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Folleto Semana Santa2012
Folleto Semana Santa2012
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Orientaciones Litúrgicas
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Semana Santa
El papa Benedicto XVI al lanzar el Año de la Fe, en el motu proprio Porta Fidei nos
pedía: “intensificar la celebración de la fe en la liturgia, y de modo particular en
la Eucaristía, que es «la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y también la
fuente de donde mana toda su fuerza» (SSC n. 10)”.
Este folleto busca ser una guía práctica que nos permita conocer mejor el signi-
ficado de cada uno de los días de la Semana Santa en estos días santos, de modo
que podamos “intensificar la celebración de la fe en la Liturgia” y motivar una
participación cada vez más consciente, activa y fructuosa de los fieles en la Sema-
na Santa.
Pido al Señor nos conceda vivir en estos días santos aquello que anhelaba San
Pablo como la meta de su vida: «conocerle a El, el poder de su resurrección y la
comunión en sus padecimientos hasta hacerme semejante a El en su muerte, tra-
tando de llegar a la resurrección de entre los muertos» (Flp 3, 10-11).
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Orientaciones Litúrgicas
2. TRIDUO PASCUAL
Historia
La historia del Triduo Pascual se remonta a los orígenes del cristianismo. Ya desde
la época de los apóstoles se tienen noticias del paso de la celebración semanal a
la celebración anual de la Pascua, en la que se hace memorial del paso de Jesús de
este mundo al Padre. Vemos como desde los tiempos apostólicos se distingue la
Pascua Cristiana de la Pascua Judía.
En Palestina, adonde llega la peregrina Egeria en la segunda mitad del siglo IV, los
cristianos recorren los lugares sagrados, reproduciendo los pasos de la Pasión y
Resurrección del Señor Jesús con los evangelios en la mano. Este afán de repro-
ducir la historia está en el origen de muchas fiestas del año litúrgico. De hecho,
San Ambrosio en Milán y San Agustín en el norte de África coinciden al mencionar,
naturalmente por separado, el «sagrado triduo de Cristo crucificado, sepultado y
resucitado».
Por Tertuliano y por la Tradición apostólica nos enteramos que en la Vigilia Pascual
en Roma se administraba el bautismo a los catecúmenos antes de pasar al ban-
quete eucarístico. La Vigilia duraba toda la noche y comprendía varias lecturas que
rememoraban la creación, el sacrificio de Abrahám y el paso del Mar Rojo, pasajes
que están presentes en la liturgia de la palabra del rito actual. Junto con las lec-
turas se hacían oraciones de súplica y acción de gracias, y se invocaba la segunda
venida gloriosa del Señor, que algunos pensaban que iba a suceder en el marco de
la Vigilia Pascual. Antes de amanecer se daba inicio a la liturgia eucarística en la
que culmina el ayuno eucarístico y Jesús Resucitado se hace presente sacramen-
talmente en medio de la Iglesia.
Cuando en 1951 el papa Pío XII inicia la reforma de la semana santa, la primera
medida consistió en retornar la Vigilia Pascual a su hora natural nocturna. Y así
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Semana Santa
Sentido Teológico
La Iglesia celebra cada año los grandes misterios de la redención de los hombres desde
la Misa vespertina del jueves en la Cena del Señor “hasta las Vísperas del domingo de
Resurrección”. Este período de tiempo se denomina justamente el “Triduo del cru-
cificado, sepultado y resucitado” ; se llama también “Triduo Pascual” porque en su
celebración se hace presente y se realiza el misterio de la Pascua, es decir el tránsito
del Señor de este mundo al Padre. En esta celebración del misterio, por medio de los
signos litúrgicos y sacramentales la Iglesia se une en íntima comunión con Cristo, su
Esposo. Carta Circular sobre la preparación y celebración de los misterios pascuales.
Es sagrado el ayuno pascual de los dos primeros días del Triduo, en los cuales,
según una antigua tradición, la Iglesia ayuna “porque el Esposo ha sido arrebata-
do”. El Viernes Santo de la Pasión del Señor hay que observar en todas partes la
abstinencia, y se recomienda que se observe también durante el Sábado Santo,
a fin de que la Iglesia pueda llegar con el espíritu ligero y abierto a la alegría del
domingo de Resurrección.
No se omitan con facilidad los textos litúrgicos de los cantos para la participación
del pueblo; procúrese que las traducciones de los mismos sean provistas de me-
lodías adecuadas.
Para poder celebrar el Triduo Pascual con el máximo provecho, conviene que los
mismos pastores hagan lo posible para comprender mejor tanto los textos como
los ritos, a fin de poder dar una mistagogia que sea auténtica.
3. DOMINGO DE RAMOS
Citas bíblicas
-Isaías 50,4-7
-Salmo 21
-Filipenses 2,6-11
-Marcos 14,1-15,47
Sentido teológico.
Los ramos no son un talismán ni un simple objeto bendito. En un bello texto que apa-
rece en el Oficio de Lecturas de este día nos explica San Andrés de Creta cual es el
simbolismo de los ramos y las palmas:
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Semana Santa
Por eso, este domingo tiene un doble carácter, de gloria y de sufrimiento, de alegría y
de dolor, que es lo propio del Misterio Pascual.
La liturgia de las palmas anticipa en este domingo, llamado pascua florida, el gozo de
la Resurrección; mientras que la lectura de la Pasión nos enfrenta con el drama de la
Pasión y nos invita a tomar conciencia del precio de esa alegría, ingresando con un co-
razón compasivo a la Semana Santa de la Pasión gloriosa y amorosa de Cristo el Señor.
Orientaciones litúrgicas
La bendición de los ramos y palmas tiene lugar antes de la procesión y que se debe
instruir a los fieles cristianos a que conserven en sus casas, junto a las cruces o
cuadros religiosos que hay en los hogares, los ramos bendecidos como recuerdo
de la victoria pascual del Señor Jesús. Asimismo es una noble tradición que para
el año siguiente se usen estos ramos y palmas para confeccionar la ceniza que nos
será impuesta en la frente el día miércoles con que se da inicio al ejercicio de la
Santa Cuaresma.
que narra la entrada del señor, según el ciclo que corresponda. Luego de la lectura
se puede hacer si se considera oportuno una brevísima homilía para motivar a los
fieles a participar en la procesión. El turiferario abre marcha y tras él va la Cruz
con ciriales, sacerdote, ministros y toda la asamblea de fieles. El pueblo es bueno
que forme un grupo compacto manifestando que es todo un pueblo el que camina
festivamente. Durante la procesión mientras se baten las palmas y los ramos, se
cantan salmos, antífonas e himnos a Jesucristo, Rey y Mesías.
En las otras misas se puede hacer una entrada solemne con bendición de palmas
y ramos como prescribe el Misal Romano. También se puede hacer una entrada
sencilla, cuando existan dificultades para las formas anteriores, pero no por como-
didad o facilísimo.
Citas bíblicas:
Lunes Santo
-Isaías 42,1-7;
-Salmo 26
-Juan 12,1-11
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Semana Santa
Martes Santo
Brazos rígidos y yertos,
Isaías 49,1-6; por dos clavos traspasados,
que aquí estáis por mis
-Salmo 70 pecados,
para recibirme abiertos,
Juan 13,21-33.38 para esperarme clavados.
Sentido teológico:
El Lunes, Martes y Miércoles Santos prolongan este ambiente prepascual del domin-
go de Ramos. Las primeras lecturas recogen los cantos del Siervo Sufriente de Isaías,
mientras que los evangelios narran episodios que hablan de la inminencia de la Pasión:
la unción en Betania el día lunes, el anuncio de la negación de Pedro y de la traición de
Judas el día martes y la consumación de la traición el día miércoles. Son días de pro-
funda meditación y preparación. Se debe motivar y ofrecer en estos días a los fieles la
celebración del sacramento de la Reconciliación. Se debe recordar que en la Arquidió-
cesis está prohibida la celebración de la penitencia con absolución general.
5. JUEVES SANTO
MISA CRISMAL
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Orientaciones Litúrgicas
La Misa Crismal es una verdadera epifanía del sacerdocio y expresa la vocación sacer-
dotal de la Iglesia que participa del único sacerdocio de Cristo, en su doble dimensión
de sacerdocio común de los fieles y sacerdocio ministerial. Manifiesta también la uni-
dad de la Iglesia, Cuerpo de Cristo orgánicamente estructurado que crece por la diver-
sidad de carismas y ministerios.
Por otra parte, la consagración del crisma y bendición de los óleos subraya el carácter
sacramental de la Iglesia, que a partir de los sacramentos (bautismo, confirmación,
orden, unción de enfermos) actualiza el misterio pascual, predica la Palabra, crece con
nuevos miembros, y se edifica en medio del mundo. La entrega de los óleos a los pres-
bíteros párrocos por parte del obispo, expresa esta misión sacramental para la exten-
sión de la Iglesia. El que todo esto suceda dentro de la Eucaristía, indica su centralidad
en relación con los otros sacramentos.
En la cercanía de la Pascua se bendicen estos óleos para indicar que todos los sacra-
mentos proceden de Cristo Resucitado y que la Pascua es novedad absoluta.
Él fue llevado como una oveja y muerto como un cordero; nos redimió de la seducción del
mundo, como antaño de Egipto, y de la esclavitud del demonio, como antaño del poder
del Faraón; selló nuestras almas con su Espíritu y los miembros de nuestro cuerpo con su
sangre.
Él nos ha hecho pasar de la esclavitud a la libertad, de las tinieblas a la luz, de la muerte
a la vida, de la tiranía al reino eterno, y ha hecho de nosotros un sacerdocio nuevo, un
pueblo elegido, eterno. Él es la Pascua de nuestra salvación.
Éste es el cordero que permanecía mudo y que fue inmolado; éste es el que nació de María,
la blanca oveja; éste es el que fue tomado de entre la grey y arrastrado al matadero,
inmolado al atardecer y sepultado por la noche; éste es aquel cuyos huesos no fueron
quebrados sobre el madero y que en la tumba no experimentó la corrupción; éste es el que
resucitó de entre los muertos y resucitó al hombre desde las profundidades del sepulcro.
De la Homilía de Melitón de Sardes, obispo, Sobre la Pascua
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Semana Santa
Citas bíblicas
-Exodo12, 1-8.11-14;
-1 Corintios 11,23-26;
-Juan 13,1-15
Sentido teológico
Con la misa que tiene lugar en las horas vespertinas del jueves santo, la Iglesia comien-
za el Triduo Pascual recordando y actualizando aquella Última Cena en la cual el Señor
Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, ofreció a Dios Padre su Cuerpo y su San-
gre bajo las especies del pan y del vino y los entregó a los apóstoles como alimento de
salvación; mandándoles que ellos y sus sucesores en el sacerdocio repitiesen el mismo
gesto en conmemoración suya.
Toda la atención del espíritu se centra en los misterios que se recuerdan en la Misa:
es decir, la institución de la Eucaristía, la institución del orden sacerdotal y el manda-
miento del Señor sobre la caridad fraterna. Son éstos los puntos que se han de meditar
para que tan grandes misterios puedan penetrar más profundamente en el corazón de
todos los fieles.
En la Última Cena Jesús quiere perpetuar su presencia entre nosotros de manera sacra-
mental, cumpliendo la promesa de quedarse con nosotros hasta el fin de los tiempos.
En esta Cena el Señor ofrece de modo anticipado e incruento, el sacrificio de su Cuerpo
inmolado y su Sangre derramada que tendrá lugar al día siguiente en el Calvario.
La Eucaristía es el don más preciado que nos ha dejado el Señor Jesús, pues Ella «con-
tiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua y Pan
de Vida, que da la vida a los hombres por medio del Espíritu Santo».
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Orientaciones Litúrgicas
Orientaciones Litúrgicas
En cada parroquia o iglesia se ha de celebrar una misa por la tarde, en la hora más
oportuna para que participe toda la comunidad local.
Con permiso del Ordinario se puede celebrar otra misa por la tarde o incluso por
la mañana, en caso de verdadera necesidad y cuando lo exija el bien de los fieles.
Debe hacerse la procesión del pan y del vino, como aporte de la comunidad a la
materia de la Eucaristía. También es recomendable llevar en procesión el aporte
para los pobres que se ha podido reunir durante la Cuaresma.
Hoy es un día muy adecuado para distribuir la Sagrada Comunión a los enfermos
de la parroquia.
Invítese a los fieles a una adoración prolongada del Santísimo Sacramento durante
la noche. En esta ocasión es oportuno leer una parte del Evangelio de San Juan
(cap. 13-17). Pasada la media noche la adoración debe hacerse sin solemnidad,
dado que ha comenzado ya el día de la Pasión del Señor. Se pueden organizar
turnos de adoración al Santísimo por grupos parroquiales, de modo que se pueda
acompañar al Señor en esta noche de su pasión.
Las 7 Estaciones:
1º.- Desde el Cenáculo hasta el Huerto de los Olivos;
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Orientaciones Litúrgicas
6. VIERNES SANTO
Si hoy, pues, el enemigo, en lugar de ver las puertas rociadas con sangre simbólica, ve
brillar en los labios de los fieles, puertas de los templos de Cristo, la sangre del verdadero
Cordero, huirá todavía más lejos.
¿Deseas descubrir aún por otro medio el valor de esta sangre? Mira de dónde brotó y cuál
sea su fuente. Empezó a brotar de la misma cruz y su fuente fue el costado del Señor. Pues
muerto ya el Señor, dice el Evangelio. Uno de los soldados se acercó con la lanza y le tras-
pasó el costado, y al punto salió agua y sangre: agua, como símbolo del bautismo; sangre,
como figura de la eucaristía. El soldado le traspasó el costado, abrió una brecha en el muro
del templo santo, y yo encuentro el tesoro escondido y me alegro con la riqueza hallada (…)
He dicho que esta agua y esta sangre eran símbolos del bautismo y de la eucaristía. Pues
bien, con estos dos sacramentos se edifica la Iglesia: con el agua de la regeneración y con
la renovación del Espíritu Santo, es decir, con el bautismo y la eucaristía, que han brotado
ambos del costado. Del costado de Jesús se formó, pues, la Iglesia, como del costado de
Adán fue formada Eva. De las homilías de San Juan Crisóstomo
Citas Bíblicas
-Isaías 52,13-53,12;
-Juan 18,1-19,42
Sentido Teológico
El centro de la liturgia del día lo ocupa la meditación en torno a la Pasión y Muerte del
Señor, la intercesión por la salvación del mundo, y la adoración de la Cruz que conme-
mora el nacimiento de la Iglesia del costado abierto del Salvador (Cfr. Jn 19,34).
El Viernes Santo es día de ayuno; pero no de un ayuno penitencial, como el de la Cua-
resma, sino pascual (cf. SC 110), porque nos hace vivir el tránsito de la Pasión a la
Resurrección. Este ayuno no es un elemento secundario del Triduo Pascual. Por eso, la
Iglesia recomienda que se guarde también durante todo el Sábado Santo.
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Semana Santa
Orientaciones Litúrgicas
Los ornamentos sagrados que se usan son de color rojo, el color propio
de los mártires en señal de victoria.
Las lecturas han de ser leídas por entero. El salmo responsorial y el canto
que precede el Evangelio, cántense como de costumbre. La historia de
la Pasión del Señor según San Juan se canta o se proclama del mismo
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Orientaciones Litúrgicas
Cada uno de los presentes del clero y del pueblo se acercará a la Cruz
para adorarla; dado que la adoración personal de la Cruz es un elemen-
to muy importante de esta celebración, y únicamente en el caso de una
extraordinaria presencia de fieles, se utilizará el modo de la adoración
hecha por todos a la vez .
Úsese una única cruz para la adoración tal como lo requiere la verdad
del signo. Durante la adoración de la Cruz cántense las antífonas, los “im-
properios” y el himno, que evocan con lirismo la historia de la salvación ,
o bien otros cantos adecuados.
Esta devoción consiste en reflexionar en las últimas siete frases que pronunció Jesús en
la cruz, antes de su muerte. El iniciador del sermón fue el Sacerdote Jesuita Francisco
del Castillo, nacido en Lima el 9 de febrero de 1615. Era reconocido como el Apóstol de
los indios y negros y por su cerrada defensa de sus derechos como seres humanos. En
1659 Francisco del Castillo tomó a su cargo la Ermita Capilla de Nuestra Señora de los
Desamparados ubicada a espaldas del Palacio Virreinal, y, el Viernes Santo de 1660, al
evocar el dolor de Cristo y compararlo con el sufrimiento de los esclavos e indígenas
de la época colonial peruana, se extendió durante tres horas en una predica o sermón
frente a la efigie del Señor de la Agonía. Así nació el Sermón de las Tres Horas, que es
peruano y se extendió con rapidez al resto del país, luego en las Américas y Europa, y
así, en todo el mundo católico.
Primera Palabra
Segunda Palabra
Tercera Palabra
Cuarta Palabra
«Dios mío, Dios mío por que me has desamparado› (Mt 27,46)
Quinta Palabra
Sexta Palabra
Séptima Palabra
Via Crucis
III Estación: Jesús cae por primera vez (Isaías 53, 4-6)
V Estación: El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz (Mateo 27, 32; 16, 24)
VIII Estación: Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén (San Lucas 23, 28-31)
XIII Estación: Jesús es bajado de la cruz y entregado a su Madre (San Mateo 27, 54-
55)
7. SÁBADO SANTO
¿Qué es lo que hoy sucede? Un gran silencio envuelve la tierra; un gran silencio y una gran
soledad. Un gran silencio, porque el Rey duerme. La tierra está temerosa y sobrecogida,
porque Dios se ha dormido en la carne y ha despertado a los que dormían desde antiguo.
Dios ha muerto en la carne y ha puesto en conmoción al abismo.
Va a buscar a nuestro primer padre como si éste fuera la oveja perdida. Quiere visitar a
los que viven en tinieblas y en sombra de muerte. Él, que es al mismo tiempo Dios e Hijo
de Dios, va a librar de sus prisiones y de sus dolores a Adán y a Eva. De una Homilía antigua
sobre el grande y Santo Sábado
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Semana Santa
El sábado es el segundo día del sagrado triduo. Durante este día la iglesia, permanece
junto al sepulcro del Señor meditando su Pasión y Muerte, su descenso al lugar de los
muertos y aguarda con esperanza su Resurrección gloriosa. Se abstiene absolutamente
del sacrificio de la Misa, quedando desnudo el altar hasta que, después de la solemne
Vigilia se inauguren los gozos de la Pascua, con cuya exuberancia iniciarán los cincuen-
ta días pascuales.
Durante estas horas de oración es muy recomendable el rezo comunitario de las Lau-
des y el Oficio de Lectura, así como el rezo del Santo Rosario.
Citas Bíblicas
ANTIGUO TESTAMENTO
NUEVO TESTAMENTO
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Orientaciones Litúrgicas
Sentido Teológico
El domingo de Pascua, tercer día del Triduo Pascual, inaugura un tiempo de fiesta y
alegría que dura cincuenta días (símbolo de plenitud y eternidad). Los primeros ocho
días de este período, que constituyen la octava de Pascua, forman, con el domingo de
resurrección, un solo e idéntico «día de fiesta», un gran domingo que se celebra como
solemnidad del Señor.
La Vigilia Pascual es llamada por San Agustín “la madre de todas las Vigilias” pues se
trata de la celebración litúrgica más importante de la Iglesia, el vértice de todas las
conmemoraciones tanto del Triduo Pascual como de todo el año.
a) Primero el lucernario o rito del fuego y de la luz, cuyo origen hay que buscar en la
antiquísima práctica judía y cristiana de encender la lámpara pronunciando una
bendición al Señor. La preparación del Cirio Pascual, que se enciende con el fuego
nuevo y es llevado en procesión hacia el interior del templo, evoca la columna de
fuego que guiaba por la noche del desierto al pueblo de Israel y simboliza la luz de
Cristo Resucitado que vence las tinieblas del pecado. Concluye esta primera parte
con el canto solemne del Pregón Pascual, que es un anuncio exultante de la alegría
de todo el cosmos y de la Iglesia por esta noche de la Vida y de la Reconciliación
definitivas.
Orientaciones Litúrgicas
La Vigilia Pascual es una vigilia nocturna. Por tanto, no debe escogerse ni una hora tan
temprana que la Vigilia empiece antes del inicio de la noche, ni tan tardía que concluya
después del alba del domingo. Hay que evitar que esta celebración se asemeje, en
cuanto a la hora, a una Eucaristía vespertina más de día sábado. Por otra parte, se debe
evitar presentar la Vigilia Pascual como una celebración del Sábado Santo: aunque
cronológicamente se realice el sábado, forma parte de la Liturgia del Día de la Santa
Pascua, es decir del domingo.
Es bueno considerar los elementos constitutivos de cada una de las partes de la cele-
bración de esta Vigilia que, siendo distintas, son complementarias y van in crescendo
en su temática y realización. A nadie le está permitido alterar el orden establecido de
los ritos.
Prepárese el Cirio Pascual que, para la veracidad del signo, ha de ser de cera autén-
tica y nuevo (no deben volver a usarse los cirios de años anteriores, pues la Pascua
es novedad). El cirio ha de ser relativamente grande, de manera que pueda evocar
realmente que Cristo es la luz del mundo. La bendición del cirio se hará con los
signos y las palabras propuestas por el Misal, colocando los cinco clavos de cera
según lo prescrito.
Cuando todas las velas han sido encendidas se entona el tercer “Luz de Cristo” se
encienden las luces del templo y se procede a la entonación del pregón pascual
que puede ser entonado por el propio celebrante, por un diácono o si es necesario
proclamado por un cantor. Los fieles deben permanecer con las velas encendidas
durante el pregón pascual.
El significado tipológico de los textos del Antiguo Testamento tiene sus raíces en el
Nuevo y aparece sobre todo en las oraciones que el sacerdote celebrante pronun-
cia después de cada lectura; podrá también ser útil para llamar la atención hacia
este significado una breve monición hecha antes de cada lectura.
Después de cada lectura se canta el salmo con la respuesta del pueblo. Evítese con
todo cuidado que los salmos responsoriales sean sustituidos por otro salmo o por
cantos populares.
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Semana Santa
Luego del Gloria el sacerdote pronuncia la oración colecta y de este modo se pasa
a las lecturas del Nuevo Testamento. Se lee la exhortación del Apóstol sobre el
Bautismo entendido como inserción en el misterio pascual de Cristo.
Después, todos se levantan y el sacerdote entona por tres veces el “Aleluya”, ele-
vando gradualmente la voz, y repitiéndolo la asamblea.
Sigue el anuncio de la Resurrección del Señor con la lectura del Evangelio, culmen
de toda la liturgia de la Palabra. Terminada la proclamación del Evangelio no se
omita a la homilía, aunque sea breve.
Aun en el caso en que no haya bautizos en las iglesias parroquiales se hace la ben-
dición del agua bautismal. Si esta bendición no se hace en la fuente bautismal sino
en el presbiterio, el agua bautismal debe ser trasladada después al baptisterio.
Después tiene lugar la aspersión: de esta manera los gestos y las palabras que los
acompañan recuerdan a los fieles el bautismo que, un día, recibieron. El sacerdote
celebrante hace la aspersión pasando por toda la nave de la iglesia, mientras la
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Orientaciones Litúrgicas
El rito bautismal concluye con la Oración de los Fieles, en las que los neófitos y
toda la comunidad ejercen su sacerdocio bautismal.
Hay que poner mucho cuidado para que la liturgia eucarística no se haga con prisa;
es muy conveniente que todos los ritos y las palabras que los acompañan alcancen
toda su fuerza expresiva: la procesión de las ofrendas, en las que convienen que
participen los neófitos, si los hay; la plegaria eucarística a ser posible cantada, con
sus embolismos propios; la comunión eucarística que es el momento de la plena
participación en el misterio que se celebra.
• Cuídese de tal modo la liturgia de la Vigilia Pascual que se pueda hacer llegar al
pueblo cristiano las riquezas que contienen las plegarias y los ritos; es necesario
que se respete la verdad de los signos, se favorezca la participación de los fieles,
y que no falten ministros, lectores y cantores para el buen desarrollo de la cele-
bración.
• Hay que favorecer el hecho que los grupos particulares tomen parte en la cele-
bración común de la Vigilia Pascual en la parroquia, de suerte que todos los fieles,
formando una única asamblea, puedan experimentar más profundamente el sen-
tido de pertenencia a la comunidad eclesial. Evítese celebrar dos Vigilias Pascuales
en una misma comunidad.
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Semana Santa
9. DOMINGO DE RESURRECCIÓN:
Citas bíblicas
-Salmo 117
-Colosenses 3, 1-4
Sentido Teológico
El amanecer del día Domingo de Pascua anuncia el gran día en que actuó el Señor. El
sepulcro vacío anuncia la Resurrección de Cristo. Los apóstoles proclaman con firmeza
el misterio de la Resurrección. ¡Aleluya! ¡Cristo ha resucitado! es el anuncio pascual
que resuena hoy con toda su fuerza en el corazón de los creyentes.
Los cincuenta días que van desde el domingo de Resurrección hasta el domingo de
Pentecostés han de ser celebrados con alegría y exultación como si se tratase de un
solo y único día festivo, más aún, como un gran Domingo.
Orientaciones Litúrgicas
En lugar del acto penitencial, es muy conveniente hacer la aspersión con el agua
bendecida durante la celebración de la Vigilia. Con la misma agua bendecida con-
viene llenar los recipientes (pilas) que se hallan a la entrada de la iglesia.
El canto del Aleluya deberá ser resaltado tanto en la Misa como en las demás ce-
lebraciones litúrgicas.
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Orientaciones Litúrgicas
El Cirio Pascual, que tiene su lugar junto al ambón o junto al altar, enciéndase
al menos en todas las celebraciones litúrgicas de una cierta solemnidad de este
tiempo, tanto en la Misa como en Laudes y Vísperas hasta el domingo de Pen-
tecostés. Después, ha de trasladarse al baptisterio y mantenerlo con todo honor
para encender en él el cirio de los nuevos bautizados. En las exequias, el cirio
pascual se ha de colocar junto al féretro, para indicar que la muerte del cristiano
es su propia Pascua.
Los cincuenta días que van desde el domingo de Resurrección hasta el domingo de
Pentecostés han de ser celebrados con alegría y exultación como si se tratase de
un solo y único día festivo, más aún, como un gran Domingo.
Durante el santo Triduo Pascual podemos ganar para nosotros o para los difuntos el
don de la Indulgencia Plenaria, si realizamos algunas de las siguientes obras estableci-
das por la Santa Sede.
Obras que gozan del don de la Indulgencia Plenaria durante el santo Triduo Pascual
Jueves Santo
Viernes Santo
Sábado Santo
Vigilia Pascual
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Semana Santa
CONDICIONES
c. Es oportuno señalar que con una sola confesión sacramental pueden ganarse
varias indulgencias. En cambio, con una sola comunión eucarística y una sola
oración por las intenciones del Santo Padre sólo se gana una Indulgencia Ple-
naria.
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Orientaciones Litúrgicas