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Este libro constituye la narración más completa escrita hasta la fecha sobre una
posee una avanzada flota fluvial y de ultramar. Comenzó oponiéndose a una prueba
hacia Europa oriental. Incluso, cuenta con una pequeña base de investigación en la
Antártida.
Greenpeace, sino del mundo en el que opera. Los temas ecológicos, alguna vez
preocupación en el público.
por resumirla o definirla. Se trata de historia escrita sobre la marcha. Las noticias
seguían llegando al tiempo que recopilábamos el libro. Aquí no termina la historia. Con
constantemente habrá que agregar más capítulos, a medida que se sumen nuevos
episodios.
En este libro tan sólo se ha intentado presentar una reseña interesante y amena
grupos ecologistas y que le ha valido las primeras planas de todo el mundo. [...]
Greenpeace. Hay que aclarar suficientemente este punto, porque en los medios circula el
clisé de que Greenpeace está dejando de lado dicha táctica y se está volviendo más
embargo, en los últimos tiempos, esas acciones se han visto respaldadas por habilidosas
se utilicen tácticas no violentas, aun cuando les respondan con violencia, reflejan tanto
sus orígenes ideológicos, como sus lazos con los demás grandes movimientos para el
todo el mundo acerca de las fuerzas que se le oponen. Con un trabajo incesante a pesar
del peligro, Greenpeace mantiene la línea de conducta ecológica. Busca transformar de
cuajo, tanto nuestra compresión del mundo, como la dirección en la cual va. Su mensaje
es simple y efectivo: todos nosotros tenemos derecho a gozar de agua limpia, aire puro y
vida sobre la Tierra, a reconocer que los límites nacionales son falsas divisiones del
paisaje natural, a ponerse de pie y decir ¡Basta! Al interponerse entre el mundo natural y
las fuerzas que intentan destruirlo, Greenpeace actúa en nombre de todos nosotros.
obstante, la suma de sus acciones, realizadas para lograr el bien común, a menudo,
Greenpeace ya ha efectuado un gran aporte para limitar las pruebas nucleares, proteger
la vida silvestre y alertar sobre los daños realizados a la urdimbre del planeta.
Ejercicio: 2 NORA ANAHÍ
RUSSO
Muere la Belleza
Solemos considerar invulnerables, casi inmortales a las personas que concitan nuestra
Elvis y Grace Kelly y, así, un golpe tras otro/. Y ahora la muerte de una mujer joven que
a autoperfeccionarse, y, por ende, algo que una vez alcanzado vive para siempre.
Su vida no fue nunca tan trágica como con frecuencia se la pintaba: apenas triste
y un tanto inusual. Se casó con el hombre equivocado. Puede que su familia política
fuera vengativa. Por cada fotógrafo deseoso de captar su imagen con uno de esos
deslumbrantes vestidos de fiesta o sombreros, otro se ocultaba tras los arbustos listo
para derrumbarla.
Era más ingenua que lista; hasta la confesión de un romance a un periodista sonó
infantil. Si se insiste, pocos podrían precisar qué la hacía tan importante, en especial los
que no viven en Inglaterra, salvo por el hecho de que no podían despegarse los ojos de
esa mujer.
Lo que no es poco decir. Diana era alguien a quien había que mirar y un tipo de
persona que se presenta muy de tanto en tanto. Tenía un gran corazón, eso era evidente.
Poseía el don de ayudar a los que sufren. Y todas esas virtudes se manifestaban en un
En cierto modo, era más soberana que los soberanos. Poseía un estatus superior
al de la Reina de Inglaterra, era la joven monarca nominal de su país y de cada lugar del
mundo. Era la figura decorativa preferida en materia sentimental, sin autoridad para
los zapatos. Representaba la imagen que todo niño tiene de una princesa: la que puede
sentir una arveja debajo de numerosos colchones, la que se anima a besar a un sapo o
aquella que deja caer sus largos cabellos desde la ventana de la torre.
los años, es probable que hubiese tenido otros romances después de Dodi al Fayed para
excitar a la multitud. Resulta difícil imaginar el curso que habría tomado su vida. No
habría dejado de ser una buena madre, ni de trabajar por los enfermos y necesitados; de
tanto en tanto aparecería en fotos de una cena o a bordo de un yate. A una edad más
avanzada, pasaría a ser la madre del rey y sería aceptada nuevamente en la familia real
aspecto tendría? El pelo más cano, la piel un tanto más arrugada, pero los ojos
conservarían esa mezcla dulce de bondad y anhelo. Para ese entonces su historia con
Sin embargo, si nos preguntaran como la recordaremos, que imagen entre tantas
alguno de sus novios, ni siquiera con sus hijos, sino que sería la del día de su boda,
cuando todo el mundo se mostró feliz de convertirse en súbdito suyo y cuando
RUSSO
La historia que deseo brindarles es la de una tigresa preñada y medio muerta de hambre.
Se encuentra con un rebaño de cabras y, con el esfuerzo que realiza al abalanzarse sobre
cachorrito. Entre tanto, las cabras que se habían dispersado, vuelven a su lugar de
pastoreo y hallan al tigre recién nacido y a su madre muerta. Como poseen un fuerte
instinto protector adoptan al pequeñito, quien crece creyéndose cabra. Aprende a balar y
aprende a comer pasto, pero el pasto no le cae bien a su aparato digestivo. No puede
de su especie.
Cierto día, un tigre adulto ataca el rebaño, que una vez más se dispersa. Pero ese
pequeño que es un tigre, no una cabra, se queda ahí plantado. El animal más grande lo
mira y le pregunta:
cierta vergüenza. El tigre más grande se siente mortificado, como el padre que al llegar
a casa, ve a su hijo con el pelo largo; algo por el estilo. Le da un par de sacudones,
porque el pequeño sólo sabe balar y mordisquear el pasto. Entonces lo toma del
pescuezo y lo lleva hasta un estanque. No sopla ni la más leve brisa: una quietud total.
Ahora bien, los hindúes dicen que el yoga es el arte de aquietar la mente, la
estanque. Cuando hay viento, el agua se mueve y todos esos quebrados reflejos van y
vienen, van y vienen, van y vienen... Y así es como actuamos en la vida. Nos
identificamos con uno de esos reflejos fugaces y pensamos: “¡Por Dios! Aquí vengo,
Así es como el tigrecito comienza a conocer los principios del yoga. El tigre
adulto le indica:
primera vez en su corta vida descubre su verdadero rostro. El otro se coloca al lado y le
dice:
--¿Ves? Tenés cara de tigre; sos como yo, no como las cabras esas. No sos cabra.
Sos como yo. ¡Tenés que ser como yo! --(Eso sí que suena a lo que dicen los gurúes: te
voy dar mi retrato para que lo llevés colgado, y así sabrás quien sos).
siguiente paso del tigre más grande consiste en levantarlo y llevarlo a su guarida, donde
quedan algunos restos de una gacela que cazó no hace mucho. Toma un trozo de esa
--¡Abrí la boca!
Por cierto que hay una moraleja. Todos somos tigres que vivimos como cabras.
surge el problema. Descubriste tu cara de tigre, pero seguís viviendo con las cabras... y
Los textos prosiguen indicando que tenemos que aprender a vivir con las
vestiduras externas del mundo y las vestiduras internas del camino místico. Lo que
habrás aprendido entonces es que, en todas las formas del mundo, se manifiesta el
RUSSO
The Millstone
Como las tareas domésticas con Lydia funcionaban bastante bien, al cabo de dos
semanas sentí que debía dar otros pasos con respecto a poner mi casa en orden. Ya hacía
tiempo que me había propuesto escribirle a mi hermana para contarle lo que pasaba. No
verdes”, de que quería hacer caer a los demás en su propia trampa enalteciendo los
placeres de la reclusión, ya que no cabían dudas de que ella no estaba felíz con su
suerte. Como yo, era digna hija de nuestros padres: educada para ser independiente y
/ los que yo había descubierto jamás. Allí conoció a su futuro marido, un científico
llamado Hallam que en ese entonces era un investigador becado. Ella, a su vez,
estudiaba economía, por lo que tenían cierto terreno en común. Se casaron al poco
tiempo que ella salió de la universidad, por lo que Hallam consiguió rápidamente un
Midlands, habitado sólo por otros científicos, sus mujeres, comerciantes e ingenieros.
Poco después Beatrice tuvo tres hijos y aprendió a hacer de la necesidad virtud. Sin
conciencia. Después de todo, no había dejado sus estudiod para pasarse la vida en la
peluquería.
infortunada: a diferencia del resto de la familia, era una pacifista confesa, o, al menos,
lo había sido en sus épocas de Oxford. Para ella debió de haber resultado en extremo
díficil vivir en una planta de investigaciones atómicas: por suerte, Hallam compartía sus
de sus posibilidades. Puede que tuviera razón, aunque se veía a las claras que ése no era
su motivo para trabajar allí. Después de tragarse eso, Beatrice adoptó una conducta de
rdaba vueltas por la cabeza. En cierta oportunidad me escribió para contarme que su
entero jugando con armas, a los soldados y vaqueros y, para colmo de males, a tirar
bombas. “Cada vez que le digo que termine la comida”, se lamentaba en la carta, “me
hace frente, emite un sonido horrible y me dice: ¡ Bang! Estás muerta.”. Una vez,
furiosa hasta decir basta por esa respuesta inevitable y exasperante, le dio una fuerte
bofetada cerca de la oreja, “algo totalmente en contra de mis principios y que echa por
la borda toda la doctrina de la resistencia pasiva, ¿no? Parecía una guerra en miniatura/
ataque tan inesperado le había provocado dolor de oído; ella se retorcía del
remordimiento hasta que se comprobó que no era nada, sólo lo hacía para desquitarse.
De todos modos, cuando le escribí a Beatrice para contarle del bebé, lo hice con
ansiaba porque sentía que ya hacía demasiado que vivía sin ser comprendida. Me sentía
bastante orgullosa del modo en que me las había arreglado e incluso llegué a esperar
algún tipo de felicitación por mi reserva. Sin embargo, la carta que recibí decía lo
siguiente:
Querida Rosamund:
asombro de que no nos hayas contado esto antes. Por lo que decís,
creo que
EJERCICIO 5
El vertiginoso ritmo de los avanes tecnológicos ha sido aceptado en numerosas
industrias fabricantes desde hace cierto tiempo, pero para los empleados de oficina, que
en comparación llevaban una existencia protegida, los cambios radicales son una
experiencia nueva. Con el advenimiento de las técnicas electrónicas de procesamiento
de datos y, especialmente, con las computadoras, esta situación se ha modificado
rápidamente. Los oficinistas se encuentran de pronto expuestos a las consecuencias
traumáticas del progreso científico.
La mayoría de las oficinas, por la naturaleza misma de su estructura y función,
están engranadas para la estabilidad o el cambio lento. Cambios acelerados como los
que traen aparejados las computadoras, suelen ser y perturbadores. Eso se debe a
que la gente en las organizaciones estables tienden a esperar una continuación pareja de
las situación existente y porque las áreas no acostumbradas a los cambios frecuentes
descubren que se han tornado demasiado inflexibles y no pueden asimilarlo sin estrés.
Por lo tanto, los factores sociales, además de los técnicos son especialemente pertinentes
para una exitosa adaptación a las nuevas técnicas.
EJERCICIO 7 NORA ANAHÍ RUSSO
[Por la derecha entra WILLY LOMAN, el Viajante, con dos grandes valijas con
muestras. Se oye una flauta. Aunque la oye, no se da del todo cuenta. Tiene más de
sesenta años y está vestido con sencillez. Ya al atravesar el escenario hacia la entrada
aliviado, baja su carga, sintiendo el dolor en las palmas de las manos. De sus labios
escapa una palabra como un suspiro – podría ser “¡Ay, Dios mío! ¡Dios mío!” Cierra
la puerta y, tras cruzar la cortina que sirve de separación, lleva las valijas al líving.
muchísimo, sino que lo admira, como si su carácter inconstante, su mal humor, sus
aunque carece del temperamento necesario para manifestarlos y seguirlos hasta sus
últimas consecuencias.]
LINDA: ¿Por qué? ¿Qué ocurrió? (Breve pausa) ¿Pasó algo, Willy?
WILLY (con fastidio pasajero): Ya te dije que no pasó nada. ¿No me oíste?
LINDA (con mucha delicadeza y tacto): ¿Dónde estuviste todo el día? ¡Qué mal se te
ve!
WILLY: Apenas pasé de Yonkers. Me detuve a tomar una taza de café. Quizás fue el
café...
LINDA: ¿Qué?
WILLY (tras una pausa): De pronto no pude seguir manejando. ¿Sabés que? El auto se
LINDA (tratando de ayudarlo): ¡Ah! A lo mejor es otra vez la dirección. No creo que
WILLY: No, soy yo. Soy yo. De repente me doy cuenta de que estoy yendo a 90 y no
consigo recordar qué hice en los último cinco minutos. Yo... parece que... que no
pudiera concentrarme...
LINDA: Tal vez son los anteojos. Todavía no te hiciste los nuevos.
WILLY: No, veo perfectamente. Regresé a 15. Tardé casi cuatro horas desde Yonkers.
LINDA (resignada): Bueno, Willy, vas a tener que descansar un poco. No podés seguir
así.
LINDA: Pero no descansaste la mente. Tu mente trabaja mucho y eso es lo que cuenta,
querido.
WILLY: Voy a salir mañana, bien temprano. Puede que mañana me sienta mejor. (Ella
paisaje... ¿te imaginás? Yo, mirando el paisaje, cuando he estado en la ruta cada
semana de mi vida. Pero está todo tan hermoso ahí... Los árboles tan frondosos y el
sol tan tibio... Bajé la ventanilla y dejé que me bañara el aire tibio. Y, de pronto, ¡me
estoy yendo! Te digo más, me olvidé por completo que estaba manejando. Si
hubiese cruzado la raya blanca, hasta podría haber matado a alguien. Así que seguí,
y cinco minutos después estoy soñando de nuevo y casi... (Se oprime los ojos con
dos dedos.) Se me ocurre cada cosa... se me ocurre cada cosa más extraña.
LINDA: Willy, querido. Volvé a hablarles. No veo por qué no podés trabajar en Nueva
York.
LEAVES OF GRASS
EPÍGRAFES
Canto al Propio-Ser
Alegre, por la acción más libre formada bajo las leyes divinas,
ése es uno de los principales motivos para leer novelas: el simple deseo de obtener una
comprensión nueva sobre la vida de otras personas. Es el mismo motivo por el que nos
resulta imposible no mirar dentro de las casas con ventanas iluminadas cuando pasamos
ajena tan extremadamente fuerte: tiene que estar condenada con severidad porque con
frecuencia querríamos hacerlo. Desde luego que es también eso lo que se encuentra trás
rodeados por otros individuos y de que queremos saber más acerca de ellos. El
puede satisfacer nuestra curiosidad. Si lo hace, podemos con razón sentir una buena
dosis de satisfacción con su trabajo, tanto si nos brinda algo más, como si no.
EJERCICIO:8 NORA ANAHÍ RUSSO
La fogata
... hasta que, por último, se tambaleó, se derrumbó y cayó. Cuando intentó ponerse de
pie, no pudo. Decidió que debía sentarse a descansar y que la próxima vez se limitaría a
caminar y a seguir adelante. Mientras estaba sentado recuperando el aliento, notó que no
tenía tanto frío y que se hallaba cómodo. No temblaba y hasta le pareció que le subía un
calorcito entre el pecho y la espalda. Sin embargo, cuando se tocaba la naríz o las
descongelaría las manos ni los pies. Entonces se le ocurrió que se le irían congelando
otras partes del cuerpo/las partes de su cuerpo congeladas tendrían que estar en
aumento. Trató de apartar ese pensamiento, de olvidarlo, de pensar en otra cosa; se daba
cuenta de que le causaba pánico y tenía miedo del pánico. Pero esa idea se afirmaba y
persistía, hasta que llegó a tener una visión de su cuerpo todo congelado. Era demasiado
velocidad y siguió caminando, pero la idea del congelamieto que crecía lo llevó a correr
de nuevo.
Y durante todo ese tiempo el perro corría con él, a sus talones. Cuando se cayó
por segunda vez, enroscó la cola sobre las patas delanteras y se sentó frente a él,
insultó hasta que bajó las orejas para apaciguarlo. Esta vez, el hombre coenzó a sentir
introduciendo en el cuerpo desde todas partes. La sola idea lo hizo seguir adelante, pero
sólo pudo correr unos treinta metros, cuando tropezó y cayó de cabeza. Ése fue su
corriendo como una gallina sin cabeza: ésa fue la imagen que se le ocurrió. Bueno, de
todos modos, estaba destinado a congelarse y podría al menos aceptarlo con cierta
decencia. Con la nueva serenidad mental que había hallado vinieron los primeros
atisbos de somnolencia. Pensó que sería bueno quedarse dormido hasta morirse. Sería
como tomarse un anestésico. Congelarse no era tam malo como la gente creía. Había
todavía con ellos, al dar la vuelta a una curva del sendero, se topó con su cuerpo que
yacía en la nieve. Ya no estaba consigo mismo, dado que inclusive en ese momento se
encontraba fuera de su cuerpo, parado con los muchachos, mirándose en la nieve. Acá sí
que hace frío, pensó. Cuando volviera a los Estados Unidos le podría contar a lodos
placentero que había tenido jamás. El perro, sentado frente a él, esperaba. El breve día
había conocido nunca a un hombre que se sentara así en la nieve y no encendiera una. A
medida que avanzaba el anochecer, su gran deseo de calor lo dominó y con un gran
movimiento de patas delanteras, comenzó a gemir despacio, luego bajó las orejas en
espera de un reto. Sin embargo, el hombre permanecía callado. Más tarde el animal
volvió a gemir con fuerza. E incluso, un poco después se arrastró hasta el hombre y
pudo sentir el olor de la muerte, ante lo que se le erizó el pelo y retrocedió. Se quedó un
poco más, aullando bajo las estrellas que se amontonaban, brincaban y resplandecían en
el cielo gélido. Entonces, dio media vuelta y salió trotando camino arriba en dirección al
campamento que conocía, donde se hallaban los otros provedores de comida y de calor.
EJERCICIO: 9 NORA ANAHI RUSSO
La sala de espera del médico era muy pequeña y ya se encontraba prácticamente llena
cuando llegaron los Turpin. La señora de Turpin, que era muy corpulenta, la hacía
pareer aún más pequña con su sola presencia. Se paró imponente ante la mesa con
revistas colocada en el centro de la sala, la prueba viviemte de que esa habitación era
insuficiente y ridícula. Sus vivaces ojitos negros recorrieron a todos los pacientes,
mientras evaluaba los asientos disponibles. Había una silla vacía y un lugar en el sillón,
que ocupaba un niño rubio vestido con un sucio enterito azul, a quien tendrían que
haberle dicho que se corriera y le dejara lugar a la dama. No tenía más de cinco o seis
años, pero la señora de Turpin advirtió de inmediato que nadie iba a decirle que se
moviera. Estaba repantigado en el asiento, con los brazos ociosos a los costados y los
vacío. Claud era rubicundo, calvo y macizo, algo más bajo que su mujer, pero se sentó
viejo, enjuto, pero todavía fuerte, con las manos curtidas apoyadas en las rodillas; tenía
los ojos cerrados commo si estuviera dormido o muerto o fingiéndolo para no tener que
pararse y cederle el asiento. La señora de Turpin miró con amabilidad a una dama bien
vestida de cabellos canos que le devolvió la mirada y cuya expresión parecía decía: “Si
ese chico fuera hijo mío, tendría mejores modales y se correría. Hay espacio suficiente
-Sentate –le ordenó su mujer -. Sabés que no podés estar parado con la pierna
Claud colocó la pierna sobre la mesita y se levantó el pantalón para mostrar unza
-A lo mejor este chico se puede correr un poco – sugirió la señora, pero el niño
no se inmutó.
como un médico, con todo lo que ganaban cobrando cinco dolares por día, sólo por
asomar la cabeza por la puerta del hospital y mirar a los pacientes, no podía pagar una
sala de espera de un tamaño decente. Ésta era apenas más grande que un garage.
Lenguaje indirecto
podía estar parado con la pierna así. Luego explicó que tengo una úlcera en la pierna.
hecho eso/me lo había hecho. Mi mujer le contó que me había pateado una vaca, ante lo
que la mujer se horrorizó. Después me bajé la pierna del pantalón. Entonces, la dama
sugirió que el chico podría correrse un poco, pero el niño no se movió. Mi mujer señalö
médico, con todo lo que ganaban cobrando cinco dolares por día, sólo por pasar la
mano/cruzar la puerta del hospital y mirar a los pacientes, no podía pagar una sala de
espera de un tamaño decente. Ésta era apenas más grande que un garage.
EJERCICIO: 11 NORA ANAHÍ RUSSO
Carl y Carrie no parecían estar hechos el uno para el otro/tener nada en común.
Él estaba vestido con ropa informal, daba vueltas en torno al consultorio y me trató con
sacándose el barro de las botas. Como constructor, estaba acostumbrado a tratar con
soltura a/con toda clase de personas, en cualquiier situación/ todo tipo de lugar/en
cualquier lugar. Carrie debía de haber imaginado la visita como una reunión ocasión
dominguera y estaba recién salida de la peluquería, con el pelo cargado de rocío fijador.
Sólo le faltaban los guantes blancos. Debajo del maquillaje y la sonrisa de compromiso,
y concentró toda su atención en cuidar a Carrie. Era obvio que eso la complacía. Con
esa enumeración, pero no parecía dispuesto a hacerse a un lado y dejarme que tratara
con ella. Estaba convencido de que había que internarla para darle un tratamiento de
electroshock, dado que la medicación que tomaba no le servía. Le aseguré que hacía
veinte años que no tenía necesidad de emplear ese tratamiento con paciente alguno.
Intenté transmitirle el siguiente mensaje: “Mira, me doy cuenta en que estado está, pero
de Carrie y lo mucho que deseaba que volviera a ser como antes (cuando se pasaba gran
como cualquier mujer “normal”). Reconoció que ella ya había sufrido varios
ocupado con su trabajo y no le prestó demasiada atención; además venía su suegra para
ayudarla. Pero, esta vez su suegro estaba enfermo y su suegra no podía venir; su
negocio marchaba tan bien que decidió quedarse a cuidarla. Fue horrible. No podía
salir / dejar la casa.” Como no entendí ese punto, me explicó: “Cada vez que iba a salir
sin ella, empezaba a gemir y hasta parecía que se echaría a llorar, entonces me quedaba
en casa con ella. La única vez que me habló su psiquiatra, ya hace un año, me dijo que
no la dejara sola, que la hiciera descansar y que le diera Melanil cada vez que se pusiera
/ ponía mal. En realidad,/La verdad es que/ de algún modo, disfrutaba quedarme en casa
con ella, pero surgieron algunos problemas en mi empresa y estoy desesperado: Tengo
que arreglar /manejar mis negocios y ella no se mejora.” Ella sonrió y me contó lo
no puede echarse toda la culpa al gobierno del presidente Bush, ni a los jefes militares
prensa de informar sobre algunos de los aspectos más horribles, tal vez no cause
sorpresa que la cobertura general en los primeros días fuera abrumadoramente favorable
embargo, es más difícil explicar la reacción de los periodistas. Ante el amplio y franco
apoyo, la prensa parecía reacia a plantear algunos puntos vitales, aunque problemáticos.
Ciertos periódicos, de los que podría haberse esperado que cuestionaran la intervención
de los EE.UU. en el hemisferio, tales como el New York Times o el Los Angeles Times,
comentó algunos días después en forma privada que los medios sentían que ya habían
fallido golpe del mes de octubre en Panamá y que ahora no les quedaba más que
presunta conexión con el tráfico de drogas también sirvieron para definir el tenor de la
Latina. Por lo tanto, no advirtieron la reacción intensa y amarga que se produjo en las
capitales del hemisferio. Se daba por sentada la hostilidad de América Latina y se la
relegaba a las últimas páginas de los diarios. Sólo más adelante, después de que Noriega
que podría haberse provocado cierto daño diplomático y envió al vicepresidente Quayle
a visitar a los jefes de estado latinoamericanos; un gesto que creyó inequívoco, pero que
aspectos de la invasión. Para ese entonces, ya era tarde para una revisión de la opinión
Enseñanzas
Al gobierno del presidente Bush casi se le podría perdonar por creer que la invasión a
Panamá fue un caso ejemplo típico sobre como manejar un conflicto bélico: El combate
debe ser corto y lo más leve posible; la fuerza a aplicar tiene que ser aplastante, las
metas tienen que ser claras y alcanzables y a la prensa hay que mantenerla a raya hasta
que cese el fuego y no corra más sangre. Se combinan todos esos elementos, y como
decía de Panamá el presidente del comité nacional del partido republicano, Lee
Atwaker, se puede obtener un resonante triunfo político. Incluso puede servir para
Panamá. ¿A quién le importa que los periodistas se quejen? Eso son minucias y, además,
triunfo para el presidente Bush dentro de los Estados Unidos, pero en lo que se refiere al
periodismo, no hay ningún premio Pulitzer a la vista. Más aún, el control enérgico del
entre los periodistas y un insistente reclamo para que se reformen una vez más las reglas
que rigen la cobertura de los combates en los que intervienen los EE UU. Y ante el
mando sin precedentes, que se había procurado con los cambios a la Constitución que
impulsó. Años antes ya había llenado la Corte Suprema con jueces que no cuestionarían
sus decisiones. Era el monarca indiscutido del Partido Peronista, con amplia mayoría en
ambas cámaras del Congreso. En suma, no había área del gobierno argentino donde
Pero el insaciable Menem quería más. El mes último consiguió la aprobación del
economía argentina durante un período de 12 meses. Ahora tiene poder para eliminar,
pasada ganó una medida de control sobre la recaudación impositiva cuando se aprobó
una ley que le permite decidir qué empresas estatales o privadas estarán exentas de
impuestos.
crecimiento de la economía argentina no llega del 5% previsto por Menem para este año
de $800 millones del FMI, que se halla bajo análisis / se está analizando en Washington.
Las leyes de los superpoderes recibió una rígida resistencia no sólo por parte de los
partidos de la oposición, sino también de los dirigentes sindicales peronistas, que temen
mil o 30 mil personas sin trabajo en 1996. Los dirigentes sindicales planean un paro
aumento del impuesto al valor agregado. El IVA se había aumentado del 18 al 21% el
pasado abril ante la crisis del peso mexicano, cuando miles de millones de dólares en
devaluación del propio peso argentino, Cavallo negoció un crédito de $7 mil millones
principalmente una señal para los mercados extranjeros. “No sé si era necesario o no,
pero lo que sí sé es que las acciones y títulos argentinos subieron muchísimo cuando el
Fraga. “Se pensó como una señal para los mercados internacionales de que Argentina
peso argentino con el dólar estadounidense como parte del “plan de convertibilidad” de
Cavallo. Entre 1990 y 1994 el plan puso fin a la hiperinflación y alcanzó un éxito que
argentino ya no reluce.
Menem espera utilizar los nuevos poderes de privatización para recrear la magia
de los últimos años. Sin embargo, los economistas señalan que la mayoría de las
grandes empresas estatales (Aerolíneas, ENTEL, YPF, Gas del Estado, inclusive las
autopistas) ya se han privatizado, por lo que sólo quedan en manos del Estado algunas
ha cedido demasiado poder a su jefe. “El poder que el Congreso le ha delegado para
disolver los organismos estatales es excesivo, casi sin control”, comentó Federico
Storani, presidente del bloque de la Unión Cívica Radical en el Congreso. “Han dejado
poco saludable, que a esos organismos internacionales de crédito no se interesen por los
métodos empleados para alcanzar sus objetivos”, manifestó Álvarez. “Parece que
en 1989, que empleó para emitir 300 decretos de necesidad y urgencia (más que todos
otorgue los nuevos superpoderes podría interpretarse como la graciosa aceptación de las
ACUERDO MUTUO:
“Aquél que se conforma con lo que tiene, siempre tendrá suficiente” Lao Tse
Usted es bueno en lo que hace, pero no siempre consigue lo que quiere y desconoce el
Ha intentado copiar el estilo de aquellos que siempre parecen salirse con la suya. No le
sirvió. Probó el dinamismo, la sutileza, el humor. Probó con un enfoque serio, probó con
Cuando cada mañana se mira al espejo, la imagen que ve le causa una buena impresión.
Sabe que sus virtudes son más que sus defectos. Cree tener habilidad para las relaciones
Sin embargo, hubo ocasiones en las que creyó que tenía razón y en verdad pensó que los
demás estarían de acuerdo, pero no fue así. Y no tenía la menor idea por qué.
El motivo es que no fue un buen negociador. No hubo nunca nadie que le enseñara
cómo hacerlo.
para coexistir satisfactoriamente en el terreno emocional, social y/o profesional, con los
Lo que necesita es estrategia. La táctica consiste en los medios que se emplean para
Deberá basar su estrategia en lo que considere que usted necesita, las tácticas tendrán
A continuación figuran, sin un orden específico, ciertas tácticas para negociar de manera
también por practicidad, se utiliza la palabra “interlocutor” para referirse a toda persona
Estas tácticas son morales, éticas y legales. No conozco ninguna otra, ni las emplearía si
las conociera. Desde un punto de vista práctico, que a uno lo atrapen aplicando tácticas
inmorales, poco éticas y/o ilegales es, en el mejor de los casos, contraproducente y, en el
peor, peligroso. Además, si uno sabe lo que hace, no las necesitará y podrá dormir
Dejando los principios de lado, si aquellos con quienes negocia cambian todo el tiempo,
o sea, que nunca tiene que llegar a un acuerdo con la misma persona dos veces, podría
recurrir con impunidad a tácticas inmorales o poco éticas. Pero, eso no suele suceder.
Por lo general negociamos con las mismas personas una y otra vez: amigos, familiares,
socios, incluso, a menudo sobre los mismos temas. Es más productivo conservar la
credibilidad.
Las negociaciones suelen ser con un adversario, si bien no es un requisito, ni tendría por
tendría que ser un triunfo general: que todos ganen y no haya enemigos.
1. Hay un momento para escuchar, uno para hablar, otro para pensar, uno para decidir
3. No trate de cambiar el punto de vista del otro; mas bien concéntrese en las ventajas
del propio.
6. Pregúntele sobre sus ideas más profundas, para que el otro sepa que desea conocer
mejor su posición. Lo que busca en el fondo es que el otro examine con sumo
7. Se necesita mucho tacto para objetar las ideas del otro. Preludie esas objeciones
reconociendo que hay algo de cierto en lo que él piensa; formule preguntas y luego
dele una razón por la cual pregunta. Por ejemplo: “Es cierto que hay muchos otros
temas y, por eso, éste resulta especialmente difícil. ¿Podrías explicarme aquello que
crees nos está faltando para resolver esto? A lo mejor se nos ocurre alguna manera
de solucionarlo”.
donde dirigirse (su próximo punto) pero tape el agujero. Si un dato no es exacto,
remplácelo por otro que sí lo sea. Si una analogía no sirve, busque otra que sirva.
10. Si puede, elija el terreno para la negociación. Si no puede, elija un sitio neutral. Si
no puede, elija el momento. Si no puede, llegue tarde pero con una buena excusa.
11. Estamos tentados a ignorar al sector más hostil de los interlocutores y de dirigirnos
al menos hostil. Pero si emplea con el más hostil un planteo franco y directo, podría
servirle para ganar el respeto y apoyo de los menos hostiles. La agresividad del
14. Nunca pierda el eje del tema. Nunca permita que otro se lo cambie... menos usted.
16. Hay que buscar en primer lugar el acuerdo en los asuntos de escaso riesgo
18. Nunca inicie un ataque, ni participe de él, ni responda de igual modo/con la misma
niticias...las malas.
23. Presente todos las postura frente a un asunto, no solamente loa suya.
24. Para que puedan entender su punto de vista, demuéstreles primero que entiende el
suyo.
25. Con una audiencia débil, hay que ser predecible. Con una fuerte, impredecible.
b. no interrumpa
argumentos
27. Cuanto más inviertan en un proceso, más importante les resultará llegar a una
conclusión exitosa. Haga que inviertan tanto tiempo y energía en el proceso como
usted.
29. Si está en juego el prestigio del otro, ofrezca un modo de salvarlo, pero nunca lo
b. hable menos
32. La verdad y el candor son activos/puntos valiosos; pero no tiene que usar todos los
que las cartas hablan por sí mismas. No todos se rigen por ese principio operativo.
34. No realice concesión alguna hasta que conozca todas las exigencias/demandas.
contraoferta/propuesta
36. Nunca consienta con un punto con el que no pueda comprometerse. Todos los
camino.
resultado posible cuando se negocia. Puede perder. Uno puede hacer todo bien y aun así
no llegar a un acuerdo mutuo. No hay lista de tácticas que puede garantizarle el éxito. El
en ganar, perder o empatar, sino si ha hecho todo lo que estaba a su alcance. Si no,
Volví una noche, después de estar fuera durante dos o tres semanas. Mi mujer no
estaba en casa.
Recorrimos una calle hasta salir del pueblo. Nos detuvimos a la orilla de un
truenos.
lloviendo y soplaba el viento. Había rayos, seguidos por los peals de truenos.
casa.
la ropa mojada.
EJERCICIO 16 NORA ANAHÍ RUSSO
Vino cierta noche/Hubo una noche. Mi madre no estaba en casa cuando llegó mi
Entró en silencio. Afuera llovía. Puede ser que mamá se hubiera ido a una
reunión de la iglesia. Tenía un libro en la mesa frentea / ante mí y estaba sentado solo en
expresión/mirada más triste en una persona que haya visto en mi vida. Se quedó sentado
sentado un rato sin decir nada / sin hablar, con la ropa chorreándole. Debe de haber
sills
convertido en un extraño para mí, no sentí miedo. Caminamos por una calle, hasta salir
del pueblo.
llegado en (absoluto) silencio. Todavía llovía mucho /.a cántaros / fuerte y se veían los
extraña. Era la primera vez desde que salimos de casa que me hablaba.
-Sacate la ropa –me ordenó. Aún lleno de asombro, comencé a desvestirme. Con
de la mano, me condujo a la orilla y me jaló hacia el agua. Tal vez estaba tan
“¿Y ahora con qué se va a salir?” me preguntaba una y otra vez. Era como si ese
hombre, mi padre al que yo no quería como padre, de pronto tuviera / ejerciera / hubiese
Tenía miedo y luego de repente, no sentí más miedo/se me fue el miedo. Era una
laguna bastante grande y yo no sabía ndadr muy bien, pero él había colocado mi mano
brazadas en la oscuridad.
Era un hombre de gran espalda/ con una espalda muy desarrollada y nadaba muy
bien/con fuerza. En la oscuridad podía sentir como se le movían los músculos. La lluvía
seguía cayendo a cántaros sobre nuestras cabezas/ sobre nosotros. El viento soplaba. Se
horas. La lluvia nos daba en la cara. Cada tanto, mi padre se daba vuelta y nadaba de
espalda, y cuando se ponía de esa manera, me tomaba la mano con la suya, tan grande y
fuerte y la colocaba de nuevo sobre su hombro. De ese modo podía verle el rostro.
Era igual que cuando, más temprano, había entrado a la cocina donde yo estaba
juzgaba/criticaba a mi padre.
Se había tornado en una casa extraña / desconocida para mí. Tenía un pequeño
porche de entrada, donde tantas noches mi padre se había sentado con otros hombres.
Había un árbol junto al arroyo y un galpón al fondo/atrás En la cocina había una luz
encendida y cuando entramos, chorreando agua, allí estaba mi madre. Nos sonrío y
constestó. Del mismo modo que había comenzado la experiencia de esa noche conmigo,
en silencio, así la terminaba/concluía. Se dio vuelta, me miró y luego, con una dignidad
desvestí en la oscuridad / sin encender la luz y me metí en la cama. Aún me hallaba bajo
de la laguna. No podía dormirme y no quería dormirme. Por primera vez me había dado
como él. Allí, en la oscuridad de mi vama en el cuarto supe que nunca volvería a desear