Está en la página 1de 170

EPÍSTOLAS PAULINAS

BI 328

NOTAS
(CON PREGUNTAS DE ESTUDIO)

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 1
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
REQUISITOS DEL CURSO

REFERENCIA: Comentario bíblico de Beacon, volúmenes 8 y 9.

DESCRIPCIÓN DEL CURSO. De los veintisiete libros del Nuevo Testamento, trece fueron escritos
por el apóstol Pablo. Los temas de las cartas de Pablo tocan asuntos prácticos, así como doctrinales.
El formato de este curso es un estudio que abarca las trece cartas que escribió Pablo para las primeras
iglesias y los primeros ministros. El diseño del estudio pretende determinar la estructura, el propósito,
el contenido y el énfasis de cada una de esas cartas. Se le da un énfasis especial a las principales
doctrinas paulinas y a las enseñanzas prácticas para la vida y el servicio del cristiano.

REQUISITOS DEL CURSO. Para realizar con éxito esta clase, se deben completar los siguientes
requisitos:

1. Como se trata de una clase de Estudio Bíblico, el principal libro de texto será la lectura de las
secciones respectivas en el Comentario Bíblico de Beacon. Por tanto, los estudiantes deberán leer
las secciones de ese Comentario que se asignen para cada clase.
2. Leer las notas que se dan para cada clase.
3. Leer las páginas indicadas del Comentario.
4. Marcar en el Informe de Actividades las tareas que se hayan completado.
5. Responder todas las preguntas de estudio.
6. Llevar un cuaderno que incluya el sílabo, las preguntas de estudio y sus respuestas, las notas de la
clase y cualquier otro material que se dé o se recopile para esta clase.
7. Leer como lectura complementaria La mente de Cristo, del Dr. Dennis F. Kinlaw, y hacer un
resumen de ese libro siguiendo el formato que se ofrece más adelante.

ADMINISTRACIÓN DEL CURSO. Se realizará un examen a mitad del curso al terminar la lección
7. Este examen abarcará de la lección 1 a la 7. Las preguntas se tomarán de las Preguntas de Estudio
de esas respectivas lecciones. Luego, tras completar la lección 15, habrá un examen final que abarcará
de la lección 8 a la 15. Las preguntas de este segundo examen también serán tomadas de las Preguntas
de Estudio de las respectivas lecciones.

1. Las respuestas a las Preguntas de Estudio se encuentran en las Notas de cada lección. Es decir,
todas las preguntas de examen se encuentran en las Notas y en la Guía de Respuestas.

2. Cuando el estudiante haya terminado la lección 7 y esté listo para tomar el examen de medio
curso, debe hacérselo saber a su consejero guía o al coordinador estudiantil, quien le enviará la
lista de preguntas al examinador. Este examinador administrará el examen y se lo regresará al
consejero guía quien lo calificará.

3. Si el estudiante no pasa el examen, se le pedirá que repase los materiales para solicitar más

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 2
adelante un examen de reposición.

4. Al final del curso, el estudiante le enviará al consejero guía el Informe de Actividades y el Informe
del Libro para certificar que ha completado todas las tareas y lecturas asignadas.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 3
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
INFORME DEL LIBRO

NOMBRE DEL LIBRO: La mente de Cristo, de Dennis F. Kinlaw

INSTRUCCIONES:

1. Leer el libro relacionándolo con las preguntas del capítulo I, las cuales se deben responder en el
resto del libro.

2. Identificar cada pregunta y responderla cuando halle la respuesta en los capítulos que siguen.

3. Escribir un comentario (una página de largo), opinando sobre aquello con que usted está de
acuerdo y las cosas con que no lo está.

4. Al final de la clase, enviarle al consejero guía las preguntas respondidas y el resumen de una
página de largo, junto con el examen final y el Informe de Actividades.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 4
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
SÍLABO

Referencia: Comentario Bíblico de Beacon, volúmenes 8 y 9

Lección 1 Requisitos del curso


Introducción
Leer las notas de la Lección 1
Leer Romanos 1:1-3:20 en la Biblia y en el Comentario (con comentarios)
Responder las preguntas de estudio de la Lección 1

Lección 2 Revisar las respuestas de las preguntas de la Lección 1


Leer las notas de la Lección 2
Leer Romanos 3:21-8:39 en la Biblia y el Comentario (con comentarios)
Responder las preguntas de estudio de la Lección 2

Lección 3 Revisar las respuestas de las preguntas de la Lección 2


Leer las notas de la Lección 3
Leer Romanos 9:1-11:36 en la Biblia y el Comentario (con comentarios)
Responder las preguntas de estudio de la Lección 3

Lección 4 Revisar las respuestas de las preguntas de la Lección 3


Leer las notas de la Lección 4
Leer Romanos 12:1-16:27 en la Biblia y el Comentario (con comentarios)
Responder las preguntas de estudio de la Lección 4

Lección 5 Revisar las respuestas de las preguntas de la Lección 4


Leer las notas de la Lección 5
Leer 1ª de Corintios 1:1-7:40 en la Biblia y el Comentario (con comentarios)
Responder las preguntas de estudio de la Lección 5

Lección 6 Revisar las respuestas de las preguntas de la Lección 5


Leer las notas de la Lección 6
Leer 1ª de Corintios 8:1-16:24 en la Biblia y el Comentario (con comentarios)
Responder las preguntas de estudio de la Lección 6

Lección 7 Revisar las respuestas de las preguntas de la Lección 6


Leer las notas de la Lección 7
Leer 2ª de Corintios 1:1-7:16 en la Biblia y el Comentario (con comentarios)
Responder las preguntas de estudio de la Lección 7

REPASAR LAS LECCIONES 1-7 PARA EL EXAMEN DE MEDIO CURSO

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 5
REALIZAR EL EXAMEN DE MEDIO CURSO

Lección 8 Revisar las respuestas de las preguntas de la Lección 7


Leer las notas de la Lección 8
Leer 2ª de Corintios 8:1-13:14 en la Biblia y el Comentario (con comentarios)
Responder las preguntas de estudio de la Lección 8

Lección 9 Revisar las respuestas de las preguntas de la Lección 8


Leer las notas de la Lección 9
Leer Gálatas en la Biblia y el Comentario (con comentarios)
Responder las preguntas de estudio de la Lección 9

Lección 10 Revisar las respuestas de las preguntas de la Lección 9


Leer las notas de la Lección 10
Leer Efesios en la Biblia y el Comentario (con comentarios)
Responder las preguntas de estudio de la Lección 10

Lección 11 Revisar las respuestas de las preguntas de la Lección 10


Leer las notas de la Lección 11
Leer Filipenses en la Biblia y el Comentario (con comentarios)
Leer Colosenses en la Biblia y el Comentario (con comentarios)
Responder las preguntas de estudio de la Lección 11

Lección 12 Revisar las respuestas de las preguntas de la Lección 11


Leer las notas de la Lección 12
Leer 1ª y 2ª de Tesalonicenses en la Biblia y el Comentario (con comentarios)
Responder las preguntas de estudio de la Lección 12

Lección 13 Revisar las respuestas de las preguntas de la Lección 12


Leer las notas de la Lección 13
Leer 1ª de Timoteo en la Biblia y el Comentario (con comentarios)
Responder las preguntas de estudio de la Lección 13

Lección 14 Revisar las respuestas de las preguntas de la Lección 13


Leer las notas de la Lección 14
Leer 2ª de Timoteo en la Biblia y el Comentario (con comentarios)
Responder las preguntas de estudio de la Lección 14

Lección 15 Revisar las respuestas de las preguntas de la Lección 14


Leer las notas de la Lección 15
Leer Tito en la Biblia y el Comentario (con comentarios)
Leer Filemón en la Biblia y el Comentario (con comentarios)
Responder las preguntas de estudio de la Lección 15

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 6
REPASAR LAS LECCIONES 8-15 PARA EL EXAMEN FINAL
REALIZAR EL EXAMEN FINAL

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 7
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
INFORME DE ACTIVIDADES

REFERENCIA: Comentario Bíblico de Beacon, volúmenes 8 y 9

FECHA EN QUE SE COMPLETÓ

Lección 1 Leer las notas de la Lección 1 __________________


Leer Romanos 1:1-3:20 en la Biblia y en el
Comentario (con comentarios) __________________
Responder las preguntas de estudio de la Lección 1 __________________

Lección 2 Revisar las respuestas de la Lección 1 __________________


Leer las notas de la Lección 2 __________________
Leer Romanos 3:21-8:39 en la Biblia y el
Comentario (con comentarios) __________________
Responder las preguntas de estudio de la Lección 2 __________________

Lección 3 Revisar las respuestas de la Lección 2 __________________


Leer las notas de la Lección 3 __________________
Leer Romanos 9:1-11:36 en la Biblia y el
Comentario (con comentarios) __________________
Responder las preguntas de estudio de la Lección 3 __________________

Lección 4 Revisar las respuestas de la Lección 3 __________________


Leer las notas de la Lección 4 __________________
Leer Romanos 12:1-16:27 en la Biblia y el
Comentario (con comentarios) __________________
Responder las preguntas de estudio de la Lección 4 __________________

Lección 5 Revisar las respuestas de la Lección 4 __________________


Leer las notas de la Lección 5 __________________
Leer 1ª de Corintios 1:1-7:40 en la Biblia y el
Comentario (con comentarios) __________________
Responder las preguntas de estudio de la Lección 5 __________________

Lección 6 Revisar las respuestas de la Lección 5 __________________


Leer las notas de la Lección 6 __________________
Leer 1ª de Corintios 8:1-16:24 en la Biblia y el
Comentario (con comentarios) __________________
Responder las preguntas de estudio de la Lección 6 __________________

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 8
Lección 7 Revisar las respuestas de la Lección 6 __________________
Leer las notas de la Lección 7 __________________
Leer 2ª de Corintios 1:1-7:16 en la Biblia y el
Comentario (con comentarios) __________________
Responder las preguntas de estudio de la Lección 7 __________________

Lección 8 Revisar las respuestas de la Lección 7 __________________


Leer las notas de la Lección 8 __________________
Leer 2ª de Corintios 8:1-13:14 en la Biblia y el
Comentario (con comentarios) __________________
Responder las preguntas de estudio de la Lección 8 __________________

Lección 9 Revisar las respuestas de la Lección 8 __________________


Leer las notas de la Lección 9 __________________
Leer Gálatas en la Biblia y el Comentario
(con comentarios) __________________
Responder las preguntas de estudio de la Lección 9 __________________

Lección 10 Revisar las respuestas de la Lección 9 __________________


Leer las notas de la Lección 10 __________________
Leer Efesios en la Biblia y el Comentario
(con comentarios) __________________
Responder las preguntas de estudio de la Lección 10 __________________

Lección 11 Revisar las respuestas de la Lección 10 __________________


Leer las notas de la Lección 11 __________________
Leer Filipenses en la Biblia y el Comentario
(con comentarios) __________________
Leer Colosenses en la Biblia y el Comentario
(con comentarios) __________________
Responder las preguntas de estudio de la Lección 11 __________________

Lección 12 Revisar las respuestas de la Lección 11 __________________


Leer las notas de la Lección 12 __________________
Leer 1ª y 2ª de Tesalonicenses en la Biblia y el
Comentario (con comentarios) __________________
Responder las preguntas de estudio de la Lección 12 __________________

Lección 13 Revisar las respuestas de la Lección 12 __________________


Leer las notas de la Lección 13 __________________
Leer 1ª de Timoteo en la Biblia y el Comentario
(con comentarios) __________________
Responder las preguntas de estudio de la Lección 13 __________________

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 9
Lección 14 Revisar las respuestas de la Lección 13 __________________
Leer las notas de la Lección 14 __________________
Leer 2ª de Timoteo en la Biblia y el Comentario
(con comentarios) __________________
Responder las preguntas de estudio de la Lección 14 __________________

Lección 15 Revisar las respuestas de la Lección 14 __________________


Leer las notas de la Lección 15 __________________
Leer Tito en la Biblia y el Comentario (con
comentarios) __________________
Leer Filemón en la Biblia y el Comentario (con
comentarios) __________________
Responder las preguntas de estudio de la Lección 15 __________________

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 10
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
NOTAS 11
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
NOTAS DE LA LECCIÓN 1
ROMANOS 1:1-3:20

LA EPÍSTOLA A LOS ROMANOS

Autor

Sin duda, Pablo fue el autor de esta epístola. Las características de Pablo son:

A. Era un judío estricto y pertenecía a la más estricta de todas las sectas: los fariseos. Estudió con
Gamaliel, un maestro famoso de la Ley. Fue fanáticamente leal a las tradiciones y leyes judías.
B. Se convirtió y recibió el llamado de predicarles a los gentiles. Como era su costumbre, Pablo tenía
un profundo interés en los judíos y les prestó mucha atención. Sin embargo, su interés fue más allá
de ellos para alcanzar a los gentiles.
C. Era ciudadano romano. Conocía bien el mundo que había más allá de los estrechos límites del
judaísmo.
D. Recibió una buena educación y era muy versado en la literatura griega.

Tiempo y lugar

La Epístola a los Romanos fue escrita al final del tercer viaje misionero de Pablo, aproximadamente en
la primavera del año 58 de nuestra era. Fue escrita en Corinto después de las cartas a los gálatas y a
los corintios.

Audiencia

La epístola a los Romanos fue dirigida a los cristianos de Roma, que eran principalmente gentiles. La
Iglesia de Roma había sido iniciada por judíos cristianos que habían llegado a Roma provenientes de
Jerusalén. Los inicios son oscuros. Los judíos fueron erradicados de Roma en el año 49 d.C. por el
Emperador Claudio. No está clara la razón, pero se ha sugerido que quizás se debió a algunos
disturbios atribuidos a los judíos. También se ha creído que la causa fue un conflicto entre los judíos y
los cristianos, que a los ojos de los romanos no eran más que otro grupo religioso. Fue en ese
momento cuando la Iglesia Cristiana se separó de la sinagoga judía.

Cuando Nerón pasó a ser emperador en el año 54, permitió que los judíos regresaran y muchos lo
hicieron, aunque luego fueron perseguidos. Parece ser que los judíos eran pocos. En Hechos 28:17-28
queda claro que cuando Pablo llegó a Roma, había judíos allí y algunos creyeron en su mensaje.

Propósito

Pablo no había estado en Roma todavía. Por tanto, esta carta no trata problemas que le fueran

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 12
conocidos al apóstol y no contiene corrección de errores, con la sola posible excepción de la jactancia
de los judíos.

Pablo anunció su deseo y plan de impartirles un don espiritual y de recibir de ellos ayuda para seguir
hacia España. Tal era el método de Pablo. También deseaba que ellos crecieran en la fe, así que les
presenta en forma sistemática la verdad del evangelio.

Bosquejo: El plan de Dios para la salvación

I. Introducción del evangelio (vs. 1:1 – 17)


II. La tragedia del pecado (vs. 1:18-3:20)
III. La provisión de la salvación (vs. 3:21-8:39)
IV. El lugar que ocupa Israel en el plan de Dios (vs. 9:1-11:36)
V. La aplicación práctica de la salvación (vs. 12:1-16:24)

I. INTRODUCCIÓN AL EVANGELIO (vs. 1:1-17)

Los versículos 1 al 4 nos hablan del evangelio de Dios, el evangelio prometido y el evangelio de
Cristo. El estudio de Romanos inicia en el versículo 1, que hace referencia al evangelio de Dios, el
plan eterno de Dios antes de la venida de Cristo. Es lo mismo que el evangelio de Cristo, pero enfatiza
el plan que existía desde la eternidad.

El versículo 2 habla del evangelio prometido. Esto es central no sólo aquí sino en todo el Nuevo
Testamento. El plan de Dios une el Antiguo y Nuevo Testamentos en una unidad armónica. El
Antiguo Testamento se revela en el Nuevo.

Pablo está enamorado de Cristo. Jesús es el Hijo de Dios. No es Hijo por la encarnación sino porque
lo era antes de la encarnación. Fue llamado a ser el Hijo encarnado (Salmos 2:7-8) y en tanto hijo,
tiene derecho a una herencia y a una bendición u honor. Tiene poder que le ha sido conferido por
causa de la resurrección y después de ella (véase Mateo 28:18).

Jesús se relaciona con nosotros porque es nuestro Amo y Señor. Es nuestro Salvador. Jesús se
relaciona con la historia y la tradición de Israel mediante la encarnación. En la carne llegó a ser la
simiente de David, cumpliendo así un requisito del Mesías. El término “Cristo” refiere a Su
mesianazgo.

La resurrección demostró dos cualidades de Cristo: (1) Su poder, demostrado e atribuido para
siempre por la resurrección, y (2) Su santidad. El Espíritu de la santidad hace referencia a la naturaleza
esencial de Jesús, que fue santo en carácter y espíritu. Esto fue básico para Su resurrección y lo
colocó en un lugar de poder y honor. Esto no ocurrirá para nadie más. Debe haber santidad si ha de
haber honor en la resurrección.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 13
Pablo fue el Mensajero del Evangelio. De acuerdo a sus propias palabras, era romano, un hombre
capaz, un hombre educado y alguien que había recorrido el mundo. Pero aún así no era nada más que
un “siervo”. Nada en él era meritorio; en ser esclavo de Jesucristo estribaba sólo su mérito. ¡Que
podamos decir algo así también!

El llamado que Dios le hizo a Pablo implicó ser apartado, designado y nombrado. Los que somos
llamados por Dios, somos llamados para salir de algo e ir a algo. El término “iglesia” (ecclesia)
significa “los llamados”. Esta es una palabra significativa. Pablo había sido llamado a ser apóstol. Un
apóstol es alguien enviado a realizar una misión especial. Pablo afirmaba haber tenido una revelación
especial de Cristo. En los versículos 1 al 5 Pablo da dos requisitos para el apostolado: la separación y
la gracia. Es necesario romper las otras ataduras para ser esclavo de Cristo. La gracia siempre es
esencial para lograr esta clase de misión. La gracia se imparte para que el llamado sea obedecido.
¡Bendita certeza! El fin de su oficio como apóstol era llevar a los hombres de todas las naciones a la
obediencia, por la fe, del evangelio.

El llamado que Dios les hace a los romanos en los versículos 6 y 7 es por causa de Su amor; ellos son
Sus “amados”. Los llama a ser santos. La palabra “santo” tiene la misma raíz que “santidad”. Para ser
santos también es necesaria la gracia. Todos los cristianos tienen este llamado. El llamado es para
todos—judíos y gentiles, griegos y bárbaros, libres y esclavos. No hay parcialidad con Dios. Pablo
siente el peso de este hecho. No todos lo aceptan, pero a todos se les ofrece. Se ha cuestionado si la
santidad es un don o un logro. Los católicos exigen que pasen años antes de que una persona pueda
ser santa. Todo “llamado” requiere una respuesta. La iniciativa es de Dios, pero la respuesta es
nuestra. La gracia siempre implica una iniciativa. La obediencia y la fe responden; la desobediencia y
la incredulidad se niegan a responder. Por tanto, la santidad no es un logro, sino un don. Sin embargo,
es un don restringido—es sólo para quienes lo reciben en fe.

La “gracia” es la bondad inmerecida de Dios, quien nos da lo que no merecemos.

La “misericordia” significa que Dios no nos da lo que merecemos en términos de justicia y castigo.

La “paz” es bienestar, prosperidad, toda clase de bien, especialmente armonía dentro de nosotros y
armonía con Dios.

A. La comunión del evangelio (vs. 8-15)

1. Una preocupación en oración (vs. 8-9). Aunque Pablo no había visto esta joven iglesia, se sentía
unido a ella y tenía carga por ella. Esto refleja el trabajo del Espíritu. La iglesia ya había sido
bendecida grandemente por Dios sin el beneficio de un apóstol. La mayoría de las iglesias infantes
habían tenido el apoyo de apóstoles. Así que el trabajo del Espíritu en Roma era claro. La frase
“mediante Jesucristo” indica la importancia que Pablo le da a Cristo como mediador. Ninguna
oración o alabanza tiene efecto alguno si no se hace por medio de Él. “Sirvo en mi espíritu”
implica que no es un servicio vacío y ritual, sino un ministerio del corazón. Esto fue realmente
cierto de Pablo en todas partes. “El evangelio de Su Hijo” es lo mismo que el Evangelio de Dios

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 14
que se menciona en el versículo 1.

2. Un deseo de compartir (vs. 10-13). El deseo de Pablo en Roma era impartir un don espiritual—
uno que proviniera el Espíritu—a fin de que los romanos fueran confirmados, es decir, fortalecidos
en gracia y fe. Pablo enfatizó que la llenura del Espíritu Santo el instrumento fortalecedor para
producir santidad del corazón. Romanos 5:2 parece hacer referencia a un estado avanzado de
gracia. En 1ª de Tesalonicenses 3:12-13, la santidad es algo que fortalece (véase también Efesios
3:16-19). Pablo dice que también produce beneficios para uno mismo. Las palabras “algún don
espiritual” no indican que se trate exclusivamente del don del Espíritu Santo. Es decir, admiten
una interpretación más amplia, que incluye los beneficios generales de la enseñanza espiritual. Sin
duda, ambas cosas caben dentro del ámbito del significado que quiso dar el apóstol.

3. Una deuda urgente (vs. 14-15). Pablo dice que le debe el evangelio a todos los hombres por igual.
Al principio, el término “bárbaro” significaba extranjero, pero como los griegos eran intelectuales,
la palabra llegó a connotar una persona “sin cultura”, “rústica”. La obligación no era porque todas
estas personas le hubieran hecho un favor de Pablo, sino porque Cristo había hecho algo por él y
lo había llamado a ministrar a los que no conocían de Cristo. Pablo estaba dispuesto. No dirigía su
propio camino; era un siervo. Cuando fue apremiado por el Espíritu, respondió. Su carga por
Roma no era por mera curiosidad o por un interés casual; era una carga apremiante y constrictiva.
Pablo no fue quien inició la acción; sólo respondió a la acción del amor de Dios y a la dirección
del Espíritu.

B. El efecto del evangelio (vs. 16-17)

1. En el corazón del ministro (v.16). La palabra “evangelio” significa literalmente “buenas nuevas”—
buenas nuevas de que hay salvación y vida eterna para el pecador en Jesucristo (1ª de Corintios
15:1-4). Pablo expresa confianza en el evangelio. No se avergüenza de él. Es decir, en el griego
común el término significa que está orgulloso (confiado) del evangelio. Hay poder suficiente para
todo hombre, sin importar su trasfondo o la profundidad de su pecado. Esta confianza fue la base
para que Pablo estuviera dispuesto a predicarle al pueblo de Roma. El poder del Señor hace que el
evangelio sea adecuado. La palabra “poder” viene de dunamis, que es la palabra de la cual
provienen también términos como “dinamita”, “dinamo” y “dinámico”.

2. En la vida del creyente (v.17). Hay una condición para la salvación. El ofrecimiento es para
todos—para los judíos primero (en orden histórico, no en términos de aplicación) y también para
los gentiles. Es efectivamente sólo para los creyentes. No es un único acto de fe; es una fe
continua. Es una fe salvífica, no una mera fe intelectual. “Los demonios creen y tiemblan”. Se
necesita tanto la persuasión de la mente como la acción de la voluntad—el arrepentimiento. La
obediencia y la fe son inseparables. El término para “incredulidad” en el Nuevo Testamento es el
mismo que se usa para “desobediencia” en griego. La obediencia y la fe vienen después de un
compromiso confiado. El resultado del arrepentimiento es salvación, un término magnífico, amplio
e inclusivo. El libro de Romanos trata todos estos temas: (1) En forma inicial, el perdón, la
regeneración, etc.; (2) en forma plena, la santificación total; (3) en forma final: la glorificación.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 15
Otro resultado del arrepentimiento es la justicia, la cual no es sólo una cualidad inherente de Dios,
sino una cualidad que fluye y se transmite, y que Dios desea compartir con Sus criaturas, los seres
humanos. Cabe la pregunta: ¿Cómo se recibe, retiene y trabaja la justicia en la vida cristiana? Hay
dos posturas además de la de la santidad: (1) la judaísta, que dice que la justicia se logra
guardando la ley; y (2) la calvinista, que afirma que se imparte con base en un único acto de fe.

Según la postura wesleyana, la justicia es resultado del arrepentimiento y la fe, y se perpetúa si el


cristiano se mantiene en obediencia y fe. (1) La justicia activa de Dios actúa para salvar al hombre,
(2) el hombre escoge aceptar por la fe o escoge rechazar en incredulidad y seguir en
desobediencia; (3) la justicia se imparte realmente después de tener fe. La vida de Cristo es
impartida y produce fuerza para lograr la justicia.

II. LA TRAGEDIA DEL PECADO (Romanos 1:18-3:20)

A. La actitud de Dios hacia el pecado (v.18)

El tema principal de Romanos es el plan de salvación de Dios. Sin embargo, el versículo 18 dice que
“la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen
con injusticia la verdad”. La ira de Dios es la ejecución de un justo juicio sobre el pecado, así como Su
justicia es instrumento de salvación para el que cree. No es una pasión veleidosa y vengativa. Es una
ira consecuente con el amor que ha producido salvación, porque Dios no puede amar profunda y
verdaderamente a una persona sin odiar y sentir ira contra lo que destruye el objeto de Su amor. Si
Dios ama al pecador, debe actuar con vigor para extraer de él el pecado. Si el pecador se identifica
con el pecado en lugar de con el Salvador, entonces para destruir el pecado y evitar que se propague,
Dios debe castigar al pecador. La voluntad del hombre lo involucra en un juicio moral. El rechazo del
ofrecimiento misericordioso de la salvación provoca la ira de Dios. Los hombres tienen la verdad pero
se oponen a ella con su injusticia. Dios tiene misericordia cuando la ignorancia es inevitable. Se ha
propuesto llevarles luz a los seres humanos, pero cuando éstos tienen la verdad y deliberadamente
rechazan lo que les es claro, Dios se enoja justamente. Recordemos que Su ira no es un capricho ni
una pasión. Es una llama de justa indignación, cimentada en la justicia. Si los hombres rechazan la
misericordia, la justicia sentencia que no merecen justicia, sino ira.

B. La razón para el domino del pecado (vs. 19-32)

Aquí vemos un cuadro asombroso del pecado. Debemos observarlo bien si realmente queremos
valorar la salvación.

1. El rechazo del conocimiento de Dios (vs. 19-23). Primero, ¿cómo puede el hombre conocer a
Dios? Dios se ha revelado a los hombres en la naturaleza, por medio de Su creación. La naturaleza
de Dios y algo de Su plan de salvación están presentes en las obras que ha hecho. Esta es la base
de la “religión natural”. Las cualidades de Dios que se pueden ver en la naturaleza son eternidad,
poder, deidad y justicia. Esto indica que la expresión “les es manifiesto” aplica a su propia

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 16
naturaleza moral interior, incluyendo un sentido de justicia y conciencia. Este conocimiento es
suficiente para generar responsabilidad y esperanza de salvación. Produce el deseo de rendir
cuentas. Es evidente que si se persigue cuidadosa y consistentemente, es también suficiente para
una justificación legal, aunque no sea salvación evangélica. Dios no les mostraría ira a los hombres
que tuvieran una excusa, si Él no les hubiera dado suficiente luz para ser justificados. La falla
fundamental que muestra la oscuridad y el pecado del hombre, es que el hombre no reverencia y
adora a Dios como su soberano. No le da gloria y alabanza a Dios, como merece según la
revelación. El resultado inmediato de este fracaso es primero, que los hombres se vuelven
perversos de mente, lo cual significa que sus pensamientos se tornan malos y necios. La maldad
produce necedad—es uno de los terribles efectos del pecado. La mente malvada se distorsiona y
no sólo rechaza la verdad, sino que pronto deja de poder siquiera reconocerla. Segundo, los
corazones necios se entenebrecen. Al rechazar la luz, la luz les es quitada; es decir, pronto son
incapaces de recibir ninguna revelación de Dios. Están en oscuridad en cuanto a Él.

El versículo 21 nos dice que “su necio corazón fue entenebrecido”. Un corazón entenebrecido no
puede ver la naturaleza de las cosas divinas y eternas. Cuán terriblemente cierto es esto sobre
quienes desean pecar por propia voluntad. La eternidad y el juicio no los impresionan, aunque
intelectualmente admitan que ambas cosas existan.

El versículo 22 dice: “Pretendiendo ser sabios, se hicieron necios”. El uso de “necio” en este
versículo refiere a alguien que rechaza o niega la sabiduría más excelsa. Estos hombres se llaman
sabios a sí mismos, pero son terriblemente tontos en los asuntos más importantes.

En el hombre están manifiestas tanto la conciencia como la necesidad básica de Dios. Todos los
seres humanos tienen esta necesidad, así que si no entran en comunión con el Dios verdadero, lo
harán con algún otro dios—un objeto al que le serán muy leales. Es una verdadera tontería que el
anhelo innato del hombre hacia un ideal de devoción y lealtad sea intercambiado por algo tan bajo
como la imagen de bestias inferiores—algo no sólo menor que Dios, sino menor que el hombre e
incluso menor que las mismas bestias. Cuando el hombre rechaza la revelación de Dios, la
substitución natural es la degradación del pecado. Los hombres hoy día profesan ser más sabios
que esto, pero aunque no se inclinan ante imágenes de bestias, muchos actúan como bestias y
consideran que esto es una satisfacción en la vida.

2. La degradación con el permiso de Dios (vs. 24-32). La corrupción de la personalidad queda


evidenciada en Romanos 1:24-28, que dice que Dios “los entregó a”. ¿Cómo es que Dios podría
haber entregado al pecador? Dios honra la escogencia del hombre hacia el pecado, entregándolo al
pecado. Dios no impone Su juicio punitivo en el mismo instante, sino que permite que el pecado
mismo sea el castigo del pecador. Dios no envía a los hombres al infierno; no los entrega a los
demonios para el tormento. Los entrega al pecado que no sólo no satisface sus necesidades, sino
que además los degrada. El hombre deshonra su propio cuerpo y en los versículos 26 y 27 se
mencionan las inmoralidades más degradantes que eran comunes en el mundo pagano y estaban
relacionados con la idolatría, en la cual se inspiraban. Los hombres cayeron en tales usos de sus
cuerpos que ni siquiera eran conocidos por las bestias. Pablo señala nuevamente en el versículo 25

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 17
que el pecado es deliberado—contra la luz. Por esta razón, Dios deja que el hombre acarree las
consecuencias de su propia voluntad. Esto está necesariamente vinculado con un universo moral
donde se admite el libre albedrío; el hombre debe vivir con los resultados de su escogencia. El
hombre colocó a la criatura en el lugar de un dios; por tanto necesariamente debe colocarse en un
nivel inferior del que ocupa el objeto al que adora. Porque el hombre adoró a la criatura en vez de
al Creador, Dios lo entregó a afectos viles. El “extravío” del versículo 27 es rechazar la Palabra de
Dios. Pablo enfatiza esto también en los versículos 21, 23, 25, 28 y 30. El castigo es la
degradación del pecado. El pecado paga su propio castigo. Una mente réproba es digna de
rechazo. Detrás de una voluntad débil que ha cedido y del clamor de emociones acicateadas, está
la mente que se ha adormecido y es esclava del deseo. Ha sido enseñada a inventar excusas en
lugar de dar razones. Decide primero y piensa después. Racionaliza en vez de razonar. A veces
habla la verdad, pero no lo hace siempre. No se puede depender de ella. Fue creada para recibir la
verdad y guiar a la sabiduría—de manera que pueda hacer lo que es mejor para sí misma y para los
demás—pero ha cambiado la verdad por una mentira. Es una mente no aprobada y no confiable.
No tiene un estándar de verdad. El pecado deja al hombre cual barco sin timón. Al rechazar la
verdad, la mente deja de ser confiable. Pablo dice en 2ª de Timoteo 4:4: “Apartarán de la verdad el
oído y se volverán a las fábulas”. El resultado de esta condición es hundirse en ilimitados e
inmencionables pecados.

Era bastante común entre estoicos, judíos y cristianos tener listas de vicios y de virtudes. Pablo
hace algunas listas. En Romanos 1:29-31 Pablo clasifica la corrupción de las relaciones humanas
haciendo una lista de pecados: pecados contra las posesiones, pecados contra las personas,
pecados de disposición y pecados de brutalidad. Por la corrupción de los estándares morales,
algunos desearían decir que el pecado se debe a ignorancia. Sin embargo, en el versículo 32 se
muestra claramente que la ignorancia no es la principal causa del pecado. La tragedia más
profunda del pecado es su osadía. El pecador sabe que está actuando mal e incluso puede tener
cierto conocimiento del juicio. Pero en lugar de cambiar, modifica el estándar. Se deleita en lograr
que otros compartan su pecado, quizás por sentirse seguro al ver que son muchos los que van por
el mismo camino del pecado. El pecador no espera realmente escapar del castigo. Si lo hace, es
porque está en un proceso de racionalización a fin de aliviar el sentido de temor que siente ante el
juicio. En Isaías 28:14-20 vemos una descripción de este proceso. El pecador reduce la tensión del
pecado adentrándose en él y procurándose la compañía de otros que lo animen a pecar. El pecado
no se corrige a sí mismo. El hombre que empieza a pecar inicia el proceso que se propagará por sí
mismo hasta la más profunda muerte. ¡Sólo Dios puede rescatar al pecador!

C. El juicio sobre el pecado (vs. 2:1-3:20)

1. El juicio moral (vs. 2: 1-16). En el capítulo 1, la condenación va dirigida a los gentiles que eran
paganos. Al igual que hoy en día, muchos se consideraban superiores a los impíos. Condenaban
los pecados extremos y se enorgullecían de que no eran tan malos. Es posible que esta sección
sólo pretendiera llegar a los judíos, pero el asunto se trata sobre la base de su moral y no de su
religión. El enfoque de Pablo es el que utiliza un caso legal: (1) ¿Cuál es la ley que aplica en este
caso?, (2) ¿Qué hizo el acusado?, (3) ¿Cuánto sabía el acusado de la ley?, y (4) ¿Cuál fue su

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 18
motivo?

Romanos 2:1-5 trata el principio de la verdad. El que conoce la base para el juicio, sabe cuál
verdad debe aplicar. Los judíos solían juzgar a los gentiles muy severamente por sus terribles
pecados. Oraban como el fariseo: “Te agradezco que no soy como los otros, ni como ese
publicano”. Cuando uno conoce la verdad o ha tenido la oportunidad de conocerla, es responsable
de obedecerla. Los hombres no pueden cambiar la verdad; deben ajustarse a ella. Las personas
tienen la tendencia a hacer excepciones para ellos mismos al pensar en el juicio del pecado. La
mente carnal es tremendamente engañosa en cuanto a esto. Se exalta tanto que se excusa a sí
misma de aquello que condena en los demás. “Todos los caminos del hombre son limpios en su
propia opinión” (Proverbios 16:2). Si el hombre conoce la verdad tanto como para juzgar a los
demás, ¿no piensa que Dios también juzgará a aquel que juzgue a otros? Este tipo de argumento
va de lo inferior a lo superior, y era una de las formas favoritas que Pablo usaba para argumentar.
Sin embargo, aunque Dios puede juzgar, por misericordia Él espera que nos arrepintamos. Este
retraso del juicio se interpretó mal—entonces y todavía en nuestros días—como indulgencia o
descuido. Eclesiastés 8:11 dice: “Si no se ejecuta enseguida la sentencia para castigar una mala
obra, el corazón de los hijos de los hombres se dispone a hacer lo malo.”

Resistirse a la verdad conocida endurece el corazón. La misericordia y el juicio dejan de causar


impresión. El moralista cree que porque sabe mucho tiene el favor especial de Dios. Cree que
atesora méritos con Dios por causa de su devoción y su atención a la Torá, o la Ley. Pero Pablo
dice que si no aplicamos la verdad, acumulamos realmente ira sobre nosotros. Los pecadores que
rechazan la verdad en realidad se vuelven más insensibles y se acercan más al juicio.

En Romanos 2:6-11, vemos el principio de la acción. Los versículos 6 y 7 no contradicen la idea


de la justificación por la fe. La Escritura es clara en su enseñanza de que, aunque la justicia de
Cristo limpia los pecados pasados, la vida cristiana debe estar marcada por buenas obras. Efesios
2:10 dice: “Pues somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios
preparó de antemano para que anduviéramos en ellas”. 2 de Corintios 5:10 dice: “Porque es
necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba
según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.” Es claro que los
creyentes deben ser juzgados por buenas obras, las cuales determinarán sus recompensas. Es claro
entonces, que aunque la justicia de Cristo borra los pecados del pasado, no es una manta que nos
resguarde del futuro ni de los pecados en esta vida.

Los versículos 7 y 8 no respaldan la doctrina de una seguridad eterna. La vida eterna está
condicionada a hacer el bien en forma paciente y continua. Debe haber una búsqueda consistente
de la gloria, el honor y la inmortalidad. Los versículos 8 y 9 muestran que una voluntad
desobediente y autocomplaciente recibirá el castigo de Dios. La tribulación y la angustia son el
destino de todo aquel que haga el mal. Los versículos 7 y 10 son en esencia iguales, con una
recompensa de paz. Muestran que Dios honra los deseos de los justos. Si deseamos las cosas que
en verdad son las mejores para nosotros, recibiremos nuestros deseos. El que Pablo diga “al judío
en primer lugar” se debe probablemente a que los judíos habían tenido privilegios mayores que los

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 19
gentiles. Según sea el privilegio, así serán el logro y el juicio. El versículo 11 lo deja en claro:
“porque para Dios no hay acepción de personas”. Dios es justo con cada persona, como lo
demuestran los siguientes versículos.

Romanos 2:12-15 habla del principio de la luz. Se declara que el juicio depende en parte de la
cantidad de luz que se haya recibido. Si esto se cierto en las cortes humanas y es parte de la
justicia, podemos estar aún más seguros de que Dios hará justicia. La pregunta que surge es cómo
se puede pecar sin la Ley. Esto alude a la revelación escrita de Dios. En aquel tiempo—al igual
que hoy día—había muchos que no tenían conocimiento de la ley escrita. Sin embargo, Pablo
demostró que aún así eran culpables de pecado porque también hay una ley natural. ¿Y qué tiene
que ver la Ley con el juicio? El juicio se basa en la Ley. “Donde no hay Ley, no se inculpa de
pecado” (Romanos 5:13). Sin embargo, no es la presencia o ausencia de la Ley lo que determina el
juicio, sino lo que hacemos con lo que conocemos de la Ley. Los judíos no tenían excusa sólo por
tener una ley escrita, pero tampoco tenían excusa los gentiles sólo porque no tener una ley escrita.
Los judíos debían obedecer la Ley porque ésta tenía mérito. Los gentiles debían medirse con la ley
natural que tenían. Pablo muestra que nadie está completamente a oscuras, y por tanto, nadie es
completamente inocente. La mayor responsabilidad está sobre los que tienen la Ley escrita, pero
los gentiles tienen otra ley. Esto se demuestra en tres formas: la ley natural en su corazón—una
conciencia de la razón del porqué ciertas cosas están equivocadas; el testimonio interior de la
conciencia personal—un sentido de acusación o aprobación, según se viole u observe la ley moral;
y el testimonio externo de la conciencia colectiva—la aprobación general de la sociedad que
corresponde en mayor o menor grado a la ley moral.

Es vital en el día de hoy que reconozcamos que cada uno debe caminar acorde a su luz personal.
Otros tendrán menos luz, pero todos debemos guardar nuestra luz, pues seremos juzgados por
ella.

El cuarto principio que debemos considerar en esta sección sobre el juicio moral que trata con el
juicio sobre el pecado, es el principio del motivo (v. 16). Después de todo lo dicho sobre ley y luz,
el motivo del corazón es el punto importante que Dios busca en el juicio. El versículo 16 refiere al
versículo 12 e indica que la cantidad de luz no determina la culpa o la inocencia. Es nuestra actitud
hacia la luz, nuestro anhelo de hallar la luz y seguirla. El que evita la luz o niega su existencia será
tenido culpable. El evangelio no sólo declara las buenas nuevas de la salvación sino también las
asombrosas nuevas del juicio. Para predicar el evangelio completo debemos también hablar del
terror del juicio sobre los pecadores.

Nuestros motivos desempeñan un papel importante en el juicio de Dios. Se requiere perfección en


el motivo para agradar a Dios y estar de pie en el juicio. Esto implica que la santidad es una
preparación esencial para el juicio.

2. Después del juicio moral, pasamos a la siguiente sección: el juicio del hombre religioso (vs. 2:17-
29). Aquí tenemos al judío que es llevado a la corte para ser examinado. Es verdad que tiene
muchos privilegios, que se enorgullece de su historia, ¿pero qué es él en su corazón ante Dios?

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 20
Discutiremos el asunto de las ventajas, la conducta, la influencia y la realidad espiritual, y
concluiremos con las objeciones respondidas, el juicio del mundo entero y finalmente, con el
veredicto de la ley.

En Romanos 2:17-20 está el asunto de las ventajas que tenían los judíos. Tenían la ley de Dios y se
jactaban de que Dios se preocupaba por los judíos en forma especial. Aprobaban la justicia de la
Ley, porque no estaba en la oscura idolatría de los gentiles. Y se consideraban ejemplo para el
resto del mundo. Había cuatro tareas para las que el judío se sentía calificado: (1) guiar a los
ciegos, (2) ser luz para los que estaban en oscuridad, (3) instruir a los necios y (4) enseñar a los
infantes. Los judíos se sentían seguros de su posición por causa de su instrucción y posesión.
Habían sido capacitados. Basaban sus cualidades en el hecho de que tenían la Ley y la verdad. Los
judíos creían que sólo porque tenían la Ley estaban calificados para ser maestros de ella, pero esto
era sólo de forma y, como Pablo dice luego, la vida de los judíos era motivo de blasfemia entre los
gentiles. La forma no bastaba. La forma del conocimiento y la verdad significa una doctrina que se
acata mentalmente sin que esté acompañada de una vida moral y espiritual. Esto es una trampa
para cada época. En la actualidad es una trampa terrible para la doctrina de la santidad. Hay
grandes grupos que siguen la doctrina de la santidad, pero no la viven externamente en sus vidas
porque no tienen un corazón santo. Cuando se rechaza a Dios, es fácil substituir Su bendición por
planeamiento, promoción y programas humanos. En 2ª de Timoteo 3, Pablo dice que tal es el
peligro de los últimos días.

El asunto de la conducta se discute en los versículos 21 al 23. Una de las preguntas más serias que
tendremos que enfrentar en el juicio será: ¿Es la conducta una medida para el privilegio? ¿Se
comparan nuestros logros y nuestra conducta con la oportunidad que tenemos? La enseñanza de
Jesús sobre esto se encuentra en Mateo 10:15 y 11:20-24. La primera responsabilidad de un
maestro es medirse a sí mismo contra la enseñanza. 2ª de Timoteo 2:6-7 dice: “El labrador, para
participar de los frutos, debe trabajar primero. Considera lo que digo, y el Señor te dé
entendimiento de todo.”

Los judíos podían guiar (señalar el camino), instruir (corregir lo errado), enseñar (dar instrucción
sistemática), predicar (discurrir en público) y decir (conversar) cuáles eran las obligaciones de la
Ley. Pero ni sus corazones ni sus vidas estaban a la altura de la Ley. Nótese la severa denuncia
que Jesús les hace a los judíos por ser hipócritas en Mateo 23:4: “Atan cargas pesadas y difíciles
de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren
moverlas”. Eran idólatras de intención y acción debido a su irreverencia; hicieron de la casa de
Dios una cueva de ladrones. Eran ladrones de Dios al retener sus propias ofrendas y dones. Eran
idólatras en el corazón, aunque no se notara en sus vidas externas. Pero Dios vio el motivo de sus
corazones, como lo hace hoy día también.

El asunto de la influencia (v. 24). El nombre de Dios es blasfemado por su ejemplo. Sabían mucho
pero no mostraban la verdad ni en carácter ni en conducta. El mundo pone más atención en
nuestra vida, que en nuestra doctrina. La gente se desanima y disgusta si hablamos de justicia pero
no vivimos de acuerdo con ella. Muchos no creen en Dios por causa de nuestro mal ejemplo. Con

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 21
frecuencia los pecadores se alejan disgustados debido al pecado de personas que se proclaman
cristianas. Esto suele ser una excusa frecuente de los pecadores para no servir ni creer en Dios.

El asunto de la realidad espiritual (vs. 25-29). En esta sección vemos una comparación de la forma
con la realidad. La circuncisión era una marca física en la carne del varón que le permitía tener más
higiene y mostrar un tipo de limpieza espiritual. Era la promesa de la unión con Dios y la devoción
a Él. Los judíos afirmaban que una persona circuncidada no podía ir al infierno. Creían que la
marca física era suficiente para obtener recompensa de Dios. Pero Pablo muestra que esto es
completamente falso y que la circuncisión no tiene valor si no hay obediencia.

También podemos ver que las formas se usan como medios para pecar. Las formas son tipos de
realidades espirituales y tienen el fin de ayudar en la enseñanza y para dar testimonio de esas
realidades. Pero cuando la realidad se pierde y en su lugar se depende de la forma, esta forma
entonces pasa a ser una excusa para pecar. Porque aunque se pierda la realidad por causa del
pecado, se puede mantener la forma y usarla como “prueba” del favor de Dios mientras se está
pecando. Por ello, la forma es menos que útil ya que en realidad promueve el pecado. Esta misma
verdad se puede aplicar a cualquier forma: la oración, la comunión, el bautismo, la membresía en
una iglesia, la profesión, el testimonio, la lectura de la Biblia, la asistencia a la iglesia, el diezmo y
cualquier otro ejercicio religioso. La forma sin una realidad que la respalde es algo que desagrada
a Dios y descarría a los hombres.

A los ojos de Dios, ¿quién es judío? Un judío es uno que se ha entregado a Dios como posesión y
testigo Suyo—uno que ha sido circuncidado por dentro. En Gálatas 3:7, Pablo dice: “Sabed, por
tanto, que los que tienen fe, éstos son hijos de Abraham”. De acuerdo con Génesis 15:6, Abraham,
el fundador del pueblo judío, fue justificado por la fe. Por tanto, sólo los que tienen fe en Cristo
para su salvación son verdaderamente hijos de Abraham y parte del pueblo de Dios. Y, a los ojos
de Dios, ¿quién ha sido circuncidado? Es una circuncisión del corazón y a los ojos de Dios, no por
mano del hombre. Colosenses 2:11 afirma: “En él también fuisteis circuncidados con circuncisión
no hecha por mano de hombres, sino por la circuncisión de Cristo, en la cual sois despojados de
vuestra naturaleza pecaminosa.” La circuncisión se usa aquí como figura de la santificación. La
circuncisión de Cristo, que no es física sino espiritual, implica una limpieza real del pecado, un
remover del cuerpo los pecados de la carne. La circuncisión indica pureza de corazón.

Por consiguiente, vemos que sin una realidad, ninguna forma o ritual tienen propósito. No tienen
un propósito de Dios, y Él los denuncia repetidamente como hipocresía. El fin de la verdadera
adoración es magnificar a Dios y llevar al adorador a una comunión con Él. La forma no basta
para lograr este fin. Los que adoran, deben hacerlo en espíritu y verdad, fueron las palabras de
Jesús.

3. Las objeciones respondidas (vs. 3:1-8). Naturalmente, es duro convencer a un judío de su pecado.
Ha confiado por tanto tiempo en las ventajas que tiene, que no es fácil mostrarle que es culpable.
Así que Pablo toma las excusas y objeciones de los judíos para establecer su culpa en forma
concluyente. Al establecer la culpa, se logra una base sólida para presentar la doctrina de la

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 22
salvación. Pablo cita extensamente de las Escrituras para fortalecer su conclusión.

Al inicio del capítulo 3, Pablo hace varias preguntas: “¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿De qué
aprovecha la circuncisión?” Dicho en otra forma, ¿qué ventaja tiene un pecador que tiene
conocimiento sobre un pecador que no tenga conocimiento? Tiene mucha más preparación para la
salvación, y si viene a la fe, podrá crecer rápidamente en gracia y lograr las metas más altas de la
fe. Esto se debe a que tiene la Palabra, de la cual dependen la vida y el crecimiento. El judío
responde que sin duda Dios cumplirá Su promesa y Su pacto para con los judíos, incluso si no han
sido fieles. ¿Es nula la fidelidad de Dios (v. 3)? David reconoció que Dios es tan fiel para castigar
al pecador, como lo es para salvar al justo. En el Salmo 51:4 dice: “Contra ti, contra ti solo he
pecado; he hecho lo malo delante de tus ojos, para que seas reconocido justo en tu palabra y
tenido por puro en tu juicio”. David reconoce la naturaleza y gravedad de su pecado. Se ha
rebelado contra las leyes de Dios para la vida humana. Aunque también otros sufren las
consecuencias de nuestro pecado, es contra Dios mismo contra quien nos rebelamos. Las
promesas de Dios están condicionadas a la obediencia y la fe del ser humano. Y, contrastando con
el pecado, la gracia se revela más gloriosa. Además, el pecado del hombre ha puesto de manifiesto
la justicia activa de Dios en la redención, en tal forma que no se habría sido posible de otro modo.

Nuestra injusticia sólo sirve para incrementar la justicia de Dios.

Entonces, un argumento sería que si mi pecado hace que la verdad de Dios brille más fuertemente,
y hace que Su gloria aumente, ¿por qué insiste Dios en condenarme y castigarme como pecador?
Si el fin (la gloria de Dios) es bueno, ¿por qué entonces el medio (mi pecado) se considera malo?
¿Justifica el fin los medios? Este argumento tiene fuerza desde una perspectiva puramente humana,
pero Dios no ve de la misma manera que el hombre. Si el argumento tuviera fuerza, entonces Dios
no tendría base para juzgar al mundo. Quedarían libres de juicio no sólo los judíos, sino también
los gentiles. Todo el sistema de la moral quedaría sin fundamento, si se aceptara que un pecado
mayor produce mayor mérito ante Dios. Dios no es orgulloso y no desea acumular méritos, pero
es santo y desea la justicia del hombre, no su pecado. El juicio se basa en el motivo. Los versículos
7 y 8 repiten mucho el mismo énfasis, pero haciendo referencia a la decisión que debe tomar el
hombre. Los hombres serán juzgados por sus pecados. No es para el mérito de ellos que Dios se
sobrepone al pecado y produce gloria. El mérito es para Él.

4. Todo el mundo será juzgado (vs. 3: 9-20). El judío tiene muchas ventajas sobre el gentil, pero por
ese hecho no es mejor a los ojos de Dios. Tanto el judío como el gentil son igualmente culpables
delante de Dios. Hemos pecado de pensamiento (vs. 10-12), de palabra (vs. 13-14) y de obra (vs.
15-18). El problema básico es nuestra naturaleza, nuestro corazón. No somos justos; no tememos
a Dios. Y de esta condición emergen nuestros pecados. Esta descripción aplica a todos los
hombres—judíos y gentiles—en su estado natural.

El veredicto de la ley (vs. 19-20). Pablo llega a la fuerte conclusión que ha venido elaborando
desde el capítulo 2:1: que todo el mundo es culpable a los ojos de Dios. Pablo ha demostrado que
todos los hombres, sean judíos o gentiles, están condenados ante la Ley. Y no es suficiente tener la

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 23
Ley; la Ley debe ser obedecida o de lo contrario, ésta los condenará. Pero todos han quebrantado
la Ley y por tanto, todos están condenados. No hay excepción para la culpa que describe el
apóstol. Algunos han pecado más terriblemente que otros y bajo distintas circunstancias, pero
ninguno es inocente ante la Ley. La Ley no fue dada para justificar al hombre, sino para
condenarlo y mostrar su pecado. El propósito real de la Ley es ser un maestro que señala el
pecado y lo castiga. Puede enseñar y castigar, pero no puede justificar, porque todos hemos
pecado y la Ley no tiene poder para perdonar (v. 23).

En nuestra próxima lección, el apóstol retoma el tema que tan abiertamente ha presentado en el
capítulo 1:16-17. Ha demostrado el total fracaso del hombre para tener logros o para estar a derecho
con Dios. Pero ahora en Cristo ha llegado un nuevo amanecer en la historia del hombre. Dios mismo
ha eliminado la insuperable dificultad y ha otorgado justicia como regalo gratuito que debe recibirse
por fe. Esta justicia significa justificación, santificación y redención completa.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 24
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 1

1. ¿Cuál fue el propósito de Pablo para escribir el libro de Romanos?

2. ¿Cómo se relaciona el evangelio con el Antiguo Testamento?

3. ¿Por qué pudo Pablo afirmar que era apóstol?

4. ¿Qué significan “gracia”, “misericordia” y “paz”?

5. ¿Qué significa la palabra “evangelio” y qué confianza expresó Pablo en él?

6. Según la postura wesleyena, ¿cómo se recibe, retiene y trabaja la justicia en la vida cristiana?

7. ¿En qué forma es consecuente la ira de Dios con el amor que produce salvación?

8. ¿Cuáles cualidades de Dios se dan a conocer a través de la naturaleza?

9. ¿En qué sentido entrega Dios al pecador?

10. ¿Qué es una mente reprobada? ¿Cómo se endurece el corazón?

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 25
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
NOTAS DE LA LECCIÓN 2
ROMANOS 3:21-8:39

III. LA PROVISIÓN DE LA SALVACIÓN (Romanos 3:21-8:39)

A. La justicia restaurada (vs. 3:21-31)

1. La manifestación de la justicia (vs. 3:21-23).

a) Es justicia divina. Tiene su fuente en el carácter y la bondad activa de Dios, como se indicó en
el capítulo 1:17. Se manifestó, es decir, se hizo evidente en el evangelio de Cristo. Pablo
vuelve al gran tema de la epístola.

b) Existe sin la Ley. La justicia de Dios no viene por guardar la Ley. Es una expresión del
carácter, que es exactamente lo que Dios desea en nosotros. No es contraria a la Ley, porque
ésta es santa, justa y buena (7:12). Pero la Ley no produce esta justicia; sólo la mide y
descubre si está ausente en el hombre natural. Esta justicia no tiene ley en la medida en que
ninguna carne será justificada por la Ley. Debemos ser justificados de otra forma. La Ley
puede juzgar o medir la justicia, pero no impartirla. La Ley y los profetas (es decir, todo el
Antiguo Testamento) apuntan a esa justicia.

c) Se recibe por fe. La palabra “todos” indica que no sólo nos llega a todos, sino que también es
algo que nos pertenece individualmente. En otras palabras, el hombre se vuelve justo luego de
que eso se le imparte. Esto se volverá más claro conforme avancemos en el estudio, pero se
indica ya desde aquí. Los comentaristas han estado generalmente de acuerdo en que la alusión
aquí es a la fe en Cristo. Todo el que cree, sea judío o gentil, recibe esta justicia.

2. La dación de la justicia. La palabra “justificados” viene de la misma raíz del término “justicia”,
pero al usar la forma verbal se quiere indicar que esta cualidad se imparte.

a) Nadie puede hacer algo para merecer la salvación. Es un regalo que el hombre recibe por
gracia. La gracia es el favor “inmerecido” de Dios. No se puede ganar.

b) Dios no puede justificar sin tener los medios. Si lo hiciera, violaría la voluntad del hombre. Si
la justificación es algo que concierne al carácter del hombre, éste debe escogerla. Si por un
acto soberano, Dios fuerza al hombre, no se expresaría el carácter del hombre, y éste
entonces no podría ser recompensado adecuadamente por tener ese carácter, ni podría ser
castigado por no tenerlo. Dios es justo al condenar o justificar. No es arbitrario (véanse 3:4 y
5:26).

Por la redención Dios muestra un camino que le habla de la forma más fuerte al corazón del

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 26
hombre, pues genera los motivos correctos y solicita el consentimiento. Dios obra desde adentro,
promoviendo deseo, voluntad y acción. Esto se indica repetidamente en la afirmación que el
hombre ha sido justificado por la fe. Dios estimula la fe, pero esa fe descansa en la propia facultad
de fe del hombre.

La redención es el pago de un rescate por el hombre. A fin de cumplir con las demandas de la
Ley, Dios coloca el juicio que la Ley exige sobre Su único Hijo. Esto fue hecho en lugar nuestro,
y eso significa redención.

3. La provisión de la justicia

a) La propiciación es esa operación por la que se ajusta la condición del hombre para que
puede haber reconciliación entre él y Dios. Primeramente, no es que la ira de Dios se haya
agotado y por eso Él pueda perdonar; sino más bien que ahora existe una base para que el
hombre sea hecho aceptable ante Dios y pueda tener comunión con Él. En otras palabras, la
propiciación fue primeramente para beneficio del hombre y no de Dios, para satisfacer Su
demanda de justicia.

b) La sangre de Cristo efectúa la propiciación para nuestra salvación. Al derramar Su sangre,


Cristo pagó la pena que demandaba la Ley. Si tenemos fe en Su sacrificio—Su sangre—
podemos reclamar el perdón y cumplir con la Ley. Notemos que es sólo por la fe en Su
sangre que viene a nosotros la justificación. Esta es la única forma de salvación de Dios hoy
día, y sólo se puede recibir por la fe, no por las obras.

c) La propiciación está condicionada a la fe. Y así debe ser, a fin de que Dios pueda tener
causa suficiente para generar el motivo adecuado en el hombre—que no sea por mérito, sino
por respuesta. Por tanto, el hombre debe hacer uso de su voluntad y así la justificación se
relacionará con su carácter. La fe es un acto de la voluntad hacia el ofrecimiento de Dios.

d) Era necesario que se manifestara la justicia de Dios. Esto se debe a que Él pasó por alto o
retuvo el castigo de nuestros pecados bajo la dispensación de la Ley, sin mostrar Su ira contra
nuestros pecados (v. 25), y porque “en este tiempo” esto mismo es cierto en cuanto a
nuestros pecados pasados. Dios ha retenido el castigo merecido, debido al plan de salvación
que es por medio de Cristo.

e) ¿Qué se quiere decir con “justo” y “el que justifica”? Por la redención en Cristo, Dios pudo
mostrar Su indignación contra el pecado sin destruir al pecador. Pudo librar al pecador de sus
pecados y de su culpa sin minimizar el pecado ni la Ley.

4. La aprobación de la justicia (vs. 27-31)

a) La salvación por la fe excluye la vanagloria en las obras. Ningún hombre gana la salvación
por medio de sus obras. Es por la gracia de Dios, puesto que todos hemos pecado. Esto tiene

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 27
que ver primeramente con los judíos que se jactaban mucho.

b) La salvación por la fe coloca a judíos y gentiles en un mismo nivel frente a Dios. Como hay
un solo Dios, Él es Dios tanto de judíos como de gentiles. Puesto que la Ley de Moisés le
pertenecía sólo a los judíos, esa Ley no podía ser el medio para lograr el favor ante Dios,
porque de lo contrario Dios habría sido parcial al favorecer sólo a los judíos. La fe es,
entonces, el medio para la justificación, a fin de que tanto gentiles como judíos puedan ejercer
fe en la obra de Cristo.

c) La salvación por fe no contradice la Ley, sino que la afirma. La fe afirma la Ley. La justicia
de la Ley es plenamente respaldada por el plan de perdón que opera mediante la fe en la
redención de Cristo.

B. La fe de Abraham (4:1-25)

El capítulo tres no habla de Abraham, pero como Pablo estaba tratando con judíos que le tenían
mucho respeto por Abraham y se sentían muy firmes por ser hijos de Abraham, el apóstol da sus
argumentos cuidadosamente para demostrar que Abraham es un maravilloso ejemplo de fe. En los
versículos 23 a 25, deja en claro que la fe del patriarca ilustra cómo debe ser también la nuestra.
Debemos estudiar esta porción desde esa perspectiva.

1. La justicia es por fe (vs. 1-12) (Compárese con Génesis 15:1-6)

a) El evento de Génesis 15:1-6 produjo justicia. Esta justicia tuvo que ver con la promesa, no
con la Ley. Lo que es por la promesa viene por gracia y no por deuda. Pero si la justicia
hubiera sido producto de las obras, habría sido un asunto de deuda. Por tanto, concluimos
que la justicia vino por la promesa y la fe de Abraham en el Dios que la hizo. Fue la fe en la
promesa lo que se tomó por justicia.

b) La frase "no culpa" del Salmo 32:2 y el término “atribuye” de Romanos 4:6 significan que
el perdón ha borrado el pecado. También significan que hay un saldo positivo de justicia. Por
este hecho de fe, Dios consideró justo a Abraham delante de Él, y removió todo pecado
pasado de su registro.

c) El momento de esta experiencia de Abraham es importante. Los judíos creían que la justicia
venía por guardar las ordenanzas, particularmente la de la circuncisión. Pablo muestra que el
ser tenido en justicia fue algo que ocurrió antes (en realidad, unos 24 años antes) del sello de
la circuncisión. La circuncisión fue dada como sello de una relación que ya había quedado
establecida por la fe, y no era en ninguna manera la fuente de esa relación o de la justicia. El
caso de Abraham demuestra que los gentiles pueden ser justificados al igual que los judíos,
porque el método es la fe y no las obras de la Ley de Moisés.

2. La herencia es por la fe (vs.13-16) ¿Por qué la herencia no es por la Ley? (Véase Génesis 17:1-8)

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 28
a. La promesa fue dada como recompensa por la fe de Abraham.

b. Una promesa no es lo mismo que un contrato. Un contrato es un documento legal con


condiciones para ambas partes. Si una de las partes viola los términos, es culpable. Así que si la
herencia fuera un contrato legal, todo incumplimiento de la Ley anularía el contrato y traería
castigo por la violación. La promesa fue dada sin condición a toda la simiente de Abraham
(Génesis 17:8).

c. Puesto que la promesa es incondicional para toda la simiente de Abraham, seguramente es


un asunto de gracia y un regalo, no algo que se deba ganar bajo la Ley. Pero no toda la
simiente ha merecido ese regalo.

3. La posteridad por la fe (vs. 17-22)

a. Hubo circunstancias específicas en las que se hizo la promesa (véase Génesis 17:1-8). Abram
tenía 100 años y Sara casi 90—más allá de la edad normal para engendrar hijos. Desde la óptica
humana, no había esperanza para que se cumpliera esa promesa. Pero él tuvo esperanza contra
toda desesperanza.

b. El punto crucial de la fe de Abraham fue que escogió creerle a Dios, en vez de regirse por las
circunstancias. Al principio parecía imposible y Sara dudó, pero por un acto de su voluntad y
basado en la Palabra de Dios, Abraham afirmó su fe fielmente. Y esa fe fue honrada. Sin duda
tomó en cuenta sus circunstancias, pero aún así le creyó a Dios (véase el v. 19). Así que en
verdad sus circunstancias no tuvieron parte en su fe. Este tipo de fe que coloca la Palabra de
Dios antes que las circunstancias adversas es justa. Isaac fue un milagro. Fue llamado “Risa” y
expresa la fe que se ríe ante las circunstancias.

4. La aplicación universal de la fe (vs. 23-25)

a. Lo que significa para nosotros la vida de Abraham. Es el padre de todos los creyentes (v. 11).
Esto significa que por la fe, los que no son descendientes legales de Abraham, pueden aún así
recibir los beneficios de la promesa de Dios hecha a él. Sus descendientes legales recibieron la
promesa de la “tierra santa”, pero sus descendientes por la fe heredarán el mundo (v. 13).
Abraham es padre de muchas naciones por la fe (v. 16). Debemos caminar en los pasos de la fe
que él tuvo (v. 12). Su fe creció y fue probada hasta el límite, por lo que halló nuevas
revelaciones de la fidelidad y gloria de Dios. Nuestra fe también debe crecer, resistir y superar
pruebas para hallar nuevas revelaciones de Dios y Su gloria.

b. La fe que justifica se evidencia en la fe de Abraham. Abram renunció a su propia posición que


era contraria a la voluntad de Dios y aceptó la voluntad divina contra sus propios deseos.
Quería que Eliezer fuera su heredero (Génesis 15:2). Luego quiso que lo heredara Ismael
(17:18). Su pasado fue perdonado (15:6). Contó con el poder de la resurrección (Romanos

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 29
4:17,19). Esto es esencial para la fe que justifica, como lo muestra Pablo en el versículo 24 y
en Romanos 10:9. Su fe se relaciona con Jesucristo, la simiente de Abraham. Comparemos el
versículo 18 con Gálatas 3:16: “Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su
descendencia. No dice: «Y a los descendientes», como si hablara de muchos, sino como de
uno: «Y a tu descendencia», la cual es Cristo.” Gálatas 3:8 dice: “Y la Escritura, previendo que
Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham,
diciendo: «En ti serán benditas todas las naciones»”. Así que el evangelio estaba incluido en la
promesa hecha a Abram.

Dios le cambió el nombre a Abram para simbolizar el cambio de su naturaleza (véase Génesis 17:5).
Su fe quedó demostrada en su obediencia. Génesis 22:18 dice: “En tu simiente serán benditas todas las
naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz”. La justificación no fue por obras, pero se
manifestó en obediencia. Santiago 2:21-24 dice: “¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro
padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras
y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: «Abraham creyó a Dios y
le fue contado por justicia», y fue llamado amigo de Dios. Vosotros veis, pues, que el hombre es
justificado por las obras y no solamente por la fe.” En la Biblia, la palabra para “desobediencia”
comparte la misma raíz de la palabra “incredulidad”. Uno no puede desobedecer voluntariamente a
Dios y voluntariamente también creer en Él, de manera que uno no puede tener fe que justifica a
menos que obedezca a Dios, así como lo hizo Abraham.

La fe que justifica nos lleva a una crisis de perfección (véase Génesis 17:1 y 22:1-18). Dios le dijo a
Abraham que fuera un hombre perfecto delante de Él. Su fe lo llevó a la prueba suprema de ofrecer a
su propio hijo. Dios debe ser perfeccionado en el cristiano, quitando todo espíritu de duda e
incredulidad y entregando absolutamente todo a la voluntad soberana de Dios (véase el caso de 1ª de
Tesalonicenses 3:7-10).

Tal es el embrión de la verdadera fe evangélica. En esa dispensación no se dio la llenura interior de


Cristo, como leemos en Hebreos 11:39-40: “Pero ninguno de ellos, aunque alcanzaron buen
testimonio mediante la fe, recibió lo prometido, porque Dios tenía reservado algo mejor para
nosotros, para que no fueran ellos perfeccionados aparte de nosotros.” Dios aceptó el embrión de la fe
porque contenía el fruto de la justicia evangélica. Abraham no recibió el testimonio del Espíritu ni la
llenura interior de Cristo, pero Dios le dio testimonio de otra forma y tuvo una amistad con él.

C. Los beneficios para el justificado (vs. 5:1-11)

El capítulo 5, particularmente la última porción, es quizás el texto más difícil de todos en el Nuevo
Testamento y ha sido motivo de conflicto entre diversas teologías. Pablo, tras hablar sobre la
justificación por la fe para todos los hombres—en el wesleyanismo, la justificación es un acto judicial
en el que Dios declara libre de culpa y de castigo al pecador y por tanto lo hace justo, procede ahora a
demostrar cuáles son los beneficios que recibimos gracias a la justificación.

1. Paz con Dios (v.1). La paz no es un simple contentamiento, satisfacción o quietud, sino una

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 30
reconciliación con Dios. Antes éramos enemigos (v. 10). Los asuntos que produjeron esa
enemistad quedaron resueltos y ahora hay paz interior.

2. Acceso para afirmar la gracia (v.2). La palabra “también” indica que se añade algo a lo ya dicho.
“Esta gracia” es algo enfático e indica una gracia avanzada especial. Hemos estado hablando de la
gracia para entrar a la vida de Cristo. Aquí tenemos gracia para estar firmes. Esto significa que
somos fortalecidos para estar firmes ante las adversidades, como lo muestra el contexto, y no sólo
para estar a derecho legal ante la Ley. Esto es algo más de lo que ha habido antes. “Tenemos” y
“estamos firmes” están en tiempo perfecto, es decir, hemos obtenido y nos hemos sostenido.

En esta epístola, Pablo trata los grandes temas de la gracia: la justificación, la santificación, la
glorificación, etc., pero no los mantiene separados sistemáticamente. Mientras habla del pecado en
el primer capítulo introduce la justicia divina. Aquí, al tratar con la justificación, introduce el tema
de la santificación, el cual elabora más tarde. Traslapa ese tema con el de la glorificación. Pablo ve
la verdad como un todo y no se preocupa de hacer distinciones teológicas. Esto es esencial para
saber cómo interpretar adecuadamente esta epístola.

3. La gracia en que nos gloriamos (v. 2). El gloriarnos viene por “la gracia en la cual estamos
firmes”. Este gloriarnos es una emoción interna generada por el Espíritu Santo, y es distinta del
placer que siente el pecador que depende de las circunstancias. De acuerdo con el contexto, es un
tipo de gozo que tiene al menos tres componentes:

a. Gozo en la esperanza. El gozo del pecador se relaciona mayormente con el aquí y el ahora. El
alma santificada se regocija en las adversidades porque tiene una sólida comprensión del bien
futuro. Sobre esta esperanza se habla más adelante.

b. Gozo en las tribulaciones. Abraham y Pablo aprendieron sobre esto. Es la marca de la fe


madura. Las personas no santificadas tienen dificultad para gozarse en las tribulaciones, pero el
Espíritu Santo perfecciona el gozo, como también la fe. Hay una razón lógica para este gozo.
La tribulación produce una paciencia resistente. La “tribulación” hace referencia a la
trituración del grano con un mayal. Aprendemos paciencia por la experiencia, lo cual no
lograríamos en una forma puramente teórica. Abraham, Job y Pablo aprendieron por la
experiencia. Una paciencia resistente genera experiencia y confianza. La gracia se manifiesta en
las pruebas donde demostramos confianza. Esto lo ilustra muy bien la vida de Abraham. Dios
podía depender de Abraham porque éste había soportado severas pruebas de fe. La confianza
produce seguridad, esperanza. Cuando pasamos por pruebas y vemos que se manifiesta la
fidelidad de Dios, aumenta nuestra seguridad para soportar las pruebas futuras, porque
sabemos que éstas serán también una fuente de bendición. Por tanto, podemos regocijarnos en
medio de las pruebas y las tribulaciones.

c. El gozo en Dios (v. 11). El pecador se goza en sí mismo y en lo que tiene en el aquí y el ahora,
si es que del todo se regocija. Pero el santo se regocija en Dios mismo. El cielo ya ha
empezado a tomar posesión aquí. Esta es una de las más finas pruebas de la verdadera

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 31
santificación. ¿Se regocija el alma realmente en Dios, o debe tener otras cosas para sentir el
gozo? Pablo y Silas se regocijaron en la cárcel en Filipos; Jesús se regocijó camino a la cruz.
Cristo nos dice que nos gocemos en las tribulaciones.

4. La esperanza (vs. 2, 4-5). Para el santo de Dios, lo mejor siempre está por venir. En esta tierra
tenemos momentos de gozo, pero con frecuencia sufrimos pensando que el gozo debe cesar. En
medio de nuestra comunión placentera, estamos concientes de que ésta será interrumpida. Pero
hay gozos por delante que son mayores. Esto será verdad en toda la eternidad. ¡Allí no habrá
monotonía!

a. La esperanza se basa en la experiencia con un Dios que no falla.

b. La esperanza tiene el respaldo del amor derramado, como se indica más adelante.

5. El amor derramado (v. 5). ¿Cuál es la conexión entre el derramamiento del amor y el don del
Espíritu Santo? La palabra “derramar” es la misma que se utiliza para la venida del Espíritu Santo
en Pentecostés. Es más que una concesión de amor; es la plenitud del amor que sobreabunda. Esta
es precisamente la diferencia entre la justificación y la santificación. En la justificación se da amor,
pero en la santificación, el amor se perfecciona. De igual manera, en la regeneración se imparte el
Espíritu, pero en la santificación se llena el alma. Este amor es el que nos mantiene cerca de Dios
mientras las tribulaciones se convierten en gloria. Cada victoria aumenta el amor entre el alma y
Dios.

a. Es un amor divino que se manifiesta en el sacrificio de Cristo (vs. 6-8). Este amor es mayor
que el humano; este amor divino es “ágape”. Hay hombres que morirían por uno hombre
bueno o perfectamente santo. Muy pocos morirían por un simple mortal. Pero Cristo murió
por el impío—el hombre lleno de irreverencia o impiedad. Su amor reconcilia (vs. 10-11). El
amor humano no logra lo que desea, pero el amor de Dios se manifestó en la reconciliación.
Éramos nosotros quienes necesitábamos ser reconciliados, pero Él puso la base para ello. Su
amor cerró la brecha, construyó un puente de gracia y nos llamó a que lo cruzáramos para
unirnos a Él. ¡Qué privilegio tenemos de responder a semejante amor!

b. Como hemos visto, es un amor que produce esperanza. En este capítulo, la expresión
“mucho más” se usa varias veces para indicar la perfecta adecuación del plan de salvación.
¡Cristo es abundantemente capaz de salvar! El argumento en cada caso va de lo mayor a lo
menor. Por ejemplo, podemos discutir que si un hombre puede levantar 500 libras,
ciertamente puede levantar 200; si un hombre pequeño puede levantar 200 libras, un hombre
grande seguramente puede levantar esa cantidad de libras o muchas más. Si Cristo murió para
cancelar nuestra culpa cuando éramos pecadores, mucho más por ser Sus amigos nos salvará
de la ira de Dios en el juicio. Pablo discurre sobre este pensamiento en el 8:32-34. “El
perfecto amor echa fuera el temor, para que seamos valientes en el día del juicio”. Si Dios
puede cambiar nuestro pasado, puede cambiar mucho más nuestro futuro (v. 19). Si Él puede
borrar el registro de nuestros pecados pasados, puede añadir suficiente justicia y fuerza para

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 32
todo el futuro. Si Su muerte produjo reconciliación con Dios, cuánto más Su vida nos salvará
(“líbranos diariamente del dominio del pecado”—versión ampliada). Hay una gran seguridad
en la salvación de Dios. Es más que una simple liberación: ¡podemos esperar grandes
beneficios!

D. Abundante gracia para todos los hombres (vs. 5:12-21)

1. En Adán, hay muerte para todos (vs. 12-14). Aunque el mensaje central queda claro, los detalles
están llenos de profundidad y ha habido mucho desacuerdo sobre su significado.

a. El pecado entró al mundo por el pecado de Adán. Dios le había advertido a Adán que el día
en que comiera del fruto, moriría. La muerte espiritual llegó al instante; la muerte física llegó
después como resultado; y la muerte eterna emergió como amenaza peligrosa a menos que
hubiera una liberación de gracia.

b. La muerte pasó de Adán a todos los hombres. ¿Cómo puede ser esto? Hay varias teorías y no
todas pueden ser ciertas. Algunas son:

(1) La teoría “realista” de Agustín y Jonathan Edwards afirma que todos los hombres existían
en Adán y en él, todos pecaron. Esta existencia pudo haber sido germinal o de otro tipo.
Según esta perspectiva, están involucrados tanto niños como adultos.

(2) La teoría de la “supremacía federal” afirma que Adán era nuestro representante legal y su
pecado nos fue atribuido a todos. Todos somos castigados justamente por causa del
pecado de Adán.

(3) La teoría de la “transmisión genética de la depravación” dice que el pecado se hereda. C


Los resultados son la muerte física y eterna como castigo por el pecado real. La muerte
física es resultado del pecado de Adán y de la naturaleza que heredamos. La muerte
espiritual es universal para aquellos que pecan.

(4) Una posible explicación: (a) En el capítulo 4 Pablo habla de Abraham, que tuvo
descendencia biológica por la sangre y descendencia espiritual por la fe. Cada tipo de
descendencia tuvo beneficios. (b) El padre u otra cabeza legal escoge por su hijo hasta
que éste tiene la edad suficiente para escoger por sí mismo (véanse Gálatas 4:1-7 y
Efesios 6:4). (c) Adán no fue engañado en su transgresión. Su pecado fue único porque
escogió deliberadamente a favor de Eva (su familia) y unirse a ella en el pecado. Esta
escogencia fue a favor de su familia (véase 1ª de Timoteo 2:14-15). Así que la naturaleza
del pecado y las consecuencias del mismo cayeron sobre toda la raza. Es decir, cada uno
heredó la naturaleza del pecado y heredó la inclinación al pecado real. En Adán, todos
pasarían por la muerte del pecador. (d) Cristo es el segundo Adán. 1ª de Corintios 15:22
dice: “Así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados”. En
realidad, Cristo murió antes de la fundación del mundo (1 Pedro 1:18-20). Y como es la

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 33
nueva cabeza de la raza, Él escogió por cada uno de nosotros, de manera que estamos
protegidos por las provisiones de la expiación hasta que tengamos la edad suficiente para
escoger la responsabilidad por nosotros mismos. (e) Porque Cristo es mucho mayor que
Adán, ¡Su obra paga de sobra el daño del pecado de Adán! Éste es el peso del argumento
de Pablo.

(5) ¿Cuál era la condición de los hombres antes de Moisés? Pablo muestra la universalidad
del pecado y la muerte al demostrar que existían antes de la Ley de Moisés. Existía la ley
de la naturaleza y la conciencia, así que habían pecado.

(6) Adán fue una figura de Cristo. Adán fue el primero de la raza que pecó. Cristo fue el
primero de la nueva creación bajo la gracia: “el primogénito entre muchos hermanos”. De
esto se extrae la similitud y el contraste.

2. La superioridad de Cristo sobre Adán.

a. Un contraste en la cualidad (v. 15). Si el pecado de Adán tuvo tanta influencia, ¿no puede el
acto infinitamente superior de la gracia y la santidad tener una influencia aún mayor? Mayores
son los beneficios que vienen de Cristo que los males que vienen de Adán.

b. Contraste en las cifras (v.16). El pecado fue de un solo hombre; la gracia fue para todos los
hombres. El juicio fue para un único pecado; la gracia cubre multitud de pecados y a una
multitud de hombres.

c. Contraste en los resultados (v.17). Si un único acto de pecado cometido por Adán llegó tan
lejos, ¿no puede el acto de obediencia de Cristo llegar aún más lejos y tener mayores efectos?
¡Claro que sí! (1) La muerte reinó por causa del pecado de Adán. El original de los versículos
12 y 17 indica que fue “por medio” de un único hombre que vino el pecado, y “por medio” del
pecado que vino la muerte. Así que el reinado de la muerte vino por el pecado de hombres
individuales. (2) La muerte espiritual fue inmediata; la muerte física fue al final; y la muerte
eterna es una amenaza para siempre. (3) Es “por medio” de Jesucristo que llega el reinado de
la vida. Por Su acto nos pone a la disposición un nuevo orden, que incluye vida espiritual de
inmediato por causa de la fe, vida resucitada sobre la muerte en algún momento, y vida eterna
como sólida esperanza. (4) Como el pecado original es la herencia de todo hombre, hasta que
por fe éste se apropie de la liberación, así por la gracia preveniente de Dios todos los niños
inocentes, así como los impíos y personas mentalmente inadecuadas, tienen los beneficios
incondicionales de la expiación hasta el momento en que pecan deliberadamente. La expiación
abarca el caso del pecado original interno hasta que el hombre deliberadamente rechaza la
liberación. De acuerdo con A.M. Hills: “Nada, excepto el rechazo voluntario del hombre del
ofrecimiento (de la salvación) puede privarlo de la vida eterna en Cristo.”

3. Hay vida para todos por medio de Cristo (vs. 18-19). Ahora Pablo regresa a la comparación que
inició en el versículo 12 y que interrumpió después del versículo 14. La condenación viene por

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 34
Adán, la justificación por medio de Cristo. Está en manos de los hombres escoger lo que tendrán.
Es por un acto personal de fe o de desobediencia que los hombres se salvan o no del pecado; es
por una escogencia personal del pecado que los hombres caen en condenación y se pierden.
Gracias a los méritos de Cristo somos rescatados de la condenación, hasta el momento en que
escogemos el pecado.

La concesión de la justicia (v. 19) es una afirmación enfática e indiscutible de la doctrina de la


justicia que Cristo otorga. Por el pecado de Adán muchos fueron hechos pecadores, lo cual no
significa que fueron considerados pecadores cuando en realidad no lo eran. Significa que en
realidad se volvieron pecadores en su naturaleza y sus prácticas. Ahora queda igualmente claro
que muchos serán hechos justos, es decir, no serán considerados justos cuando en realidad no lo
sean. Significa que realmente se volverán justos en su naturaleza y sus prácticas. ¡Esto implica
santidad! La frase “mucho más” cuando se habla de Cristo frente a Adán establece este punto.

4. El triunfo de la gracia (vs. 20-21)

a. La Ley no libra ni trae justificación o justicia. Sólo muestra la profundidad y persistencia del
pecado. El tirano malvado del pecado tiene dominio pese a la Ley. De hecho, la Ley sólo lo
hace aparecer más terrible.

b. La gracia es la respuesta. Su efecto es mayor que el efecto del daño. En este momento no
entendemos cómo es posible eso, pero lo cierto es que el destino que el hombre tiene delante
por causa de la gracia es mayor que el que hubiera tenido si el pecado no hubiera entrado en el
mundo. ¡La gracia reina por medio de la justicia y vence al pecado!

E. Libertad del pecado (vs. 6:1-23)

En nuestro análisis de la salvación pasamos ahora a la tercera gran consideración doctrinal. La primera
es el pecado; la segunda la justificación y la tercera es la santificación y la vida santa. Pablo elabora un
patrón lógico y va ascendiendo hasta llegar a la glorificación. En Romanos 5:20 declara: “La Ley,
pues, se introdujo para que el pecado abundara; pero cuando el pecado abundó, sobreabundó la
gracia”. Previó que algunos desearían dejar que el pecado continuara para que la gracia se mostrara
mejor, así que se adelantó a ese argumento. Hoy día todavía hay algunos que razonan de esa forma.
Un conocido catecismo declara: “Ningún hombre es capaz por sí mismo de recibir una gracia en esta
vida ni de guardar los mandamientos de Dios, así que puede romperlos diariamente en pensamiento,
palabra y obra”. Un catecismo así contradice abiertamente la Palabra de Dios.

1. Muerte al pecado

a. El significado del pecado. El sustantivo griego para “pecado” aparece catorce veces en este
capítulo con un artículo definido. Varios comentaristas lo han interpretado como “el principio
del pecado”, “corrupción hereditaria”, “depravación natural”, “pecaminosidad” y “disposición
al pecado”. Es claro que incluye la naturaleza del pecado. Nótense algunas descripciones

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 35
figurativas: (1) De “nuestro viejo hombre” (v. 6), Lange dice: “El viejo hombre es toda la
pecaminosidad del hombre que procede de Adán”, y Lightfast afirma: “El viejo hombre es la
personificación de toda nuestra condición pecadora... Es la personificación de las
propensiones corruptas de nuestra naturaleza”. (2) “El cuerpo del pecado” (v. 6) no quiere
decir que nuestros cuerpos naturales sean pecaminosos (véanse los versículos 6:12-13, 7:17 y
8:3). Significa más bien que la naturaleza del pecado domina sobre el cuerpo y se expresa por
medio de él. La idea de la muerte se refuerza con la palabra “destruido”, que implica llevar
algo a su fin, anular, despojar de su poder.

b. El significado de la muerte al pecado. “Muerte” significa ser cortado de una relación. No hay
respuesta a los estímulos. Si un cable está muerto está separado del circuito y de la fuente de
poder. Un hombre muerto ya no puede ser estimulado con palabras de alabanza, ni con culpa,
ni ser tentado al mal. Si estamos muertos, nos libramos del estímulo de este mundo.

c. La realización de la muerte al pecado. La palabra griega está en el tiempo aorista y por


tanto, indica una acción completa. (1) Todos hemos muerto potencialmente al pecado en la
muerte de Cristo. Pablo traza esta idea eficazmente. (2) Morimos a nuestro propósito cuando
nos arrepentimos del pecado. Si un hombre se arrepiente en verdad, rechaza y renuncia a todo
pecado y se apropia, por la fe, de los beneficios de la muerte de Cristo. El bautismo cristiano
es un tipo de esta identificación. (3) Morimos a la experiencia al pecado cuando la obra
santificadora de la gracia destruye realmente la naturaleza del pecado (v. 6).

2. La gravedad de seguir en pecado. Nótese la similitud entre los versículos 1 y 15. El versículo 1
refiere a un control continuo mientras que el tiempo aorista del versículo 15 refiere a pecados
únicos y aislados. Ninguna de las dos cosas son permitidas. Ambas se rechazan en los más fuertes
términos.

a. Implica una violación a los votos bautismales. Viola el significado del arrepentimiento. (1) El
bautismo es (a) una identificación con la muerte y la resurrección de Cristo, de cuyos
beneficios nos apropiamos por la fe; y (b) la substitución neotestamentaria de la circuncisión
del Antiguo Testamento, lo cual refiere claramente a la purificación de la naturaleza
(compárese con Colosenses 2:9-11). (2) Al bautizarse, el creyente da testimonio de que
participa en todos los beneficios de la muerte y resurrección de Cristo. Veremos más a fondo
lo que esto significa.

b. Rechazar la santificación es rechazar los beneficios de la expiación. (1) La meta de la


muerte de Cristo era destruir la naturaleza del pecado. Nótese el propósito de la crucifixión
en el versículo 6 y compárese con Efesios 5:25-26, Hebreos 13:12 y 1ª de Juan 3:8. Del
versículo 6, Barnes dice: “Refiere a la destrucción moral del poder del pecado en el corazón
por medio del evangelio, y no a un cambio físico en la naturaleza”. (2) La forma en que Cristo
murió tuvo relación con la naturaleza del pecado (v. 10, traducción de A.M. Hills): “En
cuanto murió (en relación con) al pecado murió una vez (por todas), pero en cuanto vive,
para Dios vive”. El sufrimiento de Cristo fue aceptar el pecado; el nuestro es rechazarlo. (a)

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 36
Queda claro que Jesús no sólo murió por nuestros pecados de conducta, sino también por
nuestra naturaleza pecadora. Sin duda, si Su muerte aleja la culpa que producen los primeros,
puede alejar la presencia de la segunda. (b) En Su resurrección no hay relación con el pecado.
“Para Dios vive”, es decir, como Cristo ha logrado una victoria tan suprema y perfecta sobre
la naturaleza pecaminosa, Él está libre de todo reclamo del pecado y libre para agradar
plenamente a Dios sin la interferencia del pecado. (3) Si compartimos la muerte de Cristo,
tendremos Su victoria sobre el pecado (vs. 7-8). Nótese que la muerte de Cristo no refiere
aquí sólo al hecho de que fue en nuestro lugar; sino a que debemos morir con Él. En realidad,
debe haber una separación completa entre el pecado de afuera y el pecado de adentro. Esto se
logra si consideramos la fe (v. 11). Incluso los escritores que se oponen a la doctrina de la
santidad conceden que en este capítulo Pablo enseña sobre la liberación total del pecado. (4)
Rechazar deliberadamente la santidad en la experiencia personal es minimizar y rechazar el
beneficio completo de la expiación; y esto sin duda hace peligrar nuestra firmeza en la gracia
de Dios.

3. Cómo experimentar la liberación del pecado (vs. 11-14). La santidad se imparte por medio de la
gracia y es un regalo para los que la reciben. Aquí Pablo enseña cómo recibir esta gracia
maravillosa.

a. Debemos identificarnos con Cristo. (1) Él se identificó con nosotros en nuestra esclavitud al
pecado y proveyó la forma para nuestra liberación, de manera que podamos identificarnos
con Él en Su victoria. (2) Puesto que Él tomó nuestro lugar para comprar la victoria para
nosotros, no triunfamos luchando sino mediante una identificación confiada en Él.

b. Debemos morir al pecado (v. 11). (1) Esta es la primera etapa de nuestra consideración de la
fe. (2) Codiciamos la auto-exaltación (v.16). Nuestro lugar legítimo por la creación es servir
primero y luego gobernar. Pero el yo pecador desea primero gobernar y por ello siempre cae
bajo la esclavitud del pecado. Debemos morir al orgullo propio, al egoísmo y a la protección,
compasión y honor de uno mismo. Debemos estar dispuestos a servir enteramente para la
gloria de Dios y no para la nuestra. No debemos buscar puestos de honor o alabanza ni
buscar la ambición personal, sino sólo servir para la gloria de Dios. También debemos morir a
la envidia, los celos y la enemistad contra otros. (3) Codiciamos la posesión de cosas y la
seguridad material (v. 7:7). Debemos renunciar a la codicia y estar dispuestos a no desear
nada fuera de Cristo o nada que Él no escoja para nosotros. (4) Codiciamos la gratificación
carnal, que incluye pereza, glotonería, una vida lujosa, el adorno exterior, falta de modestia,
una conducta sexual inapropiada y una vida indisciplinada. (5) Codiciamos deseos mundanos:
el deseo de ser alabado por el mundo, de ser amigo del mundo y de amar al mundo debe
morir. (6) Codiciamos en la mente por lo cual el que no es santo se deja llevar por su propio
entendimiento y tiende a dudar y cuestionar a Dios y a excusar sus propios caminos. Cuando
se reconoce y renuncia a esto, se puede confiar en Dios. Debemos renunciar a todos estos
deseos y rechazar cualquier otra expresión de ellos en nosotros.

Treinta escritores que han tratado sobre la santidad hicieron una lista de las tendencias que

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 37
indican que hay pecado interior: disposición al mal; falta de lealtad; ausencia del perfecto
amor; falta de voluntad para obedecer a Dios; orgullo carnal; envidia; deseo de venganza; falso
orgullo; un estilo de vida corrupto; ambiciones profanas; emociones e inclinaciones profanas;
un espíritu sin paciencia, dulzura o amabilidad; guerra interior entre la mente carnal y la mente
espiritual; un mover del pecado interior bajo presión; una falta de limpieza interior que
obstaculiza todo intento de hacer la voluntad de Dios; obstáculo al crecimiento en la gracia;
espíritu mundano; codicia y letargo espiritual; temperamento impío; reacciones sutiles de
enojo; una tentación interna de no ser cristiano; carácter malhumorado; criadero de deseos
mundanos; una vida “que sube y baja”; miedo a las personas; y pensamientos vanos.

c. Debemos consagrarnos a Dios (v. 13). (1) Esto es un acto para los que ya no están muertos
en el pecado. (2) Empieza con la entrega del yo, que es el centro donde ha reinado el pecado.
(3) Pablo lo ilustra en términos de las partes del cuerpo. Cada parte debe ser incluida: manos,
pies, ojos, fuerza, voluntad, mente, emociones—todo. (4) Es un único acto, completo y para
siempre, y esto se indica usando el verbo en el tiempo aorista. No es necesario que nos
volvamos a consagrar, salvo que violemos nuestro compromiso eterno con Dios. (5) Nuestra
consagración no es con la iglesia, una doctrina, un ministerio, o siquiera la causa de Dios,
sino con Dios mismo para glorificarlo para siempre. (6) No podemos tener reservas de ningún
tipo. Debemos estar dispuestos a dejar el futuro incierto totalmente en las manos de Dios,
para ir, hacer y ser lo que Él desea.

d. Debemos considerarnos vivos por medio de Cristo. (1) “Considerar” es un término


matemático para hallar una respuesta que se desconoce, luego de introducir todos los
elementos esenciales y aplicar el proceso adecuado. Por ejemplo, tenemos fe en el proceso
matemático de la adición aún si no realizamos la secuencia completa. En igual forma,
“consideramos” el proceso de la divina gracia que nos da salvación total, es decir, muerte al
pecado, consagración a Dios, y fe en Cristo que nos llevan a una vida de santidad. (2)
“Considerar” nos permite ver que toda nuestra vida interior brota ahora de Cristo. Su
voluntad es nuestra voluntad; Su fe nuestra fe; Su espíritu está en nosotros; Su amor es
nuestro amor; Su mente es nuestra mente; Su gozo es nuestro gozo; Su justicia es nuestra
justicia. ¡Alabado sea Su nombre! (3) El dominio del pecado ha sido destruido (v. 14). La Ley
no lo pudo destruir, pero la gracia sí. David Updegraff, un santo cuáquero, dijo lo siguiente:
“Odiaba el orgullo, la ambición, el temperamento voluble y los pensamientos vanos, pero
estaban en mí y eran parte de mí no como actos, sino como disposiciones detrás de mis actos,
y como deseos naturales del ‘viejo hombre’... Pero al poner mi todo sobre el altar, no había
terminado de ‘considerarme muerto al pecado y vivo para Dios’ cuando el Espíritu Santo
cayó sobre mí. Al instante sentí el fuego purificador de Dios llenando todo mi ser.”

4. Cómo vivir una vida santa. La santidad no es sólo una gracia impartida, sino vida ética que debe
trabajarse en la experiencia. La doctrina es censurada por quienes no logran vivir una vida santa.

a. El asunto de seguir en pecado (vs. 15-20). El tiempo que se utiliza aquí hace referencia a
actos únicos de pecado. El pecado como acto excepcional es posible sin que exista la

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 38
naturaleza del pecado. Si se renuncia a él de inmediato, hay restauración. (1) Los actos de
pecado implican que sometemos la voluntad y por ello no se permiten. Pablo rechaza la
posibilidad de tolerar el pecado en cualquier forma. El pecado no es un accidente, y un
accidente no es pecado. Si nos sometemos incluso a un solo acto de pecado, invitamos a que
la vieja naturaleza nos domine de nuevo. Los actos de pecado no existen aisladamente, están
relacionados con la dominación. Un acto de pecado inicia una tendencia que nos liga a la
esclavitud. “Nadie puede servir a dos amos”. (2) La justicia se mantiene por medio de la
obediencia. En el versículo 16, “someter” aparece en el tiempo presente, indicando con ello
que es necesario ejercitar continuamente la voluntad. El sometimiento se logra mediante actos
de obediencia. (En los versículos 17 y 18, Pablo alaba a Dios porque algunos han recibido
esta gracia de santidad.) El verbo en la forma aorista indica una obra de gracia que está
completa. Ciertamente deberíamos desear y procurar la santidad en la medida en que
deseamos y procuramos el pecado (v. 19). (3) La justicia y el pecado se excluyen mutuamente
(v. 20). Qué pensamiento más asombroso es el “ser libres a la justicia”. Significa no tener
nada de lo que Dios considera bueno, santo y merecedor de recompensa. Ceder
voluntariamente a la naturaleza del pecado es perder el derecho a toda justicia.

b. La justicia y el pecado se excluyen mutuamente (v. 20). (1) Al servicio del pecado. (a)
Aumenta y crece la atadura al pecado. (b) Al final se recibe muerte eterna. (c) La paga es la
muerte (v. 23). El pecador recibe exactamente lo que merece. El infierno y la destrucción
(condenación) eterna son castigos razonables para quienes en forma deliberada rechazan la
salvación llena de gracia de Cristo y siguen al servicio del pecado. Si a los hombres no les
gusta el fruto del pecado ni su paga, entonces deben destruir la planta o cambiar de amo. (2)
Al servicio de Dios (v. 22). (a) Esta transformación ya está hecha (verbo en tiempo aorista).
(b) Los frutos de la vida santa aumentan y se extienden. Es la madurez necesaria que nunca
termina (2 Pedro 3:18). Hay purificación, capacitación, experiencia y disciplina. (c) Al final se
recibe vida eterna y se dejan atrás las pruebas. La santidad es el inicio del cielo. No desear
santidad es no desear el cielo. El cielo es la santidad universalizada. ¡Todos serán perfectos y
santos para siempre! Es un don, no algo que se gane. ¡Es demasiado más de lo que
merecemos!

F. La Ley y la naturaleza del pecado (vs. 7:1-25)

Hemos estudiado antes la justificación y su relación con la Ley. Aquí Pablo trata la naturaleza básica
del pecado en relación con la Ley. Así como la Ley es incapaz de producir justificación de la culpa del
pecado, muestra que la Ley también es incapaz de lograr limpieza de la naturaleza del pecado.

Esto fue un tema práctico en los tiempos de Pablo y lo sigue siendo hoy. Algunos judaizantes se
habían convertido pero sentían que la perfección se lograba guardando la Ley. Hoy día hay algunos
que hacen de la santidad una atadura, pues la proclaman con detallado énfasis en las regulaciones
meticulosas.

1. Muerte a la Ley (vs. 1-16)

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 39
a. La entrega misma de la Ley. (1) Une a dos partes en un contrato matrimonial para el resto de
la vida. Se usa como ejemplo a la esposa, por ser la más débil de las dos partes y estar
subordinada al esposo. (2) La Ley otorga la libertad perfecta de esa ley sólo si uno de los dos
muere. No hay entonces más obligación o servidumbre.

b. La aplicación de la analogía. No es una analogía perfecta, pues hay un cambio en los


personajes involucrados. En la ilustración, el esposo es quien muere; en la aplicación, ni el
esposo ni la esposa mueren, sino que otro ha muerto en lugar de la esposa. (Henry Brockett,
en La libertad escritural del pecado, dice que en esta analogía, el esposo representa el
pecado.) (1) La Ley no muere; es buena, santa y eterna. (2) El pecador no puede morir sólo
por la Ley, pues la muerte misma es un derecho de la Ley en su demanda sobre el pecado. (3)
Vino Uno que murió en nuestro lugar “bajo la ley” y se levantó victoriosamente por encima
de ella. (4) Al identificarnos con Cristo, morimos a la Ley y somos entonces libres para
casarnos de nuevo. (5) Es apropiado que nos unamos a Aquel que murió por nosotros y se
levantó de nuevo. ¡Qué romance más emocionante! Aquí se proclama algo necesario:
“¡Debemos casarnos de nuevo!” Pablo testificó que algunos realmente habían muerto a la
Ley. Esta es una defensa contra los que pervierten la enseñanza de la última porción del
capítulo.

c. Unión con Cristo. No olvidemos que esta unión es la médula de la santidad. (1) Tiene mucho
fruto. Así como nadie puede engendrar a un hijo por sí solo, nadie puede llevar los frutos de
la santidad solo. Pero si estamos unidos a Cristo, entonces habrá fruto. Esto también se puede
aplicar a la descendencia espiritual. (2) Es victoriosa. La Ley jamás produce perfección. En la
siguiente sección, Pablo explica cómo la Ley opera realmente para muerte. La Ley es un
estándar maravilloso de perfección, pero no posee la capacidad de perfeccionar a quienes han
caído marchitados por el pecado. Es un “ayo” que nos lleva a Cristo, pero sólo Cristo es
nuestra victoria perfecta. El espíritu de la Ley se cumple en Cristo; la letra no tiene poder
para perfeccionar.

2. La función de la Ley (vs. 7-12). Hay varias interpretaciones de este pasaje. Algunos lo describen
como la situación de un hombre no regenerado; otros dicen que habla de un hombre regenerado
que no tiene santidad (esta perspectiva implicaría que el evangelio, al igual que la Ley, no puede
redimir el alma); otros afirman que hasta los hombres más santos deben confesar de sí mismos
todo esto. (Ciertamente, Pablo describe una experiencia más elevada en el capítulo 8; que cada
hombre diga por sí mismo si podido pasar más allá de la experiencia del capítulo 7.) Otros dicen
que Pablo usa su propia experiencia para hablarles aquí a aquellos que por la Ley han tomado
conciencia y luchan sinceramente contra el pecado sin el poder del evangelio. Esta última
explicación parece ser la mejor, pues en los versículos 5-24 no hay mención de Cristo, del
Espíritu, de la gracia o la victoria, mientras que hay 52 referencias en primera persona (yo, mi, a
mí, etc.), 16 referencias a la Ley y 15 referencias al pecado.

a. Exponer la naturaleza del pecado. Pablo demuestra que el pecado no tiene ley y además es

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 40
egoísta. (1) Los hombres viven en inocencia (v. 9) hasta que llega la Ley. El pecado se
presenta como egoísmo (codicia), pero en esa forma no parece tan malo como cuando se
presenta como desobediencia. (2) La Ley hace que el pecado muestre su verdadera naturaleza.
Ovidio, el poeta latino, decía: “La más fuerte propensión se vive con aquello que es
prohibido”. (3) El pecado hace a un lado toda razón y límite y por tanto, “engaña” sin tomar
en cuenta el resultado, que es la muerte en todo su horror.

b. El pecado a pesar de la escogencia (vs. 18-20). (1) ¿Qué desea? Hacer el bien. Ve la bondad
de la Ley y anhela cumplirla. Expresa su determinación con frecuencia. (2) ¿Qué hace? Lo
opuesto a su voluntad. Es un fracaso con dos caras (v. 19). (3) En conclusión: hay un poder
maligno que nos controla y reside en la carne, aunque no sea una parte esencial nuestra. Es un
enemigo que no pertenece allí. Este enemigo “en la carne” no es bueno en ninguna forma.
¡Nunca ha hecho que alguien sea bueno! Es una pérdida y nada en él se puede excusar,
proteger, tolerar o permitir. No es parte esencial del hombre ¡y debe irse!

c. El pecado a pesar del sentimiento (vs. 21-25). (1) Lo que siente es delicia en la Ley de Dios.
Esto suele ser cierto aún para personas no regeneradas. Ovidio decía: “Esta es mi razón, esta
es mi pasión que persuade—veo lo correcto y lo apruebo también; condeno lo incorrecto pero
aún así lo procuro”. Los hombres inmorales han escrito bellamente de la virtud, pero ellos
mismos han fallado en hacerla realidad. (2) Lo que hace es obedecer “otra ley” o influencia
controladora. Hasta lo último de la personalidad cae ante el pecado. (3) Como conclusión, no
hay esperanza para lograr santidad interior. El hombre está dominado por el pecado y está a
un paso de la total desesperanza. Está fuertemente atado al cuerpo de muerte. Esta es una
alusión al castigo romano de encadenar a los asesinos a los cuerpos de quienes habían
asesinado. Debe haber un Libertador externo. Pablo ya no retiene la respuesta: hay un
Libertador: ¡Jesucristo!

G. Vida en el Espíritu (vs. 8:1-39)

Este capítulo es un contraste bendito en relación con el capítulo 7. Obviamente destaca un nivel más
alto de la vida espiritual. Este maravilloso capítulo declara la vida de victoria, donde la victoria de
Cristo pasa a ser nuestra por medio del Espíritu. Un escritor dijo que si la Santa Escritura era un anillo
y la epístola a los Romanos era su gema, el capítulo 8 era el punto brillante de esa joya.

1. El triunfo de la gracia (vs. 8:1-11). Aquí hay tres ideas destacadas que merecen una atención
especial: lo humano, lo carnal y lo espiritual, y su relación con la salvación.

a. Lo humano liberado (vs. 1-3). Este pasaje muestra que la naturaleza del pecado no es una
parte esencial de la humanidad. Puesto que Jesús vino en un cuerpo humano real, pero sin
pecado, el pecado no le pertenece en esencia a la naturaleza humana. Esto es vital, porque
hay muchos defensores de la santidad que creen que la naturaleza humana es pecadora en
esencia. (1) Podemos ser liberados de la condenación que trae el pecado interior o el pecado
cometido. El versículo 1 dice que no hay ni un poco de condenación. Esto tiene que ver con

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 41
los que están realmente en Cristo, no sólo por atribución sino porque están en una relación
continua y vital con Él. (2) Podemos ser liberados de la Ley (la operación continua o poder
controlador), del pecado y la muerte (v. 2). (3) Cristo condenó el pecado en la carne (v. 3).
Esta es una decisión y se relaciona con “el pecado”. Es un enemigo, un elemento extraño, un
intruso sin ley y está condenado a morir.

b. Lo carnal desplazado (vs. 4-8). En esta sección se hace referencia a la relación entre el
pecado y la carne. Queda claro en el contexto (vs. 3 y 9) que el pecado y la carne no son la
misma cosa, pero tienen una relación estrecha. La carne es algo que el hombre es (3:20), su
esfera de existencia—su cuerpo (6:19), y la base de la vida cuando todo en ella está bajo el
control del pecado (8:5). “Carnal” significa “en la carne”, es decir, no regenerado. (La mente
carnal no es otra “mente”). El pecado interior tiene como característica inclinar a los hombres
a vivir según los apetitos de la carne, sin buscar la voluntad de Dios. Esta naturaleza hace que
la suprema ley sea la ley del pecado en la carne, y trae muerte. Sigue exclusivamente los
dictados de la carne y es contraria a la Ley de Dios.

Dios ha provisto que por medio del Espíritu cumplamos la ley de la justicia, porque ya no
caminamos según la carne, sino según la vida y la paz (v. 4). Tenemos armonía con la Ley (cf.
v. 1). Tenemos la victoria de la justicia.

c. Lo espiritual entronado (vs. 9-11). Esto refiere a la santificación completa que se opone a la
pecaminosidad. El Espíritu de Dios que mora en nosotros está por encima del plano carnal, de
manera que aunque estamos dentro de un cuerpo humano no vivimos “en la carne”. El cuerpo
aún está bajo sentencia de muerte, debido a la caída. Aunque el pecado se ha ido, debemos
dejar atrás este cuerpo mortal para esperar la glorificación final. Sin embargo, la resurrección
espiritual en la experiencia es un anticipo de la glorificación final. Uno puede “tener el
Espíritu” pero no estar lleno del Espíritu. Si no tenemos el Espíritu en alguna medida, no
somos de Cristo.

2. Los beneficios de la gracia (vs. 7:12-25)

a. Libertad del dominio de la carne (vs. 12-14). No le debemos nada a la carne porque no es
nuestro amo. La carne debe ser ahora nuestro sirviente. El pecado se ha ido y el cuerpo ahora
debe estar bajo el dominio del Espíritu. Nuestra tendencia a obedecer la carne ha sido
eliminada y por el Espíritu el cuerpo ahora sirve a una ley superior. Todo apetito del cuerpo
que es contrario al Espíritu debe ser llevado a la cruz. Debe morir. “Hacer morir” (vs. 13)
significa “dar muerte” y el tiempo utilizado indica que es una acción que se repite. Esto es lo
que Pablo quiere implicar al decir “mantener al cuerpo sujeto”. No se trata de luchar contra el
pecado, sino de disciplinar el cuerpo para que obedezca la Ley del Espíritu. Nuestra guía no
son los apetitos de la carne, sino el Espíritu de Dios. ¡Qué maravillosa victoria es este caminar
en el Espíritu! Esa guía es señal de que somos hijos. Sin eso, no somos hijos.

b. El espíritu de ser hijos (vs. 15:17). Una vida de santidad no funciona con temor o ataduras.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 42
No es una atadura a la Ley o una vida de temor al fracaso. Es una vida en el Espíritu. No hay
temor de la Ley o del juicio futuro. (1) Por el Espíritu tenemos el maravilloso sentido de que
pertenecemos a Dios en calidad de hijos. El amor al Padre es una inspiración mucho mayor
que el temor al juicio. ¡Servimos por amor! El testimonio del Espíritu se une al testimonio de
nuestro propio espíritu, confirmando que somos hijos. Este testimonio del Espíritu es claro y
está lleno de fuerza, paz y pureza. (2) Los derechos de un hijo. Hemos sido adoptados, lo cual
significa que tenemos derecho a una herencia que no teníamos inicialmente. Somos herederos
de Dios y nos espera una gloriosa herencia entre los santificados. Somos coherederos y
recibimos una porción aquí y ahora de las bendiciones de Cristo, el Hijo de Dios. Él comparte
Su victoria con nosotros (Juan 6:13-15).

c. Redención completa (vs. 17-25). ¡Seremos glorificados juntamente con Cristo (véase
Apocalipsis 5)! Esa es la glorificación final. Es compartir eternamente con Cristo lo que Él es
y lo que Él ha ganado mediante Su plan de salvación. (1) La redención de nuestras personas
(vs. 17-18). Hemos sido levantados por encima de todo sufrimiento, enfermedad, muerte y
pecado. La medida de la gloria no se puede comparar con el corto sufrimiento en esta vida,
como si se tratara de una inversión a la que se le calculan los intereses. No existe una
comparación adecuada entre “la poca aflicción” y “el peso de gloria”. Pablo usa el concepto
del nivel en 2ª de Corintios 4:17. (2) La redención de nuestro medio ambiente (vs. 19-22). La
maldición será también quitada algún día de la naturaleza. Veremos cuál era el gran propósito
de Dios en el orden de la creación. (3) La redención de nuestros cuerpos (v. 23). Tendremos
cuerpos glorificados, libres de debilidad, enfermedad, olvido, pereza y muerte. La esperanza
puesta delante de nosotros nos hace tener paciencia en nuestro estado presente. ¡El cielo lo
merece!

3. Lo adecuado de la gracia (vs. 8:26-39)

a. La ayuda del Espíritu (vs. 26-27). No sólo miramos hacia adelante cuando seremos libres de
debilidades y enfermedades, sino que tenemos la ayuda en medio nuestro aquí y ahora. La
enfermedad es parte de la debilidad del cuerpo y de los problemas que provoca. La frase “nos
ayuda” hace referencia a Aquel que está a nuestro lado y nos levanta.

El bendito Espíritu está presto a ayudarnos con nuestras cargas y debilidades. Conoce nuestras
necesidades y las entiende mejor que nosotros. Intercede con nosotros, dándole intensidad a
nuestras oraciones, las cuales no podemos poner adecuadamente en palabras. Hay momentos
en que estamos tan cargados en oración con un intenso anhelo, que no tenemos un claro
sentido de cuál es nuestra carga. Pero Dios conoce el anhelo del Espíritu que se expresa en
nosotros. El Espíritu inspira la oración de acuerdo a la voluntad de Dios, nunca en contra de
ella, de manera que cuando el Espíritu nos unge en oración, podemos estar seguros que la
oración está en línea con la voluntad de Dios.

b. El trabajo del Padre (vs. 28-33). (1) La providencia en los eventos humanos. Dios hace que
todo sea para el bien de aquellos que han sido llamados de acuerdo con Su propósito. Esto

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 43
sería imposible sin Él. (2) Un alto propósito para Sus escogidos. El fin es que seamos como
Cristo, que nos parezcamos a Él. Esto se logra con la justificación que lleva a la glorificación.
(3) La victoria sobre la oposición. Dios y Su admirable provisión ya preparada están a nuestro
lado. Nada se nos puede oponer. El argumento de Pablo va de lo mayor a lo menor en el
versículo 32.

c. La provisión de Cristo (v. 34). Su muerte significa que el juez se ha identificado con nosotros
cual Amante. Si hemos aceptado Su amor, no debemos temer. El perfecto amor echa fuera el
temor. Su resurrección significa que Él está por encima de toda adversidad y oposición. Su
intercesión implica que Él entiende nuestras necesidades diarias y nos apoya.

d. El triunfo del cristiano (vs. 35-39). (Compárese con el Salmo 44:22 y Romanos 8:36-39).
Todo sufrimiento, todo poder hostil, todo poder en el tiempo, el espacio, la materia o espíritu
o eternidad, debe rendirse delante de Aquel que nos da la victoria. Esta victoria es “en
Cristo”. Esta es la posición que tenemos y debemos mantener si queremos compartir Su
victoria. ¡Cuán inmensamente magnífica es nuestra salvación en Cristo! ¡Cuán rico el lugar
donde podemos habitar en Él!

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 44
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 2

1. ¿Qué significa “propiciación” y cómo la logró Cristo por nosotros?

2. ¿Qué significa la palabra “atribuir”?

3. ¿Cuál fue el punto crucial de la fe de Abraham?

4. ¿Cuáles son los cinco beneficios de la justificación que menciona el apóstol Pablo?

5. ¿Cuáles son los tres tipos de gozo que produce el Espíritu Santo?

6. ¿Cuál pecado entró al mundo y cuál fue el resultado?

7. ¿Cuáles son las tres grandes consideraciones doctrinales de Romanos 6?

8. ¿Cuáles son los dos significados del bautismo?

9. ¿Qué instrucciones dio Pablo para recibir la maravillosa gracia de la santidad?

10. ¿Cuáles son las tres áreas que muestran el triunfo de la gracia en relación con la salvación
completa?

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 45
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
NOTAS DE LA LECCIÓN 3
Romanos 9:1-11:36

La mayoría de los israelitas, el pueblo escogido de Dios, no fue salvo. ¿Significa esto que falló la
promesa de Dios? Los capítulos 9, 10 y 11 contestan esta inquietante pregunta. El Israel que hereda la
promesa es el que está compuesto por judíos y gentiles. Los israelitas fueron rechazados porque
buscaron la justicia por las obras y no por la fe. Pero el rechazo de Israel no es para siempre, ya que
al final de los tiempos Israel será salvado como un todo. Por tanto, Dios es fiel a Su promesa.
Podemos confiar en Él.

IV. EL LUGAR DE ISRAEL EN EL PLAN DE SALVACIÓN DE DIOS (Romanos 9:1-


11:36)

A. Introducción

Estos capítulos son probablemente los capítulos de la Escritura que más se han utilizado para debatir
sobre la predestinación. Sin embargo, en estos capítulos lo que Pablo realmente pretende es corregir
errores como los que, años después, esgrimirían teólogos de la escuela calvinista. Calvino escribió:
“La predestinación es lo que llamamos el decreto eterno de Dios, por el cual Él ha determinado en Él
mismo lo que haría de cada individuo de la raza humana, ya que no todos fueron creados con un
destino parecido pues la vida eterna fue preordenada para algunos mientras que para otros fue
preordenada la condenación eterna. Por tanto, como cada hombre fue creado para alguno de ambos
fines, decimos que fue predestinado (elegido) ya sea para vida o para muerte”. Las corrientes de
pensamiento arminiana y wesleyana creen que una elección o predestinación arbitraria ignora la idea
principal de la enseñanza bíblica. Dios hace que las personas crean en Cristo, pero no las fuerza a
hacerlo. Cada uno es responsable personalmente de aceptar o rechazar la salvación que Dios ofrece.
La elección para vida o muerte eterna se basa en: (1) La salvación que Dios ofrece a todos los
hombres y (2) en la respuesta de la persona a ese ofrecimiento. La elección es la forma que Dios
propone para salvar a la humanidad de la ruina del pecado. La salvación se ofrece a todos por medio
de la fe en Jesucristo. Las personas elegidas para ser salvas son las que aceptan el ofrecimiento de
Dios y, por tanto, pasan a ser Sus elegidos. La declaración más clara de esto es la palabra misma de
Jesús en Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito
para que todo aquel que en Él crea no se pierda más tenga vida eterna”. Dios elige a los que aceptan
Su salvación y escogen servirlo en amor y obediencia. (Esta sección sobre la predestinación y elección
proviene de La Biblia Wesley, “Los elegidos de Dios”, Romanos 9:1-13, pág. 1697)1 Con estas

1
La Biblia Wesley, pág. 1697.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 46
afirmaciones de antecedente, procederemos a tratar este tema controversial con el que el apóstol
Pablo tuvo que lidiar en su tiempo.

1. La creencia judía de la predestinación. En los días de Pablo, muchos líderes judíos se molestaron
mucho porque se les llevara el evangelio a los gentiles. Ellos creían que sólo los judíos eran los
elegidos de Dios y que, por tanto, estaban predestinados para recibir el favor divino. No podían
entender cómo era posible que ellos quedaran al margen mientras que los gentiles recibían el
evangelio. Ciertamente la predestinación de Dios implicaba que ellos, y sólo ellos, tenían
asegurado el favor eterno. ¿Cómo podían ser pasados por alto y que los gentiles recibieran el
favor divino? ¿No era eso una contradicción con la predestinación y elección de Dios?

2. El propósito de la discusión de Pablo. Pablo explicó en detalle el significado de la elección.


Ansiaba mostrar la diferencia entre ser elegidos como nación, que era algo incondicional, y ser
elegidos como personas, que era algo condicional. Cuando Israel, como nación, llegue a la fe en
Cristo, entonces como nación será restaurada al favor divino. Por mientras, tanto judíos como
gentiles deben llegar a la salvación por medio de una fe personal en Cristo.

3. La interpretación de Agustín y Calvino. Desde los días de los apóstoles hasta el tiempo de
Agustín (354-430 d.C.), la Iglesia enseñó que Cristo murió por todos los hombres y que cada
hombre se salvaba respondiendo a la invitación del evangelio. La elección y la predestinación se
consideraban algo condicionado y corporativo, que aplicaban al cuerpo de Cristo y estaban
sujetas al ejercicio personal de la fe. Por causa de esta creencia, la Iglesia primitiva fue
intensamente evangelística y se preocupó por llevar el mensaje de salvación a cada rincón del
mundo conocido.

Agustín desarrolló una teoría de la predestinación que fue luego llevada a sus conclusiones lógicas
por Juan Calvino (1509-1564). Calvino enseñaba sobre un sistema de doble predestinación. Dios
había decretado, según Su voluntad, lo que Él deseaba que le ocurriera a cada hombre. No todos
habían sido creados igual, pues unos habían sido preordenados para vida eterna y otros para
condenación eterna.

Aunque Agustín y Calvino afirmaron que Dios había predeterminado todas las cosas de acuerdo
con Su soberana e irresistible voluntad, no se atrevieron a decir que Dios era el autor del pecado.
Sin embargo, el sucesor de Calvino, Teodoro Beza (1519-1605), tuvo menos reparos para
declarar abiertamente que Dios en Su absoluta predestinación hacía que los hombres pecaran. Su
voluntad era absoluta y soberana.

4. La interpretación de Arminius. Jacobo Arminius (1560-1609) nació en Holanda y asistió a la


escuela que Calvino fundó en Ginebra, Suiza. Estudió con Beza y se inició en las bases del
calvinismo. Cuando regresó a Holanda, inició un estudio a fondo de la predestinación,

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 47
particularmente de los capítulos 9 a 11 de Romanos. Mientras más estudiaba el significado de
Pablo, más claramente vio que, aunque las Escrituras apoyan la predestinación general, según la
cual Dios aparece como el soberano final sobre hombres y naciones, no enseñan la clase de
predestinación que exponía Beza. En realidad, enseñan lo opuesto. Aunque Israel había sido
elevado como nación por elección de Dios, los individuos de esa nación debían apropiarse en
forma personal de la salvación mediante la fe.

Al profundizar cada vez más su estudio, Arminius descubrió que ninguno de los padres de la
Iglesia primitiva había visto la predestinación en la forma que Beza predicaba. Más bien, habían
llevado libremente una y otra vez el evangelio a todos, con la convicción de que cualquier
persona que libremente respondiera en fe se salvaría.

5. La afirmación que sirve de base para Romanos 8:29-30. Los calvinistas afirman que la
predestinación de Dios no depende de algo que Dios prevea en los hombres, sino que va
estrictamente de acuerdo con Su soberana voluntad. Los arminianos, por el contrario, sostienen
que Dios predestina de acuerdo con Su conocimiento previo de cuál será la respuesta de cada
uno. Dios sabe de antemano quiénes lo recibirán por la fe, en respuesta a Su llamado. De
antemano puede ver quiénes lo seguirán fielmente hasta el fin. Éstos son los que están
predestinados a ser hechos a la imagen de Su Hijo y entrar en Su gloria. Por tanto, este
conocimiento previo de Dios viene de la fe y de la perseverancia, pasando por las distintas etapas
hasta la glorificación.

B. Estudio del texto

La justicia de Dios hacia Israel en el pasado (vs. 9:1-29). Los judíos creían que por la elección de
Dios, ellos serían para siempre Su pueblo. Cuando se les dijo que debido a su incredulidad en el
evangelio de Cristo habían sido separados de Dios, hicieron una grave pregunta. Si habían sido
elegidos por causa de Abraham, entonces esta afirmación del evangelio debía ser falsa. Si la
afirmación del evangelio era verdadera, entonces había fallado la elección de Dios. Pablo se avocó a
responder tan importante pregunta.

1. Las ventajas de Israel (vs. 1-5)

a. La carga de Pablo por Israel (vs. 1-3). Pablo certifica con fuerza que él está diciendo la
verdad “en Cristo”. Pablo siempre deseaba identificarse con Cristo en todas las formas
posibles. Deseaba amar con el amor de Cristo y compartir todo lo posible en los sufrimientos
de Cristo. Llevaba una pesada carga en su corazón por sus compatriotas, a fin de que fueran
salvos.

b. Privilegios sobresalientes (vs. 4-5). La palabra “Israel” significa “príncipe de Dios”. Su padre

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 48
Jacob fue uno que tuvo el favor de Dios y ellos eran sus descendientes.

2. El principio de la selección (vs. 9:6-13). Es cierto que Dios seleccionó o escogió a Israel como
nación para que tuviera ciertos privilegios. Surge entonces la pregunta: ¿Hizo esta selección con
base en la descendencia natural, de forma que todos los descendientes de Abraham estaban
automáticamente incluidos en los beneficios, o hubo otros principios para la selección?

a. No por herencia (vs. 6-8). Aquí Pablo afirma claramente que la escogencia no se hizo sobre
características meramente hereditarias. En el versículo 8 destaca dos líneas de descendientes:
los hijos de la carne y los hijos de la promesa. Los “hijos de la carne” son los que buscan
alcanzar justicia por la Ley. Los “hijos de la promesa” son los que creen en Cristo para ser
justificados.

b. Por la promesa (vs. 8-9). Ismael era hijo de la carne. Su nacimiento fue un acuerdo
cuestionable que era bastante común en aquellos días, pero no era lo que Dios había
prometido y no vino por la fe en Sus promesas. Ismael se burló de Isaac, el hijo de la
promesa y por eso pasó a ser el prototipo de aquellos que son de la carne y persiguen a los
hijos de la promesa. Isaac era el hijo de la promesa y su nacimiento fue milagroso y un
beneficio de la fe en la promesa de Dios. Ismael e Isaac son por tanto, los primeros ejemplos
de los dos tipos de descendientes: de la carne y de la promesa.

c. Por conocimiento previo (vs. 10-13). Tras hablar de Isaac e Ismael, Pablo ahora introduce el
contraste entre Jacob y Esaú. Los judíos podrían haber creído que Ismael fue rechazado sólo
por ser hijo de una esclava, pero Pablo habla de dos que fueron hijos de una misma madre y
que incluso eran gemelos. Con esta igualdad de trasfondo, Dios hizo una elección entre los
hermanos, rechazando el orden usual de prioridad de la primogenitura, poniendo al segundo
hijo como Su primera elección.

Esta elección no se basó en el mérito, porque ninguno de los dos había hecho algo en el
momento en que se realizó la elección. “Amo a Jacob y odio a Esaú”, dijo el Señor. Esta
afirmación no fue preordenada, sino un hecho histórico. Estaba haciendo referencia a la
nación de Edom, que descendió de Esaú y fue destruida. Esta afirmación se hizo luego de
observar el hecho. Por tanto, no refiere a los dos hermanos como individuos solamente, sino
como cabezas de posteridades. Dios vio de antemano que Edom sería una nación incrédula
que lo rechazaría, mientras que los descendientes de Jacob serían al final llamados el pueblo
de la fe. La elección de Dios se relaciona con Su llamado (v. 11) y la respuesta de fe a ese
llamado (vs. 30-32).

3. La libertad que tiene Dios (vs. 14-21)

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 49
a. Libertad para escoger (vs. 14-16). El plan básico de Dios de salvar a los que creen se muestra
ampliamente en la Palabra, como por ejemplo en Marcos 16:16, Juan 3:18 y Juan 3:36. Las
escogencias de Dios no van de acuerdo con el deseo o esfuerzo del hombre. Isaac deseaba
que Esaú recibiera la bendición. Esaú buscó el venado para prepararlo para la bendición.
Pero Dios escogió a Jacob. Moisés deseaba que el pueblo fuera librado de la pena, pero Dios
tiene Su propia base para mostrar misericordia. Dios no está en obligación alguna de honrar
los deseos de los hombres, cuando estos deseos van en contra de Su sabio plan.

b. Libertad para escoger y luego rechazar (vs. 17-18). Dios tenía un propósito para el faraón.
Ese propósito no tenía que ver con la salvación o condenación eternas, según se desprende
de este pasaje. Dios elevó al faraón para mostrar Su poder y dar a conocer Su nombre por
toda la tierra. Esto lo podría haber logrado con la cooperación del faraón, haciendo que
liberara a Su pueblo, pero como había rechazado los mandatos de Dios, su muerte era
necesaria para mostrar el poder de Dios.

Cuando una persona rechaza repetidamente las muestras de la misericordia de Dios, su


corazón se endurece. La Escritura deja en claro que el faraón endureció su propio corazón y
que luego Dios lo endureció. Dios hizo entonces su trabajo reconociendo plenamente el libre
albedrío del faraón. El faraón rechazó los mandatos de Dios y trajo sobre sí mismo Su juicio.

Un estudio cuidadoso de las causas del endurecimiento del corazón mostrará que esto se
relaciona cuando se responde con incredulidad o cuando no se quiere oír al Dios que
muestra Su misericordia o invita al arrepentimiento.

c. Libertad para usar con un propósito (vs. 19-23). Pablo retoma el argumento de sus
oponentes. Primero habla de la veracidad de Dios; segundo de Su justicia: y tercero de Su
soberanía. La objeción que le hacen a Pablo deja ver cuál era la idea que tenían de la
predestinación. Los judíos decían que si Dios había predestinado a los hombres a la ira, no
debería considerar como falta el pecado que habitaba en ellos, haciéndoles merecer la ira de
Dios. La respuesta de Pablo tiene dos partes: primero, reprende la actitud que se revela en la
objeción y luego responde a esa objeción. Reprende la actitud declarando que todos somo
criaturas, mientras que Dios es el Creador y que por ello no estamos en posición de
condenar a Dios por lo que hace. Por la forma en que Pablo procede, es evidente que la
ignorancia de ellos es evidente en su argumento contra Dios.

En Su ira, Dios deja ver Su gran fuerza contra los que, ejerciendo su libertad, se jactan de
oponérsele. Antes de que Dios ejerza Su poder, muestra una paciencia sufrida en espera de
que las personas se arrepientan. 2ª de Pedro 3:9 dice: “El Señor... muestra paciencia hacia
nosotros, no deseando que nadie perezca, sino que todos procedan a la arrepentimiento.”

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 50
Dios no tiene un plan previo para mostrar ira contra naciones o individuos. Él les da gracia a
todos los que la reciben, pero también determina que si esa gracia se rechaza, dejará que
descienda Su ira.

Dios ha planeado ejercer Su voluntad en tal forma que esa voluntad humana sea honrada, o
permitida, dentro del marco de las escogencias que Él ha ordenado. No hay límites para la
libertad del hombre, y el juicio vendrá de acuerdo con el uso de esa libertad. Los judíos
ignoraban ese hecho.

d. Libertad para llamar a los gentiles (v. 24). La preparación anticipada de la gloria incluye
también a los gentiles. Dios deseaba usar a los judíos para un fin, el cual incluía dar
testimonio a los gentiles. Ellos fallaron en ese propósito al volverse orgullosos y exclusivos en
el ejercicio de su religión.

4. La predicción del rechazo de Israel (vs. 25-29)

a. El llamado a los gentiles (vs. 25-26). Los judíos, al no querer reconocer que los gentiles eran
una parte legítima de la Iglesia, en realidad ignoraron o malinterpretaron a sus propios
profetas. Por su prejuicio no quisieron ver la verdad; su orgullo los cegó para no ver el
propósito de Dios.

b. El rechazo de las masas judías (vs. 27-29). Se profetizó que no sólo se recibiría a los gentiles,
sino que los judíos serían puestos a un lado. Sin embargo, esto no sería un rechazo total
porque habría un pequeño remanente. Dios no deseaba destruir totalmente a la nación de los
judíos. Su pacto se cumplirá por medio del remanente. Dios hizo algo parecido antes,
cuando salvó a Noé y escogió a Abraham. Dios dejó que esa nación fuera puesta a un lado y
permitió que otra nación recibiera los beneficios de Su gracia. Cualquier persona y cualquier
nación pueden recibir la gracia por medio de la fe.

C. La responsabilidad del ser humano en el presente (vs. 9:30-10:21)

Pablo ha venido construyendo una conclusión sobre cómo Dios trata con Israel. La obra de Dios
toma en cuenta la fe. El hombre tiene también una responsabilidad. La predestinación no es una
exhibición arbitraria del poder de Dios, sino que se basa en la respuesta del hombre al llamado de
Dios.

1. El alejamiento de Israel de la justicia (vs. 9:3 - l0:4). En los comentarios de la Biblia Wesley
sobre este pasaje, se nos dice que Pablo resume la condición de los gentiles y de la nación de
Israel. Los gentiles han hallado justicia mediante la fe en Cristo, pero Israel no ha logrado la
meta de la Ley. Muestra por qué Israel ha fallado. Luego usa citas del Antiguo Testamento para

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 51
comparar las dos formas de buscar estar a derecho con Dios—el camino de la Ley y el camino
de la fe.

a. Por qué no lograron la justicia (vs. 30-33). Aquí está el clímax del capítulo entero. Se
mencionan dos grupos de personas—los aceptos y los rechazados—dependiendo de si han
ejercido o no la fe para alcanzar la justicia. Los gentiles recibieron el evangelio por la fe, pero
la nación de Israel, con pocas excepciones, no ha alcanzado la justicia aunque ha procurado
seguir la Ley, porque no creyó en Jesucristo.

b. Cómo fue que no lograron la justicia (10:14). Pablo no estaba feliz de separar a la mayoría
judía. Eran su pueblo y había orado fervientemente por ellos. Cuando iba una ciudad que
tuviera sinagoga, siempre iba primero a los judíos, aún cuando su llamado específico era
predicarles a los gentiles.

Hubo tres grandes razones por las cuales los israelitas no alcanzaron la justicia. Primero,
fueron ignorantes en su celo. Pocos han sido tan celosos como los judíos, quienes se han
aferrado fieramente a sus tradiciones y han perseguido, incluso hasta la muerte, a los que no
las han observado. En segundo lugar, se sentían justos. Se negaron a ver su propio pecado y
se exaltaron a sí mismos pues consideraban que hacían las obras de la Ley. Y en tercer lugar,
y lo más importante, rechazaron la justicia de Cristo. La Ley señalaba que Cristo era el
cumplimiento de la justicia, pero los judíos no creyeron en Él y por tanto, no alcanzaron la
justicia por la fe en Él. Cristo es para “el que crea”, sea judío o griego.

2. La justicia por la fe (vs. 10:5-21). En esta sección, Pablo declara sin rodeos que la justicia que
Moisés describió es la misma justicia que se logra por la fe en Cristo, de manera que si los judíos
creen en la Ley pero rechazan a Cristo, en realidad también rechazan el verdadero significado
que presentó Moisés.

a. Cómo se recibe (vs. 5-11). Pablo reconoce que la única forma de estar a derecho con Dios
sobre la base de la Ley, es guardándola en su totalidad. Pero nadie puede lograrlo en su
propia fuerza todo el tiempo. Por eso Dios ha provisto una forma nueva y mejor—la
comunión con Dios por medio de la fe en Cristo.

(1) Rápido acceso (vs. 5-8). La fe en Cristo es lo que hace que sea posible cumplir la Ley.
La venida de Cristo completó los requisitos para guardar la Ley y, de esa forma, cumplir
con la justicia. Él es ahora el único camino de Dios hacia la justicia. El evangelio—la
Palabra que predicamos—es el cumplimiento de la Ley.

(2) Creer de corazón (vs. 9-10). El corazón está en el centro mismo de nuestro ser moral y
espiritual. Incluye las emociones y la voluntad, no sólo el proceso mental. La fe

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 52
evangélica es cuando el intelecto cree, la voluntad consiente y las emociones confían
tranquilamente, permitiéndole así a la persona aceptar a Cristo como Salvador y Señor.

Lo que una persona cree en verdad lo debe confesar con la boca. Si uno no confiesa a
Cristo abiertamente, no lo ha aceptado como Señor. Jesús dijo que si uno se avergonzaba
de Él delante de los hombres, Él se avergonzaría de uno delante del Padre (Marcos 8:38).

(3) Confesión abierta (vs. 9-10). Incluso si hay riesgo de perder la vida, uno debe hablar por
Cristo. La salvación depende de ello. Hay muchos “cristianos silenciosos” que jamás
hablan abiertamente de Cristo. Según Pablo, la fe de ellos no es lo suficientemente
profunda.

(4) Victoria segura (v. 11). Aquel que en verdad confiesa y cree ciertamente estará a derecho
con Dios y recibirá beneficios gloriosos por tener comunión con Él. No será defraudado
en su fe; verá la salvación. Ésta es una declaración de la universalidad del evangelio.

b. A quién le llega la justicia (vs. 12-21)

(1) A todos los que invocan a Dios (vs. 12-15). Luego de decir que la fe la pueden ejercer
tanto judíos como gentiles, Pablo hace una declaración impresionante: “No hay diferencia
entre el judío y el griego.” ¡Cómo debió haber molestado esto a los judíos celosos!
Semejante afirmación destruía su doctrina de la elección y predestinación. Todos los que
invocan a Dios lo hallarán generoso en Sus respuestas y bendiciones. No debemos pasar
por alto la lección que hay aquí. Dios llama a todos los hombres por medio del
evangelio, pero son los hombres los que deben responder e invocar a Dios para ser
salvos. El llamado de Dios en sí mismo no garantiza la salvación. Debe haber una
respuesta de parte del hombre. Tras anunciar este hecho asombroso, Pablo
inmediatamente menciona las implicaciones de ello. Debemos llevar el evangelio a todos
los hombres. Si los hombres no oyen, no podrán invocar; si el predicador no va, no
oirán; si el hombre no es enviado no calificará para ser predicador. Para que todos los
hombres puedan estar de pie responsablemente delante de Dios, debemos llevarles el
evangelio a los que no lo han escuchado. Pablo no está disertando simplemente sobre
una teoría académica. Para él es un reto que hace arder el corazón y la mente.

(2) Sólo los que creen (vs. 16-18). Pablo ahora refuerza la verdad de que los hombres son
responsables de su propia respuesta a la verdad. Aquí hace otra declaración valiente. Los
israelitas no tienen excusa, pues han oído y rechazado el evangelio. Como dijo Isaías, el
evangelio fue proclamado claramente pero no todos lo obedecieron. La fe viene por el
oír, pero no todos los que oyen creerán. Oír con el oído es necesario, pero no basta para
producir fe. Debe haber también un oír interior, un oír con el corazón, para lograr una

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 53
respuesta de fe. Incluso si no todos los que no oyen creen, aún así es necesario que todos
escuchen, pues ese es el camino de la fe. Los principios clave para hallar salvación son (1)
una fe basada en el oír y (2) una predicación basada en la Palabra.

(3) No es para los que la rechazan (vs. 19-21). La fuerza de este argumento se traslada ahora
a los judíos que han rechazado a Cristo. Pablo cita nuevamente de los profetas para
mostrar que Dios de antemano sabía y había advertido que Su verdad sería rechazada.
Por causa de la incredulidad de los judíos, Dios los celaría con los gentiles. ¿Entendió
Israel realmente el evangelio? Pablo dice que sabían lo suficiente como para ser
responsables de haber rechazado a Cristo. Tanto Moisés como Isaías habían dicho que el
evangelio podría ser entendido hasta por los gentiles—una nación insensata—pero Israel,
que sabía mucho más de Dios, desobedeció y se opuso. Por eso serían plenamente
responsables del juicio de Dios que les sobrevendría.

D. El propósito de Dios para el futuro (vs. 11:1-36)

1. El rechazo para con Israel fue sólo parcial (vs. 1-10). Pablo hace una pregunta: ¿Ha rechazado
Dios a Israel por completo? Su respuesta es un no rotundo y lo razona de varias maneras.

a. La conversion de Pablo (v.1). Si Israel hubiera sido rechazado por completo, Pablo no habría
sido salvo.

b. El remanente (vs. 2-7). En el tiempo de Elías, Israel como un todo rechazó la gracia de Dios,
pero siete mil la aceptaron. En el tiempo de Pablo la nación de Israel rechazó a Cristo, pero
algunos israelitas lo aceptaron. En ambos casos, los que recibieron la gracia de Dios fueron el
verdadero remanente de Su pueblo. Los “escogidos por gracia” (v. 5) son los que han
recibido la gracia de Dios por medio de la fe. Israel como un todo no recibió la gracia en
Cristo, pero los elegidos sí, por lo cual respondieron a la gracia en Cristo.

c. Los judíos endurecidos (vs. 8-10). La acción de Dios fue en respuesta al rechazo voluntario
de Su voluntad por parte de los judíos. El evangelio, que debe ser alimentado y fortalecido en
sus almas, se convierte entonces en el instrumento que los destruye. Nuevamente, el
evangelio que debería proveer vista y fuerza, si se rechaza produce ceguera y debilidad.
“Alejaron sus corazones de Dios” (v. Isaías 19:13), no buscaron el consejo del Señor (v.
Isaías 19:15) y “pusieron las cosas al revés” (v. Isaías 19:16). La ceguera de Israel la interpreta
el mismo Jesús en Mateo 13:14-15 cuando cita al profeta Isaías. Esto fue una consecuencia de
negarse a ver la Luz cuando tan claramente les había sido revelada.

2. El rechazo de Israel es temporal (vs. 11-32). No podían ser rechazados por completo ni para
siempre. El rechazo temporal de los israelitas del evangelio sólo podía ser utilizado por Dios para

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 54
algo bueno. Su rechazo abrió el camino para que la salvación llegara a los gentiles. La aceptación
de los gentiles provocaría a su vez que los judíos se sintieran celosos y a fin de cuentas,
procedieran al arrepentimiento. Que Pablo les predique a los gentiles no significa que Israel haya
sido abandonado. Esta nación ha sido rechazada sólo temporalmente y por su incredulidad.
Cuando Israel como un todo sea salvado, Cristo regresará y será la resurrección corporal de los
cristianos. El progreso del evangelio tiene cuatro etapas: (1) La mayoría de los judíos rechazan el
evangelio; (2) El evangelio es llevado a los gentiles, de los cuales muchos se salvan; (3) Israel
mismo se salva; y (4) Cristo regresa finalmente. En Romanos 11:16-24, en la parábola del olivo,
Pablo describe lo que ocurre cuando se predica el evangelio. La raíz son los patriarcas, el árbol
mismo es la nación de Israel y las ramas son los judíos individuales. El olivo silvestre representa
el mundo gentil. Por implicación, las ramas del olivo silvestre son los gentiles individuales.
Cuando se predica el evangelio, los judíos que no creen son podados del árbol. Los gentiles que
creen son injertados. Los israelitas pasan a ser enemigos de Dios porque rechazan el evangelio.
pero también son amados por Dios por causa de las promesas que Él les hizo a sus padres en
términos de que siempre serían Su pueblo. Sin embargo, porque ellos lo han rechazado a Él, la
salvación ha sido llevada a los gentiles.

3. Canto de alabanza (vs. 33-36). Pablo entona un himno de alabanza a Dios por Su sabiduría y
misericordia para salvar tanto a gentiles como a judíos.

a. La sabiduría y conocimiento de Dios (v. 33). La sabiduría tiene que ver con la capacidad de
hacer planes. El conocimiento es la capacidad de llevar a cabo esos planes. Dios ha hecho el
más sabio de los planes, y lo lleva a cabo a pesar de la voluntad de los hombres. Los juicios
refieren a las acciones de Dios para con los hombres a raíz de su buena o mala conducta.

b. Independencia de Dios (vs. 34-35). Debemos descubrir en la revelación de Dios cuál es Su


plan. No debemos determinar ese plan con base en nuestra sabiduría. Debemos tomar
nuestras doctrinas de Su palabra en lugar de usar la Palabra para corroborar nuestras
doctrinas.

c. Dependencia del hombre (v. 36). Quizás las personas rechacen el plan de Dios y se pierdan,
pero Dios no dejará que la voluntad del hombre desbarate Sus planes eternos. Dios es el
Creador y el Gobernador y toda la historia se mueve para lograr Su propósito.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 55
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 3

1. De acuerdo con las escuelas arminiana y wesleyana, ¿en qué se basa la elección que lleva a vida o
muerte eterna?

2. ¿Cuál es la diferencia entre “hijos de la carne” e “hijos de la promesa”?

3. ¿Cuáles fueron los tres argumentos que Pablo esperaba usaran sus opositores, y cómo respondió
ante ellos en Romanos 9:19-23?

4. ¿Cuáles son las dos formas que Pablo compara en relación con el tema de estar a derecho con
Dios?

5. ¿Cuáles son las tres grandes razones por las que Israel no alcanzó la justicia?

6. ¿Cuáles son los dos principios clave para hallar la salvación?

7. ¿Cuáles son las cuatro etapas del avance del evangelio?

8. En la parábola del olivo, ¿qué representan (1) la raíz, (2) el árbol, (3) las ramas y (4) el olivo
silvestre?

9. ¿Cuál es la diferencia entre sabiduría y conocimiento?

10. ¿Qué quiere decirse con “juicios” de Dios?

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 56
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
NOTAS DE LA LECCIÓN 4
ROMANOS 12:1 - 16:27

Tal como es común en Pablo, a la porción doctrinal la sigue una sección muy práctica donde se
demuestra que la doctrina se puede aplicar. Esta sección se parece al Sermón del Monte. La
transformación que Dios hace en el espíritu del creyente debe demostrarse en la vida diaria. La
doctrina cristiana debe conducir a una ética cristiana. Empezamos en los versículos 1 y 2 con el
compromiso básico que se le pide al cristiano a la luz de todo lo que Dios ha hecho.

A. Una vida santa (vs. 12:1-21)

1. Compromiso con Dios (vs. 1-2). Aquí está la actitud apropiada que debe tener el cristiano hacia
Dios. “Debe haber una rendición completa de la persona a Dios—el cuerpo, el ser entero, la
mente y la carne... la persona ya no debe creer que se pertenece verse, sino que es propiedad
entera de su Creador” (Clarke). Nuestras vidas serán entonces santas, moralmente puras y
agradables a Dios. Este tipo de compromiso es justo, no sólo porque Dios ha hecho mucho por
nosotros, sino porque es la única forma de ser libres del poder y la presencia del pecado”.2

El “por tanto” enlaza esta porción con la verdad doctrinal de los capítulos previos. La verdad de
la justificación y la santidad no es simplemente un estímulo intelectual; debe ponerse en práctica.
En esta sección Pablo menciona particularmente que es necesaria una santificación completa, la
cual debe aplicarse en la experiencia y procurarse mediante una vida ética de santidad.

El “presentarse” es un acto que se hace deliberadamente una vez y para siempre. Es una crisis, un
evento que lo incluye todo. Toca la profundidad de nuestra naturaleza e incluye todo lo que hay
en nosotros. No debemos presentarnos al mundo, a nuestros amigos o a nuestros planes, sino a
Dios mismo en forma inmediata, directa y total.

El “sacrificio vivo” contrasta con el sacrificio de animales, en el que no hay un acto de voluntad
implicado. Este sacrificio debe ser deliberado, porque amamos hacer la voluntad de Dios y
porque estamos dispuestos a hacer morir en nosotros todo lo que es contrario a esa voluntad. Por
eso se que se trata de un “sacrificio”. Significa dejar de hacer planes para nosotros mismos en
todas las áreas donde la voluntad de Dios prevalece y aplica.

El cristiano transformado se resiste contra los valores, metas y actividades del mundo que podrían

2
La Biblia Wesley, págs. 1702-1703.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 57
presionarlo a hacerse a imagen del mundo. Es moldeado continuamente desde adentro por el
poder de Dios. Los pensamientos de su mente se renuevan, por lo que descubre y acepta lo que
Dios tiene para él. Esta voluntad de Dios siempre es moralmente buena, aceptable para los que
piensan como Dios piensa, y perfecta. El texto en griego se puede traducir en una forma que “lo
bueno, aceptable y perfecto” sean guías para descubrir lo que Dios desea que hagamos. Si
descubrimos (1) lo que es moralmente bueno y que, por tanto, produce un buen efecto en otros,
(2) lo que es aceptable a Dios y (3) cómo podemos usar nuestras oportunidades, dones y
recursos para producir el mayor efecto a favor del reino de Dios, entonces descubrimos la
voluntad de Dios para nosotros en esa situación particular.

“No conformarse” significa que no dejamos que el mundo a nuestro alrededor determine
nuestros pensamientos o acciones. El mundo no significa necesariamente el mal; significa más
bien “esta edad presente”. No debemos amoldarnos al mismo patrón de pensamiento de nuestros
contemporáneos. No estamos ligados a los tiempos, sino al Dios de la eternidad. Es fácil sentir la
presión del molde de este mundo que nos hace hablar, actuar e incluso pensar como los que nos
rodean. Incluso en los círculos religiosos es fácil seguir el ejemplo de otros, en lugar de tener una
relación inmediata con Dios y responder a Su voluntad.

“Transformarse” implica el proceso entero por el cual somos hechos a imagen de Jesús. “La
renovación de vuestra mente” implica que la transformación ocurre desde adentro. Si estamos
comprometidos plenamente, podemos probar repetidamente en la experiencia real, que la
voluntad de Dios es perfecta, aceptable y buena. No es una regulación restrictiva, sino energía
que se libera y nos produce la más grande satisfacción.

En la siguiente sección hay instrucciones sobre cómo debemos vivir en comunión cristiana. Los
cristianos estamos estrechamente unidos porque todos somos miembros del cuerpo de Cristo. En
humildad debemos usar los dones espirituales que nos haya dado Dios para fortalecernos unos a
otros. La mejor expresión de nuestra conducta hacia los demás es el amor.

2. Actitud hacia uno mismo (vs. 12:3-8)

a. Como individuos (v. 3). Al inicio de esta sección Pablo habla de dones diferentes. Dios da
diferentes dones no para exaltarnos, sino para edificar la Iglesia. Pensar “con cordura” es
evaluarnos a nosotros mismos con honestidad y en oración. Aquí, la fe no significa tener
confianza para la salvación. Más bien, la fe aquí es un don especial que Dios nos da a los
creyentes para realizar los distintos ministerios. Dios nos da distintas medidas de este tipo de
fe, de acuerdo con los ministerios. Nos llama y nos equipa.

b. Como parte de un grupo—cooperación (vs. 4-5). Puesto que somos miembros del cuerpo de
Cristo, no sólo nos necesitamos unos a otros, sino que además nos complementamos. No

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 58
todos tienen el mismo oficio, así como no todas las partes del cuerpo hacen la misma cosa.
Dios nos ha hecho diferentes no para elevar a unos, sino para beneficiar al todo.

c. Con dones—mayordomía (vs. 6-8). Hay dos hechos que tienen que ver con estos dones.

Primero, son regalos, no algo que nos hayamos ganado o que merezcamos. Segundo,
debemos usarlos. No son para dejarlos ociosos. Fueron dados con un propósito y somos
responsables ante Dios de usarlos para el beneficio del cuerpo. La persona que tiene el don
de profecía recibe inspiración para hablar de la voluntad de Dios en una situación concreta de
su tiempo. La profecía puede ser una exhortación, una palabra de consuelo, una aplicación de
una verdad bíblica o la predicción del futuro. El “servicio” refiere literalmente al diácono e
implica los aspectos seculares y materiales de la vida de la iglesia. La “enseñanza” es darle
información a la mente. “Exhortar” es retar la voluntad. Ambas cosas son complementarias y
son vitales. Se necesitan personas que exhorten en asuntos que llevarán a decisiones que
afectarán el destino eterno. “El que preside” es el que dirige una asamblea. El propósito del
liderazgo no es el disfrute personal, sino el servicio a los demás. “Hacer misericordia” es
llevarle ayuda al necesitado, o cuidar al enfermo, al anciano o a los que no pueden hacerlo
por sí mismos. En cada caso deben prevalecer las actitudes correctas.

3. Actitud hacia los hermanos (vs. 9-16)

a. Aplicaciones generales del amor. El amor cristiano no es una emoción, sino acción. El amor
no es hipócrita, no usa máscaras. En una vida de santidad hay profunda honestidad. El amor
puede mostrarse como lo que es en realidad, sin temor a la falsedad. Se apasiona por lo
bueno y odia el mal. El cristiano evita “toda forma de maldad”. Es honesto hasta el fondo.
Hemos visto antes que Dios desea que seamos verdaderos desde adentro, y el perfecto amor
es la plenitud de la verdad interior.

b. El amor que vence a la injusticia (v. 14). Mientras mayor sea la oposición, mayor debe ser
nuestro amor. En nuestra relación con los no creyentes, debemos responder en amor a los
que nos persiguen, vivir en paz con los incrédulos y hacer el bien incluso a los que nos
maltratan. Si tenemos corazones santos, no reaccionaremos devolviendo mal por mal, sino
haciendo el bien a pesar del mal.

c. El amor produce simpatía (v. 15). El consejo de Pablo es lo opuesto a los celos y la envidia.
Se requiere la gracia de Dios para preocuparse verdaderamente de los éxitos y necesidades de
los demás—gozarse en sus bendiciones y llorar en sus infortunios. Debemos compartir con
una actitud adecuada dentro del cuerpo de Cristo, sin ser exclusivos y escasos, procurando
más bien ser parte del cuerpo—un todo orgánico.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 59
d. El amor preserva la igualdad (v. 16). Debemos mantener la armonía entre nosotros. No
debemos ser presumidos y arrogantes, ni debemos hacer maniobras para asociarnos con los
grandes solamente. Debemos tratar a los demás con la misma actitud con que nos gustaría
ser tratados. No debemos buscar ser exaltados por encima de otros, sino servir a los que
tienen más necesidad que nosotros. Nunca debemos enorgullecernos de nuestros logros en
una forma tal que nos creamos más sabios o superiores.

4. Actitud hacia todos los hombres (vs. 17-21)

a. Amor paciente (vs. 17-19). Es momento de considerar nuestros actos para los que no están
en la Iglesia. En esos actos también debe reinar el amor, el cual debemos expresar en forma
consistente. La venganza jamás detiene el mal; sólo el amor lo logra. Siempre debemos
preocuparnos por lo correcto e incorrecto. No siempre es posible estar en paz con todos los
hombres, cuando éstos tienen una actitud de pelea e insisten en causar problemas. Sin
embargo, hemos de hacer el máximo esfuerzo para mantener la paz. “La blanda respuesta
aplaca la ira” dice Proverbios 15:1. No debemos pelear de vuelta. Más bien, debemos evitar la
situación de ira en lo más posible y dejar el resultado del asunto en las manos de Dios. Él
tiene derecho de retribuir con juicio; nosotros no.

b. Generosidad llena de amor (vs. 20-21). Cuando nos vengamos por nosotros mismos,
ocupamos el lugar de Dios. Él tiene reservado para Él mismo el derecho de retribuir el mal.
Hacer el bien a quien nos ha hecho mal puede avergonzar al ofensor al punto de provocar
en él el deseo de volverse a Cristo en arrepentimiento. Si devolvemos bien por mal, y
generosidad llena de amor por odio, nuestros actos serán fuego ardiente sobre la cabeza del
enemigo. Los hombres lucharán contra la ira, pero no pueden luchar contra la generosidad
llena de amor. El bien tiene más poder que el mal. No debemos ser pasivos y dejar que el
mal nos venza; más bien debemos expresar con pasión el poder del bien. Al final, el bien
vencerá y triunfará. No debemos dejarnos apartar nunca del bien sólo porque el mal
prevalece y es popular. Dios ganará y debemos estar del lado del bien si queremos obtener la
recompensa eterna.

B. El cristiano y la ciudadanía (vs. 13:1-14)

Dios permite el gobierno civil para premiar lo bueno y castigar lo malo. Por tanto, el cristiano debe
someterse a las autoridades civiles no sólo porque lo pueden castigar, sino porque Dios así lo exige.
Nuestras vidas se deben caracterizar por el amor al prójimo y por una conducta que sea digna del
retorno de Cristo. Debemos recordar que en el tiempo en que Pablo escribió, Nerón era el
emperador romano y era malvado. Es probable que los creyentes de ese tiempo se preguntaran qué
debían hacer en respuesta a gobernantes tan impíos. Pablo da principios importantes que nos atañen
a nosotros como lo hicieron en su tiempo.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 60
1. Obligación para con el gobierno (vs. 1-7)

a. Sumisión a la autoridad (v. 1). Dios instituyó el principio del gobierno como un medio para
regular las relaciones sociales entre los hombres. Aunque los gobernantes no sean cristianos o
si incluso son hostiles, el gobierno fue ordenado por Dios. Un mal gobierno es mejor que no
tener gobierno del todo. Si el gobierno produce leyes contrarias al cristianismo, el cristiano le
debe primero lealtad a Dios y a Su voluntad.

b. Obediencia a la ley (vs. 2-5). Debemos aprender a sujetarnos a la ley y al orden, ya que es el
único medio para la paz y la armonía en el orden social. Es correcto que se castigue a las
personas por desobedecer la ley, pues es un principio que Dios autoriza. Hay dos razones
para obedecer la ley. Una es temer el castigo que el gobierno tiene derecho de administrar al
que rompe la ley. La segunda razón es la conciencia. Puesto que Dios ha llamado a la
obediencia, nuestra conciencia nos acusa si desobedecemos. Los cristianos buscan hacer el
bien y por tanto, suelen ser ciudadanos que acatan la ley. Si la autoridad civil deja de
promover el bien y castigar el mal, y especialmente si trata de obligar al cristiano a hacer el
mal, el cristiano se verá obligado a desobedecer a la autoridad civil para serle leal a Dios. La
justicia que se menciona en el versículo 4 hace referencia al castigo que administran las
autoridades civiles.

c. El pago de impuestos (vs. 6-7a). Puesto que los oficiales del gobierno se dan a tiempo
completo al trabajo de gobernar, y como el gobierno fue instituido por Dios, se concluye que
el pago de impuestos por parte de los gobernados es un principio autorizado por Dios.
Debemos ser honestos en el pago de los impuestos so pena de perder el favor tanto de Dios
como de los gobernantes. Los cristianos deben hacer todo lo posible para que los actos del
gobierno se conformen a la ley moral de Dios.

d. Respeto por los oficiales (v. 7). Es frecuente que los gobernantes sean malvados y
deshonestos. Incluso en ese caso, su puesto conlleva la dignidad de algo establecido por Dios
y debemos respetarlo, aún si los que lo ocupan no merecen honor.

2. Justicia en las relaciones privadas (vs. 8-10). Cuando amamos a nuestro prójimo, nuestras
intenciones hacia él van más allá de los requerimientos de la Ley de Moisés. Este amor no es
primeramente un sentimiento, ni el refrenarse de hacer daño. Es un motivo puro de tratar a
nuestro prójimo con justicia y hacerle el bien. “El mismo amor que nos restringe de todo mal,
nos incita a todo bien” (Wesley).

a. Obligaciones prontamente resueltas (v. 8). Estar en deuda sin tener la capacidad honesta de
pagar o sin procurar un pago oportuno según el contrato, es una forma de mal que ni los

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 61
cristianos ni los demás debemos evitar a toda costa.

b. Justicia basada en el amor (v. 8b). El amor y la ley no están en conflicto. El contenido de la
ley moral es el camino para la plenitud en la vida.

c. El daño se impide con amor (vs. 9-10a). Hay cinco mandatos relacionados con nuestros
congéneres. Si los amamos como nos amamos a nosotros mismos, no cometeremos esas
injusticias en su contra, así como no lo haríamos contra nosotros mismos. Por consiguiente,
la ley del amor abarca la ley moral.

3. Santidad en la vida personal (vs. 11-14). Puesto que Cristo volverá, debemos estar alertas, ser
sensibles moralmente, y estar en guardia contra toda inmoralidad. Debemos vivir siempre en la
misma forma en que desearíamos estar viviendo cuando seamos llamados a la presencia de Dios.
Hay multitudes a nuestro alrededor que no tienen conciencia espiritual de esto y a menos que
sean despertados, se perderán.

a. La venida del día (vs. 11-12). Es un llamado a los pecadores para que se alejen del pecado. Es
también una advertencia a los creyentes para que sigan libres de las indulgencias carnales.

b. Exhortación a una vida santa (v. 13). Siempre debemos vivir en la luz y nuestras obras deben
ser vistas y conocidas por los hombres y por Dios. Los peores pecados del mundo impío son
los pecados de obra y las actitudes. Éstos deben ser totalmente evitados por el creyente. A los
que desean estar listos para el regreso de Cristo se les exige una vida santa.

c. Fórmula de la santidad (v. 14). Aquí hay una descripción de la santidad que tiene un lado
positivo y otro negativo. El positivo utiliza una figura que implica la más estrecha
identificación con Cristo: recibir Su carácter y compartir Sus intereses. Debemos ser llenos de
Su amor y ser motivados por ese amor, controlados por Su Espíritu. El lado negativo indica
que no debemos permitirnos deseos carnales. El término aquí hace referencia a pasiones
pecaminosas que llevan a actos como las glotonerías, las borracheras, las lujurias, el libertinaje,
las contiendas y la envidia que se mencionan en el versículo 13. En una vida santa no se
permite ningún pecado. Debemos evitar constantemente todo pecado, toda gratificación de
los deseos carnales. Esto es posible por el poder positivo del amor que imparte el Espíritu y
que se expresa por una llenura interior de Cristo. Debemos ser cuidadosos en este mundo
sensual de hoy para no enredarnos en sus costumbres, modas y placeres degradantes.
Debemos identificarnos con Cristo y con Su estándar de vida santa. ¡Él lo hace posible!

C. Libertad cristiana y diferencias humanas (vs. 14:1-15:13)

En los capítulos 12 y 13, Pablo analiza la vida espiritual de una persona delante de Dios y su

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 62
responsabilidad para con el gobierno. En el capítulo 14 retoma una pregunta más vital que fue muy
importante en su tiempo y tiene muchas aplicaciones significativas también hoy día. Es el asunto de
las diferencias de convicción en áreas donde la voluntad de Dios no es clara ni específica.

1. Unidad en la diversidad (vs. 14:1-13). En Roma había algunos que habían salido del judaísmo
pero que sentían que debían conservar ciertas reglas judías, tales como abstenerse de comer carne
impura. Había otros con antecedentes gentiles, que habían salido de la idolatría y que opinaban
que no debían tener nada que ver con carne ofrecida a los ídolos. Y había otros que no tenían
ningún trasfondo y por eso no tenían una opinión fuerte en cuanto a estas prácticas. Todos
tenían una fe parecida en Cristo, pero sus ideas sobre las prácticas eran diferentes. Surgió un
conflicto que bien pudo haber dividido a la Iglesia si no hubieran recibido un sabio consejo. La
preocupación de Pablo era que en estos asuntos no esenciales, los fuertes despreciaran a los
débiles teniéndolos como ignorantes, y que los débiles juzgaran a los fuertes teniéndolos como
profanos o mundanos. Nos recuerda que tanto los fuertes como los débiles deben rendirle
cuentas a Dios.

a. Paciencia mutua (vs. 1-3). El amor le otorga mucho valor al hermano más débil, aunque
haya diferencias en las creencias. No lo condena por su debilidad. Un debate sobre esos
puntos puede generar un cisma que mancharía el nombre de Cristo y haría caer al débil. La
advertencia funciona para ambos lados. El más fuerte no debe despreciar al más débil, y el
más débil no debe condenar al más fuerte por no tener las mismas convicciones. ¡El amor
funciona en ambas direcciones! (Debemos notar que el término “débil” es una palabra de
Pablo. El hombre de convicciones pequeñas no se habría considerado débil.) Ambos son
recibidos por Dios porque ambos tienen fe en Cristo, aunque la fe de uno sea mayor que la
del otro.

b. Conciencia individual (vs. 4-5). Nuestra relación básica es con Dios, pues Él es nuestro amo.
No es apropiado que juzguemos a los demás en asuntos de conciencia individual, porque la
relación es con Dios y no con nosotros. Si alguien es débil o fuerte en la fe, es Dios quien lo
sostiene y lo hace estar en pie.

c. Devoción al Señor (vs. 6-9). Las palabras del versículo 5: “Cada uno esté plenamente
convencido de lo que piensa” con frecuencia se han empleado para justificar el hacer lo que
nos plazca. Pero aquí Pablo pone límites estrictos sobre este tipo de persuasión. Sin importar
lo que decidamos sobre estos asuntos—sea hacia lo estricto o hacia lo liberal—la decisión
debe ser “para el Señor”, es decir, con un deseo sincero y supremo de agradar a Dios. La
mente “plenamente persuadida”, como hemos visto, es una que no hace lo que le place, sino
que busca y encuentra la voluntad de Dios con toda certeza. Ninguno de nosotros debe vivir
sólo para agradarse a sí mismo, pues ciertamente cuando muramos aún estaremos bajo la
mano de Dios y seremos llevados a Él para ser juzgados. La muerte de Cristo y Su

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 63
resurrección revelan que los muertos serán levantados para ser juzgados. Siempre estamos
bajo la mano de Dios hasta que lleguemos al juicio frente a Él. Por consiguiente, no
debemos pretender juzgar a otros.

d. Un juez sobre todos (vs. 10-12). El hermano débil se inclina a juzgar según sus reglas, y el
hermano fuerte, por el otro lado, se inclina a despreciar haciendo uso de su libertad. Ambos
se equivocan. Debemos vivir teniendo muy presente que seremos juzgados. Todos
compareceremos delante de Dios, no para condenarnos unos a otros, sino para inclinarnos
ante Cristo y rendirle cuentas a Él de nosotros mismos.

2. La libertad y el amor (vs. 14:13-15:2)

a. Pensar en los demás (vs. 13-16). Pablo les habla ahora a los fuertes en la fe y les advierte que
no deben ofender a los débiles. “No juzguen” es el resumen de la enseñanza de Pablo en los
versículos 1 a 12 sobre cómo deben comportarse los cristianos fuertes y débiles entre sí. En
lugar de juzgar a los demás, debemos juzgarnos a nosotros mismos y estar seguros de que
no hacemos nada que ofenda a los débiles. El débil que tiene opiniones fuertes quizás
lastimará su conciencia si altera sus perspectivas. Pero el fuerte, que tiene conocimiento y
libertad, puede hacer los ajustes necesarios a fin de no ofender al débil. Esa disposición a
ajustarse es por lo que Pablo implora.

b. Énfasis en lo espiritual (vs. 17-19). El reino de Dios comienza en el corazón de la persona


cuando Dios reina por completo y siempre. Pero ese reinado no consiste en regulaciones
ceremoniales. Consiste en justicia, paz y gozo producidos por el Espíritu Santo. La justicia sin
pecado, la paz sin lucha interior, y el gozo sin temor son elementos del reino de Cristo en
nosotros. Esa justicia, naturalmente, incluye obediencia total a cualquier deber que la Palabra
de Dios exija claramente, así como obediencia total al liderazgo del Espíritu en nuestra vida
diaria. Este tipo de obediencia produce gozo porque es servicio para Cristo, y no una mera
observancia de reglas.

Cuando tenemos estos tres elementos en nosotros, servimos a Cristo y no a la ley ceremonial
de tradiciones humanas. Esas cualidades nos recomendarán a otros. Pero si insistimos en
nuestra libertad podríamos ocasionar que otros hablen mal de nosotros.

c. Preocupación por la influencia (vs. 20-21). Tenemos libertad en Cristo cuando admitimos
que las cosas en sí mismas son puras. Esto contrasta con la idea gnóstica común de que todas
las cosas materiales son malignas en sí mismas, siendo que Dios las ha hecho con un fin. Sin
embargo, debemos cuidar nuestra influencia y considerar que la lucha espiritual de un
hermano es más importante que la insistencia en nuestro propio camino. Lo que es correcto
para nosotros quizás sea incorrecto para el más débil, de manera que nuestra influencia

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 64
podría llevarlo a pecar por hacer lo que para nosotros es correcto. En ese caso debemos
refrenarnos de actuar si con ello hacemos que el hermano tropiece. Pablo mostró la
aplicación de estos principios cuando circuncidó a Timoteo (Hechos 16:1-3) y cuando se
negó a circuncidar a Tito (Gálatas 2:3-5).

d. Insistencia en la integridad (vs. 22-23). El que es fuerte en la fe reconoce que ha sido


justificado por la fe en Cristo sin las obras de la ley, particularmente la ley ceremonial. Sin
embargo, si el ejercicio de esa fe y libertad se convierte en un obstáculo para otros, debe
mantener la expresión de su fe en secreto, entre él y Dios. El fuerte debe contentarse de
poder comer carne, pero el hermano que duda no será feliz si él come. De hecho, si hace lo
que su propia conciencia le prohíbe, acarrea por su propia conciencia condenación para sí
mismo y para Dios.

e. El principio de ayudar (vs. 15:1-2). El fuerte es tentado a seguir su propio camino en la


Iglesia, porque siente fuertemente que tiene razón. Pablo dice aquí que debe prevalecer el
principio de la ayuda. No debemos agradarnos a nosotros mismos, insistiendo en hacer lo
que creemos es correcto. Debemos llevar sobre nosotros las debilidades de los demás.
Debemos agradar a los demás, levantarlos, edificarlos. Esa es la ley del amor que debe
prevalecer sobre nuestra libertad individual.

3. El ejemplo de Cristo (vs. 15:3-13)

a. Un modelo de negación personal (vs. 3-4). Las quejas contra Dios cayeron sobre Cristo. Él
es nuestro ejemplo del amor que se niega a sí mismo, que está dispuesto a soportar la
maldición del pecado en lugar de agradarse a Sí mismo. Estudiar las Escrituras nos ayuda a
tener paciencia con nuestro hermano y nos consuela en medio de las dificultades. Y nuestra
esperanza en Cristo puede crecer con fuerza.

b. Un modelo de armonía (vs. 5-6). Jamás estaremos de acuerdo en todos los asuntos. Pero
podemos decidir luchar por una unidad de amor que sobrepase nuestras diferencias y nos
una en alabanza y adoración a Dios.

c. Un modelo de imparcialidad (vs. 7-12). Debemos aceptarnos unos a otros porque Cristo ha
aceptado tanto a judíos como a gentiles. Noten lo bien que Pablo conocía las Escrituras y
con cuánta eficacia las usa con los judíos para confirmar el mensaje. Esto debe ser un
ejemplo para nosotros: debemos ser llenos de la verdad de la Palabra de Dios.

d. Esperanza para todos (v. 13). Pablo concluye sus exhortaciones con una oración. Somos
capaces de cumplir la voluntad de Dios sólo por medio del poder que da el Espíritu Santo.
“Para que abundéis en esperanza”. “Que les emocione tener perspectivas más amplias de la

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 65
salvación que Dios les ha provisto, y que todas sus expectativas se logren por el poder del
Espíritu Santo, el cual les permite esperar y creer, y sella el cumplimiento de las promesas en
sus corazones” (Clarke).

D. El cristiano como siervo (vs. 15:1-16:27)

En este pasaje Pablo vuelve a utilizar el estilo de una carta personal.

1. Los trabajos de Pablo (vs. 15:1-21). Pablo describe su ministerio como apóstol a los gentiles.

a. Un ministerio personal (vs. 14-17). Aunque Pablo no fundó la iglesia romana, tenía confianza
en su devoción y conocimiento. Sin embargo, deseaba recordarles algunos puntos del
llamado que él tenía para con los gentiles. Pablo presenta a los gentiles como su ofrenda a
Dios. “El Espíritu Santo (...) fue derramado en este sacrificio, que lo santificó e hizo acepto
ante Dios” (Clarke). Pablo no se gloría de sí mismo, sino de lo que ha logrado por medio de
Cristo para la gloria de Dios. Su ministerio no es para sí mismo, sino para otros y para la
alabanza de Dios.

b. Un ministerio poderoso (vs. 18-19). Para Pablo, su ministerio era lo que Cristo había logrado
por medio de él. Era un ministerio que había llevado a muchos gentiles a la obediencia a
Dios. Predicando en el poder del Espíritu, Pablo había llevado el evangelio a todas partes del
Imperio Romano oriental donde no se había escuchado antes. Había predicado desde
Jerusalén hasta Ilírico, una provincia romana al noroeste de Macedonia. ¡Qué fiel fue y cómo
honró Dios su fidelidad! Ojalá seamos nosotros tan fieles en nuestros propios lugares.

c. Un ministerio pionero (vs. 20-21). En el versículo 21, con la cita de Isaías, Pablo habla de su
meta de predicar el evangelio donde no había sido escuchado antes. Pablo siente que su
llamado es el de un evangelista misionero que llega a los que no han oído. Se goza de
soportar toda clase de dificultades para poder ser un pionero fiel.

2. Un ministerio con propósito (vs. 22-30). El plan de Pablo era pasar por Roma en su viaje hacia
España, pero primero debía hacer un viaje a Jerusalén, por el cual pidió oración de los cristianos
en Roma.

a. Planes de largo plazo (vs. 22-24). A Pablo se le impidió ir a Roma, porque Roma ya había
recibido el testimonio del evangelio. Otras áreas no habían tenido ese privilegio y por tanto
eran la prioridad de sus labores. Ahora que Asia había escuchado la Palabra, deseaba ir más
allá de Roma, al mundo occidental llamado España y esperaba detenerse brevemente en
Roma. Debe notarse que no ambicionaba quedarse en esa ciudad y acomodarse en una gran
iglesia citadina, como aspiran tantos predicadores hoy día. Sólo deseaba detenerse un

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 66
momento en su camino hacia otras áreas pioneras. ¡Que Dios haga que más predicadores
hoy día tengan esas ambiciones también!

Pablo esperaba que los cristianos de Roma lo ayudaran en esto. Esto significa que debían
ayudarlo en sus esfuerzos misioneros, lo cual probablemente incluiría hospitalidad mientras
estuviera en Roma y ayuda material.

b. Actividades variadas (vs. 25-28). Había habido una sequía en el área de Jerusalén y muchos
santos vivían en extrema pobreza. Pablo recogió ofrendas para ellos en sus viajes. Estaba
deseoso de que la iglesia gentil que crecía bajo su ministerio en Macedonia y Acaya (Grecia)
estrechara lazos con la iglesia judía de Jerusalén. Para expresar su amor y unidad, las iglesias
gentiles habían recogido una ofrenda para los cristianos judíos. Si aceptaban la ofrenda, los
judíos en Jerusalén admitirían estar unidos a las iglesias gentiles. Debido a que los cristianos
judíos habían compartido el evangelio con los gentiles, era justo que las iglesias gentiles los
ayudaran a resolver sus necesidades materiales.

c. Un ministerio lleno del Espíritu (v. 29). Pablo no sabía cuándo llegaría a Roma y quizás no
previó el camino por el cual finalmente llegaría a Roma en cadenas. Sin embargo, estaba
seguro de que cuando fuera, lo haría “con abundancia de la bendición del evangelio de
Cristo”. Sería mejor para Pablo atrasar su llegada a Roma e ir lleno del poder del Espíritu,
que ir según sus planes y llegar sin ese poder. ¡Igual debe ser para nosotros hoy día!

3. Un ministerio compartido (vs. 15:30 - 16:2)

a. Comunión en oración (vs. 30-33). Las palabras son fuertes. Pablo implora, por causa de
Cristo (no para sus propios fines) y por el amor de unos a otros que produce el Espíritu en
nosotros, que “agonicemos” en oración, así como los luchadores de los juegos griegos
fuerzan cada músculo para lograr la victoria. Pablo estaba consciente de cuán necesaria era la
oración de grupo. Habló de cuatro propósitos para ese tipo de oración:

(1) Para que fueran librados de los rebeldes en Jerusalén.


(2) Para que la ofrenda fuera bien recibida por los santos en Jerusalén.
(3) Para que él llegara a Roma con gozo.
(4) Para que él pudiera descansar entre ellos.

b. Ayuda general (vs. 16:1-2). En este capítulo final hay una larga lista de nombres que
muestran que, aunque Pablo era un gran apóstol y un gran predicador, tenía sentimientos
personales cálidos y muchas amistades. Sin embargo, estas amistades no eran simples
conocidos, sino relaciones “en el Señor”. Esto hacía que fueran ricas y llenas de significado.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 67
4. Saludos (vs. 16:3-16). Aunque Pablo no había visitado nunca la iglesia en Roma, saludó
personalmente a muchos cristianos que estaban allá. Eran probablemente personas a quienes
Pablo había ministrado en otras partes del Imperio y que luego se habían mudado a esa ciudad
capital. Conocemos sólo a Priscila, Aquila y Rufo. Priscila y Aquila eran hacedores de tiendas
que habían colaborado con Pablo en Corinto. Rufo era probablemente hijo de Simón de Cirene,
el hombre que fue obligado a llevar la cruz de Cristo (Marcos 15:21).

5. Un ministerio de discernimiento (vs. 17-20). Aquí Pablo probablemente deseaba advertir en


general sobre los problemas que habían surgido en otras iglesias. El apóstol no les había
enseñado personalmente a los romanos, pero les urgía a que corroboraran las nuevas enseñanzas
con las doctrinas que probablemente ya les habían compartido los primeros cristianos. Dos son
las advertencias que Pablo hace sobre las nuevas enseñanzas:

a. Hay que reconocer lo que es falso (vs. 17-18). Aparentemente Pablo esperaba que algunos
judaizantes que lo habían seguido y se le habían opuesto en otros lugares serían una amenaza
en Roma también, así que les advierte sabiamente sobre ellos. Estos judaizantes insistían en
guardar la ley ceremonial como substituto de la fe en Cristo, o como algo adicional para
tener más virtud delante de Dios. Pablo sabía que sus motivos estaban equivocados, pues
buscaban sus propios deseos egoístas. Los resultados de esto eran divisiones y ofensas, o
pecados, contrarios todos a la sana doctrina. Pablo les advierte que se cuiden de ellos, que no
los reciban y que no discutan con ellos.

b. Hay que obedecer lo verdadero (vs. 19-20). Había filósofos en aquel día que enfatizaban el
conocimiento por encima de todo lo demás, e incluso enseñaban que el conocimiento del
mal era una forma de avanzar en la religión. Pablo aquí dice que lo importante es la
obediencia. Debemos ser simples en cuanto al mal, y no tener nada que ver con él en la
experiencia personal. La sabiduría debe manejar lo que es bueno. No vencemos el mal con
un mero conocimiento intelectual, sino con el poder de Dios, pues Él ha logrado la victoria
sobre Satanás en la cruz, y pronto Satanás será completamente destruido.

6. Un ministerio de esperanza (vs. 25-27). Pablo es un hombre lleno de esperanza en las más
arduas circunstancias. Dios le da esperanza para creer, incluso cuando las circunstancias externas
no ofrecen esperanza. En Roma, un rayo quemó el templo de la diosa Esperanza. Fue
reconstruido rápidamente, pero de nuevo se quemó hasta los cimientos. Así que las mejores
esperanzas de los hombres sin Cristo serán completamente destrozadas, y ciertamente todo será
destruido en su debido momento. Sin embargo, en Cristo tenemos una esperanza sólida, eterna e
inmarcesible.

a. Fuerza espiritual (vs. 25-26). Pablo advierte sobre los falsos maestros, pero ahora asegura que
Dios los puede fortalecer en todo. Esto refiere a una fuerza interior y a una consistencia

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 68
espiritual tales que ningún enemigo puede derrotar la relación espiritual con Dios. Hay tres
condiciones que se expresan con la preposición “según”:

(1) "Según mi evangelio". Quiere decir el evangelio que él ha predicado, no que él haya
creado el evangelio.
(2) “Según la revelación del misterio”. Al igual que en Gálatas, Pablo insiste en que Dios le
ha revelado a él esta verdad de la unidad de los judíos y gentiles en la Iglesia.
(3) “Según el mandamiento del Dios eterno”. Esto le da la más grande autoridad al
evangelio que ha predicado. Este evangelio es para todas las naciones. Viene de Dios
según Su gracia, aunque se requiere que el hombre tenga fe en él. El Dios eterno ha
planeado este evangelio y ha mandado que se predique, pero los hombres deben creer y
esa fe, si es verdadera y para salvación, conlleva obediencia. Debemos recordar que la fe
evangélica implica tres cosas: afirmación mental, compromiso de la voluntad, y confianza
tranquila en la fidelidad de Dios.

b. Gloria eterna para Dios (v. 27). En el versículo 20, se describe a Dios como el Dios de paz.
En el versículo 27, es Dios sabio, el único sabio. Para Pablo, Dios está inseparablemente
unido a Cristo, que ha revelado a Dios y lo sirve con todo Su ser. Inclinémonos y alabemos
a Dios por Su sabiduría expuesta en Cristo al proveer tan maravillosa salvación.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 69
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 4

1. ¿Cuáles son las tres guías que nos permiten descubrir lo que Dios desea que hagamos?

2. ¿Qué significa “no se conformen”?

3. ¿Qué significa “sean transformados”?

4. ¿Cuáles son las dos cosas que se nos dicen de los “regalos”?

5. Según Pablo, ¿cuáles son las cuatro obligaciones que tenemos para con el gobierno?

6. ¿Cuáles son las dos razones para obedecer la ley que da el gobierno?

7. ¿Cuáles son el lado positivo y el lado negativo de la santidad?

8. ¿Cuáles fueron los cuatro propósitos de Pablo al pedir que se hiciera una oración en grupo?

9. ¿Cuáles fueron las dos advertencias que Pablo les dio a los romanos sobre las nuevas enseñanzas?

10. ¿Quiénes eran los judaizantes?

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 70
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
NOTAS DE LA LECCIÓN 5
1ª DE CORINTIOS 1:1-7:40

La primera carta a los Corintios contiene la enseñanza de Pablo para su iglesia más problemática. Los
principios permanentes de esta carta han permitido resolver los problemas de las iglesias en cada
época. El gran himno de amor (capítulo 13) y el largo tratado sobre la resurrección (capítulo 15) son
los dos pasajes más conocidos de este libro.

Pablo llevó el evangelio a Corinto durante su segundo viaje misionero (Hechos 18:1-17). Se hospedó
en casa de Aquila y Priscila y enseñó tanto a judíos como a gentiles. Muchos se convirtieron, entre
ellos Justo y Crispo. Pablo se quedó allí por dieciocho meses, ministrando fervientemente a pesar de
una gran oposición. Apolo continuó su trabajo cuando él partió (Hechos 18:24-19:1).

La ciudad de Corinto que Pablo conoció fue fundada como colonia romana en el primer siglo de la era
cristiana. Estaba estratégicamente ubicada en la provincia romana de Acaya, en una estrecha porción
de tierra que está entre el Mar Egeo y el Mar Adriático. Tenía dos puertos que la hacían el centro de
las rutas comerciales que iban del oriente al occidente. La prosperidad trajo lujo e inmoralidad. “Vivir
como un corintio” significaba vivir muy inmoralmente. Los muchos templos paganos ubicados en esa
ciudad promovían una vida licenciosa mediante sacerdotisas prostitutas. Uno de esos templos era el de
Afrodita, que se erguía en una colina que miraba sobre la ciudad. Ese templo tenía mil prostitutas que
servían como sacerdotisas y buscaban mecenas en las calles de la ciudad. Los comerciantes y los
marineros traían muchas otras formas de vicio, entre ellas las borracheas y la profanidad.

Algunos de los que se convirtieron con Pablo eran probablemente gentiles que se sentían atraídos al
judaísmo. Estaban interesados en el monoteísmo pero no deseaban ser circuncidados. Otros,
evidentemente, tenían un trasfondo pagano. A ellos Pablo les advirtió de la idolatría y les recordó que
antes habían vivido en la gran inmoralidad que era típica de esa ciudad. La iglesia de Corinto era muy
diversa: incluía a hombres y mujeres, a judíos y gentiles, a ricos y pobres.

La fundación de la iglesia se describe en Hechos 18:1-18. El que naciera una iglesia sólida a pesar de
este trasfondo, es un maravilloso testimonio del poder del evangelio. La primera carta a los corintios
trata graves problemas doctrinales y éticos que surgieron luego de que Pablo fundara la iglesia. (1)
Los cristianos corintios empezaron a discutir entre sí sobre a cuál maestro humano debían ser leales.
(2) Creían que los dones espectaculares eran señal de la verdadera espiritualidad. (3) Algunos creían
que no importaba lo que uno hiciera con su cuerpo, porque lo importante era el espíritu. (4) Algunos
pensaban que no era espiritual creer en la resurrección del cuerpo. (5) Otros creían que los cristianos
debían abstenerse del sexo, incluso dentro del matrimonio. Todas estas creencias llevaron a que los
corintios se llenaran de orgullo, dejaran de preocuparse los unos por los otros, cayeran en inmoralidad
y corrieran el peligro de volver a la idolatría.

La fecha de la carta es alrededor del año 57 d.C., unos seis años después de que se fundara la iglesia.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 71
Aparentemente fue enviada por medio de Timoteo. Apolo estaba en Corinto y Pablo estaba en su
tercer viaje misionero. Cuando iniciamos el estudio de esta carta, vemos que Pablo usa el informe que
recibe de la casa de Cloe (vs. 1:1-4:21) para hablar de las divisiones en la iglesia. Desea que entiendan
que la salvación no se basa en sabiduría humana o personajes famosos, sino en Cristo crucificado y en
la labor de Dios de construir Su Iglesia.

I. Introducción (vs. 1:1-9)

Puesto que los corintios estaban cuestionando su apostolado, Pablo inicia afirmando que tiene
autoridad apostólica para corregir sus errores. Dirige la carta a “la iglesia de Dios que está en
Corinto”. Varias iglesias habían portado ese título, el cual se usa tanto local como universalmente. Se
refería a los santificados en Cristo Jesús. La palabra “santificar” significa colocar a un lado y limpiar.
Este proceso se inicia en la regeneración, pero se completa cuando el Espíritu Santo nos santifica, o
limpia, por completo. Por tanto, los creyentes pueden ser santificados al inicio pero seguir siendo
carnales. Los corintos habían sido llamados a ser santos. La palabra “santo” tiene la misma raíz de
“santificar”. Nuestro llamado es a la santidad y a estar separados.

Aunque esta epístola trata con problemas locales, aporta enseñanza y ánimo para todos los que
invocan el nombre de Jesucristo. Los corintios no sólo recibieron dones, sino también la gracia para
desarrollarlos. Fueron llamados a tener comunión con Cristo. Debe notarse que el nombre de Cristo se
menciona diez veces en los primeros diez versículos. Pablo está enamorado de Cristo. ¡Y nosotros
también debemos estarlo! En los versículos 4 a 9, Pablo agradece la gracia de Dios que han recibido
los corintios por medio de Cristo. Esta gracia se manifestó en ellos en palabra y conocimiento, pues
hablaron y comprendieron la verdad. Wesley dice que “los corintios admiraban esos dones.
Naturalmente, esa felicitación suavizó su espíritu, abriendo el camino para los regaños [de Pablo]”.
Los corintios habían sido bendecidos con dones espirituales. Estaban emocionados por la segunda
venida del Señor. Pablo les recordó que el poder de Dios era capaz de mantenerlos sin culpa y en
santidad hasta el día del regreso de Cristo, y que Él era fiel para llevar a término la salvación a la que
los había llamado. Debemos permanecer fieles a Él.

II. Divisiones en la iglesia (vs. 1:10-4:21)

La iglesia corintia se vio amenazada por divisiones causadas por diferentes opiniones teológicas y
lealtades personales no cristianas. Pablo respondió que todos somos parte de un Cristo indiviso.

A. La necedad de las divisiones (vs. 1:10-17). Los hombres difieren en personalidad y método, como
fue el caso entre Pablo, Apolo y Cefas. Muchas veces esto genera división y nos hace
preguntarnos: ¿Quién tiene la razón? Sin embargo, los hombres no deben exaltarse a sí mismos,
sino predicar el evangelio. Si realmente están unidos a Cristo, deben ser uno en Él y no generar
conflictos que lleven a la división.

B. La locura de la predicación (vs. 1:18-25). Una razón por la que algunos estaban contra Pablo era
por el típico énfasis griego de alabar las palabras sabias y la oratoria elocuente. Sin duda Apolo era

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 72
el favorito de este tipo de personas. Pablo era el favorito de los gentiles y Pedro (Cefas) de los
judíos. La predicación no es para adquirir popularidad. La sabiduría del hombre es inadecuada
para la tarea, pero los judíos enfatizaban esa sabiduría. Pablo decía que la predicación de la cruz
debía ser simple y no debía acomodarse a los gustos carnales de griegos o judíos. Este principio es
importante hoy día también, en que hay tanto deseo de acomodar el mensaje a los gustos y deseos
del mundo.

C. El llamado de Dios (vs. 1:26-31). Muy pocos en la congregación corintia pertenecían a los niveles
más altos de la sociedad. Pero la salvación de Dios llega incluso al necio y al débil, de manera que
los que no tienen esperanza la reciben. Dios no permitió que los poderosos alcanzaran la salvación
por medio de su propia sabiduría. Ellos también deben aceptarla en los términos de Dios—por la
fe en Cristo. Cristo es fuente de sabiduría, justicia, santificación y redención (liberación). Esos
beneficios pasan a ser nuestros no por un despliegue carnal, sino porque Cristo habita en nosotros.
Debemos recordar que Pablo estaba hablando de la división. Como todo es de Cristo, la sabiduría
humana que provoca divisiones debe ser tenida en poco comparativamente.

D. La predicación de Pablo (vs. 2:1-5). Pablo no estudió la situación de Corinto para ver cuál
acercamiento le agradaría a la gente. Con toda intención evitó el enfoque de la oratoria y la astuta
sabiduría humana, de forma que la victoria fuera obviamente por el poder de Dios. No era que
buscara ofenderlos a propósito, pero lo que buscaba primeramente era presentar a Cristo sin hacer
ningún intento por complacer los prejuicios carnales.

E. La verdad revelada por el Espíritu (vs. 2:6-16). La mente de Cristo en los hombres espirituales es
el medio por el que éstos entienden las profundas verdades de Dios. El versículo 13 ha sido
traducido: “De estas cosas hablamos, no con palabras enseñadas por la sabiduría humana, sino con
la que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual lo espiritual”. El mundo no comprende a los
hombres espirituales. La persona sin el Espíritu Santo no puede comprender ni evaluar
correctamente a la persona espiritual. Nadie es tan grande como para entender la mente del Señor
y tener la capacidad de enseñarle a Él. Sólo la persona espiritual, con la ayuda del Espíritu Santo,
puede comprender la verdad de Cristo y ver las cosas desde Su punto de vista.

III. Carnalidad y juicio (vs. 3:1-4:2l)

Los corintios se estaban dividiendo en grupos celosos que apoyaban a distintos líderes cristianos.
Pablo enseña cooperación, declarando que cada líder sólo hace su parte en la edificación de la Iglesia,
sobre el fundamento que es Jesucristo. Todos son necesarios y cada uno recibirá recompensa de Dios
según la calidad de su trabajo. Los cristianos son el templo de Dios, la Iglesia que está siendo
construida; por tanto, debe mantenerse santa. Por eso debemos ser sabios en las cosas de Dios, en
lugar de jactarnos de los líderes humanos.

A. Tres clases de hombres. Aunque los corintios eran cristianos, no eran totalmente espirituales; es
decir, no obedecían totalmente al Espíritu. Pero tampoco eran hombres meramente naturales,
personas que no conocían a Cristo. Eran cristianos carnales que vivían aún llenos de envidias y

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 73
divisiones, como si no fueran salvos. Steele dice: “Los corintios habían sido perdonados, pero no
limpiados. Se habían apropiado de una parte de su herencia en Cristo, la justificación, pero no
habían reclamado para sí, por una fe apropiadora, la santificación [completa]”. Wesley afirma: “La
mayoría de los creyentes que no se han perfeccionado todavía en el amor, sienten algún grado de
orgullo, ira, voluntad propia y su corazón tiende a caer.”

B. Obreros con Dios (vs. 3:5-9). En muchas formas la Iglesia es como un campo cultivado, como un
edificio y como un templo. De estas ilustraciones aprendemos tres cosas: (1) Los cristianos no
deben competir con los otros obreros que están en campo de Dios; todos son ministros de Dios
que cooperan entre sí. Dios es quien hace crecer la Iglesia. (2) Cada cristiano será recompensado
según haya trabajado fielmente en el edificio de Dios, que es la Iglesia. (3) Como somos templo
de Dios, debemos ser santos.

C. El fundamento y los constructores (vs. 3:10-15). Cristo es el fundamento. No construimos sobre


hombres, sino sobre Cristo. Sin importar cuán importantes sean los hombres, sólo son obreros
que hacen la labor de Dios en la construcción de Su edificio. Cristo es el fundamento de nuestras
vidas individuales y también de la Iglesia. Cada persona es responsable personalmente de
preservar y extender la verdad del mensaje de Dios. Cuando enseñamos que la salvación sólo
viene por medio de Cristo, y cuando procuramos hacer Su obra en el poder del Espíritu,
construimos con oro, plata y piedras preciosas. Ese trabajo se realiza en cooperación y amor. Si
tratamos de hacer la obra de Dios con sólo sabiduría y métodos humanos, construimos con
madera, heno y paja. Esta sabiduría humana produce división y contienda. El juicio que vendrá
después de que Cristo regrese, probará la obra de cada cristiano y determinará su recompensa,
pues se verá si su obra durará o se perderá. El día del juicio será un examen de la clase y no de la
cantidad de trabajo que hayamos añadido al fundamento. El oro, la plata y las piedras preciosas
son símbolos de pureza, valor y calidad divina. Esto se relaciona con la perfección cristiana en el
Espíritu. La madera, el heno y la paja no son obras pecaminosas, porque se basan en el
fundamento correcto. Sin embargo, son obras que no son puras, ni celestiales ni divinas en su
intención y resultado. Algunos se salvarán por la gracia de Dios, pero no recibirán recompensa de
sus labores porque no fueron espirituales y estuvieron demasiado centrados en este mundo.

D. Sabiduría e insensatez (vs. 3:16-22). Individualmente, nuestros cuerpos son templo del Espíritu
Santo. Lo que el hombre haga para profanar ese templo—llegarse a una prostituta, corromperlo
con hábitos degradantes o usarlo para otras finalidades viles—traerá destrucción de Dios sobre sí.
La verdad sobre el templo también aplica a la Iglesia. En este sentido, cualquiera que provoque
disensión en el cuerpo de Cristo dañando el espíritu de unidad, o que produce división y
contienda, se hace merecedor de la ira de Dios y trae castigo sobre sí. La causa básica para la
disensión y la división suele ser la exaltación de la sabiduría humana terrenal, que coloca a los
hombres en lugares de honor y gloria que no les corresponde.

Al inicio de 1ª de Corintios, Pablo menciona la Iglesia de Dios. En el capítulo 3 vemos algunos de


sus atributos. Debe ser espiritual, templo del Espíritu Santo, un cuerpo unido de los hijos de Dios.
Debemos oponernos a cualquier influencia divisoria que separe a los verdaderos creyentes. La

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 74
tendencia de seguir líderes, a los creídos, formando sectas y provocando cismas que dividen el
cuerpo de Cristo es algo carnal. Por el Espíritu tenemos gracia para mantener el cuerpo unido
hasta que entremos en nuestra herencia eterna de todas las cosas.

E. Los tres juicios (vs. 4:1-5). Pablo todavía tiene en mente la situación de la división por causa de
los líderes. Porque Pablo y los demás apóstoles son siervos de Dios, son responsables ante Él.
Dios, no los corintios, los juzgará. Los líderes deben ser recordados no como amos, sino como
servidores. La palabra “servidor” hace referencia a la persona que rema en un gran bote que tiene
un piloto. El piloto timonea, pero el remero provee el servicio. De esa forma, en la Iglesia Cristo
es el guía, pero nosotros lo servimos. El ministro no trabaja para lograr gloria personal. Hay tres
tipos de juicio en estos versículos: (1) El juicio que hacen nuestros colegas. Esto tiene cierto
mérito porque nos permite ver las faltas que otros ven. Pero la importancia de esto es poca en
comparación. Cuando otros nos juzgan, están usurpando el derecho de Dios. Las verdaderas
decisiones y los verdaderos juicios los hace Dios. (2) El juicio que hacemos de nosotros mismos.
Esto tiene su lugar, como indica Pablo, pero no es un juicio absoluto y confiable. El que la
conciencia no nos condene, no es garantía de que seamos inocentes. Quizás tengamos una
conciencia perezosa o poco entendida. Pablo menciona que él no se basa en su propio juicio,
porque Dios es el último juez. (3) El juicio que hace el Señor. Su juicio es absoluto pues Él ve
cada circunstancia y cada motivo y realiza un juicio justo. Todo servidor recibirá entonces su
verdadera recompensa, así que no debe confiar en el juicio u honor que reciba de los hombres en
el día de su evaluación humana. Ser hallado fiel es la virtud más importante en nuestro servicio a
Dios.

F. Humildad del apóstol y el orgullo (vs. 4:6-13). Pablo contrasta el orgullo de los corintios por sus
supuestos logros espirituales, con su propia vida de debilidad, sufrimiento y pruebas como apóstol
del Cristo crucificado. Les muestra que si desean afirmar que esos hombres son sus líderes,
entonces deberían estudiar su ejemplo y seguir sus principios. Noten que aquí se habla de morir al
mundo. Pablo era un “espectáculo” de burla y ridículo para el mundo. Es una figura de la práctica
romana que hacía que los cautivos vencidos desfilaran por la ciudad mientras la gente se burlaba
de ellos y los veía caminar a su muerte.

Pablo hace una pregunta muy apropiada: “¿Y qué tienes que no hayas recibido?” Agustín dijo que
en esta pregunta estaba toda la doctrina de la gracia. Todo lo que tenemos es un regalo de Dios;
no hay razón para jactarnos de nada. Todo vestigio de orgullo, auto-exaltación, parcialidad y
glorificación del hombre queda excluido por este profundo hecho. Nada que tengamos es nuestro
a excepción de las decisiones que hacemos. Nada que logremos será para nuestra gloria excepto
lo que hagamos con nuestra libertad de elegir. Y las únicas elecciones que tendrán mérito serán
las que le den gloria a Dios en lugar de a nosotros mismos. El pecado del orgullo es la raíz de las
divisiones y la esencia de la sabiduría mundana.

G. Un padre en la fe (vs. 4:4-21). Esta sección sobre la división en la iglesia implico enseñanza fuerte
y directa, pero Pablo la concluye enfatizando dulcemente el amor del padre que la ha promovido.
Dice que quizás ellos han tenido otros instructores, pero que él es su padre. Tiene derecho de

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 75
reprenderlos, de usar “la vara”. Les dice que realizará una investigación detallada cuando llegue y
les advierte que se preparen. Es más, envía a Timoteo para que les recuerde que se preparen para
su juicio.

El reino no es un asunto de palabras sino de poder espiritual ejemplificado con la conducta. Los
corintios eran fuertes en palabras, pero débiles en la vida. Pablo vivía la vida y les pide que sigan
su ejemplo. El verdadero amor no es suave ni falto de principios. Conlleva disciplina y establece
ejemplos correctos ante sus hijos.

En la conclusión del capítulo 4, Pablo dice: “¿Qué queréis? ¿Iré a vosotros con vara, o con amor y
espíritu de mansedumbre?” En su calidad de padre espiritual, Pablo les da a los corintios la
oportunidad de escoger o la vara de la disciplina si son hijos rebeldes, o el amor y la mansedumbre
si son hijos dispuestos a hacer lo correcto.

IV. La disciplina de los que hacen el mal en la congregación (vs. 5:1 - 6:20)

En esta sección, Pablo trata los asuntos de inmoralidad en Corinto. Es vergonzoso que permitan que
una persona que vive en abierta inmoralidad siga en la iglesia. Habían condonado el incesto en uno de
sus miembros (vs. 5:1-13). Habían desgraciado el nombre de Cristo al llevar a sus hermanos cristianos
a una corte secular (vs. 6:1-11). Sus cuerpos le pertenecían al Señor y no debían ser usados para la
inmoralidad sexual, pero aún así habían permitido que algunos de sus miembros visitaran a las
prostitutas (vs. 6:12-20).

A. El caso de la inmoralidad (vs. 5:1-3). En los versículos 1 al 13, el problema particular fue un caso
de incesto. Un hombre había tenido relaciones prohibidas con su propia madrastra. Había mucha
inmoralidad en Corinto, como ya hemos dicho. Pero la iglesia debía mantenerse pura, sin importar
cuán común o popular fuera la maldad. Esta importante lección la debe recordar la Iglesia en
estos tiempos actuales en que se están permitiendo tantas violaciones a la Palabra sólo porque son
populares. El pecado era de ya asquiento, pero más grave aún era la actitud apática de la iglesia
hacia él. La iglesia debería haberse dolido, como se duele por los muertos, pero todavía estaba
creída en sus dones, sus líderes preferidos y su sentido de libertad y majestad. ¡Qué despliegue de
carnalidad más típico! Al final del último capítulo Pablo revela lo que piensa sobre asuntos de
disciplina. Su deseo es ejercer amor y bondad. Sin embargo, hay algunos asuntos tan graves para
la reputación y el progreso de la iglesia que debe tomar una decisión aunque no esté entre ellos.
No necesita saber quién es la persona, pues su juicio no variará dependiendo de quién se trate. El
juicio no depende de la persona en cuestión; es un caso de la luz que enjuicia la oscuridad, del
poder de Cristo que condena al hombre de Satanás. No hay lugar para la equivocación o la
demora; la acción debe tomarse con decisión. La responsabilidad de la congregación es separar al
ofensor y enviarlo de vuelta al territorio del demonio. La esperanza es que sea restaurado al favor
de Dios. Así como la levadura lo leuda todo, si se permite que el pecado siga en la iglesia sin
enfrentarlo, tenderá a corromperlo todo. Es necesario ejercer disciplina para salvar la vida de la
iglesia. Es mejor entregar a un hombre a Satanás que echar a perder el cuerpo entero.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 76
Según el versículo 9, es probable que Pablo escribiera una carta previa a ésta, la cual se perdió. La
iglesia es responsable de la pureza de sus miembros. No puede haber comunión con la gente
malvada dentro de la congregación y la maldad debe ser sacada de la iglesia. No debían entender
mal el mensaje que les daba. No era que no pudieran asociarse con la gente del mundo. Más bien,
seguir a Cristo implica meterse en el mundo para llevar la luz del evangelio a todos. Sin embargo,
aceptar como hermano a alguien y aprobar su conducta pecadora podría indicarles a los no
creyentes que la iglesia condonaba esa conducta. Se mencionan tres tipos de pecado: (1) la
fornicación—un pecado contra nosotros mismos; (2) la codicia o avaricia—un pecado contra
otros, que nos lleva a explotar a las personas en vez de ayudarlas; y (3) la idolatría—un pecado
contra Dios. Todos los demás pecados se ubican dentro de estas categorías.

Pablo les dice que por el bien de la salud del cuerpo de Cristo, deben juzgar a los que son de la
congregación. Sólo Dios juzga a los que están fuera de la Iglesia y no somos responsables por
ellos. Nuestro ministerio de reconciliación es para ellos y no debemos aislarnos de ellos. Como
Iglesia de Cristo no debemos sonreírle a la maldad dentro de nuestras filas. Debemos ser “santos y
sin mancha” delante de Él y buscar que la Iglesia también lo sea. Si no aceptamos que existe
maldad en la Iglesia, y si no lidiamos con los que están fallando, la esperanza de Pablo es que la
disciplina haga que el pecador se vuelva de sus caminos y su espíritu se salve. La meta de la
disciplina de Pablo no era el castigo, sino la salvación del que estaba viviendo en maldad dentro
de la Iglesia.

B. El caso de los cristianos en una corte legal (vs. 6:1-20). Pablo da tres razones por las que los
cristianos no deberían demandarse delante de las autoridades civiles por desacuerdos que puedan
arreglarse adecuadamente dentro de la Iglesia. Un día los cristianos juzgarán al mundo,
incluyendo a los ángeles. Llevar a un hermano cristiano a una corte da la impresión que no hay
personas sabias en la Iglesia que puedan dirimir los problemas entre sus miembros. Cuando un
cristiano lleva a otro cristiano a una corte, echa a perder el testimonio de la iglesia y es una
derrota espiritual para ambas personas involucradas.

Entre los griegos era frecuente ir a la ley en forma pública; los judíos casi nunca lo hacían, porque
no deseaban entrar en las cortes impuras de los gentiles. Pero en Corinto, no sólo los cristianos
iban a las cortes legales, sino que lo hacían para demandar a sus hermanos creyentes, e incluso
para defraudar a otros.

Si los santos algún día juzgarán a los ángeles y al mundo, ciertamente deberían tener algún sentido
de justicia divina para juzgar asuntos menores entre ellos. Es una vergüenza para la Iglesia tener
que pedirles a personas del mundo que decidan asuntos de juicio entre ellos. Es un reproche a los
ojos del mundo que la Iglesia, que se supone incorpora no sólo la letra sino también el espíritu de
la ley divina, vaya al mundo a solicitar juicio entre los hombres de la Iglesia. Es una señal de fallo
personal que un hermano prefiera ir a la ley pública contra otro creyente, a que lleve sobre sí la
pérdida implicada y le muestre amor al ofensor. Hay métodos para corregir las faltas dentro de la
Iglesia. Usar cortes legales para vengarse del hermano es hacerle el mal. Sufrir el mal en nosotros
mismos es lo que más se asemeja al espíritu de Cristo.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 77
Los hombres del mundo no tienen capacidad de hacer justicia. Pablo hace una lista de los pecados
degradantes en esta ciudad, que era la más malvada del mundo en su tiempo. Esa maldad era muy
común fuera de la iglesia. El templo de Afrodita era una ciudadela de inmoralidad. Catorce de los
primeros quince emperadores romanos practicaban la homosexualidad. El emperador Adrián tenía
un mancebo que vivía con él como si fuera su esposa. Cuando el joven murió, lo deificó y le erigió
una estatua en el imperio. Esas personas, dice Pablo, no heredarán el reino de los cielos. ¿Cómo
podrán entonces impartir justicia entre los miembros de la Iglesia? Por otro lado, algunos de los
corintios habían sido de ese tipo de personas y ahora habían sido liberadas. ¿No podían ellas, entre
quienes el poder de Dios estaba operando, hacer una mejor labor en un juicio que los hombres
perdidos del mundo?

Pablo afirma que nuestro cuerpo, así como nuestro espíritu, es para el Señor. Lo que hagamos
con nuestro cuerpo afecta toda nuestra personalidad. Los tres miembros de la Trinidad revelan
cuán sacro es el cuerpo cristiano. Dios lo levantará de nuevo a la vida; está unido a Cristo y en él
vive el Espíritu Santo. Por tanto, los cristianos no deben corromper sus cuerpos con inmoralidad
sexual.

Pablo enseñó sobre la libertad del Espíritu, y algunos griegos tomaron sus palabras para respaldar
la creencia de que podían hacer con su cuerpo lo que quisieran. En el versículo 12 Pablo aclara su
posición. La libertad en el Espíritu en realidad lo coloca bajo una ley superior. Por ejemplo, no se
refrena de la fornicación porque vaya contra la ley de Dios; sino que se abstiene porque no sería
prudente ya que caería bajo su influencia. Y él se niega a ser derrotado por el pecado. El pecado
lo separaría de Cristo pues sería una ofensa contra Él. Así que se abstiene por razones mayores
que la simple voz de la ley.

El cuerpo es el templo del Espíritu Santo y fue comprado a gran precio. Así como el templo tenía
dos partes y Dios vivía en el santuario interior, así la naturaleza del hombre tiene dos partes y
Dios desea habitar en el espíritu por el poder de Su Espíritu Santo. Nuestro deber es glorificar a
Dios no sólo en el espíritu, sino también en el cuerpo, puesto que le pertenece a Dios y no a
nosotros mismos.

En la siguiente sección de 1ª de Corintios, en los capítulos 7:1 a 16:12, Pablo responde las preguntas
que le hicieron en una carta. Les enseña sobre el matrimonio cristiano y la práctica sexual (7:1-40).
Habla que pueden comer carne ofrecida a los ídolos, pero no deben hacer nada que dé la apariencia de
que adoran a los ídolos (8:1-11:1). La adoración de la iglesia debe realizarse con decencia y teniendo
consideración hacia los demás (11:2-34). Los dones espirituales deben usarse para edificar a otros
(12:1-31) en un verdadero amor cristiano (13:1-13). La profecía es un don mejor que las lenguas
porque edifica (14:1-40). Como Cristo ha resucitado (15:1-11), nosotros también resucitaremos
(15:12-34) con un nuevo cuerpo espiritual (15:35-58). Y como es típico en sus cartas, concluye con
instrucciones finales y saludos (16:13-24).

V. El cristiano y el matrimonio (vs. 7:1-40)

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 78
Algunos corintios decían que un cristiano verdaderamente espiritual debía abstenerse de las relaciones
sexuales con su pareja, e incluso procurar un divorcio. En respuesta, Pablo declara que las relaciones
sexuales son una parte normal y santa del matrimonio. Las parejas cristianas deben darse mutuamente
plenos derechos en esta área y no divorciarse. Los cristianos casados con no creyentes deben
permanecer casados. Los que han enviudado o están solteros tendrán menos responsabilidades en el
hogar y por tanto, más tiempo para procurar cosas espirituales si se mantienen sin casar. Sin embargo,
el estado marital o social del cristiano tiene una relación intrínseca con su vida espiritual. Lo
importante es vivir de acuerdo con los mandamientos de Dios.

A. Consejo a los que enseñan que los cristianos no deben casarse (vs. 7:1-2). Según las
circunstancias de ese tiempo, cuando era probable que iniciara una fuerte persecución y se creía
que la venida de Cristo estaba cerca, era aceptable que ni hombres ni mujeres se casaran. Sin
embargo, la mejor regla en general es a favor del matrimonio. La inmoralidad era tan común y el
hombre natural estaba tan debilitado por la larga práctica del pecado, que era una protección
moral tener un compañero en la carne. La enseñanza de Pablo es muy práctica. Dice que las
personas no deben establecerse para sí mismas estándares imposibles y poco prácticos de
austeridad. La vida de gracia se vive dentro del marco de limitaciones físicas y naturales, lo cual
es algo que no debemos ignorar.

B. Consejo a los que aconsejan la abstinencia sexual incluso en el matrimonio (vs. 7:3-7). Esta idea
surgió de los griegos, para quienes el cuerpo era intrínsecamente malo. La decisión de Pablo es
que un hombre y una mujer son uno, y que no deben tomar esta decisión solos. Debido a que
puede haber mucha tentación, es mejor limitar la abstinencia en lugar de generar una tentación
peligrosa. Es seguro que Pablo no tenía una esposa consigo; sin embargo, es probable que
estuviera casado pues era un requisito de los rabinos y miembros del Sanedrín. Quizás su esposa
había muerto o lo había dejado cuando se hizo cristiano.

C. Consejo a los solteros y viudos (vs. 7:8-9). Pablo creía que Jesús vendría pronto y por eso, creía
que era mejor que los solteros y viudos no se enredaran con las cargas de un compañero. Sin
embargo, su consejo es claramente personal y no un mandamiento del Señor.

D. Consejo a los que enseñan que los cristianos casados debían separarse. Pablo dice que los
cristianos no deben divorciarse de sus cónyuges.

E. Consejo a los que piensan que un cristiano debe separarse de su cónyuge pagano. Se había
presentado la situación de que había cristianos que estaban deshaciendo sus hogares cuando
entraban a la fe. Pablo declara que si vivimos vidas santas ejercemos una influencia santa en
nuestros cónyuges y demás miembros de la familia. Por nosotros, los demás son rodeados de
influencias santas. Wesley afirma: “Ahora los hijos, en lugar de ser criados por impíos, son criados
por cristianos.”

F. Consejo para vivir la vida cristiana en cualquier estado en que uno esté (vs. 7:18-24). Seamos

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 79
cristianos dondequiera que estemos. Los que se convierten sienten deseo de dejar atrás aquello de
lo que han formado parte. Pablo dice que debemos ser cristianos dondequiera que estemos. Esto
no significa que debamos seguir en una relación que nos lleve al mal. Significa que debemos
permanecer en nuestro estado social y en nuestro oficio para llevar la influencia de Cristo allí.

De acuerdo con Pablo, es importante que nada interfiera con nuestro deseo de servir a Cristo. Pablo
creía que la venida de Cristo era inminente, pero también previó las tremendas persecuciones que
sufriría la iglesia primitiva bajo la oposición romana. Deseaba que todos los cristianos estuvieran listos
para estos alarmantes sucesos, teniendo la comunión más estrecha posible con Cristo. Deseaba que no
se distrajeran, es decir, que nada los apartara de Cristo. Por otro lado, no condenó el matrimonio, sino
que dio consejo pastoral para evitarles que librar dolores de cabeza y tragedias a los creyentes.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 80
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 5

1. ¿Cuándo se fundó la iglesia corintia y cuánto tiempo se quedó el apóstol Pablo en Corinto?

2. ¿Qué significaba la frase “vivir como un corintio”?

3. ¿Por qué había divisiones en la iglesia corintia?

4. ¿A cuáles cuatro líderes seguían los cristianos de Corinto?

5. ¿Cuáles son las tres cosas que aprendemos al comparar la Iglesia con un campo, un edificio y un
templo?

6. ¿Cuál es la diferencia entre edificar con oro, plata y piedras preciosas, y edificar con madera, heno
y paja?

7. ¿Cuáles son algunos de los atributos que debe tener la Iglesia de Dios?

8. ¿Cuál es la virtud más importante en nuestro servicio a Dios?

9. ¿Cuál fue la elección que Pablo, por ser su padre espiritual, les dio a los corintios al final del
capítulo 4?

10. ¿Con cuáles tres razones explica Pablo por qué los cristianos no deben demandar a otro cristiano
delante de las autoridades civiles?

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 81
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
NOTAS DE LA LECCIÓN 6
1ª DE CORINTIOS 8:1-16:24

En nuestra última lección, que abarcó del capítulo 1:1 al 7:24 de 1ª de Corintios, Pablo lidió con lo
que Cloé había informado sobre las divisiones en la iglesia. Luego Pablo se dirige a los asuntos de
inmoralidad que hay en Corinto. Les dice (1) que es vergonzoso que le permitan seguir en la iglesia a
una persona metida en inmoralidad; (2) que han deshonrado el nombre de Cristo al llevar a sus
hermanos cristianos a las cortes; y (3) que sus cuerpos le pertenecen al Señor y por eso no deben ser
usados para la inmoralidad sexual. En el capítulo 7, Pablo responde las preguntas sobre el matrimonio
cristiano y las prácticas sexuales dentro de ese estado.

En el capítulo 8, Pablo responde a otras preguntas que le han hecho en la carta, y habla sobre comer la
carne que ha sido ofrecida a los ídolos. La enseñanza final de Pablo es que, aunque pueden comer de
ese tipo de carne, no deben hacer nada que dé la impresión de que adoran a los ídolos.

I. La carne ofrecida a ídolos y algunas lecciones relacionadas con esto (vs. 8:1-11:1)

Algunos creyentes de Corinto asistían a fiestas que se realizaban en los templos paganos en honor a
los ídolos. Con orgullo declaraban que eso no era malo porque sabían que los ídolos no tenían valor.
En el capítulo 8, Pablo corrige esta actitud y les dice que su preocupación no debe ser tener más
conocimiento, sino más bien dar un ejemplo que edifique a sus hermanos cristianos.

En los templos paganos se sacrificaban animales y las porciones de carne que no se usaban se vendían
en el mercado o se usaban en las fiestas públicas. Pablo cita que los corintios se jactaban de “tener
conocimiento”. Su conocimiento de que los ídolos no tenían poder los hacía creer que eran mejores
que aquellos creyentes que no entendían esta verdad. Pero el amor debía llevarlos a edificar a sus
hermanos creyentes. Pablo usa las palabras “conocimiento” y “saber” ocho veces en los primeros
cuatro versículos. Se refiere frecuentemente a esto en su epístola, debido a que los griegos tenían en
tan altísima estima el conocimiento. Dice que los cristianos saben (y saben que saben) que los ídolos
no son nada y que por eso, en ninguna forma pueden contaminarse con las carnes ofrecidas a esos
ídolos.

Sin embargo, los griegos creían que los espíritus malignos y los demonios en realidad infestaban la
carne y entraban en el cuerpo por ese medio. Algunos cristianos de Corinto que antes habían creído en
esos ídolos, se sentían condenados si comían de la comida ofrecida a los ídolos. Para ellos, un acto así
afirmaba la existencia de esos dioses. Pablo los exhorta diciendo que el creyente cuya conciencia es
libre de participar en una fiesta donde se ha adorado a ídolos, debería preocuparse por su hermano
cristiano cuya conciencia le dice que esa comida es mala. Sin embargo, algunos evidentemente se
burlaban de los que carecían de ese conocimiento o tenían esas creencias. El conocimiento sin amor
produce orgullo. Es más importante tener amor que conocimiento.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 82
Pablo habla del hermano “débil” y de nuestra preocupación por él. El débil es aquel cuyo
conocimiento es limitado y cuya conciencia le indica, por tanto, que es malo comer carne ofrecida a
ídolos. En este caso, la conciencia se basa en un conocimiento limitado y por tanto es “débil”. Pero
aún así, ese hermano está obligado a seguir su propia conciencia y cualquiera que lo persuada a hacer
lo contrario lo lleva a condenación. El principio importante que Pablo extrae de esto es que el
hermano que tiene mucho conocimiento debe actuar con amor hacia su hermano más débil, honrando
su conocimiento limitado en lugar de ejercer su propia libertad. Pecamos contra el hermano cristiano
si a conciencia influimos en él para que viole su propia conciencia. Puede ser que (1) su conciencia lo
condene por comer carne ofrecida a ídolos o (2) que su conciencia se debilite ante el pecado por
comer esa carne, de manera que caiga en una práctica pecaminosa asociada con la adoración a los
ídolos. Incluso la presencia misma de un creyente en una fiesta en un templo pagano que honre a un
ídolo pagano, es algo cuestionable. Y aunque por causa del conocimiento de la verdad el creyente esté
libre de las supersticiones de los demás, aún así somos responsables por los que no han llegado a ese
conocimiento o entendimiento.

El amor sacrifica con gusto las libertades personales si el ejercicio de esas libertades hace que
una persona más débil tropiece.

En el capítulo 9, Pablo se defiende contra las críticas que le hacen en Corinto. Defiende su condición
de apóstol y sus derechos como ministro del evangelio. Para la iglesia primitiva, era apóstol aquel que
había visto a Jesucristo. La segunda validación que Pablo da es que los corintios mismos, como
seguidores de Cristo, eran un seguro sello y testimonio de la eficacia de su trabajo como apóstol del
Señor. Entonces, las dos señales que respaldan su apostolado fueron: (1) haber visto a Cristo y (2)
tener un ministerio eficaz.

Aparentemente, algunos corintios habían dicho que Pablo no podía ser apóstol porque él no había
pedido apoyo material, como hacían otros apóstoles. Pablo confirma que tiene derecho de pedir apoyo
material porque (1) es algo de sentido común, (2) es la ley de Dios (Deuteronomio 25:4), (3) es la
práctica de los sacerdotes en el templo y (4) es un mandato de Jesús (Lucas 10:7). Usa el ejemplo de
un buey que no tiene bozal y por eso puede comer grano durante el tiempo de la trilla, con lo cual
Dios deja ver que el que trabaja para el evangelio puede esperar beneficio de su labor. El trabajo
espiritual de Pablo con los corintios podía ser motivo para que éstos le dieran apoyo material. Pablo,
fundador de la iglesia corintia, tenía más derecho a ese apoyo que otros que no les habían ministrado.
Pero Pablo le dice: “Sin embargo, no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo por
no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo” (v. 9:12). Pablo elabora su enseñanza diciendo que
por los cristianos, por amor a los demás, deben abstenerse de su derecho de ejercer su libertad. Por
eso no les ha pedido apoyo material para que ninguno en esa ciudad corrupta lo pueda acusar de
predicar para obtener ganancia. Ha aceptado apoyo cuando esto no estorba al evangelio. Pero no está
en obligación con nadie por causa de un apoyo financiero. Ha hallado verdadera libertad en su deseo
de ser servidor de todos. Si deseamos ser líderes en el reino de Dios, también debemos comprender y
aceptar el mandato bíblico del servicio.

Pablo se ha esforzado para adaptar su comportamiento con tal de ganar a otros para Cristo, y se ha

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 83
disciplinado a sí mismo para no perderse. A fin de persuadir a los judíos sobre la verdad del evangelio,
ha participado con ellos en los requisitos y costumbres de la ley del Antiguo Testamento. Es decir, se
ha colocado bajo la Ley en asuntos como la circuncisión, el voto nazareo y la purificación. Para
evangelizar a los gentiles, Pablo está dispuesto a adoptar las costumbres y cultura de los gentiles, pero
siempre dentro de los límites de las enseñanzas de Cristo. Y en asuntos no importantes, Pablo ha
adaptado su comportamiento al de la mayoría de las personas a fin de ganar para Cristo a todos los
que fuera posible. Pablo muestra que el ministerio requiere un método versátil. Esto no significa que
cambiaba de opinión. Lo que quiere decir es que modificaba su mensaje de manera que pudiera
llegarle al hombre carnal. La lección importante para nosotros aquí es que debemos llegar a los
sentimientos y necesidades de los hombres y escucharlos con simpatía si deseamos ganarlos para
Cristo.

Pablo concluye el capítulo 9 con una visión vigorosa de la meta y la dedicación de la vida cristiana. Se
compara a sí mismo con un atleta determinado y un luchador efectivo, con lo que muestra su
determinación de concluir victoriosamente la vida cristiana. Dice que la vida cristiana es una vida
disciplinada y da cuatro ideas: (1) La vida es una batalla; no estamos aquí para disfrutar y llevar una
vida fácil, sino para esforzarnos y proseguir hacia la meta. La vida es una carrera que debe ser corrida
con intensidad. (2) Se requiere disciplina para vencer el conflicto. Todo en la vida debe ponerse bajo
el control de nuestro propósito de ganar la carrera. (3) Debemos tener una meta noble y procurarla
intensamente. (4) No podemos ganar a otros para Cristo a menos que primero seamos dueños de
nosotros mismos.

El propósito de la disciplina estricta que menciona Pablo lo afirma John Wesley en un comentario
sobre el versículo 27: “Ciertamente San Pablo fue un elegido...mas aún así dijo que era posible que él
mismo quedara descalificado”. “Sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que,
habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.”

A. El peligro de confiar demasiado (vs. 10:1-13). Pablo usa la experiencia de Israel en el desierto
para ilustrar las trágicas consecuencias de cambiar las bendiciones de Dios por las delicias de la
idolatría y otros pecados. Por eso los cristianos deben evitar a toda costa cualquier forma de falsa
adoración. Algunos corintios estaban demasiado confiados en su libertad. Sentían que como
habían sido bautizados en Cristo, no corrían peligro de no salvarse; podían comer carne ofrecida a
los ídolos sin temor. Pablo les advierte fuertemente que se cuiden de esa presuposición. Cuán
esencial es esta advertencia hoy día cuando tantas personas religiosas sienten lo mismo sobre su
“seguridad eterna”. Este capítulo muestra que la seguridad está condicionada a estar alertas y
evitar el pecado. Las causas por las que los seguidores de Moisés fueron la idolatría, la
murmuración, la fornicación y otros pecados semejantes. Nosotros corremos el mismo peligro por
lo que debemos estar alerta, no sea que caigamos creyendo que estamos perfectamente a salvo.

1ª de Corintios 10:13 es un maravilloso versículo que debe memorizarse para los tiempos de
pruebas espirituales. La tentación implica la posibilidad de pecar y fracasar. Escapar de la
tentación no es algo automático; muchos caen. Pero el pecado sólo ocurre cuando la voluntad
consiente al deseo provocador. (De la tentación se ha dicho: “No podemos evitar que los pájaros

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 84
revoloteen sobre nuestra cabeza, ¡pero sí podemos evitar que hagan nidos en nuestro cabello!”)
Dios es fiel con nosotros durante nuestras tentaciones y nos ayuda a no caer. La tentación no es
algo que sólo nosotros experimentamos. Otros han pasado por tentaciones parecidas con éxito, de
manera que podemos ser valientes porque también nosotros podemos ser librados. Este versículo
nos dice que en cada tentación hay una manera de escapar. Dios vigila y sabe cuánto podemos
soportar. Si Sus fieles hijos vuelven los ojos hacia Él buscando Su ayuda y liberación, no permitirá
que sean dominados por el poder de la tentación.

B. Separación del cristiano del mal (vs. 10:14-22). Ya que Dios castigó la idolatría en el Antiguo
Testamento, debemos ciertamente huir de la idolatría en todas sus formas. No debemos
atrevernos a participar en ninguna adoración falsa ya que al tomar la comunión del Señor en fe
nos unimos a Él, así como el Israel del Antiguo Testamento se unió a Dios al participar de los
sacrificios. Además del sacrificio de carne a los ídolos, Pablo trata aquí el asunto de los demonios
y su influencia. En aquel tiempo se creía que los malos espíritus eran comunes. Pablo dijo que el
poder demoníaco estaba presente en las formas de adoración a los ídolos. No podemos estar
unidos al Señor y también a los demonios. No podemos tener comunión con ambos al mismo
tiempo y por eso, no podemos beber de ambas copas pues simbolizan comunión. Un cristiano no
puede participar en algo que degrade al Señor, empequeñezca el testimonio, o sea reprobado por
Dios.

C. La libertad cristiana y la gloria de Dios (vs. 10:23-11:1). Aquí el apóstol resume su enseñanza
sobre la carne ofrecida a los ídolos. Primero, menciona las limitaciones de la libertad. El gran
principio es que debemos limitar voluntariamente nuestra propia libertad de conciencia y acción,
cuando ejercer nuestra libertad puede ofender la conciencia de otra persona. La meta más alta no
es ejercer nuestra libertad sino glorificar a Dios. Dios no recibe gloria si ofendemos a otro; la
recibe si ayudamos al otro. Segundo, da una aplicación de esa libertad. En el caso de los judíos
deben ser ejemplo y mostrar interés en el bienestar de quienes siguen falsas religiones que abusan
y malinterpretan la verdad. En el caso de los gentiles, deben buscar todas las formas posibles de
ganarlos para Cristo. En el caso de los miembros de la iglesia, Pablo dice que su vida está siempre
bajo escrutinio. Debemos poder decir como Pablo: “Sed imitadores míos, así como yo lo soy de
Cristo”. Este concepto es muy importante. A veces los padres de familia les dicen a sus hijos: “No
hagas lo que hago, sino lo que digo”. Pero lo que Pablo dice aquí es: “Haz lo que hago, imítame
como yo imito a Cristo”. Si dejo de imitar a Cristo, o si lo que hago no es lo que Cristo manda,
entonces no me deben imitar ciegamente sólo porque yo diga que “soy de Cristo”.

Otra pregunta que se le hizo a Pablo fue sobre el orden correcto en la adoración. Pablo dijo que la
adoración en la iglesia debía hacerse con decencia y tomando en cuenta a todos.

II. El orden correcto en la adoración (vs. 11:2-34)

Pablo estaba preocupado por la conducta de las mujeres durante la adoración pública. Para él era
apropiado que tanto hombres como mujeres siguieran las costumbres de ese entonces para la
adoración, expresando apropiadamente las diferencias que Dios había hecho entre ellos. Ambos

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 85
grupos debían recordar que dependían unos de otros y todos habían recibido bendiciones. Los
corintios habían puesto en práctica muchas de las tradiciones que Pablo les había enseñado. Pero
ahora él los corrige en aquellas donde se habían desviado. Luego de que Pablo se fuera, algunas
mujeres de la iglesia de Corinto se envalentonaron y empezaron a predicar y orar en la iglesia,
siguiendo un estilo masculino, con la cabeza descubierta, de manera que muchas parecían hombres.
Pablo deja en claro que es importante que se distingan los sexos y cómo deben éstos expresarse. Los
usos de la palabra “cabeza” en el versículo 3 indican que cada persona tiene una “cabeza” en un
sentido figurado, es decir, una autoridad superior. Esta autoridad va de abajo hacia arriba—mujer,
hombre, Cristo y Dios el Padre. Dios es la autoridad absoluta. El hombre muestra que Cristo es su
autoridad teniendo la cabeza descubierta, indicando así que no tiene otra autoridad mayor en la tierra.
La mujer, por otro lado, debe cubrirse la cabeza para indicar que tiene una autoridad terrenal—el
hombre. Así como Cristo es plenamente Dios, igual al Padre, así hombre y mujer comparten
igualmente la humanidad. Pablo parte del hecho que tanto hombres como mujeres dirigirán la oración
pública y hablarán de la Palabra de Dios. Según las costumbres de ese tiempo, si un hombre se cubría
la cabeza al dirigir la adoración, negaba el papel que Dios le había dado como hombre y por tanto
deshonraba a su cabeza, Cristo. Por otro lado, si la mujer no se cubría la cabeza negaba el papel que
Dios le había dado y actuaba irrespetuosamente hacia los hombres. La reverencia hacia Cristo y el
respeto de los unos a los otros tienen importancia en todos los tiempos. Ahora bien, es indudable que
la correcta conducta en la adoración adoptará formas distintas en cada época y lugar.

En la Antigua Grecia era una vergüenza que la mujer se rapara la cabeza o llevar el cabello corto,
porque eso la hacía lucir como un hombre. Pablo comenta que si una mujer no se cubría la cabeza en
la adoración pública producía el mismo efecto. En el versículo 15, Pablo explica cómo debe cubrirse la
mujer en la adoración pública, e identifica que su pelo es esa cobertura por lo que si tiene el pelo
largo, es gloria para ella. Pablo les pide que expresen las diferencias entre hombres y mujeres en
formas adecuadas a su propia cultura. Nosotros también debemos expresar esas distinciones en formas
apropiadas para nuestro mundo. Pablo les dice que si surge una desavenencia entre ellos, que recurran
a la práctica común: si otros grupos no permitían que las mujeres oraran o hablaran con la cabeza
cubierta (es decir, con el pelo largo para identificar la diferencia entre los sexos), los corintios debían
seguir ese ejemplo.

En Corinto hubo también problemas en cuanto a la cena del Señor, problemas que amenazaron con
destruir la unidad y el amor cristianos. Era costumbre de la iglesia primitiva celebrar una fiesta de
amor cada semana, donde los creyentes llevaban comida para compartir con los demás. La mesa en
común era una bella expresión de la unidad en Cristo. Se dejaban de lado las clases, las razas y la
posición financiera en la belleza del amor y la unidad en Cristo. Esa profunda comunión superaba las
muchas distinciones de clase del mundo. En Corinto, los creyentes habían permitido que durante la
fiesta reaparecieran las distinciones de clase e incluso sus divisiones. Los pobres eran aislados y los
ricos comían finas porciones. La fiesta generaba división en lugar de lograr la unidad. Pablo reprendió
esto severamente. Al final de esta fiesta, se solía celebrar el sacramento de la cena del Señor. Cabe
destacar aquí que 1ª de Corintios fue escrita antes que los evangelios y por lo tanto, en esta carta está
el primer registro de las palabras pronunciadas por Jesús. Pablo dijo que “había recibido del Señor” lo
que les estaba diciendo. Los hechos que mencionó sobre la cena fueron: (1) Era un recordatorio de la

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 86
muerte de nuestro Señor; (2) era el medio para apropiarse de la presencia de Cristo; (3) era una
ocasión para examinarse a uno mismo y arrepentirse de cualquier pecado cometido; (4) no debía
tomarse ligeramente, sin tener conciencia de su significado; (5) si una persona se juzgaba a sí misma y
se arrepentía, era digna de participar del perdón de Cristo; (6) debía tomarse para avanzar
espiritualmente en el camino de la santidad; y (7) era un anticipo del día en que Cristo regresaría. La
comunión trae a la mente la segunda venida de nuestro Señor.

Algunos de los corintios se emborrachaban en la cena del Señor y algunos comían egoístamente sin
preocuparse por aquellos hermanos que no tenían alimento. Su falta de amor negaba la unidad
cristiana que representa la cena del Señor. Así pues, antes de participar de la cena, una persona debe
examinar su propia condición espiritual y ver si debe arrepentirse de algo o si no está completamente
comprometido con Dios. Si no nos examinamos ni hacemos las correcciones necesarias,
enfrentaremos la disciplina de Dios. El juicio de Dios está sobre nosotros como señal segura de Su
amor por nosotros. Cuando nos corrige, es para alejarnos de la condenación final. Los corintios
debían saciar su hambre en casa y tener consideración por los demás en la iglesia. Pablo enfatizó que
para ser el cuerpo de Cristo y poder participar apropiadamente de la cena del Señor, debían mantener
la unidad.

III. Los dones del Espíritu (vs. 12:1-31)

Los siguientes tres capítulos fueron escritos pensando en los dones espirituales. En la iglesia de
corinto había habido manifestaciones del Espíritu que habían provocado gran entusiasmo y
emocionalismo. Los adivinos griegos, de los cuales había muchos en Corintio, realizaban sus
actividades religiosas con frenéticas emociones. Por tanto, los corintios que se habían convertido al
cristianismo veían con cierto favor aquellos dones que permitieran expresar emoción o
sensacionalismo. Por eso Pablo habla de “los dones mejores” y suplica que haya orden en todas las
cosas. Antes de su conversión, los corintios se dejaban llevar por demonios que controlaban a los
ídolos que adoraban. Pero ahora eran guiados por el Espíritu de Dios. La marca de Su presencia no es
un don espectacular, sino el poder confesar que Jesús es Señor. Así reza el primer credo que se
escribió. Los corintios evidentemente se sentían orgullosos de cómo usaban los dones. Pablo señaló
que había una gran diversidad de dones y ministerios, pero que la unidad del cuerpo la daba el mismo
Espíritu, el mismo Señor y el mismo Dios. Wesley comenta: “Diferentes ríos, pero todos de una
misma naciente.”

El apóstol enfatiza que aunque hay diferentes dones y manifestaciones, todos son dados por el mismo
Espíritu y deben usarse en la unidad de espíritu. Podemos tener diversos dones y expresiones, pero es
por el mismo Espíritu que seguimos unidos en el cuerpo de Cristo. Hay tres funciones diferentes: (1)
diferentes dones, (2) diferentes ministerios y (3) diferentes actividades.

A. Diferentes dones: (1) sabiduría—el conocimiento de Dios mismo; (2) conocimiento—la capacidad
de discernir lo correcto a hacer en un momento y situación dados; (3) fe—un don especial para
lograr resultados sobrenaturales; (4) sanidades—recuperación de una enfermedad, sea
sobrenaturalmente o con la ayuda de doctores y medicina; (5) milagros—el gran poder de Dios

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 87
que supera al poder del diablo; (6) profecía—predicación y no la adivinación del futuro; (7)
discernimiento de espíritus—discernimiento entre la verdad y el error, entre lo artificial y lo real,
entre lo que viene de Dios y lo que viene del hombre o del diablo; (8) lenguas—un don que
permite hablar en una lengua que no se ha aprendido nunca (este don era usado erradamente en
Corintio y estaba produciendo confusión); e (9) interpretación de lenguas—capacidad de una
persona para entender un lenguaje que no ha aprendido nunca.

B. Diferentes ministerios: oportunidades para servir en los distintos puestos de la iglesia.

C. Diferentes actividades: manifestaciones y resultados de los dones espirituales.

En los versículos 13 a 31, Pablo da una de las más bellas imágenes de la unidad de la Iglesia de Dios.
Usa la imagen del cuerpo repetidamente en varias epístolas como una maravillosa representación tanto
de la diversidad como de la unidad por el Espíritu Santo. De acuerdo con la voluntad y plan perfectos
de Dios, Él distribuye por Su Espíritu Santo distintos dones a los diferentes miembros de la Iglesia
para que se logren Sus propósitos. Si todos tuvieran la misma función, el cuerpo no podría realizar sus
tareas. En forma similar, la diversidad de dones dentro del cuerpo de Cristo es algo necesario para el
bien de la Iglesia.

IV. El excelente camino del amor (vs. 13:1-13)

La iglesia de Corinto estaba confundida en cuanto a la importancia de los dones espirituales. Pablo
escribió este bello salmo de amor para mostrarles la superlativa importancia del amor divino. Este es
uno de los capítulos más importantes de toda la Biblia y es una cura eficaz para las carnalidades de
cualquier iglesia. Pablo hace una lista de las cosas que eran muy exaltadas en Grecia, particularmente
en la iglesia de Corinto. Había lenguas, las cuales propiciaban un despliegue emocional que le daba
fama al hablante de las lenguas. También estaba presente el don de la profecía (predicación). Pablo
dice que nada de esto tiene valor sin el amor. El amor es mayor que la fe y la fe nos lleva a Dios, que
es Amor. El amor es mayor que la caridad o la benevolencia. La persona puede hacer sacrificios
personales hasta el punto del martirio, pero lo puede hacer lleno de orgullo y vanidad. Si el sacrificio
personal no está motivado por el amor, es vano.

El amor, como los rayos del sol, se desdobla en muchos colores para presentar un glorioso cuadro de
gracias—paciencia, bondad, generosidad, humildad, cortesía, desprendimiento, buen humor, candidez
(lento para creer el mal en los demás), sinceridad y confianza. El amor es el mayor bien que hay. Es
absolutamente permanente y durará para siempre. Es absolutamente completo. Nos llevará a la
realidad plena y revelada de Dios. El amor es absolutamente supremo y es mayor incluso que la fe y la
esperanza.

V. El orden al usar los dones en la iglesia (vs. 14: l-40)

En Corinto gustaban de las manifestaciones sensacionalistas y emocionales. Por tanto, el don de


lenguas era particularmente popular. Había algunos que creían que el don de lenguas en Corinto era

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 88
diferente de cualquier otro don en el Nuevo Testamento. Creían que era una expresión que ni el
hablante ni el oyente podían entender, salvo que hubiera presente un intérprete. Es nuestra firme
creencia que sólo hay un don de lenguas y es el de un lenguaje definido. Pablo había dejado claro que
el don más importante de Dios era el perfecto amor. Cuando Dios les hablaba a los hombres, siempre
usaba las lenguas de los hombres. No había indicación de que fuera necesario una lengua celestial para
que el hombre se comunicara con Dios. El propósito mismo de una lengua era generar comprensión y
si no era entendida, entonces era mejor no hablarla. Pablo insiste en que no debe hablarse una lengua
si ésta no se puede entender, o si el hablante mismo no entiende lo que dice. Pablo muestra lo infantil
que es hablar cosas desconocidas y provocar desorden en la iglesia. En Corinto, la gente tenían éste y
otros dones, pero seguían siendo carnales, infantiles, pleiteros y faltos del amor divino. Ciertamente
eso no evidenciaba una espiritualidad avanzada. El don de lenguas tenía como fin ser señal para los
incrédulos, pero al ser utilizado erradamente no lograba este fin. El día de Pentecostés, la gente
escuchó de “las maravillosas obras de Dios” en sus propias lenguas, lo cual hizo que despertaran y se
alarmaran, viendo que Dios mismo había intervenido con un milagro. El peso del mensaje de Pablo en
esta parte no es exaltar el hablar palabras desconocidas, sino condenarlas como inútiles. En el
versículo 23 dice que hablar en lenguas desconocidas a los que no las han aprendido es necedad y la
respuesta no será convicción, sino disgusto.

Luego de esto, Pablo habla sobre la conducta desordenada en los cultos. Mostró que era necesario
tener libertad en el Espíritu y usar Sus dones pero que debía mantenerse el orden. Debía haber
decencia, ya que las inmoralidades e indecencias del mundo no tienen cabida en la sociedad de los
redimidos. También debía haber orden. El apóstol confiaba en que el Espíritu de Dios obraría en la
iglesia donde los hombres se sujetaran a Él. Reprendió la tendencia de algunos de imponer sus ideas y
programas en la iglesia, con lo cual provocaban desorden. Nuestra meta jamás debe ser tener una gran
asamblea de adoradores pasivos y formales. Debemos aspirar a la edificación espiritual y a que los
pecadores se arrepientan y conviertan.

VI. El triunfo de la resurrección de Cristo (vs. 15:1-58)

En Corinto imperaban tres grandes filosofías en aquel tiempo: el epicureismo, el estoicismo y el


platonismo. Hay rastros de al menos dos de estas corrientes en este capítulo. Algunos creyentes en
Corinto habían aceptado algunas de sus enseñanzas y creían que no había resurrección de los muertos.
Entonces, Pablo hace aquí la presentación de la resurrección más profunda y emotiva que exista en
toda la Biblia. Los creyentes no decían que Cristo no había resucitado, sino que el ser humano no
podía resucitar de entre los muertos. Pablo refuta esto, iniciando con el evangelio y la resurrección de
Cristo para afirmar la resurrección de los seres humanos.

Da tres pruebas de la resurrección de Cristo: (1) La predicación del evangelio y sus efectos; (2) el
contenido del evangelio de Pablo y (3) las infalibles pruebas que muchos han visto. Pablo afirma que él
ha predicado el evangelio, el cual ellos han recibido, sobre el cual están firmes y por el cual han sido
salvados. En cuanto al evangelio Pablo muestra que el evangelio que les ha predicado se centra en la
muerte y resurrección de Cristo. Muchos tenían pruebas infalibles, entre ellos más de quinientas
personas que fueron a Galilea y vieron a Cristo. Los encuentros personales con Pedro, Jacobo y el

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 89
mismo Pablo son de interés particular. La importancia de la resurrección de Cristo era que, de no ser
cierta, entonces Jesús no había resucitado. En cuanto al plan eterno de Dios, Pablo declara
enfáticamente que Cristo ha resucitado y Su resurrección está ligada positivamente a la resurrección
de otros seres humanos. Algunos negaban la resurrección porque no podían comprender cómo podía
algo así ser cierto, así que Pablo se extendió bastante para explicarlo.

La grandiosa seguridad es que cuando suene la trompeta de Dios, los muertos en Cristo resucitarán
primero. Luego los que estén vivos en el momento del regreso de Cristo no pasarán por la muerte.
Pero esta carne y esta sangre no pueden heredar el reino de Dios. Debe haber un cambio. Por tanto, en
un momento, en un abrir y cerrar de ojos (como un veinteavo de segundo), seremos cambiados. Esto
será un milagro de Dios. No lo podremos hacer nosotros. Pablo dijo que él tenía la respuesta a la
muerte. También la tenemos los que creemos en la resurrección y vivimos esperándola. Pablo lanza el
reto contra el maestro de los terrores—la muerte. El pecado hace que temamos la muerte, la cual trae
oscuridad y miedo sobre los que pasan a las sombras desconocidas sin estar preparados ni tener
seguridad. La Ley le da al pecado poder para traer muerte, pero gracias a Dios, Jesús nos ha dado
victoria sobre la esclavitud y la condenación de la Ley. También nos ha dado la victoria de la
resurrección sobre la tumba, así como sobre el pecado, la muerte y el demonio. El amor perfecto nos
capacita para tener valor en lugar de temor del Día del Juicio.

En el versículo 58 Pablo inicia un gran discurso con un “por tanto”. Es la gran conclusión a los
argumentos de toda su carta. Pablo habla de ser constantes a la fidelidad de Dios. Nos llama (1) a
ocuparnos de la obra de Dios; (2) a ser fieles; (3) a ser inmovibles; (4) a tener seguridad de que
nuestra obra no será en vano; y (5) a abundar (hacer más y tener más de lo que es necesario).

El último capítulo de 1ª de Corintios es un resumen con consejos que necesitaban los creyentes de
Corinto. Debían velar, mantenerse firmes en la fe, conducirse varonilmente, ser fuertes y manifestar
amor en todas las cosas. Pablo advierte fuertemente que quienes no muestren amor por el Señor
Jesucristo serán maldecidos. Pablo les envía su amor y una bendición de la gracia de Dios. ¡Qué
amable de su parte después de todas las correcciones que ha incluido en la carta!

Procederemos ahora a estudiar 2ª de Corintios. Aparentemente, los resultados de la primera carta


fueron pocos por lo que Pablo escribió una segunda para intentar nuevamente corregir los problemas.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 90
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 6

1. ¿Cuál fue la conclusión de la enseñanza de Pablo sobre comer carne ofrecida a los ídolos?

2. ¿Por qué usa Pablo tanto las palabras “conocimiento” y “saber” en el primer capítulo de 1ª de
Corintios?

3. ¿Qué quiso decir Pablo con el término “hermano débil”?

4. ¿Cuáles fueron las dos señales por las cuales Pablo afirmó su apostolado?

5. Si vamos a ser líderes en el reino de Dios, ¿qué es lo que debemos comprender y aceptar?

6. ¿Cuáles son los cuatro mensajes que Pablo dio sobre una vida cristiana disciplinada?

7. ¿Cuál es el propósito de la disciplina estricta (1) según San Pablo y (2) según John Wesley?

8. ¿Cuáles son las tres funciones diferentes del cuerpo de Cristo?

9. ¿Cuáles son los nueve dones que se listan?

10. ¿A qué se le llama el Salmo del Amor, por qué fue escrito y cuáles son las diez gracias que tiene el
perfecto amor?

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 91
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
NOTAS DE LA LECCIÓN 7
2ª DE CORINTIOS 1:1-7:16

Hasta los críticos más severos están de acuerdo en que el apóstol Pablo fue el autor de la segunda
epístola a los corintios. Esta segunda carta fue resultado de la primera y la situación que había de
fondo. Aparentemente la primera carta había generado pocos resultados, pero si esta segunda carta
fue escrita por causa de ello no consta en registros. Algunos creen que ésta fue la primera carta.
Parece ser también que quizás Pablo hizo una breve visita que no se registra en Hechos.

Mientras Pablo estaba en Éfeso supo que Tito venía con noticias de la situación en Corinto. Apuró el
paso a Troas para encontrarse con Tito pero no lo halló, así que pasó a Macedonia y allí recibió el
informe de Tito de que la iglesia de Corinto había escuchado el consejo.

En 2ª de Corintios Pablo sigue intentando corregir errores en la práctica, la adoración y la doctrina


que habían surgido en la iglesia corintia. Los principales temas de la carta son la consolación, la gloria,
la generosidad, la reconciliación—todos de Dios y en Cristo. 2ª de Corintios fue escrita por Pablo
desde Macedonia probablemente en el año 56 o 57 d.C., al final de su ministerio de dos o tres años en
Éfeso. Es probable que la carta fuera escrita entre seis meses y un año después de haber escrito la
primera epístola.

La iglesia de Corinto requería un cuidado constante de parte de Pablo. Poco después de fundarla,
envió una carta que se perdió, donde instruía a la iglesia a “no asociarse con personas sexualmente
inmorales”. Más tarde, una delegación de Corinto llegó a Éfeso para pedirle guía a Pablo y volvieron
llevando consigo probablemente la primera carta. Timoteo visitó Corinto y probablemente regresó a
Pablo en Éfeso con las noticias de que había oposición a Pablo y seguía habiendo división en la iglesia.
Pablo hizo una visita “doliente” que no resolvió estos problemas. Luego envió una carta severa por
medio de Tito. Mientras tanto, Pablo fue a Troas a predicar, pero ansioso por saber de Tito, pasó a
Macedonia donde recibió las nuevas gozosas sobre la contrición y arrepentimiento de los corintios.
Inmediatamente envió esta carta reconciliadora conocida como 2ª de Corintios. La envió posiblemente
con Tito, con instrucciones de completar la ofrenda para la iglesia de Jerusalén.

Por tanto, 1ª de Corintios parece ser la segunda carta que les envió a los corintios y 2ª de Corintios, la
cuarta. Algunos han especulado que la primera y tercera cartas son una parte de 2ª de Corintios. Pero
es mucho más factible que ambas cartas se hayan perdido. Probablemente Pablo pasó por Corinto de
nuevo cuando iba camino a Grecia, la provincia de Acaya, donde se ubicaba Corinto.

Al iniciar el estudio de la segunda carta a los corintios, Pablo se presenta como apóstol de Dios. Esto
lo hace para callar la acusación de algunos que insistían que él no era un apóstol. Pablo estaba
preocupado porque falsos apóstoles estaban alejando a los corintios del evangelio. Estaban
aprovechándose egoístamente de ellos afirmando que tenían autoridad apostólica y jactándose de tener
capacidades y logros humanos. Una considerable porción de esta carta tiene esta situación en mente.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 92
Evidentemente, estos hombres eran judaizantes y apoyaban el cristianismo sólo como sistema legal.
Pablo defiende su propia autoridad como apóstol de Dios, haciendo referencia a que lo que Dios ha
hecho por medio de él, especialmente en la conversión de los corintios. Utiliza su autoridad de
fundador para defender el verdadero evangelio. Con todo, el principal propósito de Pablo en la carta
no es la confrontación, sino la reconciliación. Desea presentar a cada hombre y a cada mujer
“completos” delante de Dios.

Pablo habla de la Iglesia de Dios, uno de sus términos favoritos. Visualiza a cada creyente como parte
de una gran casa y familia de Dios, que recibe su nombre no de boca de un ser humano, sino por boca
del Padre. La Iglesia la conforman los santos o santificados. Se ha dicho que “no hay pecadores en
esta iglesia, y no hay santos fuera de ella.”

La carta contiene tres secciones claramente definidas. En los capítulos 1 a 7 Pablo comenta la negativa
de la iglesia de reconocer su autoridad y trata con la franca inmoralidad de uno de sus miembros. Les
habla de cuánto se ha aliviado y gozado de que este asunto se haya resuelto gracias a la obediencia y
arrepentimiento del ofensor. También suplica que sigan reconciliados con él y con Dios. En los
capítulos 8 y 9, Pablo busca motivar a los corintios para que den generosamente a la ofrenda que él
patrocina a favor de los cristianos necesitados de Jerusalén. En los capítulos 10 al 13 habla con los
maestros de Corinto que retan su autoridad y se proclaman falsamente como apóstoles. Defiende su
autoridad como apóstol de Cristo mostrando la forma en que el poder de Dios ha actuado por su
medio. Como Pablo está tan profundamente involucrado en estos asuntos, la carta está llena de
emoción. Podemos escuchar el latido del corazón del apóstol en su preocupación por las jóvenes
iglesias a su cargo.

Las palabras clave de 2ª de Corintios son:

1. “Ministerio”. Usa alguna forma de esta palabra 18 veces. Podemos desglosar el libro como un
estudio del ministerio.

El ministerio del evangelio


a. El ministerio de la reconciliación
b. El ministerio de dar
c. El ministerio del apóstol

2. “Confianza”. Esta palabra y los términos relacionados aparecen en casi todos los capítulos y
permiten realizar un estudio capítulo por capítulo.

La confianza de un ministro
a. Confianza en la influencia de una vida santa (1:12)
b. Confianza en el poder del amor (2:3-4, 8)
c. Confianza en la suficiencia de Dios (3:4-5)
d. Confianza en el poder de la resurrección de Cristo (4:13-14)
e. Confianza en nuestra victoria sobre la muerte (5:6-8)

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 93
f. Confianza en el progreso de la iglesia (7:16)
g. Confianza en el dar del cristiano (8:22; 9:4)
h. Confianza en la victoria sobre los enemigos (10:4)
i. Confianza en la provisión para todas las necesidades (11:9-10, 17)
j. Confianza en la fuerza para las debilidades (12:11)
k. Confianza en la perseverancia personal hasta el final (13:4-6)

I. El ministerio de la reconciliación

La primera parte de 2ª de Corintios trata sobre el ministerio de la reconciliación.

A. Introducción del apóstol (vs. 1:1-11). Luego de saludar, Pablo dice que el sufrir por Cristo
permite experimentar el aliento y poder de la gracia de Dios. Esta experiencia nos permite ser
instrumentos de gracia para otros que sufren. El testimonio personal de Pablo da testimonio de
esta verdad. Porque somos consolados en nuestro sufrimiento, podemos consolar a otros. Si
alguna vez hemos de ser bendición a otros en su dolor, debemos estar dispuestos a sufrir nosotros
mismos y probar la suficiencia de Cristo. Pablo menciona la experiencia que le ha causado mucho
sufrimiento. No sabemos qué era: algo que le había ocurrido en Éfeso, o un aguijón en la carne o
la lucha contra fieras en Éfeso (1ª de Corintios 15:32). Quizás era una enfermedad grave. Sea lo
que haya sido, Pablo creyó que iba a morir, pero frente a la “sentencia de muerte” fe en Dios, una
conciencia limpia y la esperanza de la resurrección que lo llevaría a la presencia inmediata de Dios.
Pablo había recibido el “don” de la oración intercesora y por eso ahora muchos podían dar gracias
por su continuo ministerio. En estos primeros versículos, Pablo también enfrenta la acusación de
algunos que insistían que él no era un apóstol. Camino a Damasco Pablo había visto al Señor
resucitado y había sido llamado a ser un representante especial de Jesucristo para llevarles el
evangelio a los gentiles. Y porque Pablo había recibido esta autoridad por voluntad de Dios, lo
que les escribía a los corintios debía ser aceptado y obedecido.

B. La buena conciencia del apóstol (vs. 1:12-2:4). Debido a obstáculos que Pablo no explica, no
cumplió con la cita que había fijado. Se le acusó de ser veleidoso, porque decía una cosa pero
hacía lo contrario. Con base en ello afirmaban que no podía ser un apóstol. Nosotros también
podemos preguntarnos si es correcto que un cristiano se defienda a sí mismo cuando es atacado.
Jesús calló en varias ocasiones cuando lo acusaron, excepto cuando el ataque fue contra Su
relación con Dios. Así hizo también Pablo. Se defendió no para librarse personalmente sino para
mantener el honor de su puesto. Declaró tener conciencia limpia sobre lo que hacía con una fina
expresión: “sencillez y sinceridad de Dios”. El propósito por el que había ido a ellos no era para
impresionarlos. Partiendo de la verdad de Dios y de la verdad de las promesas de Cristo arguye
que un ministro al que Dios unge debe ser estable y veraz. Afirma que Dios lo ha confirmado a él
en verdad, y él debe ser veraz para darle crédito a Dios. Muestra que su cambio de planes no se
debió a una razón personal ni para su beneficio. Explica que si él los hubiera visitado antes de que
corrigieran el terrible error que había en la iglesia, ellos habrían sufrido porque los habría
disciplinado mucho. Por eso les había dado tiempo para corregir el error antes de ir a ellos. Y
añadió rápidamente que no deseaba “enseñorearse” sobre ellos, sino sólo ayudarlos a alcanzar una

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 94
fuerte fe y mucho gozo en el Señor.

Aunque fue fuerte en su trato con ellos, Pablo estaba quebrantado y dolido por los problemas de
sus hijos en el Señor. Lo mismo debe ocurrirle a cualquier ministro de Cristo. Hay un tiempo en
que es necesario aplicar disciplina, pero ésta debe ir de la mano con la ternura de Cristo.

C. El apóstol pide que se tenga misericordia con el penitente (vs. 2:5-11). Aparentemente la iglesia
había resuelto final y firmemente el caso de incesto y el hermano se había arrepentido en verdad.
Pablo había pedido que se le excomunicara, pero ahora pide que haya perdón y restauración.
Pablo siempre estaba consciente de las artimañas del demonio y de sus planes bien pensados. El
diablo (1) Tienta a los cristianos por medio de los deseos de la carne; (2) cuando el caído se
arrepiente, trata de convencerlo de que caso no tiene esperanza; y (3) trata de que la iglesia sea
demasiado tolerante con el pecado.

D. El continuo triunfo del evangelio (vs. 2:12-17). Pablo esperaba encontrarse con Tito en Troas y
recibir el informe que éste traía desde Corinto. Aunque el Señor abrió la puerta para servir allí y
Pablo deseaba presentar el evangelio, se desilusionó que Tito no hubiera llegado, así que
desaprovechando la oportunidad siguió hacia Macedonia. Las noticias que recibió allá sobre el
progreso en Corinto fueron tan buenas que se sintió victorioso a pesar de su desilusión. En el
versículo 17, Pablo afirma que quienes usan la Palabra de Dios en mala forma, interpretándola
erróneamente, no son dignos de predicar el evangelio de Cristo. Afirma que él es representante de
Dios y hace todas las cosas a la vista de Dios, sin engaño ni secretos.

Cristo es el líder victorioso y estamos unidos a Él en Su victoria, de manera que Su victoria


también es nuestra. Esta victoria del ministerio forma dos grupos distintos: (1) Los que se salvan,
que son los que van delante del general que se solaza en la vida—por causa de la predicación del
evangelio tienen vida eterna y son para la alabanza de Dios; y (2) los que se pierden y mueren, que
son los que van detrás del conquistador—como han rechazado el evangelio son condenados a la
muerte eterna.

E. La recomendación del evangelio (vs. 3:1-5). Pablo acaba de hacer un contraste entre el verdadero
ministro de Cristo verdadero y el falso ministro. Pareciera que se está jactando, a menos que haya
una forma segura de determinar la diferencia. Algunos corintios criticaban que él dijera que era
apóstol. ¿Por qué necesitaba una recomendación para su ministerio? A esto Pablo responde
diciendo que su recomendación y la de cualquiera de ellos no es necesaria en su caso, porque tiene
una más poderosa: la de Dios por medio de Jesucristo. Luego hace una serie de contrastes entre el
antiguo pacto y el nuevo. En esta serie de contrastes, Pablo se regocija por el ministerio del
evangelio. Es confrontado por algunos que deseaban presentar el evangelio bajo la dispensación
legal del Antiguo Testamento, a lo cual él siempre se ha opuesto, insistiendo en que el nuevo
pacto conlleva cierta libertad del antiguo pacto. Pablo no fue un ministro de la letra, sino del
Espíritu.

F. El mejor pacto del evangelio (vs. 3:6-18). Usando una serie de contrastes, el apóstol resalta el

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 95
ministerio del evangelio, insistiendo en que el nuevo pacto nos libera en cierta forma del antiguo.
Él no es un ministro de la letra, sino del Espíritu. Al comparar los dos pactos, Pablo observa que
(1) la ministración del Espíritu es mejor que la de la Ley; (2) el efecto del Espíritu es mejor que el
de la Ley; (3) el objeto de la Ley es externo; (4) la gloria del nuevo pacto por el Espíritu es mayor
y dura más que la de la Ley; (4) la verdad del evangelio hace que el Antiguo Testamento se
comprenda más clara y evidentemente, lo cual no era posible para los judíos porque habían
rechazado al Mesías; y (6) el ministro del evangelio tiene más valor, apertura y libertad que el
ministro de la Ley.

G. El poder del evangelio (vs. 4:1-5:8). Pablo ha mencionado previamente el valor y transparencia
que tiene el ministro del evangelio al hablar. Ahora elabora el tema del poder de la verdad, y da
fuertes argumentos de por qué podemos realizar nuestro trabajo. (1) La verdad no es un invento
de la mente de Pablo; él la ha recibido. (2) La verdad se recomienda a sí misma en la conciencia
del hombre. (3) La vida de Pablo es una demostración de la verdad, la cual también recomienda el
evangelio en la mente de los hombres.

El poder de la resurrección no es sólo del hombre, porque él es una vasija terrenal hecha de barro
que sin embargo contiene un tesoro inestimable. El tesoro es el evangelio, por el cual llega la
revelación de Cristo al corazón de los santificados.

El poder de la fe. La fe de Pablo en Dios, que lo hace estar absolutamente seguro de Su trato fiel
y de Su poder, le da valor para hablar. Aún cuando ha estado al borde de la muerte, aún así ha
tenido completa confianza de que sería librado en la muerte. ¡Del otro lado de la muerte está la
victoria final que compartirá con todos los que haya ganado para Cristo!

El poder de la esperanza. La esperanza de Pablo es que por sus aflicciones y encuentros con la
muerte muchas otras almas sean llevadas a Cristo y por tanto sean presentadas como parte de la
novia de Cristo en el día de la revelación. Por causa de esto muchos alabarán al Señor y el gozo
será más abundante de lo que habría sido. Aunque externamente se notan en Pablo los efectos
cada vez mayores de la aflicción, que lo desgastan y le deterioran el cuerpo, internamente adquiere
fuerza y valor. Nuevamente, esto es por el poder de la resurrección que produce vida espiritual allí
donde opera la muerte, convirtiendo la muerte en vida. Pablo tenía un conocimiento claro de su
bendición futura. Habla de su “casa”, es decir su cuerpo que es un tabernáculo o tienda, con lo
cual indica su condición temporal y cambiante. Barnes y Vincent creen que cuando Pablo habla de
la “habitación celestial” es porque esperaba que Cristo volviera antes de su muerte, de manera que
no pasaría por el proceso de la muerte, sino inmediatamente al estado de un cuerpo eterno
resucitado. Por tanto “lo mortal será absorbido por la vida”. Dios nos ha preparado, por Su gracia,
para gozar de ese estado glorioso toda la eternidad.

H. Los motivos del ministerio del evangelio (vs. 5:9-21). La naturaleza humana nos dice que todas
nuestras acciones tienen un motivo, salvo que se trate de acciones automáticas e inconscientes.
Aquí nos da un fino análisis de las motivaciones del verdadero ministro de Cristo. Primero está el
temor al Señor, es decir, una aprensión sana de no agradarle. Segundo, está el amor a Cristo. La

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 96
frase puede significar tanto el amor de Cristo por nosotros, como el nuestro por Él. Tercero,
somos embajadores de Cristo. Un embajador es el que representa a un gobierno en otro país. La
forma en que actúe y las decisiones que tome reflejarán al gobierno que representa. Igualmente, el
ministro de Cristo no representa sus propios intereses, sino los de Cristo. La forma en que actúe
debe reflejar el carácter de Cristo.

II. El llamado del evangelio (vs. 6:1-7:16)

Es difícil hacer un esquema del tema de esta epístola, porque las ideas se entrecruzan y sobreponen.
Por ejemplo, en el capítulo anterior Pablo les ha hecho diferentes llamados a las personas. En este
capítulo también ofrece otra descripción de los motivos del ministro. Hace una serie de llamados en
estos dos capítulos.

A. El llamado a perseverar en la fe. (1) Quién hace el llamado: El ministro que realiza el trabajo de
Dios y no el propio. (2) Qué es el llamado: “No recibáis en vano la gracia de Dios”. (3) Cuál es la
urgencia del llamado: ahora es el “tiempo aceptable”. (4) El sufrimiento del ministerio: Es de
extrema importancia que la gente persevere y sea fiel hasta el final y por esto un verdadero
ministro sufrirá intensamente antes de darle el ejemplo equivocado a un joven creyente. (5) Las
fuentes del sufrimiento: Son providenciales y externas a la acción directa de los hombres—
aflicciones, necesidades, dolores. La oposición de los hombres son: azotes, prisiones, tumultos.
Los dolores que uno mismo provoca son: trabajos, ayunos, velas. (6) Lo bueno que se vive en el
sufrimiento: Da fuerzas para dar testimonio de la vida de Cristo. Pablo describe sus obras
apostólicas, las cuales lo recomiendan como fiel ministro de Dios que busca servir a otros y no a sí
mismo. Ha sufrido trabajos, velas y ayunos, disciplinas que se auto-impuso para dedicarle más
tiempo al ministerio. Los versículos que siguen describen su carácter moral—pureza, bondad y
amor—que es el resultado de las riquezas que ha recibido por medio de Cristo.

B. El llamado a la santidad (vs. 6:11-7:1). Tras hablar de su gran esfuerzo para hacer su parte y
garantizarles a ellos la victoria, Pablo les hace un llamado ferviente a los corintios a que corrijan
sus defectos. Analiza sus faltas y les da el remedio. Esta porción es un buen estudio sobre la
exigencia de ser santos: (1) El llamado a crecer, (2) el llamado a apartarse y (3) el llamado a ser
santos. El versículo 7:1 es en realidad el cierre del capítulo 6. La condición es “toda
contaminación de carne y espíritu”. Esto retrata vívidamente lo horrible que es el pecado a los ojos
de Dios. Sin importar cuánto barniz le pongan los hombres y cuánto lo toleren, el pecado es
horrible y hórrido a los ojos de Dios. La “suciedad de carne” hace referencia a las expresiones
externas del pecado, sea con el cuerpo o contra él. La “suciedad de espíritu” hace referencia a la
condición interna del pecado con todas sus manifestaciones obvias y sutiles, tales como la codicia,
la lujuria, los celos y cosas parecidas.

El problema aquí es la doble naturaleza del pecado que requiere limpieza. El mandato
“limpiémonos” indica que somos responsables de esa limpieza y que no se trata de una situación
pasiva donde esperamos a que Dios lo haga todo. Nuestra limpieza implica confesarle a Dios las
condiciones contaminantes que están presentes. Implica luego abstenernos de participar y expresar

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 97
cualquier pecado. Refrenarnos de esas expresiones es una forma de purificarnos de la vileza,
aunque la pureza no se logra completamente con sólo la abstinencia. Para la limpieza se requiere
que Dios intervenga, como queda claro en muchas otras partes de la Escritura. El
“perfeccionamiento de la santidad” indica que gracias a los procesos mencionados, la santidad no
sólo es un ideal lejano e irrealizable, sino algo que se puede lograr en la experiencia. Algunos
desean que creamos que la santidad debe ser sólo un anhelo que jamás lograremos. ¡Cuán injusto
sería que se le ordenara al hombre ser santo y se le dieran promesas relacionadas con la santidad,
sabiendo que le es imposible lograrla! La oposición a la doctrina de la santidad proviene en gran
medida de una confusión entre pecado y debilidad. Si se establece bien la diferencia podemos
interpretar éstas y muchas otras porciones de las Escrituras en forma realista, sin en debilitar su
poder.

C. El llamado a mantener la comunión (vs. 7:2-16). La exhortación “admitidnos” hace referencia a


que es necesario ensanchar el corazón para mostrar un afecto adecuado. Pablo deseaba que lo
amaran como él los amaba a ellos—ser correspondidos en amor es siempre el deseo del amor. Sin
embargo, había habido falta de amor. Pablo no había ofendido a nadie, como se le había acusado.
El apóstol desnuda su corazón para que puedan ver sus sentimientos, motivaciones, miedos y
anhelos. ¡Cuán grande era su amor para quienes le habían dado tan poco amor de vuelta! Sin
embargo, Pablo se goza de su progreso. Los versículos 8 a 12 son uno de esos grandes pasajes
doctrinales que Pablo suele insertar a propósito. Este capítulo no es sobre el arrepentimiento; la
gran verdad del verdadero arrepentimiento aparece en relación con las noticias provenientes de
Corinto. Pablo da algunas verdades importantes sobre el arrepentimiento. Hay dos tipos: (1) La
tristeza del mundo—es la tristeza por haber sido descubiertos. Esto no produce ningún beneficio,
sino que aumenta el dolor del culpable. Es un dolor sin esperanza, que hace que muchas personas
incluso se quiten la vida. Tiende a destruir la salud. (2) La tristeza divina—es la tristeza por el
error cometido. Este tipo de tristeza provoca un verdadero arrepentimiento, un alejarse del
pecado. Se revela en la preocupación (rapidez y diligencia para corregir el error mismo), la
aclaración (disculpa o restitución adecuada), la indignación (odio hacia el pecado cometido y
disgusto de cometerlo nuevamente), un deseo vehemente (de quizás remover la causa de la queja
o de ganarse la aprobación de Dios y Pablo), el celo (eliminar la causa de la ofensa), y la venganza
(enfrentar el juicio del ofendido, cumplir con las demandas de lo correcto).

En el versículo 12, Pablo deja en claro que no desea simplemente lidiar con una persona, sino
salvar la iglesia entera. El bienestar del cuerpo de Cristo está por encima de una persona
individual. Esto siempre debe tenerse presente. Hay muchas personas en la iglesia que se atreven a
dañar el cuerpo entero de Cristo por causa de sus deseos o quejas personales, o se niegan a
corregir un error personal. El fin del verdadero arrepentimiento es la salvación. Dolerse por el
pecado produce de inmediato el gozo de la salvación que jamás cesará si una persona se mantiene
en esa dirección. Aunque Pablo estaba genuinamente preocupado tanto por el que había pecado
como por el que había sido ofendido, escribió esta carta principalmente para el bienestar de toda la
iglesia de Corinto. Refuerza el cambio de conducta de los corintios haciéndoles saber que está
feliz por su obediencia y por la reconciliación con Tito. Les asegura que han cumplido con todas
las cosas de las que él se ha jactado ante Tito. Siempre debemos recibir a los mensajeros y la

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 98
Palabra de Dios con reverencia y respeto. Una actitud así siempre hace que Dios nos bendiga, y
aumenta la confianza que los líderes cristianos tienen en los creyentes.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 99
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 7

1. ¿Qué hizo Tito para que Pablo escribiera esta carta?

2. ¿Cuáles fueron las razones para escribir esta carta?

3. ¿Cuál es el tema general de esta epístola y cuáles son las tres divisiones en que se desglosa su
estudio?

4. ¿Cómo describe Pablo la situación en la que ha sido muy consolado por Dios y por qué razón le
ha dado Dios tanto consuelo?

5. ¿Cuál es la base para acusar a Pablo de que no ha mantenido su palabra?

6. ¿Cómo explica Pablo el por qué no cumplió lo que para ellos era una promesa?

7. ¿Cuáles contrastes entre el nuevo pacto y el antiguo da Pablo en el capítulo 3?

8. ¿Cuál fue la base para que Pablo hiciera la pregunta: “Para estas cosas, quién es suficiente”?

9. ¿Cuáles son las cuatro fuentes del poder del evangelio que Pablo da en los capítulos 4 y 5?

10. ¿Cuáles tres motivaciones tiene el verdadero ministro de Cristo?

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 100
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
NOTAS DE LA LECCIÓN 8
2ª DE CORINTIOS 8:1-13:14

El acto cristiano de ofrendar

Los capítulos 8 y 9 tratan sobre el acto cristiano de dar. Después de que la iglesia en Jerusalén
ofrendó mucho en el Día de Pentecostés, experimentó hambruna y tuvo gran necesidad. Una de las
primeras tareas de Pablo como ministro fue llevar ofrendas de otras partes para suplir la necesidad de
los santos de Jerusalén. Y cumplió fielmente con esta responsabilidad. La iglesia corintia se había
comprometido a compartir en la ofrenda, pero no lo había hecho. A fin de renovar el interés en
recoger ofrendas para los santos empobrecidos de Jerusalén, Pablo pone de ejemplo a las iglesias de
Macedonia (Filipos, Tesalónica y Berea). En medio de la persecución y de la pobreza personal, estas
iglesias habían ofrendado abundantemente, incluso más allá de sus posibilidades, porque se habían
entregado completamente a Cristo. Habían dado más de lo que Pablo creía que debían dar, pero se
sentía felices de hacerlo porque estaban completamente entregadas a Dios. Pablo declara aquí lo que
repite muchas veces: que una ofrenda de este tipo es una gracia de Dios. Ciertamente no es natural
dar dinero, especialmente si también se padece pobreza y aflicción. George Sweeting dijo: “Para los
creyentes de Macedonia, ofrendar no era un quehacer, sino un reto; no era una carga, sino una
bendición. Dar no era algo que debía evitarse, sino un privilegio que debía desearse.”

Pablo les pidió a los corintios que ofrendaran con base en las siguientes verdades: (1) los macedonios
habían ofrendado (vs. 1-8); (2) Cristo había ofrendado (v. 9) y era el máximo ejemplo de la gracia
del dar; (3) ellos mismos habían empezado a levantar una ofrenda, pero no la habían completado (vs.
10-12, 9:2; 1ª de Corintios 16:1-4); (4) como otros necesitaban esa ofrenda ellos debían ser sensibles y
estar dispuestos a compartir (vs. 13-15), (5) Pablo se había jactado ante los macedonios de que ellos
ofrendaban y sería embarazoso que los macedonios dieran más que los corintios; (6) se esperaba que
una ofrenda abundante produjera una mayor comunión entre los gentiles y los judíos de Jerusalén.

Los principios cristianos del ofrendar. Hay seis principios cristianos para ofrendar: (1) Es una gracia
dada por Dios que refleja la misma gracia de Cristo en Su encarnación. (2) El acto cristiano de
ofrendar no determina la cantidad que debemos dar. (3) El compartir dentro del cuerpo de Cristo
debe ir acorde a la necesidad. (4) El dinero de la caridad debe ser manejado sabiamente y con total
honestidad, “delante de Dios y de los hombres” (v. 8:21). (5) Ningún hombre es menos por ser
generoso (vs. 9:6-11). (6) Tanto la gracia para dar como las recompensas por hacerlo provienen de
Dios.

El ministerio del apóstol (caps. 10-13)

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 101
Después de concluir con una nota de gozo su comentario sobre la ofrenda, Pablo pasa a responder
las preguntas escabrosas que han surgido en Corinto en cuanto a su ministerio. Quizás el grupo que
las estaba haciendo era pequeño, pero él siente la necesidad de hablar sobre eso. Hasta este punto, su
carta ha estado llena de gracia y ternura, y lo sigue siendo hasta el final, incluso cuando se dirige a las
acusaciones y críticas que le han hecho a él.

En 2ª Corintios 10:1-18, Pablo responde a ciertas críticas hechas por una o más personas de Corinto.
Aunque no tenemos registro directo esas críticas, sabemos en general de qué trataban:

(1) Los enemigos de Pablo afirmaban que el apóstol era osado cuando no estaba entre ellos, pero
que débil cuando estaba en su presencia. Que hacía fuertes reproches en sus cartas, pero no tenía
el valor de hacerlos cuando estaba frente a ellos. Pablo contesta que esto lo hace deliberadamente
para no tener que emplear métodos fuertes cuando llegue personalmente a Corinto.

(2) Lo acusaban de “caminar según la carne” (v. 10:2). Esta acusación era grave pues negaba su
puesto apostólico y la misión encomendada por Dios. Debía contestar esta acusación salvar el
puesto que Dios había ordenado, y para honrar a Cristo.

(3) Lo acusaban de no pertenecer a Cristo en la misma manera en que ellos, sus acusadores, lo
estaban (v. 10:7). Quizás se referían al pasado de Pablo cuando había perseguido a los cristianos.
Pablo responde a esta acusación en los versículos 8 a 18 donde valientemente afirma la autoridad
que el Señor le ha dado. Desea que sepan que la fuerza de sus cartas está respaldada por una
autoridad real y no por meras palabras.

(4) Lo acusaban de que en persona era débil y su palabra era despreciable (v. 10:10). Pablo no
contesta esta acusación pues es personal, y si lo hubiera hecho habría sido en defensa de su
propio honor. Lo que sí contesta son las acusaciones donde se compromete el nombre del Señor.
William Barclay nos dice que en Los hechos de Pablo y Tecla—un libro escrito alrededor del año
200 de la era cristiana—se describe a Pablo como “un hombre bajito, con poco pelo en la
cabeza, de piernas encorvadas, buena condición física, cejijunto y una nariz un poco aguileña,
lleno de gracia, que a veces parecía hombre y a veces tenía el rostro de un ángel”. Cualquiera
que fueran sus defectos o su apariencia personal, Pablo era un gran hombre en el Espíritu
cuando predicaba. Mucho le debemos a su ministerio.

En el capítulo 10, Pablo vuelve al tema de esta epístola, que es la defensa de su apostolado. Su lucha
no es carnal, sino espiritual. Es un esclavo enamorado de Cristo y se siente orgulloso de serlo.

El oficio de apóstol (vs. 11:1-12:13)

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 102
El capítulo 11 nos da mucha luz pues revela el poder y las artimañas de Satanás, que siempre son las
mismas. Uno de los métodos del diablo es plantar semillas de duda y desunión. Estaba detrás de los
engañadores que enseñaban cosas erradas entre los corintios. Era el instigador de la queja y el
prejuicio que Pablo tuvo que enfrentar. Sin importar cuán reales parezcan los falsos maestros, su
inspiración es satánica. Aunque Pablo sabía que era necesario hablar bien de sí mismo, aún así le
parecía de mal gusto. Sus sufrimientos, su devoción a los convertidos y sus muchos peligros
probaban que era un verdadero apóstol. Parecería extraño que habiendo reprochado a los críticos de
Corinto por jactarse, Pablo ahora alardee de sí mismo. Lo justifica básicamente por dos razones: (1)
Siente celo por los cristianos de Corinto y (2) no desea que sean seducidos y corrompidos por el
coqueteo y la tentación espirituales de los falsos maestros (los judaizantes) que estaban siendo usados
por Satanás. Estos falsos maestros mezclaban verdad con error y por ello la tentación era más sutil.

Pablo defiende su apostolado. Por sus grandes destrezas para la oratoria, Pablo ocupaba un alto
puesto en la jerarquía apostólica. Sabía tanto del evangelio de Cristo como el más importante de los
apóstoles. No había recibido su conocimiento del evangelio “de segunda mano” sino directamente
por revelación de Cristo. Su conocimiento de la verdad respaldaba su apostolado. Contrario a su
política normal, Pablo deseaba que los corintios lo compararan a él y a su ministerio con el de los
judaizantes. Al establecer quiénes eran sus ancestros y cuáles habían sido sus persecuciones, Pablo
demostró que los falsos maestros no le llegaban a los talones. Indicó que las iglesias no habían ido a
los falsos maestros en busca de ayuda, sino que más bien lo habían buscado a él.

Al parecer, los enemigos de Pablo habían dicho que como no recibía ofrendas sino que se ganaba el
sustento por sí mismo, no podía ser apóstol. Pablo tenía derecho de recibir apoyo financiero de
Corinto, pero lo había dejado de lado y se había sacrificado por ellos por causa del amor. Pablo sabía
que si hubiera recibido buenas ofrendas de Corinto, esos mismos críticos lo hubieran criticado
también por eso.

Pablo enumera sus sufrimientos como prueba de su apostolado. Pide disculpas por hablar de sus
logros en la carne, pero como ellos desean este nivel de explicación, deberá nuevamente ponerse a su
nivel y procurar convencerlos de que él es auténtico, no sólo para su propio bien, sino para el bien
del ministerio de Cristo entre ellos.

Pablo da una lista de sus credenciales (vs. 22-23). Evidentemente, los críticos se jactaban de tener
mejores credenciales que Pablo. Se sentían superiores al apóstol en su derecho al apostolado. Pero
Pablo les responde que era un hebreo genuino, de la tribu de Benjamín. Era israelita. Era del
verdadero pueblo de Dios. Era de la simiente de Abraham. Tenía tanto derecho de alabarse por sus
orígenes como cualquiera. Era ministro de Cristo y mucho más activo que cualquiera de sus críticos
o que cualquier otro apóstol. Debemos agradecerle a Pablo que haya hablado así de sí mismo,
porque de lo contrario nunca habríamos sabido todos esos hechos.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 103
Pablo hace una lista de sus sufrimientos como otra prueba de su apostolado. Esto no tiene paralelo
en ninguna otra parte. Fue por el amor de Cristo que lo constreñía que participó en los sufrimientos
del Señor. Por él pudo llegar a tener una relación rica y creciente con Cristo. Había sido azotado
cinco veces y molido a palos tres, había sido apedreado, había naufragado tres veces, con frecuencia
había estado en peligro en sus viajes a causa de los ríos crecidos, los ladrones, los judíos, los gentiles,
las turbas citadinas, los peligros de las zonas aisladas, los viajes tormentosos, los falsos hermanos; se
había cansado por la dura labor, las frecuentes noches de oración, el hambre, la sed y los muchos
ayunos; había padecido frío por no tener suficiente ropa; y además tenía sobre sí la aplastante carga
de ansiedad por todas sus iglesias. Tal fue la vida de Pablo, el apóstol de los gentiles. Sólo esperamos
que los críticos callaran por completo cuando se hizo la lectura de esta carta en Corinto. La lista de
sufrimientos la hizo al inicio de su ministerio, así que no incluye los sufrimientos posteriores, entre
ellos el naufragio cuando iba a Roma ni su encarcelamiento en Cesarea y Roma.

Incluso luego de sufrir tanto por Cristo, Pablo habla de un “aguijón en la carne”. No sabemos qué
clase de aguijón era. Entre otras cosas, se ha sugerido que refiere a una mala visión, a ataques severos
de malaria o a epilepsia. Quizás no lo identificó a propósito. Aunque Pablo había orado tres veces
para ser librado de él, la respuesta de Dios fue más gracia para soportarlo. De esto aprendemos que
la voluntad de Dios no siempre incluye realizar una sanidad milagrosa. Pablo halló que tenía
suficiente gracia para soportar el agotamiento físico, el dolor, la oposición y la calumnia.

A Pablo le disgustaba de tener que defender su ministerio. Sin embargo, puso su sentimiento
personal a un lado y mencionó las pruebas de su apostolado. Primeramente, está su paciencia. Ha
manifestado una admirable paciencia para seguir adelante pese a las muchas y extremas dificultades.
Segundo, ha hecho señales, maravillas y actos portentosos. Las señales son eventos milagrosos que
sirven de credencial para quienes las realizan. Las maravillas son eventos milagrosos relacionados con
el efecto que causan en el observador. Y los actos portentosos son eventos que dejan ver la fuente de
poder que los respaldan. Y en tercer lugar, menciona la influencia que ha tenido su ministerio. La
misma iglesia de Corinto es prueba de su apostolado.

Pablo anuncia luego su propósito de ir a Corinto nuevamente. La mención en los capítulos 12 y 13:1
de que se trata de “una tercera vez” tiene que ver con su intención de ir y no implica que en verdad
haya ido. Y aunque él merecía que le dieran apoyo financiero, de nuevo deja en claro que no desea
dinero de ellos porque no quiere ser una carga.

En 2ª de Corintios 13:1-4 Pablo indica lo que hará antes de ir a ellos: una estricta investigación y que
no omitirá nada cuando llegue. No permitirá las habladurías sueltas e irresponsables ni las
acusaciones infundadas. Se descubrirán los hechos y resolverán los asuntos. Los corintios habían
examinado a Pablo para ver si tenía autoridad. Así que Pablo les dice que, si es necesario, él mostrará
la fuerza de su autoridad cuando llegue. Ellos deben examinarse y probarse; no deben hacer el mal; y
deben tratar de ser perfectos. Esta perfección aplica tanto a cada uno individualmente, como por

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 104
medio de ellos, a toda la iglesia.

En su conclusión y despedida en los versículos 11 a 14, Pablo añade que espera lo mejor para ellos y
les menciona algunos de los frutos del Espíritu de los cuales tienen mucha necesidad. Son gracias que
deben ser perfeccionadas por la gracia interna de la santidad—ser perfectos, ser de consolación, ser de
una sola mente, vivir en paz. El consuelo es la gracia con la cual inicia la epístola. Una misma mente
es imposible si los corazones son carnales. La paz es un fruto que se perfecciona en la santificación.

A pesar de lo que ha debido decir, Pablo se despide con mucha ternura. La bendición es una oración
elocuente que sin lugar a dudas muestra la santa trinidad de Dios. Muestra también un atributo
particular o actividad de cada persona de la Trinidad. El término “comunión” indica que ese acto en
el cuerpo de Cristo es una obra especial del Espíritu Santo. Notemos que se trata de comunión “del”
el Espíritu, no “con” el Espíritu. “La gracia del Señor Jesucristo y el amor de Dios, y la comunión
del Espíritu Santo sean con todos ustedes. Amén.”

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 105
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 8

1. ¿Qué argumentos usó Pablo para instar a los corintios a ofrendar?

2. ¿Cuáles son los seis principios que Pablo da para ofrendar?

3. ¿Cuáles acusaciones injustas habían hecho contra Pablo y cómo las contestó él?

4. ¿Por qué razón se alabó Pablo a sí mismo, siendo que él les había dicho a otros que eso no se
debía hacer?

5. ¿Por qué motivo dio Pablo una lista de sus sufrimientos?

6. ¿Cuál era el aguijón en la carne de Pablo y cómo se relacionaba con sus visiones?

7. ¿Cuáles son las tres pruebas del apostolado que se mencionan en el capítulo 12?

8. ¿Qué acción dijo Pablo que tomaría cuando llegara a Corinto?

9. ¿Cuáles frutos del Espíritu les recomienda Pablo en su despedida?

10. ¿Cuáles son los atributos particulares que Pablo da en su bendición sobre cada Persona de la
Trinidad?

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 106
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
NOTAS DE LA LECCIÓN 9
GÁLATAS

El libro que fue escrito para “las iglesias de Galacia”, es una de cuatro grandes epístolas escritas por el
apóstol Pablo. La fecha de este libro depende de cuál perspectiva se tome como la correcta—la de los
que vivían al norte de Galacia o la de los que vivían al sur. De acuerdo con la perspectiva del sur (que
defienden muchos estudiosos), Pablo escribió Gálatas después de su primer viaje misionero y antes del
Concilio de Jerusalén. (Algunos creen que Gálatas fue escrito después del segundo viaje misionero y
que lo escribió antes de que se realizara el Concilio de Jerusalén en el año 49. Si es así, el año de la
epístola fue el año 48.) La epístola de Santiago (45 d.C.) es quizás el único otro libro del Nuevo
Testamento que precede a Gálatas. Pablo no sólo fue un misionero sobresaliente, sino también un gran
teólogo. Sus epístolas son la mayor fuente de nuestra teología cristiana. Su contribución a la
propagación, organización y adoctrinamiento de la Iglesia cristiana está más allá de toda duda.
Aunque hay mucha doctrina en las cartas a los corintios, la mayor parte de ella se centra en la
discusión de problemas prácticos y personales. La carta más doctrinal de las epístolas paulinas es
Romanos. Sin embargo, Gálatas tiene el mismo tema: la justificación por la fe. Esta carta, con buena
razón, ha sido llamada el Decreto de los Derechos de la Vida Cristiana, la Carta Magna de la Libertad
Cristiana y la Proclamación de Nuestra Emancipación—emancipación de toda forma de legalismo y
esclavitud en la experiencia cristiana.3

La ubicación de las iglesias de Galacia ha sido motivo de una larga discusión. La primera oposición
que hallaron los cristianos de Galacia luego de su conversión fue la persecución de los judíos no
creyentes en sus pueblos de origen. Aparentemente, vencieron los ataques por lo que Satanás cambió
de estrategia usando a cristianos judíos (probablemente de Jerusalén) que confundieran con preguntas
a estos jóvenes creyentes.4 El fin de la carta fue, entonces, advertir a los recién convertidos sobre los
“judaizantes” que estaban tratando de nuevo de sujetarlos a la Ley de Moisés. Los judaizantes decían
que no habían escuchado el evangelio completo. Enseñaban que la salvación venía (1) por tener fe en
Cristo y, además, (2) por participar en las ceremonias judías (como por ejemplo, la circuncisión). En
otras palabras, los gentiles de Galacia no se salvaban si no se hacían judíos también. Pablo escribió
esta carta para magnificar la gracia de Dios en la salvación y para explicar la libertad del pueblo de
Dios por causa de esa gracia. Los judaizantes no deseaban que los cristianos dejaran a Cristo, sino que
incluyeran los rituales judíos para hacer una versión mejorada del cristianismo. Muchos de los gálatas
convertidos se habían alejado de la gran doctrina paulina de la justificación y habían vuelto a caer en el
sensualismo y libertinaje, bajo el disfraz de libertad cristiana.5 Pablo vio cuán peligroso era eso y

3
Una aventura por la Biblia, de Ray C. Stedman, pág. 596.

4
Estudio del Nuevo Testamento, de Irving L. Jensen, pág. 297.

5
Todos los libros y capítulos de la Biblia, del Dr. Herbert Lockyer, pág. 263.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 107
escribe con gran fuerza para oponerse. Los falsos maestros estaban atacando su autoridad apostólica y
por tanto, la autoridad del evangelio que predicaba. Pablo escribió esta carta para magnificar la gracia
de Dios en la salvación y explicarles a las personas cuál es la libertad de Dios que tenemos por ella. La
carta inicia con una afirmación personal, donde Pablo explica cómo Dios lo liberó de la esclavitud por
la fe en Jesucristo. Luego da una explicación doctrinal y muestra la relación entre ley y gracia. Cierra
con una aplicación práctica que nos dice cómo disfrutar la gracia y la libertad en nuestra vida diaria.
Nos da una serie de contrastes—la gracia frente a la ley, la fe frente a las obras, y la libertad frente al
libertinaje.

La libertad cristiana es libertad para ser todo lo que se puede ser en Jesucristo, no una licencia para
hacer lo que se desee. La peor esclavitud que uno puede experimentar es vivir para uno mismo
cediendo a los deseos de la vieja naturaleza. San Francisco de Sales escribió: “Tenemos libertad para
hacer lo bueno o lo malo, pero escoger hacer lo malo no es usar nuestra libertad, sino abusar de ella.”
Cristo no nos libertó para que fuéramos de nosotros mismos. Nos libertó para que fuéramos Suyos
solamente.6

El contenido de los seis capítulos de Gálatas se dividen en cinco secciones: (1) Una breve introducción
a la carta (vs. 1:1-5); (2) Una defensa de las calidades de Pablo para ser apóstol (vs. 1:11-2:21), (3)
una cuidadosa diferenciación entre la salvación por fe y la salvación por las obras de la Ley (vs. 3:1-
4:20); (4) un ejemplo para el evangelio de la libertad cristiana que se logra caminando en el Espíritu
(vs. 4:21-5:26); y (5) una última sección donde Pablo llama a los gálatas a trabajar el evangelio de
libertad en sus propias vidas, vanagloriándose en la cruz y sólo en la cruz (vs. 6:1-18).7

El propósito de Pablo al escribir Gálatas fue hacer una exhortación de tres partes: (1) a los gálatas por
haberse apartado del evangelio; (2) a los falsos maestros por cometer grave herejía; y (3) a los que
creen que Pablo “agrada a los hombres”.8

Normalmente Pablo iniciaba sus cartas con un saludo, seguido de algún tipo de alabanza. En esta
carta, sin embargo, no hay alabanza. Pablo es muy serio en esta carta, porque lo que los gálatas han
planeado es extremadamente peligroso y él espera detener la apostasía que ha brotado en el grupo.
Los falsos maestros habían corrompido el verdadero evangelio haciéndolo algo que no era evangelio
del todo. Pablo les dice que no pueden seguir un evangelio falso y estar vivos en Cristo al mismo
tiempo—deben escoger una cosa o la otra. Entonces, al tiempo que los reprende porque algunos dicen
que él desea “agradar a los hombres”, afirma que debe haber una razón para hacer esa acusación. En
ciertas ocasiones, Pablo había seguido costumbres y rituales judíos para evitar antagonizar a los judíos
no creyentes. Pero en otros momentos había reprendido a quienes seguían las ceremonias judías.
Evidentemente lo habían acusado de cambiar su postura de acuerdo con las personas con quienes

6
Rápida referencia de Nelson, Comentario bíblico capítulo por capítulo, de Warren W. Wiersbe, pág. 766

7
La Biblia Wesley, La Epístola de Pablo a los Gálatas, Contenido, pág. 1761.

8
El Dr. Yocum enseña sobre las epístolas de Pablo, pág. 206.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 108
estuviera, a fin de ser popular en cada grupo. Sin embargo, a esta acusación Pablo respondió
fuertemente que sería imposible servir a Dios con motivos tan mezclados y que su vida era una amplia
prueba de su lealtad.

Los falsos maestros atacaron a Pablo y negaron su autoridad apostólica. Sin embargo, en el mismo
primer versículo del capítulo uno, Pablo declara el origen divino y la autoridad de su apostolado. La
respuesta de Pablo a los judaizantes de su tiempo y también a los liberales modernos de nuestros días
que lo acusan de corromper el evangelio simple de Jesús con sus propias opiniones teológicas
especulativas, se encuentra en Gálatas 1:11-12. Allí dice que su capacitación no lo ha llevado a este
evangelio, porque si lo hubiera hecho, en realidad se habría convertido en un fiero oponente del
evangelio. Fue la revelación personal de Cristo la que hizo que él se volviera completamente de sus
caminos y comenzara a predicar el evangelio tal como le había sido dado.9

Pablo señala que su evangelio no viene de hombres. En el capítulo dos afirma que su evangelio tiene la
aprobación de los otros apóstoles. Lo ha recibido por autoridad apostólica y los demás apóstoles lo
respaldan. Cuando Pablo fue al Concilio de Jerusalén (unos quince años después de su conversión),
los líderes de la iglesia de Jerusalén—Santiago, Pedro y Juan—reconocieron que Dios le había
encargado a Pablo evangelizar a los gentiles, así como le había encargado a Pedro evangelizar a los
judíos. Pablo entonces les asesta un fuerte golpe a los judaizantes cuando narra la ocasión en que
reprendió a Pedro en público por su actitud sectaria en Antioquía. ¡Ciertamente Pedro no estaba
investido de infalibilidad en ese tiempo!

En la reunión en Jerusalén se armó una intensa discusión sobre la aceptación de Tito. Pablo había
traído consigo a Tito, que era gentil y no había sido circuncidado. Dondequiera que Pablo iba en su
ministerio, liberaba a las personas de los decretos, lo cual equivalía a darles una especie de carta de
liberación. Les decía gentiles que no tenían que someterse a la circuncisión para ser salvos y que no
estaban obligados a guardar la ley ceremonial.10 Sin embargo, a la reunión en Jerusalén asistieron
algunos “falsos hermanos”, sin duda judaizantes, que insistieron en que Tito, particularmente, se
circuncidara. Aparentemente algunos los líderes de Jerusalén querían que Pablo cediera en este caso a
fin de tener paz, pero el apóstol vio en este asunto que estaba en juego toda la libertad del evangelio:
el que los hombres podían ser salvos sin volverse judíos ni someterse a las leyes ceremoniales del
judaísmo. Por tanto, con paciencia Pablo impidió que Tito fuera circuncidado y la asamblea llegó a
aceptar su posición. La decisión del Concilio de Jerusalén garantizó que los gentiles podían ser salvos
sin ser judíos.

Los apóstoles reconocían que Pablo tenía un ministerio entre los gentiles dado por Dios. Los tres
apóstoles principales—Pedro, Santiago y Juan—“le dieron la diestra en señal de compañerismo”. Esto
implicaba algo más que una mera amistad pues selló una especie de pacto entre iguales, según el cual
los apóstoles a los judíos reconocían que Pablo era un apóstol a los gentiles. Aunque eran iguales, sus
9
Conoce tu Nuevo Testamento, del Dr. Ralph Earle, pág. 138.

10
Estudio de la Biblia, de William Hendriksen, pág. 323.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 109
ministerios iban en direcciones distintas.

Pedro fue acusado de no tener una conducta constante en Antioquía durante la fiesta de amor en la
que toda la congregación se había reunido para compartir juntos los alimentos que habían traído.
Comer juntos era una señal de la comunión de los primeros cristianos. Primero Pedro había tenido una
rica comunión y había comido con todos los convertidos, fueran judíos o gentiles. Luego habían
venido judaizantes de Jerusalén que creían que los gentiles no estaban limpios y que por eso jamás
debían comer con ellos, a menos que los gentiles pasaran por los rituales necesarios para hacerse
judíos. Habían presionado tanto a Pedro que finalmente éste había dejado de asistir a las fiestas de
amor. Debido a esto, otros judíos también se habían retirado, entre ellos Bernabé. Pablo enfrentó
firmemente este error; sin embargo no lo hizo para empequeñecer a Pedro, sino para defender un
principio fundamental. Pablo le habló fuertemente a Pedro en público, indicándole su clara falta de
consecuencia: Pedro primero había comido con los gentiles pero luego se había unido a los judaizantes
que insistían en que los gentiles debían aceptar las ceremonias judías para poder ser parte de la
comunidad cristiana. Para Pablo era necesario enfrentar fuertemente a aquel que era visto como el
principal apóstol.

La justificación por la fe (la doctrina de la libertad) es la doctrinal principal de la epístola y Pablo la


presenta poderosamente en tres partes: (1) su experiencia personal, (2) el caso de Abraham y (3) la
inmadurez bajo la Ley. En primer lugar, Pablo dice que han recibido al Espíritu y que Cristo ha sido
colocado delante de ellos. Reta a los gálatas con una pregunta: “¿Recibisteis el Espíritu por las obras
de la Ley o por el escuchar con fe?” La respuesta es obvia: por la fe. En el caso de Abraham dice:
“Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia”. En el tiempo de Abraham (Génesis 15:2-6) aún
no había sido dada la Ley. Sin embargo, Abraham agradó a Dios y le fue contado por justicia porque
creyó en Dios, no porque observó una ley o ceremonia. Siguió la Palabra personal de Dios y confió en
Él. Abraham creyó en el evangelio y que por su simiente todas las naciones serían bendecidas. La
complicación de la Ley es que fue entregada por un mediador, Moisés, que también la recibió por
medio de ángeles, de manera que estaba doblemente alejada de Dios. La promesa, en cambio, vino
directamente de Dios. Esto coloca la promesa en un lugar más alto que la Ley. Pablo señala, sin
embargo, que las dos cosas no se contradicen. La Ley produce el sentido de culpa y la conciencia de
que se necesita un castigo. Cristo es quien puede quitar la culpa y perdonar el castigo. Pablo,
adelantándose a la objeción de que por tanto la Ley no tiene finalidad, muestra cuál es su propósito.
No es justificar, sino describir y revelar el pecado, indicar el camino para vivir efectivamente, y ser un
instrumento temporal para expiar los pecados hasta la venida de Cristo.

Puesto que Cristo nos ha hecho hijos, no debemos desear regresar a la posición inmadura de la
servidumbre bajo la esclavitud de la Ley. La herencia más preciosa viene por medio de Cristo y no por
nuestra relación con Abraham. Es totalmente insensato volver a estar bajo la Ley de ceremonias y
trabajos para heredar por medio de la ascendencia natural. ¡Las mejores riquezas están en Cristo!

Una gran preocupación de Pablo es que los gálatas regresen a las formas vacías. Si buscan
justificación por esa vía, serán separados de Cristo y la labor de Pablo a favor de ellos habrá sido en
vano. En Gálatas 4:12-20, Pablo pasa de una aplicación lógica de las Escrituras a un tierno llamado

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 110
personal. Trae a la memoria su propia historia y les recuerda de los días en que estuvo entre ellos y les
mostró su profundo amor. Ahora, después de ese cuidado amoroso del pasado, ¿por qué se alejan de
él? El que les diga la verdad ¿lo convierte en su enemigo? El hecho es—afirma él—que los falsos
maestros actúan como si estuvieran sirviéndolos, cuando en realidad lo que desean es que se sujeten a
ellos y a sus enseñanzas. Tener celo es bueno, pero éste debe dirigirse hacia la verdad y no hacia el
error. Deben tener celo de la verdad también ahora, así como cuando él estuvo entre ellos al principio.
Pablo no resiente el afecto que hay entre los gálatas y los falsos maestros; sólo afirma que ese afecto
no es genuino pues la meta es inducir a los creyentes al error.

Los judaizantes acusaron a Pablo de no ser consecuente en la enseñanza de la circuncisión, porque


impidió que Tito se circuncidara pero permitió que Timoteo sí lo hiciera en otro momento. Sin
embargo, Timoteo fue circuncidado para evitar un conflicto innecesario con los judíos no cristianos, y
ese acto no estuvo relacionado con el principio de la justificación por la fe.

Uno de los principales énfasis de Gálatas es la libertad. El estudio de Lutero sobre esta epístola fue
uno de los principales aspectos que provocaron la gran Reforma Protestante. La situación en Galacia
era similar a la que enfrentó Lutero en Alemania. Pablo declara que Cristo ha llamado a libertad a los
gálatas. Deben tener cuidado de no perder su libertad sometiéndose a los judaizantes, y que por ello
sean cortados de Cristo. En Jesucristo las ceremonias externas no sirven de nada, “pero la fe obra por
el amor”. “Vosotros corríais bien. ¿Quién os estorbó para no obedecer la verdad? (vs. 5:4-7)

Debemos entender los términos que usa Pablo cuando habla de la “carne”, el “deseo” y el “pecado”.
La “carne” no refiere al cuerpo, aunque en otras partes de la Escritura sí lo hace. La carne refiere a la
condición caída y mala del hombre—toda su naturaleza humana es pecadora. El “deseo” significa
cualquier tipo de deseo. Por eso “el deseo del Espíritu es contra la carne”. Esto significa que los
deseos del Espíritu son contrarios a los de la carne. El “pecado” es la perversión de nuestros deseos
por causa de nuestra herencia de Adán, de manera que nuestra inclinación es alejarnos de Dios y
buscar una gratificación estrictamente egoísta. El pecado es la perversión de los deseos, y la carne es
la naturaleza humana bajo la influencia de esos deseos pervertidos.

Pablo afirma que no podemos tener vida si no controlamos ambas influencias. Prevalecerá una o la
otra. Si caminamos en el Espíritu, los deseos de la carne no tendrán el control. Pablo declara que si
somos guiados por el Espíritu, no estaremos bajo la Ley. Esto no significa que debamos ignorar la
justicia de la ley, sino que la Ley no nos condena. No estamos bajo su disciplina, sino bajo una
disciplina superior.

En Gálatas 5:19-21 hay algunos ejemplos de lo que hará la carne si no está bajo el dominio del
Espíritu. Son de cuatro clases: (1) pasiones sensuales—fornicación, suciedad, lascivia (indulgencia
descontrolada de la pasión sin considerar la decencia pública o privada); (2) perversión ilegal de la
religión—idolatría, hechicería (el significado original es el uso de drogas en un esfuerzo por lograr
mayor introspección y entrada al mundo de los espíritus); (3) violaciones al amor fraternal—
enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, divisiones, envidias; y (4) excesos descontrolados—
borracheras, rebeldías (rebeliones abiertas). Una persona que participa en estas cosas no heredará el

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 111
reino de Dios.

En el pasaje de Gálatas 5:22-23 el fruto del Espíritu contrasta vívidamente con las obras de la carne.
El fruto se divide en tres grupos de tres frutos cada uno: (1) la relación con Dios por medio del
Espíritu—amor (amor divino, que es la fuente del resto del fruto), gozo que viene de Dios y no el
mundo, y paz; (2) la relación con nuestros congéneres—paciencia, benignidad, bondad; y (3) la
relación con nuestro propio carácter cristiano—fe, mansedumbre y dominio propio. Cuando hablamos
del fruto del Espíritu y de los resultados que produce en nuestra vida, notamos que hay algo en esta
lista por lo que somos responsables—el control de nosotros mismos. Esto es esencial en la vida
cristiana; si bien el Espíritu trabaja en nosotros, nosotros también debemos trabajar con Él. La
naturaleza pecadora ha sido crucificada en la cruz de Cristo, pero el yo debe mantenerse controlado.
Las perversiones pecaminosas, tales como el odio, los celos, etc., no tienen por qué expresarse del
todo y son eliminadas cuando se muere al pecado. Otros deseos que son válidos, como los deseos
sexuales, los deseos de dominar, los deseos de poseer, deben mantenerse constantemente bajo control.
El pecado se elimina, pero el yo permanece, y éste debe mantenerse sobre la cruz.

Vivir la vida del Espíritu significa poner en práctica la disciplina diaria de caminar en el Espíritu. Paso
a paso negamos al yo, afirmamos una victoria total sobre el pecado y seguimos la guía del Espíritu.
Jamás debemos olvidar que una vida santificada no implica automáticamente que tengamos victoria sin
esfuerzo o que la logremos una única vez para siempre. La victoria se ejerce y afirma día a día y paso
a paso. Específicamente, debemos afirmar la victoria en las actitudes interiores, así como en las
acciones exteriores. Pablo da tres ejemplos de actitudes y acciones: (1) el deseo de la vanagloria—
cuando crucificamos la carne con sus emociones y deseos, estos deseos se limpian y somos libres de
ellos; (2) el provocarse unos a otros—cuando los deseos se limpian, las acciones también son puras; y
(3) el envidiar a otros—aplicamos el amor y la buena voluntad en lugar de dar lugar a la envidia. Al
final del capítulo 5 aparece un contraste entre “las obras de la carne” y “el fruto del Espíritu”. Es
difícil ver cómo alguien que lea estas listas pueda no desear ser lleno del Espíritu y llevar una vida
llena del Espíritu.

Normalmente, Pablo cerraba sus cartas firmando su nombre, pero en esta epístola toma la pluma y
escribe un último párrafo en letras mayúsculas. Quizás lo hizo para resaltar la importancia de las
palabras o porque estaba tan enfermo que no podía escribir mejor. Cualquiera sea el caso, la intención
era que debían entender que su epístola era genuina y que sus enseñanzas eran importantes. Concluyó
dando una bendición por medio de Cristo, usando las palabras más finas y poderosas que conocía:
“Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.”

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 112
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 9

1. ¿Cuál fue el propósito de Pablo al escribir esta epístola?

2. ¿Qué argumento surgió en Jerusalén relacionado con Tito y cuál fue la posición de Pablo?

3. ¿Que significó que Pedro, Santiago y Juan les dieran la diestra a Pablo y Bernabé en señal de
compañerismo?

4. ¿Qué inconsecuencia mostró Pedro en Antioquía?

5. ¿Qué hizo que Pedro cambiara su posición en Antioquía?

6. ¿Cuáles son los tres argumentos que da Pablo para la justificación por la fe como el único medio
para la salvación?

7. ¿Cuál fue la base para que Abraham fuera justificado delante de Dios?

8. ¿Qué le hacía falta a la Ley y que, por tanto, la imposibilitaba para justificar, y cuál era el
propósito de la Ley?

9. ¿Cuál es el significado de los términos “carne”, “deseo” y “pecado”?

10. ¿Cuál era para Pablo el remedio para el conflicto entre la carne y el Espíritu?

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 113
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
NOTAS DE LA LECCIÓN 10
EFESIOS

INTRODUCCIÓN

Con excepción de Romanos, Efesios es la carta que más cuidadosamente presenta la teología cristiana
en el Nuevo Testamento. Por esta razón se considera una carta muy importante, una que recompensa
ricamente al que la estudia en oración.

El nombre de Pablo como autor del libro aparece en los versículos 1:1 y 3:1. Aunque en el último
siglo se ha sugerido que fue escrito después del tiempo de Pablo, hay pruebas internas y externas que
respaldan fuertemente la autoría paulina. No hay una buena razón para dudar que Pablo haya escrito
esta carta doctrinal clave.

El que la escribiera estando en prisión, donde tuvo suficiente tiempo para formular y redactar la carta
explica fácilmente cualquier discrepancia. La carta es tan excelente en contenido y en estilo, que es
difícil creer que alguien que no fuera Pablo la pudiera escribir. Por tanto, con seguridad le asignamos
a él la autoría.

Éfeso era una gran ciudad en la costa occidental de Asia Menor y estaba situada en la boca del río
Cayster. Pablo visitó la ciudad al regreso de su segundo viaje misionero (Hechos 18:19-21) y se
quedó allí brevemente, pero volvió pronto y pasó dos años reuniendo y fortaleciendo la iglesia de esa
importante ciudad (Hechos 19). Al final de ese período, Pablo había tenido tanto éxito en la
extensión del cristianismo que se ganó una fuerte oposición de aquellos que se ganaban la vida
haciendo ídolos. Cuando Pablo salió de la ciudad, dejó atrás una iglesia fuerte.

El título y el primer versículo de esta carta indican que fue escrita directamente a la iglesia efesia.
Todos los principales manuscritos que existen tienen en el versículo 1:1 la palabra “Éfeso” o un
espacio en blanco. Pero si la carta hubiera sido escrita sólo para los efesios, Pablo probablemente
hubiera seguido su práctica usual de incluir saludos personales para sus muchos amigos allí. Pero el
libro no tiene ninguno de esos saludos usuales. La respuesta lógica a este acertijo es que Pablo les
escribió a varias iglesias del área, pidiéndoles que leyeran la carta y la pasaran a los demás. La idea
era que la carta pasara de iglesia a iglesia, y en cada lugar se colocara en el espacio en blanco el
nombre de la respectiva congregación. Quizás en cierto momento se dejó el nombre “Éfeso” en el
primer versículo y eso es lo que nos ha llegado hasta hoy. El punto principal es que el libro es una
explicación importante del evangelio para toda la Iglesia.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 114
Efesios se relaciona estrechamente con Colosenses. No hay otras dos cartas tan parecidas entre sí
como éstas. Ambas fueron escritas en prisión y entregadas por Tíquico. Se parecen en su lineamiento
y perspectiva y ambas tienen un gran tema general. La mitad de los versículos de Efesios contienen
expresiones idénticas a las de Colosenses.

Por otro lado, ambas cartas tienen grandes diferencias. Colosenses enfatiza la deidad de Cristo, Efesios
la reconciliación de Cristo con la Iglesia. Efesios destaca también el ministerio del Espíritu Santo. Sin
embargo, hay más semejanzas que diferencias. Es como si Pablo hubiera escrito primero Colosenses
para resolver algunas necesidades de esa iglesia, y luego sintiera que la carta para todas las iglesias
debía desarrollar algunos de los temas de Colosenses.

El principal tema de Efesios es que todos los cristianos se salvan por gracia al tener fe en Cristo.
Todos somos hechos uno en Cristo y por tanto todos vivimos vidas piadosas. Pablo respalda
firmemente este tema en la primera mitad del libro, mostrando cómo la Trinidad ideó y logró nuestra
salvación del pecado. Dios nos hizo a todos uno en Cristo al levantarnos de la muerte en el pecado y
vivificarnos en Cristo Jesús. Puesto que judíos y gentiles se salvan en esta forma, todos somos ahora
un cuerpo en Cristo. Y por ello, debemos vivir en una manera digna de la nueva vida en Cristo y
caminar a la luz del Espíritu de Dios. Debemos, por el poder de Dios, resistir toda tentación y los
engaños del diablo y ser victoriosos en Cristo hasta el final.

El libro de Efesios pretendía fortalecer a la Iglesia y hacer que los cristianos tuvieran mayor
conciencia de su unidad en Cristo. Esto es tan necesario hoy día como en el primer siglo.

Un desglose general de los seis capítulos de Efesios puede ser el siguiente:

I. La era cristiana – La doctrina (1:3-3:21)


A. El origen de la Iglesia (1:3-14)
B. La gloria de la Iglesia (1:15-23)
C. El carácter de la Iglesia (2:1-40)
D. El progreso de la Iglesia (2:11-22)
E. La función de la Iglesia (3:1-13)
F. La plenitud de la Iglesia (3:14-21)

II. La vida cristiana – La práctica (4:1-6:24)


A. El llamado del cristiano (4:1-16)
B. La conducta del cristiano (4:17-6:9)
C. El conflicto del cristiano (6:10-24)

I. LA ERA CRISTIANA – LA DOCTRINA (1:3-3:21)

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 115
Los versículos 3 al 14 hablan del origen de la Iglesia. En el griego estos versículos son una única
oración. Es difícil analizarla lógicamente, porque Pablo no siguió un pensamiento lógico, sino que
voló poéticamente de inspiración en inspiración. Se permite a sí mismo pasar de un pensamiento a
otro según se le vienen a la mente. Es un pasaje increíble de inspiración y pensamiento exaltado. Dios
el Padre ha planeado el futuro de la Iglesia. Varios términos indican este plan:

1. Escogidos (v. 4). Él nos ha escogido para la santidad. El propósito de ser escogidos es que
“seamos santos y sin mancha delante de Él en amor”. Esta fina expresión denota la importancia y
significado de la santidad. “Santo” significa ser separados, diferentes y puros del pecado. Significa
ser separados del uso ordinario con un fin especial. Aquí al inicio de la carta está el asunto que
nos diferencia del resto del mundo. “Santo” es una cualidad espiritual interior. “Sin mancha” hace
referencia a nuestra vida externa. Una vida santa no es un pensamiento tardío, sino parte del plan
original de Dios para la salvación.

2. Presdestinados (v. 5). Nos ha predestinado para la adopción. “Predestinación” es una de las
palabras doctrinales que más terriblemente han malinterpretado algunos. Ha sido usado para
indicar que algunos están predestinados para ser salvos y no pueden perderse, mientras que otros
están determinados a perderse y jamás alcanzar la salvación. Esta doctrina sería en verdad muy
temible, pero ciertamente esa no era la intención de Pablo porque irrumpe en una alabanza a
Dios por Su eterno propósito. La palabra denota posibilidad y conveniencia. Indica que el plan
fue por adelantado para darle al hombre un destino digno. En palabras de Wesley: “De
antemano ordenó que todos los que en adelante creyeran, gozaran de la dignidad de ser hijos de
Dios y coherederos con Cristo”.

3. Adoptados (v. 5). La “adopción” era una ceremonia importante en la ley romana. El padre tenía
absoluta autoridad sobre los hijos de su familia y cuando moría sus derechos pasaban a ellos. Si
uno era adoptado, las relaciones de la familia anterior desaparecían y era considerado una nueva
persona. Se cancelaban las antiguas deudas y se establecían derechos plenos en la nueva familia.
Este es uno de los aspectos de haber sido salvados del pecado: la relación familiar. La justificación
nos da el derecho de ser hijos, la regeneración la naturaleza de hijos y la adopción los privilegios
de hijos. La justificación quita la culpa, la regeneración cambia el corazón y la adopción nos
inserta en la familia de Dios.

4. “Según su beneplácito” (v. 9). Su voluntad no es algo difícil de entender; sin embargo, porque
es Su voluntad no la podemos conocer salvo que Él nos la revele. Él no tenía que hacer lo que
hizo, no tenía obligación alguna. Su plan fue movido por un deseo de Su corazón. Nosotros los
seres humanos estamos muy limitados en lo que hacemos, pero Dios no, excepto por Su propia
voluntad.

5. Redención (v. 7). Ésta es la verdad más básica y aún así más profunda del evangelio cristiano. la

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 116
“redención” significa que fuimos sacados de una situación en la que estábamos indefensos y
condenados. Porque éramos pecadores, éramos prisioneros de nuestras pasiones y estábamos
bajo pena de muerte. ¡Es la sangre de Cristo la que nos libertó! El “perdón de pecados” no es el
todo de la redención, porque el término abarca también otros aspectos de la salvación, incluso
nuestra glorificación final en el cielo (Romanos 8:23). Pero es la parte principal de la redención.

6. Propósito (vs. 9-10). Él ha revelado Su sabio propósito, el cual es llevar todas las cosas a la
unidad en Cristo. A esta unidad Pablo la llama un misterio, es decir, un secreto. Los hombres no
lo pueden ver todavía, pero sabemos por la revelación que ese plan está siendo puesto en
práctica y un día compartiremos su glorioso cumplimiento. Barclay dice que los versículos 9 y 10
son un resumen de toda la epístola.

7. Herencia (vs. 11-14). Pablo elabora el primer ejemplo del poder unificador de Dios por medio de
Cristo. Los judíos y gentiles están unidos. En los versículos el término “nosotros” refiere a los
judíos, y “ustedes” a los gentiles. La palabra “herencia” refiere a una herencia espiritual. Los
judíos han recibido una herencia en Cristo es que mucho mayor que la herencia prometida en el
viejo pacto. No es algo nuevo, pero fue predestinado (planeado) de acuerdo con el propósito de
Dios desde el inicio. Los judíos fueron los primeros en conocer y aceptar el evangelio, y por eso
deben vivir para alabar Su gloria, viviendo vidas piadosas. Los gentiles también fueron aceptados
y sellados con el Espíritu Santo. El Espíritu Santo en nuestra vida es el sello o marca de Dios,
que indica que somos de Su propiedad. Es la garantía y la seguridad de que recibiremos nuestra
herencia celestial. Los cristianos somos la posesión especial de Dios, comprados con la sangre de
Jesús.

Todos estos términos se relacionan con la misma idea y muestran cuán magnífico es pensar que Dios
hizo un plan para Su Iglesia. El Dios eterno hizo un plan antes de la fundación del mundo. En Su
morada eterna, forjó este plan deliberadamente, lo cual por tanto lo hace un plan perfecto, ya que de
antemano fue hecho adecuado, perfecto y duradero. Ahora ese plan ha llegado a nosotros.

En los versículos 15 a 23 Pablo hace la primera de las grandes oraciones por la Iglesia. Noten que
ora al Padre por la Iglesia, primero dando gracias y luego haciendo una petición. Da gracias de que
han tenido fe y amor, lo cual ha demostrado una gracia salvadora genuina en sus vidas, pero también
ora fervientemente para que progresen en la gracia. Esto es característico de Pablo y aparece
prácticamente en todas sus epístolas—Pablo no se siente satisfecho de dejar en la etapa de la infancia
a los cristianos. Desea que avancen hacia la perfección en calidad y hacia la madurez en cantidad.

El capítulo dos es una extensión del pensamiento con el cual cierra el primer capítulo. Pablo describe
cómo la Iglesia ha sido llevada a la posición de Cristo por el poder que se manifestó en la
resurrección—cómo pasa de un pasado sin esperanza a un futuro glorioso e indescriptible. Nuestra
nueva posición en Cristo nos dará todos los tesoros de la redención y debemos vivir en Él para

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 117
participar de ellos. Él nos dio vida, nos resucitó y nos hizo sentar “en los lugares celestiales en
Cristo”. Por la fe somos rescatados del pecado y hechos santos. Sin embargo, la salvación no se
puede ganar nunca por medio de las obras—las cosas buenas que hacemos—para que no nos
podamos gloriar de nada. Dios nos ha hecho lo que somos ahora. Nos dio tanto salvación y fe por la
cual recibimos esa salvación. Hemos sido creados de nuevo, nos ha dado un nuevo comienzo y una
nueva naturaleza para que hacer las buenas obras que desde el inicio preparó para que hiciéramos.
Martín Lucero dijo: “No es contra las obras que luchamos, sino contra la confianza en las obras.” La
Iglesia fue fundada por la gracia a través de la fe. Somos salvos por la gracia y tanto judíos como
gentiles somos hechos uno en Cristo. Cuando los gentiles llegaron a ser uno con el pueblo de Dios,
no fueron simplemente “agregados”. Junto con los judíos creyentes, fueron hechos ciudadanos del
reino de Dios y miembros de igual condición de la familia de Dios. Pablo visualizó la Iglesia como el
templo de Dios. En tanto Su pueblo somos parte de ese edificio. El templo se construye sobre la base
de la Palabra de Dios que proclamaron los apóstoles y los profetas. Cristo, que controla la forma y la
fuerza de la estructura, es la piedra angular. Pablo muestra cómo Cristo produce unidad allí donde el
pecado ha producido división, y esa unidad debe ser expresada por la Iglesia. La Iglesia es el cuerpo
de Cristo, la casa de Dios, un templo santo del Espíritu Santo. Dios no vive en edificios, sino que
por el Espíritu está presente entre Su pueblo dondequiera que éste se halle.

¡Qué testimonio del poder de Su amor y Su gracia veremos cuando la gran caterva de borrachos,
adúlteros, idólatras, blasfemos y asesinos sean transformados y limpiados por el poder de Su sangre y
sean hechos dignos, por tanto, de un lugar en Su santo reino! Y todo se deberá a Su bondad, no a
algún derecho que tengamos sobre Su poder redentor.

En el capítulo 3, Pablo habla del misterio que le ha sido dado a conocer y del cual él es ministro.
Este misterio fue que los gentiles, al igual que los judíos, eran receptores de esa gracia, del mismo
cuerpo. Recibirían el mismo evangelio de salvación, lo cual era fundamental para los gentiles. Para los
judíos esto fue extremadamente difícil de aceptar y de hecho, muchos se negaron a hacerlo.
Eventualmente, Pablo fue llevado a muerte por declarar semejante cosa. Pero este es el misterio que
fue ideado eternamente en el plan de Dios. La presentación de la verdad de Dios en los versículos 1 a
13 lleva a Pablo a orar para que sus lectores comprendan plenamente esta verdad en sus vidas.
Conforme eso va ocurriendo, alabamos a Dios y afirmamos lo que Pablo escribió: “Y a Aquel que es
poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos,
según el poder que actúa en nosotros, a Él sea la gloria en la Iglesia en Cristo Jesús por todas las
edades, por los siglos de los siglos. Amén.”

En los primeros tres capítulos de esta epístola, Pablo trata asuntos doctrinales. Describe la nueva
sociedad del pueblo de Dios, compuesto de judíos y gentiles que están reconciliados entre sí y con
Dios por medio de Cristo. Como es común en sus escritos, Pablo pasa de lo doctrinal a lo práctico.
La doctrina es estéril si no se aplica en la práctica, así que consecuentemente Pablo la aplica. Los
grandes mensajes de las doctrinas del cristianismo deben ser contados a la humanidad. Ahora vemos

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 118
el carácter del testimonio de la Iglesia. ¿Qué clase de personas se requiere para llevar este precioso y
profundo mensaje al mundo? ¿Cómo hemos de vivir en esta nueva comunidad y andar en una
forma digna de nuestro llamado?

II. LA VIDA CRISTIANA – LA PRÁCTICA (4:1-6:24)

En el capítulo 4, en los versículos 1 a 6 y 13, se habla de tres tipos de unidad: (1) la unidad en las
cosas divinas, (2) la unidad en el Espíritu y (3) la unidad en la fe y el conocimiento.

(1) La unidad en las cosas divinas. El cristianismo es posible por la unidad divina. Un cuerpo, un
espíritu, una esperanza de nuestro llamado, un Señor, una fe, un bautismo, y un solo Dios y Padre
de todos. Esto muestra que sólo hay una familia engendrada por el Padre. Él está en todos, Su
presencia está en todas partes—en la naturaleza y en la Iglesia.

(2) La unidad en el Espíritu. No sólo debemos lograr unidad sino mantenerla, guardarla y
conservarla. Aunque la unidad es real desde el momento del nuevo nacimiento al cuerpo, es necesario
que los creyentes “se esfuercen por mantener la unidad”. Hay actitudes del corazón que son
esenciales para mantener la unidad cristiana: la humildad, la bondad, la paciencia, el amor y la paz.

(3) La unidad en la fe y el conocimiento. Esta referencia es al tiempo en que la fe y el conocimiento


serán uno. Sólo hay una fe—un único sistema de la verdad de Dios. Es evidente que hay más de un
credo, más de un sistema de doctrinas creídas por los hombres. Los sistemas que se contradicen no
pueden ser todos ciertos, sin embargo, los hombres se aferran a esos sistemas. En parte es porque el
conocimiento es limitado y no todos los hombres ven las cosas de la misma manera. Otra razón es
que hay falsos maestros que enseñan el error para atraer seguidores. El propósito de Dios es que Su
pueblo sea llevado a tal perfección que el sistema de verdad y el conocimiento de esa verdad estén
unidos, de manera que el conocimiento de la verdad sea completo y libre de error. Jamás debemos
en esta vida estar de acuerdo con todos los detalles menores e incidentales de las creencias, sino que
debemos estar de acuerdo sobre la Persona y la obra de Cristo. Esa es la condición que debemos
esperar alcanzar en esta vida.

La unidad entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es la base de la unidad cristiana. Cristo nos ha
dado a cada uno las habilidades que desea que usemos para edificar la Iglesia. Los puestos de la
Iglesia en aquel día eran los siguientes: (1) los apóstoles—personas que habían visto a Jesús y fueron
testigos de la resurrección y luego enviados como mensajeros especiales para toda la Iglesia; (2) los
profetas—predicadores inspirados en forma especial para hablar la Palabra de Dios; (3) los
evangelistas—personas que viajaban de lugar a lugar llevando las buenas nuevas del evangelio; los
misioneros de ese tiempo; (4) los pastores y maestros—dos términos aplicados para el mismo puesto.
El pastor debe ser maestro. Debe explicar y aplicar la Palabra de Dios para que la gente—viejos y
jóvenes, maduros e inmaduros—la comprendan y la crean al escucharla.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 119
Cuando el pueblo de Dios les ministra a otros, toda la Iglesia logra una unidad más perfecta. Esta
unidad se basa en los fundamentos de la fe y por tanto, nos eleva por encima de los desacuerdos
insignificantes y las diferencias personales. La meta de Dios es que todos lleguemos a la madurez en
Cristo de manera que ya no nos confundan las falsas doctrinas.

En Efesios 4:17-32 Pablo enseña sobre la unidad en la conducta. No sugiere que todos los cristianos
no pueden actuar igual en cada detalle de la vida, puesto que tienen diferentes aptitudes, educación,
opiniones y capacidades. Sin embargo, hay ciertos principios cristianos que aplican por igual a todos
los creyentes, sin importar cuál sea su trasfondo o nivel de madurez. Algunos de esos principios se
muestran en este pasaje. Todos los cristianos son personas transformadas por el poder de Dios. Dios
opera para que cada uno sea hecho a la imagen de Su Hijo. Cuando Pablo habla del “viejo
hombre”, enfatiza que no sólo debemos cambiar nuestra conducta, sino procurar que toda nuestra
vieja naturaleza sea eliminada también. Esa vieja naturaleza es una vida vacía, donde hay oscuridad e
ignorancia de las cosas espirituales, donde el corazón está ciego y se codicia toda clase de impureza.
Cuando hemos escuchado de Cristo y aprendido la verdad sobre Él, ocurre una transformación por
la que desechamos el viejo hombre que era corrupto y renovamos nuestra mente, es decir, somos
regenerados. El fin y meta del arrepentimiento es volvernos hacia la santidad. Hay que desechar el
viejo hombre de pecado para poner en su lugar al nuevo hombre de santidad. El “nuevo hombre” es
la persona totalmente salvada que Dios tiene como meta de Su plan redentor. Somos restaurados a la
imagen de Dios, que esencialmente consiste en justicia y verdadera santidad. La justicia es la acción
correcta—estar a derecho delante de Dios y ante Su santa ley. La nueva humanidad no se logra por
un esfuerzo humano; es algo que Dios crea. Por Su poder podemos ahora vivir en verdadera
santidad. En la nueva vida, las malas obras son reemplazadas por las buenas obras: la mentira por la
verdad, el enojo por el perdón, el robo por la ofrenda, la palabra corrupta por un discurso que
edifica a los oyentes, la amargura por la bondad. Dios nos ha creado para ser santos. Es correcto
enojarse con el pecado, pero no con el pecador. Debemos tener cuidado de que el enojo no nos lleve
a pecar. Incluso el enojo santo nos puede llevar a los males de la amargura, la ira, los pleitos y la
maledicencia. Debemos ser prontos para perdonar de manera que el enojo no nos infecte. El diablo
podría aprovechase de nuestro enojo, pero el Espíritu Santo nos da poder para estar por encima de
él. Podemos poner a un lado toda amargura, dejando que Dios llene nuestro corazón con Su
perfecto amor. La vida nueva es tierna, y se muestra en actos de bondad y en una pronta disposición
a perdonar las ofensas que otros cometan contra nosotros.

Del capítulo 5 al 6:9 Pablo habla de la santidad de la Iglesia. Comenta (1) la santidad en la conducta,
(2) la santidad en las actitudes, y (3) la santidad en las relaciones humanas. Pablo inicia diciéndonos
que debemos imitar a Dios. En el mundo griego, los que estudiaban oratoria lo hacían imitando a los
expertos. La imitación era una forma básica para aprender. Pablo toma ese término y lo aplica a
Dios. Hemos de imitar a Dios, y la forma en que lo hagamos es imitando el amor y el perdón de
Cristo.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 120
En aquellos días, la prostitución era tan común que formaba parte de la adoración pagana y era una
forma de procurar ingresos para construir los templos paganos. El cristianismo introdujo la virtud de
la castidad en este mundo y el poder de Cristo fue tal, que los cristianos se aferraron a esa virtud. No
sólo se abstenían de pecados sexuales, sino que se abstenían de hablar a la ligera de esas cosas. Los
cristianos no debemos tener comunión con las malas obras de las personas malvadas, ni participar de
su maldad. Caminar en la luz rompe toda comunión con el mal. Nos hace tener comunión con Dios
y expone la inconsistencia y fealdad del pecado. Cuando andamos en la luz, tenemos discernimiento
del mal y lo aborrecemos. La luz viene de Cristo y esa luz nos permite ver por dónde caminamos.

La plenitud del Espíritu es también la fuente de nuestras actitudes. El mundo pagano se entregaba al
vino. El mundo cristiano debe entregarse plenamente a la llenura del Espíritu. Debe haber una
llenura continua mientras se sirve a Dios. Debemos “mantenernos llenos del Espíritu”. Incluso los
que han sido llenos del Espíritu pueden caer si no procuran una vida continua en el Espíritu.

Una vida continua en el Espíritu produce las siguientes actitudes: (1) gozo y canto, (2)
agradecimiento y (3) sujeción. Los cristianos llenos del Espíritu se sujetan libremente los unos a los
otros. El amor cristiano es libre de las cualidades opuestas—la amargura, la ira, el enojo, la gritería, la
maledicencia y la malicia. En toda relación humana debe haber liderazgo y sujeción. El esposo es
cabeza de la esposa, no porque sea superior, sino porque su papel es distinto. Las esposas deben
someterse al liderazgo de sus esposos, así como la Iglesia se somete a la guía de Cristo. Pero hay
momentos en que el esposo debe someterse a las necesidades y deseos de la esposa. Así como Cristo
es el Salvador del cuerpo, así el esposo muchas veces debe colocar las necesidades de su familia por
encima de sus preferencias. Ni la esposa ni el esposo deben seguirse el uno al otro si el acto implica
desobedecer a Dios. El mandato para los esposos de amar a sus esposas fue un mandato fuerte que
no se conocía entre romanos y griegos. En el mundo del tiempo de Pablo, el cristianismo llegó con
una visión hermosa y exaltada del matrimonio. Hoy día ocurre un trastorno parecido en muchos
lugares. Más y más personas viven juntas sin casarse y se separan fácilmente incluso si se han casado.
Entre algunas de las causas están el que las mujeres tienen una libertad económica más grande, se ha
perdido la influencia cristiana, se han eliminado leyes contra el pecado sexual y ha aumentado la
secularización. ¡Este mensaje de Pablo se necesita mucho en el día de hoy!

La Iglesia simboliza la novia de Cristo. Está en una relación especial de amor con Cristo. Cristo se
dio a Sí mismo para santificarla. Debemos estar listos para esta presentación gloriosa cuando Él
regrese por Su Iglesia. El deber del hijo para con los padres es la obediencia. La razón es que es lo
correcto—el límite está “en el Señor”. Esto significa que si hay conflicto entre lo que Dios manda y
lo que el padre dice, la obediencia debe ser primeramente para el Señor. Esto sería una circunstancia
extraña en un hogar normal y especialmente en uno cristiano. El deber del padre es entrenar a sus
hijos en el cuidado y consejo del Señor.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 121
En el capítulo final, en los versículos 10 a 20, tenemos una de las descripciones más impresionantes
de nuestro enemigo espiritual. Nuestra batalla como soldados de Cristo no es contra seres humanos,
sino contra fuerzas espirituales que controlan nuestra mente y nuestras acciones. Estos versículos (1)
nos llaman a la guerra espiritual; (2) identifican al enemigo, (3) describen nuestras armas y (4) nos
exhortan a orar. Los enemigos que enfrentamos son (1) principados, (2) potestades, (3)
gobernadores de las tinieblas de este mundo y (4) huestes espirituales de maldad en las regiones
celestes.

Debemos ponernos toda la armadura de Dios, la cual consta de seis partes: (1) el cinturón de la
verdad, (2) la coraza de la justicia, (3) la preparación del evangelio de paz en los pies, (4) el escudo
de la fe, (5) el casco de la salvación y (6) la espada del Espíritu.

Aunque la oración no es el arma ni la armadura, es la batalla. Es en oración donde nos oponemos


firmemente al enemigo. Jesús luchó en oración en Getsemaní, y ganó porque fue fortalecido por la
visitación de un ángel. Nosotros también podemos ganar si oramos eficazmente. Noten los términos
relacionados: (1) en todo tiempo—no existe ningún momento en que podamos tomarnos unas
vacaciones; (2) con toda oración—hay varios tipos de oración: súplica, oración privada, oración en
familia, oración en grupo, etc.; (3) con toda perseverancia—orar con intensa preocupación y
concentración; (4) por todos los santos—es vital tener comunión en la oración; ninguno de nosotros
puede lograrlo sin la ayuda de las oraciones de los demás.

CONCLUSIÓN

Pablo repite nuevamente las grandes palabras que tanto ama: paz, amor, fe y gracia. La sinceridad del
amor es una expresión que básicamente significa “amor que brota de un corazón puro”. La
sinceridad es libertad sin mancha; su amor se mostró en la incorruptibilidad de la vida. Esto es
realmente la meta del evangelio: tener amor en el corazón y mostrarlo por una vida impoluta de
sinceridad. Por tanto, Pablo concluye con la nota que tan bien conoce y tanto ama: la santidad.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 122
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 10

1. ¿Por cuáles dos razones creemos que la epístola a los Efesios fue una carta genérica escrita para
varias iglesias?

2. ¿Cuáles son las semejanzas entre Efesios y Colosenses?

3. ¿Cuáles son dos grandes diferencias entre Efesios y Colosenses?

4. ¿Cuáles eran los cuatro puestos principales en la iglesia en el tiempo de Pablo?

5. ¿Cuándo es apropiado estar enojado y cuáles son los peligros del enojo?

6. ¿A quién debemos imitar y cómo podemos hacerlo?

7. ¿Cuál es la fuente de nuestras actitudes y qué es lo que éstas producen?

8. ¿Cuáles son las cualidades opuestas al amor cristiano?

9. ¿Cuáles son las seis partes de la armadura de Dios?

10. ¿Cuáles son las cuatro grandes palabras que el apóstol Pablo amaba?

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 123
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
NOTAS DE LA LECCIÓN 11
FILIPENSES Y COLOSENSES

LA EPÍSTOLA DE PABLO A LOS FILIPENSES

Filipenses, Efesios, Colosenses y Filemón son cartas conocidas como las “epístolas de la prisión”
porque Pablo las escribió estando preso. La carta a los filipenses está claramente identificada como
escrita por Pablo. Esa autoría jamás se ha cuestionado. Sin embargo, se ha discutido frecuente y
vigorosamente la fecha y el lugar en que se escribió. La opinión tradicional ha sido que Pablo
escribió Filipenses en Roma entre los años 61 y 63. En Filipenses 1:12-20 se indica que Pablo estaba
en prisión. Las referencias a la guardia del palacio (1:13) y a la casa de César (4:22) encajan con un
encarcelamiento romano. Además, en Filipenses 1:12-20 y 4:22 se sugiere fuertemente que el
encarcelamiento de Pablo fue bastante largo. Por tanto, la carta parece haber sido escrita en algún
momento después de que Pablo fuera apresado (Hechos 28). Recientemente, algunos estudiosos han
apoyado la teoría de que Filipenses fue escrita en Éfeso entre los años 56 y 61. Sin embargo, se sigue
prefiriendo la opinión tradicional de que esta carta fue escrita en Roma en algún momento entre los
años 61 y 63.

Antecedentes. Hechos 16:11-40 narra la dramática historia de esta iglesia. Pablo y sus compañeros
realizaban un segundo viaje misionero y deseaban ir a la zona noreste de Asia Menor. Sin embargo,
Pablo tuvo una visión donde un macedonio (al norte de Grecia) pedía ayuda. De esa forma, el
evangelio llegó a Europa.

Filipos estaba estratégicamente ubicada dentro del sistema vial romano al norte de Grecia, de manera
que fue el primer lugar de Macedonia donde Pablo predicó. En el año 31 antes de Cristo, Augusto
hizo de esta ciudad una colonia romana. Por tanto, todos sus habitantes gozaban de la ciudadanía
romana y de los privilegios asociados. Muchos de los filipenses habían sido soldados romanos que
habían recibido tierra en esa zona después de sus años de servicio. En consecuencia, se sentían
orgullosos de ser romanos y de realizar sus negocios de acuerdo con la ley de Roma. Pablo utilizó
estos antecedentes en forma excelente lo cual se evidencia en sus actos, registrados en Hechos 16:37-
40 y en su carta a los filipenses.

A pesar del tamaño de la ciudad, Pablo no encontró una sinagoga en Filipos. Es probable que la
comunidad judía fuera muy pequeña, puesto que se requerían al menos diez hombres judíos para
erigir un lugar de adoración. A falta de una sinagoga, Pablo inició su ministerio haciendo un servicio
al aire libre junto a un río (Hechos 16:13). Entre sus convertidos estuvieron Lidia, una mujer judía
adinerada, una joven esclava y un carcelero. Tan variados trasfondos hicieron que Pablo enfatizara

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 124
con fuerza la unidad de los creyentes en Cristo. Desde el inicio, es probable que en la iglesia filipense
haya habido mucho más gentiles de trasfondo pagano, que judíos.

Contenido. Muchas de las cartas de Pablo se pueden dividir en dos claras secciones, una sobre
doctrina y otra sobre la práctica de esa doctrina. Sin embargo, Filipenses es una mezcla de doctrina y
exhortación. Las exhortaciones a tener gozo y unidad forman el núcleo de esta epístola, y esto se
ilustra y ejemplifica con las vidas de Cristo, Timoteo, Epafrodito y el mismo Pablo. En Filipenses
además, aparece un himno exquisito sobre la humillación y la exaltación de Cristo.

Filipenses es una de las cartas más personales de Pablo. En ella comparte su propia experiencia con
Cristo, su lucha entre desear morir para estar con Cristo y vivir para servir, y su preocupación por el
crecimiento espiritual y perseverancia de los filipenses. Los filipenses estaban en corazón y los
apoyaba desde su prisión. Pablo estaba preocupado, pero aún así confiaba en que Dios llevaría su fe
hasta una madurez completa. Por tanto, el tono que brota de esta carta es uno de confianza gozosa
en el Dios que opera dentro del creyente promoviendo unidad y madurez dentro de la Iglesia.

Propósito. El propósito inmediato de Pablo al escribir esta carta fue agradecerles a los filipenses el
donativo que le habían enviado. El mensajero, llamado Epafrodito, se había recuperado de una grave
enfermedad y llevó esta carta cuando regresó a Filipos. Pablo usó esta oportunidad para recordarles a
los creyentes sobre la importancia de la unidad y el gozo. En ambas actitudes hemos de imitar a
nuestro Señor. Los cristianos deben tener la mente de Cristo, sea que pasen sufrimientos, tengan
comunión, adquieran madurez o arreglen disputas. Estar unidos a Cristo en Su humildad debe ser la
característica del estilo de vida del creyente. Por tanto los cristianos deben brillar “como lumbreras en
el mundo, en medio de una generación maligna y perversa” (2:15).

En lugar de analizar este libro versículo por versículo, hemos escogido un tema central y relacionar
con él los puntos principales. El tema que hemos seleccionado es el de la comunión.

I. Introducción a la epístola (vs. 1:1-2)

A. Los que enviaron la carta. Esta epístola la enviaron Pablo y Timoteo. Durante su primer
encarcelamiento, Pablo podía recibir visitas y por eso pudo tener consigo a Timoteo, aunque éste
no era prisionero. Aquí Pablo se presenta como un esclavo, lo cual permite entrever que no
necesitaba demostrar su autoridad para relacionarse con la iglesia filipense y que Cristo tenía el
control absoluto de su vida.

B. Los que recibieron la carta. “Todos los santos en Cristo Jesús”. Aquí se establece el tono de
amistad y comunión. Pablo y Timoteo son dos amigos queridos que les escriben a sus amigos. El
término “santo” significa apartado y purificado. El pueblo de Dios ha sido apartado del mundo y
está llamado a la pureza.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 125
II. Comunión en el evangelio (vs. 1:3-30)

La “comunión” ocurre cuando un grupo de personas parecidas o en una misma posición se asocian
para procurar un interés común. En este estudio, ese grupo de personas son los “santos”, los que
están “en Cristo” y cuyo interés es “el evangelio de Cristo”. Debemos enfatizar que aquí no se trata
de la comunión con los que no son santos, ni con los que no están en Cristo, ni con los que no
respaldan el evangelio de Cristo. Pablo expresa firmemente su posición sobre esto en Gálatas 1:8-9 y
también en 2ª de Corintios 6:14. La comunión no es un fin en sí misma. La comunión no es real
sólo porque la enfaticemos; es un resultado de estar en Cristo Jesús y de tener como interés común el
evangelio.

A. La confirmación del evangelio produce gozo en esta comunión. El gozo es central en esta
epístola, pese a que Pablo estaba en prisión cuando la escribió. El gozo se define como una
emoción que es estimulada por el bienestar, el éxito o la buena fortuna, o por la esperanza de
que se poseerá lo que uno desea. El gozo cristiano no viene de las circunstancias, sino de la
seguridad y el bienestar que tenemos internamente.

La gracia llegó a Filipos no por un hombre que incomodó a la ciudad, sino por el poder del
evangelio que llevó ese hombre. Este poder se mostró en la liberación de una joven
endemoniada, la apertura de la cárcel y la conversión del carcelero. Pero ese poder también se
mostró en los siguientes actos: (1) por medio de Cristo, los hombres que estaban en prisión
cantaron a medianoche, (2) por la guía del Espíritu Pablo estuvo dispuesto a cambiar de planes,
y (3) Pablo estuvo dispuesto a seguir la obra del evangelio aunque estuviera expuesto a tanta
aflicción.

B. La defensa del evangelio revela el costo de esta comunión (vs. 1:7, 17). ¿Necesita el evangelio
que lo defendamos, o se trata de defendernos a nosotros mismos? Ambas cosas son ciertas. El
evangelio tiene poder y nos protege de los terrores del diablo. Pero en esta sección de la
Escritura, el significado principal es que debemos defender el evangelio ante aquellos que se le
oponen. (1) La defensa está relacionada con la confirmación. En Filipos, el evangelio provocó
sufrimiento, pero de ese sufrimiento brotó victoria. El mayor peligro hoy día no viene del costo
de servir a Dios, sino del materialismo y la comodidad que se ha infiltrado entre nosotros. (2) La
defensa del evangelio implica una entrega. Pablo estaba preocupado por el bienestar del evangelio
y no por su propio bienestar, lo cual era la base de su motivación y su gozo.

C. El progreso del evangelio significa que esta comunión crece (v. 1:12). La comunión es algo que
viene en forma natural en la medida en que uno crece. Pablo estuvo dispuesto a ser encarcelado
una y otra vez con tal que el evangelio progresara. Estaba consciente de que los años de
malentendidos, naufragios y prisiones habían hecho que el evangelio se diseminara. En el servicio

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 126
al evangelio, los resultados no son un asunto de suerte. Los eventos que para otros parecieran
desventajosos “producen salvación”. Allí mismo en Roma se fundó una iglesia a la cual asistían
algunos de los miembros de la casa de César. Pablo muestra su confianza en el futuro en tres
cosas necesarias: (1) las oraciones de los santos, (2) la provisión del Espíritu y (3) su propia fe.

D. El deber de la comunión es convertirse en evangelio (v. 1:27). Nada inferior al ejemplo del
apóstol Pablo le puede dar crédito al evangelio. Una vida de apariencia le roba al evangelio su
poder, pero las vidas que modelan a Cristo le dan poder para vencer y convencer a otros que
viven en pecado. Debemos tener y procurar las siguientes cualidades: (1) La unidad de espíritu,
mente y fe: la división en el cuerpo de Cristo siempre avergüenza al evangelio de Cristo, mientras
que la unidad del Espíritu nos da comunión cuyo fin es glorificar a Cristo; (2) el sufrimiento por
Su causa: uno de los hechos que siempre han promovido mucho la obra de Cristo es la
disposición que muestran Sus seguidores a sufrir por Él.

III. La comunión del Espíritu (vs. 2:1-30)

Noten que la comunión es “del” Espíritu y no “con” el Espíritu. La condición del Espíritu para que
haya comunión cristiana es que tengamos “una misma mente”. Esto significa que debemos procurar
tener el mismo sentimiento, opinión o interés de mente, y la misma actitud. Aquí, la “mente” no es
una facultad, sino una actitud. “Tener una misma mente” no refiere a la mente humana, sino a la
mente que se centrada en lo divino y busca ser como Él. La mente no puede ser carnal y ser “una
misma” al mismo tiempo. Las características de tener una misma mente son (1) tener paz, sin
contienda, (2) tener humildad y preferir a los demás, y (3) sentir lo que otros sienten. Sólo logramos
tener una misma mente porque Dios la opera en nosotros. Él es quien da la voluntad o actitud;
ninguno de nosotros la puede producir de sí mismo. Dios produce una actitud de amor y una
semejanza de Cristo cuando nos transforma por Su gracia. Una misma mente es obra del Espíritu e
intensifica nuestra comunión unos con otros, así como entre Él y nosotros. El hombre natural debe
entregar su vida, dar mucho, ser muy devoto. Pero en cada caso, prevalece su yo. El que tiene una
misma mente hace todo para la gloria de Dios y para el bien de los demás. La vida la entrega para el
bien de Jesús.

IV. La comunión en Sus sufrimientos (vs. 3:1-21)

En esta porción de las Escrituras pisamos realmente en suelo muy sagrado. Los neófitos desean que
otros carguen con sus sufrimientos, pero las almas maduras desean llevar sobre sí los sufrimientos de
los demás. Pablo deseaba el poder de la resurrección de Cristo, pero fue la cruz lo que escogió como
modelo para vivir, para ser hecho acorde a Su muerte. No hay lugar donde podamos estar más cerca
de Cristo que Su cruz. Lo siguiente suele ser cierto: las personas dejan que nos les acerquemos
cuando están sufriendo. Samuel Chadwick dice: “La comunión en Su sufrimiento, la cual nos
conforma a Su muerte, es algo esencial. La resurrección opera sólo si se aplica la cruz, así que

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 127
nuestras vidas deben estar marcadas con la cruz si queremos que otros entiendan el poder de la
resurrección.”

Pablo se parece a Cristo en que entrega absolutamente todo a la voluntad de Dios—una consagración
completa. Aquí no se trata de los pecados, sino de la carne, de todas esas ventajas naturales que son
la base sobre la que el hombre confía. Debemos entregarlo todo a Cristo. El punto no se resuelve
por sentimientos sino por el constreñimiento del Señor. Todo lo que nos aleje de Él debe verse como
la basura más vil, aún cuando parezca apetecible al hombre natural. Esta consagración es permanente.
Debe iniciar en la juventud y durar toda la vida. Y si no se inicia en la juventud, debe iniciar en
cualquier momento, con la determinación de que durará por lo que quede de vida. Una persona
puede decir que está consagrada, pero si hace, dice o compra cosas sin considerar si esos actos son
para la gloria de Dios y el progreso de Su reino, su consagración no es real. Cuando nos
consagramos de verdad, la voluntad y obra de Dios serán nuestra pasión sublime. Una consagración
así afectará nuestro tiempo, talentos y todo, porque nos afectará a nosotros primero. El gozo
alcanzado y el conocimiento de Cristo son beneficios que en sí solos compensan más que suficiente
por todas las pérdidas y sufrimientos. Pablo estaba seguro de que su conocimiento de Cristo lo
llevaría a salvo más allá de todos los obstáculos del diablo aquí, y más allá del juicio a la presencia
eterna de Cristo. Lo había comprometido todo a Jesús y por eso estaba seguro que sería guardado a
salvo para Él.

V. Comunión en el dar y el recibir (vs. 4:15-19)

Pablo termina su carta con apuntes prácticos (toda predicación debe ser práctica). La comunión que
tenemos provee cosas para los demás.

A. La forma en que los filipenses ofrendaban. Cuando Pablo se fue, los filipenses empezaron de
inmediato a ofrendar espontáneamente. Realmente tenían un espíritu de dar, una gracia que es
bendición de Dios. Se nos dice que cuando un bebé nace, sus músculos más fuertes son los que
le permiten agarrarse. El hombre natural busca obtener para sí mismo, pero cuando es tocado
por la gracia de Dios desea dar.

Los filipenses dieron a pesar de su gran pobreza, lo cual mostró un gran sacrificio. Tomaron lo
que ellos mismos necesitaban para vivir y se lo dieron a otros. Cuando entregamos sólo nuestros
lujos no nos sacrificamos realmente; el sacrificio es cuando damos lo que realmente nos cuesta. Y
el sacrificio de los filipenses fue continuo. Dar con sacrificio pasó a ser un modelo para sus vidas.

B. La forma en que los filipenses recibían. Ya habían recibido muchas bendiciones antes, pero
algunos de los beneficios que se indican aquí son: (1) gozo y regocijo, (2) la presencia inmediata
del Señor, (3) libertad de toda preocupación y (4) paz en sus almas. Pablo pone su propia vida
de ejemplo—no pidió dinero aunque le debían. La actitud del apóstol fue más bien la de “lo

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 128
tengo todo” y por tanto, estaba contento en cualquier situación.

LA EPÍSTOLA DE PABLO A LOS COLOSENES

Como ya indicamos al estudiar Efesios, el libro de Colosenses se relaciona estrechamente tanto con
Efesios como con Filemón. Fue escrito al mismo tiempo que Filemón y ambas cartas fueron
entregadas por Tiquico y Onésimo. Probablemente Colosenses fue escrita primero que Efesios, en la
cual Pablo comparte ideas principales y un lineamiento general. Parece que Efesios amplía algunas de
las ideas principales de Colosenses.

Antecedentes. Colosas se ubicaba en la ribera sur del Río Lico, cerca de Laodicea e Hierápolis, en el
occidente de Asia Menor. Estaba 160 kilómetros al este de Éfeso, sobre la importante ruta comercial
entre esa ciudad y el Valle del Éufrates. El comercio hizo que vinieran personas de muchas naciones.
Pablo no había ido a Colosas, pero el evangelio fue predicado allí, así como en Laodicea e
Hierápolis cuando él estaba en Éfeso. El mensaje fue llevado a Colosas por Epafras y otros que se
habían convertido por la predicación de Pablo. A sólo cinco años después de salir de Éfeso, Pablo fue
hecho prisionero en Roma. En la cárcel lo visitó Epafras, líder de la iglesia en Colosas, quien le
comentó de un problema doctrinal que había allí. Esto hizo que Pablo escribiera la carta que ahora
conocemos como Colosenses.

Propósito. Esta epístola fue escrita primeramente para tratar la herejía doctrinal que Epafras le había
mencionado a Pablo. Esta extraña falsa doctrina no se describe directamente, pero por lo que Pablo
dice, podemos inferir de qué trataba. Era una mezcla de judaísmo y una especie de forma antigua de
gnosticismo, según la cual Jesús era un súper humano, pero no verdaderamente Dios. Era más
grande que los seres humanos, pero no tanto como para ser el Salvador. Por tanto, los que creían en
Cristo también debían creer en ángeles para llegar a niveles más profundos de espiritualidad. Como
respuesta, Pablo afirma que Cristo “lo es todo en todo”. Él creó todas las cosas. Es todo lo que
necesitamos. Pablo no les habla duramente a estos cristianos que se han desviado, pero deja en claro
que Cristo está sobre todas las cosas creadas. Él es nuestra única esperanza de salvación. Otro aspecto
de esta herejía era que enseñaba que la salvación también se obtenía por medio de ciertas reglas
legalistas en cuanto a comidas, el sábado y ciertas fiestas. Pablo describe que estas cosas son
solamente sombras de la realidad que es en Cristo. El apóstol no discute directamente con los
colosenses sobre sus falsas doctrinas. Más bien, desde el primer capítulo construye un caso positivo
de la verdad cristiana, para mostrarles la utilidad de sus ideas.

Contenido. La carta tiene la misma forma general de las otras cartas de Pablo: inicia con saludos (1:1-
2) y cierra mencionando a las personas que conoce en esa iglesia a la cual le escribe (4:7-18). En el
cuerpo de esta carta aparece la discusión doctrinal típica de Pablo (1:3-3:4), seguida de una aplicación
ética (3:5-4:6). Esta carta toca aspectos importantes de la fe cristiana. Colosenes 1:13-18 es una de las

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 129
descripciones más grandes en la Biblia de la gloria y el poder de Cristo. Él es el centro del universo y
también la cabeza de la Iglesia. En Colosenses 2:1-3:4, Pablo da un modelo para lidiar con las falsas
enseñanzas: debemos preocuparnos por ayudar a la gente en lugar de tratar de ganar las discusiones.
En Colosenses 3:5-4:6 aparece un fuerte contraste entre el no creyente y la persona que ha sido
transformada por Cristo. Pablo les dice que el cristiano siempre tiene dos ambientes: el mundo y
Cristo. Físicamente está en el mundo donde requiere alimento, ropa y abrigo. Este ambiente genera
tentaciones. Pero el cristiano también está en Cristo. Su fuente de vida y su fortaleza en el Espíritu
provienen de esa fuente. Puesto que se mueve en ambos ambientes, el cristiano no se puede aislar
uno del otro. Debemos mostrar la vida espiritual de Jesús en el mundo. El cristiano está llamado a
dar testimonio de su vida interior.

I. Santos en Cristo

La medida de santidad del cristiano nos revela cuál de los dos ambientes es el más real y significativo
para él. El mundano es superficial en cuanto a la santidad, si es que del todo hay gracia en él. En
Colosas algunos que Cristo era bueno mas no suficiente. Lo degradaban a un orden inferior de la
emanación de Dios. Pablo les mostró que Jesús no era sólo otra emanación de Dios, como
afirmaban los gnósticos. Él es el primero y “el todo” de la Iglesia. Notemos que Pablo utiliza la
palabra “todo” unas 25 veces en esta epístola, y lo hace para destacar la suficiencia de Cristo. Él nos
ha redimido. Esto incluye debidamente todos lo relacionado con la recuperación del pecado y con el
llevarnos a la salvación eterna: la justificación, la santificación y la glorificación. Hemos sido liberados
del poder de la oscuridad, que es símbolo del reino de Satanás. Ahora Pablo dice que Cristo nos ha
sacado del reino de la oscuridad para hacernos entrar en un reino de luz y verdad. Es una
transferencia de la esclavitud a la libertad, de la pecaminosidad a la justicia y del poder de Satanás a
Dios. Ha traído paz y reconciliación. El pecado es fundamentalmente la ausencia de armonía entre los
hombres y Dios. Los hombres eran culpables pero Dios tomó la iniciativa de traer reconciliación. La
cruz muestra cuánto deseaba Dios traer la paz. Pagó el precio infinito para mostrar Su amor a los
hombres y Su odio hacia el pecado que nos separaba de Él. La fe, el amor y la esperanza vinieron
como resultado de la redención.

La gracia dada al inicio prepara a las personas para la plenitud de la gracia. Pablo oró para que
fueran perfectos, tal como hacía con todos los recién convertidos. Oró para que “fueran llenos de Su
voluntad en toda sabiduría y entendimiento espiritual”. La sabiduría y el entendimiento son cualidades
importantes. La “sabiduría” hace referencia al conocimiento de los primeros principios. El
“entendimiento espiritual” hace referencia a la capacidad de aplicar los principios a situaciones
concretas. Juntos, ambos términos hacen referencia a la teología y a la vida práctica. Todos
requerimos esta combinación.

Una gran carga que Pablo siempre tenía era que las personas crecieran en gracia. No era suficiente
ser llenos del Espíritu; debían seguir creciendo. La santificación es la preparación para llegar al

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 130
máximo crecimiento, pero el crecimiento no viene mecánicamente. Y los medios de ese crecimiento
deben cuidarse.

II. Fidelidad en Cristo, un retrato maestro de Su plena suficiencia

Algunos enseñaban que Cristo era bueno pero no suficiente. Decían que Cristo era Dios sólo en el
sentido en que lo eran los “otros principados y potestades”, y que los otros mediadores también eran
de Dios. Decían que Cristo era tan sólo uno de esos intermediarios. Podemos ver que incluso hoy
día, las religiones orientales tales como el hinduismo y el budismo enseñan lo mismo: que Jesús es
bueno pero sólo en el sentido en que muchos otros son buenos. Incluso en los círculos liberales
“cristianos” de hoy, se enfatiza mucho la tolerancia, lo cual permite que otras religiones tengan igual
peso que el cristianismo. La Biblia pasa a ser un buen libro sólo en el mismo sentido en que otros
libros son buenos libros. Cristo es sólo un buen hombre al igual que otros hombres buenos. Y “Dios
tiene muchos rostros”. Debemos tener cuidado de estas enseñanzas o minarán las bases mismas de
nuestra fe. Y todas han brotado del antiguo gnosticismo de los días del apóstol Pablo.

III. Siervos de Cristo

Pablo pasa a las áreas enteramente prácticas de la vida.

Las cosas básicas del servicio. La meta adecuada del servicio cristiano es que tener una visión clara
del Cristo que mora dentro de nosotros, y llevarles ese conocimiento a otros. Los métodos que
debemos usar para ello son la oración y el testimonio. En oración, debemos orar continuamente,
vigilar, agradecer y pedirle a Dios que abra puertas para dar testimonio. Con el testimonio debemos
advertir (negativo) y enseñar (positivo). Debemos vivir en tal manera que aún cuando no estemos
conscientes de nuestra influencia, ésta sea a favor de Cristo. Debemos “caminar sabiamente”. Y
debemos “sazonar con sal” nuestro hablar. En la Escritura la sal suele representar sabiduría, tersidad,
elegancia y utilidad. Debemos estudiar para hablar eficazmente de nuestra fe, de manera que
podamos responder ante cualquier persona.

Finalmente, tenemos ejemplos del servicio, que muestran la diversidad que había entre los que
trabajaban con Pablo. Tenemos a los siguientes: (1) Tíquico (que significa Fortuito) era un hombre
impredecible, pero llegó a ser de gran confianza y fue enviado como mensajero. (2) Aristarco (mejor
gobernador) fue un ejemplo de dedicación. Se convirtió en Tesalónica durante la estadía de Pablo allí
y luego fue a Jerusalén, a Roma y a prisión con Pablo. (3) Epafras (dedicado a Afrodita) fue un
esclavo dedicado a Cristo quien no contó nada para sí mismo sino todo para Jesús. Tenía un gran
celo. (4) Arquipo (entrenador de caballos) de quien la tradición dice que era pastor en Laodicea y
parece ser el mismo que recibió el mensaje de Cristo en Apocalipsis. Si esto es cierto, es una
advertencia para nosotros porque se le dijo que tomara su ministerio en serio, ya que había caído en
un frío profesionalismo. Eso también es un gran peligro entre nosotros hoy día.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 131
El ministerio de Pablo fue para el Señor, en su fuente, su meta y su poder. Laodicea significa “justicia
o lo correcto del pueblo”. Representa un tipo de iglesia donde el ministerio se ajusta a los deseos de
la gente; una iglesia que en lugar de estar fielmente del lado del camino más sublime, va por el
camino fácil y popular. ¿Debe el ministro trabajar para incomodar y conmover o para acomodarse a
los gustos de los demás? Ésta es una pregunta inquietante para muchos predicadores. Es más sencillo
acomodarse. George Whitefield oró antaño que si alguna vez empezaba a acomodarse, Dios lo
conmoviera; que le pusiera espinas en el nido si empezaba a dormirse en el trabajo. Debemos
preguntarnos: ¿Estamos cumpliendo nuestro ministerio, exhortando, enseñando y agonizando en
oración? ¿Está Cristo trabajando poderosamente en nosotros? Como advirtió Pablo a Arquipo de
Laodicea: “Mira que cumplas el ministerio que recibiste del Señor.”

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 132
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 11

1. ¿Qué significan (1) santo, (2) comunión y (3) gozo?

2. ¿Cuáles fueron tres ejemplos del poder del evangelio en Filipos?

3. ¿Cuáles tres ejemplos muestran el poder que hay en la vida de los hombres que tienen a Cristo?

4. ¿En qué tres cosas necesarias muestra Pablo que tiene confianza en el futuro?

5. ¿Cuál es el mayor peligro hoy día para servir a Dios?

6. Sabiendo que la mente cristiana no puede ser al mismo tiempo carnal y una misma, ¿cuáles son las
tres características que evidencian que tenemos una misma mente?

7. ¿Cuál es la diferencia entre el neófito y un cristiano maduro en cuanto al sufrimiento?

8. ¿Cuál es el acercamiento que Pablo da como modelo para tratar con las falsas enseñanzas?

9. ¿Cuál es la diferencia entre “sabiduría” y “entendimiento espiritual”?

10. ¿Cuáles son los aspectos negativos y positivos de dar testimonio?

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 133
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
NOTAS DE LA LECCIÓN 12
1ª y 2ª DE TESALONICENSES

En su segundo viaje misionero, tal como se relata en Hechos 17:1-9, Pablo y sus compañeros llegaron
a Tesalónica. Allí fueron a la sinagoga y durante tres sábados razonaron con los judíos usando las
Escrituras diciendo: “Jesús, a quien yo os anuncio, es el Cristo” (Hechos 17:2-3). La estadía de Pablo
en Tesalónica fue breve, a lo sumo unos pocos meses. De allí pasó a Berea (Hechos 17:10), luego a
Atenas (Hechos 17:15) y finalmente a Corinto (Hechos 18:1).

Desde Atenas Pablo envió a Timoteo a que animara a los tesalonicenses. Cuando Timoteo regresó a él
en Corinto, el apóstol se regocijó en gran manera al enterarse de la fe firme que tenían los
tesalonicenses. Desde Corinto les escribió su primera epístola a finales del año 50 o a inicios del 51.
La segunda carta la escribió unos pocos meses después.

1ª de Tesalonicenses es una de las primeras cartas de Pablo y por tanto también uno de los primeros
libros del Nuevo Testamento. Desde el inicio la Iglesia reconoció que ambas cartas a los
tesalonicenses fueron escritas por el apóstol Pablo. Los primeros padres de la Iglesia las citaban con
toda confianza. Pablo escribió 1ª de Tesalonicenses con dos compañeros misioneros: Silvano (el Silas
de Hechos 15:22) y Timoteo.

Antecedentes. Tesalónica, que ahora es conocida como Salónica, era una antigua ciudad griega y
capital de la provincia romana de Macedonia. Pablo inició su ministerio allí en la sinagoga judía. Sin
embargo, la iglesia que nació no sólo incluyó judíos, sino también un gran número de griegos devotos
y mujeres. Estos griegos se habían sentido atraídos antes por la fe monoteísta de los judíos, pero no
habían aceptado por completo los ritos asociados—particularmente el de la circuncisión. Muchos
judíos de Tesalónica no se convirtieron, de manera que después de un tiempo, los gobernantes de la
sinagoga rechazaron a Pablo y lo echaron de la ciudad (Hechos 17:1-10).

Propósito. La mayoría de la gente la iglesia tesalonicense había sido idólatra (1:9) y habían vivido en
gran inmoralidad. De ese pasado se habían vuelto hacia Cristo. Pablo no tuvo tiempo en esta ciudad
de instruir a los neófitos tan a fondo como habría deseado. Por tanto, en su carta les expresa el gozo
ante su fidelidad y los anima en medio de su sufrimiento, enseñándoles el camino de la santidad y
corrigiendo las concepciones erradas sobre el retorno del Señor. Entonces, Pablo escribió la carta por
las siguientes razones: (1) Para hablar sobre la campaña de chismes que había en contra suya, sus
motivos y su trabajo (2:2-10). (2) Para expresar gozo por las buenas noticias (3:6-9). (3) Para
responder preguntas sobre la segunda venida (4:13-18), ya que algunos creían que era inminente y por
tanto, habían dejado de realizar las actividades normales de la vida para dedicarse a esperar. Estaba
también la pregunta sobre qué les ocurriría a los cristianos que ya hubieran muerto cuando volviera
Cristo. (4) Para dar instrucciones sobre la falta de gobernabilidad, probablemente porque había
algunos gorristas perezosos que dependían de la caridad de la Iglesia (5:14). (5) Para animarlos a que
siguieran avanzando en la gracia (capítulos 3 y 5).

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 134
En 2ª de Tesalonicenses Pablo habla de resolver algunos problemas que prevalecían en Tesalónica, de
los cuales algunos se debían a que su primera epístola había sido mal interpretada.

Contenido. En 1ª de Tesalonicenses Pablo enfatiza “la segunda venida” del Señor Jesús y la “segunda
bendición” de la santificación completa en la vida del creyente. Menciona la segunda venida al final de
cada capítulo. Ora para que sean santos y les dice cómo vivir vidas piadosas. El apóstol inicia
describiendo a fondo la conversión de los tesalonicenses (1:1-10). El cambio en sus vidas era bien
conocido por todas las iglesias (1:7-19). Luego les recuerda cuál fue su propia conducta cuando les
predicó con motivos puros y cómo les demostró su amor (2:1-12). Habían sufrido por su fe (2:13-16).
¡Cuánto deseaba verlos (2:17-20)! Por su preocupación por la iglesia, les había enviado a Timoteo
(3:1-5), quien había regresado llevando la buena noticia de que eran fieles (3:6-10).

Pablo inicia su enseñanza orando para que sean santos (3:11-13). Luego los amonesta en dos aspectos
de una vida santa—la pureza sexual y el amor fraternal (4:1-12). Luego se vuelve al tema del regreso
de Cristo. No deben temer. Cuando el Señor vuelva los cristianos que han muerto serán unidos a los
que viven todavía (4:13-18). La tarea cristiana es vigilar y estar siempre listos para ese gran evento
(5:1-11). Luego da instrucciones importantes para la vida diaria (5:12-22) y concluye con una oración
para que sean santos (5:23-24), saluda y da una bendición (5:25-26).

Pablo comparte la escritura de 2ª de Tesalonicenses con sus compañeros misioneros Silvano y


Timoteo, al igual que lo había hecho con 1ª de Tesalonicenses probablemente a fines del año 51.
Algunos puntos de 1ª de Tesalonicenses reaparecen nuevamente: el sufrimiento de los cristianos (2ª de
Tesalonicenses 1:3-12; 1ª de Tesalonicenses 2:14-16), la pereza (2ª de Tesalonicenses 3:6-15; 1ª de
Tesalonicenses. 4:9-12), y el regreso del Señor (2ª de Tesalonicenses 2:1-12; 1ª de Tesalonicenses
4:13-5:11). Esta segunda carta fue escrita para animar a los tesalonicenses en el sufrimiento, ayudarlos
a comprender mejor el regreso del Señor y enseñarles a llevar una vida de trabajo responsable. Pablo
se regocija con ellos de que han seguido fieles a pesar del sufrimiento (1:3-4), lo cual es señal de la
justicia de Dios. Cuando Cristo regrese, los cristianos “descansarán” y los impíos que los persiguen
serán finalmente juzgados (1:5-12). Cristo aún no ha regresado; los cristianos no deben angustiarse
pensando si se habrán perdido Su regreso (2:1-2). Antes de Su regreso, habrá una gran rebelión
dirigida por una persona que exigirá tomar el lugar de Dios (2:3-7). Pero Cristo vendrá y destruirá por
completo a esa persona y a sus seguidores (2:8-12). Lo que cuenta en el presente es “estar firmes” en
la enseñanza que han recibido (2:13-17), orar para que se extienda el evangelio (3:1-5) y vivir una
vida responsable, laboriosa y útil (3:6-15).

En la primera de las epístolas, Pablo revela su carácter interior y muestra el amor y la ternura que
siente por los creyentes de Tesalónica, en respuesta a algunas de las situaciones que aparecen al final
de la carta. Para entender esta revelación del corazón y vida de Pablo, debemos entender que al
parecer había algunos en Tesalónica que habían iniciado una campaña de calumnias en su contra. Se
había ido de Tesalónica porque los judíos sentían envidia. Sin duda quisieron desacreditarlo luego de
que partió. Lo acusaban de ser engañoso y quizás hasta loco; que sus motivos no eran puros; que
deseaba engañar a propósito a otros por algún interés personal; que quería agradar a los hombres en

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 135
lugar de a Dios; que enseñaba por dinero; que buscaba el prestigio personal; y que actuaba como un
dictador.

En respuesta a estas acusaciones, Pablo dijo tener las siguientes características: (1) Fidelidad—jamás
ninguna oposición lo había debilitado. Es típico de Pablo declarar todo lo que Dios ha dicho, sin
importar cuán fuerte sea la oposición a cosas como la resurrección, el mesianazgo de Cristo y otras
doctrinas. (2) Bondad—se le acusaba de tener motivos interesados, de predicar para obtener ganancia.
Pablo declara su inocencia. (3) Humildad en lugar de egoísmo—Pablo no se preocupaba de si su
mensaje le agradaría a la gente, o si aumentaría su fama o le generaría dinero. (4) Gentileza—no era
un asalariado pero “deseaba cariñosamente” seguir siendo como una madre para ellos. La fidelidad se
equilibra con la gentileza. (5) Consideración—Pablo le suplicó a cada uno personalmente. No tenía un
interés profesional pasajero en los tesalonicenses, sino una preocupación por cuidar de cada uno
personalmente. (6) Amor—Pablo los amaba de todo corazón y estaba dispuesto a invertir en ellos y a
agotarse por ellos. Éste es un buen ejemplo del amor divino que él afirmaba tener. Sentía el peso de
cuidar a todas las iglesias, lo cual lo llevaba a orar día y noche. (7) Gozo—la fuente de gozo de Pablo
en todas sus tribulaciones era tener noticias de los creyentes. Esto también era su gozo delante de
Dios. Si pudiéramos sentir como él sintió, ese gozo sería para nosotros lo más grande en todo el
mundo, excepto por nuestro propio gozo en Cristo. No nos extraña entonces que Pablo pudiera decir:
“Vosotros vinisteis a ser imitadores nuestros y del Señor” (1:6), ya que ciertamente Pablo seguía al
Señor.

Los énfasis teológicos de Pablo los veremos en un repaso de las siguientes doctrinas: la elección, la
cristología, la conversión, la santificación, el advenimiento de Cristo, la resurrección, el juicio, la
preocupación mutua en la Iglesia de Dios y la vida práctica. Pablo presenta los siguientes puntos
doctrinales:

1. La santidad. Las referencias son: (1) 1:5, el Espíritu Santo—el que produce; (2) 2:10, el
comportamiento santo—el testimonio de Pablo; (3) 3:13, el corazón santo—que es afirmado por
la santidad; (4) 4:7, la conducta santa—la vida de santidad; (5) 5:27, los hermanos santos—la
comunión. Ya hemos visto el cambio en sus vidas. Sus vidas fueron transformadas (1:9) y poseían
el fruto del Espíritu en buena medida (4:1). Pablo los reconviene en cuanto a que necesitan
santidad porque ésa es la voluntad de Dios (4:3,7-8). Dios desea nuestra santidad, lo cual es razón
suficiente para enfatizar el punto constantemente. Toda nuestra vida debe ser gobernada por Su
voluntad. Ellos necesitaban la santidad porque la carne es débil (4:3-7). Habían salido de un
ambiente donde no se enfatizaba el mal de los pecados sexuales. La inmoralidad era común en las
prácticas religiosas paganas. En consecuencia, había una fuerte tendencia a volver a esas prácticas
livianas. La obra de la santificación era necesaria para detener esas prácticas, porque aunque ya se
habían detenido al ser salvados, los fortalecería contra la tentación y reducirían, por tanto, toda
posibilidad de volver al pecado. Su carácter era imperfecto (3:10-12), en especial su fe. Debe
notarse que su fe ya era inusualmente fuerte y eficaz. Sin embargo, Pablo estaba profundamente
interesado en que siguiera perfeccionándose. No era sólo que temiera que pudieran caer en
tentación, sino que sabía que algo les hacía falta básicamente. La fe es en parte mental, y
necesitaban información sobre la santidad. La fe es en parte volitiva, y necesitaban hacer la

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 136
voluntad de Dios. La fe es, finalmente, una confianza en la fidelidad de Dios, y Pablo certifica que
Dios es fiel. Además, necesitaban la santidad por causa de las exigencias que traería Su venida
(3:13, 5:23). Se le está preparando una novia para Cristo en Su venida, y la santidad es el vestido
que recibirán quienes esperan Su venida. El cielo es un lugar santo preparado para gente santa, y
se está preparando un pueblo santo para las más altas glorias de ese lugar. Pablo enseña sobre la
esencia de la santidad. Dios es santo. En 1ª de Tesalonicenses 5:23 dice: “Que el mismo Dios de
paz os santifique por completo; y todo vuestro ser—espíritu, alma y cuerpo—sea guardado
irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” Pablo ora para que sean santos. Dios es
el autor de la paz entre Él y los que han aceptado a Jesús. También hace la paz entre los
creyentes—una paz que brota del espíritu humano y es constantemente renovada por una relación
viviente con el Espíritu de Dios.

La santificación no es un logro humano. Dios es quien les concede esta gracia a los creyentes. La
santificación es algo más que una purificación externa o una consagración al estilo de un ritual del
Antiguo Testamento. La santificación del Nuevo Testamento libera al creyente del pecado y lo
purifica y hace santo. Con Jesús, Pablo ora para que la santificación sea una realidad en la vida de
los creyentes. La santidad debe llegar a la raíz misma de nuestro ser por medio de una
santificación completa. Todo aspecto de la vida debe ser santo. Estamos sin mancha delante de
Dios cuando voluntariamente dejamos de transgredir Su ley. Esta calidad de estar sin mancha se
mantiene si obedecemos la nueva luz que Dios nos revela. La oración de Pablo es que los
creyentes sigan siendo santos y sean hallados santos cuando nuestro Señor Jesucristo regrese.
“Por eso sabemos que la santificación no ocurre ni en la muerte, ni durante ella o después de ella”
(Clarke).

La santificación es instantánea y completa. Limpia el corazón de manera que una persona queda
sin mancha delante de Dios. Dios ve todas las actitudes impuras del corazón: el orgullo, los celos,
la pereza, la autocompasión. Él nos limpia tan perfectamente que no queda nada que pueda ser
condenado. Su fidelidad esa la base de nuestra esperanza y seguridad de que existe limpieza para
nosotros en la sangre de Cristo. Recibimos una promesa así en 1ª de Tesalonicenses 5:24: “Fiel es
el que os llama, el cual también lo hará”. Sin embargo, debemos recordar que Su fidelidad nos
sirve individualmente sólo si tenemos fe en Él.

Los resultados de la santidad son: (1) la perfección cristiana, (2) nuestra firmeza en la gracia; (3)
el seguir sin mancha; (4) una conducta santa; y (5) valor para Su venida. Si somos como Él, si
amamos Su venida y si Su Espíritu vive en nosotros, tendremos gozo y no vergüenza cuando Él
aparezca. Una novia ciertamente se goza cuando ve al novio y se une a él.

2. La segunda venida de Cristo. Debe notarse que cada capítulo de 1ª de Tesalonicenses termina
con una referencia a Su venida. Porque esperamos Su venida, sentimos motivación para las
siguientes cosas: (1) El servicio. Si hemos ganado almas para Jesús, recibiremos una corona de
gozo en Su venida. (2) La santidad. Esto no significa que quienes no han recibido aún un segundo
beneficio no puedan entrar al cielo. Si caminan en la luz se les permitirá entrar; sin embargo, la
santidad es la preparación para ser admitidos y si la rechazamos no estaremos listos para Su

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 137
venida. (3) La consolación en el dolor. Antes de que viniera este mensaje de la resurrección del
cuerpo, los hombres se desesperaban por la muerte, pero ahora hay una esperanza maravillosa. (4)
La vigilia. La sobriedad y la vigilia están entrelazadas (5:6,8). Vigilar implica estar alerta y poner
atención y se relaciona comúnmente con la oración. No debemos dejar que ese día nos encuentre
descuidados y durmiendo espiritualmente. Vigilar es primeramente una actitud mental, y la
sobriedad es una actitud moral que no permite que nada ensucie nuestros “vestidos espirituales”.
(5) El ánimo de los unos a los otros y la esperanza. El día del Señor no es para traer ira, sino para
traer salvación. “Él no desea que nadie perezca”. Dios ha planeado que todos los hombres se
salven. Ha preparado el infierno para el diablo y sus ángeles, no para los hombres. El cielo ha sido
preparado para todos los hombres y éstos se lo pierden si rechazan la misericordia. Quizás los
tesalonicenses dejarían de ser fieles por causa de las aflicciones que estaban viviendo. Pablo sabía
que si esto sucedía, su trabajo habría sido en vano. Es decir, reconocía que estos cristianos, que
sin duda eran creyentes, podían caer; era su trabajo velar para que no se perdieran. Por eso Pablo
dice que la gracia de la santidad y el establecimiento espiritual son el antídoto para evitar caer.

Como resultado de la enseñanza de Pablo sobre la segunda venida de Cristo, los tesalonicenses
creyeron que Su venida era tan inminente que debían dejar de realizar las actividades normales de
la vida y simplemente dedicarse a esperar a Jesús. Esto significó que algunos se convirtieron en
gorristas que dependían de la caridad de los demás. Por eso Pablo pone a derecho este asunto. Es
verdad que debemos esperar Su venida con esperanza y anticipación, pero no debemos dejar de
trabajar y hacer un trabajo honesto, porque no sabemos el tiempo exacto en que volverá. Los
cristianos debemos ser ejemplos de trabajo y caridad para el mundo, y en ningún caso deben
nuestras creencias volvernos zánganos o gorristas que viven a merced de los no creyentes. Esto
empañaría mucho nuestro testimonio.

3. Deberes prácticos del cristiano. Pablo casi siempre cierra sus cartas con exhortaciones y
órdenes para llevar una vida cristiana práctica. Esto es apropiado, porque el cristianismo no tiene
valor alguno si no logra cambiar nuestra vida. La teoría que no altera la moral es vana y debe ser
rechazada, pero la religión de Cristo modifica la vida de sus seguidores, quienes por la fe en
Cristo experimentan regeneración y una completa santificación. En la experiencia cristiana no hay
cabida para acomodarse y simplemente mantener el status quo. Siempre debemos avanzar. La
purificación de nuestro corazón nos prepara para el máximo crecimiento.

a. Debemos progresar en la vida cristiana (4:1,9-10). (1) Debemos progresar en nuestro


caminar. Debemos constantemente procurar agradar más a Dios. Nuestra meta no es sólo ser
obedientes, sino agradar a Dios. (2) Debemos progresar en nuestras actitudes (4:10). Quizás
el amor ya sea perfecto y lo será si estamos llenos del Espíritu, pero siempre hay espacio para
aumentarlo continuamente.
b. Nuestra conducta y relaciones en la Iglesia deben ser apropiadas (5:12-22). (1) Se nos ordena
tener respeto para el ministro. Debe haber respeto y comunión, como en la familia. El
ministro debe ser respetado no sólo por el sagrado puesto que ocupa, sino por el trabajo que
realiza. Es una labor extremadamente importante, una que requiere la bendición de Dios, y
por tanto, debe recibir el respeto y la gratitud de los hombres. (2) Debemos respetarnos unos

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 138
a otros. Esto incluye a los “perezosos” que literalmente se salen de las filas, como los
soldados en un ejército. Debemos tener suficiente amor y humildad para ayudar a los que
parecen estar a la deriva o que se rezagan en el camino. Esto incluye a los de “mente ociosa”
que son los que están desanimados o decaídos. Han luchado contra tentaciones, soledad o
insinuaciones del enemigo y parece que ya no pueden dar un paso más. Con rapidez debemos
animarlos y consolarlos, como si fueran niños que ha resbalado. Los que son débiles
espiritualmente necesitan fuerza cuando están creciendo en fe y debemos apoyarlos, orar por
ellos, aconsejarlos y mostrarles interés amoroso a fin de que un día puedan estar de pie solos.
Debemos tener paciencia y tolerancia hacia todos, incluso hacia los desagradables pecadores
que viven a nuestro alrededor. En ningún momento debemos devolver con la misma moneda
el mal carácter o la fea conducta que nos muestren a nosotros, sino más bien mostrar amor y
bondad en el nombre de Cristo y para Su honra.

Las características personales que manifestamos por el Espíritu son vitales en una vida santificada.
Con frecuencia debemos medirnos contra ellas. Algunas son: (1) regocijarnos siempre; (2) orar sin
cesar, (3) en todo dar gracias; (4) no apagar el Espíritu, (5) no despreciar la profecía y (6) probar
todas las cosas. El consejo de no despreciar la profecía debe equilibrarse en la práctica con la
exhortación de “probar todas las cosas”. Hay falsos profetas y ningún cristiano debe creer todo lo que
se le enseñe. Debemos probar todas las cosas que nos dicen. Debemos probarlas contra la Palabra de
Dios, por el carácter que producen, por la aprobación interna del Espíritu (discernimiento), por la
enseñanza general de quienes son espirituales, y por las grandes doctrinas de la Palabra.

En 2ª de Tesalonicenses Pablo intenta responder una de las preguntas más comunes que la gente hace
sobre Dios y Su trato: ¿por qué permite Él que los hombres sufran? ¿Por qué algunas veces pareciera
que los justos sufren más que los malvados? ¿Por qué permite Dios que los malvados persigan a los
justos?

I. El problema del sufrimiento

A. El sufrimiento del justo. Pablo inicia su respuesta en una forma adecuada y gentil,
alabándolos por las buenas cosas que hay en ellos. Tienen fe y amor y muestran paciencia en
sus persecuciones. Aunque evidentemente algunos cuestionaban su situación y las razones por
las que Dios lo permitía, la iglesia no se había alejado sino que seguía adelante pese a las
dificultades. Es evidente que habían sufrido mucho por causa de sus compatriotas y de los
judíos de la sinagoga.

Hay una diferencia entre “persecución” y “tribulación”. La persecución es un sufrimiento


estrictamente de orden religioso. La tribulación puede tener otra fuente. Pablo los consuela
diciendo que (1) la fe y la paciencia crecen bajo presión, (2) sufrir por Cristo aumentará su
gloria en el mundo por venir, (3) la tribulación prueba que habrá un juicio venidero, el cual
dará castigo a los que han perseguido a los justos y donde Dios recompensará a los justos que
hayan soportado sufrimiento por causa de Cristo.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 139
B. El sufrimiento de los malvados. Es un hecho que hay gente malvada. De ella se dicen tres
cosas. Primero, que molestan a los santos. Son los responsables de causarles sufrimiento a los
cristianos y porque lo hacen, de estar persiguiendo al mismo Cristo. Segundo, no conocen a
Dios. No pueden haberlo conocido, pero tampoco quieren hacerlo pues no desean las
obligaciones que ello conlleva. Tercero, no obedecen al evangelio. Debe notarse que el
evangelio demanda obediencia. Cuando una persona escucha el evangelio, el estímulo que
recibe no es sólo intelectual; recibe una revelación moral sobre su propia condición pecadora y
que sólo la gracia de Dios lo puede librar de la ira venidera. Cuando una persona no obedece
al evangelio, se expone, sin excusa, a esa ira venidera. El evangelio es la única vía de escape.

Es justo que Dios deje que los malvados sufran. Una ley de la moral dice que el hombre
cosecha lo que siembra. Está separado de Dios y de la gloria de Su poder. Dios hizo al hombre
como un ser que puede escoger. Si escoge alejarse de Dios y rechazar Su camino, parte del
castigo es que se le permite ir para siempre en esa dirección. El castigo será implacable. Los
que persistan en sus pecados enfrentarán un severo castigo. Es un castigo eterno como
claramente lo enseña Pablo aquí. La destrucción no es el fin del ser; es la ruptura y la
separación de todo lo que es bueno.

Pablo exhorta a los tesalonicenses a no tener temor, incluso en medio de la persecución, pues viene el
día del juicio del Señor cuando todos los males serán corregidos. Es más, exhorta a los creyentes a
que, a la luz del juicio, sigan cumpliendo con la bondad del Señor. Ora por ellos para que el nombre
(naturaleza) de Cristo se pueda ver en ellos. El que esa gracia sea suficiente para poder reflejar el
resplandor mismo de la gloria de Dios es una afirmación maravillosa. Somos glorificados en Él y Él en
nosotros. Glorificar a Dios es mostrar cómo es la naturaleza del Señor. En Su venida, será
magnificado por lo que somos, y nos maravillaremos y asombraremos de Él.

II. El problema del sufrimiento de Cristo

Asombra mucho que una iglesia tan joven supiera tanto de la venida del Señor. Es evidente que Pablo
le dio gran importancia a esta doctrina porque le dedicó mucho tiempo pese a que estuvo en
Tesalónica por un período muy corto. Esto es una lección para nosotros hoy que estamos más cerca
del tiempo de la venida del Señor: nuestra gente debe tomar conciencia del evento y estar
completamente preparada para él.

A. El problema del engaño. La gente creía que la venida del Señor era inmediata. Algunos incluso
creían que el día ya había pasado. El engaño ha sido siempre algo común cuando se habla de la
segunda venida de Cristo y el fin de los tiempos. Jesús le advirtió a la Iglesia de eso.
Aproximadamente un tercio de toda la Biblia toca el tema del día del Señor para que podamos
comprender los principales eventos incluso si no llegamos a estar en perfecto acuerdo en todos los
detalles.

B. Los eventos profetizados. Un bosquejo muy amplio de los eventos relacionados con la venida del
Señor es éste: (1) el rapto de la Iglesia, (2) la apostasía, (3) la revelación del hombre de pecado—

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 140
su carácter, su desarrollo como el anticristo, el poder de justicia que mantiene alejado del mundo a
este hombre malo, cómo éste controlará a los hombres y finalmente, cómo será destruido; y (4) la
revelación de Cristo. Después de que el hombre de pecado se revele y haya pasado el período de
la tribulación, Jesús será revelado y se encargará del anticristo.

C. La seguridad del creyente. Estamos seguros porque (1) Dios ha escogido salvar al hombre en
vez de abandonarlo, (2) Dios ha llamado a todos los creyentes a ser salvos—pero todos los
incrédulos serán condenados; 82) creemos la verdad y todos los que son llamados por el evangelio
y crean, serán salvos; (4) la santificación que nos da el Espíritu nos asegura para esta obra que
empieza en la regeneración y se completará en la segunda obra, cuando el Espíritu venga en toda
Su santa plenitud; (5) somos afirmados por la gracia de la santidad así como por la Palabra y otros
ministerios de Su gracia; y (6) creemos en una salvación final y la gloria con Cristo.

III. El problema de esperar

Sin duda Pablo le da seguimiento a un problema que trató en su primera epístola, y lo hace
firmemente. También trata el hecho de que algunos creyentes estaban cayendo en la pereza, negándose
a trabajar con el pretexto que Jesús iba a venir pronto. La Iglesia se vio ante la responsabilidad de
cuidar a esos perezosos.

A. Los desordenados. Con eso Pablo se refirió a los que no servían a la iglesia ni se ayudaban a sí
mismos. Pablo ejerció su autoridad apostólica para corregir esta mala situación. Ordenó que cada
persona debía comer su propio pan, y que para hacerlo debía trabajar sin estar ansioso por la
pronta venida de Cristo.

B. La ocupación. El cristiano tiene mucho que hacer mientras espera la venida del Señor. La espera
no es inactiva sino una de vigilancia activa mientras trabaja. Pablo los amonesta a orar, porque la
oración es lo único que produce victoria sobre la oposición humana. Deben progresar en amor, lo
cual incluye el amor de Dios por nosotros, así como nuestro amor por Él. Deben ocuparse en
hacer el bien. No deben desmayar sin importar cuán severa sea la persecución.

C. La preservación. Nunca se debe dar por sentado que los creyentes tienen asegurado el cielo.
Persistir, tener paciencia y soportar son cosas necesarias. La fidelidad de Dios nos garantiza que
tendremos la fuerza necesaria. Debemos notar aquí que para estar firmes debemos al mismo
tiempo preservarnos del mal. La fidelidad que mostró Cristo cuando estuvo a prueba y enfrentó la
oposición pasa a ser nuestra y crecemos a Su imagen. Hay paz en cada circunstancia. No hay paz
fuera de la presencia de Dios. El Señor mismo siempre está con nosotros. Nuestra fe está segura,
nuestra esperanza es restaurada, nuestro valor aumenta por la conciencia de esto. Nuestros ojos
físicos no pueden ver, pero el ojo espiritual de la fe reposa en Él y en esa contemplación tenemos
paz y estabilidad. “El Señor está contigo” fue siempre la fuente de fortaleza de la Iglesia primitiva,
fuera que estuviera en la cárcel, en los fuegos del martirio o en las labores de cada día. “El Señor
está a la puerta” (Filipenses 4:5).

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 141
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 12

1. ¿Cuáles son las cinco razones por las que Pablo escribió 1ª de Tesalonicenses?

2. ¿Por qué escribió Pablo 2ª de Tesalonicenses?

3. ¿Cuáles son los dos temas principales de 1ª de Tesalonicenses?

4. ¿Con cuáles tres asuntos trata 2ª de Tesalonicenses?

5. ¿Cuáles son las siete características que menciona el apóstol Pablo en respuesta a las acusaciones
que se le hicieron?

6. ¿Qué hace la santificación neotestamentaria para el creyente?

7. ¿Cuáles son cinco resultados de la santidad?

8. ¿Con cuáles cinco acciones mostramos que esperamos la venida del Señor?

9. ¿Cuáles son las seis acciones que manifiesta el Espíritu Santo en una vida santificada?

10. ¿Qué debe hacer un cristiano mientras espera que el Señor vuelva?

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 142
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
NOTAS DE LA LECCIÓN 13
1ª DE TIMOTEO

Las dos cartas a Timoteo y la carta a Tito forman un subgrupo dentro de las cartas de Pablo. No van
dirigidas a una iglesia, sino a pastores, jóvenes colegas de Pablo en el ministerio. Por tanto, desde el
siglo dieciocho, han sido llamadas las Epístolas Pastorales. Estas tres cartas comparten rasgos y
contenidos parecidos. Fueron escritas después de Hechos y casi al final de la vida de Pablo. El primer
versículo de cada carta identifica que Pablo es el autor. Algunos teólogos han negado esta afirmación,
pero hay fuertes indicios externos e internos que respaldan la autenticidad paulina de estas cartas.
Pablo fue liberado de prisión a fines del año 62 o a inicios del 63, lo cual se registra al final de Hechos.
1ª de Timoteo fue escrita probablemente en el año 65. La única referencia histórica específica (1ª de
Timoteo 1:3) parece indicar que hubo otro período de viajes y ministerio. La carta de Tito fue escrita
probablemente poco después de 1ª de Timoteo, pero antes de que el apóstol fuera de nuevo arrestado
y encarcelado en el año 66. En 2ª de Timoteo, escrita probablemente en el año 67, Pablo estaba de
nuevo en prisión y esperaba su ejecución (2ª de Timoteo 4:6).

Timoteo, oriundo de Listra en Asia Menor, era hijo de madre judía y padre gentil (Hechos 16:1-3). Se
había convertido con Pablo, quien evangelizó Listra en su primer viaje misionero. Timoteo se unió a
Pablo y a Silas en el segundo viaje misionero y con ellos fue a Grecia. Pablo lo envió a visitar las
iglesias de Tesalónica y Corinto. Su estrecha relación con el apóstol se evidencia en que el nombre de
Timoteo aparece ligado al de Pablo en la introducción de seis de las cartas paulinas. En el tiempo en
que escribió 1ª de Timoteo, Pablo lo había enviado a Éfeso (1:3) para que supervisara la obra allí y
posiblemente en toda Asia Menor. Como era comparativamente joven (se cree que Timoteo tendría
entre 30 y 35 años de edad cuando se escribió esta carta) (4:12), Timoteo requería instrucción para
supervisar los asuntos de la iglesia y consejo en asuntos de conducta personal en el ministerio. En 1ª
de Timoteo, Pablo se interesa particularmente en que se refuten los falsos maestros de Éfeso.

Pablo le advierte a Timoteo de las falsas enseñanzas y lo guía sobre cómo manejar este asunto. Hace
una lista de las cualidades de los obispos, los diáconos y las viudas; da instrucciones sobre la oración y
el ministerio; y compara la riqueza terrenal con las riquezas espirituales. Pablo también le da pautas a
Timoteo sobre cómo conducir su vida personal. 1ª de Timoteo fue escrita para cuidar y guiar
pastoralmente a este joven líder. Las palabras son para animarlo y ayudarlo a refutar las falsas
enseñanzas. Hay varias palabras clave en la epístola: fe, salvación, conciencia, doctrina y santidad. La
que aparece más frecuentemente es “santidad” y otros términos relacionados. Nuestro estudio de 1ª de
Timoteo seguirá el siguiente bosquejo:

El ministro y la santidad

I. Introducción
II. La ley, el evangelio y la santidad
III. La guerra por la santidad

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 143
IV. El orden en la iglesia y la promoción de la santidad
V. La santidad y la doctrina
VI. La santidad en el quehacer de la Iglesia
VII. La ganancia y la santidad
VIII. Conclusión

I. Introducción

La costumbre a la hora de redactar cartas era que el escritor iniciara diciendo su propio nombre en
lugar de colocarlo al final de la carta, como hacemos hoy día. Esta era una carta oficial a Timoteo, no
solo una de índole personal. Pablo estaba autorizando a Timoteo para tratar con herejes y falsos
maestros, así que era importante darle la autorización. Timoteo podía usar la carta como especie de
credencial para corregir los errores. Pablo dice: “Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y
de Cristo Jesús, nuestro Señor” (1ª de Timoteo 1:2). En esta bendición a Timoteo, menciona que la
gracia es el atributo por el que Dios nos da tanto bien que no merecemos. La misericordia es el
atributo por el cual Él retiene el castigo que merecemos y en su lugar nos concede amor. La paz es un
término para indicar bienestar general e incluye todo lo que es para el bien supremo del hombre. Es
tranquilidad y armonía dentro del amor de Dios.

II. La ley, el evangelio y la santidad (vs. 1:3-17)

Antes de que Pablo saliera de Éfeso en su tercer viaje misionero, advirtió que se levantarían falsos
maestros. Es ahora evidente que esa profecía se ha hecho realidad. No identifica cuál es el error, pero
por las descripciones pareciera ser que el error del gnosticismo estaba ganando prestigio e influencia
en ese momento. Notamos algunas de las características de ese error aquí, como también en el
trasfondo de varios escritos del Nuevo Testamento:

(1) Los gnósticos creían que la materia era mala de sí.


(2) Como Dios es esencialmente santo, no podría haber manejado la materia, así que no creó
directamente el mundo.
(3) Los gnósticos creían que había una serie de emanaciones de Dios que iban descendiendo
progresivamente y cada una estaba más alejada del carácter de Dios. La emanación al final de la
lista estaba tan alejada de Dios que podía por ello manejar la materia mala y hacer un mundo de
ella.
(4) Para que el hombre llegara a Dios, debía ascender la escala de emanaciones. Para ello debía tener
un tipo especial de conocimiento (gnosis), que incluía conocer las claves para pasar de una
emanación inferior a otra superior. Sólo una persona con un altísimo poder intelectual podía tener
este conocimiento y por tanto, llegar a Dios.
(5) Por tanto, una característica del gnosticismo era el orgullo intelectual.
(6) Como la materia era mala, el cuerpo también era considerado malo. De esto se derivaban dos
conclusiones distintas. Una era que el cuerpo debía ser entregado a un ascetismo severo. Los
deseos e instintos, particularmente los sexuales, debían ser apagados lo más posible. Por otro
lado, algunos sentían que el cuerpo era esencialmente malo y jamás podría dejar de serlo sin

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 144
importar en lo que se involucrara; el espíritu era bueno e independiente de toda conducta del
cuerpo. Con base en este pensamiento, se podía concluir que todas las clases de gratificación no
afectaban la verdadera moralidad.
(7) Como el cuerpo era malo, se creía que no era posible la resurrección corporal, sino sólo la del
espíritu.

Aparentemente, algunos judíos estaban involucrados en la herejía gnóstica. Había varias razones por
las que este error les llamaba la atención. Muchos judíos creían que el conocimiento de la Ley y las
regulaciones sobre la comida componían el conocimiento y ascetismo necesarios para hallar el favor
de Dios. Pablo podía con todo derecho decir que quienes deseaban ser maestros no sabían realmente
lo que estaban diciendo.

El fin positivo de la Ley es generar amor en un corazón limpio, una buena conciencia y una fe genuina.
Es muy posible que el término “mandamiento” haga referencia al mandato de Timoteo para la gente,
pero también aplica a un mandato más amplio de la Ley de Dios. Cuando la gente se desvía del alto
propósito de la dispensación de Dios (edificación santa) cae en la vanidad y el altercado. Una ruptura
moral suele llevar al error en un esfuerzo de compensar el dolor de una conciencia lastimada.

Desde un lado negativo, la Ley expone y condena muestra la falta de ley y santidad. Los
mandamientos a no hacer cosas que incluye la Ley tienen como fin ser una barrera contra el mal, del
cual se dan aquí varios ejemplos. Los primeros tres pares de males son contra Dios y la justicia; son
males relacionados con la actitud. Los restantes son males de conducta, males que se realizan en
sociedad. Los pecados de los versículos 9 y 10 son violaciones abiertas a los Diez Mandamientos:
falta de ley, insubordinación, falta de santidad, pecadores, impíos y profanos, asesinos, homicidas,
fornicarios, sodomitas (homosexuales), secuestradores, mentirosos y perjuros. Esta lista de pecados
muestra la clase de mundo en que vivían los cristianos de esos días. Esos mismos pecados prevalecen
en nuestra sociedad, pero es posible vivir libre y santamente del pecado ahora, como lo fue entonces,
si aceptamos la gracia de Dios y la victoria en Cristo.

La Ley se opone a todo lo que es contrario a la sana doctrina, y esta sana doctrina es según el
evangelio. Es decir, la Ley y el evangelio están de acuerdo en cuanto a oponerse al pecado. Hay
cuatro características de este evangelio. (1) Es un evangelio de sana doctrina. Produce limpieza y
salud morales. Cualquier religión hoy día que no eleve a los hombres por encima del pecado y los haga
limpios, no estará de acuerdo con el evangelio. (2) Es un evangelio glorioso porque perdona los
pecados pasados y otorga victoria sobre el pecado en el futuro, con el prospecto de una eterna
bendición al lado de nuestro Señor. (3) Viene de Dios. El Todopoderoso es quien da el primer paso en
este plan glorioso. (4) Les ha sido confiado a los hombres. ¡Qué responsabilidad le da esto al ministro
del evangelio!

Pablo considera que la predicación del evangelio es un encargo personal que le ha dado Dios. Su
testimonio de la gracia de Dios en su propia vida (vs. 12-17) es la base para su encargo a Timoteo, su
“verdadero hijo en la fe”. Timoteo debe llevar el ministerio de Pablo estableciendo la sana enseñanza y
llevando una vida correcta. La experiencia de Pablo en el camino a Damasco está en el pasado, pero el

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 145
recuerdo de ese momento y el testimonio de él están en tiempo presente: “Doy gracias a Cristo”. La
conducta de Pablo había sido errada, pero era porque no entendía claramente la verdad y no porque
adrede se hubiera rebelado contra Cristo. Somos juzgados de acuerdo con nuestro conocimiento
(Lucas 12:47-48). Sin embargo, la gracia de Dios para con el perseguidor sólo se puede describir
como misericordia. La gracia de Dios fue tan abundante que reemplazó la ignorancia y la incredulidad
con fe y amor. Esta gracia le llegó a Pablo cuando se entregó a Jesucristo. En las Epístolas Pastorales
aparece cinco veces la frase “dicho fiel” en citas sobre verdades cristianas clave. Aquí respalda el
hecho central del evangelio: Cristo vino a salvar a los pecadores de la culpa y del poder del pecado. El
término “el primero de los pecadores” refleja el sentido de indignidad que sentía el apóstol así como
su gratitud por el perdón. Dios ofrece salvación. La experiencia de Pablo es un modelo que nos anima
a los que creemos en Cristo. Si Dios pudo perdonar al Pablo perseguidor, puede perdonar a
cualquiera.

En el versículo 17 la mención de la vida eterna parece trasladar a Pablo de las cosas terrenales al reino
del espíritu y la eternidad y la realidad que allí imperará. El verdadero mensaje de la salvación del
pecado es mucho mayor que cualquier falso mensaje que proclamen los seres humanos hoy día a fin de
tener seguidores. No hay mayor mensaje que la santidad. Este es el mensaje que Pablo está
proclamando, según se dice en el versículo 4 y se demuestra por su propio ejemplo—el primero de los
pecadores fue llevado al nivel de una vida cristocéntrica donde pudo afirmar: “Sed imitadores de mí
así como yo imito a Cristo”.

III. La lucha por la santidad (vs. 1:18-2:15)

Pablo le encargó a Timoteo que luchara por la fe. Estoy incluye el problema de los falsos maestros,
pero aparentemente también todo el conflicto de la verdad contra el error, de la santidad contra la
impiedad. En esta guerra que ocurre continuamente, el soldado debe tener fe y una buena conciencia.
A fin de ser un buen soldado en la causa de la santidad, el soldado debe tener las gracias de la santidad
en su propio corazón. Si la propia conciencia del ministro lo condena, su mensaje pierde poder. Se dan
dos ejemplos de hombres que, habiendo fallado en la fe y una buena conciencia, son náufragos de la
fe. No sólo se habían opuesto a Pablo, sino que habían arrastrado a otros al error. Esto es típico de los
hombres que no tienen una verdadera santidad y cuyas conciencias por tanto no los detienen de
propagar el error vigorosamente, ya que haciéndolo justifican sus acciones y alivian el dolor de su
conciencia lastimada.

Parte del pensamiento de Pablo es que la oración ocupa un lugar fundamental en la guerra de la fe. La
oración es el elemento más importante para tener victoria en nuestra guerra. ¡No podemos hacer las
cosas bien a menos que oremos bien! Siempre corremos el peligro de darles demasiado énfasis a la
capacidad y energía humanas, e invertimos más y más tiempo en ellas, descuidando la oración. Las
oraciones pueden ser de varias formas. Están las “suplicas” que son solicitudes por necesidades
personales y las “intercesiones”, que son las oraciones por las necesidades de otros y refieren a una
calidad especial de oración por la que somos valientes y confiados para entrar a la presencia de un rey
y entregar una petición. Debemos orar por todas las personas porque Dios desea que todos se salven.
Debemos orar por las autoridades civiles, sean cristianas o no. A Dios le agrada cuando oramos por

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 146
todos y por los líderes. Él es el Salvador de los que creen y desea que todos los hombres sean salvos
por la fe. Estas palabras reflejan la enseñanza bíblica de que Cristo murió por todos. El plan de Dios
para la salvación se ofrece por Jesucristo y por nadie más. La muerte de Cristo es nuestro rescate, un
sacrificio en nuestro beneficio. Dios envió a Cristo en el tiempo exacto y reveló Su plan para nuestra
salvación. Pablo tenía un encargo especial de predicar el mensaje del evangelio a los gentiles y
enseñarles las implicaciones para sus vidas. Su encargo a los gentiles era prueba de que Dios deseaba
que todos se salvaran.

En los tiempos del Nuevo Testamento era común ponerse de pie para orar, con los brazos en alto y las
palmas de las manos vueltas hacia arriba. ¿Cómo podría uno levantar a Dios manos manchadas por el
pecado? En forma simbólica, Pablo enfatiza que la oración eficaz está condicionada por una vida
santa. La duda le roba poder a la oración.

En los versículos 9 a 15 Pablo habla del lugar de las mujeres cristianas en la guerra por la santidad.
Debemos agradecerle a Dios porque el evangelio hizo que tanto hombres como mujeres tuvieran igual
acceso a Dios, si bien sus posiciones respectivas son distintas. Tan importantes son las mujeres en la
guerra que históricamente han sido el instrumento por el cual los hombres logran o victorias o
pérdidas espirituales. En el versículo 14 se menciona que Eva fue engañada y llevó al hombre al
pecado y la muerte. Hay muchos otros ejemplos: En Números 25:1-3, Israel fue derrotado por las
seducciones de las moabitas (Números 31:5,16, Apocalipsis 2:14); en Isaías 3:16-26, Dios habla de la
caída de Israel ante sus enemigos y que las mujeres son inmodestas (véase Isaías 4:3-4, donde la
santidad de la ciudad incluye limpiar la suciedad de las hijas de Sión); y Apocalipsis 17:3-6 donde la
fuente de toda apostasía se resume en la figura de una prostituta ataviada de maravillosos vestidos y
joyas.

En sus días, luego de casi cincuenta años de ministerio, Juan Wesley notó que los metodistas habían
empezado a ceder a la tendencia de vestirse como la gente del mundo, incluso las personas formales
de la iglesia. Los instó apasionadamente a no hacerlo diciendo: “¿No hay daño en todo esto? ¡O
Señor, levántate y guarda Tu causa! No dejes que los hombres o los demonios nos saquen los ojos y
nos guíen ciegos al pozo de la destrucción”. Wesley dio las siguientes razones para no usar joyas y
atavíos costosos: (1) Engendra orgullo y si éste ya existe, lo aumenta. (2) Aumenta la vanidad, que es
amor y deseo de ser admirados y alabados. (3) Tiende a crear enojo y pasiones desordenadas. Sólo
cuando uno se deshace del deseo del vestir puede reinar la paz de Dios en el corazón. (4) Tiende a
crear y alimentar la codicia. (5) Se opone directamente al ornato de las buenas obras. Mientras más
cosas se utilicen en el atavío personal, menos cosas tendrá para cubrir al que está desnudo. (6) Se
opone directamente al “hombre escondido del corazón”, a “la mente que está en Jesucristo”, y a toda
la naturaleza de la santidad interior. En lugar de crecer más y más en una mente celestial, uno se
centra más y más en la tierra. Uno se hunde insensiblemente más y más profundo en “el espíritu del
mundo”.

Las mujeres tienen un gran papel que desempeñar en la defensa de la santidad y su modestia es
estratégica. Adams, el segundo presidente de los Estados Unidos, dijo que la posición de la mujer “es
el barómetro más infalible para descubrir el grado de moralidad de una nación”. H.C. Morrison,

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 147
fundador del Seminario Asbury dijo: “El último paso en la degradación de una nación antes de una
gran calamidad o catástrofe es la falta de modestia y la indiscreción de las mujeres. Un vestido
atractivo es, al final, la ruina de la gente.” Esta verdad no es un pasatiempo trivial de un predicador
necio; es la reflexión sobria de muchos líderes honrosos desde los inicios del movimiento de la
santidad. La santidad debe llevarnos a separarnos del mundo en estos asuntos.

Las responsabilidades de las mujeres, según el apóstol Pablo, son (1) ataviarse modestamente, (2)
tener rubor y sobriedad (es decir, una actitud de modestia y seriedad), (3) excluir los adornos costosos
y vistosos, y (4) adornarse de buenas obras. Aquí el apóstol implica mucho más y mucho han dicho los
líderes de la iglesia a lo largo de los siglos sobre los peligros inherentes al vestido y la moda, pero no
deseamos elaborar demasiado el punto aquí. Baste decir que estos términos no van en contra de ser
atractivos. La palabra “adornar” indica atención y preparación. La Biblia habla mucho de la belleza de
las mujeres buenas. Se dice incluso que la salvación aumenta la belleza. No hay nada de malo con la
belleza que Dios da. El énfasis aquí es sobre lo que es adecuado e inadecuado en el atavío exterior.

IV. El orden en la iglesia y la promoción de la santidad (vs. 3:1-16)

Pablo pasa a discutir cuál debe ser la conducta adecuada de los líderes cristianos. “Obispo” o
“supervisor” significa líder o pastor. Quizás había varios en cada iglesia. Los diáconos se relacionaban
estrechamente con los obispos y probablemente ayudaban en las funciones pastorales. Los líderes
deben ser ejemplos de buena conducta. Requieren destrezas para tratar con personas tanto en casa
como en la iglesia. La capacidad para las grandes tareas tiene que ver con la responsabilidad en las
esferas menores. Los líderes no pueden ser novatos porque un neófito que progresa demasiado rápido
puede caer especialmente en la tentación del orgullo. El orgullo es un pecado de Satanás, y el castigo
al mismo es ser echado de la presencia de Dios. Nuevamente, la importancia de las mujeres santas es
que las esposas de los diáconos deben ser cristianas ejemplares y sus hijos deben estar bien
disciplinados. La influencia familiar afecta la eficacia del ministro.

En los versículos 15 y 16 se menciona todo el propósito de esta carta y de todas las Epístolas
Pastorales: el hombre de Dios debe saber conducirse en la iglesia. El versículo 16 es una especie de
Credo de los Apóstoles, una confesión de fe que Pablo quizás citó de un antiguo himno cristiano:
“Indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el
Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.”

V. La santidad y la doctrina (vs. 4:1-16)

En forma consecuente, la Biblia habla del fin de estos tiempos y del inicio de los tiempos venideros.
Aquí y en otras partes, Pablo define algunos peligros de los últimos días que evidentemente iniciaron
en sus días. Deja en claro que esas condiciones serán cada vez peores. El ministro tiene gran
responsabilidad por el rebaño cuando aparece un error. Por el lado positivo, debe “mandar y enseñar”
la verdad a los hermanos. Debe usar un método de enseñanza que utilice el consejo, la exhortación y
la persuasión, más que la orden. Antes de que pueda enseñar fiel y eficazmente a otros, debe él mismo
nutrirse de la verdad y la doctrina. Esta es la regla general. Por el lado negativo, debe evitar “las

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 148
fábulas profanas y de viejas”, como las que se indican en 1ª de Timoteo 1:4. Estas fábulas no producen
santidad y el ministro no puede favorecerlas perdiendo en ellas el tiempo.

En los versículos 12 a 16, Pablo le dice a Timoteo que silencie las críticas con una conducta
irreprochable. Su conducta debe ser tan ejemplar que los hombres puedan ver sus propias faltas en
lugar de las de él. Los primeros dos ejemplos refieren a la vida externa, el habla y la conducta, o sea,
la palabra y el acto. Los últimos tres ejemplos—amor, fe y pureza (no se debe incluir el espíritu)—
refieren a la vida interior. Luego Pablo menciona algunos elementos que Timoteo debe vigilar en los
servicios públicos de la iglesia, entre ellos la lectura de las Escrituras, la exhortación y la doctrina, es
decir, la enseñanza fiel de la verdad fundamental. Pablo le dice a Timoteo que el peligro es descuidar
todo esto. Es tan fácil descansar en las victorias y dones del pasado. El remedio que Pablo le da a
Timoteo es que (1) medite, (2) se concentre, (3) se cuide a sí mismo y (4) cuide la doctrina.

VI. La santidad en el quehacer de la Iglesia (vs. 5:1-25; 6:1-2)

Pablo da consejos para las relaciones interpersonales. El líder cristiano debe corregir a las personas
que actúan erradamente. Pero es difícil corregir constructivamente, especialmente cuando hay
diferencias de edad, o cuando se trata con el sexo opuesto. Todo consejo y corrección debe basarse en
un profundo amor y consideración por las personas. Timoteo recibe el consejo de honrar a las viudas
“que en verdad lo son”. En los tiempos del Nuevo Testamento las viudas realmente no tenían formas
de mantenerse. Por tanto, la Iglesia Primitiva se encargaba de cuidarlas, pero habían surgido
problemas para satisfacer sus necesidades. Hubo que desarrollar nuevas estructuras y pautas. De esto
salieron dos puntos importantes: (1) La iglesia debía distinguir entre las viudas que realmente
necesitaban apoyo y las que podían ser mantenidas por familiares, y (2) las viudas que recibían apoyo
de la iglesia debían tener características específicas y ayudar para resolver las necesidades de otros
miembros de la congregación y la comunidad. Pronto se creó una orden de viudas que realizaba estos
ministerios cristianos.

Pablo dice que “los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor”. Los
ancianos eran los que habían sido nombrados u ordenados para supervisar y liderar en la iglesia. Entre
ellos probablemente estaban los obispos y los diáconos. Los que desempeñaban esta responsabilidad
merecían doble honor. De especial valor eran los que llevaban la Palabra y la doctrina (predicación y
enseñanza). No debían tener el obstáculo de no contar con un salario adecuado para realizar ese
ministerio. Además, un anciano debía ser protegido de acusaciones maliciosas. Pero los que fueran
hallados pecando debían ser reprendidos en público. Hay que ejercer disciplina en la iglesia. Pero debe
hacerse sin prejuicio (motivo personal) o parcialidad (trato preferencial).

Debido a que a veces se nombraba con indebida rapidez a un líder cristiano, hubo personas no dignas
que trajeron ruina a la Iglesia. El que los ancianos sean personas santas es un asunto tan importante
que debe realizarse una investigación adecuada antes de que sean ordenados al puesto.

Pablo también les da instrucciones a los siervos. Muchos esclavos eran cristianos y era importante que
comprendieran cuál era la correcta muestra de santidad en su situación. Los cristianos en condición de

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 149
esclavitud debían dar testimonio frente a sus amos no creyentes. La doctrina de Dios es la fe cristiana.
Los esclavos que tenían amos creyentes no debían despreciarlos considerándolos débiles en aquellas
ocasiones en que su disciplina fuera mitigada con amor. Más bien, debían servirlos de todo corazón
como hermanos cristianos.

VII. La ganancia y la santidad (vs. 6:3-19)

Pablo menciona de nuevo a los falsos maestros de Éfeso. Habiendo mencionado los requisitos de la
verdadera santidad, insiste en que los que enseñen otra cosa deben ser rechazados, porque son
hombres malos. Rechazan las doctrinas de la santidad y tienen un carácter degenerado. El carácter de
los hombres que rechazan la verdad se degenera rápidamente hasta que ya no son capaces de discernir
la verdad. Estos hombres se caracterizan por: (1) ser orgullosos, (2) no saber nada, (3) causar
discordias, y (4) suponer que la ganancia es santidad. Para ellos, la ganancia era la meta más alta. Hay
hombres hoy día que hacen lo mismo. Usan la iglesia como base para hacer dinero, capitalizando un
don real o fingido de Dios. Están los “sanadores” comerciales a quienes que son seguidos por
muchísimas personas ansiosas. Ellos utilizan su credulidad para procurarse ganancias.

Pablo nos dice que “gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento”. La vida en su inicio y
su fin es independiente de la ganancia material. Por tanto, ninguna ganancia material es esencial para la
vida en sí. La meta de la vida y su propósito verdadero están muy por encima de las cosas materiales.
Al tener las cosas esenciales para la vida, el verdadero cristiano debe sentir contentamiento. Teniendo
a Jesucristo, el cristiano debe llenarse de gozo. Su vida no consiste en la abundancia de las cosas que
posea.

Timoteo recibe el encargo de buscar las verdaderas riquezas. Debe huir de la trampa de las riquezas.
Debe seguir las virtudes positivas. Debe luchar la guerra de la fe. Debe guardar el encargo con
fidelidad. Debe guardar su verdad.

VIII.Conclusión

En su exhortación final, Pablo le dice a Timoteo que es el guardián del evangelio. Su encargo es
conservarlo y pasarlo a otros sin hacerle cambios. La iglesia del primer siglo, al igual que lo es la
iglesia de hoy, fue retada por las falsas enseñanzas y las especulaciones humanas que eran
proclamadas orgullosamente como conocimiento. El cristianismo se basa en tener fe en el evangelio
que reveló Dios en Cristo y que está registrado en la Biblia. Los que enseñan posturas contrarias se
han desviado (en griego: “han errado el punto”). Pablo inicia y concluye esta carta con la misma nota:
todo lo que es contrario a la sana doctrina lleva a la ruina espiritual.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 150
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 13

1. ¿Cuál es la diferencia entre las “Epístolas Pastorales” y los otros escritos de Pablo?

2. ¿Por qué fue escrita 1ª de Timoteo?

3. ¿Cuál fue el resultado de la creencia gnóstica según la cual sólo la persona con una alta capacidad
intelectual puede tener conocimiento y por tanto llegar a Dios?

4. ¿Cuál fue un fin positivo de la Ley y cuál fue uno negativo?

5. ¿Cuáles son las cuatro características del evangelio?

6. Según Wesley, ¿cuáles son las razones para no utilizar joyas y atavíos costosos?

7. De acuerdo con Pablo, ¿cuáles son las responsabilidades de las mujeres?

8. ¿Cuáles son las cuatro cosas que Pablo le dijo a Timoteo para remediar el peligro del descuido?

9. ¿Cuáles son las características de los hombres falsos que rechazan la verdad?

10. ¿Cuáles son las cinco cosas que Pablo le encarga a Timoteo en relación las verdaderas riquezas?

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 151
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
NOTAS DE LA LECCIÓN 14
2ª DE TIMOTEO

Cuando Pablo escribió 2ª de Timoteo, estaba encarcelado en Roma. Los compañeros que estaban
con él habían partido recientemente, de manera que estaba solo—“Sólo Lucas está conmigo” (4:11).
Presuntamente, Timoteo todavía estaba en Éfeso (4:19), donde Pablo lo había colocado para
supervisar el trabajo en Asia Menor. Pablo urge a Timoteo que venga “rápidamente” a él “antes del
invierno”. Es más, le pide que traiga “la túnica que dejé” y “los libros, especialmente los papiros”.
Pablo también solicita que vaya por “Marcos y lo traiga con él”. El apóstol ya ha pasado por “una
primera defensa” y “fue librado de la boca del león”. Seguramente había habido una audiencia
preliminar y ahora el apóstol estaba rumbo a un juicio formal. Esperaba que el veredicto fuera
negativo y ser sentenciado a muerte. Había llegado al final del curso de su vida; su muerte era
inminente.

2ª de Timoteo incluye exhortaciones a la perseverancia, instrucciones para lidiar con los falsos
maestros, una descripción de la degeneración moral y espiritual en los últimos días, afirmaciones sobre
el ministerio cristiano, declaraciones de la Escritura y unas palabras finales.

Hay una nota oficial en esta carta: se identifica como apóstol y encarga a Timoteo a ser fiel y cumplir
su ministerio. Sin embargo, esta carta es mucho más personal que la primera y está llena de notas
sobre la familia de Timoteo, las lágrimas de Pablo y su situación en prisión. El objetivo principal de
esta carta era fortalecer a Timoteo para que resistiera la oposición de los falsos maestros. Pablo lo
anima a realizar el ministerio del evangelio y a capacitar a otros para que lo hagan después de que él
haya partido. El bosquejo general de este libro es el siguiente:

El obrero de Dios

A. Introducción
B. La preparación del obrero
C. La conducta del obrero
D. Los peligros que el obrero enfrenta
E. Los recursos del obrero
F. Conclusión

A. Introducción

2ª de Timoteo inicia en la forma típica de las cartas de Pablo: (1) Se identifica a sí mismo como el
emisor, (2) nombra a Timoteo como el receptor y (3) da un saludo espiritual. El apóstol afirma cuál

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 152
es la voluntad de Dios para él: que proclame que la promesa de vida de Dios se ha cumplido y está
disponible en la unión con Cristo Jesús. Se dirige a Timoteo diciéndole de nuevo que es su hijo, un
amado. ¡Qué crédito le da a Timoteo el que la última carta de Pablo de la cual tenemos registro, haya
sido dirigida a él!

B. La preparación del obrero (vs. 1:3-18)

Pablo se sentía agradecido por haber heredado de sus padres la verdad de Dios. Era un judío devoto
y aparentemente también lo habían sido sus padres. Aunque ahora estaba en prisión por haber sido
acusado de herejía por su propio pueblo, los judíos, insistió en que su conciencia estaba tranquila.
Creía que el cristianismo era la extensión justa del judaísmo y que estaba siendo fiel a sus ancestros
así como a Dios al proclamar la fe cristiana.

Evidentemente, cuando Pablo realizaba su primer viaje misionero, la primera creyente fue la abuela
de Timoteo y luego vinieron la madre y el hijo. Eran judíos devotos que pusieron su fe en Cristo.
¡Qué herencia maravillosa es tener verdaderos padres cristianos! Muchos no estaríamos aquí hoy si no
hubiéramos recibido un buen entrenamiento cristiano de nuestros padres. Es posible que personas
cuyos padres no creen en Dios encuentren a Dios y sean verdaderos cristianos, pero es una gran
ventaja si los padres son creyentes ejemplares.

Debe haber sido un tremendo reto para Timoteo que Pablo expresara tan cálidamente su confianza
en su fe. Esta confianza era la inspiración de las oraciones de Pablo, las cuales hacía noche y día. Sin
duda, mucha de la fortaleza de este joven hombre frente a duras circunstancias provenía de Dios por
causa de las oraciones de Pablo. Para todo cristiano es un reto y una fuente de fortaleza que otra
persona exprese confianza en él y ore por él.

1. El don de Dios (vs. 6-7). El don que se menciona aquí es probablemente el mismo que se
menciona en 1ª de Timoteo 4:14, y se cree que refiere al don del ministerio, con las habilidades y
capacitación para ser un buen ministro. La imposición de manos de Pablo refiere quizás a la
ordenación de Timoteo en Listra, o al nombramiento para un servicio especial en Éfeso. En
cualquier caso, fue una comisión especial para una obra especial de Dios y para el ministerio. El
don le fue dado por el Espíritu Santo y produjo en el alma de Timoteo ciertas cualidades básicas.
No produjo temor, así que Timoteo no debía temer ni ser cobarde en esa hora de dura
persecución contra la iglesia y de soledad cuando Pablo lo dejara. Era un don de poder. Tendría
energía para avanzar frente a la dificultad. No era necesariamente capacidad para realizar obras
sobrenaturales, sino poder para avanzar y soportar a pesar de todas las dificultades. Era una
capacidad y energía para estar firme contra las fuertes presiones y poder continuar en soledad y
cuando los demás se van. Barclay dice: “El cristiano es característicamente el hombre que puede
pasar el punto de ruptura sin romperse.” El poder opera acompañado por el amor. Se requiere
poder para vivir esta vida, y el don del poder del Espíritu está en línea con ello. El hombre de

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 153
Dios que debe enfrentar problemas y llevar cargas constantemente, debe tener un corazón de
amor por Dios y Su pueblo, o de lo contrario su labor será en vano.

Hay algunos obreros cuyo servicio se caracteriza más por el esfuerzo que por el amor. El
Espíritu de Dios pone amor en nuestro corazón. Es el don de una mente sana, o de la
autodisciplina. Ningún hombre puede gobernar a otros salvo que haya aprendido a gobernarse a
sí mismo. Pablo había aprendido esto bien, e insta a Timoteo a hacer lo mismo. El Espíritu de
Dios requiere esto de nosotros para que tengamos éxito, y nos llena de energía para ello. El
poder de Dios implica ser dirigidos por el amor y ser gobernados por la autodisciplina. Sólo así
será efectivo. La figura de “reavivar” es la de un fuego que debe ser removido para que no se
apague. El obrero de Dios que desea ser efectivo siempre, necesita removerse a sí mismo y
remover sus dones con un propósito lleno de celo y dedicación.

2. El llamado de Dios (vs. 8-18.). Ninguno de nosotros ha sido llamado porque fuera digno.
Ciertamente Pablo no fue más digno de ser mensajero de Cristo que otros en su tiempo, puesto
que había sido muy severo en la persecución de los santos y de Cristo. Fue llamado porque Dios
quiso, porque Él quería que Su nombre fuera glorificado. El propósito de Dios fue eterno, es
decir, existió desde antes de la fundación del mundo: que Jesucristo fuera el Redentor, que
nosotros fuéramos Sus hijos rescatados y que le diéramos alabanza por su maravillosa salvación.
Este propósito no se reveló sino hasta que Cristo se manifestó. La aparición de Cristo en la carne
no ocurrió en un entorno de reyes, pero el resultado de esa aparición fue mayor que la de
ningún emperador, porque Jesús vino a abolir la muerte y a afirmar la vida eterna por medio del
evangelio. La naturaleza de un llamado es un llamado santo. Significa un llamado a santidad. Las
palabras “salvado” y “llamado” denotan acciones instantáneas y efectivas. Es claro que cuando
Dios salva a los hombres del pecado, Su propósito y escogencia es que tengan una vida santa.
Los llama a la santidad. Aquí, al igual que en 1ª de Timoteo, Pablo llega pronto al tema de la
santidad. Este tema es trascendental para él, porque nace del propósito eterno de Dios. Este
llamado no es porque seamos santos, ¡sino porque Dios tiene el propósito y la gracia de hacer
que todos los hombres sean santos! La maravilla sin fin del poder de Cristo es que toma a
hombres como Pablo y los convierte en hombres santos. Siempre debemos alabarlo por ello.

Pablo amaba el evangelio y deseaba identificarse con él siempre. Es un evangelio de poder. En


los días de Pablo muchos se suicidaban. Incluso los filósofos recomendaban el suicidio como el
camino a tomar cuando las condiciones de la vida se volvían insostenibles. El evangelio introdujo
un poder que hacía que los hombres pasaran cantando por las condiciones más intolerables. Los
hombres pueden ser cristianos en cualquier circunstancia que les sobrevenga, incluso la muerte.
Es un evangelio de salvación del pecado y un llamado a la santidad. Tiene poder para
completar y limpiar a los hombres. Es un evangelio de vida e inmortalidad. El evangelio
modificó la perspectiva que el mundo tenía de la muerte. Sin el evangelio, la muerte es un
enemigo intolerable de la humanidad, sin esperanza de algo después. Ahora vemos luz y vida

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 154
después de la muerte, pues ella es la puerta para la vida y el gozo eternos en la presencia de
Dios. Es un evangelio de servicio. Pablo utiliza tres términos para indicar su actividad y servicio
por medio del evangelio—predicador, apóstol y maestro.

El costo para Pablo de seguir su llamado fue el sufrimiento personal. Había sido llamado a juicio
una vez y había sido salvado de ser lanzado a los leones. Esto fue a causa evidentemente de su
propia defensa, porque los que esperaban que lo llegaran a defender no habían venido. Ahora
parece que enfrentaba otro juicio y el resultado era una conclusión anunciada: debía morir. No se
sentía avergonzado de estar en una situación así. Su base era que conocía a Cristo. Había creído
en Él y lo conocía personalmente. Tal conocimiento es un poder que sostiene en medio del
sufrimiento y del dolor.

Pablo había colocado las bases. La tarea de Timoteo era construir sobre esas buenas bases. Es
importante no sólo mantener una doctrina pura, sino hacerlo en la fe y el amor que vienen sólo
de Cristo.

C. La conducta del obrero (vs. 2:1-26)

Aquí y en otras partes, Pablo le da responsabilidad al joven obrero y lo reta a ser fiel. Menciona
algunas de las obras que están delante de él y le insiste en que sea fuerte en estas varias capacidades.
La fortaleza viene de Cristo, pero Timoteo debe apropiársela y ejercerla. Todos tenemos esta
responsabilidad dondequiera que estemos. Pablo cita tres ejemplos de la vida diaria y menciona sus
propios sufrimientos y la victoria de Cristo.

En esos días no había imprentas ni libros. La verdad de la Palabra de Dios no estaba en manos de la
multitud. Si la verdad había de perpetuarse, los que estaban siendo enseñados debían enseñar de la
misma manera a otros. Por tanto enfatiza una y otra vez aquí que hay que transmitirles fielmente a
otros las sanas palabras. La preocupación de Pablo es que se conserve la enseñanza cristiana para las
generaciones siguientes. Los escogidos para esta responsabilidad deben ser (1) fieles a la verdad y (2)
capaces de enseñar. Pablo utiliza tres ilustraciones para fortalecer a Timoteo en su labor de ministro:
(1) la resistencia del soldado, (2) la disciplina del atleta y (3) la perseverancia del labrador.

Pablo había sido encadenado a un soldado romano en prisión y vio en ello una característica cristiana
vital: el soldado se concentra en ser soldado; el soldado es obediente a sus superiores y el soldado ha
sido dado en sacrificio.

Pablo también usa la ilustración de un atleta. El término indica que se trata de un profesional, no de
un aficionado. El atleta profesional entrega su vida entera al trabajo. Está totalmente disciplinado
porque desea ganar. Ningún atleta aspira a ser mediocre; su propósito entero es ser el mejor. Ningún
obrero debe desear un ministerio de segunda clase, uno que se realice a medias. El ministro debe

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 155
darse por entero a la labor.

Como labrador, debe trabajar diligentemente hasta el cansancio para ver los frutos. Hay enemigos
naturales que vencer—malas hierbas que brotan de uno mismo—pero no habrá cosecha si no trabaja
primero. Así es en el ministerio: hay enemigos que enfrentar y trabajo que realizar. El mal parece
florecer por sí mismo, pero la justicia no. Requiere trabajo.

Después de dar estas figuras, Pablo enfatiza la necesidad de comprender y aplicar la verdad. En todo
esto hay esperanza de vencer, pero hay que llenar primero ciertos requisitos. No debemos tomar estas
figuras como simples curiosidades mentales, sino como lecciones espirituales de Dios para nosotros.
Necesitamos comprensión espiritual para verlas y apropiárnoslas. Si no aplicamos las lecciones, no
tendremos victoria en nuestro ministerio como la tuvo Pablo y como esperaba que también la tuviera
Timoteo.

Cuando Pablo escribió esta última epístola era un criminal a los ojos de la ley romana. Es evidente
que cuando Nerón quemó Roma el 19 de julio del año 64, culpó de ello a los cristianos quienes
consecuentemente fueron duramente perseguidos. Puesto que Pablo era el líder del grupo, fue
arrestado quizás mientras estaba en Troas. No había manera de lograr su liberación, porque aunque
los cargos eran falsos iban respaldados por la más alta autoridad. Fue por ser cristiano que fue
encarcelado y condenado. Así que en verdad podía decir que era por el beneficio del evangelio.

En los versículos 14 a 26, hay una clara y fuerte referencia a los gnósticos y al tipo de error que
enseñaban. La vida moral y espiritual del líder cristiano es importante para enfrentar a los falsos
maestros y a los que han sido engañados por ellos. Hay un contraste continuo entre los que
proponen el error y el verdadero obrero de Dios. Mostraremos el contraste en cuatro formas distintas.
(1) La forma en que usan la Palabra. El obrero cristiano es uno que trabaja intensamente para
aparecer ante Dios a probado, purificado y apto para el servicio. Esto se alcanza “usando bien la
palabra de verdad”. Las palabras tienen varios significados y pueden por tanto, llevar a diferentes
interpretaciones. Considerando lo que se ha dicho sobre el error, esta mención indica que el
verdadero obrero utiliza la Palabra en una forma que no destruya el edificio (la estructura, la verdad)
que está sólidamente fundado y construido, sino que lo edifique. Es leal a la Palabra. (2) El carácter
que tienen. Los falsos maestros usan la Palabra en una forma que su mensaje produce efectos
mortales. Se abren camino con gran celo, pero los resultados son como el cáncer—aumentan su
efecto mortal. La combinación del celo de los errados y la credulidad de los incautos hace que
aumente la falsa enseñanza. Pablo hace referencia al edificio que Dios ha erigido, al cual llama “la
base de Dios”. Hay distintas interpretaciones de lo que esto significa, pero parece probable que
significa la religión de Jesucristo, fundada sobre la base del evangelio. A pesar del error y las falsas
doctrinas, la religión de Cristo siempre permanece. Hay dos sellos. Uno se expresa en la frase:
“Conoce el Señor a los que son Suyos”. Este sello muestra que Dios es dueño y que su carácter es
genuino. El segundo sello se expresa en la frase: “Apártese de maldad todo aquel que invoca el

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 156
nombre de Cristo”. Este sello indica claramente que el pueblo de Dios no debe continuar en pecado.
El pecado debe cesar. Si se une al primer sello, revela que la seguridad y la pureza van juntas. No
hay seguridad para quienes siguen en pecado. Este sello es un mandato que debe obedecerse. (3) Son
adecuados para el servicio. Relacionados con esta religión están no sólo aquellos que Dios sabe que
son Suyos, sino algunos que no lo son, aunque han estado participando en la congregación de los
santos. Son los falsos maestros. Un verdadero obrero no sólo debe separarse del error externo, sino
también huir de los deseos internos. Esto tiene que ver no sólo con los deseos sexuales, sino con
todos los deseos que son especialmente fuertes en la juventud, y los arrastran lejos de la verdad y la
santidad. (4) Procuran servir. La meta de los falsos maestros es generar controversia con la esperanza
de lograr seguidores. Con este fin hacen preguntas en su ignorancia sobre la verdad de la Palabra de
Dios. La meta del verdadero obrero de Dios al lidiar con el error debe incluir (a) el ser gentil, (b) el
ser apto para enseñar, (c) el ser paciente y humilde y (d) sacar de la cautividad de su error a los que
han errado.

D. Los peligros del obrero (vs. 3:1-17)

Después de lidiar con los errores que Timoteo está confrontando, Pablo pasa a considerar los
peligros que están más adelante, incluso hasta el fin de los tiempos. No da un tiempo específico, pero
el término “últimos días” incluye los días en que vivimos ahora hasta la venida del Señor. Toda la
descripción inicia y concluye con el amor de las personas implicadas. Se aman a sí mismas, aman el
placer más que a Dios. La condición que se describe empeora más y más. Cuando el amor se dirige
a un fin equivocado, como al yo, al dinero o al placer, desaparece el amor correcto. Quienes se
centran en sí mismos se vuelven blasfemos (amantes del insulto a hombres y a Dios), transgresores
(implacables en odio), falsos acusadores (se gozan en la calumnia), orgullosos, temerarios, y
engreídos (van más allá de todo límite en palabra y acción). El hombre de Dios debe alejarse de esta
formalidad letal. Esto contrasta marcadamente con la enseñanza dada en 2ª de Timoteo 2:25 cuando
Pablo aconseja que se hable con mansedumbre a los maestros del error. Acosan a las mujeres que
están pobremente informadas y muy dispuestas a seguir a los hombres codiciosos. Es asombroso
cuánta falsa religión de este tipo hay hoy día. Pero se dice algo positivo sobre ese error: no durará
para siempre. ¡La verdad prevalecerá al fin! El fracaso de Janes y Jambres (los magos que se
opusieron a Moisés cuando éste compareció ante el faraón) fue revelado al final, y así también
sucederá con los falsos maestros. En los últimos días aparecerá la verdad incluso si el error ha ganado
terreno. Podemos sentirnos animados por este hecho.

Pablo fue perseguido por su vida santa y su doctrina. Aquí él le habla a Timoteo como a un
discípulo que ha sido enseñado y capacitado por él. Pablo no sólo le ha dado la verdad
académicamente, sino que también lo ha capacitado en ella mostrándole cómo se debe vivir. Pablo
tenía un claro fin en su vida, que jamás alteró incluso en medio de severas persecuciones. Cuán
maravilloso es tener en la vida un alto propósito. Vale la pena sufrir por él. Las personas más
miserables hoy día son las que tienen dinero pero no tienen un propósito real. Pablo sí lo tenía y

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 157
también Timoteo, y nosotros también lo tendremos si seguimos a Jesús. Todos los que viven
santamente sufrirán persecuciones.

La costumbre de los judíos era aprender las Sagradas Escrituras en la niñez, y esto era vital para el
adoctrinamiento. Esto nos coloca en el camino de la salvación. La característica más grande de la
Palabra no es su relato de la creación, ni su historia ni la profecía del futuro, sino que es capaz de
llevar a los hombres a la salvación. El mismo Espíritu de Dios está conectado inseparablemente con
las Escrituras. Una condición así aplica a todas las Escrituras, no sólo a ciertas porciones. Dios usó a
los escritores, hombres santos movidos por Su Espíritu, pero las Escrituras mismas son inspiradas. Es
decir, los hombres no le restaron calidad inspirada a lo que estaba escrito. Son ventajosas para
desarrollar obreros. Aquí, la corrección implica la remoción de la doctrina. La Biblia debe ser el
examen final de toda teoría y afirmación.

E. Los recursos del obrero (capítulo 4)

Ya hemos comentado algunos de los peligros de los últimos días. En este capítulo final tenemos otra
discusión sobre condiciones peligrosas, además de los recursos que el obrero tiene a mano para
enfrentarlas. En el día de Pablo había maestros ambulantes, llamados sofistas, cuya meta era buscar
estudiantes que les pagaran por su enseñanza. Estos maestros se esforzaban por construir argumentos
y enseñanzas que respaldaran lo que el estudiante deseaba hacer. En nuestro día hay maestros así que
se esfuerzan por apoyar lo que las personas quieren oír. Vivimos un tiempo de progresivismo
jactancioso, cuando para ser popular la religión debe aportar nuevas y más “iluminadas” perspectivas,
pero no debe jamás condenar el pecado moral de las personas. Los pecados que están ahora de
moda son los de la sociedad, no los personales. Hay personas religiosas, cristianos de nombre, que
no escuchan la Palabra cuando su tosca verdad ataca sus vidas personales. Niegan esa autoridad y se
acercan a aquello que desean oír, porque son movidos por sus deseos.

El encargo de Pablo a Timoteo fue (1) predicar la Palabra, (2) cuidar todas las cosas, (3) hacer la
obra de un evangelista y (4) dar prueba plena de su ministerio. En una época en que la gente en
general se está alejando de la Palabra, el hombre de Dios no debe buscar algo novedoso, sino
especializarse en la Palabra. Jamás debe alejarse de ella. Predicar la palabra se presta para lograr
ciertas cosas importantes, tales como (1) redargüir—hacer que el pecador tome conciencia de su
pecado; (2) reprender—este término es aún más fuerte e implica una reprimenda; (3) exhortar—esto
es el lado positivo; luego de exponer el pecado, el pecador debe ser animado, no en sí mismo sino en
la esperanza de la salvación; (4) tener paciencia—el predicador debe ser paciente, mantenerse fiel a la
verdad y tener compasión de los necesitados al mismo tiempo. Debe recordar que las Escrituras
pueden encaminar a los pecadores a la salvación, así que debe seguir presentando la Palabra.

Cuando Pablo dijo: “El tiempo de mi partida está cercano”, usó una palabra que tiene varios
significados y usos. Significa quitarle el yugo al buey al terminar el día. Significa arrancarse plumas

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 158
para tener mayor libertad. Significa soltar las cuerdas de una tienda para cambiar el campamento de
lugar. Significa subir el ancla y soltar las amarras de un barco en puerto para salir al mar abierto.
Pablo usa el lenguaje de los juegos griegos para decir que ha terminado su carrera. Muchos inician la
carrera, muchos menos continúan hasta el final. Se requiere mayor disciplina y esfuerzo para terminar
que para empezar, pero aquí hay uno que ha terminado. Esta fue su meta desde el inicio. Pablo ha
guardado la fe. Qué consolación en el momento de la partida. Todos pueden recibir la misma corona
si cumplen con las condiciones. Una de las marcas de esa disposición es el anhelo por la aparición de
Cristo. Los que están enredados en las cosas terrenales, no tienen un vivo interés en el retorno del
Señor y no evidencian sólidamente que estén preparados. Debe haber algo más que una simple
curiosidad; debe haber un amor genuino por Su venida.

Pablo no sólo se sentía solo, sino que sentía un gran peso por aquellos que le habían fallado a él y al
Señor también. Demas había fallado. En el pasaje anterior aparece como un colaborador, pero ahora
Pablo dice que se ha ido porque ama este mundo presente. El texto original significa que abandonó a
Pablo en un tiempo de gran necesidad y crisis. Fue un evento crítico en la vida de ambos hombres.
Parece que su amor por el mundo contrasta con el amor de quienes añoran la aparición de Cristo.
Los hombres no pueden amar ambas cosas. Los que aman el mundo no tienen el amor de Cristo.
Este hombre había resbalado. Nuestra esperanza es que regresara al Señor, o al menos a Pablo. Sólo
Lucas se quedó con él. Esta afirmación indica a todas luces que Lucas fue un hombre que estuvo
mucho con Pablo. No sabemos mucho de él excepto que escribió un evangelio y Hechos, que era
doctor y un colaborador. Se quedó cuando otros fallaron. ¡Que Dios nos dé muchos hombres así,
que no fallen en la prueba! Pablo necesitaba a Marcos, quien una vez le había fallado pero que
aparentemente se había recobrado de un fracaso previo. Es bueno saber que aunque algunos fallan
para no levantarse más, otros se levantan de sus fracasos. ¡Dios es capaz de convertir los fracasos
humanos en éxitos por Su gracia! ¡Nadie tiene por qué quedarse tal como está!

F. Conclusión

Debe llegar el momento del adiós final. Pablo envía su amor personal a sus queridos amigos que
tanto han significado para él en los últimos días. Aquila y Priscila eran colaboradores que habían
arriesgado sus vidas por él. Onesíforo lo había visitado en la prisión a precio de gran peligro. Erasto
había sido una vez su mensajero para Macedonia. Hay evidencias fuertes de que Pudente y Claudia
eran una pareja de nobles. Pudente era un romano de alcurnia y Claudia era una princesa de Bretaña.
Si esto es cierto, revela cuánto había penetrado el cristianismo en los altos círculos del gobierno
romano. ¡Cuán grande es el precio, pero cuanto más maravillosos son los resultados! Pablo de nuevo
le pide a Timoteo que venga antes de que el viaje por mar no sea posible debido al invierno.
Concluye con la palabra “gracia” que tanto ama.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 159
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 14

1. ¿Qué estaba haciendo Pablo que indica que era fiel a sus ancestros?

2. ¿Cuál se cree es el don del que Pablo habla en ambas epístolas a Timoteo?

3. ¿Qué recomendaban los filósofos del tiempo de Pablo cuando las condiciones de la vida se
volvían intolerables?

4. ¿Cuáles eran los dos requisitos que debían tener quienes escogían la enseñanza cristiana?

5. ¿Cuáles fueron las tres ilustraciones que usó Pablo para fortalecer a Timoteo en su labor de
ministro?

6. ¿Por qué fue considerado Pablo un criminal durante su último encarcelamiento?

7. ¿Cuáles son los cuatro contrastes entre los que proponen el error y un verdadero obrero de
Dios?

8. ¿Cuáles son los dos sellos y qué significan?

9. Al lidiar con el error, ¿cuáles deben ser los cuatro deseos de un verdadero obrero de Dios?

10. ¿Cuál fue el encargo de Pablo a Timoteo?***

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 160
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
NOTAS DE LA LECCIÓN 15
TITO Y FILEMÓN

I. LA EPÍSTOLA DE PABLO A TITO

Como mencionamos anteriormente, el libro de Tito y las dos epístolas de Timoteo reciben el nombre
de Epístolas Pastorales. Sabemos relativamente poco del trasfondo de la carta a Tito, la cual fue
escrita en algún momento entre las dos epístolas a Timoteo. Mientras viajaba luego de ser liberado de
su primer encarcelamiento, Pablo dejó a Tito en Creta para que supervisara el trabajo en esa isla. Fue
una asignación dura, porque los cretenses tenían una reputación innoble. Más aún, había falsas
enseñanzas que amenazaban el bienestar y la unidad de la iglesia. Sabemos poco de Tito, salvo los
siguientes datos: (1) Fue socio y colaborador de Pablo, viajó con él junto con Timoteo (2ª de
Corintios 8:23). (2) Pablo lo escogió para organizar la ofrenda para los creyentes pobres de Jerusalén.
Esto implica que era un hombre hábil y de confianza (2ª de Corintios 8:6, 16-17). (3) Por Gálatas 2:3
sabemos que no se le pidió ser circuncidado, que era griego y que se convirtió del paganismo. Esto
significa que no era ni judío ni prosélito antes de su conversión.

Pablo se aboca a algunos problemas que vivían las congregaciones cristianas de Creta. Hace una lista
de las calidades que deben tener los líderes de la iglesia, porque Tito la tarea de nombrar “ancianos en
cada ciudad”. La carta incluye varias advertencias fuertes sobre los falsos maestros; instrucciones para
exhortar a los mayores, a los jóvenes y a los sirvientes; y una guía personal para Tito en su papel de
líder. Pablo añade varias afirmaciones espectaculares de la salvación cristiana.

La carta fue escrita para animar a Tito en su labor de organizar, enseñar y nombrar líderes para las
iglesias de Creta. También tenía como intención ayudarlo a detener a los falsos maestros que
amenazaban la autoridad, unidad y moralidad de la iglesia. Aparentemente, en Creta habían aparecido
los mismos errores del gnosticismo y la variación judía del gnosticismo. Al final de la carta, Pablo le
menciona a Tito su deseo de reunirse con él el siguiente invierno.

A. Introducción

Como es típico en Pablo, inicia mencionando su puesto oficial y su relación personal con Cristo. Hace
un resumen del plan del evangelio en tres puntos: la escogencia, el contenido subjetivo de la salvación
y el momento de la salvación.

1. Utiliza la palabra “escogencia” con frecuencia y es importante que la entendamos. Hay tres tipos
de escogencia:

a) La escogencia de una persona para un puesto, como vemos en el caso de Jeremías y Juan el
Bautista. No es el tipo que aparece aquí (véase el Salmo 89:19-20).
b) La escogencia de una nación para un puesto de responsabilidad y privilegio. En este sentido el
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
NOTAS 161
pueblo de Israel fue el escogido de Dios (véanse Isaías 45:4 y Romanos 9:11, 11:26-28).
c) La escogencia que la persona hace de la salvación por medio de la gracia (véase Romanos
11:5-7). La nación de Israel rechazó al Mesías, que es el Camino para la salvación personal,
así que la nación fue puesta a un lado. Sin embargo, algunas personas de Israel, como
también algunos gentiles, recibieron a Cristo como Salvador personal. Esta escogencia es por
gracia y depende de la fe y la obediencia del individuo. Esta forma de escogencia es la que se
menciona aquí. La responsabilidad personal que demanda se muestra claramente en 2ª de
Pedro 1:10. Antes de que Dios hiciera el mundo, ya había perfeccionado su plan para la
salvación de los perdidos por medio de Cristo.

2. El contenido subjetivo de la salvación

a) La fe del escogido. Es decir, la fe por la que escoge ser salvado. La escogencia no es sólo una
decisión de Dios, sino nuestra también.
b) El conocimiento de la verdad. Esta frase del Nuevo Testamento indica que el conocimiento es
fuerte, claro y basado en la experiencia. Este conocimiento de la salvación sólo puede ocurrir
por la operación del Espíritu Santo.
c) Ese tipo de conocimiento viene acompañado de una transformación del carácter, de manera
que produce santidad. No es un conocimiento meramente teórico, sino un conocimiento en la
experiencia con un carácter santo.
d) Esperanza de la vida eterna. Esto, nuevamente, no es algo teórico sino espiritual. Es una
esperanza viva, como dice Pedro en 1ª de Pedro 1:3.

3. El momento de la salvación

a) Se planeó antes de que iniciara el mundo.


b) Se manifestó a su debido tiempo. Esta misma verdad se presenta en Efesios 1:10. Hay
algunos hechos importantes sobre el tiempo en que Cristo vino y en que se proclamó el
evangelio. (1) La mayoría del mundo hablaba griego, lo cual facilitó la extensión del
evangelio. Es interesante notar que el idioma griego es ahora una lengua muerta, de manera
que los libros del Nuevo Testamento, que se escribieron en griego, se han conservado en una
lengua que no cambia. (2) El Imperio Romano estaba tan extendido que la gente podía viajar
libremente de país a país sin dificultad. Prácticamente no había fronteras que no se pudieran
cruzar. Esto ayudó a la diseminación del evangelio. (3) Viajar era fácil porque los romanos
habían construido muchas carreteras y las vigilaban para evitar robos, de manera que los
viajeros pudieran movilizarse sin temor. (4) El mundo estaba en general en paz, lo cual les
permitía a los hombres viajar bastante libremente y sin temor de lugar a lugar. (5) El mundo
estaba cansado de sus viejas religiones y filosofías, las cuales habían resultado ser inadecuadas
para modificar el carácter básico de los hombres. Nunca ha vuelto a existir una época donde
los hombres hayan estado tan abiertos al mensaje de la salvación. Dios actuó en el momento
oportuno.

B. El orden para la predicación

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 162
En el capítulo 1, Pablo menciona las calidades de los obispos. Notemos que “anciano” es lo mismo
que “obispo”, pero enfatiza la madurez espiritual personal, mientras que “obispo” enfatiza el cargo
oficial. En los tiempos del Antiguo Testamento los “ancianos” recibían honor porque eran hombres
mayores. En el Nuevo Testamento, aunque se mantiene el término, estos hombres son “ancianos” sólo
en un sentido relativo. Refiere a los hombres del grupo que son maduros espiritualmente.

Era común que hubiera más de un anciano en cada ciudad a cargo de las responsabilidades espirituales
y morales del rebaño. Al mismo tiempo, era sabido que no realizaban toda la labor de la iglesia. Eran
supervisores y servían de ejemplo, pues guiaban y alimentaban al rebaño, pero no impartían toda la
enseñanza ni realizaban todo el trabajo por sí mismos.

En Tito se añaden calidades adicionales de los obispos, que son un poco diferentes de las calidades
indicadas en 1ª de Timoteo. Los requisitos aquí son: (1) Deben tener hijos creyentes—para supervisar
el rebaño, deben ser capaces de supervisar su propio pequeño rebaño en casa. (2) No deben ser
acusados de rebeldía—literalmente significa que no puedan ser acusados de despilfarro. La familia
debe ser austera y no desperdiciar. (3) Deben ser un administrador de Dios. No son nombrados por
hombres solamente. No son políticos que buscan escalar en la jerarquía eclesiástica. Son nombrados
bajo la autoridad del Espíritu Santo. (4) No deben ser soberbios, es decir, orgullosos, creyendo
demasiado en sus propias opiniones sin tomar en cuenta las opiniones de los demás. (5) Deben amar a
los hombres buenos, es decir, tener discernimiento espiritual para ver la diferencia entre el mal y el
bien, y escoger siempre el bien. Algunos hombres escogen medios malos para alcanzar fines que
consideran buenos, pero debemos recordar que no tenemos necesidad de escoger medios equivocados
para hacer lo bueno. En Romanos 3:8 Pablo niega que debamos hacer el mal para que venga el bien.
(El fin no justifica los medios.) (6) Deben ser justos y santos. Por “justos” se quiere indicar la
conducta y por “santos” el corazón. Interna y fundamentalmente se alían con la verdad y la santidad.
(7) Deben presentar la Palabra fiel. Esto indica que la Palabra misma es adecuada para todos los usos,
como afirma Pablo en 2ª de Timoteo 3:16, dos de los cuales son: (a) exhortar o animar a los creyentes
y (b) convencer a los que buscan ganancias. La corrección se debe hacer sobre la base de la verdad y
no sobre la base de la oposición personal.

Deben nombrarse líderes que impidan que los falsos maestros extiendan una doctrina que lleve a una
vida inmoral. Estos falsos maestros no se subordinan a la autoridad de la iglesia. Hablan tonterías, con
las que engañan a quienes los escuchan. No producen cosas buenas en la vida de sus oyentes.
Debemos recordar que el conocimiento no tiene provecho si no mejora el carácter; y el conocimiento
que ellos tenían no lo hacía. Peor aún, estaban engañando a los hombres, induciéndolos al error en
lugar de a la verdad. Estaban confundiendo a familias enteras, alejándolas de la fe y llevándolas al
error que no las salvaría. Pablo dice que hay que taparles la boca. Esta afirmación es fuerte, pero si
consideramos que estaban alejando a familias enteras de la verdad, nos damos cuenta de cuán seria era
la necesidad de detener su influencia. Aunque el obrero de Dios no desea entrar en contienda (2ª de
Timoteo 2:24), hay momentos en que debe oponerse al error con la mayor energía y determinación.
La intención de esta exhortación es una aplicación fuerte de la verdad que silencia el error con sólidas
razones. Esteban usó este método con sus enemigos (Hechos 6:10).

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 163
Pablo no deja de tener esperanza en esas personas. Dice que hay que reprenderlas fuertemente para
que se fortalezcan en la fe. Debe usarse el filo de la verdad para exponer el error. Quizás los mismos
falsos maestros escuchen y se conviertan. Sin embargo, el significado es principalmente reprender a
aquellos creyentes que tienden a dar oídos a los falsos maestros, a fin de que rechacen el error y sigan
en la verdad. En todo caso, el arma es la verdad y el obrero de Dios tiene la gran responsabilidad de
resistir el mal.

C. El orden en el laicado

El capítulo 2 es la lección más práctica de cristianismo, pues se indican los deberes y lkas
responsabilidades de cada tipo de persona en la Iglesia. La religión de Jesucristo no es una curiosidad
meramente intelectual, sino un mandato moral. No hay lugar alguno para el antinomianismo o para
creer que las personas tienen seguridad eterna sin importar cuál sea su conducta.

1. Los deberes de los ancianos. Deben ser sobrios, es decir, literalmente significa que no deben tomar
vino, sino tener un sentido adecuado de valores, sabiendo qué es meritorio y qué es destructivo a
largo plazo, aunque al presente provea gratificación temporal. Deben ser serios, lo cual no implica
que no se rían, sino que no sean ligeros con el tiempo y los valores eternos. Deben ser prudentes,
es decir, tener control de sí mismos, colocando todas las partes de su vida bajo el dominio de una
mente firme y sabia. Aunque el hombre físico se debilite y envejezca, el espíritu del hombre debe
seguir creciendo en fuerza y tamaño. Los años deben temperar el metal de un hombre, de manera
que pueda resistir con gozo todo lo que le venga del Señor. Pablo mostró este tipo de esplendor
en Filipenses, cuando dijo: “Todo lo puedo”.
2. Los deberes de las ancianas. Hemos visto en epístolas anteriores que el evangelio de Cristo le da
gran valor a la mujer. Al comparar el lugar de las ancianas en la Iglesia con lo que existía fuera de
la Iglesia, se evidencia el impacto del cristianismo. “Las ancianas” tenían varios deberes, que se
resumen en la exhortación general de “ser santas”. Nadie tiene mayor responsabilidad que las
mujeres de mostrar la santidad en una forma bonita. Hay dos cosas específicas que se les encarga:
a) No deben acusar falsamente a nadie. Las mujeres suelen tener oportunidades para extender
los chismes si así lo desean. Esta tendencia le es prohibida a la cristiana. Este deleite de contar
algo que dañará a otro es una tendencia sutil que nace del orgullo y del egoísmo.
b) Las mujeres mayores deben enseñarles cosas buenas a las más jóvenes. En lugar de contar
chismes, deben extender la gracia de la bondad por medio de su vida y sus consejos. Debemos
respetar los años de experiencia de las ancianas y aprovechar la riqueza de su conocimiento
espiritual. Están equipadas naturalmente con experiencia que les permite enseñar.

3. Los deberes de las mujeres jóvenes. En aquellos días no había lugar para las mujeres en la
sociedad, excepto en la casa o en prácticas pecaminosas. Se esperaba que las mujeres jóvenes
fueran dulces y controladas. Debían mantener buenas relaciones con sus esposos e hijos. Debían
ser sabias y tener dominio propio. Debían ser puras de pensamiento y obra. Las mujeres jóvenes
con esposos e hijos tienen un papel y una responsabilidad especiales en el hogar. Deben ser
“buenas”, es decir, amables y “obedientes”, lo cual significa ser respetuosas del liderazgo del

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 164
esposo en el hogar. Estas admoniciones fueron dadas con un propósito espiritual en mente. Las
mujeres habían recibido una nueva libertad en Cristo y debían cuidar de no abusar de ella, para no
ser causa de escándalo a la Palabra de Dios.

4. Los deberes de los hombres jóvenes. Se anima a los jóvenes a tener mentes sobrias, a realizar
buenas obras y a mantener una doctrina sana. Esto es especialmente importante en la juventud,
cuando las pasiones tienden a ser fuertes y es fácil provocar ambiciones. Las tentaciones suelen ser
más fuertes en la juventud, y con frecuencia hay imprudencia debido a la falta de experiencia. En
consecuencia, es vital que todas las cosas estén bajo el control de los más altos principios
cristianos.

5. Tito mismo. Al igual que Tito, cada uno de nosotros debe evitar dar ocasión para acusaciones
contra Cristo o la Iglesia. Las críticas a las obras de Dios se silencian mejor con una vida y un
hablar ejemplares. Si la verdad se enseña con la unción de Dios, las personas crecerán a la imagen
de Cristo. Pero si el ministro promueve sus propios intereses egoístas, creando oposición contra
sí, riñendo sobre asuntos menores de interpretación o siguiendo modas religiosas, no producirá
crecimiento ni salud espirituales. Sus miembros se infectarán como si se tratara de una
enfermedad. En todas estas cosas Tito debe ser un ejemplo tan fuerte que quienes estén en
desacuerdo con él puedan ver reflejado a Cristo y que es genuino. ¡Ciertamente éste es un ideal
noble para todo predicador!

Los deberes se indican con bastante detalle. El poder que produce este tipo de cambio y genera un
carácter santo es el gran poder de la gracia de Dios. Hay dos grandes poderes implicados aquí: (1)
La enseñanza de la gracia que primeramente produce verdad y (2) el don empoderador de la
gracia.

(1) La enseñanza de la gracia nos enseña que debemos eliminar toda falta de santidad y deseos
mundanos—actitudes equivocadas, deseos errados, y deseos carnales de dinero, placer y
honor. Nos enseña también que debemos vivir sobriamente (en relación con el yo), con
justicia (en relación con los demás) y en santidad (en relación con Dios). Nuestros deberes se
resumen en tres direcciones: (a) Debemos ser verdaderos con nosotros mismos, (b) debemos
ser verdaderos con las personas con quienes vivimos y (c) debemos ser verdaderos con Dios,
Quien es soberano de todo. Y todo lo debemos hacer “en este mundo presente”. Siempre hay
tensión entre los estándares de este mundo y los estándares de Dios. La mayoría de los
hombres viven por los estándares de este mundo, pero no podemos conformarnos a este
mundo si deseamos ser verdaderos con nosotros, con los demás y con Dios.
(2) El poder empoderador de la gracia es la revelación de Cristo, Quien da poder para la
transformación moral. Los poderes que tenemos en Él son: (a) la redención de toda iniquidad,
(b) la purificación para ser un pueblo especial para Él, (c) el celo por hacer buenas obras y (d)
la esperanza bendita del regreso de Cristo.

D. El orden de la Iglesia ante el mundo

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 165
A lo largo de esta epístola corre el pensamiento de que debemos vivir de acuerdo con la doctrina que
representamos. Todo cristiano anuncia a Cristo, y todo cristiano lo hará ya sea para bien o para mal.
Cada uno tiene áreas de responsabilidad, y Pablo le dice a Tito cuáles son las responsabilidades del
obispo, de las esposas ante sus esposos, la suya propia, de los sirvientes y de las ancianas. Somos
parte de la humanidad en general y por tanto debemos enseñarles nuestra vida cristiana a todos los
hombres con quienes entremos en contacto. Según Pablo, esto lo hacemos (1) estando dispuestos a
realizar toda buena obra—especialmente aquellas que muestran la vida y el amor de Cristo, (2) no
hablando mal de nadie—Juan Wesley dice que no hay excusa para hablar a menos que sea para
proteger a la persona de un daño anticipado hecho a manos de un tercero, (3) no siendo
contenciosos—es decir, que aunque defendemos con firmeza la verdad, no somos agresivos ni
insistimos en nuestras propias opiniones, (4) siendo amables y humildes—es decir, mostrando bondad
a todos, sean ricos o pobres, educados o sin educación. No tenemos prejuicios estrechos ni
intolerancias.

E. Conclusión

Aparentemente, Pablo no estaba en prisión cuando escribió esta epístola. Adam Clarke cree que había
dejado Roma y había navegado hasta Creta, donde había dejado a Tito. Luego había pasado a
Macedonia, desde donde le escribió a Timoteo. Viajando al oeste, había legado a Nicópolis en la costa
occidental de Acaya, donde esperaba pasar el invierno. Esta epístola la escribió en los alrededores de
esa ciudad. El contenido de la carta se parece al de 1ª de Timoteo, obviamente porque pensaba mucho
en los mismos errores. No sabemos quiénes son Artemas ni Zenas, porque no se mencionan en
ninguna otra parte. Artemas y Tíquico evidentemente debían ir a Creta y probablemente ocuparon el
lugar de Tito cuando éste partió para encontrarse con Pablo. Zenas y Apolos debían dejar Creta e ir a
otra parte. Los cretenses debían suplir para sus necesidades del viaje y alimento, lo cual era la
costumbre en el Nuevo Testamento. Esto era parte de las buenas obras a las que eran exhortadas a
realizar las personas.

Luego Pablo cierra la carta como solía hacerlo, enviando saludos personales y haciendo la oración de
que la gracia de Dios cayera sobre aquellos a quienes les había escrito.

II. LA EPÍSTOLA DE PABLO A FILEMÓN

Filemón, Efesios, Filipenses y Colosenses se conocen como las Epístolas de la Prisión, porque Pablo
las escribió estando preso. A diferencia de otras cartas desde la prisión que fueron dirigidas a algunas
iglesias, Filemón va dirigida a una persona. Probablemente Filemón vivía en el valle de Lico donde
estaban ubicadas las ciudades de Colosas y Laodicea. En su casa se reunía una iglesia. Onésimo, un
esclavo de Filemón, había escapado y se había convertido con Pablo en Roma.

La esclavitud era parte de la vida diaria en el Imperio Romano. Antes del nacimiento de Cristo, casi un
tercio del millón de personas de Roma eran esclavos. Eran considerados simples pertenencias que se
podían comprar y vender. Sus condiciones de vida variaban dependiendo de sus destrezas y de sus

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 166
amos. La enseñanza cristiana mejoró su suerte ya que su énfasis en la transformación moral interior
produjo, naturalmente, cambios exteriores. Amos y esclavos fueron exhortados por igual a vivir una
vida digna de Cristo. Los esclavos debían obedecer fielmente a sus amos. Serían recompensados por
Cristo. Los amos debían ser amables, sabiendo que Dios los juzgaría a ellos y a sus esclavos por los
mismos estándares. Más aún, al enfatizar la hermandad común de los creyentes cristianos, Cristo y Sus
seguidores quitaron el mismo fundamento de la esclavitud. Como dice Pablo: “No hay esclavo ni libre,
sino Cristo es el todo y en todos” (Colosenses 3:11). Los esclavos fugitivos que eran recapturados
eran tratados cruelmente: se les marcaba en el brazo o la frente o incluso eran llevados a la muerte.

En tiempos más recientes, Juan Wesley habló contra la práctica de la esclavitud y animó a
Wilberforce, el estadista británico, a liderar el ataque que al final llevó a que se eliminara la esclavitud
en el mundo moderno.

Pablo da dos razones para su carta a Filemón: (1) Le pide que reciba a Onésimo como hermano en
Cristo y (2) le solicita que prepare un cuarto porque él irá a visitarlo. Pablo apoya el principio de la
restitución por errores pasados enviando a Onésimo de vuelta a su antiguo amo. Sin embargo, basa su
petición a Filemón en la relación que tiene con él, y en la comunión cristiana entre él, Filemón y
Onésimo.

Desde las primeras colecciones de escritos sagrados, Filemón ha tenido un lugar con casi ninguna
objeción por parte de ningún crítico, mientras que muchas otras partes del Nuevo Testamento sí han
sido cuestionadas. La razón no es sólo que fue escrita por Pablo, sino porque es una carta de gran
belleza, gracia y cortesía para manejar un problema real—una exhibición de los principios cristianos en
funcionamiento. Es un excelente ejemplo de buena psicología, sincero afecto, lógica efectiva y
persuasión humana.

Pablo hubiera deseado conservar a Onésimo como su propio siervo, porque necesitaba mensajeros y
escritores. Pero el sentido de obligación para con el antiguo amo hizo imperativo que Onésimo
regresara a enfrentar su pasado para hacer los ajustes necesarios. Con la clase de petición que Pablo
hace, sin embargo, es muy posible que Filemón le devolviera a Onésimo. Si esto fue así, Onésimo fue
entrenado en el evangelio y quizás tuvo un lugar de responsabilidad en la iglesia años después.

Cincuenta años después, Ignacio, un mártir cristiano, escribió una carta a Éfeso y se refirió al obispo
de nombre Onésimo. También mencionó que el nombre Onésimo era usualmente usado para esclavos,
con lo cual infirió que el obispo era probablemente un esclavo liberto. Naturalmente no podemos estar
seguros de que se trate del mismo Onésimo del cual Pablo escribió, pero es muy posible que lo sea.
Estamos razonablemente seguros que el primer canon fue recopilado en Éfeso. Si Onésimo, el esclavo
fugitivo, era el obispo de Éfeso, es posible que haya presentado esta carta personal y la haya incluido
en la colección de escritos sagrados.

Hay una aplicación espiritual del estudio de la epístola a Filemón para el día presente. Martín Lutero
dijo: “Todos somos Onésimos”. Todos nos hemos alejado y nos hemos salido del camino. Algunos
han sido más imprudentes que otros, pero el pecado básico de la humanidad es que seguimos nuestro

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 167
propio camino en rebelión a Dios. Es posible que una persona posea riqueza, belleza y placeres de la
carne, pero nada de eso satisfará jamás su alma. Pueden cegarlo por un momento de forma que no vea
la verdadera necesidad de su corazón y la belleza del Salvador, pero no llenarán su necesidad.
También descubrimos que en el momento de la desesperación siempre tenemos ayuda. El Espíritu es el
divino Intercesor y el Espíritu trabajó por medio de Pablo en tal forma en Onésimo que éste tuvo la
disposición y voluntad, sin objeción externa, de regresar a reconciliarse con su amo. Nosotros también
debemos volvernos voluntariamente hacia Dios en busca de ayuda. El pecador que le permite al
Espíritu trabajar internamente una penitencia verdadera, se acerca a Cristo humildemente para
confesarlo todo. Busca el perdón del pasado. No sólo tiene la esperanza de ser perdonado, sino
también la esperanza de forjar una nueva relación.

En esto está la belleza y la felicidad de una vida santificada: en tener a Cristo no sólo como Salvador,
sino como Señor y Amo también. El verdadero espíritu de servicio no es servirse a uno mismo, sino
servir a Aquel que nos perdonó y reclamó como Suyos. En todo servicio que hagamos debe estar
siempre presente el amor. El Amo es quien mejor provisión nos da, quien mejor nos ama y quien nos
plenamente. El servicio no es algo que debamos temer; es el cumplimiento que debemos gozar y
anticipar para siempre.

Aquí concluye nuestro estudio de las Epístolas Paulinas. Pablo escribió estas cartas para animar,
advertir e instruir a las iglesias que había fundado. Les escribió a las iglesias que no había visitado para
corregir errores y enseñarles doctrina. Les escribió a personas individuales. Por medio de sus cartas,
llevó su ministerio no sólo a quienes iban dirigidos sus escritos, sino a todos los lectores de la Bibla a
lo largo de todos los siglos.

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 168
EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328
PREGUNTAS DE ESTUDIO DE LA LECCIÓN 15

I. La epístola de Pablo a Tito

1. ¿Cuáles son los tres hechos que sabemos de Tito?

2. ¿Por qué le escribió Pablo una carta a Tito?

3. ¿Cuáles son las tres clases de escogencia?

4. ¿Cuáles cinco hechos revelan que el evangelio se extendió en el momento perfecto?

5. ¿Cuáles son dos usos especiales de la Palabra?

6. ¿Cuáles son los dos grandes poderes que producen la transformación y el empoderamiento
necesarios para realizar los deberes asignados tanto a laicos como a predicadores?

II. La epístola de Pablo a Filemón

7. ¿Cuál fue la admonición dada a amos y esclavos que vivían vidas dignas de Cristo?

8. ¿Cuáles dos razones dio Pablo para escribir la carta a Filemón?

9. ¿Cuál fue la razón, además de que fue escrita por Pablo, para que se aceptara Filemón como
parte del canon?

10. ¿Cuál es el verdadero espíritu del servicio?

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 169
BIBLIOGRAFÍA

(NOTA: En la preparación de este material se usaron los libros indicados más adelante. Se les han
dado copias a los estudiantes para que realicen el seguimiento o estudio por correspondencia, y se
venden a bajo costo. No se cobra por el desarrollo de los materiales, los cuales no están cubiertos por
la ley de derechos de autor ni se venden con fines de lucro. Se concede con gusto el permiso para
reproducir, imprimir y distribuir estos materiales. También está permitida la traducción bajo el
entendido de que se le enviará copia de la traducción a la Comunidad Internacional de Universidades
Bíblicas para su reimpresión o distribución si fuera necesario.)

1. Yocum, Dr. Dale M. Dr. Yocum Teaches the Epistles of Paul, Vol. I (El Dr. Yocum enseña sobre
las epístolas de Pablo, volumen I)
2. Yocum, Dr. Dale M. Dr. Yocum Teaches the Epistles of Paul, Vol. II (El Dr. Yocum enseña
sobre las epístolas de Pablo, volumen II)
3. The Wesley Bible, New King James Version. A Personal Study Bible For Holy Living, Thomas
Nelson Publishers (La Biblia Wesley, versión Reina Valera; un estudio personal para la vida
santa.)
4. Stedman, Ray C. Adventuring Through the Bible (Una aventura por la Biblia)
5. Jensen, Irving L. Survey of the New Testament (Estudio del Nuevo Testamento)
6. Lockyer, Dr. Herbert. All the Books and Chapters of the Bible (Todos los libros y capítulos de la
Biblia)
7. Wiersbe, Warren W. Nelson’s Quick Reference, Chapter-by-Chapter Bible Commentary (Rápida
referencia de Nelson, Comentario bíblico capítulo por capítulo)
8. Earle, Dr. Ralph. Know Your New Testament (Conoce tu Nuevo Testamento)
9. Hendriksen, William. Survey of the Bible (Estudio de la Biblia)
10. Beacon Bible Commentary (Comentario bíblico de Beacon)
11. Beacon Bible Expositions (Exposiciones bíblicas de Beacon)
12. Clarke’s Commentary (Comentario de Clarke)
13. Eason, J. Lawrence. The New Bible Survey (Un estudio nuevo de la Biblia)
14. Gromacki, Robert G. New Testament Survey (Estudio del Nuevo Testamento)
15. Earle, Blaney, and Hanson. Exploring the New Testament (Explorando el Nuevo Testamento)

(El material para este curso fue investigado, compilado y editado por Charles y Lottie Tryon,
miembros de la Comunidad de Universidades Bíblicas y de las misiones de Asia y el Oriente.)

EPÍSTOLAS PAULINAS, BI 328


NOTAS 170

También podría gustarte