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Introducción

Las emociones se han estudiado, principalmente, por el papel adaptativo que


han jugado a través de la evolución del hombre.

Gracias a las emociones se produce una activación que nos proporciona la


energía necesaria para responder, rápidamente, a un estímulo que atente a
nuestro bienestar físico o psicológico, permitiendo así, nuestra supervivencia.
Sin embargo, en los últimos años, se ha descubierto que las emociones
pueden ser, también, perjudiciales para la salud, influyendo en la contracción
de ciertas enfermedades, perdiendo, en este sentido, su valor adaptativo.

Finalmente se empieza a aceptar que disturbios psicológicos leves o intensos


pueden causar enfermedades en el cuerpo propiamente tal. Nuestras abuelas
ya lo sabían: nos decían que la tristeza, la preocupación obsesiva y otros
sentimientos podían dañar el corazón, provocar úlceras, arruinar el cutis y
hacernos más vulnerables a las infecciones (Damasio, 1994).

Este vínculo entre las emociones y la salud, va mucho mas allá de que ciertas
emociones, las negativas, hagan más vulnerables a las personas a contraer
una enfermedad, o que otras emociones, las positivas, favorezcan la
recuperación de una dolencia. Con esto, se está estableciendo la relación
mente/cuerpo.

Esto trae consigo todo un cambio en el tratamiento de enfermedades, ya que


ahora se deberán tomar en cuenta, como relevantes, los factores psicológicos
de las personas enfermas, para así intervenir sus emociones con el objetivo de
mejorar la salud.
ÍNDICE

Introduccion…………………………………………………………………..

Desarrollo

Las emociones. Su definición y características………………………….

Funciones de la emoción…………………………………………………..

Clasificación de las emociones……………………………………………

Teorías Sobre la conducta emocional: …………………………………..

Teoría fisiológica de James-Lange………………………………………

Teoría de De Canon-Bard…………………………………………………

Teoría cognitiva de Schachter y Singer………………………………….

Teoría del Proceso oponente de Solomon y Corbit……………………..

Causas y consecuencias del estrés………………………………………

Conclusión…………………………………………………………………...
LAS EMOCIONES. SU DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS.

Las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan modos de


adaptación a ciertos estímulos ambientales o de uno mismo. Una emoción es
un estado afectivo, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada
de cambios orgánicos. En el ser humano la experiencia de una emoción
involucra un conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo,
que utilizamos para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el
modo en el que se percibe dicha situación. Psicológicamente, las emociones
alteran la atención, hacen subir de rango ciertas conductas guía de respuestas
del individuo y activan redes asociativas relevantes en la memoria.

Fisiológicamente, las emociones organizan rápidamente las respuestas de


distintos sistemas biológicos, incluidas las expresiones faciales, los músculos,
la voz, la actividad del SNA y la del sistema endocrino, a fin de establecer un
medio interno óptimo para el comportamiento más afectivo.

Conductualmente, las emociones sirven para establecer nuestra posición con


respecto a nuestro entorno, y nos impulsan hacia ciertas personas, objetos,
acciones, ideas y nos alejan de otros. Las emociones actúan también como
depósito de influencias innatas y aprendidas, y poseen ciertas características
invariables y otras que muestran cierta variación entre individuos, grupos y
culturas (Leven son, 1994).

FUNCIONES DE LA EMOCIONES.

1º Sirven para defendernos de estímulos nocivos o aproximarnos a estímulos


placenteros o recompensantes. En este sentido las emociones son también
motivadoras.

2º Las emociones generan que las respuestas del organismo ante


acontecimientos (enemigos o alimentos,..) sean polivalentes y flexibles. Son
reacciones que ayudan a escoger la respuesta más adecuada y útil entre un
repertorio posible.

3º Las emociones sirven “alentando” al individuo como un todo único ante el


estímulo. Tal reacción emocional incluye la activación de múltiples sistemas
cerebrales (activación reticular, atencional, mecanismos sensoriales, motores,
procesos mentales), endocrinos (activación suprarrenal medular y cortical y
otras hormonas), metabólicos (glucosa y ácidos grasos) y en general activación
de muchos de los sistemas y aparatos del organismo (cardiovascular,
respiratorio, etc.) con el aparato locomotor como centro de operaciones.

4º Las emociones mantienen la curiosidad y con ello el descubrimiento de lo


nuevo, de esta manera ensanchan el marco de seguridad para la supervivencia
del individuo.
5º Sirve como lenguaje para comunicarse unos individuos con otros de la
misma especie incluso de especies diferentes.

6º Sirven para almacenar y evocar memorias de una manera más efectiva.


Esto tiene consecuencias para el éxito biológico y social del individuo.

7º Juegan un papel muy importante en el proceso de razonamiento y en la


toma de decisiones, especialmente aquellas relacionadas con la persona y su
entorno social más inmediato.

CLASIFICACIÓN DE LAS EMOCIONES

Emociones negativas:

Ira: rabia, cólera, rencor, odio, furia, indignación, resentimiento, aversión,


exasperación, tensión, excitación, agitación, acritud, animadversión,
animosidad, irritabilidad, hostilidad, violencia, enojo, celos, envidia, impotencia.

Miedo: Temor, horror, pánico, terror, pavor, desasosiego, susto, fobia,


ansiedad, aprensión, inquietud, incertidumbre.

Ansiedad: Angustia, desesperación, inquietud, estrés, preocupación, anhelo,


desazón, consternación, nerviosismo.

Tristeza: Depresión, frustración, decepción, aflicción, pena, dolor, pesar,


desconsuelo, pesimismo, melancolía, autocompasión, soledad, desaliento,
desgana, morriña, abatimiento, disgusto, preocupación, desesperación.

Vergüenza: culpabilidad, timidez, inseguridad, vergüenza ajena, bochorno,


pudor, recato, rubor, sonrojo, verecundia, perplejidad, desazón, remordimiento,
humillación, pesar.

Aversión: hostilidad, desprecio, acritud, animosidad, antipatía, resentimiento,


rechazo, recelo, asco, repugnancia, desdén, disgusto.

Emociones positivas

Alegría: entusiasmo, euforia, excitación, contento, deleite, diversión, placer,


estremecimiento, gratificación, satisfacción, capricho, éxtasis, alivio, regocijo,
diversión.

Humor: provoca: sonrisa, risa, carcajada, hilaridad.

Amor: afecto, cariño, ternura, simpatía, empatía, aceptación, cordialidad,


confianza, amabilidad, afinidad, respeto, devoción, adoración, veneración,
enamoramiento, gratitud.

Felicidad: gozo, tranquilidad, paz interior, dicha, placidez, satisfacción,


bienestar.
Emociones ambiguas: Sorpresa, Esperanza, Compasión.

Emociones estéticas: Las producidas por las manifestaciones artísticas


(literatura, pintura, escultura, música…).

TEORÍAS SOBRE LA CONDUCTA EMOCIONAL

Teoría fisiológica de James-Lange:

La primera gran teoría sobre las emociones fue propuesta por dos científicos:
William James, psicólogo funcionalista norteamericano (en un conocido libro de
1890, y en un artículo de 1894) y por el médico danés Carl Lange (en una obra
de 1885). Es notable que dos investigadores, sin tener noticia el uno del trabajo
del otro llegaran a conclusiones tan semejantes sobre el mismo problema. De
acuerdo con esta teoría, las acciones preceden a las emociones, y el cerebro
interpreta dichas acciones como emociones. Cuando se da una determinada
situación, el cerebro la interpreta, dando lugar a una respuesta fisiológica
característica, que puede incluir sudoración, taquicardia, ciertas expresiones
faciales o gestos, etc. Estas respuestas reflejas (propias del sistema nervioso
autónomo) ocurren antes de que la persona sea consciente de que está
experimentando una emoción. Sólo cuando el cerebro evalúa cognitivamente
dichas respuestas fisiológicas involuntarias, etiquetamos dichas respuestas
como “emociones”. Por lo tanto, de acuerdo con esta teoría, no hay ninguna
emoción generada únicamente por la actividad del sistema nervioso central. No
hay una experiencia central y directa de la emoción en un centro específico del
cerebro.

Teoría de Canon-Bard.

La teoría defendida por Canon y por Bard parte de los estudios sobre el
funcionamiento del sistema nervioso central. Según estos investigadores,
cuando nos acontece un hecho que suscita en nosotros una emoción lo que
sucede es que los impulsos nerviosos llevan simultáneamente esa información
a dos lugares del cerebro: la corteza y el tálamo. La corteza es el área del
cerebro donde tienen lugar los procesos complejos de pensamiento que nos
hacen comprender si el acontecimiento percibido es una amenaza, es algo que
puede tener repercusiones positivas para nosotros, es algo inesperado, etc.
Esta evaluación que hace la corteza cerebral sería suficiente para producir la
emoción.

A la vez, la información llega al tálamo, donde se producen diversos cambios


fisiológicos que no son específicos de una emoción determinada, sino que se
producen como respuesta a cualquier emoción. Estos cambios fisiológicos
(dilatación de las pupilas, aceleración del ritmo cardíaco, de la respiración, de
la tensión arterial, sudoración, etcétera) preparan al organismo para consumir
la energía necesaria por si el estímulo es evaluado por el cerebro como algo
amenazante y hay que desencadenar una “respuesta de lucha o de huída”.

Si con la nueva información que reciben nuestros órganos sensoriales se


descubre que el acontecimiento no es amenazante, ambas áreas del cerebro
se calmarán. Si, por el contrario, se confirma la amenaza, la reacción
emocional habrá tenido la utilidad de haber puesto a nuestro organismo en
disposición de huir (para evitar la amenaza) o de luchar (para enfrentarnos a
ella), ya que el aumento del ritmo cardiaco facilita que llegue sangre con
energía para los músculos de nuestras extremidades, la dilatación de la pupila
hace que entre más luz en nuestros ojos y veamos mejor el entorno, etc.

Teoría cognitiva de Schachter y Singer.

Schachter y Singer proponen que las emociones se producen tanto al


interpretarlas respuestas fisiológicas periféricas como por la evaluación
cognitiva del hecho que origina esas respuestas fisiológicas. La forma de
interpretar las respuestas periféricas determinará la intensidad de las
emociones que sintamos (alta, media o baja intensidad); mientras que la forma
de evaluar cognitivamente las situaciones determinará la cualidad de la
experiencia emocional (si es alegría, tristeza, miedo, sorpresa, etc.)

En el año 1962, Schachter y Singer publicaron los resultados de un


experimento con el que pretendían comprobar la validez de su concepción del
funcionamiento emocional del ser humano. Administraron a un grupo de
voluntarios una inyección de epinefrina (también conocida como adrenalina,
una hormona que producen de manera natural la corteza de las glándulas
suprarrenales y que activa la división simpática del sistema nervioso autónomo,
produciendo aumento del ritmo cardíaco y aumento de la tensión arterial).

Después distribuyeron a dichas personas al azar en cuatro grupos


experimentales de igual tamaño. En dos de ellos se les informó de que la
inyección que habían recibido causaría ciertos efectos fisiológicos; a los otros
dos grupos no se les dio información sobre dichos efectos.

Teoría del proceso oponente de Solomon y Corbit.

Todas las experiencias, tanto biológicas como psicológicas, producen una


reacción afectiva primaria o Estado A. según la teoría de Solomon y Corbit, la
magnitud del estado A depende de la intensidad de la experiencia; cuanto más
fuerte es el acontecimiento, más intenso es el estado A. El estado A activa una
reacción afectiva secundaria, o Estado B. Éste es opuesto al estado A. Si el
estado A es positivo, entonces, el estado B será negativo y viceversa. Para
Solomon y Corbit nuestro sistema biológico provoca automáticamente una
respuesta opuesta u oponente, para contrarrestar el efecto inicial de cualquier
acontecimiento. En primer lugar, inicialmente el estado B es menos intenso que
el estado A. en segundo lugar, el estado B se intensifica más lentamente que el
estado A. Finalmente, una vez que un acontecimiento ha terminado, la
intensidad del estado B oponente disminuye más lentamente que la del estado
A.

DEFINICIÓN DE ESTRÉS.

El estrés es una consecuencia directa de la sociedad en la que vivimos, en la


que cada día nos vemos sometidos a más exigencias y presiones a las que
tarde o temprano no somos capaces de dar respuesta. Más que una
enfermedad, el estrés es un estado de fatiga que se manifiesta a través de una
serie de trastornos físicos y psicológicos. El estrés se relaciona con las
respuestas fisiológicas y psicológicas de un individuo ante los estímulos y
demandas de su entorno social.

Aunque solemos asociar el concepto con el malestar, en una primera instancia


el estrés se relaciona con los procesos de adaptación a las demandas del
entorno. En una segunda instancia, cuando la persona es incapaz de dar
respuesta a esas exigencias, estamos ante la definición habitual del estrés: un
estado de fatiga física y psicológica provocada por exceso de trabajo,
desórdenes emocionales o cuadros de ansiedad.

CAUSAS DEL ESTRÉS

Las causas por las que una persona puede desarrollar estrés son diversas.
Aunque ciertos sucesos vitales que afectan a la familia o el entorno social en
que uno vive puede ser causa del estrés, sin duda el factor más habitual es la
presión en el ámbito laboral. Esta situación generalmente está provocada por
unas condiciones de trabajo y formas de organización que responden más a
procesos tecnológicos y criterios productivos que a las capacidades,
necesidades y expectativas del individuo. Aún así, es bastante habitual que un
mismo entorno laboral genere distintas respuestas en los individuos.

Esto indica claramente que los factores externos son tan sólo un elemento (en
ocasiones determinante, en otras secundario) en el desarrollo del estrés en una
persona. Más bien, su desarrollo está condicionado por la capacidad de cada
uno para hacer frente a situaciones estresantes, en las que tienen especial
importancia sus características particulares, como la personalidad, las
estrategias que adopta y el apoyo social con el que cuenta.

CONSECUENCIAS DEL ESTRÉS

De la misma manera que no hay una única respuesta ante situaciones


estresantes, tampoco las consecuencias son siempre las mismas, aunque hay
una serie de enfermedades y trastornos físicos y psicológicos que suelen
afectar a las personas que padecen el estrés.

En el plano fisiológico, puede provocar trastornos Cardiovasculares


(hipertensión arterial, taquicardias o enfermedad coronaria); respiratorios (asma
bronquial o hiperventilación); gastrointestinales (úlcera péptica, colitis ulcerosa
y estreñimiento); dermatológicos (sudoración excesiva y dermatitis),
musculares (tics, temblores, contracturas) y sexuales (impotencia, eyaculación
precoz, En el plano psicológico, secoito doloroso y alteraciones del deseo).

Pueden observar alteraciones como miedos, fobias, depresión, trastornos de la


personalidad, conductas obsesivas y compulsivas, y alteraciones del sueño.
Todas estas alteraciones pueden estar acompañadas por trastornos cognitivos,
como incapacidad para la toma de decisiones, dificultad para concentrarse,
olvidos frecuentes e irritabilidad.
Conclusión

Conocer las propias emociones es algo fundamental. Reconocer cuál es la


emoción que estamos sintiendo, en el momento en que la sentimos es
tremendamente útil, ya que nos permite un mayor conocimiento de nosotros
mismo y también nos permite saber canalizar y expresar esas emociones hacia
los demás de manera adecuada.

Todas las emociones son buenas, mirándolas desde el papel adaptativo que
juegan, sin embargo hoy se sabe que hay algunas que si se salen de los límites
normales y se vuelven crónicas, ya no son tan buenas.

En la comunidad científica ya se acepta que las emociones tienen cierta


influencia en la salud: se reconoce un vínculo físico entre el sistema nervioso y
el inmunológico, que hace que estos sistemas, sobre todo el inmunológico
dependa del nervioso para su correcto funcionamiento. Así, las emociones
negativas y el estrés afectan al sistema inmunológico, haciéndolo más
vulnerable; y las emociones positivas, el buen humor, el optimismo y la
esperanza, junto al apoyo de otros, ayudan a soportar una enfermedad y
facilitar su recuperación. Con esto, se estableció la relación mente/cuerpo, que
permitió el nacimiento de una nueva disciplina de estudio, la
Psiconeuroinmunnología.

Todos estos descubrimientos tienen una aplicación innegable para los


profesionales de la salud en el tratamiento de las enfermedades, ya que
deberán considerar un tratamiento integral para el paciente que considere tanto
los factores físicos como los psicológicos de este. En otras palabras el paciente
estará sano cuando se haya curado de la enfermedad (illness: experiencia que
el paciente tiene del mal que lo aqueja), mas que de la patología (desease:
trastorno médico).

Algunos cambios para la medicina en el tratamiento de enfermedades,


tomando en cuenta el efecto de las emociones en la salud, serían: ayudar a la
gente a manejar mejor sus sentimientos perturbadores (ira, ansiedad,
depresión, pesimismo y soledad) ya que es una forma de prevención de la
enfermedad; y atender las necesidades psicológicas de los pacientes al
mismo tiempo que las médicas.

Si los descubrimientos sobre emociones y salud significan algo, es que el


cuidado médico que pasa por alto lo que la gente siente mientras lucha con una
enfermedad grave o crónica, ya no es adecuado.

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