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Unidad 1. Personas y Bienes
Unidad 1. Personas y Bienes
Bienes
La persona humana:
Comienzo de la existencia de la persona humana. La concepción.
El art.19 CU, siguiendo el Proyecto de 1998, dispone: “La existencia de la persona humana
comienza con la concepción”. De este modo, mediante el nuevo texto, se da amparo legal
también al óvulo que está siendo fecundado “in vitro”, antes de su implantación en la madre.
El art.20 CU establece que “época de la concepción es el lapso entre el máximo y el mínimo
fijados para la duración del embarazo. Se presume, excepto prueba en contrario, que el
máximo de tiempo del embarazo es de trescientos días y el mínimo de ciento ochenta,
excluyendo el día del nacimiento”. “El máximo del tiempo del embarazo se presume que es de
trescientos días y el mínimo de 180 días; con exclusión del día del nacimiento. Esta presunción
admite prueba en contrario”).
Así, entonces, a partir de la fijación del tiempo máximo y mínimo del embarazo, se presume
que la concepción se produjo dentro de los primeros 120 días de los 300 que precedieron al
parto.
Adquiere importancia determinar el momento en que la concepción se produjo porque permite
establecer si un hijo es matrimonial o no (art.566 CU); establecer a quién corresponde la
paternidad del hijo si, por ejemplo, la mujer viuda o divorciada, que contrajere nuevo
matrimonio antes de los 300 días de la muerte de su primer esposo o de la disolución del
matrimonio, al tiempo diere a luz un hijo (art.568 CU).
A efectos de una completa comprensión del tema en análisis, haremos una breve referencia a
las presunciones legales.
Como vimos, el art.20 CU, al establecer el lapso máximo y mínimo del embarazo, refiere que
tales plazos se presumen, excepto prueba en contrario.
Las presunciones legales son afirmaciones contenidas en la ley, que dan certeza respecto de
los hechos a que se refieren (en el caso, con relación a la duración del embarazo). Las
presunciones se basan en la observación del orden regular de los acontecimientos y en el
estado de avance del conocimiento acerca de la cuestión sobre las que recaigan.
Existen dos tipos de presunciones legales: “iuris tantum”, que admiten prueba con contrario,
como es el caso del lapso máximo y mínimo del embarazo (la ciencia médica ha comprobado
que existen embarazos mayores a trescientos días y menores a ciento ochenta, aunque no es
lo común); y “iuris et de iure”, que para el orden legal son verdaderas y no admiten prueba en
contrario (el art.74 CU, cuando se refiere al domicilio legal dispone que “…es el lugar donde la
ley presume, sin admitir prueba en contra, que una persona reside de manera permanente para
el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones…”).
1. La muerte y su prueba
La existencia de la persona humana termina por su muerte (art.93).
La muerte del ser humano es un hecho jurídico, esto es, un acontecimiento que, conforme al
ordenamiento jurídico, produce el nacimiento, modificación o extinción de relaciones o
situaciones jurídicas (conf. art.257 CCivCom.). Así, por ejemplo, si la persona fallecida es
casada, la muerte disuelve el vínculo matrimonial; si había tomado un seguro de vida, la
muerte (salvo el caso suicidio) genera a la aseguradora la obligación de indemnizar al
beneficiario; entre ascendientes, descendientes y cónyuge, el heredero queda investido de su
calidad de tal desde el día de la muerte del causante, aunque ignore esta circunstancia y
también desconozca sus derechos a la herencia (conf. art.2337 CCivCom.), etc.
El art.94 CU atribuye a la ciencia médica y a sus estándares, en evolución constante, la
comprobación de la muerte de la persona.
2. Atributos de la personalidad
El de “persona” es un concepto netamente jurídico, no obstante que en el lenguaje común la
palabra persona sea tomada y entendida como sinónimo de ser humano.
La persona es tal porque puede actuar en el campo del Derecho, como sujeto activo o pasivo
de una relación jurídica.
La personalidad jurídica posibilita, tanto al ser humano (persona humana), como a las
instituciones u organizaciones (personas jurídicas), adquirir derechos y contraer obligaciones.
La personalidad jurídica otorga, a quienes la detentan, ciertas cualidades que favorecen su
actuación en el plano jurídico. A esas cualidades se las denomina atributos de la personalidad.
Son atributos de la personalidad el nombre, la capacidad, el domicilio y el patrimonio.
Tratándose de personas humanas, se agrega un nuevo atributo: el estado, que es el lugar que
estas ocupan en la sociedad y principalmente, en la familia (en doctrina se lo ha referido como
“estado civil” y con el paso del tiempo esa denominación ha cambiado por la de “estado de
familia”).
Los atributos de la personalidad presentan los siguientes caracteres:
a) Necesarios: no se concibe una persona que pueda carecer de ellos.
b) Únicos: en el sentido de que nadie puede tener sino un solo atributo de igual especie.
c) Inalienables: no pueden ser enajenados.
d) No caducan por el transcurso del tiempo.
Capacidad
Concepto y especies
Incapacidad de derecho
Fundamento
La ley establece las incapacidades de derecho sustentándose en razones de orden moral, que
aconsejan, por ejemplo, impedir a ciertas personas celebrar contratos con otras o respecto de
bienes determinados.
Caracteres:
Las incapacidades de derecho son excepcionales y de interpretación restrictiva, es decir, que
no pueden extenderse a otras situaciones no previstas, por vía de analogía. Siempre son
relativas, es decir, para casos especialmente previstos, dado que admitir incapaces de derecho
absolutos supondría la muerte civil de la persona de que se trate. La regla es la capacidad de
derecho y la excepción las incapacidades o inhabilidades.
Distintos casos:
A continuación haremos una breve reseña de algunos supuestos que el CU expresamente
prevé, con la advertencia de que no son los únicos casos de inhabilidades o incapacidades de
derecho contenidos en la ley. Así, por ejemplo, el art.689 CU establece que los progenitores no
pueden hacer contrato alguno con el hijo que está sometido a su responsabilidad parental
(denominación más abarcativa que la antigua patria potestad); y el art.120 CU dispone que los
tutores no pueden, ni con autorización judicial, celebrar con el tutelado los actos prohibidos a
los padres respecto de sus hijos menores de edad.
Incapacidad de ejercicio
Fundamento:
Las incapacidades de ejercicio son establecidas por la ley para preservar o defender los
intereses de personas que, por su falta de madurez o de salud mental, no se encuentran en
condiciones de ejercer por sí los derechos o de cumplir las obligaciones o deberes jurídicos a
su cargo, derivadas de las relaciones jurídicas.
Caracteres:
Las incapacidades de ejercicio se sustentan en la falta de aptitud psíquica de la persona, que
le impide ejercitar por sí sus derechos y cumplir las obligaciones o deberes jurídicos a su
cargo. Esas incapacidades, de carácter protectorio o tuitivo, son susceptibles de ser suplidas a
través de la representación de la persona de que se trate o de un sistema de apoyos que
regula especialmente el CU. A diferencia de la incapacidad de derecho, que siempre es
relativa, las incapacidades de ejercicio pueden ser absolutas o relativas.
Inhabilitados
El art.32 CU, en su primer párrafo, dispone que las personas mayores de trece años que
padecen una adicción o una alteración mental permanente o prolongada de suficiente
gravedad pueden ser objeto de una restricción judicial de su capacidad para determinados
actos. De este modo se ha dado respuesta legal a los casos de adicciones al alcohol y a las
drogas y a los supuestos de personas disminuidas en sus facultades mentales, que, eran
supuestos de inhabilitaciones en el régimen del C.C.
Ha quedado, entonces, como único supuesto de inhabilitación reglado en el CU el de los
pródigos.
El art.48 CU dispone que pueden ser inhabilitados quienes por la prodigalidad en la gestión de
sus bienes expongan a su cónyuge, conviviente o a sus hijos menores de edad o con
discapacidad a la pérdida del patrimonio. A estos fines, se considera persona con
discapacidad, a toda persona que padece una alteración funcional permanente o prolongada,
física o mental, que en relación a su edad y medio social implica desventajas considerables
para su integración familiar, social, educacional o laboral. La acción sólo corresponde al
cónyuge, conviviente y a los ascendientes y descendientes.
La declaración de inhabilitación importa la designación de un apoyo, que debe asistir al
inhabilitado en el otorgamiento de actos de disposición entre vivos y en los demás actos que el
juez fije en la sentencia.
El cese de la inhabilitación se decreta por el juez que la declaró, previo examen
interdisciplinario que dictamine sobre el restablecimiento de la persona.
Si el restablecimiento no es total, el juez puede ampliar la nómina de actos que la persona
puede realizar por sí o con apoyo (arts.49 y 50).
A diferencia del régimen anterior en que siempre se designaba un curador al inhabilitado, en el
CU se prevé que un apoyo asista a aquél en los actos de disposición de bienes y en aquellos
que especialmente haya señalado la sentencia.
Nombre
Concepto y caracteres
Es la denominación que se da a una persona, que permite identificarla y distinguirla de las
demás. Este instituto no fue previsto en el régimen del Código Civil. Recién en 1969 se dicto la
Ley 18.248, que lo reguló en forma orgánica, receptando en gran medida el derecho
consuetudinario entonces vigente. El CU ha actualizado el texto de dicha norma, para
adecuarlo a principios constitucionales que priorizan el derecho a la identidad, a la autonomía
de la voluntad y a la igualdad (Fundamentos del Anteproyecto de CU).
Naturaleza jurídica
Se trata de un atributo de la personalidad, que asume características de derecho y de deber a
la vez. Derecho, porque la persona tiene la facultad de hacer respetar su nombre y de acudir a
las vías legales para impedir que se obstaculice o impida su uso; y deber, porque el orden
social y jurídico exige un medio de individualización de las personas. En este sentido, el art.62
CU establece: “La persona humana tiene el derecho y el deber de usar el prenombre y el
apellido que le corresponden”.
El prenombre
El art.63 CU prevé las reglas básicas a que deberá ajustarse el prenombre (anteriormente
denominado nombre individual o nombre de pila) de las personas: “La elección del prenombre
está sujeta a las reglas siguientes:
a) corresponde a los padres o a las personas a quienes ellos den su autorización para tal fin; a
falta o impedimento de uno de los padres, corresponde la elección o dar la autorización al otro;
en defecto de todos, debe hacerse por los guardadores, el Ministerio Público o el funcionario
del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas;
b) no pueden inscribirse más de tres prenombres, apellidos como prenombres, primeros
prenombres idénticos a primeros prenombres de hermanos vivos; tampoco pueden inscribirse
prenombres extravagantes;
c) pueden inscribirse nombres aborígenes o derivados de voces aborígenes autóctonas y
latinoamericanas”.
El apellido
a) Hijos matrimoniales:
El art.64 CU, en consonancia con la ley de matrimonio igualitario, con la doctrina de la Corte
Suprema orientada a eliminar de la legislación toda forma de discriminación por razones de
sexo, y atendiendo al superior interés del niño, modifica sustancialmente el régimen anterior, y
establece: “El hijo matrimonial lleva el primer apellido de alguno de los cónyuges; en caso de
no haber acuerdo, se determina por sorteo realizado en el Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas. A pedido de los padres, o del interesado con edad y madurez
suficiente, se puede agregar el apellido del otro. Todos los hijos de un mismo matrimonio deben
llevar el apellido y la integración compuesta que se haya decidido para el primero de los
hijos...”.
Hijos extramatrimoniales:
El art.64 CU, en su última parte, de acuerdo con los principios tenidos en mira para reglar el
apellido de los hijos matrimoniales, prevé la situación de los hijos extramatrimoniales: “…El hijo
extramatrimonial con un solo vínculo filial lleva el apellido de ese progenitor. Si la filiación de
ambos padres se determina simultáneamente, se aplica el primer párrafo de este artículo. Si la
segunda filiación se determina después, los padres acuerdan el orden; a falta de acuerdo, el
juez dispone el orden de los apellidos, según el interés superior del niño”.
El art.65 CU establece que la persona menor de edad sin filiación determinada debe ser
anotada por el oficial del Registro del Estado Civil y Capacidad de las personas con el apellido
que está usando, o en su defecto, con un apellido común”. Prácticamente en los mismos
términos, esta solución estaba consagrada en el art.6 de la Ley 18.248.
Bajo el título de “Casos Especiales”, el art.66 CU determina que la persona con edad y grado
de madurez suficiente que carezca de apellido inscripto puede pedir la inscripción del que está
usando.
La disposición repite la solución que para este caso consagraba el último párrafo del art.6 de la
Ley 18.248, pero, a diferencia del antecedente, ya no exige que la persona haya alcanzado la
mayoría de edad, sino una “edad y grado de madurez suficiente”. Esta mención se
corresponde con la previsión contenida en el art.26 CU, según la cual “la persona menor de
edad ejerce sus derechos a través de sus representantes legales. No obstante, la que cuenta
con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por sí los actos que le son permitidos
por el ordenamiento jurídico…”.
Aunque es plausible la posibilidad que el art.66 CU acuerda a los menores de edad para actuar
por sí en el pedido de inscripción del apellido que estén usando, la dificultad se le va a generar
al jefe del Registro Civil para determinar “el grado de madurez suficiente” en el peticionante,
que la disposición exige.
c) Hijos adoptivos:
El CU en los arts.619 y 620 regula tres tipos de adopción:
a) plena: confiere al adoptado la condición de hijo y extingue los vínculos jurídicos con la
familia de origen, con la excepción de que subsisten los impedimentos matrimoniales. El
adoptado tiene en la familia adoptiva los mismos derechos y obligaciones de todo hijo.
b) simple: confiere el estado de hijo al adoptado, pero no crea vínculos jurídicos con los
parientes ni con el cónyuge del adoptante
c) de integración: se configura cuando se adopta al hijo del cónyuge o del conviviente
(mantiene el vínculo filiatorio y sus efectos derivados entre el adoptado y su progenitor de
origen, cónyuge o conviviente del adoptante).
En materia de nombre, y con alcance a las tres formas de adopción, el art.623 establece: “El
prenombre del adoptado debe ser respetado. Excepcionalmente y por razones fundadas en las
prohibiciones establecidas en las reglas para el prenombre en general o en el uso de un
prenombre con el cual el adoptado se siente identificado, el juez puede disponer la modificación
del prenombre en el sentido que se le peticione”.
En la adopción plena, el apellido del hijo se rige por las reglas siguientes (art. 626 CU):
a) si se trata de una adopción unipersonal, el hijo adoptivo lleva el apellido del adoptante; si el
adoptante tiene doble apellido, puede solicitar que éste sea mantenido.
b) si se trata de una adopción conjunta, se aplican las reglas generales relativas al apellido de
los hijos matrimoniales, anteriormente vistas.
c) excepcionalmente, y fundado en el derecho a la identidad del adoptado, a petición de parte
interesada, se puede solicitar agregar o anteponer el apellido de origen al apellido del
adoptante o al de uno de ellos si la adopción es conjunta.
En todos los casos, si el adoptado cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, el juez
debe valorar especialmente su opinión.
En la adopción simple, el art.627 inc. d) del CU prevé que el adoptado que cuente con la edad
y grado de madurez suficiente o los adoptantes, en su caso, pueden solicitar se mantenga el
apellido de origen, sea adicionándole o anteponiéndole el apellido del adoptante o uno de ellos.
A falta de petición expresa, la adopción simple se rige por las mismas reglas de la adopción
plena.
Toda vez que la adopción simple, a diferencia de la plena, es revocable (causa de indignidad;
petición justificada del adoptado mayor de edad; acuerdo de adoptante con el adoptado mayor
de edad manifestado judicialmente), el art.629 CU “in fine” dispone que, revocada la adopción,
el adoptado pierde el apellido de adopción. Sin embargo, con fundamento en el derecho a la
identidad, puede ser autorizado por el juez a conservarlo.
Por último, en la adopción de integración el adoptado tiene un solo vínculo filial de origen, se
inserta en la familia del adoptante con los efectos de la adopción plena. En materia de nombre
se aplican las reglas antes vistas, establecidas en el art.626 CU.
En cambio, en el supuesto de que el adoptado tenga doble vínculo filial de origen, tanto él,
cuando cuente con edad y grado de madurez suficiente, como los adoptantes, en su caso,
podrán solicitar se mantenga el apellido de origen, sea adicionándole o anteponiéndole el
apellido del adoptante o uno de ellos. A falta de petición expresa en tal sentido, se aplican las
reglas de la adopción plena en materia de apellido (conf. arts.631, 621 y 627 inc.d) CU)
La adopción de integración es revocable por las mismas causales previstas para la adopción
simple (art.633 CU). Si bien nada se establece en el CU respecto de los efectos que de tal
revocación se derivan, parece lógico la aplicación analógica de la solución contenida al final del
art.629 CU: “…Revocada la adopción, el adoptado pierde el apellido de adopción. Sin
embargo, con fundamento en el derecho a la identidad, puede ser autorizado por el juez a
conservarlo”.
Estado
Concepto
El estado como atributo es la posición jurídica que una persona ocupa en sociedad, de la cual
se deriva un conjunto de derechos y obligaciones.
En nuestro orden, por sus importantes consecuencias en el plano jurídico, sólo alcanza
relevancia el estado de familia. De ahí que -a nuestro entender- no corresponda dar otra
significación al estado como atributo de la personalidad. Así, entonces, se podrá tener el
estado de hijo, de padre, de soltero, viudo, casado o divorciado, etc.
Caracteres
a) Es de orden público: en aras de la organización de la sociedad, el Estado dicta normas
regulatorias del estado de familia que tienen carácter imperativo, es decir, que no pueden
ser dejadas de lado por voluntad de las partes.
b) Inalienable.
c) Irrenunciable.
d) No caduca por el transcurso del tiempo.
Posesión de estado
Se dice que hay posesión de estado de familia cuando una persona ocupa una determinada
posición en la misma, disfruta de las prerrogativas y asume los deberes que de esa situación
se derivan.
c) por la no observancia de las formalidades prescriptas por la ley para el otorgamiento del acto
(art.290 CU).
Es criterio general en la materia que, cuando el vicio de forma que afecte el acto resulte
subsanable, no procederá la nulidad; ello, con vistas a evitar el perjuicio que una medida de tal
magnitud acarrearía a las partes interesadas, que a partir de ese momento quedarían
imposibilitadas de probar los hechos o actos respecto de los cuales esas partidas hacían plena
fe.
Domicilio
Concepto
Es el lugar que la ley establece como asiento de una persona, con vistas a la producción de
efectos jurídicos.
Distintas especies
En primer lugar, se distingue entre domicilio general y domicilio especial.
El domicilio general es el que la ley fija para producir con amplitud efectos jurídicos respecto de
la persona (produce efectos cualesquiera sean las relaciones jurídicas implicadas). El domicilio
especial, en cambio, está previsto para producir efectos jurídicos determinados (respecto de
algunas relaciones jurídicas específicas).
El domicilio general, a su vez, reconoce dos subespecies: domicilio real y domicilio legal.
El domicilio especial, que en el régimen del C.C.se subdividía, a su vez, en convencional,
procesal, de sucursales, etc., en el CU ha sido previsto en el art.75 CU como sinónimo de
domicilio contractual.
Distintos supuestos
El art.74 CU, en forma taxativa, prevé diversos casos de domicilio legal:
a) los funcionarios públicos, tienen su domicilio en el lugar en que deben cumplir sus funciones,
no siendo éstas temporarias, periódicas, o de simple comisión.
b) los militares en servicio activo tienen su domicilio en el lugar en que lo están prestando.
c) los transeúntes o las personas de ejercicio ambulante, como los que no tienen domicilio
conocido, lo tienen en el lugar de su residencia actual.
La misma solución se reitera en el art.76 CU: “La persona cuyo domicilio no es conocido lo
tiene en el lugar en que se encuentra; y si este también se ignora en el último domicilio
conocido”.
d) las personas incapaces lo tienen en el domicilio de sus representantes.
En el caso de las personas jurídicas privadas, los arts.152, 169 y 170 CU han previsto lo
relativo a su domicilio y sede social. De ahí que corresponda su exclusión de la enumeración
de los casos de domicilio legal. Por lo demás, es de señalar que en materia de personas
jurídicas regularmente constituidas es determinante la sede social que se encuentre inscripta
ante la autoridad de contralor en materia de personas jurídicas.
Domicilio especial
El art.75 CU,establece que “las partes de un contrato pueden elegir un domicilio para
el ejercicio de los derechos y obligaciones que de él emanan”
Es el lugar particularmente previsto para producir efectos jurídicos determinados.
La fijación de un domicilio especial a los fines del contrato es una práctica común que,
ante el supuesto de incumplimiento, posibilita a las partes promover las acciones legales
sin necesidad de recurrir a indagaciones para conocer el domicilio al que habrá de
notificarse la demanda.
Los domicilios especiales no pueden ser cambiados si no media consentimiento previo de
las partes del contrato.
Caracteres:
Es voluntario y excepcional. Aunque una vez establecido, se transforma en obligatorio
para las partes del contrato (conf. art.959 CU).
Efecto:
El art.78 CU, mejorando sensiblemente la redacción del art.102 C.C., establece: “El domicilio
determina la competencia de las autoridades en las relaciones jurídicas. La elección de un
domicilio produce la prórroga de la competencia”.
La prórroga de la competencia es el principal efecto derivado de la fijación de un domicilio
especial en un contrato. La cuestión a decidir (normalmente relativa a la interpretación o
ejecución del contrato), en lugar de ser sometida, por ejemplo, al juez del domicilio del lugar en
que deba cumplirse la obligación, como correspondería de acuerdo al art.5° inc.3 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación, va a ser planteada al juez del domicilio constituido por
el deudor.
Es importante destacar que la prórroga de la competencia sólo resulta procedente cuando en la
materia sobre la que habrá de resolver el juez del domicilio especial no se encuentre implicado
el orden público. Así, por ejemplo, si el deudor (incumplidor del contrato) se encuentra
concursado, el acreedor no puede promover una acción individual de cobro de lo adeudado por
ante el juez del domicilio especial contractual, porque en los concursos (proceso universal)
opera el denominado “fuero de atracción”, en virtud del cual todas las acciones judiciales de
contenido patrimonial contra el deudor deben tramitar ante el juez del concurso. Esto es así,
porque el “fuero de atracción” es de orden público.
.El art.51 CU establece: “La persona humana es inviolable y en cualquier circunstancia tiene
derecho al reconocimiento y respeto de su dignidad”.
El art.52 CU, en enumeración no taxativa, dispone: “La persona humana lesionada en su
intimidad personal o familiar, honra o reputación, imagen o identidad, o que de cualquier
modo resulte menoscabada en su dignidad personal, puede reclamar la prevención y
reparación de los daños sufridos, conforme a lo dispuesto en el Libro Tercero, Título V,
Capítulo 1” (normas relativas al deber genérico que pesa sobre todas las personas de evitar
causar daño a otro, disminuir su magnitud o no agravarlo, según las circunstancias del caso;
y de repararlo, en caso de haberse causado).
El art.53 CU, refiere que para captar o reproducir la imagen o la voz de una persona resulta
necesario el consentimiento previo de ésta, salvo:
a) que la persona participe en actos públicos;
b) que exista un interés científico, cultural o educacional prioritario, y se tomen las
precauciones suficientes para evitar un daño innecesario;
c) que se trate del ejercicio regular del derecho de informar sobre acontecimientos de
interés general.
En caso de personas fallecidas, pueden prestar el consentimiento sus herederos o aquel a
quien hubiere designado el causante en su testamento. En caso de existir desacuerdo entre
los herederos de un mismo grado (en una sucesión el grado determina la mayor o menor
proximidad parental del heredero con el causante; así, los hijos del fallecido están en el
primer grado con respecto a éste, los nietos en el segundo, los bisnietos en el tercero) es el
Juez quien debe resolver. Pasados veinte años desde la muerte de la persona de que se
trate, la reproducción no ofensiva de su imagen o voz es libre.
Es importante destacar que, no obstante la excepción que la disposición prevé, la
reproducción de la imagen o la voz de una persona pública (funcionario gubernamental,
artista, deportista, etc.) debe corresponderse con actos, reuniones o eventos en los que
intervenga públicamente lesa persona. La vida privada de una persona pública, es privada
es ilegítima cualquier intromisión.
El art.54 CU establece que “no es exigible el cumplimiento del contrato que tiene por objeto
la realización de actos peligrosos para la vida o la integridad de una persona, excepto que
correspondan a su actividad habitual y que se adopten las medidas de prevención y
seguridad adecuadas a las circunstancias”. La disposición tiene estrecha relación con el
tema del Objeto de los Contratos y no corresponde su análisis en este momento. De todos
modos, es de resaltar la preocupación del Legislador por dar amplia protección a la persona
humana, aun en situaciones en que pueda haber prestado su consentimiento para llevar a
cabo una tarea o labor de riesgo.
El art.56 CU prohíbe los actos de disposición sobre el propio cuerpo, en la medida que
ocasionen una disminución permanente de su integridad o resulten contrarios a la ley, la
moral o las buenas costumbres, excepto que sean requeridos para el mejoramiento de la
salud de la persona, y excepcionalmente de otra persona, de conformidad a lo dispuesto en
el ordenamiento jurídico. La ablación de órganos para ser implantados en otras personas se
rige por la legislación especial. El consentimiento para los actos no comprendidos en la
prohibición establecida en el primer párrafo no puede ser suplido, y es libremente
revocable”.
Esta disposición complementa de algún modo a la previsión contenida en el art.17 CU,
según la cual: “Los derechos sobre el cuerpo humano o sus partes no tienen un valor
comercial, sino afectivo, terapéutico, científico, humanitario o social y sólo pueden ser
disponibles por su titular siempre que se respete alguno de esos valores y según lo
dispongan las leyes especiales”.
La prohibición contenida en el art.56 CU reconoce distintas excepciones. Tal el caso de las
intervenciones quirúrgicas orientadas a preservar la salud de la persona, o la ablación
consentida de un órgano para ser transplantado a otra persona. La misma situación de
excepción se da en el supuesto de que una persona mayor de edad se someta
voluntariamente a una intervención quirúrgica de esterilización (ligadura de las trompas de
Falopio en la mujer o vasectomía en el hombre), especialmente regulada en la Ley 26.130.
También supone una excepción, como surge claro del texto del artículo 56 CU, la ablación
de órganos para transplantes, que se rige por la Ley 24.193 y modificatorias.
El art.59 CU está referido a los recaudos que deben cumplirse para lograr el consentimiento
para actos médicos e investigaciones en salud.
La disposición exige que el paciente reciba información clara, precisa y adecuada, respecto
a:
a) su estado de salud;
b) el procedimiento propuesto y los objetivos que se persiguen;
c) los beneficios esperados;
d) los riesgos, molestias y efectos adversos previsibles;
e) la especificación de los procedimientos alternativos y sus riesgos, beneficios y perjuicios
en relación con el procedimiento propuesto;
f) las consecuencias previsibles de la no realización del procedimiento propuesto o del
alternativo sugerido;
g) en caso de padecer una enfermedad irreversible, incurable, o cuando se encuentre en
estado terminal, o haya sufrido lesiones que lo coloquen en igual situación, el derecho a
rechazar los procedimientos quirúrgicos, de hidratación, alimentación, de reanimación
artificial o al retiro de medidas de soporte vital, cuando sean extraordinarios o
desproporcionados en relación a las perspectivas de mejoría, o produzcan sufrimiento
desmesurado, o tengan por único efecto la prolongación en el tiempo de ese estadio
terminal irreversible e incurable;
h) el derecho a recibir cuidados paliativos integrales en el proceso de atención de su
enfermedad o padecimiento.
En su última parte, la norma expresa: “Ninguna persona con discapacidad puede ser
sometida a investigaciones en salud sin su consentimiento libre e informado, para lo cual se
le debe garantizar el acceso a los apoyos que necesite. Nadie puede ser sometido a
exámenes o tratamientos clínicos o quirúrgicos sin su consentimiento libre e informado,
excepto disposición legal en contrario. Si la persona se encuentra absolutamente
imposibilitada para expresar su voluntad al tiempo de la atención médica y no la ha
expresado anticipadamente, el consentimiento puede ser otorgado por el representante
legal, el apoyo, el cónyuge, el conviviente, el pariente o el allegado que acompañe al
paciente, siempre que medie situación de emergencia con riesgo cierto e inminente de un
mal grave para su vida o su salud. En ausencia de todos ellos, el médico puede prescindir
del consentimiento si su actuación es urgente y tiene por objeto evitar un mal grave al
paciente”.
El artículo complementa el panorama de protección y seguridades que brindan a la persona
humana la Ley 26.529, relativa a los Derechos del paciente, historia clínica y consentimiento
informado y su modificatoria N°26.742, que introdujo algunos cambios en la primera norma,
con vista a incluir previsiones en materia de “muerte digna”.
Clasificación
El art.145 CU clasifica a las personas jurídicas en públicas y privadas. El CU se aparta de la
denominación que se utilizaba en la clasificación contenida en el art.33 C.C., que las mencionaba como
de carácter público o privado.
a) el Estado nacional, las provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los municipios, las
entidades autárquicas y las demás organizaciones constituidas en la República a las que el
ordenamiento jurídico atribuya ese carácter;
b) los Estados extranjeros, las organizaciones a las que el derecho internacional público reconozca
personalidad jurídica y toda otra persona jurídica constituida en el extranjero cuyo carácter público
resulte de su derecho aplicable;
c) la Iglesia Católica.
Dispone el art.148 CU: “Son personas jurídicas privadas: a) las sociedades; b) las
asociaciones civiles; c) las simples asociaciones; d) las fundaciones; e) las iglesias,
confesiones, comunidades o entidades religiosas; f) las mutuales; g) las cooperativas;
h) el consorcio de propiedad horizontal; i) toda otra contemplada en las disposiciones
de este Código o en otras leyes y cuyo carácter de tal se establece o resulta de su
finalidad y normas de funcionamiento”.
La existencia de la persona jurídica privada comienza desde su constitución, es decir,
desde el otorgamiento del instrumento que le da origen. No es necesaria la autorización
legal para funcionar, salvo que una disposición expresamente así lo exija. En este
último caso, la persona jurídica no puede comenzar a funcionar antes de obtenerla
(conf. art.142 CU).
Estatutos
Atributos de la personalidad
En los fundamentos que acompañaron en su momento al Anteproyecto de Código Civil y Comercial,
la Comisión Redactora refiere como novedad en el texto normativo: “La regulación de los atributos y
efectos de la personalidad jurídica, entre ellos el nombre –cuya importancia ante la complejidad de las
relaciones sociales amerita algún grado de detalle en la regulación-, el domicilio y la sede social, el
objeto como determinante de la capacidad de derecho de la persona, y el patrimonio y su función no
sólo de garantía de los derechos de terceros, sino de aptitud para el cumplimiento del objeto de la
persona jurídica…”.
Los veremos suscintamente a continuación.
a.Nombre:
El art.151 CU establece: “La persona jurídica debe tener un nombre que la identifique como tal, con el
aditamento indicativo de la forma jurídica adoptada. La persona jurídica en liquidación debe aclarar
esta circunstancia en la utilización de su nombre.
El nombre debe satisfacer recaudos de veracidad, novedad y aptitud distintiva, tanto respecto de otros
nombres, como de marcas, nombres de fantasía u otras formas de referencia a bienes o servicios, se
relacionen o no con el objeto de la persona jurídica.
No puede contener términos o expresiones contrarios a la ley, el orden público o las buenas
costumbres ni inducir a error sobre la clase u objeto de la persona jurídica. La inclusión en el nombre
de la persona jurídica del nombre de personas humanas requiere la conformidad de éstas, que se
presume si son miembros. Sus herederos pueden oponerse a la continuación del uso, si acreditan
perjuicios materiales o morales”.
El nombre, según hemos visto al referirnos a este atributo en las personas humanas, es la
denominación que se da a una persona, que permite identificarla y distinguirla de las demás.
En materia de personas jurídicas, en general, los registros locales, no autorizan la denominación
cuando sea igual o similar a otras ya existentes o cuando pueda inducir a error sobre la naturaleza o
características de la entidad, o confundirse con la denominación de otras entidades, especialmente,
de bien público.
b.Domicilio:
Establece el art.152 CU: “El domicilio de la persona jurídica es el fijado en sus estatutos o en la
autorización que se le dio para funcionar. La persona jurídica que posee muchos establecimientos o
sucursales tiene su domicilio especial en el lugar de dichos establecimientos sólo para la ejecución de
las obligaciones allí contraídas. El cambio de domicilio requiere modificación del estatuto. El cambio
de sede, si no forma parte del estatuto, puede ser resuelto por el órgano de administración”.
Se tienen por válidas y vinculantes para la persona jurídica todas las notificaciones efectuadas en la
sede inscripta (art.153 CU).
El domicilio es la jurisdicción territorial en que la persona jurídica se inscribe o recibe la autorización
estatal para funcionar (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Ciudad de La Plata - Provincia de Buenos
Aires, Ciudad de Resistencia - Provincia de Chaco; Concepción del Uruguay – Provincia de Entre
Ríos), la sede social es la indicación de calle y número. En el estatuto debe figurar el domicilio, en
tanto que la sede social puede comunicarse a la autoridad de contralor en materia de personas
jurídicas mediante una nota del órgano de administración.
c.Patrimonio:
d. Objeto:
El art.156 CU establece: “El objeto de la persona jurídica debe ser preciso y determinado”.
Referimos al inicio del punto que la Comisión Redactora juzga al objeto como determinante de la
capacidad de derecho de la persona jurídica. Hace aplicación del “principio de especialidad”, según el
cual las personas jurídicas pueden realizar solamente aquellos actos vinculados al objeto de la
entidad y, aunque no se encuentren previstos especialmente en el estatuto, llevar a cabo aquellos
otros que hagan a la mejor consecución de los fines de la entidad.
Si bien la intención de la Comisión Redactora ha sido la de incluir en el Código una parte general en
materia de personas jurídicas, es necesario reconocer que en lo relativo al objeto existen importantes
diferencias entre las asociaciones civiles y las fundaciones (reguladas especialmente en el CU), por
una parte, y las sociedades, dotadas de una ley especial, por la otra.
El art.168, dispone que “la asociación civil debe tener un objeto que no sea contrario al interés general
o al bien común. El interés general se interpreta dentro del respeto a las diversas identidades,
creencias y tradiciones, sean culturales, religiosas, artísticas, literarias, sociales, políticas o étnicas que
no vulneren los valores constitucionales. No puede perseguir el lucro como fin principal, ni puede tener
por fin el lucro para sus miembros o terceros”.
El art.193, relativo a las fundaciones, dispone que éstas son personas jurídicas que se constituyen
con una finalidad de bien común y sin propósito de lucro.
En ambos casos (asociaciones civiles y fundaciones), que requieren autorización del Estado para
funcionar, la aplicación del referido “principio de especialidad”, derivación lógica de la postura de la
Comisión, según la cual el objeto es la medida de la capacidad, no encuentra mayores obstáculos.
Distinta es la situación en la Ley General de Sociedades, N°19.550, donde la doctrina comercialista
mayoritaria no ve en el objeto un límite a la capacidad de la sociedad sino un criterio apto para el
juzgamiento de la responsabilidad de representantes y administradores de la entidad (conf. art. 58
LGS).
Funcionamiento
Disolución
La disolución es un acto jurídico por el cual, ante la comprobación de la existencia de alguna de las
causales previstas en la ley o en el estatuto, se da apertura al proceso liquidatorio que pondrá fin a la
existencia como persona jurídica de la entidad de que se trate.
De acuerdo al art.163 CU, la persona jurídica se disuelve por:
a) la decisión de sus miembros adoptada por unanimidad o por la mayoría establecida por el estatuto
o disposición especial;
b) el cumplimiento de la condición resolutoria a la que el acto constitutivo subordinó su existencia;
c) la consecución del objeto para el cual la persona jurídica se formó, o la imposibilidad sobreviviente
de cumplirlo;
d) el vencimiento del plazo;
e) la declaración de quiebra; la disolución queda sin efecto si la quiebra concluye por avenimiento o se
dispone la conversión del trámite en concurso preventivo, o si la ley especial prevé un régimen
distinto;
f) la fusión respecto de las personas jurídicas que se fusionan o la persona o personas jurídicas cuyo
patrimonio es absorbido; y la escisión respecto de la persona jurídica que se divide y destina todo su
patrimonio;
g) la reducción a uno del número de miembros, si la ley especial exige pluralidad de ellos y ésta no es
restablecida dentro de los tres meses;
h) la denegatoria o revocación firmes de la autorización estatal para funcionar, cuando ésta sea
requerida;
i) el agotamiento de los bienes destinados a sostenerla;
j) cualquier otra causa prevista en el estatuto o en otras disposiciones de este Título o de ley especial.
En los casos en que una persona jurídica necesita autorización del Estado para funcionar (p.ej:
asociaciones civiles y fundaciones), la revocación de dicha autorización debe fundarse en la comisión
de actos graves que importen la violación de la ley, el estatuto y el reglamento.
Antes del vencimiento del plazo de duración fijado en el estatuto, el órgano de gobierno de la persona
jurídica (asamblea de socios o asociados, consorcistas, miembros de Consejo de Administración en
las fundaciones, etc.) puede prorrogarlo, mediante el voto de las mayorías previstas en el estatuto o
exigidas por la ley. La resolución en tal sentido debe ser presentada ante la autoridad de contralor
que corresponda, antes del vencimiento del plazo.
Una vez vencido el plazo de duración, la persona jurídica podrá ser reconducida (reactivada)
mientras no haya concluido su liquidación, por decisión de sus miembros adoptada por unanimidad o
la mayoría requerida por la ley o el estatuto, siempre que la causa de su disolución pueda quedar
removida por decisión de los miembros o en virtud de la ley (conf. arts.164 a 166 CU).
Liquidación
Operada una causal de disolución se abre el proceso liquidatorio de la persona jurídica.
El art.167 CU dispone que, vencido el plazo de duración, resuelta la disolución u ocurrida otra causa y
declarada en su caso por los miembros, la persona jurídica no puede realizar operaciones, debiendo
en su liquidación concluir las pendientes.
La liquidación consiste en el cumplimiento de las obligaciones pendientes con los bienes del activo del
patrimonio de la persona jurídica o su producido en dinero. Previo pago de los gastos de liquidación y
de las obligaciones fiscales, el remanente, si lo hay, se entrega a sus miembros o a terceros,
conforme lo establece el estatuto o lo exige la ley.
En caso de infracción responden ilimitada y solidariamente sus administradores y aquellos miembros
que, conociendo o debiendo conocer la situación y contando con el poder de decisión necesario para
ponerle fin, omiten adoptar las medidas necesarias al efecto.
b) Asociaciones civiles
Las asociaciones civiles son entidades creadas con un objeto altruista o de bien común, de carácter
abierto al ingreso y egreso de asociados, que se sostienen con las cuotas, ordinarias y
extraordinarias, que aportan periódicamente sus asociados y las donaciones de personas que
colaboran con la institución. En cada jurisdicción, deben inscribirse ante la entidad pública de contralor
en materia de personas jurídicas, que es quien les otorga la autorización estatal para funcionar y las
dota de personería jurídica, previo control de
necesarias para la vida institucional son desarrolladas por distintos órganos.
La administración está a cargo de la Comisión Directiva, cuyos principales cargos son el de
Presidente, Secretario y Tesorero. De acuerdo a la importancia de la Entidad, el órgano de
administración puede ser más amplio, agregándose a su integración Vicepresidente, Prosecretario,
Protesorero y Vocales.
La representación legal de la Asociación está a cargo del Presidente de la Comisión Directiva.
Como en toda organización asociativa, el órgano de gobierno está conformado por la Asamblea de
Asociados (cuando la Entidad, como por ejemplo algunos clubes deportivos, tiene una gran masa de
socios, el órgano de gobierno está compuesto por la Asamblea de Representantes o de Delegados).
Finalmente, el órgano de fiscalización, que no tiene una denominación establecida por la ley (a veces
recibe el nombre de Consejo de Gastos y Recursos, de Sindicatura, de Junta Revisora de Cuentas),
está a cargo de asociados y su función básica de controlar la administración institucional.
El CU las regula en los arts.168 a 186.
c) Simples asociaciones
En el régimen del Código Civil, las simples asociaciones carecían de personería jurídica, aunque en el
art.46 se les reconocía el carácter de sujetos de derecho, lo que originó no pocas discusiones en
doctrina acerca de qué era lo que podían hacer y qué lo que les estaba vedado; tanto más cuando los
conceptos de “personalidad jurídica” y ”sujeto de derecho” expresan exactamente lo mismo, es decir,
aptitud para crear, modificar, transferir y extinguir derechos u obligaciones.
El CU puso fin a las discusiones, en la medida que las incluyó entre las entidades con personalidad
jurídica.
Las simples asociaciones deben apreciarse como una manifestación del ejercicio del derecho
constitucional, contenido en el art.14 C.N., de asociarse con fines útiles. Así, son simples asociaciones
los clubes barriales, las sociedades de fomento, peñas, ateneos, etc.
No se les exige registración ante la autoridad de control en materia de personas jurídicas de la
jurisdicción en que funcionen, pero sí deben cumplir un requisito de forma, orientado a probar la
existencia de la entidad: el instrumento constitutivo debe ser otorgado por instrumento público o por
instrumento privado con firmas certificadas por escribano público. El nombre elegido debe llevar el
aditamento “simple asociación” o “asociación simple” (art.187 CU).
La simple asociación comienza su existencia como persona jurídica a partir de la fecha del acto
constitutivo.
d) Fundaciones
Las fundaciones son entidades sin fines de lucro que se conforman a partir de un patrimonio que se
afecta al cumplimiento de un fin de bien común. En muchos casos, una persona como disposición de
última voluntad incluida en su testamento, destina parte de su patrimonio a la creación de una
fundación. Otras veces, una empresa o personas particulares deciden destinar parte de sus bienes
para crear la entidad.
Lo destacable, en todo caso, es que coetáneamente con dicha decisión de asignación de un
patrimonio a la creación de la entidad, se fija el objeto de la misma (el fin de bien común).
La fundación no tiene asociados. Necesita autorización estatal para funcionar . Debe inscribirse ante
la Inspección General de Justicia, u organismo equivalente de cada jurisdicción, para obtener
personería jurídica.
Debe organizar su representación legal, administración y gobierno. Como no se trata de un ente
asociativo, la representación legal, administración y gobierno de la Entidad es desempeñada por un
único órgano: el Consejo de Administración (el estatuto establece cómo se eligen y remueven los
miembros de este órgano y cuánto duran en sus cargos).
La fiscalización de las fundaciones es externa y está a cargo de la autoridad de contralor en materia
de personas jurídicas de la jurisdicción que corresponda.
La Ley N°26.994, aprobatoria del Código Civil y Comercial de la Nación (CU) derogó la Ley de
Fundaciones N°19.836 y regula el instituto en los arts.193 a 224
CU.
f) Mutuales
Constituyen un tipo específico de asociaciones civiles que por la importancia y trascendencia que han
adquirido con el tiempo, han merecido el dictado de una ley especial.
La Ley N° 20.321, en su art.2°establece: “Son asociaciones mutuales las constituidas libremente sin
fines de lucro por personas inspiradas en la solidaridad, con el objeto de brindarse ayuda recíproca
frente a riesgos eventuales o de concurrir a su bienestar material y espiritual, mediante una
contribución periódica”.
Son prestaciones mutuales aquellas que, mediante la contribución o ahorro de sus asociados o
cualquier otro recurso lícito, tiene por objeto la satisfacción de necesidades de los socios ya sea
mediante asistencia médica, farmacéutica, otorgamiento de subsidios, préstamos, seguros,
construcción y compraventa de viviendas, promoción cultural, educativa, deportiva y turística,
prestación de servicios fúnebres, como así también cualquiera otra que tenga por objeto alcanzarles
bienestar material y espiritual (conf. art.3 Ley N° 20.321).
El origen de estas entidades se reconoce en la voluntad asociacionista orientada a mejorar las
condiciones de vida del grupo o comunidad. Ante determinadas contingencias de la vida, los sectores
sociales más desprotegidos aúnan esfuerzos para ayudarse entre sí.
Como antecedentes se registran las sociedades de socorros mutuos constituidas por las
colectividades extranjeras que inmigraron a la Argentina en la segunda mitad del siglo XIX y principios
del siglo XX.
El organismo de contralor es el Instituto Nacional de Asociacionismo y Economía Social (INAES).
Su organización es muy similar a la de las asociaciones civiles, a punto tal que, en doctrina, se las
considera como asociaciones civiles en sentido amplio.
g) Cooperativas
Son entidades fundadas en el esfuerzo propio y la ayuda mutua para organizar y prestar servicios,
que reúnen los siguientes caracteres:
-Tienen capital variable y duración ilimitada.
- No ponen límite estatutario al número de asociados.
- Conceden un solo voto a cada asociado, cualquiera sea el número de sus cuotas sociales y no
otorgan ventaja ni privilegio alguno a los iniciadores, fundadores y consejeros, ni preferencia a parte
alguna del capital (a diferencia de las sociedades, el capital está al servicio del trabajo).
- Cuentan con un número mínimo de diez asociados y no tienen número máximo.
- Distribuyen los excedentes (diferencia entre el costo del servicio o producto y el precio a que se
venden) en proporción al uso de los servicios sociales (el socio que más trabajó, el que más produjo).
- No tienen como fin principal ni accesorio la propaganda de ideas políticas, religiosas, de
nacionalidad, región o raza, ni imponen condiciones de admisión vinculadas con ellas.
- Fomentan la educación cooperativa.
- Prestan servicios a sus asociados y a no asociados.
- Limitan la responsabilidad de los asociados al monto de las cuotas sociales suscriptas.
- Establecen la irrepartibilidad de las reservas sociales y el destino desinteresado del sobrante
patrimonial en casos de liquidación (conf. art.2 Ley N° 20.337 de Cooperativas).
Existen cooperativas de producción, de trabajo, de servicios, de consumo, etc. En muchas provincias
de nuestro país, los servicios domiciliarios de electricidad o de gas son prestados por cooperativas.
Han servido muchas veces de vehículo legal apto para que empresas en situación de quiebra
continuaran trabajando bajo la dirección de sus propios trabajadores nucleados en cooperativas.
Al igual que las mutuales, están sometidas al contralor del INAES.
5) Bienes con relación a las personas de incidencia colectiva. Remisión (ver al final
pto.7)
6) Patrimonio
Concepto
El art.2312 C.C. establecía: “El conjunto de los bienes de una persona constituye su
patrimonio”.
El patrimonio debe ser concebido como una masa de bienes que constituye una entidad
abstracta, es decir, independiente de los elementos que la componen. Tales elementos
(derechos reales, títulos públicos, acciones, patentes industriales, mobiliario, etc.) pueden
cambiar o disminuir sin que se altere el conjunto como tal.
Ahora bien, el concepto de patrimonio sólo es completo si se consideran a las deudas que lo
gravan como parte integrantes de aquél.
Cuando el Código en su definición hacía referencia únicamente a los bienes, no lo hacía con
el objeto de excluir del concepto de patrimonio a las deudas que pesaban sobre la persona.
Salvat, saliendo al cruce de las críticas que había merecido la definición de patrimonio
incluida en el art.2312 C.C., explicaba que la palabra bienes tenía en el artículo un alcance
limitado a los bienes que quedan una vez deducidas las cargas que pesan sobre el
patrimonio. Es más, circunstancialmente, el patrimonio puede ser negativo, lo que se da en
el supuesto de que las deudas que lo graven superen a los bienes del titular; aun en este
caso extremo, el concepto de patrimonio no se diluye ni extingue.
A esta altura, resulta ocioso discutir si el patrimonio está integrado únicamente con bienes y
existen deudas por fuera de él que lo gravan o si, por el contrario, bienes y deudas son
parte del patrimonio, cuando la realidad de la vida diaria nos demuestra que las cargas,
deudas y gravámenes están cada vez más indisolublemente ligadas a la existencia y
mantenimiento de los bienes. Compramos con tarjeta de crédito en varias cuotas,
hipotecamos el inmueble que adquirimos o decidimos refaccionar, prendamos el automóvil
nuevo, somos deudores de servicios públicos, tasas municipales y de servicio de agua
corriente domiciliaria, expensas comunes si habitamos en un departamento bajo el régimen
de propiedad horizontal, impuestos por las ganancias obtenidas en el año y por el
incremento de bienes personales, etc. En fin, resulta una tarea ímproba imaginarnos un
patrimonio esencialmente puro y despojado de deudas, justamente porque las deudas están
ahí, integrándolo.
Para culminar, y siempre con referencia a la discusión de si las deudas son o no parte
integrante del patrimonio de las personas, cabe resaltar que lo que puede generar algún tipo
de duda con respecto a las personas físicas, surge meridianamente claro cuando la
situación se analiza desde el punto de vista de las personas jurídicas. Allí no caben dudas
de que el patrimonio, como atributo de la personalidad, está integrado tanto por bienes
como por deudas.
El CU no contiene una norma equivalente al art.2312 C.C.; por tal razón, hemos
desarrollado el concepto de patrimonio a partir del antiguo art. 2312 C.C. y de la doctrina
que se ha formado en torno a él.
b) Derechos reales:
Son aquellos que confieren a su titular un poder o señorío inmediato sobre una cosa, de
modo tal de poder usarla, servirse de ella, beneficiarse con sus frutos, etc. Tales
atribuciones son plenas en el derecho de dominio y más limitadas en los otros derechos
reales: servidumbre, usufructo, uso, etc.
Los derechos reales sólo pueden ser creados por ley (art.1884 CU), por tanto, la
enumeración que de ellos hace el art.1887 CU tiene carácter taxativo (se sigue en esta
materia el principio de número cerrado contenido en el art.2503 C.C.).
Como particularidad destacable, cabe decir que los derechos reales atribuyen a su titular la
facultad de perseguir la cosa en poder de quien se encuentre y de hacer valer su
preferencia con respecto a todo otro derecho real que pueda haberse constituido con
posterioridad sobre la misma cosa (conf. art.1886 CU).
c) Derechos intelectuales:
Se denominan así a los que tiene el autor de una determinada obra, de carácter artístico,
literario, musical, científica, para explotarla comercialmente y, en su caso, disponer de ella,
autorizando su publicación, su usufructo o transfiriéndola a terceros. También son derechos
intelectuales los que les corresponden a los inventores sobre sus creaciones.
En nuestro país es la Dirección Nacional del Derecho de Autor donde se registran obras
literarias, científicas, musicales, etc.; en tanto que el Instituto Nacional de la Propiedad
Industrial lleva los registros de Marcas, Patentes, Modelos y Diseños Industriales.
d) Las deudas:
Según ya lo hemos señalado, las deudas de la persona integran su patrimonio, pudiendo
darse el caso de un patrimonio de signo negativo cuando las deudas sean superiores a los
activos.
Se dice que el patrimonio es prenda común de los acreedores, para significar que los bienes
que lo integran se hallan afectados al cumplimiento de las obligaciones que pesan sobre la
persona.
Si bien en el C.C. no existía disposición alguna que consagrara este principio, la
El CU, ha consagrado expresamente el principio. El art.242 establece: “Todos los bienes del
deudor están afectados al cumplimiento de sus obligaciones y constituyen la garantía
común de sus acreedores, con excepción de aquellos que este Código o leyes especiales
declaran inembargables o inejecutables. Los patrimonios especiales autorizados por la ley
sólo tienen por garantía los bienes que los integran”.
c) Anotación de litis:
Cuando exista un pleito judicial relacionado con bienes registrables (muebles o inmuebles),
se puede solicitar que se inscriba en el registro respectivo la existencia de ese juicio, de
modo tal que los terceros que pudieran tener interés en esos bienes tomen conocimiento
que, como consecuencia del pleito, puede llegar a existir un cambio en la titularidad del bien
o reconocerse derechos sobre el mismo a quien no consta aún como propietario registrado.
d) Prohibición de innovar:
Cuando existiere la posibilidad de que la alteración de una situación de hecho o de derecho
pudiere influir en la sentencia a dictarse en un pleito o tornar en meramente ilusorio el fallo,
el juez podrá decretar una medida de no innovar, con distintos alcances, según las
particularidades del pleito (p.ej: disponer que ciertos bienes deban permanecer en cierto
lugar; que no se otorgue acto jurídico alguno que implique a cierto bien; que no se extienda
una certificación hasta que no se devele en el pleito una situación de duda, etc.).
e) Intervención judicial:
El juez podrá designar un interventor judicial en distintas situaciones: para desplazar al
órgano de administración de una sociedad o entidad hasta que se designe otra
administración; para recaudar periódicamente fondos que deban ser pagados por terceros al
deudor demandado (p. ej.: se designa un interventor recaudador para que los sábados y
domingos retire los ingresos de caja de un restaurante); etc.
Las referidas son las principales medidas precautorias o cautelares reguladas en los arts.
195 a 233 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
BIENES Y COSAS
El art. 2 3 11 del C.C. disponía: “Se llaman cosas en este Código, los objetos
corporales susceptibles de tener un valor” .
La reforma introducida por la Ley 17.711 sustituyó el término "corporales" contenido
en el artículo, por el de "materiales", que permitió considerar a la energía y a los
fluidos como cosas; lo que antes no era posible, teniendo en cuenta que tales
elementos carecen de corporalidad.
Coherente con lo expuesto, la citada reforma agregó a la norma que nos ocupa el
siguiente párrafo: "Las disposiciones referentes a las cosas son aplicables a la energía
y a las fuerzas naturales susceptibles de apropiación".
El CU, en consonancia con lo señalado en los Fundamentos del Anteproyecto por la
Comisión Redactora, en el sentido de incluir en el texto legal sólo aquellas
definiciones que tienen efecto normativo (ver pto.II Método), no contiene disposición
alguna referida a los conceptos de “bienes” y “cosas”. Por esa razón, seguiremos aquí
la rica elaboración doctrinaria formada durante la vigencia del Código Civil.
Entre bienes y cosas existe una relación de género a especie. Bienes son, tanto los
objetos materiales susceptibles de tener un valor económico (cosas en el concepto del
art. 2 3 11 C . C . ) , como los objetos inmateriales susceptibles de tener un valor econó -
mico (derechos personales, reales e intelectuales).
En el Capítulo anterior, cuando tratamos el contenido del patrimonio, no mencionamos
a las “cosas” en forma independiente y como un ítem más. Procedimos así porque las
cosas quedan comprendidas como objeto de los derechos reales.
a) Muebles e inmuebles
Son inmuebles por su naturaleza el suelo, las cosas incorporadas a él de una manera
orgánica y las que se encuentran bajo el suelo sin el hecho del hombre.
Son inmuebles por accesión las cosas muebles que se encuentran inmovilizadas por
su adhesión física al suelo, con carácter perdurable. En este caso, los muebles
forman un todo con el inmueble y no pueden ser objeto de un derecho separado sin
la voluntad del propietario.
No se consideran inmuebles por accesión las cosas afectadas a la explotación del
inmueble o a la actividad del propietario (arts.225 y 226 CU).
Son cosas muebles las que pueden desplazarse por sí mismas o por una fuerza
externa (art.227).
Las cosas se clasifican en muebles e inmuebles según pue dan trasladarse o se hallen
fijas en un lugar determinado, respectivamente.
Los inmuebles pueden serlo por naturaleza (las cosas que se encuentran inmovilizadas
por sí mismas, por ejemplo, el suelo y todas las cosas incorporadas a él) o por
accesión física (las cosas muebles adheridas físicamente al suelo con carácter
perdurable, como, por ejemplo, una piscina).
El CU ha eliminado de la clasificación una categoría de difícil interpretación, como lo
era la de los denominados inmuebles por accesión moral, contenida en el art.2316
C.C., que establecía: “Son también inmuebles las cosas muebles que se encuentran
puestas intencionalmente, como accesorias de un inmueble, por el propietario de éste,
sin estarlo físicamente”. Un ejemplo de inmuebles por accesión moral estaba dado por
el mobiliario de un departamento, ubicado en una ciudad balnearia, cuyo propietario
destina a alquiler durante la temporada de verano. Dado que esos muebles habían
sido destinados por el propietario al confort del inquilino, se transformaban en
inmuebles por accesión moral.
El art.226 CU, en su última parte dispone que no se consideran inmuebles por
accesión las cosas afectadas a la explotación del inmueble o a la actividad del
propietario, tal como serían, por ejemplo, un tractor que se utiliza para las tareas
agrícolas que se desarrollan en el campo de que se trate, o los equipos instalados en
una habitación de la casa que el propietario utiliza como consultorio odontológico.
Las cosas muebles que se mueven por sí mismas se denomi nan semovientes (ej.:
ganado), en tanto que las que exigen de una fuerza externa para su traslado o que tienen
incorporados mecanismos de propulsión se denominan locomóviles.
b) Divisibles e indivisibles
Son cosas divisibles las que pueden ser divididas en porciones reales sin ser destruidas,
cada una de las cuales forma un todo homogéneo y análogo tanto a las otras partes
como a la cosa misma.
Las cosas no pueden ser divididas si su fraccionamiento convierte en antieconómico su
uso y aprovechamiento. En materia de inmuebles, la reglamentación del fraccionamiento
parcelario corresponde a las autoridades locales (art.228 CU).
Para determinar si una cosa es divisible, la norma exige que, luego de materializada la
división, cada una de las partes resulte homogénea y análoga con las otras y con la cosa
misma.
La disposición veda la división de la cosa cuando su fraccionamiento convierte en
antieconómico su uso y aprovechamiento. Cabe preguntarse cuándo se da esta situación.
Un antiguo caso resuelto en el año 1969 por la Sala A de la Cámara Civil de la Capital
Federal determinó que “si la unidad de explotación de equilibrio económico oscila en la
zona de ubicación del bien alrededor de las 454 hectáreas, y el proyecto de subdivisión
da tres fracciones de 537, 581 y 617 hectáreas, no se afecta el aprovechamiento y uso
de la tierra, debiendo considerarse a cada una de esas tres parcelas como “unidades
económicas”.
En lo que hace a la división de inmuebles, el artículo, en su última parte, coloca en
cabeza de las autoridades locales dictar las normas relativas a su fraccionamiento.
Los inmuebles son divisibles, salvo casos excepcionales en que su fraccionamiento
resulta materialmente imposible o económicamente inconveniente (vetustez del edificio,
precariedad de alguna de sus construcciones, no tener cada una de las partes las
medidas mínimas exigidas por la Municipalidad del lugar de ubicación).
c) Principales y accesorias
El art. 229 CU establece: “Son cosas principales las que pueden existir por sí mismas”.
Son cosas accesorias aquellas cuya existencia y naturaleza son determinadas por otra
cosa de la cual dependen o a la cual están adheridas. Su régimen jurídico es el de la
cosa principal, excepto disposición legal en contrario.
Si las cosas muebles se adhieren entre sí para formar un todo sin que sea posible
distinguir la accesoria de la principal, es principal la de mayor valor. Si son del mismo
valor no hay cosa principal ni accesoria (art.230 CU).
Ejemplificaremos los casos.
Entre un camión y el acoplado, éste es accesorio del primero. Del mismo modo, las
autopartes consideradas individualmente son accesorias del automóvil.
Si a un automóvil se le instala un nuevo motor, pasan a formar un todo. ¿Cuál es la cosa
principal?. Parecería serlo el automóvil, porque es el de mayor valor.
Pero si se tratara de un automóvil viejo y de un motor nuevo, donde no se pudiera
determinar cuál es la cosa más valiosa, no habría cosa principal ni accesoria.
Frutos y productos
Establece el art.233 CU: “Frutos son los objetos que un bien produce, de modo
renovable, sin que se altere o disminuya su sustancia.
Frutos naturales son las producciones espontáneas de la naturaleza.
Frutos industriales son los que se producen por la industria del hombre o la cultura de la
tierra.
Frutos civiles son las rentas que la cosa produce.
Las remuneraciones del trabajo se asimilan a los frutos civiles.
Productos son los objetos no renovables que separados o sacados de la cosa alteran o
disminuyen su sustancia.
Los frutos naturales e industriales y los productos forman un todo con la cosa, si no son
separados”.
Los frutos son cosas que periódicamente proceden de otra y cuya sustancia no alteran.
Los productos, en cambio, si bien proceden de otra cosa, una vez extraídos no vuelven a
generarse, por lo que sí alteran la sustancia de esta última (p. ej.: el mineral metalífero
que se extrae de un yacimiento). Unos y otros, mientras permanecen en la cosa principal,
le son accesorios.
d) Consumibles y no consumibles
El artículo 231 CU establece: “Son cosas consumibles aquellas cuya existencia termina
con el primer uso. Son cosas no consumibles las que no dejan de existir por el primer uso
que de ellas se hace, aunque sean susceptibles de consumirse o deteriorarse después
de algún tiempo”.
Son cosas consumibles los artículos de pirotecnia, el agua con que se riegan las plantas,
los alimentos, los medicamentos. Son no consumibles, por ejemplo, la ropa, los muebles
y enseres de una casa, los libros, los cuadros.
e) Fungibles y no fungibles
Son cosas fungibles aquellas en que todo individuo de la especie equivale a otro
individuo de la misma especie, y pueden sustituirse por otras de la misma calidad y en
igual cantidad (art.232 CU).
Son cosas fungibles el trigo, el aceite, el vino, la sal, etc. Son no fungibles aquellas cosas que
tienen individualidad propia, lo que obsta a que puedan sustituirse o reemplazarse de una
forma perfecta (vg. una escultura, una pintura, un lote de tierra, una joya famosa,
etc.).
Tal como aclara la Comisión Redactora en los Fundamentos del Anteproyecto, la
fungibilidad involucra poder de sustitución (ver Título III, Cap. 1).
En materia de obligaciones de dar, si la cosa a entregar por el deudor es fungible, éste
queda libre si entrega otra de las mismas características, calidad y cantidad; en cambio,
si lo debido es una cosa no fungible, debe entregar exactamente la misma cosa a que se
comprometió.
La enumeración sigue los lineamientos del art.2340 C.C., aunque se innova en la ubicación
que se le da al tema. Anteriormente, el Título I “De las cosas consideradas en sí mismas o
en relación a los derechos”, daba inicio al Libro III “De los Derechos Reales”. Esto era así,
porque se tomaba a las cosas como elemento de los derechos reales.
Actualmente, el Título III “Bienes” está ubicado en la Parte General del CU, que es donde se
legisla sobre los elementos de la relación jurídica: sujeto, objeto y causa. Los bienes (que
comprenden a las cosas) se toman con un sentido más amplio, como elemento de todos los
derechos (conf. Fundamentos del Anteproyecto).
En lo que a la nómina de bienes del dominio público se refiere, se trata de muebles e
inmuebles afectados al uso y goce de la población.
De acuerdo con el art.237 CU, son bienes inenajenables, inembargables e imprescriptibles
(que no pueden ser adquiridos por prescripción adquisitiva). Por principio, el uso debe ser
gratuito, sin perjuicio de que pueda percibirse alguna entrada o pase, de escaso valor
económico, orientado al mantenimiento del bien de que se trate.
Estos bienes pertenecen al Estado Nacional, Provincial o Municipal, según su ubicación o la
jurisdicción que hayan declarado las leyes a su respecto (conf. art.237 CU).
Como novedad importante debe resaltarse que se han incluido en la enumeración del inciso
c) “los glaciares y el ambiente periglacial y toda otra agua que tenga o adquiera la aptitud de
satisfacer usos de interés general”, en correspondencia con la toma de conciencia que la
población ha tomado acerca de la importancia de ese recurso natural, de los riesgos a que
está sometido y de la necesidad de su preservación.
Como se desprende de la mera lectura del artículo, la mayoría de los bienes mencionados
son naturales y el dominio público y su afectación al uso de la comunidad en general surgen
como lógica consecuencia.
En el caso de las calles, plazas, caminos, canales, puentes y cualquier otra obra pública
construida para utilidad o comodidad común, a que se refiere el inciso f), su afectación al
dominio público exigirá el dictado de una ley Nacional, Provincial o de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires.
La desafectación de un bien del dominio público, también exige el dictado de una ley (p.ej:
por la construcción de una nueva ruta, que pasa a integrar el dominio público, el antiguo
camino, deja de usarse, se desafecta y pasa a ser una vía vecinal, que se integra al dominio
privado del Municipio respectivo).
Respecto de los inmuebles que carecen de dueño, mencionados en el inciso a), es difícil
decir cuáles son estos bienes. Pueden ser inmuebles que, como en el ejemplo dado, hayan
pertenecido al dominio público y hubieren sido desafectados. También pueden ser
inmuebles integrantes de una herencia vacante.
En lo que hace a los lagos no navegables que carecen de dueño, pareciera ser que también
se hallarían comprendidos en el inciso a), en su calidad de “inmuebles que carecen de
dueño”. Ocurre que si los lagos navegables pertenecen al dominio público y los no
navegables que se encuentren dentro de una heredad privada, pertenecen a su dueño, no
quedan más opciones. La previsión del inciso c) resulta ociosa.
Es difícil determinar, con referencia al inciso d), cuáles son las cosas muebles de dueño
desconocido que no sean abandonadas. Pareciera ser que la disposición se refiere a cosas
que hayan sido perdidas por su dueño, que fueren encontradas por alguna persona y
entregadas a las autoridades (fuerzas policiales, municipios, juzgados).
En cuanto a los tesoros, que la disposición excluye de su régimen, están regulados en los
arts.1951 a 1954 CU. Por tesoro se entiende toda cosa mueble de valor, sin dueño
conocido, oculta en otra cosa mueble o inmueble.
Por último, el inciso e) se refiere a los bienes adquiridos por el Estado. Se trata de las
compras de materiales, suministros, mobiliario, maquinaria, inmuebles que el Estado
Nacional, Provincial o Municipal adquiere para ser afectados al uso de la Administración
Pública. También aquí podrían considerarse los bienes integrantes de herencias vacantes
que pasan al Estado.
La Constitución Nacional, la legislación federal y el derecho público local determinan el
carácter nacional, provincial o municipal de los bienes del dominio público y del dominio
privado del Estado (art.237 CU).