Está en la página 1de 14

Mendoza Domingo

Mendoza, Domingo y hermano v. Provincia de San Luis. Fallos 3:131. Corte Suprema,
05/12/1865.

a. Fallo.

“Domingo Mendoza y hermano, argentinos y vecinos de Buenos Aires, entablaron demanda ante la
Corte Suprema contra la provincia de San Luis sobre devolución de derechos percibidos por
aquélla por artículos extraídos de su territorio.
Expusieron, que ejerciendo el negocio de frutos del país en la provincia de San Luis, habían sido
obligados a pagar al tesoro de dicha provincia sumas considerables por derechos impuestos a la
exportación y tránsito interprovincial de dichos frutos.
Que semejante impuesto, creado por una ley de la citada provincia, era un verdadero derecho de
exportación, ya sea por la forma en que estaba establecido por dicha ley, o por la manera de
cobrarlo, pues por aquélla se ordena el pago de un real por cada arroba de lana o cerda y dos
reales por cada cuero que se exporte de la provincia, y el momento de cobrar el impuesto es en
el acto mismo de la exportación.
Que no era la simple producción la que quedaba gravada con el citado impuesto, pues aquélla ya
lo estaba por la contribución directa que se paga en la provincia de San Luis por las propiedades
territoriales y mobiliarias, siendo así que después de haberse pagado por el productor las lanas,
cueros, etc., avaluados en el valor de los ganados sujetos a la contribución directa, no podían
dichas lanas, cueros, etc., ser extraídos de la provincia sin pagar un nuevo impuesto.
Que si éste no es un derecho de exportación, no lo es tampoco el que cobran con ese nombre las
aduanas nacionales.
Que la creación de ese impuesto trae consigo, como consecuencia indispensable, el
restablecimiento de las antiguas aduanas provinciales, aunque no se dé tal nombre a las
receptorías que lo cobran.
Que, por lo tanto, la ley provincial creando dicho impuesto viola las disposiciones contenidas en
los arts. 4, 9, 10, 11, 16, 17 y 67 inc. 1 CN.; y si dicha ley es inconstitucional, lo que se ha
cobrado con arreglo a ella, ha sido indebidamente cobrado, y debe devolverse, no habiéndose por
los demandantes hecho semejante reclamación desde el principio, por no hallarse instalados los
tribunales nacionales.
La ley aludida en la demanda es del 7/7/1862, y su art. 18 referente a los derechos citados era
del siguiente tenor:
"Art. 18.- Los productos de la provincia que se extraigan al exterior de ella, pagarán los
siguientes derechos municipales: por cada cuero vacuno dos reales, por la arroba de cerca o lana
un real; por cada docena de cueros de cabra dos reales; por la docena de cueros de cabrito un
real; por cada cama de carreta un real, y medio real por la de carretilla".
Conferido traslado, el apoderado de la provincia de San Luis, Dr. Francisco Elizalde, interpuso
artículo de incompetencia.
Resuelto el artículo por fallo del 3/3/1865, declarándose la Corte Suprema competente para
conocer en la demanda, el apoderado de la provincia contestó que debía rechazarse la demanda
con costas.
Expuso que las legislaturas provinciales tienen por la Constitución Nacional el derecho de
establecer impuestos municipales sobre los productos elaborados en su territorio.
Que el impuesto creado por el art. 18 ley del 7/7/1862 no es otra cosa que un impuesto
municipal.
Que el objeto de la disposición constitucional, estableciendo entre las atribuciones del Congreso
Nacional la de fijar los derechos de exportación hasta 1866, "en cuya fecha cesarán como
impuesto nacional, no pudiendo serlo provincial", fue suprimir la exportación desde 1866, a fin de
dejar esos productos como materia imponible de las provincias, aumentando éstas sus rentas
municipales.
Que, por lo tanto, imponer derechos en las provincias a los productos de ellas, como renta
municipal, no es establecer derecho de exportación.
Que si por el art. 18 citado se ha impuesto un derecho a los productos que se extraen de la
provincia, no ha sido con el objeto de crear derechos de exportación, ni de restablecer las
aduanas interprovinciales, sino de adoptar el medio que hiciera más fácil el percibido de la renta
municipal.
Que como la recaudación de esa renta ofrecía dificultades, se empleó el temperamento de
cobrarla a la extracción de los productos, en vez de cobrarse anticipadamente.
Que lejos de atacarse ningún principio constitucional por la ley del 7/7/1862, su espíritu ha sido
el de fomentar la industria gravando las producciones de la provincia en provecho de aquélla,
pues si se cobran derechos municipales sobre los cueros, lanas, etc., no se cobran a esos mismos
artículos convertidos en suelas, tafiletes, frazadas, etc.
Que, además, Domingo Mendoza y hermano no han sufrido perjuicio alguno con motivo de dicha
ley, pues al comprar los mencionados productos, descontaban del precio el importe de los
derechos que se debían satisfacer, viniendo por lo tanto a ser los vendedores quienes realmente
los han pagado, y no los compradores Mendoza y hermano.
Que, por consiguiente, en el supuesto, no concedido, de ordenarse una devolución de esos
derechos, sería a los vendedores a quienes debería hacerse y no a los compradores.
Que el gobierno de San Luis no tiene establecida aduana alguna, como se pretende por los
demandantes, y que las disposiciones constitucionales que se invocan como violadas por la ley
provincial, son inaplicables, desde que ésta ni ha creado derechos de exportación, ni ha
establecido aduanas provinciales.
Se vio la causa por cuatro de los miembros de la Corte Suprema, con motivo de la enfermedad del
vocal Dr. Francisco Delgado.
En 10/8/1865 se dictó el siguiente auto:
Y visto: en discordia a mayor número de jueces.
Pasados algunos meses y no restableciéndose aún la salud del vocal Dr. Delgado, a petición del
apoderado de la provincia de San Luis, se procedió a la insaculación de un conjuez, resultando
nombrado el Dr. Bernardo de Irigoyen.
Se vio nuevamente la causa el 28/10/1865, y se pronunció el siguiente:
Buenos Aires, diciembre 5 de 1865.- Vistos los autos que penden ante esta Corte Suprema de
Justicia, en virtud de demanda entablada por Domingo Mendoza y hermano, contra la provincia
de San Luis, pidiendo, primero, que se declare contraria a la Constitución Nacional la disposición
contenida en el art. 18 ley general de impuestos de dicha provincia, fecha 7/7/1862, que dice
así: "Los productos de la provincia que se extraigan al exterior de ella, pagarán los siguientes
derechos municipales: por cada cuero vacuno, dos reales; por la arroba de cerda o lana, un real;
por cada docena de cueros de cabra, dos reales; por la docena de cueros de cabrito, un real; por
cada cama de carreta, un real, y medio real por la de carretilla; y segundo, que se condene en
consecuencia, a la expresada provincia a la devolución de la cantidad de $ 7000, más o menos, en
moneda boliviana, que fueron obligados apagar en virtud de la precitada ley en cuya causa esta
Corte no hizo lugar por resolución de 3 de mayo del presente año a fs. 47 vta., a la declinatoria
de jurisdicción deducida por el representante de la provincia de San Luis, y aceptó el
conocimiento y decisión de ella, en uso de su jurisdicción originaria".
Considerando: en lo relativo a la inconstitucionalidad de la ley: 1. Que la Constitución argentina
en el art. 31 dispone que esta Constitución, las leyes de la Nación que en su consecuencia se
dicten por el Congreso, y los tratados con las potencias extranjeras, son la ley suprema de
la Nación; y las autoridades de cada provincia están obligadas a conformarse a ella, no obstante
cualquier disposición en contrario que contengan las leyes o Constituciones provinciales.
2. Que está dispuesto igualmente "que las provincias conservan todo el poder no delegado por la
Constitución al Gobierno federal", y que "las declaraciones, derechos y garantías que enumera la
Constitución, no serán entendidas como negación de otros derechos y garantías no enumeradas,
pero que nacen del principio de la soberanía del pueblo y de la forma republicana de gobierno"
(arts. 33 y 104 CN.).
Que en virtud de estas disposiciones y de los más sanos principios de la razón, los actos de la
Legislatura de una provincia, no pueden ser invalidados, sino en aquellos casos en que la
Constitución concede al Congreso Nacional en términos expresos un exclusivo poder, o en los que
el ejercicio de idénticos poderes ha sido expresamente prohibido a las provincias, o cuando hay
una directa y absoluta incompatibilidad en el ejercicio de ellos por estas últimas; fuera de cuyos
casos, es incuestionable que las provincias retienen un autoridad concurrente con el Congreso.
3. Que la referida ley de la Legislatura de San Luis, que impone derechos a los productos de la
provincia que se extraigan al exterior de ella, importa claramente el establecimiento de aduanas
interiores para la percepción de esos derechos, y grava con contribuciones la circulación de los
productos.
4. Que el poder de establecer aduanas o de imponer derechos a la importación y exportación de
las mercaderías, ha sido exclusivamente delegado al gobierno federal por el art. 9 CN. y que en
el interior de la República es libre de derechos la circulación de los efectos de producción
nacional, según lo dispone el art. 10 de la misma.
Por esos motivos se declara que la referida disposición contenida en el art. 18 ley general de
impuestos de la provincia de San Luis, fecha 7/7/1862, es contraria a la Constitución Nacional, y
que por tanto es nula y de ningún efecto en la presente causa.
Respecto a la devolución de lo pagado en virtud de dicha ley.
Considerando: 1. Que aun cuando la casa de Domingo Mendoza y hermano, que ejercía el negocio
compra de frutos del país en la provincia de San Luis, sea quien haya pagado los derechos sobre
los productos exportados por ella; sin embargo son productores en realidad sobre quienes ha
recaído el impuesto, porque los compradores han debido deducir su valor del precio del
producto, disminuyéndolo proporcionalmente al importe de los derechos que tenían que
satisfacer. Que así la cantidad de dinero cuya restitución solicitan los demandantes, viene a ser
la misma que se supone que ellos pagaron de menos al productor o dueño primitivo de los frutos;
presentándose en consecuencia esta reclamación ante la Corte destituida de todas las
consideraciones de equidad que pudieran recomendarla.
2. Que hallándose la Nación en los primeros tiempos de su formación, y atenta la penuria en que
han quedado las provincias con la privación de los derechos de importación y exportación de
aduanas, los cuales fueron atribuidos exclusivamente por la Constitución al gobierno nacional; se
comprende fácilmente la buena fe con que ha procedido la Legislatura de la provincia de San
Luis, procurando, con la imposición de las contribuciones que contiene la citada ley, crearse
recursos con que poder subvenir a las necesidades de su gobierno propio; debiendo suponerse que
el producto de esas contribuciones ha sido invertido en los gastos del servicio público y en
garantías de seguridad a favor de los bienes y de las personas establecidas en aquella provincia.
3. Que desde el 17/7/1862 en que fue promulgada la Ley de Impuestos de la provincia de San
Luis, la casa de Domingo Mendoza y hermano, ha pagado sin protesta ni oposición alguna, los
derechos de exportación que por ella se establecen, hasta el año pasado de 1864 en que se
presentó recién su agente Augusto Horney ante el juzgado de Sección, resistiendo el pago del
referido impuesto, como contrario a la Constitución Nacional; que el motivo que los demandantes
alegan para disculpar su sumisión, de que no estaban aún en ejercicio los tribunales nacionales,
no es bastante, puesto que funcionaban ya los otros poderes nacionales, y aun podrían haber
recurrido a las mismas autoridades de la provincia, las cuales están obligadas a conformarse a la
Constitución como ley suprema de la Nación, no obstante, cualquier disposición en contrario que
contengan las leyes provinciales. Que en tal caso, y cuando todos los habitantes de un país tienen
la obligación natural de contribuir a los gastos de la Administración Pública, y de dar al gobierno
que les rige los medios de llenar su destino; no puede, según derecho, tener lugar la acción
condictio indebiti, condictio sine causa.
Por estos fundamentos se condena a la provincia de San Luis a la restitución solamente de la
cantidad de dinero que hubiese cobrado por derechos de exportación, a la casa de Domingo
Mendoza y hermano, después de entablada por su agente la demanda ante el juzgado de Sección
de aquella provincia.
Regúlese el honorario del conjuez y satisfáganse las costas. Francisco de las Carreras.- Salvador
M. del Carril.- José Barros Pazos.- J. B. Gorostiaga.- Bernardo de Irigoyen.”
c. Comentarios.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación quedó constituida formalmente el 15 de enero de


1863, luego de que sus integrantes prestaran juramento ante el Presidente de la Nación, Dr.
Bartolomé Mitre. Habían sido nombrados el 18 de octubre de 1862 por dicho Presidente, luego del
pertinente acuerdo prestado por el Senado. Resulta importante destacar esta cuestión pues
estamos estudiando uno de los primeros fallos relacionados con la temática federal y el primer
ejemplo de la declaración de inconstitucionalidad de una ley provincial en la historia argentina.
Existe evidente relación entre algunos puntos considerados en el fallo y el particular momento
histórico en que fue dictado. Por ejemplo, la Corte resuelve su competencia para conocer en el
asunto y la procedencia de la acción, cuestión que hoy no suscitaría mayor discusión, pero que en
ese momento generó un planteo por parte de la Provincia de San Luis rechazando la posibilidad
de que una provincia sea demandada por particulares ante tribunales de la Nación. Por otro lado,
la particularidad del momento histórico se filtra de forma evidente en la última parte de la
sentencia. La Corte afirma su papel como guardiana y custodia final de la Constitución sin
descuidar su responsabilidad institucional en la consolidación del sistema federal. Considero que
de esta manera debe ser leído el argumento invocando las penurias económicas provinciales y la
presunta buena fe de la Legislatura puntana a efectos de limitar la devolución de lo pagado.
RESUMEN DEL FALLO RIVADEMAR. (Fallos: 312:326)

En 1978, A. Rivademar es contratada por la Municipalidad de Rosario como pianista profesional.

En 1983, A. Rivademar es incorporada a la planta permanente de empleados, por decreto Nº 1709


dictado conforme a lo dispuesto en el art. 133 del anexo 1 de la ley provincial de facto Nº
9286 (Estatuto del Personal de Municipalidades de la Provincia de Santa Fe ) por el cual se le
imponía al Municipio admitir en forma permanente al personal contratado por mas de tres (3)
meses.

En 1984, el intendente en base al decreto Nº 1737 (que anula el decreto Nº 1709, y por ende el art.
133 de la ley provincial Nº 9286) y autoriza a revisar todas las incorporaciones; deja sin efecto el
nombramiento de A. Rivademar.

Rivademar, impugna el decreto Nº 1737 por considerarlo contrario al decreto Nº 1709 y a la ley
provincial Nº 9286.

Por su parte, la Municipalidad de Rosario afirma que la ley provincial Nº 9286, es inconstitucional
por violar los arts. 106 y 107 de la constitución provincial, al impedir a la Municipalidad organizar a
su personal; y que también viola el art. 5 de la CN; al asumir la Provincia funciones que
corresponden a los intereses de cada localidad, por lo que se “desnaturaliza el régimen Municipal”,
puesto que todo lo referido al estatuto y escalafón del personal del Municipio, es facultad que
pertenece a la Municipalidad y no a la Provincia.

La Corte Suprema de la Provincia de Santa Fe, dispone reincorporar a A. Rivademar, y anulala


decisión Municipal sosteniendo que la ley Nº 9286 era constitucional, toda vez, que la Provincia
podía regular el empleo público Municipal creando un régimen uniforme.

La Municipalidad de Rosario interpone recurso extraordinario.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación, revoca la sentencia recurrida, dando razón y respaldo
al planteo de la Municipalidad de Rosario, dejando sin efectos la sentencia anterior, por entender
que UNA LEY PROVINCIAL NO PUEDE PRIVAR AL MUNICIPIO DE
LASATRIBUCIONES NECESARIAS PARA EL CUMPLIMIENTO DE SUS FINES, entre los que se
encuentra la facultad de designar y remover su personal.

Afirma, que LOS MUNICIPIOS SON ÓRGANOS DE GOBIERNO, CON LÍMITES


TERRITORIALES Y FUNCIONALES, Y NO MERAS DELEGACIONES ADMINISTRATIVAS que
desnaturalizarían su razón de ser, poniendo en riesgo su existencia.

Agrega, que son varios los CARACTERES DE LOS MUNICIPIOS QUE NO ESTÁN PRESENTES
EN LAS ENTIDADES AUTÁRQUICAS, entre ellos; su origen constitucional(por oposición a legal
de la entidades autárquicas) lo que impediría su supresión; su base sociológica (población) de
cual carecen los entes autárquicos ; la posibilidad de legislar localmente (las resoluciones de los
entes autárquicos son administrativas) comprendiendo en sus relosuciones a todos los habitantes
de su circunscripcion territorial; el carácter de persona de derecho público (art. 33 del C.C.) a
diferencia de los entes autárquicos que son contingentes; la posibilidad de que los
Municipios puedan crear entidades autárquicas, lo que obliga a reconocerlos como autónomos; y
la elección popular de sus autoridades, inconcebibles en las entidades autárquicas.
Ley 25432

INICIATIVA LEGISLATIVA POPULAR

Ley 24.747

Reglaméntase el artículo 39 de la Constitución Nacional. Presentación de


proyectos de ley ante la Cámara de Diputados de la Nación. Requisitos.

Sancionada: Noviembre 27 de 1996.

Promulgada de Hecho: Diciembre 19 de 1996.

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso.


etc. sancionan con fuerza de Ley:

ARTICULO 1°-Reglaméntase el artículo 39 de la Constitución Nacional.

ARTICULO 2°-Los ciudadanos podrán ejercer el derecho de iniciativa popular para


presentar proyectos de ley ante la Cámara de Diputados de la Nación.

ARTICULO 3 º-No podrán ser objeto de iniciativa popular los proyectos referidos a
reforma constitucional, tratados internacionales, tributos, presupuesto y materia
penal.

ARTICULO 4°-La iniciativa popular requerirá la firma de un número de ciudadanos


no inferior al uno y medio por ciento (1,5 %) del padrón electoral utilizado para la
última elección de diputados nacionales y deberá representar por lo menos a seis (6)
distritos electorales.

Cuando la materia de la iniciativa sea de alcance regional el requisito del porcentual


se cumplirá considerando únicamente el padrón electoral del total de las provincias
que componen dicha región, sin tener en cuenta la cantidad de distritos que prevé el
primer párrafo.

ARTICULO 5°-Requisitos de la iniciativa popular.

La iniciativa popular deberá deducirse por escrito y contendrá:

a) La petición redactada en forma de ley en términos claros:

b) Una exposición de motivos fundada:

c) Nombre y domicilio del o los promotores de la iniciativa, los que podrán participar
de las reuniones de Comisión con voz de acuerdo a la reglamentación que fijen las
mismas:

d) Descripción de los gastos y origen de los recursos que se ocasionaren durante el


período previo a presentar el proyecto de iniciativa popular ante la Cámara de
Diputados:
e) Los pliegos con las firmas de los peticionantes, con la aclaración del nombre,
apellido, número y tipo de documento y domicilio que figure en el padrón electoral.

ARTICULO 6°-Toda planilla de recolección para promover una iniciativa debe


contener un resumen impreso del proyecto de ley a ser presentado, y la mención del
o los promotores responsables de la iniciativa.

El resumen contendrá la información esencial del proyecto, cuyo contenido verificara


el Defensor del Pueblo en un plazo no superior a diez (10) días previo a la circulación
y recolección de firmas.

ARTICULO 7°-Previo a la iniciación en la Cámara de Diputados, la justicia nacional


electoral verificará por muestreo la autenticidad de las firmas en un plazo no mayor
de veinte (20) días, prorrogable por resolución fundada del Tribunal. El tamaño de la
muestra no podrá ser inferior al medio por ciento (0,5%) de las firmas presentadas.
En caso de impugnación de firma, acreditada la falsedad se desestimará la misma
del cómputo de firmas para el proyecto de iniciativa popular, sin perjuicio de las
demás acciones penales a que hubiere lugar, la planilla de adhesiones es documento
público. En caso de verificarse que el cinco por ciento (5 %) o más de las firmas
presentadas sean falsas se desestimará el proyecto de iniciativa popular.

Sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo anterior, podrán certificar la autenticidad


de las firmas todos los autorizados por la ley electoral.

ARTICULO 8°-La iniciativa popular deberá ser presentada ante la Mesa de Entradas
de la H. Cámara de Diputados, la Presidencia la remitirá a la Comisión de Asuntos
Constitucionales, la que en el plazo de veinte (20) días hábiles deberá dictaminar
sobre la admisibilidad formal de la iniciativa, debiendo intimar a los promotores a
corregir o subsanar defectos formales.

ARTICULO 9°-El rechazo del proyecto de iniciativa popular no admitirá recurso


alguno.

La justicia nacional electoral tendrá a su cargo el contralor de la presente ley. Los


promotores tendrán responsabilidad personal. Se aplicarán las sanciones previstas
por el artículo 42 de la ley 23.298.

ARTICULO 10.-Admitido el proyecto de ley, la Presidencia de la Cámara de


Diputados de la Nación ordenará la inclusión en el orden del día como asunto entrado,
siguiendo en adelante el trámite previsto para la formación y sanción de las leyes.

Recibida la iniciativa y cumplidos los requisitos del artículo 3º, el presidente de la


Honorable Cámara de Diputados de la Nación, dentro de las cuarenta y ocho (48)
horas lo girará para su tratamiento a la Comisión de Labor Parlamentaria, o la que
cumpla sus funciones, la que deberá producir dictamen a más tardar para la segunda
reunión de dicho cuerpo.

En el orden del día correspondiente de la Honorable Cámara de Diputados de la


Nación, deberá ser incluida la iniciativa, con tratamiento preferente.

La Cámara podrá girar la iniciativa a sus comisiones respectivas, las que tendrán
cada una quince (15) días corridos para dictaminar, si lo hicieran en comun se
sumarán los plazos.
Vencido el término anterior, con o sin despacho, el cuerpo procederá al tratamiento
de la iniciativa, pudiendo a tal efecto declararse en comisión manteniendo la
preferencia.

ARTICULO 11.-Admitido el proyecto de ley por iniciativa popular ante la Cámara de


Diputados de la Nación, el Congreso deberá darle expreso tratamiento dentro del
término de doce ( 12) meses.

ARTICULO 12.-Queda prohibido aceptar o recibir para el financiamiento de todo


proyecto de ley por iniciativa popular, en forma directa o indirecta:

a) Contribuciones privadas anónimas, con excepción de lo producido por colectas


populares con una contribución máxima autorizada de cincuenta pesos ($ 50) por
persona.

b) Aportes provenientes de entidades autárquicas o descentralizadas, nacionales o


provinciales, sociedades anónimas con participación estatal o de empresas
concesionarias de servicios u obras públicas de la Nación, provincias, municipios, o
entidades autárquicas o descentralizadas o de empresas que exploten juegos de azar.

c) Aportes de gobiernos extranjeros

d) Aportes de entidades extranjeras con fines de lucro;

e) Contribuciones superiores a treinta mil pesos ($ 30.000):

f) Contribuciones o donaciones de asociaciones sindicales, patronales o profesionales.

ARTICULO 13.-Comuníquese al Poder Ejecutivo.

DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS AIRES,


A LOS VEINTISIETE DIAS DEL MES DE NOVIEMBRE DEL AÑO MIL NOVECIENTOS
NOVENTA Y SEIS.

ALBERTO R. PIERRI.-CARLOS F. RUCKAUF.-Esther H. Pereyra Arandia de Pérez


Pardo.- Edgardo Piuzzi.
Plaza de toros contra Buenos Aires

Fecha: Buenos Aires, enero 29 de 1869.

El Sr. Eduardo Bonorino en representación de una empresa denominada Plaza de Toros se


presentó al Juzgado Nacional de Buenos Aires, diciendo que había ocurrido al gobierno de la
provincia pidiendo permiso para establecer la mencionada plaza, pero que el gobierno, fundado tal
vez en la ley de 8/1856 que prohibió el ejercicio de su industria, se había negado a su solicitud,
ordenándole ocurrir donde corresponda.
Que tratándose de una ley provincial contraria a las disposiciones de la Constitución Nacional, que
en su art. 14 Ver Texto acuerda a todos los habitantes el derecho de ejercer libremente su
industria, a los tribunales federales correspondía restablecer la justicia conculcada, y resolver que
no estaba obligado a abstenerse de ejercer ese género de trabajo.
Que el art. 100 Ver Texto de la misma Constitución confiere a los tribunales federales el
juzgamiento de todas las causas regidas por ella, dando a este tercer poder el especial encargo de
velar por la observancia de la Constitución.
Pidió que, declarándose inconstitucional la ley referida, el juzgado resolviera que no estaba
obligado a abstenerse de plantear la plaza de toros.
Buenos Aires, enero 29 de 1869.
Ocurra donde corresponda. Ugarriza.
Bonorino pidió revocatoria de este auto o apelación en subsidio.
Dijo que por los documentos que había acompañado a su escrito se veía que había ocurrido antes
al gobierno provincial y éste se había declarado incompetente, fundado en una ley que tenía el
deber de acatar.
Que el mismo caso se encontraba cualquiera otra autoridad de la provincia, y en cuanto a la
Asamblea Legislativa, no podía pretenderse que ocurriese a ella, pidiéndole que derógase una de
sus leyes anteriores, puesto que las leyes debían suponerse estables, y no era razonable que los
mismos legisladores las privaran de fuerza por revisaciones posteriores hechas a solicitud de
particulares.
Que por consiguiente el decreto que lo manda ocurrir ante autoridades que no quieren o no pueden
resolver la demanda, le cierra las puertas por completo y lo inhabilita para llegar al libre uso de su
derecho.
Que por otra parte, él había ocurrido al juzgado esperando obtener el beneficio que el sistema
federativo dispensa a los habitantes de la Nación, amparándolos contra los golpes de la
impremeditación o de la arbitrariedad, y que el juzgado, sin fundar su auto, lo enviaba ante no sabe
quién, puesto que las autoridades soberanas de la provincia, ya le habían negado lo que pretendía;
de manera que el caso quedaba sin resolverse por falta de un juez que le dijese si tiene o no
derecho.
Concedida la apelación, se dictó lo siguiente:
Buenos Aires, abril 13 de 1869.
Considerando: Que es un hecho y también un principio de derecho constitucional, que la policía de
las provincias está a cargo de sus gobiernos locales, entendiéndose incluido en los poderes que se
han reservado, el de proveer lo conveniente a la seguridad, salubridad y moralidad de sus vecinos,
y que, por consiguiente, pueden lícitamente dictar leyes y reglamentos con estos fines, no
habiéndose garantido por el art. 14 Ver TextoCN. a los habitantes de la República el derecho
absoluto de ejercer su industria o profesión, sino con sujeción a las leyes que reglamentan su
ejercicio; que siendo esto así, la justicia nacional sería incompetente para obligar a una provincia,
que ha prohibido las corridas de toros, a soportar la construcción de una plaza para dar al pueblo
ese espectáculo, aun cuando pudiera ella calificarse de establecimiento industrial, como se
pretende, y el ejercicio de esa industria, no ofendiera el decoro, la cultura y la moralidad de las
costumbres públicas; por estos fundamentos, se confirma, con costas, el auto apelado de fs. 12.-
Francisco de las Carreras.- Salvador M. del Carril.- Francisco Delgado.- José Barros Pazos.- Benito
Carrasco.
Ley 25432
CONSULTA POPULAR

Ley 25.432

Consulta Popular Vinculante y No Vinculante. Disposiciones comunes.


Sancionada: Mayo 23 de 2001.

Promulgada de Hecho: Junio 21 de 2001.

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en


Congreso,etc. sancionan con fuerza de Ley:

TITULO I

CONSULTA POPULAR VINCULANTE

ARTICULO 1º — El Congreso de la Nación, a iniciativa de la Cámara de Diputados,


podrá so meter a consulta popular vinculante todo proyecto de ley con excepción de
aquellos cuyo procedimiento de sanción se encuentre especialmente reglado por la
Constitución Nacional mediante la determinación de la cámara de origen o por la
exigencia de una mayoría calificada para su aprobación.

ARTICULO 2º — La ley de convocatoria a consulta popular vinculante deberá


tratarse en una sesión especial y ser aprobada con el voto de la mayoría absoluta de
miembros presentes en cada una de las Cámaras.

ARTICULO 3º — En todo proyecto sometido a consulta popular vinculante, el voto


del electorado en los términos de la ley 19.945 será obligatorio.

(Artículo sustituido por art. 5° de la Ley N° 26.774 B.O. 02/11/2012)

ARTICULO 4º — Toda consulta popular vinculante será válida y eficaz cuando haya
emitido su voto no menos del treinta y cinco por ciento (35%) de los electores
inscriptos en el padrón electoral nacional.

(Artículo sustituido por art. 5° de la Ley N° 26.774 B.O. 02/11/2012)

ARTICULO 5º — Cuando un proyecto de ley sometido a consulta popular vinculante


obtenga la mayoría de votos válidos afirmativos, se convertirá automáticamente en
ley, la que deberá ser publicada en el Boletín Oficial de la República Argentina dentro
de los diez días hábiles posteriores a la proclamación del resultado del comicio por la
autoridad electoral.

Cuando un proyecto de ley sometido a consulta popular vinculante obtenga un


resultado negativo, no podrá ser reiterado sino después de haber transcurrido un
lapso de dos años desde la realización de la consulta. Tampoco podrá repetirse la
consulta durante el mismo lapso.

TITULO II

CONSULTA POPULAR NO VINCULANTE

ARTICULO 6º — Puede ser sometido a consulta popular no vinculante, todo asunto


de interés general para la Nación, con excepción de aquellos proyectos de ley cuyo
procedimiento de sanción se encuentre especialmente reglado por la Constitución
Nacional, mediante la determinación de la cámara de origen o por la exigencia de
una mayoría calificada para su aprobación. En este tipo de consulta el voto del
electorado no será obligatorio.
(Artículo sustituido por art. 5° de la Ley N° 26.774 B.O. 02/11/2012)

ARTICULO 7º — La convocatoria realizada por el Poder Ejecutivo Nacional deberá


efectuarse mediante decreto decidido en acuerdo general de ministros y refrendado
por todos ellos.

La consulta popular no vinculante convocada a instancia de cualquiera de las


Cámaras del Congreso deberá ser aprobada por el voto de la mayoría absoluta de
miembros presentes en cada una de ellas.

ARTICULO 8º — Cuando un proyecto de ley sometido a consulta popular no


vinculante, obtenga el voto afirmativo de la mayoría absoluta de votos válidos
emitidos, deberá ser tratado por el Congreso de la Nación, quedando
automáticamente incorporado al plan de labor parlamentaria de la Cámara de
Diputados de la sesión siguiente a la fecha de proclamación del resultado del comicio
por la autoridad electoral.

TITULO III

DISPOSICIONES COMUNES

ARTICULO 9º — La ley o el decreto de convocatoria a una consulta popular —según


corresponda— deberá contener el texto íntegro del proyecto de ley o decisión política
objeto de consulta y señalar claramente la o las preguntas a contestar por el cuerpo
electoral, cuyas respuestas no admitirán más alternativa que la del sí o el no.

ARTICULO 10. — La ley o el decreto de convocatoria a consulta popular deberán


ser publicados en el Boletín Oficial de la República Argentina, en el diario de mayor
circulación de cada una de las provincias y en los dos diarios de mayor circulación
del país.

Dictada la convocatoria, todos los puntos sometidos a consulta popular deberán


difundirse en forma clara y objetiva, por medios gráficos, radiales y televisivos.

ARTICULO 11. — Los partidos políticos reconocidos, estarán facultados para realizar
campañas de propaganda exponiendo su posición con relación al asunto de la
consulta, a través de espacios gratuitos en los medios de comunicación masiva, y
conforme a las normas que regulan la concesión de estos espacios en ocasión de las
elecciones nacionales.

ARTICULO 12. — La consulta popular deberá realizarse dentro de un plazo no


inferior a 60 días y no superior a 120 días corridos desde la fecha de publicación de
la ley o el decreto de convocatoria en el Boletín Oficial de la República Argentina.

ARTICULO 13. — Para determinar el resultado de toda consulta popular no serán


computados los votos en blanco.

ARTICULO 14. — El día fijado para la realización de una consulta popular, no podrá
coincidir con otro acto eleccionario.

ARTICULO 15. — Serán de aplicación a las consultas convocadas conforme a los


procedimientos previstos, las disposiciones del Código Nacional Electoral (Ley 19.945
y sus modificatorias), en cuanto no se opongan a la presente Ley.
La Justicia Electoral Nacional será competente en todo lo relativo al comicio.

ARTICULO 16. — Las erogaciones derivadas de la ejecución de la presente ley,


deberán ser afectada al crédito previsto anualmente en el presupuesto nacional a
partir del ejercicio correspondiente al año 2001.

ARTICULO 17. — Comuníquese al Poder Ejecutivo nacional.

DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS AIRES,


EL 23 DE MAYO DE 2001.

— REGISTRADA BAJO EL Nº 25.432 —

RAFAEL PASCUAL — EDUARDO MENEM — Guillermo Aramburu — Juan C. Oyarzún.

También podría gustarte