Caremlo Gómez y Ana Torrent protagonizan este drama de amor en clave
de thriller poético donde Alberto Conejero, Premio Max al Mejor Autor Teatral 2016 y Premio Ceres al Mejor Autor 2016, entre otros por La piedra oscura, pone al espectador en el lugar de un detective que ha de averiguar qué ha sido de Silvia a través de situaciones que van atrás y adelante en el tiempo como un rompecabezas al que el espectador ha de dotar de significado. Y todo esto dentro de un singular espacio de encuentro: un invernadero donde Samuel cuida con esmero las plantas del chalet de su dueña. Lo sorprendente de este poema dramático es la habilidad del autor con el lenguaje teatral para elevar un amor imposible a la categoría de tragedia de la carne y para ir desgranando los mimbres con los que suscitar el suspense y la emoción. Silvia (Ana Torrent) desde el inicio sabemos que padece un trauma de abusos que ha condicionado su psique hasta el punto de que ha cegado su capacidad de amar aunque, solo al final, seremos testigos de la magnitud de su tragedia. Samuel es un sirviente fiel y meticuloso, embelesado por la capacidad seductora de su ama y señora, crédulo a las mentiras que la rodean, incapaz de enfrentarse a la terrible verdad, torpe en las artes del amor, subyugado por el poder de la misteriosa dama que aparece y desaparece nublándole la vista y cegándole el corazón. Samuel está sujeto a un interrogatorio de la policía que desea averiguar dónde se encuentra el cadáver. Ambos intérpretes realizan un trabajo muy meritorio en dar vida a dos seres solitarios, aislados del mundo y encerrados en un invernadero. Torrent afirma con seguridad su delicadeza y perversión, así como en el baile. Gómez es una presencia imponente y enorme. El actor leonés brilla en todo momento y da consistencia a un personaje más bien tosco por fuera pero enormemente tierno por dentro. Mónica Boromello es la creadora de este singular y hermoso espacio acristalado que permite la visión de los dos planos, interior y exterior, muy apropiado para dar dinamismo y variedad a distintas soluciones escénicas de la puesta de escena, la cual corre a cargo de Luis Luque. Si Ushuaia, Premio Ricardo López de Aranda 2013, me interesó muchísimo cuando la vi en el Español (Amplia oferta teatral en Madrid, Art C Turia nº??) hace dos años, ahora Todas las noches de una vida demuestra que los thrillers de suspense de Alberto Conejero son un regalo para el espectador exigente, aunque para algunos tal vez sea demasiado ardua la búsqueda de sentido.