La ciencia es conjunto de conocimientos que se obtienen por medio de la
observación y experimentación, la cultura es todo el conjunto de modelos o costumbres a través de los cuales la sociedad regula el comportamiento de las personas que la conforman, el progreso corresponde a la mejora en la calidad de vida de las personas.
El espíritu del hombre, su inteligencia y libertad, se forma y desarrolla en el
seno de una cultura. Con el lenguaje se transmite a los hombres una cultura, se les transmite un modo de pensar, de comprender, de reflexionar, de juzgar, se les inculca una constelación de valores, un conjunto de costumbres e instituciones, se les introduce dentro de un mundo de estructuras que determinan el estilo de vida de los pueblos. El hombre es formador de la cultura, y es formado a su vez por ella.
El hombre participa en la furiosa competencia del comercio donde el valor
personal se mide en términos de los precios del mercado y no es consciente de su ansiedad.
La ciencia es una parte fundamental de la humanidad y el reconocimiento
de este hecho es el tipo de conocimiento que se necesita en una edad o época como la actual, cuando el ser humano parece vivir un vacío existencial y donde el uso de la ciencia parece no tener conciencia.
El uso inadecuado de la ciencia puede convertir a esta en una empresa sin
alma, en una aniquiladora del alma en busca del “bienestar y progreso”. De ahí la imperiosa necesidad de una ética de la ciencia, de manera que la ciencia esté orientada a formar mejores personas, más humanas y respetuosas de sí mismas, de los demás y del medio donde viven.
Se necesita hacer ciencia con responsabilidad para construir una sociedad
basada en la ética, humana y racional, con una visión amplia y compleja del mundo y del propio ser humano. Fuentes:
Bernal, Augusto César, (2006) Metodología dela investigación: para
administración, economía, humanidades y ciencias sociales, 2da. Edición.