Está en la página 1de 2

El aborto es la obra maestra del demonio.

Viola todos los mandamientos


El aborto no es solamente una plaga social; es una negación espiritual del plan de Dios para la felicidad
y el bienestar del ser humana

Hace un tiempo visité el centro de abortos de Leroy Cahart en Omaha, Nebraska, EEUU, donde se
practican abortos “por nacimiento parcial”. Pude ver, incómodamente, un lugar totalmente repulsivo y
lleno de maldad humana. Solamente con mirar el dilapidado centro para reparación de vehículos
convertido en una fábrica para matar bebés, y la suciedad en toda el área, no pude menos que pensar
que el mal del aborto degrada todo lo que toca.
El aborto no es solamente una plaga social; es también una negación espiritual del plan de Dios para la
felicidad y el bienestar del ser humano. Cuando Dios dice “¡sí!” a la vida y la fertilidad, el demonio
grita un rotundo “¡no!”
El poder espiritual del aborto consiste en su perfecta violación de todos los mandamientos de
Dios.
 Sexto y noveno mandamiento: En primer lugar, la mayoría de los abortos son pecados contra
el sexto y el noveno mandamientos (adulterio, fornicación y lujuria).
 Quinto mandamiento: Ciertamente, el aborto es un pecado contra el quinto mandamiento, que
prohíbe el homicidio directo.
 Tercer mandamiento: De la misma manera, viola también el tercer mandamiento, porque la
inmensa mayoría de los bebés mueren por aborto los sábados, que son días de mayor actividad
comercial de los centros de abortos. (El sábado es, tradicionalmente, el día de observancia judía,
que fue trasladado al domingo por la Iglesia Católica luego de la resurrección de Cristo.)
 Segundo y Cuarto mandamiento: El aborto constituye también un revés del cuarto
mandamiento, pues el padre y la madre “deshonran” al niño de la manera más espantosa,
maldicen la santidad de Dios en su segundo mandamiento, que se manifiesta en Su única
criatura hecha “a Su imagen y semejanza” (Génesis 1:27).
 Primer mandamiento: Por ser una falsa religión, el aborto constituye una violación del primer
mandamiento que prohíbe la veneración de deidad alguna fuera de Dios.
 Octavo mandamiento: No cabe duda de que esta “religión” se sostiene a base de un sistema
altamente sofisticado de falsedades y engaños, que llevan a la mujer a acudir al centro de
abortos, todo lo cual viola también el octavo mandamiento: “No levantarás falso testimonio”.
 Séptimo mandamiento: Más aún, el aborto nos roba, a nivel personal y nacional, de nuestras
esperanzas para el futuro, cimentado en nuestros bebés, rechazando así el séptimo
mandamiento: “No robarás”. Todos aquellos que estudian el asunto de la inmigración, deben
recordar que la presencia de más de 40 millones de inmigrantes hispanos en EEUU, ha llenado
el vacío dejado por la destrucción de 47 millones de nuestros propios niños por medio del
aborto. Esa destrucción ha ocurrido a partir de la decisión judicial a favor del aborto, llamada
“Roe v Wade”, que el Tribunal Supremo de EEUU emitió el 22 de enero de 1973. Aquel dicho
“la naturaleza aborrece un vacío” tiene tanta verdad en los asuntos de la demografía, como en
los de la física.
 Décimo mandamiento: Finalmente, el décimo mandamiento, que prohíbe codiciar los bienes
del prójimo, trata sobre el pecado capital de la avaricia, que es precisamente lo que motiva a los
aborteros. En ocasiones se oye a los aborteros decir que odian el aborto, pero ellos aman el
dinero que hay detrás de ello.
El aborto es como una gran vorágine espiritual que hala a las personas hacia el interior de sí misma,
y hasta la Iglesia también podría verse comprometida por este mal. La mayoría de los pecados
enumerados son pecados de omisión. Pero los pecados de la Iglesia son pecados de omisión inspirados
por el aborto, lo cual se ve en el terrible silencio de los sacerdotes sobre este tema, los líderes políticos
"católicos" herejes que apoyan el aborto, la fácil justificación del aborto por educadores católicos, la
falta de verticalidad moral del personal médico católico en cuanto a los anticoncepticos abortifacientes
y la esterilización, y la lista continúa.
Todo lo que he señalado tiene el propósito de informarles de que el aborto es una fuerza espiritual
que rechaza el plan de Dios para el amor, la vida y la familia. El aborto no solamente destruye los
cuerpos, pues también destruye las almas; y esto, tomando en cuenta la eternidad, es la gran obra
maestra del demonio.
-
Padre Thomas J. Euteneuer
Presidente de HLI | Fluvium.org

También podría gustarte