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Todavía Inédito 1

Zygmunt
Bauman

Escriben

María Inés Landa


Alfredo Tenoch Cid Jurado
Sofía E. Mantilla
Luis Alberto Quevedo
Omar Rincón
Belén Igarzábal
Miguel Huezo Mixco
Pablo Gianera
Lautaro Ortiz
Mauro Libertella
Gabo Ferro
Elsa Drucaroff
Zygmunt Bauman

Pantallas
h i s to r i e ta

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EL BOMBERO
CARLOS TRILLO / DOMINGO MANDRAFINA

MECÁNICA HIPERESTÉSICA
Este breve trabajo pertenece a un conjunto de de la palabra), no es teatro (la voz), no es fotografía
once historias autoconclusivas que la dupla creó (tiempo detenido), no es pintura (tiempo suspendi-
a principios de los años ochenta, y se conoció a do). Y no está mal esa diferenciación; sin embargo,
través de la revista SúperHumor. Para el guionista hay otra manera de nombrarla, y la figura quijotesca
era un experimento que podría formularse así: de este bombero, es todo un ejemplo.
borrar la marca del guión (el globo y la palabra) La historieta es el arte de exagerar lo que no tiene,
para demostrar cómo el dibujo puede hacerse cargo lo que no puede ofrecer. Es muda y sorda, a la fuerza.
del relato sin intervenciones o ataduras conceptuales. Esa es la magia, su secreto: construir imaginación
Fue un intento de quebrar el trabajo binario (guión a partir de lo que no está. En estas seis páginas no
más dibujo) que, mayormente, se da en la construc- vemos nunca el fuego, solo la emergencia que des-
ción historietística. Al dejar al dibujo como único pierta en los personajes esa llama invisible. ¿Cómo
responsable del relato, se buscaba, al mismo tiempo, encenderla, entonces, para que el lector crea en el
que el dibujante (en este caso de estirpe realista) fuego? A partir del agua. Es el agua la que enciende
alcanzara otra gestualidad gráfica para completar el fuego (desencadena la acción), porque en el agua
la comunicación plena (Mandrafina optó por lo está la historieta, es la huella de la marca que
caricaturesco y la numeración simbólica). se borró. Así se enciende el fuego del deseo, de la ira,
A este monólogo de grafismo, Trillo y Mandrafina de la envidia, y hasta de lo prohibido, esos fuegos fa-
lo llamaron “Historias mudas”. Más tarde los france- tuos que se desprenden del dibujo. Si lo escuchamos
ses las reunieron en libro bajo el título de “Histoires arder es porque se exageró la mudez del agua (su
sin paroles” y luego los italianos como “Senza parole”. chorro, su presión). El bombero es, al mismo tiempo,
Recién en 2009, cuando Página/12 lanzó la colección la representación negativa de ambos elementos.
“Continuará”, se logró un bautizo más preciso: “His- En definitiva, la propuesta de Trillo y Mandrafina
torias sin ruido”. Porque no es la ausencia de palabras no es otra cosa que una indicación de cómo se debe
lo que realmente libera al dibujo, sino la posibilidad leer historieta. Similar a lo que decía el poeta Cardo-
de hacer presente a las cosas sin que las cosas hagan za y Aragón cuando se enfrentaba a un cuadro: hay
ruido. ¿Cómo se logra? Exagerando esa ausencia. que escuchar la mecánica hiperestésica del dibujo,
Desde siempre a la historieta se la ha definido ne- es decir, permitirle que nos despierte la sensación
gativamente, a partir de lo que no tiene: no es cine exagerada de los sentidos. Solo así se puede leer lo
(movimiento), no es literatura (el peso y dirección que no está, escuchar por qué no está. Eso es magia. •

" P O R L AU TA RO O R T I Z Pe r i o d i s t a y p o e t a

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