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HAL R.

VARIAN
Universidad de Michigan

ANÁLISIS MICROECONÓMICO
Tercera edición

Traducción de
M.~ Esther Rabasco
y Luis Toharia
Universidad de Alcalá

Antón i Bosch u editor


2 1 . ANÁLISIS DEL EQUILIBRIO

En el presente capítulo examinamos algunos temas del análisis de equilibrio general


que no encajan bien en los demás capítulos. El primero se refiere al núcleo, que es una
generalización del conjunto de Pareto, y a su relación con el equilibrio walrasiano.
A continuación analizamos brevemente la relación entre la convexidad y el tamaño.
Posteriormente, examinamos las condiciones en las que sólo hay un equilibrio wal-
rasiano y, por último, concluimos el capítulo con un análisis de la estabilidad del
equilibrio general.

21.1 El núcleo de una economía de intercambio

Hemos visto que generalmente existen equilibrios walrasianos y que éstos suelen
ser eficientes en el sentido de Pareto. Pero la utilización de un sistema basado en el
mecanismo de los mercados competitivos no es sino una de las formas de asignar
los recursos. ¿Qué ocurriría si recurriéramos a alguna otra institución social para
facilitar el intercambio? ¿Se "aproximaría" la asignación resultante a un equilibrio
walrasiano?
Para analizar esta cuestión, examinamos un "juego de mercado" en el que cada
uno de los agentes i llega al mercado con una dotación inicial de En lugar de
utilizar un mecanismo de precios, los agentes se limitan a deambular y a llegar a
acuerdos tentativos de intercambio entre sí. Cuando todos han llegado al mejor
acuerdo posible, se realizan los intercambios.
El juego, tal como se ha descrito hasta ahora, apenas tiene estructura. En lugar
de especificar el juego detalladamente para calcular ün equilibrio, nos hacemos una
pregunta más general. ¿Cuál podría ser el conjunto "razonable" de resultados de
este juego? He aquí una serie de definiciones que pueden resultar útiles para analizar
esta cuestión.
4 5 6 / ANÁLISIS DEL EQUILIBRIO (C. 2 1 )

Mejorar con respecto a una asignación. Se dice que un grupo de agentes S mejora con
respecto a una determinada asignación x si hay otra asignación x' tal que

¿es íes
y

x[ y i Xi cualquiera que sea i £ S.

Si es posible mejorar con respecto a una asignación x, hay algún grupo de


agentes a los que les iría mejor si no participaran en el mercado y se limitaran a realizar
intercambios entre ellos. Un ejemplo podría ser el de un grupo de consumidores que
organizara una cooperativa para contrarrestar los elevados precios de la tienda de
alimentación. Parece que cualquier asignación con respecto a la cual se pueda mejorar
no es un equilibrio razonable, ya que algún grupo siempre tendría incentivos para
separarse del resto de la economía.

Núcleo de una economía. Una asignación viable x pertenece al núcleo de la economía si


no existe ninguna coalición que pueda mejorar con respecto a dicha asignación.

Obsérvese que si x pertenece al núcleo, debe ser eficiente en el sentido de Pareto,


pues si no lo fuera, la coalición formada por todos los agentes podría mejorar con
respecto a ella. En este sentido, el núcleo es una generalización de la idea del conjunto
de Pareto. Si una asignación pertenece al núcleo, todos los grupos de agentes reciben
una parte de las ganancias derivadas del intercambio y ninguno tiene incentivos para
ir a la suya.
Uno de los problemas que plantea el concepto de núcleo se halla en que impone
una gran cantidad de condiciones relacionadas con la información, es decir, las
personas de la coalición insatisfecha han de ser capaces de encontrarse unas a otras..
Se supone, además, que la formación de coaliciones no conlleva ningún coste, por lo
que éstas se formarían aun cuando con ello sólo pudieran obtenerse pequeñísimas
ganancias.
El núcleo puede representarse gráficamente a partir del diagrama habitual de la
caja de Edgeworth correspondiente al caso en el que hay dos bienes y dos personas.
Véase la figura 21.1. En este caso, el núcleo es el subconjunto del conjunto de Pareto
en el que a los dos agentes les interesa más realizar intercambios que negarse a ello.
¿Es no vacío en general el núcleo de una economía? Si mantenemos los su-
puestos que garantizan la existencia de un equilibrio de mercado, lo es, ya que el
equilibrio de mercado siempre está contenido en el núcleo.
El núcleo de una economía de intercambio / 457

Figura 21.1

1 ; 1 ; CONSUMIDOR 2

1 1
BIEN 2 :

;
CONSUMIDOR 1 ' •
BIEN 1

El núcleo en una caja de Edgeworth. En el diagrama de la caja de Edgeworth, el


núcleo es simplemente el segmento del conjunto de Pareto que se encuentra entre
las curvas de indiferencia que pasan por la dotación inicial.

El equilibrio de Walras pertenece al núcleo. Si (x*, p) es un equilibrio walrasiano a


partir de las dotaciones iniciales üjx* pertenece al núcleo.

Demostración. Supongamos que no fuera así; en ese caso, habría una coalición S y
una asignación viable x' tales que todos los agentes i pertenecientes a S preferirían
estrictamente x • a x* y, además,

£x¡=£<"••
i£S íes
Pero la definición del equilibrio walrasiano implica que

px¿ > pü)í cualquiera que sea I en S

por lo que

>
PXX PS£t,i
¡es ÍES •

lo que contradice la primera igualdad.


El diagrama de la caja de Edgeworth muestra que en el núcleo hay, por lo
general, otros puntos además del equilibrio de mercado. Sin embargo, si permitimos
que crezca nuestra economía formada por 2 personas, tendremos más coaliciones
4 5 8 / ANÁLISIS DEL EQUILIBRIO (C. 2 1 )

posibles y por lo tanto, más oportunidades de mejorar con respecto a cualquier


asignación dada. Por consiguiente, cabe sospechar que el núcleo podría reducirse
conforme creciera la economía. Uno de los problemas que plantea la formalización
de esta idea se halla en que el núcleo es un súbconjunto del espacio de asignaciones,
por lo que sus dimensiones varían a medida que crece la economía. Por lo tanto, nos
interesa limitarnos a analizar un tipo de crecimiento especialmente sencillo.
Decimos que dos agentes son del mismo tipo si tanto sus preferencias como
sus dotaciones iniciales son iguales. Decimos que una economía es una réplica de
otra si hay r veces tantos agentes de cada tipo en la primera como en la segunda.
Eso significa que si una gran economía es una réplica de otra más pequeña, es
simplemente una reproducción a una "escala mayor" de esta última. Para facilitar
el análisis, nos limitaremos a examinar solamente el caso en el que hay dos tipos
de agentes, el tipo A y el tipo B. Consideremos una economía formada por dos
personas; entendemos por núcleo r-ésimo de esta economía el núcleo de la réplica
r-ésima de la economía original.
Pues bien, todos los agentes del mismo tipo deben recibir la misma cesta en
cualquier asignación del núcleo. Este resultado facilita mucho el análisis.

Igualdad de trato en el núcleo. Supongamos que las preferencias de los agentes son estric-
tamente convexas, fuertemente monótonas y continuas. En ese caso, si x es una asignación
perteneciente al núcleo r-ésimo de una determinada economía, dos agentes cualesquiera del
mismo tipo deben recibir la misma cesta.
j
Demostración. Sea x una asignación perteneciente al núcleo y designemos a los Ir
agentes por medio de los subíndices Ai,.. .Ary Bl,..., Br. Si todos los agentes del
mismo tipo no reciben la misma asignación, habrá un agente de cada tipo que recibirá
un trato peor. Llamamos a estos agentes "marginado de tipo A" y "marginado de
tipo B". Si existe más de un agente marginado de algún tipo, seleccionamos uno
cualquiera de ellos.
Sean xa = \ Xlj=i x a¿ y \ YJj=i x Bj las cestas medias de los agentes de
tipo A y de tipo B. Dado que la asignación x es viable, tenemos que

-j=i j=i
1 1
tuía + -rcJB-
r r
Por lo tanto,

xA+xB =(jja+cjb,

por lo que (xÁ,-x#).es viable para la coalición formada por los dos marginados.
Estamos suponiendo que al menos en el caso de uno de los tipos, por ejemplo, el A,
El núcleo de una economía de intercambio / 459

dos de los agentes de este tipo reciben cestas diferentes. Por lo tanto, el marginado A
preferirá estrictamente a su asignación actual en razón de la convexidad estricta
de las preferencias (ya que es una media ponderada de las cestas que son al menos
tan buenas como la x¿) y el marginado B pensará que xb es al menos tan buena como
su cesta actual. La monotonicidad fuerte y la continuidad permiten a A destinar una
parte de a sobornar al marginado de tipo B y formar así una coalición que supone
una mejora con respecto a la asignación.

Dado que cualquier asignación que pertenezca al núcleo debe proporcionar a


los agentes del mismo tipo la misma cesta, podemos examinar los núcleos de las
réplicas de economías de dos agentes por medio de la caja de Edgeworth. Ahora
un punto x perteneciente al núcleo no representa la cantidad que recibe A y la que
recibe B sino la cantidad que recibe cada agente de tipo A y la que recibe cada agente
de tipo B. El lema anterior nos dice que todos los puntos del núcleo r-ésimo pueden
representarse de esta manera.
La siguiente proposición demuestra que toda asignación que no sea una asig-
nación que equilibre el mercado acabará no perteneciendo al núcleo r-ésimo de la
economía, lo cual significa que en las grandes economías las asignaciones pertene-
cientes al núcleo son exactamente iguales que los equilibrios walrasianos.

Contracción del núcleo. Supongamos que las preferencias son estrictamente convexas y
fuertemente monótonas y que hay un único equilibrio de mercado x* a partir de la dotación
inicial u. En ese caso, si y no es el equilibrio de mercado, hay una réplica r tal que y no
pertenece al núcleo r-ésimo de la economía.

Demostración. Examinemos la caja de Edgeworth de la figura 21.2. Pretendemos


demostrar que dado un punto como el y, es posible acabar consiguiendo una mejora
con respecto al mismo. Dado que y no es un equilibrio walrasiano, el segmento que
pasa por y y o; debe cortar al menos la curva de indiferencia de un agenté en el punto
y. Por lo tanto, es posible elegir un punto como el g que sea preferido, por ejemplo,
por el agente A al y. Los casos que pueden analizarse son varios, dependiendo de
dónde se encuentre g; sin embargo, los argumentos son esencialmente los mismos,
por lo que sólo analizaremos el caso representado.
Dado que g se encuentra en el segmento que conecta los puntos y y u, podemos
afirmar que

g = 0U)A + (1 - 0)y A

en el caso de algún número 8 > 0. De acuerdo con la continuidad de las preferencias,


también podemos suponer que 0 = T/V en el caso de algunos números enteros T y
V. Por lo tanto,
4 6 0 / ANÁLISIS DEL EQUILIBRIO (C. 2 1 )

g A = ^ A ^ ( i - ~ y A .

Supongamos que la economía se ha reproducido V veces. En ese caso, forme-


mos una coalición integrada por V consumidores de tipo A y V - T de tipo B y
consideremos la asignación z en la que los agentes de tipo A de la coalición reciben
g A y.los de tipo B reciben y#. Todos los miembros de la coalición prefieren esta
asignación a la y (podemos transferir una parte de los agentes A a los agentes B para
conseguir una preferencia estricta). Demostraremos que es viable para los miembros
de la coalición por medio del cálculo siguiente:

VgA+(V - T)yB

= V. \T + (V- T)yB

= Tü>A + (V-T)yA + (V-T)yB


= Tu a + (V - T)[yA + ys]
= TUa + (V - T)[üja + WB\
= TUa + VuA — Tíúa + {V — T)UB
= V uA + (V^ — T)ub •

Esta es exactamente la dotación de nuestra coalición, ya que contiene V agentes de


tipo A y (V - T) de tipo B. Por lo tanto, esta coalición puede conseguir una mejora
con respecto a y, con lo que queda demostrada la proposición.

Muchos de los supuestos restrictivos de esta proposición pueden abandonarse.


En concreto, puede prescindirse fácilmente de los supuestos de la monotonicidad
fuerte y la unicidad del equilibrio de mercado. La convexidad parece fundamental
para la proposición, pero, al igual que ocurre en el teorema de la existencia, es un
supuesto innecesario cuando se trata de economías grandes. Naturalmente, también
podemos permitir que haya más de dos tipos de agentes.
Cuando estudiamos el equilibrio walrasiano, observamos que el mecanismo de
los precios da lugar a un equilibrio bien definido. Cuando estudiamos las asigna-
ciones eficientes en el sentido de Pareto observamos que casi todas las asignaciones
de este tipo podían lograrse reasignando debidamente las dotaciones y utilizando el
mecanismo de los precios. Y ahora, que estamos éstudiando una economía de inter-
cambio puro general, los precios cobran una tercera dimensión: las únicas asignacio-
nes que pertenecen al núcleo de una gran economía son asignaciones que constituyen
un equilibrio de mercado. El teorema de la contracción del núcleo demuestra que los
equilibrios walrasianos son sólidos: incluso los conceptos débiles de equilibrio, como
La convexidad y el tamaño de la economía / 461

el de núcleo, tienden a generar asignaciones parecidas a los equilibrios walrasianos


cuando las economías son grandes.

Figura 21.2

BIEN 1
-* • TIPOB

La contracción del núcleo. Cuando se hace una réplica de la economía, un punto


como el y acabará no perteneciendo al núcleo.

21.2 La convexidad y el tamaño de la economía

La convexidad de las preferencias ha surgido en varios modelos de equilibrio general.


Normalmente, el supuesto de la convexidad estricta se ha utilizado para garantizar
que la función de demanda está bien definida, es decir, que sólo se demanda una cesta
a cada uno de los precios, y que es continua, es decir, que las pequeñas variaciones
de los precios provocan pequeñas variaciones en la demanda. El supuesto de la
convexidad parece necesario para que exista una asignación de equilibrio, ya que es
fácil buscar ejemplos en los que la ausencia de convexidad provoca discontinuidades
en la demanda y, por lo tanto, la inexistencia de precios de equilibrio..
Consideremos, por ejemplo la caja de Edgeworth representada en lafigura21.3.
En este caso, las preferencias del agente A no son convexas, mientras que las de B sí
lo son. Al precio p*, hay dos puntos que maximizan la utilidad, pero la oferta no es
igual a la demanda en ninguno de esos puntos.
Sin embargo, es posible que no sea tan difícil alcanzar el equilibrio como sugiere
este ejemplo. Examinemos un caso concreto. Supongamos que la oferta del bien se
encuentra exactamente en el punto medio entre las dos demandas al precio p*, como
sucede en la figura 21.3B. Pensemos qué ocurriría si la economía se reprodujera una
4 6 2 / ANÁLISIS DEL EQUILIBRIO (C. 2 1 )

vez y hubiera dos agentes de tipo A y dos de tipo B. En ese caso, al precio p*, uno
de los agentes de tipo A podría demandar x*A y el otro x'A. En ese caso, la demanda
total de los agentes sería, de hecho, igual a la cantidad total ofrecida del bien. En el
caso de la réplica de esta economía existe un equilibrio walrasiano.

Figura 21.3

CONSUMIDOR 2

A B

Inexistencia de equilibrio cuando las preferencias no son convexas. El panel A


muestra una caja de Edgeworth en la que las preferencias de uno de los agentes
no son convexas. El B muestra la curva de demanda agregada correspondiente,
que es discontinua.

No es difícil ver que sirve cualquier construcción similar, independientemente


de dónde se encuentre la curva de oferta: si se encontrara a dos tercios de la distancia
que media entre x*A y r'A, reproduciríamos la economía tres veces, etc. Podemos
conseguir que la demanda agregada se aproxime arbitrariamente a la oferta agregada
reproduciendo la economía un número suficiente de veces.
Este razonamiento induce a pensar que en una gran economía en la que la
escala de ausencia de convexidades es pequeña en relación con las dimensiones
del mercado, generalmente hay un vector de precios que hace que la demanda sea
cercana a la oferta. Cuando la economía es suficientemente grande, las pequeñas
ausencias de convexidades no plantean graves dificultades.
Esta observación está estrechamente relacionada con el argumento de la re-
petición descrito en nuestro análisis de la conducta de las empresas competitivas.
Consideremos un modelo clásico de empresas que tienen costesfijosy funciones de
coste medio en forma de U. Las funciones de oferta de las empresas normalmente
La unicidad del equilibrio / 463

serán discontinuas, pero estas discontinuidades serán irrelevantes si las dimensiones


del mercado son suficientemente grandes.

21.3 La unicidad del equilibrio

En el apartado dedicado a la existencia de equilibrio general vimos que en determi-


nadas condiciones existe un vector de precios que vacía todos los mercados, es decir,
existe un p* tal que z(p*) < 0. En este apartado nos planteamos la cuestión de la
unicidad: ¿cuándo ^iay un único vector de precios que vacía todos los mercados?
El caso de los bienes gratuitos carece aquí de interés, por lo que lo excluimos
por medio del supuesto de la deseabilidad: suponemos que el exceso de demanda
de cada uno de los bienes es estrictamente positivo cuando su precio relativo es cero.
Eso significa desde el punto de vista económico que cuando el precio de un bien
se reduce a cero, todo el mundo demanda una gran cantidad del mismo, lo cual
parece bastante razonable. Una consecuencia evidente es que en todos los vectores
de precios de equilibrio el precio de cada uno de los bienes debe ser estrictamente
positivo.
Supondremos, al igual que antes, que z es continua, pero ahora es necesario
postular otro supuesto más, por lo que supondremos que es continuamente dife-
renciable. Las razones son bastante evidentes; si las curvas de indiferencia tienen
vértices, podemos hallar intervalos de precios que sean equilibrios de mercado. Los
equilibrios no sólo no son únicos, sino que ni siquiera lo son localmente.
Dados éstos supuestos, nos hallamos ante un problema puramente matemático:
dada una aplicación lisa z del simplex de los precios en Rk, ¿cuándo existe un
único punto cuya imagen sea igual a cero? Pensar que eso ocurrirá en general es
esperar demasiado, ya que es fácil encontrar ejemplos contrarios, incluso en el caso
bidimensional. Por lo tanto, nos interesa hallar restricciones que pesen sobre las
funciones de exceso de demanda y que garanticen la unicidad y averiguar si esas
restricciones son fuertes o débiles/cuál es su significado económico, etc.
Aquí analizaremos dos restricciones que pesan sobre z y que garantizan la
unicidad. El primer caso, el de los sustitutivos brutos, es interesante porque tiene
un claro significado económico y permite hacer una demostración de la unicidad
sencilla y directa. El segundo, el del análisis basado en los índices, es interesante
porque es muy general. De hecho, contiene como casos especiales casi todos los
demás resultados relativos a la unicidad. Desgraciadamente, la demostración se
basa en un teorema bastante avanzado de topología diferencial.
4 6 4 / ANÁLISIS DEL EQUILIBRIO (C. 2 1 )

Los sustitutivos brutos

En términos generales, dos bienes son sustitutivos brutos si una subida del precio de
uno de ellos provoca un aumento de la demanda del otro. En los cursos elementales,
ésta suele serla definición de los bienes sustitutivos. En los más avanzados, es preciso
distinguir entre los sustitutivos netos —cuando sube el precio de un bien, aumenta
la demanda hicksiana del otro— y los sustitutivos brutos, en cuya definición se
sustituye el término "hicksiana" por "marshalliana".

Sustitutivos brutos. Dos bienes, i y j, son sustitutivos brutos dado el vector de precios p
si > 0 siendo j.

Según esta definición, dos bienes son sustitutivos brutos si una subida del
precio del bien i provoca un aumento del exceso de demanda del bien j. Si todos los
bienes son sustitutivos brutos, todos los términos del jacobiano de z, Dz(p), que no
pertenezcan a su diagonal principal, son positivos.

La presencia de sustitutivos brutos implica la existencia de un único equilibrio.


Si todos los bienes son sustitutivos brutos a todos los precios, entonces si p* es un vector de
precios de equilibrio, es único.

Demostración. Supongamos que p' es algún otro vector de precios de equilibrio. Dado
que p* > 0, podemos definir m = max p'Jp* 0. En virtud de la homogeneidad
y del hecho de que p* es un equilibrio/sabemos que z(p*) = z(mp*) = 0. También
sabemos que a algún precio, p^, tenemos que mp*k = p'k de acuerdo con la definición
de m. Ahora bajamos todos los precios mp\, salvopk, sucesivamente ap' { . Dado que
en el cambio de mp* por p' baja el precio de todos los bienes, salvo el de k, debe
descender la demanda del bien k. Por lo tanto, Zkip') < 0, lo que implica que p' no
puede ser un equilibrio.
É

El análisis basado en los índices

Consideremos el caso de una economía en la que sólo hay dos bienes. Elijamos el
precio del bien 2 como numerario y tracemos la curva de exceso de demanda del bien
1 en función de su propio precio. La ley de Walras implica que cuando el exceso de
demanda del bien 1 es cero, tenemos un equilibrio. El supuesto de la deseabilidad
del que hemos partido implica que cuando el precio relativo del bien 1 es alto, su
exceso de demanda es negativo; y cuando el precio relativo del bien 1 es bajo, su
exceso de demanda es positivo.
La unicidad del equilibrio / 465

Figura 21.4

Unicidad y unicidad local del equilibrio. Estos paneles muestran algunos ejem-
plos utilizados en el análisis de la unicidad del equilibrio.

Examinemos la figura 21.4, en la que hemos representado algunos ejemplos


de lo que puede ocurrir. Obsérvese que (1) los equilibrios suelen estar aislados; (2)
y (3) los casos en los que no están aislados no son "estables" cuando se producen
pequeñas perturbaciones; (4) normalmente existe un número impar de equilibrios;
(5) si la curva de exceso de demanda tiene pendiente negativa en todos los equilibrios,
sólo puede haber uno y si sólo hay uno, la curva de exceso de demanda debe tener
pendiente negativa en dicho equilibrio.
Obsérvese que en el caso unidimensional anterior si dz{p)/dp < 0 en todos
t
los equilibrios, sólo puede haber un equilibrio. El análisis basado en los índices es
una manera de generalizar este resultado a k dimensiones, con el fin de obtener una
sencilla condición necesaria y suficiente para que se cumpla la unicidad.
4 6 6 / ANÁLISIS DEL EQUILIBRIO (C. 2 1 )

Dado un equilibrio p*, definimos el índice de p* de la siguiente manera: par-


timos de la negativa del jacobiano de la matriz del exceso de oferta -z(p*), suprimi-
mos la última fila y la última columna y tomamos el determinante de la submatriz
resultante. Asignamos al punto p* el índice +1, si el determinante es positivo y
- 1 si es negativo (suprimir la última fila y de la última columna equivale a elegir
como numerario el último bien, exactamente igual que en nuestro sencillo ejemplo
unidimensional).
También necesitamos una condición de contorno; existen varias posibilidades
genérales, pero lo más sencillo es suponer que z%{p) > 0 cuando pi = 0. En este
caso, un teorema fundamental de topología diferencial establece que si todos los
equilibrios tienen un índice positivo, sólo puede existir uno de ellos. Este resultado
nos permite establecer de inmediato un teorema de la unicidad.

Unicidad del equilibrio. Supongamos que z es una función de exceso de demanda agregada
continuamente diferenciable definida en el simplex de los precios, siendo Z{{p) > 0 cuando
PI es igual a cero. Si el determinante de la matriz (-Dz(p*)) de orden (k - 1) por (k - 1)
es positivo en todos los equilibrios, sólo existe un único equilibrio.

Este teorema de la unicidad es un resultado puramente matemático. Tiene la


ventaja de que puede aplicarse a algunos problemas de equilibrio diferentes. Si un
teorema de la existencia de equilibrio puede formularse como un problema de punto
fijo, generalmente podemos utilizar un teorema basado en los índices para hallar
las condiciones en las que el equilibrio es único. Sin embargo, el teorema tiene el
inconveniente de que es difícil interpretar su significado en términos económicos.
En el caso que estamos examinando aquí, nos interesa el determinante de la
función de exceso de oferta agregada. Podemos utilizar la ecuación de Slutsky para
formular la derivada de la función de exceso de demanda agregada de la manera
siguiente:

n n

¿Cuándo es positivo el determinante de la matriz del primer miembro? Examinemos


el segundo miembro de la expresión. El primer término funciona perfectamente; la
matriz de sustitución es una matriz semidefinida negativa, por lo que la (negativa)
del menor principal de esa matriz de orden (n - 1) x (n - 1) suele ser una matriz
definida positiva. La suma de las matrices definidas positivas es definida positiva,
por lo que tiene un determinante positivo.
El segundo término plantea más problemas. Éste es esencialmente la covarianza
de los excesos de oferta de los bienes con la propensión marginal a consumirlos. No
hay razón alguna para pensar que tiene una determinada estructura en general. Lo
La dinámica del equilibrio general / 467

único que podemos decir es que si estos efectos-renta son pequeños en relación con
los efectos-sustitución, de tal manera que domina el primer término, es razonable
esperar que el equilibrio sea único.

21.4 La dinámica del equilibrio general

Hemos demostrado que partiendo de algunos supuestos plausibles sobre la conducta


de los agentes económicos, siempre existe un vector de precios que iguala la demanda
y la oferta. Pero no hemos garantizado que la economía se encontrará, de hecho,
en este punto de "equilibrio". ¿Qué fuerzas podrían tender a llevar a los precios a
adoptar un valor que vaciara el mercado? En este apartado examinamos algunos
de los problemas que plantea el intento de plasmar en un modelo el mecanismo de
ajuste de los precios en una economía competitiva.
El mayor problema es el más fundamental, a saber, la relación paradójica entre
la idea de la competencia y el ajuste de los precios: si todos los agentes económicos
consideran dados los precios y fuera de su control, ¿cómo varían éstos? ¿Quién los
ajusta?
Este enigma ha llevado a crear una compleja mitología que postula la existencia
de un "subastador walrasiano" cuya única función consiste en buscar los precios
que vacíen el mercado. De acuerdo con esta construcción, un mercado competitivo
funciona de la manera siguiente:

En el momento cero el subastador walrasiano anuncia un vector de precios. Todos los agentes
determinan sus demandas y ofertas de bienes actuales y futuros a esos precios. El subastador
examina el vector de excesos de demanda agregada y ajusta los. precios de acuerdo con una
determinada regla, probablemente elevando el precio de los bienes de los que hay exceso de
demanda y bajando el precio de aquellos de los que hay exceso de oferta. El proceso continúa
hasta que se halla un precio de equilibrio. En este punto, se realizan todos los intercambios,
incluidos los de contratos para intercambios futuros. La economía sigue entonces su curso y
cada uno de los agentes lleva a cabo lo acordado en los contratos.

Este modelo es, por supuesto, muy poco realista. Sin embargo, la idea básica
de que los precios suben cuando hay un exceso de demanda parece plausible. ¿En
qué condiciones conduce este tipo de proceso de ajuste a un equilibrio?
4 6 8 / ANÁLISIS DEL EQUILIBRIO (C. 2 1 )

21.5 Los procesos de tanteo

Examinemos el caso de una economía que evoluciona a lo largo del tiempo. Todos
los días se abre el mercado y la gente presenta sus demandas y ofertas. Dado un
vector de precios arbitrario p, hay en general excesos de demanda y de oferta en
algunos mercados. Suponemos que los precios se ajustan de acuerdo con la regla
siguiente, la conocida ley de oferta y demanda.

Regla de ajuste de los precios. p{ = .Gí(zí(p)), siendo i = 1,..., k, donde G{ es una


función lisa del exceso de demanda que mantiene el signo.

Conviene partir de algún tipo de supuesto sobre la deseabilidad para excluir la


posibilidad de que haya equilibrios con un precio nulo, por lo que supondremos en
general que 2¿(p) > 0 cuando pi = 0.
Resulta útil realizar algunas representaciones gráficas del sistema dinámico
definido por esta regla de ajuste de los precios. Consideremos un caso especial en el
que Gí(zí) es igual a la función de identidad en el caso de todos los i = 1,..., k. En
ese caso, además del supuesto de contorno, tenemos un sistema en Rk definido por

p = z(p)

De acuerdo con las consideraciones habituales, sabemos que este sistema obedece la
ley de Walras, pz(p) = 0, lo que desde el punto de vista geométrico significa que
z(p) es ortogonal al vector de precios p.
La ley de Walras implica una propiedad muy útil. Veamos cómo varía la norma
euclídea del vector de precios a lo largo del tiempo:

, / fc \ k k
=
JT ( ¿ C ) ¿L 2PI®PI® =
PIDMPIT)) = 0
V i-1 J i=1 í=1
por la ley de Walras. Por lo tanto, esta ley exige que la suma de los cuadrados de los
precios permanezca constante cuando éstos se ajustan, lo que significa que las sendas
de los precios deben hallarse en la superficie de una espera fc-dimensional. Por otra
parte, dado que Ziip) > 0, donde - 0, sabemos que las sendas de las variaciones
de los precios siempre apuntan hacia el interior en las proximidades de los puntos
en los que = 0. La figura 21.5 muestra algunos gráficos cuando k = 2 y k = 3.
El tercer gráfico es especialmente insatisfactorio. Muestra una situación en la
que hay un único equilibrio, pero éste es totalmente inestable. El proceso de ajuste
que hemos descrito casi nunca converge en un equilibrio. Este caso parece patológico,
pero puede ocurrir fácilmente.
Debreu (1974) ha demostrado esencialmente que cualquier función continua
que satisface la ley de Walras es una función de exceso de demanda de alguna
Los procesos de tanteo / 469

economía; por lo tanto, la hipótesis de la maximización de la utilidad no impone


restricción alguna a la conducta de la demanda agregada y nuestro modelo de la
conducta económica puede dar lugar a un sistema dinámico definido en la esfera
de los precios. Es evidente que para obtener resultados de estabilidad global hay
que suponer que las funciones de demanda cumplen unas condiciones especiales. El
valor de los resultados dependerá, pues, de lo naturales que resulten desde el punto
de vista económico las condiciones supuestas.

Figura 21.5

Ejemplos de dinámica de los precios. Los dos primeros ejemplos muestran un


equilibrio estable; en el tercero, éste es único, aunque inestable.

Á continuación demostramos que existe estabilidad global en el caso de uno


de esos supuestos especiales y de un proceso especial de ajuste, a saber, el supuesto
4 7 0 / ANÁLISIS DEL EQUILIBRIO (C. 2 1 )

de que la conducta de demanda agregada satisface el axioma débil de la preferencia


revelada descrito en el capítulo 8 (página 156). Éste dice que si px(p) > px(p*),
debe cumplirse que p*x(p*) > p*x(p) cualesquiera que sean p y p*. Dado que esta
condición se cumple en el caso de todos los p y p*, ciertamente debe cumplirse en el
caso de los valores..de equilibrio de p*. Veamos cuáles son las implicaciones de esta
condición para la función de exceso de demanda.
Restando pu> y p*u de cada una de estas desigualdades y aplicando la definición
de exceso de demanda, tenemos que

px(p) - pu; > px(p*) - pa> implica que p*x(p) - p*u/ > p*x(p*) - p*a>.

Aplicando la definición de exceso de demanda, podemos formular esta expresión de


la manera siguiente:

pz(p) > pz(p*) implica que p*z(p) > p*z(p*) (21.1)

Obsérvese que la primera condición de (21.1) debe satisfacerse, cualquiera que


sea el vector de precios de equilibrio p*. Para comprenderlo, basta observar que
la ley de Walras implica que pz(p) = 0, y la definición de equilibrio implica que
pz(p*) = 0. Por lo tanto, la segunda condición debe cumplirse cualquiera que sea el
vector de precios p* de equilibrio. En consecuencia, debe cumplirse que p*z(p) > 0,
cualquiera que sea p ^ p*.

El ADPR implica la existencia de estabilidad. Supongamos que la regla de ajuste viene


dada por pi = zí(p), siendo i = 1,...,fc,y que la función de exceso de demanda obedece
el axioma débil de la .preferencia revelada; es decir, si p* es un equilibrio de la economía,
p*z(p) > 0 cualquiera que sea p ^ p*. En ese caso, todas las sendas de precios que siguen
la regla anterior convergen en p*.

Demostración (esquemática). Construimos una función de Liaponov correspondiente


a la economía (véase el capítulo 26, página 566). Sea V(p) = Y^=\ ~ Pp2]- En ese
caso,

= =2
2 pi
( ~ Pifa® Yj(pi ~ p)

¿=l ¿=l
k
= 2 ^ [ p i z ¡ ( p ) - p*Zi(p)] = 0 - 2p*z(p) < 0.
i=l
Eso implica que V (p) es monótonamente decreciente a lo largo de las sendas
de soluciones én el caso en que p ^ p*. De acuerdo con el teorema de Liaponov, sólo
Los procesos no basados en el tanteo / 471

necesitamos demostrar que p está acotado para llegar a la conclusión de que V(p) es
una función de Liaponov y que la economía es globalmente estable. Omitimos esta
parte de la demostración.

21.6 Los procesos no basados en el tanteo

El argumento del tanteo tiene sentido en dos tipos de situaciones: o bien no se


produce ningún intercambio hasta que no se alcanza el equilibrio, o bien no es
posible almacenar ningún bien, por lo que en todos los periodos los consumidores
tienen las mismas dotaciones. Si es posible acumular bienes, las dotaciones de los
consumidores cambian con el paso del tiempo, lo cual afecta, a su vez, a la conducta
de demanda. Los modelos que tienen en cuenta este cambio de las dotaciones se
conocen con el nombre de modelos no basados en el tanteo.
En estos modelos, debemos caracterizar el estado de la economía en el momento
t por medio del vector de precios vigentes p(¿) y las dotaciones actuales (uJiit)).
Normalmente suponemos, como antes, que los precios se ajustan de acuerdo con el
signo del exceso de demanda. Pero ¿cómo evolucionan las dotaciones?
Examinemos dos especificaciones. La primera, el proceso de Edgeworth, esta-
blece que la tecnología necesaria para que haya intercambio entre los agentes tiene la
propiedad de que la utilidad de cada uno de ellos debe aumentar continuamente. Se
basa en la idea de que los agentes no realizan voluntariamente intercambios a menos
que mejore su bienestar de esta forma. Esta especificación tiene la útil propiedad de
que nos lleva de inmediato a un teorema de la estabilidad; basta definir la función
de Liaponov de la manera siguiente: Uifaiit)). Por hipótesis, la suma de las
utilidades debe aumentar con el paso del tiempo, por lo que aplicando el argumento
de la acotación, tenemos una demostración de la convergencia.
La segunda especificación se conoce con el nombre de proceso de Hahn. En el
caso de este proceso, suponemos que la regla de intercambio tiene la propiedad de
que no existe exceso de demanda de ningún bien por parte de ningún agente del que
haya un exceso de oferta por párte de algún otro. Es decir, en cualquier momento
del tiempo, si hay un exceso de demanda de un bien por parte de un determinado
agente, también debe haber un exceso de demanda agregada.
Este supuesto tiene una importante implicación. Hemos supuesto que cuando
hay un exceso de demanda de un bien, sube su precio, lo que reduce la utilidad indi-
recta de los agentes que demandan ese bien. Aquellos que ya se han comprometido
a ofrecerlo a los precios vigentes no se ven afectados por esta variación del precio,
por lo que la utilidad indirecta agregada debe disminuir en el paso del tiempo.
Para que este razonamiento sea más riguroso, debemos postular otro supuesto
más sobre la variación de las dotaciones. El valor que tiene la dotación del consu-
midor i en el momento í es m¿(¿) = Y^j-i Pj(t)u){(t). Diferenciando con respecto a t,
4 7 2 / ANÁLISIS DEL EQUILIBRIO (C. 2 1 )

tenemos que

Es razonable suponer que el primer término de esta expresión es cero. Eso significa
que la variación que experimenta la dotación en cualquier instante, valorada a los
precios vigentes, es nula, lo que es lo mismo que decir que cada uno de los agentes
intercambiará bienes por valor de una peseta por bienes por valor de una peseta.
El valor de la dotación varía a lo largo del tiempo debido a las variaciones del
precio, pero no porque los agentes consigan realizar intercambios rentables a precios
constantes.
Dada esta observación, es fácil demostrar que la suma de las utilidades indirec-
tas disminuye con el paso del tiempo. La derivada de la función indirecta de utilidad
del agente i es

dvj(p(t), p(t)Uj(t))
dt
_ y^dv^dpj_+
~ dpj dt
dvj
drrii E
3= 1
duj dpj j

Aplicando la ley de Roy y el hecho de que el valor de la variación de la dotación a


los precios vigentes debe ser cero, tenemos que

k
<fof(p(t),p(t)u>t(t)) dyi r j. ' • x • jl dpj(t)
dt 3=1

Por hipótesis, si hay un exceso de demanda del bien j por parte del agente i, dpj/dt>
0 y viceversa. Dado que la utilidad marginal de la renta es positiva, el signo de toda
la expresión será negativo en la medida en que la demanda agregada no sea igual a
la oferta agregada. Por lo tanto, la utilidad indirecta de cada agente i debe disminuir
cuando la economía no se encuentra en equilibrio.

Notas

Véase Arrow y Hahn (1971) para un análisis más refinado de estos temas. La im-
portancia del índice topológico para la unicidad fue reconocida por primera vez por
Dierker (1972). El resultado de la convergencia del núcleo fue demostrado rigurosa-
mente por Debreu y Scarf (1963).
Ejercicios / 473

Ejercicios

21.1. Hay dos agentes que tienen unas preferencias idénticas y estrictamente conve-
xas y las mismas dotaciones. Describa el núcleo de esta economía y represéntelo en
una caja de Edgeworth.

21.2. Considere el caso de una economía de intercambio puro en la que todos los
consumidores tienen funciones de utilidad cuasilineales de la formau(x\, ...,xn) +
XQ. Suponga que u { x \ x n ) es estrictamente cóncava. Demuestre que el equilibrio
debe ser único.

21.3. Suponga que el subastador walrasiano sigue la regla de ajuste de los precios
p = [Dz(p)]_1z(p). Demuestre que V(p) = -z(p)z(p) es una función de Liaponov
del sistema dinámico.

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