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Conocida por muchos como “La Jerusalén de Colombia”, allí se celebra la Semana Santa
en vivo. Otros la conocen por sus desiertos áridos y otros más por la gastronomía, pues
allí se vende la mejor gallina de Colombia, eso se lo puedo asegurar. ¿Ya sabe de qué
lugar les estoy hablando?, así como se lo acaba de imaginar, si, de Sachica, donde la
la mañana, me encontraba en el parque principal del municipio sentada en una pila con
agua un poco verdosa que se movía al son del viento. Los saquicences iban y venían por
el parque cuando se escuchan uno, dos y tres campanazos anunciando que los feligreses
veo entre ellos una campesina de aproximadamente 1,50 de estatura, con su falta hasta
la rodilla, zapatos en cuero, saco de lana y dos trenzas blancas que adornan su cabeza,
es doña María Campos una campesina de Sachica, una mujer de 82 años de edad pero
Buenos días Doña María Campos, la saludo muy sonrientemente y ella con una sonrisa me
responde el saludo “buenos días sumerce”, la invito a tomar algo para la sed y nos vamos
caminando hacia una tienda ubicada en diagonal al palacio municipal, parecíamos dos
viejas amigas que no se veían desde hace años, ella me miraba fijamente y yo agachaba
la cabeza mientras revisaba en mi libreta las cosas que quería preguntarle, mientras
tanto la tendera nos alcanzaba una cerveza para ese calor un poco agotador.
Conversando entre una y otra cosa doña María Campos recuerda con gran alegría cuando
ganó el reinado de la chicha que año tras año se realiza en esta población “yo fui y sigo
siendo la reina, también ayudo a organizar el reinado, pero que rabia me da porque han
cogido esto como un burlesco, las señoritas salen casi empelotas y eso es una falta de
respeto, salen con unos vestiditos que no les tapan nada, entonces yo al ver esto no quise
volver a colaborar; cuando gané el reinado salí con mis faldas más debajo de la rodilla,
ya sin las perlas blancas que dejan entrever que los años han pasado ya su factura, doña
María Campos es una mujer a quien la vida no le ha tocado fácil, sus manos cuarteadas
por el frio y el sol, su rostro arrugado y moreno, su caminar lento por las tres cirugías
que se ha tenido que realizar en los últimos dos años me demuestran que la vida del
campo no es tan fácil como algunos se la imaginan. “me levanto a las cuatro de la mañana
y voy a ver mis animales, les hecho agüita y ordeño las vacas, saco a los pollos del corral
y le pongo pasto a una chivita que tengo cerca de mi casa, y así me la paso todo el día
para allá y para acá porque no me gusta quedarme quieta” comenta doña María mientras
El reloj seguía avanzando y nosotras conversábamos de las maravillas que tiene Sachica,
sus desiertos que atraen a muchos turistas, la iglesia colonial, la cebolla y los más
importante la gallina sachiquense, ya era la una y meda del día y nos despedimos
gallina”. Ella llevaba prisa y se alejó rápidamente por una carretera solitaria acompañada
Así como me lo recomendó aquella campesina, así lo hice, me fui a comer gallina en un
restaurante ubicado a una cuadra del parque principal, la gallina es la comida típica en
Sachica y es muy famosa, las personas que pasan por este municipio no se van sin antes
probarla, hablé con don Jerónimo Sarmiento un señor de estatura media, tez blanca y
de aproximadamente unos 60 años, “ la gallina es muy rica, pero tiene mucho condimento,
a uno ya por lo viejo le toca cuidarse, las gallinas que preparan son las que ya no ponen
huevos, son flacas y ya ni sabor, tienen por eso son tan dañosas para el organismo” sin
embargo me decía eso mientras se comía una gallina con plátano frito, yuca y papa. A
veces lo que más nos hace daño es lo que más queremos comer le comentaba mientras lo
miraba fijamente.
Probé la gallina y me sorprendí mucho porque si estaba muy deliciosa así como me la
recoge mucha historia, según la Secretaria de cultura del municipio allí vivía una
azotaban a los indígenas que se negaban a pagar los impuestos al régimen español,
también hay una pileta donde sobresale una cebolla en honor al sustento de la población,
de tomate de guiso y de árbol, sin embargo la escasez de agua en esta región les está
jugando una mala pasada, las tierras para que produzcan hay que dejarlas descansar en
temporadas y el agua hay que racionarla, hoy día el mayor ingreso económico es el
turistas les llama mucho la atención los desiertos que se encuentran allí y de esta forma
Quisiera haberme quedado en Sachica para poder conocer el desierto pero el tiempo
me ganó, me despido no sin antes decirles que conozcan este municipio, que sean
rebeldes con su estómago y prueben gallina. Así como lo diría doña María Campos Adiós