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Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)

Fundada en 1961, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) agrupa a 36


países miembros y su misión es promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las
personas alrededor del mundo.
La OCDE ofrece un foro donde los gobiernos puedan trabajar conjuntamente para compartir experiencias
y buscar soluciones a los problemas comunes. Trabajamos para entender que es lo que conduce al cambio
económico, social y ambiental. Medimos la productividad y los flujos globales del comercio e inversión.
Analizamos y comparamos datos para realizar pronósticos de tendencias. Fijamos estándares
internacionales dentro de un amplio rango de temas de políticas públicas.
Colaboración global
 Países en proceso de adhesión a la Organización: Federación Rusa (proceso en pausa) y Colombia.
 Colaboración con países clave: Brasil, China, India, Indonesia, Sudáfrica.
 Además de colaborar con otras 60 naciones

America Latina y la OCDE


Países miembros: Chile y México
Adhesión:Colombia y Costa Rica
Socio Clave:Brasil
Programa País:Perú

Miembros del Centro de Desarrollo de la OCDE: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México,
Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay

Otras formas de participación:


Participación en Órganos de la OCDE y encuestas internacionales
Participación en actividades y redes regionales de OCDE-LAC
Adhesión a instrumentos de la OCDE
Informes y estudios de país

Los valores base de la OCDE


Objetividad: Nuestros análisis y recomendaciones son independientes y se basan en evidencias.

Apertura: Alentamos el debate y una visión común de los apremiantes problemas globales.

Audacia: Nos atrevemos a cuestionar las ideas preconcebidas, comenzando por las propias.

Vanguardismo: Identificamos y atendemos los retos emergentes y a largo plazo.

Ética: Nuestra credibilidad se basa en la confianza, la integridad y la transparencia.

El contrato de adhesión es un modelo de contratación redactado únicamente por una de las partes que lo
suscriben, de manera tal que la otra parte sólo puede aceptar o rechazar el contrato en su totalidad.

Colombia ha sido admitida como miembro de la Ocde el 30 de mayo de 2018. La Ocde es la Organización

para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Se denomina así desde 1961 pero nació en 1948 como

Organización para la Cooperación Económica Europea (Ocee) con el fin de implementar el Plan Marshall
norteamericano de reconstrucción de Europa devastada por la Segunda Guerra Mundial. O sea que la Ocde

es hija del segundo postconflicto mundial. Tiene sede en Paris y es conocida como “El club de los países

ricos” y como “el club de las buenas prácticas”.

1. Club de los países ricos porque representa el 70% del PIB mundial con un presupuesto anual de 370

millones de Euros; agrupa a 37 de los países clasificados por el Banco Mundial como de Renta Media Alta

con un PIB per cápita anual mayor a 4.126 dólares e inferior a 12.745 dólares (como Colombia) y Países

de Renta Alta con PIB per cápita superior a 12.475 USD al año. El PIB per cápita de Colombia está cerca

de 12.000 Usd al año, o sea, a un paso de ser un país de Renta Alta. Esto significa que Colombia está entre

los 50 países más ricos del mundo. Sin embargo, el país tiene uno de los más altos índices de desigualdad

(Coeficiente Gini de 0.56, quinto en el mundo). Significa entonces que Colombia es un país rico pero

sin buenas prácticas. Quiere decir que en Colombia el Mercado hace bien su tarea de producir riqueza,

pero el Estado no hace su tarea de transformar tal riqueza en mejores condiciones de vida para sus

ciudadanos.

2. Club de buenas prácticas porque el artículo 1 de su Tratado constitutivo del 1961en Paris dice que la

Ocde tiene como principal objetivo fomentar la cooperación y el desarrollo de políticas económicas y

sociales que permitan mejorar la vida de los ciudadanos. Así mismo, Lograr el mayor crecimiento

sostenible posible de la economía y del empleo, y aumentar el nivel de vida en los países miembros,

manteniendo la estabilidad financiera y contribuyendo así al desarrollo de la economía mundial.

(www.oecd.org)

De hecho, el slogan de la Ocde es: Mejores políticas para una vida mejor.Ella misma clasifica sus buenas

prácticas como de tipo político, social, económico y ecológico. Se destacan: trabajo digno, transparencia,

gobernanza y gobernabilidad democrática, estabilidad financiera, tutela del medio ambiente, desarrollo

humano, crecimiento económico inclusivo y otros.

Ahora bien, no todos los países ricos brillan por buenas prácticas de políticas para una vida mejor de sus

ciudadanos. Esta es exactamente la diferencia entre crecimiento económico y desarrollo humano

sostenible. Colombia es un típico ejemplo de alto crecimiento económico con baja calidad de vida difusa

entre sus ciudadanos, o sea, con un índice de desarrollo humano inferior a lo que debería ser respecto a su

riqueza. O sea que la Ocde agrupa los países ricos con buenas prácticas. Ya dijimos que Colombia es un
país rico sin buenas prácticas, Le toca, entonces comprometerse a adoptar las mejores políticas para una

vida mejor.

Es claro que pertenecer a un Club tan selecto como la Ocde tiene sus costos y sus beneficios. El

primer costo real es la cuota de membresía proporcional a su riqueza y que para Colombia será de

casi 5 millones de Euros al año. El otro costo es el condicionamiento de sus políticas a los niveles y

prácticas de la Ocde determinados por la calidad de sus miembros. Este punto es muy discutible

pues se cree que Colombia no está listo para asumirse las exigencias y que precisamente por no ser

fruto de buenas prácticas horizontales, las exigencias de la Ocde terminarán castigando a los

ciudadanos, por ejemplo, en el aumento de la edad pensionable. O sea, exigir resultados elevados sin

los procesos y las condiciones para producirlos. Es como pretender un alto nivel de competitividad

comercial mundial sin la infraestructura y la logística adecuadas.

También es claro que los costos serán menores proporcionalmente si Colombia aprovecha y maximiza los

beneficios como son una mayor credibilidad y confianza internacional que generará mayor inversión

extranjera directa (IED), mayor cantidad y mejor calidad de la información sobre riesgos internacionales,

un monitoreo y acompañamiento para mejorar sus políticas públicas. El balance positivo dependerá de la

capacidad diplomática de Colombia para negociar internamente en la Ocde y para hacer valer el sello Ocde

externamente como carta de presentación. Así lo expresan los otros dos países latinoamericanos que ya

hacen parte de la Ocde desde varios años (México y Chile). Para los ciudadanos colombianos el mayor

beneficio sería el que la Ocde condicionara seriamente el país a realizar las reformas estructurales hacia

un Estado Social de Derecho en sintonía con el artículo 1 de la Constitución política del país. Por ejemplo,

si la Ocde condiciona a Colombia en términos de calidad laboral aplicando los parámetros de la

Organización Internacional del Trabajo (OIT) esto tendría un impacto positivo contra la pobreza y la

desigualdad mediante el trabajo digno. No es sostenible un Estado Social de Derecho con un 60% de

trabajo informal que no sólo excluye la mayoría de los trabajadores de los derechos sociales, sino que no

tributa al erario público. Por ejemplo, el mismo aumento de la IED (Iinversion extranjera directa) tiene

efectos negativos si los empleos que genera son de tipo informal y si las multinacionales que llegan

contaminan a cielo abierto y cerrado con la permisividad del Estado colombiano. Por fortuna ya Colombia,

durante la ruta de admisión pasando por los 23 Comités, adoptó 51 de estas buenas prácticas de lucha
contra la contratación laboral ilegal, contra la informalidad laboral, contra la corrupción, contra la evasión

de impuestos, entre otros. El Comité que más examinó a Colombia fue precisamente el del trabajo digno

generando recomendaciones y condicionamientos importantes en materia de derechos laborales y políticas

sindicales.

Este condicionamiento positivo es la mayor virtud del multilateralismo. Las organizaciones multilaterales

como la Ocde ejercen un fuerte condicionamiento virtuoso sobre las unidades autónomas (Estados) para

mejorar el sistema mundial y los sistemas nacionales simultáneamente. Esto determina la preeminencia de

la cooperación sobre la competición pura, de la interdependencia sobre la dependencia. Es también un

antídoto contra el retorno del unilateralismo y de los nacionalismos que han generado las guerras. La

interdependencia multilateral ha evitado la tercera guerra mundial.

Para terminar, hay una pregunta que se escucha frecuentemente. El ingreso de Colombia a la Ocde privará

al país del acceso a la cooperación internacional perdiendo así los cerca de 1.200 millones de dólares al

año que recibe como Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) ? Creo que ser miembro de la Ocde no la afectará

en lo inmediato, aunque deberá pasar poco a poco de ser un país receptor/donante de AOD (ayuda oficial

desarrollo) a uno donante/receptor, sobre todo si pretende entrar a ser parte del grupo selecto entre los

selectos que conforman el Comité de Ayuda al Desarrollo (Cad). El Cad agrupa a los 29 países más ricos,

de los 37 de la Ocde, y se caracterizan por ser los máximos donantes de AOD en el mundo para el

cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible erogando un total anual de 140.000 millones de

dólares. De los 29 del Cad, 22 son de la unión Europea (Ue). La misma Ue es miembro del Cad

completando 30 entidades políticas: 29 Estado y una Organización multilateral regional.

Hay que recordar que Colombia, por ser ya un país de renta media había salido del grupo de los principales

beneficiarios de la ayuda oficial al desarrollo del CAD de la OCDE pero que, gracias al Acuerdo de paz

entre el Gobierno y las Farc, está atrayendo más ayuda internacional con miras a la implementación del

Acuerdo que la que recibía antes. Podemos, entonces concluir que la adhesión de Colombia a la Ocde es

hija del post-conflicto así como la Ocde misma lo es. Éste, seguramente, es un buen augurio.
* Profesor del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del

Norte

¿Qué beneficios trae para los ciudadanos? Por ser un foro en el que se analizan las mejores prácticas de
gobiernos, permite establecer comparaciones y compartir las estrategias que han tenido buenos resultados
en otros países que integran este club. Por eso, a partir de los hechos y la experiencia de la vida real,
recomienda políticas para mejorar la calidad de vida de las personas. En educación, compara los sistemas
escolares de los diferentes países y cómo preparan a sus jóvenes para la vida moderna. En asuntos sociales,
analiza los distintos sistemas de pensiones de los países y cómo cuidarán de sus ciudadanos en la vejez.
Además, elabora informes sobre cuánto pagan los ciudadanos en seguridad social y cuánto tiempo libre
pueden tomar.

¿Qué obtiene el sector productivo? Este organismo trabaja con las empresas a través del Comité Asesor
de Empresas e Industrias de la Ocde (Biac), y con los sindicatos y organizaciones que defienden los
derechos laborales a través del Comité Asesor Sindical (Tuac). También tiene contactos activos con otras
organizaciones de la sociedad civil. El trabajo que allí se desarrolla tiene como objetivo lograr un
compromiso compartido con economías de mercado respaldadas por instituciones democráticas y
centradas en el bienestar de todos los ciudadanos.

¿En qué benéfica a los gobiernos? Además de tener acceso a la información sobre las mejores políticas
públicas, también participa en estrategias que logran hacer la vida más difícil para los terroristas, los
evasores de impuestos, los empresarios corruptos y todas las organizaciones que tienen como propósito
adelantar acciones que ponen en riesgo una sociedad justa y abierta.

Además, trabaja de manera colaborativa con los gobiernos para adoptar políticas que permitan restaurar
la confianza en los mercados y las instituciones que los hacen funcionar; restablecer las finanzas públicas
para hacerlas saludables, como base para un futuro crecimiento económico sostenible; fomentar y apoyar
nuevas fuentes de crecimiento a través de la innovación, estrategias de ‘crecimiento verde‘ respetuosas
con el medio ambiente y el desarrollo de las economías emergentes; asegurar que las personas de todas
las edades puedan desarrollar las habilidades para trabajar de manera productiva y satisfactoria en los
trabajos del mañana.

Dicho proyecto de ley fue duramente cuestionado por integrantes de la oposición al Gobierno, al
considerar que este convenio afectará al país y a su vez golpeará su autonomía.

Para el analista económico José Roberto Acosta, el ingreso de Colombia a la OCDE implicará la adopción
de buenas prácticas en materia de gobierno corporativo, entiéndase juntas directivas de empresas públicas
y privadas, además del manejo en el nombramiento de altos cargos dentro del Estado o empresas
vinculadas con el sector público.

Por muchos defectos que pueda tener para algunos el ingreso a ese club de ricos, el solo hecho de adoptar
medidas de buen gobierno es un gran avance para un país como el nuestro, donde eso se destaca por
su ausencia". En cuanto a los beneficios que traería, el analista aseguró que el hecho de pertenecer a un
grupo del cual se podría esperar una ayuda más directa en casos de alguna "necesidad urgente o
apremiante", a su modo de ver es mejor estar en un "club de ricos, que de pobres, o no pertenecer a
ningún club".
"Juntarnos con quien ya ha venido recorriendo un camino hacia el desarrollo, el primer mundo, que tienen
experiencia, información y prácticas exitosas en ese campo, puede servirnos de ejemplo para no
desviarnos del camino y mejorar el bienestar de los colombianos", indicó Acosta.

De igual modo, señaló que no necesariamente Colombia dejará de recibir apoyos económicos de
organismos multilaterales por ingresar a la OCDE. Recordó que en este organismo ya están países como
México, el cual no le ha implicado una reducción de colaboración económica.

"Por el contrario. En la medida en que se van asentando las prácticas de buen gobierno, de buen manejo,
de buena elección de funcionarios y de directores, le dan más confianza a los entes que donan recursos
y probablemente tenga un efecto favorable de la recesión de ayudas",

Además, afirmó que a pesar que los controles en la OCDE son más estrictos, ello no significa que
Colombia deba renunciar a su autonomía. Sin embargo, advirtió que la ciudadanía deberá estar vigilante
de las directrices de transparencia y buen manejo que vienen de ese organismo.

Por último, Acosta manifestó que el pertenecer a ese organismo contribuirá en la lucha de Colombia
contra la corrupción, ya que si se incluyen normas de buen gobierno corporativo en el sector público y
privado, se garantizarían directrices de transparencia y pulcritud desde el punto de vista legal y
reglamentario por parte de los funcionarios.

mayor confianza e inversión en la economía nacional, y mayor posicionamiento e influencia internacional,


pertenecer a la Ocde es que, dada la reputación de este organismo, la membresía aumenta la confianza de
los inversionistas nacionales e internacionales en el país.

Los miembros actuales de la Ocde concentran el 75% de la inversión extranjera directa a nivel global y el
60% del comercio y PIB mundial. Dado que en adelante Colombia estará asociada a este club, podrá
acceder a mejores condiciones e instrumentos financieros internacionales.

A su vez, la mejora en el ambiente inversionista y el acceso a nuevas fuentes de financiación contribuirán


al fortalecimiento de la economía y permitirán seguir avanzando en reducción del desempleo, la pobreza
y la inequidad.

El primero de estos beneficios –mejores políticas públicas– es ya una realidad y con el paso del tiempo su
impacto se fortalece cada vez más.

Con ocasión del proceso de acceso a los 23 Comités de la Ocde, y siguiendo las buenas prácticas de las
economías avanzadas, Colombia tomó e implementó más de 51 medidas de política pública que
implicaron cambios sustantivos para el país; entre ellas se incluyen leyes, resoluciones, decretos y
documentos Conpes.

Por ejemplo, para mejorar las prácticas en el sector Hacienda, el Gobierno Nacional sancionó las leyes de
antisoborno y conglomerados financieros, e impulsó una elección más transparente de los
superintendentes.

Así mismo, para combatir la evasión de impuestos a través de paraísos fiscales, se firmó la Convención
sobre Asistencia Mutua en temas tributarios: hoy la Dian puede intercambiar información con más de 90
países –antes eran solo 4– y contrastar sus datos con los de casi una centena de naciones.

Avances similares se encuentran en los otros frentes. El acceso a la Ocde facilitó medidas para promover
la competencia y productividad del país; ejemplo de ello es la aprobación de la Ley de Derechos de Autor,
la implementación de la política de mejora regulatoria y la realización del censo agropecuario.

En materia ambiental, se creó el impuesto al carbono y a la utilización de bolsas plásticas, y se expidió la


regulación del uso de sustancias químicas.

Por último, en el ámbito laboral, cabe recalcar el fortalecimiento de normas contra la contratación ilegal y
de promoción de la formalidad, así como la protección de los sindicalistas.

Por último, es de esperarse que, gracias al ingreso, el país logre tener un aún mejor posicionamiento e
influencia a nivel internacional.

Las exportaciones de materias primas han tenido una elevación de precios y han apreciado la tasa
de cambio. Por eso, otras exportaciones son menos competitivas. Otro factor es la redistribución de
las manufacturas globalmente. Si uno mira el impacto de las importaciones en la economía
colombiana, hay un gran incremento de las compras a Asia

Perpetuar la desigualdad
La membresía de Colombia en la Ocde, sin embargo, no está libre de costos. En primer lugar,
durante los últimos cinco años el proceso mismo de admisión ha implicado incurrir en gastos
administrativos para preparar informes y realizar consultas, además de movilidad internacional,
cuyo monto aún no ha sido revelado por el Gobierno. Y si la admisión llegara a ser otorgada, el país
tendría que contribuir al presupuesto de la Ocde con una cuota anual proporcional a su tamaño,
como lo hacen todos los demás miembros.
Consiste en la cesión de soberanía económica a favor de los dictados de la Ocde que, como se dijo,
van en la dirección de profundizar el modelo de desarrollo neoliberal, lo que limita la adopción de
esquemas de desarrollo propio y perpetúa la división internacional del trabajo vigente.
En consecuencia, lo que habría que esperar es una profundización del modelo primario exportador
que los líderes del país han aplicado desde principios de los años noventa, con el abandono de la
opción de modernizar el aparato productivo del país, la investigación científica y tecnológica,
poniendo énfasis, en cambio, en las actividades extractivas de recursos naturales de poco valor
agregado y, por ende, baja generación de empleo e ingresos, con lo cual se haría más difícil eliminar
la profunda iniquidad existente, que hace de Colombia uno de los países más desiguales del mundo.
En conclusión, parece que los costos de hacer parte de la Ocde están muy por encima de los
beneficios, por lo que la negación de su acceso no implicaría, en términos netos, un perjuicio para el
país.
Los países que actualmente integran la Ocde son: Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Chile, Colombia,
República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Islandia, Irlanda,
Israel, Italia, Japón, Corea, Letonia, Luxemburgo, México, Holanda, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia,
Portugal, República de Eslovaquia, Eslovenia, España, Suecia, Suiza, Turquía, Reino Unido y Estados
Unidos.

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