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TRANSICIÓN DEMOGRAFICA
Sin embargo, diversos sectores que reivindican estas nuevas conformaciones han
surgido dentro de la población colombiana, tales como las y los estudiantes de las
universidades, movimientos feministas, académicos/as y la comunidad LGTBI en general, se
han adueñado y abanderado de la lucha en pro del reconocimiento a los derechos igualitarios
a conformar una familia, que ya no sería bajo el patrón padre, madre e hijos, sino que
conglomeraría otras ecuaciones, tales como las mencionadas en el anterior apartado de este
ensayo.
Empero, es necesario precisar que la forma de abordar este debate depende tanto de
la ubicación socio espacial, pertenencia étnica, como de las clases sociales, es decir, que las
maneras de asumir la familia no serán las mismas en lo rural que en lo urbano, o en las zonas
centrales de las ciudades a las grandes periferias. Así pues, por ejemplo, las conformaciones
familiares en las zonas campesinas o indígenas, por la misma permeabilidad de la religión,
falta de educación o por su construcción cultural, siguen una línea conservadora que no
permiten el desenvolvimiento de nuevas concepciones sobre la familia. En este sentido, el
número de hijos puede ser elevado, en contraposición a lo que puede suceder entre los
hogares de los barrios estrato seis de la ciudad de Cali; o las diferencias que se establecen en
cuanto a la defensa a la igualdad de derechos para las comunidades LGTBI en la universidad
del Valle y un grupo indígena del norte del Cauca.
Remedios Martínez citando a Stokwell Groat expone que “la transición demográfica
es el proceso de transformación de una población de un estado caracterizado por un
equilibrio demográfico primitivo a otro moderno.”
Una de las apuestas que nos muestra este informe en relación con la demanda laboral
hacia la población femenina en el país, parte de cumplir una función de cuidadora; la
demandada variará respecto a quien se va a cuidar a partir de los cambios demográficos, en
un primer momento casi la totalidad de dicha función se determinaba en el cuidado de niños,
es decir, una población que no tiene la edad de trabajar por tener poca, por otro lado, en este
nuevo momento demográfico a partir de un envejecimiento de la población por causa de una
baja mortalidad la demanda exige a las personas que trabajan en este campo el cuidado de
personas con edades cada vez más avanzadas que también hacen parte de la población la cual
no está en edad de trabajo.
Una de las principales conclusiones respecto a la mujer dentro del mercado laboral
son las dificultades que tienen para asegurar su participación y obtener las mismas
condiciones laborales que los hombres. Dentro de los indicadores que muestra el informe -
citando a la OIT - parte de analizar los cambios en la participación laboral en América Latina;
existe un mayor acceso a la educación, la salud, la creación de centros de cuidados infantiles
de manera subsidiada; lo anterior tiene como efecto las garantías que ofrece el trabajar por
parte de las madres.
Otro de los objetivos del presente texto y del tomado de Carmen Eliza - también se
debe tener en cuenta que todas las conclusiones intermedias son retomadas para evidenciar
uno de los cambios más importantes -; parte de identificar los cambios en la estructura
familiar, es decir el cómo son las nuevas formas de organización familiar, esto siendo
diferente a lo expuesto anteriormente como figurar como el matrimonio clásico; pero si donde
comienzan a presentar un crecimiento nuevas formas como son los hogares unipersonales y
la formación de hogares del mismo sexo. La investigación de la autora y los datos tomados
de la Encuesta Nacional de Hogares identifican que la familia biparental, es decir la
tradicional sigue siendo la forma dominante de organización de los hogares, teniendo una
representación en lo urbano del 57% dada de datos del 2008; a diferencia de lo anterior
encontramos en como las familias unipersonales comienzan a aumentar a medida que pasa
el tiempo; es por ello que encontramos en la TABLA 7 del texto que en 1978 esto
representaban solo el 2,7%, no obstante se presenta un aumento de hasta de 4 veces cuando
se llega al año 2008 siendo el 11,7%; lo cual tiene como resultado/conclusión lo ya
predecible y es el surgimiento de formas alternativas de organización familiar.
DOS EJEMPLOS DE LOS NUEVOS TIPOS DE FAMILIAS
Maternidades tardías
La segunda transición demográfica como consecuencia de fenómenos sociales,
económicos y culturales construye un nuevo paradigma de organización familiar configurado
a partir de una revolución epistemológica. Entre estas nuevas formas de composición
familiar encontramos que las maternidades tardías aumentan, y se crea una concepción de
maternidad y paternidad cuando ya se han alcanzado logros individuales que permiten una
movilización social, es así como también las nuevas tecnologías reproductivas y entre otras
son aspectos que tienen cabida dentro de la revolución paradigmática de la concepción de
familia que trajo consigo la segunda transición demográfica.
De esta manera, se puede tratar como causante del fenómeno de maternidades tardías
el nivel educativo, los nuevos estilos de vida y también un aspecto muy importante como la
tecnología anticonceptiva como una forma revolucionaria de reivindicación de los derechos
de la mujer a decidir y proyectar sus deseos de tener hijos/hijas. Además de esa ruptura entre
procreación y sexualidad que acompañado de los anticonceptivos genera una concepción de
libertad sexual en las mujeres. Es así, como también se instaura un nuevo sistema de valores
que se va creando a partir de la segunda transición demográfica y que permite abolir el
imaginario de que es importante la institución del matrimonio para la crianza de los hijos/as.
Particularmente Florez y Sanchez (2013) afirman que a nivel nacional el proceso de STD no
ha alcanzado los niveles menores de fecundidad ni una maternidad tardía, pero ratifican que
estos fenómenos si pueden encontrar de manera específica en mujeres con niveles educativos
altos y en departamentos con más desarrollo en niveles de vida.
Finalmente, respecto a esta nueva configuración de la familia que intrínsecamente
constituye una forma nueva de llevar las prácticas sexuales y reproductivas de hombres y
mujeres que construyen a su vez un sistema cultural, un nuevo sistema de valores sociales
que de alguna manera influye en la fecundidad o las tasas demográficas y sobre todo, como
pretendemos en este análisis, sobre la forma de concebir la familia. En Colombia, está
instaurado un imaginario conservador y católico de la familia, donde como se expone en el
punto anterior influye en la vida personal y las libertades de las mujeres. La maternidad se
sigue concibiendo para la mujer como un instrumento de poder y reconocimiento y quien se
opone a esto genera una descalificación ante la sociedad pero además una forma de presión
familiar. La maternidad tardía no es tan bien concebida puesto que hay una edad establecida
como patrón para ejercer la maternidad, no dejando a un lado que estos procesos de nuevo
paradigma también ha tomado alguna fuerza en el país mediante el continuo ejercicio de
reivindicación de la mujer como sujeta autónoma de su sexualidad, esto último recogiendo
el efecto del nivel educativo como importante en la maternidad tardía, puesto que es el nivel
educativo una forma también de avance y crecimiento personal que permitiría y viabilizaría
posteriormente el deseo de maternidad, dejando claro la no generalización de éste fenómeno
en Colombia teniendo en cuenta que según Flórez y Sánchez (2013) la STD aún no ha tenido
un desarrollo en el país, sin embargo en países y hasta en departamentos donde sí se videncia
la STD; la maternidad tardía es característico de ese proceso que configura un nuevos sistema
de valores, un nuevo paradigma.
Siguiendo esta línea de ideas, para los autores la hipótesis central gira en torno a la
relación estrecha entre estado civil (soltería, divorcio o separación y viudez) y el
establecimiento de hogares unipersonales. Así pues, identifican que la variable causal de
decisión de vivir solo, se traslada primordialmente al rompimiento de relaciones maritales,
significando que, a mayor cantidad de divorcios o separaciones, mayor será la probabilidad
de crecimiento de los hogares unipersonales. Según Gallego y Villegas, esto se traduce en
que, a partir de los datos de los censos de 1993 y del 2005, se pueda identificar que para el
“49%” del incremento en divorcios o separaciones le confieran la responsabilidad de
“172.3%” hogares unipersonales. Por su parte, y al contrario de lo que se esperaría, la soltería
no entra como variable representativa puesto que existe una correlación de 0,11 entre los
hogares unipersonales y dicho factor; lo mismo sucede con la variable de viudez, al
establecerse una correlación de solo 0,41.
Gallego y Villegas, establecen que los divorcios o separaciones son los principales
factores determinantes de la conformación de un hogar unipersonal. En este sentido, cabe
resaltar que el incremento en las tasas de divorcios y separaciones para el caso colombiano,
si se pueden entender desde los cambios en la estructura de valores, puesto que, unas décadas
atrás, las rupturas de pareja eran consagradas como acciones reprochables bajo la esfera
social y religiosa; ambas consideraban que las disoluciones matrimoniales, atentaban contra
la moral y el buen funcionamiento de la familia, subrayando que las mismas, por ley divina,
tenían que durar hasta que alguno de los dos falleciera. Sin embargo, con la Segunda
Transición Demográfica, este factor se convierte en la posibilidad de iniciar una forma
distinta de vida, donde el establecimiento de hogares unipersonales se postula como una
buena estrategia de recomposición individual a partir de las dinámicas propias del mismo.
En este sentido, Marisol Alfonso (2008), expresa que, la STD "se trata de cambios en la
formación, disolución y reconstitución de las familias, ocurridos en países desarrollados
como consecuencia de reorientación de valores en torno a la sexualidad, el matrimonio y los
hijos, aumento de la individualización, secularización y sentimientos postmateriales en
general” (Alfonso, 2008), es decir, que la estructura tradicional de valores que predominó
hasta ese momento, sufrió cambios trascendentales que marcaron nuevas formas de constituir
familias y de comportarse dentro de ellas.
CONCLUSIONES
Como lo desarrollaron los autores de los textos tratados anteriormente, la Segunda
Transición Demográfica es importante para el análisis sociológico en la medida que también
significa en el sentido social una reivindicación de las libertades, en especial femeninas y se
enmarca como un derrotero de impulso para las luchas y elevación del perfil movimientos
como por ejemplo, el feminista. Como lo apuntaba Lesthaeghe (1994), hay varios indicadores
de la transición demográfica entre los cuales se encuentra el ya anotado aquí descenso de la
fecundidad incluso por la tasa de reemplazo, el aumento del porcentaje de nacimientos
ilegítimos o por fuera de matrimonio, incremento de la edad promedio de matrimonio, entre
otros.
Flórez, C., & Sánchez, L. (2013). Fecundidad y familia en Colombia: ¿hacia una
segunda transición demográfica? (1st ed.).Bogotá.
Montes, G. G., & Villegas Arenas, G. (2015). El estado civil como determinante del
crecimiento de los hogares unipersonales en Colombia. Caldas: Universidad de Caldas.
Paredes, M. (2018). Viejos problemas para nuevas cuestiones: género, procesos de
individualización y segunda transición demográfica. Montevideo: Universidad de la
República de Uruguay.