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Oración. Señor, que te descubra en la oscuridad de tu Lectura del Evangelio según san Juan. 19, 40-42
entrega en la cruz. Que sepa agradecerte lo que has he- Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en los lien-
cho por mí, y te encuentre en el otro Calvario: la Santa zos con los aromas, según se acostumbra a enterrar en-
Misa. tre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucifi-
V. Pequé, Señor, pequé. caron, y en el huerto, un sepulcro nuevo donde nadie ha-
R. Ten piedad y misericordia de mí bía sido enterrado
Padrenuestro. Avemaría. todavía. Y como para los judíos era el día de la Prepara-
ción, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.
DECIMOTERCERA ESTACIÓN
JESUS ES BAJADO DE LA CRUZ Y ENTREGADO ASU MA- Un jardín, símbolo de la vida con sus colores, acoge el
DRE misterio del hombre creado y redimido. En un jardín,
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Dios puso a su criatura, y de allí la desterró tras la caída.
En un jardín comenzó la Pasión de Jesús, y en un jardín
R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
un sepulcro nuevo acoge al nuevo Adán que vuelve a la
Lectura del Evangelio según san Juan. 19, 32-35.38 tierra, seno materno que custodia la semilla fecunda que
Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero muere. Es el tiempo de la fe que aguarda silenciosa, y de
y luego al otro que habían crucificado con él; pero al lle- la esperanza que sabe percibir ya en la rama seca el des-
gar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron puntar de un pequeño brote, promesa de salvación y de
las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le alegría. Ahora la voz de «Dios habla en el gran silencio
traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua. El del corazón».
que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y Oración. Señor, que sepa enterrar todas mis pasiones,
él sabe que dice la verdad, para que también vosotros que no le tenga miedo a nada ni a nadie, sólo a apartar-
creáis. Después de esto, José de Arimatea, que era discí- me de ti por el pecado. Porque todo lo que pueda ocu-
pulo de Jesús aunque oculto por miedo a los judíos, pidió rrirme, por negativo que sea, mirando a la cruz es ger-
a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato men de resurrección.
lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo. V. Pequé, Señor, pequé.
R. Ten piedad y misericordia de mí
La lanzada en el costado de Jesús, de herida se convierte Padrenuestro. Avemaría.
en abertura, en una puerta abierta que nos deja ver el
corazón de Dios. Aquí, su infinito amor por nosotros nos Oración final.
deja sacar agua que vivifica y bebida que invisiblemente Señor y Dios nuestro, rico en misericordia y fuente de
sacia y nos hace renacer. También nosotros nos acerca- todo consuelo, hemos acompañado a tu Hijo por el ca-
mos al cuerpo de Jesús bajado de la cruz y puesto en mino de la cruz; hemos revivido con Él los momentos de
brazos de la madre. Nos acercamos «no caminando, sino su Pasión. Concédenos la gracia de que este Via crucis
creyendo, no con los pasos del cuerpo, sino con la libre nos ayude a identificarnos con Cristo y a ser corredento-
decisión del corazón». En este cuerpo exánime nos reco- res con Él, a semejanza de María. Que siguiendo sus pa-
nocemos como sus miembros heridos y sufrientes, pero sos, lleguemos a resucitar con Él.
protegidos por el abrazo amoroso de la madre. Pero nos
reconocemos también en estos brazos maternales, fuer-