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Eduardo Jara y su enamorada Rosa Villa, salen de una reunión social y en el trayecto
por una zona descampada son interceptados por un grupo de pandilleros de entre 19 y
21 años (Julio Ruiz, Gerardo Macedo, Manuel Mendoza y Roger Rojas) quienes los
golpearon. Luego amarraron de pies y manos a Eduardo Jara y seguidamente Julio Ruiz
y Gerardo Macedo practican el acto sexual con Rosa Villa, mientras Manuel Mendoza y
Roger Rojas quedaron vigilando que nadie se acerque y que Eduardo Jara no se suelte.
Luego, resulta que Rosa Villa tenía trece años de edad, aunque aparentaba tener más
de 18 años de edad.
Julio Ruiz, Gerardo Macedo, Manuel Mendoza y Roger Rojas tuvieron una conducta
dolosa al momento de perpetrar el delito de secuestro tipificado en el artículo 151 del
CODIGO PENAL, así como también actuaron de manera dolosa al momento de cometer
el otro acto ilícito penal de violación de persona en incapacidad de resistencia señalado
en el artículo 172 primer párrafo
Establece cuatro diferencias sustanciales entre los delitos de Robo Agravado con
subsecuente muerte (artículo 189° CP – último párrafo) y el delito de Homicidio
Calificado para facilitar u ocultar otro delito (artículo 108° numeral 2 CP).
Según relató a los policías su madre Ana Belén Yanarico, de 20 años, ella es la
única que cuida a la pequeña y solo algunas veces la encargó por momentos a
su madrastra Flavia Sánchez y a su abuela paterna Sara Cahuana cuando llegó
de visita en febrero. PENSARON QUE ERAN PICADURAS
Según informó RPP, Ebir Huamán Jiménez (26) llegó al domicilio de su novia y,
tras una fuerte discusión, asestó tres apuñaladas a la joven. Su cuerpo fue
encontrado bajo la cama, donde se escondió tras la agresión.
DELITO DE FEMINICIDIO
En efecto, en nuestra realidad, vemos con cierta desesperanza que las medidas
de protección que establece la ley frente a la violencia familiar están sólo en
papel y no se cumplen en la práctica, por cuanto muchas veces, pese a que
están dictadas por un órgano Jurisdiccional, y que por tanto deberían cumplirse
obligatoriamente, no es realmente así. Muchas veces el agresor se burla de la
ley y vuelve a cometer actos de violencia contra la víctima, en otras
oportunidades el agresor se esconde y burla la autoridad de la Ley, que pocas
veces tiene medidas efectivas y carece de órganos de auxilio que hagan cumplir
de manera correcta y efectiva sus mandatos.
Por lo general, el agresor tiende a incumplir los mandatos del Juzgado por cuanto
se percata que éstos pueden ser burlados fácilmente, ello porque no existen
medidas coercitivas que les exija e impongan el cumplimiento obligatorio de sus
mandatos.
Sin embargo, y pese a que la Ley de Protección a las víctimas frente a la violencia
familiar, establece que se pueden aplicar otras medidas que se vean por
convenientes, a fin de evitar que se siga maltratando a la víctima; ello, no es
tomado en cuenta por las propias autoridades, quienes muchas veces sólo se
limitan a aplicar las leyes establecidas taxativamente y no van más allá de lo que
el Código o la Ley dice.
Existen muchos casos de violencia familiar en los que se han puesto en práctica
las medidas de protección establecidas; sin embargo, como se ha manifestado,
existe burla en su cumplimiento por parte de los agresores, quienes
generalmente son personas que carecen de valores, lo cual hace que el agresor
quede impune e inclusive se torne más violento poniendo a la víctima en
situación de inferioridad.
Sólo con ello, y con una correcta legislación en materia de violencia familiar, que
otorguen medidas de protección eficaces y acordes con la realidad que vivimos,
y que a su vez sancionen a aquellos que busquen burlarse o incumplir dichas
medidas, es que podremos recuperar la confianza de la sociedad en nuestras
leyes, y rescatar los valores, creando conciencia social en las futuras
generaciones, a fin de que crezcan en valores y sepan la importancia de la
dignidad humana, y que se concienticen en el respeto a las normas, sabiendo
que éstas son de obligatorio cumplimiento, sólo así habremos conseguido una
sociedad integrada por personas correctas y respetuosas, tanto de la Ley como
de la integridad del prójimo, y quizás podremos algún día, bajar los índices de
violencia familiar a porcentajes que sean imperceptibles, hasta lograr su
anhelada erradicación.
La mayor peligrosidad del robo, por el uso de esta fuerza o intimidación, justifica
que la pena sea superior a la que se establece por el hurto.
El primero es aquel en el que se emplea una fuerza, una violencia para acceder
al lugar donde se encuentra la cosa.