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FILIPENSES 1:29-30
29 Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él,
sino también que padezcáis por él, 30 teniendo el mismo conflicto que habéis visto
en mí, y ahora oís que hay en mí.
FILIPENSES 2:1-18
Vemos que en el señor se nos han sido entregadas dos cosas importantes; 1) Que
creamos en él, y 2) que padezcamos por él. En la versión Dios habla hoy dice:
29 “Puespor causa de Cristo, ustedes no sólo tienen el privilegio de creer en él,
sino también de sufrir por él” Es de notar que los padecimientos y la fe en el señor
es un regalo que Dios entrega solamente a los verdaderos creyentes que le amán
con amor inefable. Romanos 8: 28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las
cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Por tanto, padecer por Cristo es un requisito literal que todo creyente debe
experimentar. Además de ello, dichos padecimientos son luchas internas y externas.
Tal y como lo dice el apóstol pablo en el verso 30 “teniendo el mismo conflicto que
habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí” en la versión Dios habla hoy dice:
30 Ustedesy yo estamos en la misma lucha. Ya vieron antes cómo luché, y ahora
tienen noticias de cómo sigo luchando. Debemos anotar algo y es que por más
padecimientos externos que pueda vivir un creyente, es más difícil resistir las luchas
y padecimientos que se expresan por la dificultad de soportar la tentación y las
acechanzas del pecado y de Satanás para hacernos tropezar.
Pablo, al momento de escribir esta carta estaba en la cárcel lo que intensifica aún
más el sentido de ella, conociéndose como la epístola del gozo. Por ello; las luchas
y los padecimientos a los que pablo hace referencia es a la persecución por causa
de la palabra de Dios. Pero algo más interesante podemos observar y es que
ninguna, obra da razón para gloriarnos en nosotros, sino que, nuestra fe ha sido un
regalo que Dios en su infinita misericordia ha derramado sobre nosotros. A él, le
plació hacernos coparticipes de su gracia y de su reino. Pero dicha participación
implica padecer por él (Romanos 8:17). Tal y como lo afirma un pastor: “Si los
creyentes individuales y las congregaciones no experimentan ninguna resistencia
por su fe en Jesús, se deberían preguntar si todo está en orden con su vida
espiritual y su conducta”.
El apóstol Pablo, fue enfático al hablar de la conducta de los verdaderos creyentes,
los cuales debía ser sin reprensión, más exactamente una persona que sea ejemplo
en su caminar con Cristo. (Filipenses 1:27).
El gran problema al que se enfrenta la “iglesia” actual, es la imposible manera de
identificarla como genuina. Hoy el evangelismo y su manera de llevarlo a la
humanidad ha sufrido una trágica transformación, y no para bien, los cuales quienes
lo oyen sufren un daño irreversible, que solo Dios en su infinita bondad puede
subsanar y resolver. Por ello es muy veraz que la forma de predicar hoy debe ser
tacita y sin liviandad, para no hacer más hijos del infierno que del reino de los cielos
a los oyentes.
A los nuevos “creyentes” se les enseña humanismo antes que palabra de Dios, y un
reino de los cielos donde el centro es el hombre y no Dios. El cimiento de las
doctrinas de demonios es la mala manera de enseñar las escrituras. Por ello en este
contexto en que leemos en filipenses debe tenerse en cuenta que se habla de la
manera como un nuevo y antiguo creyente debe conducirse en Jesucristo y no en
los beneficios que entrega nuestro Dios, aunque este último es una consecuencia de
mi caminar con Cristo, dirigido por Dios.
Por lo anterior Pablo continúa su discurso:
FILIPENSES 2:1-18
Este paje, muy efectivo por cierto, por que incurre en uno de los himnos más
ejemplares a lo largo de las sagradas escrituras.
Este capítulo 2 inicia nuevamente con un conector que adhiere la próxima idea con
lo que el escritor ha venido trabajando en párrafos anteriores. “Por tanto, si hay
alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del
Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia,” Después de las
luchas impartidas por causa del evangelio el apóstol hace como especie de
“preguntas positivas o de obvia respuestas” que son resultado de la buena conducta
de un creyente en el señor. Un verdadero discípulo de cristo tiene cualidades para
1) animar a otros en momentos de dificultades, 2) a consolar al prójimo en diferentes
circunstancias, 3) participar de las bondades del Espíritu Santo y que 4) por
consiguiente lo llevaran a actuar de forma compasiva. En la versión Dios habla hoy
dice: “Así que, si Cristo les ha dado el poder de animar, si el amor los impulsa a
consolar a otros, si todos participan del mismo Espíritu, si tienen un corazón
compasivo” Todo lo anterior habla del carácter de un creyente que se sujeta a la
palabra de Dios y que su conducta cada día es regulada en Dios y no en los criterios
particulares sobre el tema.
2 completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes,
sintiendo una misma cosa. 3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes
bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;