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Federico García Lorca

Entre los pueblos del Soto de Roma, hay uno que se llama Fuente Vaqueros y otro Asquerosa. En
el primero de los dos nació Federico García Lorca el 5 de junio de 1898. Poco después, su familia se
trasladó al poblado más cercano, es decir, a Asquerosa. Aquí vivió su niñez y su adolescencia, cuyo
paisaje influyó sus primeros versos. Así inició la historia de un poeta limpio y puro, de amplio
corazón que hacía grande y honda su poesía y vida, llena de humanismo.

La personalidad humanista con la que se bendijo a Lorca llegó desde su casa. Su padre, Federico
García Rodríguez, hombre sencillo, robusto, acomodado e inteligente, se casó con Vicenta Lorca,
una maestra callada, discreta, amable y de dulce voz. Así se formó un hogar lleno de comprensión
y armonía. El pequeño Federico y sus hermanos, niños sanos, alegres inteligentes y traviesos,
jugueteaban en el vasto campo. Perseguían polluelos de perdiz o mariposas, cortaban amapolas o
espigas de trigo. Sólo la monotonía de la escuela ensombrecía su alegre existencia.

En 1915 empieza a nacer el poeta en García Lorca. Una poesía íntima, de adolescente impulsado
por el ansia de crear. Los primeros escritos que publica son trabajos en prosa. Años más tarde se
traslada a Madrid y se hospeda en la famosa Residencia de Estudiantes, donde conoce a Salvador
Dalí y Luis Buñuel entre tertulias y noches sin fin en el Café Alameda. A partir de este momento la
obra de Federico fue un éxito. Publica "El romancero" (1924), "Mariana Pineda" (1925),
"Romancero Gitano" (1928), "Poeta en Nueva York" (1930) y "Bodas de sangre" (1933).

El 10 de junio de 1936 Lorca había manifestado una visita inminente a México, pero algo pasó en
la cabeza del poeta, ya que en lugar de tomar camino a su destino antes dicho, se dirigió a
Granada. El 17 de julio estalló el movimiento militar-falangista contra la República y una de las
primeras noticias trágicas que recorre el mundo es el fusilamiento de Federico García Lorca. Según
la noticia, el poeta había sido descubierto en casa de un amigo y estaba preso. No se sabía cómo,
si por un error o por venganza personal lo había detenido.

En la serenidad de las primeras horas del día, volvió a caminar por aquellos campos que décadas
atrás le dieron tantos momentos de amor entre amigos y hermanos. Ahí, entre la tierra y el polvo
su cuerpo cayó sin vida tras el fusilamiento.
Este es el prólogo van pasando las tristes
Autor: Federico García Lorca y eternas caravanas
que hicieron al poeta
Dejaría en este libro cuando llora en las tardes,
toda mi alma. rodeado y ceñido
Este libro que ha visto por sus propios fantasmas.
conmigo los paisajes
y vivido horas santas. Poesía es amargura,
miel celeste que mana
¡Qué pena de los libros de un panal invisible
que nos llenan las manos que fabrican las almas.
de rosas y de estrellas
y lentamente pasan! Poesía es lo imposible
hecho posible. Arpa
¡Qué tristeza tan honda que tiene en vez de cuerdas
es mirar los retablos corazones y llamas.
de dolores y penas
que un corazón levanta! Poesía es la vida
que cruzamos con ansia
Ver pasar los espectros esperando al que lleva
de vidas que se borran, sin rumbo nuestra barca.
ver al hombre desnudo
en Pegaso sin alas, Libros dulces de versos
ver la vida y la muerte, son los astros que pasan
la síntesis del mundo, por el silencio mudo
que en espacios profundos al reino de la Nada,
se miran y se abrazan. escribiendo en el cielo
sus estrofas de plata.
Un libro de poesías
es el otoño muerto: ¡Oh, qué penas tan hondas
los versos son las hojas y nunca remediadas,
negras en tierras blancas, las voces dolorosas
y la voz que los lee que los poetas cantan!
es el soplo del viento Dejaría en el libro
que les hunde en los pechos, este toda mi alma…
entrañables distancias.

El poeta es un árbol
con frutos de tristeza
y con hojas marchitas
de llorar lo que ama.

El poeta es el médium
de la Naturaleza
que explica su grandeza
por medio de palabras.

El poeta comprende
todo lo incomprensible,
y a cosas que se odian,
él, amigas las llama.

Sabe que los senderos


son todos imposibles,
y por eso de noche
va por ellos en calma.

En los libros de versos,


entre rosas de sangre,

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