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1• 1 ÉPOCA PREINCAICA
la minería es la actividad que el ser humano realiza para extraer y utilizar las sustancias
minerales que existen en la naturaleza. El aprovechamiento de los recursos minerales está
presente en la vida del hombre desde las más remotas edades, utilizándo- los en su alimentación
(sal común), manifestaciones artísticas, armas y artefactos primiti- vos para la vida doméstica y
productiva.
El antiguo minero peruano contaba con una diversidad de herramientas como las hornillas de
piedra y cerámica, crisoles para la fundición y yunques de piedra compacta, los aborígenes
conocían los martillos de cobre, bronce y piedra así como las hachas con mangos de los mismos
materiales o engastadas.
En las exploraciones realizadas por el arqueólogo Cardich en lauricocha, entre Cerro de
Paseo y Huánuco, encontró cadáveres de niños con una antigüedad de 8 000 años a.C.,
recubiertos con tierra de color ocre, ostentando cuentas de collar con la forma de cubos de
turquesa y un agujero para pasar la cuerda, además de una gran cantidad de hierro granulado u
oligisto con algo de magnetita.
Así mismo, se hallaron en lauricocha abundantes instrumentos de sílex, con me- jor acabado y
evidentes avances técnicos de manufactura, tales como retoques bifaciafes, puntas triangulares,
etc. correspondientes al período comprendido entre los 6 000 y 3 000 años a.C.
Estas manifestaciones de un alto valor cultural, muestran la gran capacidad artísti- ca y creadora
del hombre peruano, cuyo punto de inicio es Chavfn de Huántar, a través de los pétreos
monumentos arquitectónicos como las cabezas clavas, el Obelisco de granito de Telio, el
lanzón, la Estela de Raimondi, etc. la minería metálica y la metalurgia se realizaron entre
los años 900 y 500 a.C.
la metalurgia más antigua del Perú se le asigna a la Cultura Chavfn, quien comien- za a trabajar el
oro mezclado con plata y cobre. Muchas de las piezas metálicas decorati- vas muestran diseños
complicados, méritos artísticos y simbolismos complejos, lo cual indica una era de alta cultura;
el proceso de fabricación de esas piezas debe haber inclui- do soldadura o el uso de una
amalgama para soldar.
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INGEMMET
En la Edad de los Metales; la Cultura Tiahuanaco ubicada en el Alto Perú se desa- rrolló desde el
principio de nuestra era hasta el siglo XIV. En metalurgia trabajaron con acierto el cobre y el
estaño, alcanzando la aleación del brÓnce, abundan las piezas de oro y plata. Refiriéndose a los
procesos de fundición, las menas de cobre se trataban en hoyos en el suelo o crisoles de barro,
lográndose la reducción de los óxidos a metal por medio del carbón de palo yaplicación. de una
fuerte corriente de aire. .
Este proceso era deficiente en el caso de los óxidos, pero en presencia de sulfuros las escorias
acusaban contenido de c()pre y azufre.
la Cu.ltura Chimú; que se desarrolló desde el año 1200de nuestra era hasta el año 1460., <:festacó
especialmente por su arte de trabajar los metales, los Chimúes desarrolla- ron una de las más
avanzadas técnicas del oro, al que trataron por fundición al martillo, soldadura, remache y
repujado. En la preparación de objetos metálicos, aplicaron ellami-
·nado, alcanzando un notable grado de perfección.
los antiguos pobladores de la Cultura Chimú conocieron el dorado y plateado a fuego por
amalgamación y alcanzaron un apreciable grado de desarrollo en el enchape con plata y oro,
plata sobre cobre, y oro sobre plata y cobre (SAMAMÉ BOGGIO, M. 1979).
los recursos minerales del territorio Inca fueron bien administrados, susceptibles de ser
explotados, transportados, acumulados, transformados, redistribuidos y conserva- dos de una
manera muy sistemática.
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Compendio de Yacimientos Minerales del Perú
• Los Incas extraían una gran variedad de metales, siendo el cobre el de uso
más extenso.
• La mayor parte de la producción de oro procedía de la explotación de las
gravas auríferas de los ríos en la Cordillera de los Andes y de la Llanura de la
Selva.
• La producción argentífera correspondía a las minas de Porco, cerca a Potosí
obteniéndose el mineral habitualmente en minas de poca profundidad .
.• El cobre y el bronce eran los únicos metales utilizados para la fabricación de utensilios, los
indígenas extraían el cobre de los óxidos y sulfuros de cobre, cerca a la superficie y de aluviones.
• La abundancia de depósitos de estaño en la región delAltiplano, determina
la aparición del bronce (aleación del cobre con el estaño).
• El mercuriofue un metal conocido y utilizado en pequeña cantidad por ser
dañino para la salud (Instituto de Ingenieros de Minas, 2000). ·
• Trabajaron las aleaciones de oro-cobre y oro-plata, encontrándose vestigios
de platino.
Según el Padre Acosta, todo el oro y la plata extraídos por los indígenas podían ser atesorados por
el Inca.
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los Incas tenían métodos de reclutamiento de mano de obra bajo el sistema de la mita, los
mineros de la Sierra recibían el nombre de Mitimaes y en la costa se les llamaba Cori.
· Luís Valcárcel cita a Fray Diego de Mendoza, quien al tratar sobre el territorio
comprendido por la provincia franciscana de San Antonio de Charcas (Bolivia), expresa
que en aquella época se producen las mayores riquezas de oro, plata, estaño, cobre y
otros metales, enumerando los siguientes yacimientos:
Potosf, Chichas, Lipes, Charcas, Oruro, Carangas, Berenguela, Sícasica, Pacajes, Tiahuanaco,
larecaja, San Antonio de Esquilache, Cailloma, lampa, Pomasi, Santa lucía; Condoroma,
Vílcabamba y Carabaya entre otras. ·
Según Medardo Echegaray Rosales, los Incas obtuvieron el oro de los ríos Sandía, Carabaya,
Apurímac; en la costa, de los ríos Santa, Tablachaca y Tumbes (Puyango). la obtención del oro
en socavones procede de Cusca y Puno, sobresaliendo las minas de Paucartambo, Marcapata
yCollquemarca.
Palomo Caredo habla de las minas de plata y yacimientos atgentíferos en: Ancash, Cajamarca,
Cailloma, Cerrolindo, Cusca, Charcas, Chincha, Guanesa, Huamanga, Huaraz, Oruro, Parco,
Tarapacá, entre otros.
Cuando los cronistas hablaban de ricas minas de plata, es posible que en realidad se referían a
minerales de plomo con alto contenido de plata. Los Incas encontraron y explotaron
yacimientos de cobre y plata existentes alrededor del lago Titícaca y que según Alcina, sólo se
trabajaba cuatro meses al año.
El historiador Del Busto, al referirse al cobre, indica que los Incas supieron ex- traerlo de la
región de lipes y Pacajes, de los altos de Tarabuco y de las tierras de Loa y Atacama,
pertenecientes hoy a Chile (Instituto de Ingenieros de Minas, 2000).
Los Incas dedicaron mucho de su tiempo y esfuerzo organízativo a la explotación de los metales,
mayormente extrayéndoles a nivel superficial pero también desarrollaron
arduos trabajos de ingeniería a nivel subterráneo, de poca profundidad.
Según Pedro Sánchez de la Hoz, Secretario de Francisco Pizarra, los minas de excavación
correspondían mayormente a las minas de la región del Callao, conocidas
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Compendio de Yacimientos Minerales del Perú
después como Porco (Bolivia). A estas minas se entraban de 10 a 20 brazas sin luz natural y poco
espacio para movi 1 izarse, excavando con cuernos de ciervo y sacando el material con cueros
cosidos en forma de sacos (capachos).
Guillermo Lohman comenta sobre los trabajos efectuados en el interior del cerro Chacllatacana
en Huancavelica, en donde los Incas perforaban el subsuelo, taladrando numerosas cuevas y
socavones, formando en el interior un complicado laberinto de labo- res, valiéndose solamente
de estacas y cuernos de venado; según Alcina en las galerías se utilizaban barras de madera con
puntas de cobre, martillos de una aleación de cobre y oro de extraordinaria dureza, martillos de
piedra y cuernos de animales.
1.2.5 Fundiciones
Estos hornos funcionaban de día y de noche en los cerros; echaban el metal por la parte superior,
cebando de carbón o excremento seco de auquénidos y metal hasta que se
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INGEMME]:
consumía lo que se tenía que fundí . Al pie del horno tenían puesta unacajuela de barro crudo
en donde goteaba el plomo que corría del metal, formándose tejuelos, después se refinaba en
otros hornos donde se obtiene la plata.
Los hechos políticos influenciaron el avance en la metalurgia del piorno, la necesi- dad por tener
mayor cantidad.de armas determinó el mayor uso del plomo mezclado con 1¡¡. plata para hacerla
correr y obtener la plata, dicha propiedad fue llamada por los Incas "Curuchec" (el que hace
deslizar).
1 .2.6 Aleaciones
Mediante la aleación del cobre con el estaño se obtuvo el bronce (estanffero), producto de
color dorado, que en tiempos de los incas, su uso fue masivo e impuesto por el poder político.
Asimismo, los incas impusieron el uso del bronce estanífero por motivos políticos y
econór)'licos, dado que los yacimientos de casiterita se encontraban en territorio Inca, tenían
así el control total de la distribución del metal, utilizándose en la fabricación de utensilios,
buriles, armas, como: "anta ñauchi" (lengOeta de cobre),"callhua• (chaflote li- gero de cobre),
"champi" (porra de oro y plata), "chictana" (hacha y hachuelo de piedra o cobre), "coraza"
(petos de oro o bronce), "huachi" (flecha), "tumi" (cuchillo de cobre), etc.
Los metalurgistas incas trabajaron las aleaciones tumbagas tanto binarias (cobre- oro) llamado
punin, como ternarias (cobre-oro-plata), (Instituto de Ingenieros de Minas, 2000).
1 .3 ÉPOCA COLONIAL
.. La minería colonial fue más de exacción que de industria, se trabajó de una mane- ra
desorganizada, con una cruel explotación del recurso humano a través del sistema de las mitas
para trabajar las minas subterráneas con la pólvora que ellos trajeron.
Al inicio de la Colonia, solo les interesó el oro y la plata, después el mercurio; el cobre y el
estaño lo tenían en Europa y el acero había desplazado al bronce en muchos usos.
En los primeros años de la Conquista, sus esfuerzos estuvieron di rígidos a obtener los metales
preciosos en cualquier forma, destrozando valiosas obras artfsticas, saquean- do templos,
palacios y tumbas, y cuando se agotaron pusieron suatención en las minas de donde procedían
las riquezas delinca.
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Compendio de Yacimientos Minerales del Perú
Según José Balta, la cronología minera del Perú Colonial tuvo su punto de partida en 1537 con la
explotación de los yacimientos de oro y plata en Lucanas y Parinacochas, siguiéndole en
descubrimiento las minas de plata en jauja y Huancayo en 1S39, las de oro en jaén y Carabaya
en 1S44 y 1SSS respectivamente.
En los primeros años, la explotación de Potosí se concretó a los minerales muy ricos
beneficiados por fundición en las huayras de los indios y a partir de 1S71 se empleó la
amalgamación con el azogue de Huancavelica, con lo cual, la producción duró más de 200
años.
Los españoles adoptaron la mita incaica, pero sólo en su aspecto de servidumbre, sin brindarle
condiciones mínimas humanitarias y justas al indio.
El virrey Toledo fue quien organizó la mita colonial tomando grupos rotativos de 1/9 de la
población asignada para las obras, con edades comprendidas entre 18 y SO años, y en muchas
oportunidades se realizaban largos viajes que duraban hasta un mes al lugar de la obra
asignada, el mitayo viajaba con su familia.
El mitayo trabajaba de sol a sol, entraba a la mina un lunes y salía un sábado, tal era el caso de
la mina de Potosí.
La mita minera se generalizó en todo el territorio del Virreinato y tuvo caracteres más
dramáticos en los asientos de mayor importancia como el de Potosí y Huancavelica, los mineros
españoles querían mitayos porque los trataban peor que a esclavos, los hacían trabajar al rigor del
castigo y pagándoles menos.
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La> mita minera fue una de las causas que promovió el estallido de la emancipación americana.
La fundación de una ciudad sigue inmediatamente después del descubrimiento de una mina
considerable, tal es el caso de los yacimientos más ricos como:
• Potosí; la ciud¡¡d fue fundada el 19 de abril de 1545, después del descubri-
miento del Cerro Rico, fluyeron hacia él espafíoles e indfgenas de La Plata,
Porco y alrededores; se logró para dicha ciudad el título espafíol de Villa
Imperial, superando en población a Sevilla y rivalizando con Venecia.
• Huancavelica; la fundación se realizó el4 de agosto de 1571, nace como
Villa Rica de Oropesa, confiriéndole más tarde el virrey Toledo el status de
Villa con jurisdicción propia. Dicha ciudad nace sobre los yacimientos de
azogue de importancia crítica para la minería, dado que el azogue era el
insumo en un proceso que pennitía obtener mayores cantidades de plata
pura cuando el mineral no era de alta ley. ·
1 rendimiento de las minas de Huancavelica durante la Colonia fue aproxi- madamente de 1 115
000 quintales con un valor de 82. 000 000 pesos. Según Coman Villena, Huancavelica fue
una de las tres minas más impor- tantes del mundo.
• Castrovirreyna; en 1594 se le otorga el título de Ciudad a esta población de
mineros por sus ricas minas de plata.
• <:;erro de Paseo; antes de la llegada de los espafíoles la zona de Paseo era
conocida por los trabajos mineros en la extracción de plata, y a principios
del siglo XVII existfa la villa de Paseo como asentamiento minero. Durante
el Virreinato, en 1630, gobernando el Virrey Jerónimo Cabrera, Conde de
Chinchón, el indio Huaricapcha descubre el yacimiento de Yauricocha o
Paseo; la gran cantidad de plata extraída de Cerro de Paseo durante la Colo-
nia provino en su mayoría de la explotación de los pacos superficiales que
se beneficiaban por el método de amalgamación.
La fundación española de la ciudad de Paseo fue en 1771 con el título de Villa Minera de
Cerro de Paseo. Durante la Colonia, la extracción del mine- ral de plat¡¡ en Cerro de Paseo fue
aproximadamente de 14 000 toneladas con un valor de 100 millones de libras esterlinas.
• Laicacota; >minas ricas de plata en Puno; donde se produjo el primer conflic-
to laboral social entre los mineros hermanos Salcedo y el Virrey Pedro Anto-
nio Fernández de Castro, Conde de Lemos, siendo ejecutado uno de los
hermanos Salcedo por el Virrey en Laicacota.
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Compendio de Yadmientos Minerales del Pero
la producción de oro fue menos relevante que la de plata. Al principio se explota- ron en gran
escala los yacimientos de Carabaya, Oruro, Asillo, y Azángaro; más tarde Sandía, San Gabán,
Collay, Chimbo, Zaruma, Popayán, Quixos, Canchis, San Juan de Oro yVilcabamba.
En 1612 se descubrió la mina de oro cerca a Cotahuasi durante el gobierno del virrey Juan de
Mendoza.
Descubrimiento de Chorunga (Ocoña) en 1750, Chalhuani en 1775; en los depar- tamentos del
sur se trabajaron los yacimientos de la Convención, Paucartambo y Cotahuasi.
La imprecisión y vacíos que se observan en algunas de las informaciones impide hacer cálculos
precisos sobre el total de oro que se extrajo durante la Colonia, pero según estimaciones de
Humboldt, sería de 393 millones de pesos de dro équivalente a 16 000 millones de dólares
americanos actuales.
Las primeras fundiciones realizadas por los españoles datan de la llegada de Fran- cisco Pizarro a
Piura en 1534.
las siguientes fundiciones habrían sido a raíz del rescate delinca Atahualpa pro- veniente del
Cusco y Cajamarca. luego fueron los hornos de carácter permanente en 1535 en los
departamentos de Urna y Cusco. Al comienzo, el beneficio de los minerales de oro y plata se
hacía únicamente por fundición a través de unos pequeños hornos de ladrillos alimentados por
aire llamados por los indígenas "huayra• y el uso de los fuelles.
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INGEMMET
Este procedimiento sólo era aplicable a los minerales oxidados; lográndose una extracción
máxima de 50 a 70% con una pérdida mínima de azogue por marco de plata, este proceso
también se aplicó a los minerales auríferos.
En 1633, Lope de Saavedra Barba inventó los hornos llamados busconiles, usados hasta el siglo
pasado; dicho horno permitía extraer el doble del mineral que los otros sistemas.
Además permitía reducir el número de operarios, disminuyendo los efectos dañi- nos causados
por los vapores de mercurio.· Después de la muerte de Saavedra Barba, dicho método fue
presentado por Juan Alonso Bustamante en Almadén (España), siendo él mayordomo de la mina
Huancavelica, consiguiendo así que le dieran al invento el nom- bre de "Método de Almadén".
Estas técnicas consistían en separar el oro de los lavaderos de los ríos por concen- tración
gravimétrica.
Al avanzar las galerías debían dejar pilares constituidos por el propio mineral con el objeto que se
mantuviera sólido el techo de las galerías en caso de que éstas por imperativos del filón tuvieran que
ser muy anchas, debiéndose sustituir dicho pilar por maderos.
En materia de ventilación los españoles conocían el método de los pozos pareados o pozos
gemelos, que eran aberturas para airear las galerías.
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Compendio de Yacimientos Minerales del Perú
se extraía en grandes bolsas de cueros llamado capachos, los cuales también servfan para
desaguar manualmente las galerfas.
En 1821, año en que tiene lugar la independencia del Perú, los españoles sabían que sus días
de predominio terminarfan, llevándose consigo lo que tenían y podían, ha- ciendo de la
minería una actividad sin método ni planeamiento adecuado. Hacia finales de la Colonia las
únicas minas que rendfan una producción estimable fueron las de Cerro de Paseo y otras en
Hualgayoc y Puno. El beneficio de esos minerales representaba recur- sos de guerra para la
adquisición de materiales, alimentos, incluso compra de armas, y para el financiamiento
general de la campaña.
La campaña de 1824 encontró después de cuatro años de guerra una tierra arrasa- da
precisamente en zonas de importancia minera. El mayor daño lo sufrirían las minas de plata que
durante el Virreinato tenían una producción que excedía de 500 000 marcos al año, entre 1821
y1825 disminuyó a cerca de 150 000 marcos anuales. En los siguientes años empieza la
recuperación debido a Rivero y Ustariz, Director General de Minería;
alcanzando su mayor producción en el período quinquenal1841-1845, y la más baja se
registró de 1876 a 1880, reduciéndose aún más durante el lapso crítico de 1881 a 1885
debido al conflicto bélico con Chile.
Evolución similar experimentó el oro, que de 320 kg de producción anual durante la década de
1821-1830 se incrementó a 750 Kg al año en el decenio inmediato, luego baja a 600 Kgen el
curso de los siguientes años, y llega a sus cifras más bajas en el período inmediato a la guerra y
en los años de lucha.
En 1829 se abolieron los gravámenes que regían, diezmos y cobros sobre las pas- tas de plata, y
el impuesto del 3 % sobre las de oro.
Entre las actividades más destacables para rehabilitar la minería se encuentra la constitución
de la empresa para la explotación de las minas de Cerro de Paseo por el británico Richard
Trevithick en 1828, la serie de empeños para reactivar la famosa mina Santa Bárbara; la
creación de la Compañía Metalúrgica en 1839, a la que siguieron la
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INGe.I\,ET
En 1802 Humboldt llevó a Europa algunas muestras del guano de las islas que era utilizado
desde tiempos remotos como fertilizante para la tierra, entregándole muestras a diversos
laboratorios para su análisis, visitó Hualgayoc luego de su estadía en el Ecuador. Cabe destacar
la obra monumental de Alejandro de Humboldt.
En 1840 el barón de Leibig, en Alemania a pedido de Rivero y Ustariz llegó a conclusiones que
despertaron definitivo interés por el guano de la isla peruano. Ese mis- mo año el Presidente-
Agustín Gamarra suscribe el primer contrato guanero, el cual se caracterizó por su alta
cotización, despertando la codicia de los concesionarios de las islas productoras, así como la
incapacidad de los gobernantes por cautelar los intereses nacionales. ·
Los consignatarios no solo estaban excentos de riesgo, sino que se beneficiaban con·los
perjuicios que sufría el Estado; según una estadística que abarca de 1849 a 1859, las ventas
totales de guano ascendieron a 36'656,687 de librasesterlinas, de las cuales se dedujeron más
de 9millones por gastosde explotación y una cantidad similar por comi- siones e intereses,
quedando para el Estado peruano 18'048, 950 libras esterlinas, menos
del 50 %. Sin tener en cuenta las alteraciones dolosas en las cifras de extracción, los
despachos.clandestinos y el falseamiento en el aforo de las embarcaciones.
El trabajo en las islas guaneras se caracterizó por las penosas condiciones en las que se
realizaba, poniendo en riesgo la salud por las emanaciones que se producían al remover las
capas del material, exigiendo un gran esfuerzo humano para su traslado a los lugares de
embarque.
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Compendio de Yacimientos Minerales del Perú
En tanto el Perú se debatía desde 1840,entre las ilusiones, complejidades y decep- ciones del
guano; se iba desarrollando en forma gradual e incesante la industria extractiva de los nitratos de
Tarapacá.
la bonanza del guano iniciada en 1847 permitía al Estado contratar ingenieros extranjeros y
peruanos para explotar los recursos minerales del territorio peruano y dirigir las obras públicas,
habiendo llegado Ernesto Malinowski, Emilio Chivalier y Carlos Farragut, con ellos y otros que
trabajaban en París como Felipe Paz Soldan, Montferrier, leopoldo Blossier, se crea la "junta
Central de Ingenieros• en 1852, la misma que posteriormente en
1860 fue reglamentada como •cuerpo de Ingenieros Civiles del Estado. En 1872, la Sec- ción
IV: Minas y Manufactura de dicho Cuerpo•, bajo la dirección de Eduardo de Habich, Francisco
Paz Soldan, Eduardo 8rugada, Pedro jacobo Blanc y José Sebastián Barranca, tuvo como
función "Formar el Mapa Geológico e Inventariar los Recursos Minerales del
Perú".
La industria salitrera originó constantes fricciones entre Chile y Bolivia, y el Perú fue arrastrado
al conflicto por un tratado secreto con Bolivia, declarándole Chile la guerra al Perú y Bolivia el 5
de abril de 1879.
La construcción de ferrocarriles tuvo una extraordinaria importancia para la mine- ría durante los
gobiernos deJosé Balta y Manuel Pardo, destacando la construcción de una red de ferrocarriles
por el empresario Enrique Meiggs, diseñado por el ingeniero polaco
Malinowsky entre el Callao y la Oroya, cuyo trazado supera altitudes de 5 800 msnm.
En 1876 se funda la Escuela de Ingenieros Civiles y de Minas bajo la dirección del ingeniero
polaco Eduardo de Habich, impulsándose el desarrollo minero en todo el país; se promulgaron
leyes que fijaron incentivos para la producción minera.
El sabio italiano Antonio Raimondi recorrió el Perú de 1850 a 1890, nos entregó su talento y
brillantez al investigar, clasificar e inventariar las riquezas naturales de nuestro país; obra que en
el campo minero resultó ser una fuente inagotable de consulta para las futuras exploraciones
mineras.
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INGEMMEf
Aún en los años más difíciles de la guerra, la Escuela de.lngenieros Civiles y de Minas se
preocupó por fomentar viajes de estudios a importantes zonas mineras; contan- do con la
colaboración de profesores que inculcaban a sus alumnos hábitos y prácticas de acción en la
exploración minera.
La continuación del ferrocarril central hacia las zonas de mayor riqueza minera, era una
necesidad que exigía una movilización de todas las reservas para superar la crisis de la
postguerra.
El inglés P. Grace consigue del gobierno un contrato que no sólo le permitía explo- tar la vía del
Callao a Chicla sino que convalida sus títulos de una operación de mayor magnitud.
A los desastrosos efectos de la guerra se sumaba una desacertada poiítica moneta- ria que tuvo
una perjudicial repercusión en nuestra economía a causa de la desvaloriza- ción del metal en el
mercado mundial.
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Compendio de Yacimientos Minerales del Perú
El Código de Minería fue promulgado el 6 de julio de 1900,el cual declaraba que la propiedad
minera legalmente adquirida era irrevocable y perpetua, la única causal de caducidad que
admitía era la falta de pago del canon.
la administración de minería era ejercida a través de las Diputaciones y Delega- ciones en los
asientos mineros, las Delegaciones Técnicas Regionales, el Consejo Supe- rior de Mínerra y el
Ministerio de Fomento. El Ministerio de Fomento tenfa a su cargo la formación del Padrón
General de Minas.
Para trabajar los filones metalíferos fue necesario realizar obras de perforación efectuadas con
perforadoras mecánicas especialmente de aire comprimido.
El auge del cobre originó una acelerada construcción de fundiciones, pionera fue la fundición de
Casapalca iniciada en 1889, lo que significó el punto de partida de la metalurgia moderna en
el Perú. En 1906 se puso en funcionamiento la gran fundición de Tinyahuarco de la Cerro Mining
Co., fue el primer establecimiento de su género en Amé- rica del Sur, con capacidad para mil
toneladas, para tratar minerales de baja ley con pro- medios de 5 % de cobre.
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INGEMMET
la Primera Guerra Mundial puso término al régimen metálico y al patrón oro. las condiciones
del trabajo minero se regían en la República por el llamado sistema de •en ganche", el cual
consistía en reclutar entre los indígenas, generalmente por compulsión para la mina por
salarios insuficientes, quedando un permanente endeudamiento que le impedía recuperar su
libertad.
lajornada de las ochohoras quedó consagrada a nivel nacional en 1919, a raíz de un paro
general que paralizó la capital por tres días· consecutivos.
la Cerro de Paseo Copper Corporation emprendió el estudio para la instalación de una nueva
fundición ubicada en la Oroya, y en 1922 sale el primer lingote, hecho que trascendió en la
metalurgia peruana.
En 1924 se fundó la Sociedad Geológica del Perú bajo la presidencia del Dr. Carlos lissón,
entidad que agrupa a los geólogos peruanos.
la caída vertical de las cotizaciones, y la crisis mundial de 1929 causó en el sector minero casi un
colapso sobre todo a las pequeñas y medianas empresas.
En 1933 se inició el proceso de recuperación, en especial con el oro, gracias a la Ley 7601
(1932), presentándose un mejoramiento en las cotizaciones mineras. Durante la Segunda Guerra
Mundial, las potencias industriales impidieron un progreso constante de
· nuestra-minería.
En 1935 el Dr. Carlos Ussón fundó la primera Escuela de Geología del Perú en la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos.
En 1937 el geólogo jenks organizó la Escuela de Geología en la Universidad Na- cional San
Agustín de Arequipa.
En 1940 se crea el Banco Minero del Perú, en 1943 se crea el Instituto de Ingenie- ros de Minas
del Perú, en 1949 la Dirección de Minas y Petróleo del Ministerio de Fomen- to, se desdobla en
Dirección de Minas y Dirección de Petróleo. En 1944 se desprende del Cuerpo de Ingenieros de
Minas el Instituto Geológico del Perú.
·Restablecida la paz mundial en 1945, la industria minerase vio nuevamente favo- recida poda
tendencia alcista·de los metales, sin embargo la producción minera no alcan- zó el crecimiento
que debió tener e incluso en muchos casos se contrae la producción del oro y la del cobre.
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Compendio de Yacimientos Minerales del Perú
Las estadísticas mineras en 1949, muestran la situación de crisis profunda a que había
llegado laeconomía.
De acuerdo con el artículo 56 del nuevo Código de Minería, el Poder Ejecutivo y los
concesionarios mineros podían celebrar contratos para la instalación de plantas de
fuerza y centrales de beneficio por plazos fijos, y así el monto del impuesto a las utilidades
quedaba entre un mínimo de 10"/o y un máximo de 20"/o.
Los principales acontecimientos mineros de esa época fueron, la puesta en mar- cha del
complejo minero-metalúrgico de Marcona en 1953, la producción de acero de la planta
siderúrgica de Chimbote en 1956, la puesta en marcha de Toquepala en 1957 y la
fundición de llo en 1960.
En un lapso de 20 años, la minería en el Perú alcanza una nueva dimensión, colo- cando a
nuestro país en situación destacada dentro del contexto mundial; primer produc- tor de
bismuto, cuarto en plata y molibdeno, quinto en plomo y zinc y sétimo en cobre. El valor de
la producción minera pasó de 100 millones de dólares a dos mil millones de dólares.
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1NGEMMET
Esta nueva Ley General de Minería pretende integrar la actividad promociona! del Estado, para
una racional e incrementada explotación y producción de nuestros yacimien- tos mineros,
haciendo de la minería pieza clave de promoción social y del desenvolvi- miento económico
nacional. ·
En 1973 se crea el Instituto Científico y Tecnológico Minero (INCITEMI), cuyas finalidades son
fomentar, coordinar, orientar y ejecutar investigaciones y trabajos científi- cos y tecnológicos
aplicados a las actividades de la industria minera.
Son dos los aspectos más importantes de la etapa; primero, el interés manifiesto en
encontrarfórmulas prácticas que conduzcan a una creciente autonomía en la gestión minera
nacional, desplazando en algunos casos la presencia de inversionistas del exte- rior, el otro
aspecto importante es la falta de estabilidad en las normas, generando incer- tidumbre.
El 25 de julio de 1975 el Estado recupera los yacimientos de hierro de Marcona, que habían
sido alquilados a la Marcona Mining Company, y se funda Hierro Perú. En 1977 el Servicio de
Geología y Minería recibe el nombre de Instituto de Geología y Mine- ría (INGEOMIN).
El 9 de mayo de 1978 se expide el Decreto Ley N o 22178 para el fomento de la explotación del
oro, INGEOMIN realiza una intensa exploración con la Cooperación Técnica Internacional.
En 1979 eiiNCITEMI y eiiNGEOMIN se fusionan bajo la deno- minación de Instituto
Geológico, Minero y Metalúrgico (INGEMMET), siendo una de
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COmpendio de Yacimientos Minerales del Perú
sus funciones importantes el cartografiado geológico del Perú, labor que cumplió a es- cala
1/100,000 en 1999.
• Cañariaco (1971-1972); con380 000 000 TMcon 0,78 •t. Cu y0,002 "loMo
• La Huaca (1973-1977); con 200 000 000 TM con 0,5 "loCu y 0,005 "lo Mo
• Tambogrande (1976-1980); con 42 000 000 TM con 2,04 •t. Cu, 1,47 "lo Zn,
37,7 g!TCAg
• La Granja (1972-1981); con 243 000 000 TM con 0,8 Ofo Cu, 0,0125 "loMo,
4,9g!TCAg
• lscaycruz (1979-1986); con 3 500 000 TM con 18,8 "lo Zn, 2,6 Ofo Pb, 0,23 Ofo
Cu, 78 g!TC Ag.
Se aprobó la instalación de una fundición de estaño, cerca a Pisco, del grupo MINSUR, y se
puso en marcha las ampliaciones metalúrgicas y de energía en la mina San Vicente, una de las
principales minas de zinc del Perú.
A partir de 1990 ocurrieron importantes cambios en la legislación general y mine- ra con el fin de
promover la inversión privada local y extranjera, el Perú pudo así recuperar su importancia como
proveedor de metales a la economía mundial.
La historia de la minería peruana a través del tiempo ha sido dividida, para su mejor estudio en
dos grandes períodos: Prehistoria e Historia. La Prehistoria comprende a su vez dos grandes
épocas: Pre-Inca e Inca.
ÉPOCA PRE-INCA
Desde los inicios de esta antiquísima y dilatada época, el aborigen peruano incorporó los
recursos minerales a su lucha por la supervivencia y dominación de un medio hostil, y a lo largo
de esa enconada lucha por la forja de una cultura, no sólo utilizó los minerales en su
alimentación, sino también en la elaboración de toscos y rudimentarios utensilios. Prueba de ello
son los instrumentos líticos hallados en 1969 por el arqueólogo norteamericano Richard Mac
Neish, en Poccaicasa, Ayacucho, a los que se atribuye una antigüedad comprendida entre los
20,000 a los 22,000 años antes de Cristo.
Huantar (Ancash) 1200 - 200 a.C.: Esta primera civilización peruana se asentó en su poder,
basado en un orden teocrático; tuvo su centro en el templo Chavín de Huantar, en cuyas paredes
y galerías abundaron las esculturas de feroces dioses con rasgos felinos.
Otra cultura antigua fue la Vicús, a unos 900 kilómetros al Norte de Lima, sobre la carretera
Panamericana cerca de Piura y con una antigüedad entre el milenio anterior a Cristo y 300 años de
nuestra era.
La cultura Paracas (200 a.C. - 600 d.C.)
Surgió en la costa Sur del Perú. Alcanzó un gran desarrollo en el arte textil, por sus mantos,
cerámica, técnicas de momificación y trepanaciones craneanas, que demuestran su avanzada
tecnología médica.
Cultura Paracas
Paracas, descubierta por Tello en 1925, y clasificada en períodos que varían entre 700 y 500
años A.C.
Cultura Nasca
Nazca ubicada en el tiempo hacia el año 100 de nuestra era, como la fecha
inicial; y Mochica, llamada Proto Chimú por Max Uhle. Todas estas culturas
conocieron el oro, la plata, el cobre, el platino, y muchas veces mezclaron los minerales
rudimentariamente.
Cultura Tiahuanaco
Y es así como el hombre peruano inició la era de los grandes imperios pre-incas,
en los cuales los metales y la metalurgia alcanzaron un alto grado de desarrollo.
Cultura Wari
La cultura Wari, que tuvo su principal asiento en Ayacucho, se entroncó con Tiahuanaco y con
Nazca. Surgió en el siglo octavo de la era presente, y después de tres siglos decayó. Conoció la
alfarería ceremonial con temas míticos y piezas gigantes, y supo usar turquesas, lapislázuli.
La refinada cultura Chimú (700 d.C.) Trabajó el oro y otros metales y construyó con barro la
ciudad de Chan Chán, ubicada en Trujillo.
Cultura Chimú
El reino Chimú, con una duración relativamente breve, del año 1,200 de nuestra era hasta el
1,460, forjó una cultura excepcional, que se expresó especialmente en su arte para trabajar los
metales. Este reino pre-inca no sólo conoció la alfarería, sino que logró las más avanzadas
técnicas para trabajar el oro, al que trataron por fundición, soldadura, martillo, remache, repujado
y laminado. Prueba de tan avanzado arte son las numerosas piezas de oro halladas en Batán
Grande, Lambayeque; y los utensilios domésticos y rituales como los tumi, porras
estrelladas y puntas de lanza.
La cultura Moche (200 a.C.-600 d.C.). En la costa Norte se desarrolló y aglutinó a las
autoridades militares de los valles costeros, como el conocido señor de Sipán. Los huacos
retrato de la cultura Moche y su iconografía sorprenden por su elaboración y el manejo del
diseño.
Cultura Moche
A esta gran variedad de recursos del antiguo minero peruano, hay que agregar las hornillas de
piedra y cerámica, crisoles para fundición y yunques de cobre, bronce y piedra o engastados en
madera.
Ante tantas evidencias del uso de los minerales por los antiguos peruanos, los
etnólogos y antropólogos se han preguntado: En qué fechas de la cronología y
con qué culturas apareció el uso de tal o cual metal?. Al respecto, Paúl Rivet,
etnólogo y antropólogo francés que precisa y compendia científicamente las más
variadas respuestas a dicha interrogante, ha sostenido que el cobre apareció en
la alta meseta peruano-boliviana con la civilización Tiahuanaco, es decir hacia el
cuarto de siglo de nuestra Era, y en la región de la costa del Perú, con la
civilización Chimú.
En sus conclusiones, Rivet estableció que la utilización del oro fue anterior a la del cobre, puesto
que el oro aparece desde el principio de la cultura Nazca en la costa peruana, y desde el
principio del período Chavín en la Cordillera Septentrional peruana.
LA METALURGIA PREINCA E INCA
Se observa dos puntas de barreno y dos hachas moledoras. El mineral una vez
recogido era trasladado donde se procedía a un proceso de selección y molido.
El molido era efectuado con hachas de gran tamaño y peso usualmente de
piedra.
Refinado: el mineral es fundido y producto de ello se recuperaban los prills o metal sin refinar,
que eran vueltos a moler y pasaban a un proceso de refinación, en el cual el metal era vuelto a
fundir. Éste en estado líquido era vertido en lingoteras. En la foto se observa un crisol
miniatura de boca ancha, un prill sin refinar, una lingotera de cobre y dos lingotes de oro
macizo.
Cultura Inca. Idolillo elaborado con láminas de oro embutidas y unidas con soldadura.
Representa a un personaje de élite (orejón) con las manos recogidas hacia el pecho.
Estilo Frías. Paleta de calero elaborado en dos cuerpos, con el vástago de oro vaciado y en la
parte superior un ensamble en láminas embutidas recortadas unidas con soldadura. El diseño
representa a un mono en actitud oferente que lleva en la espalda a un ave con las alas plegadas
y mirando hacia atrás. Los ojos del mono tienen incrustaciones de crisocola.
Cultura Lambayeque. Botella de doble pico asa puente elaborada en láminas de oro embutidas
y ensambladas con soldadura. Presenta decoración calada , embutida y repujada.
Cultura Chimú. Disco de orejera elaborado en una lámina embutida de oro con decoración
calada. El diseño presenta una escena de pesca ritual.
Cultura Vicús. Nariguera bimetálica elaborada con láminas de oro y plata unidas con
soldadura. La decoración es embutida y calada. Representa el rostro de un felino mostrando los
colmillos.
ÉPOCA INCA
La época incaica se inició entre los siglos XII y XIII de nuestra era, y su expansión y
consolidación llegaban a su punto más alto precisamente en los tiempos en que se producía el
descubrimiento de América.
El mismo autor señala que los indios conocieron, además, gran número de
especies mineralógicas como el yeso, arcilla limonítica, tierra silicosa, limonita
terrosa, toba, caliza, ocre ferruginoso rojizo, almagre, calcita, chalcopirita, sulfuro
de plomo, sulfato de cobre, silicato de cobre, pirita de hierro, limonita geódica
(peróxido de hierro hidratado), galena antimonial y carbonato de sodio natural.
La forma como se llevó a cabo la explotación de dichas minas fue descrita por
Pedro Sancho de la Hoz, secretario de Francisco Pizarro en los siguientes
términos: “Están las minas en la caja de un río, a la mitad de la altura, hechas a
modo de cuevas, a cuya boca entran a escarbar la tierra y la escarban con
cuernos de ciervo y la sacan fuera con ciertos cueros cosidos en forma de sacos
o de odres de pieles de ovejas. El modo con que las lavan del mismo río una
seriola de agua, y en la orilla tienen puestas ciertas losas muy lisas sobre las
cuales echan la tierra, y echada sacan por una canaleta el agua de la seriola que
viene a caer encima y el agua se lleva poco a poco la tierra, y se queda el oro en
las mismas lozas y de esta manera lo recogen. Las minas entran mucho dentro
de la tierra, diez brazas unas y otras veinte, y la mina mayor que se llama
Guarnacabo, entra cuarenta brazas. No tiene luz ninguna ni más anchura que para que pueda
entrar una persona agachada y hasta que esta no salga, no
puede entrar ninguna otra”.
El autor además destaca que este tipo de mina no es común y que contrasta con el de otras zonas
del continente y aún de la misma región, que son simples pozos profundos, como la altura de
un hombre y que se abandonan para abrir otros cuando exceden de esa hondura.
Otra valiosa conclusión, digna de ser comentada, es que las minas de la región del Titicaca eran
trabajadas solamente cuatro meses al año, desde el amanecer hasta el atardecer. Aunque los incas
extraían una gran variedad de metales, el cobre era el de uso más extenso, mientras que el oro
era de propiedad del Estado, quien disponía de inspectores para el control de la producción, así
como para evitar que nadie robase.
Metalurgia Inca
Respecto a las aleaciones auro-argentíferas se estima que la plata fue añadida intencionalmente.
En el museo del hombre de París, existen objetos peruanos resultantes de una aleación
intencional de oro, plata y cobre.
También los indios supieron fundir y colar los metales y aleaciones que
empleaban, con excepción del platino y el hierro. Hay indicios que la soldadura
autógena (unión de dos objetos de la misma composición metálica) fue aplicada
ya por los antiguos peruanos. Como prueba existe una figurina del Cusco,
representando una llama hecha de láminas de oro. Está compuesta de quince
partes: el cuerpo, el cuello, la cabeza, orejas, patas, genitales y cola está unidos
por soldadura.
Los autores ya anotados señalan finalmente que en la costa peruana los metales
conocidos fueron el oro, la plata, el cobre, estaño, plomo; las aleaciones de
cobre y estaño; plata y cobre; oro y cobre; plata y oro; plata, oro y cobre; y las
técnicas aplicadas: martillaje, endurecimiento por martillaje en frío, coladura
ordinaria y con cera perdida, puesta en calor; enchapado en oro sobre plata y sobre cobre,
enchapado de plata sobre cobre o sobre aleación de cobre y plata, soldadura autógena y
soldadura ordinaria, trefilado, proceso de repujado, revestimiento metálico, recortado.
ÉPOCA COLONIAL
La minería Colonial tuvo más de extracción que de industria. Se trabajó sin método, con
desperdicio de recursos y energías. Los primeros años de la conquista fueron de distribución
de las riquezas del imperio incaico. Sólo cuando los templos, palacios y tumbas comenzaron a
mostrar signos de agotamiento, se pensó en las minas.
Durante esos años, los indígenas, como una forma de resistencia pasiva, eliminaron huellas
e indicios que hubieran permitido localizar las vetas metálicas explotadas por ellos, algunas de las
cuales no llegaron a ser descubiertas jamás por los peninsulares.
Los años iniciales.- Conocida es la intensa agitación que siguió a los
primeros años de la conquista. Las guerras entre conquistadores y el poder real
español abarcaron más de veinte años, ya se cuentan desde la prisión de
Atahualpa en diciembre de 1532, o su muerte en agosto del año siguiente: o
desde la fundación de Lima por Pizarro el 18 de enero de 1535; hasta que con el
marqués de Cañete comenzó un poco de tranquilidad en el Virreinato.
Según la relación que diera a conocer José Balta - Ingeniero minero y estadista peruano -, la
cronología minera del Perú colonial tendría su punto de partida en 1537, con la explotación de
los yacimientos de oro y plata de Lucanas y Parinacochas, siguiéndole los descubrimientos
de minas de plata en Jauja y Huancayo el año de 1539; las de oro en Jaén y Carabaya los años
de 1544 y 1545 respectivamente. Así mismo Cieza de León menciona, en 1533, minas en
Chacas, Sandia, Carabaya y Cajamarca.
El suceso más importante data de 1540 cuando Gonzalo Pizarro y Diego Centeno
consiguieron que los indígenas de su encomienda les proporcionasen la ubicación del asiento
argentífero de Colque Porco, que según los nativos conocían, y del cual, según Cieza de León,
se había extraído buena parte de la plata que recubría algunos de los muros del Templo del Sol, el
Coricancha en el Cuzco. Las minas de Porco, cuyas menas eran principalmente pirargirita o plata
roja, rosicler, que los antiguos peruanos denominaron cochizo, quedaron en manos de los
hermanos Pizarro, Francisco, Gonzalo y Hernando; y de ellas se abasteció para sus recursos
Gonzalo, cuando la ambición le impulsó a las aventuras belicistas que culminaron con su
muerte.
Cuando el padre Acosta visitó Potosí en los tiempos del Virrey Toledo, el año de 1547, los
trabajos de excavación habían alcanzado cerca de 400 metros de profundidad; las vetas
variaban de ancho entre 1.65 m y 21 cm, y la ley de mineral se calculaba de 6 a 10marcos -
el marco equivale a 230 gramos - por quintal, o sea de 30 a 50 kilos por tonelada métrica,
estimándose pobres los minerales de 2 a 6 kilos por tonelada métrica.
Según Carlos Prieto, autor de “La minería en el Nuevo Mundo”, considera que
las minas de Potosí rindieron, del año 1545 a 1803 1,095.500.000 de pesos.
Pero el acontecimiento que más conmocionó al Virreinato fue el descubrimiento de las minas de
azogue de Huancavelica, en 1566, trascendencia que no sólo residió en la riqueza de los
yacimientos sino también por la repercusión que tuvo en el impulso de la explotación de la plata.
Huancavelica.
Las minas de este nombre eran conocidas en tiempo de los incas, y de ellas
obtuvieron el cinabrio o bermellón que, con el nombre de llimpi, era utilizado
como colorante facial, con fines de adorno, festivos, bélicos o religiosos;
existiendo la presunción de que se le empleara aún antes del Tahuantinsuyo.
A base de las referencias indirectas sobre el cinabrio usado por los indios, Garcés y algunos
socios suyos efectuaron trabajos de exploración y cateo en las zonas de Huancavelica, pero el
descubrimiento de las ricas minas de azogue fue hecho por un indio llamado Navicopa.
El lugar donde estuvieron esas minas de azogue era una meseta deshabitada a 3,800 metros de
altura, situada cerca de la ciudad de Huamanga.
Se dice que en la primera exploración realizada por Cabrera, este encontró una veta que
representaba 80 varas de longitud por 40 de ancho, en la cual podían trabajar simultáneamente
más de trescientos hombres. Posteriores trabajos mostraron una gran veta que se denominó
la “Descubridora”, después Santa Bárbara, con una anchura de más de 30 metros, que corría de
Norte a Sur, y se extendía a flor de tierra por unas siete leguas.
Los descubrimientos de nuevas minas se sucedieron, y Cabrera hizo esfuerzos por controlar la
mayor parte de la inmensa riqueza que la casualidad le había proporcionado.
La producción de las minas de Huancavelica no sólo cubrió con holgura las necesidades
internas, sobre todo para el tratamiento de la plata, sino que, aún más, se hicieron considerables
envíos de azogue a México.
La mina de Chiflón fue trabajada desde la cumbre a tajo abierto, quedando temporalmente
abandonada cuando se agotó la veta de superficie. Casi un siglo más tarde, en 1680, el indio
Domingo Quilina descubrió nuevas vetas, que puso en conocimiento de Francisco de Loayza.
Cerro de Pasco.
Desde antes de la llegada de los españoles, la zona de Cerro de Pasco era objeto de trabajos
mineros para la extracción de la plata. Es en el año de 1630, en el gobierno del virrey Luis
Gerónimo Cabrera, que se descubrió el mineral de Yauricocha o Pasco. Se atribuye el hallazgo
al indio Huari Capcha, pastor de ovejas de una hacienda del lugar.
Fue durante las luchas por la independencia que las tropas realistas destruyeron las bombas a
vapor porque las minas de Cerro de Pasco eran la principal fuente de ingresos económicos para
los independientes.
Laycacota.
Fue José Salcedo, quien en 1657, según unos por revelaciones de un indio,
según otros por consejo de una india, atacó el crestón del vecino Cerro de
Laycacota, descubriendo una valiosa veta; lo mismo hizo en la laguna cercana
que mandó barrena, “encontrando una rica mina de plata blanca”, que pudo ser
extraída a poco costo, abriéndose dos bocas principales, la de “Las Animas” y la
de “Laycacota la baja”. Se asegura que de esta última, en una sola noche, José
Salcedo sacó 93 bolsas de mineral, por valor de más de cien mil pesos. En la
misma mina obtuvo un bloque de plata maciza y sin mezcla, que pudo ser
marcada como si fuera una barra una vez fundida para separar el quinto del rey.
La riqueza del cerro se extendió a los cerros de Cancharani, Azoguine y otros.
Los Salcedo envanecidos y soberbios por el éxito económico alcanzado con la mina de
Laycacota, se enfrentaron a las autoridades coloniales, siendo el virrey Conde de Lemos, quien
apresó a José Salcedo y lo llevó a la horca.
El virrey Conde de Lemos hizo arrasar y asolar la población de San Luis de Alba
(Laycacota), que contaba con más de tres casas y dispuso el traslado de la
capital de la provincia de Paucarcolla a la población de San Juan Bautista de
Puno.
La dramática peripecia de Laycacota y los Salcedo tuvo efectos catastróficos desde el punto
de vista minero, pues el rico yacimiento fue inundado. Las labores quedaron
definitivamente interrumpidas y se anegaron.
Hualgayoc.
No obstante estar entre los más ricos yacimientos de plata explotados durante la colonia, los
datos de las minas de Hualgayoc son escasos, lo que tal vez obedece a lo tardío de su
descubrimiento español, el año de 1771.
Los minerales de Hualgayoc contenían oro, plata, cobre y plomo. Humboldt indica que
también hay huellas de habérseles beneficiado a la orilla derecha del
río Mucurpampa, entre el cerro de San José y el lugar que los indígenas
denominan Choropampa, donde se han encontrado grandes masas de oro
diseminadas en ramas y fibras, contorneadas en algunas vetas de rosicler y de
plata sulfúrea.
Humboldt indica que la plata sacada de esas minas en los primeros 30 años, desde 1771 a
1802 “excede probablemente en mucho” de 30 millones de pesos; y Raimondi menciona la
misma cantidad como rendimiento de los últimos 30 años del siglo XVIII.
Minería de oro.
La producción aurífera durante la colonia tuvo menos importancia que la de la plata. Según da
cuenta Cieza de León en su relato sobre las guerras civiles del Perú, al principios se explotaron
y en gran escala desde 1542, los yacimientos de Carabaya, así como los de Oruro, Asillo y
Azángaro.
Además de los de Carabaya, también fueron famosos los de Sandia; unos y otros habían sido
intensamente trabajados durante el Tahuantinsuyo; y su explotación hispánica se incrementó
después de la derrota de Gonzalo Pizarro por La Gasca, probablemente hacia 1549, a la llegada
de numerosos españoles prófugos que fundaron la población de San Juan del Oro.
Se ha estimado que en los primeros años del Virreinato la producción peruana de plata tuvo un
promedio anual entre 150 y 200 toneladas métricas, incluyendo amalgamación, fundición y
evasiones.
Minerales varios.
Es natural que, con la Colonia, en todo lo que no fuera oro y plata, la minería languideciera.
Lo poco que se extrajo de otros metales fue ocasionalmente, por encontrárseles como
componentes de aquellos.
Es a raíz de las incursiones de los barcos piratas que las autoridades coloniales se acordaron de
la utilización del cobre y del estaño para la fundición de cañones de bronce,
indispensables para la defensa del litoral.
Mención especial debe hacerse de las breas coloniales, que si bien extraídas y
aprovechadas en mínimas proporciones, constituyeron el antecedente de la
industria petrolera desarrollada en la República ya en el presente siglo XX. La
historia de esta explotación se centra exclusivamente en las minas de Amotape
en Trujillo.
La explotación de las salinas fue otro sector importante, siendo las más significativas
las de Yocolla, Potosí, Chilca, Tumbes, Puerto Viejo, valle de Huaura, en la provincia de
Condesuyos.
Es hacia fines del virreinato que en Minerva Peruana se hace noticia, el año de 1809, el
descubrimiento del nitrato de soda, cuya explotación sólo habría de comenzar en 1830, en los
primeros años de la República. Es el punto de partida de la historia del salitre.
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La metalurgia colonial.
Las primeras fundiciones realizadas por los españoles datan de la llegada de Francisco
Pizarro, que “mandó fundir cierto oro que estos caciques (de Hachire, Almotaje o Amotape,
Tangarará) y el de Tumbes habían dado de presente”. Esta inaugural fundición, para reducir el oro
a tejos, se habría realizado en Tangarará o en el puerto de San Miguel de Piura.
Los métodos hispanos no siempre fueron eficaces, y así, en Potosí durante 25 años, hasta la
amalgamación se siguieron usando las pequeñas y primitivas guairas de los indios. Como
inventor del proceso metalúrgico de amalgamación se reconoce a Bartolomé de Medina
español llegado a México hacia 1553. El método se utilizó durante tres siglos sin sustanciales
modificaciones, solamente con algunas mejoras, entre las cuales es destacable el beneficio
de caso y conocimiento inventado en 1590 por Alvaro Alonso Barba.
LA ÉPOCA REPUBLICANA.
Esta etapa se caracterizó por la explotación del guano y el salitre; en 1884 se inicia la
reconstrucción de un país abatido por una derrota.
En el período de 1884 hasta el término del siglo se dieron importantes hechos que vale la pena
mencionar.
El 8 de febrero de 1890 se da la Ley por la cual se exonera por 25 años la industria minera
a todo gravamen e impuesto excepción de la contribución de minas instauradas por la ley del
12 de enero de 1877, en el año de 1890 se descubre los boratos de Arequipa.
Posteriormente, para hacer rentable la explotación de minerales de menor ley en esta zona, hubo
necesidad de instalar fundiciones, que permitieran disminuir aún más el costo del transporte que,
en estos casos, resultaba elevado.
De esta forma a comienzos del siglo, se encontraban operando once fundiciones en Cerro de
Pasco y cuatro en zonas aledañas, las cuales llevaron un mayor dinamismo económico a la
zona.
En el año de 1922 se crea la dirección de minas y petróleo y el año de 1926 al darse la ley 7574
se exonera al plomo y al zinc de todo impuesto.
Pasada la crisis de los años 29 al 32 resurge la minería aurífera al amparo de la ley 7601 del año
1930 y tomó impulso la minería de plomo y zinc.
La creación del Banco Minero del Perú el año de 1942 de fundación del Instituto
Geológico en el año de 1944, la división de la Dirección de Minas y Petróleo en
dos direcciones en 1949, la creación de las Jefaturas Regionales de Minería y el
Registro de Concesiones y Derechos Mineros en marzo de 1950 y promulgación
del Código de Minería el 12 de mayo de 1950 son hechos relativamente
recientes.
En 1902 se funda el Cuerpo de Ingenieros de Minas y ese mismo año, se organiza la Cerro
de Pasco Mining Co. Predecesora de la Cerro de Pasco Copper Corporation.
La producción de cobre empezó a crecer desde comienzos del siglo, sobre todo por el aumento de
la producción de Morococha y la apertura dl tramo ferroviario la Oroya - Cerro de Pasco, lo
cuál favoreció el transporte y por ende, la explotación de minerales. Asimismo, en 1906,
se puso en funcionamiento la fundición de Tinyahuarco, que empezó a producir cobre blister.
En general, entre 1900 y 1917, la minería metálica tuvo un crecimiento importante debido
principalmente a la inversión extranjera que introdujo capital en gran escala y nuevas
tecnologías. Así, la minería volvió a ser una de las principales fuentes de ingreso de
divisas, aunque sin igualar todavía la importancia de productos agrícolas como el algodón y
el azúcar.
Se puede concluir, entonces, que la mayor importancia adquirida por las empresas
Nacionales medianas y pequeñas no fue producto de un desplazamiento del capital
extranjero de los yacimientos que poseía y que siguió explotando, sino del mayor apoyo estatal a
la minería nacional y de la relativa menor tasa de inversión de las empresas extranjeras.
A partir de la llegada al poder del gobierno militar (1968) la actividad minera en el Perú sufrió
profundos cambios, especialmente, en la estructura de propiedad, por el rol empresarial que se
le asignó al estado.
En 1971, mediante el Decreto Ley 18880, se promulgó una nueva "Ley general
de Minería". Esta establecía que los yacimientos minerales son propiedad del
estado, quien puede entregarlos en concesión a particulares para su trabajo.
Por otra parte, se dividió la actividad minera en dos campos: la privada y la
estatal. Además, se creó la comunidad minera y las acciones laborales con el
fin de otorgar participación a los trabajadores en el patrimonio de las empresas.
Durante los últimos tres años el sector ha venido registrando una expansión productiva: 8% en
1993, 3,6% en 1994 y 2.3% en 1995. Además de las razones que explican el incremento
productivo de cada metal en particular, la realización de contratos de compromiso de inversión
con estabilidad jurídica tributario, con Southern Perú Copper Corporation, Consorcio Aurífero
Retamas, Consorcio Horizonte, Sociedad Minera Cerro Verde, Minsur S.A., Magma Tintaya y
Minera Yanacocha, han sido factores que han incentivado a las empresas mineras a elevar su
producción y productividad.
Por ser el Perú un país rico en recursos minerales, desde la época pre-hispánica hasta
nuestros días, tanto la explotación como el procesamiento de nuestros recursos
mineros han constituido actividades económicas de suma importancia,
que han logrado forjar un sector empresarial nacional, recursos humanos, industrias y
servicios conexos, altamente calificados y especializados, los mismos que otorgan a
nuestro país la competitividad necesaria para desarrollarse sosteniblemente en este
campo.
La meta es alcanzar una inversión de US$ 1 000 millones anuales entre el 2001 y el
2009.
Se estima que entre los años 2001 y 2009 se producirá una inversión cercana a los US$ 9 069
millones en el sub-sector minero peruano. Con ello será posible incrementar en un 70% el valor
actual de las exportaciones mineras, y aumentar las compras locales de US$ 1 000 millones, a un
mínimo de US$ 2 000 millones.
Cerca de US$ 1 367 millones de las inversiones que se ejecuten durante el período
2000 -2009 corresponderán a ampliaciones que ya están aprobadas por las empresas y
que actualmente se encuentran en ejecución. Entre ellas, las más importantes son las
de la planta concentradora de Toquepala y las de lixiviación e intercambio iónico, también de
Toquepala; las de precipitación y fundición de Carachugo en Yanacocha; y en segundo orden,
las de Izcaycruz y Atacocha.
Las inversiones que se generen en los próximos 5 años en proyectos que actualmente se
encuentran en etapa de exploración avanzada, o en aquellos que se inicien hasta el año 2002, no
serán menores a US$ 1 293 millones. Destacan en este rubro: Tambo Grande, San Gregorio,
Minas Conga, Corocohuayco, Magistral y Tantahuatay. Cabe recordar que existen derechos
mineros en cerca de 13 millones de hectáreas, la mayor parte de las cuales está siendo explorada.
Se estima que los proyectos por privatizar originarán inversiones cercanas a los US$ 2
140 millones. Entre éstos se cuentan: las unidades mineras restantes de Minero Perú;
los proyectos de cobre de Michiquillay, Toromocho, Las Bambas; y los fosfatos de
Bayóvar.
Carabaya tubo renombre por la calidad y cantidad de oro, ya en polvo, ya en pepitas, que
ofrecía a los orfebres incaicos, fama que se acrecentó a la llegada de los españoles quienes, peso
a las ingentes cantidades de oro que negaron a saber de sus doradas arenas y de sus minas, no
lograron agotarlas, como no lo han logrado aún los mineros republicanos de nuestros días.
El prestigio del oro de Carabaya o Callahuaya como decían los Incas, fue tan
grande que, al respecto. Garcilazo de la Vega, en sus Comentarios Reales de
los Incas al referirse al oro y la plata del Perú, nos dice "El oro se coge en todo el
Perú; en unas provincias es en más abundancia que en otras, pero
generalmente lo hay en todo el reino. Hállese en la superficie de la tierra y en los
arroyos y en ríos, donde lo llevan las avenidas de las lluvias: de allí lo sacan
lavando la tierra o la arena, como lavan aquí los plateros la escobilla de sus
tiendas, que son las barreduras de ella. Llaman los españoles lo que así sacan
oro en polvo, por que sale como limalla: algunos granos salen gruesos, de dos,
tres pesos y más; yo vi granos de a más de veinte pesos, llamándoles pepitas;
algunas son llamas como pepitas de melón o calabaza otras redondas otras
largas como huevos. Todo el oro del Perú es de diez y ocho a veinte quilates de
ley, poco menos. Solo el que se saca en las minas de Callavaya o Callahuaya es
finísimo de veinticuatro quilates, y aún pretende pasar de ello, según me lo han
dicho algunos plateros en España”.
El año 1,556, se halló en un resquicio de una mina, de las Callayuaya, una piedra de las que
se creían con el metal del tamaño de la cabeza de un hombre; el color era propiamente color de
bofe, y aun la hechura lo parecía, porque toda ella estaba agujereada de unos agujeros chicos y
grandes que la pasaban de un cabo a otro. Por todos ellos asomaba puntas de oro, como si le
hubieran echado oro derretido por encima: unas puntas salían fuera de la piedra, otras
emparejaban con ella, otras quedaban más adentro.
Más tarde, en Pucará combinaron el oro con el cobre, herencia que recogen los
Tiahuanaco que la expanden a Huaylas, Paracas, Nazca y Chavín donde alcanzan su apogeo.
El cinabrio era utilizado como cosmético por las mujeres, para embalsamar cadáveres.
La plata era obtenida de yacimientos con plata nativa y por tanto fáciles de
trabajar. El fundido y separación de la plata se hacia por medio de las
"Huayrana" que eran pequeños bracero. "En estos ponían carbón y el metal
encima y puestos por los cerros o laderas donde el viento tenía mas fuerzas,
sacaban de la plata, la cual apuraban y afinaban después con sus fuelles
pequeños o cañones con que soplan" Estos cañones o cafrutos hasta hoy se
denominan "Phukhunas"en quechua, y son utilizados para avivar el fuego en sus
cocinas.
Esta plata así obtenida se utilizaba en la confección de adornos personales y de ornamentos de sus
templos, así como objetos ceremoniales y religiosos.
Fueron estos grupos humanos, estos entendidos en la explotación de minas, los primeros en ser
sometidos y utilizados por los conquistadores y por lo mismo, en ser exterminados por los
arduos trabajos a que eran sometidos por sus dominadores, a su vez por su ambición al oro
y la plata.
Otros de la mina que se explotó desde la época incaica es posiblemente la parte de Ananea
(Rinconada) la parte de la ladera de Carabaya que proporcionaron oro en la época Pre-Incaica.
ÉPOCA COLONIAL
Contando con una mano de obra barata (encomiendas, mitas, mingas, repartimientos,
obrajes), de la que se disponía ad libitum, lo que menos importaba en la Colonia era el
despilfarro de energías humanas: de ahí que todo el montaje del trabajo minero se hiciera
simplemente a base de ese esfuerzo muscular que se empleaba a costo ínfimo.
Carmen se enamoró perdidamente del apuesto español José Salcedo, quien explotaba las minas
de azogue, pero como estas iban rindiendo cada vez menos decidió partir, por lo que Carmen
como hermana mayor conocía el secreto dado por su madre sobre la existencia de la mina de
Laykakota. Y con el objeto de que no partiese el hispano, le reveló el secreto.
A los lados del cerro de Laykakota están los de cancharani y San José, también
ricas, sobre todo el primero. Otro cerro al Norte, el de "Azogue", explotado
desde el tiempo del Virrey Alva, era considerado superior al asiento de
Huancavelica. Sin embargo, todo palidecía ante la leyenda de Laykakota.
Es posible que los Salcedo fuesen los hombres más ricos de todo América. La
fortuna quedaba en familia porque Gaspar se había casado con su sobrina,
doña Agustina. Apenas había convento de religiosos, o religiosas que no
hubieran participado en el reparto que hacían de limosnas, que llegó a sumar
más de un millón de pesos, según dijo un memorialista de la época, Fray Domingo Alvarez. En
un memorial de doña Agustina léase que su marido había
metido de monjas a 70 mujeres, dándoles dote y rentas; la dote individual era
4,000 pesos. Casi no había persona en el Perú que no debiese a los Salcedo
algún favor o subsidio, inclusive los oidores de la Audiencia de Lima, El mismo
Alvarez creía que entre Gaspar y José habían sacado más de 24'000,000 de
pesos; otros cálculos estiman que llegaron a dar 3,000 pesos de quintos al rey
por día, o sea más de un millón al año. "Ellos solos llenaban de plata el reino".
Pompería:
Otro de los asientos mineros que era trabajado en 1700, era el de Pompearía. Al
respecto entre los datos que hemos encontrado podemos anotar lo siguiente:
En Agosto de 1700, el Capitán Freyre de Andrade, en nombre de doña Ana María de Aldude,
vende al Capitán José Duran, azoguero, 4 varas de mina en la veta de Sta. Rosa del Cerro de
Pompearía, que heredó de doña Josefa de Despur, su nombre y que lindan con las minas de
Gerónimo Aguyo, Juan de Mena y José Durán.
En Junio de 1706, don Francisco Pérez de los Ríos y doña Elena Pérez de los Ríos (madre he
hija) venden, al Capitán Juan de Oreytia, 90 varas de mina en la veta de Sta. Rosa.
En Marzo de 1709. El Capitán Marcos de Valverde, azoguero y dueño de minas "barreno" parte
del Cerro de Pompearía, para desaguar y cortar parte de las vetas denominadas de Nuestra
Señora de la Soledad, San Juan Bautista, San Felipe y Santiago de propiedad de José Durán,
Salvador Durán, Luis Durán, José Severino, Juan de Mena y Juan de Oreytia, a cambio de
que le señalen intereses "por razón de derechos de socavón".
En Junio de 1717, Fernando Sisternas y Juan de Murga Villavicencio, firman contrato para
trabajar 35 varas de mina en la veta de Nuestra Señora de la Soledad junto a la mina de Juan
Durán. Al año siguiente, en esta misma veta Matero de Ortega vende 60 varas de mina
colindantes con las estacas de Mateo Gaioso, al Clérigo Toribio Valverde.
En Enero de 1724 doña Micaela de Andraca y Munive y del Maestre de Campo con Gaspar de
Salcedo vende en esta veta, 16 varas de minas al Clérigo Antonio de Valverde. Esta fue
comprada al ey, en remate público por don Gaspar de Salcedo por su sobrino el Marque de
Villa Rica don José Salcedo y por el minero Juan de Oreytia.
En este mismo año de 1724, que al parecer fue muy activo en transacciones
mineras, Juan Satudio Durán y Tomás Durán vende al Capitán de Infantería
Española don José González de San Román (quien acaba de ser nominado
Alcalde Provincial de la Santa Hermandad de la Ciudad de la Paz, por renuncia
que hizo a su favor el Marque de Villa Rica de Salcedo y José de Valverde, 18
varas de minas en la estaca de su Majestad en la veta de Nuestra Señora de la
Soledad.
Así en 1736, Tomás Durán, María Durán y Luis de Esquive venden en 100 pesos a Antonio
de Saravia 24 varas de mina en el ingenio y Minas de San Juan Bautista de Uncalliri, en la veta
de Santa Rosa, y que les fueron donadas por don José González de San Román, En Febrero de
1737, a su vez, don Felipe Durán dona a don Miguel de San Román y Zevallos, 40 varas de mina
en la veta de Nuestra Señora de la Soledad.
En Febrero de 1741 Juan Antonio de Oreytia celebra compañía con Juan Antonio Bravo de
Saravia, para trabajar sus 16 varas de mina que posee en la veta de Nuestra, Señora de la
Soledad contigua a la de Santa Rosa.
En 1835, todavía, era trabajado este mineral por un señor Elías Bravo. Cancharani.
Este cerro debió haber sido explotado desde fines del siglo XVII, pues, en Mayo de 1700
hallamos a Pedro Martín de Vargas como dueño de la mina de Santa Cruz de Cancharani,
quien forma compañía con el Capitán José Durán para explotar esta mina.
En Enero de 1701 los capitanes Jacinto Gómez de Figueroa y Francisco de Vera de una parte y
de otros al Capitán Francisco Martínez de Arrazola, celebraron compañía en los intereses que
tenían en el mineral de Cancharani, en la estaca que llamaban de la Pampa.
En este cerro de Cancharani estuvo la riquísima mina de San Luis como muchas
bocas como la 24 que fue la descubridora, la famosa de los Apóstoles y la de
Tamayo.
Esta mina de los Apóstoles que hemos mencionado, dicen que fue espléndida en minerales de
plata, tanto que ha dado lugar a una especie de leyenda que atribuye que sus poseedores eran
12 y a quienes se les denominaba los Apóstoles. Sin embargo, la verdad es que esta mina
perteneció a doña María Teresa Tenaquero, suegra de don Miguel Jacinto San Román quien
las hizo trabajar, allá por 1735, y, es muy probable la hizo suya posteriormente al haberla
heredado su esposa Manuela Josefa.
El Manto
El Manto era otra de las zonas mineralizadas de los alrededores de Puno, fue
explotado desde mediados del siglo XVII, hasta muy avanzado el siglo XIX,
prueba de ello es que en Abril de 1700, los capitanes don Juan Freyre de
Andrade y Juan de Oreytia convienen en trabajar las labores y estacas que
poseen en la veta San Pedro y San Pablo de la ladera del manto. Por esta
época otro poseedor de mina y socavón en esta ladera era el Capitán Juan del
camino y Cabeza, a quien don Marcos García de Arriaga le donó 15 varas de
mina en el tajo del Inga en la veta de San Francisco de Andrés de Rosas (y que
eses año de 1701, eran de Francisco Vera), y con ellas de Antonio de Andrade.
En Julio de 1719, don Fernando de Cárdenas, minero, vende a Juan de Oreytia 10 varas de mina
en la veta de San Pedro y San Pablo, pagados a las de la madre de Valeriano Durán.
En Octubre de 1729, El Licenciado don Cristobal de Galdo Arellano, Comisario del Santo
Oficio de la Inquisición de esta Provincia de Paucarcolla, vende al Capitán de Cavallos don
José Jauregui, azoguero y dueño de minas, 5 varas de mina en el Manto de Nuestra Señora del
Rosario y veta del Señor San Miguel, en los intereses de Claudio de Mosquera.
En Noviembre de 1729, doña Juana de Rosas, mujer de José de Ulloa, vende una estaca entera
de 60 varas de mina en la veta ya mencionada del señor San Miguel, pagadas a los de
Lorenzo de Rosas, al capitán don Claudio de Mosquera, azoguero y dueño de minas.
El asiento de San Luis de Alva, es sin duda alguna, tan famosos, el asiento de Laykakota o
como de Cancharani, con el agregado de que aquí se levantó todo un pueblo que, a la llegada
del Conde de Lemos a esta rica minería fue destruido y su población trasladada al pueblo de
Puno en 1668.
Al parecer estas minas fueron ahogadas siendo su explotación posterior muy limitada.
En Agosto de 1700, poseía en este asiento algunas minas el Capitán Tomás Calderón.
En Octubre de 1706, don Manuel de Venegas vende, al Cap. Marcos de Valverde, la mina
y estaca entera "descubridora" de 60 varas, en la veta del Arcangel San Miguel en 150
pesos. Lo que no muestra que los minerales estaban, en esta fecha, muy empobrecidos.
El año de 1700, el Capitán Sebastián de Salazar dueño de mina en el asiento de San Antonio de
Esquilache y vecino de Puno, y doña Elena de Cárdenas, su mujer, vendieron a su tal Salvador
Seledón, vecino de dicho asiento, sus minas y casas. En este misma década, don Pedro Antonio
Velasco, y don José Lino Urbicaín, firmaron un convenio para delimitar sus minas, socavones
e ingenios que poseían en el asiento de San Antonio de Esquilache.
A fines del siglo XVIII estas minas estaban un tanto abandonadas tanto que
hicieron escribir a don Cosme Bueno: "este mineral dio inmensas riquezas y aún
pudiera dar muchas si hubiera gente y ánimos para empeñarse en sus labores"
Otras Minas
Por aquellos años, en Azángaro, las minas que aún se seguían trabajando eran
las del asiento de Poto de las que se extraía alrededor de 2400 onzas de oro al
año. Como dato interesante anotaremos que el Coronel Juan Bustamante, el
famoso "mundo Puricuj", trotamundo defensor de los indios, por cuya causa
ofrendó la vida, en Enero de 1854, tomó en alquiler la hacienda mineral de Poto,
del Distrito de Muñani, en Azángaro, dedicándose a trabajar las minas de oro
que allí existían, de donde creemos provino su riqueza que lo convirtió en un
admirable filántropo.
A fines del siglo XVII hacia el lado de la selva, los centros mineros más importantes
eran Patambuco y Chaquiminas dependientes de Sandia; San Juan del Oro, dependiente de
Quiaca; Ituata, Ollachea y Corani, dependientes de Ayapata; y Alpacato, Limbani y Checani,
dependientes de Phara.
La importancia que reviste el asiento minero de este nombre estriba no solo en la indudable
riqueza de yacimiento -que ubicó a sus propietarios entre los más opulentos de la época-, sino en
la repercusión que tuvieron los graves incidentes producidos en esa mina, y cuya significación
social y política es revelada por el historiador Jorge Basadre en su estudio sobre el
Virrey Pedro Antonio Fernández de Castro, Conde de Lemos:
"Los dramáticos sucesos que culminan en la lucha del virrey Conde de Lemos
contra los hermanos Salcedo, tienen, desde el punto de vista social, dos
características de trascendencia. En primer lugar, es la lucha de la autoridad
política encarnada por el Grande de España contra el poder económico que, por
ser fuerte, tiende a desmandarse; lucha implacable; con menosprecio de
conveniencias o ventajas, que en tiempos posteriores no parece concebible. En
este caso, es la lucha entre el armiño, símbolo de la aristocracia, contra la plata,
símbolo de la riqueza; o, mejor dicho, entre el blasón y la mina, entre la sangre azul y la sangre
roja".
José Salcedo, hermano de aquél, trabajaba con poco éxito las minas del cerro
de San José, y en 1657, según unos por revelaciones de un indio, según otros
por consejo de una india, atacó el crestón del vecino cerro de la Laykakota,
descubriendo una veta valiosa, y lo mismo hizo en la laguna cercana, que
mandó barrenar, "encontrando una rica mina de plata blanca", que pudo ser
extraída a poco costo, abriéndose dos bocas principales, la de "Las Animas" a la de "Laykakota la
baja". Se asegura que de esta última, en una sola noche José
Salcedo sacó 93 bolsas de mineral, por el valor de más de cien mil pesos. En la
misma mina obtuvo un bloque de plata maciza y sin mezcla, que pudo ser
marcado como si fuera barra una vez fundido para separar el quinto del rey. La
riqueza del asiento se extendía en los alrededores: los cerros de Cancharani, el
del "Azogue" y otros.
Se asegura que entre los dos hermanos Salcedo, en unos siete u ocho años,
obtuvieron de las minas de Laykakota más de 24 millones de pesos, y, estando
a otras informaciones, el quinto real llegó a exceder de un millón al año, o sea
una producción de más de cinco millones anuales. Bargallo (Capitulo "Las Minas
del Perú", de su obra "La Minería y la Metalurgia en la América Española
durante la época colonial") hace esta apreciación: "Es probable que los Salcedo
fueran los hombres más ricos de época, en América; y su fama de generosos
con los humildes y hasta con los oidores, perduró largos años".
Uno de los factores concurrente fue la tradicional rivalidad entre andaluces y vascongados
en el Virreinato, que tuvo expresión en los enconados enfrentamientos que durante casi
un siglo ensangrentaron Potosi y otros puntos del Altiplano, y se conocen como la Guerra de las
Vicuñas y Vascongadas (1), Hacia 1661 hubo en recrudecimiento del conflicto, con graves
incidentes en la ciudad de la Paz, en los cuales participaron algunos mestizos que habían sido
despedidos de Laykakota, y a donde retornaron con el refuerzo de varios de los participantes en
aquellos disturbios.
Contando ya con alguna fuerza que el permitiera hacer valer su autoridad. Peredo hizo
publicar un bando en Laykakota haciendo un llamamiento a los vasallos leales. Las vicuñas
y partidarios de los Salcedo respondieron convocando una concentración en Juliaca,
consiguiendo el respaldo del Corregidor del distrito Juan Salazar. Mientras tanto, Gaspar
Salcedo, reclutaba gente en el Cuzco, enviando a los amotinados armas y dinero, de modo que
pronto formaron un cuerpo de alrededor de 900 hombres.
La indecisión del virrey permitió a los Salcedo imponerse; tomaron el completo control de
Laykakota, hirieron y expulsaron a los leales, y el propio Peredo, con cinco tiros de bala, hubo
de refugiarse en el templo de San Pedro, y para salir con vida tuvo necesidad de que un
sacerdote lo acompañara hasta Arica. Existen versiones de que Peredo había actuado, no sólo
sin sagacidad, sino con abierta hostilidad hacia los Salcedo.
Por la real disposición ejecutoriada se mandó devolver a Gaspar Salcedo todos los bienes
embargados. Años más tarde, el Rey Felipe V, con fecha 13 de noviembre de 1703,
concedió el título de Marquez de Lillarica de Salcedo a un hijo de José Salcedo, del mismo
nombre de éste.
La dramática peripecia de Laykakota y los Salcedo tuvo efectos catastróficos desde el punto
de vista minero, pues el rico asiento fue inundado, según unos por orden del Conde de
Lemos, según otros por acción de Salcedo y sus seguidores. "Las labores de las minas -dice
Bargalló- quedaron definitivamente interrumpidas y se anegaron. Más tarde hubo el propósito de
abrirlas de nuevo, pero lo impidieron las aguas".
Otras minas que se mencionan son las: Minas de Paratía y otros en Lampa. Las Minas de
Carabaya (Oro), Asillo, Sandia (Plata), Azángaro (Oro)
LECTURAS ADICIONALES