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Echeverría
Echeverría
Durante todo el sexenio de Echeverría hubo una constante lucha ambivalente del
gobierno con los sindicatos, ya sea con los independientes que tenían demandas
legítimas y representaban al verdadero movimiento obrero, y con los sindicatos
oficiales o “charros”, que ya no eran tan leales al régimen como lo habían sido
antes, y que de alguna forma empezaron a ejercer cierta independencia de este.
También para recuperar el apoyo social que había perdido el gobierno en la última
década brindado por el movimiento obrero, llevo a cabo políticas populistas que a
superficialmente apoyaban y resolvían problemas de la clase trabajadora, pero
sólo satisfacían los objetivos inmediatos de los grupos, siempre y cuando no se
entrometan en los intereses de los empresarios y del gobierno.
En el caso del FONACOT, aunque pudiera parecer un incentivo para que los
trabajadores adquirieran muebles y electrodomésticos para elevar su nivel de vida,
al final sólo se convirtió en un crédito más, dónde el Estado era el intermediario y
el aval.
Reforma Educativa
Aunque no sólo el populismo se dio con los estudiantes universitarios, también con
los ciudadanos mexicanos que querían ver a sus hijos en las escuelas, esto se
demuestra con la gran cantidad de escuelas populares, creadas por la misma
gente de las comunidades lejanas, que fueron reconocidas por la SEP, aunque
esto también contribuya a la ampliación de la oferta educativa, también
característica del sexenio, pero también necesario debido al alto crecimiento
demográfico.
El gobierno de Echeverría fue característico por los rumores que se crearon, esto
a causa de las enemistades que el mismo personaje forjó, con la oposición, con el
dirigente de la CTM Fidel Velázquez, pero una de las que más le afectó fue la que
tuvo con los grupos empresariales, sobre todo con Grupo Monterrey,
conglomerado que en ese tiempo ejercía una gran influencia en las decisiones
económicas del país, combinados con los levantamientos armados, rebeliones e
insatisfacciones con las acciones del gobierno, todo estos lastres fueron
arrastrados hasta los últimos días del sexenio.
Aunque para ser cierto hubo un rumor que resultó ser cierto, el sector empresarial
había advertido que si la economía del país seguía así, se generaría una
devaluación del peso, cosa que sucedió el 31 de agosto de su ultimo años como
presidente, el peso en relación al dólar, después de haber pasado más de una
década en un estable cambio de 12.5, paso a 22 pesos el dólar, y lo peor es que
los problemas ese año no terminaron ahí.
Pero en este conflicto había una peculiaridad, este no era un conflicto entre el
gobierno y los empresarios, era más personal, era entre Echeverría y Grupo
Monterrey, por ende se tenía esperanzas que al momento de cambio de mandato
las tensiones se aliviaran.