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Desde nuestro nacimiento nos han soñar colectivamente, como si fuésemos un solo
ser aunque nuestras mentes son mundos distintos, ese sueño mutuo que se ha
mantenido desde nuestros ancestros le llamamos sociedad y a el manual de como
soñar, leyes y normas, en ese modelo de sueño observamos que todo se basa en
la atención e inconscientemente la comenzamos a anhelar, desear con ansias, se
convierte en algo del día a día e incluso nos olvidamos de nosotros internamente (el
yo), pero este sueño externo no es algo del todo, nos permite conocer lo que ha
pasado y avanzar como especie, además siempre conservamos un poco de libe
albedrio al permitir que deseamos aprender y que no.
Como no existe lo blanco y lo negro (bueno y malo para el hombre) sino algo gris
que varía según la dependencia de quien lo vea este conocimiento nos enseña a no
ser rebelde y a aceptar todo, como lo mencionan en el libro, nos domesticamos ante
un sueño externo cruel que enseña del mismo modo a los animales que a los
humanos, mediante un sistema de recompensas que al final nos lleva al bucle de
dependencia u/o necesidad de atención, con respecto a la domesticación que
recibimos desde pequeños funciona tan bien que cuando llegamos a la edad de las
personas que nos domesticaron solos nos convertimos en nuestros propios
domadores y de los más pequeños, una domesticación que se basa en una justicia
no justa que castiga cuantas veces quiere o cuantas veces recuerda la persona lo
que ha hecho el acusado o la víctima. El libro nos habla de que el infierno es un
lugar de castigo, y que ese lugar es este suelo externo colectivo, puesto que ambos
son un lugar de castigo y juicio donde todos nos vigilamos acusamos a todos todo
el tiempo, porque nuestras creencias nos llevan a vivir una vida de agonía poniendo
metas de idealización inalcanzables sobre nosotros mismos y castigándonos por
querer ser perfectos sin saber que la perfección es amarse así mismo tal y como se
es eternamente, al fina estamos en este mundo sin comenzar a vivir
verdaderamente.
A lo largo del sueño externo nos hacemos acuerdos que surgen del miedo y del
castigo, estos acuerdos inútiles y tonos requieren un gasto enorme de energía solo
permitiéndonos sobrevivir.
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
Evitar las suposiciones y pensar por los demás, tendemos a ser pesimistas y buscar
el peor de los casos, siempre tenemos en mente de que todos hablan de nosotros
por ese mal acuerdo de la necesidad de atención, cundo suponemos y
malinterpretamos terminamos lanzando veneno emocional a los demás y
naturalmente se nos devolverá, si suponemos es porque estamos chismorreando y
ese es el lenguaje de los magos negros que se mantienen recibiendo lanzando
veneno, las suposiciones son una buena arma de fe que nos aleja de la realidad y
hace firmar acuerdos pequeños en grandes cantidades que siempre terminan
gastando una gran cantidad de energía, el ego es alimentado por las suposiciones
porque siempre esperamos que los demás sepan que nos pasa sin decir nada pero
nos enojamos cuando los demás hacen lo mismo, incluso relaciones se acaban por
que todos se quedan esperando a que el otro actúe, también nos rebajamos ante
los demás solo con suponer, dolo debemos recordar que amar es aceptar
CAPÍTULO 5
Has siempre lo máximo que puedas, lo maxi siempre estará variando, esa es una
realidad que debemos aceptar, debemos hacer loas otros tres acuerdos lo máximo
que podamos, si lo hacemos cada día tendremos más energía por que no la
estaremos gastando en acuerdos innecesarios, nunca debemos sobrepasar
nuestros límites, más de lo máximo cansa rápido y menos de lo máximo deja
espacio para la que el veneno entre, cuando hacemos lo máximo debemos hacerlo
por amor, puesto que si lo hacemos por recompensa dejamos espacio para que las
semillas de la ansiedad se siembre en nosotros, cuando no nos gusta lo que
hacemos cuando se nos da el descanso escapan de una forma viciosa de esa rutina,
eso se convertirá en un bucle y sin querer estamos haciendo acuerdos que son
venenosos, cuando se hace lo máximo por querer disfrutamos de nuestra vida, el
autor en este libro destaca la gran importancia del hacer lo que quieres y lo
demuestra como una forma de estar vivo, el hacer se convierte en un ritual, un
acuerdo que le causa deleite.
La mejor manera de amar es haciendo, entregarse a uno mismo, dejar el pasado
disfrutando el momento haciendo lo que quieres, negando cuando quieres y
aceptando cuando quieres, pero todo desde tu conciencia, sin la necesidad de los
demás y siempre amándote y amando a los demás, cuando haces ganas
experiencia y te conviertes en tu propio maestro, rompes ese sueño colectivo, dejas
de ser un espejo humeante y solo eres un espejo, dejas de estar en el infierno y
asciendes al cielo, vives en, amas solo si respetas los cuatro acuerdos todos los
días nunca regresaras al infierno y serás capaz de dar energía a los demás porque
ya no tendrás a esos miles de acuerdos que gastan energía y te dejan solo
sobreviviendo. Solo necesitas comienza con los cuatro acuerdos una vez al día
hasta que se convierta en un vicio.
CAPÍTULO 6
Creemos nacer libres y estar libres pero no, veos la libertad en los niños que no han
sido domesticados, ellos hacen lo que quieren hacer, están libres de los perjuicios
ellos viven a diario sin tener la importancia desde el pasado y el futro, cuando
cresemos dejamos de ser libres no por la culpa e nuestro padres porque ellos fueron
domesticados igual, ahora que somos conscientes de nosotros podemos traer a ese
niño pero el juez nos trae las responsabilidades de los estudios, y el trabajo, la
libertad que buscamos es la de complacernos a nosotros mismos pero no somos
conscientes de que no somos libres, cuando somos conscientes podemos
revelarnos ante ese juez y la víctima, nos revelamos ante el sueño del planeta y
cuestionamos nuestras creencias por que las creencias fundadas en el sueño del
mundo son creencia falsas que solo buscan domesticarnos, los toltecas son
maestros el sueño por cuestionar y poner en tela de juicio as creencias del sueño
colectivo, para ser maestros solo tienen que pasar por tres maestrías, la primera es
las maestra de la conciencia, la segunda es la de la transformación, el cómo somos
libres del adiestramiento del sueño colectivo la tercera es la del intento, el intento
es la vida misma, es el amor incondicional, es la maestría del amor, para los toltecas
el juez, la víctima y el sistema de creencia es un parasito que ataca en masas y
tiene su mente en colectiva, “el paracito sueña en nuestra mente y vive en nuestro
cuerpo, se alienta de las emociones que surgen del miedo y le encanta el drama y
el sufrimiento”. Cuando somos conscientes del parásito podemos revelarnos contra
él o seguir siendo su esclavo, en el momento en que nos revelamos somos
guerreros y aunque perdamos tendremos la dignidad de la rebelión y con cada
guerra obtendremos un pase para vivir en el cielo, el parasito se puede matar e dos
formas, de guerra en guerra o dejar de alimentarlo , pero esta segunda no es nada
fácil, imagina que el parasito es u perro, para dejarlo morir tendrás que exponerlo al
sol, no darle comida ni agua y aguantar sus constantes llantos hasta el día de su
muerte, aparte de eso se tendrá que luchar con el deseo de alimentarlo por la
costumbre que se tenía, la tercera es morir simbólicamente, debemos morir en el
sueño del planeta para despertar como una persona nueva, como un niño, alguien
libre del parasito pero consiente de sí mismo para que no vuelva a caer en el sueño
de mundo, alguien que no vive de rencores ni preocupaciones por el futuro, eso es
lo que nos enseña el ángel de la muerte, entre estas batallas para cambiar un
acuerdo se debe cambiar por un acuerdo tan o más poderoso que él.
CAPÍTULO 7
Para tener un nuevo sueño libre debemos olvidar todo lo que sabemos, debemos
usar nuestra imaginación para soñar el cielo, cuando vemos con ojos de amor
vemos luz en el mundo, observamos amor en el odio de las personas y solo
recibimos amo, las ataduras del que dirán se resbalan de nosotros, aceptamos y
espetamos todo, todo esto imaginado es posible si y solo si amamos, cambiamos
nuestros acuerdos por un estado de dicha perpetuo, traemos el cielo a la tierra.
BIBLIOGRAFÍA
Ruiz, Miguel, 1997, los cuatro acuerdos, San Rafael California, janet mills.