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CAPITALISMO E INUNDACIONES EN EL SUR

PERUANO
Por: D’Anyelo Ramos

Militante de Resistencia Sur

Nuestro planeta, en los últimos años, ha sufrido innumerables desastres naturales debido al
calentamiento global provocado por los gases de efecto invernadero que son generados por
las industrias, las cuales son controladas por empresarios capitalistas quienes en su afán de
enriquecerse a costa de la explotación de diversos recursos naturales y del trabajo de millones
de trabajadores, no dudan en alterar el medio ambiente generando con ello grandes
desequilibrios en la naturaleza que se terminan expresando en fenómenos como lluvias
torrenciales, inundaciones, incremento del calor o descenso de la temperatura, etc. No es pues
la naturaleza la que “nos castiga”, sino la irracionalidad capitalista la responsable de esos
desastres que al final siempre terminan afectando a los trabajadores y al pueblo pobre.

El Perú no está exento de este tipo de problemas, por esa razón, en el sur, los últimos días se
registraron intensas lluvias no correspondientes a la estación (verano), las cuales provocaron
serios deslizamientos de piedra y lodo (huaycos) e inundaciones severas que afectaron las
viviendas y las vías de acceso. Según el Instituto Nacional de Defensa Civil INDECI, los
sitios más afectados son: el distrito de Samegua (Moquegua) con 120 viviendas dañadas; el
distrito de Aplao (Arequipa) con 5 fallecidos, y el Centro Poblado Menor de Mirave (Tacna),
donde hasta la fecha se reportaron más de 450 viviendas afectadas y habrían cuatro personas
desaparecidas.

Los más de 4 mil damnificados que suman las regiones afectadas, no son una consecuencia
inevitable del desastre natural, como nos lo pretenden hacer creer los políticos y los medios
de comunicación.

Existen actores involucrados como las grandes empresas mineras Southern y Cerro Verde,
que sistemáticamente contaminan el medio ambiente, y el estado, quien a través de la pésima
gestión de los gobiernos de turno – nacional, regional y local – “olvidan” las prioridades de
las clases sociales más vulnerables a los cambios climáticos, como los campesinos y los
trabajadores quienes, obligados por la pobreza y la extrema pobreza en que viven, se ven
obligados a edificar sus viviendas en los causes de antiguas quebradas y ríos, las mismas que
cuando se da este incremento de las precipitaciones pluviales terminan siendo arrasadas,
como ocurrió en Mirave-Tacna.

Es pues responsabilidad del estado que hoy tengamos en el sur miles de damnificados por los
huaycos y que muchas familias lloren la perdida de sus seres queridos, ya que no existe una
política de planificación orientada a prever las consecuencias de los desastres naturales de
esta magnitud, así como tampoco existen iniciativas de urbanización que aseguren viviendas
seguras y dignas para el pueblo trabajador.

Los políticos al servicio de los patrones como el presidente Martin Vizcarra y sus periodistas
asalariados, han salido a decir que estos desastres son inevitables y que no hay plata ni la
posibilidad para implementar iniciativas de previsión, sin embargo vemos que si tienen más
de dos millones de soles para derrochar en la remodelación de la cocina del palacio de
gobierno, así como para mantener los privilegios de los congresistas que para lo único que
sirven es para blindar a los corruptos. También vemos que si hay dinero para el aumento
salarial de alcaldes provinciales y hasta se dan el lujo de disminuir impuestos a los
capitalistas; pero para los damnificados hasta ahora no hay nada concreto y sostenible, mas
allá de las muestras de solidaridad del pueblo, que ha salido a las calles a recabar víveres,
ropa y otros pertrechos para los afectados.

Así pues, queda claro una vez más, que para el estado la mayor prioridad es la de preservar
los negocios y las ganancias de los grandes empresarios, que engordan las billeteras de los
funcionarios públicos y los políticos de turno a cambio de que estos aprueben leyes y
contratos a su favor.

Por esa razón y para evitar que ocurra lo que viene ocurriendo con la reconstrucción del norte
(afectado hace unos años atrás por el fenómeno de la niña costera) o con la reconstrucción
de Ica después del terremoto del 2007 donde la corrupción y la desidia del estado fue una
constante, consideramos que es necesario que el pueblo trabajador de manera organizada
tome control y fiscalice directamente el dinero que se destinara para remediar el daño a los
pobladores afectados por estas inundaciones. Así mismo, exigimos al estado que se encargue
de reparar a los perjudicados cuanto antes y de manera ágil e integral ya que muchos no solo
perdieron sus viviendas sino también sus fuentes de trabajo.

Por otro lado, se debe pelear para que a los empresarios, sobre todo a las grandes mineras
como Southern y Cerro Verde, se les imponga un impuesto especial que permita costear la
reconstrucción de las zonas afectadas, así como la reubicación integral de los pobladores en
zonas seguras. Así mismo y para mitigar y evitar que estos sucesos se repitan, el estado
debería implementar en todo el país obras públicas de reconstrucción, de saneamiento y
prevención de desastres. Y para que la corrupción, tan común en las obras públicas, no sea
una constante debemos exigir que estas obras estén bajo control de los trabajadores y el
pueblo organizado.

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