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1.

Se define «el desarrollo sostenible como la satisfacción de «las necesidades de la


generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para
satisfacer sus propias necesidades». (Informe titulado «Nuestro futuro común» de
1987, Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo), el desarrollo
sostenible ha emergido como el principio rector para el desarrollo mundial a largo
plazo. Consta de tres pilares, el desarrollo sostenible trata de lograr, de manera
equilibrada, el desarrollo económico, el desarrollo social y la protección del medio
ambiente.
2. El objetivo del desarrollo sostenible es definir proyectos viables y reconciliar los
aspectos económico, social, y ambiental de las actividades humanas; se trata de
progresar en estos ámbitos sin tener que destruir el medio ambiente. Los "tres
pilares" que deben ser tenidos en cuenta tanto por las empresas, como por las
comunidades y las personas:
Sostenibilidad económica: se da cuando la actividad que se mueve hacia la
sostenibilidad ambiental y social y es financieramente posible y rentable.
Sostenibilidad social: basada en el mantenimiento de la cohesión social y de su
habilidad para trabajar en la persecución de objetivos comunes. Implica la mitigación
de impactos sociales negativos causados por la actividad que se desarrolla, así
como la potencialización de los impactos positivos. Se relaciona también con el
hecho de que las comunidades locales reciban beneficios por el desarrollo de la
actividad desarrollada en aras de mejorar sus condiciones de vida. Lo anterior se
deben aplicar para todos los grupos humanos involucrados en la actividad. Por
ejemplo, en el caso de una empresa, debe cubrir a los trabajadores (condiciones de
trabajo, nivel salarial, etc.), los proveedores, los clientes, las comunidades locales y
la sociedad en general.
Sostenibilidad ambiental: compatibilidad entre la actividad considerada y la
preservación de la biodiversidad y de los ecosistemas, evitando la degradación de
las funciones fuente y sumidero. Incluye un análisis de los impactos derivados de la
actividad considerada en términos de flujos, consumo de recursos difícil o
lentamente renovables, así como en términos de generación de residuos y
emisiones. Este último pilar es necesario para que los otros dos sean estables.
3. La sostenibilidad como eje articular en la gestión de hoteles, es uno de los
conceptos clave de los últimos tiempos. Los hoteles sostenibles parecen
generarnos siempre una mayor confianza y simpatía, pero ¿es la sostenibilidad
por sí misma suficiente para crear una buena imagen de marca?

Lo primero que debemos tener en cuenta, es que no existe ningún hotel sostenible
al cien por cien. Asimilado este concepto, la sostenibilidad tiene que verse como
un trabajo dirigido a implementar acciones que trabajen los componentes sociales,
medioambientales y culturales de la gestión hotelera.

Como valor corporativo, la sostenibilidad puede ser uno de nuestros puntos


fuertes, pero nunca debe dejarse la imagen de un hotel exclusivamente en sus
manos. Existe un concepto denominado “lavado verde” que define a aquellas
empresas que pregonan sus virtudes medioambientales, siendo éstas en realidad
superficiales. Así, un hotel que solamente se defina como “verde”, corre el riesgo
de desprestigiarse a sí mismo por medio de su supuesta mayor virtud

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