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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE COMUNICACIÓN

TEORÍAS DEL CINE

ALEJANDRA SICARD MONTIEL

4 DE FEBRERO DE 2019

EL ESPEJO COMO CREADOR DE LA IMAGEN

La lectura del espejo de Platón, escrita por el filósofo y político italiano Massimo Cacciari, plantea
desde un inicio que la ruptura de la concepción dualista del espejo se rompe solo hasta la época
manerista, es decir hasta finales del renacimiento. Donde se deja atrás la noción del espejo
engañador y su opuesto el espejo fiel a su reflejo. Desde allí es donde se empieza a entender el
espejo tanto como un transformador de la realidad, pero de igual modo un reflejo de la Verdad. Es
así como el ejemplo de Sócrates que se encuentra con un creador de toda obra le plantea un espejo
y le dice que con aquel objeto, él se puede proclamar el creador de todas las cosas, y es así como
entendemos de primera mano que el espejo es el principal creador de la imagen.

Una imagen que no es el ser en verdad, puesto que lo que está ahí no es la verdad misma sino un
fenómeno que contiene un “negativo” que contiene todo lo que no es. El espejo plantea un objeto
o una realidad pero lo que está allí “hace” de ese ser, y al producir fenómenos que no se relacionan
en nada con la imitación, se relacionan entonces con la creación. Y es así como el ojo, que mantiene
una semejanza clara con el espejo, nos va a permitir concebir las imágenes desde la imaginación
y la percepción. Pero se anticipa a explicar que solo puede existir una imaginación o construcción
de un fenómeno cuando previamente hay ya una imagen. Entonces el ojo, no ve sino imagina, crea
e inventa imágenes sin ser nada real. Es decir que lo que observamos en el espejo no es verdad,
existe dentro de una imaginación, pero no está ahí, no es manipulable ni real. Es allí donde Kant
plantea su Narciso que crea una imagen como un fantasma inalcanzable, es decir que crea una
imagen y esta se ajusta a lo que cree que ve.

Hablando ya de la imagen, esta se diferencia del espejo en tanto al plasmarse en imagen se realiza,
es decir se materializa y se concibe se vuelve ficción y no percepción. Y aun así los ojos conciben
una presencia falsa desde donde se construye la razón crítica, que en realidad es una ausencia de
inalcanzable. Es decir que cuando observamos una imagen entendida fuera del espejo, es una
realización de la realidad, ya que se plasma, se esculpe, se graba y es allí donde deja de ser idea o
imaginación y se vuelve ficticia, no real, y esto se debe a que su ausencia fantasmal que se
“disfraza” de una presencia falsa que nos adentra en una realidad transformada en fictum.

Y finalmente comprendemos desde una vista doble, el espejo como un ente que con fuerza crea e
imagina; y la del espejo que muestra la ausencia, la ficción y la y el fenómeno de la realidad. Y así
el espejo se vuelve demiúrgico, es decir una divinidad tanto creadora como controladora de la
realidad, y que lo único que nos permite es ver y crear pues tocar y manipular se nos es prohibido.
En otras palabras aunque el espejo hoy día, deja de ser nuestra fuente de imágenes para permitirle
a nuestra capacidad de invención convertirse en esta, se entiende el espejo como el impulso para
crear imágenes pero también un espacio de negativos y de ficción.

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