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Las Batallas en El Desierto de Jose Emilio Pacheco La Ciudad Como Pugna Entre Tradicion y Modernidad PDF
Las Batallas en El Desierto de Jose Emilio Pacheco La Ciudad Como Pugna Entre Tradicion y Modernidad PDF
Departamento de Literatura
LITERATURA HISPANOAMERICANA
Constantino Kavafis
Introducción
debido a dos razones principales: primero, la ciudad es tratada como un personaje, o bien,
características y contradicciones.
El método de trabajo será realizar una lectura detenidos de los capítulos más importantes
de la novela teniendo como hipótesis inicial que una lectura lineal (capítulo a capítulo)
europea. Y esto porque la modernidad no surgió de nosotros, sino que fue algo visto como
las llamaba Max Weber, en las que la voluntad del jefe, los intentos del clan y las
Somos hijos de la contrarreforma española. Y al ser ésta una muralla levantada contra la
políticamente, somos más herederos de San Agustín y Santo Tomás de Aquino que de John
Locke y Martín Lutero. Prima en nosotros más la creencia en los poderes de la jerarquía y
Teniendo como telón de fondo esta disyuntiva, es que estudiaremos las novelas “Las
batallas en el desierto”: ¿qué pasa con el individuo y con la ciudad si se muestra que esa
jerarquía y esa mediación, tan caras a Hispanoamérica, son espurias? ¿Qué puede hacer la
voz narrativa que, si bien presenta un texto que es fruto de la memoria, esta se inicia con un
decidor “me acuerdo, no me acuerdo, ¿qué año era aquél?”, que desestabiliza la
infancia (de su propia infancia) y que este se constituye gracias a referentes como las
canciones de amor (el antiguo bolero puertorriqueño) los programas de radio1 y películas2
televisión3: no existía la confinación de las personas en sus casas frente a la “caja idiota”,
que el narrador también caracterice su mundo (su ciudad) con las marcas de los llamativos
La ciudad es el mundo y las catástrofes que el narrador recuerda son las típicamente
citadinas: la poliomielitis (es citadina por su segura aparición profusa como noticia en los
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“Las aventuras de Carlos Lacroix, Tarzan, El llanero solitario, la legión de los madrugadores, Los niños
catedráticos, Leyendas de las calles de México, Panseco, La doctora corazón desde su clínica de almas”
(Pacheco, José Emilio: “Las batallas en el desierto” p. 9)
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“La invasión de Mongo, Sin ti, La rondalla, La burrita, La mucura, Amorcito corazón eran películas de
Errol Flynn y Tyron Power.”
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vida, en detrimento de las raíces hispanoamericanas, y en específico, mexicanas (“El trago
típico mexicano tequila fue cambiado por el whisky, hay que blanquear el gusto de los
Junto a las promesas de la modernidad del modelo norteamericano (“para 1980 se auguraba
un porvenir de plenitud, sin congestiones, sin basura. Para cada familia una casa
ultramoderna y aerodinámica. A nadie le faltaría nadie. Las maquinas harían todo el trabajo
…el paraíso en la tierra. La utopía al fin conquistada.) pero también estaba el temor del
poder atómico y los problemas sociales que, curiosamente, son los mismos que aparecen
olvido, que va aparejado con las tradiciones mexicanas (la memoria) en proceso de
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p. xxxx
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“Las batallas en el desierto”, como novela, muestra este conflicto de la cultura nacional
perder: la duda que abre el relato, es una marca definitoria de la invalidez de la conciencia
que rememora. El final del relato, con la extirpación del suceso definitorio de la identidad
reemplazada por lo que los demás, adaptados y cooptados por la modernidad, dicen que
pasó: y en su balance no hay rebeldía, sino la duda: “me acuerdo, no me acuerdo”, es decir
Carlitos, que muestra en su vida de escolar niño – adolescente, como se van instalando los
Latinoamérica:
mediana decadencia, están sus compañeros Rosales y Peralta cuya pobreza los obligaba a
estudiar gracias a una beca. También había hijos de inmigrantes Toru (cuyo origen oriental
convocaba las burlas de los mismos compañeros, que más adelante bien pueden estar entre
los empleados explotados por un Toru adulto, empresario que se vengaba, en la práctica, de
todas sus humillaciones) e hijos de árabes y judíos. También está Jim, nacido en Estados
Y este crisol de clases, culturas y etnias está lejos de ser una convivencia pacífica. Hay
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“(…) soy de la Irgun te mato soy de la legión árabe
intuición de cada uno de ellos de que no había indicios de esperanza, de que la ciudad no es
más que eso: un desierto, y que el actuar normal de los ciudadanos es la agresión.
La vida escolar era interrumpida por la típica parafernalia modernizadora: “ a cada rato
parques deportivos, hospitales, ministerios, edificios inmensos”9, que al mismo tiempo con
tratar de afianzar las ilusiones del progreso (la utopía mínima, antes mencionada).
En este escenario de encubierta desolación hay una luz de esperanza: la amistad de Carlitos
Jim vivía en una situación vital contradictoria: por una parte decía ser el hijo de este señor
poderoso, pero sus compañeros decían por lo bajo que esto no era cierto, que su verdadero
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Esta amistad esperanzadora del niño mexicano de una clase decadente con el niño
infancia), lo que nos entrega un acercamiento a uno de los componentes de esa amistad que
norteamericana.
Jim vivía una contradicción vital: decía que su padre era íntimo amigo del presidente
Miguel Alemán y que tenía mucho dinero, pero por otro lado, no pasaba inadvertido a sus
compañeros que esto era incompatible con asistir al colegio de medio pelo que compartían.
Este señor poderoso, al que Jim sindicaba como su padre, era un alto funcionario del
Cuarenta Ladrones (uno de los cuales sería este señor poderoso). Esto corresponde más que
a un análisis político – que bien puede ser acertado – a la visión que tiene el pueblo
mexicano de sus dirigentes: que se aprovechan de los ciudadanos para solventar sus
propios negocios e intereses. Pero que además son intocables, figuras casi míticas, como
los ladrones de las Mil y Una Noches, inamovibles por el pueblo, el que solo debe aceptar
Estos ladrones se validan con sus inauguraciones de edificios y carreteras (en el capítulo
anterior, el narrador recuerda que se suspendían regularmente las clases para asistir a estas
ceremonias). En la vida privada, estos señores del poder dan rienda suelta a su condición
corrupta. Esto se traspasa a la vida de Jim a través de su madre, que representa valores
deformados, ya que es una mujer que supedita su satisfacción social y sexual a un hombre
El narrador expone el punto crucial de su unión con Jim, al referirse a qué pasaba con la
quienes nace”10
Carlitos en la suspensión basa su amistad en esa suspención del juicio. Para dar rienda
suelta a su fascinación por la nueva cultura, los iconos que estaban reemplazando su
realidad mexicana:
lobo…”.
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La ciudad y las tradiciones: El lugar de en medio
refrigerador eléctrico”11
Frente a la alta valoración – y futuro enamoramiento – que Carlitos siente hacia la madre
de Jim, su propia madre era cuestionada como un resabio arcaico, un ser que no pertenecía
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p. 24.
El historiador Mario Gongora al igual que Eyzaguirre valoran el legado hispano y católico
cultural de esta y concluyen en el fracaso. En esta línea, como veremos después, la madre
camino para resolver esa tensión en la búsqueda de una identidad moderna y cristiana a ala
Esta ciudad en proceso de modernización que nos presenta la novela, muestra ese camino
de una modernidad no ilustrada sino barroca, no secular sino religiosa. La cual estará
representada en la madre del narrador, aquella ama de casa muy católica que sueña con la
modernización de su cocina.
El padre de Carlitos es la otra de este proceso en que los “antiguos” mexicanos asumían,
norteamericanas.
Para tratar de hacer algo que lo salve de la quiebra, medidas infantilmente coherentes con
que era la oveja negra de la familia y en vez de asistir a la universidad nacional pasaba
semanas en el swing club y billares, cantinas, burdeles. Su pasión era hablar de mujeres,
política y automóviles
El nombre de este capítulo se refiere a la situación social que vive el protagonista que no
solo alude a su condición de clase media, sino que por sobre todo, tiene relación a estar
entre dos polos que sí tienen una identidad más definida, que acentúan la carencia propia.
La ciudad protectora: Obsesión.
Ante sus dudas, quiere sentirse protegido y por eso va a la plaza que lo vio nacer para
sentirse menos a la deriva: en la plaza la ciudad habla, y el Carlitos llega a sentir un gran
amor y una gran nostalgia por ella: encuentra que él también ha crecido y que todo ha
cambiado, comienza a describir personas que vivieron allí, gente mayor gente que
pertenece a un pasado.
La confusión de Carlitos se presenta con mayor intensidad en este capítulo porque, por un
lado el no quiere perder las tradiciones de su ciudad, pero siente también una profunda
atracción por estos nuevos cambios y esa atracción se encarna en Mariana: ella es lo
prohibido, lo que no se puede tocar. Carlitos no quiere ser víctima de los nuevos cambios
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pp- 33 – 34.
“jugaba en la plaza de Ajusco y parte de mi
Protagonista.”18
sobre Mariana…”19
El protagonista reconoce su obsesión, y sabe que no puede escapar de ella, por más
en la ciudad.
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La ciudad y la pasión: Hoy como nunca.
Carlitos escapa del colegio por un incontenible deseo de visitar a Mariana y declararle
maquillaje…”22 , situación que le dio fuerzas para declararse: “porque lo que vengo a
Mariana, como mujer moderna que era, no pudo reaccionar de mejor modo:
Pero no habría pasado de un incidente marcador en la vida de Carlitos, pero privado, pasó a
Carlitos. Pero fue Jim el que confesó al profesor que quizás Carlitos había ido a visitar a su
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Madre y la razón que dio fue que Carlitos era “bien raro”: De esta forma, todos supieron lo
que había pasado, aunque Mariana y Carlitos lo negaban, ya todos lo sabían. Este
características que hace que los individuos se vean cada vez más indefensos: una ciudad
Ciudad: esta se organiza y se piensa sí misma, a través de estas matrices: por tanto; no
raíces culturales.
Se muestra a la escuela como una metáfora de la ciudad con su modernidad
Carlitos va perdiendo su lugar como clase social y Jim, tiene una posicion