre- que el liberalismo
las lecturas que aquéllas suelen recibir ( cf. "lectura her- olvidó.
menéutica", en § Ipola). De hecho, la expresión "huma- Pero, por lo mismo, queda prisionero de la problemá-
nismo socialista" recubre dos temas confundidos: la exis- tica que combate; puede convertirse en fuente de ambi-
tencia dominante -en un segmento único del discurso güedades y peligrosas confusiones, a menos que unas y
marxista (Manuscritos de 1844)- y el desarrollo -poste- otras sean efectos voluntarios de su propia ambigüedad y
rior en el tiempo y sobre todo en la teoría- de un huma- de su propia confusión. Luego, podríamos pensar que una
nismo socialista. Este segundo tema resulta de una de- práctica política nutr~da fundamentalmente de humanismo
terminada lectura de su obra, lectura que llamaremos ideo- desemboca tarde o temprano en una forma de reformis-
lógica o literal. El humanismo socialista es, desde una mo autocrático o en una ,elaboración social-demócrata del
perspectiva teórica, el sistema de reconocimientos/ desco- revisionismo 2 •
noCimientos producidos por la tradición marxista contem- El parágrafo ( § 3.1) estudia las relaciones entre
poránea: no hay que buscarlo en Marx sino en Luckacz, Marx y Hegel. Dicho estudio está guiado por una hi-
en Sartre, en Goldmann, en Lefebvre, en Garaudy, en pótesis central: entre ambos rige una relación· necesaria
Schaff, etcétera. e imposible, ruptura epistemológica entre una problemá-
Es un episodio circunscripto en el discurso marxista de Uca científica (Marx) y una problemática ideológica
Karl Marx, registrado en un texto único y definido por (Hegel). En este sentido, investigar esas relaciones ten-
una coyuntura específica ( PM,68; 209n.45). Pero es, so- dría un doble interés: nada es posible sin conocer Hegel,
bre todo, la respuesta ideológica suministrada ante el uno de los más imponentes monumentos ideológico-teó-
revisionismo, el culto de la personalidad, la crisis estruc- ricos; pero también nada es posible con Hegel, repe-
tural de los partidos comunistas occidentales, el conflicto

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·138 SAúL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 139 ;.

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tieión de las representaciones especulativas con las que A la "inversión" o "superación dialéctica (hegeliana)".
la filosofía pensó desde siempre su vínculo con la prác- por parte de Marx, Althusser opone un "cambio de ele-
tica política y la práctica científica. Lo que hay de mento" ( PM,41): la elaboración, a partir de una ruptura
nuevo en Althusser es un planteo original de las relacio- epistemológica, de dos espacios teóricos radicalmente di-
nes entre Hegel y Marx, lo que supone un planteo origi- ferentes. En el caso de Marx, permitiría conocer qué hay ·:
nal respecto de Hegel ·en general y de su dialéctica en de nuevo en el MH y qué se propone el MD. ,_
particular 3 • •
Los dos .parágrafos siguientes estudian el MH ( § 3.3. )
Pero conocer Hegel implica conocer Marx y recíproca- y el MD ·( § 3.4.). En su e~~~_qig_ .::l.~.t.lJ.::tl_, el primero se .·.
mente. Marx dice haber invertido la dialéctica hege- presenta como la forma de la cientificidad correspoii.'dierifá
liana: en vez del Espíritu, la Infraestructura; en vez de la al objeto llamado· historia. Althusser muestra que los tex-
cabeza, los pies. Invertir es dar vuelta conservando la tos posteriores a la ruptura producen el conocimiento del
.organización y el sentido de lo que se invirtió. Hegel de] modo de producción capitalista a la altura de la instancia 1 ,·

revés sigue siendo Hegel: el idealismo especulativo dado económica, teoría incompleta a la que se debe agregar el ¡. ~;
vuelta es el materialismo especulativo o la crítica antro- análisis de las instancias ideológica y política. Pero mues- ''
1 ';

pologis~a. Marx opera de hecho esa inversión en los A1. a- tra además que El Cap-itnl pone en funcionamiento un
' ·>
·<·:
nu.scritos de 1844, siguiendo a Feuerbach: aquí, Marx es ..
conjunto peculiar de conceptos, instrumentos cognitivos
un hegeliano rebelde que critica al maestro con sus pro- y combinaciones, todo lo cual define una forma de cienti-:-
pias armas a fin de hacer bien lo que aquél hiciera mal. ficidad inédita aplicada a su objeto, la historia. O sea
Des~mistificar la dialéctica es quitarle los mitos pernicio- que se echan las bases de una ciencia inédita, inexistente
sos para dejarle los mitos "verdaderos", su "sentido pro- como tal. Por súpuesto, no se trata de que la reflexión
fundo". · histórica comenzó con Marx: una enorme producción an-
Como sucede con el humanismo, la inversión marxista terior y contemporánea desmiente esta hipótesis. Se trat?
de Hegel -la conservación de su sentido y funciones mo- de la producción de una teoría que permite el estudio
dificando los nombres que desempeñan roles idénticos- se científico de las formaciones sociales y que, por lo mismo,
localiza en un texto determinado de Marx,- pero domina permite examinar la cientificidad presente en trabajos no-
por completo la obra de Feuerbach. Domina, sobre marxistas. En otras palabras, contra la ideología hegelia-
todo, los textos producidos por la mayor parte de la tra- na y la economía de Smith, Marx funda nuevos con-
dición marxista. Luego, la "inversión marxista" de H ef_el ceptos fundamentales (grado de desarroHo de las fuer-
es el p1·oducto de la lectum herrnenéutica de Marx. No zas productivas, estadio de las relaciones de producci6n,
hay que buscarla en Marx, sino en quienes practican esa etcétera) ( PM ,109); esos conceptos constituyen el sínto-
lectura. Y se la encontrará en Marx, después de la ruptura, ma de un nuevo continente científico en obra y al mismo
si se lo lee hermenéuticamente. tiempo suministran los criterios necesarios para auscultar
Se trata entonces de dos teorías diferentes a producir: cier· os índices desplazados en las ideologías de la historia
la teoría de la dialéctica hegeliana y la teoría de la dia-. 1 (economía o historia clásicas, historicismo, filosofía de la
léctica marxista; ambas, síntoma de problemáticas teóri- 1 historia, humanismo, etc.) 4 •
cas diferentes de raíz: "el desarrollo filos6fico del marxis. Se comprenderá la importancia decisiva de esta funda-
mo depende actualmente de esta tarea" ( PM ,92). ción. Los trabajos de Althusser, Balibar, Terray, Badiou,

,-,\~r,\;."."P
LECTURA DE AL'fHUSSER
141
;; .l.i 140 SAOL KARSZ
·.·,

permitirían -¡por fin!- el análisis científico efectivo, por provoca su existencia (el MH). Corresponderá entonces
'.,
1 parte del marxismo, de las formaciones sociales. Permiti- investigar las relaciones disimétricas entre ambas discipli-
: nas. De ninguna manera exhaustiva en Althusser (y
rían pasar del estadio de las declaraciones de intención y
los manifiestos escolares que nutren los manuales marxis- mucho menos en nuestro ensayo), esa investigación ela-
tas, al estudio reflexivo, analítico, me~odológicamente jus- borará algunos problemas: el del status de lo real, el de
tificado, epistemológicamente consistente, teóricamente la relación entre práctica teórica y objeto real-empírico.
riguroso. Decisivo para el marxismo, el MH es tambjén Esto nos permitirá, en el próximo capítulo, esbozar el tema
...
decisivo para las llamadas ciencias .sociales. y ~n especial ..... . ········ ··de la relación teoria/práctica .
·:' para las diversas ideologías de la historia: la fundación
de una ciencia instaura la posibilidad de una ruptura y ~ ~
nos abre un nuevo continente del saber. En él, las tres
:>.
instancias fundamentales de la unidad compleja -econo-
mía, ideología, política- encuentran por vez primera su Se advierte en :onces la estrategia de este capítulo. Sus
tratamiento científico adecuado. cuatro parágrafos tratan un tema único: la especificidad
El MH funda entonces, en estado práctico, una nueva diferencial de la problemática marxista. El primer pará-
problemática teórica. La teoría de esa Tevolución teórica grafo es el análisis de una diferencia ejemplar (Marx/
es el tema de una disciplina ligada al MH pero diferente, Hegel); el segundo es un ejercicio de crítica epistemo-
por su obje~o y su método: la filosofía marxista o MD, lógica aplicado a un sector (humanismo); el tercero y
tema del cuarto y último parágrafo. Más aún que aque!Ja el cuarto, en fin, esbozan algunos elementos correspon'-
ciencia, es~a filosofía está por construirse. Su construc- dientes al nuevo espacio teórico abierto por Marx.
ción es doblemente necesaria: respecto del MH, por un En cierto modo, los cuatro parágrafos se recubren: la
lado, respecto de la práctica filosófica, por el otro. Res- relación Marx/Hegel, analizada críticamente en § 3.1., per-
pecto del MH, porque permitirá pensar el concepto de la mite un efecto-de-conocimiento que ·a su vez la sostiene,
diferencia específica entre la ciencia de las formaciones en § 3.3. y § 3.4. Desde una perspectiva teórica, el huma-
sociales y las ideologías de la historia (por ej. la hegelia- nismo socialista se nos mostrará como una manera de
na, pero no sólo). El ooncepto, porque la diferencia fun- negar o esconder lo más rico de la metodología marxista:
ciona, prácticamente, en la Intr. Crít. E. Política y El Ca- la posibilidad de distinguir lo ideológico, lo filosófico y
pital, en ciertos textos de Lenin y de Mao ( PM ,184). Esa lo científico, tanto dentro como fuera del marxismo (PM,
diferencia se da en estado práctico, como un sistema con- 1
31), la posibilidad epistemológic~ de conocer y controlar
ceptual inédito y un objeto-de-conocimiento también iné- sus articulaciones recíprocas. Luego, no será exagerado
1
dito. El MD es aquí necesario como teoría que permita sostener que, desde el MH y el MD, el humanismo es una
conocer, bajo forma reflexiva, ese nuevo continente, per- 1
1 doctrina pre-marxista. ·
mitiendo entonces su exploración ( LII ,12). . \ Siguiendo en esto a Althusser, en este caphulo hemos
Pero también es necesario respecto de la práctica filo- acentuado los títulos científicos y la:-·novedad radical de
sófica. Antes que una nueva doctrina o escuela, el MD 1?. revolución teórica de Marx. Este punto nos parece es-
aparece como una teoría de la filosofía y como una nueva tratégico. De él pueden depender el porvenir teórico de]
práctica de la filosofía, thabida cuenta de la ciencia que marxismo y el de las ciencias soci~les, si es cierto que.
·.::

'.
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¡.::
142 SAOL KARSZ f:
L
1 o

~ ·:·
"como toda disciplina científica, [aquél] no se ha deteni- § 3.1. La relación MarxjHegel- Hegel/Marx t··:
~ .'
!:::
do en Marx, así como la física no se ha detenido en Gali- ¡.·;.

leo." (PM,60n.27). ~. :.
Lo
"He aquí el sentido de la famosa •inversión': !-::·
mediante esta imagen que no es sino una imagen
y que por lo tanto no tiene ni el sentido ni el rigor i.;
'o
de un concepto, Marx intenta simplemente indicar ~ ·>
Lo
r:.•
P'Or su cuenta la existencia de esa mutación de ,:-.:.
problemática que inaugura toda fundación científl- ¡···
l Respecto de las ciencias sociales, el humanismo socialista ca." ( LII,l20).
'o
se coloca objetivamente del lado de las diversas cor'rientes feno- '
menológicas, psicologistas, personalistas, etc. · Es una tentativa
irracionalista por intervenir en esa crisis regresando a las posi
ciones que contribuyen a provocarla. En el postfacio a la segunda edición alemana de El
2 Frente al revisionism'O, una doctrina humanista rescata los Capital, "Marx nos señala, nos advierte", que ha arreglado .o

derechos de la "persona" y del "individuo", "aplastados por el cuentas con -la dialéctica hegeliana ( PM ,176), Esta decla-
Estado" y la "personalidad dominante". Pero no puede compren- ración textual ha alimentado los debates sobre la relación
der que el "culto de la personalidad" es la consecuencia (no la ::.
causa) de una cierta manera de realizar el socialismo: no se trata entre Marx y Hegel. Diferentes lecturas literales han en- '
de ·reemplazar el cult•o de una personalidad por el de muchas contrado en esta expresión 1 un argumento decisivo .para
personalidades, sino de realizar el socialismo de otra manera. (Por mostrar la continuidad entre uno y otro: ambos comparti-
lo demás, el humanismo socialista puede ser una consigna gené- rían la misma dialéctica, que Hegel hace andar sobre la
rica en los primeros momentos de una revolución socialista, como 1 cabeza y Marx sobre sus verdaderos pies. Tal es la teoría
veremos lueg•o; pero todo su valor se juega en esa indicación: }
lo indicado exige otra ideología.) de la inversión: entre Marx y Hegel no hay ruptura epis-
3 Los trabajos de Kojeve e Hyppolite no nos dan tanto un temológica sino ideológica. Lo que uno afirma respecto del
conocimiento de Hegel (puesta al descubierto de su problemáti- Espíritu, el otro lo sostiene respecto de la Economía; ··en
ca),· sino más bien C'omentarios y análisis inspirados en una lec- :. ..
' o

una fase ulterior, la sociedad civil [hegeliana] se convierte ....


tura de corte existencialista-fenomenológico. Ese tipo de lectura-
comentario funciona también en E. Weil, N. Hartmann, E. en la infraestructura [marxista]" 2 • Todo lo que en Hegel
¡ Fleischman, D'Hondt. Se trata de excelentes lecturas literales, funciona en el ··puro concepto" y en •la ··conciencia de sí",
! momentos quizá necesarios pero insuficientes. es invertido y transformado en <<praxis" e <<historia social-
4: Así, en la expresión mate1oialismo histórico, •·materialismo" concreta" ( Lefebvre, Sartre).
indicr. la ruptura con las ideol•ogías (idealistas) de la historia.
Materialismo histórico significa: ciencia -de las formacimY''> socia- En cada caso, el objeto es distinto, pero en los dos es
les ( L,26 ). SO!lletido al mismo tratamiento dialéctico, mistificado en
Hegel, purificado y restituido en Marx. Éste ha rescata-
do su núcleo racional, pepita de oro oculta bajo la ganga
mística. ,;·

Habría entonces una dialéctica ··pura", anterior a la ' ~ ,· ..

contaminación hegeliana (PM,89): la mirada atenta de


Marx la habría visto, poniéndola a luz de una vez para

o o•

. ...... .. '' ·:~-·.


• o•
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.:;·.¡!j~
.' .
144 SAúL KARSZ
r i
LECTURA DE ALTHUSSER 145

."
t.
siempre. En adelanle, bastará con leer Hegel del revés f¡
naciendo la problemática que instaura en ellos: lectura
:¡l para tener Marx al derecho, y viceversa. La Fenomenolo~
)..

.:::~
literal. La otra lectura trabaja sobre textos conociendo
.. 1 gía del Espíritu es una teoría idealista y mistificada del y pudiendo justificar la problemática en curso: lectura
·..:
. :1 devenir histórico ( Tran-Duc-Thao, Luckacz): la des-mis- sintomal; puede, además, explicar el mecanismo de la
-~;¡ tificación da vuelta ese idealismo y pone al materialismo
·-:-·] lectura literal.
:-,.: en su lugar. "¿Puedo sugerir que si la relación Marx-Hegel no es
Pero la des-mistificación es interior. a la problemática una relación de inversión, la 'racionalidad' de la dialéc-
mística: se critica la versión actual porque se supone que ·~
tica.hegelian?.resplta infinitamente más inteligible?" ( PM,
debajo yace un sentido originario provisbriamente desvir~
J -
196,n.30; no figura en ed. esp.}~·· ............. · · · · . ..
·~ ' tuado ( cf. Osier, op. cit.). Poner el materialismo en lugar
del idealismo es hacerle desempeñar, dentro de la misma
'# #
problemática, el rol que aquél se arrogaba sin dere-
cho. Si El Capital fuera la Fenomenología, la Filosofía
del Derecho y la Filosofía de la Híst.oría des-mistificadas,
:
no habría allí una ciencia de las formaciones sociales sino Si la relación entre Marx y Hegel es una ruptura epis-
la conciencia de sí de una clase, la expresión y el reflejo temológica, ya no tiene sentido localizar tal o cual ele-
de sus condiciones económicas de existencia. El Capital mento hegeliano en Marx: la discusión se plantea a nivel
sería el discurso ideológico del proletariado. de las direcciones dominantes en sus diversos textos. No
es cuestión de decidir si Marx fue o no hegeliano, sino
Ahora bien, puesto que este texto permite conocer e] de saber qué p~rmite y q1:1é no permite leer en Marx
m~do de producción capitalista, tenemos derecho a pen~ una lectura inspirada en la problemática hegeliana, qué
sar que, bajo el vínculo Marx-Hegel, se han confundido dos disciplina científica puede fundar un discurso interior a
relaciones disimétricas: la relación Marx/ Hegel y la rela- dicha problemática. Si hay ruptura, no sólo su vínculo
ción Hegel/ Marx.
deja de ser una inversión sino que el método se sitúa en
En efecto, la teoría de la inversión supone una conti- otro espacio; para decidir si en ambos hay la misma dia-
nuidad esencial entre uno y otro, de modo que el dis- léctica en posturas distin~as, o incluso si hay dialéctica,
curso marxista se situaría en el mismo espacio que el se debe previamente conocer a qué horizonte correspon-
discurso hegeliano. De hecho, se está haciendo una lec- den sus respectivos discursos.
tura hegeliana de Marx, se lo lee desde y contra Hegel El modelo hegeliano de explicación es la serie fenóme-
a partir de un texto único (Manuscritos 1844) convertido no-esencia-verdad-de (PM,llOss.). Hay una esfera, por
;
por esta lectura en problemática dominante de todos sus
textos. Es'a es la relación número dos. Hay, enfrente, la 1 ·ej. la sociedad civil, que, realidad empírica, terrestre,
material, expresa una esencia, el Estado, presente en él
relación número uno: de Marx a Hegel, que gira alre- 1
1

como su inteligibilidad y su razón de ser. El fenómeno


dedor de una ruptura epistemológica entre ambos. Según -sociedad civil- expresa, es decir, manifiesta y realiza
11
Althusser, esta lectura no sólo permite conocer la posi- ~ en el aquí y en el ahora, su esencia estatal. Esta esencia
.ción precisa de ciertos términos hegelianos presentes en es la verdad de ese fenómeno, cuya racionalidad consiste
El Capital, sino también la especificidad irreductible de su en ser la versión actual de aquella esencia. Entre uno
discurso. Una de las lecturas trabaja sobre textos deseo- y otro hay una relación dialéctica: el fenómeno es la
146 SAOL KARS4
'
LECTURA DE ALTHUSSER 147
,' .: ...

. presencia necesaria de la esencia y no tiene otro sentido


que justamente el de realizar su esencia bajo una forma ..1 fue para . mosh·ar mejor las características del término
fenoménica. Sin embargo, el fenómeno expresa una esen- ausente. Esencia y fenómeno constituyen elementos de •'

cia que como tal aparece fuera de sí; la abolición del una totalidad pre-existente a su distanciamiento.
fenómeno es la aparición de la esencia en su cuerpo pro- Los diversos elementos son entonces "momentos" o i<'
f·"
pio; es la verdad del fenómeno en sí y para sí. La sociedad "determinaciones" de la totalidad, sus predicados actuales
civil es la esfera de las necesidades y de las luchas socia- y actualizados. Son lo que son por lo otro de lo que son,
les; .esas luchas tienen un sentido o esencia, el Estado, '11
-....·/.J;:. por y en la totalidad. El conjunto entero se reduce a
realizado en ellas . la
y.por .. ellas. Comp1~ender soCiedad esta totalidad o principio simple y originario ( PM ,208);
civil es poner al descubierto el Estado, su principio. simple, porque no tiene "partes" autónomas · y diferen- ¡:·.;

El análisis de este movimiento es la dialéctica hege- ciadas por sí mismas, sino en tanto participan de dicha r•
!-·,
,. ·.
liana, teoría de las mediaciones, o sea del sistema de totalidad: los ''momentos" o "determinaciones" le son inte-
reenvíos entre elementos que se implican recíprocamente riores, constituyen su .despliegue ex-positivo. Y es origi-
en el seno de una unidad que los sostiene. Entre dichos naria porque desde el comienzo cada determinación no
elementos reina una complicidad original: hay una tota- fue sino su manera finita, necesaria y contingente de
lidad de la que cada uno es una manifestación actual y manifestarse: su expresión. La sociedad civil es una
provisoria, inteligible como expresión parcial de aquélla.
determinación interna al y del principio universal llama-
El desarrollo dialéctico consiste en la sucesiva interiori- '',

_,,.
zación de cada elemento en el seno originario. Es la res- do Estado, como el platonismo lo es de la Filosofía o la r.
titución de todos los fenómenos, disueltos en esa totali- escutura del Arte y la Belleza.
dad que expresaban desde el comienzo y en la cual resi- Entre las determinaciones singulares y la totalidad que
día, desde siempre, su sentido y su verdad. La sociedad expresan hay una relación dialéctica de separac~ón y de
civil existe y existirá con sus contradicciones, pero todo re-absorción: es la alienación. En efecto, la idea de alie-
nación es inconcebible -en Hegel y fuera de Hegel- ['·.:·
esto no tiene otro sentido que realiza'f el Estado bajo la
forma de luchas sociales. La sociedad civil es el reino sin la contra-idea de des-alienación, conciliación o resti-
1
de la necesidad del Estado, el Estado es el reino de la tución: aquélla no es una mera separación entre elemen-
1 libertad de la sociedad civil. tos cualesquiera sino, en rigor, la distancia entre sen-
:J
f ~:

En otras palabras: todo fenómeno es la aparición de das determinaciones de una totalidad actualmente escin-
una esencia que se muestra en el fenómeno según los dida 3 • La idea de alienación implica su des-alienación,
límites y características del mismo. El fenómeno es nece- es decir, una totalidad pre-existente como unidad origi-
sario a la esencia para que ésta se desarrolle en el aquí naria, fundamental y primera, de la que sus determina-
y en el ahora, para que se cargue de contingencia y de ciones están hoy separadas pero a la que, mañana, retor-
actualidad -pero sólo tiene sentido como manifestación narán obligatoriamente. Para que haya alienación, para
de la esencia. Luego, su verdad está antes de él y fuera que algo pueda pensarse como alienación, tiene que pos-
de él, en la esencia. Desde el comienzo, ambos constitu- tularse una totalidad desplegada en sus fenómenos, que
yeron una pareja indisoluble: si por un momento hubo a su vez se desarrollan en su dirección, reingresando a]
una y otro separados -en la historia, en lo empírico~ seno original del que sólo se han separado para ex-po-
nerlo y m~strarlo. _Una esencia -metafísica o "dialéctica",

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~-
148 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 149
.

inmóvil o "histórica"- tiene que pre-existir a un des-


arrollo, verificarse en éste y re-absorberlo al final.
1

dor, sino sobre el principio totalizador de las determina-
ciones. Superar dialécticamente ( hegelianamente) es po-
ner al descubierto esa totalidad de la que siempre fue
La alienación, es la distancia interna que una totalidaa
cuestión, sea como determinaciones (totalidades parcia-
simple y auto-subsistente mantiene consíigo misma, es de-
les), sea como totalidad propiamente dicha. En ésta,
ciJr con sus expresiones singularimdas y fenoménicas.
sugiere Hegel, "todos los términos están borrachos", rein-
Para que haya alienación, una totalidad debe desplegarse,
tegrados al movimiento universal.
como un abanico, en "determinaciones" que sólo son inte-
La teoría de la expresión o pars. .totalis subtiende este
ligibles y tienen sentido en el interior de ese marco. La
pasaje ininterrumpido, ese juego circular de espejos que
alienación sólo existe cuando entre una esencia y sus
se reenvían los unos a los o:ros, emparentados por una
manifestaciones fenoménicas hay una complicidad actual-
mente in-transparente, opaca 4 • complicidad original y originaria. Los conflictos de la
sociedad civil, reino de la necesidad y de la ·contradic-
1
O sea que desde el comienzo no ilmbo elementos en ción incesantes y Tenovadas, Teflejan y expresan la esen-
:::
:· ~1 general sino determinaciones de la totalidad en la totali- cia estatal: el Estado es la superación dialéctica de los
dad. Si la distancia entre aquéllos y ésta es la alienación, conflictos sociales, que ya no importan ni tienen sentido
.1 dicha alienación es el reverso simétrico de su movimiento sino porque el Estado aparece allí en una de sus deter-
. .i
. •1
opuesto: lo que Hegel denomina swperación dialéctica minaciones. El Estado es así una esencia independiente
(Aufhebung). Son conocidas las tres implicaciones de esta de la sociedad, su fenómeno: los antagonismos de las
operación única: la superación dialéctica es negación de clases sociales se concilian en el Estado, su superación
sus determinaciones, conservación y superación propia- o verdad auto-subsistente y neutra 5 •
mente dicha. Alienación y superación dialéctica componen entonces
;.··
Estas tres implicaciones definen el movimiento de re- un círculo que, como enseña Hegel, no sale de sí más
apropiación, por parte .de la totalidad, de sus determi- que para volver a sí. La primera despliega, hacia ade-
naciones expresivas: es el proceso de re-absorción de la lante, un desarrollo contradictorio que la segunda efectúa
to~alidad en sí misma. Negar las determinación es sig. hacia atrás, como reconciliación de lo contradictorio: e]
nifica liquidar su autonomía, abolir su independencia principio es el fin y el fin es el principio. Las contrradic-
mostrando que todas y cada una sólo son y eran respecto ciones se resuelven porque constituyen escisiones o dis-
de y en la totalidad, y no por sí mismas. Más aún, negar- tensiones de y en la totalidad: sus términos son esos espe-
las significa que cada determinación era la totalidad jos que, más allá de todo fenómeno interpuesto, siguen
actual, el f odo en el aquí-ahora, todo restringido a esos reenviándose -imperturbable e infinitamente- sus imá-
límites. Negarlas es mostrar que la totalidad universal genes, es decir, la imagen que refleja el reflejo de la
no se agota en aquellas totalidades particulares. imagen opuesta que a su vez la refleja.
'•.,¡ Conservarlas significa mantenerlas, dentro de la tota- La superación dialéctica es el reingreso y disolución
. ... ;
lidad, como sus especificaciones necesarias pero parcia- de todos en todo: movimiento absoluto de reinscripción.
les. Superarlas,. en fin, es poner al descubierto el sentido ·t La Unidad simple se escinde para ex-ponerse y se ex-pone
·: ~ que aquéllas realizaban, parcialmente, desde el comienzo; para restituirse ( PM,200). La contradicción es una astu-
. ·~· la complicidad original que las unía y sostenía: ya no es cia de su superación .
~~ -!(·
.<
operar sobre las determinaciones del principio totaliza-

.'
.1
:-!
150 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 151 h
Podemos ahora preguntarnos por el status de la dialéc- ·
/
diferenciales tendiente a la apropiación cognitiva de sus ,:
i
tica hegeliana: ¿método, y por tanto construcción teórica objetos pertinentes. La teoría es, por el contrario, el 1•

que transforma sus objetos pertinentes, o bien modo de reconocimiento de sus objetos en la realidad (Marx en un~
ser de los objetos? ¿Su status es epistemológico u onto- cía, en Crít. Filosofía del Estado de Hegel, su doble ten-
lógico: una manera de reflexionar o una manera de ser dencia especulativa y falsamente empirista). Sabemos
de la realidad?
que esa realidad es "lo real" ( § 2.1.): el reverso del dis- :-··
. La pregunta se presta. a confusión. En Hegel, no tiene curso; el discurso objetivado y hecho evidencia. No hay
sentido. Primero, porque implanta una diferencia incon~ .... apropiación g~)C> . .~~~~ por su transformación en objeto-
sistente: el discurso hegeliano es especulativo, lo que de-conocimiento, sino su ··repétición especular dual bajo
quiere decir que sus formas de orden son paralelas y forma de teoría.
simé' ricas a las formas de orden de la realidad a la que "La negación de la diferencia que distingue estos dos
remite. La sistematicidad del discurso Tefleja la siste- tipos de generalidad, el desconocimiento del primado de ¡;:
maticidad de la realidad. La dialéctica es un método si la generalidad 11 (que trabaja) -es decir, de la "teoría"- !::·
"método" es el camino de la realidad. Como escribe sobre la generalidad I (trabajada), he aquí el fondo mismo r~-
Hegel en la Ciencia de la Lógica, la dialéctica es el méto·- del idealismo hegeliano" ( PM ,195). Como la economía
do absoluto: no un conjunto de pasos para producir un vulgar recoge en su discurso las representaciones de pa-
resultado cognitivo, sino el doble especular de la realidad. tronos y obreros 'respecto del movimiento aparente de la
El discurso especulativo no se presenta como una produc- sociedad capitalista, así también Hegel recoge los objetos
ción sino como un develamiento ("la filosofía debe asistir de su discurso en la realidad. Mas, puesto que esa reali-
a la génesis de lo efectivamente real", consigna la Feno- dad no es meramente transcripta sino que es reproducida
menología). La realidad es siempre y por doquier nega- en tanto y en cuanto confirma y desdobla el discurso,
ción de sus elementos, conservación de su parcialidad diremos que la ideología afirma como discurso de la reali-
necesaria, restitución de la totalidad. El discurso lee en dad lo que en rigor produce como realidad de su discur~
la realidad el movimiento de sus conceptos: 1'econoce en so 6 • Ese recoger es un producir, por eso la ideológica no
ella su propia verificación y desconoce que pueda tener es una "falsa práctica". La economía política sólo repite
otra significación que la de realizar el discurso que la aquellas representaciones que la confirman, pero no -por
enuncia. Se lee en la realidad lo que ésta lee en el dis- ej.- la revuelta espontánea de los obreros contra sus ·'.•

curso. condiciones de trabajo, no las contradicciones inasimila-


"Todo lo real es racional, todo lo racional es real" bles por el sistema en plaza. Por eso el concepto hegeliano
(Hegel). Lo real es el doble simétrico de lo racional, que ( Begríff) es el concepto-que-concibe: no un instrumento
a su vez no es el producto de una práctica (teórica) sino _ teórico sino la vida misma de su objeto recuperada y
el doble simétrico de lo real. La identidad de ser y fijada en el concepto. No enuncia un conocimiento, sino
pensar es el síntoma paradigmático de una problemática que nombra la cosa misma en su ser: como toda ideolog]a,
ideológica. el discurso hegeliano se pretende la Voz de lo Real.
La segunda razón por la que aquella pregunta no tiene
sentido, es que en Hegel no hay lugar para una práctica {/< #
teórica: la teoría no es un sistema específico de efectos

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:··:·,,•,•¡,.,
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.:j 152 SAOL KARSZ
LECTURA DE ALTHUSSER 153
. :~
[:1 Sin embargo, esa pregunta por el status de la dialéctica
... 1 comienza a cobrar sentido en la crítica de Marx a Hegel, sentaciones y nociones que para Hegel constituyen puntos
.. :¡
;..~
aunque esta crítica no sea todavía una problemática de partida indiscutidos .
. ~

·'
:.': nueva. El nuevo espacio producirá otros objetos como materia
:··) prima de su reflexión, regidos por otras leyes y sometidos
' "No se debe confundir la teoría de Hegel con el juicio a otros mecanismos y transformaciones. En una palabra,
de Marx sobre Hegel. Por sorprendente que esto parezca cuando Marx ya no invierta a Hegel -como Feuerbach,
a quienes conocen a Hegel a través del juicio de Marx, la como el marxismo vulgar_,, sino cuando se sitúe en otra
······· · ···teoría· hegeliana de ·la socíedad ·no es el reverso de la parte. Y habrá una nueva filosofía (el MD) cuando en
teoría marxista." ( PM ,209,n.45). ese espacio inédito se funde una nueva ciencia (el MH)
Según Marx, Hegel erige la conciencia-de-sí en prin- que provocará una línea de demarcación específica.
cipio cognitivo y principio motor; en otros términos, con- Un discurso ideológico podría pensarse como la dupli-
funde la representación de una situación con su conoci- cación, en abstracto, de la ideología dominante. El dis-
miento y el conocimiento con el mecanismo efectivo de curso hegeliano es una toma de partido por el statu qua.
la situación. Cuando Hegel explica la sociedad romana "Todo lo real es racional, todo lo racional es real": lo
>1 o la filosofía platónica, emplea las ideas con las que Ja existente es la realización de su sentido profundo, el sen-
clase dominante se representa la situación y su particular tido profundo de lo existente está ya realizado. Nada
postura en ella. En el caso del platonismo, emplea las debe cambiar fundamentalmente, porgue todo es adecuado
nociones ofrecidas por Platón. Hegel eleva esas repre- a su verdad y porque toda verdad está presente y viviente
sentaciones al rango de conceptos: ni las ideas dominan- en· todo lo que exis~e.
tes ni el platonismo textual son sometidos a crítica epis- El proyecto revolucionario comienza ouando esa ver-
temológica, transformados en síntoma de una problemá- dad cesa de ser obvia y cuando esa realidad deja de ser
tica. Generaliza esas representaciones, postulando como necesaria.*
abstracción universal la imagen de sí que se le ofrece.
Analiza la situación o el objeto a partir de lo qué ciertos
'# '#
individuos participantes se representan. Su procedimiento
es convertir en universal y siempre válidas las represen-
taciones particulares y parciales 7 •
Según Althusser, la totalidad marxista se define como
Podemos entonces concluir que el discurso hegeliano estructura articulada de las i:nstancias que la componen.
produce la explicitación ideológica de las representad o- Este es s,u rasgo más profundo ( PM,212). Estructura
nes _ideológicas. Por eso la crítica de Marx no es todavía articulada, o sea que no funciona como esencia de un
la nueva problemática. Es una crítica filosófica de su conjunto de fenómenos (sus instancias) que lo manifes-
filosofía, interior por tanto a la problemática en la que tarían en esta actualidad parcial. Entre lo económico, lo
ésta se mueve. El nuevo espacio marxista sólo podrá político, lo ideológico, etc., no hay mediaciones expresi-
aparecer cuando se critiquen los originales de Hegel: la
economía política en la que se apoya, el reconocimiento/ 0
Althusser sólo tematiza la ruptura epistemológica entre Marx y
desconocimiento de las ciencias físico-naturales, las repre- Hegel: no analiza ni la ruptura ideológica-política ni la incidencia
de ésta sobre aquélla.
,.·
!:
154 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 155 ·.

vas: la instancia económica no es la base substancial que · . • :¡,·,


ción y en El Cap·íftp-il?: "toda la existencia de la estructura
todas las otras reflejarían de lejos o de cerca y en la cual consiste en sus efectos' (LII,l71). Es la unidad compleja
terminarían por encontrar su racionalidad y su verdad. de sus instancias diferenciadas. Compleja, porque su exis-
Un análisis marxista no consiste jamás en explicar todo tencia como tal no reside en su ser de entidad indepen-
fenómeno y todo acontecimiento por su reducción a lo diente y autónoma sino en la jerarquía de sus instancias. :··,
económico. Ni lo económico ni en general la infraestruc- Compleja, además, porque su o¡:>eración propia no es 1

tura desempeñan el papel del Espíritu hegeliano. Este abolir las instancias sino integrar las unas con las otras. [
rol de fundamento no existe en la escena marxista 8 • · Cada una .es necesaria. Althusser llama--"totalidad mar-
La to~alidad marxista no consiste, pues, en una prác- xista" al sistema que permite pensar la especificidad
tica convertida en centro originario de las restantes. Es de cada instancia y la articulación de cada una con las
un sistema en el que cada instancia detenta un rol uní. restantes.
voco y mantiene determinadas relaciones con las restantes "Las ·relaciones de producción' no son el puro fenó-
según su posición en él. Esa totalidad 9 se define como meno de las fuerzas productivas sino, al mismo tiempo,
estructural porque no existe fuera de las instancias que su. condición de existencia; la superestructura no es el
lo componen, de sus efec~os pertinentes y de sus respec- mero fenómeno de la [infra]estructura sino, al mismo
tivas articulaciones. Es, en fin, el sistema articulado de tiempo, su condición de existencia." ( PM ,211) 10 • "N o
esos sub-sistemas que son cada una de sus instancias. se pueden pensar las relaciones de producción en su
" ( ... ) , cada articulación esencial [definida y necesaria] concepto si se hace abstracción de sus condiciones super-
de la estructura, y la relación general de l<1s articulacio- estructurales específicas." ( LII,54).
.!
nes en la estructura dominante constituyen otras tantas Se denominarán "historias diferenciadas" a los desarro- f
t'
,.
f

condiciones de existencia del todo complejo como tal" llos particulares de cada instancia, según sus · mecanis- ;··
(PM,210) .. mos y efectos respectivos. Habrá entonces tantas histo- !;;
En el conjunto de las prácticas, esa eshuctura o siste- rias diferenciadas cuantas instancias: historia diferencia- r:::
1 :·

ma de sistemas o totalidad corresponde a lo que denomi- das de la instancia .económica, de la instancia política, !·-::
namos "práctica social" ( § l. l.). Una formación social de la instancia ideológica, etc. Cada una de esas diferen-
.·-:
puede ser pensada como la estructura de unificación de cias implica que toda instancia es específica y que esta·
varios sub-sistemas diferenciados (cada una de las prác- especificidad es relativa a las restantes y a su sistema. La
ticas), caracterizada por un efecto pertinente presente historia de una formación social es, en primer lugar, el
en la estructura misma y en cada una de sus instancias sistema de sus historias diferenciadas articuladas.
componentes. Esta doble relación es la causalidad es.,
tructural.
Antes de analizar este nuevo concepto de causalidad, Estas postulaciones no sólo marcan una ruptura nega-
conviene insistir sobre el status de la totalidad como tal. tiva con la ideología hegeliana. Señalan, sobre todo, ]a
Importa captar adecuadamente su diferencia respecto de posibilidad de un tratamiento científico de las formacio-
la totalidad hegeliana y de las nociones semejantes em- nes sociales, apuntan a la constitución del arsenal teóri-
·:·
pleadas en las variantes del marxismo vulgar ( § Badiou). co y metodológico para su análisis. Estudiaremos en se- :
)
1 ·:
.
¿Cuál es el-status de la totalidad marxista, en la Introduc- guida la posición de la instancia económica; pero, por lo l·:
V

,f
1;.
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~::...

1... :
1 ..
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. . ; ·; ) ' ·' '~ .., .
156 SAúL KARSZ LECTURA DE ii.Li'HUSSER 157
~ A dicha localización entienden apuntar los trabajos de
-/ que se ha dicho hasta aquí, no se puede identificar "aná- Althusser.
._, lisis marxista" y "análisis económico". El materialismo La causalidad estructural nombra el efecto pertinente
.~
. -~
·:.
histórico no sólo excluye el economismo o economicismo; de una estructura sobre sus instancias componentes y e]
~ excluye también las formas larvadas de esta ideología, efecto producido por estas instancias sobre aquella estruc-
il entre ellas la explicación económica identificada a cor~o tura. Este tipo de causalidad permite pensar el concepto
o largo plazo con la explicación sistemática de una for- · de "sobredeterminación" (aparentemente tomado de "so-
mación social en sü conjunto. bre-impresión" [surimpressÍ:on] de J. Lacan) ( Lil,l69).
_Sabemos que la totalidad ·marxista rio .. és iiii"phis" sobre- . ----------- ... -.. La causalidad estructural indica que la totalidad fun-
agregado a sus instancias, ni un "medio" en ouyo interior ciona como el principio fe.rárquico de sus instancias. Cada
evolucionan. Sabemos. que es la manera como se articu- una de éstas desempeña un rol que depende de su posi-
hn. Pero esta articulación depende de la totalidad. Tal ción relativa respecto de las restantes. Las posiciones de
es lo que Althusser piensa acudiendo al concepto de cau- todas y cada una de las instancias obedece a un meca-
salidad estructuraL nismo, que es el de sus articulaciones (instancia en posi-
Este nuevo concepto de causalidad debe distinguirse ción determinante, en posición dominante, en posición
de los ya existentes: causalidad mecánica o lineal, causa- decisiva; correspondencia entre instancias, subordinación,
lidad expresiva. La causalidad mecánica considera la etc.). Estas articulaciones obedecen entonces a un prin-
sucesión entre dos elementos, uno de los cuales es e] cipio jerárquico. La causalidad estructural es, en primer
origen ( causa ) de las modificaciones ( efecto ) en el otro. lugar, el efecto pertinente de dicho principio.
La causalidad expresiva se ejemplifica en Hegel, o en El rol "determinante en última instancia" corresponde
la noción de pars tota:lís de Leibniz: cada elemento actua- a la práctica que define los límites de la autonomía de
liza, manifiesta y exhibe una entidad general en cuyo las restantes. Corresponde a lo económico; que no es e]
interior se lo debe reinstalar para conocer la matriz a la fundamento en-sí y pm-sí de los restantes sino que ocupa
que representaba parcialmente. La causalidad estructu- una posición fundamental. Lo económico es una presen-
ral, por último, intenta pensar la determináción entre cia: la posición de toda otra instancia depende de ~u
un conjunto y sus elementos y viceversa. posición relativa respecto de lo económico. ·La historia
Por lo demás, este concepto aparece a partir de una diferencial de lo ideológico, por ej., implica tanto su
lectura crítica y rectificativa de los textos científicos de propia especificidad ideológica (mecanismo del recono-
Marx; es una de las consecuencias de la lectura sintom~l. cimiento/desconocimiento) cuanto su posición respecto
Eso:o~ textos ponen en funcionamiento dicho concepto, sus de lo económico: se llamará ideología a la práctica que
análisis científicos operan con la causalidad e.structurrA justifica, encubre y racionaliza la posición de las clases
( LII,l6lss. ) , pero no la nombran como tal concepto ni sociales en las relaciones económicas.
éste aparece en las explicaciones epistemológicas de Marx Podemos enunciar esta misma idea de otni manera. E]
a propósito de su obra científica. Ese desfasaje entre la sistema de producción, distribución y consumo de bienes
.'i empresa científica marxista y la reflexión epistemológico- y servicios compone una estructura que, en el conjunto
filosófica .sobre su espacio teórico inédito exige la pro- de las estructuras, se d~fine como aquella cuyo conoci-
! ducción de una nueva filosofía, capaz de localizar la pro- miento explica la posición y la autonomía relativa de ]as
blemática en curso y de producir su concepto ( LII,l2). restantes ( § Badiou).
::.
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158 SAúL KARSZ - LECTURA DE ALTHUSSER 159
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El análisis marxista de una formación social pasa siem-
pa-e por el análisis de su estructura económica, y esto por )1:1·.
e ideológicas. Si El Capital funda el MH, no por eso es
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dos razones. Primera: porque lo económico es una de ]as un estudio completo del capitalismo ( PM ,113).
--
instancias en juego, objeto-de-conocimiento como todas
las restantes. Segunda razón: porque el conocimiento de La totalidad marxista es el sistema de sus articulacio-
la estructura económica permite organizar el conocimien- nes. -O para decirlo en un lenguaje clásico, es la "acción
to de las otras estructuras según -el orden de sus articu- recíproca entre la infra y la superestructurá' ( PM ,219).,
laciones. Porque es una estructura (no una entidad), está presente
Toriiemós___ él- caso· dé ·1a estructura política. Esta se en cada una de las estructuras que la componen; presente
define por su posición respecto de la estructura econó- como la artioulación que cada una mantiepe con las res- -
mica, la cual no sólo determina las relaciones entre los tantes. Presente como el conjunto de las relaciones y de
productores y los medios de producción (haciendo de - jerarquías entre sus estructuras: esto es lo que sig~ifica
unos patronos y de otros obreros, por ej.)' sino que tam~ "estructura-a -dominante", o estructura-de-estructuras.
bién "torna necesaria ( sociedad clasista ) o superflua ( so- La causalidad estructural es el efecto de esta es:ructura-
ciedad sin clases) la existencia de una organización polí- de-estructuras sobre cada una de sus estructuras, es decir
tica destinada a imponer y mantener esos tipos de rela- que toda estructura se halla articulada con todas las res-
ción, [organización] definida por la fuerza material (Es- tantes de modo tal que cada una produce efectos en las
bid o) o por la fuerza moral (ideologías)". ( LII,l53). El restantes. Por eso no hay práctica económica "pura'' y
análisis no puede reducir lo político a mero epifenómeno al mismo tiempo lo económico es determinante en última
de lo e(;!onómico, concibiendo el Estado como la justifi- instancia. Por eso·la práctica teórica es específica y al
cación inmediata de la estructura económica existente. mismo tiempo -se artic-.;¡la con la práctica política, inter-
Por el contrario, tiene que investigar la especificidad viene sobre ésta y es intervenida a su vez.
diferencial de lo político (instituciones, grupos, clases,
partidos). Pero este análisis será incompleto y suscepti-
ble incluso de errores, si no vincula lo político· con lo Detengámonos un instante para comparar la totalidad
económico y si no muestra cómo se articulan uno y otro. hegeliana y la totalidad marxista. La primera es una
Causalidad -estructural quiere decir, aquí: a) que lo polí- "figura continua de desarrollo" (PM,74) en la que aun
tico es una estructura irreductible a toda otra; b) que lo las discontinuidades y cortes pertenecen a una misma :<;

político tiene tales y ouales características habida cuenta complicidad originaria. Las contradicciones son, desde
de la estructura económica existente; e) dicha estructura el comienzo, interiores a esa matriz; su desarrollo es el
es confirmada, sostenida y desarrollada por una de las despliegue de la totalidad en la totalidad. El Aufhebung
estructuras a las que determina, la estructura política. o superación dialéctica es el fin de la alienación, o sea
Si el análisis marxista de una formación social pa&a la reinteriorización de lo que se separó para volver, por
siempre por lo económico, no pasa sólo por éste ni con- la sencilla razón de que jamás fue exterior a la totalidad.
sidera que su conocimiento dispense de conocer las res- Por la sencilla razón, además, de que la contradicción
tantes estructuras. El Capiftal es el estudio de la estruc- hegeliana es el anuncio anticipado de su resolución; como
tura económica del modo de producción capitalista, a dice Hegel, "una astucia de la razón".
completar con el análisis de sus superestructuras políticas La totalidad marxista, por el contrario, es el sistema

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jerárquicamente articulado de sus estructuras; cada una sistema. Hay sobredeterminación cada vez que la contra-
ocupa una posición que la define y al mismo tiempo cada dicción propia a una estructura particular implica otras
una es necesaria a la posición ocupada por las restantes. estmcturas. _En otras palabras, la sobredeterminación es
<:j Las contradicciones no manifiestan una estructura pre- el efecto de la estructura-a-dominante sobre cada una de
existente como su matriz, sino que la constituyen. Cada sus componentes. Por ej., entre Feuerbach y Hegel hay
'
contradicción "implica afrontamientos reales [efectivos] contradicción, pero ésta es interior a la-misma problemá-
:;;,
situados en lugares precisos de la estructu:ra del todo com- -tica. Entre Marx y Hegel hay una contradicción que no
plejo" (PM;222). Y cada una es o puede ser---déCisiva;· -- s6IO"--caestíona··Ja dialéctica sino los objetos a los que se
dominante o determinante para la conservación o la trans- puede aplicar, así como la problemática general de uno
<·', formación de la estructura-de-estructuras, según sea la y otro. Es una contradicción sobredeterminada. En el
posición que ocupe en ella. caso de una formación social, la contradicción entre el
sistema de producción (social) y el sistema de apropia-
~ ~
ción y consumo (privado) es una contradicción en pri-
mer lugar económica, pero que al mismo tiempo se refle-
ja en otras estructuras (sistema político, sistema ideoló-
La contradicción es contradicción sqbredeterminada. gico), habida cuenta de la posición determinante ocupada
Esto quiere decir que no es simple, como en Hegel, sino por lo económico e¡i_ el conjunto.
compleja. Una contradicción simple implica dos términos Quizá no sea excesivo suponer que en esta nueva pro-
separados de modo tal que, desde su interior, cada uno blemática marxista toda contradicción está siempre sobre-
reclama al otro y se completa en el otro. Hegel estudia la determinada. O mejor dicho, que el análisis marxista de
" filosofía antigua de manera que desde su interior mismo una contradicción implica el estudio de su sobredetermi-
ésta necesita la filosofía medieval. Esta filosofía, a su - nación, esto es, del modo específico según el cual cada
vez, exige la anterior y sólo 1a anterior. Cada, una es la contradicción pone en juego el sistema global, la estruc-
opuesta a la otra, ninguna puede subsistir sin su opuesta. tura-a-dominante. La sobredeterminación es el ejemplo
Entre ambas hay "contradicción dialéctica". Su resolu- por excelencia de la causalidad estructural ( cf. las críti-
ción es la filosofía moderna, que las I"eÚne- porque cada cas de Godelier y Besnier).
una estuvo separada de la otra en el seno de una matriz
común. Estaban separadas respecto de la filosofía mo-
derna y en la filosofía moderna: cada una desarrolló Toda contradicción es siempre específica ( PM,l86).
aspectos de temas cuyo tratamiento global sólo aparece Cada una sigue su particular desarrollo en el sistema de
en esta última etapa. Luego, muestra Hegel, ambas eran las restantes. Este desarrollo específico fue anunciado
respectivamente el "momento antiguo" y el "momento antes bajo el concepto de "historias diferenciales". Si-
medieval" de la filosofía moderna 11 • guiendo a Mao (De la contradicción), Althusser enuncia
Una contradicción compleja se da entre dos términos la "gran ley de la desigualdad" ( PM,l98), que constituye
o entre varios ( cf. los análisis del 18 Brumarrío de Marx). un paso adelan~e en la caracterización de la problemática
Lo que la hace compleja es que pone én juego varias marxista.
estructuras, presentes en ella según su posición en el Cuando se habla de las "condiciones de existencia"

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162. SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 16:3

del todo, se está lla.blando de las "condiciones existentes" ciencia de la historia puede sacar partido de esta inci-
de la contradicción ( PMJ86). Y esto, porque las contra- piente metodología.
diéciones existentes implican la existencia de un sistema ¿En qué .consiste entonces la "gran ley de la desigual-
·global al que definen en y por sus diferencias. Más claro: dad"? En que ninguna estructura es el reflejo mecániCo
c~be distinguir contradicción principal y contradicciones. de la otra, en que cada cual tiene su propio desarrollo
secundarias; por un lado; aspectos principal y secundario, relativamente autónomo en el seno de la unidad comple-
por ·el ·otro. Un análisis marxista consiste entonces en ja, y que esta unidad es compleja porque no resulta de
poner al descubierto la contradicción prin~ipal de un la abolición de sus estructuras· ·ni -de sus contradicciones.
sis~ma; por ej., en una formación social, la contradic- Como se indicó hace un instante, la existencia de la tota-
ción entre el tipo de producción y· el tipo de apropiación lidad es la existencia de sus contradicciones. La totalidad
(social/ privado). La contradicción principal es la con- marxista es· por definición inestable, sin garantía meta.. .. , 1 ~.

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tradicción estructural propiamente dicha, la contradic- física.: totalidad de coyuntura. ¡;·
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. ción del sistema en cuanto tal. Pero esta contradicción Por eso, si El Capital analiza la estructura económica 1 •

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p~incipaÍ implica otras contradicciones, llamadas por Mao del capitalismo, queda por hacer el estudio sistemático
secundarias. ·Por ej., contradicciones políticas. A su vez, de las superestructuras capitalistas.
en una y otra contradicción hay aspectos: la contradic-
ción principal tiene un aspecto principal (la oposición .
capital/tr~bajo, en el ejemplo) y un aspecto secundario "La desigualdad es interior a la formación. social por-
(lá oposición capital financiero/trabajo). Otro tanto su- que la estructura-a-dominante del todo complejo· ~ese
cede en las contradicciones secundarias. invariante estructural- es ella misma condición- de las
vatiaciones concretas de las contradicciones que la cons-
De hecho, cada tipo de contradicción y cada aspecto · tituyen, y por tanto de sus desplazamientos, condensado:. .·
es igualmente necesario para la constitución del sistema hes y mutaciones, etc., y a la inversa porque esta varia~ ·
.en su· conjunto. Ninguna contradicción es epifenómeno de ción es la existencia de aquel invariante." (PM,219).
otra, .p~ro todas están organizadas según· una jerarquía. Esta cita nos permite resumir lo estudiado hasta aquí.
En rigor, estas clasificaciones intentan convertir la no- Hay tres elementos a considerar: la desigualdad propia
ción de ''sobredeterminación" en un concepto operativo. a toda unidad compleja (sea una formación social, · sea ·
Los tipos de contradicción -principal y secundarias- y una ·ciencia; sea un campo ideológico); el status de la . ·
sus aspectos -ídem- son otros tantos ni'Veles de análisis unidad en cuanto tal, y el status de los términos de esa
en la sobredeterminación de una contradicción. unidad.
Se trata de localizar todos esos niveles en cualquier La desigualdad es interior a la formación sociat Esto
.estructura, sea económica, política, teórica o ideológica. quiere decir que no hay "accidentes" o "epifenómenos''
La posibilidad de una intervención política eficaz reside que caigan sobre la totalidad y desvirt_~en su recto des-
·precisamente en esa localización; es ella la que justifica arrollo. No hay c;ontradicciones superfluas. Cada estrl!C- '·

ciertas alianzas, por ej., o que se desdeñen ciertas crí- tura es un sistema relativamente autónomo: el "tiempo" ·
de lo económico no equivale automáticamente al "tiem.:. i _.::
ticas o desacuerdos (secundarios) respecto de una J?osí- :··:·,·

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ción estructural compartida. · Althusser entiende que una po" de lo político o de lo ideológico.
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164 SAúL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER

excepcionales), la dialéctica material [ista] puede presen-


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La totalidad es un invariante estructural. Esto quiére
decir que es el sistema que permite explicar los despla-
zamientos de las contradicciones, el que una pase de
tar, en un sector muy limitado, una forma 'hegeliana'.
Pero precisamente por esta razón de excepción, lo que
se debe generalizar no es esta forma -es decir, la excep-
secundaria a principal o viceversa, de ..no-antagónica" a
"explosiva", etc. Es un invariante, pmque lo que varía ción-, sino sus condiciones." ( PM ,224,n.52).
son las estructuras y contradicciones que la componen y La relación Marx/ Hegel se presenta entonces como un
porque ella misma es el sistema de esas variaciones, e] "cambio de terreno", y no como una "superación dialéc-
··· mecanismo de sús ·articuláCióiiés. Pero este invariante es tica" ( Aufhebung) del segundo por el primero: la muta-
estructural y no metafísico, como en Hegel; no tiene ción teórica que, sancionada por una ruptura epistemoló-
otra existencia que la de sus efectos sobre las estructuras gica, define dos problemáticas. Sus relaciones constituyen
y contradicciones que la integran. Puede ser transfor- un ejemplo precioso del vínculo necesario e imposible
mado de l'aÍz por la fusión de varias contradicciones, v entre la práctica científica y la práctica ideológica. De
sobre todo por la sobredeterminación de la contradicción allí, su interés e importancia decisivos 13 •
económica: una revolución no es un ..accidente" en la Sólo en Marx tiene sentido preguntar por el status de
continuidad lineal de una totalidad, sino una combina- la dialéctica, ya que el proceso de apropiación cognitiva
ción necesaria entre sus estructuras. es cualita:ivamente diferente -en su mecanismo, materia
La variación de las contradicciones es la existencia de] prima y producto- del proceso material del que se apro-
invariante estructural. Esto quiere decir que el despla- pia. Los conceptos de El Capital no repiten las certidum-
zamiento de_ la conb.·adicción, los cambios de rol y de bres y certezas, las representaciones ideológicas -en una
contenido, modifican la unidad compleja a la que perte- palabra: el ..movimiento aparente"- del modo de produc-
necen. Todo esto, en fin, puede ser enunciado en tér-
minos más conocidos como la acción recíproca de infra
y superestructura 12 •
l ción capitalista, sino que producen una sistematicidad
diferencial. Por ésta, efectúa una crítica epistemológica
do las ideologías económicas y políticas y elabora un
Por último, queda por señalar que Althusser propone efecto-de-conocimiento que permite conocer su "movi-
una nueva terminología para entender las formas adop- miento real". Su dialéctica no es diferente a la hegeliana
tadas por la contradicción. Habría formas -condensa- porque la "Materia" ocupe el (mismo) lugar del "Espí-
ción, desplazamiento- y fases -no~antagónicas, antagó- ritu", sino porque una problemática científica. ha reem-
nicas, exp•losivas. Las primeras son nociones tomadas del plazado una problemática ideológica y sus soluciones
psicoanálisis, como puede verse, pero por el momento típicas. Ambas dialécticas son diferentes porque sus pro-
su valor operatorio es predominantemente indicativo y 1 blemáticas obedecen a. mecanismos y principios radical-
- descriptivo. En todo caso, sirven para sugerir el meca- mente ajenos. No hay parentesco metodológico porque,
nismo de la contradicción y de la totalidad marxista, y desde la base, hay disyunción teórica.
para sostener que la sobredeterminación es el carácter
necesario de todo elemento de dicha totalidad ( PM ,212).
1 Para conocer la revolución teórica de Marx hay que
conocer Hegel. Pero, desde Hegel o desde un marxismo
1,¡'¡. ,¡'¡. sin ruptura epistemológica respecto a Hegel, Marx es
ilegible e incomprensible.
"[ ... ] En 'circunstancias determinadas' (y en Tigor La "sociedad civil" ( hege'liana) no "se convierte en la
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166 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 167 f<

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infraestructura" (marxista ) , porque este concepto no re~ '~Superar dialécticamente" a Hegel es éntonces· una.
toma ni traduce aquella noción. Bajo este término, Hege] combinación interna a la problemática hegeliana. Marx,
piensa la producción económica, la posición de las clases aquí, escribe los Manuscritos. Marx es Feuerbach y es
sociales y sus antagonismos, las ideologías con las que se la mayor parte de la tradición marxista. Hegel püede '~· .;
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justifica y explica esa posición, como. otros tantos fenó~
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caminar sobre sus pies y no ya sobre su cabeza, puede ¡_::
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menos -expresivos de la esencia estatal, su secreto y su vestirse de "historicidad",. de múltiples invoc.aciones a
teleología. Tampoco puede decirse que la "infraestruc~ lo "concreto" y lo "real", y otros adjetivos: esto no
. tuni" recupere el rol del "Estado'' hegeliano, .ya .que éste c.a¡p,bi::t a Hegel. Lo Deproduce, lo pone al día, y permite
carece de roles; como toda esencia, pre~existe y subsiste reducir el MH a un conjunto de citas célebres. Mientras
a sus fenómenos, se despliega en la sociedad civil -reino tanto, las ciencias se hacen en otros lugares y c~n otros
de la necesidad· y de la contradicción- y se reconcilia objetivos ...
en sí misma -reino de la libertad y de la transparencia.
Desde Hegel, la lucha de clases sólo puede ser una "razón
de Estado... ->:¡, <)

De ahí que su dialéctica no termine én "productos"


. sino en "resultados": cada serie dialéctica (ser f nada/ A partir de la relación unívoca Ma:rx/Hegel se puede
·devenir, certeza sensible/percepción/entendimiento, mun~ conocú la deuda del primero con el segundo. Esá deuda ,
do antiguo/medieval/moderno) se acaba en una figura es doble.
que explicita y enuncia la teleología inmanente .al pro~ Consiste, por un lado, en qué el contacto con los textos
ceso del que procede. No hay diferencia fundamenta] :~ ·: ·,
hegelianos permitió a Marx la adquisición del "sentido y
entre proceso y resultado. Este pertenece por completo la práctica de la abstracción -indispensable para cons~
a su proceso, que no ha sufrido ninguna transfonnación tituir una teoría científica-, el sentido y la práctica- de ·
exterior ya que todo siempre transcurrió en _su interior l la síntesis teórica y de la lógica de un priJcesd' (PM ,~2).
(lo exterior aparece en Hegel como "circunstancia for-
tuita": se llamará fortuita a toda dependencia de ]a . · ·l O sea que le penriitió localizar el nivel específico· del
.discurso científico y producir en el campo de la práctica

l
esencia respecto de su fenómeno). · teórica. En este sentido, Hegel es un maestro. incompa:-
. El proceso hegeliano no remata en productos (figuras rable: leerlo, puede proporcionar los eletnentQs funda:~
irreductibles al proceso que las engendró). El resultado, mentales de la "fuerza de trabajo teórica": la abstracción.
por el contrario, enuncia aquello que desde siempre go- . La filosofía especulativa alemana fue para Marx joven
bernó el proceso: por esto el fin es el origen y el origen
. ír · una preparación teó1·ica más que una formacíón teórica
es el fin. Si como sostiene Hegel no · hay proceso sin . :j ( PM ,82). Esta última, en efecto, consistió en sus es tu~
resultado ni resultado sin proceso, es porque ambos tér- .,
.- ..
·---! dios econ6micos e históricos 14 •
.. ! .::
minos dicen lo mismo y son lo mismo: el proceso es e] Pero hay otra deuda con Hegel, para con su verdadeiO ·<·:
despliegue del principio en el res~ltado. Y el resultado . "núcleo racional". Se trata del concepto de "proceso sin
es la interiorización del proceso en el principio. Círculo sujeto", "la mayor deuda teórica que Marx debe a He-
de Círculos: como muestra Althusser, invertir un círculo gel" 15 • Cuando Feuerbach invierte la filosofía hegeliana,
no es transformarlo. · hace de la historia el despliegue de las .determinaciones

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LECTURA DE ALTHUSSER 169
168 SAOL KARSZ
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:)\ En efecto, "en este aspecto decisivo, [Marx] aporta
.:·;, del Hombre. La "crítica antropológica" de lo existente
..:~ ~ ! debía provocar una "reforma de la filosofía" y una "re-
una novedad sin precedentes, a saber: sólo hay procesos
según relaciones: rel~~io!_les de producción (a las que se
apropiación humana de sus características genéricas''. El
Hombre es el Centro del que todo emana, el Sujeto por
t limita El Capital) y otras relaciones (políticas, ideológi-
cas)". ( Althusser, op. cit. en nota 15).
excelencia, protagonista-creador y racionalidad de todo
proceso. Este proceso es entonces el desarrollo espacio- "No hemos terminado de meditar sobre este descubrí~
temporal de las determinaciones del sujeto. 1 miento científico [MH] y sus consecuencias filosóficas
[MD]. Apenas comenzamos a sospecharlo y a compren-
- - -------Eti"Hegel, sin embargo, no hay sujeto entendido como
basamento substancial que pudiera sostener el proceso. í der su magnitud. Inútil agregar que el remiendo [bri-
colage] de la ideología estructuralista no puede facilitar
La alienación no es la distancia del Hombre al Hombre,
sino de la Idea Absoluta respecto de sí misma. Como l la exploración del inmenso espacio que Marx abrió· para
nosotros." ( idem).
El Capital, la Ciencia de la Lógica es un discurso a-hu- 1
manista. Los hombres ocupan una posición fijada por
el proceso que integran y en tanto lo integran. Las ins-
tituciones que Hegel analiza, las clases sociales que des-
cribe, las épocas históricas que estudia, no constituyen 1
emanaciones objetivadas de un sujeto o de una persona.
No hay hombres en general, sino elementos subjetivos
definidos por su posición precisa en la totalidad espiri-
tual. El Espíritu Absoluto no es un Sujeto sino un sis-
l 1 El Capital, libro I, sec. I, cap. 1; teoría del fetichismo, etc.,
donde Marx afirm-a "coquetear" con la terminología hegeliana ( cf.
PM,205n.45). -
2 H. Aron, op. cit., p. 225.
·.·:. 3 Fuera de Hegel, por ej.: "Las relaciones humanas (positivas
tema. Que Hegel piense este sistema como reflejo espe- o negativas) son de reciprocidad, lo que significa que la praxis de
culativo de lo real, indica el carácter ideológico de su un'O -en su estructum práctica y para el cumplimiento de su pro-
problemática, pero al mismo tiempo nos mues~a que en yecto- reconoce la praxis del otro. O sea, en el fondo, que juzga
este sentido teórico la crítica antropo'lógica de Feuer- la dualidad de las actividades como inesencial y la unidad de las
bach es un retroceso. Ninguna teoría científica se funda- praxis en cuanto tales como un carácter esencial. De alguna manera,
en la reciprocidad, la praxis de mi recíproco es en el f'Ondo m2
menta en un Sujeto 16. praxis que un accidente ha separado en dos. Cada uno de los
La segunda deuda consiste entonces en esta noción de fragmentos [tronc;ons] ·conserva, de su indiferenciación originaria,
"proceso sin sujeto", o sea la producción de una abstrac- una apropiación profunda y una comprehensión inmediata." (T.-P.
Sartre, Critique de la R. Dialectique, Paris, Gallimard, 1960, p.
ción razonada que permite prescindir de un centro direc- 207).
tor (Hombre o Conciencia), en el que se alojarían toda 4 Este mismo modelo preside el "episodio hegelian'O" de Mar!X,
acción y toda comprensión. En Hegel, -ese proceso ~in los Manuscritos de 1844. Se yuxtapone, además, a una problemá-
sujeto consiste en el despliegue teleológico de las deter- 1 tica humanista inspirada en Feuerbach, en la que el término "social"
minaciones del Absoluto. En la ciencia de la historia i cumple un rol semejante al del Espíritu Absoluto hegeliano.
5 "No es un azar si la teoría hegeliana de la totalidad social
fundada en estado práctico por El Capital, se trata de jamás ha fundad•o una política, si no existe ni puede existir una
·.. ·. procesos históricos y materiales, sobredeterminados por política hegeliana." ( PM,210). Puesto que esa totalidad está de-:-
la articulación compleja entre las prácticas diferenciadas. terminada y conformada de antemano, no hay lugar para una ac-
Toda deuda termina acá. - ción política: nada resiste en el sistema hegeliano; toda contradic-

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SAúL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER . 171

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170

¡ Ción está obligada a reconciliarse en er Absoluto porque ninguna .


constituye una modificación estructural ( cf. M,ll7ss:). (Sin em-
. b~go, también. se p'Od:ría pensar que esta concepción tiene p01
función justificar las relaciones políticas presentes, el c¡nácter Í11-
necesa1·io de toda modificación estr'Uctural. Y la teoría hegeliana·
podría entonces fundar cualquier forma de política reaccionaria.)
. •6 ."Una proposición ideológica es aquella que, siendo el síntoma
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hace de todas un sishÚna úriico. · La lucha de clases es la caracte-
rización de este .período histórico, pero las ideologías dominantes y
la ideología espontánea de los dominados la enmascaran. Prueba
de que la producción económica está envuelta por una ideología
que a su vez segrega.
11 En la tradición marxista, y también fuera de ella, hay una eierta
manera de oponer "te'oría" y "práctica" y de plantear el llamado
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de una realidad dife.rente a la que apunta,. es al mismo tiempo ¡ "problema de la unión entre teoría y práctica" que remite a un::t. c.[e::
una proposición falsa en tanto se refiere al objeto al que apunta." problemática de tipo hegeliano. Desar'rollamos este punto, esquec;.
( Althusser, Cours-.• •). . . . . .. .... .... . .. .. . . , máticaniente, en el próximo capítulo:
7 En sus Lecciones sobre la Historia de la Filosofía, Hegel cons, 12 La relación entre "problemas" y "problemática", que Althus-
truye una sucesión en "futuro anterior". Una figura única de desa- ser' concibe como el juego entre lo "visible" y lo "invisible" de un
rrollo' -la filosofía especulativa-. se retrotrae en el platonismo, texto, puede pensarse a partir del concepto de sobredeterminación l:
aristotelismo, etc., y organiza esas fil•osofías a partir de los· elemen- y de totalidad (marxista). Se podría entender así que la probll7'-
tos q4e la confirman. La sucesión de filosofemas .es el pasado mática no existe "fuera" o por "debajo" de los problemas y de
reconstituido de la actual filosofía especulativa hegeliana. No hay, 1 los text'os, sino como su articulación jerárquica, y que los proble-
! mas de un texto son piezas sobredeterminadas por la problemática
pues, concepto de "problemática", ni de "historia de la filosofía", ~
*~ sin•o repetición de la sucesión empírica o cronológica, cortes y pri; l a la que responden. A su vez, la lectura sintomal puede caracte:-i-

li .. ' vilegios de acuerdo con lo que el hegelianismo puede recordar (e]


Erinerung, recuerdo trascendental y retros.pectivo, es una de las
· escasas contribuciones de Luckacz al conocimiento analítico de
~
~-

zarse como ejercicio de la puesta al descubierto de las sobredet€'r-
minaciones textuales ( cf. § Ipola).
1.3 "Dialéctica" es en Althusser un término un tanto equívoco.
¡,,
· Hegel, ver E'l joven He gel). Esta historia hegeliana de la filosofía ·¡ Casi siempre sinónimo de "método", en otras ocasiones es identi-
n•o es ni el conocimiento ni el análisis epistemológico de las filoso- ficado a "filosofía marxista" o "Teoría" (por' ej., PM,184). Esta am-
fías, sino su conciencia de sí. Es una representación filosófica de bigüedad plantea- difíciles problemas.
las filosofías pasadas. De allí el interés de esta obra, y sus límites 14 Cf. Auguste Cornu, K. ,Marx ct F. Engels (París, PUF, 1955-
'fundamentales. · 1962). [Hay trad. esp.] ·
8 El economicismo consiste justamente en concebir la instanciá 15 Althusser, · "Sur le rapport de Marx a Hegel", intervención
económica como totalidad hegeliana, auto-generada, autónoma. Las realizada en el seminario de J. Hyppolite sobre Hegel (París,
restantes instancias (ideológica, política, etc.) serí~n apenas sus EPHE, marzo 1968). Inédito.
manifestacrones fenoménicas: sus reflejos. En vez del concepto Hl La lectura fenomenológico-existencialista constituye uno de ,.'::
]~

científico de "determinación" se emplea la noción ideológico-r•eli- '1 J•os obstáculos actuales para una lectura sintomal de Hegel, puesto i ::
~ "que 'corrige' y 'reduc<:! la dialéctica hegeliana .a la exclusiva alie-
giosa de "determinismo". La obra de J.-P. Sartre constituye en '¡

buena parte una elabtoración de ·la problemática "determinismo vs. nación de la historia humana". ( Althusser, texto cit., en nota 15.)
libertad", respuesta humanista a la postura economicista en el inte- 1
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1
rior de la misma problemática... ______.=
o Los términos "totalidad", "t'Odo", y sus derivados, quizá sean
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irrecuperables. Qomo lo señala Besnier, tal vez convenga r•eferirse
1 1
a un "sistema de estrgcturas", "sistema de sistemas" (B. Besnier,
218).
.lo El modo de producción capitalista es el sistema articulado
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t de sus estructuras: económica (en grueso, división capital/ti'abajo), ''
-~

~ política (Estado e instituciones que legitiman y refuerzan la es-

• 11
1 ••

1
tructura económica), ideológica, etc. El capitalismo no podría ni
reducirse ni "concentrarse" en la sola estructura económica; si es un
modo de producción, hay que localizar': a) cada una de las es-
tructt¡¡as de producción particulares; b) la unidad compleja que
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173
~ LECTURA DE ALTHUSSER
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blemática de El Cap-ital, por ej. Elementos que no son
§ 3.2. El humanismo marxista
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ya piezas necesarias de su discurso.
Luego, debemos diferenciar, por un lado, un único
texto de Marx dominado por la problemática humanista .
Por otro lado, una cierta lectura de todos sus textos a
"La consigna del humanismo no tiene valor partir de este texto de juventud y de algunos elementos
teórico sino valor de índice práctico: hay que ir
a los problemas concretos en cuanto tales -es de-
sobrevivientes en la obra de madurez. El humanismo
cir, asu conocimiento- para producir la transfor- marxista· ·es la lectura humanista del discurso marxis-
maCión histórica cuya necesidad pensó Marx ...
(PM,258).
.1 ta: el supuesto de una ü.D.lca probléiriática presénté ·eu · ··
toda su obra. Los textos posteriores a 1845 aparecerán
como ilustraciones o desarrollos económicos, históricos
y políticos de esa problemática de base 1 •
Tema actual, el humanismo marxista nutre abundan- De alli el segundo aspecto: ¿qué permite leer en Marx
tes controversias y tomas de posición. Un examen so- una lectura humanista?, ¿qué no permite leer?, ¿qué está
mero nos permite distinguir tres aspectos en el tema, obligada a desconocer? Están aquí en juego el status
estrechamente vinculados pero no confundibles: un científico del materialismo histórico y el s~atus filosófico
aspecto genealógico, un aspecto teórico, un aspecto ideo- del materialismo dialéctico. Si la sucesión de "obras com-
..
lógico-político. La confusión de estos tres aspectos es pletas" equivale a la continuidad de una única problemá-
una característica común a quienes adhieren a dicha pro- tica desplegada ~n sus diferentes capítulos, la ciencia de
'~! blemática. la historia fundada por Marx depende por entero de una
El primer aspecto corresponde a una pregunta: ¿cómo 1 teoría de la esencia humana, de sus alienaciones y de sus
y cuándo los textos marxistas presentan un discurso do- reconciliaciones futuras en el Hombre Total. De hecho,
minado por la problemática humanista? ¿Dónde se locali- no habría ciencia de la historia, o en todo caso el MH no
za, exactamente, esa problemática? podría presentarse como tal: ¿cómo satisfacer las exigen:.
En los Manuscritos de 1844, el humanismo es la pro- cías de la cientificidad si el objeto de estudio es el ''de-
blemática dominan~e: todos los problemas que esos tex- venir humano de la naturaleza" y el "devenir natural del
tos se plantean, las soluciones que les dan, sus objetos y hombre"? A su vez, el MD sería una filosofía de la praxis,
objetivos, son interiores a una variante de la problemática teoría antropologista de izquierda. Pero ya Hegel incluía
humanista. En los textos posteriores a 1845, por el con- este tipo de discursos fuera del espacio filosófico, entre
las "ideas edificantes".
trario, los problemas y las soluciones son otros; son aná- -
lisis políticos o económico-históricos de diversos episodios Sin embargo, el humanismo marxista o socialista se pre-
del capitalismo, o análisis del mecanismo económico ge- senta como ''real", "verdadero", incluso "científico". No
neral del capitalismo en los que la problunática huma- un humanismo de la abstracción sino de lo concreto, del
:·:., nista ya no aparece como tal. O sea que, en efecto, hay Hombre de carne y hueso, aquí y ahora alienado. Este es
elementos, segmentos correspondientes a dicha problemá- el tercer aspecto -ideológico-político- del tema. El
tica, pero que no pertenecen de derecho propio a la pro- humanismo es una consigna para que se devuelva al hom-
174 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER · 175

bre todo lo que es suyo, un índice que señala la existencia


de problemas políticos, económicos, sociales.
a
En los Manuscritas, Matx se refiere la esencia huma-
na genérica: habría un conjunto de características que de--
: '1.
finiríai::t a los hombres como especie, solidarios los unos de .
~ ¡a, los otros a partir de ese polo de atracción universal. Esa·
especie humana no es una mera unidad biológica -comu-
nidad mecánica e instintiva que también existe en los ani-
El humanismo marxista se erige entonces en teoría con males'-, sino unidad esencial, profunda, originaria, funda-
status científico -fundamento del MH--; como una doc- mental ( cf. nota 3 del parágrafo anterior). Cada hom-
trina filosófica -fundamento del MD- y como la con.; ·bre es el-representante actual y singular de la esencia
cepción ideológica del proletariado -conciliación de "so- humana universal (PM,234). Toda conducta, todo ob-
cialismo'' y "libertad". Presupone que la obra de Marx jeto producido condensa y concentra las capacidades
es una y única, sin rupturas epistemológicas, que su vida hurrianas. El mundo de los objetos es el mundo huma-
· _personal es simétrica a sus textos y que éstos. entonan, en no invertido: esta mesa es un objeto cuya realidad es
· diversas escalas, una melodía única. la de ser mesa pero cuya verdad es la de manifestar "!lila ¡·_

capacidad humana esencial, la capacidad de carpintero. (.:


Como teoría, el humanismo se suele acoplar al histori- ,._.·

cismo, concepción según la cual la Historia es el sujeto Los hombres tienen facultades esenciales: amar, traba-
y el objeto de todo proceso y de toda conducta, todo 1 jar; sufrir. Cuando aman, trabajan, sufren, están pro- ~. ..:
transcurre en la historia y todo se explica en ella. duciendo objetos que ihacei::t pasar esas facultades al es-
j tado práctico, factual. Cada objeto es una realización
A su vez, el humanismo se halla políticamente sobrede- ,¡ de esa capacidad humana subjetiva. Es una objetiviza-
terminado. Por un lado, es una reacción contra el meca- !r ción, una materialización de la subjetividad. La esen- '
(. ::
nicismo y economicismo del período que le precede sobre cia deja de ser subjetiva para tomar cuerpo material: es
todo en los años siguientes a la Revolución Rusa. Por otro la esencia entera, el "hombre social'' en Marx, la pmxis ! .
lado, es una manera de elaborar la denuncia del "culto originaria en Sartre, la noosfera en Chardin. El hombre
de la personalidad" posterior al XX congreso del PCUS vuelve humano al universo y este universo, al humani-
( LI1,74ss.). Despierta ecos revolucionarios en los pue- z.arse, devuelve al hombre su propia imagen humana. .:•:-

blos que luchan contra el imperialismo: esos combates ·Luego, detrás de todo lo -existente hay un secreto, ya 1

.•·
apuntarían a una restitución de la -esencia y la dignidad que todo objeto, institución, ciencia, etc., constituyen
. f1
. ·.
humanas de las masas explotadas (Lll,l05). Recientes sendas determinaciones de la esencia humana genérica
acontecimientos en Checoslovaquia, algunas manifesta- -1 :
materializada en -ellos.
ciones en la URSS, remitirían al humanismo marxista o El mundo de los objetos, el mundo de la objetividad,
socialista 2.
1 es el mundo subjetivo, el mundo humano puesto al re-
i vés. El discurso humanista es la crítica humana del es-
'
¡a, ¡a, tado de cosas.· Su ambición es poner las cosas al dere-
cho: mostrar que el Hombre es el Principio y es el Fin.
Cuando entre ese Principio y este Fin no cabe una trans-
¿En qué consiste el humanismo? parenCia recíproca, cuando el Hombre no se reconoce en

:·.''¡,"'
176- SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 177

sus Obras y las Obras no son reconocidas como el Hom- ~.'1


ria de lé~; enajenación, que no es sino el preámbulo de la
bre Objetivado sino como Entidades independientes que historia verdadera: hoy transcurre la pre-historia, el rei-
lo dirigen, se hablará de alienación o enajenación. Hay no de la necesidad; mañana será la historia efectiva, el
alienación, pues, cuando una parte se separó del todo reino de la libertad infinita 3 •
:;'
y- no reingresa a él, pese a que sólo se separó para reaJi-
zarlo mejor: cuando el mundo de los objetos no es el
espejq transparente del mundo de los hombres, o cuan- ! Las superestructuras políticas e ideológicas, las clases
- _ ___ c;lo cada lwmbr.E:l___ I\Q _r~~Q.I:l:Q~~- --~n los otros un aspecto más t sociales, la producción económica, son otros tantos casos
de la misma unidad esencial y originaria. de relaciones humanas _objetivadas / alienadas. Son «re-
Por el contrario, se hablará de objetivación cuando los laciones humanas historizadas, es decir relaciones ínter-
objetos devuelvan a los hombres la imagen de su huma- humanas, ínter-subjetivas." ( LII,103). La Historia es
nidad, provisoriamente depositada en aquéllos. O cuando el escenario donde se despliega la esencia humana, su
cada hombre reconozca en los otros y en sí mismo una fundamento. Para .el. humanismo, los cambios históricos,
,.
misma fraternidad fundamental, cuando el "yo sea el tú las revoluciones políticas, la condición judía, son momen-
y el tú sea el yo". La objetivación es la buena alienación. tos de la esencia !humana genérica, actualmente fue-
'·'' La sociedad capitalista es un caso de alienación huma- ra-de-sí, extraña y alienada. Hegel, por ej., será cri-
na. La esencia del Hombre consiste en ser libre, en este 1¡
ticado porque adjudica al Espíritu las características ( ab-
sistema no hay libertad sino para producir objetos y solutas, divinas) reservadas al Hombre.

~
mercancías. El Hombre se reduce a fabricante de mer- El discurso humanista lee toda teoría de h·avés y del
cancías y sólo vale como mercancía, él mismo es una mer- revés, para restituir el discurso fundamental que la sos- ·
cancía entre otras. En el capitalismo, los !hombres singu- tiene secretamente: el discurso antropológico, es decir, la
~
lares no pueden identificarse con su esencia; luego, hay voz del Hombre nombrando su ser, nombrándose a sí
que combatir el capitalismo a fin de que las mercanc-ías mismo cuando nombra el mundo y viceversa. Cada seg-
dejen de controlar a sus creadores. Hay que impedir que mento de ese discurso es la crítica antropológica de la
las cosas se sigan enriqueciendo en la misma medida en distancia entre el Hombre y sus Obras, de manera que
que los hombres se empobrecen y mutilan. los hombres puedan reconocerse en éstas y aprender así
Pero la alienación es inconcebible sin su des-alienación. que todo se jugó y se juega siempre entre los hombres.
Sólo se está alienado cuando su opuesto es inexorable y Para que sepan que el Hombre es el Actor, ·el Autor y
cuando éste funciona como norte imprescriptible de ]as J, el Público, que sólo hay hombres, sea como hombres, sea
alienaciones humanas. El Hombre Total es el Fin de las como objetos esenciales de los hombres ...
.-;;
- alienaciones: la recuperación del Origen. Dios ya no ¡i
sera el conjunto de las proyecciones humanas, el Estado
<i no será el usufructuario de sus impotencias presentes, el ii\ "" ""
--1 !i¡
·;l:l capitalismo no privilegiará las mercancías en detrimento "'!
de sus creadores. Dios se convertirá en el Hombre Total, "La pareja humano-inhumano es el principio secreto de
realidad cotidiana y fraternal que coincidirá por fin con todo humanismo, principio que no es sino la manera de
su verdad primera. Será el término de esta larga histo- vivir-soportar-resolver esta contradicción". (PM,243-244).

::
- ~--
~78 SAúL KARS·z · .•'.
..·,·
·
LECTURA DE ALTHUSSER 179 ·]

,..;;
~

'~ '

ContradiccíÓn hegelial).a, podríamos agregar, ya que· sólo


existe . para reconciliarse. El universo se · divide en dos . 1.j
modo de la inter-subjetividad: a través delos objetos in- ·
tercambiados se hace el trueque de las determinaciones hu-. ;:·
partes unidas por una complicidad original. De un lado, manas esenciales ( RanciE~re, LI,108ss.).
haylo humano, o sea los hombres y las obras que permi- Si hoy transcurre la pre-historia, es porque todo esto es
ten el reconocimielito inte1·-íh.umano. Del otro lado, hay la preparación para otra c_osa, el camino hacia el Hombre
lo in:..humano, o sea lo inverso de lo anterior, exactamente Total. Hay que cambiar esta pre-historia para que se eón~ :~

su opuesto. Pero esta inversión es precisamente lo mismo vierta en Historia a secas: transparencia integral, reden-
que lo inveúido pero del revés. Son dos caras de una mis- .'"'!~f-. ción humana universal, el reino moral por excelencia .
ma moneda. Lo humano es humano porque no es in-hu~ Una ciencia es "abstracta" porque .. sólo habla de las :
mano; lo in-humano. es in-humano porque no es humano.· realizaciones humanas. El discurso humanista es "eón-
De allí el lenguaje de todo discurso humanista, su re- creta" porque habla de la humanidad de las realizacio-
curso a imágenes dramáticas y biologistas (ser mutilado, nes: es el discui·so fundamental y fundamentan te de
amputado, cortado, cosificado, desmunido ), símbolos, todo discurso posible. Es el Discurso de los Discursos,
juegos de palabras, multi-significación terminológica. De la Lengua Original. Por eso la filosofía marxista se de-
allí su empleo de una figura literaria típica: la anfibolo- fine acá como teoría de la praxis, elaboración de la·
gía ( cf. los excelentes análisis de J. Ranciere en LI). La esencia en sus obras y remisión de las obras a su esen-
.naturaleza no es el mundo humano sino su inversión, pero cia. La noción de praxi'S indica una comunidad original t.

L;

cuando los hombres reconozcan que -el principio oculto de a restituir: el Hombre y el Mundo, el Mundo y el Hom- i

la naturalez.a son ellos mismos objetivados .-ellos la han bre; o sino: la Teoría y la Práctica ( cf. § 4.), la Esencia
trabajado, la han ihecho adecuada a sus necesidades vi- y la Existencia. · Para que haya praxis tiene que haber_
tales-, esa naturaleza rei~gresará al mundo humano del alienación y, antes, desde el punto de vista de la esen-
cual· -en esencia- nunca partió. "Humano" es sujeto del cia, des-alienación: se filosofa sobre el Sujeto y el Obje- <:.:
enunciado, verbo, predicado, objeto directo y adjetivo. to porque el Objeto es el Sujeto y el Sujeto es el Objeto.
Un discurso humanista está siempre sobredet~rminado, El filósofo es el crítico que nos reconduce a la verdad ¡:,
i
actúa en sobreimpresión: dice lo que dice -analiza un primera del drama, más allá y más acá de los mil avata- l·'
1·:

problema social o individual, el capitalismo o la perso- res escénicos.


nalidad- y al mismo tiempo duplica sus términos. Estos !
quieren decir otra cosa: "obrero" es un miembro del sis- "(¡, #
tema de producción pero también es el ser humano gené-
rico despojado de su humanidad integral.
El trabajo alienado es la transformación de una esen- La problemática h:u11Ul-nista incluy~ dos ~ombinaciones
cia humana-genérica -la capacidad de trabajar, es decir mayores del principio cómplice "hurr1ano-in-íhumano": la
de· producir y de dar un rostro humano a lo producido- combinación "humanismo'' y la combinación "anti-huma-
convertida en algo exlerior e independiente. La crítica nismo". Excluye, además, el "a-humanismo".
del trabajo alienado permite acceder a la clave de los con- Todo discurso humanista se presenta como humanista
ceptos económicos, velo abstracto de la esencia ( PM ,159). "verdadero" o "real" o "concreto", y critica a los restantes
El comercio no es sólo un intercambio de bienes, sino un por ser anti-humanistas. Aun si no lo fueran; aun si se
. ~·
- .......e·
180 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 181
:'~¡ enunciaran a par~ir de otra problemática, no puede con-
!j

i cebirlos fuera de los límites de su propia problemática y


J tendida como ateísmo. Desde el comienzo, el discurso
1
científico se sitúa en o~ro espacio, piensa otros temas a
'i
' i de sus combinaciones internas. Los M.anusc.ritos de 1844 partir de otros elementos. Los individuos son individuos
j denuncian el anti-humanismo de la economía clásica, co- habida cuen:a de la posición ocupada en las relaciones
:~!
mo Feuerbach lo había denunciado en Hegel. Contra el sociales y en tanto la ocupan. No son primero individuos
economicismo y el mecanicismo, el humanismo "real" de- (¿cuándo?) y después o al mismo tiempo se incorporan
fiende al Hombre y entiende que la producción econó- a la historia, a la sociedad, o a lo que fuere. Son indivi-
. miCa es un derivado de su esencia .... N.<) Pll.~.q~ ¡¡)1_alizar al .... QV.Q$ porque tienen una posición singularizada en y por
economicismo como postura ideológica no-humanista: no ---~T un sistema estructurado y jerárquico, y sólo así. El ma-
puede entender que la economía planteada como base terialismo histórico no estudia el "devenir humano de la
substancial de una formación social no ·es la usurpación naturaleza" o la "alienación obrera bajo el capitalismo",
de la esencia humana, sino que obedece a una c<!ncep- sino los procesos objetivos del modo de producción capi-
ción ideológica del mecanismo histórico. talista, procesos que determinan una cierta relación entre
.·1 ' Conocer, para una ideología, es reconocer. Una pro- sus elementos humanos. El materialismo dialéctico tal co-
··.¡
i blemática sólo admite un número restringido de combi- mo Althusser lo entiende no se opone a Ia filosofía de la
naciones; desde ella, la máxima posibilidad de análisis praxis, no es anti-pmxis: como el MH, su crítica epistemo-
consiste en concebir toda doctrina como inversión de lógica de la problemática humanista le permite explicar el
esa problemática, o sea como su repetición indebida y
mistificada ( cf. § 1.4.). Humanismo y anti-humanismo
1 mecanismo de esta ideología y producir o inten'ar produ-
cir el efecto-de-conocimiento de sus problemas.
· ..·· son dos posibilidades internas a una misma problemá-
tica, caracterizada por las diversas combinaciones y
transferencias entre sus términos (Sujeto-Protagonista- La problemática humanista se caracteriza como una pos-
Activo 1 Objeto-Pasivo-Creado). tulación moral. Como toda concepción de ese tipo, se
La Intr. a la Crít. de la Ec. Política es un discurso ins- halla profundamente imbuida de religiosidad. Esto se
taurado fuera de esa problemática. Ya no es cuestión de advierte en Feuerbach\ en el llamado "joven Barx" ( PM,
un Hombre protagonista sino de procesos sin sujetos, de 45-83), en Sartre, etc. Sustituyen al nomb1·e de Dios el
procesos de producción que asignan a sus "portadores" n~ombre del Hombre, pero conservan su lugar y carac-
una posición precisa que los define en su singularidad. terísticas; la omnipotencia y omnipresencia divinas son
Si los hombres ya no son quienes definen las relaciones transferidas, in situ, a la omnipotencia y omnipresencia
sociales como emanaciones de su esencia genérica, tam- humanas. Todo lo que la hipótesis religioso-fideísta de
poco esas relaciones deben ser entendidas como Perso- Dios tenía por función explicar, hacernos soportar y re-
:1
1 nas Colectivas. Esta última afirmación corresponde to- solver, incumbe ahora a la hipótesis religioso-laica del
i davía a un anti-humanismo; denominación polémica y Hombre 5 •
''
sumamente ambigua (LII,73), en la que se apoya el J Desde "al principio fue el Verbo'' hasta "el hombre
"estruc: uralismo" a la moda.
No hay, en sentido estricto, anti-humanismo teórico
l es la pasión inútil de ser Dios" pasando por "la raíz del
1 hombre es el hombre", hay el inmóvil desplazamiento de
•" en Marx, por lo mismo que no hay anti-religiosidad en- una problemática idéntica mantenida en el mismo espa-
·<:·

'·'
::¡
: 1


·.182 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 183
' ..
~. cio teórico. La docbina de la alienación "aplica una (cap. V de LII), su intervención en la polémica sobre
li. . problemática ética a la inteligencia de la historia hu- marxismo y hurp.anismo (PM,225-258) muestran que el ;~ '.-
i:
'~ mana" ( PM,40), una crítica del "desorden" imperante humanismo, en sus diferentes variantes, es una ideolo-
. en nombre de una racionalidad esencial al universo pe- gía teórica: su liquidación como tal ideología es con-
!-:':
. ro hoy día insatisfecha, un rechazo del orden de cosas dición necesaria para la constitución del MH y del i'·:'

a partir de lo que las cosas deben ser ( PM ,230) 16• MD. Su presencia en las "ciencias sociales" es uha de !(
Los comentarios a la economía clásica contenidos en sus condiciones de imposibilidad 7 • '"'
i .. . los Manuscritos no son su critica epistemológica sino ...:.·~·-
El conocimiento de los "hombres" pasa por la crítica
· ··ideól6gica: ·no critican el empleo de nociones en lugar epistemológica del !humanismo y por la producCión del
de conceptos, ni su repetición de las certidumbres de efecto-de-conocimiento de los problemas de los que di.,·
1:
patrOfl.OS y obreros a nivel del discurso teórico, sino su cho mito es un índice desplazado. En otras palabra'>;
olvido del hombre y de sus mutilaciones des-esenciali- conocer algo acerca de los hombres es analizar el meca-
zantes. A la manera del Club de los Liberados ( jóve- nismo de la problemática humanista, desmontar sus ele-
rtes hegelianos) y de Feuerbach; fiel en esto a la tradi- mentos y combinaciones, mostrar que sus discur~os
ción kantiana y a la mayor parte de la filosofía, Marx constituyen un reconocimiento 1 desconocimiento de su
joven concibe la práctica polftica como un ejercicio crí- objeto. Mostrar que el humanismo es una de las ideo'"
tico-filosófico .. La política es o debiera ser el brazo ar- logías teóricas que impide. saber nada sobre los hombres,
mado de la moral, su poder secular. excepto en lo que éstos tengan de manifestación de· una
Pero La Ideología A1em.ana comienza ya a abandonur esencia genéric~ .
. la problemática ético-religiosa del humanismo y a des- "Una vez conocidos, esos problemas se plantean en
plazar sus problemas, es decir empieza a considerarla términos precisos: son problemas de organización de la
como el índice desplazado de problemas efectivos. vida económica, de la vida política y de la vida indi-
¡,
¡t· ... vidual. Para plantear y resolver verdadera y re~lmente
4 4
esos problemas, es necesario llamarlos por su nombre,
"Sólo se puede conoce;r algo acerca de los hombres poll' su nombre científico." ( PM ,258). •·

bajo la condición absoluta de reducir a cenizas el mito Es aquí donde la crítica epistemológica interviene en
. filosófico (teórico) del hombre. Todo pensamiento que la unidad sobredeterminada de la práctica social. Dicha
se proclamase marxista para restaurar, de una manera crítica supone una modificación en el humanismo como
· u otra, una antropología o un humanismo teóricos, sería ideología teórica, pero también interviene en el huma-
teóricamente ceniza. Pero, prácticamente, podría edifi- nismo como modelo o parte de una ideología revolucio-
car un monumento de ideología premarxista que pesaría naria. Si . "la frontera que separa la ideología de la
sobre la historia real a riesgo de conducirla a callejones teoría científica ha sido franqueada por Marx hace ya
.!
sin salida." ( PM ,236). cerca de 120 años" ( PM ,257), la insistencia en el huma-
Íl .
,¡ .Althusser insiste en que su examen del humanismo nismo equivale a rechazar aquel conocimiento, equivale
1
í sólo se refiere a las formas teóricas: filosofía de la a rehusar a la ideología revolucionaria el recurso cientí-
praxis, historicismo absoluto, humanismo integral o real fico. O lo que es igual, equivale a favorecer ese recurso :1 . ~
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o científico ( ! ) . "El marxismo no es un historicismo" por parte de las ideologías reaccionarias. ,.
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184 LECTURA DE ALTHUSSER 185
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En determinadas circunstancias, un movimiento de ral del activismo y del espontaneísmo, por un lado, y
masas puede concebir sus tareas bajo la bandera del hu- del revisionismo, por el otro.
manismo: la construcción del "hombre nuevo" puede ser Más aún. El estudio histórico-social de esta ideología
:._1,
1 el lema general que indique las nuevas formas sociales, quizá nos muestre que en buena parte ella es el produc-
;i económicas y políticas en juego, puede indicar que un to típico de los intelectuales pequeño-burgueses que ad-
:1 nuevo mundo se gesta, con sus organizaciones inéditas hieren a la revolución socialista con su propio bagaje de
y sus exigencias insólitas. La consigna humanista puede clase: el combate político aparece como el brazo arma-
tener ese valor práctico: el de congregar bajo su enseña do y la manifestación de la dignidad ·humana· mancilla-
los esfuerzos necesarios a la transformación. da. Se habla entonces contra la Máquina, la Ciberné-
Sin embargo, ella indica otra cosa; justamente: esos tica, el Capital, la Mirada-del-Otro, el Poder en general.
nuevos modos de organización. Su valor radica en lo La hipótesis de la "sociedad comunista primitiva" es
que indica y en el carácter justo de su indicación. citada menos como etapa histórico-económica que como
Como ideología teórica, el humanismo es un discurso pantalla proyectiva de un "mundo feliz" 8 •
antropológico-trascendental: es científicamente falso de Teóricamente, el humanismo es la postulación de un
·i, un extremo al otro. Como ideología práctica, como lema Hombre Total entendido como Paraíso laico. Política-
revolucionario, remite a una revolución social, política y mente, es el llamado dramático de la pequeña burgue-
económica a la que justifica y orienta en nombre de una sía: en el sistema capitalista, en efecto, su "dignidad hu-
ética imbuida de religiosidad. Es una concepción moral mana" no es reconocida 9 •
• :: i
1
de la lucha de clases. O bien, una elaboración imagina- De hecho, nó hay lugar aquí- para una modificación
ria de los problemas planteados por el "culto de la per- profunda de las ideologías políticas, ni para ese ejerciC'io
sonalidad" (PM,258) o las diferentes formas de revisio- imprescindible de imaginación exigido por un nuevo or-
nismo. den de cosas. De aquí que, impregnado de humanismo,
Tiene el beneficio de toda formulación multívoca y un movimiento revolucionario pueda ceder a "tentacio-
ambigua: permitir la convivencia y coexistenCia de sec- nes idealistas y voluntaristas en la concepción de la
~
¡ tores separados por su posición en el sistema social y práctica económica y política", o aun "teñidas de refor-
por sus planteas políticos. En el Hombre, cada sector mismo y oportunismo, o simplemente de revisionismo."
1 puede reconocer a su Hombre. Tiene el grave inconve- ( LIJ,l05). Podríamos entonces afirmar -a título de
..', t
niente, sobre todo, de concebir la práctica política como mera tesis que necesitaría amplios estudios empíricos-
·.::;i
un combate moral en pro de la restitución de la esencia que en los últimos dos siglos 1'0 el humanismo es una de
.. ''
• .! genérica. Perturba o impide así el conocimiento de los las ideologías espontáneas de los movimientos de masas
problemas de organización social, política, económica que, habiendo iniciado una revolución de las formas so-
:. ·~; que se trata de resolver. En la acción inmediata, las ciales, económicas y políticas, están aún a la búsqueda
··-:
consignas humanistas pueden unificar sectores, grupos de ·su definición ideológica.
,,~·
~
; y tendencias disímiles. Pero a medida que la acción se Hay aquí dos alternativas. O bien el !humanismo es la
-~ 1 radicaliza y comienzan a plantearse problemas teóricos, indicación de otra ideología que debe construirse en su
··~
:~;l estratégicos y tácticos, el humanismo reviste paulatina lugar, o bien es un residuo o re-edición del liberalismo.
1 ·¡
~
pero inexorablemente la forma de una justificación mo- Si es lo primero, hay que tomar seriamente en cuenta
:• 1
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186 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 187 :-::
1:.
•,:
los callejones sin salida a los que· lleva, tanto política · 1 El Capital analiza la estructura económica del modo de pro- '
ducción capitalista. Para la lectura humanista, ese análisis ilust~a [''· ;
cuanto teóricamente. Si es lo segundo, constituye el r:·:
·conjunto de evidencias que permite reconocer en ese una posición filosófica de base -el hombre alienado por la mer- r··-·
~ <.'
cancía- y desarrolla una intuición de juventud -explícita en los
proceso revolucionario la ''verdadera" realización de una Manuscritos.
.<·
... ;

¡f<:....:
es~ncia. y de una dignidad que la_ sociedad dejada atrás 2 Por el momento, empleamos como sinónimos "humanismo
habría "falsificado''. O sea que obliga a desconocer su socialista." y "humanismo marxista", tal como aparecen en sus :~

novedad radical y perturba el desarrollo de elementos diversas versiones. Veremos luego si tiene sentido diferenciarlos.
1'deo l, . espec1'f'ICOs a---ese-movimiento
. . . ( Sbbre humanismo soviético: § Ranciere.) ''
~: :
ogiCos .......... · ~
3 Toda esta postulación humanista se halla profundamente ¡_:

_ Por lo. mismo, ni se trata de reemplazar al humanismo iinpregnada por una problemática religiosa. Al punto de que, {'TI
poi· otra ideología más "humana" o "menos moralizante~' este sentido, no sería exagerado pensar el humanismo como una ,.
ni, rriucího menos, por la "ciencia" o aún el MH. Poner versión laica de aquella problemática ... ''
i.:
,. :
al Hombre, al Partido, a la Clase o a las Estructuras· en 4 Cf. Althusser, "Note du traducteur" (L. Feuerbach, Mani- f\·
festes Philosophiques, París, PUF, 1960, pp. 1-9); PM,25-34; J.-P.
lugar de Dios, no modifica en absoluto la problemática Osier, op. cit. ¡:¡
religiosa que la sostiene epistemológicamente y la de- 5 Se advierte entonces la alta impr•egnación religi'Osa del hu-
r.
negación de la lucha de clases que la fundamenta polí- manismo. No porque hable de Dios, sino porque Dios es un tér~
ticamente. N o es . cuestión de buscar un sustituto del mino significativo respecto del cual hay que tomar posición, por~ :·.·

que Dios es un dato de su campo discursivo, porque la función r:.::.


humanismo, sino de conoce1· las nuevas .organizaciones divina integra este camp•o y lo define. ::::.
¡::.
políticas · y sindicales puestas en marcha por un· proceso 6 En Hegel, lo real es racional y lo racional es real. En Maá
revolucionario, las nuevas relaciones implantadas entre joven, en los diver•sqs humanismos, lo real, lo existente, . no coin-
sus portadores humanos. Este ·conocimieñto . no. puede cide con su esencia, con su racionalidad, con lo que debe ser ..
· Se critica lo existente en nombre y a partir de lo que debe ser.
sino ser científico. Y se trata, además, de contribuir ,al (Es el mismo modelo, por lo. demás, presente en el humanismo
d_esarrollo de los muchos elementos ideológicos a-huma- cristiano, políticamente de izquierda: el mundo actual es un des-
nistas presentes en la práctica política:. se trata de par- orden respecto del orden que debiera ser.)
ticipar en el combate ideológico de clase que, sólo él, 7 El humanismo también puede ser un caso de lo que Althus~
ser denomina ''filos•ofía [ideología] espontánea de los científicos".
·puede permitir la reformulación doctrinal de otro tipo Así, en una entrevista, N. Cho:msky destaca que la investigación
de ideología. · lingüística debe apoyarse en la visión del hombre producida en
Rechazar el humanismo no és estar contra el Hombre, los siglos xvu y xvm (La Quinzaine Littémire, 1969); per'O se ¡··'
puesto que éste es el objeto fantasmal del humanismo o trata de ver si esta representación de la práctica científica intE'-.
gra efectivamente- esta práctica ...
bien el objeto real de una denegación. No creer en las. . 8 Observación de G. Kukudjian. ,-~ <
brujas no significa en modo a~guno adherir a los tribu- o Esta parte de nuestro trabajo exige investigaciones empinc~s
nales de la Santa Inquisición. detalladas. Si la tesis fuera correcta, permitiría comprender cómo
so articula la línea política de -los partidos comunistas occidentales
y la ideología humanista que segregan. En otras palabras, pe:r- ·
mitiría comprender la impr•egnación pequeño-burguesa del revi-
sionismo.
10. Cf. Michel Foucault, Les mots et les choses ( Paris, Galli- ·
mard, 1968, cap. X) [hay trad. esp.]. ·

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.:-.., LECTURA DE ALTHUSSER 189


.. ·.-
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·•'·
§ 3.3. La fundación científica: el matel'ialismo liares de la historia" (desde la economía a la numismá-
:] ''i
histórico (MH) tica, desde las modas a la geografía) a fin de repetir en
·:.:S la teoría las representaciones de su ideología. Por eso
·.:J
.:·: ~ la historia suele definirse como una «reconstrucción del
.·.··¡
··.·¡
::.:\ ~pasado", o sea duplicación de las evidencias reinantes
"Debemos tomar en seriQ el hecho de que la en el momento estudiado, como si coincidir y adecuarse
te01·ía de la historia, en sentido riguroso, no existe ~:. . a aquéllas garantizara su cientificidad. Esas evidencias
o existe apenas, que los c•onceptos de la historia se expresan en el denominado "problema del tiempo"~­
existente suelen ser 'empíricos',_ más o menos a
la búsqueda de su fundamento teórico -'empíri- La historia será así la ciencia del devenir y de la influen-
cos', es decir fuertemente teñidros por una ideo- cia entre pasado, presente y fu~uro. O bien, la sucesión
logía que ·se disimula bajo sus evidencias." ( LII, de realizaciones humanas bajo forma de civilizaciones y
60). obras, que desenvolvería su esencia en la Historia: tri-
··.'
bunal moral que castigará las acciones opuestas _a la
esencia humana y premiará las buenas.
La posibilidad de una ciencia de la historia está supe-
Hay muchos trabajos, libros y artículos sobre la his-
ditada a la crítica epistemológica de aquellas evidencias. toria. Cabe preguntarse, sin embargo, si existe el con-
"El objeto de la historia no es lo que pasa en la historia cepto de historia, esto es si se dispone de la forma cien-
( ¡esa definición tautológica!), como si la palabra historia tífica adecuada a un objeto unívoco.
poseyera de enh·ada el sentido de su concepto." ( Llll,
59). Una definición tautológica es síntoma de proble-
mática ideológica, respuesta a una pregunta formulada lile lile
fuera de su campo para servir a determinados obje-
tivos. Tautologica, porque no comienza por producir
sus objetos. La expresión "materialismo histórico" indica el estadio
El objeto de la historiaiio es lo que pasa en la historia, precoz de esta ciencia. ''Materialismo" es una postura
porque "historia" juega aquí como todos los términos defensiva contra las ideologías de la historia (filosofía de
ideológicos: multi-significativa, muestra una u otra de la historia, humanismo, historicismo; estudios empíricos
sus significaciones según las necesidades de la ideolo- según los cuales alcanzaría con tal o cual descripción,
gía 1 • Es la !historia vivida, la historia en la que los hom- testimonio o relato para que su discurso produzca el
conocimiento de su objeto).
bres se relacionan los unos con los otros, la historia he-
cha por los hombres, los hombres hechos por la historia, La consWución del materialismo histórico pasa por
la historia como centro de toda verdad: al mismo tiempo, la producción de la forma de cientificidad en historia.
la !historia como disciplina abstracta y como experiencia Señala, en la actual coyuntura teórica, la ruptura epis-
''1
'1
vivida . temológica necesaria a la constitución de esa ciencia
.{~:J ( L,26).
·,-''<
Así, una buena parte de los trabajos y análisis histó- No se trata de que recién comiencen los estudios his-
·:···¡
'' ricos identifican la historia como ciencia y la historia tóricos, la investigación de tal o cual episodio de la
·· ..
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:-.·;· como experiencia: postulan las llamadas "ciencias auxi- lucha de clases, de una "época" o de una «mentalidad".
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190 SAOL KARSZ .,,·.-,..


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LECTURA DE ALTHUSSER '191

Es, en rigor, la definición de los conceptos y de sus El concepto. crítico ·fundamental ·del MH es e} de
articulaciones que, in:egrados en una sistematicidad apo- "proceso sin sujeto" 2 • El objeto científico llamado his-
díctica, caracterizan como historia científica los trabajos toria se define como un sistema de combinaciones articu-
ya existentes o por existir. Si esa sistematicidad lo!!:ta ladas y. jerarquizadas entre elementos. Éstos son las .
efectivamente consolidarse, se dispondrá de los crite- diversas instancias (económica, política, ideológica).
rios necesarios para discutir la validez científica de la Proceso, porqu-e es un .modo organizado de desarrollo. ,.
~:.
enorme masa de estudios existentes. .-·.·- Sin sujeto, porque nadie lo protagoniza ni se consuma
Para Althusser, el MH no es una "meta-teoría. de la ·' .ensu.desarrollo: .no . hay--mLPersonaje (divino o .huma-
· historia", disfraz de una nueva filosofía de la historia, no) que sea la. base de ese proceso. Las articulaciones
· generosamente desarrollada por la mayor parte de la · ·entre las instancias no manifiestan los atributos esen-
tradición marxista. Tampoco es una suerte de epistemo- cial~s. de los hombres.
logía de las "ciencias históricas" existentes, justamente En, otras palabras: así como los "cuerpos" no son los
· porque se trata de saber si esas "ciencias" en verdad lo sujetos-protagonis':as ·de la ciencia física, así tampoco
son. los '~hombres" son los sujetos-protagonistas de la histo-
. En sentido lato, el MH es el proceso de producción ria. Si "sujeto" indica el centro de donde todo sale y
del concepto de historia (LII,60). O sea que, por un a donde. todo converge, la condensación de todo .signi-
lado, es un esfuerzo por definir su objeto específico de co- ficado y el núcleo inteligible de toda acción, no hay
nocimiento, por constituir aquella abstracción razonada lugar para este sujeto en el discurso científico. El exa-
que le sirva de materia prima científica (modelo de men del concepto de historia deberá indicarnos las ca-
generalidad I). Más exactamente, el MH es el conoci- racterísticas. de la- función llamada "hombres'', el rol
miento de las formaciones sociales. Es la ciencia de preciso de estos elementos en el sistema conceptual.
los modos de producción, de sus articulaciones internas . El concepto de "proceso sin sujeto" tiene un valor
· y de su sucesión. Será tarea del MD, entre otras, la emipentemente crítico: marca el más acá de la ruptura
. de investigar las características de objeto construido epistemológica con toda ideología de la historia, con
por el MH. Entre el MD y el MH habrá una relación . toda postulación de un sujeto como fuente autónoma y
necesaria entre dos disciplinas radicalmente diferentes. origiilal de significaciones 3 • .
. ·. Para que la "historia" no sea lo que pasa en la "his- · Marx "ha sistemáticamente empleado~ para designar
toria", habrá que elaborar las formas de cientificidad a los individuos, el término Triiger [soporte, portador,
de su campo: localización de su objeto, definición de representante]. Los hombres sólo aparecen en la teoría
su discurso, materia prima, instrumentos de producción bajo forma de soportes de relaciones implicadas en la
teórica y producto. En adelante, las expresiones "his- estructura; las formas de su individualidad [aparecen]
toria"; "histórico", etc., designan un objeto-de-conoci- como efectos determinados de la estructura." ( Balibar,
miento sometido a operaciones conceptuales. LI1,249).
Esto no significa que no haya individuos humanos,
:0. ""'
grupos, clases, en ese concepto de historia que se trata
de producir. Significa que todo dato ha sido sometido
o debe someterse a crítica epistemológica . y transfor-
._:_:!-.:¡ SAúL KARSZ
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¡Í
LECTURA DE ALTHUSSER 193
··, 192
:-:-~
mado en materia prima científica. Hay individuos, fa-
~­ Se plantea ahora el problema del concepto de estruc-
tura histórica, o sea las características y mecanismos
': ~ milias, grupos y clases, pero no como entidades pre- ijJ( del objeto (científico) del MH.
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existentes y dotadas de auto-movimiento, sino según su Sin embargo, "el concepto de historia ya no es un
concepto de la teoría de la historia en el mismo sentido

]
posición específica en el sistema. El individuo, los hom-
bres, las personas, son funciones de un sistema. El con- en que el concepto de 'vidá no es un concepto de la
cep:o crítico de "proceso sin sujeto" indica que no hay biología. Ambos corresponden a la epistemología de
','-•'

una entidad previa y subyacente a la "historia'' que luego estas dos ciencias y, en tanto conceptos 'prácticos', a
·-·... --se. viricúla:da con ella.;··· preguntas· ·del tipo "¿el hombre la práctica de los cien~íficos, a fin de designar y jalonar
hace la historia o la historia hace al hombre?'' son sín- !1' el campo de esa práctica." (Balibar, LII,315).
tomas de respuestas ideológicas a un problema cientí-
1
Las "formas de lo histórico como tal" son "las formas
[ ·de la [infra]estructura y de la superestructura" (PM,
ficamente inexistente.
No se discute si, empíricamente, hay o no hay indi-
! 126). La acción recíproca de ambas formas constituye

~
viduos. Se discute cuál es su lugar en un discurso cien- la primera nota esquemática del concepto de historia,
tífico 4 • En el MH, tal como Althusser entiende que ha su con~ enido más general.
sido fundado por Marx, "individuo" quiere decir posi- Esa historia se define como "combinación articulada
y jerárquica" de dichas formas, según tres posiciones
ción individualizada en un sistema.
No hay individuos u hombres en general, sino posi- 1j típicas (determinante, dominante, decisiva). Una teo-
ciones en un sistema. Por ej., capitalistas y obreros l ría de la historia implica el conocimiento de la instan-
figuran en el discurso_ del MH según su posición en las ~ cia económica, de la instancia política, de la instancia
relaciones sociales. No hay capitalistas porque haya ! ideológica y teórica, de sus efectos pertinentes y de sus
propietarios, sino que hay unos y otros habida cuenta de articulaciones en una unidad compleja 5 •
su posición de representantes del capital, capital que a Pensar la historia es entonces pensar un espacio que
su vez es una articulación del modo de producción capi- se define por un sistema de relaciones entre instancias
talista. Si "capitalista" es un concepto, se trata: de pen- o "formas de la infra y de la superestructura". No es
sar el sistema del cual y en el cual ese concepto recibe su un "nivel" de la existencia empírica, sino el objeto-de-
definición y su lugar. Sólo así será posible conocer el conocimiento de una disciplina científica en vías de
comportamiento empírico de tal o cual capitalista, en constitución. Si denominamos "modo de producción" a
·:::i una coyuntura dada. la unidad compleja formada por las diferentes instan-
.-.: "A partir del concepto de las variaciones del modo de cias, podremos esbozar los dos grandes sectores del MH:
:::-:¡ existencia histórica de la individualidad, tal vez se pueda
··:1
·.··,
.. , conocimiento de los modos de producción o teoría del
::.:: abordar- lo que efectivamente subsiste del 'problema' "todo-complejo" y conocimiento de las fases de transi-
del 'rol del individuo en la historia'.'' ( LII,63) (El sub- ción de un modo de producción a otro. En el estadio
rayado es mío, SK). actual, sólo el primer sector ha sido relativamente des-
llrrollado.
;tt ;tt El MH es la teoría de la posición ocupada por cada
instancia en el sistema de la acción recíproca entre

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~ .::
SAOL KARSZ
LECTURA DE ALTHUSSER 195
194 1.'.;

r:·:
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el sistema de parentesco. N o obstante, ni el sistema de ~ ::
infra y superestructura. En otros términos, todo ele-
parentesco ni las prácticas rituales pueden definirse como
mento ocupa una posición explícita en una de las dos
determinantes en última instancia sin definición de la
estructuras y una posición implícita en la otra: es figura
coyun ~ ura del caso y de su eficacia pertinente. Sin una
en una estructura e intervención en la otra. Lo que lo teoría del sistema global y de la posición precisa ocu- ~' :'
define como elemento del MH, como concepto de su '~: ;.
pada por cada sistema -de parentesco u otros-, no ~-- ' .
discurso, es su posición como efecto de la acción recí- hay un conocimiento de la formación social considerada
proca de ambas estructuras. En es:e sentido, el MH ~:-.: :-

es la teoría de la unidad ·sobredeterminada de una infra 1 ( LI1,157). Lo que sí puede haber es una transposición
~:.
de las evid~ncias y representaciones vividas. ~fl: ~LP.Jfi:IlQ .
y de una superestructura 6 •
Ejemplifiquemos. Las clases sociales "se hallan sobre-
determinadas porque para comprender su naturaleza es
necesario hacer intervenir la causalidad estructural de
·l
¡
teórico: el miembro de una sociedad primitiva puede
incluso dibujar el esquema abstracto que rige las reJa-.
ciones de su grupo, pero la teoría científica construida
a partir de ese testimonio es más o menos dependiente
:.·:
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,,

...'·
.

tres niveles de la sociedad -económico, político, ideo- de aquellas evidencias. Puede permitirnos, antes que
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~- :·..
lógico-; causalidad estruc;ural que se ejerce bajo la un conocimiento de su objeto, una cierta información ~:.
i
forma de una conjunción de aquellas tres determinacio- al respecto. No hay ciencia sin ruptura epistemológica,
::;_·

nes estructurales sobre un mismo objeto [clases sociales] sin definición conceptual de cada uno de sus términos 8 •
¡·_·.
¡·.:;
y en la variación del elemento dominante en el seno
de dicha conjunción'' 7 • Las clases sociales son una "fi-
Tal vez no falta mucho para quitar las comillas a la
expresión "sociedad primitiva"; el campo de la etnolo-
r
',_
gura" en las relaciones sociales de producción ( infra- gía y la etnografía exigen, como muchos otros, el des-
estructura) y un conjunto de intervenciones en la super-
arrollo urgente del MH 9 •
estructura política (leyes, Estado) e ideológica (educa- ~·
Con Badiou, podemos considerar la instancia econó-
ción). Esas clases sociales aparecen entonces en ambas !
mica como aquella ''cuyo concepto es necesario para
estructuras: la división económica se reproduce política
pensar la eficacia efectiva de las restantes" ( § Badiou)
e ideológicamente. O sea que las clases sociales son
un objeto del MH en la medida en que sea posible loca- El MH es la teoría que pone al descubierto la posición
lizar una misma causalidad estructural en tres instancias determinante ocupada por la instancia económica así
diferentes. Son· efectos del sistema o conjunción de estas como los efectos producidos por dicha posición sobre
instancias; efectos de la estructura de dichas estructuras, las restantes. El sistema de parentesco puede ocupar la
constituyen una posición estructural, elemento necesario posición dominante, pero a partir de las prácticas eco-
del sistema global. nómicas típicas de la sociedad considerada, es decir, a
partir de la determinación en última instancia de lo
En esJ:e sentido, sólo hay análisis científico cuando
económico. Si las clases sociales, en el caso de las so=
hay conocimiento de la triple articulación, sobre un
ciedades clasistas, constituyen una posición estructural
objeto único, de la instancia económica, política e ideo-
del sistema -si permiten conocer el mecanismo de tal
lógica. o cual práctica económica, programa político, doctrina
En esa triple articulación, la instancia económica ocu-
filosófica o ideológica-, las clases sociales se definen
pa el ''rol determinante". En las sociedades primitivas,
en última instancia por su inserción en la instancia eco-
este rol podría estar a cargo de otras prácticas, por ej.

i:
196 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 197

nómica. Que "toda la historia sea una historia de la para pensar la autonomía relativa y el tipo de dependen-
lucha de clases" implica entonces que el concepto de cia de cada instancia en el seno del todo-complejo.
lucha de clases se ha definido como pertinencia abso-
luta, concepto estructural imprescindible al conocimien-
1
;
A cada una le corresponde un modo particular de des-
arrollo, retardo o inhibición, una sucesión singular se-
to de todo otro y de toda articulación. gún su materia prima, sus medios de producción y su
· ... ·
No obstan~e, la localización de la región económica producto exclusivo. Habrá entonces una historia dife-
sólo puede completar el análisis del MH. Completar, rencial de lo económico, de lo ideológico, de lo político,
ya que debe ser producido al término de su investiga- de lo teórico. El problema de la periodización, del "co-
ción· "entrecruzamieúto de diferentes tiempos··· de·dife-· · .
-·m1enzo " ·y d· el··· "f"m" d e una ",epoca" d epend e d e 1a cons-
' ritmos, rotaciones, etc.'', "como todo ' concep':o,
rentes trucción del concepto de historia diferencial de cada
también éste debe ser producido, constTuido". ( LII,49). instancia. Esa periodización supone cortes y continui-
Para que el MH no fU:ncio~e como una filosofía eco- dades que no coinciden con el tiempo visible y legible
nomicista de la historia, es imprescindible no confundir de lo económico vivido, lo filosófico vivido, lo político
su cuerpo teórico-abstracto (que estamos esbozando vivido. Las antelaciones y jerarquías vividas, las crono-
acá) y los análisis teórico-concretos que ese cuerpo logías empíricas, no coinciden con las jerarquías con-
permite. La aplicación mecánica de esa teoría no ga- ceptuales. Incluso, pueden perturbar su conocimiento 10 •
rantiza ni la cientificidad de los análisis, ni la justeza La historia sólo puede entenderse como historia de
de su mecanismo. Una buena parte de la tradición mar- la lucha de clases a consecuencia de una crítica episte-
xista -subraya Alhusser- nos lo demuestra ... mológica de las evidencias ideológicas. Es decir, contra
la organización de la historia en "mentalidades" y "épo-
cas", periodizada según "batallas'' o "golpes de estado",
~ ~ descripta según "hábitos" y "costumbres". Una vez más,
no se trata de discutir la existencia empírica de :unas y
otras, sino su fuerza cognitiva en un discurso científico.
Así como no hay producción en general sino produc- El concepto de historias diferenciales es una instru-
ción determinada, así tampoco hay historia general sino mentalización de la "gran ley del desarrollo desigual",
historia determinada: la historia diferencial de cada que estudiamos en § 3.1. Es una expresión doble. His-
instancia. La hipótesis de una historia general implica toTias, por un lado, comd conocimiento del modo de
"el modelo de un tiempo continuo y homogéneo" ( LII, desarrollo y de periodización de las instancias. Dife-
46), liso y uniforme como una normalidad substancial renciales, por otro, porque cada una goza de una auto-
desplegada en el abanico de sus predicados. Presen;-e nomía relatirva a la autonomía de las restantes. Es, una
en Hegel, ese modelo sos:iene buena parte de los tra- vez más, la causalidad estructural. Las historias son
bajos actuales en historia ( LII,42). La historia de cada diferenciales porque cada una de las instancias es un
sociedad o país se recortaría como un capítulo o un
fenómeno sobre el fondo de ese tiempo de base o histo-
l sub-sistema específico en el seno de una misma unidad
compleja. Las diferencias son función de la causalidad
ria general. ejercida por dicha unidad sobre cada instancia.
Althusser propone el concepto de histoTia difemncial Cada historia diferencial es una posición estructural
1 :·:;
¡
i98 SAOL KARSZ f LECTURA DE ALTHUSSER 199 1::::
¡ 1;•

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~

l ~:
sobredeterminada. Por eso el M H es la teoría de las
}
~- :-
1II (historias diferenciales como efectos de una causali-
posiciones estructurales en tanto efectos de una estruc- dad estructural). Diremos que un modo de producción
1¡ .
tura-a-dominante a la que dichos efectos definen como es un objeto-conocido cuando se ha logrado producir '.
r.,·.

su articulación-jerarquizada (ver nota 6). Cada ins- '·


el conocimiento de la posición de sus diversos elemen- t·:·
tancia es una posición en un sistema; la posición que tos en tanto efectos diferenciados de ··ese modo de pro-
allí ocupa es un efecto del sistema, y al mismo tiempo .i
ducción. Y cuando, además, se conoce ese modo en
el sistema es la mticulación de las instancias según la tanto sistema de sus efectos estructurales.
·.·~
jerarquía que ya conocemos ( de:erminante, dominante, ¿Cómo definir entonces un "acontecimiento histórico'~?
· decisiva ) . · ... .. ... .......................... . Si sabemos que ·1o histórico como tal" es un sistema ·:··.
~ ::.
· El análisis del modo de producción capitalista con- ·Jr
de estructuras, no es posible adjudicar ese rol a cual- '•
¡
sistirá en mostrar de qué manera sus instancias econó- quier fenómeno empírico (mentalidad, batalla, golpe ,.

mica, política e ideológica definen una causalidad única ·¡\


-.
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~
de estado), sino precisamente al "que sea un contenido .·.
presente en todos sus elementos: sea .en las relaciones posible para dichas formas [infra y superestructura]".
.de producción, en la enseñanza de la filosofía o en ]a lt (PM,l26).
lucha de tendencias ideológicas. El concepto de modo t
( Mejor aún. Llamaremos acontecimiento histórico a
de producción como tal es la localizaci6n de esa única l toda "mutación, en las relaciones estructurales existen-
~;
cáusalidad y de sus articulaciones complejas en las tres 1
tes" ( LII,50), a toda modificación, permutación, conden-
ins ~ancias aludidas. l
', sación o fusión de las posiciones ocupada:S por el conte-
· . Por esto el MH no podría entenderse como la "expli- nido de las instancias y1o sus elementos .en el seno de la
cación económica'' de todo "fenómeno", sino como la unidad compleja;
localización del efecto pertinente de cada instancia y O sea que hay acontecimientos históricos en el único
de cada elemento de cada instancia según su posición
en el todo-éomplejo (o lo "histórico como tal"). l
·v.
1
dominio en el que hay historia a secas: en la sobrede-
terminación de la infra y de la superestructura, en ]a
Podemos entonces redondear nuestro esquema dicien- variación de toda posición estructural del sistema.
do que el MH es: teoría de las historias diferenciales
localizables en una coyuntura y teoría de las coyuntu-
1
ras. La causalidad estructural evita toda "dispersión": :o. .o ¡_·.::
esas historias ni· son infinitas, ni están cerradas sobre sí
mismas.
E. Balibar, más que Althusser, esboza algunos ele-
mentos para una teoría del pasaje o de las formas de
~ ~ transición de un modo de producción a otro ( Balibar,
LII,277-324). Esa teoría es doblemente importante. Res-
pecto del MH, para terminar de diseñarlo como la for-
Hay un discurso histórico-científico cuando su objeto- -~ ma de la cientificidad en historia. Pero, también, res-
de-conocimiento es una generalidad I (datos, informa- pecto de las diversas concepciones sobre la historia para
ciones, representaCiones ideológicas, categorías filosófi- las que las formas de transición constituyen hiatus más
cas, conceptos científicos) transformado en generalid::1d o menos accidentales en una continuidad regular. Lejos

: ~ ;1 r~:-.

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V
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200 SAOL KARSZ
::i LECTURA DE ALTHUSSER 201

de pretender siquiera esbozar esa teoría, quisiéramos -definido como organización jerarquizante entre sus ele-
t indicar muy esquemáticamente que, sin ella, ningún aná- mentos-, ni las fases de transición ni las revoluciones
lisis de un modo de producción puede ser completo. rompen ninguna línea pre-establecida. La necesidad de
A
:.¡ Para una ciencia de la historia, una teoría de las fases una estructura no es otra que la de su acción 12 , esto PS:
.: 1 de transición es tan necesaria como, para la física, que toda la realidad de un modo de producción consiste en
la ley de gravitación incluya todos los cuerpos situados la correspondencia entre sus instancias. Un modo de
en la órbita terrestre, aun aquellos que no cayeron. Lo producción es una unidad de términos contrarios (PM,
··eontrario·sería suponer que la ruptura con la moral bur- 217); unidad de múltiples determinaciones, cómo escribe
guesa -una de las condiciones del psicoanálisis cientí- Marx, constituido por la unificación de sus instancias
fico- sólo remite a la llamada «sociedad victoriana" y diferenciales y relativamente autónomas. El desfasaje
a las relaciones de producción alli existentes, ¡hoy día y la no-correspondencia entre instancias y en el interior
convertidas en pintorescos "objetos internos"! de las instancias es constitutivo de un modo de produc-
.: ·~
Esa teoría puede estar ausente de necho -como en ción (por ej. desfasaje entre las formas políticas y las
:;:: formas económicas; desfasaje entre las fuerzas de pro-
el MH- o de derecho, como en buena parte~de la refle-
ducción y las relaciones de producción). Localizamos
xión histórica actual, consagrada casi por entero al estu-
dio del "pasado". El modelo que rige esa ausencia de
un modo de producción en tanto hay una misma causa-
lidad estructural sobre sus instancias 13 • Luego, el aná-
derecho suele ser la hipótesis de un tiempo homogéneo
de base -tiempo lineal- sobre el que se desarrollaría lisis debe hacernos conocer tanto la unidad actual cuan-
una única historia substancial _.Ja !historia universal- di- to sus contradicciones internas, la correspondencia y la
:[j vidida en capítulos (teselavista, capitalista, socialista).
no-correspondencia del sistema. Y es aquí donde pue-
:-:. ~ den inscribirse las formas de transición y donde el con-
.. '
En tal caso, el objeto-conocimiento no es ·mi modo cepto de revolución es necesario para comprender un
de producción sino una entidad fundamentalmente esta- 1 sistema ...
ble y consolidada. Las fases de transición en general y En el MH, esta teoría debe ocupar una posición pri-
la revolución social en particular aparecen como fenó- vilegiada, tan necesaria como la de "modo de produc-
menos sobreagregados a esa esencia subyacente, o bien ción'', "sistema económico", "reproducción", etc. La
como manifestaciones suyas. El punto crucial de este ausencia de derecho de dicha teoría -la imposibilidad
modelo es su imposibilidad de pensar la revolución como de pensarla- indica la problemática ideológica y la
pieza necesaria de una teoría científica sobre la his~o­ sobredeterminación política precisa de una disciplina.
ria. Las revoluciones aparecen como rupturas destructo- Por el contrario, esa presencia en el MH no condena a
! ras. e innecesarias (opuestas a la "evolución natural" y éste a ninguna forma de profetismo: es un síntoma de
i -¿por qué no?- a la "vía pacífica hacia el socialismo"), su carácter a-ideológico.
i
i
o bien necesarias en tanto manifestaciones de un orden j "La transición no puede ser un momento, así sea bre-
secreto. Toda revolución es "buena'' siempre y cuando J ve, de de-estructuración [ destructuration]. Es un m ovi-
sea pasada 11 • miento sometido a una estructura que se debe descu-
Por el contrario, si sabemos que un modo de produc-
,j brir." ( Balibar, LII,277).
;,_1
ción (esclavista, capitalista, socialista), es una estructura
J o o
;·j
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.••.l:~l
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l.·
202 SAúL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 203
1
' Sin duda, este parágrafo peca de excesivo esquematis- - ~ '. i
l_,
éstaría inaugurando la forma de la cientificidad adec;ua-
ino. Por lo menos en parte, corresponde al estadio actual da al campo de lo que se denomina ciencias sociales.
del desarrollo del MH tal como Althusser lo concibe. ¡ Esto es, estaríamos en vísperas de poder definir el tra-
_ El Capital se presenta como el análisis de un modo de .j tamiento científico correspondiente a ese dominio difí-
producción (capitalismo) a la altura de su instancia de- -:l
cilmente acatable que va desde la economía a la psico-
terminante (economía capitalista). Dicho análisis pone 1 logía, desde la etnología a la sociología ...
l
en-. funcionamiento un nuevo método, aplicado a un Estudiaremos en el próximo parágrafo algunas carac-
objeto-de-conocimiento-inédito· y··que produce--un---efecto-- terísticas de la nueva problemática inaugurada en estado
de-conocimiento singular. De hecho, El Capital inau- práctico por el MH: analizaremos el MD, tal como se
gura una disciplina científica. Pero esta disciplina im- presenta hoy día según Althusser. El MD, o sea otro
plica precisamente una nueva manera de tratar sus obje- síntoma de esa problemática y al mismo tiempo su
tos, un nuevo espacio de conocimiento: ccen estado prác- teoría.
tico,, El Capital inaugura un continente del saber, el
continente-historia.
Si toda ciencia lo es de una ideología, la construcción
del MH equivale al conocimiento del mecanismo de ]as j
ideologías de la historia (empirismo, humanismo, histori-
cismo, etc.), a fin de producir el planteo y la solución
1
de los problemas efectivos de los que esa~ ideologías 1 '' ( ... ) a diferencia de una ciencia, una ideología es a la
son índices desplazados. Es una cefundación científica": vez teóricamente cerrada y políticamente dúctil y adaptable. Se
puesta ·en marcha de una ciencia y puesta en marcha pliega a las necesidades del momento, pero sin m'ovimiento mani-
fiesto, limitándose a reflefa1' --mediante insensibles modificaciones
de una problemática; análisis económico de un modo de de sus propias relaciones intein?-S- los cambios históricos que tie-
producción e indicaciones para el análisis de )as restan-
tes instancias. El MH es, en la historia diferencial de 1 ne por misión asimilar y dominar." ( LII,l05-106).

A,21.
2 Cf. Althusser, Sur le rapport de Marx a Hegel, inédito; y
lo teórico, un acontecimiento histórico. 3 Esta postulación plantea problemas insolubles por la sencilla
..
Como tal acontecimeinto, es el síntoma de una revo- razón de que sus términos,son falsos: no plantean un problema,
lución teórica, o sea de una modificación de las condi- sino que presentan una solución con signo de interrogación. Su
esquema consiste en enfr•entar un término empírico o multi-significa-
ciones estructurales de producción teórica. En este sen- tivo a un término conceptual y unívoco. La versión clásica de
tido, entre el MH y las diversas ideologías de la historia ¡ este problema es la del "rol del individuo en la historia" (LII, :.::
hay una ruptura ejemplar, cuyos efectos podemos des- l 61-63); una versión actualizada opone "conciencia vs. estructura",
y se da como tarea conciliadas_ o preferir una a la otra.
. cribir como ccinmediatós" y <<mediatos". Efectos inme- '
j
_.1
4 Esta discusión es uno de los puntos cruciales en el dominio
diatos: el MH es el síntoma de esa problemática inédi- de lo que se llama "ciencias sociales".
;..... :
;

ta; su constitución como ciencia permitiría conocer con 1 15 Recordemos rápidamente el esquema marxista empleado por ,

mayor rigor en qué consiste aquella problemática. Efec-


tos mediatos: si el MH inaugura una nueva problemá-
f Althusser para el análisis de las sociedades clasistas ( cf. Contr.
Crít. E c. Política):
:·' ...
tica ccen estado práctico", si él es efectivamente cela cien-
k

cia de las formaciones sociales" o ciencia de la historia,
~-.

!·::.

f;·:
.;: ...~~

!.····
204 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 205

"INFRAESTRUCTURA" ~-----'> "SUPERESTRUCTURA" -tendencia totalmente incapaz de pensar la historia de las cien-
cias-, he aquí algo extraño;" (Clase del 18/12/1967.)
Fuerzas y Relaciones de I nstitu.ciones Ideologías D En este sentido, el trabajo de E. Terray (nota 7) tiene el
medios de producción mérito de reflexionar, a partir del MH tal como Althusser lo en-
producción tiende, un vasto camp'o de investigaciones al que el marxismo ha
aportado pocas contribuciones.
naturaleza sistema de sistema guber- costumbres j 10 En su art. sobre "Mai étudiant", Althusser señala que los
desarrollo apropiación namental, jurí- moral (
l acontecimientos de mayo 1968 en Francia comenzaron por una
técnico clases dico, educa- religión revuelta estudiantil que se transformó en acontecimiento histórico
fuerza y divi- sociales ci'onal, etc. derecho gracias a la huelga generalizada. El movimient'o estudiantil fue
sión del ejército filosofía anterior, y sin embargo no desempeñó -objetivamente- el rol de-
trabajo policía etc. terminante en última instancia, rol que correspondió al movimiento
[ciencias] obrero. ( Cf. § Ranóere.)
11 Es así como funciona en el modelo hegeliano. (Por lo de-
más, la difer•encia entre "estructura" y "substancia" podría vincu-
ü Damos aquí por supuesto el esquema de la dialéctica mar-
lar•se a la oposición tradicional entre "dialéctica" y "metafísica"
xista desarrollado en § 3.1. [Engels], si bien esta última ~e presta a excesivas confusiones).
12 f.-A. Miller, "Action de la structure" ( Cahiers pour l'Ana-
7 Althusser, citado por E. Terray, Le marxisme devant les so-
ciétés "primitives" ( Paris, M aspero, 1969, p. 139). La cita pro- lyse, i968, nc.> 9, pp. 93-105).
13 El m'Odo de producción capitalista puede ser descripto por
bablemente corresponde a un artículo inédito de Althusser, Sur
Lévi-Strauss, nombrado por Terray, op. cit., p. 76. Sobre clases un?. contradicción principal (máximo desarrollo de la producción
sociales, d. N. Poulantzas, op. cit., pp. 57ss., 210ss. social/máximo desai'rollo de la apropiación privada) reproducida
a En el Cours ... , inédito, Althusser enunció: "Toda la cien·· en lo económico (-capital/trabajo), en lo político (lucha de cla-
cia moderna de vanguai'dia está actualmente dominada por esta ses ) , etcétera.
tendencia formalista [la ciencia entendida como una 'lengua bien
C'onsfruida' que recoge los resultados de la escritura algorítmica y
del cálculo]. La ideología estructuralista, que defino como ideo-
logía de la combinat01'ia formal entre elementos ind~criminados
• j
[éléments quelconques], repi'esenta el formalismo en las ciencia;;
•;,1
.' .1 humanas. La ideología del neo-positivismo lógico representa el
;:j
formalismo en cier•tas ciencias de la naturaleza y en matemática;
¡,j [ ... ] filosofía fabricada a propósito de los problemas y conceptos
de la lógica matemática. A partir de esta filosofía espontánea de
:'•":••:11 los especialistas en lógica matemática, actúa sobre ciertos sectores
:··1
· de la matemática, física, bio-química, lingüística, y comienza a
ocupar fuertes posiciones en las ciencias humanas." "Previsión: el
j formalismo neo-positivista tomará rápidamente la dirección de la
ideología ·estructuralista en ciencias humanas. [ ... ] La domina-
Ción de la ideología estructuralista sobre las ciencias humanas está
·¡ h'qy representada (diciembre de 1967) por el rol piloto de la lin-
güística moderna. [ ... ] La toma de poder del formalismo neo-
positivista sobre la ideología estructuralista se manifestará en los
?
¡

-.: -~
próximos años por la evicción de la lingüística de su rol de disci-
·:;·i'
plina piloto: será reemplazada por la lógica matemática." "Que 1
un filósofo pueda proponer una previsión tan precisa respecto de
J acontecimientos históricos concernientes a la tendencia formalista
.:1
·: 1
~ :

LECTURA DE ALTHUSSER _207

ficación y el conocimiento de la difer.encia específica del


§ 3.4. La revolución teórica: el materialismo -)~
.¡ objeto de El Capital -que implica por su parte el re-
dialéctico(MD) curso a la filosofía marxista y exige su desarrollo."
( LII,l2).
La existencia de esa filosofía deberá investigarse no
sólo en los textos estrictamente científicos, sino también
"En el corazón de la teoría marxista hay una políticos y en la práctica política del movimiento obre-
ciencia: una ciencia .a todas luces singular, pero
ciencia al fin. Lo que· el marxismo introduce de
.ro: .. en .. todos estos. casos,....eLMD. se halla en estado prác-
nuevo en la filosofía e:S una nueva práctica de la tico ( LI,36ss.).
¡:•
filosofía. El marxismo no es una (nueva) filosofía Así, el MD se presenta menos como una nueva res-
de la praxis, sino una (nueva) práctica de la filo- puesta a ciertas cuestiones filosóficas ya existentes 1 , ¡:.
sofía." ( L,57). l''
cuanto, en rigor, como un nuevo conjunto de cuestiones
a partir de una concepción inédita de la filosofía. Que
u
[·>
el MD construya la teoría de la revolución teórica pre- ~ :.
La obra de Althusser constituye un ejercicio de lec- ¡;:

' sente, en sus efectos, en la ideología revolucionaria 2 y


tura sintomal, un in1 ento por (re) comenzar el MD ( §
en el MH, no implica que se limite a enunciar algo ya
Badiou). PM, LI, LII, son análisis que intentan poner
existente. Por el contrario, es una p-ieza necesaria para
al descubie1to la revolución teórica implicada por el
conocer la novedad radical aportada por esos efectos, ~ ';
MH; los textos posteriores son otras tantas intervencio-
esto es, para poner al descubierto la nueva problemática ...
1.•
t'•

nes en aspectos precisos de esa revolución. ¡.


en su figura propia. - ·
\;>"

~'.


Hemos vis~o en qué consiste la carencia específica de J "Este simple <enunciado' teórico implica, en un único r·.<
Marx: el concepto de causalidad estructural, pi"esente movimiento, la producción de un conocimienlo y la crí- ''•;'
,·.

en su discurso como pieza necesaria pero no reflexio- tica de una ilusión." ( PM ,166). Lo que se produce es
nada en su diferencia pertinente ( LII, 75-76). . Esa ca- el concepto de la nueva problemática en curso y, a par-
rencia es doblemente sintomal. Respecto del MH, pri- tir de ella, se critican las representaciones que pesan
mero, porque este nuevo espacio teórico supone un edifi- sobre aquélla, inclusive las "explicaciones" suministra-
cio conceptual y metodológico inédito. Respecto del MD, das por Marx ("coquetería hegeliana'', "inversión de la
además, porque éste tie?e por tarea la elaboración de ) .
dialéctica"). Ese único movimiento permite, además, que
aquella problemática. El concepto de causalidad estruc- el MD sea una nueva práctica de la filosofía.
tural es el síntoma de una nueva problemática. Cuando (:::
el MD produce su concepto, está definiendo el espacio El MD no tiene entonces una posición de "fundamen- '.

de la problemática marxista. Al mismo tiempo, dicha


1 to" del MH ni, mucho menos, de la revolución teórica·
1

definición es condición necesaria para la lectura del MH implicada ·por el MH y1o la práctica política revolucio- 1 .·

¡. .
naria. En su estadio actual, según Althusser, se esboza
y su constitución en tanto ciencia. ¡¿ como una nueva manera de hacer filosofía. De hecho,
¡:
... :.
"Tal es el doble objeto de este estudio, que sólo es 1 la mayor parte de la tradición marxista reitera los temas
posible por una constatación y por un doble reenvío: la !:
tradicionales de la filosofía, a los que da una nueva ~·..
~- :·
identificación y el conocimiento del objeto de la filo- ''
respuesta o solución en el interior de una problemática

1
sofía marxista, en obra en El Capital, supone la identi- ~ :. :-

'
,'

!:::


208 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 209
·.·--:·

compartida. El MD ha adoptado casi siempre una for- if. sean paralelos ni que el MD funde el MH al estilo de
ma polémica, defensiva: se ha desarrollado como la in- la "filosofía-reina de las ciencias". El MH es la cons-
versión de las doctrinas filosóficas existentes. Véanse, i trucción de un objeto-de-conocimiento: las formaciones
como ejemplo, los manuales de filosofía publicados por !¡
sociales. Es la indicación de la cientificidad diferencial
la Academia de Ciencias de la URSS. !i que les corresponde, y el tratamiento efectivo de una
11
Quiere decir que la localización de esa problemáii- de sus instancias: lo económico. Es la teoría de los
1
inédita· es tanto una condición para que una nueva prác- 1
:~:::.... modos de producción.
;..-
. ····tica-de ·la ·filosofía sea· posible;· cuanto· que esta nueva El MD, por su parte, "es la Teoría de la práctica en
práctica es la teoría de esa problemática y por tanto general, elaborada a partir de la Teoría de las prácticas
una condición para su localización. teóricas existentes (las ciencias) que transforman en
Podemos diseñar a grandes rasgos en qué consiste esa ··conocimientos' (verdades científicas) el producto ideo-
nueva práctica de la filosofía si estudiamos tres aspec- lógico de las prácticas ·empíricas' existentes (actividad
tos precisos: la relación MD-MH, la relación filosofías concreta de los hombres)". ( PM,l69). Esta definición
existentes/MD, la relación MD-ideología revolucionaria. del MD como epistemología del MH define uno de sus
aspectos 3 •
# #
Una ciencia de las formaciones sociales permite co-
nocer la práctica teórica no ya como el "motor univer-
sal", "condición de posibilidad de todo existente empí-
El primer aspecto plantea en Althusser más de un 1'
rico" o "suelo fnndante de toda percepción", sino como
problema asaz oscuro ( § Badiou). '!'l·
l "el sistema históricamente constituido de un aparato
El MD es la epistemología del MH: localización de de· pensamiento 4, fundado y articulado en la realidad
la forma de la cientificidad puesta en obra por dicha- natural y social. [Esa práctica] está definida por el
ciencia. Es la producción de categorías qu~ intentan sistema de condiciones reales que hacen de ella [ ... ]
localizar la especificidad de esa disciplina y del conti- un modo de producción determinado de conocimientos.
nente que ella abre a nuestro conocimiento. El análisis Como tal, está constituida por una estructura que com-
de la "causalidad estructural" tiene por función refle- bina el tipo de objeto (materia prima) sobre el que
xionar su concepto práctico fundamental, así como las trabaja, los medios de producción teórica de que dispone
implicaciones científicas de la categoría de "proceso ' (su teoría, método, técnica experimental u otra) y las
sin sujeto". El análisis de la relación Marx/Hegel o relaciones históricas (a la vez teóricas, ideológicas y
-:
.· '
1~
Marx/F~uerbach es una intervención del MD a fin de
il sociales) de las que es resultado." ( LI,50-51) .
··.·:;
resguardar la diferencia de la dialéctica materialista ¡· En otros términos, el MH -teoría de las formaciones
·~ i
respecto de la idealista. Es una intervención que in- 1
sociales y por tanto de la posición ocupada por cada
J tenta pensar el más acá y el más allá de una ruptura práctica en la unidad compleja- permite una nueva
·'. :J"1 .~A
ejemplar. \'';>
práctica de la filosofía en la medida en que le ofrece el
:-. ~
Pero -si entre el MD y el MH hay una estrecha rela- conocimiento de su posición y funciones en la unidad
ción -la nueva práctica de la filosofía depende de la compleja. Si lo económico es determinante en última
constitución de esa ciencia-, esto no significa ni que instancia, si lo político es la instancia decisiva, las filo-
. 210 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 211

'
sof ms no pue d en ya preten d erse ccfund a d oras '> , ceesen-
J
í
mas teóricos. Por ej., el problema de la relación entre
'
1',',

i
ciales", «originales". Su posición en la unidad compleja teoría y práctica, o los efectos teóricos de la lucha de ~:
de la práctica social está definida por las tres instancias
1,

clases y de la división social del trabajo, etc. El MD es


que estudiamos en § 1.1. Luego, dicha posición no resul- aquella filosofía cuyo nacimiento es provocado por la
tará ya de la conciencia de sí o representación con la ciencia que permite conocer el sistema social en el que ¡:
que una filosofía se explica su lugar y su eficacia en la filosofía tiene lugar. Esta es una de las razones para
una coyuntura, sino del conocimiento de su posición _;--:.~e,.... " que sea una nueva práctica de la filosofía. ·
articulada. La definición de la práctica filosófica no
incumbe a esta práctica, sino a su teoría: teoría de la
filosofía que veremos en seguida. ., .,
Definido .como teoría del proceso de producción de
conocimientos, el MD es una epistemología. Este tér-
Llegamos así a la segunda relación diferencial: la que !·-:·
mino debe entenderse en un sentido peculiar. En pri-
se juega en~re el MD y las anteriores prácticas y formas
mer lugar, porque entre MH y MD hay relaciones disi-
métricas: aquél no manifiesta, en el ámbi' o restringido filosóficas.
de la historia 5 , principios esenciales y universales que El MD se presenta aquí como la crítica epistemoló-
éste fundaría en abstracto y de una vez para siempre. gica de esas filosofías; en especial, como la teoría del
mecanismo de la «denegación filosófica" ( cf. § 2.3.).
En segundo término, porque en la relación MD-MH, el
segundo detenta el rol determinante; una teoría de En este sentido,_ la construcción del MD puede consi-
la producción de conocimientos implica una teoría de la derarse como equivalente y/ o producto de la construc-
producción soc.ial y un conocimiento de la articulación ción de esa teoría de la filosofía imprescindible al cono-
cimiento de esta prác:ica y de sus discursos.
de una y otra.
Porque su propia existencia está posibilitada por la
En este sentido, el MD es una epistemología históri- fundación de la ciencia de la historia, puede elaborar
ca. Es la teoría de lós diversos modos de producción -con su ayuda- la teoría de la relación necesaria entre
de conocimientos (ideologías teóricas, filosofía, ciencias, la práctica filosófica y la práctica científica, por un lado,
etc.), según la historia diferencial de cada uno. En la y respecto de la práctica política, por el otro. Puede
elaboración de dicha teoría emplea, por ej., los concep- proceder a una lectura sintomal de los textos filosóficos,
tos de «problemática" y «ruptura". Epistemología del
MH, el MD es la teoría de las problemáticas teóricas; .-l mostrando cómo se sitúan en el interior de una deter-
minada problemática, cuáles son sus mecanismos de
éste es uno de sus objetos diferenciales. Y es, en parti- 1 reinscripción ideológica, cuál y cómo es la línea -de
cular, la teoría de una ruptura ejemplar. demarcación trazada y la denegación filosófica en obra 6 •
Toda ruptura es la sanción de un corte entre dos pro-
blemáticas. No obstante, entre las ideologías o filosofías
de la historia y el MH hay una ruptura ejemplar en
razón del dominio donde ésta se produce: la constit!-1-
l
1
En todo caso, lo que marca la especificidad diferen-
cial del MD respecto de toda otra filosofía es su doble
posibilidad de efectuar la crítica epistemológica de aque-
llas denegaciones y de Ia problemática que implican,
ción de una ciencia de las formaciones sociales obliga sin caer, a su vez, en la denegación. Esta doble diferen-
:¡'

a plantear de un modo totalmente nuevo ciertos proble- 1·


cia depende por entero de esa ciencia que está «en el \i::
~:

!
~{·
:.;
¡-. •
¡-:
f.:
212 SAOL KARS2 LECTURA DE. ALTHUSSER 213

corazón de la Teoría marxista" y de lo que ella permite: Dos tesis principales forman parte explícita del MD e
conocer los efectos de la lucha de clases a nivel de la integran esa nueva problemática teórica que el MH fun-
instancia teórica. da en estado práctico. Primera tesis: lo real existe inde-
Lo que tiene de radicalmente nuevo es que se trata pendieñtemente de su conocimiento. Segunda tesis: lo
de "una práctica que ha renunciado a la denegación y real sólo es cognoscible por una práctica teórico-cientí-
que, sabiendo lo que hace, actúa según lo que es". fica (PM,257).
··.
( L,56) 7 • . Comprenderemos mejor estas dos tesis si examinamos
Los problemas de esta nueva prác ·ica dé ..lá filüsoffa · ·· ·· ·Ia-IJairiada· "h~oría del conocimiento'', que ''constituye el
son entonces radicalmente distintos a los anteriores. En síntoma de la doble relación real y de la representación
su estadio actual, esos problemas consisten o resultan filosófica de la relación filosofía f ciencia" 9 •
de la lectura de discursos científicos, a los que se plan- Esa teoría considera que el objeto real es d.escompo-
tea la cues' ión de su relación con su objeto específico nible en dos sectores: una realidad esencial y una reali-
de conocimiento. Tal es lo que se hace en LI y LII. dad inesencial. El conocimiento consiste en extraer una
En L, comienza a aparecer la otra coordenada funda- esencia ya contenida en lo real, como su núcleo racional
mental del MD, su relación con la lucha de clases 8 • escondido pero existente. Es el idealismo empirista ( I.I,
En el seno de esa lucha, el MD es una toma de par- 42-49). El idealismo especulativo (Hegel), por el con-
tido. Comparte esta característica con toda otra forma trario, considera la diferencia en're lo real y el pensa-
de filosofía, pero, a diferencia de ellas, sabe que ésta miento como interior al pensamiento mismo ( LII,29).
es una de~erminación necesaria, un punto nodal insupe- Uno y otro ínodelo desembocan en la "teoría de la
rable. En otros términos, sabe que no se puede "elevar" verdad". La ciencia .repite la esencia escondida de las
por encima de esa relación ( cf. las nociones de "contem- cosas o bien las cosas repiten empíricamente su esencia
.; ~
plación" en Platón, Karnpsplatz en Kant, "saber especu- escondida en la ciencia (el "paradigma" platónico, por
lativo" en Hegel, como ejemplos de denegación de ese ej.). El conocimiento aparece como una emanación de
vínculo). Por ello, es el proceso de producci6n de cate- las cosas o viceversa, la verdad es la complicidad origi-
gorías filosóficas que muestran por dónde pasa y cómo nal entre ambos términos; todo el sistema científico es
pasa la actual línea de demarcación entre lo científico el despliegue parcializado de esa unidad primigenia.
y lo ideológico, según los efectos sobredeterminados La verdad está en las cosas (empirismo) o está en el
ejercidos por la lucha de clases. pensamiento (especulación); esté donde esté, se trata
Así, la crítica del humanismo socialista es una inter- de extraer el conocimiento. Una teoría de la verdad sos-
vención del MD: para analizar la problemátic3. de aqne- tiene la relación cogni'iva: la epistemología es una onto-
.. . .' l1a ideología teórica y .también para mostrar que -en logía regional. De aquí se deducirá que las ciencias se
... última instancia sirve para esconder o desconocer la
i
ocupan de tal o cual aspecto de la verdad, y la filosofía
1
lucha de clases (convertida entonces en un rescate del (reina de las ciencias, saber absoluto, discurso trascen-
•~ J

l
·::·, respeto y la dignidad humanos). dental) se ocupa de la verdad misma. Porque la filoso-
fía se ocupa de la totalidad, habla de los "fines últimos",
por ej., ya que ese acceso a la clave universal le permite
~ ~ afirmar qué se debe hacer y a dónde se debe ir. Se
·:.·.;
;:¡_,
214 SAOL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 215

adjudica un «rol jurídico" (LI,68-70) y panorámico: con- porque no es frontera de nada, porque no puede ser
suma la denegación. una frontera ya que no hay espacio homogéneo común
Sin embargo, ninguna teoría (ideológica) plantea una (espíritu o real) entre lo abstracto del concepto de una ~.'· :
· realidad en sí y por sí si al mismo tiempo no se propone cosa y lo concreto empírico de esa cosa que pudiera
como administradora fiel de lo escondido y lo profundo. autorizar el empleo del concepto de frontera." ( LJI,l73).
Ninguna doc!rina proclama que se debe «ir a lo concre- No hay frontera, pues, porque no hay distancia a fran-
to" si de alguna manera ella no ha partido ya, o incluso ~ •t < quear. Toda teoría explícita o implícita de la adecua-
si no se ha··-jnstalado~··· La· única posibilidad de que esta ción, correspondencia, reflejo o repetición entre lo teó-
declaración en favor de lo «concreto' y lo "reaf' sea otra rico y lo real remite a la misma complicidad originaria
cosa que una declaración, u otra cosa que una tesis me- que la incluida en la pareja cómplice alienación/ des-
tafísica, es elaborar los problemas indicados por los tér- alienación, humano/inhumano, fideísmo/ ateísmo. Para
'
minos-señales «concreto" cereal". que el acceso a la verdad sea posible, una verdad tiene 1(:'
. '
De lo contrario, lo real o la realidad aparece como que preexistir, de alguna manera, en su núcleo secreto 11 • :·:;
):
una esencia subyacente a sus fenómenos. Y cada vez ¿Por qué no hay frontera entre lo real y lo teórico?
que la práctica teórica es concebida como "abstracta" En primer término, porque en esta disyuntiva lo "real"
(desencarnada, fría, inhumana), lo real es concebido flinciona como una esencia: su relación con lo teórico
como exactamente lo contrai-io (concreto, encarnado, cáli- obedece a un viejo modelo metafísico, el de la adecua-
do, humano) : siempre, habrá un discurso trascendental ción entre la esencia y sus fenómenos. En segundo lugar,
(humani§ta, empirista, especulativo, etc.) que es «abs- porque el objéto real-empírico existe y funciona por
tracto" como una ciencia y "concreto" como la realidad- entero en lo real; el objeto-pensado u objeto-de-conoci-
esencial10. Sin duda, se puede afirmar que esa realidad miento, en la teoría. En ésta, las categorías ceno ocupan
no es inmóvil sino plástica, dinámica, procesual y dialéc- el mismo lugar que en el orden de la génesis histórico- ,;-:·.

tica (Sartre, etc.). Una esencia que se mue~e, así sea real, sino lugares por completo diferentes asignados por ;

"dialécticamente", sigue siendo una esencia. Que el Hom- su función en el proceso de producción de conocimien-
bre ocupe el lugar de Dios, implica desde luego una tos". ( LI,50).
variante de la ideología religiosa para la que Dios es «Porque la teoría de Marx era <verdadera', pudo ser
esa realidad esencial e invisible. Pero sabemos que e] -. aplicada con buen éxito; pero no es verdadera porque
problema no es cambiar los nombres man'eniendo los se la pudo aplicar con buen éxito." ( LI,l75). Sin duda,
roles, sino cambiar unos y otros: transformar la proble- esto no quita que haya algún tipo de relación entre uno
mática. y otro término, como se verá en seguida. En todo caso,
conviene saber que, antes de responder al problema de
# #
su relación, hay que interrogar el contenido de las pre-
-.\.·
't
guntas formuladas y desarrollar sus implicaciones.
Esa frontera infranqueable porque no separa nada,
Para el MD instruido por su ciencia, no hay frontera nos lleva entonces al llamado «problema de lo real". Los
comparativa y jurídica entre la práctica teórica y lo real- capítulos anteriores nos permiten sostener, según cree-
empírico: <<esta frontera es en derecho infranqueable, m~s, que ese problema es una «cue~tión filosófica",· un

"'"'
'1 '

j 216 SAOL KARSZ


LECTURA DE ALTHUSSER 217
--:-~
';::j unidad compleja. Lo "real", "subyacente a las ciencias
·.:'·1 tema para la "rumia filosófica" ( L,26). Podemos sos-
"<
····]
pechar que el ..problema de lo real'' es un problema y las ideologías", etc., quiere decir: problema de la
':j;¡ irresoluble por la sencilla razón de que no es un pro- articulación sistemática y jerárquica de las diversas prác-
ticas diferenciadas.
i blema sino una solución errónea a otros problemas que
·>
-:·-·
1

aquél señala. · Deducimos de allí los dos problemas restantes. El


·:-·
segundo problema sería el de la apropiación cognitiva
En el caso del MH, lo real es una guía, "seguimos la de. un objeto real-empírico por par~e de una ciencia:
::· guía y desembocamos en la sociedad, en las relaciones
¿mediante qué me~~P:i~_rp.q~ .. :ti:rlª·· ciencia tr:lJ:l.sfQr.m::tJªs·
sociales, y en sus condiciones de posibilidad real". ( PM, informaciones, representaciones, etc., en objeto-de-cono-
254). ¿La ..realidad" de la sociedad capitalista es la cimiento?· ¿Cómo mejorar nuestro conocimiento de la
armonía del capital y del trabajo? Para una ideología crítica. epistemológica, del efecto-cognitivo, del proceso
teórica de tipo liberal, así es. Si por el contrario se la de transformación de la generalidad I en generalidad
entiende como episodio de la lucha de clases, esa «rea- III?
lidad" es hi sociedad capitalista convertida en objeto-
:-·: El tercer problema, en fin, sería el de las intervencio-
de-conocimiento. Este concepto no ha sido extraído de
nes de una ciencia sobre el objeto real-empírico del que
una supuesta esencia del objeto real-empírico, sino pro-
nos da el conocimiento. El problema de las articula-
ducido de pies a cabeza. Es válido según los criterios
ciones remite a la relación necesaria, "de hecho'' diría-
pertinentes de la cientificidad, tanto como por aquello mos, entre lo teórico y el resto de las instancias. El
que permite conocer y ayudar a cambiar. Luego, dicho problema de las intervenciones es subsidiario del anterior:
conocimiento ha sido posible porque el término «reali- puesto que toda práctica teórica se halla articulada con
dad" ha cumplido su función indicadora: un conjunto todas las restantes, ¿cómo actúa, cómo interviene una
de apariencias, datos, informaciones, representaciones y ciencia sobre su objeto real-empírico?
vivencias ha sido convertido en materia prima· de un Esas intervenciones serían de . dos tipos. Por un lado,
trabajo científico 12 • intervenciones técnicas, a las que ya nos hemos referido
El problema ideológico de lo "real" puede dar lugar (manipuleo del objeto, destrucción, reemplazo, etc. ) . Por
a una respuesta idealista o a una respuesta materialista otro lado, intervenciones teórico-críticas, o sea, conoci-
vulgar 1.a, o bien puede disolverse para dar lugar a otros miento de las versiones ideológicas vigentes 14 •
problemas complejos, todavía mal esclarecidos. Ambas intervenciones no se sobreagregan como extra-
A grandes rasgos, podemos pensar que bajo un título ñas a la práctica teórica. Sus transformaciones técnicas
único se han confundido al menos tres problemas dis- sobre el objeto real-empírico y su crítica epistemológica
tintos. El "problema de lo real" sería así el índice des- caracterizan su autonomía relativa en el seno de la uni-
plazado de este otro problema efectivo: ¿de qué manera dad compleja.
se articulan las prácticas diferenciadas en una unidad
compleja? ¿Cómo se articula la práctica teórica en dicha Podemos ahora comprender la segunda tesis enuncia-
: unidad? ¿Cuál es, analíticamente concebida, la causali- da: lo real existe independientemente de nues~ro conoci-
'
dad estructural propia a esa unidad sobredeterminada? miento, pero sólo es cognoscible por él. En esta proble-
Formulamos así el primero de esos problemas: hay que mática, "real" puede entenderse como objeto real-empí-
·.,'
construir la teoría (analítica) de la práctica social como rico, realidad singular. La práctica teórica y sólo ella
·: ;1

.".¡
>!
218 SAúL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 219

nos da el conocimiento de los objetos real-empíricos, sin 2 Cf. en § Ranci€~re el mecanismo por el cual Althu.sser iden-
tifica "movimiento obrero", "lucha de clases I'evolucionaria" y
que por eso nos dé el conocimiento de la "realidad en "práctica política de los partidos comunistas".
general". Esta sólo es tema y problema para una pro- 3 Intr. a La Tev. teórica de 1Marx y Avertissement a LI (Petite
blemMica ideológica. Collection M aspero, pp. 5-6). Aclaramos en seguida el sentido de
En todo caso, de este esquemático desarrollo quizá "práctica en general".
4 [En el sentido de aparato estatal, aparato de Estado ( SK) .]
podamos deducir que, en el MD, lo real es una catego- 5 En I'igor, el término mismo de "historia" tal vez sea mera- .
. ría filosófica inestable por definición. Inestable, es decir mente indicativo. En todo caso, un meta-concepto o aun una
en situación de desfasa je continuo; Categoría filosófica ,<.-. categoría ( Balibar, LII,315). Se debería hablar· de "modos de
referencial, que se trata en cada: caso ·y cada vez de ·· · pl'Oducción", "formaciones sociales", etcétera.
6 Ejemplos: análisis de Marx, Hegel, Feuerbach (en Althus- ·.
transformar en problemas efectivos, sea como problemas
ser), de Feuei'bach (en Osier, op. cit.), la lectura de Morgari
científicos, sea como problemas políticos. por TerTay ( op. cit.). '. <
7 Esta denominación constituye la importación de un término
psicoanalítico y no debe entenderse como si el ser o el es de la
l(t< l(t< filosofía fuera una entidad secreta por fin salida a luz.
8 Cf. art. Ch. Glucksmann citado en Apéndice, y A. Badiou
(op. cit., p. 7).
9 Althusser, Cours .•.
En resumen: el MH es Ia forma de la cientificidad 10 Por lo general, estas concepciones no se refieren a la prác-
presente en el discurso de El Capital, en ciertos pasajes tica científica sino a la ciencia o aún a la Ciencia: denominación ·.

de los Cuadernos sobre la Dialéctica de Lenin, en De que pam Althusser marca una diferencia conceptual y no sólo
la contradicción de Mao, así como en la práctica política terminológica. ,.
11 Tal vez pueda- decirse que las ciencias no se ocupan de la ::;:.,
del movimiento obrero. Esa ciencia implica una ruptura verdad -clasificable entre los objetos ideológicos-, sino de la
['
!,··
:-
epistemológica con las ideologías de la historia. Pone producción de conocimientos. El criterio de "verdad" ya no sería
en obra, en estado práctico, una nueva problemática, el pertinente para dar cuenta del producto de esa práctica.
2
MD: teoría de esta revolución teórica y él mismo nueva 1 Véase esquema diseñado por N. Poulantzas siguiendo a
Althussei', op. cit., p. 15.
práctica filosófica en tanto conocimiento de sus funcio-
13 En el idealismo, se habla de lo real para reivindicar un
nes y efectos en la unidad compleja de la práctica social. espíritu o substancia subyacente a sus manifestaciones sensibles y
Hemos estudiado algunas características de ese espa- epifenoménicas. Lo real es una significaCión espiritual anterior
cio teórico, sea a la altura del MH o del MD. Podemos en dignidad a lo material (que se llamará "lo sensible", "lo em-
establecer algunas conclusiones en la discusión de un pírico"). En el materialismo vulgar o mecanicista, lo real es rei-
tema: el de la relación teoría/práctica. vindicado como una esencia material, encerrada en sí misma,
auto-subsistente, que las id~as se limitan a reflejar-reproducir.
Durante mucho tiempo, las diversas versiones del marxismo han
oscilado entre el materialismo mecanicista o, enfrente, el huma- ·
nismo.
14 Este segundo tipo de intervención explica, por ej., la ilu-
sión retrospectiva según la cual el conocimiento producido por
una ciencia constituiría la versión "abstracta" de una "significa-
1 Por ej. "ser" y "existir", el hombre hace la historia o la ción" interior al objeto real-empírico o a la conciencia de los
\ ~- ·:- .
historia hace al hombre, la substancia es material o espiritual, la sujetos. Las corrientes fenomenológicas suelen hacer un amplio 1:<'
uso de esta ilusión en futuro anterior.

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conciencia refleja la materia o viceversa, etcétera.

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§ 4. Sobre Teoría y Práctica

"No hay concepción científica de la prác-


tica sin una exacta distinción de las prácticas
diferenciadas y sin una nueva concepción de las
relaciones entre la teoría y la práctica." ( LI, 7 4).

En este último capítulo abordaremos lo que se ha


dado en llamar: "problema de la unión entre la teoría
y la práctica". Este tema nos servirá como conclusión
provisoria de nuestra lectura.
Desde luego, nuestro análisis no se pretende exhaus-
tivo. Nos daremos por satisfechos si el esquema que
presentamos reviste alguna utilidad teórica e ideológica,
o si promueve una discusión a su vez útil.
En efecto, el problema de la unión entre teoría y prác-
tica constituye en cierto modo el punto crucial donde se
juega toda postulación teórica, ideológica y política. Es
su lugar de encuentro decisivo; allí donde cabría pre·
guntar: " ¿para que.' ?", " ¿por que. ' ?". E stud.m-
' ?'~, " ¿como.
remos a· continuación dos planteos o maneras típicas de
enfrentar el problema. O mejor dicho, presentaremos un
primer esquema que constituye una respuesta al proble-
ma de la unión entre teoría y práctica, y presentaremos
otro esquema que no lo soluciona por la sencilla razón
de que ha desplazado el problema.
¿Cuál es, específica y claramente, el problema en
cuestión? ¿Qué elementos incluye y qué carac~erísticas
tienen dichos elementos? ¿Qué se implica al plantearlo
y al resolverlo? ¿Qué elementos se pueden extraer de
Althusser?

# #

r!.;

·:.:
;·¡:.
SAúL KARSZ LECTURA DE ALTHUSSER 223'
222 ¡'·'.

a la fría constancia de una ecuación. Las familias de <<-


l. Planteo moral
Se presenta en dos versiones, que admiten variantes palabras emparentadas a "matemática" suelen funcio-

1(.
y matices pero obedecen a un modelo único. Por un nar como adjetivos de la Teoría así concebida: "cálculo", ,-_:;

lado, una versión espontánea y dogmática que suele "calculadora", "número'', "axioma", "impersonal". Enfren- -:-::
;:::··,
adoptar esta formulación: "La teoría sólo tiene sentido te está la Práctica: reino de la improvisación pero tam-
e,

si se la aplica en la práctica; la práctica es la prueba bién de la verificación científica o teórica. La Teoría ¡··
r :·
de la verdad de la teoría; una y otra no deben separarse es la explicación y explicitación de la. Prác:ica. La Teo- (_::·_

porque se necesitan y se complementan". Por otro lado, c,./.u ría es la abstracción pura, la Práctica es el haceT empí- .
una versión elaborada como teoría, presente· en la mayor rico puro.- · Unir ·Teoría y Prácticir · es · pródud{ teorías
· parte· de la tradición marxista y no marxista (es común concretas y/ o práctica social: la primera ya no es el mero
'\ enunciado abstracto, la segunda no es la mera acción
·en el psicoanálisis, por ej.).
Aquella versión espontánea es transpuesta en la teoría ininteligible.
sin sufrir modificaciones fundamentales. Sus conclusio-
nes son idénticas: "La práctica social de la humanidad b) Garantía metafísica. Teoría y práctica se tienen ·
pone a pmeba, verifica o disconfirma los enunciados que unir porque están separadas y porque en su sepa-
teólicos; la teoría sólo tiene sentido si de algún modo ración cada una reclama precisamente la unión que le
ilumina y esclarece 1~ práctica'' ( cf. LI,7lss.). "Práctica falta. ¿Qué ténnino certificará que la unión se ha con-
. social" es aquí una noción multi-significativa; no es sinó- sumado? Aquél debe ser una garantía: una armonía
nimo de lo que llamamos unidad compleja de las prác- pre-existente y hoy provisoriamente quebrada \ una ar-
ticas diferenciadas. Es la práctica en general, enfren- monía a revelarsé mañana 2 • Habrá unión cuando el
tada a la teoría en general. De ninguna se hace un texto de la Teoría hable de lo real y cuando lo real se
análisis ni se suministran definiciones. ''Social" significa devele a sí mismo en la Teoría. Hay unión cuando la
que esa práctica en general se ha unido a esa teoría en Teoría es la Práctica en abstracto y la Práctica es la
general: una y otra cobran sentido al fundirse recípro- Teoría en concreto.
camente. Separadas de hecho, teoría y práctica deben ...
¡j'~
unirse. Esa unión exige una garantía, implica una prue- e) La praxis. Es el comportamiento que reúne uno y
ba y remite a una problemática precisa. otro término. Cuando hay praxis, el hacer práctico se ha
El modelo único que gobierna este primer tipo de vuelto transparente al conocer teórico y viceversa. A
planteo sería el de la unión especular entre teoría y diferencia de las conductas empíricas y de las abstrac-
·práctica. Analicemos rápidamente sus elementos: ciones teóricas, la praxis es un comportamiento que lle-
va la ciencia consigo y es la ciencia realizada en la expe-
a) Teoría vs. Práctica. Esta es la oposición manifiesta riencia. No es la conducta de cualquier sujeto -víctima
presente en el modelo, y que éste intenta conciliar. ¿Qué de la separación- sino de un Sujeto peculiar: aquél que
entiende por Teoría? Es un conjunto de operaciones cada uno lleva en sí o del cual participa potencialmente.
:::
mentales, neutras, desapasionadas, llevadas a· cabo en Marx joven lo llama "hombre social" (opuesto a "hom- ~~-·:
. un recinto particular -gabinete, laboratorio, etc.-, a fin bre alienado"), Luckacz lo llama "Proletariado"; Sartre, 1~
1._
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de enunciar leyes que reducen la riqueza de lo viviente "praxis"; en el cristianismo, es Cristo encarnado sob~·e
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El LECTURA DE ALTHUSSER 225
SAOL KARSZ !~.·~
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<.' 224
la Tierra. La praxis es el comportamiento especular, de ~· manera que comienza por poner en cuestión el status
de los términos del problema y el problema mismo.
traslucidez recíproca, entre la teoría ex-abs:racta y la
3 En efecto, sabemos que sólo se postula una Teoría y
práctica ex-empírica: la conducta de la transfiguración • una Práctica rigurosamente separadas a partir de su
unión moral y religiosamente concebida ( cf. "concepción
d) Exigencia moral. Teoría y Práctica se han alíe- r;:

1
~
igualitarista de la práctica", LI,7lss.). Por el contrario,
nado la una para la otra. Unirla·s·e.s re-unirlas: l.a. verdad el problema mismo puede ser otro si se comienza por
científica se hace verdad de la vida y la verdad de la , definir una práctica teórica, una práctica política, una
vida s~ ~P.lJil<;!~ª ¡::~~ptíficamente. La praxis es un coro- · práctica ideológica, etc. En vez de dos Entidades cuya
portamiento moral: la resti:udón' de' su 'idéntidad' primi- . fundición hay que realizar, habrá sistemas diferenciales
genia y futura. La re-unión hace que toda conducta dotados de sus respectivos efectos pertinentes. No hay
,· tenga su concepto y viceversa. Es el reino de la trans- Práctica sino prácticas diferenciadas y diferenciales ( LI,
. -·
pa"rencia, pero no en el más-allá sino acá-abajo, en la 73ss.). Se puede hablar de "unión'' -Althusser a veces
Tierra de los Hombres. lo hace-, pero si se insiste en mantener esa denomina-
ción es imprescindible aclararla.
e) Problemática moral-especulativa. Si analizamos es-
te primer planteo advertirnos que Teoría y Práctica se De hecho, se estaría pensando bajo una misma deno-
conciben corno dos entidades separadas a partir de su minación varios problemas distintos, como leímos en el
unión, entendida ésta como el aniquilamiento de la in- 1 parágrafo anterior. Habría al menos dos problemas yux-
soportable distancia. La unión es previa a la separación,''\ tapuestos: un problema científico estricto -teoría de las
ya que cada término aparece dotado de aquellas caracte- articulaciones entie prácticas diferenciadas- y un pro-
rísticas precisas que lo hacen carente del opuesto. La blema político estricto -intervención en dicha articula-
oposición entre Teoría y Prác'ica manifiesta su unicbd ción.
El planteo I confunde ambos problemas bajo un mo-
previa. delo simple: la separación moral concebida como la
Lo que se enuncia corno problema de la unión e-;tá
de antemano solucionado. La Teoría debe unirse a la escisión de una unidad pre-existente. Enunciemos ahora
Práctica, pero al mismo tiempo no puede dejar de ha- los elementos del planteo II.
cerlo (allí se juega su verdad y la verdad de la Prác-
tica). Unidas de derecho, moralmente, vocacionalrnente, a) Los problemas científicos. Se trata de construir la
re-unirlas de hecho es restituir y explicitar su unión teoría que permita pensar, no cómo y por qué la Teoría
implícita. El combate por la unión es el combate moral debe unirse con la Práctica, sino de qué manera se articu-
por la reconciliaQión de dos esencias andróginas. lan en la unidad compleja. No es un problema de ga-
rantía, sino uri problema de mecanismo. No se fija el
ideal de la Teoría, porque se sabe que sus protocolos
~ # de validez radican en eHa misma, es decir en la práctica
científica. La física interviene en la unidad compleja
mediante las llamadas aplicaciones técnicas. Si la cura
II. Planteo político es la práctica de la práctica teórica psicoanalítica, esa
Designamos así otra manera de concebir el problema,

;:~i
SAúL KARSZ ,.
226 1:
LECTURA DE ALTHUSSER 227 ',_
¡~-.
práctica no ..debe" unirse a esta teoría,: su carácter mis- . ·. t: 1-:

mo de práctica psicoanalítica la hace interior al sisteiPa. servar el contenido de esa articulación; más claro: es
· El ·problema no reside aquí. El problema es construir incidir en la coyuntura.
¡
el concepto de las articulaciones entre las diversas prác- "Unión de la teoría y de lá práctica" querría decir:
ticas y entre la práctica teórica y las restantes. intervención poWica -sobre el "momento actual" de una ¡··
Enumeremos entonces los dos problemas científicos en
causa:
formación social-, munida del conocimiento (científico)
respectivo. ~-:
1 :;

·a') en la medida en que toda ciencia es la teoría de su IV


· práctica y la práctica de su teoría, corresponde a una (¡, (¡,

epistemología investigar esa articulación determinada,


interna, que cada teoría particular mantiene con su
práctica. Es el problema de las epistemologías regio- Disponemos entonces de sendos esquemas. El plan-
nales. teo I obedece a una problemática de carácter moral y
a") en la medida en que la práctica teórica como tal por tanto no puede conocer: a) que la articulación entre
es un (sub) sistema diferencial de efectos pertinentes práctica teórica y práctica política no es problema de
articulado con otros sistemas, será tarea de una «ciencia deber-ser o de derecho, sino un problema de hecho, de
de las formaciones sociales" hacemos conocer dicha arti- relación ya existente; b) que el pasaje de la ideología
culación general. En otros términos, ¿cuál es la posición espontánea de protesta y rebeldía a la ideología revo-
definida que ocupa la práctica teórica en la unidad com- lucionaria implica el conocimiento de la formación social
que esa ideologíá quiere transformar. Luego, el planteo
pleja de las prácticas diferenciadas? Y aún, ¿cuál es y
I desconoce el problema político 6 : el conocimiento de
cómo funciona su articulación con tal o cual práctica, relaciones sociales de producción ya ha intervenido e in-
por ej. la política o la_ ideológica? 4 • ¿Cuáles son los terviene en la práctica política, ésla ya se articula sobre
efectos de dichas articulaciones? Ninguna de. estas dos las relaciones sociales al emplear ese conocimeinto.
teorías puede elaborarse sin un conocimiento del meca-
El planteo II, si parece abrirnos un campo nuevo, se
nismo propio a cada una de las prácticas diferenciadas.
halla apenas en sus rudimentos. De todos modos, entre
ambos planteas no hay una mera diferencia terminoló-
b) El problema político. El planteo I puede consi-
gica, sino efectivamente conceptual; sus consecuencias
derarse como el índice desplazado de una dificultad políticas son cualitativamente distintas.
efectiva. Esa "unión que debe darse'' se transformaría
en el siguiente problema: ¿qué relación existe entre los
trabajos de Althusser y_ la coyuntura política francesa?, (¡, (¡,

¿cómo se insertan en la coyuntura latinoamericana? En-


tendámonos: el problema polílico no reside en la "nece- ¡~.:.

saria unión de la Teoría y la Práctica" 5 • Consiste en El llamado problema de la unión teoría 1 práctica re-
intervenir eficazmente en la articulación existente entre mite a un problema político, que definimos como un
las prácticas diferenciadas. Consiste en modificar o con- problema de intervención eficaz, esto es, que dispone ¡¡::.
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del conocimiento de lo que intenta transformar o con- 1,::


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' ::,lj 228 SAúL KARSZ j LECTURA DE ALTHUSSER
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servar. La práctica teórica y las restantes prácticas siem- j
.·.l
un análisis de las sobredeterminaciones polLicas. En una
<::.~
:.; l pre están "unidas", es decir articuladas e intervinientes palabra, trazar líneas de demarcación entre la cientificidad
:;¡ las unas sobre las otras. El problema es cómo emplear 1 de las llamadas ciencias sociales y las diversas ideologbs
en nuestra práctica política el conocimiento de esta arti- teóricas de lo social, en pro de la constitución y desarrollo
culación-intervención y el conocimiento referido al obje:o del MH. Consigna general de estas intervenciones: "uni-
·::;. real-empírico a transformar o conservar. dad de acción con los científicos, por los elementos cientí-
Se comprende entonces la importancia de la formación fico-materialistas, con:ra los elementos ideológico-idea-
teórica. Esta es la única que puede suministrar el cono.-:. ______, listas _q~_ ~t,l___ prª<::tj<::c:L. Gi~ptífica" ( Althusser, C ours ... ) .
cimiento indispensable a una intervención política eficaz.
Pero se- advierte, también, el límite de la formación teó-
rica. Ella y sólo ella suministra el conocimiento, pero sólo Todo esto no significa en absoluto continÚar la línea
suministra el conocimiento. En el tema de la "unión teoría althusseriana (supuesto que exista como tal), ni aceptar
<·"el
1 práctica", el problema político desempeña el rol deter- sus análisis o sus concep:os. Todo Althusser debe ser
..
minante en última ins'_ancia. revisado. Pero sí significa tomar en cuenta los problemas
y aun las problemáticas que después de Althusser ya no
tiene sentido plantear: sea porque sus críticas son sufi-
Por eso, a guisa de conclusión provisoria, podemos es- cientes para descartarlos, sea porque sus propias insufi-
bozar el cuadro de las tareas a acometer. ¿Cómo seguir ciencias constituyen el síntoma de que tal vez no sean
explorando y qué implica explorar el campo abierto por la ésos los problemas fundamen· aJes. Si todo Althusser de-
línea althusseriana? be ser revisado, lo- importante es que esta revisión teórica
Si concebimos esas tareas como intervenciones en varios y política pueda aprender la lección, es decir, pueda
frentes, podemos enunciar las líneas generales correspon- definirse como "post-althusseriana". Y esto, no por jugar
dientes a uno de esos frentes: la práctica teórica. Distin- a la "superación dialéctica" sino para hacerse cargo de
guimos en es~e frente tareas determinantes y tareas subor- un reconocimiento, de una deuda capital contraída con
dinadas. Las primeras son de tipo científico: investigacio- los trabajos de Louis Althusser: la de habernos des-cu-
nes monográficas y delimitadas en el campo llamado cien- bierto por mención o por omisión dónde residen algu-
cias sociales, con el doble propósito de contribuir a su nos de los problemas decisivos de nuestro tiempo.
constmcción y de poner a prueba las hipótesis mayores
del MH. Si el objeto es la investigación empírica, el obje-
tivo es el desarrollo del MH concebido como la forma de Este capítulo y en general el conjunto de nuestra lec-
la racionalidad adecuada a ese campo. Contribuir a este tura es un esquema de estudio. Corresponde ahora dar-
desarrollo es la tarea prioritaria en el frente teórico. le contenidos. Si el frente teórico es importante, sabemos
Hay, además, tareas subordinadas: intervenciones filosó- que el frente político es decisivo. Es allí donde se levan-
ficas precisas, entendidas como ejercicios del MD. No se ta el frente principal: desde allí y desde el frente teórico,
trata de fundar una nueva doctrina filosófica, una nueva los trabajos de Althusser pueden ser continuados, esto es
explicación global y pseudo-sistemática del universo. Por criticados, corregidos, desarrollados.
el contrario, la tarea es aquí una crítica epistemológica y Si las páginas que se han leído tienen algún valor que

:: .~:·
·,···
:~

230 SAOL KARSZ ~.¡: :·,

i
disculpe sus oscuridades, errores y silencios, aquél con- ) Jean Pouillon
sistirá en que más de un lector intervenga efectivamente -~
en uno o en los dos frentes indicados y en que dicha in- '~

tervención opere con algunos de los elementos que procu- .;·


ramos presentar. J DEL LADO DE MARX
Tal sería el único mérito de esta lectura de Althusser. . t·'

1 Pm• ej., se puede presuponer una comunidad primitiva con-


cebida como Paraíso laico, en el que todas las relaciones eran
transparentes las unas a las otras y en la que no había separación
alguna. Más tarde, esa unión primigenia se rompió: comenzó así
la historia de la alienación.
2 La actual es una pseudo-historia o. pre-historia: la historia
propiamente dicha comenzará mañana, cuando todo se reconcilie en
-por ej.-, el Hombre T'Otal.
3 Cf. las descripciones del "hombre social" en Marx joven, el
"hombre genérico" -en Feuerbach, la "praxis" en Sartre ( Crit. R.
Dialectique, p. 207 por ej.).
4 De hecho, los capítulos anteriores han analizado algunos a~­
pectos de esas articulaciones.
5 Para que haya problema polítie'O los términos deben figurar
como posiciones de un campo, definidos en y por· esa posición.
Un problema mmoal, por el conh·ario, consiste en ilustrar -me-
diante su localización temporo-espacial- un combate definido antes ...
y fuera de esa localización ("antes" en el tiempo o en la signifi-
cación); es un combate entre esencias o principios, manifestado
por ejemplo en estas circunstancias particulares. El...combate pa- L·:.
lítico tiene lugar entre términos en litigio o alianza por efectos !"'>
de la posición ocupada en un sistema. Políticamente, las relacio-
nes son determinantes en sí mismas; moralmente, las relaciones
son expresiones o manifestaciones de una esencia previa.
·6 Si continuamos la nota anterior: un problema moral sería la
representación de un problema político mediante la reinscripción
del "ser" (relaciones sociales) en el "deber se:r" (esencias). !

·r Jean Pouillon, "Du coté de chez Marx" (Les Temps Modernes,


mai 1966, ni? 240, pp. 2003-2012). Trad. Juan J. Sánchez. Rev.
técnica Saúl Karsz.

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}1.
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,·:;' ·1

J El presente artículo de lean Pouillon cerraba una serie


.:¡ 1
de tres, publicados en la revista Les Temps Modernes,
.:-~:1
'.1
n9 240. Los dos anteriores eran: Nicos Poulantzas, ccVers
'•'1 une théorie marxiste'' y Robert París, «En der;a du mar~
- ~ l,
xisme".

'
N. Poulantias analiza ciertos temas-de PM: concepto--
\¡ de sobredeterminación, rol determinante y rol dominante,
status de la práctica· teórica, posición de Althusser res-
l. pecto de Sartre y Lévi-Strauss, por un lado, y de Della

.·.·

·::··
l t
Volpe, Coletti, Gramsci, por el otro. Señala algunas am-
bigüedades y oscuridades en Althusser. Concluye que sus
trabajo son piezas fundamentales para la constitución de
un discurso marxista riguroso: hacia una teoría marxista.

1 Robert Paris analiza la relación Hegel-Marx para mos~


¡ tm1· que la cerupturq" no es una operación epistemológica_
i
_, sino el enfrentamiento entre una ideología (hegeliana) y
una filosofía de la praxis (marxista) y de la acción revolu-
cionaria. Sostiene que praxis y alienación son elemPn!o.9
necesarios del discurso marxista~ imprescindibles para
pensar conceptos como "proletariado", "mercancía",
-::
"plusvalía". Su conclusión es que los trabajos de Althus-
ser están más acá del' marxismo. (S. K.)

1
¡
i.
1
j
. ·. J.
l
--'1

¡
-~. ·¡
-. ·f

¿Hacia una teoría marxista o más acá del marxismcP


·'""¡"·
' Ambos títulos parecen invertidos y su problema el mis-
~
j mo: Althusser está todavía o sólo puede estar -en todo
i ''·
caso, se e:-:;.cuentra lejos del término que se ha fijado. ¿Se
t
1
aproxima o por el contrario se distancia? Esta metáfora
no puede dar cuenta de la empresa en cuestión, cualqnie-
''"

'··

.l ra sea el juicio que sobre ella se formule. Para un mis-


.JP..OJ~n y JIP. único camino, ¿cuál es la acción efectiva?
Semejante interrogación cobraría sen~ido si los títulos
de los dos artículos precedentes fueran en efecto simé-
tricos en su oposición, si esa teoría marxista que Althus-
ser busca, según Poulantzas, fuera precisamente de lo
que se aparta según París: el marxismo. Pero la inten-
ción de Althusscr no es'riha en llegar a ser marxista sino
',:i en comprender aquello que, para un marxista, implica
·. ·r reconocerse como tal. Al proponerse elaborar una teoría
marxista, no pretende colocarse antes de Marx para re-
l tomarlo o repetirlo mejor, ni tampoco después de él,
l
·t Ji
'I
-1-·
. dándolo por superado. Althusser se instala en el interior
mismo del marxismo: leer El Capital.
"En el interior mismo del marxismo". Esta expresión
es equívoca. Por un lado, parece presentar al marxismo
como una doctrina cerrada, una totalidad delimitada.
Por el otro, indica una peculiar toma de posición, por Jo
menos por tres razones. La primera, muy genei·al, es ' ~-

que una doctrina no es percibida como tal más que desde


afuera, objeto clasificado de museo que se puede desde
luego apreciar histórica 6 estéticamente, pero de ningún
modo aceptar o rechazar 1• La segunda razón reside en
que Marx no es Hegel: no ha pretendido a porta: un.
sistema acabado y global, una interpretación nueva y -<

·definitiva de un mnndo en el fondo estático (sobre esta


cues'ión se volverá dentro de un instante). La tercera
razón extrae su conclusión de las dos negaciones ante·
riores: la importancia de Marx no consiste en una for-
mulación doctrinal, sino en ccque ha fundado una disci-
plina científica nueva", en que su obra representa "el
·-:: 236 ]EAN POUILLON 1 LECTURA DE ALTHUSSER 237

comienzo absoluto de la historia de una ciencia". En 1


~q y el de la economía política, donde en rigor casi no las
otras palabras, Marx ha abierto un nuevo campo de in- i hay; para poner fin al divorcio entre el marxismo y la
vestigaciones y ha fijado un nuevo método para explo-
tarlo, para "producir conocimientos". Consagrarse a esta
l investigación científica o, para decirlo como Sartre, para
que el marxismo se ponga otra vez en marcha. Parece
exploración que Marx sólo inició -y no podía ser de entonces legítimo todo intento encaminado a extraer de
otro modo- es estar en el interior del marxismo, aunque 1 los textos de Marx el método y los conceptos que, defini-
haya que decir lo que Marx no dijo. dos -por sí mismos, permi'irán producir conocimientos
. - se
- - -Si admite esto -todos los marxistas pueden estar de · nuevos en otros dominios. Pero, ¿dónde buscar esos con-
acuerdo, aunque se cuestionen mutuamente el derecho ceptos, este método? Porque Marx ha evolucionado, un
a afirmarse como tales-, ¿tiene séntido no ya prolon- ejercicio casi clásico consiste en oponer el joven Marx al
-: ~

gar, desarrollar o profundizar la teoría o la filosofía Marx de la madurez, o en interpretar el uno por el otro.
marxista, sino pretender constituir lo que Marx llama ¿Cuándo se volvió marxista el propio Marx? Que pueda
materialismo dialéctico, del que se puede pensar que ha plantearse esta pregunta -evidentemente referida a la
dicho lo esencial? relación entre Hegel y Marx-, constituye una de las jus-
tificaciones de Althusser.
La respuesta de Althusser es, a grandes rasgos, la si-
guiente: Marx ha fundado el materialismo histórico, es En esencia, la tesis de Althusser reside en una crítica
decir la teoría de la historia, o sea una ciencia particu- de la teoría de la "inversión": la dialéctica marxista no
lar. Al mismo tiempo, merced a esta "práctica teórica" es la dialéctica hegeliana puesta al derecho. La relación
se funda también la dialéctica materialista, pero sólo en Hegel-Marx es una relación negativa, un corte, o, como
el sentido de que esta dialéctica materialista está en dice Althusser, una "ruptura''. De allí la especificidad
.1
j
acto: no se encuentra más que en estado práctico. Marx
habló de escribir una Dialéctica, "pero no hi~o nada
l de la dialéctica marxista y el "comienzo absoluto" que
marca el marxismo. Sin embargo, ¿basta que haya rup-
[ ... ] ; la teoría de su propia práctica teórica no era en-
tonces esencial al desarrollo de su teoría, es decir, a ]a
fecundidad de su propia prác'ica''. "La ciencüi. puede l tura para que haya comienzo y, sobre todo, para que
éste sea absoluto?
No trato aquí de subestimar ese cambio, en efecto ra-
desarrollar su. trabajo [ ... ] durante mucho tiempo, sin
experimentar la necesidad de hacer la Teoría de lo que
hace, la teoría de su propia práctica, de su método." El
l dical, que Marx hace sufrir a la dialéctica. Pero, me pre-
gunto si para calificar un comienzo como absoluto no es
necesario tener en cuenta la diferencia de nivel implanta-
momento de esta "Teoría" -o, según el lenguaje habi- da por un verdadero comienzo, antes que sus diferencias
tual al que Althusser termina por volver: de esta filo-
sofía (no ideológica)- "viene siempre después, para ayu-
1 conceptuales. Por profunda que sea una ruptura entre
dos concepciones -incluso si se hace de la primera un
dar [ ... ] a resolver problemas insolubles por el juego error y de la segunda una verdad-, en rigor ella no des-
:-.!
:-·;:
de la práctica inmersa en sus obras, y que por lo tanto es 1 garra el tejido tradicional de la historia de las ideas. Se
trata entonces de un recomienzo más que de un verda-

l
,· teóricamente ciega." Ahora bien, hoy ya tstamos en ese
i
"después", y la necesidad de una teoría se hace sentir, dero comienzo; se abre un nuevo capítulo de un mismo
¡ aunque más no sea para poder formular perspectivas real- libro. Esta es, más de una vez, la impresión que se tiene
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;: . mente marxistas en dominios que no sean el de la historia al leer Pour Marx o Lire le Capital.
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238. lEAN POUILLON !¡ \ .·

LECTURA DE ALTHUSSER 239


Después de todo quizá se pueda considerar así al mar- J
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xismo: ¡tal vez las ideas siempre terminan por volver al


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contradicciones; no puede conciliadas ni superarlas, tam~
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redil, a la Universidad! Pero Marx no se veía así y sería poco las puede suprimir. A lo sumo, puede antiCipar ¡:--
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1,···

injusto atribuir a Althusser umi. interpretación de este -sin olvidar que anticipa- sobre el resultado de un ~

'' .
1'

tipo. No obstante, resulta difícil evitarla cuando el corte combate cuyo fin es la muerte del otro, no su recono- r <·
1•

no es más que una "ruptura epistemológica'', un cambio ..·1 cimiento idílico. El marxismo no resuelve las contradic~
·de "problemática". ciones ni piensa su síntesis: eso sería volver a la ideolo-
J . .· gía, ya que, índice de una sociedad dividida en clases,
Sin duda, la ruptura es también eso -y por esta razón
. la ideología justifica esa· división, aunque· también pue::.
la empresa de Althusser es de todas maneras necesaria-,
da ser el sueño de su ausencia. El maáismo dice·. qué
• pero lo es también porque primero es otra cosa. Marx son las contradicciones y cómo podrían desaparecer. En
no se limita a formular nuevos· conceptos; no es por ahí un:a palabra, a diferencia de la dialéctica hegeliana, la
que el marxismo comienza verdaderamente. Si la ruptu- dialéctica de Marx está en las contradicciones, no por
ra con Hegel y al mismo tiempo con la filosofía -porque .encima de ellas. N o digamos entonces que la segunda
para él son la misma cosa- puede ser decisiva, es por- .·J, Vuelve a poner a la primera sobre sus pies, sino que le
'\
gue su crítica no se sitúa en el mismo plano que la filo- hl proporciona piernas.
sofía criticada. An~e todo, porque su objetivo no es
reemplazar una teoría -incluso ideológica- por otra Si se vuelve ahora al proyecto de Althusser, se advier:..
....:cincluso científica-, sino reconectar el pensamiento con te en qué es justo y en qué es falso. El cambio de nivel
sus condiciones sociales de existencia y de ejercicio. El acarrea consecuencias en la concepción misma - "teóri-
pensamiento puede reflejar esas / sus condiciones -y ha- ca"- de la dialéctica: Althusser tiene razón cuando sub-
cerlo de modo efectivo-, pero no puede desvincularse o /· raya que la dialéctica marxista no es la dialéctica hege-
. negarlas. y es al transfigurarlas que se les somete, ya que liana, que ésta no es el núcleo -de algún modo mar-
·· · se transforma en ideología. Esa transfiguración es justa- xista- encerrado en una ideología de la que bast~ría ex;.. 1:
L,'

mente lo que Marx reprocha a Hegel: paralela a IR creen- traerlo. Advierte perfectamente que la contradicción en i·:
cia. en la eficacia del pensamiento, confunde la expresión Marx debe ser definida de otra manera que en Hegel, y
teórica de las contradicciones con su resolución real, y dedica varias tentativas -sobre todo en "Contradiction et
sirve entonces para mantenerlas en la realidad so pretexto surdétermination" [PM]- a su esclarecimiento. Pero se
de que están resueltas en la teoría. Por lo mismo, esta produce una extraña paradoja: a fuerza de querer "cortar"
resolución sólo puede ser pensada como una conciliación a M~rx de Hegel termina por definir a aquél -de una
-la famosa identidad de los contrarios-, ya que no puede manera asaz artificial- por la negación de éste. Podrfa
. ser efectuada como una supresión real. La filosofía pone creerse que el tema tan de~mnciado de la "inversión'' es
el movimiento en el pensamiento; tomándose por una ac- más sutil y tenaz de lo que se supone. Al criticar la uni-
ción, justifica la pasividad. Todo esto es bien conocirlo dad y la simplicidad de la contradicción hegeliana -en
y quiere deCir que la primera crítica de Marx no se diri- f la que, con razón, ve un indicio de ideología espiritua- ·;

ge a una falta interna, "teórica", de la dialéctica hege- lista-, Althusser afirma la complejidad de la contradic-
liana, sino que la coloca en su verdadero nivel, el de la ción real, pero en rigor lo único complejo son sus expli- i '.
''.
praxis y la lucha concreta. La filosofía debe concebir las caciones. La contradicción, dice, está "sobredetermina- i.,.·:
da"; este término vago -en ese con':ext~-, le permite
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· .. 240 lEAN POUILLON LECTURA DE ALTHUSSER 241

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jugar en todos los planos: el de la pluralidad, el de ]a .f.:·· entre las fuerzas de producción y las relaciones de pro-
:·;¡ ducción, encarnada esencialmente en la contradicción de
<¡. complejidad y también, pese a todo, en el de la unidad
' de la o de las (finalmente será como se quiera) contra- 1
dos clases anta gónkas [ ... ]" ( PM ,97,). Althusser con-
·,'
dicciones. "Para que esta contradicción [entre fuerzas funde aquí dos cosas cuya distinción es capital: por uria
y relaciones de producciÓn] llegue a ser 'activa en sen- 1¡ parte, la contradicción entre dos clases antagónicas -que

~-
tido fuerte, principio de ruptura, es necesaria una tal caracteriza la estructura de las relaciones de producción
acumulación de 'circunstancias' y 'corrientes' que, cua- :- ~-
(capitalista)-; por la otra, la contradicción entre esta
.
l esqmera .
sean su ongen·y··senti'd o [ -, , --se---'uswnan
..] f'' · estructura así caracterizada y la de las fuerzas produc-
en una unidad de ruptura." ( PM ,98). Contrariamente tivas. Dicho de otra manera, Althusser no sólo ve una
a lo que se podría creer, los términos no han sido sub- única contradicción "en general" allí donde hay dos, sino
rayados por mí sino por el autor. En sí, esta descripción que, reduciendo la ~egunda a la primera, toma la parte
es aceptable; pero no pasa de ser una descripción. Por por el todo. Sin embargo, la diferencia entre los dos tipos
lo demás, no queda muy en claro por qué un hegeliano de contradicción es doblemente importante. Maurice Go-
la rechazaría, aunque destaque la necesidad de llevar delier es·udia más en detalle este problema 2 •
más lejos el análisis a fin de localizar el principio de Explícitamente, la diferencia entre los dos tipos de
aquella fusión y de definir esa unidad de ruptura. 1
contradicción es indispensable para la comprensión del
i Es verdad que Althusser intenta hacerlo mediante la 1 capitalismo, de su evolución, de su crisis, y para la afir-
1
1
! noción de "todo-complejo-ya-dado", que "posee la uni- 1
mación de su fin. La contradicción entre la clase obrera
dad de una estructura articulada-a-dominap.te", posición '1' y la clase capitalista se definió desde el comienzo del
11.1
dominante que corresponde en última instancia a lo ·\ sistema capitalista y evoluciona con él. Lejos de constituir
1 económico. Pero basta leer el ar:ículo de Poulantzas pa- un problema o de anunciar su desaparición, aquélla es
ra ver que esta noción designa dificultades que no alcan- esencial a su funcionamiento. Por su parte, este sistema
za a superar. Por ejemplo, pese a su complejidad, ¿esa sólo peligra cuando aparece la otra contradicción, entre
unidad del todo se refiere a una sola estructura,' o reúne el desarrollo creciente de las fuerzas productivas y las
varias estructuras diferentes? Y en caso de reunirlas, relaciones de producción que implican la propiedad pri-
¿cómo lo hace? ¿Un conjunto de estructuras puede estar vada de esas fuerzas. Es por tanto inútil invocar la
:..
'(•j en sí mismo estructurado? Y si puede, ¿una estructura "sobredeterminación" de una contradicción, ya que se
:::·; de estructuras es del mismo tipo que una estructura trata simplemente del juego combinado de dos con-
.. :: 1',¡
J de elementos? tradicciones. Que esta combinación, de especie dife-
:;j Ahora bien -y hay aquí sin duda, una "ceguera" [bé- rente en cada crisis, se manifieste en una "fusión" . de
:,¡
::."!
vue], por hablar como él-, por aguda que sea su "lectu- "circunstancias" y de . "corrientes'', en una "acumula-
ra" de Marx, Althusser no advierte que los elementos ción" de "contradicciones'' (esta vez en su sentido gene-
:-j para una respuesta a la vez rigurosa y más simple se ral y banal) que pueden ser heterogéneas, es otra cues-
. ;: -~ tión: una cuestión de análisis del acontecimiento -por
encuentran en los tex~os mismos. Incurre en contrasen-
tido, porque de hecho no ve esos elementos, o más bien así decir-, pero que en todo caso no puede llevarse it
..:--.: es ese contrasentido el que ·se los oculta. Escribe, en cabo sin la comprensión de lo que precede.
' .. ¡

··.'i efecto, poco antes de pasaje ya citado: "la contradicción Además, esa combinación es implícitame!:lte importan-

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LECTURA DE ALTHUSSER 243
242 ]EAN POUILLON

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comparte dicho méri~o con Marx, pero sólo con él. Sin-
te porque permite aportar un comienzo de respuesta a previo aviso, se pasa entonces de una lectura de Marx a
la pregunta planteada más arriba a propósito de lo que un juicio sobre los contemporáneos de Althusser: la rup:- -
Althusser denomina (en- forma abreviada) "estructura-a tura operada por Marx respecto de Hegel se convierte en
-dominante". ¿En qué consiste, en efecto, esa diferencia?: prototipo y garantía de existencia de la ruptura que Al-
en que la contradicción entre clases es interior a ,una es- thusser efectuaría hoy respec~o de Sartre y de Lévi-Strauss
- tructura -la de las relaciones de producción_, y en que (quienes, en su oposición y complementaCión, serían su
- la otra contradicción juega entre dos estructuras -relacio- Hegel). Este pasaje se debe a una deformación y a un
-nes de producción y fuerzas productivas-, como exterior olvido: se deforma, o más bien se desplaza el pensamien-
a cada una e interior a su conjunto. Por lo demás, se debe to de los autores a los que se quiere rechazar, olvidando
señalar que la contradicción fundamental 3 (y no "ge- que en realidad ellos inspiran la lectura que se hace de
nerar') es la que no aparece al principio, puesto que el Marx. :>
desarrollo de las fuerzas productivas comienza por ser ¡;::
favorecido, y no impedido, por el funcionamiento de las
De hecho, Althusser casi no se refiere a Sartre, corno
no sea para reconocerle virtudes morales, su "generosi- r
relaciones de producción, es decir por la lucha de clases. '""..
'-~~ dad" por ejemplo. Es muy probable que no alcance con
La contradicción entre estructuras aparece a partir del simples ázones "teóricas'' para explicar ese silencio ape-
momento en que el desarrollo de una de ellas -fuerzas nas quebrado por algunas co1tesías. Althusser escribe:
productivas- la hace incompatible con la otra -relacio- "El concepto de totalidad es hoy un concepto de gran
nes de producción-, que no obstante fuera motor de consumo; se pasa ~asi sin visa de Hegel a Marx, de la
ese desarrollo. La contradicción interna, llevada a sus Gestalt a Sartre, invocando una misma palabra, la tota-
límites por el resultado exterior de su propia eficacia J j- lidad." ( P M ,208). Señalemos primero que cuando Sar-
inicial, manifiesta a su vez, de manera visible, la crisis tre usa el término totalidad, es precisamente para criticar
del sistema. La historia sigue siéndo, como dice Marx, _su uso -"La totalidad [ ... ] no puede existir más que
historia de la lucha de clases, pero las observaciones pre- en lo imaginario"- y para oponerle la noción de totali-
cedentes sugieren al menos que su análisis, sin- dejar de zación ( Crit. de la R. Dialectique, p. 208).
ser histórico, es también estructural. Entre estos dos La continuación del citado pasaje de Althusser tiende ¡•,'
'-
términos no hay esa antinomia que se les suele reprochar. a mostrar que la totalidad marxista es ese "todo-comple-
~-~
-jo-ya-dado" dotado de una "estruc':ura-a-dominante" en
el que las contradicciones se encuentran -en razón mis-
Esto nos lleva a otro aspecto de los trabajos de Althus- ma de esta estructura- "sobredeterminadas". Hay aquí
ser. Como se ha dicho más arriba, la noción de estruc- un esfuerzo por pensar, a partir de una mera descripción,
tura-a-dominante designa confusamente un problema de la in~eligibilidad de las relaciones entre estructuras di- '·
análisis estructural sin suministrar los medios para resol- ferentes -que componen un mismo sistema. ¿En qué se
verlo. Designa también la falsedad de esa pretendida opone esta búsqueda a la de Sartre cuando éste explica
antinomia, pero sin descubrir su fuente (exigencia meto- qué entiende por "unificación sintética" y por "media-
dológica que sólo es falsa cuando se la convierte en una ción"? Esto nunca se dice claramente. Es posible que
oposición substancial). Althusser se atribuye un poco rá- Althusser estime la totalización sartreana como una sín-
pidq el méri~-~ ~e ~u superación, ~elar~I]:dq muy bieD: que ~-·
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244 lEAN POUILLON
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LECTURA DE ALTHUSSER 245

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tesis cuya inteligibilidad reposa sobre la expresión reci- al conocimiento de la articulación compleja que hace del
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:·.'.. , proca de sus elementos, y que por tanto carece de "do- todo un todo." ( LII,57).
! minante". Pero, aparte de preguntarnos si ésfa es una Al leer este pasaje, es imposible no pensar que la
perspectiva ccrrecta sobre Sartre, su propia noción de ayuda -implícita- de Lévi-Strauss le permite una fácil
:'.J crítica de esa concepción simplis'a que le adjudica de
dominancia es demasiado indeterminada como para ex-
cluir el recurso a la noción de expresión. Si juzga que un modo explícito. Cuando en seguida reprocha al es-
nociones como ccexpresión" y "mediación" conducen fi- ! ... tructuralismo reducir la relación sincronía-diacronía a la
nalmente a una idea asaz indiferenciada de la unidad del
. ,, copresencm.
...... opos1cion . 1 cont'mm'd.a d. l'mea1, no ve que
todo, debiera recordar que él mismo habla de ccfusión", comb:.lte un molino de viento: esa reducción -que pudo
término que, es evidente, se presta a confusiones. Para ser formulada cuando las explicaciones historicistas pre-
dominaban en lingüís' ica- ha perimido hace ya mucho
describir las relaciones interestructurales, llega a emplear
tiempo.
el término reflexión; no cabe duda de que quiere indicar
En el pasaje que acabo de citar se encuentra también
algo diferente a la expresividad mutua, pero haría falta un tema mayor de Althusser, el de la distinción necesa-
1
mayor precisión y, sobre todo, no se ve en qué introduce ria entre el objeto real y el objeto de conocimiento. Vuel-
así una ccproblemática" radicalmente nueva. De igual Ve a él tan a menudo y de una manera tal, que se termina
>.! modo, su crítica del rol atribuido al agente, el lugar se- por olvidar que esta distinción es indispensable precisa-
cundario que da a la praxis, aluden sin duda a Sartre. merite por plantear (y no por eludir) el problema de la
Pero, tratándolo por preterición, se concede demasiad&s relación entre est_os dos objetos; y, como se sabe, plan-
facilidades: de hecho, no avanza en la comprensión de tear un problema-no es resolverlo. Al respecto, quizá no
un campo teórico no centrado sobre un sujeto. Sin em- hubiera sido inútil remitirse a la noción de estructura
bargo, es justamente aquí donde una discusión clara sería social, de la que Lévi-Strauss dice que ccen ningún caso"
de gran utilidad. podría "reducirse al conjunto de las relaciones sociales
:1 observables en una sociedad dada" ( Anthropologie struc-
Lo más extraño es que sobre estos puntos, en lugar de
sacar par:ido de los trabajos de Lévi-Strauss, lo critica de
turale, p. 306), puesto que remite a "modelos construi-
dos". Refiriéndose al mismo tiempo a los análisis real-
una manera incomprensible; por ejemplo, cuando descu-
mente prac· icados por los antropólogos -a quienes
bre en él "la concepción de un tiempo histórico continuo-
Althusser da consejos que ellos siguen sin haberlo escu-
homogéneo, contemporáneo-a-sí", supuesto fundamento
de la distinción entre sincronía y diacronía. Criticando chado-, se hubiera podido comprender mejor la relación
esta concepción, Althusser escribe: ceLo sincrónico no ~s positiva entre lo teórico y lo real.
·,
·,
más que la concepción de las relaciones específicas exis-
.. ,
·,.,,
tentes entre los diferentes elementos y las diferentes Todas estas observaciones modifican el alcance que
estructuras de la estructura del todo, es [ ... ] el conoci- Althusser parece atribuir a sus investigaciones, pero no

··':
mien· o adecuado de un objeto complejo por el conoci-
miento adecuado de su complejidad [ ... ] . Si la sincro-
nía es efectivamente eso, no tiene nada que ver con la
l disminuyen su interés. Lo que demuestra Althusser es
la actualidad del marxismo y su convergencia, su con-
gruencia con los traba jos tnás recien ·es en el dominio de
simple presencia temporal concreta sino que concierne las ciencias humanas. Se equivoca si imagina entre el
246 lEAN POUILLON 1

marxismo y las ciencias humanas una ruptura, un cam- .1


. bio radical de perspectivas, o si piensa que está cons- Alain Badiou
truyendo un dominio propio. Por el contrario, porque :.;.
l~ :.
ha reflexionado sobre Sartre, sobre Lévi-Strauss y sobre
otros, puede leer Marx como lo hace. Esto no significa i;'.:

que nos proponga un marxismo puesto más o menos ar- EL (RE)COMIENZO


. tificialmen~e al gusto del día. Si, en efecto, esa con- -.2~--- DEL MATERIALISMO
.· gruen<;i::l: .. ~:l{~~t~,.~ .Porque uº'º~ _y _gt.r<:>~, (;?:9?: :tJJ10 a su
manera y según sus objetivos, trabajan en el mismo cam- DIALÉCTICO
po abierto por Marx; están, en suma, del mismo lado de
la "ruptura".
Esta conclusión remite a otra que toma en cuenta el
contexto político en el que Althusser hoy se encuentra.
Su intento por dar vigor y coherencia al marxismo (no.
a Marx, sino a todo lo que se proclama como tal), le vale 1

a veces ser acusado de dogmatismo por quienes hacen


una mescolanza ideológica para probar su liberalismo,
· reverso no menos detestable del sectarismo si se lo redu-
ce al abandono de la discusión seria. El liberalismo es
la .liber~ad de reflexión. Las críticas que acabnmos de
·leer reconocen esa libertad en Althusser.

1 También se puede repetir, y la repetición, anacronism'o deli-


berado, tiene sus ati'activos; hasta puede ser instructivo, como lo
muestra Borges ( "Pierre Menard, autor del Quijote'', Ficciones).
Pero no creo que esta justificación de ciertas r'epeticiones de Lire
le Capital pueda agradar a sus autores.
. .:: M. Godelier, "Systeme, structure et contradictions dan Le
Capital de Marx" (Les Temps Modernes, 1966, n 9 246, pp. 828-
864). [Hay trad. esp.] ··::

l
3 Fundamental, en el sentido de que provoca la crisis.

A. Badiou, "Le (re) cornmencement du matérialisme dialecti-


que" -sobre PM, LI, LII y MM-, (Critique, 1967, n9 240,
pp. 438-467). Trad. Juan J. Sánchez. Rev. técnica Saúl Karsz.
1

-_:j
'.Y.
:>~ Este artículo de A. Badiou fue publicado en 1967. Su
'~. --~.1
inserción en el presente volumen tiene un significado
··:¡' preciso: mostrar un episodio teórico e ideológico produ-
:i¡ cido en una coyuntura específica.
::! En el artículo, las tesis althusserianas son aceptadas
·..'1 en su totalidad. Dicha aceptación, sin embargo, ya no
-....1 .. co1'1'esponde en nada a la actual posición de Alain Ba-
diou .. (Cf. de este autor, Le concept de modele •. pp. _7-8)
(S. K.) .

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1.·:·
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La obra de Althusser concuerda con nuestra coyuntura ·


política y, mediante la indicación que en ella hace de su
propia urgencia teórica, asegura la inteligibilidad de la
misma. Lo que hay de inquietante, de fundamentalmente
desviacionista en las declaraciones de los partidos comu-
nistas "occidentales" -y en primer lugar, del P. C. sovié- ,,.

tico- se deja definir por la eficacia permanente de un


· silencio teórico. Su decir está integralmente estructurado
pot''ló ..i:flie 's'óló sé menciona en el charlatanismo de ]as
condenaciones (esquemáticamente: el stalinismo y la Chi-
na): hay que disimular las lagunas y deformar la cadena
entera para que puedan instalarse los significantes· del
encubrimiento.
El rigor del discurso marxista sufre entonces más de
'1::
un estrago: entre las ruinas, bajo los alardes nominales de
la revisión, lleva adelante su propia vida clandestina. Pa-
ra seguir callando, las. oficinas ideológicas institucionales
se han visto obligadas a abandonar la teoría para recoger
un marxi5mo de g.parato en la jactancia fácil del momento
o en los arroyos turbios del ecumenismo post-conciliar.·.
Estas mercaderías falseadas son el producto de un efec-
to general analizado por Marx a propósito del pasaje de
la Economía clásica ( Smith, Ricardo) a la economía vul~
gar (Bastiat, Say, etc.). Es el efecto de reinscripción tle
los conceptos científicos en el espacio ideológico, después
de su transformación en nociones homónimas. ·
Amparada en la tradición filosófica, esta operación
procede a la deformación de la ciencia de tres maneras
diferentes, según la posición que ocupe respecto a ella.
a) Más allá de la ciencia, pretende fundamentar sus
conceptos mediante un gesto inaugural, disolviendo la
complejidad articulada del discurso teórico en una trans-
parencia instauradora.
b) Más acá de la ciencia, utiliza el pseudo-concepto
de resultado 1 a fin de reabsorber los conceptos me-
diante la extrapo!ación sistemática de un Todo en el_

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·,1
ALAIN BADIOU
LECTURA DE ALTHUSSER 253
252

que figuran como títeres del viejo teatro de sombras, como obra esencial y a las categorías económicas como
títeres cuyos hilos maneja un dios, reconocido-descono- paradigmas fundadores. Sin embargo, es fácil advertir
cido bajo los oropeles del filosofema humanista o natu- que utiliza los conceptos marxis·as pero suprime su or-
ganización. En efecto, el marxismo analógico no con-
ralista. cibe la relación entre estructuras de base y "superestruc-
e) Al lado o encima de la ciencia, inven~a el código
turas" sobre el modelo de la causalidad lineal (marxismo
que le permite traducir, exportar y désdoblar la cohe-
totalitario) ni sobre el de la mediación expresiva (mar-
rencia científica en una región empírica apenas enun- --:o:-.
xismo fundamental) 5 , sino como puro isomorfismo. Así,
ciada pero .. arbitrariamente declarada como conocida.
el conocimiento es definido por el sistema de funciones
que permi~e reconocer la misma organización formal en
diferentes niveles: de este modo verifica la invarianda
De allí derivan tres especies de "marxismo": el funda-
de ciertas figuras que no son estructuras propiamente
mental, el totalitario y el analógico. . dichas sino combinaciones "planas" entre elementos di-
El marxismo fundamental se consagra de manera cási ex- símiles. El marxismo analógico es un marxismo de b
clusiva a la interminable exégesis de los Manuscritos de identidad.
1844 '2 • Indiferente a la construcción científica de Marx, En su forma más burda, este marxismo se confunde
a la singular determinación de. sus objetos-de-conoci- con el totalitario -cuya rigidez mecanicista comparte- y
miento, propone una antropología general basada sobre con el marxismo fundamenr.al, del que restaura la transpa-
la noción multívoca de trabajo. En ella, la Historia rencia espiritual recurriendo a una supuesta unidad ori-
.j
-lugar del exilio y de la escisión- es la Parousía diferi- ginal de las figuras 6 •
.da de -la transparencia, el retardo esencial en el que se En su forma más refinada, sustituye la difícil cons-
::'\ crea el Hombre total. Se declara posible una lectura trucción de un objeto-de-conocimiento por la transfe-
exhaustiva de la experiencia a partir de las nociones co- · rencia indefinida de preguntas predeterminadas, some-
varian~es de praxis y alienación 3 • Su combinación "dia- tidas a la recurrencia de niveles, en mayor o menor grado
léctica" reitera la vieja cantilena del bien y del ·mal. isomorfos, de la totalidad social 7 • En el orden mismo del
El marxismo totalitario exalta la cientificidad. Pero su discurso, allí donde debiera presentarse la cuestión-cla-
concepto de ciencia es la aplicación esquemática de pre- ve de la causalidad estructural -es decir, de la eficacia
tendidas "leyes dialécticas" a una totalidad his:órico- específica de una estructura sobre sus elementos-, hay
·natural no definida en su concepto. Entre esas leyes, fi- que conformarse con un sistema jerárquico de semejan-
gura la muy famosa y embarazosa transformación de la zas y diferencias.
cantidad en calidad. Para el marxismo totalitario, Marx Se produce así una adulteración retro-activa de los
·entra por entero en el frágil sistema de las extrapolacio- elementos teóricos reales incorporados a la construcción:
nes de Engels. Al Marx de la juventud, propio del mar- al ocupar la posición asignada por la descripción de las
xismo fundamental, opone el Marx póstumo y vicariante correspondencias entre niveles, dichos elementos se trans-
:.-! de las "dialécticas naturales" 4 • forman en resultados desvinculados y pasan a funcionar
:·:·:
El marxismo analógico parece centrar mejor su lectura como simples índices descriptivos.
y preocuparse por las configuraciones y los niveles de
·la práctica social. De buen grado adhiere a El Capital o o

',

:::·
LECTURA DE) ALTHUSSER 255·.
. 254 ALAIN BADIOU
casi-objetos de la filosofía hegeliana y su forma de re-
La obra de Althusser es sobre todo importante porque lación -la "diálectica"- ya no pueden rti invertirse ni
reconstruye ante nuestros ojos el lugar común de lo que criticarse, por la sencilla razón de que ya no figuran:
en adelante y para seguir el ejemplo de Marx denomi- han desaparecido. A tal extremo, que tampoco es po-
naremos: las variantes del marxismo vulg'lr. La unidad sible ·expulsarlos, puesto que el espacio de la ciencia se
secreta de estas últimas reside, más allá de sus aparen- constituye a partir de su ausencia radical 9 •
tes .antagonismos, en la concordancia de lo que callan, Sin duda, la. ruptura produce de manera retrospectiva
en la sistemática de sus silencios. lo otro específico de la ciencia, otro del que la epistemo-
El efecto característico del marxismo vulgar es la diso- logía nos enseña cómo ella se separa; En lo visible ·[d-é:.;····
lución de una dife1'encia, disolución operada en cada couvert] de la ciencia, se puede ubicar el "borde" de la
una de sus instancias. Una vez suprimida la forma ma- ruptura 10 , el lugar ideológico en el que se indica, como
nifiesta de esta diferencia, su forma de presentación es respuesta sin pregunta, el necesario cambio de terreno.
·la vieja cuestión de las "relaciones" entre Marx y He~el. En páginas notables ( LI,l7-31), Althusser ha determi-
Las variantes del marxismo vulgar producen la pre- nado sin equívocos posibles lo otro ideológico de Marx;
gunta por esta relación a partir de las variantes de una que no es la especulación hegeliana sino la economía
respuesta única, en la que se reafinna la importancja clasica de Smith y de Ricardo.
esencial de la pregunta. Uno a uno, los conceptos de Esto no es azaroso: una obra de juventud sin ces::tr
"inversión", oposición, realización, etc., ocupan los lu- mencionada por el marxismo fundamental es la Crítica
gares posibles designados previamente por la esenciali- de la filosofía del Estado de Hegel. La obra científica
dad de la relación. Y, como lo quiere la siempre dispo- -El Capital- lleva- como subtítulo Crítica de la Econo-
nible dialéctica de los marxismos vulgares, toda negación mía Política. Cuando Marx produce. los conceptos de
manifiesta de la continuidad Hegel-Marx se refleja como una disciplina inédita (la ciencia de la historia), no sólo
su afirmación. · abandona el espacio ideológico hegeliano sino que taro-
Los primeros textos de Althusser están consagrados a bien cambia de _otro: el más allá en el que se instala no
la exhumación de la diferencia negada. Ahora bien, res- es el más allá de una tierra hegeliana. Respecto a las ~-; .. :
taurar la diferencia es mostrar que el problema de las ideologías post-hegelianas aparece entonces en el hecho :,·:::
"relaciones'' entre la empresa teórica de Marx y la ideo- radical de su ser-otro. '
logía hegeliana o post-hegeliana es por definición insolu- La mera consideración teórica de este hecho -Marx ,·

ble o, lo que es igual, informulable 8 • ¡


funda una nueva ciencia- nos indica la diferencia con-, '
.-.
Informulable porque su formulación es el gesto que ceptual suprimida por la d~simulación de la ruptura his- ·
oculta la diferencia: ésta no es ni una inversión ni nn tórica. Esta diferencia esencial -interior en esta oportu-
conflicto ni un préstamo de método, etc., sino una rup- nidad al proyecto teórico marxista y cúya evidencia his.:.
tura epistemológica, es decir la construcción regulada tórico-empírica reside en la diferencia Hegel-Marx- es
de un nuevo objeto científico cuyas connotaciones proble- la diferencia de la ciencia marxista ( MH) y de la disci-
plina en cuyo interior y con todo derecho es posible :.:
máticas son completamente extranjeras a la ideología
hegeliana. 1 enunciat la cientificidad de esa ciencia. Althusser de-
Podemos afirmar, de manera literal, que a partir de
los años 1850 Marx se ubica en otro espacio, donde lQS
nomina materialismo dialéctico a esta disciplina, con-
!: ~);'

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¡~:¡
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256 ALAJN BADIOU ,'-
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1

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LECTURA DE¡ ALTHUSSER
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', J
257
formándose así a una tradición tal vez discutible. La ' i
"segunda generación" de sus textos está centrada alre- A Como se advierte, los tres procedimien~os generales de
dedor de la distinción MH-MD: distinción éapital aunque la purificación de la diferencia consisten en la determi-
más no sea en la estrategia teórica, que Althusser jamás nación de un término por el otro, o en la mera redundan-
pierde de vista. cia. Pero como lo destaca J. Derrida, una diferencia pu-
rificada no es más que la derrota de una identidad. To-
·,·
.•,

En efecto, las variantes del marxismo vulgar se espe- ,,


.j da diferencia auténtica es impura 1'2 • La preservación de
los conceptos del MH y del MD, la teoría de la impure-
cifican según los ·diversos · ptocedímientos de disolución .... ~ .. za primi~iva de sus diferencias, de su complejidad, de la
distorsión que envuelve la distancia de los términos: todo
de esta diferencia:
- El marxismo fundamental diluye el MD en el MH.
1 esto permite al mismo tiempo la clasificación sistemática
La obra de Marx es considerada como una antropología de las variantes del marxismo vulgar.
dialéctica eri la que la historicidad desempeña el rol de
categoría fundadora y no de concepto construido. El
concepto de historia es deshecho y convertido en un me-
dio totalizante en el que la reflexión o "interiorización"
l Más aún, la diferencia entre el MD y el MH señala la
extensión de la revolución teórica marxista. Hecho úni-
co en el devenir del saber, esta revolución agrega, a la
fundación de la ciencia de la historia, la fundación de
de las estructuras constituye una función mediatriz de una filosofía absolutamente nueva, "que ha hecho pasar
las mismas 11 • ·la filosofía del estado de ideología al de disciplina cien-
-.El marxismo totalitario diluye el MH en el MD. tífica." (MM,ll3). De tal suerte, la obra de Marx se
Considera la contradicción como ley abstracta válida p~­ presenta como una doble fundación en una sola ruptura
ra todo objeto y las contradicciones estructurales de un o, en rigor, comq una doble ruptura en una sola funda-
modo de producción determinado como casos particula- ción.
res subsumidos en la universalidad de dicha ley. En
Distinguir claramente el MH y el MD -la ciencia (de
estas condiciones, se suprimen los procesos de constitu-
la historia) y la ciencia de la ciimtificidad de las cien-
Ción del objeto específico del MH y "se incorporan los J .,
cias- es tener la exacta dimensión de Marx. Es, en con-
resultados de Marx a una síntesis global incapaz de i secuencia, asignarle su justo lugar, su doble función
transgredir la regla que cede a lo imaginario toda asun-
-científica y científico-filosófica....:... en la coyuntura inte-
ción de la Totalidad". Extraña metempsicosis, de la que
lectual compleja en la que desaparece a ojos vistas ]a
Marx sale embozado en la sotana "cósmica" del padre
::) ideología dominante de posguerra: el idealismo fenome-
Teilhard ... nológico.
.;
-El marxismo analógico, por último, establece entre
MH y MD un vínculo de correspoñdencia que yuxta-
pone ambos términos. En este vínculo, la filosofía mar-
Restituida a su contexto ideológico, la obra de Althus-
xista es a cada instante el doble estructural de un estado
ser puede ser recorrida en el orden de sus razones. N o
dado de la formación social, y en especial de la forma se trata aquí de hacer su relato ni de confrontarla sea a
objetiva de la relación de clases. las teorías existentes, sea a un concepto indiferenciado
!:E '1:.
de lo real, sino de replegarla sobre sí misma, de hacerla
jugar en tanto teoría según los conceptos meta-teóricos

.J.__
k:
r~ ::
LECTURA DFJ, ALTHUSSER 259 ·.
258 ALAIN BADIOU

que ella misma produce, de examinar si obedece a las de las pruebas en aras de ilusorios resultados. Los objetos
reglas que se desprenden de su operación como ley de de .una ciencia forman un cuerpo único con la estructura
construcción de sus objetos. Más aún, si aparecieran la- de apodicticidad en la que aparecen.
guna o desviaciones [ écarts] entre lo que el texto pro- O bien tratamos de recortar la forma específica de la
duce como norma de sí mismo y la producción textual a racionalidad del MH; operamos así esa "·reasunción' de
partir de esas normas, no trataremos de cuestionar el pro- un descubrimiento cienHfico fundamental mediante Ja
yecto sino de "suturar" 13 esas lagunas, introduciendo en reflexión filosófica y la producción [ ... ] de una nueva
el . texto los problemas cuya ausencia aquéllas indican. forma de racionalidad" ( Lll,l66). Y al hablar entonces
· ·ne···este.modo, no sólo no nos apartamos de la teoría del MH, estamos produciendo el discurso de aquello que
marxista, sino que recurrimos a ella para llenar sus pro- es condición silenciosa de su discurso. N o obstante, nues-
pios blancos. tro dominio de intervención no es el MH: es aquel desde
el que podemos pensar no ya el objeto científico del MH
~ ~
(los "modos de producción" y las "formas de transición")
sino su cientificidad: dominio por excelencia del MD. ·' ..
Luego, del MH sólo podemos exhibir lo que se incluye
de
"El. racionalismo es una filosofía que carece en el MD. En esta perspectiva abordaremos los difíciles
comienzo. El racionalismo es del orden del reco- ~ ·>

mienzo. Cuando se lo define en una de sus ope- !; problemas concernientes al status teórico del MD; en ' ~- ·>
raciones, hace ya tiempo que ha recomenzado." todo momento, nuestro trabajo será interior al MD.
( G. Bachelard, Le rationalisme appliqué, p. 123.) e) De acuerdÓ a lo que podríamos denominar la pa-
. . radoja de la doble ruptura, el MD depende del MH .
~

.
Dependencia teórica aún oscura por dos motivos. Eri
Se podría caer en la tentación de proceder según la primer lugar, el MD sólo puede producir el concepto ·\'
diferencia inaugural que desdobla la revolución marxista de las "nuevas formas de racionalidad'' a partir de la
14
en dos registros: por un lado, contribución de Althusser consideración de las ciencias existentes, en cuyo seno . :·:.
·al MH; por otro, su contribución al MD. Sin embargo, se dan "en estado práctico" según una expresión enig-
sólo lograríamos disimular lo esencial: la impureza-com- mática de Althusser. En segundo lugar, fundamental~
plejidad de la diferencia. En efecto: mente, porque a diferencia de las epistemologías idea-
a) la distinción entre MD y MH es interna al MD, he- listas, el MD es una teoría histórica de la ciencia: el MD
cho que torna vana toda simetría, toda distribución es "la teoría de la ciencia y de la historia de la ciencia"
analítica de los problemas; ( LII,llO). Esto significa que la única teoría de las <·
b) ¿podemos en rigor pronunciar el discurso teórico ciencias es la historia teórica de las ciencias. La episte-
del MH?: mología es la teoría de la his~oria de lo teórico; la filo- <_
O bien relatamos elípticamente esta ciencia y caemos sofía es la "teoría de la historia de la producción de
en la trampa de decir aquello mismo que la obra de Al- · conocimientos" ( LI,70).
thusser tiene por función impedirnos decir: cuando Althus-
Luego, la fundación revolucionaria de la ciencia de
ser determina al marxismo como instauración de una
la historia, al permitir una historia científica de. la pro-
ciencia, nos recuerda la imposibilidad de salte~u el detalle
¡~·
!'"
1
1
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.· .. ·

260 ALAIN BADIOU


LECTURA DEi ALTHUSSER 261
1
ducción de conocimiento~ científicos, produce también l
1
cia la cientificidad del MH) se desprende que el con~
cepto determinante de su campo es el de la ciencia. Pero
una revolución filosófica designada por el MD 15 .
el MD no podría exhibir la identidad de la ciencia en
·.:·' Vemos entonces que la diferencb entre el MD y el 1 una "visión" indivisible. Lo primario es aquí el par dife-
·---! MH es no-distributiva. Nos enfrentamos a una diferen- ¡
¡ rencial ciencia/ ideología. El objeto propio del MD es el
cia no-diferenciante, originalmente impura. La imbrica- !
sistema de diferencias pertinentes que a la vez separa y
ción del MD con todas las ciencias -en especial el MH- i
1 une la ciencia y la ideología.
no pone fin a la autonomía del proceso de producción
·.·.,
:;'
de conocimien~os científicos. Por el contrado, dicha im- ( Para caracterizar así sea groseramente este par, diremos
qrie la ·Cie:nda; cuyos medíos-· de· producción son los con-
bricación es constitutiva de la autonomía -del retiro-
manifiestos en el seno mismo del MD. Este se mantiene 1
\
ceptos, es la práctica productora de conocimientos; la
por así decir "a ras'' de la ciencia, de suerte que la ca--' ideología es un sistema de representaciones auto-designa-
J do en un conjunto de nociones; su función es práctico-
rencia de Ciencia -el silencio en el que su discurso es ¡,
:-~; social.
.
conservado a distancia- es la carencia determinante de l
-;
':;
:',
la epistemología. En esta última, esa ciencia es sin cesar ¡
{
El efecto propio de la ciencia -"efecto de conocimien-
to"- es obtenido por la producción regulada de un objeto
mencionada como carencia. El conocimiento de la cien-
tificidad es conocimiento de la imposibilidad específic~ esencialmente distinto al objeto dado; más aún, distinto
·] de un relato de la ciencia, conocimento de la no-presen- del objeto real. En cambio, la ideología articula lo vivido,
·:; cia de la ciencia más allá de sí misma, más allá de la es decir: no la relación real de los hombres con sus con-
producción efectiva de sus objetos. t diciones de existencia, sino "el modo en el que [los hom-
Aunque interior al MD, nuestra puesta a prueba de
¡ bres] viven la relación con ~us condiciones de existencia."
i.
los conceptos de Althusser estará estructurada por la (PM,240).
inmanencia retimda del MH, C'lrencia específica del MD. { La ideología produce entonces un efecto de reconoci-

¡
i miento, y no de conocimiento. Para hablar como Kierke-
gaard, es la relación en tanto me es relatada. Las condi-
'(¡, '(¡, ciones presentes son re-presentadas, pero no conocidas.

Por razones que mencionaremos de acuerdo a las ne-


cesidades, el presente análisis será ordenado alrededor de
dos diferencias: la de ciencia e ideología y la de práctica
determinante y práctica dominante. Hablaremos enton-
l~
La ideología es un proceso de duplicación, intrínseca
-y misteriosamente, por lo menos en el estadio actual de
nuestros conocimientos- ligado a la estructura especular
del fantasma 16 • La función de esta duplicación es im-
bricar lo imaginario con lo real en una forma específica
f ele necesidad; mediante hombres determinados, asegura
ces de la teoría del discurso y de la teoría de la causali- !
el cumplimiento efectivo de tareas prescriptivas "en el va-
dad estructural. '! cío" [a vide] por las diferentes instancias del todo social.
l Mientras la ciencia es un proceso de transformación, la
j l. Ciencia e ideología

De la definición del MD (disciplina en la que se enun-


i ideología -en tanto el inconscien~e se constituye y engar-
za en ella- es un proceso de repetición.
Que lo primero sea el par y no cada uno de sus térmi-
j LECTURA DE. ALTHUSSER 263
262 ALAIN BADIOU
! :::::

.l Como dice Althusser, la ideología produce el senti-


nos, significa que la oposición ciencia/ ideología no es
distributiva. Esto es de una impmtancia capital: ni per- J
.l
miento de lo teórico. En la relación con el "mundo", lo- 1· • • •

'•
,.
mite la repartición inmediata de las diferentes prácticas ,
·'·
imaginario se anuncia mediante una presión unifican- .•;

y discursos, ni la "valoración" abstracta de la ciencia ' te 18 • La función del sistema global es suministrar un
"contra" la ideología. La tentación es demasiado evi- pensamiento legítimamente de todo lo que aparece co-
dente: en el calor de la lucha política, frente a la laxi- mo real. Luego,- es en el interior mismo del espacio ,._.
tud teórica del PC, hay riesgo de hacer funcionar el par
de opuestos como una norma e identificarla con la pare- ) ideológico donde se produce la designación de los "obje-
tos reales" de los que la ciencia produce el objeto-de-
·,·,

ja (ideológica} verdad~ error. La diferencia teórica- .sería


transpuesta en ese juego en el que el Bien y el Mal
).
~
conocimiento, as~ como también se indica la existencia
del objeto de conocimiento pero no su efecto de conoci-
perpetúan la infinitud cerrada de sus imágenes recíprocas. :-l
' miento. En este sentido, la ciencia aparece, siempre,
..1
Por el contrario, es claro que una función práctico-so- t como "transformación de una generalidad ideológica en
. 1 generalidad científica." ( PM ,189).
cial que ordena a un sujeto "conservar su lugar" no pue-
de ser el negativo de la producción de un objeto de ·l1
b) Recíprocamente, la ideología es siempre ideología
conocimiento. Por este motivo, la ideología, a la que la para una ciencia. El mecanismo ideológico de la desig-
f
ciencia no puede disolver, es una instancia irreductihle nación totalitaria y normativa de lo existente sólo es des-
de las formaciones sociales. "Es inconcebible que el co- cubierto (conocido) eri la región en la que se designa
munismo, nuevo modo de producción que implica fuer- lo existente para una ciencia, es decir el objeto real cuya
zas de producción y relaciones de producción determi- apropiación cognitiva es producto de una ciencia.
f
nadas, pueda prescindir de una organización social de ]a Desde un punto' de vista formal, podemos designar co-
. producción y de las formas ideológicas correspondientes.'' ( mo ideológicos a numerosos discursos. Esto es corriente
( PM ,239). En realidad, la oposición ciencia 1ideología, !
.¡ en la práctica política. Pero precisamente porque es una
considerada como apertura hacia el campo de una disci- .f designación, constituye un enunciado ideológico: sólo a
j :
plina nueva (el MD), no se desarrolla como contradic:. ~ partir de la retro6pección de una ciencia, un discurso
ción simple sino como proceso. f puede ser conocido como ideológico.
En efecto:
¡ Marx nos ha dejado la teoría desarrollada de una
¡
;.
a ) La ciencia es ciencia de la ideología. Excepto el ·1
t· única ideología (a la que por lo demás proyectaba con-
repetir que la ciencia es ciencia de su objeto -lo que es '\ sagrar todo el libro IV de El Capital) : la ideología eco-
pura tautología-, la pregunta: "¿de qué es ciencia la nómica, divisible en economía clásica (ideología "al ' ' -~:

cíencia?" admite una única respuesta: la ciencia produ- borde de la ruptura") y economía vulgar (ideología pro-
ce el conocimiento de un objeto cuya existencia está in- piamente dicha) 19 • Esto se debe a que en El Capital
dicada por una región aeterminada de la ideología. Las produce conceptos científicos mgionales -los de la ins-
· nociones ideológicas pueden describirse como indicado- tancia económica-: en su retrospección, sólo podía pensar
¡
res 17 sobre los que operan funciones de relación. El esta ideología.
sistema de los indicadores re-produce la unidad de lo
existente en un complejo normativo que legitima los
datos fenoménicos (Marx lo llama "apariencia").
í1 Se puede así presentir las complejas relaciones de la
.···.
-·.·
¡ ,; '

.: 264 ALAIN BADIOU


:·ll
~.
LECTURA DEJ, ALTHUSSER 265
·; .
·:>
.. ' :¡~1
:B ciencia y la ideología, su movilidad orgánica. N o sería ta subordinación diacrónica remite a un conjunto sin
·•1
exagerado decir que el MD está en su apogeo en este
:·¡ problema: ¿cómo pensar la articulación de la ciencia y
crónico complejo en el que encontramos: 19) un siste-
.. '!
ma de conceptos que obedecen a leyes de combinación;
de lo que no es ciencia preservando al mismo tiempo la 29) formas de orden del discurso que organizan el des-
radical impureza de la diferencia? ¿Cómo pensar la no- pliegue verificante del sistema.
relación de lo que está doblemente relacionado? Desde
esta perspectiva, se puede definir al MD como teoría La teoría del efecto de conocimiento tematiza la dife·
formal de las rupturas. rencia-unidad, el "desfasaje'' ( LI,87), entre el orden de
Nuestro problema se instala, pues, en un contexto con~ combinación de los conceptos en el sistema y su· otdE'n.... ·
ceptual más amplio que concierne a todas las formas de de presentación~relación en la discursividad científica.
articulación y de ruptura entre las instancias de una br- Toda la dificultad del problema reside en que el segun-
mación social. do de estos órdenes no es ni el' recorrido del primero ni
tampoco su doble, sino su existencia. Y ésta, a su vez,
se halla determinada por la ausencia del sistema y por
la inmanencia de esta ausencia: por su no-presencia en el
II. Causalidad estructural interior de su propia existencia.
Esto significa que la explicitación del sistema no po-
Trataremos acá de ser tan rigurosos como nos sea po-
dría ser el efecto del discurso (científico), cuyo funcio-
sible, aun a riesgo de sólo dar cuenta de una parte del
namiento requiere precisamente la no-explicitación de
esfuerzo de Althusser.
la combinación "vértical" a la que da origen. La presen-
Como toda construcción de conceptos, el conocimiento
( tación teórica del sistema de una ciencia no pertenece a
del "mecanismo de producción del efecto de sociedad" ¡ la misma 21 • De hecho, la presentación del sistema del
(objeto propio del MH, LI,84), presupone una teoría
MH y la teoría del tipo especial de causalidad que el
·general.
MH exhibe como ley de su objeto, ni pertenece al citado
En efecto, la ciencia es un discurso demostrativo rela-
ni puede pertenecerle. Los textos fundamentales de Al-
cionado -respec~o al.orden de sucesión de los conceptos-
thusser sobre la estructura-a-dominante ( PM ,163-224)
·.. a una sistemática combinada que los jerarquiza "vertical-
·:: y el objeto de El Capital (LII,127-185) no pertenecen
mente". Podríamos decir, recurriendo a la analogía lingüís-
al MH sino al M D. En éste, dichos conceptos se des-
tica, que el proceso de exposición donde se manifiesta
pliegan en formas de sucesión diacrónicas ligadas a su
apodícticamente el objeto de la ciencia es el sintagma
vez al sistema (ausente) de mayor generalidad posible:
de un paradigma teórico: la "estructura de organización
el sistema del MD o Teoría.
de los conceptos en la totalidad-pensada o sistema" ( LI,
87) '20, Consideremos entonces la organización sistemática de
los conceptos del MH tal como es producida por el MD.
Por ejemplo, la demostración de Marx relativa a la
j Esta organización comienza por darse términos primi-
ley de la baja tendencia} de la tasa de ganancia aparece
tivos, es decir nociones no-definidas que serán transfor-
lógicamente subordinada a construcciones conceptuales 1 madas en conceptos mediante su constitución "axiomáti-
•.·. "anteriores" (teoría del valor, construcción del concepto .~'
:: ca'' en el sistema. Esas nociones elementales están agrupa-
de plusvalía, teoría ~e la reproducción simple, etc.). Es-
das en la definición del concepto más general del MD,
i

:. ~ .,

: .~::
.. ;,
__-.···¡-
.•

ALAIN BADIOU . >l LECTURA DE¡ ALTHUSSER 267


.266
.. ·J'-
..
el concepto de práctica: "Entenderemos por práctica en En estas condiciones, la única "totalidad" concebibJe

general todo proceso de transformación de una materia es "la unidad compleja de prácticas existentes en una
prima determinada en un producto determinado, trans- sociedad dada''. (PM,l67). Pero, ¿cuál es el tipo de
formación efectuada por un trabajo humano determinado ¡ unidad que articula las prácticas entre sí?
1

y utilizando medios (de 'producción')- determinados. i


1
Convengamos en denominar instanda de una forma-
.. . ~

En toda práctica así concebida, el momento (o elemen- : ·-::j ción social a una práetica en tanto se articula con las
to) determinante del proceso no es la materia prima ni restantes 22 • La determinación de la autonomía diferen-
el producto sino la práctica en sent1do estricto: el m o~ ---cial--de las instancias entre -sí-=la- construcción misma de
mento mismo del trabajo de transformación que pone su concepto (lo que posibilita la referencia a una historia
en acción, dentro de una estructura específica, hombres, de la ciencia, de la religión, de lo "político", etc.)- es
medios y un método técnico de utilizaCión de los me- al mismo tiempo la determinación de su articulación y
dios." ( PM,l67). de su jerarquía en el interior de una sociedad dada. En
De hecho, las nociones primitivas son: 1) fuerza de efecto, pensar las relaciones de fundación y de articula-
trabajo; 2) instrumentos de trabajo; 3) formas de apli- ción de las diferentes instancias es pensar "su grado de
cación de la fuerza a los instrumentos. Los dos extremos independencia, su tipo de autonomía 'relativa' " ( LI, 74).
(materia prima y producto) sólo son los límites del pro- Una instancia queda definida por la relación específiC'a
que mantiene con las restan~es: lo que "existe" es la es-
ceso. f
Una práctica queda definida por una combinación es- tructura articulada de las instancias. Queda por desarro-
pecífica de estos tres términos pensada en su estructura llar su conocimiento. ,·..

propia, "qüe es en todos los casos la estructura de una Ahora bien, en un estadio de una sociedad dada puede
producción" ( LI, 74) .
El primer conjunto así construido constituye entonces 1 existir, en la asignación de los espacios así determinados,
una instancia privilegiada: aquella cuyo concepto es im-
la lista de las prácticas. Althusser nombra va.rias, en su
mayoría abiertas: la práctica económica (cuyos límites
t prescindible para pensar la eficacia efectiva de las demás;
mejor aún, aquella a partir de la cual, para un "momento" ;,•

["stase"] dado de un todo social, se pueda recorrei:. ra-


son la naturaleza y los bienes de uso), la práctica ideo-
lógica, la práctica política, la práctica teórica.
-1 cionalmente el sistema completo de instancias en el orden
1 ... ~ .'
,.
.'· -
efectivo de sus dependencias de eficacia. .,
Decir que el concepto de práctica es el concepto más ._ ......
general del MH ( sú p:dmera combinación regulada de -! Uamaremos coyuntura al ~istema de instancias cuyo
·¡
nociones) equivale a afirmar que en el "todo social" no
···-J
recorrido está fijado por la jerarquía móvil de las efica-
·-
hay más que prácti~as. Todo otro objeto pretendida- J
cias. La coyuntura será, en primer lugar, la determina-
mente simple es un indicador ideológico, y no un objeto 1'
ción de la instancia dominante, cuya localización fija e]
\
de conocimiento. Es afirmar, además, que la generalidad punto de partida del análisis racional del todo. ·<
de ese concepto no pertenece al MH sino y sólo al MD. l
~
La primera gran tesis del MD -considerado aquí como
La práctica no existe: "no hay práctica en general; sino epistemología del MH- plantea que el conjunto de las
prácticas diferenciadas" ( LI, 73). Entendámonos: la bis-. instancias define siempre una forma de existencia co-
toria, tal como es pensada por el MH, sólo regis~ra prác- yuntural. "El todo complejo posee la unidad de una i'
'.
estructma articulada-a-dominante" ( PM,208). ''
ticas determinadas.
LECTURA DE, ALTHUSSER 269
:l.i....
.;· 268 ALAIN BADIOU
1
:;~ ¡
... Si ninguna instancia puede determinar el todo, en
Sin embargo, es evidente que la coyuntura cambia; con ~ cambio es posible que una práctica pensada en su estruc-
:'1: esto queremos señalar que la misma es el concepto oe tura propia -estructura desfasada respecto de aquella
las formas de existencia del todo estructurado, y no el rle que articula esta práctica como instancia del todo- sea
la variación de esas formas. Para situarnos de lleno en la determinante respecto a un todo en el que figura como
hipótesis máxima, admitiremos que todo tipo coyuntural especie descentrada. Se puede suponer que el desplaza-
queda definido por la instancia que desempeña "el papel miento de la dominante y la consiguiente distorsión de
principal" ( PM ,219) -práctica dominante-·; así, se pue- ( la coyuntura es el efecto subyacente a una de las instan-
···· ·de .. concebirtodo .. tipo de .. coyuntura: coyuntura-a-do- cias de una estructura-de-prác:ica en no-coincidencia con
minante política (crisis en el Estado), ideológica ( com- la instancia que la representa en el todo. Se puede supo-
bate anti-religioso como el del siglo xvni), económka ner que uno de los términos de la combinación social
(gran huelga), científica (ruptura decisiva, como la fí- (en esta oportunidad, término invariante) opera en· su
sica galileana), etc. Luego, es necesario determinar el 1·
forma compleja el recubrimiento articulado de dos fun-
invariante de estas variaciones, el mecanismo de produc- 1 ciones: la función de instancia -que la relaciona con el
ción del efecto de coyuntura que se identifica con el efPc- .! todo es'ructurado jerárquicamente- y la función de
to de existencia del todo. práctica determinante, que '' ( ... ) en la historia real se
Llamaremos determinación a la producción de e<;te ejerce en las permutaciones del papel principal entre la
·.. ·¡ efecto. Es de notar que la determinación se define ex- economía, la política y la teoría, etc." ( PM ,219); en una
i haustivamente por su efecto: el cambio de coyuntura es palabra: en el desplazamiento de la dominante y la fi-
el desplazamiento de la dominante. Dicho esto, ¿cuál es jación de la coyúntura.
la eficacia de la que resulta el desplazamiento? Semejante práctica, al modo de la Naturaleza spino-
i Como medida de precaución, señalemos que el nú- zista, sería a la vez estructurante y estructurada, ubi-
cleo de la determinación no se localiza en las instancias o cándose en el sistema de posiciones que ella misma de-
prácticas pensadas según sus relaciones con las. restantes. termina. Sin embargo, en tanto determinante permane-
A nivel de las ins~ancias, sólo existe la estructura arti- cería "invisible", puesto que no estaría presente en la
:
culada-a-dominante. Creer que una instancia del todo constelación de las instancias, sino sólo representada 23 •
determina la coyuntura, nos haría confundir la determi-
Esta es, en una versión harto esquemática, la segunda
nación (ley del desplazamiento de la dominante) y ln
gran tesis del MD: existe una práctica determinante, y
dominación (función jerarquizante de las eficacias en un
ésta es la práctica "económicd' (mejor aún: la práctica
tipo dado de coyuntura). Por lo demás, ésta es la raiz
cuyos lími ·es son la naturaleza y los bienes de uso).
ge todas las desviaciones ideológicas del marxismo, en Prestemos atención a la absoluta originalidad del tipo
especial de la más temible de ellas: el economismo. És~e
de causalidad de la determinante: pensada como princi-
postula que la economía es siempre dominante, que toda
pio de la determinación, la práctica económica no existe;
coyuntura es "económica". Ahora bien, aun cuando es t en el todo-articulado-a-dominante (único existente efec-
cierto que la instancia económica figura siempre en el
tivo) sólo figura la instancia económica, representante
.·.·
todo articulado, la misma puede o no ser dominante:
depende de la coyuntura. Como tal, la instancia econó-
1 de la práctica homónima. Pero fambién este represen-
tante es presa de la determinación (según que la instan-
mica no tiene privilegios de derecho.
1
1
270 ALAJN BADIOU LECTURA DE¡ ALTHUSSER 271 [··:
1'•
- '.·_ ~- :

cia económica sea dominante o subordinada, según la 1 mantés son detectables en los niveles que hemos distin-
extensión -prescripta por la correlación de las instan-
e
1 guido (diferencia inaugural entre la ciencia y la ideología,
1
cias""C' de su efiéacia en la coyuntura, extensión prescripta teoría de la causalidad estructural). Aunque con cierta
por la correlación de las instancias, etc. ) . La causalidad 1
rigidez, los mismos pueden mencionarse mediante dos
de la práctica económica es entonces causalidad de una preguntas:
ausencia sobre un todo ya estructurado en el que aquélla 1 a) ¿Cuál es el status teórico del MD?
está representada por una instancia ( LII,l56). \ b) ¿Las estructuras sobre las que actúa la determina-
El problema de la causalidad estructural -problema ción, se definen· a su vez como conjuntos? Y si así no
de '1a determinación de los fenómenos de una región [ ... ] fuera, ¿se puede realmente concebir u!úi." cóiribinación"
por la estructura de la misma" ( LII,l66), "determinación omitiendo el concepto de "espacio" de las posiciones y
de una estructura subordinada por una estructura domi- sin especificar los elementos combinados según su pro-
nante"· ( LII,l67) ya que cada instancia es una forma piedad de ocupar-distribuir posiciones? ·
combinada- se plantea así según la posición que le ase-
gura el MH: unidad descentrada entre la combinación de
# #
las instancias -"estructura de desigualdad (dominante) ,:>'

específica del todo complejo-siempre-ya-dado" (PM,223)- i


1
y la determinación-desplazamiento de ese todo -"proceso
complejo"- por una práctica representada sin más exis- La pregunta por el status del MD, porque pone en
tencia que la de su efecto. 1 juego los enigmas de la representación, nos reenvía a la
!
Este problema, que según Althusser "resume [ ... ] el
1 segunda pregunta. Se trata de saber si el MD está repre-
prodigioso descubrimiento científico de Marx [ ... ] como ;~
sentado en las distintas operaciones que lo posibilitan y
una prodigiosa pregunta teórica contenida "en estado cuya discursividad propia organizan. ¿Está el MD preso
práctico" en el descubrimiento científico de Marx" ( LJI, en la configuración formal de las prácticas "cognitivas"
167), está lejos de ser resuelto. Ni siquiera es seguro que que tiene por función esbozar? 25 • ¿El MD es una ciencia?

Si no, ¿es una ideología?
estemos en condiciones de plantearlo (teóricamente), sino
Althusser tiene algunas dudas al respecto; de allí que
apenas de indicarlo. Esta indicación, a fin de transformar-
se en el objeto de conocimiento al que remite, deberá a menudo designe al MJ? como filosofía. Si esta denomi-
tomar la forma inesperada de una lectura de Spinoza 24 • nación no nos presta utilidad es porque el par de opues-
Sea como fuere, el progreso ulterior del MD depende de tos ideología 1 no-ideología vale para la filosofía; porque
la soluci6n o al menos del planteo del problema de la la barra ( 1) , señal de la ruptura, confirma al MD por en- .
causalidad estructural. cima del cual aparece, por fin enunciada y denunciada,
la relación especular con la que se cierra el viejo proble-
ma (ideológico) del conocimiento: "toda la historia de la
# # filosofía occidental está dominada, no ya por el 'proble- ·
ma del conocimiento' sino por la solución ideológica -es
decir, impuesta de antemano por 'intereses' prácticos,
Para terminar, es necesario considerar los principales
"blancos". de la empresa althusseriana; sus efectos defor-
1 religiosos, morales y políticos, extraños a la realidad del ·
conocimiento- que ese 'pr~blema' debía recibir." ( LI,

il';
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:i. ~ 272 ALAIN BADIOU LECTURA DE ALTHUSSER 273

1 ' ~ 66). ¿Sería acaso más conveniente definir al MD como circunscribir los isomorfismos localizables entre el MD y
;j :$
-·~
'·?: «filosofía no-ideológica"? Este agregado nominal sólo es r la forma general de la ideología filosófica tal como el MD
~ la conceptualiza. Althusser tampoco ignora que las carac-
:11 significativo si se piensa la relación in:rínseca de la filo~
·'1 sofía con lo no-ideológico como tal (la ciencia). terísticas formales más manifiestas de la filosofía ideoló-
'.1
' •1
~ ~ ¡, gica son las mismas que él atribuye al eclecticismo (PM,
En efecto, Althusser piensa esta relación como '1a pro-
.:· :~ 53): la teleología teórica y la auto-inteligibilidad.
ducción -por parte de la filosofía- de nuevos conceptos 1
·.::.
teóricos que resuelven .los problemas teóricos, si no explí~ Ahora bien, el MD -disciplina teórica "suprema" que
.::,\ ..
citos, al menos· contenidos 'en estad().. Pr.~<:!.t.i.<::Q' .. ~1:1: los ."esboza .las condiciones formales" de toda práctica teórica
grandes descubrimientos científicos" ( LII,166). A cada ( PM ,170)- posee necesariamente estas dos propiedades.
ruptura científica corresponde una "re-asunción'' filosófica Si es cierto que el MD produce la teoría de toda práctica
que produce, de modo reflexivo y temático, los conceptos teórica y por consiguiente, a diferencia de todas las otras
teóricos comprometidos en forma práctica -operatoria- ciencias, la teoría de su propia práctica 26 , el MD es inevi-
en las diversas ciencias. Así sucedió con Platón y la geo- tablemente auto-inteligible y circular. Además, por ser
metría, Descartes y la nueva física, Leibniz y el cálculo teoría general de las rupturas epistemológicas (a diferen-.
•••·.1
infinitesimal, Kant y N ewton, el MD y el MH, Marx ~t· cía de las restantes ciencias), debe estar en grado de pen-
(filósofo) y Marx (científico). sar su propia ruptura, de reflexionar su diferencia - siendo
Pero Althusser no nos dice: que una ciencia no es más que el acto desarrollado de di-
1

a) En qué se distingue esta reasunción de la pura y i cha diferencia.


simple reinscripción ideológica del acontecimiento origi~ El MD restaura_en su propio beneficio la ideología de
nal que es la ciencia; en qué se distingue de aquella des- la presencia-para-sí de la diferencia, la ideología de la
,, identidad transparente. "Capaz de dar cuenta de sí
articulación reflexiva de los conceptos científicos que re~
fleja-desconoce la absoluta diferencia del discurso misma, tomándose a sí misma como objeto" ( PM ,31), no
científico en la unidad fantasmal del discurso ideológico difiere del saber absoluto tanto como Althusser lo con-
mediante los operadores ideológicos «verdad" y "fun~ cede: el MD contiene en sí los elementos que permiten
:~-.; :
damento". Cuál es la distinción entre la filosofía y esa pensar, no sólo su propia esencia, sino también la cienti-
.,., región en particular delicada de la ideología, donde se ficidad de toda ciencia, su esencia no visible pero reali-
,,
opera la ideologización de la ciencia, es decir de lo no- zada. De este modo, articula los modos de producción
·'
ideológico radical. No nos aclara si la correlación, evi- 1
teóricos como figuras formales de su propio proceso. Res-
dente en lo empírico, entre la ciencia y la filosofía, no
!r pecto al MH, el MD corre el riesgo de ser una reasunción
residirá en que ésta se especializa "en" la ciencia; dicho "filosófica" entre otras, la perpetuación de la tarea a la
de otra manera: se especializa en la disimulación unifi- que se entrega la historia de la filosofía: el imposible
cante-fundadora del discurso científico, el único cuyo confinamiento [renfermement] de la apertura científiCa
en la ilusión de clausura de la ideología. El MD corre
proceso específico es irreductible a la ideología.
b) Qué distingue al MD, representado como filosofía>
de las epistemologías anteriores (filosóficas), consagmdas
t el riesgo de ser la ideología que el MH "necesita".
Pero -segundo blanco- aun en esta perspectiva limita-
en forma explícita a producir, diferenciar y reducir el con- da, las dificultades son considerables: el concepto princi-
::;! pa! del MD como epistemología del MH -el concepto de
cepto de ciencia. Althusser no nos aclara cómo evitar o

'.;
• ~ 1

.' -~ ~

··· ..
. 274 ALAIN BADIOU LECTURA DE ALTHUSSER 275

causalidad estructural- plantea más problemas de los que


resuelve.
J definido de «posiciones" donde las instancias se articulan ·
entre sí.
Ya hemos señalado que entre la práctica determinante En esta perspectiva, la dominante (y, según Althusser,
(económica) y su ''presencia" a título de instancia en el toda estructura) es una distribución de posiciones y una
todo, existe una distorsión-unificación, asaz enigmática, definición de funciones ( LII,l57). Lo mismo sucede con .la
de la que la relación cartesiana-spinozista entre Dios y la determinante: asignación de la posición dominante a una
idea adecuada de Dios suministra el primer "modelo". instancia dada. Luego, la construcción completa del con-
..F.
Pero,. .. aLjguaLque. en Spinoza, el problema sigue siendo cepto de determinación presupone los siguientes opera-
la "deducción" de los modos, es decir la determinación dores formales 27:
de "eso que" es estructurado por la estructura, de eso a) Conjunto P, conjunto de posiciones o espacio (va-
sobre lo que la estructura se' define. Se dirá, sin. duda, cío) de las eficacias combinadas.
que la estructura está definida por el sistema de las ins- b) Conjunto F de funciones o prácticas, que asignan ¡:··
[ ·,

tancias. Pero esto nos plantearía el problema de la lista las posiciones a las funciones en cuanto tales. Estas fun-
o enumeración de las prácticas: ni la determinación -ma- ciones es:án definidas en un sub-conjunto de F y toman
(fr
. nifestada en la multiplicidad organizada de las instancias sus valores en P: asignan-ocupan posiciones. Definimos
por efecto de desplazamiento y por tanto de limitación cada práctica como la asignación de posición a las res-
de eficacia- ni la dominante -a partir de la que se puede tantes.
pensar la coyuntura o tipo de unidad existente- permi- La instancia de f según f' o "distancia de eficacia"
. ten la producción del concepto colectivizante de las ins- f ~ f'' es la imagen _en P de una función f según f'. En
tancias. particular, se puede considerar que si la misma está defi-
La distinción de los niveles de una formación social nida (si el sub-conjunto de F en el que f está definida con-
(político, estético, económico, etc.) es un supuesto "en la tiene a f), la instancia de f según f es f ( f); es decir la ins-
construcción del concepto de determinación, ya que ésta tancia representativa de f, la posición que f se asigna a sí
misma.
·no es otra cosa que la estructura-a-dominanté definida
Un sub-conjunto H de F (luego, un conjunto de prácti-
sobre el conjunto de las instancias. cas) es históricamente representable si se cumplen las con-
Debe entonces existir una disciplina formal previa, a la diciones siguientes:
que estaríamos tentados de denominar teoría de los con-
1) Condición de determinación. Por ej., existe en H
funtos históricos. Esta teoría debiera incluir, por lo menos, una función det () que es aplicación biunívoca de H en P.
los protocolos de "existencia" de las multiplicidades puras
sobre las que se construyen, en forma progresiva, las es- 1 Luego, det () distribuye las prácticas de H en todas las
posiciones de P, y en particular se distribuye a sí misma
tructuras. 1
ya que está representada en P por la instancia det ( ).
Esta disciplina, dependiente para su completo desarro-
llo de la matemática de conjuntos, desborda los meros
datos de un procedimiento de pertenencia o de un sistema
t 11) Condición de dominación. La teoría de las con-
diciones de dominación es en sí misma regional, en el
sentido de que e] concepto de causalidad estructural ob- 1
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l. t·.
inaugural de diferencias vacías. En efecto, ya hemos vis- tenido depende fundamentalmente del tipo de domina- '.
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- - como un ·-sistem~
to que la coyuntura debe ser pensada --
ción adoptado.
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:,,i 276 ALAIN BADIOU LECTURA. DE, ALTHUSSER 277
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. Propongo aquí un ejemplo que acentúa adrede la dife-
Jj"' rencia conceptual entre determinación y dominación. En
En este caso, una especie de recurrencia sobre la ins-
tancia dominante -recurrencia que se construye sobre la
1 efec ·o, una demostración trivial, dejada a cargo del lec- "distancia" de una práctica h a la de' erminante (sea
1 tor, muestra que la existencia representativa de la prác- det (h))- permite recorrer en cierto orden -jerarquía de
-;:
tica determinante no puede ocupar en la misma la posi- las instancias- el sistema articulado de las posiciones.
ción dominante.
En primer lugar, señalemos que la biunivocidad de De un subconjunto H de F que posee una sola ins-
·,'
··, 1
det () nos permite considerar que en cada posición: de P ---r-4. tancia determinante y una sola instancia dominante, se
se ubica una práctica (plenitud [ complétude] · de una dirá que ·se·· haUa··hist6ricamenttrrepresentado:
formación social). A partir de estas formas, e "incorporando" de manera
Dada una función h de H definida en todo H y una progresiva los conceptos fundamentales del MH, es pro-
posición p de P, definiremos h (p) como h (h') y det bable que se pueda construir el concepto de coyuntura.
( h') = p. Dicho en otros términos: h ( p) .= h ( det- 1 Sin aspirar a una matematización para la que nuestro
( p) ) . L:t función tiene por argumento la función que esquema no alcanza en absoluto, creemos necesario si-
. ·: ocupa la posición p . tuar el intervalo abstracto que separa, en el interior del
Luego, se puede considerar que la función h opera so- MD, los conceptos de práctica y de articulación-unidad e
bre las posiciones en tanto opera sobre las funciones que
han sido asignadas a esas posiciones por la determinante:
1 indicar la forma de su problemático contenido.
Agreguemos que aunque esta construcción está incon-
.en una situación dada, una función h (definida en H) es clusa y res·a os9ura, Althusser cree poder prescindir de
considerada aquí como un endomorfismo de las posi- ella. Su esfuerzo se concentra en realizar, en una disci-
dones.
¡ Sea ahora dom () una función de H definida para H. ¡ plina sin tradición, eso que los matemáticos tratan peno-
samente de obtener por medio de la incipiente teoría de
·,
·1
1
Definiremos la posición n-dom por recurrencia: las Categorías: una determinación directa del concepto de
·=
1-dom det ( dom) (instancia de dom por la determi- estructura que soslaye el problema de la subyacencia de
::: nante) un conjunto 28,
::'1
·':
·::¡
Por mi parte, pienso que la_ prudencia epistemológica
n-dom •= dom ( ( n-1) - dom) (definida como arriba impone por el momento una formalización "clásica". Todo
por h (p) ). - :~ hiper-estructuralismo prematuro deja inevitablemente in-
Vemos entonces que dom opera en primer lugar sobre completa y en cierta medida nocional ( pre-teórica) la
sí misma (puesto que 2-dom ·= dom ( dom) ) . En se- construcción de los conceptos fundamentales del MH (es-
gundo lugar, opera sobre la función ubicada por det en tructura-a-dominante, -estructura de estructuras, determi-
la posición en la que dom se ubica a sí misma; en tercer nación). Creo que en el MD el momento de la teoría
lugar, sobre la función que ocupa (siempre por det ), "pura" de los conjuntos históricamente representables
la posición así obtenida, etcétera. debe preceder a la teoría de las estructuras históricas.
Diremos que dom está en posición de instancia domi-
nante si para toda posición p existe un número n tal que:
~ ~
n-dom=p
:.::
278 ALAIN BADIOU LECTURA DE> ALTHUSSER 279
?
¡.,_.
. Para concluir, quiero señalar la necesidad absoluta y el rigor racionalista y revolucionario ·de las organizaciones
riesgo de este (re ) comienzo del MD. de clase. · l¡(
Ante todo, es evidente que no existe en la actualidad
otro recurso, si queremos hablar de aquello cuya realidad·
:.- .
silenciosa (silenciosa en la teoría) nos interpela y nos Pese a esto, la empresa cuestionadora de Althusser está
hace los "portadores" de funciones históricamente deter~ en situación de ruptura. En no pocos aspectos, la gobier~ i¡<
minadas. No hay oh·o recurso si queremos pensar lo que -~t'~ na aún un resentimiento teórico que por momentos le 1.•:

constituye nuestra coyuntura.política:Ja des~stalinización. ... ........ .J-· oculta su dependencia respecto a la tradición filosófica,
y la "coexistencia pacífica" ligadas a esa forma de transi~ r por no decir ideológica.
ción regresiva ·que define al régimen soviético; el impe- Es cierto que cada uno de nosotros debe liquidar por
rialismo norteamericano; la revolución china, otra espe- su propia cuenta la más fuerte de las tiranías teóricas,
cie de transición. aquélla en la que aprendimos a hablar: la tiranía hege-
Debemos_ a la lucidez epistemológica de los marxistas liana. Pero declararse fuera de Hegel no basta. Nada
que trabajan con Althusser, la posibilidad de reflexionar .r·
más fácil que cantar, in situ, para siempre, la canción
sobre nuestra coyuntura política en nuestra coyuntura de la despedida.
teórica, y a la inversa. En su defecto, estaríamos obliga- Si, en forma provisoria, se resume la empresa hegeliana
dos a retomar las descripciones del marxismo vulgar, aban- en los conceptos correlativos de totalidad y negatividad,
donando la ciencia viviente, en sus diversos aspectos, a la se dirá que hay dos maneras de deshacerse del maestro,
derecha formalista y a los teólogos de la Literatura. según las salida,s que dichos conceptos clausuran.
'
A esos mismos marxistas debemos la actualidaá de los El acceso a la totalidad nos es rehusado: la primera i-··
conceptos del MH, por ellos des-cubiertos: después de Crítica kantiana -que se afirma desde su comienzo en el
Marx, estaban no olvidados pero sí enmascarados, re-ins~ puro hecho 29 de la ciencia· sin intentar reducirlo o dedu~
criptas, negados. Dedicado por razones necesarias al MD, cirio- lo establece con todo rigor. En muchos aspectos,
casi no he mencionado la ciencia de la historia pro~ la dialéctica transcendental es el motor escondido de la
píamente dicha (que se lea Marx: de ahora en adelante polémica althusseriana. No es entonces sorprendente que ··;:
se puede). No obstante, quisiera dejar constancia de lo:; tantas descripciones, en Líre le Capital, remitan el objeto
servicios rendidos a nuestra práctica política por los sor~ de conocimiento a sus condiciones de producción (por
prendentes resultados obtenidos por K Balibar en lo que t. ' ejemplo, a su problemática) de una manera que recuerda,.
concierne a las formas de transición ( LII,277-332). en mucho, al proceso progresivo y constituyente de Kant.
Sin duda, la teoría de la instancia polí:ica está por ha~ Para salir del "círculo" empirista que confronta indefi~
cerse. Pero sabemos que algunos marxistas se ocupan de nidamente el sujeto al objeto, Althusser habla del "meca-
ella. Es ya mucho que la posición de tal teoría esté clara~ nismo de apropiación cognitiva del objeto real mediante i .·
¡ :-
mente designada. Nuestras propias exigencias se definen el objeto de conocimiento" ( LI,71). Pero aún aquí no
justamente a partir del status adecuado acordado a seme· está lejos del esquematismo kantiano, que abandona los
jante teoría: en una coyuntura que nos impone preservar, problemas de garantía y "control" de lo verdadero por la
a través de las nuevas configuraciones científicas y más cuestión positiva de las estructuras de funcionamiento del 1 ::·

¡·;:-:-
allá de la crítica común al idealismo fenomenológico, el concepto. La teoría de la producciÓ!! de c~n~cimien~os es !;>;

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LECTURA DEJ ALTHUSSER 281

l~~
280 ALAIN BADIOU

0··~.
.~ una suerte de esquematismo práctico. La filosofía del con-
1 El pseudo-concepto de resultado pretende descr:ibir la ciencia
como ensamblaje de "verdades" separadas de su proceso de produc~
0 cepto, esbozada por Althusser como otrora lo fuera por ción. Hegel, en nombre de esta separación, condena al conocimiento
-~~~l Cavailles, se parece mucho a la exhibición del campo matemático: "El movimiento de la demostración matemática no
<·>·1 estructurado del saber como campo multi-transcendental forma parte de lo que es el objeto, sino que es um. operación exte-
·.•:!
riot a ]a cosa" (Fenomenología . .. , trad. Roces, p. 29). De
sin sujeto. donde, para Hegel, la ciencia "rebaja lo que se mueve a sí mismo
Si consideramos ahora el concepto de negatividad y sus [al rango] de materia, para tener en ella un contenido indiferente,
connotaciones (causalidad expresiva, interioridad espiri~ externo y carente de vida." ( Idem, p. 31.) Toda la polémica con-
tual de la Idea, libertad del para~sí, teleología parúsica
[Parousía] del concepto, etc.), advertimos que su crítica
-l temporánea contra la frialdad, la exterioridad, la rigidez. del saber··
científico; todo el esf(!erzo que intenta oponer la inercia-totalizada
de los objetos científicos al movimiento-totalizador del pensamie11to
radical ha sido hecha por Spinoza (crítica del finalismo, científico, renvía finalmente a esa figura de la Muerte con la que
teoría de la idea-objeto, irreductibilidad de la ilusión, Hegel cierra el resultado sin memoria de la ciencia.
etc.). Esta vez, a tal punto· la deuda althusseriana es En un artículo falsamente hegeliano, R. París nos da la clásica
pública y reconocida, que no hay necesidad de insistir versión en col01~es de este argumento: "( ... ) la tentativa de Althus~
ser por liberar a Marx de la dialéctica hegeliana y por definir . ~1
en ella. 'nivel' del marxismo ( PM ,127-128) no hace más que remitirnos
'-.
El verdadero problema, en fin, reside en saber si existe e incluso hacernt}s recular, no sólo más acá del marxismo, sino aun
compatibilidad entre el kantismo de lo múltiple -recono- hacia el universo gris y triste de un racionalismo pre-dialéctko,
Cible en la epistemología "regional" de Althusser- y el pre-hegeliano." (R. París, art. cit.; subrayados de Badiou.)
Pensar esto implica no haber leído Bachelard y perpetuar la
spinozismo de la causalidad -que regula los supuestos de ideolbgía insidiosamente religiosa que desacredita la ciencia, consi-
su epistemología "regional"-. En otras palabras, el pro- derada una intolerable petrificación de las almas. Pero la ciencia
blema es el de la unidad del MD, incluso el de su pura y es algo muy distinto: producción organizada de sus objetos, trans-
simple existencia como disciplina teórica diferenciada. formación específica en la que "nada está dado. Todo es cons-
truido." ( Bachelard, La formation de l'esp1·it scientifique, p. 14.)
Y no nos equivoquemos; Kant y Spinoza son aquí men· La ciencia anuncia que su terreno no es otro que el proceso de
donados en la medida en que se suprime lo que podría producción del que deriva, y que coincide con el protocolo de su
aproximarlos: suprimido, el libro V de la Ética, donde una aparición.
forma de co-pertenencia del hombre al último fundamen- · La crítica hegeliana del resultado no tiene ninguna relación con
aquello a 1'0 que apunta (la ciencia). Y, por el contrario, prepar11
to es restaurada en el amor intelec~ual de Dios; suprimida, la valorización correlativa de la experiencia del sufrimiento, de]
la segunda Crítica, donde la libertad se abre camino ha~ cristianismo sublimado en el que se resuelve esta "crítica".
cia lo transfenoménico. Queda por pensar la difícil con- 2 No es entonces sorprendente que Althusser consagre extensos

vergencia de una epistemología regional, histórica y re~ desarrollos a la situación genealógica de las obras juveniles de Man:
gresiva, con una teoría global del efecto de estructura. (por ej. PM,47-83; ídem Ranciere, LI,95-210).
3 Cf. la crítica de estos falsos conceptos en el artícul'O de E.
....
Althusser o, para pensar Marx, Kant en Spinoza. Tal Balibar, "Les idéologies ..." [ver Apéndice Bibliográfico].
' es la difícil figura alegórica, punto de partida para deci- 4 Es realmente milagrosa la velocidad con la que Garaudy pasó
dir si, de manera efectiva, el materialismo dialéctico (re)- del marxismo totalitar'io al marxismo fundamental, de la libertad
comienza. según Stalin a la libertad según Juan XXIII.
5 Althusser diferencia tres conceptos de causalidad: cartesiana,
leibniziana y spinozista (LII,167-171).
6 Cf. las recientes publicaciones de L. G'oldmann, en las que se
llega pura y simplemente a identificar las estructuras homólogas
. 282 ALAIN BADIOU l LECTURA DE. ALTHUSSER
283
"descubiertas" por ese autor: "Así, las dos estructuras -la de un
importante género novelístico y la del intercambio -aparecen
como rigurosamente homólogas, al punto de que se podría hablar
1 b) la superficialidad pre-teórica de sus juicios sobr'e Marx ( cf.
Les mots et les choses, París, Gallimard, 1966, pp. 273-4) [hay
trad. esp.].
de una sola y única estructura manifestada en d•os planos diferen-
11 Sartre es aquí un claro ejemplo. Desde este punto de vista,
tes." (L. Goldmann, Pour U1J.e sociologie du roman, Paris, Galli- la Critique de la R. Dialectique es un "monumento del marxismo
mard, 1964, p. 26). ¡Admirable simplicidad! metafísico". No 'Obstante, el caso de Sartr'e es más complejo de lo
7 Sin duda, el ejemplo rnás acabado es la "psicología histórica"
que se cree: Althusser va demasiado rápido al clasificarlo entre los
de J. P. Vernant. Felizmente, esa p~icología transgrede sus presu- "idealismos racionalistas". En Sartre, entre la transparencia origi-
puestos teóricos. Su ambigüedad· es muy clara, entre 'Otros, en el naria de la p1'axis individual y la .inercia formal de las estructuras
......~
último capítulo de Mythe et pensée chez les Crees (París, Maspero, hay un des-centramiento específico, pmvocad•o por la exterioridad
1965). . -.. radicalyanti~dialéctica deleii~sL "La dlaléCfiCa "sartreana es una dia-
8 "El hombi'e sólo se plantea los problemas que puede resolver."
léctica quebrada, en cuyo interior es posible reflexionar parcial-
Esta fórmula célebre ha servido como caución a las más profundas mente ciertas distorsiones estructurales y aun plantear o al menos
desviaciones del marxismo, y sobre todo al hist'Oricismo empirista traducir los problemas fundamentales del materialismo dialéctico
que Althusser anali,za y critica ( LII,73ss.), así como a las oscuras (así -sea al precio de un uso alegórico de los conceptos) ( Sartre,
especulaciones relativas a la "unidad de la teoría y de la práctica" op. cit., p. 359).
(problema que no tiene sentido en la epistemología post-bachelar- 12 J. Derrida, "La théatre de la cruauté et la cloture de la re-
diana, donde la teoría misma es originalmente pensada C'omo proceso présentation" (Critique, ni? 230, juillet 1966, p. 617, nota 13).
de producción o práctica teórica). La "célebre fórmula" qmere ¿Cabe pensar, "al mismo tiempo", la lectura de Marx por 1\.l-
simplemente decir que un problema (científico) sólo puede ser thusser, la de Freud por' Lacan y la de Nietzsche-Heidegger por
producido como problema si el espacio de su posición -la proble- Derrida? Tal es el título, en nuestra coyuntura [francesa, 1967], de
mática de su objeto- ha sido a su vez pr•oducido. la gran cuestión a debatir. En mi opinión, si se toman esos tres
9 Por ej. piénsese en el concepto aristotélico de "naturaleza",
discursos en su actualidad integral, la respuesta es inevitablemente
cuya ausencia -imposibilidad de incorporarlo- determina la físi- negativa. Mejor aún: acercame indefinidamente a aquello que los
ca post-galileana. En rigor, no hay relación, incluso negativa, inver- tiene más separados los mros de los •otros es la condición de pro-
tida o crítica, entre la nueva "física" y aquello que lleva el mismo greso de cada cual. Desgraciadamente, en un mundo "instanta-
nombr'e en la fi~osofía de Aristóteles. La nueva física no podría neísta" en el que los conceptos se comercializan, el eclecticismo es
siquiera afirmar que el objeto aristotélico no existe: no puede decir de rigor.
nada a su respecto. Esta "nada" es lo que Bachelard llama ruptura
13 El concepto de "sutura" ha sido introducido por J. Lacan y
epistemológica. ·
10 Esta ·ubicación constituye la genealogía de una ciencia. Los J. A. Miller para pensar• la plaza-desplazada del sujeto en el campo
psicoánalítico. Cf. Cahiers pour l'Analyse, n'? 1, 1966. (Mi propio
trabajos de Koyré o de Canguilhem son genealógicos. Sin embargo, empleo del concepto es simplemente indicativo.)
Joo que separa a Althusser de la notable empresa en la que Foucault
14 Señalemos que, limitándonos a los conceptos esenciales in-
se ha lanzado -y de la que una obra maestra, Naissance de la clini-
que (París, PUF, 1963_) [hay trad. esp.] manifiesta la excepcional troducidos por Althusser, de ningún m'Odo pretendemos disimulat
importancia- es la convicción teórica de,que si bien son posibles una que el (re) comienzo del marxismo es una obra colectiva. Más co-
genealogía de la ciencia y una arqueología de la no-ciencia, no pue- lectiva que toda otra, lo que le es asignado por su exclusivo destino
político.
de haber una arqueología de la ciencia. La ciencia es precisamente
15 Cf. MM,ll5.
la práctica cuya única sub-estructura es ella misma; carece de "sue-
lo" fundamental, en el sentido en que todo suelo constituyente es 1a Precisamente en este punto se situaría la articulación del mar-
el inconsciente teórico de la ideología. xism'O y del status que el psicoanálisis acuerda a lo imaginario. Ar- ;-•.
A partir de esta discordancia, podríamos explicar: ticulación provisoriamente inhallable. (Las recientes especulaciones
a) la imposibilidad de Foucault para producir, sobre el fondo de Lacan a propósito del sujeto de la ciencia no deben disimular-
estructural que él mismo dibuja, los operadores distintivos de la nos que, en el marxismo, "sujeto" es una noción propiamente ideo-
ciencia y de la no-ciencia; su necesaria limitación a la arqueología lógica). ¡·.::.
7
de las pseudo-ciencias; 1 El término sería aquí "denotador" o un equivalente del .:n- :-::
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ALAIN BADIOU LECTURA DEi ALTHUSSER 285
284

glés der:ignator ( cf. R. Carnap, Meaning and Necessity, Chicago, el fundamento al que se refiere Serres apunta a una per•spectivrt
1956, p. 6). trascendental. Por el contrario, si se define la ciencia como pro-
La te01•Ía formal de la denotación y, en general la semántica ducción de un efecto específic'O y la epistemología como historia
formal desarrollada por el empirismo lógico anglo-sajón, •ofrecen la teórica de los modos de producción de este efecto, se deducirá qn"
base para un análisis estructuml de la ideología. Naturalmente, la la importación epistemológica es imposible. En rigor•, lo que la
semántica es para Carnap una teoría de la ciencia: lo que sucede matemática ha efectivamente "tratado" no es ]a ley real de sn
es que el empirismo lógico en tanto tal es una ideología. Lo que proceso sino una r'e-presentación ideológica de la matemática, una
no quita que realice un inventario [relevé] sistemático de las formas ilusión de epistemología. · Tratamiento que ]e era necesario, ya que
generales de la description ligada [descripti.on liée], del discurso / ·como t\Jda ciencia, la matemática es ciencia de la ideología. La sin-
. re.produc.tor,.es decir de las.f9PP.ª~--JPª,S :;¡:IJ:s.~r~_(!t~s._de todo discurso
...~ •.,j6...

gularidad de la matemática consiste en que su "exteriorr' deter-


ideológico. minado es precisamente la región de la ideología en la que la ma-
lE El concepto de totalidad, tomado en su sentido absolu!'o, e~ temática es indicada como ciencia. Tal es el contenido real del
el ejemplo arquetípico de fantasma teórico. La totalización sartream• carácter "a-priorístico" de esta ciencia: ella sólo se ocupa de su
es la crítica fantasmal del fantasma: es un desplazamiento-progreso propio hecho, tal como éste es indicado en su re-presentación.
', ·! 22 En los textos de PM, a fin de conservar la tradición y mejm
intra-ideológico.
19 La economía vulgar es caracterizada en varios pasajes. Por aprovechar un célebre texto de Mao, Althusser• llama "contradic-
ej.: "la economía vulgar [ ... ] se contenta con las apariencias, ru- ción" a lo que denominamos "práctica-articulada". Por nuest1a
mia sin cesar, para sus propias necesidades y para vulgarizar los parte, preferimos abandonar esa designación confusa.
más gr'Oseros fenómenos, los materiales ya elaborados por sus pre- 23 El problema fundamental de todo estructuralismo es · el del
decesores; de manera pedantesca, se limita a erigir en sistema y a términ•o a doble función que determina ]a pertenencia de los res-
proclamar como verdades eternas las ilusiones con las que el bur- tantes térmjnos a la estructura, término que a su vez se halla ex-
gués ama poblar su mundo, el mejor de los mundos posibles" (Le cluido por la operación específica que lo hace figurar bajo las espe·
Capital, éd. Sociales, I, 83, note). Luego, la ideología: cíes de su representante ( [lieu-tenant], por retomar un concepto
a) repite lo inmediato (la apariencia), es decir, la ilusión ob- de J. Lacan). El gran mérito de Lévi-Strauss es haber reconocido
jetiva; - la verdadera importancia de esta cuestión, aunque fuera bajo la
b) reinscribe, en este inmediato re-presentado, los c•onceptos forma del Significante-cero ( Lévi-Strauss, "Introduction a l' oeuvre
científicos o materiales elaborados; de Mai.iss", in: M. Mauss, Sociologie et Anthopologie, París,
e) totaliza lo re-presentado (sistema) y lo piema como Verdad: PUF, lf;)50, p. XLVII ss.). Se trata de una localización del lugar
la ideología se autodesigna como ciencia; ocupado por el término que indica la exclusión específica, la caren-
d) · tiene por función servir a las necesidades de una ·clase. cia pertinente, o sea la determinación o "estructuralidad" de la es-
20 La distinción esencial entre el 'Objeto-de-conocimiento y el tructm•a. J. A. Miller ha expuesto este problema en su artículo· ya
objeto real, la teoría del conocimiento como producción, la diferen. citado, ·"La suture".
cía entre sistema y proceso de exposición, todo esto es el fruto de En otro habajo, esperamos mostrar: a) que el uso -extraordi-
una minuciosa reflexión realizada a partir del texto "canónico" de nariamente ingenioso~ de la construcción del número hecha por
Marx, la Introducción de 1857 a la Crítica de la Ec. Política (Pa- Frege a fin de ilustr_¡~r el problema d~ la causalidad estructural, es
rís, éd. Sociales, 1957, trad. franc. M. Husson y G. Badia, pp. 149- epistemológicamente inadecuado; b) que la lógica del significante
175). [Hay trad. esp.] como tal (del significante "en general") no puede ser pensada,
·21 M. Se_rres, en "La querelle des anciens et des modernes Gn excepto que se esté repitiendo la estructura de la metafísica.
mathématiques" (Critique, nc;> 198, nov. 1963), sostiene la tesi~ 24 Cf. por ej. LI,49. En efecto, la causalidad inmanente de la
opuesta. Según Serres, la matemática moderna se ha tomado a sí sustancia no es sino su efect•o: movilidad intra-modal de la Natura
misma por objeto, importando progresivamente su propia epistemo- naturata de la que la Natura naturante es la determinación ausente.
:._, logía. Y, en general, una ciencia madum es "una ciencia que com- Dios, sin embargo, está efectivamente representado, como modo,
:, : porta la auto-regulación Óe su propia región, su epistemología autóc- por su idea adecuada. En la configuración estructural llamada
tona, su teoría sobre sí misma, expresada en su lenguaje, según la "hombrv", este representante de la determinación puede ser ( liber-
descripción, el fundamento y la norma'' (p. ·1001). No podemos tad) o no (servidumbre) dominante: la sabiduría es una coyun-
discutir aquí el detalle de esta tesis. Indiquemos, no obstante, que tura.
!_'_;_ '
286 ALAIN BADIOV f:~ LECTURA DE)¡ ALTHUSSER 287
:)
;1'' ~ :

25 El campo completo de estas prácticas tal C'Omo suele estar b) la identificación de concepto y definición: "[ ... ] la cuestión
indicado por Althusser, incluiría, además de la práctica teórica y del status de la definición, es decir, del concepto" ( LII,67). , ..
la práctica ideológica, el conocimiento "técnico" y el conocimientu Esto implicaría un retorno precipitado a la vieja ideología de lJ '
'.
"empírico", pi'Obablemente reducibles a ciertas configuraciones matemática-lenguaje. Recordemos que los conceptos de una cien-
tmnsicionales entre lo C'onocido, lo re-presentado, y otros efectos cia son necesariamente términos no-definidos; una definición es
interiores a diversas instancias de las frormaciones sociales. siempre la introducción de un símbolo abreviador; la regularidad
26 Como lo destaca Althusser a propósito de Husserl, reivindicar
de la eficacia de un concepto depende de la transparencia del có-
el círculo como círculo no nos hace salir de él. Y se podría agre- digo en el que figura, o sea de su m.atematización virtual; en física,
gar: califica!' com'O "dialéctica" la circularidad del círculo no debe
~~ en biología fundamental, la matemática no es subordinada y expl'e-
esconder el caso en el que este círculo es el círculo de la ideología. siva, sino primaria y p'1'oductiva. · . .. . ...
"[ ... ] el círculo de esta operación, como todo círculo de esta espe- 29 Releamos el prefacio de la segunda edición de la Crítica de
cie, no es sino el círculo dialéctico de la pregunta planteada a un
objet'O a propósito de su naturaleza, a partir de una problemática
la R. Pura: Kant multiplica los índices de una singularidad sin con. --
cepto, de un (casi) milagro que pr'eside el surgimiento "fáctico" de
teórica que, poniendo su objeto a prueba, se pone ella misma a la ciencia. "Revolución debida a un solo hombre", "feliz idea de
prueba ante su objeto" ( PM,31). De acuerdo, pero, ¿qué pasa un ensayo", "que tuV'Q la dicha de realizarlo". La ciencia es un
cuando el objeto es el conocimiento mismo (es el caso del MD), o hecho puro, "por debajo" del cual no hay nada.
sea justamente la relación de t'Odo objeto científico posible con su
problemática? La pregunta planteada a este objeto instituye un
problema cuya estructura es absolutamente original: el problema
de la problemática. ¿No nos arriesgamos a descubrir que, como
ciertos "objetos" de la teoría ingenua de conjuntos, éste es un ob-
jeto paradojal? ¿No nos exponemos a que la única designación po-
sible consista en enunciados informulables?
27 Las indicaciones que siguen, muy áridas, son harto sumarias~ - . :~
A partir del hecho de que Althusser suele determinar la eficacia
"global" de una instancia por efectos de desplazamiento, he cons- ...
truido un ejemplo· teórico más completo que utiliza como funciones
de base permutaciones de permutac·iones. Demasiado técnico par¡¡
ser expuesto aguí, ·me limito a señalar su existencia.
28 La te•oría de las Categorías tal vez sea el acontecimiento epis-
temológico más significativo de estos últimos años, por el esfuerzo
de abstracción radical que testimonia: las estructuras matemáticas
ya no son construidas según relaciones operativas entre elementos
de una multiplicidad pura (conjunto). Aparecen más bien como
"cúspides" [sommets] de una red de recorridos en la que lo p1·imero
son las correspondencias estructurales (isomorfismos). En el uni-
Verso (es el concepto utilizado) así dibujado -Estructura de es-
tructuras-, la multiplicidad no es más que una estructura entre
otras: se hablará de la Categoría de los conjuntos, de la CategorÍ8
de los grup•os, etc.étera. ·,
A propósito, quisiera señalar un peligro latente de "aristotelismo"
en Althusser, un movimiento de pensamiento más "orgánico" qn~
matemático. En efecto, en sus textos solemos encontrar: ·
a) la subordinación de Ía matemática a una conceptualización
no-matemática: "Respecto de la formalización conceptual, la forma- 1
lización matemática sólo puede ser subordinada" ( LII,l63);

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Emilio de Ipola

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LECTURA Y POLíTICA
(a p r o p ó si t o d e A 1t hu s s e r )

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Escrito especialmente para este ~olumen ( 1969)


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a Susana § La intervención llamada lectura t.:
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Esta nota se propone restablecer los derechos del dis- .
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curso althusseriano 1 sobre el dominio -decisivo para hi .:. .'

teoría marxista- de la práctica política. Objetivo que se-·


!'
ría superfluo si una cierta lectura no hubiese intervenido
en ese discurso para excluir -declarada o subrepticia-
mente- todo lo que concierne al registro de esa práctica.
Sin duda, que dicha lectura se defina más por lo que de-
niegaque por lo que promueve basta para hacernos sospe-
char de su inocencia. Sus mecanismos recuerdan los de
una cierta estrategia que, no por casualidad, se consagra
al ejercicio minucioso del silenciarriiento y de la censura.
Se sabe, en efecto, que tal estrategia es la marca incon-
fundible de una política a la defensiva. De una política
que, para perpetuq.rse, necesita ocultar -y ocultarse- los
desmentidos que la cuestionan.
Esa política ha· dado pruebas de su existencia ahogando
bajo un torrente de palabras infinitamente repetidas ]as
voces y los actos que se obstinan en denunciarla: la Re-
volución Cultural china, el movimiento de mayo en Fran-
cia, la lucha armada en América latina, así como -desde
otro punto de vista-· las miserias de la burocracia y Ja
ineJ!>cia resignada del reformismo. Esa práctica activa de
la dimisión generalizada tiene un nombre: revisionismo 2 •
Sus intereses, sus medios, su campo de acción son vastos:
nada tiene de extraño que exista también una manera
revisionista de leer.
Ahora bien, los análisis de Lire le Capital comienz::tQ
precisamente con una "lección de lectura". Plantear "a .,

::::_
toda lectura culpable, la pregunta misma que desenmas-
cara su inocencia, la simple cuestión de su inocencia:
¿Qué rzs leer?" ( L/,14) : tal es, explícitamente, el objeto
de los primeros capítulos del Prefacio de Althusser. Y, ya
. j
LECTURA. DE .ALTHUSSER 293
·::1,
,·,
292 EMILIO DE IPOLA

que se trata de leer, vale la pena interrogar esas páginas


j
._,
tradicional de lo ideológico como discurso, como efecto
exclusivo de la palabra o del texto escri~o (y, con fre-
,•;:.

iniciales que, no sin ironía, sitúan en el punto de partida


de nuestra lectura una discusión sobre los puntos de par-
l 1
cuencia, del texto político institucionalizado).
tida de toda lectura; que cuestionan, desde el texto mis-
mo, a la actividad anónima que intenta descifrarlas. Cabe
¡ La práctica filosófica marxista, tal como Althusser y
sus colaboradores la entienden, transforma radicalmente
¡ es' a representación (ideológica) de lo ideológico: para e]
pensar que ese cuestionamiento nos instruirá sobre las
materialismo dialéctico el discurso es solo uno de los pla-
condiciones de posibilidad de una "mala" lectura. In- J nos en que se éjerce la actividad de la ideología; menos
cluso, de una "mala" lectura de Althusser. )
No es fortuito, por otra parte, que el tema de la lectura l visibles -por lo tanto~· "más "éficáces- son los' éfedos de
~~ esta actividad en los registros ignorados del gesto y del
introduzca en Lire le Capital a una reflexión inédita sobre '~
la filos'ofía marxista. Tal vez toda la novedad teórica de comportamiento, en. los lugares comunes de la conducta,
la empresa althusseriana -la transgresión de una cierta en las operaciones sin memoria y sin rostro rHualizarlas
práctica ideológica de la letra de Marx- se juegue en úl- por la rutina: "v~r, escuchar, hablar, leer" (LI,14) (sub-
tima instancia en esa cuestión "banar' de la lectura. Quizá, rayado nuestro).
también, su vigencia política 3 • Hay, pues, una cuestión de la lectura. Una cuestión:
además, filosóficamente prioritaria: dada su pa1ticuJar
permeabilidad a la iu.cidencia de lo ideológico, la lectura
# 1) constituye hoy, en efecto, uno de los lugares cruciales en
que se libra la lucha entre la ideología y la ciencia. Lu-
cha desigual, sin embargo, has· a tanto el gesto -de la lec-
Toda ruptura epistemológica -momento crucial de tuni no haya sido interrogado. Se comprende así que la
irrupción de un nuevo espacio teórico- requiere la pro- práctica filosófica descubra, en el terreno de esa lucha,
ducción del concepto de la ideología reemplazada 4 • En la carencia espeCífica que suscita' sú intervención: la ausen-
ese trabajo conceptual que preserva a la ciencia de los ries- cia radical de la teoría -y su consecuencia necesaria: la
gos de un retorno a su propia prehistoria se árticula la orfandad radical de la práctica.
intervención de la práctica filosófica. Más generalmente,
allí donde se trata de reducir una resistencia ideológic~ Pero, ¿en qué consiste la intervención filosófica del
¡..
regional (llámese ésta "flogisto'~, "geocentrismo", o "valor materialismo dialéctico en la actividad de la lectura? No,
del trabajo"), de superar un obstáculo epistemológico lo- por cierio, en la producción de una teoría de la lectura
calizado 5 , la práctica filosófica encuentra la ocasión ejem- (tarea que la excede) 7 ; pero tampoco en el simple plan-
plar de su ejercicio. Filosófica es, pues, la capacidad de teo de la cuestión de la lectura (tarea que le corresponde,
identificar y de neutralizar la acción de la ideología en- c.·
'
pero no la agota). Esta intervención no se distingue de
quistada en una ciencia; filosófica también, en consecuen- la que define específicamente a la filosofía marxista, a
:; >
cia, la categoría generalizante de "práctica ideológica" saber: 1) la demarcación constante en·re lo científico y
·.·.::
-entendida ésta como actividad de subversión de una lo ideológico; 2) el ejercicio activo de una militancia teó-
ciencia ·6 • Categoría, en fin, cuya construcción también rica en favor de la práctica científica y contra la ideolo-
requiere -en otro plano-la abolición de resistencias ideo- gía ( L,50). Quedan por precisar las formas concretas que
lógicas sólidamente arraigadas; ·entre ellas, la de la noci(m asume esta doble intervención.

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294 EMILIO DE IPOLA LECTURA DE¡ ALTHUSSER 295

Sin embargo, dichas formas tampoco son originales: en ideología -que admite diversas variantes- posee actual-
la lectura, como en toda o~ra práctica teórica, la filosofía mente un rol dominante.
no puede más que toma1· partido, sin «crear" nada nuevo, Tesis 8: Por lectura fantasmal debe entenderse una mo-
sin agregar nada que pueda incorporarse de hecho o de dalidad específica de práctica ideológica de la lectura.
derecho a esa práctica; _sólo le cabe fijar una posición, Tesis 9: Existe una línea de continuidad estricta entre t
1

la lectura fantasmal y el discurso ideológico de la herme- !


indicar una opción: pmnunciarse. El arma de ese pro- :~·-::
nunciamiento será, también en este caso, el enunciado néutica.
dogmático por excelencia: la tesis filosófica ( L,34) 8 • Las tesis 7, 8 y 9 requieren las precisiones siguientes: k
Pero esta modestia o, por decirlo asC es:a."· voluntaria -
«miseria de la filosofía'' no debe llamar a engaño: la toma
de partido en filosofía produce siempre efectos específicos
'
__ J ...
!
¡
'

'
..En primer lugar, en cuanto a la intervención que opera
la lectura fantasmal, cabe definirla como la proyección es-
pecular de una problemática ideológica sobre la letra
de un texto-objeto; el resultado de esta intervención es
¡::-

-a veces decisivos- en el terreno de las prácticas teóricas. t la producción de un discurso alucinatorio, efecto de un
Tampoco aquí la lectura constituye un dominio de excep- t
} compromiso entre las resistencias del texto y las exigencias
ción. Dicho de otro modo, una nueva práctica (y también de la ideología (la cual, sin embargo, conserva la hege-
una nueva teoría) de la lectura pueden abrirse camino a f
t
• !• monía) 13 . En términos generales, pese a su referencia
partir del enunciado de algunas tesis filosóficas funda- !. al orden del discurso, la lectura fantasmal debe ser carac-
mentales. Vale la pena, en consecuencia, tratar de recu- ' terizada como una serie ordenada de operaciones ideo-
perar las que sub"ienden la reflexión de Althusser. La lógicas.
enumeración que sigue se limita a recapitular las princi- En segundo lugar, el rol de la hermenéutica consiste en
-'¡:-
pales 9 : someter dichas operaciones a lo que cabría llamar una
Tesis 1: Por «lectura" debe entenderse una modalidad (
¡
' "elaboración secundaria'' destinada a garantizar (a partir
específica de "práctica teórica" ( Cf .LJ,25) 10 • del registro generalizante del discurs~) la reproducción
Tesis 2: Toda lectura se define como una interveneión a-crítica de la práctica de la lectura fantasmal. La her-
específica en la letra de un discurso-objeto. menéutica «corona" (en el doble sentido de esta expre- ¡,:·
Tesis 3: La intervención llamada lectura se auto-repre- sión: completar y consagrar) las operaCiones de la lectu-
senta y se legitima, como toda práctica, en una "teoría" ra ideológica, a través de una re-ideologización razonada
(en lo esencial ideológica) de sí misma. de sus mecanismos. Producto de· un trabajo reflexivo, esta
Tesis 4: La ideología que representa-legitima la prác- re-inscripción ideológica se resuelve en un discurso que
tica de la lec~ura es, como en toda práctica teórica, una aspira a la racionalidad: la hermenéutica se pretende así
ideología filosófica 11 . teoría Tigurosa de la lectura. Las premisas mayores de esa
Tesis 5: Esta ideología de la lectura es, co¡no toda ideo- teoría, presentadas en los términos de su coherencia pro-
logía filosófica, idealista 12 • pia, son:
Tesis 6: El fondo común de todo idealismo de la lectura 1) Interpretar un disc11rso es descubrir -y descifrar- ,,'
es la denegación de la intervención específica que define la significación única y profunda que necesariamente lo
a la práctica de la lectura. habita. Depositario (y máscara) de ese sentido esencial,
Tesis 7: La hermenéutica es la forma que asume hoy la el texto suele remitir a la "intención" -o al «proyecto''-
ideología idealista en tanto teoría de la lectura. Esta de una subjetividad ( Cf. el "verdadero rostro de Marx", el

····.


·.·.·¡i 296 EMILIO DE IPOLA
·:,
.,

] "pensamiento profundo de Rousseau'', y otras fórmulas § La hermenéutica en acción: "lecturas" de


-;:¡¡ análogas). Precisemos que esa "intención" no tiene que Althusser
'; ·j ser necesariamente consciente para la subjetividad en l
·: .1 cuestión -en tal caso, se hablará de intención -o de pro-
yecto- latentes.
·.,; · 2) Ese sentido jamás aparece en la supe1jicie del texto.
Toda significación es, en primera instancia, opaca, de
···· ·modo· tal que un cierto trabajo de des-ocultación resulta
1
{
Tomemos como ejemplo algunos de los artículos crí--
ticos sobre los trabajos de Althusser y su equipo 14 • Pro~
indispensable. Así pues, postulando la opacidad inicial l .
! tocolos -voluntarios o no- de otras tan:as lecturas, esos
del texto, la hermenéutica se afirma como reflexión crítica ~ artículos tienen la virtud de ilustrar acabadamente ]os
sobre la lectura: su adversario (alucinatorio) será la lla-
mada "lectura superficial". En fin, las oposiciones tradi-
cionales entre lo "manifiesto" y lo "latente", lo "visible" y
lr mecanismos descritos en el parágrafo precedente. En
casi todos ellos, en efecto, la conjunción eficaz de la lec-
tura fantasmal y de su justificación hermenéutica se cum-
lo "oculto", la "apariencia" y la "esencia',, cumplen la fun-
-f ple de manera ejemplar.
:

•·.i
'!
1

ción de representar "teóricamente" esta toma de distancia


,, .
t!· Esta convergencia es posible al precio de una compli-
··;'
cnnca. f cidad negativa: a excepción del de H. Lefebvre, todos los
El efecto de estas dos premisas es el de consagrar bajo I artículos pasan por alto la discusión sobre la lectura que
¡.
el sello de la coherencia la producción del discurso aluci- sirve de punto de partida a los análisis de Lire le Capital.
natorio por parte de la lectura fantasmal. Dicho de otro Como veremos, el sugestivo silencio que dichos artículos
modo, la hermenéutica atribuye al texto una "profundi- -. observan frente a ese problema prepara una segunda f'X-
dad" exclusivamente destinada a disimular la intervención ( clusión, mucho menos inocente. Limi:émonos, por el mo-
'
ideológica de la lectura fantasmal. De esta manera, la 1 mento, a los efectos inmediatos de ese silencio.
.,,, deformación del texto es re-presentada por el discurso her- Ante los textos de Althusser y su equipo, la lectura ideo-
menéutico como una simple tarea de "desciframien! o". lógica ordenará sus operaciones en función de una ex-
3) El discurso alucinatorio así construido es designado pectativa primera y fundamental. Su interrogación inicial,
por la hermenéutica como el "sentido objetivo', (o ver- será la interrogación hermenéutica por excelencia: en
dadero) del texto-objeto. Esta designación -última etapa qué medida la interpretación de Marx que presentan los
de la hermenéutica- permite disipar en el olvido hasta la trabajos de Althusser y sus colaboradores es fiel al espíri-
más -ínfima traza que podría denunciar la acción subrep- tu del discurso marxista? ¿Cuál es el grado de su or-
ticia de la lectura fantasmal. La intervención ideológica todoxia, esto es, de su respeto del pensamiento marxista?
queda definitivamente legitimada. Puesto que, en lo esencial, la empresa filosófica althusse-
Se comprende así que la ideología hermenéutica, lejos riana se auto-define como una lectura, la ideología her-
de operar una reduplicación superflua en el plano reflexi- menéutica tiende naturalmente a representársela a imagen
vo, constituye una condición indispensable para el ejer- y semejanza de sí misma: para la hermenéutica, el proble-
' cicio eficaz de la lectura fantasmal. Prác'ica alucinatoria, ma que plantea Althusser es, al menos en primera ins~
;!' tancia, un problema hermenéutico 15 •
dich::t lectura recibe del discurso hermenéutico esa imagen
de sí que le permite cimentar su propio despliegue. Sin embargo, esta declaración no es la última palabra
·::··'
298 EMILIO DE IPOLA LECTURA DE¡ ALTHUSSER 299
~: ::
de la hermenéutica, sino sólo su punto de partida: la empero que las repetidas declaraciones de ortodoxia
decisión inicial que dará libre curso a los mecanismos
de la lectura fantasmal. Para descifrar el discurso la- l
~
marxista que jalonan el discurso althusseriano sean pura-
mente decorativas; por el contrario -dirá la hermenéuti-
~ ·: :

tente, es preciso previamente aprehender el discurso ma- ca- tales declaraciones cumplen la importante función de
1
nifiesto. Así, por ejemplo, la obra de Althusser y sus ¡ disimular a cualquier precio el supuesto sobre el cual se
colaboradores se presenta aparentemente como una her- edifica la problemática althusseriana: La exclusión de la .·..
menéutica, es decir como una interpretación -sedicen-
temente ortodoxa- del pensamiento de Marx. Pero tales . \ política.
Como-todo- discurso--ideológico·' el· ·discurso· hermenéuti-
son sólo las «apariencias" o, dada la lógica particular de f .
co se despliega en base a la repetición especular de sus
la hermenéutica, lo que profundamente el discurso al-
thusseriano no es. 1 operaciones sobre diferentes planos 17 • Así, por ejemplo, .•
:··
si el estructuralismo es la "verdad" del aparente marxismo :~

En efecto, poco se tardará en descubrir que, en ese 1 de Althusser ( ler. nivel), la exclusión de la política es a :,,·

discurso, la "interpretación" de Marx es, en un doble


sentido, no pertinente. En primer lugar, se trata de una
interpretación "inadecuada", de una "falsa" hermenéuti-
l
1
su vez el significado oculto (por lo tanto, verdadero) de
su estructuralismo ( 29 nivel). En cuanto al sentido de ese
sentido, las diversas variantes de la hermenéutica difieren.
Ciertas aclaraciones son aquí indispensables.
il
¡·.;
~:

.;
.

ca, que implica una deformación arbitraria, sino delibe-


rada, de los contenidos del pensamiento marxista 16 . Pero Hemos dicho que la hermenéutica hace del texto-objeto
de todos modos, eso no es lo esencial. Lo esencial es el depositario de una sigrdicación única e inicialmente
que, profundamente, la obra althusseriana se inscribe, so opaca, axioma que 'justifica la "traducción" fantasmal. Pre-
pretexto de una supuesta necesidad de revigorizar la ( cisamos también que este axioma es el invariante de todo
filosofía marxista, en el cuadro de una doctrina contem- 1 discurso hermenéutico pero que, en el interior de sus lí- 1
poránea ajena al marxismo (o, mejor, que se presenta a mi' es, diferentes interpretaciones de la "interpretación"
menudo como una alternativa al marxismo), a saber la son posibles. Un primer grupo es- el constituido por las 1

doctrina estructumlista. El estructuralismo sería así el doctrinas que A. Badiou subsume bajo el nombre gené-
sentido objetivo de lo que se presenta en Althusser como rico de "variantes del marxismo vulgar" ( § Badiou); otro, ! :.
una lectura ortodoxa de Marx, de modo tal que para el formado por las diferentes versiones de la ideología :·
aprehender la problemática althusseriana habría que re- estructuralista. Esta última afirmación es. capital.
ferirla, no a los contenidos del discurso marxiano, sino al En efecto, pese a la oposición que las separa (o, mejl)f
acontecimiento mayor de la coyuntura ideológica actual: dicho, en virtud de es~a oposición misma), existe una ]n-
la emergencia y, más tarde, la adopción generalizada de tima complicidad entre las hermenéuticas pseudo-marxjs-
los «métodos estructurales" en el campo de las llamadas ta y estmcturalista rs. Paradójicamente, esa complicidad
«ciencias humanas". Después de todo, poco importa que explica sus mutuas divergencias en lo que se refiere a la
los trabajos de Althusser y sus colaboradores declaren su evaluación de los trabajos de Althusser y su equipo. De
fidelidad a una doctrina clásica: ¿acaso los otros estruc- (
hecho, ambas ideologías coinciden en situar a la proble-
turalismos (en antropología, en psicoanálisis, en lingüís- mitica althusseriana en el espacio teórico del estructura-
tica) no se consideran, por ilusión retrospectiva, ]os lismo; la primera ( Cf. los m<ículos de Goldmann, Gian-
herederos de una cierta "tradición''? Esto no significa notti y Lefebvre), para condenarla sin atenuantes; }a

! :·
LECTURA DE ALTHUSSER 301
. ·.":t¡' 300 EMILIO DE IPOLA
;:fl
., ma~erialismo histórico, que la lectura sintomal trata su
.:·'7 segunda, en cambio, para reconocerle una cierta pertinen- objeto como una "formación textual" 21 •
.>[
... :¡ cia ( Pouillon), no sin reprocharie el que no explicite las
. : fuentes de que se nutren sus análisis ~entre ellas, en pri- En general, una formación textual debe ser considera-
¡
'
1
mer lugar, los trabajos de Lévi-Strauss 19 • Ambas lecturas ¡ da como el producto complejo de la articulación de dos
1 (o más) escrituras 22 • En el caso de una formación tex-
coinciden también en indicar la exclusión de la polLica
... como una consecuencia implícita en dicha problemática 20 • l tual a dominante teórica tal ar:iculación, necesariamente
desfasada, impone la coexistencia compulsiva de una es-
Así queda consumada la "digestión'' hermenéutica fle 1 critura ideológica (subordinada) y de la escritura teórica
·ae ..
los trabajas· Althusser y su .. équip·a: ¿Diremos;· por
propiamente dicha (dominante) 23 • Esta última afirma-
·nuestra parte, que esa "interpretación" es arbitraria? ¿Que ción desmiente, pues, el viejo y arraigado mito según el
ignora la "inspiración profunda" oculta tras la superfi- cual la "coherencia" sería la marca inconfundible de un
cie opaca de los textos? ¿Propondremos, en fin, una discurso teórico. Hay buenas razones para suponer, en
nueva hermenéutica, supuestamente más "rica"', más "or- 1¡ cambio, que todo texto acabadamente coherente se sitúa
todoxa'', de esos textos? De ningún modo. Si así •lo hi- por entero en el campo de la ideología.
tiéramos, nuestra lectura, lejos de exceder los límites fl.e {
Por el contrario, lo que define a un texto a dominante
la hermenéutica, quedaría irremisiblemente prisionera -·t teórica es la ca-presencia articulada de dos lenguajes mu-
de sus mecanismos. Y se trata precisamente de poner. en tuamente excluyentes, y los efectos específicos de esa ar-
cuestión esos mecanismos, así como la ideología que ticulación, a saber, condensaciones, desplazamientos, con-
los legitima. tradicciones, ambiyalencias, bruscos silencios o efusiones
·.;
Ahora bien, si otra lectura de Althusser, diferente de delirantes de la palabra: síntomas. Un texto teórico es el
la que propone la hermenéutica, es posible, en los text::>s lugar de un conflicto que la lectura reaviva. Dicho de
de Althusser mismo hallaremos los principios y las reglas otro modo, un texto teórico, en la medida en que es ae~
de su ejercicio. Hemos dicho: otra lectura, esto es, una tualizado por una ·lectura determinada, posee un tipo de
nueva práctica de la lectura, basada en nuevos' mecanis- existencia coyuntural 24 •
mos y base de nuevos efectos. Lectura no hermenéutica, Coyuntura que prescribe una doble tarea a la lectura
sino sintomal. sintomal: la ehicidación de la trama compleja de efectos
'
que la definen; la identificación y el deslinde de las escri-
Lectura que supone también la coexistencia en el dis-
turas productoras de esos efectos -a saber, la escritura teó-
curso-objeto de dos textos ( Ll,l5). Pero, en este caso,
rica y la escritura ideológica. Es natural que lo que emer-
se trata de co-existencia en sentido estricto. O sea: lejos
ge en el texto baj-o la forma de síntoma interese privilegia'-
.. '
: de oponer un texto al otro como la "esencia" a la "apa-
damente a esa lectura: problemas sin respuesta, respuestas
riencia'', lo '1atente" a lo "manifiesto", lo "falso" a lo
sin problema, doble o triple uso de un mismo concepto,
"ve1·dadero", lejos de adjudicar al discurso-obje~o una
repeticiones, metáforas, denegaciones, dificultades u oscu-
. ' profundidad ilusoria, sustraída a la mirada ingenua de ridades del lenguaje, etc. A través de esos "lapsus", en
la lectura supedicial, la lectura sintomal interviene en efecto, el texto denuncia la doble y contradictoria proble-
la contextura única y actual del discurso, en la "perspec- mática que lo constituye.
tiva rasante de su existencia" ( Lll,l71). Diremos, ha-
Ningún texto _teórico escapa a este destino; ningún tex-
ciendo un uso apenas metafóric_Q de un concepto del
l
302 EMILIO DE IPOLA · LECTURA D~ ALTHUSSER 303
·.:·

to teórico no merece una lectura sintomal. Y, por "determinación ·diferencial de las formas", "sincroniza-
supues~o, esta regla vale también para los textos althus- ción diferencial de las formas", "sincronía-diacronía",
serianos. Textos que enuncian así las normas de su "apariencia-realidad'', etc. '28 • Pese a estar rodeado de
propia crítica; que, lejos de soslayarla, reclaman y, en las máximas precauciones y limitaciones, tal empleo su-
cierta medida, comienzan esa crítica '25 • Dicho de otro ministra un primer punto de apoyo a las operaciones rte
modo, una lectura sintomal del discurso althnsseriano la lectura fantasmal.

figura como exigencia en la lógica de ese mismo discurso. En la forma de ciertos análisis: a menudo, las exigen-
Respetar esa exigencia equivale, pues, a prolongar la. cias de la polémica contra el hhtoricismo y el humanismo
empresa teórica que en él se inaugura 26 • dan lugar a fórmulas que no dejan de evocar ciertas cons-
tantes del estructuralismo. Citemos un ejemplo: en
'# '#
Lire le Capital, el concepto central de modo de produo- ·
ción suele ser definido como la "combinación" -según ~ ::.<
dos relaciones fundamentales: propiedad y apropiación
Tratando su discurso-objeto en términos de formación real- de "un pequeño número de elementos, siempre
textual, la lectura sintomal elucida las condiciones de los mismos'' -a saber, 1) trabajador, 2) medios de pro~
posibilidad de otras lecturas del mismo discurso 27 • Si, ducción (objeto y medio de trabajo), 3) no trabajador
por ejemplo, la hermenéutica deniega la per: inencia ( Balibar, LII,243). Esta definición está en la base de la
política de ··los textos althusserianos, una lectura sintomal tesis según la cual "por combinación variada de esos ele-
rigurosa debe ser capaz de identificar, en esos mismos mentos entre sí, según las dos relaciones que pertenecen
textos, lo que posibilita tal denegación. En otros térmi~ a la estructura de todo modo de producción, podemos ...
nos, dicha lec~ura debe poder distinguir, en las forma- { reconstituir los diversos modos de producción'' ( Balibar,
ciones textuales de la escuela althusseriana, lo que per- LII,2ll). En fin, esta tesis conduce naturalmente a una
tenece de derecho a la teoría en sentido estricto de lo conclusión -a la vez crítica y positiva- que Althusser
que, dependiendo de una problemática todavía ideoló- enuncia en estos términos:
gica, permite el anclaje de la lectura fantasmal. "La naturaleza de ese concepto de 'combinación'
Comencemos por identificar esa otra escritura que, funda evidentemente la afirmación ... según la cnal
yuxtapuesta a la escritura teórica, hace posible la int0r~ el marxismo no es un historicismo, ya que el concep-
vención ideológica. En el léxico sobre todo, pero tam- ir· to marxista de historia se basa en el principio de la
bién en la forma de ciertos análisis, hallaremos sus trazas. variación de las formas de esa combinación" ( LJI,
En el léxico: el empleo frecuente de términos perte- 153) (subrayado nuestro).
necientes al lenguaje es:ructuralista abre la vía a lo que Esos textos, a condición de esquivar toda referencia al
no basta con llamar un malentendido -sobre todo, te- contexto en que aparecen y a los análisis que los comple-
niendo en cuenta la importancia capital que Althusser tan, se presta~ fácilmente a una interpretación estructu-
acuerda a las cuestiones de terminología ( LII,ll2-113). ralista. Basta con suponer que la "variación de las formas
Nos referimos a nociones y oposiciones tales como "es- de esa combinación" requiere, para efectuarse, la acción
tructura", "autonomía estructural", "invariante estructu- irremplazable -pero exterior y contingente- del aconte-
ral", "homología", "combinatoria'', "campo -semántico", . cimiento histórico, para reproducir el esquema mismo de
: ,j 304 EMILIO DE IPOLA
-:".-1
:.>:
la ideología estructuralista, tal como se expresa en los ;1' § Lectura de la política
análisis, sin duda ejemplares, de C. Lévi~Strauss 29 •
Pero aun se puede ir más lejos; es posible, por ejemplo,
. identificar la crítica que Althusser dirige a la noción de
"práctica", entendida como regla y garantía de la verdad
de un conocimiento ( LI,71ss.), a uno de los temas tí- Mencionemos ante todo una convergencia sintomáti-
picos de la epistemología estructuralista, a saber, la ne- ca: las dos variantes que dominan la hermenéutica con-
l'
cesidad de un cierto distanciamiento entre el ''observa,-... ,
t emporanea .. -a. sabe.r; e l . marxismo
. "existen
. . 1'' y e1 "es-
cm
dor" y el "fenómeno observado'' como condición de posi·· tructuralismo"- coinciden no sólo en la negación de la
bilidad de la objetividad científica 30 • De allí ·a descubrir . pertinencia política del discurso althusseriano, sino tam-
en la problemática althusseriana una íntima voluntad de bién paradójicamente en la crítica de toda tentativa de .
"désengagement" con respecto a las exigencias de la prác- fundar una teoría rigurosa -es decir,· científica- de la
tica política no hay más que un paso, que la lectura fan- práctica política 31 • Desde luego, ambas doc~rinas admi-
tasmal, apuntalada por la ideología hermenéutica, se ten, no sólo la posibilidad, sino también la necesidad de
apresura a efectuar. La filosofía de Althusser se revela un discurso racional destinado a informar y a orientar Ja
así, "objetivamente", como una empresa vergonzante de acción política. Pero tanto la una como la otra perspectiva
des-politización del marxismo. Disponibles para todo uso, ·ir
.~
niegan por principio a este discurso el carácter de cien-
los temas familiares de la "alienación de la filosofía" y de .~
~ tífico; para ambas, en efecto, la relación entre la teoría
la "sociedad tecnocrática" aportan luego el indispensable il
y la práctica políticas está marcada necesariamente por
barniz explicativo a esta construcción irreprochable. un coeficiente irreductible de incertidumbre. Una cien-
.· '
Hemos repetido una cierta lectura del discurso althus- ;,r
cia de la política es pues rigurosamente impensable en
seriano. Hemos indicado asimismo lo que hace posible los marcos del "marxismo existencial" y del "estructura-
dicha lectura. Es tiempo ya de mostrar lo que, en ese lismo".
mismo discurso, la descalifica y la excede: ese ·otro texto, Ahora bien, conviene precisar que esta convergenda
invisible para la hermenéutica, en el que se realiza la dista de ser fortuita: por el contrario, en uno y otro caso,
ruptura althusseriana. Un texto, como veremos, movi- son exactamente las mismas premisas las que determi-
lizado -urgido casi- por su destinación política. nan la impermeabilidad de la práctica política a un
tratamiento conceptual. Brevemente, tales premisas pue-
den ser enunciadas como sigue:
1) El campo de los "hechos humanos" se organiza en
función del clivaje radical entre el orden de la estructu-
ra y el orden del acontecimiento 32 .
2) A todo acontecimiento corresponden los atributos
de la individualidad y de la contingencia 33 •
3) A las estructuras -~'objetos susceptibles de un estu-
dio analítico riguroso" (Sartre), "leyes universales que
rigen la actividad inconsciente del espíritu" ( Uvi-
306 EMILIO DE IPOLA LECTURA DEi ALTHUSSER 307

Strauss )- corresponden los atributos de la generalidad "Cuando Lenin dice que <el alma del marxismo
y de la necesidad. es el análisis concreto de una situación concreta';
4) La ciencia se sitúa, por principio, sobre el plano cuando Marx, Engels; Lenin, Stalin, Mao, explican
de lo general -que es al mismo tiempo el plano de lo que <todo depende de las condiciones·; cuando Le-
necesario. No hay ciencia de lo individual, es decir, de nin describe las <circunstancias propias de la Rusia ¡:
de 1917; cuando Marx (y toda la tradición marxista) .. -
lo contingente 34 • ·
5) En consecuencia, mientras que una ciencia de las explican con mil ejemplos que, según los casos, ta]
?., o. cual contradicción es dominante, todos ellos re-
estructuras es posible y legítima, no lo es, en cambio,
ui'üi:"ciéiida de los acóritédmleiit"O:Sá5:- - curren a un concepto que puede parecer empírico:
6) Por definición, la acción política se inserta en el esas <condiciones' que son a la vez las condiciones
complejo actual de acontecimientos que define a una co- existentes y, al mismo tiempo, las condiciones de ''',
¡·.·
yuntura determinada. existencia de un determinado fenómeno. Ahora
bien, ese concepto es esencial al marxismo justamen- :·
Conclusión general: No es posible una teoría científica
que tenga como objeto la práctica política 36 • te porqué no es un concepto empírico: la simple
)
·~ comprobación de lo que existe . . . Es, al contrario,
En estos enunciados se reconocen, a pesar de la polémi- un concepto teórico, fundado en la esencia misma
ca que las separa, las dos construcciones simétricas de del objeto: el todo complejo siempre-ya-dado. En
un "marxista existencial" como Sartre y de un estructu- efecto, esas condiciones no son otra cosa que la exis-
ralista como Lévi-Strauss. Convenía poner de relieve es- tencia misma del todo en un momento determinado,
ta complicidad, antes de introducir ese otro texto en el en el cmoménto actual' del hombre político, es de-
que se encarna la ruptura althusseriana. cir la relaCión compleja de condiciones de existenda
En efecto, el acto inicial de esa ruptura, el comienzo recíprocas entre las articulaciones de la estructur::)_
de derecho de su efectuación consiste precisamente en del todo." ( PM ,212-213).
la crítica de esas premisas que constituyen el fondo co-
Retengamos de este texto la afirmación de la inhe-
mún de las ideologías pseudo-marxista y estructuralista.
Crítica radical, como veremos, pero al mismo tiempo rencia teórica del concepto leninista de momento actual .·.·.
fiel a su inherencia filosófica, es decir, estrictamente li- -también designado a menudo con el término equiva-
mitada a las operaciones que definen el ejercicio de la lente de coyuntura. Contra el empirismo, Althusser pre-
filosofía: La denuncia de lo ideológico que amenaza la
continuidad de una prác:ica científica (en este caso, la
1 cisa que la complejidad social, tal como se "realiza" 37
en la actualidad de un presen Le histórico específico, es
, '',:

teoría del materialismo histórico); el respaldo militante el producto de una elaboración teórica que no debe na~ 1

·_· ..
,,'

de la ciencia contra los ataques de la ideología. Doble da a las "evidencias" de lo dado;. dicho de otro modo, Ja :::·
1
tarea que en este caso implica: a) e1 rechazo de la dimi- 1 posición ele su objeto en tanto que existente hic et nunr;
sión idealista ("no es posible una teoría científica de la
1

1
no es, para el materialismo histórico, el simple registro
práctica política"); b) la exigencia -teórica, pero tam- de un dato, sino un conocimiento teóricamente produci-
bién política- de constmir esa teoría. Por supuesto, todo do, según la lógica de un proceso del cual Marx, en la
depende del rigor con que esa doble tarea es realizada.
Un texto h~ de servirns>s de punto de partida:
1 Introducción del 57, ha podido indicar las líneas funda-
mentales 38 • Como dice justamente Alain Badiou: t~-:

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308 EMILIO DE IPOLA 309
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LECTURA DEJ ALTHUSSER
:-·iJ
·::'1
"Es imposible oponer un concepto teórico de la de la variante empirista de esa ideología y, en particular,
:;¡
. ' historia a una historia real definida por su compleji- del empirismo historicista. Importa señalar, sin embar-
:: .,.': dad -impureza empírica. En la epistemología
-:.\: go, que la crítica del sistema de categorías en que se
marxista, la complejidad es construida según los con- expresa ese empirismo se aplica perfe:ctamente a esa
ceptos de la teoría ... Dar cuenta de la constitución otra "variante", con que se tiene tendencia a confundiJ
de las sociedades reales es la tarea misma de la la problemática althusseriana, a saber el estructuralismo.
teoría de la historia" 39 • .Tal es el caso, por ejemplo, de las oposiciones fundamen-
-~-
'.·
:,· Ese "análisis concreto de una situación concreta", tales entre la sincronía y la diacronía, .la .esencia y los
punto de pa1tida para la acción del hombre polítict', fenómenos, la necesidad y la contingencia y, desde lue-
define al mismo tiempo el punto de llegada de la ciencia. go, la estructura y el acontecimiento. Inútil subrayar
marxista 40 • Por supues:o, entre las abstracCiones prime- que la ideología estructuralista hace un empleo sistemá-
ras del materialismo histórico (sus "conceptos fundamen- tico de esas categorías.
tales": modo de producción, fuerzas productivas, rela- Pero lo que nos interesa destacar aquí son los aspectos
ciones de producción, propiedad, apropiación real, positivos de la ruptura althusseriana; esto es: una cierta
instancias y prácticas económica, jurídico-política e elaboración del discurso marxista, destinada, no a "re-
ideológica, determinación, dominación, etc.) y ese "con- petirlo", ni -lo que es lo mismo- a "comentarlo", sino
creto" final que define la complejidad de una coyunturu por el contrario a sacar a luz "la forma específica de su
determinada, existe un largo camino por recorrer. racionalidad" ( § Badiou) 41 • "Una cierta elaboración'':
Mostrar, empero, contra las evidencias del empirismo, qne digamos mejor la difícil paciencia de una lectura riguro-
ese recorrido obedece a una lógica rigurosa; hacer ver, sa, cuyo objeto es explicitar el paradigma conceptual
además, que en los análisis de Marx, Lenin, Mao, existe que se expone en la linearidad de ese discurso y que si-
"en estado práctico" toda una concep~ualidad que per- lenciosamente lo gobierna. Un doble y decisivo efecto
mite- reducir esa distancia sin hacer concesión alguna a surge de esa lectura: a) la liberación de conceptos olvi-
las facilidades del "azar" y de la "contingencii:t"; rein- dados -o reprimidos- por más de un siglo de tradición
corporm·, en una palabra, el momento actual al ·espacio hermenéutica; b) el empleo productivo de esos concep-
. i
y al orden propio de la teoría: he ahí lo que, en el dis- tos, es:o es, el planteo riguroso de nuevos problemas y
: ij
. ' curso althusseriano, supone una ruptura decisiva con el hallazgo de nuevas soluciones para los problemas tra-
respecto a la problemática común al pseudo-marxismo -dicionales; en una palabra, la movilización general de la
y al estruc~uralismo. Ruptura que, como hemos dicho, teorí:t marxista.
se presenta inicialmente bajo la forma de una crítica, pero En cuanto a los conceptos, mencionemos aquellos que
que no tarda en afirmar su vocación positiva. exceden los límites de la problemática invariante pseudo-
En tanto que crítica, dicha ruptura aparece como un marxista-estructuralista, en particular los de proceso de
cuestionamiento de todas las variantes del idealismo que producción, práctica, sobredeterminación, condensación.
~ )
campean sobre todo en el dominio de las llamadas «cien- desplazamiento, determinación en última instancia, do-
cias humanas": psico-sociología, sociología, psicología, minación, índice de eficacia, articulación, desfasaje, etc. 42
antropología cultural, etc: Es lo que explica el· acento Su importancia reside precisamente en el hecho de qufl
puesto por Althusser y sus colaboradores en la denuncia permiten construir el orden que va desde las nociones
-::
·. :•

. ,··
310 EMILIO DE IPOLA LECTURA DE, ALTHUSSER 311 ~-: :.
~ -·:
más generales de la teoría marxista (subsumidas bajo e] -condición indispensable para el análisis del momento
concepto abstracto de modo de producción) hasta las actual, objeto de la práctica política-· pasa necesaria-
"nociones empíricas" que se aplican al análisis de co- mente por la solución de una cuestión teórica previa:
yunturas concretas. Dicho de otro modo, a partir da "¿Por medio de qué concepto, o de qué conjunto de
esos conceptos es posible mostrar que la pretendida "dis- conceptos, es posible pensar la determinación de los ele-
tancia" que separa el orden de lo general (o abstracto) mentos de una estructura, y las relaciones estructurales
del orden de lo particular .(o concreto), lejos de estar que existen entre esos elementos, y todos los efectos de
marcada· ~como sostiene Lévi-Strauss-, por una ...'~rela: esas relaciones, por la eficacia de esa estructura? Y, a
ción de incertidumbre", no designa otra cosa que el des- ··- ·'forlioii;· ·¿por medio de qué concepto, o de qué conjunto
pliegue necesario y riguroso de la: teoría misma 4 3. Así, . de conceptos, es posible pensar la determinación de una
por ejemplo, una combinación particular de práctica.9 estructura subordinada por una estructura dominante?"
articuladas según relaciones específicas de dominación (LII,l67). El empleo riguroso de conceptos tales como
y subordinaciÓl} y determinadas en última instancia por desplazamiento, condensación, sobredeterminación, índice
la práctica económica -que comanda dichas relaciones de eficacia, determinación y dominación, esto es, de los
y determina sus variaciones: desplazamientos y conden- conceptos que sintetizan lo esencial del aporte de Althus-
saciones- define a un modo de producción. A su vez, ser al marxismo, depende estrechamente de la resolución
una combinación compleja, ar:iculada a dominante, da de este problema. La dificultad reside en el hecho de que
(al menos dos) modos de producción define a una for- ninguna de las· concepciones (clásicas o modernas) - es
mación social. En fin, los conceptos de índice de efica- apta para dar cuenta del nuevo tipo de causalidad reque-
cia, sobredeterminadón y desfasaje permiten dar cuenta rido por la teoría marxista de la historia 45 • Se comprende
de la jerarquía móvil de las prácticas, de las formas par· así no sólo el interés, sino también la prudencia, con que
ticulares que asume, en cada coyuntura, la articulación este problema capital es abordado por la escuela .althus- ..
entre ellas, y de las relaciones de correspondencia o de seriana 4 ü. ·

no-correspondencia que las unen. De este modo, como


dice Badiou en el texto citado, '''la complejidad es cons-
# ·#
truida según los conceptos de la teoría".
En cuanto a los problemas, limitémonos a mencionar
aquel que resume el apmte y, al mismo tiempo, la difi- El discurso althusseriano debe su rigor y su pertinencia
cultad teórica principal de la reflexión althusseriana. No~ a la conciencia de sus límites propios. Estos límites -lo
referimos al problema· de la causalidad estructural. hemos dicho- son inherentes al ej€rcicio de la práctica
Este problema -como lo indica Althusser- define, el) filosófica. No obstante, por efectos de su intervención,
tanto tal, el lugar de una convergencia posible entre e] otros discursos teóricos y políticos comienzan progresiva-
discurso marxista y otros discursos teóricos contemporá- mente a abrirse camino. Trabajos teóricos -pero que con-
44
neos ; no obstante, por las urgencias que en él se con- tribuyen decisivamente a la inteligencia de nuestra co-
densan, asume en el interior del mar; ismo una importan- yuntura histórica- como el de Nicos Poulantzas: Pouvoir
cia decisiva. En efecto, la construcción de una teoría da politique et classes sociales; análisis empíricos -pero que
los mecanismos de producción del efecto de coyuntura suponen el ejercici() riguroso de la teoría- como los publi-

·,·,;;·.-,:·.r.
. ;

-~¡' LECTURA DE ALTHUSSER 313


:·· 312 EMILIO DE IPOLA
j
1 Por ''discur•so althusseriano" debe entenderse el conjunto de
cados por los "Cahiers Marxis~es-Léninistes" 47 : textos que
~ anuncian promisoriamente lo que, parafraseando a Badiou,
textos teóricos producidos por Althusser' y sus colaboradores (y ex
. colaboradores), en particular E. Balibar, P. Macherey, J. Ran-
t¡'
.· ..
::···l
cabría llamar el (re)comienzo del materialismo histórico. ciere, R. Establet, A. Badiou, F. Regnault, N. Poulantzas, J. A. Mi-
Todo lo cual permite comprender en qué consiste espe- ller, E. Terray y T. Herbert. Se nos objetará quizá que la unidad
\:1 de esos textos es contradictoria y su coherencia, problemática. Dt
cialmente la incidencia política de la filosofía althusseria-
acuerdo: esa "objeción" es precisamente una de las tesis principa-
na. Efectivamente -como lo habíamos sugerido- dicha
les de este artículo ( ver infra ) .
incidencia opera en el lugar donde se decide (por sí o ror 2 Para un ensayo de explicación del revisionismo moderno, ver
· - no}-la integración eficaz de la teoría científica del mate- Cahiers Marxistes-Léninistes, 1966, nos. 14 y 15. .
rialismo histórico a la práctica política revolucionaria. La 3 Para evitar malos entendidos, precisemos que el objeto de este
artículo no es en modo alguno el· análisis (ni la defensa) de las
:·::· 1 intervención del materialismo dialéctico tiene como obie-
posiciones políticas personales de Althusser.
tivo promover y consolidar dicha integración. Pero esto 4 Cf. también P. Macherey, "A prop'os de la rupture" (Nouvelle
implica que la doble tarea que define a esa intervención Critique, 1965, n 9 166, pp. 136-140).
se ejerza asimismo sobre un doble registro. En efecto, es 5 La noción de obstáculo epistemológico pertenece a Gaston Ba-
chelard. Cf. La formation de l'esprit scientifique, Paris, Vrin, 4~ ed.,
en el terreno de la práctica científica que la ideología es
combatida y neutralizada; y es, a su vez, en- el campo de 1965.
·.: ~ ! ti Por el contrario, el concepto de "práctica ideológica", enten-
la práctica política revolucionaria que la cientificidad es dida ésta como instancia de todo modo de producción, pertenece
promovida. Politizar la ciencia y cientifizar la política: al materialismo histórico.
7 La producción de esta teoría es una tarea que coi'I:esponde a
,.
doble empresa destinada sin embargo al logro de un las prácticas científicas (y, en particular, a las disciplinas "semio-
objetivo único: la articulación de un saber revolucionario lógicas"). La lectura- n•o puede ser el objeto de la filosofía, por la
y de una política revolucionaria. Leamos por última vez a simple razón de que la filosofía carece de objeto ( L,44).
Althusser, lector de Lenin: e Cf. L. Althusser, E. Balibar, P. Macherey, F. Regnault, A.
" ... la filosofía sería la política continuada de Badiou, Cours ...
9 Precisemos que en el Prefacio a Lire le Capital, Althusser no
una cierta manera, en un cierto dominio, a propó- • emplea todavía el "método" de las tesis.
sito de una cierta realidad. La filosofía representa- lO En este cas•o la expresión "práctica teórica" incluye la prác-
ría a la política en el dominio de la teoría; para ser tica teórica científica y la pi'áctica teórica ideológica.
más precisos, en el dominio de las ciencias -y vice- 11 Cf. L. Althusser, E. Balibar, P. Macherey, F. Regnault, A.
versa, la filosofía representaría la cientificidad en Badiou, Cours ...
1·2 El idealismo es, en efecto, el invariante de toda ideología
la política, ante las clases comprometidas en la
filosófica, aun de las que se autodefinen como "materialistas" ( co·
lucha de clases." ( L,54). m o, por ejempto, la filosofía feuerbachiana).
Tarea limitada, pero también indispensable; tarea que 13 En efecto, las resistencias del texto son, o bien denegadas, o
requiere todo el rigor, la paciencia y la modestia de una bien excluidas, o bien "asimiladas" críticamente; para ello, la ideo-
. ·,
militancia. "Funcionario", el filósofo marxista lo es, ~jp logía dispone de recursos infinitos.
duda; pero no de la "humanidad" -como quería Husserl- l4 Nos referimos en particular a los artículos de Giannotti, H.

·:¡ sino -como lo exige el marxismo-leninismo- de los movi- Lefebvre, París, J. Pouillon, L. Goldman, "L'ldéologie Allemande et
·>- les Theses sur Feuerhach" (L'Hornme et la Société, 1968, nQ 7,'
mientos políticos de clase que, en cada formación social pp. 37-56); J.-P. Sartre, "Jean-Paul Sartre répond" ( L'Arc, nQ 30,
y en cada coyuntura, encarnan prácticamente la promesa pp. 87-96); J. Semprun, "Economie politique et philosophie dans
revolucionaria. les 'Grundisse' de Marx" ( L'H omme et la Socíété, 1968, NQ 7, pp.

:::·
LECTURA DE ALTHUSSER 315
314 EMILIO DE IPOLA '; :~
,·,:;.
social, el nivel de la lucha política de clases ( cf. Poulantzas, op. cit
57-68) y a los que figuroan en Cahiers du Centre d'Etudes So-
pp. 97 y SS.).
cialistes, "D~alectique" ... i:·:.::
25 "La crítica puede aspirar, sin duda, a la libertad de su esta-
15 " .•. Se trata finalmente de la fidelidad a las propias ideas de
blecimiento: sólo es convocada al tribunal de su rigor. En este ··::
Marx" ( Giannotti, 67). caso, sin embargo, recibe el reconocimiento y la sanción de su d;s.
"El problema se plantea, y debe plantearse, en el nivel de lo curso-objeto y, rá_pidamente, se ve llevada a solicitarle los mediog
que parece ser el principio fundamental del pensamiento de Kad de su progreso e incluso el concepto mismo de su ejercicio. Pl'onto
Marx" ( Goldmann, art. cit., p. 44). la crítica descubre que está no sólo autorizada, sino también pen-
16 "Desplazando la fecha de la ruptura, situándola en 1845 n sada por lo que ella piensa, no sólo exigida, sino también comen-
ulteriormente, [Althusser] se permite la libertad, no sólo de mis- iada por su discurso-objeto; descubre que no le es accesoria, qu<!
tificar el sentido de esta rupltuta, sino también de expulsar al in: lo desdobla sin excederlo:" ·J;:A;· ·Míller, ( art. cit;; F ·94}: · Estas
fiemo o al limbo toda una serie de categorías o de temas que eran palabras que Miller destina al discurso de Jacques Lacan valen
considerad'Os hasta ahora como partes integrantes del marxismo'' también para la empresa althusseriana.
(París, 1989). 26 Tal es el mérit'o que, en nuestra opinión, posee el excelente
Los althusserianos "han abandonado las posiciones filosóficas artículo de A. Badiou, incluido en el presente v'Olumen.
fundamentales de Marx, supriÍniendo la dialéctica y retomando a 27 Cf. Louis Althus~er, "Sur le Contrat Social".
un materialismo mecánico, para poder proclamar una cierta fide- 28 Precisemos, sin embargo, que: a) el concepto de "combinato-
lidad a la representación marxiana de la revolución" ( Goldmann, ria" sólo es utilizado provisori.amente por Balibar; b) la oposición
art. cit., p. 44). "sincronía-diacronía" es empleada en un sentido diferente del quP
"La escuela de Althusser sólo se comprende cuando n'Os aperci- le acuerda el estructuralismo; e) la oposición entre "apariencia" y
bimos de que la sustitución del discurso marxista por el suyo pro- "realidad" -que figura en el estudio de Ranciere- es criticada pm
pio tiene como consecuencia aproximar esta filosofía a la tradición Althusser y Establet.
epistemológica del positivismo francés." ( Giannotti, 67). 2ü "[ .•• ] el análisis estructural no recusa [ ... ] la historia. Muy
17 "La ide'Ología es un proceso de redoblamiento, ligado intrín. por el contrario, le concede un lugar privilegiado: el que corres-
secamente -aunque de manera misteriosa, al menos en el estado ponde de derecho a la contingencia ineductible sin la cual no se po-
actual de nuestros conocimientos- a la estructura especular del dría concebir la necesidad ... Pam ser viable, una investigación en-
fantasma . . . Si la ciencia es un proceso de transformación, la ideo- teramente consagrada a las estructuras co1nienza por inclinarse ante
logia . . . es un proceso de repetición." ( § Badiou). la potencia y la inanidad del acontecimiento" ( Cl. Lévi-Strauss, Du
18 Ver infra, el comienzo del parágrafo Lectura de la política. Miel aux Cendres. París, Plon, 1966, p. 408.) (Subrayado nuestro.)
30 "Si dud'O que el análisis estructural pueda ser aplicado con
19 "Vo más extraño es que . .. en vez de sacar partido de loq
h·abajos de Lévi-Strauss, [Althusser] critica a este último de un provecho a la sociedad industrial contemporánea tomada en sn
modo propiamente incomprensible ... " ( § Pouillon). conjunto. . . es [porque]. . . sólo podemos descubrir las propieda-
des fundamentales y esenciales, cuando se trata de objetos que la
20 Acerca de este punto, he aquí las referencias principales en distancia ha simplificado consid~rablemente." ("La Antrop•ología.
algunos de los artículos citados: París, 1989; Pouillon, 2005-2006; hoy", una entrevista a Claude Lévi-Strauss por E. Verón, Cues-
Semprun, art. cit., p. 63; Sartre, art. cit., p. 94. En general, en los tiones de Filosofía, Buenos Aires, 1962, n9 2-3, p. 163). Cf. tam-
artículos "marxistas" la exclusión de la política es inferida directa- bién, C. Lévi-Strauss: Anthropologie structurale (París, Plon, 1958,
mente del "estructuralismo" de Althusser.
p. 415).
21 Oon el sentido en que se emplea, en la teoría marxista de ls 31 En ese sentido, no es el discurso althusseriano, sino el dis-
historia, el concepto de formación social. curso hermenéutico el que excluye reglmente la política.
2 2 Recordemos que, en el Prefacio a Lire le Capital, el análisis 32 Cf. C. Lévi-Strauss, La pensée sauvage (París, Plon, 1962,
de la diferencia específica entre ciencia e ideología desemboca en caps. I y IX) y la cita de la nota 29 de este artículo. Cf., asimismo
el planteo de la cuestión de la escritura ( LI ,89). Jean-Paul Sartre, Critique de la Raison Dialectique (París, Galli-
23 Lo contrario es igualmente posible: se hablará en tal caso dt: mard, 1960), pp. 82 y SS. y 487 y SS.
3,3 Cf. Claude Lévi-Shauss, La pensée sauvage, p. 32 y cap. IX. ··.
formación textual a dominante ideológica.
24 El concepto leninista de coyuntura designa, en una fmmaciÓ.Ill J.-P. Sartre, op. cit., p. 84.

"i\.',.•,• .• ·. ···.•:·:·
:.1] 316 EMILIO DE IPOLA LECTURA ·DE: ALTHUSSER 317

:}_,
34 Cf. C. Lévi-Strauss, !bid., y Le Cm et le Cuit ( Paris, Plon, ller, la explicación de la acción de una estructura determinante
j 1964, p. 18); Lucíen Sebag, M arxisme et Structuralisme (París, sobre una estructura subordinada (o de una estructura sobre sus
·' Payot, 1964, p. 219); J.-P. Sartre, op. cit., pp. 10-4 y ss. element'Os) no plantearía dificultades especiales si -como ocurre
.. 35 Cf. referencias de la nota 34. en el campo del marxismo y del psicoanálisis- dicha acción no
.36 Precisemos que el estructumlismo y el marxismo existencial pasase por la necesaria mediación de una subjetividad. Elemento
reaccionan de manera diferente frente a esta "imposibilidad" que de la estructura, sometido por lo tanto a sus leyes, el sujeto se
ambos reconocen: el primero se declara abiertamente a-político; el revela, sin embargo, como capaz de engendrar un orden imagina-
marxismo sartreano, en cambio, trata de reincorporar la praxis po- rio que duplica al orden real sin dejar por eUo de estar incluido
.•
lítica en función de una ideología de la libertad. .1
en él. Pero esta duplicación imaginaria (en la cual hay que ver el
37 Sobre el concepto.. de. re.alización.. cf. D. . .. _ . ..... . . -'\i·
punto de partida de la ilusión ideológica), en la medida en que
38 C. Karl Marx, Contribution d la critique de l' économie poli- está incorporada al orden real, produce efectos también reales: des-
tique (París, ed. Sociales,' 1957, pp. 164 y ss.). de entonces, la acción de la estructura determinante se ejerce de
39 Alain Badiou, Communication personnelle, citado p•or E. Te- manera indirecta y no-homogénea, según la resistencia de las re-
ri"ay, De marxi.sme devant les sociétés "primitives" (París, ed. Fran;- presentaciones iiiiaginarias: "Llamamos sobredeterminación, a la
90is M aspero, 1969, p. 43). determinación estructurante que, ejerciéndose p•or intermedio de lo
.• 40 Cabe pensar que dicho análisis -objeto de una ciencia y prin- imaginario, se vuelve indirecta, desigual y excéntrica con respecto
cipio de una práctica -define exactamente el lugar de una articu- a sus efectos" (J.-A. Miller, art. cit., p. 96). Los fenómenos de
lación eficaz de la teoría y de la práctica política. desplazamiento, condensación, desfasaje, las "discordancias" que de-
41 Uesde luego, esta elaboración no tiene nada en común con la finen la C'Omplejidad específica de la totalidad marxista, provienen
tentativa sartreana de fundar filosóficamente la racionalidad mar.: de esta distorsión provocada por la inserción de la subjetividad en
xista (Cf. PM,127-128). el espacio de la estructura. Así pues, la tentativa de Miller no
42 Esta enumeración no· es limitativa. renuncia a una te'OrÍa del sujeto, aunque supone la crítica radical
43 Un esquema extr•emadamente claro del orden lógico del pro- de todo subjetivismo de corte clásico. Para Miller, el sujeto está
ceso de exposición científica figura en N. Poulantzas,_op. cit., p. 14, efectivamente "sujeto", atado a una legalidad que no controla y
00~. . que lo controla.
44 4'1 En particula1', sobre la Revolución Cultural china (nros. 14 y
En primer lugar, el discurso freudiano, pero también el de la
lingüística post-estructuralista. 15) y sobre el capitalismo de Estad'O en Francia (n9 16).
45 En Lire le Capital son analizados y criticados los "model•os"
cartesiano (causalidad transitiva y lineal) y leibniziano ( causali-
dad expresiva). Precisemos que la causalidad estructural no puede
ser concebida tampoco en términos de "correlación analógica".
Cf. § Badiou, y N. Poulantzas, op. cit., p. 10.
46 Dos tendencias divergentes parecen esbozarse en la escuela
althusseriana C'on respecto al planteo y a la solución de este pro-
blema. U na de ellas es la formulada por A. Badiou en su artículo
"El (re) comienzo del materialismo dialéctico" que figura en este
· volumen. El interés teórico de la tentativa de Badiou reside en el
hecho de vincular explícitamente la. cuestión de la causalidad es-
tructural con el problema de la construcción del concepto de co-
yuntura, y también en el hecho de recuperar una de las tesis capita-
les del marxism'o: la distinción entre el rol de determinante en última
instancia (que corresponde invariablemente a la economía) y el
rol de dominante ( susceptible de ser asumido por cualquiera de las
otras instancias).
En su artículo-programa "Action de la structure", J.-A. Miller
aborda el problema desde un punto de vista diferente. Según Mi-

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Jacques Ranciere ;.:·

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[c.:
SOBRE LA TEORíA i
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DE LA IDEOLOGíA
(La política de Althusser)

"Es un acontecimiento pleno de interés: el pro.


ceso de descomp'Osición del espíritu absoluto."
-- __ ) Marx, La Ideología Abmana.

Jacques Ranciere, "Sur la théorie de I'idéologie (la poli tique


d'Althusser )". Escrito especialmente para este volumen ( 1969).
Traducción }. }. Sánchez. Revisión técnica J. Ranciere y S.
-Karsz.

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...

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. : "Todos los misterios que llevan la teoría hacia el misti-


cismo encuentran su solución racional en la ·práctica hu-
mana y en la comprensión de esta práctica." Durante mu-
cho tiempo, esta frase fue para nosotros el primero de
~~
r .
.
esos misterios. Se le dio incluso una solución que era no
menos mística: así como los jóvenes teólogos del semina-
rio de Tubingen escudriñaban los matorrales para descu-
'
~
~
.... .......bri.r. PlJ~vas "facl,IHªdes': .en .ellos, nosotros multiplicarnos
~~ las "prácticas", dotando a cada una de leyes específicas.

~¡·
Desde luego, en primer plano estaba la práctica teórica,
que llevaba en sí misma las normas de su verificación. A
f.~~-
l·.)•.f·
t·-
~· partir de allí, el juego estaba armado: sus adversarios sólo
~
podían oponerle, bajo el nombre de "praxis'', una práctica
~~ reducida a su sola invocación.
11
En Francia, en mayo de 1968, las cosas se aclararon bru-
~-
talmente. Mientras la lucha de clases explotaba de ma-
i
{1···
4 .. · nera declarada sobre la escena universitaria, el status de Jo
Teórico fue puesto en cuestión: no por el consabido· pa-
1'ii1 labrería sobre la praxis y lo concreto, sino por la realidad
~ i de una revuelta ideológica de masas. Ningún discurso
<<marxista" pudo ya sostenerse apelando a la simple afir-
mación de su propio rigor. La lucha de clases, que to-
\',¡¡ maba por blanco el sistema burgués del saber, nos planteó
~H el problema de la significación política, del carácter re-
~.r· volucionario o contrarrevolucionario del mismo.
·?;ji. ~¡
1·(_,,,
En esta coyuntura, la significación política del althus-
serianismo se mostró como muy distinta de la que supu-
/ ~-i simos. Por un lado, porque sus presupuestos teóricos nos
. Lli
impidieron comprender la significación política de la re·
1ld1-~ vuelta estudiantil. Por el otro, porque desde entonces e]
·1! \
p• J'.'
althusserianismo sirve a los mini-pensadores del revisio-
nismo como. justificación teórica de la ofensiva "anti-iz-
!i
t;···. quierdista" y de la defensa del saber académico.
. .:
'.. J1 De este modo se hizo claro algo que hasta entonces
quisimos ignorar: entre la interpre~ación althusseriana de
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Marx y la política revisionista no había una mera coexis-
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. . 32.2: JACQUE$ -RANCiitRÉ·_.· .; .. .
LECTURA DE¡ ALTHUSSER
. ~ .. .. 323 ..
......
)

tencia equívoca_, sino una solidaridad teórica ·y políticá i existencia, la relación de los individuos con las tareas fijadas
efectivas. · · por la estructura social." ( PT,29; esp.PT,54). ·-
Las observaciones que se van a leer intentan marcar e) El concepto de ideología puede entonces ser definido
punto en el que aparece esa -solidaridad, esto es, en l~ antes de que intervenga el concepto de lucha de clases.
teoría. althusseriana de la ideología. Luego, la lucha de clases vendrá a "sobredetermiriar" 1
la función primera de la ideología.
.:¡, ~ . ji
Quisiéramos estudiar cómo se es'ablece esta tes.is ·Y
fi·,
cómo se mticula con la tesis 2. Acudiremós a un texto
'il. particularmente explícito: '-

'
· La especificidad de la teoría de Althusset puede resu- .. · "En las s'Ociedades de clases, la ideología es una repre-
/ mirse en dos tesis fundamentales: · -· sentación de lo real, pero necesariamente falseada dado
que es necesariamente orientada y tendenciosa. Y es ten- ·
l. En toda-sociedad, dividida o no en clases, la ideo]o- · ;:J..·
denciosa porgue su fin no es dar a los hombres el conocí~ ·
· gía tiene como función primera asegurar la· cohesión de1 miento objetivo del sistema social en que viven sino [ ... ]
·todo social mediante la regulación del vínculo que une una representación mistificada de ese sistema social, para
. los individuos a sus tareas. -· mantenerlos en su 'lugar' en el sistema de explotación cla-
sista. Desde luego, sería necesario plantear el problema de
2. _La ideología es lo contrario de la ciencia. la función de la ideología en una sociedad· sin clases. Lo
resolveríamos al mostrar que la deformación de la ideolo-
La función crítica de la tesis 1 es clara: apunta a Jas gía es ·socialmente necesaria en función misma del todo -so-
ideologías de la "desalienación", según las cuaJes el fin . cial; más aún, en función de la determinación de la estruc-
de 1a alienación capita]ista sería "el fin de la mistificación tura sobre ese t'Odo social, [determinación] que lo hace opa-
co para los individuos que ocupan en él un lugar deter-
de la conCiencia, el advenimiento de un mundo en el quG minado por dicha estructura. La opacidad de la estruc-
las relaciones del hombre con la naturaleza y con los tllra socia1 torna necesariamente mítica la representación
otros hombres serían perfectamente transparentes. __ De del mundo indispensable a la cohesión social. En las socie-- .-:·.

alguna manera, esto sería como el pasaje pau:lino de la dades clasistas esta primera función de la ideología subsiste,
pero se halla d•ominada por la nueva función social impues-
visió-n confusa "en espejo" a la visión frente a frente. Al- ta por la existencia de la división en clases, función que
-thusser opone a esos ideólogos de la transparencia la opa- domina por completo la_ anterior función. Si queremos .ser·.
cidad necesaria con la que toda estruc~ura social aparece exhaustivos, si queremos tener en cuenta estos dos princi-
ante sus agentes. . · · · pios de deformación necesar•ia, debemos decir que eri .una. ·<
sociedad clasista la ideol'OgÍa es necesariamente deformante _
· La .ideología está presente en toda totalidad social por y mistificante: es producida como deformante merced a la ·
obra de la determinación ·ejercida por la estructura de opacidad de la determinación [ejercida] por la estructura
esta última. La fui1ción general de la ideología es sumi- de la sociedad y a la vez por la existencia de la división
en clases.'' ( PT,29-30; esp.PT,54-55).
nistrar el sistema de representaciones que permita· a los
agentes. de la totalidad social el cumplimiento de las Para nosotros, el primer problema reside en la natura-
tareas determinadas poi· dicha estructüra. ·· · leza de los conceptos empleados para definir la función .
"En una sociedad sin clases al igual que en una sociedad general de la ideología. La noción de "cohesión socü:tl''
de clases, la ideología tiene por función asegurar la ligazón responde a la fórmula empleada más arriba: "ligazón de
de los hombre.s entre sí en el conjunto de las formas de su . los hombres entre sí en el conjunto de las formas de su·
1 :~
324 ]ACQUES RANCIERE

existencia". ¿Qué lugar puede ocupar es:e tipo de enun-


LECTURA DE: ALTHUSSER

pía a las sociedades de clases. Los conceptos que defi-


325

.'·_..:.j:
ciados en el seno de la teoría marxista? ¿De qué manera nirán la función de la ideología en una sociedad clasista
.. puede ésta definir funciones del tipo: "asegurar la cohe- dependen de los conceptos de esa sociología general.
.·.·
. '1
"''¡
sión social en general'? 2. El nivel de dicha sociología general es reivindi-
~ :. :'i ¿No será que, puesto que la teoría marxista no tiene cado como un nivel propio de la teoría marxista, sin que
·, ¡' nada que decir allí, se ha cambiado de terreno y se ha no obstante ésta tenga nada que afirmar al respecto.
1
pasado al de una sociología tradicional -de tipo com- La consecuencia rematará en la operación inversa: el
teano o durkheimiano-, que efectivamen~e se preocupa (. análisis de la función general de la ideología se realizará
por los sistemas de representaciones que aseguran o a partir de los conceptos y análisis mediante ·los· cuales
perturban la cohesión del grupo social? ¿No será ese mis- la teoría marxista pensó la función de la ideología en
mo fantasma del "grupo social" el que se perfila en el las sociedades clasistas. Para definir la sociedad en ge-
,'•
análisis de Althusser? neral, se utilizarán los conceptos marxistas que definen
Podemos ver un índice de esto en el status acordado las sociedades de clases.
a la religión como primera forma de la ideología: Esta subversión se halla ejemplarmente realizada en
•"
"Desde las sociedades primitivas, en las que las clases :'~
el análisis de la doble determinación de la ideología en
.. ·:: no existían, se verifica la existencia de este lazo; no es por las sociedades de clase:
·.:·· azm• que se pudo ver en la 1·eligión -primera forma general "En una sociedad clasista la ideología es necesariamente
de la ideología- la realidad de ese laZ'o (ésta es una de deformante y mistificante: es producida como deformante
las etimologías posibles del término religión)." ( PT,26; merced a la opacidad de la determinaCión [ejercida] por la
esp.PT,49). estructura de la sociedad y a la vez por la existencia de la
Por nuestra parte, podemos inver:ir el análisis y plan- división en clases." ( op·. cit.)
tear la pregunta: cuando se piensa la ideología en gene- Este texto nos plantea un problema: ¿en qué consiste
ral antes de pensar la lucha de clases, ¿no se la está ne- esa estruc-tura cuyo nivel es distinguido del nivel co-
cesariamente· pensando desde el modelo del análisis tra- rrespondiente a la división en clases? En términos mar-
dicional de la religión, esto es, desde una sociología he- xistas, la determinación de un todo social por su estruc-
redera del discurso metafísico sobre la sociedad? La tura significa su determinación por las relaciones de
:,. 1
superposición de dos funciones de la ideología ( man- producción, esto es, por las formas sociales de apropia-
tenimiento de la cohesión social en general y ejercicio de ción de los medios de producción, formas de la apro-
la dominación de clase), significaría entonces la coexis- piación de clase. En las relaciones de producción capi-
tencia de dos concep: ualizaciones heterogéneas: la del talista, la oposición de clase se da entre quienes deten-
:;::. materialismo histórico y la de una sociología de tipo tan los medios de producción y quienes venden su fuer-
:;··¡ comteano o durkheimiano. Althusser transforma esta za de trabajo. La distinción entre los dos niveles ª-ntes
coexistencia· en articulación, lo que implica una dohle señalados desconoce que eJ nivel de la "estructura" es
subversión: en rigor el nivel de una relación de clases 2 •
l. La ideología es en primer término definida sobre El análisis del fetichismo pone claramente de mani-
el terreno de una sociología general. La teoría marxista fiesto este punto. En efec~o, no alcanza con decir del
:.; ~ vendrá a superponerse a dicha teoría sociológica de la fetichismo que constituye la manifestación j disimulación
ideología, cqmo teoría de una sobredeterminación pro- de las relaciones de producción 3 ; lo que disimula de

i
.· ..~
.-, ;- .·
'.'

-326 . JACQUES RANCIERE LECTURA- DIQ ALTHUSSER 327 .'·

¡·.·

. manera específica es. el carácter antagónico de las. reia- ser podría represen~ar el· mito de un estado de natura-
.cioiies de producción. La oposición entre capital y tra- ) leza ideolÓgica. _:mito cuya significación teórica y políti-
bajo desaparece en la yuxtaposición de las fuerites de ca debemos -esclarecer.
ingreso. La estructura no es disimulada porque, a lél En primer .lugar, ese mito marca la consecuencia irre- ,·
manera de la naturaleza heracliteana, guste esconderse, versible de la distinción de los dos niveles: 1a: ideologfa
sino porque así disimula su carácter contradictorio . . Y no es planteada, ante todo, como el espacio de una: lucha.
esta contradicción es una contradicción de clase. N'o se la remite a dos antagonistas sino a una totalidad
·_ Luego, la manifestación · / disimulación de la estruc-: - :~~-·-·-··-·········
. ··---:
_ __ .... de la que constitu:y~ p}].__ ~l~mento natural:
......... -----------···· ..
········
·
tura no implica una opacidad de la estructura social el) . :; ' "Thdo suced~ como si las sociedades humanas no püdie-
general: es la eficacia de las relaciones de producción, . : _·_- _ · ran subsistir. sin esas formaciones específicas, esos sistemas .
. o seala oposición clasista trabajadores/ no-trabajadores, de representaciones (a diferentes niveles) que son las ideo-
logías. Las -sociedades humanas secretan la ideología como
que marca todas las sociedades de clase. Si se lo aplica el elemento y la atmósfera indispensables a su respiraci6n,
más allá de las sociedades de clase, esa eficacia de ]a a su vida histórica." ( PM,238).
estructura se convierte en un concepto totalmente inde-- · Presentar el mito de los orígenes (o de los fines) bajo . -
terminado, o bien es un concepto determinado porque la forma iestrictiva del "como si'', constituye un- giro de
sustituye una figura tradicional de la meútfísica: el genio modestia clásico en filosofía. El kantismo le ha dado :.
:··
maligno o la astucia de la razón. · su forma acabada, y ésta no· es la primera vez que en-
La distinción de los dos niveles de disimulación ideo- contramos el kantismo en Althusser. Bajo las apariencias·
lógic¡¡ se nos aparece como profundamente problemá- del "como si", el mito de los orígenes conserva su fun- '
''
tica .. Esa distinción funciona por una analogía con e] ción polítíca: esconder la división. De este modo, la
análisis marxista del carácter doble de todo proceso de ideología ya no será planteada como el lugar de una di- ·
producción (proceso de trabajo en general y proceso de visión sino como una totalidad unificada por su relación
·producción . socialmente determinado). Sin embargo, con un referencial . (la totalidad social). Y al mismo
· dicha analogía es ilegítima de raíz, puesto que transfiere tiempo, el análisis del segundo nivel no será el de las
a las _superestructuras la ley correspondiente a la instan-: formas ideológicas de la lucha de clases sino el de la -
· cia determinante: los efectos reproducen la ley de la "sobredeterminación" de la Ideología (en singular) :oor
=causa y el todo social se transforma en una totalidad de la divis~ón en clases. Se hablará de la ·ideología de una
niveles, cada uno de los cuales expresa la misma ley. sociedad de dases, no de las ideologías de clase,_
- Se advierte el absurdo al que se llegaría aplicando e] Al término del _análisis se planteará la división de la
mismo principio al análisis de la superestructura política. i Ideolog1a en "tendenCias" ( PT,32; esp.56). A esta altura,
Se podría entonces afirmar que la "to~alidad social" en i .., introducir el concepto de división ya no sirve -para nada,
general comporta la existencia de una superestructura .l puesto que explícitamente se han articulado la tesis 1 y .. ;
política: se definirían las funciones de un Estado ante- ! la- tesis 2. Porque, desde el comienzo, la Ideología no
rior a la lucha de clases. ))
ha sido planteada como el campo de una lucha, subrep-
Esta hipótesis no es un mero juego: la ideología po- ticiamente se la convierte en uno de los participantes
- dría perfectamente ocupar el status conferido al Estado [partenaires] de la lucha. La lucha· declases en la ídeo-
por la reflexión metafísica clásica. Y el análisis de Althus- logía, olvidada en el punto de partida, reaparece bajo
J.

. j
. J-
j '328 ]ACQUES RANCIERE LECTURA DE; ALTHUSSER 329
·~~
·;:-;;1
::~

:;Jf una forma fantasmagórica, fetichizada, como lucha de ;- su lugar", en el sistema de explotación de clase? Althus-
clases entre la ideología (arma de la clase dominante) y ser define la función de la ideología dominante como
:··.~·j fundón de la ideología: para pensar una función general
la ciencia (arma de la clase dominada).
~u¡ Antes de comentarlas en su detalle, señalemos las eta- de la ideología, plantea la dominación de una ideología
pas de esta lógica del olvido: como dominación de la ideología.
"1 Luego, la función general de la ideología se entenderá
l. La ideología es un sistema de representaciones que
·. en todas las sociedades asegura la relación de los indivi- como ejercida en beneficio de una dominación de clase;
[
. · · duos con -las--tareas fijadas- por la estructura del todo la función subversiva respecto de esta dominación será
social. 1 confiada a lo Otro de la Ideología, o sea a la ciencia.
1 bis. Este sis~ema no es, pues, un sistema de cono- La elisión inicial de la lucha de clases induce a un
cimiento. Por el contrario, es el· sistema de ilusiones ne- escondite teórico particularmente interesante: la pareja
cesarias a los sujetos históricos. Ciencia 1Ideología reintroduce la lucha de clases, que
2. En una sociedad clasista, la ideología recibe una a su vez confirma la oposición entre ambos términos. La
función suplementaria: mantener a los individuos en las ideología fue planteada como lo otro que la ciencia; ar-
posiciones determinadas por la dominación de clase. ticulado a la dominación de clase, a la oposición radical
3. El principo de subversión de esa . dominación per- clase dominante 1 clase dominada, este otro que la cien-
tenece al opuesto de la ideología, esto es, a la cü~ncia. cia se convierte en lo otro de la ciencia. La diferencia
1 se hace contradicción.
l
¿No es éste el_movimiento típico por el que la meta-
El punfo estratégico de esta demostración consiste E>n 1
física se instauró como tal, movimiento que no dejó de
articular la función de la ideología y la dominación de 1 repetir a lo largo de su historia y que responde al viejo
una clase: . l· problema del Sofista platónico: bajo la figura de lo Otro,
l
"En las sociedades de clases, la ideología es una repre- l-
pensar la diferencia como contradicción? 4 •
sentación de lo real, pero necesariamente falseada. dado que ¡
1
es necesariamente orientada y tendenciosa. Y es tendencio- 1 Volveremos en seguida a este marxismo que cumple
sa porque su fin no es dar a los hombres el conocimiento ob- l.
la tarea necesaria e imposible de la filosofía. Por el
jettvo del sistema social en que viven, sino [ ... ] una repre- momento, basta con señalar la significación del despla-
sentación mistificada de ese sistema social, para mantener-
los en su 'lugar' en el sistema de explotación de clase." zamiento operado. La ideología ha sido planteada en
( op. cit.) primer lugar como instancia del todo social. A este tí-
Al articular las dos tesis (la ideología como opuesta tulo, está articulada a otras instancias y no se opone a
al conocimiento, la ideología al servicio de una clase), ningún contrario. Sus oposiciones se determinan en su
que hasta aquí sólo se superponían, Althusser deja ver propio interior; sobre todo, la que opone la ideología de
el mecanismo que en un nivel más profundo enlaza una una clase a la de otra. A partir de allí, ¿cómo es posible
y otra. La ideología es una representación falsa porque que la pareja ideología 1ciencia se convierta en la opo-
no da conocimiento. Y no da conocimiento porque está sición pertinente para pensar la ideología en general?
al servicio de la clase dominante. Pero, ¿de qué ideolo- Para ello, se deberá desarticular la ideología del siste-
gía se trata aquí? ¿Acaso la ideología de la clase domi- ma de instancias, borrar la división principal del campo
nada tiene por función mantener a los explotados "en ideológico para constituir en la teoría marxista un es-
330 ]ACQUES RANCIERE LECTURA DE ALTHUSSER 331
,:··

pacio compartido por lá ciencia y la ideología. .La: opo- --

l
de la ideología, consecuencias que desde entonces cons- ¡:··
s~ción ideología j ciencia sólo puede funcionar por el tituyeron la referencia -explícita o implícita- del dis- ~' ~:

restablecimiento de un espacio homólogo a aquel en el curso revisionista sobre la Universidad.


que ·piensa tradic:ionalmente la filosofía; cuando opone El principio de la demostración de Althusser consi<;te
la Ciencia a su Otro. Se plantea así un universo de djs. ,.
1~ '

en desplazar la línea de demarcación de clase, trazada -


quso cer~ado, compartido ·por el dominio del disc~rso por los teóricos de la UNEF a la altura de la relación do- .:
verd:;ldero y el dom_inio del discurso falso, entre el mup.- (·. .cente / estudiante, y colocarla al nivel del contenido de]
.· do. de la _Ciencia y· el m un~ o de su 04:9 _(Qp_inión, error, --- .... .-:t---- --· · · saber,-- Esa línea ya no pasa por la transmisión del saber
. ilusión, etc.). U na vez que la ideología no ha sido enten- · · entre docente y estudiante, sino por el contenido mismo ..
dida fundamentalmente como el lugar de una lucha, ella del saber: entre la ciencia y la ideología. Su demostra~ <:':
termina por ocupar esta plaza determinada en:-la trad1- ción comporta todo un sistema de -implicaciones que
. ción filosófica: la plaza de lo Otro de la Ciencia. consideramos útil esbozar aquí.

·_ Sin embargo, hasta aquí no hemos mostrado más que


la. forma general de este desplazamiento. A continua-
l' Como base de su análisis, Althusser recurre a la distin-
i
ción; intentaremos precisar su funcionamiento mostrari- ción entre división técnica y división social del trabajo:
.do cómo- actúa la pareja ciencia / ideología en un aná- !¡
"¿Cuáles son los principios teóricos marxistas que deben
. lisis político. Disponemos para esta tarea de dos textos y pueden intervenir en el análisis científico del medio uni-, i
de Althusser: "Prohl·emes Étudiants" (PE) y el trabajo versitario ... ? Esencialmente, son los conceptos marxistas
de la división técnica y de la división social del trabajo.
sobre "Marxisme et Humanisme" (incluido en PM). Ca- Marx aplicó esos principios al análisis de ·la sociedad capi-
da uno de estos textos se aplica a deducir las consecuen- · talista; pero son válidos para el análisis _de toda sociedad
cias políticas d-e la teoría de la ideología. . humana (en el sentido de formación fundada sobre un modo
determinado de producción). A fortiori, dichos principios
El artículo PE interviene en el conflicto entablado 1
son válidos para una realidad social particular como la Uni-
entre las tesis Universitarias del PCF y las tesis en'- versidad, la cual, por razones esenciales, pertenece a toda
tonces dominantes en la UNEF 5 • Éstas ·pretendían sociedad moderna, sea capitalista, S'Ocialista o comunista."-
(PE,83).
oponer a las reivindicaciones simplemente «cuantitati-
vas" del PCF (aumento de locales, docentes, etc.-): Una primera lectura nos indica que funciona aquí el
un cuestionamjento "cualitativo" de la relación pedagó- mismo mece!nismo que en el m1álisis de la ideología:
elisión de la lucha de clases y, en su reemplazo, instau-
gica, que por intermedio del concepto de aliepación se ración de la generalidad de una función necesaria del
concebía como el análogo de una relación de clase. La todo socia]. · t ~ ;

intervención de Althusser apuntaba a trazar verdaderas


No obstante, los conceptos empleados exigen una ~ :.
líneas de demarcación que debían servir como base de atención particular: Althusser declara estar aplicando
¡ '·

la acción política y sindical del movimiento estudiantH. los conceptos marxistas de división técnica y qivisi6n l<
: .:,
Por tanto, no se trata de un artículo de circunstancias, social del trabajo. Dichos conceptos no aparecen como
sino de las consecuencias estrictas de una cierta teoría tales en el análisis de Marx; éste pone de manifiesto e] ,;.~ ~
l. .

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i
LECTURA DE' ALTHUSSER 333
332 ]ACQUES RANCIERE

técnica del trabajo". Althusser nos dice que la Universi-


carácter doble de todo proceso de producción, según se
dad, "por razones esenciales, pertenece a toda sociedad
lo considere como proceso de trabajo en general o como
proceso de producción socialmente definido que repro-
moderna, sea capitalista, socialista o comunista". (PE,
83). La división técnica del trabajo, que parecía corr~">s­
duce las relaciones de producción que lo determinan. Se
ponder a las exigencias de un modo definido de pro-
puede deducir de aquí una distinción entre "división
ducción, corresponde en realidad a las necesidades
técnica" y "división social" del trabajo, pero no se trata
técnicas de una sociedad ccmoderna" (en términos
de una distinción real sino de una simple distinción
modal, correspondiente a dos maneras de conceptuali- marxistas, a uria .sociedad que ha alcanzado un cierto ·················
zar el mismo proceso. División técnica y división socia] nivel de desarrollo de sus fuerzas productivas).
La distinción se nos aclara del siguiente modo: la
son dos aspectos de la misma división: las funciones que
aseguran la reproducción técnica del proceso son las
división técnica del trabajo responde a un nivel dado
mismas que determinan su reproducción social. del desarrollo de las fuerzas productivas; la división
social, a la reproducción de las relaciones de producción
Por su parte, Althusser concibe la distinción como m1a
de un determinado modo de producción.
dis:inción real de posiciones y funciones correspondientes
respectivamente a una y otra división. Así, "la división Las cosas suceden "como si" se pudiera definir un
técnica del trabajo corresponde a todos los cpuestos' de cierto número de posiciones y funciones necesarias de
trabajo cuya existencia se halla exclusivamente justifi- una sociedad moderna en general, a partir del exclusivo
cada por las necesidades técnicas que definen el modo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas -conclu-
de producción en un momento dado de su desarrollo en sión que no dejará de sorprender al lector de Althusser.
una sociedad dada", mientras que la división social cctie- Por lo demás, ¿acaso este último no ha consagrado todos
rie por función asegurar el proceso de trabajo de ]a sus esfuerzos a sustraer la teoría marxista· de la historia
sociedad en cuestión bajo las formas de división en da- de toda ideología que piense la historia en términos de
ses y dominación de una clase sobre las otras.". ( PE,84). evolución y de desarrollo lineal? Pero la modernidad de
Formulada de este modo, la distinción es enigmática: la que habla, ¿no contradice absolutamente semejante
¿cómo definir, en un modo de producción, necesidades tentativa?
exclusivamente técnicas que serían independientes de su Podemos esclarecer el sentido de esta contradicción
finalidad social, o sea de la reproducción de las relacio- si nos preguntamos cuál es aquí el objetivo político. La
;.
·,:
nes sociales de producción que la determinan? Y a la significación del movimiento operado por Althusser es
inversa, ¿el simple funcionamiento cctécnico" del proceso muy clara: siguiéndolo, se termina por atribuir a la di-
de producción no implica reproducir esas relaciones de visión técnica del trabajo -es decir, a las exigencias
producción, y por tanto las formas de división y de do- objetivas de la ciencia o de la racionalidad cemoderna"-
minación de clase? lo que en rigor corresponde a las formas sociales del
Para resolver el enigma, debemos una vez más invei- modo de producción capitalista 6 •
'" tir los términos del análisis. Se supone que la división El concepto de división técnica del trabajo aparece Pn-
;.·
técnica del trabajo explica el funcionamiento de la Uni- tonces como la simple justificación de las consignas re-
versidad: en rigor, es el status acordado a la Universid11.d visionis as fundamentad.:ls sobre nociones como «necesi-
lo que nos explica la función del concepto de ccdivisión dades reales de la nación", "necesidades reales de la
:::-i·'
334. 14~QUES. RANCIERE ·._LECTURA. DE..ALTHUSSER 335

economía", "modernización", etc. Es sabido que el PCF \~~


que ésta no ·es sino la justifiCación científica. del revisio-
· ha substituido ·la dialéctica marxista por un eclecticismo i nismo, la teoría de la ideología manifíesta · aquí su fun-
·de tipo proudhoniano, que distingue el lado bueno y el .- · damento político preciso. .
lado malo de las cosas. La exigencia revolucionaria -des- _ La teoría marxista funcionó en primer término coioo
truir las relaciones burguesas de producción para libe- ! ·solución de un problema interior a la · metafísica. Esta
rar las. fuerzas productivas- se convierte para el PCF prbblemática metafísica, a su vez, funciona al seryicio de
en la supresión de lo malo (dominación de los monopo- 1 _ la ideología revisionista. Este movimiento será explici~ ·
.,,·
. líos) a fin de conservar y mejorar lo bueno (formas de '1:. ·. tado en su··········
análisis
.....
del saber:
.
· ········-····· ····-···
la división "técnica" del trabajo que corresponden a las· "La: línea de demái'•cación permanente de la división téc-
exigencias de toda sociedad "moderna"). · · nica y social de trabajo, la línea de demarcación de clase mñs '"
.. ·constante y profunda, pasa por el saber que es enseñado en
·.Sin embargo, después de Marx sabemos que las "ne- . ¡.,
la Universidad." ( PE,89).
cesidades reales" de la sociedad sirven siempre como
máscara de los intereses de clase; en este caso, escon- El jnego es más que evidente: la distinción ciencia.¡
den los intereses de clase que el PCF tiende de más en ideología permite que la distinción técnica 1social pase
-l
más a representar: la aristocracia obrera y los cuadros 1 _por una línea de demarcación clasista. Lo que significa
intelectuales. La puesta en obra del concepto de divi- que, en el discurso de Althusser, la metafísica promU:e-
sión técnica del trabajo justifica la ideología revisionista .·. i, .• ve la ideología revisionista al rango de teoría marxista .
en sus dos aspectos complementarios: "necesidades ob- . Merced a este dispositivo, la tesis de Althusser pasa
jetivas" y defensa de la "jerarquía de las competencias".
''¡
por "evidente". En efecto, ella implica una doble distor-
sión: la primera, ya mencionada, concierne al status rle
Ese pasaje y esa contradicción que identificamos más .~ la ideología. La segunda remite a la eficacia de la cien- ·
[ '.•
arriba se explican así: Althusser ha pasado del terreno cil:l, de la que supone que, en cuanto tal, se. halla del
de la teoría marxista al de su contrario, esto es, al de lado de la revolución.
la ideología oportunista del revisionismo. Para nosotros, '·
"No es por azar si, en toda ocasión, un gobierno burgués
este desplazamiento del análisis marxista al terreno de reaccionario o 'tecnocrático' prefiere el saber a medias [de-
¡,
un eclecticismo de lo bueno y de lo malo no es nuevo: . mi-savoir] y si, por el ·contrario, la causa revolucionaria sé
describe el mismo movimiento que desplazaba la teorí~ halla siempre indisolublemente. ligada al conocimiento, es
de la ideología hacia esa relación dual, establecida por decir a la ciencia." (PE, 94).7
la metafísica entre la Ciencia y su Otro. Sin duda ' el Por nuestra parte, agreguemos que tampoco es 1m
.
centro del althusserianismo se encuentra en esta ar- azar si la tesis de Althusser figura ·aquí bajo su forma
ticulación del discurso espontáneo de la metafísica y inve1tida. Para su argumentación, es necesario y al
la ideología revisionista; articulación muy clara en la mismo tiempo imposible enunciar en forma directa la
argumentación de Althusser: la distinción entre división tesis según la. cual el saber científico lleva en sí mismo
,.·
· técnica 1división social se expresa en la Universidad una función subversiva respecto de la dominación bnr-
como distinción entre la ciencia y la ideología. O se~ .guesa -excepto que revele quién sostiene esa tesis.
que el fundamento de la teoría de la ideología, que an- ¡ Una tesis a tal punto problemática sólo se comprende
tes aparecía como problemático, se funda ahora en la por un proceso de extensión que ha exportado fuera de
teoría de la doble división del trabajo. A su vez, puestq su campo propio las tesis de Marx respecto del socialis-
336 ]ACQUES RANCIERE LECTURA DE ALTHUSSER 337

mo científico. Estamos de acuerdo en que la liberación ;i;. menos "ideológica", sino en la naturaleza de la ideología
del proletariado es imposible sin la teoría de las condi- que es transmitida por su intermedio. La psicología,
ciones de esta liberación, es decir sin la ciencia marxista il la sociología, el derecho o la economía política que se
de las formaciones sociales. El vínculo entre la empresa ,¡' enseña en las facultades no tienen una función reaccio-
revolucionaria y el conocimiento científico está asegura- li
1 naria por su ausencia o insuficiencia de cientificid8d,
do, en Marx, por la comunidad de sus objetos. Pero no sino porque difunden la ideología de la burguesía; Lo
se tiene derecho alguno a deducir de allí una supuesta importante no es que integren «la ideología", sino que
virtud revotr,I<;~<:>!lª.I:Í.ª ..Cl~ _la cienciª· ~.1:1: .. g~I:l~r.a.1~ . . .. . integran la ideología burguesa.
Para convencerse, alcanza con aplicar esta tesis a la La tarea de los revolucionarios no consiste en plantear
realidad de la enseñanza científica. Sin duda, la ma- a esas pseudo-ciencias las exigencias de la cientificidad
yor parte de los cursos dictados en las facultades y o de acercarles a la cientificidad ideal de la matemáti-
grandes escuelas científicas tienen un contenido cientí- ca o de la física. Consiste, por el contrario, en oponer
ficamente válido. Si esa enseñanza tiene una función . a las ideologías burguesas la ideología proletaria del
reaccionaria específica no es por la mera razón de que marxismo-leninismo.
las ciencias sean profesadas de una manera positivista, El más elemental análisis de la institución universita-
·.

·,,:
sino por las estructuras mismas de la enseñanza: tipo
de institución, mecanismos de selección, relaciones en-
tre estudiantes y docentes; estos últimos son al mismo
r
!
1
ria muestra el carácter metafísico de la demarcación
operada por Althusser. En el análisis de la Universidad,
'1a ciencia'' y C(la ideología" son inhallables por defini-
~
tiempo detentadores de un cierto saber y miembros de ción; en ella, no_ es cuestión de "la ideología" sino de la
la jerarquía social (ver en medicina el rol de los "pa- ideología de la clase dominante. Y ésta no se expresa
trones"). ~. simplemente -e incluso esencialmente- en tál o cual
·:.:,
Aquí, la dominación de la burguesía y de su ideología contenido del saber sino en la división misma del saber,
no se expresa en el contenido del saber sino en la con- en las formas de· su apropiación, en la institución univer-
figuración del medio donde es transmitido. El carácter sitaria como tal. La existencia de la ideología burguesa
científico del saber no afecta en nada al contenido de no reside en el discurso de tal ideólogo o en el sistema
clase de la enseñanza. La ciencia no aparece frente a de representaciones espontáneas de los estudiantes sino
la ideología como su otro: aparece en el interior de hs en la división de las disciplinas, el sistema de exámenes,
instituciones y en las formas de transmisión en las que la organización de las facultades, en todo aquello que
se manifiesta la dominación ideológica de la burguesía. realiza la jerarquía burguesa del saber.
¡f
Se podría pensar que el segundo elemento de la tesis ;t En efecto, la ideología no es un simple conjunto de
es válido: la ideología Tefuerza el poder de la burguesía; discursos o un sistema de representaciones. N o es lo que
ejemplo: rol jugado por las "ciencias humanas''. Pero, Althusser denomina, con un término significativo, una
una vez más, sería plantear equivocadamente el proble- "atmósfera". La ideología dominante es un poder orga-
ma. Esas disciplinas deben su rol al hecho de constituir, -~ nizado en un conjunto de instituciones (sistema del sa-
en el sistema del saber, el lugar en el que se reflexionan ber, sistema de la información, etc. ) .
de modo directo los afrontamientos de la lucha de clases. Porque Althusser piensa en términos de una teoría
Luego, el problema no reside en su naturaleza más o clásica de lo ima.g3nario, no puede concebir este aspecto.
-~ ·~:<
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·¡·
..

338 ]ACQUI[.S RANCIERE . LECTURA DE A.LTHtfSSER 339.


;•·:

Y de allí · se desp~·ende una subversión completa· de la :.:· modo la ciencia o la ideología. En él se articula la apro-
_lucha· ideológica cuya función es entonces colocar Ja · piación de clase de la ciencia y de ·za ideología de la
ciencia donde antes había ideología. Esto significa opo- clase dominante .
. ner a los discursos académicos burgueses un discürso
académiCo marxista; esto significa oponer a la ideología
"espontánea'' y ccpequeño-burguesa'' de· los estudiantes,
_el rigor científico del marxismo encarnado en la sabidlJ.- La demarcación ciencia j ideología esconde ún pro-
,··¡-. blema, que a su vez expresa la dominación ideológica de
rfa del Comité Central del PCF. De hecho, esta lucha ·
de la ciencia contra la ideología está al servicio de la · una clase. No hay demarcación de Clase en el saber, tan-
ideología btirguesa, lucha que refuerza dos importantes ·. to cómo no lo hay en el Estado. El saber no tiene otra
bastjones.: el sistema del saber y hi ideología revisionista. existencia institucional que la de un instrumento de
'•
dominación de una clase. N o está afectado en su interior f-:<'..
En la Universidad, no hay ideología que sea lo - poi una demarcación que reprodujera la que existe entre
~'
¡·_::
:··
Otro de la ciencia. Tampoco hay una ciencia que sea las clases, sino que está determinado en su configuración
l>
lo Otro· de la ideología. La Universidad no enseña "la por la dominación de una clase. Como el poder de Esta·
~~~-
ciencia" en la pureza mítica de su esencia, sino un re- . ' do, el sistema del saber es el objeto de una lucha de
corte . [découpage] de conocimientos científicos articula- clases y, como aquél, debe ser destruido. La Universidad
dos como objetos de sabeT. La transmisión de conocimien- no es el espacio de una demarcación de clase, sino el
tos científicos no se deduce del concepto de ciencia: inte-. blanco de la lucha de clase .proletaria. Cuando el .blan-
gra las foTmas de apTOpiadón del saber científico que, co es transformad0 en espacio neutro de una demarca-
como tales, son fonnas de apropiación de clase. Los cono- ción, se está sencillamente ocultando la lucha de clases.
cimientos científicos son transmitidos a través de un siste- r
Porque se ha creído comprender que finalmente no h11y
ma de discursos, tradiciones :e· instituciones que consti- una ciencia burguesa y una ciencia proletaria, se supone
hJ.yenla· existencia misma de la ideología burguesa. 1 poder inferir que la ciencia es en sí misma proletaria o,
¡
Ló que equivale a decir que la relación entre Iá cien- ·1 al menos, espacio de la coexistencia pacífica.
. ~. ,. ~
cia y la ideología no es de ruptura, sino de articulación. · Lo que puede ser burgués o proletario no es la ciencia·
La ideología dominante no es· lo Otro tenebroso de la como tal; es la constitución de conocimientos científicos
pura luminosidad científica: es el espacio en el que se en objeto de saber, el modo de su apropiación social. No
inscriben los conocimientos científicos y donde éstos son hay una ciencia burguesa y una ciencia proletaria: hay
. articulados como elementos del saber de una formación
social. Un conocimiento científico se convierte en objeto ·
_de saber en las formas de la ideología dominante.
r 1
urt saber burgués y un saber proletario.
El alma del marxismo es el análisis concreto de una
·

situación concreta. Pero la oposición ciencia / ideología


· En efecto, el concepto de saber no es el de un mero aparece como totalmente inoperante para acometer se-
contenido que pudiera ser o ideológico o científico. El· 1
mejante análisis concreto. Se limita así a repetir la
saber es un sistema en el que los «contenidos" no puede11 -~
"!'
dicotomía clásica de la metafísica: traza una línea de
pensarse fuera de sus formas de apropiación ( adquisi- demarcación imaginaria que no tiene otra causa ni otra
ción; transmisión, control, utilización). Este sistema es función que el olvido de la lucha de clases allí donde en
el de la dominación idec:>lógica .de una clase, y de ningún rigor existe 8 ,

1
1

·.:-.--:-·
'·'
:;¡ 340 ]ACQUES RANCIERE
•• ~ 1
LECTURA DE: ALTHUSSER 341
<>·¡'
,.
En Althusser, el desconocimiento [méconnaissance] ~~ cuencia el peligro de alienarse la buena voluntad de sus
"
<· ¡~ de la función del saber y de la luch::t que lo toma como profesores, al desconfiar de su actividad pedagógica y
¡ blanco reposa sobre la elisión original de la lucha de
:-::!
de la validez de su saber, considerado superfluo.'' (PE,
'
clases. La política, cuya posición precisa ha sido igno- 94). ¿Acaso la distinción ciencia 1 ideología no impli-
rada, reaparece fuera de su posición, disimulada en la caba precisamente la más fundada y radical de las des-
!
::¡
pretendida neutralidad de la división técnica o despla- confianzas respecto del saber de los docentes? Para di-
zada en la hipotética función revolucionaria de la ciencia. sipar dicha desconfianza se debe otorgar al saber el
status de la: 'Ciencia;· · Esto significa que se hace interve-
nir por segunda vez la relación ciencia 1no-ciencia, no
ya bajo la figura del error (ciencia 1 ideología) sino
Ya hemos visto qué representa la "división· técnica del bajo la figura de la ignorancia (saber f no-saber).
trabajo". Nos queda por ver de cerca qué representa El concepto de ciencia aparece entonces en su verdad.
el concepto de ciencia: qué es lo que le otorga la fun- La distinción ciencia 1ideología no tenía finalmente
ción específica de esconder la lucha de clases. -,.J otra función que la de justificar el puro ser del saber;
Para ello, se debe señalar que la tesis de Althusser mejor aún, la de justificar la eminente dignidad de los
·.·_.,., está acompañada, en el mismo texto, por un sorpren- portadores de saber.
..... dente corolario: Quien quiera comprender ésta inversión de la calidad
"La función pedagógica tiene por objeto la tmnsmisión de en cantidad debe escuchar aquí el susurro del apunta-
... un saber determinado a sujetos que no poseen ese saber. dor revisiQnista:- hace falta una enseñanza "de calidad",
Luego, la situación pedagógica reposa sobre la condición ab-
soluta de una desigualdad entre un saber y un no-saber." "de alto nivel cultural". ¿Los docentes?: en su doble
(PE,90). calidad de científicos y de salariados, son aliados obje-
Se puede advertir la lógica que articula esta tesis con tivos de la clase obrera. Luego, ¿quién puede tener in-
la precedente. Esta última indicaba la verdadera línea terés en criticarlos si no los provocadores al servicio de
"•j de demarcación clasista (ciencia 1ideología); la nueva la burguesía? No es un azar si ... , etc., etc.
' tesis denuncia la falsa línea de demarcación. La relación No obstante, nos equivocaríamos al suponer que el
pedagógica tiene por función transmitir un saber a quie- discurso de Althusser es una argumentación de circuns-
~ " .
nes no lo tienen; luego, se halla basada exclusivamente tancia al servicio del revisionismo. Su interés reside en
en la división técnica del trabajo. Las dos tesis se com- ''¡{ que repite el discurso espontáneo de la metafísica, la
plementan y al mismo tiempo se contradicen. La pri- posición tradicional de la filosofía respecto del saber.
mera planteaba al saber como determinado por la dife- Posición que Althusser designa en todas sus lecturas y
rencia entre la ciencia y la ideología, mientras que la al mismo tiempo enmascara, en esta definición de la fi-
segunda suprime toda determinación que no sea la que losofía:
opone el saber al no-saber, lo pleno a lo vacío. La línea "La filosofía representaría la política en el dominio de
la teoría, para ser más preciso: ante las cieFJcias; y viceversa,
de demarcación había sido trazada entre los conceptos \.
la filosofí.á representaría la cientificidad en la política, ante
de "ciencia'' e "ideología", pero se bcrra apenas entra en las clases comprometidas en la lucha de clases." ( L,54).
- ·: juego la realidad de la función pedagógica. La tesis de Althusser desconoce que esta doble repre-
Althusser declara que los estudiantes "corren con fre- sentación de lo científico ante lo político y de lo político
' -

342 ]ACQUES RANCIERE LECTURA DE.--ALTHUSSER- '343

ante lo científico, ya- existe precisamente en el saber. pregunta: ¿cuál es el fundamento del saber? En tal
:Este consti'uye el sistema de apropiación de los cono- caso, la primera no sería producida a pedido o . en· el
cimientos científicos en beneficio de una clase. Es im- r curso mismo de la ciencia (aun cuando ésta pued~
portante señalar aquí que la filosofía se instauró y articularse con la pregunta), sino justamente por la _

J
desa:&olló en una cierta relación con el saber, pero sin disimulación de sí efectuada por el saber 9 • Tradicio-
conocerlo- jamás en su naturaleza de clase. _ _ nalmente la filosofía opera una crítica del saber que, 1_¡_··.
es al mísmo tiempo una denegación del saber (o· 'sea-
Así, cuando Platón ataca a la sofística o Descartes a de la lucha de clases). Su posición respecto del saber
·la··-escohística·' sus críticas- fmicionan·- como críticas del
' puede calificarse de irónica, ya que lo pone en cuestión
·saber: no. simplemente de un discurso, sino de una de-
sin tocar sus fundamentos. - El cuestioriamiento · del
terminada. potencia social y política. Sin embargo, aun saber termina siempre en una -restauración del saber:
·. cuando capten la dimensión propiamente política de ese
movimiento -que los filósofos siempre denuncian en
· saber (Platón), no pueden acceder a la dimensión rle
los · otros. Así, Hegel critica la duda cartesiana,' que
·la causa, es decir a la articulación del saber con una do-
termina por restaurar la autoridad de todo lo que apa-
minadón de clase. Imposibilitados de reconocer al sa-
rentemente se había rechazado. Esa misma apariencia
. ber como sistema de dominación ideológica de una
será señalada por Feuerbach en "el camino de _la de-
clase, se reducen a criticar los efectos de dicho sistema.
sesperación'' de Hegel: "( ... ) el no-saber de sí de la · f.. ·
La filosofía se desarrolla como crítica del falso saber en
Idea no era, desde el punto de vista de la Idea, sino
nombre· del saber verdadero (ciencia), o como crítica
un no-saber irónico." 1{)
de la diversidad empírica del saber en nombre de la
unidad de _la ciencia. La crítica del saber, ignorada en \
Y, en fin, el mismo movimiento se puede advertir en
su función- de clase, se efectúa en nombre de un Ideal 1 Althusser: apenas implantada, la línea de demarcación .....
de la ciencia, en un discurso que separa el dominio de 1 es borrada. La duda sobre el saber sólo apareció para :.;.

la ciencia y el del falso saber (opinión, ilusión,_ etc.). 1 mejor establecer la autoridad de un saber promovido
1 al rango de ciencia.
La oposición entre la Ciencia y su Otro, en Althuss~r,
tiene esta misma función tradicional de desconocimien- Al repetir ese movimiento, Althusser esclarece su
to del saber en su naturaleza de clase. El discurso cien-
1 significaci6n política mostrando con toda claridad qué
tífico opera este desconocimiento del saber en tanto se
plantea a sí mismo como discurso de la Ciencia, es de-
t está en juego: el status de los portadores del saber. La
duda radical que remitía al contenido del saber se es-
eh como discurso que enuncia la pregunta: ¿en qué ccn- r fuma una vez planteada la cuestión de su sujeto, esto
siste la cientificidad de la ciencia? Fiel a toda una tra- es, una vez que está en juego la existencia misma de
dición "epistemológica", Althusser considera que esa 1 un grupo de portadores del saber. Aun aquí es evidente
la 'homología con el movimiento filosófico clásico, tal
pregunta es producida en el curso mismo de la ciencia:
una úueva ciencia (matemática griega, física galileana,
l
.\.
como lo ilustra ejemplarmente el cogito cartesiano: el
etc.) exigiría un discurso capaz de rendir cuenta de su cuestionamiento del objeto del saber apunta a la confir-
cientificidad (Platón, Descartes, etc.). Pero, ¿no equi- ·¡ mación de su sujeto. La duda sobre el objeto es la. otra
vale esto a entrar en el juego de la pregunta? Esta últi- cara de la certidumbre qel sujeto.
- ma bien podría ser formulada a fin de no enunciar otra Esta contradicción es la contradicción misma de la
1

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1
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344 JACQUES RANCIERE LECTURA DE ALTHUSSER 345
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posición política de la filosofía. Ella se levanta contra del revisionismo. La conversión del marxismo en opor-
-~
.:·; :~·1 la dominación de los falsos portadores de saber, es decir tunismo es un hecho consumado.
-~~ contra los portadores del falso saber (sofistas, teólogos,
:~~~
etc. ) ; pero no puede poner en cuestión la existencia del
1
.. . :
1
sistema del saber como instrumento de clase. Por esto
pasa del objeto del falso saber al sujeto del verdadero
Este ocultamiento de la lucha de clases manifiesta sus
efectos más radicales en el análisis de la función de la
! saber: asegura así el fundamento correcto de la domi- ideología humanista ( PM ,225-258). Ese análisis es pro-
.•"1
.. ¡ nación de los portadores del (verdadero) saber, justifica . ducido para responder. a la pregunta.: __ ¿cuáLes la furi-:: _____ _
la dominación de clase. Y porque el movimiento que ción de la ideología humanista actualmente proclamada
retorna del objeto al sujeto del saber podría correspon- en la URSS? Para responder, o sea de hecho para no
... .-; der a la reivindicación política de una clase excluida plantearse la pregunta, ya que la única manera de plan-
def poder, se otorga a esta reivindicación la forma de la tearla consistiría en interrogarse por su significación de
universalidad ("sentido común" [ bon sens] cartesiano). . clase.
-¡-
En vez, se la subsume en otra pregunta más general
y para la cual aquella respuesta está definida de ante-
Dicho movimiento es el mismo que describe la teoría mano. Puesto que la URSS es una sociedad sin clases,
althusseriana de la ideología; podemos entonces com- sólo es necesario aplicarle la teoría de la ideología me-
prender de qué manera el d~curso espontáneo de la nos lo que tenga que ver con la dominación clasista: la
metafísica se articula con la ideología revisionista. Para ideología como qpuesta a la ciencia, por cuyo interme-
ello sólo es necesaria una mediación: la que llamaremos dio los hombres viven sus relaciones con las condiciones -
"ideología académica" de Althusser. de existencia. Luego, el humanismo socialista designa
un conjunto de problemas de los que no nos da el cono-
El discurso espontáneo de la metafísica tiene por fun- cimiento. ¿Cuáles son esos problemas?: ante todo, los
ción justificar a los docentes, portadores y dispensadores de una sociedad sin clases.
del saber burgués (al que se halla integrado el marxismo
académico). Althusser, al hablar en nombre de esos "De hecho, los temas del humanismo socialista designan la
portadores, al defender su autoridad, adhiere de modo existencia de pr'Oblemas reales: problemas históricos, econó-
natural a la posición de clase expresada en la ideología micos, políticos e idwlógicos nuevos que el período stalinista
revisionista (la de la aristocracia obrera y los cuadros). había cubierto de sombras pero que había· pr'Oducid•o ai
producir el socialismo: problemas de las formas de organi-
Luego, el discurso espontáneo de la metafísica es la me- zación económicas, políticas y culturales, corresp•ondientcs
diación necesaria para que Althusser pueda reconocer su al grado de desarrollo alcanzado por las fueF-zas productivas
propia posición de clase en la posición expresada por el del socialismo; problemas de las nuevas formas de desarrollo
revisionismo. El punto de dicha convergencia es el pro- individual, en un período histórico nuevo en el que el E~­
tado ya no toma a su cargo; por medio de la imposición, la di-
blema del saber y la defensa de la autoridad académica. '"'~· rección o el control del destino de cada uno; período en el
En este punto, la teoría althusseriana de la ideología que todo hombre tiene de ahora en adelante, objetivamente,
funciona como la teoría de una lucha imaginaria de la elección -esto es, la tarea difícil de llegar por sí mismo
clases ;1l servicio de una colaboración real de clases, la a ser lo que es. Los temas del humanismo socialista (libre
desarrollo del individuo, respeto de la legalidad socialista,
•.:

•.

)
1
¡·::-
,c.::· LECTURA DE, ALTHUSSER ... 347- [: ~: ~
346 ]ACQUES . RANCmRE
• .. ;::::
1 ~ ••

· dig~i(lad de ia · persona; etc.) son la manera én que · los En la circularidad del análisis se cierta ·el círculo de :;<
sOviéticos . y otros socialistas viven sus relaciones ·con estos ·la teoría althusseriana de la ideología, que vuelve así a k::
problemas, es deéir con las condiciones en que· se plantean."·. su punto de partida. Debemos comprender ·este retorno :.·.
. ( PM,245-246). en un doble sentido. Por un lado, el análisis "concreto" !<:;
EncOntramos· tres elementos en este texto. ·Por un de la ideología en una sociedad sin clases nos remite a
lado; afirmaciones muy generales concernientes al pftsaje lás generalidades primeras concernientes a la función
de. una sociedad clasista a una sociedad sin clases; a .de la ideología en general. La. teoría ofrece su propia t :·
·saber: que ese pasaje plantea un cierto nlímeró de pro- ...: 11•-·~· repetición en el análisis de su objeto .
blemas pol~ticos, econ6micos, ideológicos, etc.·-- Por· otro· ~ ··. . Pero,· p'ói' ·otro lado, la significación polí dca de esta
lado, generalidades ya conocidas a propósito de la fun- teoría se aclara a pa1tir de su encuentro con el objeto
. ción de· la ideología. Y, por último; en el juego de que tiene por función precisa no pensar. El re·iisionjs-
escondidas de estas dos generalidades, el objeto ausente mo no es el objeto que el discurso althusseriano esconde-:
que se trataba de analizar, a saber: la realidad 'de 1~ · ría o titubearía en pensar, sino que es precisamente su
Unión Soviética. impensado, la condición política de su funcionamiento
Ausencia de la realidad que es presencia masiva de la · . teórico. Allí donde Althusser pre:ende explicar la ideo-
imagen. En efecto, ¿en qué consiste esta realidad. "nue~ · logía soviética, es más bien el revisionismo el que explica
.va" que según Althusser debe explicar el recurso a una y _fundamenta la teoría· althusseriana de la ideología.
vieja .ideología? Nada menos que en la imagen de sí
Una teoría que plantea, más acá de la existencia de las
ofrecida por la sociedad soviética, mejor aún su clase ·
.clases, la necesiCJ.ad de una función general de la ideo-
··dominante. "Nuevo período histórico en el que el Esta-
. logía, ¿no es acaso la expresión, la interpretación de una
. do ya no toma a su cargo, por medio de la imposición, } política que p1:etende situarse más allá de las clases?
·la dirección o el control del destino de cada uno ...",
· "mundo· sin explotación económica, sin violencia, sin dis-
criminación", etc. ( PM, id.) ..
Si la teoría althusseriana de la ideología finaliza el)
. En rigor, la "explicación" de la ideología humanista
este suicidio teórico, esto se debe a la prohibición que
-soviética no ·constituye más que su duplicación. Toda
la astucia de la teoría de la ideología termina en esta in~
le impide pensar el discurso ideológico como discurso de
· la lucha de clases y que sólo le permite referirse a su , ...
genuidad que destruye de raíz todo análisis de la ideo-
"función social'' v a su no-cientificidad.
logía: tomar un discurso ideológico como la expresiÓI)
Por ello, la crÍtica del humanismo no toca de hecho a
adecuada de lo que dice expresar, tomar al pie· de la.
s~ objeto, ya que sólo puede concebirlo por referencia
letra un discurso que afirma ser el de una sociedad sin
·a la "cientificidad" de la que está excluido: el concepto
dases. Se advierte entonces que esta- duplicación no es
de hombre es un concepto "ideológico", el de un falso
una operación nula, puesto que refuerza el efecto pro-
sujeto de la historia, nueva figura del viejo sujeto idea-
pio del discurso humanista: esconder la lucha de clases
lista (espíritu, conciencia, cogito o saber absoluto). Se-
.en la afirmación de su superación.
mejante crítica deja de lado el problema principal: ¿qué
representa políticamente el humanismo?, ¿qué designa
el concepto de hombre?
348 ]ACQUES RANCIERE LECTURA DE ALTHUSSER 349
.:·:~
;--_·¡-::
:)-.1
La experiencia nos permite responder que la teoría la <construcción del socialismo en un solo país' y aún más
:-J¡ humanis~a ha tenido siempre la función de afirmar, bajo
::,-¡ lejanas, como las de un país económica y culturalmente
la -máscara de la -universalidad, los privilegios de una eatrasado' en su origen.") ( PM ,245).
:J
:;--,¡
categoría de hombres. El hombre ha sido el príncipe o Problemas que los hombres deben resolver, condiciones
la burguesía. También pueden serlo el cuadro o el diri- objetivas, atraso, fenómenos patológicos: tales son las pie-
:'li
~ :: :
gente del Partido. O bien, según la ley que expresa Pn
la ideología las relaciones de dominación, puede serlo e]
zas del juego. Pero hay algo que Althusser se rehusa ab-
solutamen'e a pensar: la contradicción. Por esto pasa de]
:::.;1
.~: '~-!
concepto en el que se afirma la protesta y la voluntad -:-.cr.;).
terreno marxista al terreno sociológico burgués; Al co-
- 'dtdtichii' dé --qUiénes se rebelan contra su poder. mienzo de este trabajo señalamos dicho desplazamiento;
El humanismo siempre ha funcionado como el discur- podemos comprender ahora su función política.
so de una clase en lucha. Otro tanto debe suceder en las
Se trata de una simpleza teórica que es el correlato de
diversas formas adquiridas por la ideología humanista
una ingenuidad política. He aquí el fin de toda teoría de
en la URSS. Stalin podría orientarnos al respec~o: ¿la
la ideología que prescinda de la lucha de clases como
célebre fórmula "el hombre es el capital más precioso"
concepto fundamental.
no será la otra cara de la consigna que proclama qUe
los "cuadros deciden todo'? El actual "humanismo de la
persona", ¿puede ser pensado de otra forma que no sea
en el proceso de restauración del capitalismo? ¿No es
Volvamos por un instante al objetivo al que apunta la
el equivalente ideológico de lo que en el dominio polí-
teoría althusseriana de la ideología: la crítica de las teo-
tico constituye el famoso "Estado del pueblo entero"?
rías de la transparencia y de _la desalienación. Contra
La historia reciente de la URSS y de las democracias_ ellas, debía mos-.rar que el mundo jamás es transparente
populares nos muestra de qué modo el humanismo pue- a la conciencia y que también en las sociedades sin cla-
de funcionar como discurso de la nueva clase dirigente ses había "ideología". En este punto, nos preguntamos
-discurso en el que ella niega la existencia de_ clases- si la demostración no tendrá otro fin que el que confiesa
y como expresión de la revuelta de clases o pueblos opri- y si el adversario no ha sido elegido por las necesidades
midos por el revisionismo. -- de la causa.
Lo que hay de notable en Althusser es que no remite Pero, en rigor, la relación tiene doble sentido. Se pue-
las formas ideológicas del humanismo a la realidad de de pensar que el discurso althusseriano sobre la ideología
una lucha y de una división, sino a la unidad de un pro- es una justificación del revisionismo. Pero también es
blema planteado a la unidad de un grupo: cier:o que Althusser queda prisionero de una problemiÍti-
"¿Por qué los hombres st>viéticos necesitan una idea del ca filosófica clásica y por esto adhiere a las posiciones de
hombre, es decir una idea de sí mismos que los ayude a la ideología revisionista. En efecto, cuando Althusser lu-
vivir su historia?" (PM,24).
cha contra las ideologías de la alienación, se coloca en el
Y responde: por la relación entre las tareas a acometer interior del dilema "transparencia" (idealista) vs. "opaci-
1
(pasaje al comunismo) y las condiciones para su cumpli- dad" (materialista) : es obligado a combatir en el terreno
•::
miento ("dificultades debidas al período del eculto de la del adversario. Lo característico de las teorías para-mar-
personalidad' y también dificultades anteriores propias a xistas que critica ( lukacsiana, existencialista, etc.) es id en-
'···.
·3so · JACQVES. RANCIERE
, ...
LECTURA DE· ALTHUSSE:R . . 351 '
' '·.•.

tificar la teoría marxista de las ideologías a una teofía del que une una teo1;Ía. metafísica ·del sujeto (presente· como
. sujeto. ·Ahora ·bieri, Althusser no deshace este. nudo entre teoría .de la ilusiÓI;l) y una· sodología de· los "sistemas ·Jé [!::::
la teoría marxista y la tradición filosófica idealista. Se . representación". Hemos visto de qué manera una y otra se ~-;-; :

l~mita a criticar un aspecto particular: la interpretación artíeulan en el seno de una concepción d_~ la- ideología ir;:
de la teoría marxista en términos de teoría de la con-' que· es, de un extremo al otro, metafísica: en el sentido de
;;.·;
(•"
ciencia. que nop"uede pensar la contradicción. Si _en efect_o pJ.di~- ..
Esa crítica establece el status de la ideología según dos ;_ ... J!· ra' pensarJa, podría salir del terreno metafísico en el que
determinaciones fundamentales: por un lado, la· teoría de lt; permanece su adversario;· .... · · · · · .. · ·
la ideología es una teoría de la ilusión de la conciencia~
por otro lado la ideología no es una mera "conciencia Por este camino se escamotea el problema político. dé-·
· falsa>• sino que debe recibir un status objetivo. Es un
¡
signado por la problemática del "fin de las· ideologías"..
. sistema de representaciones (imágenes, señales, objetos Según Althusser, "sólo una concepción ideológica de)
.:1; mundo pudo imaginar sociedades sin ideología y admitir
culturales, etc.) que excede la región conciencia ·para do-
tarse de una realidad social objetiva.
.:1¡ la idea utópica de un mundo en el que la ideología (y" no
·tal 6 cual de sus formas históricas) desaparecería, re~m~
Sin embargo, esta doble conección deja de lado lo que
plazada por la ciencia" (PM,238-239). "El problema es
había de específico en la teoría marxista de las ideologías.
aquí planteado en los términos. de las ideologías critica-
Las "formas ideológicas" de las que habla el prefacio a la
das: el fin de las ideologías es identificado al reino de ·la
Contribución a la Crítica de la Ec. Política no son simples
ciencia, es decir, a la desaparición de la .ilusión subjetiva
formas de representación social, sino formas de ejercicio
en general. A pártir de este planteo se puede fácilmente
· deuna lucha 11 • El terreno de la ideología no es el terreno
mostrar qué el mundo de la transparencia no puede exis-
de la ilusión subjetiva en general, representación necesa-
ti:c la sociedad sin clases conocerá siempre la ideología ·
riamente inadecuada que los hombres se hacen de su ·así definida.· Hemos visto que esta crítica de. la 'utopía
. práctica. ·
se manifiesta en la práctica como la mayor ·de las inge-
Sólo se puede otorgar un status objeiivo a las ideologías .,:Ji
nuidades. · .
en función de la lucha de clases: los sistemas de repre-
sentación ideológica son efectos de la división en clases
•JI"
Lo cual no es sorprendente, puesto que esta manera de ··:-:
y de las formas de ejercicio de la lucha de clases. Esfo plantear el problema consiste justamente en enmascarar·
implica que la ideología no sólo existe en los discursos o
••¡
lo que se debía pensar: la c6ntinuación y el fin de
la ·:··
, ....
en los sistemas de imágenes, signos, etc. El análisis de. la lucha de clases ·en el dominio de la ideología. Es imposi- ...;

. Universidad nos ha enseñado que la ideología de una clase ble comprender este problema. -y en consecuencia pro-
existe también -habría que decir: existe pri-ncipalmente~ ducir el menor análisis concreto- si se. concibe la ideolo-
en instituciones, en lo que podemos denominar el aparato gía bajo el status de la ilusión, por más que se ·subraye
la necesidad "social" de esa ilusión.
ideológico (en el sentido en que la. teoría marxista se re-
fiere al aparato de Estado). Para comprender, hay que pensar las ideologías como ¡:·
Porque no parte de la lucha de clases,· Althusser. sólo sistemas de representación de intereses de clase y de ejer- li :.

cido de la ludia de clases. El fin de las ideologías deja
1

puede otorgar a las formas ideológicas la objetividad lar- r-·:·


:::..::
vada de las "señales'', los "objetos culturales", etc. O sea de plantearse como concepto escatológico para plantearse
F'i
¡;·:·

r: 1(ti~~· .
1 ·:
]
·.:,
352 ]ACQUES RANCIERE

1 !..ECTURA DE. ALTHUSSER


353

'
·o;;l
en los mismos términos que la extinción del Estado, er.to
>¡ nio de su trabajo y su problemática teórica, reflejo de Sl.l
es: en función ael fin de la lucha de clases. ~ posición en el seno del aparato ideológico burgués) y el
..-: Hoy sabemos que, después de instaurada la dictadura ~iJJ! campo del proletariado, al que quisiera adherir pero cu-
:·i del proletariado, ese fin estará aún lejos. La experiencia
yos intereses sólo puede adoptar asimilándolos a la obje-
de la revolución cultural china nos ha instruido al respec-
tividad y universalidad de "la ciencia". Mientras perma-
/i 1 to; nos ha mostrado en qué consisten las pretendidas for-
nezca en intelectual pequeño-burgués -mientras no par-
'i'·l mas de existencia de la ideología en una sociedad sin
ticipe materialmente en la lucha proletaria-, sólo podrá
clases: formas. de ejercicio de .la. encarnizada hg:~h.ª Q~. ~l::t-: ...................... _ adherir a ella de una manera mítica, haciendo coincidir
ses llevada en el interior de una sociedad socialista. El el objetivo revolucionario con ese punto ideal por cuya
rechazo del tema "ideológico" del fin de las ideologías
visión justifica su propia práctica de intelectual pequeño-
impide pensar el problema esencial de las formas de lucha
burgués: el Ideal de la Ciencia. Se acerca a las "posicio-
clasista en las sociedades socialistas. nes del proletariado" en el punto preciso en el que se
La experiencia china nos. ha mostrado la importancia efectúa la denegación de su práctica de clase burguesa:
'··- decisiva de las formas ideológicas de esta lucha: la revo~ esto significa volcarse hacia el calT!po de la política bur-
lución socialista pasa por la lucha contra las diversas for- guesa disfrazada de política proletaria, el campo del re-
mas de la ideología burguesa, que se perpetúan tras la visionismo.
toma del poder político (ideologías tradicionales del indi-
Convergencia ideal que en un país como Francia co-
vidualismo o de la sumisión, ideologías modemas de las
rresponde a una realidad precisa. Para el intelectual pe-
competencias o de la tecnicidad). Todos estos problemas
queño-burgués, eL acceso a la clase obrera está doblemen-
conciemen a los efectos ideológicos de la division en cla-
te guardado: por su propia integración al sistema de do-
ses. No tienen nada que ver con la cuestión de la desapa-
minación ideológica de la burguesía, pero también porque
rición de la ilusión subje!iva. No se trata de que esta
entre el proletariado y él · mismo se interpone el a para to
cuestión sea in-planteable, sino de que no pertenece a la
problemática de la teoría marxis~a de las ideologías. Esta revisionista, "representante" "de la clase obrera.
no es una teoría del sujeto, pero tampoco una teoría de Así, de ambos lados, el intelectual pequeño-burgués, así
la ciencia, ni una teoría de la "sociedad". sea "marxista", se ve excltJ.ido de la participación en la
Althusser quiere luchar contra las ideologías antropoló- lucha proletaria, es decir de lo único que en última ins-
gicas que convierten la teoría de la sociedad en una teo- tancia puede garantizar el rigor marxista de su discurso.
ría del sujeto. Sin embargo, el único efecto subversivo de La operación que transforma el rigor marxista en discurso
de la ciencia intenta reflexionar esta doble limitación: la
su discurso consiste en restablecer una teoría de la ciencia
como mediación que regula las -relaciones entre ambos ~
1 primera, general, remite a la posición de intelectual
términos. 1 separado de las masas e integrado en el sistema ideoló-

:]
Dicha teoría permanece en el mismo terreno de las ideo-
logías que pretende combatir. A su manera, refleja lapo- ¡
¡ gico burgués; la segunda, particular, remite al cercamiento
[ e.ncerclement] revisionista de la lucha proletaria. Luego,
el rigor "científico" de este discurso no será más que el
: .:~ sición de clase del intelectual pequeño-burgués: posición
; . ;~ reverso de su imposibilidad de funcionar como teoría mar..,
: -~ oscilante entre el campo de la burguesía (al que no sólo
xista rigurosa, es decir, revolucionaria. Dicho rigor "cien-
:' ~
.. ,' está unido por su ser de clase sino también por el domi-
tífico" no le permite transgredir esa doble limitación
.::1·-:'

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~
1.
:354 • ]ACQUES RANCIERE -~--

.·l~ LECTURA DEi ALTHUSSER 355

Más aún: sólo en función de su propia incoherencia,


una ideología pequeño-burguessa puede adquirir, en tal 1. tes sólo ataca los efectos de la explotación capitalista; la lucha
contra la jerarquía, las cadencias, las provocaciones, en las fábricas,
i,';

~- .
o cual circuns-tancia, una función progresista. Cuan-
do alcanza su rigor fundamental, éste se revela como lo
1- al nivel de la base, sólo ataca los efectos. Es necesario atacar la
causa pr~piamente dicha de la explotación, o sea las relaciones ca-
:..:·
i·'
que es: un rigor burgués. Por esto el discurso marxista
de la ciencia se resuelve finalmente en la doble justifica- i pitalistas de producción. No obstante, a esta dimensión de la causa
sólo accede la ciencia, es decir la sabiduría del Comité Central. El
retiro de la estructura se convierte así en un foco imaginario a la
i:
¡·''

~
·:
ción del saber académico y de la autoridad del Comité manera kantiana, imagen invertida y puntualizada de un futuro
. .
Central. "La ciencia" se convierte en la consigna de la infinito: la marcha pacífica de Francia hacia el socialismo.
3 Cf. por ej. Rancit~re, LI,l81-204.
-1~
Córiha~revolución ideológica.
·
· 4 Pensamiento sustitutivo de la contradicción que se funda en
Sin teoría revolucionaria no hay acción revolucionaria. .-!i
.'f.
:~~ el desconocimiento de la C'Ontradicción real.
Para nuestra mayor tranquilidad, hemos repetido esta fra- .. _,..\,._.
.):
5 Estas tesis se desarrollaron en 1964 en la Union d'étudiants
se hasta el hartazgo. Hoy día debemos sacar la experien.:. . ,-;
de France ( UNEF), en particular bajo la influencia de un grupo
cía de lo que la revolución cultural y la revuelta_ ideoló- ·:~~ . de militantes de la Unían des Étudiants Communistes ( UEC). Es-
gica de los estudiantes nos han recordado: separada de la tos se oponían a la política del PCF y debían formar la Ilamada
"Izquierda sindical" [ Gauche syndicale]. U na vez terminada la
práctica revolucionaria, toda teoría revolucionaria se trans~ • -•\¡ guerra de .Alogelia -durante la cual la l)NEF había desempeñado í•'
l.:::
forma en su opuesto. un importante papel de movilización política del estudiantado-,
f'
se evitó el ret•omo a un corporativismo estrecho mediante una movi- ,t>..
lización política a partir de los problemas propios a los estudiantes. :
¡--..
Se elaboró entonces la teoría de la alienación estudiantil (situación
de dependencia s'Ocial del estudiante y pasividad en la recepción
del saber), concebida como manifestación del fenómeno general
de la "alienación" capitalista. Se enunciaron así dos grandes temas '.
''
de movilización: reivindicación del salario estudiantil -que debía
permitir a los estudiantes abandonar su condición de "menores"- '.<
y crítica de la enseñanza magistral, que reducía los estudiantes a
1 N. Poulantzas, op. cit., p. 223. la pasividad. La UNEF impulsó. el trabajo colectivo de los estu- :.:··
2 Estas relaciones de clase deben distinguirse cuidádosamente diantes mediante la constitución de Groupes de Travail UT!:iversitaire
·de las formas de ejercicio (políticas, económicas, ideológicas) de ( GTU). Ést'Os debieron luchar al mismo tiempo contra el mono-
la lucha de clases, formas que constituyen sus efectos. Pero las re- polio del saber y de la investigación por parte de los docentes y
laciones de producción sólo pueden entenderse como relaciones de contra el individualismo propio al trabajo universitario. Ambos
clase, excepto que se las transforme en un más allá metafísico. temas se enfrentaron además a la hostilidad del PCF, el que insis~
Esta transformación resulta de la distinción establecida por Pou- tía en las cuestiones de local, cantidad de docentes, etc., oponiendo
lantzas, op. cit., entre "relaciones de producción" y "relaciones so- al salario estudiantil el principi'O de una "beca de estudios" [allo-
ciales". A partir de la idea justa de que las relaciones de produc- cation d:études] para los estudiantes necesitad'Os.
ción no s•on "relaciones humanas", Poulantzas cae en el dilema 6 En las mismas páginas, Althusser deduce la necesidad "téc-
indicado más arriba: transparencia u opacidad. En consecuencia, nica" de la jerarquía en el interior de la empresa. Retomaremos en
las relaciones de producción aparecen retiradas en el más allá de seguida las "razones esenciales" que exigen la existencia de la Uni-
la "estructura". En última instancia, el análisis de Althusser y de· versidad en una sociedad socialista.
Poulantzas nos conduce a un truísmo: la estructura sólo es definid_a f• ,.
1 7 En el nivel de las retóricas, es interesante señalar la compli-
por su propia opacidad, manifestada en sus efectos. En suma: la cidad entre el pensamient'Q metafísico del "como si" y la figura re- !
estructura es opaca a causa de su opacidad. Por lo demás, ese
retiro casi heideggeriano de la estructura tal vez no sea política- ..1
~ tórica clásica en el PCF: "no es un azar si ...". La sabidurín i
¡.·
mente inocente. El PCF argumenta así: la lucha de los estudian-
l
i
popular, para la que "el azar hace bien su oficio", se confirma am-
pliamente ... l
t- .

1
~f ·~~ ·.

¡ .::•

.. :· • ' '·,! ~ ,;.


356 ]ACQUES RANCIERE ·LECTURA DEJ ALTHUSSER 357

8 Es propio de un pensamiento metafísico intentar el trazado de el Partido no "supo" analizar el movimiento estudiantil, permanecer
líneas de demarcación de clase en realidades (instituciones, grupos \ en contacto con la juventud escolarizada, explicarle las formas de
¡
sociales, etc.) captados de manera estática. Así, los revisionistas lucha de la clase obrem, etc. La conclusión del artículo muestra
enumeran los grupos sociales para saber si s'On revolucionarios o no. que finalmente se limita al doble recurS'O a la ciencia y al aparato
Por el contrario, · la dialéctica enseña que sólo en la lucha hay del Partido: corresponde a este último "suministrar todas las ex-
unidad y división cognoscibles. No se puede trazar una línea de plicaciones científicas que permitirán a todos, incluso a los jóvenes,
demarcación de clase en la Universidad si no es en la lucha que ver claro en los acontecimientos que han vivido y orientarse, si r'eal-
la toma como blanco [enjeu]. 1 mente lo quieren, sobre una base justa, en la lucha de clases,
abriéndoles perspectivas justas y ofreciéndoles los medios ideológi-
· 9 En el Cours . .. , Althusser desarrolló la idea según la cual Ja
filosofía n'O se refiere a la cienCia ~concepto .ideológico-:.:: sino·· i~c·las .
ciencias. E. Balibar, en un artículo sobre la filosofía marxista
( L'Humanité, 14-Il-1969 ), ridiculiza a quienes hablan de la ciencia
j- cos y políticos para una acción justa."
11 "El cambio en la base económica modifica más o menos rápi-
damente toda la enorme superestructura. Cuando se consideran
como de un "Santo Espíritu Especulativo" encarnado en las dif.~~ tales modificaciones, se debe siempre distinguir entre la modifica~
rentes ciencias. Pero podemos preguntarnos en qué consiste este ción material de las condiciones económicas de producción -que
extraño concepto: las ciencias. ¿AcaS'O se puede afirmar algo que se pueden estudiar de una manera científicamente rigur'Osa- y las
no pase por la mediación del concepto de la Ciencia? No se cam 1 formas jurídicas, religiosas, artísticas y filosóficas, en resumen, las
bia la naturaleza de un concepto pasándolo al plural; como máximo, formas ideológicas bajo las que los hombres toman conciencia de
se logra enmascar'arlo. Y esto es lo que en rigor sucede: reemplazar ese conflicto y lo llevan a su término." (Marx, Prefacio a Contribu-
la ciencia por las ciencias esconde el objeto que la filosofía se da ción a la Crit. E c. Política.) (El subrayado es mío. J. R.)
como suyo (la Ciencia), objeto producido por la denegación del
sabet. La operación pretendidamente anti-especulativa de Althus-
ser y de Balibar n•o tiene otro efecto que el de reforzar la dene~
gación filosófica del saber.
lO Por si fuera necesario, destaquemos que no está aquí- en cues~
tión la posición personal de Althusser en tal o cual circunstancia,
sino la línea política implicada por su teoría de la ideología. Ra~
ramente una teoría ha sido apropiada con tanta rapidez por quienes
tienen interés en ella: en nombre de la ciencia, se enfrentan las lu-
chas obreras contra la jerarquía de los salarios. ~.Acaso esas luchas
no ignoran la ley científica según la cual cada uno debe ser pagado
según el valor de su fuerza de trabajo? Por lo mismo, las luchas
contra la jerarquía en la Universidad ignoran que "la finalidad de
la relación docente-estudiante C'Orresponde al movimiento aseen~
dente de los conocimientos humanos de los que constituye el fun~
damento" (J. Pesen ti, "Problt~mes de méthode et questions théori~
ques liées a la refonte des carrieres", in: Bulletin du SNE Sup.,
juillet 1969); no ca be mayor ingenuidad para confesar cuál es el
"fundamento" de la teoría de la ciencia que se defiende.
Por otra par•te, el callejón sin salida [impasse] en el que se en-
cuentra el mismo Althusser se manifiesta en un reciente artículo,
"A propos de l'article de Michel Verret sur 'Mai Étudiant' ". Althus-
ser afirma allí el carácter fundamentalmente progresista del movi-
miento estudiantil de mayo 1968 y denuncia la interpretación reac-
cionaria de ese movimiento por parte de un celoso defensor de la
~'ciencia'~. Pero no puede -o no quiere- reC'Onocer en ella la sim-
ple justificación de una política; se limita a advertir una carencia:
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APÉNDICE
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l. . Este Apéndice contiene la lista completa de abreviaturas emplea-


l das en los artículos precedentes, así como la lista de los trabajos de
1 y sobre Louis Althusser y el equipo que colaboró en Lire le Capital.
(S: K.)
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1
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l. Principales textos de Louis Althusser
(por orden de publicación)

MF "Note du traducteur" (L. Feuerbach, Manifestes Philosophi-


!1.
-- ques;- -Paris;- PUF, 1960;---pp-.---1-9).- --
p~ "Problemes :Étudiants, (La Nouvelle Critique, janvier 1964,
n9 152, pp. 80-111 ).
·:'
P "Présentation, ( Pierre Macherey, "La philosophie de la scien-
ce de George Canguilhem. Epistémologie et histoire des
sciences, en: La Pensée, 1964, n9 113, pp. 49-62).
··-:
M M ontesquieu. La politique et l'histoire ( Paris, PUF, 1964).
_;; [Trad. esp. mismo título.]
PM P.ou1· Marx (Paris, Maspero 1965). Sumario: "Préface: Au-
jourd'hui", "Les. Manifestes Philosophiques de Feuerbach,,
"Sur le jeune Marx~', "Contradiction et surdétermination",
"Notes pour, un théatre matérialiste (Le Piccolo, Berto-
lazzi et Brecht)", "Les Manuscrites de 1844 de Karl Marx",
"Sur la dialectique matérialiste (De l'inégalité des origines",
Marxisme et humanisme", "Note complémentaire sur l'huma-
.·:·:· nisme réel". [La 1·evolución teórica de Marx (México, Siglo
·.;·:
XXI, 1968; prólogo inédito de L. A. en segunda edición.)]
F "Freud et Lacan" (La Nouvelle Critique, dec. 1964-janvier
.·'
1965, n9 161-162, pp. 88-108) (con: "Note bibligraphique
d' études").
L1 "Du Capital a la philosophie de Marx.. , prefacio ·al volumen
colectivo Lire le Capital (Paris, Maspero, 1965, tome I, pp.
9-89). Repr•oducido bajo la misma forma ( idem, "Petite Co-
-::¡
llection M aspero"). [Para leer El Capital, México, Siglo
-:.) XXI, 1969.] jj,
Lll "L'objet de Capital" (idem, tome Il, pp. 7-185). Reprodu-
cido idem. [Idem.] jj,
D "Sur le travail théorique. Difficultés et ressources, ( La
.;
Pensée, 1967, nQ 132, pp. 3-22). ["Acerca del trabajo teó-
:~1
:·. ~

,.'
·:
362 APÉNDICE

deo", en: L. Althusser, La filosofía como arma de la revo~


lución (Córdoba, Cuadernos de Pasado y Presente, 1968,
.J: . :U. Textos situados relativamente en la misma
línea de Althusser
pp. 75-103) .]
R "Sur le Contrat Social de Rousseau (Les décalages )" (Ca-
hiers pour l'Analyse, 1967, n 9 8, pp. 5-42).
MlM "Matérialisme h1storique et matérialisme dialectique" (Ca-
hiers Marxistes-Léninistes 1966, n9 11). ["Materialismo his- ._r""<;?.. Balibar, Etienne, "Les idéologies pseudo-marxistes de l'aliénation" ,,
tórico y materialismo dialéctico", en la revista Pensamiento ( Clarté, 1965, n9 65).
Crítico.] ["Materialismo histórico y materialismo dialéctico", Balibar, Etienne, "Mar•xisme et linguistique" ( Cahiers Marxistes-
en: A. Badiou, L. Althusser, MH y MD (Córdoba, Cuader- Léninistes, 1966, n9 12-13, pp. 19-25).
nos de Pasado _y Presente, 1969) .] !;:
Balibar, Etienne, "Sur les concepts fondamentaux du matérialisme
PT "Théorie, practique théorique et fonnation théorique. Idéo~ historique" (en Lire le Capital, ed. cit., tome 11, pp. 187-332').
logie et lutte idéol•ogique". ( Cahiers Marxistes-Léninistes, c. Reproducido y corregido, mism•o editor, "Petite Collection", · ·
logie et lutte idéo~ogique". ( Cahiers Marxistes-Léninistes, .c. ts. 1 y 2 ).
!:l:.··
t':
1966) La filosofía ... ( ed. cit., pp. 21-73) .] Badiou, Alain, "L'autonomie du processus esthétique" ( Cahiers 1:·
L Lénine et la philosophie (París, M aspero, 1969). [Trad. esp. r·1·
Marxistes-Léninistes, 1966, n9 12-13, pp. 77-89). ,.
anunciada.] Badiou, Alain, Le concept de modele. Introduction a une épisté- r·.,
,.-·
A "Avertissement aux lecteur•s du livre 1 du Capital" (con: mologie matérialiste des mathématiques (París, M aspero, 1969). <~<
referencias bibliográficas y rudimentos de bibliografía crí- Establet, Roger, "Présentation du plan du Capital" (en Lire le . ··
tica) (en: Karl Marx, Le Capital, Gamier-Flammarion, Capital, ed. cit., tome 11, pp. 333-401).
1969, p. 5-30). H erbert, Thomas, "Réflexions sur la situation théorique des scien-
V "A propos de larticle e Mlchel Verret sur 'Mai :Étudiant' "· ces sociales et spécialement de la psychologie sociale" ( Cahiers
. ,·
(La Pensée, 1969, ·n9 145, pp. 3-14). pour l'Analyse, 1966, n'~ 1-2, pp. 140-167).
Correspondencia intercambiada con M. A. Macchiocchi H erbert, Thomas, "Remarques pour une théorie générale des
(en: Maria Antonietta Macciocchi, Lettere dall'interno idéologies" ( Cahiers pour l'Analyse, 1968, n9 9, pp. 7 4-92) ..
del PCI a Louis Althusser, Milano, Feltrinelli, 1969). 1Macherey, Pierre, "A propos de la rupture" (La Nouvelle Cri-, ·
[Trad. franc. anunciada.] tique, 1965, n9 166, pp. 136-140).
... _
Macherey, Pierre, "A propos du processus d'éxposition dU Ca-
pitar (en Lire le Capital, ed. cit., tome I, pp. 211-256).
· Macherey, Pierre, Pour une théorie de la production littéráire ·
· (París, M aspero, 1966).
Millel", Jacques-Alain, "Action de la structure" ( Cahiers pour l'Aria- ¡.:...
t:- ..
! . .. .
lyse, 1968, n9 9, pp. 93-105). .i··.. .
Osier, Jean-Pierre, "Présentation" a: Ludwig Feuerbach, L'Es- 1 •' •

.r sence du Christianisme (Paris, Maspero, 1968, pp. 7-86). [J.-:P.


¡::
1 •

<~<
Le edición de LI y LII en Petite Collection Maspero (y. en . Osier y S. Karsz, Lectura de Feuerbach (Buen•os Aires, !~
Siglo XXI) sólo incluye los trabajos de Althusser y Balibar (ex- 1:
. cluye Macherey, Rancitn·e, Establet. Cf. Apéndice 11). Galerna-Posición, en preparación).] i¡:·
.
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364 APÉNDICE

Pecheux, Michel, "Les sciences humaines et le 'moment actuel' " lll. Textos sobre L. Althusser y/ o su equipo
(La Pensée, 1969, nQ 143, pp. 62-80).
Poulantzas, Nicos, Pouvoir politique et classes sociales de l'Etat ca-
pitaliste (París, M aspero, 1968) [Trad. esp. anunciada].
;., Ranciere, J acques, "Le C'Oncept de critique et la critique de 1'éco-
•1 nomie politique des Manuscrítes de 1844 au Capital" (en Lire Aron, Raymond, D'une Sainte Famille a l'autre. Essai sur les mar-

.r~::ay~a~=~a:.~~tt.L:. :r;is.: ~!~~~~) ks sociétés


0 xismes imaginaires (París, Gallimard, 1969, pp. 69-276). 1
i
1 ....... . "primítives" Badiou, Alain, "Le (re )commencement du matérialisme diale,.9tíque" ·.¡
' (París, M aspero, 1969) [Trad. esp. anunciada]. r (Critique, 1967, nQ 240, pp. 438-467). ( §). l

Besnier, Bernard, "Deux livres marxistes pour la théoríe économi-


::; que" [Godelier, Sweezy y Baran] (Aletheia, 1967, nQ 6, pp. 202-
.' 224; sobre Althusser pp. 218-224) .
. ·. -:~
., Conilh, Jean, "Lecture de Marx" (Esprit, 1967, nQ 360, pp. 882-

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··:'1
.; :~:
1) Este volumen es el fascículo IV de la serie Cours de philosophie
·.::: 901).
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pour scíentífiques, curso colectivo realizado en la Ecole Nonm]f' Dufrenne, Mikel, Pour l'homme (París, S~uíl, 1966).
.. Supérieure de Paris en 1967-1968. La serie anuncia los si¡::uien-
Georg e, Fran~ois, "Lire Althusser" ["Lénine et la philosophie"] (Les
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·.,
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:•·1
.:1..,
~
tes fascículos.
Fascículo 1: L. Althusser, Introductíon. Fase. 11: P. Macherey,
E. Balibar, Expérience et Expérimentation. Fase. III: F. Regnault,
l Temps Modernes, 1969, nQ 275, pp. 1921-1962).
Giannottí, José A., "Contra Althusser" (Teoría e p1·ática, 1968, nQ 3,
M. Pecheux, La "coupure épistémologique". Fase. V; M. Fichant, pp. 66-82).
L'idée d'une hist_oire des sciences. Fase. VI: Conclusion provisoire.
:1¡"
Se acaba de publicar, además, el fase. Ill: M. Fichant et M. Pé- Glucksmann, André, -"Un structuralisme ventriloque" (Les Temps
cheux, Sur l'histoire des sciences (París, M aspero, 1969). Modernes, 1967, nQ 250, pp. 1557-1598).
·1.,
',j Glucksmann, Christine, "A propos d'Althusser" ["La practique léni-
l niste de la phílosophie"] (La Nouvelle Critique, 1969, nQ 23,

~
pp. 38-45).
Godelier, Mauríce, "Systeme, .structure et contradiction dans Le
.i Capítaf' (Les Temps Modernes, 1966, nQ 246, pp. 828-864)
'l [hay trad. esp.].
::";
• ¡
. ' .t. Hyppolite, Jean, "Le 'scientifique' et 1' 'idéologique' dans une pers-
pective marxiste" (Dio gene, 1968, nQ 64, pp. 33-43) [hay trad.
esp.].
Karsz, Saúl, "Apres Althusser" ["La fin des orthodoxíes"] (Ale-
theia, 1967, nQ 6, pp. 232-239).
Karsz Saúl, "L'ouis Althusser" (Imagen, Caracas, 1968, n9 36,

l PP· 6-7).
Lefebvre, Henri, "Sur une interprétation du marxisme" (L'Homme
et la Société, 1967, nQ 4, pp. 3-22) .
.,

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366. APÉNDICE ¡:_
,.
l.
:::
Lefebvre, Henri, ~'Les paradoxes .d'Althusser" (L'Homme et lá ,....
Société, 1969, n<:> i3, pp; 3-37). :·:
Luporini, Cesare, "Réflexi'Ons sur Louis Althusser" [lntroduction a ,.:·:
la edición ita!: de PM] ( L'Hormne et la Société, 1967, n<.i {
pp. 23-35).
Nancy,Jean-Luc, "Marx et la philosophie" (Esprit, 1966, n<.i 349,
pp; 1074-1087).
París, Robert, "En dec;a du marxisme" (Les Temps Mode.rnes, 1966,
· ni? 240, pp. 1983-2002). ·
· Poulantzas, Nicos, "Vers une théorie marxiste" (Les Temps Mo-
demes, 1966, n<:> 240, pp. 1952-1982).
Pouillon, Jean, "Du coté de chez Marx" (Les Temps Modemes, .¡
1966, n<:> 240, pp. 2003-2012). ( § ).
Soubisse, Louis, "Une nouvelle lecture de Marx" (Projet, 1967,
r
n<:> 20, pp. 1229-1244). j. ¡:
1

Varios (P. Vílar, B. Fmenkel, R. París, S. Pullberg, F. Chatelet; J. :- i:,.


Cl. Forquin), Dialectique marxiste et pensée structurale ( expo~
¡·.
~<
siciones y debates) (París, Cahíers du Centre d'Études Socia- 1·
listes, 1968, n<:> 76-80). L:
'-·

Whal, Fran9ois, "Littérature, science, idéologie" [P. Macherey, Pour · ,.·..


~
f··.

r:-
une théorie de la production littéraire] (Critique, 1967, n<:> 241, v· l·:·
·¡
pp. 536-543).
Whal, Franc;ois, "La philosophie entre l' avant et l'apres du structura-·
[
f
lisme" (in: Qu'est-ce que le structuralisme?, París, Seuil, 1968; [·:-:.
],-:_
sobre Althusser, pp. 353-390). t::.·
~- ..
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Este libro fue compuesto y armado en
LINOTIPIA PoNTALTI, Fraga 49/53, e impreso !:(
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en los · Talleres Gráficos GARAMOND s.c.A., ~ ;:


Cahrera 3856, Buenos Aires, en enero de 1970. (::
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